Derecho y Lógica - Norberto Bobbio
Derecho y Lógica - Norberto Bobbio
Derecho y Lógica - Norberto Bobbio
DERECHO Y LÓGICA
AMEDEO G. CONTE
BIBLIOGRAFÍA DE LÓGICA
JURÍDICA (1936-1960)
Traducción
ALEJANDRO ROSSI
DIRITTO E LOGICA
BIBLIOGRAFIA DI LOGICA GIURIDICA 1936-1960
Derecho y lógica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Norberto BOBBIO
VII
!
!
1. El fin de esta relación es exponer el estado actual de los estu-
dios sobre lógica del derecho. Por tanto, la bibliografía que la
acompaña, compilada por Amedeo G. Conte, no sólo es parte in-
tegrante de ella, sino que ha sido la fuente y la guía. Excepción
hecha de las consideraciones históricas desarrolladas en los pri-
meros párrafos, esta relación no es más que una bibliografía ra-
zonada: obra de registrador y cronista, no de comentarista y juez.
He creído que un trabajo de este género puede ser útil por sí mis-
mo, sin necesidad de explicaciones ulteriores, ya que, como se
advierte en las fichas de la bibliografía y, sobre todo, en las fe-
chas, el interés por estos estudios ha sido en los últimos años
particularmente vivaz y parece aumentar año con año. Creo que
por vez primera en la historia de la ciencia jurídica ha aparecido
una pequeña revista especializada en lógica jurídica1 y los lógi-
cos por primera vez dirigen la atención hacia este género de es-
tudios que, por lo general, antes solían cultivar, en forma esporá-
dica y no especializada, los filósofos del derecho y los juristas,
cuando se ocupaban de cuestiones metodológicas. Baste recordar
aquí que una nueva revista de lógica, editada por el Centre Na-
tional Belge de Recherches Logiques de Bruselas, Logique et
Analyse, contiene casi en cada fascículo (hasta ahora han salido
12) uno y a veces más artículos dedicados a la lógica jurídica. El
mismo Centro organizó en septiembre de 1958, en Lovaina, un
primer encuentro entre lógicos y juristas, sobre los temas de la
definición del derecho y del sistema jurídico (cuyas comunica-
ciones han sido recogidas en el fascículo 3-4 de esa revista).
1 Modern Uses of Logic in Law (abb. Mull), editada, a partir de 1959, por
Yale Law School.
3
4 NORBERTO BOBBIO
4 Para una breve historia de las relaciones entre lógica y derecho véase
Legaz y Lacambra, L., La lógica como posibilidad del pensamiento jurídico
(1957), y también Lógica y ciencia jurídica (1958).
5 Cito de Hobbes, T., Opere politiche (Turín, 1959), I, p. 59.
6 Ibidem, p. 60.
7 Idem. Las cursivas son mías.
DERECHO Y LÓGICA 7
8 Ibidem, p. 64.
9 Ibidem, p. 268.
10 Ibidem, p. 131.
11 Leviathan, edición Oakeshott, p. 104.
12 Elementorum jurisprudentiæ universalis libri duo, 1660. La segunda
edición, aparecida en Cambridge en 1672, ha sido reimpresa con reproducción
fotográfica en la serie The Classics of International Law, editada por James
Brown Scottt (Oxford, 1931), con un prólogo de Hans Wehberg. El primer li-
bro está dedicado a las Definitiones, que son veintiuna, el segundo a los Princi-
pia, que son siete: dos racionales o axiomata, cinco experimentales u observa-
tiones.
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teoría del silogismo, es clásica la que dio Beccaria: “En todo de-
lito el juez debe hacer un silogismo perfecto: la mayor debe ser
la ley general; la menor, la acción conforme o no a la ley; la con-
secuencia, la libertad o la pena. Cuando el juez esté obligado, o
quiera hacer aunque sea dos silogismos, se abre la puerta a la in-
certidumbre”.20 La idea de que deba distinguirse el método del
legislador del método del jurisconsulto o del juez, aparece clara
y curiosamente, por ejemplo, en la doctrina de Matteo Pescatore,
quien respecto del legislador habla de “sistema de la legalidad”,
entendiendo por ello que la tarea del legislador es la de fijar el
derecho mediante reglas generales; y luego, y sólo en lo que res-
pecta al jurisconsulto y al juez, habla de “lógica del derecho”,
queriendo referirse con ello a aquella iuris ratio, a aquella recta
disputandi ratio, con la cual se deducen las consecuencias de un
principio: ella “no es más que la lógica del derecho”, sin la cual
“el derecho pierde, por así decirlo, toda consistencia objetiva y
desaparece”.21
Por lo que toca a la importancia de la lógica en la ciencia jurí-
dica, es significativo el hecho de que justamente en el más céle-
bre escrito del fundador de la Escuela Histórica se encuentren
aquellas expresiones que sirvieron, si no para alimentar, sí para
justificar retrospectivamente la jurisprudencia de los conceptos.
Queriendo expresar su admiración por los jurisconsultos roma-
nos, Savigny escribía que “el entero procedimiento de ellos ad-
quiere una seguridad que no se encuentra fuera de la matemática,
al grado de que puede decirse sin exageración que ellos calculan
con sus conceptos”.22 Lo cual inmediatamente nos recuerda una
frase igualmente célebre de Leibniz: Digestorum opus admiror:
26 Der Geist des römischen Rechts, Leipzig, 1880, II, 2, pp. 386 y 387. Las
cursivas son mías. Justamente a este pasaje se refiere la crítica destructiva de
Heck, The Jurisprudence of Interests, cit., p. 38. Un poco más adelante: “Así
en el sistema se le abre a la ciencia un campo de actividad ilimitado, una mina
inagotable de investigaciones y descubrimientos, y una fuente de los más ricos
goces intelectuales” (Der Geist des römischen Rechts, cit., p. 388).
27 Ibidem, p. 158.
28 Cours de Code Napoléon, 1869, I, p. 11. Saco la cita de Simitis, S., Zum
Problem einer juristischen Logic, 1960, p. 53.
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cho y lógica asume una tercera forma: quien haya leído la litera-
tura que floreció en torno al neokantismo jurídico, sobre todo en
Alemania y en Italia, sabe que el problema que entonces se colo-
có en el primer plano de la filosofía del derecho fue aquel que se
denominó el problema lógico del derecho. Pero, ¿en qué senti-
do? Para comenzar a explicarnos con una metáfora, estaríamos
tentados a decir que la lógica, expulsada de la planicie de la
ciencia jurídica, se retiró a la cumbre de la filosofía, restringió su
propósito, pero no fue del todo vencida, y allí fortificó su ciuda-
dela. Pero puesto que las cumbres generalmente están pobladas
de nubes, será menester proceder, para no perderse, con mucha
cautela.
En relación con este punto nos interesan menos (lo que no qui-
ta que sería un buen tema para investigar) algunas analogías que,
por influencia directa o indirecta del formalismo jurídico kantia-
no, fueron desarrolladas entre la noción de lógica y la de dere-
cho. Me refiero sobre todo a una analogía respecto de la estruc-
tura que la lógica y el derecho tendrían en común y que podría
reconstruirse del siguiente modo: así como la lógica es el con-
junto de las relaciones formales entre nuestras ideas o entre las
proposiciones en las cuales se expresan, mediante el lenguaje,
nuestras ideas, así el derecho puede ser considerado como el con-
junto de las relaciones formales que se dan entre las acciones de
los hombres en sociedad. Una analogía de este género se encon-
traba en la base de la conocida tesis stammleriana del derecho
entendido como forma de un contenido social variable, represen-
tado por las acciones económicas. Otra analogía se derivaba, en
cambio, de la función, de la lógica y del derecho respectivamente:
así como la lógica tiene la tarea de ordenar nuestras ideas o nuestro
discurso permitiéndonos distinguir los razonamientos correctos de
los incorrectos, así el derecho tiene la tarea de ordenar las acciones
sociales, permitiéndonos distinguir las lícitas de las ilícitas. Pién-
sese, por ejemplo, en la tesis kelseniana del derecho como orden,
como técnica social para el logro de la paz, y en el nexo que esta-
blece con uno de los aspectos del formalismo jurídico.
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las normas jurídicas. Creo que la actual teoría del derecho tam-
bién le debe este conocimiento en gran parte a Kelsen, aun
cuando la lógica de las proposiciones normativas se esté desarro-
llando, salvo en la dirección de García Máynez, independiente-
mente de él. De todas maneras, le corresponde a Kelsen, antes
que a nadie, quien sin embargo nunca ha usado, como ha sido
notada, la pretensiosa expresión ‘lógica del deber ser’,32 el haber
propuesto problemas concretos de la lógica de las proposiciones
normativas, con sus teorías de la norma jurídica como juicio hi-
potético prescriptivo, de la coherencia del sistema jurídico, de la
validez del principio de contradicción entre normas, etcétera.
5. Las anteriores anotaciones históricas han mostrado sufi-
cientemente —cosa por lo demás archiconocida— la variedad de
significados del término ‘lógica’ en la secular vicisitud de las re-
laciones entre lógica y derecho. Sería interesante examinar si en
la variedad de estos significados puede encontrarse algún ele-
mento constante. A mi juicio, en los recurrentes intentos de acer-
car la lógica al derecho vuelven insistentemente algunos motivos
fundamentales: 1) la exigencia de rigor en el razonamiento jurí-
dico, porque sólo un razonamiento riguroso está en grado de ga-
rantizar la objetividad y, por tanto, la imparcialidad del juicio;
2) la convicción, fundada en una amplia e irracional observación
histórica, de que la mayor parte, o cuando menos la parte más
conspicua e importante del razonamiento jurídico, esté constituida
por juicios analíticos, esto es, se proponga inferir conclusiones ver-
daderas de premisas puestas como verdaderas, y no enunciar
verdades fácticas y ni siquiera suministrar juicios de valor; 3) la
concepción del derecho como orden de las acciones, es decir,
como una serie de operaciones que, en el mundo de las accio-
nes, cumple la misma función que la lógica en el campo de las
ideas (o del discurso). Quiero decir con esto que para com-
prender el valor de la relación lógica-derecho convendría qui-
32
Cfr. Legaz y Lacambra, La lógica como posibilidad, cit., p. 78 (del re-
sumen).
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34 Cfr. Simitis, S., Zum Problem einer juristischen Logik, cit., pp. 54 y ss.
DERECHO Y LÓGICA 21
36 Con mayor prudencia Tammelo, aun estableciendo una relación entre ju-
risprudencia sociológica y nueva lógica, se limita a observar que la crítica al
formalismo hecha por la jurisprudencia sociológica puede constituir una invita-
ción a reconsiderar los problemas de la lógica jurídica a la luz de la nueva lógi-
ca (Sketch, cit., p. 280).
37 Klug, U., Juristische Logik, 1951. Cito de la 2a. ed., 1958, p. III.
38 Sketch, p. 304.
39 Ibidem, p. 305.
24 NORBERTO BOBBIO
42 Ibidem, p. 23.
43 Sic et Non, Ámsterdam, editado por el autor, 1961, p. 10 del segundo
ensayo.
26 NORBERTO BOBBIO
46 Op. cit., p. 3.
47 Interpretazione del diritto italiano sulle credenze di religione, 1959,
p. 38.
48 Op. cit., p. 35. En la misma dirección, entre los autores italianos que han
llamado por primera vez la atención sobre la importancia de la lógica simbólica
para el derecho, Glorgianni, V., Logica matematica e logica giuridica, 1953.
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ki (es curioso que estos lógicos del derecho, siendo tan pocos, no
se conozcan entre ellos).52 En realidad, aquí el intento es diferen-
te: no se trata de hacer ver, en contra de cualquier manifestación
de intuicionismo jurídico, que el jurista realiza cuando menos en
parte operaciones lógicas, sino de mostrar, en contra de aquellos
que hablan de la lógica jurídica como de una lógica especial, que
en la medida en que puede hablarse, poco o mucho, de operacio-
nes lógicas de los juristas, éstas no forman parte de una lógica
especial, sino de la lógica en general. De todas maneras, tam-
bién Kalinowski llega a la conclusión de que cuando menos
existe un campo de la actividad del jurista —la que se dirige a la
integración de las lagunas— (los otros tres campos son la deter-
minación del tenor auténtico de las normas, la determinación del
significado de las normas, la resolución de las antinomias), en
el cual se aplican reglas lógicas, y examina en particular los ar-
gumentos a fortiori, a simili, a contrario.
c) La respuesta negativa es aquella dada por Perelman y por
su escuela: si por lógica se entiende el estudio de los procedi-
mientos demostrativos, estudio que se ha ido identificando con
la lógica matemática, no hay lugar alguno para la lógica en el ra-
zonamiento de los juristas; los argumentos a fortiori, a pari, a
contrario, de los que se ocupa Kalinowski, si pertenecen a la ló-
gica general, según el uso medieval, para nada pertenecen a la
lógica matemática.53 Pertenecen a la teoría de la argumentación
que convendría llamar, siguiendo el uso aristotélico, retórica.
Con ello, Perelman —nótese— no quiere en manera alguna de-
sanimar a los lógicos a que se ocupen de aquello que hacen los
juristas; quiere, por el contrario, limpiar el terreno de los equívo-
cos que hasta ahora han conducido a los estudiosos de lógica ju-
rídica por un camino falso, e invitarlos a roturar el campo de la
argumentación retórica, el único en el que nos encontraremos
con el razonamiento jurídico. Es obvio que puede perfectamente
52 Interprétation juridique et logique des propositions normatives, 1959.
53 Logique formelle, logique juridique, 1960.
30 NORBERTO BOBBIO
77 Del mismo autor cfr., también, los ensayos sucesivos, que retoman y de-
sarrollan la construcción de una lógica normativa diferente de la lógica de las
aserciones, a menudo en polémica con otros autores, en particular con Geach,
Imperatives and Deontic Logic, 1958; con Rescher, The Logic of Obligation,
1959; con Anderson, Obligation and Modal Logic, 1960.
78 El sistema fue expuesto primeramente en el artículo “The Formal Analy-
sis of Normative Systems”, 1956; pero véase también, The Formal Analysis of
Normative Concepts, 1957, y The Logic of Norms, 1958. El sistema de Ander-
son ha sido discutido por A. N. Prior, en un apéndice de la obra Time and Mo-
dality, 1957, pp. 140-145.
79 Quantifiers in Deontic Logic, 1957.
80 An Axiom System for Deontic Logic, 1958.
40 NORBERTO BOBBIO
AMEDEO G. CONTE
!
PREMISA
45
!
BIBLIOGRAFÍA
47
48 AMEDEO G. CONTE
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