El GPS Cristo
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que hizo en Jesús el Mesías, Señor nuestro. 2 Timoteo 1:9
quien nos salvó y nos llamó con llamamiento santo, no
conforme a nuestras obras, sino según su propósito y la
gracia que nos fue dada en Jesús el Mesías antes de los
tiempos eternos;
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vosotros, y no me has conocido Felipe? El que me ha visto,
ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: Muéstranos al Padre?
¿No crees que Yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Las
palabras que Yo os digo, no las hablo por mi propia cuenta;
sino el Padre que mora en mí, hace sus obras. Creedme
que Yo estoy en el Padre, y el Padre en mí; y si no, creed a
causa de las obras mismas.
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5. Eliminar la corrupción y el pecado del Universo:
Romanos 8:19-23 Porque el profundo anhelo de la
creación espera la revelación de los hijos de Dios. Porque la
creación fue sometida a vanidad, no por su propia voluntad,
sino por la del que la sujetó; en esperanza de que también
la creación misma será liberada de la esclavitud de
corrupción a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque
sabemos que toda la creación gime a una, y a una sufre
dolores de parto hasta ahora. Y no sólo ella, sino también
nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu,
nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos,
esperando ansiosamente la adopción, la redención de
nuestro cuerpo. Apocalipsis 21:4 Y enjugará toda lágrima
de sus ojos, y ya no existirá la muerte, ni habrá ya llanto, ni
clamor, ni dolor. Las primeras cosas pasaron. He aquí que
hago nuevas todas las cosas.
C. METAFORAS DE LA SALVACIÓN
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cubrió"/kapar. El arca de Noé fue "kapar" cubierta con
asfalto. El cofre donde fue puesto Moises fue "kapar"
cubierto con brea y asfalto. Levítico 17:11 Porque la
vida de la carne en la sangre está; y yo os la he dado
para expiar vuestras almas sobre el altar; porque es la
sangre lo que hace expiación por el alma. Gálatas 3:37
… Del Mesías estáis cubiertos.
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ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo
el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
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5. ¿Qué promesa fue hecha a Judá? Génesis 49:10 No
será quitado el cetro de Judá, Ni el legislador de entre sus
pies, Hasta que llegue Siloh, Y sea suya la obediencia de
los pueblos.
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los abatidos, A vendar los corazones desgarrados, A
proclamar libertad a los cautivos Y a los presos apertura de
la cárcel; A promulgar el año de gracia de YHVH, Y el día de
la venganza de nuestro Dios; A consolar a todos los que
lloran, A comunicar la alegría a los que lloran en Sión,
Dándoles hermosura en lugar de ceniza, Y óleo de regocijo
en lugar de lamentos, Y el manto de alabanza en lugar de
pesadumbre, Para que sean llamados árboles de justicia,
Plantados por YHVH mismo, para que Él sea glorificado.
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27:34,48; Marcos 15:23,36; Lucas 23:36; Juan 19:28-29.
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a. Juan 20:11-18 María Magdalena. Pero Miriam se había
quedado afuera, frente al sepulcro, llorando; y mientras
lloraba, se agachó a mirar dentro del sepulcro, y ve a dos
ángeles de blanco sentados, uno a la cabecera y otro a los
pies, donde había yacido el cuerpo de Jesús. Ellos le dicen:
Mujer ¿por qué lloras? Les dice: Porque se llevaron a mi
Señor, y no sé dónde lo han puesto. Dicho esto, se da la
vuelta y ve a Jesús de pie (pero no sabía que era Jesús).
Jesús le dice: Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que es el hortelano, le dice: Señor, si tú te lo
llevaste, dime dónde lo pusiste, y yo me lo llevaré. Jesús le
dice: ¡Miriam! Ella, volviéndose, le dice en arameo:
¡Rabboni! (que quiere decir Maestro). Jesús le dice: No me
retengas, porque aún no he subido al Padre; pero ve a mis
hermanos y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi
Dios y a vuestro Dios. Miriam de Magdala fue a dar las
nuevas a los discípulos: ¡He visto al Señor! y les manifestó
que le había dicho estas cosas.
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discutían, Jesús mismo se acercó, y caminaba con
ellos. Pero sus ojos estaban velados para que no lo
reconocieran. … Y sucedió que al reclinarse con ellos a la
mesa, tomó el pan y lo bendijo, y después de partirlo, les
daba. Entonces les fueron abiertos los ojos y lo
reconocieron, pero Él se les hizo invisible.”
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aunque algunos dudaron. Entonces Jesús se acercó y les
habló, diciendo: Toda potestad me ha sido dada en el cielo
y en la tierra
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alrededor de él una luz del cielo, y cayendo en la tierra, oyó
una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
Contestó: ¿Quién eres, Señor? Y Él: Yo soy Jesús, a quien
tú persigues.
Notas personales:
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