BANCO MUNDIAL Una Historia Crítica (ÉRIC TOUSSAINT)

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ÉRIC TOUSSAINT

BANCO MUNDIAL
Una historia crítica
ÉRIC TOUSSAINT

BANCO MUNDIAL
Una historia crítica
Edición y adaptación: Adyz Lien Rivero Hernández
Diseño y maquetación: Yadyra Rodríguez Gómez

© Éric Toussaint, 2023


© Sobre la presente edición:
Ediciones Política Internacional, 2023

ISBN: 978-959-7267-27-0

El autor ha donado esta obra en su edición electrónica para uso


bibliográfico exclusivo de estudiantes y profesores del Instituto
Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”.

Prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación


sin permiso previo por escrito de los titulares del copyright.

Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García”


Ediciones Política Internacional
Calle Calzada n.o 308, entre H e I, El Vedado,
Plaza de la Revolución, La Habana, Cuba
[email protected]
Este libro está dedicado a todas las personas que combaten
por la conquista de la dignidad y por la justicia social.
A aquellos y aquellas que se enfrentan al Mediterráneo, al canal
de la Mancha, al río Grande, y a todos los muros de la vergüenza,
construidos por los gobiernos de los países opulentos
que niegan el derecho al libre desplazamiento.
Índice

Abreviaturas y siglas / 18
El libro / 20
Prólogo / 24
Terminología: Sur/Norte-países en desarrollo/países desarrollados.
¿De qué estamos hablando cuando utilizamos estos términos? / 42
Un vocabulario que no es neutral / 42
Distribución mundial de la población,
de la riqueza y de las emisiones de CO2 / 46
Más allá de la fractura Norte/Sur: explotación de clase en cada país / 53
La dominación patriarcal / 57
Las relaciones Centro/Periferia tanto en el Norte como en el Sur / 58
Listas de los países del Sur y del Norte,
según la clasificación del Banco Mundial / 59

Capítulo 1
En los orígenes de las instituciones de Bretton Woods / 61
En los orígenes / 61
Creación del Export-Import Bank de Washington (1934) / 64
Nacimiento del Banco Interamericano (1940) / 64
Las discusiones en la administración Roosevelt / 67
Un primer proyecto, muy ambicioso, de Harry White / 68
Dimensión geopolítica y geoestratégica / 70

Capítulo 2
Los comienzos del Banco Mundial (1946-1962) / 73
Algunas características de la política de préstamos del Banco / 79
Préstamos odiosos a las metrópolis coloniales... / 84
... legados como una carga a las jóvenes naciones independientes / 86
En el Tratado de Versalles (1919), la anulación
de las deudas de colonias africanas y de Polonia / 86
El Banco Mundial y el FMI actuaron a partir de los años 1950-1960
como ujieres de los antiguos acreedores privados / 88
Las misiones del Banco Mundial / 90
La política del Banco Mundial evolucionaba en reacción
al peligro del contagio revolucionario y de la Guerra Fría / 92

Capítulo 3
Un comienzo difícil entre la ONU y el Banco Mundial / 97
Volvamos al principio de las relaciones / 98
La creación de la SFI y de la AID / 100
Financiación de la AID / 103
La negativa del Banco Mundial a ajustarse
a las demandas de la ONU concernientes a Portugal y Sudáfrica / 104

Capítulo 4
El marco de la segunda posguerra, el Plan Marshall y el Acuerdo
de Londres sobre la deuda alemana / 106
Los gobernantes de Estados Unidos aprenden
de los errores cometidos en los años 1920-1930 / 106
Mejor que prestar dinero, donarlo / 107
El Plan Marshall / 109
El Acuerdo de Londres de 1953 sobre la deuda alemana / 111
Algunos elementos de comparación / 114

Capítulo 5
Un Banco bajo influencias / 119
La influencia estadounidense sobre el Banco Mundial / 120
Unas líneas sobre el origen del Banco Mundial
y la influencia de Estados Unidos / 121
El presidente del Banco Mundial ha sido siempre un ciudadano
estadounidense propuesto por el gobierno de ese país / 124
El derecho de veto de Estados Unidos en el Banco Mundial / 125
La influencia de Estados Unidos sobre el Banco en casos concretos / 126
Conclusión sobre los casos concretos de los países citados / 132
La influencia de Estados Unidos en materia de préstamos sectoriales / 133
Convergencias de Estados Unidos con otra potencia
(en este caso el Reino Unido) / 133
La ocupación y reconstrucción de Iraq / 137
Discrepancias entre la dirección
del Banco Mundial y Estados Unidos / 140
La influencia de Estados Unidos vista por el poder ejecutivo / 142
Los beneficios financieros que obtiene Estados Unidos por la existencia
del Banco Mundial y por su influencia en el mismo / 144
La influencia del mundo de los negocios
y del gran capital de Estados Unidos sobre el Banco Mundial / 145

Capítulo 6
El apoyo del Banco Mundial
y del Fondo Monetario Internacional a las dictaduras / 148
Vientos de fronda anticolonial y antimperialista en el Tercer Mundo / 148
El poder de intervención
del Banco Mundial en las economías nacionales / 149
Consideraciones políticas y geoestratégicas que influyen
en la política de préstamos del Banco Mundial / 152
La parcialidad política de las instituciones financieras internacionales
(IFI): ejemplos de apoyo financiero a las dictaduras / 155
Conclusión / 165

Capítulo 7
El Banco Mundial y la República de Filipinas / 166
Del período colonial a la independencia en 1946 / 166
Un éxito relativo durante los años cincuenta / 167
El recurso a políticas conservadores
y el aumento de la deuda externa en los años sesenta / 168
El papel del Banco Mundial y su apoyo a la dictadura
de Ferdinand Marcos en los años setenta / 169
El Banco Mundial en la crisis económica y política de los años ochenta / 172
El Banco Mundial y el FMI abandonaron
a Ferdinand Marcos y apoyaron a Corazón Aquino / 174
Capítulo 8
El apoyo del Banco Mundial
a la dictadura en Turquía (1980-1983) / 176
Los difíciles comienzos del Banco Mundial en Turquía / 176
El apoyo del Banco Mundial al golpe de Estado militar de 1980 / 177
El Programa turco se transformó
en un prototipo para los préstamos con ajuste estructural / 178
El golpe de Estado fue preparado
con la ayuda directa de Washington / 179
El Banco Mundial presentaba a Turquía como un éxito / 180

Capítulo 9
El Banco en Indonesia: una intervención emblemática / 183
El préstamo odioso del Banco Mundial a los Países Bajos,
que mantuvieron a Indonesia bajo su yugo colonial hasta 1949 / 183
La política nacionalista de Sukarno,
que abandonó el Banco Mundial y el FMI / 184
El Banco Mundial y la dictadura de Suharto / 186
El affaire Pertamina / 188
El silencio del Banco sobre la anexión de Timor Oriental / 189
El apoyo del Banco Mundial al programa de transmigración / 191
La crisis de 1997-1998 en Indonesia y sus consecuencias / 196
Conclusión / 199

Capítulo 10
Las falsedades teóricas del Banco Mundial sobre el desarrollo / 204
El modelo HOS (Heckscher-Ohlin-Samuelson) / 208
Las cinco etapas del crecimiento económico según Walt W. Rostow / 209
Insuficiencia del ahorro y necesidad
de recurrir a la financiación externa / 210
El modelo de doble déficit de Chenery y Strout / 212
La voluntad de incitar a los PED a recurrir
a la ayuda exterior como medio de influir sobre esos países / 214
Privilegiar las exportaciones / 216
Trickle-down o el efecto derrame / 217
La cuestión de la desigualdad en la distribución de los ingresos / 219

Capítulo 11
Corea del Sur: el milagro desenmascarado / 222
Según el Banco Mundial,
el caso de Corea del Sur constituye un éxito indiscutible / 222
El marco histórico, político y geoestratégico / 224
Burguesía coreana bajo la tutela del Estado / 228
La ayuda financiera externa proveniente de Estados Unidos / 229
Reforma agraria y acción coercitiva del Estado sobre los campesinos / 230
Utilización de los excedentes agrícolas
en beneficio de las ciudades y de la industrialización / 231
Utilización de la ayuda financiera externa / 232
Industrialización por sustitución de importaciones / 233
La política económica de la dictadura militar
de Park Chung-Hee (1961-1979) / 233
Las reticencias del Banco Mundial / 237
Transformaciones sociales de 1960 a 1980 / 239
De la dictadura de Park Chung-Hee a la de Chun Doo-Hwan / 240
La política económica del dictador Chun Doo-Hwan (1980-1987) / 244
Hacia el fin de la dictadura de Chun Doo Hwan (1980-1987) / 246
El giro de los años noventa / 249
La crisis económica asiática de 1997 y sus consecuencias / 252

Capítulo 12
La trampa del endeudamiento / 255
¿Qué es la transferencia neta sobre la deuda? / 258
Evolución de la deuda pública externa
de América Latina y el Caribe (1970-2004) / 266
Evolución de la deuda pública externa
de Asia del Sur (1970-2004) / 268
Evolución de la deuda pública externa
del África subsahariana (1970-2004) / 269
Evolución de la deuda pública externa
de África del Norte y Oriente Próximo (1970-2004) / 270
Evolución de la deuda pública externa
de Asia del Este y Pacífico (1970-2004) / 271
Evolución de la deuda pública externa
de Europa del Este y Asia Central (1970-2004) / 273

Capítulo 13
El Banco Mundial había previsto la crisis de la deuda / 275
A partir de 1960, no faltaron las señales de alarma / 276
El 20º informe anual, publicado en 1965,
desarrolla ampliamente el tema de la deuda / 277
Una crisis varias veces anunciada / 281
A pesar de la conciencia del peligro... / 283
... a partir de 1973, el Banco Mundial continuó con el aumento
de las deudas en competencia con los bancos privados / 283
El giro de 1979-1981 / 286
El doble discurso del Banco Mundial / 287

Capítulo 14
La crisis de la deuda mexicana y el Banco Mundial / 289
El Banco Mundial alentó a México a endeudarse
cada vez más, a pesar de que las señales de crisis eran evidentes / 290
El Banco Mundial sabía que la situación era alarmante / 291
Las causas de la crisis de la deuda mexicana / 293

Capítulo 15
Banco Mundial y FMI: al servicio de los acreedores / 302
Debate interno en el Banco Mundial
sobre el cálculo de la transferencia neta / 307
Terrorismo intelectual en el Banco Mundial / 313
Cambio radical del discurso del Banco Mundial
con respecto a los PED y de sus dirigentes / 314
Complicidad de los banqueros del Norte
con las clases dirigentes del Sur / 316
Un ajuste estructural total / 318
Tímidas tentativas de resistencia de los PED / 323
¿Anular o no anular la deuda? / 328

Capítulo 16
La parada de la buena gobernanza de los presidentes
Barber Conable y Lewis Preston (1986-1995) / 331
El mandato de Barber Conable (1986-1991) / 331
El mandato de Lewis Preston (1991-1995) / 334

Capítulo 17
Ruanda: los acreedores del genocidio de 1994 / 340
Utilización de los préstamos internacionales
para preparar el genocidio / 342
El aumento de las contradicciones sociales / 344
Los acreedores del genocidio / 345
La situación después del genocidio / 346

Capítulo 18
La operación de seducción de James Wolfensohn (1995-2005) / 349
Multiplicación de engaños / 350
Casos de corrupción / 353
James Wolfensohn expuesto a los movimientos sociales / 358
Crisis interna y crisis de legitimidad / 359
El fin del segundo mandato de James Wolfensohn / 360

Capítulo 19
Los debates en Washington a comienzos de los años 2000 / 362
La Comisión Meltzer sobre las IFI
en el Congreso de Estados Unidos en el año 2000 / 362
Crítica de la intervención del FMI
en la crisis de la deuda en México en 1982 / 365
Crítica de los Planes de ajuste estructural impuestos por el FMI / 366
La Comisión desaprobó las políticas del FMI en Latinoamérica / 368
La Comisión criticó al Banco Mundial
y a los bancos regionales relacionados / 368
El futuro de las instituciones del Grupo Banco Mundial
según la Comisión Meltzer / 369
Redefinición de las misiones del FMI según la Comisión Meltzer / 369
Los trabajos de la Comisión Meltzer en perspectiva / 372
El contexto de la Comisión Meltzer / 374
La posición de la Comisión Meltzer y la política de Washington / 374
Cómo enfocaba la Comisión Meltzer la política de donaciones / 376
Necesidad de una gestión alternativa
a la que desarrolló la Comisión Meltzer / 377

Capítulo 20
No hubo abandono del ajuste estructural y del Consenso
de Washington a comienzos de los años 2000 / 380
Sri Lanka, Ecuador, Haití: prosecución de las políticas neoliberales / 381
En el África subsahariana, el Banco Mundial
prolongó los ataques neoliberales / 382

Capítulo 21
Clima y crisis ecológica: los aprendices de brujo del Banco
Mundial y del FMI / 390
Un repaso del posicionamiento
de los dirigentes del Banco Mundial y del FMI / 391
El cambio de dirección iniciado por el Banco / 395
El informe de Nicholas Stern sobre el calentamiento global / 396
El Banco Mundial se autofelicita por la acción que pretende
llevar a cabo para luchar contra el cambio climático / 397
Existe una enorme brecha entre el discurso del Banco Mundial
y la realidad de sus acciones / 399
Mozambique: el megaproyecto de explotación
de gas natural licuado cofinanciado por el Banco Mundial / 401
Surinam (Sudamérica) / 405
Las deudas reclamadas por el Banco Mundial
y el FMI son odiosas y deben ser anuladas / 405
Conclusión / 406
Capítulo 22
Paul Wolfowitz (2005-007): a la cabeza del Banco Mundial,
uno de los organizadores de la invasión de Iraq / 407
La ofensiva de Washington contra las organizaciones multilaterales / 411
La dimisión precipitada de Paul Wolfowitz / 412

Capítulo 23
Ecuador: Avances y límites de las resistencias a las políticas
determinadas por el Banco Mundial, el Fondo Monetario
Internacional y por los demás acreedores / 413
La deuda de Ecuador con respecto al Banco Mundial (BIRD) / 414
El ominoso rol del Banco Mundial
en términos de la desregulación financiera / 415
La desregulación financiera produjo
los mismos efectos nefastos tanto en el Norte como en el Sur / 418
Los préstamos con ajuste estructural
otorgados por el Banco Mundial / 420
Los préstamos del Banco Mundial
violan los derechos fundamentales / 426
Las resistencias a las políticas determinadas
por el Banco Mundial, el FMI y los otros acreedores / 427
Victoria parcial de Ecuador
contra los acreedores de las deudas ilegítimas / 433
El cambio de rumbo de Rafael Correa en 2011 / 437
La drástica línea neolibeal de Lenín Moreno (2017-2021)
y su acuerdo con el FMI / 438
La elección en abril de 2021 de Guillermo Lasso,
un exbanquero, como presidente de Ecuador / 439
Conclusión / 440

Capítulo 24
Los hombres del presidente de Estados Unidos siguen dirigiendo
el Banco Mundial / 442
Robert Zoellick: el 11º presidente del Banco Mundial (2007-2012),
un banquero y un representante de comercio de Estados Unidos / 442
Jim Yong Kim, también estadounidense,
12º presidente del Banco Mundial (2012-2019) / 446
David Malpass, también banquero y hombre de derechas,
13º presidente del Banco Mundial (2019/…) / 447
La conquista del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)
por Donald Trump / 448

Capítulo 25
El FMI y el Banco Mundial desde 2010 hasta la pandemia
del coronavirus: la búsqueda fallida de una nueva imagen / 450
¿El FMI puso fin al ajuste estructural? / 450
Mea culpa sobre la austeridad:
¿cuestionamiento profundo o lágrimas de cocodrilo? / 453
La reforma democrática del FMI y del Banco Mundial…
o mucho ruido y pocas nueces / 456
“DSRP”, “Doing business”, “EBA”…
¡nuevos nombres para las mismas políticas! / 458
Las controversias en torno al “Doing business” / 460
“¡El Banco Mundial menosprecia los derechos humanos!” / 462
El Banco Mundial, una zona de no derecho / 463
BM/FMI y la crisis de 2020 en el contexto
de la pandemia del coronavirus / 463

Capítulo 26
El Banco Mundial no previó la Primavera Árabe
y preconiza las mismas políticas que produjeron
los levantamientos populares / 467
El Banco Mundial no ha realizado
ningún análisis crítico serio de su ceguera / 467
Las falsas explicaciones del Banco Mundial / 469
Las críticas dirigidas al Banco Mundial
a propósito de su diagnóstico de la situación / 470
Oriente Próximo aparece como la región con mayor desigualdad del
planeta, el 10 % de los más ricos acaparan el 64 % de los ingresos / 472
El Banco Mundial utilizaba los datos suministrados por los organismos
oficiales al servicio de los regímenes autoritarios de la región / 473
El Banco Mundial considera que el aumento
de las desigualdades es necesario para el desarrollo / 474
Según el Banco Mundial, es la aversión por la desigualdad,
y no la desigualdad misma, lo que debe deplorarse / 475
El Banco Mundial no cambió de orientación en la región árabe / 476
Desde 2011, el endeudamiento continúa.
Tomemos el ejemplo de Túnez / 479
Conclusión / 480

Capítulo 27
La farsa de “tener en cuenta el género”:
una interpretación feminista de las políticas del Banco Mundial
(Camille Bruneau) / 481
¿Por qué un análisis feminista de las Instituciones
Financieras Internacionales? / 481
Cronología de la inclusión de las desigualdades y del género / 485
El enfoque de “género” del Banco Mundial: un discurso
al servicio del capital, ¡y no de la mayoría de las mujeres! / 490
Los préstamos, los proyectos y las políticas del Banco Mundial:
impactos específicos y dramáticos / 495
Políticas agrícolas y proyectos extractivistas:
cómo afectan a las mujeres / 497
Destrucción de los servicios públicos / 499
Las reformas fiscales / 500
El acceso al microcrédito / 502
¿Cuál es la autocrítica en medio
de una crisis multidimensional global? / 503
Conclusión / 507

Capítulo 28
El Banco Mundial y la cuestión de los derechos humanos / 509
El ajuste estructural no respeta los derechos humanos / 510
Estados, responsabilidades de las Instituciones Financieras
Internacionales e intereses privados / 514
La Declaración Universal de los Derechos Humanos / 519
La Declaración del Derecho al Desarrollo / 520
La Carta de las Naciones Unidas y las instituciones especializadas / 521
El Banco Mundial, institución especializada de las Naciones Unidas / 522
Conclusión / 525

Capítulo 29
Acabar con la impunidad del Banco Mundial / 531
¿Es posible llevar al Banco Mundial ante los tribunales de justicia? / 531
¿Por qué presentar una demanda contra el Banco Mundial? / 532
¿Quién puede demandar al Banco Mundial? / 535
¿Por qué, ante semejantes acciones,
solo recientemente se entablaron demandas? / 536
La Convención de las Naciones Unidas de 1947, ¿no concede acaso
inmunidad total a los organismos especializados de la ONU,
de los cuales el Banco Mundial forma parte? / 537

Capítulo 30
Alegato para abolir y reemplazar al FMI y al Banco Mundial / 539
32 argumentos contra el Banco Mundial y el FMI / 539
Construir una nueva arquitectura internacional / 545

Anexo 1
El ABC del Banco Mundial / 549
Un liderazgo no democrático / 550
Un reparto desigual de los derechos de voto / 553
Elección de financiaciones cuestionables / 556
Los bancos nacionales e internacionales de desarrollo
aumentan su influencia / 557
Bancos regionales de desarrollo alineados con la política del Banco
Mundial / 558
Anexo 2
El ABC del Fondo Monetario Internacional (FMI) / 559
Un liderazgo no democrático / 559
Un funcionamiento según el modelo de la empresa privada / 562
El FMI, ese bombero pirómano / 567

Glosario / 569
Bibliografía / 591
Datos del Autor / 603
Abreviaturas y siglas

AID Asociación Internacional para el Desarrollo (grupo BM)


AMGI Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones
APD (o AOG) Ayuda Pública (u Oficial) al desarrollo
BAfD Banco Africano de Desarrollo
BAsD Banco Asiático de Desarrollo
BID Banco Interamericano de Desarrollo
BIRD Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo
(grupo BM)
BM Banco Mundial
BPI Banco de Pagos Internacionales (Bank of Internacional
Settlements-BIS)
BRICS
Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica

CNUCYD Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio


y Desarrollo
CIADI Centro Internacional para el Arreglo de Conflictos Relativos
a las Inversiones (grupo BM)
DERP Documento de Estrategia de Reducción de la Pobreza
DEG Derechos Especiales de Giro
FAO Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación
y la Agricultura
FMI Fondo Monetario Internacional
FRPC Facilidad para la Reducción de la Pobreza y el Crecimiento
GAO General Accounting Office
(Tribunal de Cuentas de Estados Unidos)
IDH Indicador de Desarrollo Humano
IFI Instituciones Financieras Internacionales
ISI Industrialización por Sustitución de Importaciones
LIBOR Tipo interbancario ofrecido en Londres

18
NEPAD Nueva Asociación para el Desarrollo de África
(New Partnership for Africa’s Development)
OCDE Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos
OEA Organización de Estados Americanos
OGM Organismos genéticamente modificados
OIT Organización Internacional del Trabajo
OMC Organización Mundial del Comercio
OMS Organización Mundial de la Salud
ONG Organización No Gubernamental
ONU Organización de las Naciones Unidas
OPEP Organización de los Países Exportadores de Petróleo
OUA Organización de la Unidad Africana, desde 2002:
Unión Africana
PAE Plan de Ajuste Estructural
PED Países en Desarrollo
PIB Producto Interior Bruto
PMA Países Menos Adelantados
PNB Producto Nacional Bruto
PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
PPAE Países Pobres Altamente Endeudados
SFI Sociedad Financiera Internacional (grupo BM)
UE Unión Europea
UNCTAD Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio
y Desarrollo (por sus siglas en inglés)
URSS Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas
USD Dólar estadounidense

19
El libro

Este libro es el resultado de un trabajo iniciado hace 30 años.


La redacción propiamente dicha comenzó en marzo de 2004.
En 2006, se publicó la primera edición del libro en francés, en
forma de coedición, realizada entre la editorial parisiense
Syllepse, el Cento Europa-Tercer Mundo (CETIM) en Ginebra y
el Comité para la anulación de las deudas ilegítimas (CADTM)
en Lieja. El libro tuvo un importante éxito y fue traducido al
inglés, castellano, japonés, indonesio, árabe y portugués. En cas-
tellano, se hicieron cuatro ediciones diferentes (El Viejo Topo en
Barcelona, Centro Internacional Miranda en Caracas, Abya-Yala
en Quito y DESC en La Paz). En inglés hubo también dos edi-
ciones diferentes (Pluto en Londres y VAK, en Bombay, India).
En 2021 El Viejo Topo publicó una nueva edición, como una
versión ampliada y actualizada de la obra publicada en 2006.1
La principal fuente de información está constituida por docu-
mentos producidos por el propio Banco Mundial, en total más
de 15 000 páginas. Consulté asimismo numerosos informes y
estudios realizados por otras instituciones internacionales,
principalmente por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y De-
sarrollo (CNUCYD/UNCTAD, por sus siglas en inglés), la Orga-
nización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) y
el Banco de Pagos Internacionales (BPI). Me fueron de mucha

1. Para esta nueva edición que presentamos ahora desde Cuba bajo el sello de Edi-
ciones Política Internacional, tuvimos en cuenta algunas de las ediciones anteriores,
sobre todo la realizada por El Viejo Topo en 2021, por ser la versión más actualizada
y completa del texto.

20
utilidad las obras y estudios de una cincuentena de autores que
analizaron este tema (ver bibliografía).
Durante los últimos treinta años, llevé a cabo, esencialmen-
te para el CADTM, más de cien misiones y estadías en el Sur
Global, principalmente en América Latina, y también en África,
Asia, Europa Central y del Este. El análisis desarrollado en este
libro debe mucho a esas misiones, y a todas aquellas personas
que tuve la suerte de encontrar en esas ocasiones.
Mantuve relaciones directas con las autoridades de algunos
países en desarrollo y eso también contribuyó a la elaboración
de este análisis. Entre dichos contactos, tienen un lugar des-
tacado la invitación formulada por el Ministerio de Economía
de Timor Oriental en marzo de 2003, y las del Parlamento de
Venezuela (la primera en 1997 y la segunda en 2003), con el mi-
nisterio venezolano de Economía y Planificación en 2008, con el
gobierno de Ecuador varias veces entre 2007 y 2011, con el pre-
sidente de Paraguay en 2008 y 2011, sin olvidar los contactos
regulares con Luiz Inácio “Lula” da Silva entre 1990 y 2003, año
en que comenzó su mandato como presidente de Brasil.
Asimismo, desde 1995 mantuve muchas reuniones y debates,
como portavoz del CADTM, con tres sucesivos ministros belgas
de finanzas: Philippe Maystadt (ministro de Finanzas y de Co-
mercio Exterior de 1988 a 1998, luego presidió el Banco Europeo
de Inversiones, BEI, de 2000 a 2011), Jean-Jacques Viseur (mi-
nistro de Finanzas de 1998 a 1999) y Didier Reynders (ministro
de Finanzas de 1999 a 2011, luego comisario europeo de Justi-
cia a partir de 2019). Se deben agregar, entre 1998 y 2014, los
encuentros regulares con los administradores belgas del Banco
Mundial y del FMI en Washington. Finalmente, intervine en de-
bates públicos con importantes funcionarios del Banco Mun-
dial y del FMI en Praga, Ginebra y Bruselas.
Los numerosos contactos con gente del pueblo, en diferentes
países en desarrollo, y las relaciones permanentes con sus mo-
vimientos sociales fueron la brújula que me guió constantemen-
te en la redacción de esta obra.

21
Tres capítulos del libro están basados en la tesis doctoral en
Ciencias Políticas que defendí en noviembre de 2004, en las uni-
versidades de Lieja y de París VIII, en forma conjunta.
El libro adopta un desarrollo cronológico para analizar el
Banco Mundial, desde sus orígenes hasta el año 2021. He pues-
to un cuidado particular en situar la política del Banco en su
contexto político y geoestratégico. Por otra parte, siete estu-
dios por países ilustran la política del Banco Mundial: Filipinas
(1946-1986), Turquía (1980-1990), Indonesia (1947-2005),
Corea del Sur (1945-1998), México (1970-2005), Ecuador
(1990-2019), Ruanda (1980-1990). Igualmente, estudié de
manera crítica cómo el Banco Mundial interpretó la Primave-
ra Árabe que comenzó en 2011. En diversas secciones del libro
también está analizada la política llevada a cabo por el Fondo
Monetario Internacional. Asimismo, se abordó la acción del
Banco Mundial concerniente a la crisis ecológica y al cambio
climático. El libro hace inteligibles las motivaciones políticas,
económicas y estratégicas del gobierno de Estados Unidos con
respecto al Banco Mundial. Gracias a la contribución de Ca-
mille Bruneau, feminista y miembro del equipo del CADTM,
este libro tiene un capítulo en donde se desarrolla una lectura
feminista de las políticas del Banco Mundial. En la última parte
se trata el tema de la justiciabilidad del Banco Mundial, y se
termina con una propuesta para reemplazar el BM, el FMI y la
OMC por nuevas instituciones multilaterales democráticas. Este
libro está ilustrado con tablas y gráficos; contiene además una
ficha signalética sobre el grupo del Banco Mundial y sobre el
FMI, así como un glosario con los principales nombres citados.
Si un concepto no quedara claro, consultar el glosario puede
facilitar su comprensión.
Como señalé en los agradecimientos, no podría haber reali-
zado este libro sin el concurso de personas muy próximas. Pero
los análisis aquí desarrollados son de mi entera responsabilidad,
y no comprometen a nadie más que a mí. Que sean retomados,

22
completados, aumentados, corregidos y, por supuesto, aplica-
dos, lo más ampliamente posible, es mi deseo más profundo
para lograr la emancipación de los oprimidos de la Tierra, lo
que es, en el fondo, el combate de toda una vida.

Éric Toussaint
Lieja, 16 de octubre de 2021

23
Prólogo

El golpe de Estado permanente del Banco Mundial

Es impresionante la lista de gobiernos surgidos de golpes de Es-


tado militares apoyados por el Banco Mundial
Entre los ejemplos más conocidos, citemos la dictadura del
Sha de Irán, instaurada en 1953 tras el derrocamiento del primer
ministro Mossadeg; la dictadura militar en Guatemala impuesta
por Estados Unidos en 1954 después de deponer al presidente
democrático Jacobo Arbenz; la de Duvalier en Haití, en 1957; la
del general Park Chung Hee en Corea del Sur, en 1961; la de los
generales brasileños en 1964; la de Mobutu en el Congo y la de
Suharto en Indonesia en 1965; la de los militares en Tailandia
en 1966; la de Idi Amín Dada en Uganda y la del general Hugo
Bánzer en Bolivia en 1971; la de Ferdinand Marcos en Filipinas en
1972; la de Augusto Pinochet en Chile en 1973; la de los genera-
les uruguayos y la de Habyarimana en Ruanda en 1973; la de la
junta militar argentina en 1976; la del régimen de Arap Moi en
Kenia en 1978; la dictadura en Pakistán desde 1978; el golpe de
Estado de Sadam Hussein en 1979 y la dictadura militar turca en
1980; la de Ben Ali en Túnez de 1987 a 2011 y la de Mubarak
en Egipto de 1981 a 2011.
Entre otras dictaduras apoyadas por el Banco Mundial, ci-
temos aún la de los Somoza en Nicaragua y la de Ceaucescu
en Rumanía. En Egipto continúa la dictadura de Abdul Fatah
al-Sissi, y la dictadura en el Chad de Idriss Déby que llegó hasta
abril de 2021, ya que Déby murió, en ese mes, en un combate
contra guerrilleros.

24
Recordemos también el apoyo dado a las dictaduras europeas:
la del general Franco en España y la del general Salazar en
Portugal.
Es evidente que el Banco Mundial apoyó metódicamente
unos regímenes despóticos, implantados o no por la fuerza, que
aplicaron, y continúan aplicando, políticas antisociales y que,
además, cometieron crímenes contra la humanidad. El Banco
demostró (y demuestra) una total falta de respeto a las normas
constitucionales de algunos de sus países miembros. Jamás va-
ciló en apoyar a unos militares golpistas y criminales, económi-
camente dóciles, ante los gobiernos democráticos. Y es lógico:
el Banco Mundial considera que el respeto a los derechos huma-
nos no forma parte de sus objetivos.
No nos debemos olvidar del respaldo que el Banco Mundial
brindó al régimen del apartheid de Sudáfrica, desde 1951 hasta
1968. El Banco se negó, explícitamente, a aplicar una resolución
de la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobada en
1964, que conminaba a todas las agencias de la ONU a cesar
su apoyo financiero a Sudáfrica porque el país violaba la Carta
de las Naciones Unidas. Ese apoyo, y la violación del derecho
internacional que el mismo implica, no deben quedar impunes.
Finalmente, como este libro revela, el Banco Mundial con-
cedió sistemáticamente, en el curso de los años cincuenta y
sesenta, préstamos a las potencias coloniales y a sus colonias
para proyectos que permitían aumentar la explotación de los
recursos naturales y de los pueblos, en beneficio de las clases
dirigentes de las metrópolis. El Banco, en ese contexto, se negó
a aplicar una resolución de las Naciones Unidas que llamaba a
cesar el sostén financiero y técnico a Portugal mientras este no
renunciara a su política colonial.2
Las deudas de las colonias de Bélgica, el Reino Unido y Francia
con el Banco Mundial, contraídas por decisión del poder colo-
nial, se transfirieron a los nuevos países en el momento del acceso
a su independencia.

2. El Banco Mundial concedió préstamos a Portugal hasta el año 1967.

25
El apoyo del Banco Mundial a los regímenes dictatoriales
se manifestó en la concesión de ayuda financiera así como en
la asistencia tanto técnica como económica. Ese respaldo fi-
nanciero y esa asistencia ayudaron a las dictaduras a man-
tenerse en el poder y perpetrar sus crímenes. Asimismo, el
Banco Mundial contribuyó a que esos regímenes no se vieran
aislados en el escenario internacional, porque el apoyo y la
asistencia facilitaron siempre sus relaciones con los bancos
privados y las empresas transnacionales. El modelo neoliberal
se impuso progresivamente en el mundo a partir de las dicta-
duras de Augusto Pinochet en Chile, en 1973, y de Ferdinand
Marcos en Filipinas, en 1972. Ambos regímenes fueron apo-
yados activamente por el Banco Mundial. Cuando los regíme-
nes dictatoriales llegaban a su fin, el Banco Mundial exigía,
sistemáticamente, a los nuevos gobiernos democráticos que
asumieran las deudas contraídas por sus predecesores. En re-
sumen, la ayuda financiera, cómplice del Banco con las dicta-
duras, se transformaba en una carga para los pueblos. Estos
deben pagar ahora las armas que los dictadores compraron
para someterlos.
En los años ochenta y noventa, y luego en una segun-
da ola entre 2011 y 2020, un buen número de dictaduras se
desplomaron, algunas bajo los ataques contundentes de po-
tentes movimientos democráticos. Los regímenes que les
sucedieron, en general, aceptaron las políticas recomenda-
das o impuestas por el Banco Mundial y el FMI, y prosiguie-
ron con el reembolso de una deuda, sin embargo, odiosa
(ver más adelante). El modelo neoliberal, después de haber sido
impuesto con ayuda de las dictaduras, se mantuvo gracias al
yugo de la deuda y al ajuste estructural permanente. En efec-
to, después del derrocamiento o el derrumbe de las dictadu-
ras, los gobiernos democráticos continuaron la aplicación de
unas políticas que no contribuyen, en absoluto, a las tentati-
vas de construir un modelo de desarrollo parcialmente autóno-
mo. La nueva fase de la mundialización comenzada en los años

26
ochenta, coincidiendo con el estallido de la crisis de la deuda,
implica, en general, una subordinación creciente de los países en
desarrollo (países de la Periferia) con respecto a los países más in-
dustrializados (países del Centro), a los cuales se agregó China.
También, hemos asistido al surgimiento de nuevos regímenes
autoritarios como en Brasil con Jair Bolsonaro (2019-2023),
Jeanine Añez (2019-2020) en Bolivia, Sebastián Piñera en Chile
(2018-2022), Iván Duque en Colombia (2018-2021), Rodrigo
Duterte en Filipinas (2016-2023). Todos esos gobiernos (excep-
to el de Áñez en Bolivia) están apoyados por el Banco Mundial
y el FMI. Y no olvidemos el régimen saudí, que es otro pilar de
esas instituciones.

La agenda oculta del Consenso de Washington

Tras el comienzo de las actividades del Banco Mundial y del FMI,


un mecanismo, a la vez de fácil comprensión pero, de compleja ins-
tauración, permitió someter las principales decisiones de esos or-
ganismos a la línea política y económica del gobierno de Estados
Unidos. Algunas veces, algunos gobiernos europeos, en particular,
del Reino Unido, Francia y Alemania, y también el de Japón, tuvie-
ron voz y voto, pero los casos son raros. A veces se producen fric-
ciones entre la Casa Blanca y la dirección del Banco Mundial y del
FMI, pero un análisis riguroso de la historia, desde el final de la Se-
gunda Guerra Mundial hasta el presente, demuestra que siempre
fue (y es) el gobierno de Estados Unidos quien tuvo la última pala-
bra en los ámbitos que le interesaban (e interesan) directamente.
La agenda pública del Consenso de Washington declara que
sus objetivos son: la reducción de la pobreza mediante el creci-
miento, el libre juego de las fuerzas del mercado, el libre comer-
cio y la menor intervención posible de los Estados.
Sin embargo, la agenda oculta del Consenso de Washington
demuestra una política que tiende a garantizar el mantenimien-
to del liderazgo de Estados Unidos a escala mundial y a la vez
desembarazar al capitalismo de los límites que se le habían

27
impuesto en la segunda posguerra. Esos límites eran el resulta-
do combinado de poderosas movilizaciones sociales —tanto en
el Norte como en el Sur—, de un comienzo de emancipación de
algunos pueblos colonizados y de algunas tentativas de aban-
donar el capitalismo. El Consenso de Washington es también la
intensificación del modelo productivista y extractivista.
Durante las últimas décadas, y en el marco del Consenso, el
Banco Mundial y el FMI reforzaron sus medios de presión sobre
un gran número de países, aprovechando la situación creada
por la crisis de la deuda. El Banco Mundial desarrolló sus filiales
—Sociedad Financiera Internacional (SFI), Agencia Multilateral
de Garantía de Inversiones (AMGI), Centro Internacional para
la Resolución de Conflictos Relativos a las Inversiones (CIADI)—
tejiendo una red cuya malla se fue haciendo cada vez más tupida.
Por ejemplo, el Banco Mundial concede un préstamo con la
condición de que el sistema de distribución y de saneamiento
del agua se privatice. En consecuencia, la empresa pública se
vende a un consorcio privado, en el cual encontramos, como al
azar, la SFI, filial del Banco. Cuando la población afectada por
la privatización se rebela contra el aumento abusivo de las tari-
fas y la caída de la calidad de los servicios, y la autoridad públi-
ca se enfrenta a la empresa transnacional predadora, la gestión
del litigio se confía al CIADI, juez y parte a la vez. Se llega así a
una situación tal, en que el Grupo Banco Mundial está presente
en todos los niveles: 1) imposición y financiación de la privati-
zación (Banco Mundial); 2) inversión en la empresa privatizada
(SFI); 3) garantía de la empresa (AMGI); 4) juicio en caso de
litigio (CIADI). Esto es precisamente lo que ocurrió en El Alto,
en Bolivia, en 2004-2005 (ver al final del libro, el anexo ABC del
Banco Mundial).
La colaboración entre el Banco Mundial y el FMI es tam-
bién esencial para ejercer la presión máxima sobre los poderes
públicos. Y para completar el tutelaje de la esfera pública y de
las autoridades para avanzar en la generalización del modelo,
la colaboración del binomio Banco Mundial/FMI se extiende

28
a la Organización Mundial del Comercio (OMC) desde su na-
cimiento, en 1995.
Por lo tanto, una diferencia fundamental separa la agenda
pública del Consenso de Washington de su versión oculta.
La agenda oculta, la que se aplica en realidad, en cambio,
tiene por objetivo la sumisión de la esfera pública y de la pri-
vada, de toda la sociedad humana, a la lógica de la búsqueda
del máximo beneficio en el marco del capitalismo. La puesta en
práctica de esta agenda implica la reproducción de la pobreza
(no su reducción) y el aumento de la desigualdad, también un
estancamiento, cuando no una degradación, de las condiciones
de vida de una gran mayoría de la población mundial, com-
binada con una concentración cada vez mayor de la riqueza.
Asimismo, comporta una prosecución de la degradación de
los equilibrios ecológicos, que pone en peligro el futuro de la
humanidad.
Una de las muchas paradojas de la agenda oculta es que,
en nombre del fin de la dictadura del Estado y de la liberación
de las fuerzas del mercado, los gobiernos aliados a las transna-
cionales utilizan la acción coercitiva de las instituciones públicas
multilaterales (Banco Mundial, FMI, OMC) para imponer su
modelo a los pueblos.

La ruptura como salida

Esas son las razones por las que hay que romper radicalmente
con el Consenso de Washington, y con el modelo aplicado por
el Banco Mundial.
Debemos entender que el Consenso no es solo un mecanis-
mo de poder y un proyecto que se limita al gobierno estadouni-
dense, flanqueado por su trío infernal. La Comisión Europea, la
mayor parte de los gobiernos europeos, y también el gobierno
japonés comulgan con el Consenso de Washington y traducen a
sus propios idiomas sus proyectos constitucionales y sus progra-
mas políticos. La ruptura con el Consenso, si se limita a poner

29
fin al liderazgo de Estados Unidos acompañado del trío Banco
Mundial-FMI-OMC, no constituye una alternativa, puesto que
las otras grandes potencias están prestas a tomar el relevo para
proseguir con unos objetivos bastante similares.
Imaginemos por un momento que la Unión Europea suplan-
ta a Estados Unidos en el liderazgo mundial. Eso no mejorará
sustancialmente la situación de los pueblos del planeta, porque
significa simplemente el reemplazo de un bloque capitalista del
Norte (uno de los polos de la Tríada) por otro. Imaginemos otra
posibilidad: la formación de un bloque China-Brasil-India-Su-
dáfrica-Rusia, que suplante a los países de la Tríada. Si ese blo-
que se guía por la lógica actual de sus gobiernos y por el sistema
económico que los rige, tampoco habría un verdadero cambio
positivo.
Es necesario reemplazar el Consenso de Washington por un
consenso de los pueblos fundado en el rechazo al capitalismo.
Hay que cuestionar a fondo el concepto de desarrollo estre-
chamente ligado al modelo productivista. Un modelo que excluye
la protección de las culturas y su diversidad; que agota los recur-
sos naturales y degrada de manera irreparable el ambiente; que
considera la promoción de los derechos humanos, en el mejor
de los casos, como un objetivo a largo plazo (pero a largo plazo
estaremos todos muertos); que, en realidad, más bien percibe
dicha promoción como un obstáculo para el crecimiento; que
considera la igualdad como impedimento, incluso como peligro.

Romper la espiral infernal del endeudamiento

El mejoramiento de las condiciones de vida de los pueblos


mediante la deuda pública es un fracaso. El Banco Mundial
pretende que para desarrollarse, los PED3 deben recurrir al
endeudamiento externo y atraer la inversión extranjera. Ese

3. El vocabulario para designar a los países a los cuales el Banco Mundial destinaba
sus préstamos de desarrollo evolucionó a lo largo de los años: al principio se utilizaba
la expresión “países atrasados”, luego se pasó a “países subdesarrollados” para llegar
a la expresión “países en desarrollo”, que algunos llaman “países emergentes”.

30
endeudamiento sirve principalmente para comprar equipamien-
to y bienes de consumo a los países más industrializados. Los
hechos demuestran, día tras día, desde hace décadas, que eso
no conduce al desarrollo.
Según la teoría económica dominante, el desarrollo del Sur
está retrasado debido a la insuficiencia de capitales nacionales
(insuficiencia del ahorro local). Siempre según esta teoría, los
países que pretendan emprender o acelerar su desarrollo tienen
que recurrir a los capitales externos utilizando tres vías: prime-
ra, endeudamiento exterior; segunda, atraer a los inversores
extranjeros; tercera, aumentar las exportaciones para obtener
las divisas necesarias para la compra de bienes extranjeros, que
permitan proseguir el crecimiento. Mientras que los más pobres
deben, también, intentar atraer donaciones comportándose
como buenos alumnos de los países desarrollados.
La realidad desmiente esa teoría: son los países en desarrollo
los que proveen de capitales a los países más industrializados,4
en particular, a la economía de Estados Unidos. El Banco Mun-
dial no dice lo contrario en un informe publicado en 2003: “Los
países en desarrollo, tomados en conjunto, son prestamistas
netos respecto de los países desarrollados”.5
Si los movimientos populares accedieran al gobierno en va-
rios PED y establecieran su propio banco de desarrollo y su
propio fondo monetario internacional, podrían evitar el Banco
Mundial, el FMI y las instituciones financieras privadas de los
países más industrializados.
No es verdad que los PED tengan que recurrir al endeuda-
miento externo para financiar su desarrollo. En la actualidad,
el recurso al empréstito sirve esencialmente para asegurar la

4. Milan Rivié (6 de noviembre de 2020). “Flujos financieros ilícitos: África como


principal acreedor del mundo” (cadtm.org)
5. “Developping countries, in aggregate, were net lenders to developed countries”.
(Banco Mundial [2003]. Global Development Finance, p. 13). En la edición de 2005 del
Global Development Finance, p. 56, el Banco escribió: “Los países en desarrollo ahora
son exportadores de capitales hacia el resto del mundo” (“Developping countries
are now capital exporters to the rest of the world”. Banco Mundial [2005]. Global
Development Finance, p. 56).
31
continuidad del pago de la deuda. A pesar de la existencia de
importantes reservas de divisas,6 los gobiernos y las clases do-
minantes locales del Sur no aumentan la inversión y los gastos
sociales. Es necesario romper con la visión dominante que ve el
endeudamiento como una necesidad absoluta.
Además, no hay que dudar en abolir o repudiar las deudas
odiosas o ilegítimas.

Abolir las deudas odiosas

Según la doctrina jurídica de la deuda odiosa cuya teoría de-


sarrolló Alexander Sack en 1927, una deuda es “odiosa” cuando
se juntan dos condiciones esenciales:
1. La ausencia de beneficio para la población: la deuda no fue
contraída en nombre del interés del pueblo y del Estado,
sino contra su interés y/o por el interés personal de dirigen-
tes y de personas próximas al poder.
2. La complicidad de los prestamistas: los acreedores sabían
(o estaban en condiciones de saber) que los fondos presta-
dos no beneficiaban a la población.
Según esta doctrina, la naturaleza despótica o democrática
de un régimen no debe tenerse en cuenta.
El padre de la doctrina de la deuda odiosa, Alexander Sack,
dice de forma clara que se pueden atribuir a un gobierno regular
deudas odiosas. Según Sack: “una deuda contraída regularmen-
te por un gobierno regular (puede) considerarse como incues-
tionablemente odiosa”.

Sack definía un gobierno regular de la siguiente manera:


Debemos considerar como gobierno regular el poder supremo
que existe efectivamente dentro de los límites de un territo-
rio determinado. Que ese poder sea monárquico (absoluto o

6. Las reservas de cambio son haberes en divisas extranjeras y en oro conservadas por
un banco central. Pueden estar también bajo la forma de bonos y obligaciones del
Tesoro de Estados extranjeros, en particular bonos del Tesoro de Estados Unidos.
32
limitado) o republicano; que proceda de la “gracia de Dios” o
de la “voluntad del pueblo”; que exprese la “voluntad del pue-
blo” o no, del pueblo entero o solamente de una parte de éste¸
que se haya establecido legalmente o no, etc., todo eso no tiene
importancia para el problema que nos ocupa.7
Sack escribió que una deuda puede considerarse odiosa si:
a ) Las necesidades, a causa de las cuales el anterior gobierno
había contraído la deuda en cuestión, eran “odiosas” y franca-
mente contrarias a los intereses de la población de todo o parte
del antiguo territorio,
 ) los acreedores, en el momento de la emisión del préstamo,
b
habían estado al corriente de su destino odioso.
Y prosigue:
Establecidos estos dos puntos, correspondería a los acreedores
la tarea de probar que los fondos producidos por los citados
préstamos habían sido utilizados, de hecho, no para necesida-
des odiosas, dañinas para la población de todo o de parte del
Estado, sino para necesidades generales o especiales de ese Es-
tado, que no ofrezcan un carácter odioso.8
Esta doctrina que fue aplicada varias veces a lo largo de la
historia, por diferentes gobiernos, es también útil para denun-
ciar como odiosas las deudas reclamadas por el Banco Mundial
y el FMI a los países del Sur y a otros países como Grecia.

Recurrir a préstamos legítimos y financiar el Estado


mediante impuestos socialmente justos

Dicho esto, el endeudamiento público no es malo en sí, si se con-


cibe de una manera radicalmente distinta a la del sistema actual.

7. Alexander N. Sack (1927).Les effets des transformations des États sur leurs dettes publiques
et autres obligations financières: traité juridique et financier, Recueil Sirey, París. Se puede
consultar el documento casi completo (en francés), en descarga libre en la página
web del CADTM: http://cadtm.org/IMG/pdf/Alexander_Sack_DETTE_ODIEUSE.pdf
8. Éric Toussaint (26 de noviembre de 2016). “La deuda odiosa según Alexan-
dre Sack y según el CADTM”, CADTM. Disponible en https://www.cadtm.org/
La-deuda-odiosa-segun-Alexander

33
El empréstito público es del todo legítimo si sirve a proyectos
legítimos y si aquellos que contribuyen al empréstito lo hacen de
manera legítima. La deuda pública podría utilizarse para finan-
ciar ambiciosos programas de transición ecológica y no para
aplicar políticas antisociales, extractivistas y productivistas que
favorezcan la competencia entre las naciones.
Efectivamente, las autoridades públicas pueden utilizar los
préstamos, por ejemplo, para:
− Financiar el cierre total de las centrales térmicas y nucleares.
− Reemplazar las energías fósiles por fuentes de energía re-
novables respetuosas del medio ambiente.
− Financiar la conversión de los métodos agrícolas actuales
(que contribuyen al cambio climático y utilizan muchos
insumos químicos responsables de la disminución de la
biodiversidad), y al mismo tiempo, favorecer la produc-
ción local de alimentos biológicos para volver a la agri-
cultura compatible con nuestra lucha contra el cambio
climático.
− Reducir radicalmente los transportes aéreos y por carrete-
ra, y desarrollar los transportes colectivos y la utilización
del tren.
− Financiar un programa ambicioso de vivienda social con
poco consumo de energía.
− Financiar la investigación médica pública y los gastos
de salud pública para hacer frente a los graves problemas de
salud que afectan a la humanidad.
Un gobierno popular no dudará en obligar a las empresas
(nacionales, extranjeras o multinacionales), así como a las fa-
milias más ricas, a contribuir al empréstito, sin obtención de
ningún beneficio, es decir con interés nulo y sin compensación
en caso de inflación. Al mismo tiempo, las familias de clases
populares con ahorros serían invitadas a confiar ese dinero a
los poderes públicos para financiar los proyectos legítimos ya
citados. Esa financiación voluntaria, por medio del ahorro de
las clases populares, estaría remunerada por un impuesto real

34
positivo, por ejemplo del 4 %. Eso significa que si la inflación
anual alcanzara el 3 %, las autoridades públicas pagarían un
interés nominal del 7 %, para garantizar un tipo real del 4 %.
Un mecanismo de ese tipo sería perfectamente legítimo ya
que permitiría financiar proyectos realmente útiles para la socie-
dad y contribuiría a reducir la riqueza de los ricos, aumentando,
al mismo tiempo, los ingresos de las clases populares.
Hay también otras medidas que deben permitir la financia-
ción legítima del presupuesto del Estado: obtener un crédito del
Banco Central con un tipo de interés cero, establecer un im-
puesto a las grandes fortunas y a los más altos ingresos, descon-
tar las multas sobre las empresas responsables del gran fraude
fiscal, reducir radicalmente los gastos militares, acabar con los
subsidios a bancos y a grandes empresas, aumentar los impues-
tos a las empresas extranjeras especialmente en los sectores de
las materias primas, etcétera.

Los pueblos se liberarán por sí mismos

En 2020, ningún gobierno, aparte del de Cuba, hablaba de un


cambio profundo de las reglas del juego a favor de los pue-
blos. Los gobiernos de China, de Rusia y de los principales PED
(India, Brasil, Nigeria, Indonesia, Tailandia, Corea del sur, Méxi-
co, Argelia, Sudáfrica…) no expresaban ninguna intención de
cambiar, en la práctica, la situación mundial en beneficio de los
pueblos.
Y, sin embargo, en el plano político, si quisieran, los princi-
pales PED podrían constituir un potente movimiento capaz de
imponer reformas democráticas fundamentales en todo el siste-
ma multilateral. Podrían adoptar una política radical: repudiar
la deuda y aplicar un conjunto de políticas que rompieran con
el neoliberalismo.
Estoy persuadido de que eso no se materializará en un fu-
turo próximo, puesto que el escenario radical no se pondrá en
marcha a corto plazo. Una aplastante mayoría de dirigentes

35
actuales de los PED están totalmente atrapados en el modelo
neoliberal. En la mayoría de los casos, están por completo li-
gados a los intereses de las clases dominantes que no ofrecen
ninguna perspectiva de alejamiento real (sin siquiera hablar de
ruptura) en relación con las políticas seguidas por las grandes
potencias industriales, de las cuales, en la actualidad, China
forma parte. Una gran parte de los capitalistas del Sur se limitan
a un comportamiento de rentistas, y cuando ese no es el caso,
buscan, cómo máximo, ganar partes del mercado, explotando
al máximo tanto al pueblo trabajador como a la naturaleza.
Es el caso de los capitalistas brasileños, surcoreanos, chinos,
rusos, sudafricanos, indios… que piden a sus gobiernos obtener
de los países más industrializados concesiones en el marco de
negociaciones comerciales bilaterales o multilaterales. Además,
la competitividad y los conflictos entre los gobiernos de los PED,
entre los capitalistas del Sur, son reales y pueden exacerbarse. La
agresividad comercial de los capitalistas de China, Rusia, Brasil
con respecto a sus competidores del Sur provoca divisiones te-
naces. No obstante se produce un entendimiento (entre ellos y
entre el Sur y el Norte) para imponer a las trabajadoras y los tra-
bajadores de sus países un deterioro de las condiciones de tra-
bajo bajo pretexto de aumentar al máximo su competitividad.
Pero más temprano o más tarde, los pueblos se liberarán de
la esclavitud de la deuda y de la opresión ejercida por las clases
dominantes del Norte y del Sur. Obtendrán por su lucha el es-
tablecimiento de políticas que redistribuyan las riquezas y que
acaben con el modelo productivista destructor de la naturaleza.
Los poderes públicos estarán obligados a dar prioridad abso-
luta a la satisfacción de los derechos humanos fundamentales.

Salir del ciclo infernal del endeudamiento


sin caer en una política de caridad

Necesitamos, ante todo, una gestión alternativa: es imprescin-


dible salir del círculo infernal del endeudamiento sin caer en

36
una política de caridad, que tiene por fin perpetuar un sistema
mundial dominado completamente por el capital y por algunas
grandes potencias y sociedades transnacionales. Se tendría que
establecer un sistema internacional de redistribución de los in-
gresos y de las riquezas con el fin de reparar el saqueo multisecu-
lar a los que fueron sometidos—y lo son todavía— los pueblos
de la Periferia. Esas reparaciones, bajo forma de donaciones, no
han de conceder ningún derecho de injerencia de los países más
industrializados en los asuntos de los pueblos indemnizados.
En el Sur, habría que inventar mecanismos de decisión sobre
el destino de los fondos y del control sobre su utilización en
manos de las poblaciones y de las correspondientes autorida-
des públicas. Todo eso abre un amplio campo de reflexión y de
experimentación.
La movilización de agricultores y de pescadores de Gujarat
(oeste de la India), víctimas de los efectos ambientales y socia-
les de una central de carbón financiada por la Sociedad Finan-
ciera Internacional (SFI), encargada dentro del Grupo Banco
Mundial de la financiación de empresas privadas, consiguió una
sentencia importante de la Corte Suprema de Estados Unidos,
el 27 de febrero de 2019. Los jueces decidieron que la SFI no
podía reclamar la inmunidad de las organizaciones internacio-
nales cuando se financian actividades comerciales. Eso muestra
que la acción popular puede dar resultados positivos.

Deshacernos del Banco Mundial y del FMI,


y reemplazarlos por otras instituciones multilaterales

Hay que ir más lejos y deshacernos del Banco Mundial y del


FMI para reemplazarlos por otras instituciones mundiales ca-
racterizadas por un funcionamiento democrático. El nuevo
Banco Mundial y el nuevo Fondo Monetario Internacional, cua-
lesquiera que sean sus nuevos nombres, deben tener misiones
radicalmente diferentes a las actuales: deben garantizar la sa-
tisfacción de los tratados internacionales sobre los derechos

37
humanos (políticos, civiles, sociales, económicos y culturales)
en el ámbito del crédito internacional y de las relaciones mo-
netarias internacionales. Esas nuevas instituciones mundiales
deben formar parte de un sistema institucional mundial promo-
vido por unas Naciones Unidas radicalmente reformadas.
Es esencial y prioritario que los países en desarrollo se asocien
para constituir lo antes posible entidades regionales dotadas de
un Banco común y de un Fondo monetario común. Durante la
crisis del sureste asiático y de Corea de 1997 a 1998, los países
afectados habían pensado en la constitución de un Fondo Mo-
netario Asiático. La discusión fue abortada por la intervención
de Washington. La falta de voluntad de los gobiernos hizo el
resto. En Sudamérica, bajo el impulso del gobierno de Hugo
Chávez, se establecieron los fundamentos de un Banco del Sur
en 2008, pero finalmente no se llegó a nada. En 2007-2009,
el gobierno ecuatoriano afrontó a sus acreedores y obtuvo una
victoria, pero los otros gobernantes de izquierda de la región no
le siguieron.

Con la epidemia de la Covid-19, uno se da cuenta


de que el Banco Mundial y el FMI contribuyeron
a degradar los sistemas de salud

En 2020, la crisis sanitaria mundial provocada por el coronavi-


rus mostró hasta qué punto las políticas dictadas por el dúo
Banco Mundial/FMI y aplicadas por los gobiernos degradaron
los servicios públicos de salud y dejaron que la epidemia hicie-
ra estragos. Sin embargo, si los gobiernos hubieran dado la es-
palda al Consenso de Washington y al neoliberalismo, podrían
haber reforzado los instrumentos esenciales de una buena po-
lítica de salud pública tanto por el personal empleado como
por las infraestructuras, los stocks de medicamentos, los equipa-
mientos, la investigación, la producción de medicamentos y de
tratamientos, así como también por la cobertura sanitaria de la

38
población. Evidentemente, la crisis del coronavirus no hubiera
alcanzado las enormes proporciones que alcanzó.
En efecto, si los gobiernos hubieran roto con la lógica de
austeridad del Banco Mundial y del FMI, un aumento radical
de inversiones en salud pública habría tenido también efectos
muy importantes para combatir otras enfermedades, que gol-
pean sobre todo a los países del Sur global. Por ejemplo, la Re-
pública Democrática del Congo (RDC) dedica 2,5 veces más
recursos al pago de la deuda externa (11,3 %) que a gastos de
salud (4,4 %).9
Según el último informe sobre la malaria (o paludismo) en el
mundo, publicado en diciembre de 2019, 228 millones de casos
fueron detectados en 2018 y se calculó en 405 000 el número
de decesos debidos a esa enfermedad. En 2018, 10 millones de
personas contrajeron la tuberculosis y 1,5 millones murieron de
la enfermedad, entre las cuales 251 000 portadores de VIH. Esas
enfermedades podrían ser combatidas con éxito si los gobiernos
dedicaran a ello los recursos suficientes.
Otras medidas complementarias permitirían combatir tam-
bién la malnutrición infantil y el hambre que destruyen la vida
cotidiana de uno de cada 9 seres humanos, o sea, más de 800
millones de habitantes del planeta. Cerca de 2,5 millones de
niños mueren cada año en el mundo, directamente por desnu-
trición, o por enfermedades ligadas a su débil inmunidad debi-
do a la subalimentación.
Asimismo, si se realizaran inversiones para aumentar masi-
vamente el aprovisionamiento de agua potable y de la evacua-
ción/saneamiento de las aguas residuales, también se podría
lograr una reducción radical de las muertes por enfermedades
diarreicas, que llegan a ser más de 430 000 por año (fuente:
OMS, 2019).

9. Jubilee Debt Campaign (abril de 2020). “Comparing debt payments with health
spending”. Disponible en https://jubileedebt.org.uk/press-release/sixty-four-countries-
spend-more-on-debt-payments-than-health; https://jubileedebt.org.uk/wp-content/
uploads/2020/04/Debt-payments-and-health-spending_13.04.20.pdf

39
Aunque sería necesario abolir las deudas ilegítimas reclama-
das a los pueblos, el Banco Mundial, el FMI y la mayoría de
gobernantes solo hablan de moratorias de pago y proponen
nuevas fórmulas de endeudamiento masivo. La Covid-19 está
siendo utilizada para reforzar ese nuevo ciclo, con condiciones
que acentúan la austeridad y afectan al bienestar de las genera-
ciones futuras.

Suspensión inmediata del pago de las deudas públicas.


Al mismo tiempo, realización de una auditoría
con participación ciudadana para conocer
la parte ilegítima de la deuda y poder anularla

La suspensión inmediata del pago de las deudas públicas debe


hacerse junto a una auditoría con participación ciudadana con
el fin de identificar la parte ilegítima y anularla.
Una cosa debe quedar clara: si se busca la emancipación de
los pueblos y la plena satisfacción de los derechos humanos,
las nuevas instituciones financieras y monetarias, tanto regio-
nales como mundiales, deben estar al servicio de un proyecto
de sociedad en ruptura con el neoliberalismo, el extractivismo
y el productivismo, es decir con el capitalismo. Es necesario
contribuir, tanto como sea posible, a que un nuevo y potente
movimiento social y político sea capaz de ayudar a la convergen-
cia de las luchas sociales y de contribuir a la elaboración de un
programa de ruptura con el capitalismo, priorizando soluciones
anticapitalistas, antirracistas, ecologistas, feministas, interna-
cionalistas y socialistas.

Es fundamental actuar:

− Para lograr la socialización de los bancos con expropia-


ción de los grandes accionistas;

40
− para la suspensión del pago de la deuda pública dando
tiempo a la realización de una auditoría, con participa-
ción ciudadana, con el fin de repudiar la parte ilegítima
de la deuda;
− por un impuesto de crisis muy elevado para los más ricos,
por la anulación de las deudas reclamadas de manera ile-
gítima a las clases populares (deudas estudiantiles, deudas
hipotecarias abusivas, microcréditos abusivos…);
− por el cierre de las bolsas de valores que son lugares de
especulación;
− por la reducción radical del tiempo de trabajo (con man-
tenimiento del salario) con el fin de crear un gran número
de empleos socialmente útiles;
− por el aumento radical de los gastos públicos de salud y
educación;
− por la socialización de las empresas farmacéuticas y del
sector de la energía;
− por la relocalización del máximo posible de producción
y el desarrollo de circuitos cortos y por toda una serie de
otras demandas esenciales.

41
Terminología: Sur/Norte-países
en desarrollo/países desarrollados.
¿De qué estamos hablando
cuando utilizamos estos términos?

Un vocabulario que no es neutral


Los términos empleados para referirse a las diferentes catego-
rías de países reflejan las divergencias teóricas y políticas en ma-
teria de análisis y de estrategia. Estas se refieren, en general, a
los contenidos sociales de los conceptos económicos: las cate-
gorías de la economía se presentan, a menudo, como reflejo de
leyes naturales en las cuales las relaciones sociales y las relacio-
nes de fuerza no están especialmente consideradas. Así, domi-
na ampliamente el concepto de subdesarrollo como si fuera un
simple retardo, imputado a veces a causas naturales. Es impor-
tante que revisemos algunos de estos términos:
− Países subdesarrollados: es el término más antiguo, cayó en
desuso cuando rápidamente se le consideró peyorativo.
− Países en vías de desarrollo o en desarrollo: estas expresiones son
menos peyorativas que la anterior, pero se inscriben en el
mismo problema del atraso. Además se prejuzga que hay una
mejora de la situación que no siempre se verifica. El Banco
Mundial todavía utiliza esta clasificación de países “desarrolla-
dos”/países “en vías de desarrollo” (PED).10
− Países menos adelantados: término utilizado en las clasificaciones
de las instancias internacionales, acumula todos los defectos
precedentes.
− Tercer Mundo: término acuñado por Alfred Sauvy en 1952
(por analogía con el Tercer Estado), que tuvo un gran éxito
durante la Guerra Fría para nombrar a todos los países con

10. Tariq Khokar (noviembre de 2015). “¿Debemos seguir usando el término ‘mundo
en desarrollo’?”. Disponible en http://worldbank.org

42
voluntad de independencia, respecto tanto de Estados Uni-
dos como de la URSS. Dos factores han hecho conflictivo su
empleo, aunque la costumbre subsistió: por una parte la de-
saparición en 1991 de la URSS y del bloque que capitanea-
ba, y por otra la creciente heterogeneidad de los antiguos
países del Tercer Mundo, de los cuales varios tuvieron un
verdadero desarrollo económico, e, incluso, algunos pudie-
ron unirse a los países “desarrollados” según la clasificación
del Banco Mundial. A comienzos del siglo xxi, China se ha
convertido en la segunda potencia económica mundial.

“En 1951, en una revista brasileña hablé de tres mundos, sin emplear
la expresión ‘Tercer Mundo’. Esta expresión la creé y la utilicé por
primera vez por escrito en el semanario francés L’Observateur del 14
de agosto de 1952. El artículo terminaba así: ‘pues, finalmente, ese
Tercer Mundo ignorado, explotado, despreciado como el Tercer Esta-
do, también quiere ser algo’. Trasladaba así la famosa frase de Sieyès
sobre el Tercer Estado durante la Revolución Francesa”.
Alfred Sauvy, demógrafo y economista

− Países pobres: expresión que pone el acento en la pobre-


za económica de la mayoría de la población de esos paí-
ses. Oculta las desigualdades escandalosas que existen en
ellos. Además, cierto número de países considerados po-
bres son en realidad ricos en recursos naturales, sin hablar
de su riqueza cultural. Más bien, habría que hablar de paí-
ses explotados o empobrecidos
− Países del Sur: expresión comodín para subrayar la fractura
con los países del Norte del planeta, a menudo “desarrolla-
dos” y dominantes. Pero tiene dos defectos: silencia las nu-
merosas excepciones a esta clasificación geográfica y puede
hacer caer en un fatalismo natural. Es por ello que en Amé-
rica Latina se habla del Sur Global y del Norte Global, con el
fin de distinguirlos de las realidades geográficas Norte/Sur.
También utilizamos la denominación Sures para destacar la
heterogeneidad entre los países del Sur.

43
− Países de la Periferia: expresión emparentada con los enfo-
ques estructuralista y marxista, que pone en evidencia los
fenómenos de dominación dentro del capitalismo mundial,
hegemonizados por los países más industrializados que
aplican políticas imperialistas.
− Países emergentes: designa a las economías que han iniciado
un proceso de industrialización innegable que los hace so-
bresalir del conjunto, antes más homogéneo, del Tercer
Mundo. China, India y Brasil son los principales ejemplos.
La expresión es, muy a menudo, sustituida por “mercados
emergentes”, lo que pone en evidencia la visión neoliberal
de un desarrollo que solo puede pasar por su inserción en
la división internacional del trabajo impuesta por la mun-
dialización financiera. Cabe señalar que cinco países, con-
siderados como emergentes, desarrollaron entre ellos una
colaboración en el marco llamado BRICS de acuerdo a su
letra inicial: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
− Países en transición hacia la economía de mercado: eufemismo
empleado para designar los países del Este europeo que,
después del hundimiento de la URSS y el estallido del blo-
que soviético, acabaron en un proceso de restauración
capitalista.

Para el CADTM, la distinción Norte/Sur, países desarrollados/paí-


ses en desarrollo oculta también la dominación de las instituciones
financieras internacionales (IFI) como el Banco Mundial, el FMI y los
otros prestamistas, que imponen políticas imperialistas y neocolonia-
les bajo el control de las grandes potencias del Norte.

A pesar de las carencias que presentan estos diferentes tér-


minos, utilizamos como sinónimos: países del Sur, Sures, Peri-
feria, países empobrecidos, países en desarrollo (PED), Tercer
Mundo. Estos términos se emplean generalmente por oposición
a: países del Norte, Norte, Centro, considerados también como
sinónimos. En el seno de este grupo dominan los principales

44
países industrializados, o países imperialistas. Estados Unidos,
Europa Occidental y Japón también son designados como la
Tríada en este libro.
Con gran reticencia y por razones ligadas a los datos estadísti-
cos, el CADTM se ve obligado a basarse en las categorías estable-
cidas por el Banco Mundial. Efectivamente, el CADTM no tiene
recursos suficientes para establecer, a escala mundial, su propia
base de datos estadísticos, que tendría en cuenta criterios mucho
más pertinentes que los que el Banco Mundial utiliza para esta-
blecer las diferentes categorías de países.
En 2020, según el Banco Mundial, los “países en desarrollo”
se dividen a su vez en tres categorías,11 de acuerdo al nivel de sus
ingresos:
− 31 “países de ingresos bajos”: el PIB por habitante es igual
o menor a 1025 USD anuales.
− 47 “países de ingresos medios inferiores”: el PIB por ha-
bitante está comprendido entre 1026 USD y 3995 USD
anuales.
− 60 “países de ingresos medios superiores”: el PIB por ha-
bitante está comprendido entre 3996 USD y 12 375 USD
anuales.
En la categoría “países en desarrollo”, encontramos econo-
mías tan diversas como Tailandia y Haití, Brasil y Níger, Rusia
y Bangladesh. Entre los 60 “países de ingresos medios superio-
res”, el Banco Mundial incluye a China. Pero nosotros clasifica-
mos China aparte, dado su gran peso económico y el enorme
tamaño de su población. Según nuestro censo, existen por lo
tanto 137 países del Sur Global en 2010, y según el Banco Mun-
dial hay 138.
Esquemáticamente, el “Sur” agrupa a América Latina, Caribe,
Oriente Próximo, África del Norte, África subsahariana, Asia del
Sur, Asia del Sureste y del Pacífico, Asia Central, Turquía, países

11. Banco Mundial (2020). “World Bank Country and Lending Groups”. Disponible
en https://bit.ly/3ER9YvU. Consultado el 3 de enero de 2020.

45
de Europa central y Europa del Este que no son miembros de la
Unión Europea, así como Bulgaria y Rumanía que sí son miem-
bros de la Unión Europea (ver la lista al final de este capítulo).
Cuando empleamos el término “Norte”, nos referimos al grupo
de países identificados por el Banco Mundial por su alto nivel de
ingresos, o sea los 80 países cuyos PIB por habitante es superior a
12 375 USD anuales.
Por lo tanto, el Norte agrupa los países de la Europa Occi-
dental, los Estados de Europa Central y del Este miembros de la
Unión Europea (excepto Bulgaria y Rumanía), Estados Unidos
de América, Canadá, Japón, Corea del Sur, Australia, Nueva
Zelanda; y unos cuarenta países más situados en latitudes va-
riadas. Todos estos países no son necesariamente “industriali-
zados”, ya que sus economías deberían estar compuestas por
un importante sector industrial que produjera bienes manufac-
turados. En efecto, algunos de estos países son poco o nada
industrializados, pero son considerados por los organismos
internacionales como de ingresos elevados, ya sea porque lo-
graron atraer importantes capitales extranjeros, especialmente,
gracias a su estatus de paraíso fiscal (como Panamá, Seychelles,
Bahamas, Islas Caimán), ya sea porque obtienen unos fuertes
ingresos de la extracción petrolera (como los Estados árabes
del golfo Pérsico o el sultanato de Brunéi en Asia del sureste).

Distribución mundial de la población,


de la riqueza y de las emisiones de CO2
Sobre una población mundial estimada en unos 7800 millones
de personas en 2020, a los países del Sur les corresponde alre-
dedor del 66 %, a China cerca del 18 % y a los países del Norte
aproximadamente el 16 %.12

12. Organización de las Naciones Unidas, Departamento de Asuntos económicos y


sociales, División de población, World Population Prospects 2019, Online Edition. Rev. 1.

46
Gráfico 1. Distribución de la población mundial en 2020

Fuente: Naciones Unidas.

El Producto Interior Bruto (PIB) es el indicador clásico uti-


lizado por numerosos economistas para evaluar la producción
de riquezas en el mundo. Sin embargo, nos proporciona una
visión imperfecta, tendenciosa y cuestionable de esa evaluación,
al menos por cinco razones:
− El trabajo no remunerado, principalmente realizado por las
mujeres y que es vital para la reproducción social, no se
tiene en cuenta.
− Los efectos dañinos sobre el medio ambiente no se regis-
tran como cifras negativas (ver tabla siguiente).
− La unidad de cuenta considerada es el precio de un bien o
de un servicio, y no la cantidad de trabajo necesario para
su realización.
− Las desigualdades en el interior de los países no se incor-
poran al cálculo.
− El impacto de la deuda sobre los indicadores económicos,
políticos, sociales y culturales de los países está excluido.
A pesar de esas carencias, el PIB es revelador de los desequi-
librios económicos entre el Norte y el Sur. El PIB, así como los
otros indicadores económicos que aparecen en este artículo
están expresados en dólares estadounidenses (USD) —salvo

47
indicación contraria— ya que, en 2020, el 60 %13 de las reservas
de cambio, el 88 %14 de los intercambios internacionales y la
mayoría de los préstamos se denominaban en esa divisa.
Tabla 1. Distribución del Producto Mundial Bruto
por categorías de países

Distribución del PIB mundial


Regiones
En 2010 En 2018

66 051 85 910
PIB mundial billones billones
de USD de USD
Países del Norte (países con ingresos altos) 69,0 % 63,0 %
China 9,0 % 16,0 %
Países del Sur 22,0 % 21,0 %
De los cuales, países con ingresos medios superio-
14,8 % 12,5 %
res (excepto China)
De los cuales, países con ingresos medios inferiores 6,8 % 7,8 %
De los cuales, países con ingresos bajos 0,6 % 0,7 %

Fuente: Banco de datos del Banco Mundial (los totales y subtotales pueden no coincidir exactamen-
te ya que las cifras fueron redondeadas). Consultado el 21 de enero de 2020.

La acumulación de riquezas está, en su mayoría, concentrada


en el Norte, en una proporción casi inversa a su población. Aun-
que la parte del Norte haya disminuido en estos últimos años,
conviene señalar que eso no se explica por una mayor parte acu-
mulada por el Sur, sino por el fuerte crecimiento económico de
China.
El Producto Mundial Bruto (PMB) equivale a la suma de los
productos interiores brutos de los Estados del planeta. Se expre-
sa en dólares estadounidenses.

13. Fondo Monetario Internacional (2019). World Currency Composition of Official


Foreign Exchange Reserves, tercer trimestre. Disponible en https://bit.ly/3GBTvw3.
Consultado el 21 de enero de 2020.
14. Banco de Pagos Internacionales (BPI) (septiembre de 2009). Triennial Central Bank
Survey. Foreign exchange turnover in April 2019.

48
La cifra del PIB por habitante revela el abismo que separa el
Norte del Sur.
Tabla 2. Producto Interior Bruto
por habitante y por categorías de países

PIB por habitante (en USD)


Regiones
En 2010 En 2018

Mundo 9540,9 11 312,5


Norte (países con ingresos altos) 39 174,0 44 786,6
China 4550,5 9770,8
Sur 3590,3 4971,2

De los cuales, países con ingresos medios superiores


6344,4 9205,4
(incluida China)

De los cuales, países con ingresos medios inferiores 1662,4 2217,1


De los cuales, países con ingresos bajos 642,0 833,9

Fuente: Banco Mundial.

Distribución geográfica de los emisores de CO2e15


Sabemos que, actualmente, los principales emisores de gases de efec-
to invernadero (GEI) son los países del Norte, junto a China, Brasil
e India.
Es frecuente escuchar a numerosos responsables políticos y jefes
de grandes empresas de los países del Norte que China es la principal
emisora de GEI y que, por lo tanto, debería ser el país que se esfor-
zara más para disminuir esas emisiones y luchar contra el cambio
climático. Pero ese discurso trata, en realidad, de redimir a los países
del Norte al hacer abstracción de su responsabilidad histórica en la
emisión de gases GEI, desde la revolución industrial del siglo xix (los
GEI perduran largo tiempo en la atmósfera y sus efectos concretos

15. El CO2e significa literalmente “equivalente de CO2”, que permite contabilizar


los gases de efecto invernadero que no se tienen en cuenta cuando se habla solo
de CO2.

49
sobre el cambio climático pueden aparecer 40 años después de su
emisión). Ese discurso también silencia el papel de China en la di-
visión industrial del trabajo: muchísimas emisiones provenientes de
China son consecuencia de la fabricación de bienes manufacturados
vendidos en el mundo entero —y especialmente en el Norte, donde el
poder adquisitivo de la gente es más alto— por multinacionales cuyas
sedes se encuentran en los países del Norte.
Un análisis más profundo de las emisiones de CO2e, que tienen en
cuenta esas “emisiones importadas”,16 ahonda todavía más la grieta
que separa los países del Norte de los países del Sur.

Gráfico 2. Distribución geográfica de emisores de CO2e


por países agrupados por categorías de ingresos (1971-2012)

Fuente: Indicadores de desarrollo humano en el mundo, base de datos del Banco


Mundial. Últimos datos disponibles. Consultado el 4 de marzo de 2021.

Población mundial en 2019:


Países con ingresos bajos: 668,45 millones de habitantes (8,71 %).
Países con ingresos medios inferiores: 2910 millones de habitantes
(37,97 %).
Países con ingresos medios superiores: 2860 millones de habitantes
(37,22 %).
Países con ingresos altos: 1230 millones de habitantes (16,11 %).

16. “Emisiones importadas” son, por ejemplo, las que se les puede adjudicar a una
empresa, como una textil estadounidense deslocalizada en China, cuyos productos
finalmente serán vendidos y consumidos en Estados Unidos.

50
Gráfico 3. Distribución mundial
de las emisiones de carbono (2010-2018)

Fuente: Gráfico sacado del libro de Thomas Piketty (2019). Capital e ideología, Ediciones
Deusto, Barcelona, tercera parte, capítulo 13, p. 797. Datos disponibles en http://
piketty.pse.ens.fr/fr/ideologie

Lectura del gráfico: El peso de América del Norte (Estados Unidos


y Canadá) en las emisiones totales de carbono (directas e indirectas)
es del 21 % entre 2010 y 2018 (primera columna correspondiente
a América del Norte (Estados Unidos + Canadá). Si se consideran
las emisiones individuales superiores a la media mundial (6,2 t de
CO2e por año, responsables del 45 % de las emisiones totales) alcan-
za el 36 % (segunda columna correspondiente a América del Norte
(Estados Unidos + Canadá). Hay un nuevo aumento, hasta el 46 %
si se consideran las emisiones superiores a 2,3 veces la media mun-
dial (tercera columna del mismo gráfico), o sea, el tope del 10 %
de emisiones individuales mundiales, responsables del 45 % de las
emisiones totales, mientras que los países que menos emiten son res-
ponsables del 13 %. Finalmente, Estados Unidos y Canadá alcanzan
el 57 % de las emisiones superiores a 9,1 veces la media, o sea el
tope del 1 % de las emisiones individuales mundiales, responsables del
14 % de las emisiones (cuarta columna del grupo). Por lo tanto, está
claro que Estados Unidos y Canadá son los mayores responsables
de la sobrecontaminación masiva.

51
De forma similar, la red Global Footprint desarrolló un indica-
dor que liga, simultáneamente, el Indicador de Desarrollo Humano
(IDH) con la huella ecológica del país. El Indicador de Desarrollo
tiene como objetivo tratar de medir el nivel de desarrollo de los paí-
ses, sin restar importancia a su peso económico medido por el PIB,
del cual ya se señalaron las lagunas que comporta. El IDH hace la sín-
tesis de tres series de datos: salud/longevidad, conocimientos o nivel
de educación y nivel de vida. El PNUD calcula el IDH. Al considerar
esas dos variables, el análisis del “desarrollo” es del todo diferente:
en 2015, ningún país del mundo reunía a la vez un IDH muy elevado y
una huella ecológica sostenible. Por otro lado, los países que se acer-
caban más eran principalmente los de América Latina, y el primero
de todos, Cuba.
De esa manera, los países del Norte pudieron desarrollar sus eco-
nomías y alcanzar niveles de vida relativamente elevados, mediante
una estrategia industrial que no se preocupó de las enormes emisio-
nes de GEI. En la necesaria lucha contra el calentamiento climático,
la reducción de emisiones de CO2 de los Estados del Norte tiene que
ser de manera proporcional mucho más grande que la de los Estados
del Sur. Eso haría que el total de emisiones permitidas, en el marco
de una reducción drástica a nivel mundial, pueda servir para la rea-
lización de una transición hacia un sistema energético global 100 %
renovable y para mejorar la calidad de vida en los países del Sur.
Es fundamental poner de relieve la responsabilidad de las gran-
des empresas capitalistas durante los dos últimos siglos. En efecto,
las enormes empresas que se originaron en el siglo xix o comienzos
del xx tienen una enorme responsabilidad en las emisiones de gases
de efecto invernadero (GEI). Para citar algunos ejemplos: en el sec-
tor agroalimentario, podemos nombrar a Cargill (1865), Coca Cola
(1886), PepsiCola (1898), Monsanto (1901), Unilever (1930); en el
sector del petróleo están Exxon Mobil (1870), Chevron (1879), Schell
(1907), BP (1909), Total (1924); en el sector del acero y del metal,
Thyssen Krupp (1811), Arcelor Mittal (una unión de diferentes gru-
pos nacidos en la primera mitad del siglo xx); en el sector del automó-
vil, Renault-Nissan-Mitsubishi (grupo de tres empresas creadas entre
1870 y 1932), Ford (1903), General Motors (1908), Volkswagen
(1937); en el sector de los minerales, tenemos a Rio Tinto (1873),

52
BHP Billiton (1895). Si calculáramos la cantidad de GEI que sus ac-
tividades generaron desde su creación, nos daríamos cuenta de que
eso representa una proporción muy importante de lo que se acumuló
en en la atmósfera, como una verdadera bomba de tiempo que ha
terminado por explotar.
Además, finalmente, hay que agregar en la actualidad a una serie
de empresas privadas, o en algunos casos públicas, originarias de
países capitalistas llamados emergentes que también tienen un papel
nefasto para el ambiente: Gasprom y Rosneff en Rusia; Sinopec y
Petrochina en China, Petrobras y Vale do Rio Doce en Brasil, Coal
India y Tata en India, etc. Y sobre todo en la segunda década del
este siglo hay que contar con las GAFAM —Google, Apple, Facebook,
Amazon, y Microsoft— por su nefasto impacto en el medio ambien-
te. Fundamentalmente, ya sea en el Norte o en el Sur, el modo de
producción capitalista es responsable de la destrucción del planeta.
En lugar de responsabilizar a la humanidad de la crisis ecológica ha-
blando del antropoceno, sería conveniente responsabilizar al modo
de producción capitalista como causa de la crisis y utilizar la expre-
sión “capitaloceno”.

Más allá de la fractura Norte/Sur:


explotación de clase en cada país
No obstante, ese panorama de la situación económica mun-
dial es muy incompleto, puesto que ignora las enormes de-
sigualdades de ingresos y de acumulación de riquezas en el
interior de una misma categoría de países. El capitalismo se ex-
tendió en todo el planeta. En este sistema, la clase capitalista,
que representa una minoría ínfima de la población, siempre
aumenta su enriquecimiento gracias a las riquezas producidas
por el trabajo de la mayoría de la población, y también gra-
cias a la explotación de la naturaleza, sin preocuparse por los
límites físicos de la misma. Desposeídos de la propiedad de los
medios de producción, la mayoría de personas no tienen otra
opción, para poder vivir, que la de vender su fuerza de trabajo

53
a los capitalistas (los propietarios de los medios de produc-
ción), que buscan que la remuneración de ese trabajo sea la
más baja posible, impidiendo a una aplastante mayoría de la
población salir de la condición social en la que se encuentra.
A la inversa, las riquezas acumuladas por los capitalistas les
permiten invertir, en sectores variados, con el fin de aumentar
sus fuentes de beneficios, explotando al mismo tiempo a los
seres humanos y a la naturaleza.
Con el fin de mantener sus beneficios en el nivel más alto
posible y de asegurarse de que ese modo de producción perdu-
re, la clase capitalista busca, además de mantener los salarios
directos lo más bajos posibles, impedir la redistribución de las
riquezas al hacer una magra contribución a los impuestos, po-
sicionándose en contra de las políticas sociales tales como los
servicios públicos de salud, educación, vivienda. Los capitalistas
también tienen interés en impedir la organización colectiva de
los trabajadores y trabajadoras, especialmente al ponerse en
contra de los derechos del trabajo: derecho a constituir sin-
dicatos, derecho de huelga, derecho a las negociaciones co-
lectivas, etc. Inversamente los trabajadores tienen el máximo
interés en organizarse para ganar derechos sociales y cuestio-
nar las desigualdades. Por lo tanto, existe una lucha de clases
en el ámbito internacional, cuya intensidad varía según el nivel
de organización colectiva del proletariado, en un lugar y un
período determinado, frente a indignantes injusticias.
Las desigualdades económicas entre los diferentes grupos
de población pueden medirse principalmente por el patrimo-
nio que poseen las personas y por los ingresos que reciben
(ingresos del trabajo como salarios, jubilaciones o subsidios
sociales e ingresos del capital como beneficios de empresas,
dividendos percibidos por acciones, etc.).
Los grupos más pobres de la población mundial poseen li-
teralmente menos que nada: están endeudados y deben dinero
a sus acreedores, casi siempre bancos, por consiguiente, a los
grupos más ricos de la población. En Estados Unidos, cerca del
12 % de la población, es decir más de 38 millones de personas,

54
tienen un patrimonio negativo.17 Su nivel de endeudamiento,
debido principalmente a los préstamos estudiantiles y a los
hipotecarios, es de tal magnitud que rebaja el patrimonio acu-
mulado del 50 % más pobre hasta volverlo negativo (-0,1 %).18

Tabla 3. La desigualdad en la distribución del patrimonio

Porcentaje de los diferentes grupos EE. UU. Francia China India


de la población en el patrimonio total (2014) (2014) (2014) (2012)

El 10 % más rico 73,0 % 55,3 % 66,7 % 62,8 %


Del cual, el 1 % más rico 38,6 % 23,4 % 27,8 % 30,7 %
Del cual, el 9 % siguiente 34,4 % 31,9 % 38,9 % 32,1 %
El 40 % del medio 27,1 % 38,4 % 26,7 % 30,8 %
El 50 % más pobre -0,1 % 6,3 % 6,6 % 6,4 %

Fuente: World Inequality Database (el total de algunas columnas puede no ser del 100 % ya que se
redondearon las cifras).

Tabla 4. La desigualdad en la distribución de los ingresos totales

Porcentaje de los diferentes


Mundo UE28 EE. UU. China India
grupos de la población
(2016) (2016) (2014) (2015) (2015)
en los ingresos totales

El 10 % más rico 52,1 % 33,4 % 47,0 % 41,4 % 56,1 %


Del cual, el 1 % más rico 20,4 % 10,3 % 20,2 % 13,9 % 21,3 %
Del cual, el 9 % siguiente 31,7 % 23,1 % 26,8 % 27,5 % 34,8 %
El 40 % de ingresos medios 38,2 % 44,6 % 40,4 % 43,7 % 29,2 %
El 50 % más pobre 9,7 % 22,0 % 12,6 % 14,8 % 14,7 %

Fuente: World Inequality Database (el total de algunas columnas puede no ser del 100 % ya que se
redondearon las cifras).

17. Chuck Collins (28 de enero de 2016). “Negative Wealth Matters”, Inequality.org. Dis-
ponible en https://inequality.org/great-divide/negative-wealth-matters/. Consultado el
21 de enero de 2020.
18. World Inequality Database. Disponible en https://wid.world. Consultado el 21 de
enero de 2020. (En castellano: Página de Inicio - WID - World Inequality Database).

55
Así que la cuestión no es oponer Norte y Sur en su globalidad,
sino hacer emerger una dinámica “geográfica” de conjunto: la
mayoría de las decisiones son tomadas por una ínfima minoría
de la población del Norte y del Sur (el 1 %) y tiene graves con-
secuencias negativas para la gran mayoría de la población del
Sur y del Norte (el 99 %). En el interior de cada país y de cada
región, el sistema de dominación y de explotación existe y se
reproduce.
Por ejemplo, en India, una pequeñísima minoría se enriquece
en forma escandalosa gracias al trabajo efectuado por centena-
res de millones de sus compatriotas más pobres. Si pasamos a
otra región del mundo, el Consorcio internacional de periodis-
tas de investigación (ICIJ) revelaba, en enero de 2020, los me-
canismos depredadores y de expoliación utilizados por Isabel
dos Santos para convertirse en la mujer más rica de África, en
detrimento principalmente de la población de su país, Angola.19
En Estados Unidos, la primera economía mundial, más de
14 millones de familias, incapaces de pagar sus préstamos
hipotecarios, fueron expulsadas de sus viviendas, como con-
secuencia de la crisis de las subprime de 2006 (aunque las expul-
siones masivas son anteriores a la crisis y continúan hasta hoy).
Más allá de la distinción entre bloques geográficos, se trata,
ante todo, y es eso lo esencial, de la explotación de la gran ma-
yoría de la población, tanto en el Sur como en el Norte, por
una ínfima minoría, la clase capitalista llamada comúnmente
“el 1 %”. El comportamiento de esta clase dominante se rige por
la búsqueda del máximo beneficio a corto plazo. Es indispensa-
ble comprender y combatir esa brecha ya que si no se hace, se
corre el riesgo de no identificar las alternativas pertinentes en
la lucha por la emancipación de la gran mayoría, víctima de las
relaciones de explotación y de opresión.

19. Véase Joan Tilouine (19 de enero de 2020). “Luanda Leaks: la mainmise d’Isabel
dos Santos, la femme la plus riche d’Afrique, sur les finances de l’Angola”, LeMonde.fr.
Disponible en https://bit.ly/3pUDvyz. Consultado el 21 de enero de 2020.

56
La dominación patriarcal
Asimismo, es fundamental tener en cuenta la opresión y la ex-
plotación de las mujeres en todos los rincones del planeta. La
opresión de las mujeres es muy antigua y preexistente al capita-
lismo, pero este la transformó y la reforzó en algunas caracte-
rísticas. Llamamos “patriarcado” a la organización social —en
la actualidad dominante— en la cual una división binaria existe
entre los “hombres” y las “mujeres”, a quienes se les asigna unas
normas de género coaccionantes. El poder —económico, político,
en el seno de las familias, etc.— está principalmente en manos de
los hombres. Las mujeres, y también las minorías de género y de
orientación sexual sufren una serie de opresiones. En el capitalis-
mo, el patriarcado se traduce en especial por la asignación a las
mujeres de la mayoría de las tareas de “reproducción social”, lo
que corrientemente nombramos como cuidados, que permiten
producir y regenerar las condiciones de existencia de la fuerza de
trabajo (como la educación, los cuidados, la alimentación, etc.),
y por consiguiente, del capitalismo. Esas tareas se realizan, por
lo general, en el ámbito familiar, de manera invisibilizada y no
remunerada, aunque también está subpagado y/o desvalorizado
el trabajo en los sectores de la salud y de la enseñanza, por ejem-
plo. Esta opresión se reproduce de múltiples formas más allá del
aspecto estrictamente económico: por el lenguaje, la filiación, los
estereotipos, las religiones, la cultura, etc. La opresión de las mu-
jeres y del sistema patriarcal se combina de manera indisoluble en
la explotación capitalista ya sea en el Sur o en el Norte del plane-
ta, así como otros sistemas de dominación, como el racismo. Los
efectos del endeudamiento público y privado ilegítimo refuerzan
la opresión de las mujeres.

57
Las relaciones Centro/Periferia
tanto en el Norte como en el Sur
Las grandes empresas privadas de Brasil ejercen sobre sus veci-
nos de América Latina relaciones imperialistas de dominación;
las grandes empresas de China ejercen ese tipo de relaciones
con países de África, de Asia del Sur y de Asia del sureste. A
veces, esas relaciones de dominación se denominan “subimpe-
rialismos”, “imperialismos periféricos” o incluso “imperialismos
regionales”.
Dentro de la Unión Europea en donde la casi totalidad de
países están en el grupo de los países del Norte (a excepción de
Rumanía y Bulgaria), los países periféricos están dominados por
los países de economías más fuertes y sus grandes empresas pri-
vadas. Y es especialmente el caso de los países llamados de la “pe-
riferia Sur” como Grecia, Chipre, España, Portugal, y los países
de la “periferia Este” de Europa Central y de Europa Oriental. En
el interior de Estados Unidos, el pueblo de la isla de Puerto Rico
está sometido a una relación neocolonial.
Por ende, es muy conveniente completar nuestra comprensión
de las relaciones internacionales con el concepto de centro(s)
y periferia(s) económico/a(s), tanto a escala continental como
regional.20 El modelo centro-periferia permite informar mejor del
sistema de opresión de un centro constituido por economías do-
minantes que imponen sus condiciones a las economías de la
Periferia que soportan ese sistema, basado en relaciones de
desigualdad y de mecanismos de dependencia, al servicio de la
acumulación de capital.

20. Véase François Houtart (2016). “Rapports Nord-Sud ou la rigueur des concepts”,
Alternatives Sud, vol. 23, nº 2, pp. 157-178.

58
Listas de los países del Sur y del Norte,
según la clasificación del Banco Mundial
Economías de ingresos bajos
(PIB per cápita: 1025 USD o menos)
Afganistán, Benín, Burkina Faso, Burundi, Corea del Norte,
Chad, Eritrea, Etiopía, Gambia, Guinea, Guinea-Bissau, Haití,
Liberia, Madagascar, Malaui, Malí, Mozambique, Nepal, Níger,
República Centroafricana, República Democrática del Congo
(Congo-Kinsasa), Ruanda, Sierra Leona, Somalia, Sudán del
Sur, Siria, Tayikistán, Tanzania, Togo, Uganda, Yemen.

Economías de ingresos medios bajos


(PIB per cápita: 1026 a 3995 USD)
Angola, Bangladesh, Bolivia, Bután, Cabo Verde, Camboya, Came-
rún, Cisjordania y Gaza, Comoras, Costa de Marfil, Egipto, El Sal-
vador, Estados Federados de Micronesia, Esuatini, Filipinas, Ghana,
Honduras, India, Indonesia, Islas Salomón, Kenia, Kiribati, Kirguis-
tán, Laos, Lesoto, Marruecos, Mauritania, Moldavia, Mongolia,
Myanmar, Nicaragua, Nigeria, Pakistán, Papúa Nueva Guinea, Re-
pública del Congo (Congo-Brazzaville), Santo Tomé y Príncipe, Se-
negal, Sudán, Timor-Leste, Túnez, Ucrania, Uzbekistán, Vanuatu,
Vietnam, Yibuti, Zambia, Zimbabue.

Economías de ingresos medios altos


(PIB per cápita: 3996 a 12 375 USD)
Albania, Argelia, Argentina, Armenia, Azerbaiyán, Belice, Bie-
lorrusia (Belarús, según la ONU), Bosnia y Herzegovina, Bot-
suana, Brasil, Bulgaria, China, Colombia, Costa Rica, Cuba,
Dominica, Ecuador, Fiyi, Gabón, Georgia, Granada, Guatemala,
Islas Marshall, Guinea Ecuatorial, Guyana, Irán, Iraq, Jamaica,
Jordania, Kazajistán, Kosovo, Líbano, Libia, Macedonia del Norte,
Malasia, Maldivas, Mauricio, México, Montenegro, Namibia,
Nauru, Paraguay, Perú, República Dominicana, Rumanía, Rusia
(Federación de), Samoa, Samoa Americana, San Vicente y las

59
Granadinas, Santa Lucía, Serbia, Sri Lanka, Sudáfrica, Surinam,
Tailandia, Tonga, Turkmenistán, Turquía, Tuvalu, Venezuela.

Economías de ingresos altos


(PIB per cápita: 12 376 USD o más)
Alemania, Andorra, Antigua y Barbuda, Arabia Saudí, Aruba,
Australia, Austria, Bahamas, Barbados, Baréin, Bélgica, Bermu-
das, Brunéi Darussalam, Canadá, Chile, Chipre, Croacia, Cura-
zao, Dinamarca, Emiratos Árabes Unidos, Eslovaquia, Eslovenia,
España, Estados Unidos, Estonia, Finlandia, Francia, Gibraltar,
Grecia, Groenlandia, Guam, Hong Kong, Hungría, Irlanda, Isla de
Man, Islas Anglonormandas, Islas Caimán, Islas Feroe, Islas Ma-
rianas del Norte, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes (EE. UU.),
Islas Vírgenes Británicas, Islandia, Israel, Italia, Japón, Kuwait, Le-
tonia, Liechtenstein, Lituania, Luxemburgo, Macao, Malta, Mó-
naco, Noruega, Nueva Caledonia, Nueva Zelanda, Omán, Países
Bajos, Palau, Panamá, Polinesia Francesa, Polonia, Portugal,
Puerto Rico, Qatar, Reino Unido, República Checa, República
de Corea (Corea del Sur), Saint Kitts y Nevis, San Martin (parte
francesa), San Martin (parte holandesa), San Marino, Seychelles,
Singapur, Suecia, Suiza, Taiwán, Trinidad y Tobago, Uruguay.

60
Capítulo 1
En los orígenes de las instituciones
de Bretton Woods

Para evitar la repetición de crisis como la de 1929, pero tam-


bién para asegurar su liderazgo en el mundo de la segunda
posguerra, el gobierno de Estados Unidos no tardó en proyec-
tar la creación de unas instituciones financieras internaciona-
les. En 1944 nacieron en Bretton Woods el Banco Mundial y
el Fondo Monetario Internacional. Al principio, la administra-
ción Roosevelt era favorable a la creación de instituciones fuer-
tes, capaces de imponer sus reglas al sector financiero privado,
incluido Wall Street. Pero ante la hostilidad de los banqueros,
Roosevelt dio marcha atrás. Por otra parte, el reparto de los
votos en el seno del Banco Mundial y del FMI refleja la voluntad
de dominio de algunas potencias sobre el resto del mundo.

En los orígenes21
Fue en 1941, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando comenzó
la gestación y la discusión de unas instituciones internacionales

21. Esta parte se basa principalmente en las siguientes obras: 1) Oliver, Robert
W. (1975). International Economic Cooperation and the World Bank, MacMillan Press,
Londres, 421 pp.; 2) Mason Edward S. y Asher, Robert E. (1973). The World Bank
since Bretton Woods, The Brookings Institution, Washington, D. C., cap. 1, pp. 11-35;
3) Kapur, Devesh, Lewis, John P., Webb, Richard (1997). The World Bank, Its First
Half Century, Vol. 1: History, Brookings Institution Press, Washington, D. C., espe-
cialmente el cap. 2, pp. 57-84; 4) George, Susan y Sabelli, Fabrizio (1994). Crédits
sans Frontières, col. Essais, La Découverte, París, cap. 1, pp. 28-45, en castellano,
los mismos autores: La religión del crédito. El Banco Mundial y su imperio secular (1994).
Intermón, colección Libros del Encuentro; 5) Rich, Bruce (1994). Mortgaging the
Earth, Earthscan, Londres, cap. 3, pp. 49-80 ; 6) Aglietta, Michel, y Moatti, Sandra
(2000). El Fondo Monetario Internacional. Del orden monetario a los desórdenes financieros,
Editorial Akal, cap. 1; 7) Catherine Gwin, “U.S. relations with the World Bank,
1945-1992”, en Kapur, Devesh, Lewis, John P., Webb, Richard, ob. cit.,. vol. 2,
pp. 195-200.

61
que se debían establecer cuando ese gran conflicto terminara.
Dentro de la administración estadounidense, Harry White pre-
sentó al presidente Franklin D. Roosevelt (desde 1933 a 1945),
en mayo de 1942, un proyecto titulado “Plan para un fondo de
estabilización de las Naciones Unidas y asociadas y un banco de
las Naciones Unidas para la reconstrucción y el desarrollo” (Plan
for a United and Associated Nations Stabilization Fund and a Bank for
Reconstruction and Development of the United Nations). Uno de sus
objetivos era convencer a las naciones aliadas en lucha contra
las potencias del eje (Alemania, Italia y Japón) de que, cuando
llegara la paz, tendrían que establecerse mecanismos que impi-
dieran que la economía mundial volviera a caer otra vez en una
depresión comparable a la de los años treinta.
Entre 1941 y julio de 1944, momento en que se celebró la Con-
ferencia de Bretton Woods, se descartaron diversas propuestas
contenidas en el plan inicial. Pero una de ellas se materializó: la
creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco
Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD), más
conocido como Banco Mundial.
Para entender mejor la función atribuida a esas dos institu-
ciones, vale la pena remontarse al final de los años veinte y a
los años treinta. La profunda depresión económica que azota-
ba de lleno a Estados Unidos provocó un efecto de contagio
sobre todo el capitalismo mundial. Un síntoma de ese conta-
gio fue la interrupción por Alemania, en 1931, del pago de la
deuda de guerra a Francia, Bélgica, Italia y el Reino Unido. Y
continuando con el contagio, tras la huella de Alemania, esos
países interrumpieron el reembolso de su deuda externa con
Estados Unidos.22 Por su parte, Estados Unidos redujo drás-
ticamente la exportación de capitales en 1928, y sobre todo,

22. Éric Toussaint (2004). La Bourse ou la vie. La Finance contre les peuples, CADTM/Sy-
llepse/Cetim, Lieja/Ginebra/París, cap. 7, pp. 173-184 (La Bolsa o la Vida. Las finanzas
contra los pueblos, CLACSO, Buenos Aires, pp. 159-163). Versión anterior en castellano,
mismo título. Editorial: S.A. Tercera prensa, Donostia, 2002.

62
en 1931,23 disminuyendo de forma considerable, al mismo
tiempo, sus importaciones. Consecuencia: el flujo de dólares
de Estados Unidos hacia el resto del mundo cesó, y los paí-
ses endeudados con la primera potencia mundial no dispu-
sieron ya de dólares suficientes para los pagos de sus deudas.
Pero también les faltaban los dólares para comprar productos
estadounidenses y, por consiguiente, la máquina capitalista
mundial se paralizó. Las devaluaciones competitivas se multi-
plicaron, ya que todos los países trataron de conquistar par-
tes del mercado a expensas de los otros. El mundo capitalista
desarrollado se instaló en una espiral recesiva.
El economista y funcionario británico John Maynard Keynes
comentaba con cierto sarcasmo la actitud de Estados Unidos
desde 1932: “El resto del mundo le debe dinero. Rechaza que sea
reembolsado en especies; rechaza que lo reembolsen en títulos;
ya han recibido todo el oro disponible. El rompecabezas en el
que han metido al resto del mundo no admite más que una sola
solución: hallar algún modo de arreglárselas sin sus exportaciones”.24
Una de las enseñanzas que sacó el gobierno de Estados Uni-
dos, bajo la presidencia de Franklin Roosevelt, fue que un gran
país acreedor debe poner a disposición de los países deudores
las divisas que les permitan pagar su deuda. Otra enseñanza, y
esta era audaz: si un Estado quiere que su industria exportadora
obtenga un beneficio máximo y duradero, en ciertos casos es
preferible hacer donaciones y no préstamos. Abordaremos esa
cuestión más adelante cuando tratemos el Plan Marshall para
la reconstrucción de Europa (1948-1951). Continuemos aún,
brevemente, en los años treinta, antes de pasar a la génesis de
las instituciones de Bretton Woods en el curso de la guerra.

23. Robert W. Oliver, ob. cit., pp. 72-75 y 109.


24. John Maynard Keynes (1991). Collected Writings, vol. XXI, MacMillan, Londres,
citado por Cheryl Payer (1991). Lent and Lost. Foreign Credit and Third World Development,
Zed Books, Londres, p. 20.

63
Creación del Export-Import Bank
de Washington (1934)
El Export-Import Bank de Washington (agencia pública esta-
dounidense de crédito a la exportación, rebautizado más tarde
como Eximbank) fue creado en 1934 con la finalidad de proteger
y favorecer a los exportadores de Estados Unidos. Garantizaba
las exportaciones y concedía créditos a largo plazo a extranjeros
para que importasen productos estadounidenses. Cada dólar
prestado debía ser gastado en la compra de mercaderías pro-
ducidas en Estados Unidos. El Export-Import Bank solo desem-
bolsaba el dinero después de haber recibido la prueba de que
los productos ya habían sido embarcados hacia el extranjero.
Al comienzo, la suma total de préstamos fue muy modesta: 60
millones de USD durante los primeros cinco años. Pero luego
el volumen aumentó rápidamente. En 1940, su capacidad de
préstamo alcanzó los 200 millones y en 1945 llegó a la suma
de 3500 millones de USD. En los primeros años, el Export-Im-
port Bank puso su diana en Latinoamérica y el Caribe, China y
Finlandia. Los intereses en juego eran tanto económicos como
geoestratégicos.

Nacimiento del Banco Interamericano (1940)


En 1940 se creó otro instrumento financiero: el Banco Inte-
ramericano. Una institución interestatal, fundada por iniciati-
va de Estados Unidos en el marco de la Unión Panamericana
(ancestro de la Organización de Estados Americanos, OEA).
Formaban parte del mismo, desde su origen, Bolivia, Brasil,
Colombia, República Dominicana, Ecuador, México, Nicara-
gua, Paraguay, Uruguay y Estados Unidos. Ese banco prefiguró,
en cierta manera, el Banco Mundial, que sería fundado cuatro
años más tarde.
El principal arquitecto del lado estadounidense era un parti-
dario convencido de la intervención pública en la economía, un

64
adepto al New Deal:25 Emilio Collado, el número dos del Depar-
tamento de Estado.26 Muy pronto participaría en las decisiones
preparatorias de Bretton Woods y en 1944 sería el primer re-
presentante (director ejecutivo) de Estados Unidos en la direc-
ción del Banco Mundial. No solo el Departamento de Estado
estuvo involucrado en el lanzamiento del Banco Interamericano
en 1940. También el Departamento del Tesoro estuvo represen-
tado por Henry Morgenthau y su asistente, Harry White.
Cuatro razones fundamentales impulsaron a la administra-
ción Roosevelt a la creación del Banco Interamericano:
Primera: El gobierno comprendió que no solo debía prestar
dinero para que le compraran sus productos, sino que también
debía comprar las exportaciones de aquellos a los que quería
vender sus mercancías. La Alemania nazi, que dominaba una
parte de Europa, estaba aprovisionándose e invirtiendo en La-
tinoamérica.27 El establecimiento del Banco Interamericano
debía permitir estrechar los lazos entre Estados Unidos y todos
sus vecinos del Sur.

25. El New Deal fue el nombre dado por el presidente de Estados Unidos Franklin De-
lano Roosevelt a la política llevada a cabo para luchar contra los efectos de la Gran
Depresión en Estados Unidos.
26. El Departamento de Estado es en Estados Unidos el ministerio encargado de
conducir la política exterior del país.
27. El representante de Chile en el Banco Interamericano, Carlos Dávila, escribió el
8 de enero de 1940: “En 1938, Alemania absorbía el 2 por ciento del cacao exporta-
do por nuestros países; el 25 por ciento de las cabezas de ganado; el 16 por ciento
del café; el 19 por ciento del maíz; el 29 por ciento del algodón; el 6 por ciento del
trigo y el 23 por ciento de la lana. [...] Una nueva y más estrecha forma de asocia-
ción es necesaria a fin de desarrollar y explotar los recursos mineros y agrícolas de
Latinoamérica con vistas a ofrecer productos que se pueden vender en Estados Uni-
dos sin competir con los productores locales. Una colaboración financiera, técnica
y comercial que podría ampliarse a la actividad industrial, que permitiría promo-
ver y aumentar la producción en Latinoamérica de una gran variedad de artículos
manufacturados que, en este momento, Estados Unidos no puede o no le interesa
importar de otros continentes. Es conveniente desde todo punto de vista que los
capitales necesarios para llevar a cabo este programa provengan de Estados Unidos y
de inversores latinoamericanos. Solo así se podría cerrar la página de la historia de las
dificultades que han encontrado las inversiones estadounidenses”. Citado por Robert
W. Oliver, ob. cit., p. 95.

65
Segunda: Washington consideraba que no podía contar con
el sector financiero privado de Estados Unidos para prestar ca-
pitales al sur del río Grande, mientras catorce países latinoame-
ricanos estaban en cesación de pagos, total o parcial, de su
deuda externa. Entendía que Wall Street y los grandes bancos
estadounidenses eran responsables de la crisis de 1929 y de su
prolongación. Había que dotarse entonces de un instrumento
público para actuar seriamente.
Tercera: Con el fin de convencer a los gobiernos latinoame-
ricanos de que participaran de manera activa en el juego de re-
laciones reforzadas con Estados Unidos, había que proponerles
un instrumento que, oficialmente, persiguiera unos objetivos,
no directamente subordinados al vecino del Norte. A. A. Berle,
adjunto del secretario del Departamento de Estado, lo precisó
con claridad:
En el pasado, los movimientos de capital se consideraban como
francamente imperialistas. Por lo general conducían a dificul-
tades de uno u otro tipo. Al otro país no le gustaba pagar: los
intereses generados se consideraban con frecuencia tiránicos. Estamos
aún liquidando muchos de los conflictos del siglo diecinueve
que fueron causados por movimientos de capital violentos y no siem-
pre claros.28
Cuarta: Había que fundar un banco en el que participaran
los países prestatarios y además tuvieran voz y voto. El razona-
miento era muy simple: para asegurarse de que los prestata-
rios reembolsaran su deuda, era mejor que formaran parte del
banco. El mismo principio se aplicó en el caso de la construc-
ción del Banco Mundial y del FMI.
En cuanto al reparto de los derechos de voto en el seno
del Banco Interamericano, los criterios aplicados también se-
rían adoptados por el Banco Mundial y el FMI. El principio de
“un país, un voto” se abandonó en beneficio de un sistema
basado en el peso económico (en este caso, el volumen de las
exportaciones).

28. Citado por Robert W. Oliver, ob. cit., pp. 96-97.

66
El sistema preveía una guinda en el pastel para los países lati-
noamericanos: la existencia de una institución bancaria multila-
teral debía protegerlos frente al recurso de la fuerza por parte
de los acreedores, deseosos de recuperar sus fondos. En efecto,
no hacía mucho tiempo que Estados Unidos y otras potencias
acreedoras todavía intervenían militarmente, o bien tomaban el
control de las aduanas o de la administración de los impuestos
de los países endeudados, para recuperar lo que presuntamente
les debían.29
Hay que destacar aquí que, en aquel momento, la actitud
firme de un número importante de países latinoamericanos (ca-
torce, entre ellos Brasil, México, Colombia, Chile, Perú y Bolivia)
que decidieron cortar total o parcialmente el reembolso de su
deuda externa, fue coronada por el éxito. En su haber debemos
poner tres resultados positivos: su crecimiento económico fue
superior al de los países que continuaron los pagos; recuperaron
un margen importante de autonomía frente a los países ricos;
y lejos de ser excluidos de cualquier otra forma de financiación,
fueron cortejados por diferentes gobiernos del Norte, que les
ofrecían financiación pública. Es la prueba de que la firmeza
puede ser rentable.

Las discusiones en la administración Roosevelt


Desde 1942, en la administración Roosevelt se discutía viva-
mente sobre el orden económico y financiero que era necesario
implantar en la posguerra. Algunas ideas relativas a la deuda y
a los movimientos de capitales volvían a debatirse con regulari-
dad: había que establecer instituciones públicas multilaterales
que, ante el carácter aleatorio de la inversión internacional pri-
vada, proveyeran capitales públicos. Esas instituciones tendrían

29. Éric Toussaint (2004). Las finanzas contra los pueblos, ob. cit., cap. 7. Véase también
Éric Toussaint (2017). Sistema deuda. Historia de las deudas soberanas y de su repudio, Icaria
Editorial, Barcelona, 2018.

67
que “controlar las inversiones internacionales de capital priva-
do, proporcionando medios judiciales y de arbitraje para la re-
solución de las disputas entre acreedor y deudor, y para eliminar
el peligro de la utilización, por parte de los países acreedores, de
sus reclamaciones como fundamento para demandas políticas,
militares o económicas ilegítimas” (extracto de un memorán-
dum del Consejo de Relaciones Exteriores con fecha del 1.° de
abril de 1942).

Un primer proyecto, muy ambicioso, de Harry White


Como hemos visto más arriba, Harry White trabajaba desde
1941 en el Departamento del Tesoro en la elaboración de un
plan relativo a la creación de dos grandes instituciones multi-
laterales. Franklin Roosevelt recibió un primer plan en mayo de
1942, según el cual no había que esperar el final de la guerra
para crear un Fondo de estabilización de los tipos de cambio
(el futuro Fondo Monetario Internacional) y un Banco interna-
cional para proveer capitales. White precisaba: “Dos agencias
separadas, aunque relacionadas, serían mejor que una sola,
pues una agencia que se ocupe de ambas tareas tendría dema-
siado poder, y se correría el riesgo de cometer errores de juicio
demasiado grandes”.30 El Fondo y el Banco deberían incluir a
todos los países, comenzando por los Aliados. El peso relativo
de cada nación miembro estaría en función de su peso eco-
nómico. Los países prestatarios tendrían que formar parte del
Banco, porque esto los motivaría a pagar. Ambas instituciones
deberían favorecer políticas que garantizaran el pleno empleo.
El Fondo debería asegurar la estabilidad de los tipos de cam-
bio, el abandono progresivo de los controles cambiarios y de los
subsidios a la exportación.
El Banco, por su parte, debería aportar capitales para la
reconstrucción de los países afectados por la guerra y para el

30. Citado por Robert W. Oliver, ob. cit., pp. 111-112.

68
desarrollo de las regiones atrasadas; además, tendría que ayudar
a estabilizar los precios de las materias primas. El Banco debería
prestar capitales a partir de su propio fondo y disponer de una
moneda propia: la unitas.
El ambicioso proyecto, tal como lo había concebido Harry
White, fue profundamente revisado a la baja en el curso de los
dos años siguientes.
Como es lógico, Wall Street y el Partido Republicano eran
particularmente hostiles a varios puntos fundamentales del plan
White. No querían que hubiera dos instituciones públicas fuer-
tes que pretendieran reglamentar la circulación de capitales pri-
vados y que compitieran con ellos.
Franklin Roosevelt decidió pactar. Eso permitía garantizar
una ratificación en el Congreso de los acuerdos de Bretton
Woods, de julio de 1944, por amplia mayoría. En efecto eso fue
así, en 1945. Las concesiones hechas por Roosevelt eran consi-
derables, a tal punto que desnaturalizaron el proyecto original.
Con todo, Wall Street esperó hasta 1947 para apoyar realmente
al Banco y al Fondo.
Entre las propuestas originales31 que fueron desechadas antes
de la Conferencia de Bretton Woods estaban:
− La creación de una moneda propia del Banco. Harry
White, como hemos visto, proponía llamarla unitas. John
Maynard Keynes, que por su parte hacía una proposición
coincidente, la denominaba bancor.
− El recurso del Banco a su capital propio para conceder
préstamos. Finalmente se decidió que el Banco pidiera
prestado fondos a los banqueros privados, que a su vez
prestaría.
− La estabilización de los precios de las materias primas.
Los interlocutores privilegiados de Estados Unidos, para la
adopción de una propuesta definitiva, fueron el Reino Unido,

31. Para una lista detallada de las propuestas de Harry White que fueron abandona-
das o fuertemente modificadas, véase, Robert W. Oliver, ob. cit., pp. 157-159.

69
que exigía ser tratado de manera especial por Washington,
y la URSS. Según Churchill, las negociaciones entre Londres y
Washington debían ser bilaterales y secretas.32 Washington
prefería negociar con todos los aliados por separado a fin de
dividir para reinar. Al parecer, Franklin Roosevelt, secundado
por Harry White y Henry Morgenthau, secretario del Tesoro,
quería realmente asegurar la participación de la Unión Sovié-
tica en la creación del Banco y del Fondo. Morgenthau comu-
nicó en enero de 1944 que dos delegados soviéticos habían
llegado a Washington para discutir la instauración de las dos
instituciones.

Dimensión geopolítica y geoestratégica


Entre el 1.° y el 22 de julio de 1944, tuvo lugar la Conferencia
monetaria y financiera de las Naciones Unidas, conocida con el
nombre de Conferencia de Bretton Woods,33 con la presencia
de 44 países, incluida la Unión Soviética.
La delegación de Estados Unidos estaba encabezada por
Morgenthau y White, la británica por lord John Maynard Keynes.
Ambas delegaciones dirigirían los trabajos.
Los soviéticos participaron en la Conferencia. Según las
negociaciones entre Washington, Moscú y Londres, la URSS
tendría la tercera posición en términos de derechos de voto,
aunque los soviéticos deseaban la segunda. Finalmente, Moscú
no ratificó los acuerdos finales y en 1947 denunció en la Asam-
blea de las Naciones Unidas a las instituciones de Bretton

32. Winston Churchill estaba preocupado por las intenciones de Estados Unidos.
Había declarado al presidente Roosevelt: “Pienso que usted desea abolir el Imperio
Británico. [...] Todas sus declaraciones lo confirman. A pesar de esto, sabemos que
usted es nuestra única esperanza. Y usted sabe que nosotros lo sabemos. Sin América,
el Imperio Británico no podrá aguantar”. Citado por Susan George y Fabrizio Sabelli,
ob. cit., p. 31.
33. La localidad de Bretton Woods está situada en las montañas de New Hampshire.
La conferencia internacional duró tres semanas.

70
Woods como “filiales de Wall Street” (Branches of Wall Street).
Para la representación soviética, el Banco Mundial estaba “su-
bordinado a unos objetivos políticos que lo convierten en un
instrumento de una gran potencia”.34
El reparto de los votos ilustra muy bien la voluntad de do-
minación de Estados Unidos y de Gran Bretaña sobre ambas
instituciones. En 1947, los dos países totalizaban casi el 50 %
de los votos (34,23 % para Estados Unidos y 14,17 % para el
Reino Unido, a la fecha del 30 de agosto de 1947).
En dicho año, la distribución por categorías de regiones y
países proporciona una imagen de la relación de fuerzas, en la
inmediata posguerra en el campo de los aliados, sin la URSS,
los trece países capitalistas más industrializados sumaban más
del 70 % de los votos.35 En conjunto, el continente africano
solo disponía de un 2,34 % ya que únicamente tres países te-
nían derecho a voto, pues casi todo el resto estaba aún bajo el
yugo colonial.36 Esos tres países eran Egipto (0,7 % de votos),
la Unión Sudafricana (1,34 %), gobernada por un poder blanco
racista que instauraría el apartheid un año más tarde, y Etiopía
(0,3 %). En resumen, el África negra con un gobierno negro (el
emperador Haile Selassie) no tenía más que el 0,3 % de votos.
El conjunto del continente asiático disponía del 11,66 %
de los votos: solamente tres países eran miembros: la China
de Chiang Kai-shek (6,68 %), aliada de Estados Unidos; Fili-
pinas (0,43 %) colonia de Estados Unidos hasta 1946; India
(4,55 %), que se independizó de la Corona británica en 1947.
Europa Central y del Este tenían un 3,9 % de votos: Polonia y
Checoslovaquia (1,6 % cada uno) y la Yugoslavia de Tito (0,7 %).

34. Edward S. Mason y Robert E. Asher, ob. cit., p. 29.


35. Al 30 de agosto de 1947: Australia (2,41 %), Bélgica (2,67 %), Canadá (3,74 %),
Dinamarca (0,99 %), Francia (5,88 %), Grecia (0,53 %), Luxemburgo (0,37 %), Países
Bajos (3,21 %), Noruega (0,80 %), Reino Unido (14,17 %), Estados Unidos (34,23 %).
36. Damien Millet (2005). África sin deuda, Icaria Editorial, Barcelona, cap. 1.

71
Oriente Próximo y Oriente Medio disponían de un 2,24 % de
votos: Turquía (0,73 %), Líbano (0,32 %), Irán (0,52 %), Siria
(0,34 %), Iraq (0,33 %).
Latinoamérica y el Caribe, región considerada como firme
aliada de Estados Unidos, tenía en total un 8,38 % de votos,
repartidos entre 18 países: Bolivia (0,38 %), Brasil (1,39 %),
Chile (0,64 %), Colombia (0,64 %), Costa Rica (0, 29 %), Cuba
(0,64 %), República Dominicana (0,29 %), Ecuador (0,30 %),
El Salvador (0,28 %), Guatemala (0,29 %), Honduras (0,28 %),
México (0,96 %), Nicaragua (0,28 %), Panamá (0,27 %), Pa-
raguay (0,28 %), Perú (0,45 %), Uruguay (0,38 %) y Venezuela
(0,38 %).

72
Capítulo 2
Los comienzos del Banco Mundial
(1946-1962)

Al contrario de lo que muchos creen, la función del Banco Mun-


dial no consiste en reducir la pobreza en los PED. La misión que
los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, sobre todo Esta-
dos Unidos y el Reino Unido, le atribuyeron consistía en ayudar
a la reconstrucción de Europa y, subsidiariamente, contribuir al
crecimiento económico de los países del Sur, una buena parte
de los cuales eran aún colonias. Es esa última misión, que lla-
maron de “desarrollo”, la que fue tomando una amplitud cada
vez mayor. El Banco prestó dinero de entrada a las metrópolis
coloniales (Gran Bretaña, Francia, Bélgica) para explotar mejor
sus colonias, después, cuando estas últimas lograron su inde-
pendencia, les impuso la obligación de asumir las deudas que
las primeras contrajeron para reforzar la colonización y la explo-
tación de sus recursos naturales y de sus pueblos.
Durante los primeros diecisiete años de existencia, los pro-
yectos apoyados por el Banco Mundial consistían en mejorar
la infraestructura de comunicación y la producción de electrici-
dad. El dinero prestado a los PED debía ser gastado, sobre todo,
en los países industrializados. Los proyectos apoyados debían
mejorar la capacidad de exportar del Sur hacia el Norte, a fin
de satisfacer las necesidades de este y enriquecer a un puñado
de sociedades multinacionales de los correspondientes sectores.
Durante ese período, los proyectos relativos a la enseñanza, la
salud, el acceso al agua potable y el saneamiento de las aguas
residuales eran inexistentes.
Desde el principio, las misiones del Banco tendían, esen-
cialmente, a aumentar su capacidad de influencia sobre las de-
cisiones tomadas por las autoridades de un país dado, en un

73
sentido favorable a las grandes potencias accionistas y a sus
empresas.
La política del Banco evolucionó en reacción al peligro del
contagio revolucionario y de la Guerra Fría. Los temas políti-
cos despertaron el interés de los responsables del Banco: los
debates internos demuestran que respondían a los mismos en
función de los intereses de Washington o de otras metrópolis
industrializadas.

La caza de brujas
La vida del Banco Mundial y también la del FMI estuvieron muy in-
fluenciadas por la Guerra Fría y la caza de brujas lanzada en Estados
Unidos, principalmente por el senador republicano por Wisconsin,
Joseph McCarthy. Harry White, padre del Banco Mundial y director
ejecutivo por Estados Unidos en el FMI, fue objeto de una investiga-
ción del FBI (Federal Bureau of Investigation) en 1945 por espionaje
a favor de la URSS.37 En 1947, su caso fue sometido al gran jurado
federal que se negó a iniciar un proceso. Al año siguiente, compa-
reció ante el Comité de Actividades Antiamericanas (Un-American
Activities Committee). Víctima de una agresiva campaña, murió de
un ataque cardíaco el 16 de agosto de ese año, tres días después de
su comparecencia ante el Comité.38 En noviembre de 1953, duran-
te la presidencia de Eisenhower, el procurador general lo inculpó
póstumamente como espía soviético. Acusó también al expresiden-
te Truman de haberlo designado como director ejecutivo del FMI a
sabiendas de que era un espía soviético.
La caza de brujas afectó asímismo a las Naciones Unidas y a sus
agencias especializadas, pues al final de su mandato, el 9 de enero de
1953, el presidente Truman dictó un decreto instando al secretario
general y a los directivos de las agencias especializadas a comunicar
al gobierno de Estados Unidos toda la información concerniente a
las candidaturas presentadas por ciudadanos estadounidenses para

37. Según R. Oliver, Harry White era políticamente progresista, simpatizaba con la
causa de los obreros en el mundo y frecuentaba a comunistas. Véase Robert W. Oli-
ver, , ob. cit., pp. 81-85.
38. En el curso de esa sesión tuvo un primer ataque cardíaco.

74
un cargo en las Naciones Unidas. Estados Unidos se encargaría de
realizar una investigación completa con el fin de detectar si un can-
didato era susceptible de librarse al espionaje o a actividades sub-
versivas (tales como “abogar por la revolución para alterar la forma
constitucional del gobierno de Estados Unidos”).39 En aquella época,
el término un-american era un eufemismo usado corrientemente para
caracterizar un comportamiento subversivo. Un elemento subversivo
no podía ser contratado por la ONU. La intromisión de Estados Uni-
dos en los asuntos internos de la organización llegó muy lejos. Un
testimonio de eso es el tono y el contenido de la carta enviada por
Foster Dulles, el secretario de Estado del gobierno de Eisenhower,40
al presidente del Banco Mundial, Eugene Black:
El secretario de Estado Dulles me pide [escribe su subsecreta-
rio] que exprese a usted la extrema importancia que da a la ob-
tención de la total cooperación de todos los responsables de
las agencias especializadas de las Naciones Unidas, en cuanto
al cumplimiento del decreto presidencial 10 422. Considera
que está persuadido que, sin tal cooperación, los objetivos del
decreto no se podrán alcanzar, y en tal caso, no se podrá con-
tinuar el apoyo de Estados Unidos a esas organizaciones.41

La actividad del Banco comenzó, en realidad, en 1946. El 18 de


junio de dicho año, Eugene Meyer, editor de The Washington Post,
un exbanquero, entró en funciones como primer presidente del
Banco. Se mantuvo seis meses.
Los comienzos del Banco Mundial fueron, en efecto, difíci-
les. La hostilidad de Wall Street no había disminuido después
de la muerte de Roosevelt, en abril de 1945. Los banqueros

39. “Advocacy of Revolution... to alter the constitutional form of government of the


United States”, Executive Order 10422 del 9 de enero de 1953, parte II, 2.c.
40. El general y político republicano Dwight D. Eisenhower sucedió a Harry Truman
en enero de 1953 en la presidencia de Estados Unidos. Fue reelegido en 1957 y termi-
nó su segundo mandato en 1961.
41. Carta de John D. Hickerson, subsecretario de Estado, al presidente Eugene
Black, 21 de febrero de 1953, en Devesh Kapur, John P. Lewis, Richard Webb, ob. cit.,
vol. 1, p. 1173.

75
desconfiaban de una institución que, para ellos, estaba aún muy
influenciada por la política del New Deal, demasiado intervencio-
nista y demasiado pública. Habrían preferido que Estados Uni-
dos desarrollara de forma exclusiva el Import-Export Bank y se
alegraron del alejamiento de Henry Morgenthau, que ya no era
secretario del Tesoro.42 No se oponían particularmente a Eugene
Meyer, presidente del Banco, pero no les agradaban de ningún
modo los partidarios de un control público, como eran Emilio
Collado y Harry White, que como habíamos visto en el capítulo
anterior, habían sido directores ejecutivos del Banco y del FMI,
respectivamente.
En 1947, quedaron satisfechos con los cambios en la direc-
ción ya que un trío favorable a Wall Street tomó entonces las
riendas del poder: John J. McCloy fue nombrado presidente del
Banco Mundial en febrero de 1947, lo secundaban Robert Gar-
ner, vicepresidente y Eugene Black, que reemplazó a Emilio Co-
llado. Hasta entonces, John McCloy era un importante abogado
de negocios en Wall Street, Robert Garner era vicepresidente de
General Foods Corporation y Eugene Black era vicepresidente del
Chase National Bank. Por otra parte, Harry White fue despedido
del FMI. Wall Street se sentía completamente satisfecho. Con la
partida forzada de Emilio Collado y Harry White desaparecieron
los últimos partidarios de la intervención y el control públicos de
los movimientos de capitales. Los affaires podían comenzar.
Para prestar dinero a los países miembros, el Banco Mun-
dial debía comenzar por pedir un préstamo a Wall Street, en
forma de emisión de bonos.43 Los banqueros privados pedían
garantías antes de prestar a un organismo público, dado que
a comienzos de 1946, el 87 % de los títulos europeos estaban

42. Henry Morgenthau, muy cercano a Franklin Roosevelt, entró en conflicto con su
sucesor, Harry Truman, antes de la Conferencia de Potsdam de julio de 1945. Enton-
ces renunció.
43. A partir de 1953, el Banco Mundial ya no se limitó a pedir préstamos a Estados
Unidos; también emitió títulos en Europa, y después en Japón. En los años setenta,
en el momento del aumento del precio del petróleo, también aceptó préstamos de
Venezuela y de los países árabes productores de este.

76
en cesación de pagos (default), lo mismo que el 60 % de los lati-
noamericanos y el 56 % de los de Extremo Oriente.44
Con el trío McCloy-Garner-Black a los mandos del Banco, los
banqueros privados aflojaron un poco su bolsa porque tenían la
garantía de recuperar la inversión con beneficios. No se equivo-
caban. En el curso de los primeros años de actividad, el Banco
prestaba sobre todo a los países industrializados de Europa. Solo
se abrió muy tímidamente a los préstamos a países en desarrollo.
Entre 1946 y 1948, concedió préstamos por un total de un poco
más de 500 millones de USD a países de Europa Occidental (250
millones a Francia, 207 millones a los Países Bajos, 40 millones a
Dinamarca y 12 millones a Luxemburgo), mientras que solo pres-
tó a un país en desarrollo (16 millones de USD a Chile).
La política de préstamos del Banco Mundial a Europa se vería
alterada y reducida por el lanzamiento del Plan Marshall45 en
abril de 1948, ya que este superaba largamente sus posibilidades
(véase el capítulo 4). Para el Banco, se cerraba la parte de “recons-
trucción” de su título, subsistiendo solo la parte de “desarrollo”.
Una de las consecuencias inmediatas del lanzamiento del Plan
Marshall para el Banco fue la dimisión, un mes más tarde, de su
presidente John J. McCloy. Este partió hacia Europa para ocupar
el cargo de alto comisario de Estados Unidos en Alemania. Lo
reemplazó Eugene Black, quien seguiría en el cargo hasta 1962.
La revolución china de 1949 hizo perder a Estados Unidos un
aliado de gran peso en Asia y obligó a los dirigentes de Washington
a integrar en su estrategia la dimensión del “subdesarrollo”, con
el fin de evitar el “contagio” comunista. Los términos del Punto
IV del discurso de investidura del presidente Truman en 1949 son
muy esclarecedores:
Hay que lanzar un programa audaz para mantener el crecimien-
to de las regiones subdesarrolladas [...] Más de la mitad de

44. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 917.


45. El Plan Marshall fue implementado por Estados Unidos con el fin de contribuir
a la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial, y asegurar la
preponderancia económica estadounidense.

77
la población mundial vive en condiciones cercanas a la mise-
ria [...] Su alimentación es insuficiente, son víctimas de enfer-
medades [...] Su vida económica es primitiva y estancada, su
pobreza constituye una desventaja y una amenaza, tanto para
ellos como para las regiones más prósperas [...] Estados Unidos
debe poner a disposición de los pueblos pacíficos las ventajas
de su reserva de conocimientos técnicos con el fin de ayudarlos
a realizar la vida mejor a la que aspiran [...] Con la colaboración
de los círculos de negocios, del capital privado, de la agricultu-
ra y del mundo del trabajo en Estados Unidos, este programa
podrá acrecentar en gran medida la actividad industrial de las
demás naciones y elevar substancialmente su nivel de vida [...]
Una mayor producción es la clave de la prosperidad y de la paz,
y la clave de una mayor producción es la aplicación más amplia y
más vigorosa del saber científico y técnico moderno [...] Espera-
mos contribuir así a crear las condiciones que finalmente condu-
cirán a toda la humanidad a la libertad y a la felicidad personal.46
Desde la primera página del informe anual que seguía a la alo-
cución presidencial, el Banco Mundial anunciaba que aplicaría
la línea del programa explicitado en el Punto IV del discurso: “En
la fecha de publicación de este informe, todas las implicaciones
del programa Punto IV y la manera precisa de su implementación
no están aún del todo claras. Sin embargo, desde el punto de
vista del Banco, el programa es de vital interés. [...] Los objetivos
fundamentales del Banco en este campo son esencialmente los
mismos que los del programa del Punto IV”.47
Da la impresión de estar leyendo el informe de una reunión
de partido en la que se ejecuta una orden del comité central.
Dicho esto, ese cuarto informe anual, escrito bajo el doble

46. Extractos del Punto IV traducido y presentado por G. Rist (1996). Le développement.
Histoire d’une croyance occidentale, Presses Universitaires de Sciences Po, París, pp. 116-121.
Los otros puntos conciernen al apoyo al sistema de las Naciones Unidas, a la creación
de la OTAN y al lanzamiento del Plan Marshall. En castellano: Primer discurso inau-
gural de Harry S. Truman, del 20 de enero de 1949 / First Inaugural Address (1949).
Disponible en http://hispanushistoria.blogspot.com/2014/08/primer-discurso-inau-
gural-de-harry-s.html
47. BIRD (Banco Mundial), Forth Annual Report, 1948-1949, Washington D. C., p. 58.

78
golpe de la revolución china y del discurso de Truman, es el
primero que señala que las tensiones políticas y sociales cau-
sadas por la pobreza y por la desigualdad de la distribución de
la riqueza son un obstáculo para el desarrollo. También lo es el
mal reparto de la tierra, su carácter ineficaz y opresivo.
El informe declaraba que había que erradicar enfermedades
como el paludismo, aumentar la tasa de escolarización, mejo-
rar la sanidad pública. Por otra parte, destacaba el desarrollo
del Sur como importante también para los países desarrolla-
dos, pues su expansión dependía del mercado que constituían
los países subdesarrollados.
En los informes siguientes, los temas sociales fueron desa-
pareciendo progresivamente y se volvió a una visión más tra-
dicional. De todas maneras, el Banco Mundial nunca puso en
práctica la dimensión social del Punto IV en su política de prés-
tamos. No apoyó ningún proyecto dirigido a la redistribución de
la riqueza y la entrega de tierras a los campesinos que carecían
de ella. En lo relativo a la mejora de la salud, de la educación,
del sistema de distribución de agua potable, habrá que esperar
hasta los años sesenta y setenta para ver al Banco respaldando
ciertos proyectos, y aun así, con muchas reticencias.

Algunas características de la política


de préstamos del Banco

Costes elevados para los prestatarios

Los préstamos del Banco Mundial a los países en desarrollo


(PED) eran muy onerosos: tipos de interés elevados (equivalen-
tes a los del mercado, o muy próximos a estos), a lo que se
sumaba una comisión por gastos de gestión y un plazo de devo-
lución demasiado corto. Eso provocó muy pronto las protestas
de los PED, quienes propusieron que la ONU dispusiera una fi-
nanciación alternativa, menos onerosa que la del Banco Mun-
dial (véase el capítulo siguiente). Como cualquier banco clásico,

79
seleccionaba con cuidado los proyectos rentables, sin olvidar
imponer reformas económicas muy severas.
En 2020, la situación no había cambiado. El Banco Interna-
cional para la Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD) presta a los
PED, con el tipo de mercado (el Libor) al que agregan un tipo de
interés variable según la categoría a la que pertenece el país, así
como una comisión que oscila entre el 0,21 % al 1 % del monto
total del préstamo. Esas categorías (A, B, C, D) están definidas por
el Banco Mundial.48 El dinero prestado proviene mayoritariamente
de la emisión de bonos de préstamos en los mercados financieros
(80 000 millones de USD en 2020).49 La solidez del Banco Mun-
dial, garantizada por los países ricos, que son sus mayores accio-
nistas, le permite conseguir fondos con tipos de interés ventajosos.
Los reembolsos se hacen en un período comprendido entre 15 y 20
años, con un período de gracia de tres a cinco años, durante el cual
no se reembolsa capital. Esa actividad de préstamos es muy lucra-
tiva: el Banco Mundial obtiene apreciables beneficios, que pueden
alcanzar varios miles de millones de USD por año, exprimiendo a
países en desarrollo y a sus poblaciones.
Incluso en el caso de los créditos menos onerosos, los concedi-
dos por la Asociación Internacional para el Desarrollo (AID), que
forma parte del Banco Mundial, los tipos de interés no son bajos.
Según las categorías del país, oscilan entre 2,5 y 7,5 %. Tomemos
un ejemplo sobre el documento oficial de la AID (Banco Mun-
dial) concerniente a los créditos llamados concesionales publica-
do en octubre de 2020,50 descubrimos que existe una comisión

48. Véase IBRD Financial Products (BIRD Productos Financieros) y sus diferentes
secciones: (IBRD Flexible Loan, IBRD Hedges, Guarantees, Retired Loan Products).
Disponible en https://bit.ly/322g5z6
49. 75 000 millones de USD para el BIRD, y 5000 millones de USD para la AID. Banco
Mundial. “Supporting Countries in Unprecedented Times”, Annual Report 2020, p. 67.
Disponible en https://bit.ly/3dLL8ld
50. Véase: ida_terms_effective_10.1.2020.pdf. Disponible en https://bit.ly/3s1CoQq
Consultado el 27 de noviembre de 2020. Según el Banco Mundial “las condiciones
de los préstamos de la AID están determinadas en función del riesgo de sobreendeu-
damiento, del Ingreso Nacional Bruto (INB) por habitante y de la capacidad del país

80
del 0,75 % para todos los créditos AID (véase la nota 6 del docu-
mento en cuestión). A esa comisión se agrega el tipo de interés en
función del tipo de país y de la duración del préstamo (como está
indicado en la tabla mencionada: ida_terms_effective_10.1.2020.
pdf (worldbank.org)). Por ejemplo, un país calificado como blend
en la jerga del Banco Mundial (como es el caso de Pakistán) puede
pedir préstamos con un vencimiento a 30 años. Cuando recibe el
préstamo de la rama AID del Banco Mundial, Pakistán debe pagar
de forma inmediata la comisión del 0,75 % del valor total del prés-
tamo. A continuación, los cinco primeros años, que constituyen
el período de gracia, no hay reembolso. A partir del sexto año,
Pakistán pagará un tipo del 3,3 % hasta el vigésimo quinto y en el
trigésimo año, un tipo de interés del 6,8 %.

Ni un solo préstamo para una escuela hasta 1962

El Banco Mundial presta para proyectos concretos: una carre-


tera, una infraestructura portuaria, una represa, un proyecto
agrícola... En el transcurso de sus primeros diecisiete años de
actividad, ¡no concedió ni un solo préstamo para una escuela,
para un puesto sanitario, para un sistema de cloacas, para una
toma de agua potable! Hasta 1962, todos los préstamos, sin ex-
cepción, estaban destinados a infraestructuras eléctricas, a vías
de comunicación (carreteras, ferrocarriles...), a embalses, a la
mecanización de la agricultura, a la promoción de los cultivos
de exportación (té, cacao, arroz...) o, marginalmente, a la mo-
dernización de la industria de transformación.

para reembolsar tal como evalúa dicha capacidad el Banco Internacional para la
Reconstrucción y el Desarrollo (BIRD). [...] Otros destinatarios reciben créditos de
la AID con condiciones ya sean ordinarias (regular terms) o sean mixtas (blend terms) y
estrictas (hard terms). Esos préstamos tienen vencimiento de, respectivamente, 38 y 30
años”. Sacado de https://ida.banquemondiale.org/financement. Los tipos de interés
(si se incluye la comisión del 0,75 %) varían entre 2,75 % y 7,5 %.

81
Dirigir las inversiones hacia la exportación

Esto corresponde a prioridades muy claras: se trata de aumentar la


capacidad de los países en desarrollo para exportar materias pri-
mas, combustibles, productos agrícolas tropicales, que los países
industrializados requieren. El análisis de los proyectos aceptados o
rechazados por el Banco Mundial indica con toda claridad que no
le interesaba apoyar, salvo algunas excepciones, proyectos indus-
triales destinados a satisfacer la demanda interna de los países en
desarrollo, pues eso reduciría las importaciones provenientes de
los países más industrializados. Las excepciones conciernen a un
puñado de países de importancia estratégica que disponen de una
fuerza real de negociación. Era el caso de la India.

El dinero prestado al Sur regresa al Norte

El Banco Central prestaba dinero con la condición de que los


PED lo gastaran en forma de pedidos de bienes y servicios a
los países más industrializados. Como se puede ver en las tablas
siguientes, en el curso de los primeros diecisiete años, más del
90 % del capital prestado volvía, cada año, a los países más in-
dustrializados en forma de compras.
Tabla 5. Distribución geográfica de los gastos
efectuados con las sumas prestadas por el BM de 1946 a 1955
Países 1946-1951 1951-1952 1952-1953 1953-1954 1954-1955
Estados Unidos 73,1 % 65,3 % 63,5 % 58,7 % 47,15 %
Europa 11,3 % 25,3 % 30,1 % 38,1 % 48,8 %
Canadá 6,6 % 8,8 % 4,3 % 2,4 % 2,9 %
Subtotal
de países 91,0 % 99,4 % 97,9 % 99,2 % 98,8 %
industrializados
América Latina 8,3 % 0,5 % 1,1 % 0,4 % 0,1 %
Oriente Medio 0,4 % 0,0 % 0,0 % -0,1 % 0,0 %
África 0,3 % 0,2 % 0,8 % 0,3 % 1,0 %
Asia 0,0 % 0,0 % 0,2 % 0,2 % 0,1 %
Total 100 % 100 % 100 % 100 % 100 %
Fuente: Banco Mundial, Informes anuales, 1946 a 1955.

82
Tabla 6. Distribución geográfica de los gastos efectuados
con las sumas prestadas por el BM de 1946 a 1962
Hasta
Países 1956 1957 1958 1959 1960 1961 1962
1955
Alemania 4,1 % 14,1 % 18,6 % 17,2 % 16,3 % 16,9 % 13,5 % 10,9 %
Bélgica 3,7 % 2,9 % 2,8 % 2,9 % 3,3 % 2,1 % 2,5 % 1,6 %
Canadá 5,6 % 7,0 % 6,0 % 1,1 % 2,0 % 2,3 % 1,5 % 1,1 %
Estados
63,4 % 50,5 % 44,3 % 38,8 % 29,7 % 29,8 % 29,6 % 33,2 %
Unidos
Francia 2,7 % 3,3 % 3,5 % 1,2 % 5,2 % 6,7 % 12,0 % 12,3 %
Italia 0,9 % 1,7 % 3,0 % 5,8 % 6,3 % 7,7 % 6,6 % 8,3 %
Japón 0,0 % 0,2 % 2,2 % 8,3 % 6,2 % 3,9 % 6,1 % 5,0 %
Países Bajos 0,0 % 0,0 % 0,0 % 0,0 % 0,0 % 0,0 % 0,0 % 2,5 %
Suecia 0,7 % 1,5 % 2,7 % 0,9 % 2,1 % 2,3 % 3,1 % 2,6 %
Suiza 2,1 % 2,3 % 1,9 % 1,3 % 2,7 % 4,3 % 4,5 % 3,6 %
Reino Unido 11,1 % 13,2 % 10,9 % 18,8 % 20,5 % 16,5  % 13,7 % 13,7 %
Subtotal
94,2 % 96,7 % 95,9 % 96,3 % 94,4 % 92,5 % 93,1 % 94,7 %
Países indus.
Otros países 5,8 % 3,3 % 4,1 % 3,7 % 5,6 % 7,5 % 6,9 % 5,3 %
Total 100 % 100 % 100 % 100 % 100 % 100 % 100 % 100 %

Fuente: Banco Mundial, Informes anuales, 1946 a 1962.

La primera columna presenta la media de los primeros nueve


años de actividad.
Gráfico 4. Distribución geográfica de los gastos efectuados
con las sumas prestadas por el Banco Mundial de 1946 a 1962

Los países industrializados (gris claro) son responsables del 96 %, los otros países (gris oscuro) del 4 %.
Fuente: Banco Mundial, Informes anuales, 1946 a 1962.

83
Esos datos fueron proporcionados por el Banco Mundial
hasta 1962. Desde el año siguiente y hasta el presente, esa in-
formación ya no es disponible para el público. La explicación
es simple: hasta 1962, a los países ricos, que controlaban el
Banco Central, no les molestaba mostrar que el dinero prestado
lo recuperaban de inmediato. Al contrario, se vanagloriaban de
ello para demostrar que el Banco los beneficiaba con largueza.
Con el correr del tiempo, se iban incorporando al Banco cada
vez más países, ahora independientes, y resultaba embarazoso
mostrar en el informe público anual que sus actividades benefi-
ciaban esencialmente a sus miembros más ricos.

Préstamos odiosos a las metrópolis coloniales...


A los diez años de existencia, el Banco Mundial contaba nada
más que con dos miembros del África subsahariana: Etiopía y
la Unión Sudafricana (actual Sudáfrica). Violando el derecho
de los pueblos a disponer de ellos mismos, otorgó préstamos
a Bélgica, Francia y al Reino Unido para financiar proyectos en
sus colonias. El derecho a la autodeterminación de los pueblos
(o el derecho de los pueblos de disponer por sí mismos) es un
principio reconocido en diversos instrumentos internacionales
como en la Carta de las Naciones Unidas de 1945, en la De-
claración sobre la concesión de la independencia a los países y
a los pueblos colonizados del 14 de diciembre de 1960, en los
dos Pactos internacionales relativos a los derechos humanos
de 1966, en la Declaración sobre los principios de derecho
internacional referentes a las relaciones de amistad y a la coo-
peración entre Estados del 24 de octubre de 1970, y en nume-
rosos instrumentos regionales.
Las colonias destinatarias de los préstamos del Banco Mun-
dial fueron, para Bélgica: el Congo Belga, Ruanda y Burundi;
para el Reino Unido: África Oriental Británica (Kenia, Uganda
y la futura Tanzania), Rodesia (Zimbabue y Zambia), así como

84
Nigeria, a las que hay que añadir la Guayana Británica —hoy Gu-
yana, en América del Sur—; para Francia: Argelia, Gabón, Áfri-
ca Occidental Francesa (Mauritania, Senegal, el Sudán Francés
—Malí en la actualidad—, Guinea, Costa de Marfil, Níger, Alto
Volta —hoy Burkina Faso—, Dahomey —actualmente Benín).
Como lo reconocen los historiadores del Banco: “Esos prés-
tamos, que servían para aliviar la penuria de dólares que pa-
decían las potencias coloniales europeas, fueron en su mayor
parte dirigidos a los intereses coloniales, especialmente en mi-
nería, bien mediante inversiones directas, bien por asistencia
indirecta, como en el desarrollo del transporte y la minería”.51
Esos préstamos también sirvieron para que los poderes colo-
niales reforzaran la opresión que ejercían sobre los pueblos que
habían colonizado. Los Estados violaban así el derecho de los
pueblos a disponer de sí mismos, que les imponía, sin embargo,
una doble obligación: la abstención de toda cooperación mili-
tar o cualquier otra, en vista de la represión de un movimiento
de liberación nacional, así como el deber de favorecer la desco-
lonización y la autodeterminación, proveyendo a ese fin todo el
apoyo diplomático y material posible.
Las colonias contribuyeron con el suministro a sus metró-
polis de minerales, productos agrícolas, combustible, etc. En el
caso del Congo Belga, los millones de USD prestados para la
realización de proyectos decididos por el poder colonial fueron
gastados por este, casi enteramente, en la compra de productos
importados de Bélgica. El Congo Belga recibió en total 120 millo-
nes de USD (en tres veces) de los cuales 105,4 millones se gasta-
ron en Bélgica.52

51. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 687.


52. El hecho de que Bélgica fuera beneficiaria de los préstamos al Congo Belga se
puede deducir de una tabla publicada en el décimo quinto informe del Banco Mun-
dial, de los años 1959-1960. BIRD (Banco Mundial), Fifteenth Annual Report 1959-
1960, Washington D. C., p. 12.

85
... legados como una carga a las jóvenes naciones
independientes
Cuando las colonias antes mencionadas lograron su indepen-
dencia, los principales accionistas se pusieron de acuerdo para
transferirles la carga de la deuda contraída por los poderes
coloniales.
Una prueba de eso es el caso de Mauritania. El 17 de marzo de
1960, Francia avaló un préstamo de 66 millones de USD contra-
tado por la Sociedad Anónima de Minas de Hierro de Mauritania
(MIFERMA). Mauritania era en ese entonces una colonia fran-
cesa, pero por poco tiempo más, ya que proclamó su indepen-
dencia el 28 de noviembre de ese mismo año. El préstamo debía
ser reembolsado entre 1966 y 1975. Según el informe anual del
Banco, seis años después la Mauritania independiente le adeuda-
ba 66 millones de dólares.53 El préstamo contratado a pedido de
Francia, cuando Mauritania era una colonia suya, se convirtió en
una deuda de la Mauritania independiente, unos años después. El
Banco generalizó este procedimiento, consistente en transferir la
deuda contraída por la metrópoli al nuevo Estado independiente.

En el Tratado de Versalles (1919), la anulación


de las deudas de colonias africanas y de Polonia
Un caso similar ya se había presentado en el pasado y fue resuel-
to por el Tratado de Versalles. En el curso de la reconstitución
de Polonia como Estado independiente, después de la Primera
Guerra Mundial, se decidió que las deudas contraídas por Ale-
mania para colonizar la parte de Polonia que había sometido no
se cargarían al nuevo Estado independiente. El Tratado, firmado
el 28 de junio de 1919, estipulaba: “La parte de la deuda que,
según la Comisión de Reparaciones, prevista en dicho artículo,

53. BIRD (Banco Mundial), Fifteen Annual Report. 1959-1960, Washington D. C.,
pp. 52 y 79.

86
se refiere a las medidas tomadas por los gobiernos alemán y
prusiano con el objetivo de la colonización alemana de Polo-
nia, será excluida de la proporción puesta a cargo de esta”.54
El Tratado preveía que los acreedores que habían prestado a
Alemania para realizar proyectos en territorio polaco no podían
reclamar su deuda solamente a esa potencia, pero no a Polonia.
Con el Tratado de Versalles, el imperio alemán perdió los
territorios que había colonizado en África y las deudas colonia-
les fueron anuladas. La parte alemana estaba descontenta con
esa decisión y trató de convencer a las potencias victoriosas a re-
nunciar a dicha anulación porque implicaba que Alemania ten-
dría el deber de pagar esa deuda. Pero los Aliados respondieron:
Las colonias no deben ser constreñidas a pagar ningún porcen-
taje de la deuda alemana, y deberían ser liberadas de cualquier
obligación de reembolsar a Alemania los gastos generados por
la administración imperial del protectorado. De hecho, sería in-
justo agobiar a los indígenas haciéndoles pagar gastos manifies-
tamente comprometidos en el interés de Alemania, y no sería
menos injusto de cargar con esa responsabilidad a las Potencias
mandatarias quienes, en la medida en que han sido designadas
por la Sociedad de Naciones, no obtendrían ningún beneficio
de esa tutela.55
Alexander Nahum Sack, teórico de la deuda odiosa, precisa-
ba en su tratado jurídico de 1927: “Cuando el gobierno contrae
una deuda a fin de someter a la población de una parte de su
territorio, o de colonizarla con ciudadanos de la nacionalidad
dominante, etc., esa deuda es odiosa para la población indígena

54. Citado por Alexander Nahum Sack: ob. cit., p. 159.


55. Treaty series, n° 4, 1919, p. 26. Citado por Sack: ob. cit., p. 162. Texto original en
inglés: “The colonies should not bear any portion of the German debt, nor remain
under any obligation to refund to Germany the expenses incurred by the Imperial ad-
ministration of the protectorate, In fact, it would be unjust to burden the natives with
expenditure which appears to have been incurred in Germany’ s own interest, and that
it would be no less unjust to make this responsibility rest upon the Mandatory Powers
which, in so far as they may be appointed trustées by the League of Nations, will derive
no benefit from such trusteeship”.

87
de esa parte del territorio del Estado deudor”.56 Esto se aplica
íntegramente a los préstamos que el Banco concedió a Bélgica,
a Francia y al Reino Unido para el desarrollo de sus colonias,
En consecuencia, el Banco actuó violando el derecho interna-
cional al transferir a los nuevos Estados independientes la carga
de las deudas contraídas para colonizarlos. En connivencia con
sus principales accionistas coloniales y con la bendición de Es-
tados Unidos, el Banco cometió una acción que no debe quedar
impune. Esas deudas están afectadas de nulidad y el Banco de-
bería rendir cuentas a la justicia de sus actos. Los Estados que
fueron víctimas de esa violación del derecho tendrían que exigir
reparaciones y utilizar las sumas en cuestión para reembolsar la
deuda social debida a sus pueblos.57

El Banco Mundial y el FMI actuaron


a partir de los años 1950-1960 como ujieres
de los antiguos acreedores privados
Como analicé en detalle en el libro Sistema deuda. Historia de las
deudas soberanas y sus repudios, publicado en 2017, durante el siglo
xix y hasta la Segunda Guerra Mundial, una serie de gobiernos
de las antiguas colonias españolas en América Latina suspen-
dieron el pago de las deudas o las repudiaron puesto que esos
gobiernos las habían considerado odiosas, ilegales o ilegítimas.
Fue el caso de México en 1861, 1867 y 1883, el de Guatemala
en 1829, el de Perú en 1886, el de Costa Rica en 1922, el de

56. Ibídem, p. 158.


57. Las reparaciones deben ser exigidas a las expotencias coloniales vía el Tribunal
Superior de Justicia de La Haya. Hay que señalar que tanto las agencias de la ONU,
de las que el Banco Mundial forma parte, continuarán beneficiándose de la inmu-
nidad; mientras el estatuto del Banco no sea modificado, los Estados miembros del
Banco difícilmente pueden iniciar un procedimiento judicial contra el mismo. Por el
contrario, las asociaciones ciudadanas que representan a las víctimas pueden pre-
sentar demandas judiciales contra el Banco, ya sea en su propio país donde el Banco
disponga de una representación o allí donde haya emitido el préstamo. Este punto
será desarrollado más adelante en el libro.

88
Cuba en 1922 y 1934, el de Brasil a partir de 1932. Estados
Unidos también repudió deudas consideradas como odiosas e
ilegítimas en los años 1830, en 1865, en los años 1870 y en
1898. La Rusia soviética repudió en 1918 la deuda contraída
por el régimen zarista. Además de la anulación de las deudas
contraídas por Alemania, para colonizar los territorios polacos
y africanos, en 1919, tema ya tratado, hay que agregar la anula-
ción en 1920-1921 por el gobierno bolchevique de la deuda de
tres Estados bálticos, que habían sido parte del imperio zarista,
así como la de Polonia, de Persia y de Turquía. Esas diferentes
anulaciones, suspensiones, repudios fueron el origen de múlti-
ples conflictos, de arbitrajes y de actos unilaterales. La doctri-
na jurídica de la deuda odiosa, mencionada más arriba, surgió
en esos años. Manifiestamente, el Banco Mundial y el FMI ac-
tuaron para restablecer el poder de los acreedores y trataron
de convencer a diferentes Estados, que la doctrina de la deuda
odiosa pertenecía a un pasado ya superado.
Precisemos qué entendemos por anulación de la deuda: la
renuncia de un acreedor a su pretensión de que le paguen esa
deuda. Una suspensión o una moratoria es la suspensión tempo-
ral del reembolso de la deuda. El repudio es la decisión unilateral
de un deudor de dejar de pagar el capital y los intereses de una
deuda.
Es así, y como lo describió Julia Juruna en las columnas del
mensual Le Monde diplomatique, cuando se produjo la primera
demanda de créditos dirigida al FMI y al Banco Mundial por
un país miembro, esas dos instituciones establecieron dos con-
diciones previas: el pago de las deudas internacionales ante-
riormente contraídas y una indemnización “adecuada” para
los bienes extranjeros nacionalizados.58 Según Mason y Asher,
historiadores del Banco, la exigencia del pago de las antiguas
deudas reactivó, entre algunos gobiernos latinoamericanos y sus

58. Julia Juruna (octubre de 1977). “Le Fonds monétaire et les banques privées. Le
‘gendarme’ du grand capital”, Le Monde diplomatique, pp. 1, 20 y 21.

89
acreedores occidentales, viejos contenciosos de varias décadas,
o que podían remontar al siglo xix.59 Y Julia Juruna, basándo-
se sobre ese trabajo, indica que “el caso más flagrante fue, sin
duda, el de Guatemala, donde el Banco Mundial resucitó la
cuestión del pago de títulos emitidos en 1829: ese país obtuvo
los créditos del Banco solamente después de que los tribunales
guatemaltecos dieron la razón a los tenedores de esos títulos
más que centenarios”.

Las misiones del Banco Mundial


El Banco Mundial tiene la costumbre de enviar especialistas en
misiones a algunos países miembros. Durante los primeros vein-
te años, en la mayoría de los casos los especialistas eran de Es-
tados Unidos.
Al principio, el país “test” más visitado fue, sin duda, Colom-
bia, un país clave desde el punto de vista de los intereses estraté-
gicos de Estados Unidos. Una de las prioridades de Washington
era evitar que Colombia se inclinara hacia el campo soviético o
hacia una revolución social.
Desde 1949 el Banco envió a ese país misiones bien pro-
vistas, compuestas de expertos del Banco, del FMI, de la FAO
(Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación) y de la OMS (Organización Mundial de la Salud).
La finalidad era estudiar las necesidades y determinar una es-
trategia global de desarrollo del país. Los proyectos concretos
apoyados por el Banco consistían en la compra ¡en Estados
Unidos de 70 buldóceres, 600 tractores y el equipamiento de
tres centrales hidroeléctricas! En 1950, se supo que el gobierno
colombiano estudiaba el informe emitido por la Comisión del
Banco con el fin de formular, basado en el mismo, un programa

59. Mason Edward S. y Asher, Robert E. (1973). The World Bank since Bretton Woods,
The Brookings Institution, Washington, D. C.

90
de desarrollo. Al año siguiente, 1951, una comisión de expertos
independientes colombianos terminó la elaboración del progra-
ma, que el gobierno puso en práctica: reformas presupuestarias
y bancarias, reducción y flexibilización del control de cambio,
adopción de una actitud liberal y atractiva para los capitales ex-
tranjeros. Consultores designados conjuntamente por el Banco
y el gobierno colombiano formularon así mismo propuestas con
respecto a los ferrocarriles, a la aviación civil y a la emisión de
títulos de la deuda pública. Un consejero económico nombrado
por el Banco fue contratado por el Consejo Nacional de Plani-
ficación Económica de Colombia. En el informe anual de 1953,
se habla de la implantación de instancias de planificación. Deje-
mos la palabra a uno de los capitostes de FMI, Jacques Polack,60
a propósito de su participación en una misión en Colombia:
“Las instrucciones verbales que recibí como responsable de una
misión del Fondo (FMI) en Colombia, en 1955, formuladas en
una reunión con el vicepresidente del Banco y el director ejecuti-
vo del Fondo […] decían claramente, en el lenguaje más directo
de la época: ‘Tu le retuerces el brazo derecho y nosotros le retor-
ceremos el izquierdo.’”61
Como se ve, esas misiones, en general, tienden esencialmente
a aumentar la capacidad del Banco (y de otras instituciones, en
particular del FMI) para influir sobre las decisiones que toman
las autoridades de un país, en un sentido favorable a las poten-
cias accionistas y a sus empresas.

60. Jacques Polack participó en 1944 en la Conferencia de Bretton Woods; fue di-
rector del departamento de estudios del FMI de 1958 a 1980. Después fue director
ejecutivo del FMI por los Países Bajos (1981-1986).
61. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 2, p. 477.

91
La política del Banco Mundial evolucionaba
en reacción al peligro del contagio revolucionario
y de la Guerra Fría
En 1950, el bando aliado a Estados Unidos en el Banco Mundial
expulsó de hecho a China, que el año anterior se había pasado
al campo comunista, y atribuyó su sitio al gobierno anticomu-
nista del general Chiang Kai-shek, instalado en la isla de Taiwán.62
Con el fin de evitar el contagio en el resto de Asia, se aplicaron
diferentes estrategias y algunos países clave fueron el blanco de
una intervención sistemática del Banco. Fue el caso de India,63
Pakistán, Tailandia, Filipinas e Indonesia. En Corea del Sur, el
Banco Mundial no tuvo autorización para intervenir hasta 1961,
porque ese país constituía un ámbito reservado exclusivamente
a Estados Unidos (véase el capítulo 11).
Polonia y Checoslovaquia, que se adhirieron al bloque so-
viético, no tardaron en abandonar el Banco.64 Por el contrario,
Yugoslavia, expulsada del bloque soviético, recibió una ayuda
financiera del Banco.
El año 1959 comenzó con un enorme huracán revolucionario,
que sacudió las Américas: la victoria de la revolución cubana en
las narices del tío Sam.65 Washington se vio obligado a otorgar
concesiones a los gobiernos y a los pueblos de Latinoamérica
para tratar de evitar que la revolución se propagara como un
reguero de pólvora.

62. Esto duró hasta 1980, año del retorno de China al Banco Mundial y al FMI. En la
ONU, esta situación se mantuvo hasta 1971.
63. Ver Damien Millet y Eric Toussaint (2006). Los tsunamis de la deuda, cap. 4, “La
India, 60 años después de la independencia, ¿para cuándo una nueva liberación?”,
Editorial Icaria, Barcelona.
64. Polonia se retiró del Banco Mundial en marzo de 1950 y Checoslovaquia en di-
ciembre de 1954. El Banco se había negado a concederles el menor préstamo. Kapur,
Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 163.
65. La Habana dista unos 200 km de las costas de Estados Unidos, que de hecho
controlaba la Isla desde 1898.

92
El historiador del Banco, Richard Webb, expresidente del
Banco Central de Perú, entendió la magnitud del fenómeno:
Entre 1959 y 1960, Latinoamérica recibió todo el beneficio de
la revolución castrista. Los primeros efectos aparecieron con la
decisión de crear el Banco Interamericano de Desarrollo, y para
responder —tras una larga resistencia— a las demandas de Lati-
noamérica sobre la estabilización de los precios de las materias
primas. Es así como se firmo un acuerdo sobre el café en sep-
tiembre de 1959.
La ayuda aumentó a principios de 1960, después de las masivas
expropiaciones en Cuba, del acuerdo comercial de esta con la
URSS y del viaje de Eisenhower por Latinoamérica. “A mi regre-
so”, escribió Eisenhower, “tenía la intención de aplicar medidas
históricas tendientes a poner en práctica unas reformas sociales
que beneficiarían a todos los pueblos de Latinoamérica”.66 Y el
presidente Eisenhower añadió: “Uno se encontraba continua-
mente ante la pregunta sobre qué se podía hacer con respecto al
fermento revolucionario en el mundo. [...] Se necesitaban nue-
vas políticas que atacaran la raíz del problema, la efervescencia
revolucionaria. [...] Una sugerencia era [...] aumentar el sueldo
de los maestros y poner en marcha centenares de escuelas de
formación profesional. [...] Teníamos, nosotros, que abandonar
algunas ideas anticuadas [...] para impedir que el Mundo Libre
ardiera en llamas”.67
El historiador del Banco, Richard Webb prosigue: En abril, el
secretario de Estado Christian A. Herter informa a la Unión Pa-
namericana de un cambio drástico de la política exterior esta-
dounidense respecto a Latinoamérica, incluida la decisión de
apoyar la reforma agraria. Dillon había presentado al Congreso,
en agosto, un nuevo programa de ayuda para el que solicitaba
al Banco Interamericano de Desarrollo 600 millones de dólares
en créditos blandos, y que ponía el acento en los gastos sociales
para luchar contra las desigualdades de ingresos y las institucio-
nes anticuadas, que representaban dos serios obstáculos para el
progreso. La ley rápidamente fue aplicada.

66. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 163.


67. D. Eisenhower, Waging Peace, pp. 530-537.

93
La percepción de la crisis en la región continuó hasta 1961, y
Kennedy subió el tono de la respuesta: “Junto con Berlín, son
las regiones más críticas. [...] Toda el área podría estallar. [...]
No sé si el Congreso me lo concederá. Sin embargo, ahora es
el momento apropiado, cuando todos están preocupados de
que Castro pueda extender su revolución en el hemisferio”.68
En marzo de 1961, Kennedy pidió que se actuara para impedir
el caos en Bolivia. Su gobierno decidió ignorar las propuestas
del Fondo Monetario Internacional y del Departamento de Es-
tado que querían aplicar en Bolivia un paquete de medidas de
austeridad antiinflacionistas, y, en lugar de eso, decidió ofrecer
una ayuda económica inmediata. [...] “Las cosas estaban ya
bastante mal para pedirles nuevos sacrificios a quienes no tie-
nen nada para dar”.69 Una semana después, Kennedy anunció
la Alianza para el Progreso con Latinoamérica, un programa de
cooperación y desarrollo de diez años que ponía el acento en
las reformas sociales, con una ayuda a gran escala a los países
que “pusieran algo de su parte”.70
El anuncio de grandes reformas no impidió al Banco y a Esta-
dos Unidos apoyar a unos regímenes dictatoriales y corruptos,
como el de Anastasio Somoza en Nicaragua. He aquí un ejem-
plo: el 12 de abril de 1961 la dirección del Banco Mundial, y sa-
biendo que el dinero serviría para reforzar el poder económico
del dictador, decidió conceder un préstamo a Nicaragua, mien-
tras Estados Unidos preparaba una expedición militar contra
Cuba desde territorio nicaragüense, que lanzaría cinco días más
tarde.71 Fue parte del precio que se debía pagar a Somoza por su
apoyo a la agresión contra Cuba. A continuación se transcribe

68. John F. Kennedy, citado en Richard Goodwin (1988). Remembering America, Little,
Brown, p. 147.
69. Ibídem, p. 153. En su discurso, Kennedy señaló las analogías con el Plan Marshall
70. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, pp. 163-164.
71. La expedición tuvo lugar el 17 de abril de 1961. Más de 1500 mercenarios anticas-
tristas desembarcaron en la bahía de Cochinos, en Cuba. Fue un fracaso rotundo.
Ibídem, p. 166.

94
un extracto del informe oficial interno de la discusión entre diri-
gentes del Banco, durante ese mismo día:72
 r. [Aron] Broches: He sabido que la familia Somoza partici-
M
pa en casi todo, y que sería difícil encontrar algo en Nicaragua
ajeno a ellos.
 r. [Robert] Cavanagh: Me preocupa que parezca que pro-
M
movemos un acuerdo que presiona a la gente para vender las
tierras que el presidente desea.
 r. [Simon] Cargill: Ya que el propio proyecto es satisfactorio,
M
no creo que el interés del presidente sea un problema de tal
magnitud para que tengamos que abandonarlo...
Mr. Rucinski: Estoy de acuerdo en que es demasiado tarde para
dar marcha atrás.
Mr. Aldewereld: El problema de la propiedad de la tierra y la
familia Somoza es desafortunado, pero nosotros lo sabíamos
desde el principio y pienso que es demasiado tarde para discutir
ahora la cuestión.
Unos meses después, en junio de 1961, los mismos dirigentes
del Banco discutían sobre un préstamo que se concedía a Ecua-
dor. El contenido de la discusión es revelador de los intereses
políticos globales que motivaban la acción del Banco:73
Mr. Knapp: Ecuador parece ser el siguiente país que será “fidelis-
ta” [...] ¿Qué riesgo político pueden plantear unos indios invisi-
bles, que representan la mitad o los dos tercios de la población,
y que aún están completamente fuera del escenario político y
económico?
Mr. [John] de Wilde: Ecuador tiene un buen comportamiento.
¿No sería el momento oportuno de que las agencias [...] como
el Banco, actúen [...] con el fin de [...] prevenir que la situación
política se deteriore?
Mr. Knapp: [...] Esta es la clase de trabajo sucio que Estados
Unidos debe realizar.

72. Este texto es sacado de Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 165.
73. Ibídem, p. 166.

95
Mr. Broches: ¿Cuál es la posición de Ecuador respecto al índice
de injusticias sociales al que se refiere Mr. Kennedy?
Mr. [Orvis] Schmidt: Aunque hay una gran disparidad en la dis-
tribución de la riqueza en Ecuador, esta es menor que en otros
países de Latinoamérica. [...] Los indios, en la montaña, están
aún tranquilos, a pesar de que el gobierno no está realmente ha-
ciendo mucho por ellos.
Mr. Demuth: Si miramos los países feudales de Latinoamérica,
[...] para ser realistas, debemos admitir que habrá revoluciones,
y solo podemos esperar que los [nuevos gobiernos] cumplan las
obligaciones de sus predecesores.
Mr. Aldewereld: El colonialismo es ciertamente malo en Ecua-
dor [...] incluso [...] peor que en el Lejano Oriente. Algo violento
ha de ocurrir. [...] Pienso que nuestro proyecto sirve para aliviar
las presiones internas. [...] Estoy de acuerdo en que podríamos
conceder más créditos de la Agencia Internacional de Desarrollo
para paliar los riesgos políticos.
Mr. Knapp: [...] Pero los riesgos políticos pueden llevar a la cesa-
ción de pagos.
No se puede ser más claro.

96
Capítulo 3
Un comienzo difícil entre la ONU
y el Banco Mundial

El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional son ins-


tituciones especializadas de la ONU, comparables, en princi-
pio, a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) o a la
Organización de las Naciones Unidas para la alimentación y la
agricultura (FAO). En ese sentido, se supone que deben cola-
borar estrechamente con los órganos de las Naciones Unidas
y las otras instituciones especializadas en la consecución de los
objetivos que figuran en la Carta de las Naciones Unidas y en la
Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El Banco y el FMI intentaron desde el principio sustraerse cla-
ramente de las obligaciones que tienen las organizaciones miem-
bros del sistema de las Naciones Unidas. En lo que concierne al
Banco, mientras que su misión de ayuda al desarrollo tendría
que haberlo llevado a buscar un acercamiento a la ONU, sus di-
rigentes en cambio trabajaron con éxito para ponerlo fuera del
alcance de esta. El Banco y el FMI desempeñaron un papel acti-
vo en la Guerra Fría y más tarde en la reacción de los dirigentes
de los países más industrializados ante el creciente poder de los
PED, que reivindicaban un Nuevo Orden internacional.
Careciendo de un Plan Marshall, los PED propusieron la
creación de un nuevo organismo de la ONU, basado en el prin-
cipio de “un país, un voto”, que facilitara los préstamos a sus
industrias: el SUNFED. Los países industrializados se opusieron
tercamente y lograron el triunfo de una contrapropuesta: la
Asociación Internacional de Desarrollo (AID), rama del Banco
Mundial, enterró al SUNFED.

97
Volvamos al principio de las relaciones
En marzo de 1946, con ocasión de la primera reunión de gober-
nadores del Banco Mundial y del FMI, el presidente del Consejo
Económico y Social de la ONU74 (ECOSOC en su abreviatura in-
glesa), remitió una nota a la dirección del Banco en la que le pedía
el establecimiento de mecanismos de vinculación con su organi-
zación. El Banco trasladó la discusión a la reunión de directores
ejecutivos que debía realizarse en mayo de 1946. En realidad, el
Banco tenía tan poca prisa que hubo que esperar hasta noviem-
bre de 1947 para llegar a un acuerdo entre las partes interesadas.
Según Mason y Asher, historiadores del Banco, durante todo ese
tiempo las negociaciones no fueron particularmente cordiales.75
Al no tener respuesta la primera nota del ECOSOC, este envió
una segunda, a la cual los directores ejecutivos del Banco res-
pondieron que, para ellos, una reunión era prematura. Mientras
tanto, las Naciones Unidas ya habían cerrado acuerdos de cola-
boración con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la
UNESCO y la FAO.
En julio de 1946, en el curso de un tercer intento, el secretario
general de la ONU propuso al Banco y al FMI iniciar las nego-
ciaciones en septiembre de ese año. Los dirigentes del Banco y
del FMI se reunieron y decidieron que seguía siendo inoportuno
mantener tal reunión. Mason y Asher comentan así esas ma-
niobras dilatorias: “El Banco tenía fuertes temores de que, al
convertirse en una agencia especializada de la ONU, quedara
sometido a un control o a una influencia política indeseables,

74. El Consejo Económico y Social de la ONU hace recomendaciones con el fin de


coordinar los programas y actividades de las instituciones especializadas de las Na-
ciones Unidas (art. 58 de la Carta). A tal efecto, el ECOSOC dispone de poderes
atribuidos en el capítulo X de la Carta. El art. 62, párrafo I, dispone lo siguiente:
“El Consejo Económico y Social puede hacer y promover estudios e informes sobre
cuestiones internacionales en los ámbitos económico, social, de la cultura intelectual
y la educación, de la salud pública y otros campos conexos, y puede dirigir recomen-
daciones sobre todas estas cuestiones a la Asamblea General, a los Miembros de la
Organización y a las instituciones especializadas interesadas”.
75. Mason y Asher, ob. cit., p. 55.

98
y que eso dañara su notación (credit rating) en Wall Street”.76
Finalmente, el Banco sometió a discusión con las Naciones Uni-
das un proyecto que era más una declaración de independencia
que de colaboración. Esto dio lugar a una jornada de debates en
el cuartel general de la ONU, en el curso de la cual el presidente
del Banco, John McCloy, aceptó moderar las pretensiones.
Aunque aceptado por el comité de negociación del ECOSOC,
el acuerdo alcanzado provocó protestas e indignación en el seno
del Consejo y en la Asamblea General. En la sesión de 1947 del
ECOSOC, el representante de la Unión Soviética calificó el pro-
yecto de flagrante violación de por lo menos cuatro artículos
de la Carta de la ONU. Más molesto para los responsables del
Banco y, detrás de ellos, Estados Unidos, fue el ataque lanzado
por el representante de Noruega (país de donde provenía el secre-
tario general de la ONU en esa época, Trygve Lie). Declaró que
Noruega no podía aceptar que se acordaran tales privilegios al
Banco y al Fondo, pues eso minaría la autoridad de las Naciones
Unidas. A lo cual, el representante de Estados Unidos respondió
que nada minaría más a las Naciones Unidas que la incapacidad
para ponerse de acuerdo con el Banco y el Fondo. Finalmente,
el ECOSOC adoptó (13 a favor, 3 en contra y 2 abstenciones) el
proyecto, que fue ratificado en septiembre de 1947 por el Con-
sejo de Gobernadores del Banco (con la abstención del represen-
tante de Yugoslavia) y aprobado por la Asamblea General de las
Naciones Unidas en noviembre de 1947.77
Ese acuerdo ratificó el estatuto de organización especializa-
da de la ONU, pero, a pedido del Banco, le permitía funcio-
nar como una “organización internacional independiente”. En
ese sentido, autorizaba al Banco a juzgar por sí mismo cuáles
serían las informaciones útiles que comunicar al ECOSOC, lo
que, de hecho, era una derogación del artículo 17, apartado 3,
y del artículo 64 de la Carta de las Naciones Unidas (ese artículo

76. Ibídem, p. 56.


77. Acuerdo de cooperación entre el BIRD y la ONU, 15 de noviembre de 1947. RTNU
vol. 16, p. 346.

99
autoriza al ECOSOC a recibir informes regulares de parte de las
agencias especializadas). También había una derogación de
hecho del artículo 70, que preveía una representación recíproca
en cada deliberación. En adelante, el Banco y el Fondo se reser-
vaban el derecho de invitar a los representantes de las Naciones
Unidas solamente a la Reunión del Consejo de Gobernadores.
A su juicio, los historiadores del Banco declaran que ese acuer-
do era insatisfactorio para el secretario general de las Naciones
Unidas, pero tuvo que resignarse a aceptarlo. Y agregaron que
“al presidente del Banco, McCloy, no se lo podía clasificar como
un admirador de las Naciones Unidas, y a Garner (el vicepresi-
dente) se lo consideraba anti-ONU”.78

La creación de la SFI y de la AID79


Desde el inicio de las actividades del Banco Mundial, los go-
biernos de los países en desarrollo, comenzando por los de La-
tinoamérica y a continuación por India, criticaron el hecho de
que no había para ellos unas facilidades equivalentes al Plan
Marshall, que estaba limitado a Europa. En efecto, los prés-
tamos del Banco se acordaban con los tipos de interés del
mercado, mientras que la ayuda del Plan Marshall se otorga-
ba principalmente como donaciones. Una parte menor de la
ayuda del Plan consistía en préstamos sin interés o a unos tipos
inferiores a los del mercado (véase el capítulo 4).
Ya en 1949, un economista indio propuso la creación de una
nueva organización internacional en el marco de la ONU, que
podría llamarse “Administración de las Naciones Unidas para
el desarrollo económico”. Unos años más tarde, la idea volvió a

78. Ibídem, p. 59.


79. Esta parte se basa en Aart van de Laar (1980). The World Bank and the Poor, Mar-
tinus Nijhoff Publishing, Boston/La Haya/Londres, pp. 56-59; Mason y Asher, ob. cit.,
pp. 380-419; Catherine Gwin, “U.S. Relations with the World Bank”, en Kapur, Lewis
y Webb, The World Bank. Its First Half Century, ob. cit., vol. 2, pp. 205-209; Bruce Ri-
chard, ob. cit., p. 77.

100
emerger en el seno del ECOSOC, y se creó entonces el SUNFED
(Special United Nations Fund for Economic Development).
Entre 1950 y 1960, varios países del Tercer Mundo, así como
la URSS y Yugoslavia, hicieron campaña sistemáticamente en el
seno de la ONU para que se materializara el SUNFED y luego
para que se lo reforzara. Pero tanto el gobierno de Estados Uni-
dos como los de las otras potencias industriales no querían ni
oír hablar de un fondo especial controlado por la ONU y sepa-
rado del Banco Mundial.
Entre las razones que exponían los PED, para exigir la creación de
una agencia especializada de la ONU para financiar su desarrollo,
figuraba la cuestión del derecho de voto. Querían una agencia de la
ONU que garantizara la aplicación de la regla “un país, un voto”, a
diferencia de la regla de tipo censitario vigente en el Banco. Por la
misma razón, pero en sentido inverso, Estados Unidos y las otras
potencias se oponían firmemente a la propuesta: los escasos países
ricos querían evitar quedar en minoría.
Según los historiadores oficiales del Banco, Mason y Asher,
y más tarde Catherine Gwin, Estados Unidos había lanzado en
1954 una primera contrapropuesta que fue puesta en práctica
en 1956 por el Banco por medio de la creación de la Sociedad
Financiera Internacional (SFI), destinada a conceder présta-
mos a las empresas privadas de los PED.80 La creación de esa
sociedad no zanjó el contencioso y la campaña de los PED en
pro del SUNFED se redobló: en 1958 el Fondo Especial de las
Naciones Unidas fue habilitado para financiar las preinversio-
nes de los PED.
Por desgracia, el campo de los países del Tercer Mundo se di-
vidió rápidamente. India, que al comienzo apoyaba el SUNFED,
cambió de campo y se adhirió a una segunda contrapropuesta de
Estados Unidos, como alternativa, que consistía en la creación
de una Asociación Internacional de Desarrollo (AID) vinculada

80. Mason y Asher, ob. cit., pp. 384-385; Catherine Gwin, ob. cit., p. 206; Aart van
de Laar, ob. cit., p. 57.

101
al Banco Mundial.81 El lobby indio pro estadounidense estaba
convencido de que la India sería privilegiada en la AID porque
las potencias dominantes en las instituciones de Bretton Woods
entenderían la necesidad de que así fuera debido a su posición
estratégica. Acertó: ya en el primer año de existencia de la AID
recibió el 50 % de los préstamos concedidos por la agencia.
Al proponer la creación de la AID, el gobierno de Estados
Unidos quería matar dos pájaros de un tiro: por una parte, im-
pedir que las Naciones Unidas prosiguieran con el refuerzo del
SUNFED, respondiendo así a las necesidades de los PED; por la
otra, encontrar un medio para utilizar las reservas en monedas
de los PED que el Tesoro estadounidense acumulaba desde 1954
gracias a la venta de sus excedentes agrícolas en el marco de la
ley 480.82 Varios autores están de acuerdo en considerar que fue
el senador por Oklahoma Mike Monroney el primero en lanzar
la idea: presentó al Senado un proyecto de resolución en el que
proponía la creación de la AID en cooperación con el Banco y
que las reservas en monedas no convertibles fueran traspasadas
a esa agencia a fin de conceder préstamos a largo plazo y a bajo
interés, reembolsables en moneda local. Uno de los objetivos era
prestar a los países pobres para que estos pudieran comprar los
excedentes agrícolas estadounidenses.83 El presidente del Banco,
Eugene Black, declararía más tarde: “En realidad, la AID era una
idea concebida para contrarrestar el deseo de un SUNFED”.84
Vale la pena citar a Mason y Asher, que afirman:
En tanto que organización internacional afiliada al Banco Mun-
dial, la AID es una ficción sofisticada. Denominada “asocia-
ción” y dotada de estatutos, de funcionarios, de miembros de
gobiernos en profusión y de todos los signos exteriores de las

81. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 1127.


82. Mason y Asher, ob. cit., pp. 386-387; Catherine Gwin, ob. cit., p. 206, y Aart van
der Laar, ob. cit., p.57.
83. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 1128.
84. Mason y Asher, “IDA was really an idea to offset the urge for Sunfed”, ob. cit.,
p. 386.

102
otras agencias internacionales, no es, por el momento, más que
un fondo administrado por el Banco Mundial”.85
La aportación inicial de Estados Unidos fue del 42 % de los
fondos de la AID, lo que le aseguraba, también allí, el predominio.
En paralelo a la creación de la AID, en París se fundó el CAD
(Comité de Ayuda al Desarrollo). Se trataba de una estructura
que “coordinaba” la ayuda al desarrollo bilateral de los Estados
más industrializados. El SUNFED quedaba definitivamente en-
terrado y Estados Unidos impuso las instituciones que estaba
seguro de controlar.

Financiación de la AID
La AID no recurre a los mercados financieros. El dinero que
presta proviene de donaciones ofrecidas regularmente por los
países miembros (sobre todo los países industrializados más
ricos, a los que se sumó la OPEP en los años setenta) y de los
reembolsos que recibe.
Cada tres o cuatro años, los países contribuyentes modifi-
can su aportación: es el momento de las duras negociaciones.
Y sobre todo es un tema de grandes debates en el Congreso
estadounidense, pues allí es donde deciden qué cantidad se
acordará. Eso es objeto de muchos regateos entre el Congreso,
el gobierno de Washington y la presidencia estadounidense del
Banco Mundial/AID. Aunque los montos en juego son muy mo-
destos. El interés de la cuestión reside en tener la seguridad de
que el dinero prestado por la AID retornará a los donantes en
forma de compras (ayuda ligada).86

85. Ibídem, pp. 380-381.


86. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 1149.

103
La negativa del Banco Mundial
a ajustarse a las demandas de la ONU
concernientes a Portugal y Sudáfrica
A partir de 1961, mientras la mayor parte de los países colonia-
les obtenían su independencia y se convertían en miembros de
la ONU, la Asamblea General adoptaba repetidas resoluciones
de condena al régimen del apartheid de Sudáfrica, así como a
Portugal, que mantenía su yugo sobre varias regiones de África
y de Asia.87 En 1965, ante la continuidad de las ayudas finan-
cieras y técnicas del Banco y del FMI a esos regímenes, la ONU
pidió formalmente:
A todas las agencias especializadas de las Naciones Unidas y
en particular al Banco Internacional para la Reconstrucción y
el Desarrollo y al Fondo Monetario Internacional [...] que se
abstengan de conceder a Portugal cualquier ayuda financiera,
económica o técnica mientras el gobierno portugués no haya
renunciado a su política colonial, que constituye una viola-
ción flagrante de las disposiciones de la Carta de las Naciones
Unidas.88
Lo mismo hizo con relación a Sudáfrica.
La dirección del Banco se reunió para adoptar una posición y
la mayoría de los directores ejecutivos decidió continuar con los
préstamos. Justificación presentada: el artículo IV, sección 10

87. Véanse, especialmente, las siguientes resoluciones: A/RES/1761, 6 noviembre


1962; A/RES/1881 (XVIII), 11 octubre 1963; A/RES /1978 (XVIII) A et B, 16 diciem-
bre 1963; A/RES/2054 (XX) A et B, 15 diciembre 1965; A/RES 2060 (XX), 16 di-
ciembre 1965; A/RES 2202 (XXI) A et B, 16 diciembre 1966; A/RES/2307 (XXII),
13 diciembre 1967; A /RES/2396 (XXIII), 2 diciembre 1968; A /RES/2397 (XXIII), 2
diciembre 1968. El Consejo de Seguridad condenó también al régimen del apartheid
con unanimidad el 4 de diciembre de 1963 con la aprobación de la resolución S/182
(1963).
88. UN Doc. A/AC.109/124 and Corr. 1 (10 de junio de 1965).

104
de sus estatutos89 ¡les prohibía hacer política!90 Todos los paí-
ses más industrializados, apoyados por cierto número de países
latinoamericanos, votaron a favor de la continuación de esos
préstamos. Esa interpretación del artículo 4 de su acta consti-
tutiva condujo, por lo tanto, al Banco Mundial a seguir como
política oficial (o de fachada) no tener en cuenta la situación de
los derechos civiles y políticos en los Estados miembros, en el
momento de acordar un préstamo. La práctica del Banco Mun-
dial eludió en numerosas ocasiones el argumento de limitacio-
nes constitucionales (véase el capítulo 6). En 1966, el Banco
aprobó un préstamo de 10 millones de dólares a Portugal y de
20 millones a Sudáfrica. Después, bajo una presión redoblada,
el Banco no les concedió más préstamos. De todos modos, un
organismo de las Naciones Unidas, el Comité Especial de Desco-
lonización (Decolonisation Committee), continuó denunciando du-
rante más de quince años el hecho de que el Banco permitía a
Sudáfrica y a Portugal presentarse como candidatos a obtener
financiación del mismo para proyectos en otros países. Por su
lado, el Banco cortejaba a Sudáfrica para que esta hiciera dona-
ciones a la AID.91

89. El art. IV, sección 10 estipula: “El Banco y sus responsables no interferirán en
las cuestiones de cualquier miembro y tienen prohibido dejarse influenciar en sus
decisiones por el carácter político del miembro o de los miembros concernidos. Solo
consideraciones económicas pueden influir en sus decisiones y estas consideraciones
serán sopesadas sin prejuicios, a fin de alcanzar los objetivos [fijados por el Banco]
estipulados en el art. I”., véase el capítulo 6.
90. Véanse los argumentos ofrecidos por el consejero jurídico del BIRD, en su carta
del 5 de mayo de 1967, dirigida al Secretariado de la ONU, reproducida en un anexo
al informe del secretario general de las Naciones Unidas que retoma las “principales
conclusiones de los trabajos de investigación efectuados por los organismos de las
Naciones Unidas sobre las principales tendencias y políticas económicas y sociales en
el mundo y sobre las nuevas cuestiones que surgen.
91. Kapu, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 692.

105
Capítulo 4
El marco de la segunda posguerra,
el Plan Marshall y el Acuerdo de Londres
sobre la deuda alemana

Este capítulo analiza la política económica bilateral adoptada


por las autoridades de Washington con respecto a sus aliados
en el marco de la Guerra Fría. El Plan Marshall sustituyó la ac-
ción del Banco Mundial, porque Estados Unidos llegó a la con-
clusión de que las donaciones a la Europa en reconstrucción
eran más eficaces y rentables para el gobierno estadounidense
que los préstamos. Esa política bilateral apuntaba a reforzar el
bloque occidental capitalista, dominado por Washington frente
al bloque del Este, dominado por la URSS.
Estados Unidos procedió a la anulación de la deuda de al-
gunos de sus aliados. La operación más evidente en ese sen-
tido fue el tratamiento de la deuda alemana, regulada por el
Acuerdo de Londres de 1953. Para asegurar el relanzamiento
de la economía de la Alemania Occidental y que constituyera
un elemento estable y central del bloque atlántico, los alia-
dos acreedores, con Estados Unidos a la cabeza, hicieron con-
cesiones muy importantes a las autoridades y a las empresas
alemanas endeudadas, que iban mucho más allá de una re-
ducción de la deuda. Comparar el tratamiento acordado a la
Alemania Occidental de la posguerra con el dado actualmente
a los PED es edificante.

Los gobernantes de Estados Unidos aprenden


de los errores cometidos en los años 1920-1930
Finalizada la Primera Guerra Mundial, con el Tratado de Ver-
salles, los vencedores impusieron a Alemania el desembolso de

106
unas sumas muy altas en concepto de reparaciones y deudas de
guerra.92 Muy pronto Alemania tuvo dificultades para pagar y el
descontento social fue en aumento. El crash de Wall Street, que
se produjo en 1929, desencadenó una crisis económica mun-
dial. Estados Unidos redujo drásticamente el flujo de capitales
hacia el exterior. Alemania cortó los reembolsos a Francia, Bél-
gica y al Reino Unido, países que a su vez suspendieron el pago
de su deuda a Estados Unidos. El mundo más industrializado
se sumió en la recesión y se instaló la desocupación masiva. El
comercio internacional se hundió.
Previendo el fin de la Segunda Guerra Mundial, las autori-
dades de Washington decidieron adoptar una actitud diame-
tralmente opuesta a la que mantuvieron desde el final de la
Primera Guerra Mundial hasta principios de los años 30. Op-
taron por el establecimiento de las instituciones de Bretton
Woods y de las Naciones Unidas. Fue la parte institucional in-
ternacional. Se trata ahora de analizar cuál fue la política bilate-
ral pregonada por las autoridades de Washington.

Mejor que prestar dinero, donarlo


La preocupación del gobierno estadounidense al finalizar la Se-
gunda Guerra Mundial era mantener el pleno empleo alcanzado
gracias al colosal esfuerzo de guerra. Asimismo, quería garanti-
zar un superávit comercial en las relaciones de Estados Unidos
con el resto del mundo.93 Pero los principales países industriali-
zados capaces de importar mercaderías de Estados Unidos esta-
ban literalmente sin un céntimo. Por consiguiente, para que los

92. John Maynard Keynes, contratado por el Tesoro británico, participó activamente
en las negociaciones del Tratado de Versalles (1919) que concluyó la Primera Guerra
Mundial. Opuesto a la amplitud de las reparaciones exigidas a Alemania, renunció a
la delegación británica y publicó a continuación Las consecuencias económicas de la paz
(Crítica, Barcelona, 2002).
93. Y fue lo que pasó: la balanza comercial de Estados Unidos, que era deficitaria,
se mantuvo positiva hasta 1971. En otras palabras, Estados Unidos exportó, en ese
lapso, más de lo que importaba.

107
países europeos pudieran comprar productos estadounidenses
había que proporcionarles dólares en grandes cantidades.
Pero ¿en qué forma? ¿Donaciones o préstamos? En sínte-
sis, el razonamiento de los estadounidenses era el siguiente: si
prestamos a los europeos, que son de nuestro bando, el dinero
que emplearán para comprarnos lo que necesitan para recons-
truir su economía, ¿con qué nos van a pagar? Los dólares que
les prestamos ya no los tendrán, porque los habrán gastado en
comprarnos lo que necesitan. Por lo demás, no hay más que tres
posibilidades. Primera, nos pagan en especie. Segunda posibili-
dad, nos reembolsan en dólares. Tercera posibilidad, les dona-
mos el dinero hasta que salgan adelante.
Veamos la primera posibilidad: si nos pagan en especie más
que en dólares, sus productos competirán con los nuestros en
nuestro mercado interno, el pleno empleo se verá amenazado en
casa, los beneficios de nuestras empresas decaerán. No es una
buena solución.
Consideremos la segunda: nos reembolsan en dólares. Los
dólares que les habíamos prestado ya los gastaron en la com-
pra de nuestros productos. En consecuencia, para que puedan
reembolsarnos debemos prestarles por segunda vez la misma
suma (que nos deben), más los intereses. El riesgo de entrar
en un círculo incontrolable de endeudamiento (que bloquee
o frene de nuevo la buena marcha de los negocios) se combi-
na con el riesgo evocado en la primera posibilidad. Si los eu-
ropeos tratan de no acumular deudas con nosotros, vendrán
a vender en nuestro mercado sus productos, compitiendo con
nuestras empresas. Obtendrían así una parte de los dólares ne-
cesarios para reembolsarnos. Pero esto no será suficiente para
que se desendeuden, y encima hará crecer el desempleo entre
nosotros.94

94. “La oposición a un reembolso en forma de importaciones es una constante de


este país, y el motivo es que estas entran en competencia con los productos nacio-
nales y eso contribuye al desempleo”. Randolph E. Paul (1947). Taxation for Prosperity,
Bobbs-Merrill, Indianápolis, citado por Cheryl Payer, ob. cit., p. 20.

108
Queda la tercera posibilidad: mejor que prestar masivamente
dinero a los europeos (por medio del Banco Mundial o por cual-
quier otra vía), conviene donarles los dólares necesarios para
que reconstruyan su economía en un período relativamente
corto. Los europeos utilizarán los dólares recibidos para com-
prarnos bienes y servicios. Esto asegurará una salida para las
exportaciones estadounidenses y, por consiguiente, el pleno
empleo. Una vez realizada la reconstrucción, los europeos, no
endeudados, estarán en condiciones de pagar la factura de lo que
nos compren. Las autoridades estadounidenses llegaron a la
conclusión de que era mejor proceder mediante donaciones e
idearon el Plan Marshall.

El Plan Marshall95
Entre 1948 y 1951, Estados Unidos destinó más de 13 000 millo-
nes de dólares de la época (de los cuales, 11 000 millones en do-
naciones) a la reconstrucción de 17 países europeos, a través de
la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE,
hoy OCDE). El monto total de la ayuda corresponde a unos
90 000 millones de dólares actuales. Washington exigía a los Es-
tados que aceptaban la ayuda varias contrapartidas: de entrada,
que los países europeos coordinaran los gastos de reconstruc-
ción en el seno de la OECE. De ese modo, reforzando el bloque
opuesto al soviético, Estados Unidos contribuyó a la coopera-
ción europea, preludio de la construcción europea. Por otra
parte, exigía que el dinero sirviera para comprar productos de
la industria estadounidense.

95. Información y cuadro sacado de la enciclopedia Wikipedia: https://es.wikipedia.


org/wiki/Plan_Marshall

109
Tabla 7. Gastos generales del Plan Marshall
Asistencia económica, del 3 de abril de 1948 al 30 de junio de 1952
(en millones de dólares de la época)

País Total Donaciones Préstamos


Total para todos los países $ 13 325,8 $ 11 820,7 $ 1505,1
Austria 677,8 677,8 ———
Bélgica-Luxemburgo 559,3 491,3 68,0 A
Dinamarca 273,0 239,7 33,3
Francia 2713,6 2488,0 225,6
Alemania (RFA) 1390,6 1173,7 216,9
Grecia 706,7 706,7 ———
Irlanda 147,5 19,3 128,2
Islandia 29,3 24,0 5,3
Italia (incluido Trieste) 1508,8 1413,2 95,6
Países Bajos (Indonesia) B 1083,5 916,8 166,7
Noruega 255,3 216,1 39,2
Portugal 51,2 15,1 36,1
Suecia 107,3 86,9 20,4
Turquía 225,1 140,1 85,0
Reino Unido 3189,8 2805,0 384,8
Regional C 407,0 407,0 ———

Notas: A. El total del préstamo incluye 65 millones para Bélgica y 3 millones para Luxemburgo.
B. Ayuda del Plan Marshall a las Indias Neerlandesas (Indonesia) extendida a los Países
Bajos antes de la transferencia de soberanía, el 30 de diciembre de 1949.
C. Incluye la contribución de Estados Unidos al Fondo permanente social europeo de
sindicatos (EPU): 361,4 millones.

Además de las donaciones acordadas en el marco del Plan


Marshall, hay que agregar la anulación parcial, en 1946, de la
deuda de Francia con Estados Unidos (2000 millones de dólares
condonados). Igualmente, Bélgica se benefició por parte de Esta-
dos Unidos de una reducción de la deuda en compensación por
el uranio proporcionado para la fabricación de las primeras dos
bombas atómicas, lanzadas sobre las ciudades japonesas de Hi-
roshima y Nagasaki, que causaron el holocausto nuclear. El ura-
nio provenía de la mina de Shinkolobwé (cerca de Likasi, antes
Jadotville), situada en la provincia de Katanga, en el Congo Belga:

110
Primer acto, Bélgica se benefició de una anulación de la deuda
gracias a su colonia, cuyos recursos naturales explotaba.
Segundo acto, unos quince años más tarde, legó ilegalmente al
Congo independiente las deudas que había contraído para ex-
plotar sus recursos naturales y a su pueblo (véase el capítulo 2).

El Acuerdo de Londres de 1953


sobre la deuda alemana
Recordemos que la Alemania nazi había suspendido el pago de
su deuda externa a partir de 1933, y que nunca más retomó esos
pagos. Sin embargo, eso no le impidió al régimen hitleriano re-
cibir apoyo financiero y hacer negocios con las grandes empre-
sas estadounidenses: como Ford, que financió el lanzamiento
del Volkwagen (el automóvil del pueblo imaginado por Hitler),
General Motors, que poseía la firma Opel, General Electric, aso-
ciada a AEG, e IBM, a la que se acusó de haber “provisto la tec-
nología” que ayudó “a la persecución, sufrimiento y genocidio”,
antes y durante la Segunda Guerra Mundial.96
Las sumas de las anulaciones de deudas no tuvieron en cuen-
ta las deudas ligadas a la política de agresión y de destrucción
llevada a cabo por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra
Mundial, ni las reparaciones que los países víctimas de esa
agresión tenían el derecho de reclamar. Esas deudas de guerra
fueron apartadas, y eso constituyó un enorme regalo para Ale-
mania Occidental.
A pesar de que tuvieron un rol de primer plano en el apoyo
al régimen nazi y que fueran culpables del genocidio de los pue-
blos judío y gitano, las grandes empresas industriales alemanas
como AEG, Siemens, IG Farben (AGFA, BASF, Bayer y Hoechst),
Krupp, Volkswagen, BMW, Opel, Mercedes Benz, y también so-
ciedades financieras de primer orden como el Deutsche Bank,
Commerzbank, la sociedad de seguros Allianz fueron protegidas

96. https://bit.ly/3ESpg3o; https://bit.ly/31YZLz2

111
y reforzadas. El poder del gran capital alemán salió intacto de la
Segunda Guerra Mundial gracias al apoyo de los gobiernos de
las grandes potencias occidentales.
El reembolso de la deuda por Alemania Occidental y su rápi-
da reconstrucción después de la Segunda Guerra Mundial fueron
posibles gracias a la voluntad política de sus acreedores, es decir,
Estados Unidos y sus principales aliados occidentales (Reino
Unido y Francia). En octubre de 1950, estos tres aliados formula-
ron un proyecto en el cual el gobierno federal alemán reconocía
la existencia de deudas de los períodos anterior y posterior a la
guerra. Y agregaban una declaración que estipulaba que
los tres países están de acuerdo en que el plan prevé una liqui-
dación adecuada de las exigencias con Alemania, cuyo efecto
final no debía desequilibrar la situación financiera de la econo-
mía alemana por medio de repercusiones indeseables, ni afec-
tar excesivamente, las reservas potenciales de divisas. Los tres
países estaban convencidos de que el gobierno federal alemán
compartía su posición y que la restauración de la solvencia ale-
mana iría acompañada de un reembolso adecuado de la deuda
alemana que asegurara a todos los participantes una negocia-
ción justa que tuviera en cuenta los problemas económicos de
Alemania.97
La deuda reclamada a Alemania correspondiente al período
anterior a la guerra se elevaba a 22 600 millones de marcos in-
cluidos los intereses. La deuda de la posguerra se estimaba en
16 200 millones. Por un acuerdo alcanzado en Londres el 27 de
febrero de 1953,98 estos montos se redujeron a 7500 millones y

97. “Deutsche Auslandsschulden”, 1951, pp. 7 y ss., en Philipp Hersel, El acuerdo de Lon-
dres de 1953 (III). Disponible en http://www.lainsignia.org/2003/enero/econ_005.htm
98. Texto original del Acuerdo sobre las deudas externas alemanas concluido en
Londres el 27 de febrero de 1953. Disponible en https://bit.ly/3ESoJ1B. Firmaron el
acuerdo ese día: República Federal de Alemania, Estados Unidos de América, Bélgica,
Canadá, Ceilán, Dinamarca, España, Francia, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda
del Norte, Grecia, Irlanda, Liechtenstein, Luxemburgo, Noruega, Pakistán, Suecia,
Suiza, Unión Sudafricana y Yugoslavia.

112
7000 millones de marcos, respectivamente.99 Lo que representa
una reducción del 62,6 %.
El acuerdo establecía la posibilidad de suspender los pagos y
renegociar las condiciones de estos, si se presentaba un cambio
substancial que limitara la disponibilidad de recursos.100
Para garantizar que la economía de Alemania Occidental
realmente se relanzara y constituyera un elemento estable y cen-
tral en el bloque atlántico frente al bloque del Este, los aliados
acreedores hicieron grandes concesiones a las autoridades y
empresas alemanas, que fueron mucho más allá de una simple
reducción de la deuda. Se partía del principio de que Alemania
debía estar en condiciones de reembolsar la totalidad de lo adeu-
dado, manteniendo un alto nivel de crecimiento y una mejora de
las condiciones de vida de la población. El objetivo era pagar sin
empobrecimiento. Para ello, los acreedores acordaron: primero,
aceptar que Alemania reembolsara la deuda en su moneda nacio-
nal, el marco; segundo, admitir que Alemania redujera sus impor-
taciones, que pudiera producir ella misma los bienes que, hasta
ese momento, compraba en el exterior;101 tercero, autorizar a que
vendiera sus productos al exterior y a tener una balanza comercial
positiva. Estos diferentes elementos estaban consignados en la
declaración antes mencionada.102

99. 1 USD valía en esa época 4,2 DM. La deuda de Alemania Occidental después
de su reducción (o sea, 14 500 millones de DM) equivalía a 3450 millones de USD.
100. Los acreedores se negaron siempre a incluir cláusulas de este tipo en los contra-
tos con países en desarrollo.
101. Permitiendo que Alemania sustituyera importaciones por bienes de producción
propia, los acreedores aceptaban reducir sus exportaciones hacia este país. En el pe-
ríodo 1950-1951, el 41 % de las importaciones alemanas provenían del Reino Unido,
de Francia y de Estados Unidos. Si se suma a esta cifra la parte de las importacio-
nes provenientes de otros países acreedores, participantes de la conferencia (Bélgi-
ca, Países Bajos, Suecia y Suiza), la suma total llegaba hasta el 66 %. Cálculos del
autor. Fuente: 1) informes anuales del Banco (1954-1961); 2) US Overseas Loans
and Grants (Greenbook), disponible en http://qesdb.cdie.org/gbk/index.html
102. “La capacidad de pago de Alemania, de sus deudores privados y públicos, no
significa solo la capacidad de efectuar los pagos regularmente en marcos alemanes
sin consecuencias inflacionistas, sino también que la economía del país puede cubrir
sus deudas teniendo en cuenta su balanza de pagos actual. El establecimiento de la

113
Otro elemento muy importante: el servicio de la deuda se fija-
ba en función de la capacidad de pago de la economía alemana,
teniendo en cuenta los adelantos en la reconstrucción del país y
los ingresos por exportación. Así, la relación entre servicio de la
deuda e ingresos por exportación no debía superar el 5 %. Eso
quiere decir que Alemania Occidental no debía dedicar más de
una vigésima parte de sus ingresos por exportación al pago de su
deuda. Otra medida excepcional: se aplicó una reducción drásti-
ca de la tasa de interés, que osciló entre 0 % y 5 %.
Finalmente, hay que tener en cuenta las donaciones en dólares
de Estados Unidos a Alemania Occidental: 1173,7 millones de
dólares en el marco del Plan Marshall, entre el 3 de abril de 1948
y el 30 de junio de 1952 (véase la tabla en la sección sobre el Plan
Marshall), a los que hay que sumar por lo menos 200 millones de
dólares entre 1954 y 1961, principalmente a través de la Agencia
Internacional de Desarrollo de Estados Unidos (USAID).
Gracias a esas condiciones excepcionales, Alemania terminó
de pagar su deuda en 1960. Un tiempo récord. Ella misma se
permitió el lujo de anticipar los pagos.

Algunos elementos de comparación


El resultado de una primera comparación entre la Alemania Oc-
cidental de la posguerra y los PED de ahora es esclarecedor. Ale-
mania, aunque devastada por la guerra, era económicamente
más fuerte que la mayoría de los PED actuales. Pero en 1953 le
concedieron lo que se niega a los PED.

capacidad de pago de Alemania requiere hacer frente a ciertos problemas que son:
1. la futura capacidad productiva con una consideración particular de la capacidad
productiva de bienes exportables y la capacidad de sustitución de importaciones; 2.
la posibilidad de vender mercaderías alemanas en el exterior; 3. las condiciones de
comercio futuras probables; 4. las medidas fiscales y económicas internas necesarias
para asegurar un superávit para exportar”. “Deutsche Auslandsschulden”, 1951,
pp. 64 y ss., en Philipp Hersel, ob. cit., 8 de enero de 2003. Disponible en http://
www.lainsignia.org/2003/enero/econ_010.htm

114
La cuota de los ingresos por exportación dedicados
al reembolso de la deuda
Alemania fue autorizada a no dedicar al pago de la deuda más
del 5 % de sus ingresos por exportación. En la práctica, Alema-
nia nunca dedicó más del 4,2 % de sus ingresos por exportación
al pago de la deuda (esa suma se alcanzó en 1959).
De todas maneras, en la medida en que una parte de las deu-
das alemanas eran pagadas en deutsche marks, el Banco Central
alemán podía emitir moneda, en otras palabras: monetizar la
deuda.
En 2019, según los datos suministrados por el Banco Mun-
dial, los países en desarrollo tuvieron que dedicar al pago de
la deuda externa total una media de 15,4 % de sus ingresos de
exportación (el 14,1 % para los países del África subsahariana;
el 26,84 % para los países de América Latina y el Caribe; 11,02 %
para los países de Asia del Este y del Pacífico, 22,3 % para los
países de Europa y de Asia Central, 13,27 % para los países de
África del Norte y de Oriente Próximo, 11,16 % para los países
de Asia del Sur).
Algunos ejemplos de países, PED y de economías periféricas:
en 2019, esa cifra alcanzaba el 26,79 % para Angola, 53,13 %
para Brasil, 11,01 % para Bosnia, 12,85 % para Bulgaria,
32,32 % para Colombia, 12,35 % para Costa de Marfil, 28,94 %
para Etiopía, 26,06 % para Guatemala, 39,42 % para Indonesia,
88,21 % para Líbano, 12,33 % para México, 19,95 % para Nica-
ragua, 35,35 % para Pakistán, 11,45 % para Perú, 27,19 % para
Serbia, 15,74 % para Túnez, 34,29 % para Turquía.

Tipo de interés aplicado a la deuda externa


En el caso del acuerdo de 1953 concerniente a Alemania, el tipo
de interés oscilaba entre el 0 y el 5 %.
Por el contrario, en el caso de los PED, el tipo de interés era
mucho más alto. Una gran mayoría de los contratos preveía tipos
variables, al alza.

115
Entre 1980 y 2000, para el conjunto de los PED, el tipo de in-
terés medio osciló entre 4,8 % y 9,1 % (entre 5,7 % y 11,4 % en el
caso de Latinoamérica y el Caribe, llegando a oscilar en el caso de
Brasil entre el 6,6 % y el 11,9 % entre 1980 y 2004). En 2019, por
ejemplo, el tipo de interés medio era del 7,08 % para Angola, el
7,11 % para Ecuador, 7,8 % para Jamaica, 9,76 % para Argentina
y 11,15 % para el Líbano.

Moneda en la que se reembolsó la deuda externa


Alemania fue autorizada a reembolsar en su moneda nacional.
Ningún país del Tercer Mundo estuvo autorizado a hacer lo
mismo, salvo excepción y por sumas irrisorias. Todos los gran-
des países endeudados deben efectuar la totalidad de sus reem-
bolsos en divisas fuertes (dólares, euros, yenes, francos suizos,
libras esterlinas).

Cláusula de revisión del contrato


En el caso de Alemania, el acuerdo establecía la posibilidad de
suspender los pagos y renegociar las condiciones si se presen-
taba un cambio sustancial que limitara la disponibilidad de
recursos.
En el caso de los contratos de préstamos con los PED, los
acreedores consiguen que no haya cláusulas de ese tipo, aunque
una reciente sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Euro-
pea confirmó que un Estado puede modificar sus obligaciones
en materia de deudas en razón a circunstancias excepcionales.103

Jurisdicción competente en caso de litigio


En materia de pagos de la deuda externa, los tribunales alema-
nes podían rechazar la ejecución de sentencias de tribunales
extranjeros o de los tribunales arbitrales en el caso en que su

103. Referencia de la sentencia del 23 de mayo de 2019, CURIA-Documentos (eu-


ropa.eu), Éric Toussaint (13 de enero de 2021). “Una sentencia del TJUE afirma que
un Estado tiene el derecho de imponer pérdidas a sus acreedores”. Disponible en
https://bit.ly/3oOE5yx

116
aplicación amenazara el orden público. Los acreedores le niegan
esa disposición a los PED. Es necesario señalar que los países
deudores estuvieron equivocados en renunciar a la competencia
de sus juridicciones, mientras que Alemania había obtenido que
sus tribunales tuvieran la última palabra.

Política de sustitución de importaciones


En el acuerdo sobre la deuda alemana, se había previsto de
forma explícita que el país podía producir localmente lo que
hasta entonces importaba. Por el contrario, el Banco Mundial
y el FMI imponen a los PED la renuncia a producir en el país lo
que podrían importar.

Donaciones en divisas (en efectivo)


Alemania, aunque responsable en gran parte de la Segunda
Guerra Mundial, fue gratificada con donaciones importantes en
divisas, en el marco del Plan Marshall, y más allá.
Los PED, en conjunto, a los cuales los países ricos prometie-
ron asistencia y cooperación, reciben una limosna en forma de
donaciones en divisas. Mientras que, colectivamente, desembol-
san unos 300 000 millones de dólares por año, reciben en efecti-
vo unos 30 000 millones de dólares. Los países más grandes del
Tercer Mundo endeudados no reciben, estrictamente, ninguna
ayuda en forma de donaciones en divisas.
Indudablemente, la negativa a conceder a los PED endeuda-
dos el mismo tipo de concesiones que se le hicieron a Alemania
indica que, en realidad, los acreedores no quieren que estos paí-
ses se desendeuden. Los acreedores consideran que les interesa
mantenerlos en el endeudamiento permanente, para obtener de
ese modo un beneficio máximo bajo la forma del pago de la
deuda, y para imponerles unas políticas acordes a sus intereses
de acreedores y asegurarse su lealtad en el seno de las institucio-
nes internacionales.
Lo que Estados Unidos realizó con los países más industria-
lizados, destruidos por la guerra, mediante el Plan Marshall,

117
también lo hizo, después de la Segunda Guerra Mundial, con al-
gunos PED, aliados de Estados Unidos, que ocupaban un lugar
estratégico en la vecindad de la Unión Soviética y de China. Por
consiguiente, Estados Unidos otorgó a esos PED, en forma de
donaciones, unas sumas netamente superiores a los préstamos
concedidos por el Banco Mundial. Es el caso en particular de
Corea del Sur y de Taiwán, que desde los años cincuenta reci-
bieron una ayuda que sería determinante y que es uno de los
ingredientes de sus éxitos.
Para dar una idea: entre 1954 y 1961, Corea del Sur recibió
como donación de Estados Unidos una suma superior a todos
los préstamos juntos otorgados por el Banco Mundial a los
países independientes del Tercer Mundo (incluidos la India, Pa-
kistán, México, Brasil y Nigeria). Corea del Sur recibió como do-
naciones de Estados Unidos más de 2500 millones de dólares
entre 1953 y 1961, mientras que los préstamos del Banco al
conjunto de los PED independientes durante el mismo período
sumaban 2323 millones de dólares. Las donaciones a Taiwán se
elevaron a cerca de 800 millones de dólares en dicho período.
Debido a que estaba en un lugar estratégico frente a China y la
URSS, la pequeña Corea del Sur, agrícola, con una población de
menos de 20 millones de habitantes, recibió los favores de Es-
tados Unidos. En el plano de las políticas económicas, el Banco
Mundial y Estados Unidos toleraron a Corea del Sur y a Taiwán
lo que no le admitieron a Brasil, o a México, como veremos en
el capítulo dedicado a Corea.

118
Capítulo 5
Un Banco bajo influencias

El libro patrocinado por el Banco Mundial para conmemorar sus


primeros cincuenta años de existencia, El Banco Mundial, su primer
medio siglo,104 muestra hasta qué punto la idea de que la institución
se habría convertido en una enorme burocracia progresivamente
independizada de la influencia de los Estados no concuerda con la
realidad. En particular, ese concepto erróneo fue expresado por el
ambientalista estadounidense Bruce Rich en su agudo libro sobre
el Banco.105 En realidad, este está bajo el firme control del gobierno
de Estados Unidos, que es quien negocia, en el seno del Banco, con
los gobiernos de las otras potencias capitalistas la política a seguir
bajo su liderazgo. Por lo general, no se toma el trabajo de hacer los
esfuerzos necesarios para llegar a un consenso con sus socios prin-
cipales (desde finales de los años 50, estos son Japón, Alemania,
el Reino Unido y Francia), imponiendo al Banco directamente sus
puntos de vista.
En ciertas ocasiones, las relaciones del gobierno estadounidense
con el presidente del Banco o con su dirección, en sentido amplio,
fueron tensas. Asimismo, se ha de tener en cuenta la intervención,
más o menos activa según la época, del Congreso de Estados Uni-
dos. En muchas ocasiones, el ejecutivo estadounidense tuvo que
negociar con el Congreso la actitud que se debía mantener con res-
pecto al Banco y a sus actividades.106

104. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit.


105. “Pero la única hipótesis plenamente coherente para reconciliar los elementos
discordantes de las acciones del Banco, de sus resultados y de sus fines era la de una
burocracia convertida en un fin en sí misma, conducida por una cultura institucional
de expansión y una voluntad de poder por el poder”, en Bruce Rich, ob. cit, p. 103.
106. Es una situación única en el mundo. Ningún otro parlamento ha ejercido una
función tan activa como el de Estados Unidos en lo que respecta al grupo del Banco
Mundial (y al FMI). Aparte de este capítulo, dedicado a esta cuestión, el capítulo 18,
sobre la comisión Meltzer, vuelve sobre el tema.

119
Aunque sometido de forma sistemática a la influencia de Es-
tados Unidos, el Banco no deja de mantener cierta autonomía,
que es el espacio que dispone para seguir una lógica propia, que
a veces entra en conflicto con los intereses inmediatos del gobier-
no estadounidense. Esa autonomía es muy limitada y el gobierno
impone su voluntad en todas las cuestiones que considera im-
portantes. Por lo demás, no hay que olvidar los lazos estrechos
entre el mundo de los negocios (el gran capital) estadounidense
y el Banco.

La influencia estadounidense
sobre el Banco Mundial

A lo largo de la historia del Banco Mundial, Estados Unidos ha


sido el principal accionista y el país miembro más influyente.
El apoyo de Estados Unidos al Banco, las presiones que ejerce
sobre este, las críticas expresadas respecto al mismo han de-
sempeñado un papel central en el curso de su crecimiento, en la
evolución de su política, de sus programas y de sus prácticas.107
Con estas palabras comienza el capítulo sobre las relaciones
entre Estados Unidos y el Banco Mundial, de 1945 a 1992, en el
libro patrocinado por el Banco para conmemorar sus primeros
cincuenta años de existencia.108 Los autores, que tuvieron libre
acceso a los archivos del Banco Mundial, realizaron una obra
cuya tonalidad es fundamentalmente crítica. Y eso explica por
qué el Banco Mundial no le hizo mucha publicidad, y que no
haya aparecido hasta 1997.
Otros fragmentos de dicho texto, reproducidos a continua-
ción, son tan explícitos que no necesitan comentario:
La dirección del Banco dedica más tiempo a reunirse con Esta-
dos Unidos y a consultarlo, con el fin de responder a sus deseos,

107. Véase Catherine Gwin, “US relations with the World Bank, 1945-1992”, en
Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 2, p. 195.
108. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1 y 2, pp. 1275 y 766.

120
que hacerlo con cualquier otro país miembro. Si bien esta inten-
sa interacción casi no ha cambiado con el correr de los años, la
forma en que Estados Unidos moviliza a los otros países miem-
bros para que apoyen sus puntos de vista se ha modificado con-
siderablemente. Al principio, la influencia de Estados Unidos
era tan predominante que sus posiciones y las del Banco eran
indisociables.109
Estados Unidos ha considerado a todas las organizaciones mul-
tilaterales, incluido el Banco Mundial, como instrumentos de
su política exterior, que podía utilizar para alcanzar sus propios
objetivos.110
A menudo, Estados Unidos se ha visto contrariado por el proce-
so de construcción del consenso sobre el que se basa la coope-
ración multilateral.111
La preocupación por contener el comunismo y la modificación
de la potencia relativa de Estados Unidos en el mundo, explica
en gran parte la evolución de sus relaciones con el Banco Mun-
dial durante los últimos cincuenta años.112
La crisis de la deuda en el Sur y la caída del comunismo en Eu-
ropa del Este han producido un renovado interés de Estados
Unidos con respecto al Banco Mundial.113

Unas líneas sobre el origen del Banco Mundial


y la influencia de Estados Unidos

A diferencia del FMI, que es el resultado de una intensa nego-


ciación entre Estados Unidos y el Reino Unido, el Banco es en
gran medida una creación de Estados Unidos. Su papel fue re-
conocido por John Maynard Keynes, en sus palabras de intro-
ducción a la Conferencia de Bretton Woods.114 “El resultado es

109. Catherine Gwin, ob. cit., vol. 2, p. 248.


110. Ibídem, p. 195.
111. Ídem.
112. Ibídem, p. 196.
113. Ídem..
114. Ídem.

121
una influencia poderosa y duradera de Estados Unidos sobre
todos los aspectos del Banco, tanto sobre su estructura como
sobre su orientación política general y la forma de conceder
préstamos”.115
Entre los temas que dividían a los participantes de la Confe-
rencia de Bretton Woods figuraba la ubicación de las sedes del
Banco y del FMI. El Tesoro estadounidense quería que se esta-
blecieran en Washington, al alcance de su influencia, mientras
que varias delegaciones extranjeras preferían Nueva York, por
una parte para distanciarse del gobierno de Estados Unidos, y
por otra parte para estar más cerca de la futura sede de las Na-
ciones Unidas. Keynes pedía explícitamente que se mantuviera
el Banco y el FMI alejados del Congreso estadounidense y, agre-
gaba, de la influencia de las embajadas; había que elegir Nueva
York como sede. En realidad, el economista británico antes
había intentado convencer a los participantes de que optaran
por Londres, y al comprobar que estaba derrotado de entrada,
trató de evitar que fuese Washington y propuso Nueva York. El
secretario de Estado del Tesoro, Henry Morgenthau, replicó que
se debía desplazar el centro del mundo de Londres y Wall Street
al Tesoro de Estados Unidos. Su argumentación fue atinada con
respecto a las demás delegaciones ya que, al fin de la Segunda
Guerra Mundial, el imperio británico, aunque tambaleante, era
aún dominante; de ahí el interés en que no se situara la sede
de las nuevas instituciones financieras en Londres, al lado de la
primera plaza financiera, la City londinense. La segunda parte
de la argumentación también fue atinada puesto que, en Nueva
York, Wall Street era sinónimo de la dominación del mundo de
los negocios que había producido la catástrofe de 1929.
En el fondo, efectivamente Morgenthau quería, como había
declarado, establecer el centro de las nuevas instituciones finan-
cieras bajo el control del Tesoro y guardar las distancias con

115. Ibídem, p. 197.

122
Wall Street. Por cierto, Henry Morgenthau, Harry White y Emilio
Collado se retiraron o fueron despedidos debido a la presión de
Wall Street (ver el capítulo 2). En realidad, las instituciones de
Bretton Wood cayeron muy pronto bajo la tutela de Wall Street
y del Tesoro (de hecho, desde 1947).
Por otra parte, de los trece presidentes del Banco Mundial
que se sucedieron desde 1946 hasta la fecha, diez, incluido el
primero, provenían directamente del mundo de los negocios.
Además, para evitar una influencia demasiado fuerte del gobier-
no de Estados Unidos sobre el comité de dirección del Banco,
Keynes deseaba que sus miembros (los directores ejecutivos) di-
vidieran su actividad entre su país de origen y la sede del Banco:
propuso así que trabajaran a tiempo parcial.116 Sin embargo, se
impuso la propuesta del Tesoro: los directores ejecutivos tienen
residencia permanente en Washington y las sedes de ambas ins-
tituciones están a cinco minutos a pie de la Casa Blanca.
Cuando se votó en el Congreso de Estados Unidos la parti-
cipación en el Banco Mundial y en el FMI, se aprobó por una
mayoría aplastante (345 contra 18 en la Cámara de Repre-
sentantes; 61 contra 16 en el Senado), lo que no era habitual.
Eso demuestra claramente que el Congreso estaba muy satis-
fecho de las decisiones tomadas en la construcción de ambas
instituciones.
A pesar de que el Banco había sido concebido principalmen-
te para la reconstrucción de los países devastados por la Se-
gunda Guerra Mundial, Estados Unidos prefirió lanzar por su
cuenta el Plan Marshall porque así controlaría del todo la mar-
cha de las operaciones, y porque de ese modo podría dispensar
donaciones a quien mejor le pareciera.
Aunque en definitiva su papel haya sido marginal, en cuan-
to a la reconstrucción de Europa, de todos modos, el Banco
Mundial concedió algunos préstamos a ciertos países europeos,

116. Rich, ob. cit., p. 64. Mason y Asher, ob. cit., p. 30.

123
comenzando por el primero de su historia: 250 millones de USD
a Francia en mayo de 1947.117 Según Catherine Gwin, el gobierno
estadounidense se oponía a que el Banco concediera un présta-
mo a Francia mientras el Partido Comunista Francés (PCF) for-
mara parte del gobierno. El Departamento de Estado hizo una
gestión explícita y formal en ese sentido, y el PCF fue separado de
la coalición gubernamental; pocos días después, el representante
del Banco Mundial anunció que el préstamo, de 250 millones de
USD, estaba concedido. Este hecho evidencia la influencia direc-
ta ejercida por el ejecutivo de Estados Unidos sobre el Banco y
los fines políticos que estaban detrás de esta intervención. En el
mismo trabajo, la autora señala que, en 1947, Estados Unidos in-
tervino con éxito para impedir la concesión de préstamos a Polo-
nia y a Checoslovaquia, porque en los gobiernos de dichos países
había comunistas.118
Desde el comienzo de sus actividades, la política del Banco
Mundial estuvo determinada por el marco de la Guerra Fría y la
orientación de Estados Unidos en dicho escenario.

El presidente del Banco Mundial


ha sido siempre un ciudadano estadounidense
propuesto por el gobierno de ese país
Siempre, desde su origen hasta hoy, el presidente del Banco
Mundial fue, y es, un ciudadano estadounidense propuesto por
el gobierno. Los miembros del Consejo de Gobernadores se limi-
tan a confirmar al candidato presentado por el gobierno de Es-
tados Unidos. Es un privilegio que no figura en los estatutos del
Banco. Aunque estos lo permiten, en ningún momento, hasta

117. Es el primer y más voluminoso préstamo en el curso de sus 50 años de su exis-


tencia. Véase Kapur, Lewis y Web, ob. cit., vol. 1, p. 1218.
118. Véase Catherine Gwin, ob. cit., pp. 253-254. Hay que notar que Polonia se retiró
del Banco Mundial el 14 de marzo de 1950 y Checoslovaquia el 31 de diciembre de
1954. La Unión Soviética, que estuvo presente al comienzo de la Conferencia de Bre-
tton Woods, no participó en la constitución del sistema.

124
ahora, un gobernador del Banco Mundial se aventuró —en todo
caso, públicamente—119 a proponer un candidato de otro país,
o incluso estadounidense, que no fuese el seleccionado por el
gobierno.120

El derecho de veto de Estados Unidos


en el Banco Mundial
Desde el comienzo, Estados Unidos es el único país miembro
que dispone, de hecho, del derecho de veto en el Banco Mun-
dial. Cuando se creó el Banco, Estados Unidos disponía del
35,07 % de derechos de voto;121 en el año 2020, disponía del
15,44 %, lo que le permite todavía ejercer el derecho de veto,
ya que la mayoría requerida se eleva al 85 % de los votos. En un
principio, en 1947, año en el que el Banco comenzó su activi-
dad, la mayoría requerida para modificar los estatutos era del
80 % (en manos de por lo menos el 60 % de los países miem-
bros), lo que concedía a Estados Unidos un derecho de veto.
La oleada de independencias en los países del Sur aumentaba el
número de países miembros del Grupo del Banco Mundial, di-
luyendo progresivamente el peso en votos de Estados Unidos.
Pero tuvo la precaución de mantener su privilegio: en 1966, no
tenía más que el 25,5 % de derechos de voto, pero ese porcenta-
je aún era suficiente.
Cuando, en 1987, esa posición ya no era sostenible, se modi-
ficó la definición de la mayoría cualificada a su favor, En efecto,

119. Ninguna de las fuentes consultadas menciona la existencia de un debate interno


en el Consejo de gobernadores sobre un candidato diferente del propuesto por el
gobierno.
120. Estados Unidos está tan aferrado a esa tradición que cuando el candidato que
prefiere proponer no tiene la nacionalidad estadounidense, como fue el caso en 1995
de James Wolfensohn, de origen australiano, el gobierno estadounidense le conce-
de rápidamente la nacionalidad estadounidense antes de nombrarlo presidente del
Banco Mundial.
121. El segundo país en porcentaje de derechos de voto era el Reino Unido con el
14,52 %.

125
aquel año, Japón122 negociaba con Estados Unidos un aumen-
to significativo de sus derechos de voto, que lo colocaba en la
segunda posición, delante de Alemania y el Reino Unido. Para
conceder ese aumento a su aliado, Estados Unidos aceptó una
reducción de sus derechos de voto con la condición de que la
mayoría requerida se llevara al 85 %. De esa manera, a la vez
que satisfacía el pedido de Japón, Estados Unidos mantenía su
derecho de veto.
Según Catherine Gwin, “Estados Unidos es también el miem-
bro dominante en la dirección del Banco y no solo porque es su
principal accionista. Formalmente, la mayor parte de las deci-
siones del Banco, incluidas las que se refieren a los préstamos y
a la concesión de estos, requieren una mayoría simple”. Lo que
significa que Estados Unidos podría quedar en minoría. Pero la
autora prosigue:
sin embargo, las decisiones a menudo se preparan entre Estados
Unidos y la dirección del Banco, incluso antes de que lleguen al
Consejo de Administración, o entre los miembros del Consejo
antes de que sean llamados a votar. Por lo tanto, es el peso de
su influencia más que el ejercicio de su voto lo que da a Estados
Unidos un poder efectivo sobre la dirección.123

La influencia de Estados Unidos


sobre el Banco en casos concretos
Veamos ahora los casos de cinco países que demuestran la in-
fluencia de Estados Unidos en las decisiones tomadas por el
Banco. A tal efecto, nos basamos en los dos libros patrocinados
por el Banco Mundial para ilustrar su propia historia,124 así como
en sus informes anuales, que contrastamos con otras fuentes, en

122. Japón se incorporó al Banco en 1952, al mismo tiempo que la República Federal
de Alemania.
123. Catherine Gwin, ob. cit.,vol. 2, p. 244.
124. Edward Mason y Robert Asher, ob. cit.; Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1 y 2,
pp. 1275 y 766.

126
general críticas con el Banco. La elección no fue fácil ya que se
disponía de muchísimos ejemplos. De hecho, según los dos libros
ya mencionados, los casos en los que no prevaleció la opinión de
Estados Unidos se cuentan con los dedos de una mano.

Los casos de Nicaragua y Guatemala


El gobierno de Estados Unidos considera América Central como
una parte de su zona de influencia exclusiva. La política seguida
por el Banco Mundial en término de préstamos a los países de la
región ha estado directamente influenciada por las opciones polí-
ticas de Washington. El caso de Nicaragua y Guatemala, durante
los años cincuenta, es de manual.
Uno de los principales países prestatarios, desde el punto de
vista del número de préstamos, era Nicaragua, un país de un
millón de habitantes controlado por la familia Somoza.125
“Washington y los Somoza consideraban que su relación era
mutuamente beneficiosa. Estados Unidos apoyaba a los Somo-
za y estos apoyaban a Estados Unidos en las votaciones en las
Naciones Unidas o en los organismos regionales. Somoza ofre-
ció el territorio nicaragüense como base de entrenamiento y de
partida de las fuerzas cubanas en el exilio, que, en 1961, parti-
ciparon en el desastre de la Bahía de Cochinos”. (Anthony Lake,
Somoza Falling, Houghton Mifflin, 1989, p. 18).
Entre 1951 y 1956, Nicaragua recibió nueve préstamos del
Banco Mundial y uno más en 1960. En 1953, se instaló una base
militar estadounidense desde la cual se lanzó la operación de la
Central Intelligence Agency (CIA) que permitió la destitución del
presidente de Guatemala Jacobo Arbenz. Un presidente guate-
malteco que había legalizado el Partido Comunista de Guate-
mala y que amenazaba con expropiar los haberes de la United
Fruit Company. Ese país, con un población tres veces superior a
la de Nicaragua, y aunque había sido uno de los primeros países
que recibieron una misión de estudio del Banco (publicada en

125. La familia Somoza gobernó Nicaragua desde 1935, cuando ocupó el poder gra-
cias a una intervención militar de Estados Unidos, hasta 1979, en que Anastasio
Somoza fue derribado por una insurrección popular y se refugió en Paraguay, donde
el jefe de Estado era otro dictador, Alfredo Stroessner.

127
1951), tuvo que esperar hasta 1955 para recibir su primer prés-
tamo, después de la caída de su régimen “comunista”.126
Después de la caída de los Somoza, en 1979, Estados Unidos
intentó por diferentes medios políticos, económicos y militares
desestabilizar y luego derribar al nuevo gobierno sandinista. Sin
que ninguna tuviera la más mínima base legal, Estados Unidos
emprendió varias intervenciones militares unilaterales en los años
ochenta. Esto llevó a Nicaragua a presentar un recurso contra Es-
tados Unidos ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya,
que emitió una sentencia en 1986. En ella se condenaba a Estados
Unidos por violación de las obligaciones impuestas por el derecho
internacional, y en particular la prohibición del empleo de la fuer-
za (art. 2 §4 de la Carta de las Naciones Unidas), la prohibición
de atentar contra la soberanía de otro Estado, y el principio de no
intervención en los asuntos que son de competencia nacional de
un Estado.127
En cuanto a la actitud del Banco con respecto al régimen
sandinista y la influencia ejercida sobre la institución por el go-
bierno de Estados Unidos, citemos aquí un párrafo del estudio
de Catherine Gwin: “La Nicaragua de los años ochenta consti-
tuye el ejemplo más reciente que demuestra que la negativa del
Banco a prestarle coincide claramente con la política de Esta-
dos Unidos. La razón invocada para suspender los préstamos
era la acumulación de atrasos. Sin embargo, el gobierno nica-
ragüense propuso formalmente, en 1984, una solución a este
problema”.128
La autora detalla las propuestas concretas formuladas por
Nicaragua y explica cómo, aunque estas eran procedentes, el
Banco no hizo ningún esfuerzo para ayudar al régimen sandinis-
ta. Señala que esto contrasta con la flexibilidad mostrada por

126. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 103.


127. TIJ, “Asunto de las actividades militares y paramilitares en Nicaragua y contra
esta”, sentencia del 27 de junio de 1986. Después de este dictamen, Estados Unidos
declaró oficialmente que dejaba de reconocer la competencia del Tribunal.
128. Catherine Gwin, ob. cit., vol. 2, p. 258.

128
el Banco con respecto a otros regímenes, que eran aliados de
Estados Unidos.

Yugoslavia
Con el fin de reforzar la distancia tomada por el régimen del
mariscal Tito en relación con la Unión Soviética, el gobierno es-
tadounidense instó al Banco a acordar un préstamo a Yugos-
lavia, a finales de los años cuarenta. Como se señala en la cita
siguiente, prefería que la ayuda a la Yugoslavia de Tito se hiciera
a través del Banco Mundial, y no que se tramitara directamente
como una ayuda bilateral, porque temía ser atacado en el Con-
greso por los numerosos parlamentarios que se oponían a un
apoyo a un régimen comunista:129
El Banco prestó a Yugoslavia justo después de su ruptura con
el bloque soviético, en 1948. George Kennan130 recomendó “un
apoyo discreto y no ostentoso” por parte de Occidente, temien-
do la reacción rusa y consciente de que el Congreso no querría
apoyar a un país comunista. El Banco Mundial era una vía ade-
cuada para desempeñar tal papel, y una misión partió para Bel-
grado al año siguiente.131
El presidente del Banco, Eugene R. Black, viajó para negociar
personalmente con el mariscal Tito.

Chile
Tras la elección de Salvador Allende en 1969 y la instalación
del gobierno de Unidad Popular, el Banco, bajo la presión de
Washington, suspendió los préstamos a Chile entre 1970 y
1973. El caso de Chile muestra que puede haber discrepancias
entre la opinión del Banco y la posición del gobierno de Estados
Unidos, y que finalmente este logra imponer la suya. Aunque

129. Veremos más adelante que en muchas ocasiones, el ejecutivo emplea su influen-
cia directa para eludir una posible oposición del Congreso o, en todo caso, evitar un
debate que no considera oportuno.
130. George Keenan representaba al Departamento de Estado (NDA).
131. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., volumen 1, p. 103.

129
la dirección del Banco consideraba que Chile reunía las condi-
ciones para concederle préstamos, el gobierno estadounidense
logró que no se acordara ninguno al gobierno de Salvador Allen-
de. Catherine Gwin resume así este caso emblemático:
Estados Unidos presionó al Banco para que no prestara al go-
bierno de Allende después de la nacionalización de la minas de
cobre chilenas. A pesar de la presión, el Banco envió una misión
a Santiago (habiendo determinado que Chile adoptaba una ac-
titud conforme a las reglas del Banco, que preveían que para
conceder un préstamo después de una nacionalización, debían
estar en curso los procedimientos de indemnización). Robert
McNamara se reunió enseguida con Allende para comunicarle
que el Banco estaba dispuesto a conceder nuevos préstamos con
la condición de que el gobierno estuviera dispuesto a reformar
la economía. Pero el Banco y el régimen de Allende no pudieron
ponerse de acuerdo sobre los términos de un nuevo préstamo.
Durante el período del gobierno de Allende, Chile no recibió
ningún préstamo. Justo después del asesinato de Allende, en
1973, en un golpe de Estado que llevó al poder a la dictadura
militar del general Pinochet, el Banco reanudó los préstamos y
le otorgó un crédito a 15 años para el desarrollo de las minas de
cobre. [...] La suspensión de los préstamos entre 1970 y 1973
se menciona en el informe del Tesoro del año 1982, como un
ejemplo significativo del ejercicio fructífero de la influencia de
Estados Unidos sobre el Banco. Y aunque el Banco había dado
su principio de acuerdo para un nuevo préstamo en junio de
1973, las propuestas de préstamos no fueron tomadas en con-
sideración por el comité de dirección hasta después del golpe de
Estado de septiembre, que llevó al general Pinochet al poder.132
Para completar la información, señalemos que en los archi-
vos del Banco Mundial se encuentra un documento en donde el
gobierno chileno, con ocasión de la reunión del Banco en sep-
tiembre de 1972, protesta por la suspensión de los préstamos e
indica que ya se habían presentado unos proyectos elaborados

132. Catherine Gwin, ob. cit., en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 2, pp. 256-257.

130
al Banco.133 Debido a la presión de Estados Unidos, el Banco
suspendió el trámite mientras Allende siguiera en el poder.
Diversos documentos de trabajo internos del Banco tratan
de manera crítica la política del Banco hacia el Chile de Allende
y el de Pinochet (véase el capítulo siguiente).
Unos diez años más tarde, mientras las atrocidades cometi-
das por el régimen de Pinochet provocaban vivas protestas en
Estados Unidos, incluso en el seno del Congreso, el gobierno
estadounidense solicitó al Banco que atrasara una discusión
sobre la concesión de un préstamo a Chile, de manera que evi-
tara la oposición del Congreso. Esa solicitud fue rechazada por
el presidente del Banco, Barber Conable, en una nota dirigida
a James Baker, vicesecretario del Tesoro, el 29 de octubre de
1986. Se puede suponer que el pedido del gobierno no era más
que una concesión de fachada dirigida a la opinión pública, con
la intención de parecer sensible a las preocupaciones democrá-
ticas expresadas, sabiendo que en un reparto bien lubricado de
los papeles, el presidente del Banco mantendría el rumbo políti-
co preconizado por el gobierno. Todos salían ganando.

Vietnam
Desde 1960 hasta el fin de la guerra de Vietnam, en 1975, Esta-
dos Unidos presionó al Banco para que, por medio de su rama
AID, concediera regularmente préstamos al régimen aliado sur-
vietnamita. Tras el fin de la guerra y la derrota de Estados Uni-
dos, el Banco Mundial envió dos misiones de estudio sucesivas,
que concluyeron que las autoridades vietnamitas, aunque no si-
guieran una política económica del todo satisfactoria, cumplían
las condiciones para recibir préstamos concesionales. Shaid
Husain, director de la misión del Banco, precisó que los resul-
tados económicos de Vietnam no eran inferiores a los de Ban-
gladesh o de Pakistán, países ayudados por el Banco. A pesar

133. International Bank for Reconstruction and development (BIRD) (1972). Summary
Proceedings of the 1972 Annual Meetings of the Boards of Governors, Washington D. C.,
p. 55.

131
de eso, la dirección del Banco, bajo la presión de Estados Uni-
dos, suspendió los préstamos a Vietnam, y su presidente, Robert
McNamara, afirmó en el semanario Newsweek (20 de agosto de
1979) que la suspensión había sido determinada sobre la base
del informe negativo de la misión. Una afirmación falsa, como
destaca Catherine Gwin: “Las conclusiones de la misión eran, al
contrario de lo que McNamara dijo públicamente en Newsweek,
que no había fundamentos sólidos para cortar los préstamos a
Vietnam”.134

Conclusión sobre los casos concretos


de los países citados
La dirección del Banco Mundial justifica la concesión de prés-
tamos por razones puramente económicas. Pero como hemos
demostrado, en realidad, la política de préstamos está determi-
nada, sobre todo, por la intervención del gobierno estadouni-
dense que se basa sobre todo en objetivos políticos.
Esto no quiere decir que los objetivos económicos no ten-
gan importancia, sino que están subordinados o son comple-
mentarios a decisiones políticas y estratégicas. Catherine Gwin,
que defiende el balance globalmente positivo de la influencia
de Estados Unidos sobre el Banco, desde el punto de vista es-
tadounidense, hace un análisis riguroso, que no oculta los as-
pectos contradictorios de la política, tanto del Banco como de
Estados Unidos. En ese sentido, el párrafo siguiente adquiere un
relieve particularmente interesante:
Sin duda, no es imperativo cuestionar la evaluación que hizo
el Banco sobre la situación económica del Chile de Allende, de
Vietnam o de la Nicaragua de los sandinistas, pero también es
interesante destacar que unos juicios tan negativos se podrían
haber emitido con respecto a la Nicaragua de los Somoza, a las
Filipinas de Marcos o al Zaire de Mobutu, unos regímenes que

134. Catherine Gwin, ob. cit., p. 258.

132
eran aliados importantes de Estados Unidos en el escenario de
la Guerra Fría.135

La influencia de Estados Unidos en materia


de préstamos sectoriales
A partir de los años setenta, el gobierno estadounidense aplicó
sistemáticamente su influencia para convencer al Banco de que
no concediera préstamos destinados a apoyar la producción
de mercaderías que compitieran con las producidas en Estados
Unidos. Fue así como se opuso con regularidad a la produc-
ción de aceite de palma,136 de cítricos y de azúcar. Estados Uni-
dos logró que el Banco redujera drásticamente, en 1987, los
préstamos acordados a la industria siderúrgica de la India y de
Pakistán. Antes, en 1985, se había opuesto con éxito a un
proyecto de inversión de la Sociedad Financiera Internacional
(SFI, grupo BM) a la siderurgia brasileña. E hicieron lo mismo en
una inversión de la SFI, en la industria del cobre en Chile.
Estados Unidos también ejerció activamente su influencia
sobre el Banco en su política con respecto al sector petrolero.
El gobierno estadounidense continúa siendo favorable a présta-
mos destinados a las perforaciones, pero no para el refinado del
petróleo. Sin comentarios.

Convergencias de Estados Unidos


con otra potencia (en este caso el Reino Unido)
Muchas veces, los intereses de Estados Unidos han coincidido
con los de otras potencias; entonces la actitud adoptada por
el Banco fue el resultado de conciertos estrechos entre Estados
Unidos, la o las otras potencias interesadas y el Banco. Damos

135. Ídem.
136. Los diferentes ejemplos concernientes a los préstamos sectoriales provienen de
Catherine Gwin, ob. cit., pp. 223-224 y 259-263.

133
dos ejemplos: el primero corresponde a la actitud del Banco
con respecto al proyecto de construcción de la represa de Asuán
bajo el régimen de Gamal Abdel Nasser en Egipto, y el siguiente,
la actitud que adoptó con Iraq, después de la ocupación de su
territorio por las tropas de Estados Unidos, del Reino Unido y
de sus aliados, a partir de marzo de 2003.

El proyecto de la represa de Asuán en Egipto

El proyecto de construcción de la represa de Asuán en el Nilo


es anterior al acceso al poder del coronel Nasser, en 1952, pero
durante ese año tomó forma definitiva. En enero de 1953, el
ministro de Finanzas egipcio escribió al presidente del Banco
Mundial, Eugene Black, proponiéndole la cofinanciación de ese
gigantesco proyecto. Aunque la realización de esa obra de in-
fraestructura se ajustaba a las prioridades del Banco, su direc-
ción era reticente a comprometerse plenamente, dado que el
Reino Unido, en ese momento la segunda potencia en derechos
de voto en el seno del consejo de gobernadores del Banco, con-
sideraba que el régimen de los militares progresistas era una
amenaza para sus intereses estratégicos. En efecto, los milita-
res egipcios en el poder cuestionaban la ocupación del canal de
Suez por las tropas británicas.137 El presidente Eugene Black se
desplazó personalmente a Egipto para discutir el proyecto, el
Banco envió ingenieros, etc. El proyecto preveía una represa con
una capacidad de 130 000 millones de metros cúbicos, cuatro
veces mayor que la de los mayores embalses artificiales existen-
tes. La magnitud de la obra ofrecía enormes perspectivas a las
empresas constructoras internacionales.
Las negociaciones entre Egipto y el Reino Unido para la reti-
rada de las tropas británicas condujeron a un acuerdo, lo cual

137. La ocupación británica de Egipto se remonta a 1882. La deuda reclamada a este


país sirvió de pretexto para justificar esa conquista imperial. Véase Éric Toussaint,
Sistema deuda, ed.. cit., cap. 6.

134
redujo las reticencias de Londres y las presiones que ejercía
sobre la dirección del Banco para que no financiara el proyecto.
Así que los gobiernos estadounidenses y británicos dieron luz
verde a la dirección del Banco para iniciar las negociaciones,
pero fijaron restricciones, dividiendo la realización del proyecto
en dos fases: se garantizaba la financiación de la primera fase,
mientras que la correspondiente a la segunda fase dependía de
la evolución política de las autoridades egipcias. Por supuesto,
eso no estaba explicitado en los acuerdos, pero fue así como
lo interpretó el gobierno egipcio. Los egipcios querían comen-
zar los trabajos en julio de 1957, lo que implicaba que el con-
trato se firmara en julio de 1956. En consecuencia, solicitaron
al Banco que confirmara lo más pronto posible el acuerdo de
financiación.
En diciembre de 1955, la reunión de los directores ejecuti-
vos del Banco dio luz verde a Eugene Black para que avanzara
en las negociaciones con los egipcios, sobre la base de las con-
diciones definidas por los gobiernos estadounidense y britá-
nico. Los egipcios recibieron con frialdad las condiciones del
Banco. En el ínterin, las autoridades británicas se enteraron de
que los egipcios habían firmado un acuerdo comercial con la
Unión Soviética con el objetivo de intercambiar algodón por
armas.138 Los historiadores Mason y Asher comentan la en-
trada en escena de la Unión Soviética de la manera siguiente:
“Esas maniobras habían aumentado el deseo de las potencias
occidentales de estar asociadas a la represa”.139 Eugene Black,
antes de viajar a El Cairo para sellar el acuerdo con los egip-
cios, se puso en contacto con el gobierno de Estados Unidos,
el que dio su beneplácito. De camino a El Cairo, también se

138. Según Mason y Asher, no parece que el primer ministro egipcio Nasser haya
querido activamente el apoyo de los soviéticos para la financiación de la presa antes
de haber constatado que se habían retirado las ofertas de Estados Unidos y de Gran
Bretaña. Después de esa retirada, pasaron 17 meses antes de que fuera firmado un
acuerdo con los soviéticos para financiar la primera fase de construcción de la presa.
(Mason y Asher, ob. cit., p. 642).
139. Mason y Asher, ob. cit., p. 636.

135
reunió con el primer ministro británico en Londres. Después
de diez días de negociaciones en El Cairo, aún quedaba un
punto fundamental de desacuerdo: los egipcios no aceptaban
las condiciones fijadas por Estados Unidos y el Reino Unido.
A su regreso a Washington, Eugene Black propuso continuar
la negociación pues quería llegar a un acuerdo. En cambio,
del lado de Washington y, sobre todo, de Londres crecían las
reticencias debido a la orientación nacionalista árabe del régi-
men egipcio. La oposición de los británicos aumentó aún más
cuando el rey de Jordania echó, el 1º de marzo de 1956, a todo
el mando británico de la región. Eugene Black se encontraba
cada vez más aislado, pero los gobiernos le permitían prose-
guir la negociación, dando a entender que se podría llegar a
un acuerdo, aunque según la opinión de los historiadores del
Banco, la decisión de rechazo ya estaba tomada.
A principios de julio de 1956, gracias a su voluntad de nego-
ciación, Black logró que el primer ministro egipcio, Gamal Abdel
Nasser, declarara que aceptaba las condiciones fijadas por las
potencias occidentales. De todos modos, cuando el embaja-
dor egipcio hizo saber oficialmente, el 19 de julio de 1956, que
Egipto daba su acuerdo, el gobierno de Estados Unidos respon-
dió que, dadas las circunstancias presentes (en ese momento),
había decidido no participar en la financiación de la represa de
Asuán. El 20 de julio, el Parlamento británico fue informado de
que el gobierno se retiraba del proyecto. Mason y Asher precisan
que el Departamento de Estado había comunicado al Banco su
decisión de retirarse del proyecto solo aproximadamente una
hora antes de la comunicación oficial al embajador egipcio.
Agregaban que, en dicho comunicado, Estados Unidos se escu-
daba en un informe negativo del Banco basado en razones eco-
nómicas. Mientras la versión impresa del texto ya circulaba por
las cancillerías, el vicepresidente del Banco logró que el gobierno
estadounidense retirara ese argumento del texto entregado a la
prensa.

136
Retomando las consecuencias políticas fundamentales, vol-
vamos de nuevo a la opinión de Mason y Asher:
La continuación dramática es conocida. El 26 de julio de 1956,
el primer ministro Nasser anunció que el gobierno nacionaliza-
ba la Compañía del Canal de Suez y asumía el control de las
operaciones de esta. El 29 de octubre, después de una serie de
incidentes fronterizos, las tropas israelíes invadieron Egipto, y
el 2 de diciembre comenzó la acción militar franco-británica
con el supuesto objetivo de proteger la zona del canal, pero en
realidad, para muchos observadores, para derrocar al primer
ministro Nasser.140
El caso de la represa de Asuán muestra cómo el gobierno de
Estados Unidos puede unir sus esfuerzos a los de otro gobier-
no para ejercer una influencia sobre el Banco Mundial cuando
sus intereses coinciden. Muestra así mismo que Estados Uni-
dos puede escudarse detrás de un supuesto rechazo del Banco,
para oponerse a un proyecto, atribuyéndole al mismo tiempo la
culpa del fracaso.
En un número limitado de casos, el gobierno de Estados Uni-
dos permitió que otras potencias sacaran ventaja de su poder de
influencia sobre el Banco. Eso ha pasado cuando sus intereses es-
tratégicos no estaban directamente en juego. Así fue cómo Fran-
cia pudo usar su influencia en el Banco para que este adoptara
una política conforme a los intereses “franceses”, por ejemplo, en
lo concerniente a Costa de Marfil.

La ocupación y reconstrucción de Iraq


La intervención militar, de marzo de 2003, contra el Iraq de
Sadam Husein, seguida de la ocupación de su territorio, se llevó
a cabo sin ninguna autorización del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas para recurrir a la fuerza, lo que constituye una
flagrante violación del artículo 51 de la Carta de las Naciones

140. Mason y Asher, ob. cit., p. 641.

137
Unidas. La invasión de Iraq fue realizada contra la opinión de
varias potencias, entre ellas Francia, Alemania, Rusia y China.
Estados Unidos, a la cabeza de la coalición que lanzó el ata-
que, gozó del apoyo activo de los otros tres miembros del G7
(el Reino Unido, Japón e Italia) y de algunas potencias menores,
como España y Australia.141
Desde el mes de abril de 2003, Estados Unidos tomó la ini-
ciativa de negociar en el G8, y dentro del Club de París, una
reducción sustancial de las deudas contraídas por el régimen
de Sadam Husein. La cuestión era aliviar el peso de esa deuda
con el fin de que el nuevo Iraq, ahora un aliado, estuviera en
condiciones de contraer nuevas deudas y poder reembolsarlas.
Como complemento a esa gestión, que hemos analizado en otra
obra,142 el gobierno estadounidense presionó al Banco Mundial
y al FMI con el fin de que ambas instituciones prestaran a las
nuevas autoridades iraquíes, que se encontraban directamen-
te bajo su control por medio del administrador civil de Iraq,
el ciudadano estadounidense Paul Bremer. A través de diversas
declaraciones, entre finales de los meses de marzo y de mayo de
2003, se ve claramente que tanto el presidente del Banco Mun-
dial como el director del FMI eran muy reticentes. No se reunían
las condiciones previas a la concesión de los préstamos. ¿Cuáles
eran los problemas?

141. Para una presentación sintética de la posición de la ONU y de los diferentes


Estados concernientes con la invasión de Iraq del 20 de marzo de 2003, véase: Cen-
tro de Derecho Internacional de la Universidad Libre de Bruselas, “La intervención
estadounidense-británica en Iraq el 20 de marzo de 2003 (Operación Iraquí Free-
dom)”. Disponible en https://iusadbellum.files.wordpress.com/2011/07/irak-2003.
pdf. Lo que sucedió en el affaire de la invasión de Iraq muestra cómo Estados Unidos
tiene un importante peso para determinar las cuestiones de “seguridad colectiva”,
al pasar de las resoluciones del Consejo de Seguridad y de otras instituciones de las
Naciones Unidas. Véase Monique Chemiller-Gendreau (1996). “L’ONU confisquée
par les grandes puissances”, Le Monde diplomatique. En castellano sobre el tema: “Para
una Organización de la comunidad mundial” (septiembre de 2005). Le Monde diplo-
matique en español; Olivier Corten (septiembre de 2005). “El sueño inalcanzable de la
seguridad colectiva”, Le Monde diplomatique en español, ambos disponible en http://
mondiplo.com.
142. Éric Toussaint, Las Finanzas contra los pueblos, ed. cit.

138
1. La legitimidad de las autoridades iraquíes no estaba reco-
nocida, puesto que carecían de soberanía, dado el papel
que desempeñaban tanto Paul Bremer como las autorida-
des de ocupación.
2. En principio, el Banco Mundial y el FMI respetaban la si-
guiente regla: no conceder nuevos préstamos a un país que
está en cesación de pagos de su deuda soberana. La pre-
sión ejercida por Estados Unidos, tanto sobre el Banco
y el FMI como sobre las potencias opuestas a la guerra,
levantó progresivamente los obstáculos en la medida en
que el Consejo de Seguridad de la ONU, en su reunión
del 22 de mayo de 2003, otorgó a Estados Unidos y a sus
aliados la gestión del petróleo iraquí y levantó el embar-
go contra Iraq. El Consejo de Seguridad no reconoce la
guerra, pero reconoce la ocupación.143 Estados Unidos y
sus aliados habían logrado que el Banco Mundial y el FMI
participaran activamente en la conferencia de donantes
para la reconstrucción de Iraq, realizada en Madrid el 23 de
octubre de 2003.
El caso de Iraq muestra que Estados Unidos podía establecer
una alianza para determinar la orientación del Banco y del FMI,
a pesar de las reticencias de sus principales dirigentes, James
Wolfensohn y Horst Kölher.144 En octubre de 2004, Estados Uni-

143. Por su resolución del 23 de mayo de 2003, el Consejo de seguridad se dedicó a


gestionar las consecuencias de la intervención militar al reconocer algunos poderes
a las potencias ocupantes, pero sin pronunciarse sobre la licitud de la intervención.
Referencia de la resolución: S/RES/1483 (2003).
144. Horst Kölher presentó su dimisión a su puesto el 4 de marzo de 2004, con el
fin de poder aceptar el mandato de presidente de Alemania que le había propuesto
la oposición socialcristiana alemana. Una vez liberado de sus responsabilidades en
el FMI, hizo declaraciones en las que criticaba la ocupación estadounidense en Iraq.
Rodrigo Rato, quien fue designado el 4 de mayo de 2004 por el Consejo de Goberna-
dores para suceder a Kölher, había sido, hasta marzo de 2004, ministro de Finanzas
y de Economía de España, durante el gobierno de José María Aznar, fiel aliado de
Estados Unidos y anfitrión de la conferencia de donantes de octubre de 2003. Hay
que señalar que en 2018, el exdirector del FMI, Rodrigo Rato, fue condenado por
la justicia española a 4 años y medio de prisión por malversación de fondos en los

139
dos consiguió que los países miembros del Club de París (del
que formaba parte, y continúa) anularan en tres tramos el 80 %
de los 38 900 millones de dólares que reclamaban a Iraq.145

Discrepancias entre la dirección


del Banco Mundial y Estados Unidos
A comienzos de los años setenta, surgieron divergencias entre el
gobierno de Estados Unidos y la dirección del Banco. Eso pro-
venía del hecho de que McNamara, presidente del Banco desde
1968, estaba directamente en sintonía con el Partido Demó-
crata: había entrado en la política gracias al presidente John
F. Kennedy, quien lo llamó a su lado como consejero en 1961;
continuó su carrera política con otro presidente demócrata,
Lyndon B. Johnson (como secretario de Estado de Defensa),
cuya administración lo hizo designar presidente del Banco a
partir de 1968. En 1969 la situación cambió con el acceso a la
presidencia del republicano Richard Nixon, pero el mandato de
McNamara siguió vigente. En el curso del año 1971, hubo esca-
ramuzas entre la administración Nixon y la dirección del Banco.
Por ejemplo, el gobierno ordenó al director ejecutivo represen-
tante de Estados Unidos que votara contra un préstamo que el
Banco había decidido acordar a Guyana. En 1972, la cuestión
era renovar el mandato de McNamara (un mandato dura cinco
años) o reemplazarlo. Los republicanos estaban en principio
de acuerdo en la designación de uno de sus correligionarios,
pero finalmente el ejecutivo confirmó a McNamara, sin mucho
entusiasmo. Durante su segundo mandato las tensiones fueron
en aumento. El gobierno se opuso a una iniciativa con la cual
McNamara estaba muy comprometido: había negociado con

bancos que presidía. Véase, por ejemplo: “Rodrigo Rato condenado a cuatro años y
medio de prisión por las ‘tarjetas black’”. Disponible en lavanguardia.com
145. El acuerdo fue confirmado y firmado un año más tarde, el 27 de octubre de 2005.

140
los países miembros de la OPEP la constitución de un nuevo
fondo de financiación del desarrollo alimentado con los petro-
dólares. El gobierno, que quería romper el cartel constituido
por la OPEP, abortó la iniciativa. En el curso de ese episodio de
tensión, fue el secretario de Estado Henry Kissinger quien llevó
la ofensiva contra Robert McNamara. Como alternativa a la
creación de un fondo especial alimentado por la OPEP, Kissin-
ger proponía aumentar los fondos disponibles para la Sociedad
Financiera Internacional y el Banco Mundial.146
Las relaciones entre McNamara y el gobierno mejoraron de
nuevo sensiblemente con el acceso a la presidencia de la Casa
Blanca de otro demócrata, Jimmy Carter. A tal punto que
McNamara fue invitado a participar en las reuniones del Conse-
jo de Seguridad Nacional para discutir el aumento de los medios
financieros de la AID.
El final del mandato de McNamara fue bastante agitado a
causa de la llegada a la presidencia en enero de 1981 de otro
republicano, Ronald Reagan. Este y los republicanos habían
hecho campaña a favor de un cambio radical en la política ex-
terior de Estados Unidos, con consecuencias inmediatas para
el Banco Mundial. Reagan proponía una fuerte reducción de
la ayuda multilateral, y en consecuencia el aporte de Estados
Unidos a la AID, en beneficio de la ayuda bilateral, con un fuerte
aumento en particular de la asistencia militar.
La propuesta de ley que presentó, en enero de 1981, David
Stockman, director de la Oficina de Gestión y Presupuesto
(Office of Management and Budget) es significativa del esta-
do de ánimo del campo de Reagan. Su sanción habría signi-
ficado un recorte de las contribuciones de Estados Unidos a
la AID y a las Naciones Unidas, y un aumento de los gastos
de asistencia militar. David Stockman resumió en 1986 de
la siguiente manera el sentido de su propuesta, presentada

146. Esos hechos son relatados por Catherine Gwin, ob. cit., p. 213.

141
conjuntamente con el parlamentario Phil Gramm en el Congre-
so en enero de 1981:
El plan de presupuesto presentado por Gramm y Stockman
proponía fuertes reducciones en la ayuda económica externa
sobre una base de principios puramente ideológicos. Gramm
y yo creíamos que los órganos de la ayuda internacional y del
supuesto desarrollo del Tercer Mundo estaban infectados de
errores socialistas. La burocracia de la ayuda internacional con-
ducía los países del Tercer Mundo al atolladero de la inefica-
cia autoimpuesta enterrándolos bajo montañas de deudas que
jamás estarían con condiciones de pagar.147
La situación mejoró netamente con la designación de un
nuevo presidente del Banco. El gobierno eligió a Alden W.
Clausen, hasta entonces presidente del Bank of America. Entró
en funciones el 1.° de julio de 1981. Muchos neoliberales
duros hicieron su entrada en el staff del Banco, entre ellos Anne
Krueger, designada, el 10 de mayo de 1982, economista jefe y
vicepresidenta del Banco Mundial. Leyendo, más adelante, la
carta del presidente Reagan al líder republicano del Congreso,
se tendrá la prueba del cambio de actitud favorable del poder
ejecutivo con el Banco.

La influencia de Estados Unidos


vista por el poder ejecutivo
Un informe del Tesoro de Estados Unidos, que data de 1982, se
congratula de la preeminencia estadounidense en el seno de las
instituciones financieras multilaterales:
Si la estructura y la misión del Banco Mundial están tan estre-
chamente vinculadas al mercado, es esencialmente gracias a
la influencia de Estados Unidos [...] También somos nosotros

147. David A. Stockman (1986). The Triumph of Politics: How the Reagan Revolution Failed,
Harper and Row, pp. 116-119 (citado por Catherine Gwin, ob. cit., p. 229).

142
quienes hemos hecho de él una entidad estructurada que fun-
ciona con escrutinio calificado, dirigida por un consejo de alto
nivel favorable a Estados Unidos y administrada por un perso-
nal competente. En tanto que miembro fundador y accionista
principal del Banco, Estados Unidos goza del derecho único de
disponer de un sitio permanente en el CA del Banco [...] Otros
socios importantes —dirección, donantes y beneficiarios de pri-
mer orden— han reconocido que Estados Unidos tiene un peso
preponderante ante los Bancos (de desarrollo multilateral). La
experiencia les ha enseñado que nosotros disponemos de ins-
trumentos financieros y políticos capaces de modificar los ob-
jetivos políticos de los bancos y que estamos preparados para
usarlas.148
Según Walden Bello, en otra parte de este documento del
Tesoro se puntualiza que “Estados Unidos ha podido imponer
su punto de vista en doce de los catorce casos que han pro-
vocado debates en el seno del Banco —ya se tratara de blo-
quear el estatuto de observador acordado a la OLP, o bien de
poner término a las ayudas acordadas por el Banco a Vietnam
y Afganistán”.149
Una parte de otro informe del Tesoro, con fecha del mismo
año, está también dedicado al Banco Mundial y a los otros ban-
cos de desarrollo:
En conjunto, las políticas y los programas del Banco Mundial
han coincidido con los intereses de Estados Unidos. Esto es par-
ticularmente cierto en lo que respecta a la elección de los paí-
ses prestatarios y en materia de problemas políticos sensibles.
El carácter internacional del Banco, su estructura empresarial,
la fuerza de su equipo de gestión y la estructura del repar-
to de votos en el seno del Banco, han asegurado una amplia

148. Department of the Treasury (1982). Assessment of US participation in the multilateral


Development Banks in the 1980s, Washington D. C., cap. 3, citado por Walden Bello
(2002). Desglobalización. Ideas para una nueva economía mundial, Icaria Editorial, Barce-
lona, pp. 81-82.
149. Walden Bello, ob. cit., p. 60.

143
coincidencia entre sus políticas y prácticas y los objetivos políti-
cos y económicos a largo término de Estados Unidos.150
En otra parte del mismo informe se lee:
Promoviendo el desarrollo político y social en el Tercer Mundo,
alentando unas políticas económicas orientadas al mercado y
preservando una reputación de imparcialidad y de competen-
cia, los bancos multilaterales de desarrollo alientan a los PED
a participar con más fuerza en un sistema internacional basado
en la liberalización del comercio y los flujos de capitales. [...]
Esto representa unas oportunidades crecientes para las exporta-
ciones, las inversiones y las finanzas de Estados Unidos.151
En una carta del presidente Ronald Reagan a Robert Michel,
líder republicano en la Cámara de Representantes pidiéndole que
apoye el aumento de capital del Banco Mundial en 1988, se encuen-
tra una lista muy útil de países con ingresos medios que constituyen
los aliados estratégicos de Estados Unidos y que son apoyados por
el Banco. He aquí un fragmento de dicha carta: “El Banco dedica
la gran mayoría de sus medios al sostén de proyectos de inversión
específicos en los PED de ingresos medios, Son principalmente paí-
ses (como Filipinas, Egipto, Pakistán, Turquía, Marruecos, Túnez,
México, Argentina, Indonesia y Brasil) que tienen importancia es-
tratégica y económica para Estados Unidos”.152

Los beneficios financieros que obtiene Estados


Unidos por la existencia del Banco Mundial
y por su influencia en el mismo
Catherine Gwin153 hace un cálculo de lo que el Banco y sus ac-
tividades aportaron a Estados Unidos entre 1947 y 1992. Hay

150. Department of the Treasury (1982). United States Participation in Multilateral


Development Banks, p. 59 (citado por Catherine Gwin, ob. cit., p. 270).
151. Ibídem, pp. 48-52 (citado por Catherine Gwin, ob. cit., p. 271).
152. Carta del presidente Ronald Reagan al representante Robert Michel (10 de junio
de 1988). p. 1 (citado por Catherine Gwin, ob. cit., p. 271).
153. Catherine Gwin, ob. cit., pp. 271-272.

144
que distinguir en primer lugar dos tipos de aportes: 1) los ingre-
sos percibidos por los ciudadanos estadounidenses que poseen
bonos emitidos por el Banco (según esta autora, eso represen-
taba unos 20 200 millones de USD en el período menciona-
do); 2) los gastos de funcionamiento del Banco en el territorio
de Estados Unidos (que representaban unos 11 000 millones de
USD en el mismo período). Después, prosigue, se debe tener
en cuenta, sobre todo, el efecto de palanca de la inversión de
Estados Unidos en el Banco Mundial y en la AID. Desde la
creación del Banco Mundial, Estados Unidos habría hecho, en
suma, un gasto mínimo: 1850 millones de USD, mientras que
el Banco Mundial concedió préstamos por un monto total de
218 200 millones de USD (más que centuplicado). Estos prés-
tamos generaron importantes pedidos para las empresas esta-
dounidenses. La autora no proporciona ninguna cifra sobre el
monto de los pedidos (lo que en la jerga del Banco se denomina
el flow-back). En el caso de la AID, Estados Unidos desembolsó
una suma más importante: 18 000 millones de USD para finan-
ciar los préstamos de la AID, que se elevaban a 71 000 millones.

La influencia del mundo de los negocios y del gran


capital de Estados Unidos sobre el Banco Mundial
Desde un comienzo el Banco Mundial se procuró (y continúa
haciéndolo) lo esencial de sus medios financieros mediante la
emisión de títulos, y ese hecho lo mantiene en relación perma-
nente y privilegiada con los grandes organismos financieros
privados de Estados Unidos. Estos se encuentran entre los prin-
cipales compradores de esos títulos y ejercen sobre el Banco una
influencia considerable.
El vínculo existente entre el medio de los negocios, el gran
capital de Estados Unidos y el Banco Mundial también se per-
cibe, de inmediato, si uno se detiene a mirar los currículos de
los trece ciudadanos estadounidenses que se sucedieron al
frente del Banco, hasta nuestros días.

145
Eugene Meyer, el primer presidente, se mantuvo solo ocho
meses. Exbanquero y editor de The Washington Post, había parti-
cipado en la dirección del grupo bancario Lazard Frères. El se-
gundo, John J. McCloy, un importante abogado de negocios de
Wall Street, que fue designado a continuación comisario jefe
de los aliados en Alemania y luego chairman del Chase Manha-
ttan Bank. El tercero, Eugene R. Black, era vicepresidente del
Chase Manhattan Bank y posteriormente fue consejero espe-
cial del presidente Lyndon B. Johnson. El cuarto, George D.
Woods, también banquero, era presidente de la First Boston
Corporation. Robert S. McNamara había sido presidente-di-
rector general de Ford Motor Company, y después secretario
de Estado de Defensa con John F. Kennedy y Lyndon Johnson.
Su sucesor, Alden W. Clause, era presidente del Bank of Ame-
rica (uno de los principales bancos de Estados Unidos, muy
involucrado en la crisis de la deuda del Tercer Mundo) al que
se reintegró cuando dejó el cargo. En 1986 lo sucedió Barber
Conable, exmiembro republicano del Congreso. Le siguió
Lewis T. Preston en 1991, que había sido presidente del comité
ejecutivo del banco J. P. Morgan. James D. Wolfensohn, presi-
dente de 1995 a 2005, era banquero en Nueva York, en Salomon
Brothers. Al acabar su presidencia, en mayo de 2005, ingresó
en la dirección del Citibank-Citigroup, el principal grupo ban-
cario de Estados Unidos. Paul Wolfowitz era subsecretario de
Estado de Defensa hasta que asumió su cargo como décimo
presidente del Banco Mundial, desde mayo de 2005 hasta junio
de 2007. Robert Zoellick, quien sucedió a Wolfowitz, había
sido vicepresidente del Consejo de administración del banco
Goldman Sachs, encargado de cuestiones internacionales.
Cuando terminó su mandato en el Banco Mundial, Zoellick
retomó una función dirigente en Goldman Sachs. El duodé-
cimo presidente de 2012 a 2019, Jim Yong Kim, también es-
tadounidense, renunció para pasar a trabajar en un fondo de
inversiones privado, especializado en el sector de las infraes-
tructuras. El decimotercer presidente, David Malpass, había

146
trabajado en el Tesoro estadounidense, en Asuntos Exteriores
durante los mandatos de Ronald Reagan y George H.W. Bush
(1989-1993), luego como economista jefe para Bearn Stearns,
una gran firma de negocios… hasta su quiebra en 2008, en
plena crisis.
En resumen, por lo general, se estableció un estrecho lazo
entre el poder político estadounidense, el mundo de los nego-
cios (se puede decir, el núcleo duro de la clase capitalista esta-
dounidense) y la presidencia del Banco Mundial.

147
Capítulo 6
El apoyo del Banco Mundial y del Fondo
Monetario Internacional a las dictaduras

Después de la Segunda Guerra Mundial, en un número crecien-


te de países del Tercer Mundo se volvió la espalda a las viejas
potencias coloniales. Las políticas aplicadas por esos países en-
contraron una firme oposición en los gobiernos de los grandes
países capitalistas industrializados, que ejercían, y aún ejercen,
una influencia decisiva sobre el Banco Mundial y el FMI. Los
proyectos del Banco tenían (y tienen) un fuerte contenido polí-
tico: se debía poner un dique al desarrollo de movimientos que
cuestionaban la dominación ejercida por las grandes potencias
capitalistas. La prohibición de tener en cuenta las consideracio-
nes “políticas” y “no económicas” en las operaciones del Banco,
una de las más importantes condiciones de sus estatutos, ha
sido sistemáticamente soslayada. La parcialidad política de
las instituciones de Bretton Woods quedó demostrada con el
apoyo financiero brindado a dictaduras, en particular las que
asolaron Chile, Brasil, Nicaragua, Congo-Kinsasa y Rumanía.

Vientos de fronda anticolonial y antimperialista


en el Tercer Mundo
Después de 1955, el espíritu de la Conferencia de Bandung154
(Indonesia) sobrevolaba gran parte del planeta. Era la

154. La Conferencia de Bandung celebrada en 1955 fue convocada por el presiden-


te indonesio Sukarno. Fue el punto de partida del movimiento de los no alineados.
Sukarno, Tito y Nehru eran dirigentes que encarnaban la esperanza del Tercer Mundo
frente al sistema colonial de dominación. Este es un extracto del discurso de Sukarno
en la apertura de la Conferencia: “El hecho de que los dirigentes de los pueblos asiáti-
cos y africanos puedan reunirse en uno de sus propios países para discutir y deliberar
sobre sus problemas comunes constituye un nuevo punto de partida en la historia.
[...] Ningún pueblo se puede sentir libre mientras una parte cualquiera de su patria

148
continuación de la derrota francesa en Indochina (1954) y pre-
cedía la nacionalización del canal de Suez por Nasser (1956).
Luego vendrían la revolución cubana (1959) y la argelina
(1954-1962), el relanzamiento de la lucha de emancipación de
Vietnam. En una parte creciente del Tercer Mundo, las políticas
aplicadas volvían la espalda a las antiguas potencias colonia-
les. Se notaba una tendencia a la sustitución de importaciones
y al desarrollo de políticas volcadas al mercado interno. Y así
fue como encontraron la firme oposición de los gobiernos de
los grandes países capitalistas industrializados, que tenían y
tienen una influencia decisiva sobre el Banco Mundial y el FMI.
Irrumpió una ola de regímenes nacionalistas burgueses que se-
guían políticas populares (Nasser en Egipto, Nehru en la India,
Perón en Argentina, Goulart en Brasil, Sukarno en Indonesia,
Nkrumah en Ghana, etc.) y de gobiernos con orientación explí-
citamente socialista (Cuba, China popular). En este contexto,
los proyectos del Banco Mundial tenían un fuerte contenido
político: había que poner un dique al desarrollo de movimien-
tos que cuestionasen la dominación ejercida por las grandes
potencias capitalistas.

El poder de intervención del Banco Mundial


en las economías nacionales
Desde los años cincuenta, el Banco tejió una red de influencias
que le sería de gran utilidad más adelante. Uno de sus objetivos

no sea libre. Como la paz, la libertad es indivisible. [...] Nos dicen a menudo que el
colonialismo ha muerto. No nos dejemos ilusionar, ni siquiera adormecer, con esta
fórmula tramposa. Os aseguro que el colonialismo sigue bien vivo. ¿Cómo se puede
afirmar lo contrario cuando vastas regiones de Asia y de África no son libres? [...] El
colonialismo moderno se presenta también bajo la forma del control económico, del
control intelectual y del control físico, ejercidos por una comunidad extranjera dentro
de la nación. Es un enemigo hábil y decidido que se manifiesta bajo diversas másca-
ras; no suelta fácilmente su botín. En cualquier lugar, en cualquier momento y cual-
quiera que sea la forma bajo la cual aparece, el colonialismo es un mal que hay que
eliminar de la superficie del mundo”. “Les objectifs de la Conférence de Bandoeng”
(mayo de 1955). Le Monde diplomatique, p. 1.

149
fue promover la demanda de sus servicios en el Tercer Mundo.
La influencia, que tenía en ese momento, provenía en gran parte
de las redes de agencias que había establecido en los Estados
que se constituirían en sus clientes y, al mismo tiempo, en sus
deudores. El Banco llevó a cabo una verdadera política de in-
fluencias para mantener su red de préstamos.
Uno de los primeros objetivos del Banco fue la “construcción
de instituciones”, a partir de la década del cincuenta, que con
frecuencia se convierte en la creación de agencias paraguberna-
mentales dentro del país cliente.155 Esas agencias se fundaron,
con toda intencionalidad, de manera que fuesen financieramen-
te independientes de sus gobiernos y estuvieran fuera del control
de las instituciones políticas locales, en especial de los parla-
mentos nacionales. Constituyeron enlaces naturales del Banco,
al que le debían mucho, comenzando por su existencia, y en
ciertos casos su financiación.
La creación de tales agencias fue una de las estrategias más
importantes del Banco Mundial para insertarse en las políticas
económicas de los países del Tercer Mundo. Operando según sus
propias reglas (con frecuencia elaboradas siguiendo las sugerencias
del Banco), plenas de tecnócratas simpatizantes, puestos y apo-
yados por el Banco, esas agencias sirvieron para crear una fuente
estable y digna de confianza para aquello que el Banco necesita-
ba: propuestas de préstamos “viables”. Proporcionaban también
al Banco unas bases de poder paralelo mediante las cuales este fue
capaz de transformar las economías nacionales, y de hecho, socie-
dades enteras, sin los procedimientos que exigen debate y control
democrático.

155. Bruce Rich cita como ejemplos de agencias fundadas gracias al Banco Mundial:
en Tailandia, la Industrial Finance Corporation of Thailand (IFCT), el Thai Board of
Investment (OBI), el National Economic and Social Development Board (NESDB) y
la Electrical Generating Authority of Thailand (EGAT); en la India, la National Ther-
mal Power Corporation (NTPC), el National Coal Limited (NCL). Véase Bruce Rich,
ob. cit., pp. 13 y 4.

150
El Banco fundó en 1956, con un importante apoyo financiero
de la Fundación Ford y de la Fundación Rockefeller, el Instituto de
Desarrollo Económico (Economic Development Institute),156 que
ofrecía estadías de formación de seis meses a delegados oficiales
de los países miembros.
Entre 1956 y 1971, más de 1300 delegados oficiales pasaron por
el Instituto, y cierto número de ellos alcanzaron la posición de
primer ministro, o de ministro de Planificación o de Finanzas.157
Las implicaciones de esa política eran inquietantes: el estu-
dio del International Legal Center (ILC) de Nueva York sobre la
actividad del Banco en Colombia, entre 1949 y 1972, concluye
que las agencias autónomas establecidas por el Banco tuvie-
ron un impacto profundo sobre la estructura política y sobre la
evolución social de la región entera, debilitando “el sistema de
partidos políticos y minimizando las funciones de los poderes
legislativo y judicial”.
Podemos considerar que, desde los años sesenta, el Banco es-
tableció unos mecanismos únicos y novedosos con vistas a una in-
tervención continua en los asuntos internos de los países deudores.
Pero el Banco niega rotundamente que tales intervenciones sean
políticas: al contrario, insiste en el hecho de que su política no tiene
nada que ver con las estructuras de poder y que los asuntos políti-
cos y económicos son cuestiones independientes.

156. En el año 2000, al Instituto de Desarrollo Económico (Economic Development


Institute), le cambiaron el nombre por el de World Bank Institute, recientemen-
te organiza formaciones por internet: https://www.classcentral.com/institution/
worldbank
157. Bruce Rich, ob. cit., p. 76. Véase también: Nicholas Stern y Francisco Ferreira,
“The World Bank as ‘intelectual actor’”, en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 2,
pp. 583-585.

151
Consideraciones políticas y geoestratégicas
que influyen en la política de préstamos
del Banco Mundial
El artículo IV, sección 10, del Convennio Constitutivo del Banco
estipula:
El Banco y sus funcionarios no podrán intervenir en asuntos po-
líticos de ningún miembro ni tampoco permitirán que la clase de
gobierno de un miembro o de miembros interesados sea factor
que influya en sus decisiones. Todas sus decisiones se inspirarán
únicamente en consideraciones económicas, y estas considera-
ciones deberán aquilatarse en forma imparcial con miras a lograr
los objetivos enunciados en el Artículo 1.
A pesar de eso, la interdicción de tener en cuenta conside-
raciones “políticas” y “no económicas” en las operaciones del
Banco, una de las condiciones más importantes de su Convenio
Constitutivo, es burlada sistemáticamente. Y ello desde el inicio
de su existencia. Como he mencionado en el capítulo preceden-
te, el Banco se negó a prestar a Francia después de la liberación
mientras hubiera comunistas en su gobierno (pocos días des-
pués de la salida de estos del gobierno, en mayo de 1947, el
préstamo solicitado y bloqueado fue otorgado).
El Banco actúa reiteradamente contraviniendo el artículo IV
de sus estatutos. En efecto, con regularidad toma decisiones en
función de consideraciones políticas. La calidad de las políticas
económicas seguidas, por un país determinado, no es el factor
determinante de sus decisiones. El Banco presta con frecuencia
dinero a las autoridades de un país a pesar de la pésima gestión
de su política económica y de un alto nivel de corrupción: Indo-
nesia y el Zaire son dos casos paradigmáticos. Precisamente, las
opciones del Banco relacionadas con países que constituyen un
factor político importante, en opinión de sus principales accio-
nistas, en general están vinculadas a los intereses y la orienta-
ción de estos, comenzando por Estados Unidos.

152
Las decisiones del Banco y de su gemelo, el FMI, desde 1947
hasta el hundimiento del bloque soviético,158 estuvieron deter-
minadas principalmente por los siguientes criterios:
− Evitar que se mantengan modelos autocentrados;
− apoyar financieramente grandes proyectos (Banco Mun-
dial) o políticas (FMI) que permitan aumentar las exporta-
ciones de los principales países industrializados;
− negar la ayuda a regímenes considerados como una amena-
za por el gobierno de Estados Unidos y de otros accionistas
importantes;
− tratar de modificar la política de ciertos gobiernos de los
países llamados socialistas, con el fin de debilitar la cohe-
sión del bloque soviético. Con ese objetivo se dio ayuda
económica a Yugoslavia, que se había retirado del bloque
dominado por Moscú en 1948, y a Rumanía a partir de los
años 70, cuando Ceausescu manifestaba sus veleidades de
alejamiento del Comecon y del Pacto de Varsovia;
− apoyar a aliados estratégicos del bloque capitalista occi-
dental, y de Estados Unidos en particular (por ejemplo,
Indonesia desde 1965 hasta el presente; el Zaire de Mo-
butu, de 1965 a 1997; las Filipinas de Marcos, el Brasil de
la dictadura a partir de 1964; la Nicaragua de Somoza; la
Sudáfrica del apartheid);
− intentar impedir o limitar, en la medida de lo posible, un
acercamiento de los gobiernos de los PED al bloque sovié-
tico o a China: por ejemplo, tratar de que la India y la In-
donesia de los tiempos de Sukarno se alejaran de la URSS;
− tratar, a partir de 1980, de integrar a China en el juego de
alianzas de Estados Unidos.
Para seguir esa política, el Banco Mundial y el FMI aplica-
ban un táctica generalizada: serían más flexibles con un go-
bierno de derecha (menos exigentes en términos de austeridad

158. Lo que coincide con el período de la Guerra Fría.

153
antipopular) si este se enfrentaba a una fuerte oposición de
izquierda que con un gobierno de izquierda enfrentado a una
fuerte oposición de derecha. Concretamente, eso significaba
que estas instituciones le harían la vida difícil a un gobierno de
izquierda acosado por una oposición de derecha, para debili-
tarlo y favorecer el acceso de la derecha al poder. Siguiendo la
misma lógica, serían menos exigentes con un gobierno de de-
recha acosado por una oposición de izquierda a fin de evitar el
acceso al poder de esta. La ortodoxia monetaria es de geometría
variable: las variaciones dependían (y dependen) de factores po-
líticos y geoestratégicos.
Algunos casos concretos —Chile, Brasil, Nicaragua, Zaire y Ru-
manía— ilustran lo que acabamos de adelantar: se trata, a la vez,
de decisiones del Banco y del FMI porque están determinadas,
aproximadamente, por las mismas consideraciones y sometidas a
las mismas influencias.
El FMI y el Banco Mundial (y otras grandes potencias capi-
talistas) no vacilan en apoyar a una dictadura cuando lo consi-
deran oportuno. Los autores del Informe mundial sobre el desarrollo
humano realizado por el PNUD (edición de 1994) lo dicen con
toda claridad:
De hecho, la ayuda suministrada por Estados Unidos durante los
años ochenta es inversamente proporcional al respeto de los de-
rechos humanos. Los donantes multilaterales tampoco parecen
estar preocupados por tales consideraciones. Parecen, en efecto,
preferir los regímenes autoritarios, ya que consideran, sin pesta-
ñar, que estos favorecen la estabilidad política y están en mejores
condiciones de gestionar la economía. Cuando Bangladesh y Fili-
pinas pusieron fin a la ley marcial, se redujo su parte respectiva en
el conjunto de los préstamos del Banco Mundial.159

159. PNUD (1994). Informe anual sobre el desarrollo humano, p. 81.

154
La parcialidad política de las instituciones
financieras internacionales (IFI):
ejemplos de apoyo financiero a las dictaduras

Apoyo a la dictadura del general


Augusto Pinochet en Chile

Gráfico 5. Chile, los desembolsos multilaterales

Fuente: Banco Mundial (2001). Global Development Finance, Washington D. C., CD-ROM.

Durante el gobierno, democráticamente electo, de Salvador


Allende (1970-1973), Chile no recibió préstamos del Banco,
pero con el gobierno de Pinochet, tras el golpe militar de 1973,
el país se tornó de repente creíble. Sin embargo, ningún diri-
gente del Banco ni del FMI ignoraba el carácter profundamente
autoritario y dictatorial, en una palabra, criminal, del régimen
pinochetista. La relación entre la política de préstamos y el
marco geopolítico es aquí evidente. Uno de los principales cola-
boradores de Robert McNamara, Mahbub ul Haq, redactó en
1976, en un memorándum, una nota muy crítica con el título
“Los errores del Banco Mundial en Chile”160 intentando que el

160. Mahbub Ul Haq (26 de abril de 1976). “The Bank’s mistakes in Chile”.

155
Banco modificara su política. En ella se puede leer: “Nosotros
nos equivocamos al no apoyar los objetivos fundamentales del
régimen de Allende, ya sea en nuestros informes o bien de forma
pública”. Pero Robert McNamara decidió ignorarlo.161 Mahub
ul Haq trató, sin éxito, de convencer a la dirección del Banco de
que suspendiera los préstamos a Pinochet porque este estaba
“en vías de restaurar una sociedad económicamente elitista e
inestable”. Y añadía que la política de Pinochet “agravó la desi-
gualdad de la distribución de ingresos en el país”.162

Apoyo a la junta militar de Brasil


que derrocó al presidente João Goulart

Gráfico 6. Brasil, desembolsos del Banco Mundial

Fuente: Banco Mundial (2001). Global Development Finance, Washington D. C., CD-ROM.

El régimen democrático del presidente João Goulart fue derro-


cado por los militares en abril de 1964. Los préstamos del Banco

161. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 301.


162. Memorando, Mahbub ul Haq a Robert S. McNamara (12 de julio de 1976).
“Chile Country Program Paper-Majority Policy Issues”.

156
y del FMI, que habían sido suspendidos durante tres años, se
reiniciaron poco después.163
Hagamos un resumen sucinto de los acontecimientos: en
1958, el presidente brasileño Kubitschek tuvo que entablar ne-
gociaciones con el FMI para recibir un préstamo de Estados Uni-
dos de 300 millones de dólares. Finalmente, Kubitschek rechazó
las condiciones impuestas por el FMI y prescindió del préstamo.
Eso le valió una gran popularidad.
Su sucesor, João Goulart, anunció que pondría en práctica
una reforma agraria radical y que iba a proceder a la nacionali-
zación de las refinerías de petróleo: los militares lo derribaron.
Al día siguiente del golpe, Estado Unidos reconoció al régimen
militar. Poco después, el Banco y el FMI reanudaron la política
de préstamos suspendida. Por su parte, los militares abolie-
ron las medidas económicas criticadas por Estados Unidos y
el FMI. Destaquemos que las Instituciones Financieras Interna-
cionales consideraron que el régimen militar tomaba medidas
económicas adecuadas (sound economic measures),164 aunque el
PIB había bajado un 7 % en 1965 y miles de empresas habían
quebrado. El régimen organizó una fuerte represión, prohibió
las huelgas, provocó una fuerte caída del salario real, suprimió
las elecciones por sufragio directo, decretó la disolución de los
sindicatos y recurrió con regularidad a la tortura.
Desde su primer viaje, realizado en mayo de 1968, Robert
McNamara se desplazó con regularidad a Brasil, donde no dejó
de entrevistarse con el gobierno de los militares. Los informes
públicos del Banco elogiaban sistemáticamente la política de

163. Para un análisis de los hechos aquí resumidos, véase Cheryl Payer (1974). The
Debt Trap: The International Monetary Fund and the Third World, Monthly Review Press,
Nueva York / Londres, pp. 143-165.
164. En 1965, Brasil firmó un Stand-by Agreement con el FMI, recibió nuevos cré-
ditos y su deuda externa fue reestructurada por Estados Unidos, Japón y varios
países acreedores de Europa. Después del golpe militar los préstamos pasaron de
cero a una media de 73 millones de dólares por año durante el resto de la década
del 1960 y llegaron a un nivel de casi 500 millones de dólares por año a mediados
de los años setenta.

157
la dictadura en lo concerniente a la reducción de la desigual-
dad.165 Sin embargo, en privado las discusiones podían llegar
a ser agrias. Cuando el subdirector del departamento de Pro-
yectos, Bernard Chadenet, declaró que la imagen del Banco se
degradaría a consecuencia del apoyo que brindaba al régimen
represivo brasileño, Robert McNamara reconoció que había
una represión muy fuerte (“a tremendous amount of repression”).
Pero agregó: “No es necesariamente muy diferente de lo que
ocurría bajo los gobiernos anteriores y esto no parece mucho
peor que en otros países miembros del Banco. ¿Es que Brasil es
peor que Tailandia?”.166 Unos días más tarde, McNamara insis-
tía: “No parece que haya una posibilidad de alternativa viable
al gobierno de los generales”.167 El Banco Mundial comprendía
muy bien que las desigualdades no disminuían y que sus présta-
mos a la agricultura reforzaban a los grandes propietarios. De
todos modos decidió continuar prestando porque lo que que-
ría absolutamente era mantener su influencia sobre el gobier-
no. Empero, en ese nivel tuvo un fracaso patente: los militares
demostraron una profunda desconfianza ante la voluntad del
Banco de aumentar su presencia. Por último, a finales de los
años 70, aprovecharon la profusión de préstamos de bancos
privados internacionales concedidos a un tipo de interés infe-
rior al del Banco Mundial.

Después de haber apoyado la dictadura


de Anastasio Somoza, el Banco Mundial puso fin
a los préstamos tras la elección del sandinista
Daniel Ortega a la presidencia de Nicaragua

El clan de los Somoza se mantuvo en el poder en Nicaragua


desde los años treinta, gracias a la intervención militar de

165. Detalles en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, pp. 274-282.
166. Banco Mundial. “Notes on Brazil Country Program Review, 2 de diciembre de
1971”. Detalles en Kapur, Lewis y y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 276.
167. Ibídem, p. 276.

158
Estados Unidos; sin embargo, el 19 de junio de 1979, un pode-
roso movimiento popular triunfó sobre la dictadura y provocó
la huida del dictador Anastasio Somoza. Los Somoza, detes-
tados por el pueblo, habían acaparado una parte muy gran-
de de las riquezas del país y favorecieron la implantación de
grandes empresas extranjeras, sobre todo estadounidenses.
Su dictadura se benefició de numerosos préstamos del Banco
Mundial. Tras el derrocamiento, ocupó el gobierno una alian-
za de la oposición democrática tradicional (dirigida por jefes
de empresa) y los revolucionarios sandinistas. Estos no ocul-
taban ni su simpatía por Cuba ni su disposición a emprender
ciertas reformas (reforma agraria, nacionalización de algunas
empresas extranjeras, confiscación de tierras pertenecientes
al clan Somoza, programas de alfabetización...). Washington,
que había apoyado a Somoza hasta el último momento, con-
sideraba que ese nuevo gobierno constituía una amenaza de
contagio comunista en América Central. Sin embargo, Carter,
presidente en el momento de la caída de la dictadura, no adop-
tó en ese momento ninguna actitud agresiva. Pero las cosas
cambiaron en cuanto Ronald Reagan llegó a la Casa Blanca.
En 1981 anunció su decisión de desalojar a los sandinistas;
apoyó financiera y militarmente una rebelión encabezada por
exmiembros de la guardia nacional (“contrarrevolucionarios”
o “contras”). E incluso la aviación estadounidense minó varios
puertos nicaragüenses. Ante esa hostilidad, la política del go-
bierno, de mayoría sandinista, se radicalizó. En las elecciones
de 1984, desarrolladas de manera democrática por primera
vez en medio siglo, Daniel Ortega fue elegido presidente con
el 67 % de los votos. Al año siguiente, Estados Unidos decre-
tó un embargo comercial contra Nicaragua, que aisló al país
de los inversores extranjeros. Por su parte, el Banco Mundial
cortó los préstamos a partir de la elección de Daniel Ortega.
Como he señalado en el capítulo precedente, los sandinistas
entonces intentaron activamente convencer al Banco Mundial

159
de reanudar los préstamos.168 Incluso estaban dispuestos a
aplicar un plan de ajuste estructural draconiano. Pero el Banco
resolvió no continuar y solo los reanudó después de la derrota
de los sandinistas en las elecciones de febrero de 1990, que
dieron la victoria a Violeta Barrios de Chamorro, candidata
conservadora, apoyada por Estados Unidos. Se debe señalar
que el Banco Mundial y el FMI apoyaron el gobierno de Daniel
Ortega, cuando este volvió al poder a partir de 2007. Daniel
Ortega cambió de línea política adoptando el neoliberalismo…
y esa es la explicación del nuevo apoyo de las IFI.169
Gráfico 7. Nicaragua, desembolsos del Banco Mundial

Fuente: Banco Mundial (2001). Global Development Finance, Washington D. C., CD-ROM.

168. Declaración de David Knox, vicepresidente del Banco Mundial para Latinoa-
mérica: “Una de mis pesadillas era qué haríamos si los nicaragüenses comenzaban a
aplicar políticas que pudiéramos apoyar. Temía que la presión política, y no solo la de
Estados Unidos, fuese tan fuerte que nos impidiera ayudar al país”, en Kapur, Lewis y
Webb, ob. cit., vol. 1, nota 95 y p. 1058.
169. Hay que señalar que el Banco Mundial y el FMI sostuvieron al gobierno de Da-
niel Ortega cuando este volvió al poder a partir de 2007. Eso se explica por la línea
neoliberal y pro Washington adoptada por su gobierno. Véase Éric Toussaint (31 de
octubre de 2018). “Nicaragua: de 2007 a 2018, Daniel Ortega ha gozado del apoyo
del FMI prosiguiendo una política a favor del gran capital nacional e internacional”.
Disponible en https://bit.ly/3IJhriU

160
Apoyo a la dictadura de Mobutu

Ya en 1962, un informe del secretario general de las Naciones


Unidas denunciaba que Mobutu había desviado varios millones
de USD destinados a financiar las tropas. En 1982, un apode-
rado del FMI, Erwin Blumenthal, banquero alemán, exrespon-
sable del departamento de Asuntos Exteriores del Bundesbank,
presentó un informe lapidario sobre la gestión del Zaire de Mo-
butu.170 Advertía a los acreedores extranjeros que no esperaran
ser reembolsados mientras Mobutu siguiera en el poder.
Entre 1965 y 1981, el gobierno del Zaire obtuvo préstamos
en el exterior de unos 5000 millones de dólares y entre 1976 y
1981, su deuda externa fue reestructurada cuatro veces en el
Club de París, por un monto de 2250 millones de dólares.
Gráfico 8. Congo-Kinsasa (Zaire, bajo Mobutu):
desembolsos del Banco Mundial

Fuente: Banco Mundial (2001). Global Development Finance, Washington D. C., CD-ROM.

A pesar de la pésima gestión económica y el desvío sistemá-


tico realizado por Mobutu de una parte de los préstamos, el
Banco Mundial y el FMI no suspendieron la ayuda al régimen

170. Colette Braeckman (noviembre de 1982). “L’amertume d’un expert”, en Le


Monde diplomatique. Disponible en https://bit.ly/3oLLQVU

161
dictatorial. Es sorprendente comprobar cómo aumentaron171
los desembolsos efectuados por el Banco después del envío del
Informe Blumenthal. (También los del FMI, pero estos no figuran
en el gráfico). Es evidente que las decisiones del Banco Mundial
y del FMI no estaban determinadas principalmente por el crite-
rio de la buena gestión económica. El régimen de Mobutu era
un aliado estratégico de Estados Unidos y de otras potencias
con influencia en el seno de las instituciones de Bretton Woods
(por ejemplo, Francia y Bélgica) mientras durara la Guerra
Fría.172 A partir de 1989-1991, con la caída del Muro de Berlín,
seguida más tarde por la implosión de la Unión Soviética, el
régimen de Mobutu perdió interés. Tanto más cuando en muchos
países de África (entre ellos el Zaire) se desarrollaban conferen-
cias nacionales que priorizaban la reivindicación democrática.
Los préstamos del Banco comenzaron a disminuir hasta cesar
por completo a mediados de los años noventa.

171. Los historiadores del Banco dicen que, en 1982, “seducidos por la astucia de
Mobutu y sus promesas de reformas y por las presiones de Estados Unidos, Francia y
Bélgica, el Banco se aventuró en el Zaire con un programa de ajuste estructural ambi-
cioso”, en Kapur, Lwis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 702.
172. Analicé de manera sintética las relaciones del Banco Mundial y del FMI con el
Congo-Zaire de 1960 al comienzo de los años 2000 en mi libro Proceso a un hombre
ejemplar (disponible en http://cadtm.org). También abordé el tema en “Respuesta
a la carta de Felipe, rey de los belgas, sobre las responsabilidades de Bélgica en la
explotación del pueblo congoleño” (16 de julio de 2020). Disponible en https://bit.
ly/33fZFU8

162
Apoyo del Banco a la dictadura de Ceaucescu
en Rumanía

Gráfico 9. Rumanía: desembolsos del Banco Mundial

Fuente: Banco Mundial (2001). Global Development Finance, Washington D. C., CD-ROM.

A partir de 1947, Rumanía se integró al bloque soviético y en


1972 fue el primer país del bloque que se aproximó al Banco.
Ceaucescu era desde 1947 secretario general del Partido Comu-
nista en el poder; sin embargo, en 1980 criticó la intervención
soviética en Checoslovaquia y las tropas rumanas no intervinie-
ron junto a las del Pacto de Varsovia. Este distanciamiento de
Moscú decidió a Washington, mediante el Banco Mundial, a
considerar la posibilidad de estrechar las relaciones con el régi-
men rumano.
El Banco emprendió, desde 1973, la negociación con Bucarest
del inicio de una política de préstamos, que muy pronto adqui-
rió un volumen apreciable. En 1980, Rumanía alcanzó el octavo
lugar en importancia de la lista de prestatarios del Banco. Uno
de los historiadores del Banco, Aart van de Laar, narra una anéc-
dota significativa que se remonta a 1973. Asistía, a principios de
dicho año, a una reunión de la dirección del Banco que tenía en
su agenda el inicio de la concesión de préstamos a Rumanía. Ante

163
la incredulidad de ciertos dirigentes que criticaban la falta de un
informe detallado sobre el país, McNamara habría declarado que
él tenía una gran confianza en la moralidad financiera de los paí-
ses socialistas en cuanto al reembolso de la deuda. Ante lo cual
uno de los vicepresidentes del Banco, presente en la reunión, ha-
bría respondido “puede ser que el Chile de Allende no era aún
suficientemente socialista”.173 Robert McNamara se habría que-
dado helado.
La decisión del Banco no se basaba en criterios económicos
convincentes. En efecto, en primer lugar, mientras que el Banco
se había negado regularmente a prestar a un país que no hubiera
saldado antiguas deudas soberanas, comenzaba a prestar a Ru-
manía sin que el país hubiera llegado a poner fin a un litigio sobre
viejas deudas. En segundo lugar, lo esencial de los intercambios
económicos de Rumanía se realizaba dentro del Comecon, en di-
visas no convertibles; ¿cómo podría reembolsar los préstamos en
divisas fuertes? En tercer lugar, Rumanía se negó, de entrada, a
proporcionar los informes económicos requeridos por el Banco.
Por consiguiente, es evidente que fueron consideraciones políti-
cas las que decidieron al Banco entablar relaciones estrechas con
Ceauscescu. La cuestión era desestabilizar a la URSS y al bloque
soviético en el marco de la Guerra Fría manteniendo esas relacio-
nes con Rumanía. La falta de democracia interna y la represión
policial sistemática no parecían pesar mucho en el Banco, en ese
caso como en tantos otros.
Por el contrario, Rumanía se convirtió en uno de los mayores
clientes del Banco, con el que se financiaban grandes proyectos
(minas de carbón a cielo abierto, centrales eléctricas térmicas)
cuyos efectos negativos en términos de contaminación eran fá-
cilmente deducibles. Para la explotación de las minas de carbón
a cielo abierto las autoridades rumanas desplazaron poblacio-
nes que hasta entonces se habían dedicado a la agricultura. En
otro ámbito, el Banco apoyó la política de planificación de na-
cimientos que buscaba el aumento de la natalidad.

173. Aart van de Laar, ob. cit., p. 40.

164
En 1982, cuando estalló la crisis de la deuda a escala interna-
cional, el régimen rumano decidió imponer a la población un tra-
tamiento de choque. Redujo drásticamente las importaciones a
fin de obtener un superávit de divisas para reembolsar la deuda
externa a marchas forzadas. Las consecuencias fueron terribles
para la población, pero, como dicen los historiadores del libro,
encomendado por el Banco para conmemorar su medio siglo de
existencia, “en cierto sentido, Rumanía era un deudor ‘modelo’,
al menos desde el punto de vista de los acreedores”.174

Conclusión
Al contrario de lo que dice la sección 10 del artículo IV de los
estatutos del Banco Mundial, este y el FMI prestaron de forma
sistemática a los Estados con el fin de influir en sus políticas. Los
ejemplos recogidos en este estudio muestran cómo los intereses
políticos y estratégicos de las grandes potencias apoyaron y ayu-
daron financieramente regímenes cuya política económica no
respondía a los criterios oficiales de las Instituciones Financieras
Internacionales (IFI), y que incluso no respetaban los derechos
humanos. Por lo demás, regímenes que se consideraban hostiles
a los intereses de las grandes potencias fueron privados de los
préstamos, con el pretexto de que estos gobiernos no respeta-
ban los criterios económicos definidos por las IFI.
Esa política de las instituciones de Bretton Woods no fue aban-
donada con el final de la Guerra Fría, al contrario de lo que se
podría pensar, y continúa aplicándose hasta nuestros días: prés-
tamos a la Rusia de Boris Yeltsin para garantizar definitivamente
la restauración capitalista, a la Indonesia de Mohamed Suharto
hasta su caída en 1998, en Egipto, al régimen de Mubarak de
1981 a 2011, y al del mariscal al-Sissi, desde 2014, en Chad, a
Idriss Déby hasta su muerte en abril de 2021.

174. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 1061.

165
Capítulo 7
El Banco Mundial
y la República de Filipinas

La independencia de Filipinas, concedida por Estados Unidos


en 1946, abrió un período de prosperidad para el país. Debido
a razones geoestratégicas, después de la Segunda Guerra Mun-
dial, Washington permitió al gobierno filipino seguir una políti-
ca que en otras partes prohibía.
Filipinas pudo así permitirse aplicar medidas independien-
tes, favorables al desarrollo de su economía. Pero esa situación
acabó incomodando a Estados Unidos. Los conservadores, con
mayoría en el Congreso filipino desde las elecciones de 1959,
con el apoyo del FMI y del Banco Mundial impusieron a partir
de 1962 unas políticas muy diferentes, que provocaron la he-
morragia de capitales, sobreendeudamiento, devaluación y pér-
dida de ingresos para la población. En ese panorama de crisis,
Ferdinand Marcos proclamó en 1972 la ley marcial. El Banco
Mundial aplaudió al dictador, que aplicaba una política acorde
con los deseos de Washington. La corrupción masiva alimen-
tó el descontento popular, que finalmente provocó la caída de
Marcos en 1986. Fue sustituido por Corazón Aquino, dirigen-
te de la oposición democrática, pero muy relacionada con los
grandes propietarios de plantaciones. Aquino aplicó una polí-
tica económica neoliberal intransigente, siguiendo la mejor tra-
dición del Banco Mundial, y decepcionando profundamente al
pueblo filipino.

Del período colonial a la independencia en 1946


Filipinas había sido una colonia española hasta 1898, año en
que Estados Unidos tomó el control del archipélago, después

166
de su victoria militar en la guerra que declaró contra España.
Durante la Segunda Guerra Mundial Filipinas fue ocupada por
Japón. Después de la derrota japonesa, Washington concedió
la independencia a Filipinas en 1946. Fue una independencia
con algunas condiciones: tipo de cambio fijo entre el peso filipi-
no y el dólar, a fin de proteger a las empresas estadounidenses
de los efectos de una devaluación; acuerdos de libre comercio,
etc. Al principio, esas medidas no causaron mayores problemas
porque Estados Unidos proporcionó muchos dólares a las islas,
especialmente por la vía de una fuerte presencia militar.

Un éxito relativo durante los años cincuenta


Pero a partir de 1949, el flujo de dólares se cortó. El gobier-
no filipino aplicó entonces un severo control de cambios con el
objetivo de evitar una hemorragia de divisas. Se prohibió a las
empresas privadas pedir préstamos al exterior. Tanto el gobier-
no de Estados Unidos como el FMI toleraron esas medidas para
preservar las buenas relaciones con su aliado. La introducción
del control de cambios, de los movimientos de capitales y de las
importaciones abrió un período de vacas gordas para la econo-
mía filipina con un desarrollo de la industrialización del país.
Eso duró once años, hasta el momento en que Estados Unidos,
el FMI y el Banco Mundial lograron el abandono de las medidas
de control en 1962.
En el curso de la década del cincuenta, el sector manufac-
turero tuvo un crecimiento anual del 10 al 12 %, la inflación
no superó el 2 % anual, el país acumuló reservas de divisas y
la deuda externa fue muy baja. Pero eso no hizo la felicidad de
todos: las empresas estadounidenses y otras se quejaban de
tener que reinvertir sus beneficios en la economía del país. En
efecto, los capitalistas exportadores, filipinos o extranjeros, te-
nían que depositar sus ingresos por exportaciones en dólares en
el Banco Central, que les entregaba pesos a un cambio desfavo-
rable. Evidentemente, eso significó para el Estado unos ingresos

167
importantes. El gobierno filipino, basándose en su éxito, exigió
a Estados Unidos, en 1954, que modificara las reglas del juego
impuestas en 1946 con la independencia. Washington aceptó,
consolidando así la posición de las autoridades filipinas.
Por supuesto, no hay que idealizar el éxito filipino: la socie-
dad, marcada por profundas desigualdades, siguió siendo ca-
pitalista, con una industrialización basada en el montaje. De
todos modos, comparado con lo que llegó después de 1962, no
se puede dejar de pensar que la situación de los años cincuenta
era promisoria. Precisamente fue eso lo que provocó la ofensiva
conjunta de Estados Unidos, el FMI y el Banco Mundial, aliados
a los sectores más conservadores de la clase dominante filipina,
para forzar el abandono de la experiencia.

El recurso a políticas conservadores y el aumento


de la deuda externa en los años sesenta
Los conservadores, con mayoría en el Congreso filipino después
de las elecciones de 1959, impusieron en 1962 el abandono del
control de los movimientos de capitales. El FMI y el gobierno
estadounidense aplaudieron y otorgaron de inmediato un prés-
tamo de 300 millones de USD.
Eliminar ese control desencadenó una hemorragia de capi-
tales hacia el exterior que fue yugulada a golpes de préstamos
externos. La deuda externa se multiplicó por siete entre 1962 y
1969: ¡pasó de 275 millones a 1880 millones de dólares!
Los exportadores filipinos de productos agrícolas y de ma-
terias primas así como las multinacionales exultaban, pues
sus beneficios crecieron como la espuma. En contrapartida, el
sector manufacturero, que trabajaba para el mercado interno,
decayó con rapidez. En 1970 el peso sufrió una fuerte devalua-
ción. Los salarios y los ingresos de los pequeños productores se
hundieron.
Fue en ese panorama de crisis de las políticas impulsadas por
Estados Unidos, el FMI, el Banco Mundial y los conservadores

168
filipinos, que Ferdinand Marcos instauró, en 1972, una dicta-
dura cuyo fin último era la consolidación por la fuerza de la
política neoliberal.
Un año más tarde, al otro lado del Pacífico, Augusto Pinochet
tomaba el poder en Chile con los mismos objetivos, los mismos
amos y los mismos apoyos.

El papel del Banco Mundial y su apoyo a la dictadura


de Ferdinand Marcos en los años setenta
Los primeros préstamos del Banco Mundial a Filipinas se remon-
tan al año 1958, pero hasta la llegada de Robert McNamara
a la presidencia del Banco, en 1968, no alcanzaron un volu-
men importante. McNamara consideraba que Filipinas, donde
había bases militares estadounidenses, así como en Indonesia
y Turquía, representaba un papel estratégico tal que había que
conseguir a cualquier precio que se reforzaran los lazos con el
Banco. Prestar dinero a un país es un medio de presión. Los his-
toriadores del Banco no dudaron en escribir:
McNamara y su equipo se habían preocupado por las reformas
políticas hechas por el Parlamento filipino. Filipinas represen-
taba un caso en el que la ley marcial provocó un gran volumen
de préstamos. En 1972, el presidente Ferdinand Marcos hizo
a un lado el Parlamento y comenzó a gobernar por decretos
presidenciales. A McNamara y a los funcionarios del Banco el
cambio les pareció muy bien.175
Una de las primeras acciones cometidas por Marcos, des-
pués de haber implantado la dictadura, consistió en suprimir el
límite de endeudamiento público que el Parlamento había apro-
bado en 1970. La reglamentación derogada fijaba el margen de
endeudamiento del gobierno en mil millones de USD, con un lí-
mite anual de 250 millones. Marcos hizo saltar el cerrojo, lo que

175. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 558.

169
destapó el entusiasmo del Banco Mundial.176 Los historiadores
del Banco hicieron pública un acta interna de una reunión al
más alto nivel entre McNamara y sus colegas:
¡Una reunión más bien sorprendente! En efecto, ya no era cues-
tión de las críticas de los primeros años relativas a la política, a
la corrupción y a la desigualdad de ingresos, en cambio se mos-
tró un sentimiento generalizado de aprobación por el aumen-
to de los préstamos. Y el equipo del departamento que había
preparado un documento prudente concerniente a Filipinas
(Country Program P) se quedó estupefacto. La orden del día
de la reunión es trabajar en el interior del sistema (La política
del gobierno filipino no es necesariamente peor que en Tailan-
dia, pero es el objeto de mayor publicidad). Debemos tener por
objetivo prestar una media de 120 millones por año para los
próximos años, de 1974 a 1978, un 50 % más de lo previsto.177
Era demasiado tarde para aumentar los préstamos para
1973, para gran disgusto de Robert McNamara. ¡Por eso que
no quede! El Banco hará un doble esfuerzo y en 1974 multipli-
caba por 5,5 la suma de 1973 (165 millones de USD en lugar
de 30).178
Públicamente, el Banco y el FMI estaban a tal punto detrás
de la dictadura, que organizaron su asamblea anual de 1976 en
Manila. Aquel año, Bernard Bell, vicepresidente del Banco para
Asia del Este y el Pacífico, declaró: “El riesgo corrido al prestar

176. Véase Cheryl Payer (1991). Lent and Lost. Foreign ..., ed. cit., p. 82.
177. Banco Mundial, “Notes on the Philippines Country Program Review, 28 de julio
de 1972”, preparado por H. Schulmann el 15 de agosto de 1972. Citado por Kapur,
Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 303: “Se ha producido un milagro en Filipinas. Sin
embargo es filosóficamente molesto que este milagro se haya producido con los aus-
picios de una dictadura militar. El señor Cargill ha dicho que no creía que el milagro
continuara, ‘pero dado que es el caso y solo dado que es el caso, sigamos apoyándo-
lo’, lanzó McNamara”. Memorando, Alexis E. Lachman a John Adler, 27 de diciembre
de 1973, con un archivo adjunto, Philippines Country Program Review, citado por
Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 304.
178. En 1980 el Banco Mundial prestó 400 millones.

170
a Filipinas es inferior al que se corrió con Malasia o Corea”.179
Señalemos también que el Banco, en colaboración con las Fun-
daciones Ford y Rockfeller, instaló en Filipinas uno de los tres
centros de investigación de la revolución verde (ver recuadro
sobre la revolución verde).

Revolución verde
En algunos países en desarrollo, sobre todo de Asia (India, Pakistán,
Filipinas, Tailandia…), la revolución verde fue lanzada en el contexto
de la Guerra Fría, estando ampliamente financiada por los fondos
públicos de los países occidentales y por fondos privados de grandes
fundaciones (Rockefeller, Ford, Kellog…).
Destaquemos que el Banco Mundial lanzó la revolución verde
en 1965, en India, atendiendo a la demanda de ayuda alimentaria
limitada, como consecuencia de una sequía. En el marco de la re-
volución verde, India debía reformar totalmente su política agrícola,
devaluar su moneda y aplicar un conjunto de medidas estructurales.
Y eso implicaba: la utilización de técnicas agrícolas no sostenibles
desde el punto de vista ecológico, la obligación de exportación acom-
pañada de una obligación de importación de pesticidas y de abonos
químicos. Solo después de todo eso, India pudo obtener la ayuda
alimentaria que le era necesaria solamente para una estación (luego
de una sequía), mientras que la profunda transformación agrícola de
la revolución verde tuvo efectos negativos que se siguen sintiendo en la
actualidad.180

Sin embargo, Marcos no aplicó estrictamente la política eco-


nómica que quería el Banco Mundial. Y este estaba decepcio-
nado porque mantenía excelentes relaciones con el dictador y

179. “The risk in lending to the Philippines was lower than for Malaysia or Korea”,
citado por Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 304.
180. Véase Vandana Shiva (1991). The Violence of the green revolution, Third World
Network, Malasia, 1993, p. 264. Para la aplicación de la revolución verde en África,
véase Rémi Vilain (1.° de diciembre de 2015-enero de 2016). “La nouvelle révolution
verte en Afrique subsaharienne”. Disponible en https://bit.ly/3ESTx1Z. Véase
también Rémi Vilain (19 de agosto de 2016). “Nouvelle Révolution Verte”. Disponible
en https://bit.ly/3DPqTxI

171
los universitarios que lo rodeaban, algunos de los cuales, más
tarde, llegarían a ser funcionarios del Banco, como Gerardo
Sicat, ministro de Planificación y luego presidente del Philippines
National Bank, el principal banco del país.

El Banco Mundial en la crisis


económica y política de los años ochenta
El Banco Mundial no manifestó ningún desacuerdo con la polí-
tica represiva del régimen. En cambio, se inquietaba por la len-
titud de la aplicación de las reformas estructurales tendientes a
reemplazar lo que quedaba del modelo de industrialización por
sustitución de importaciones, por el modelo de promoción de
la exportación que propugnaba. Es importante subrayar que la
industrialización por sustitución de importaciones consiste en
fabricar en el país los productos que antes se importaban (ver
el recuadro). Para tener una mayor influencia sobre el gobierno
filipino, decidió acordar dos importantes préstamos con ajuste
estructural, en 1981 y en 1983, con el fin principal de promover
las exportaciones. Sabía perfectamente que esos préstamos irían
a parar en gran parte a las cuentas bancarias de Marcos y de
sus generales, pero consideraba que, de hecho, era un soborno
necesario que había que pagar a los dirigentes políticos para que
aceleraran la contrarreforma neoliberal.

La industrialización por sustitución de importaciones (ISI)


Esa estrategia se remite principalmente a la experiencia histórica de
América Latina de los años treinta y cuarenta, y a los trabajos de la
CEPAL (Comisión Económica para América Latina de la ONU) de los
años cincuenta, sobre todo con los escritos del argentino Raúl Prebish
(que, en 1964, se convirtió en el primer secretario general de la Confe-
rencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo —CNU-
CYD, más conocida como UNCTAD, por sus siglas en inglés). El punto
de partida era la constatación de que, confrontados a una reducción

172
drástica de intercambios por la crisis de los años treinta y por la Segun-
da Guerra Mundial, los principales países de América Latina supieron
responder a la demanda interior reemplazando los productos importa-
dos por el desarrollo de la producción local. La teorización de la CEPAL
tenía por objetivo extender ese procedimiento a todos los sectores de
la industria creando una “desconexión” con respecto al Centro. Apo-
yándose en una buena dosis de proteccionismo y con una intervención
coordinada del Estado, tenía por fin el auge de las industrias nacien-
tes. Corea del Sur aplicó esa política con éxito, pero en condiciones
particulares (véase el capítulo 11). En los años cincuenta y comienzos
de la década del sesenta, también el gobierno de Filipinas tuvo que
recurrir parcialmente al modelo de industrialización por sustitución de
importaciones.

Entretanto, en 1981, estalló en Filipinas una crisis bancaria a


consecuencia de un gran escándalo de corrupción que alcanzaba
a la vez a los capitalistas y al aparato del Estado. Poco a poco,
la crisis se expandió a todo el sistema financiero filipino y los dos
bancos públicos más importantes estuvieron al borde la quiebra.
La crisis se extendió de 1981 a 1983-1984, exacerbada por la crisis
internacional de la deuda externa que estalló en 1982. Los bancos
privados extranjeros cortaron todo el crédito a Filipinas. Fue un
fracaso patente del Banco Mundial y sus buenos amigos Ferdinand
Marcos, Gerardo Sicat y el primer ministro César Virata.
El descontento popular creció abruptamente y sectores impor-
tantes de la clase dominante entraron en conflicto con el régimen
de Marcos. Eso se acentuó con el asesinato de un miembro de la
oligarquía terrateniente opuesta a Marcos, el senador Benigno
Aquino, abatido en el aeropuerto de Manila, en agosto de 1983, al
regreso de su exilio en Estados Unidos.
A pesar del aumento de la oposición a Marcos, el Banco
Mundial decidió mantener su apoyo al dictador. Sin tener en
cuenta lo que el mismo Banco había planificado, decidió multi-
plicar sus préstamos; 600 millones de USD en 1983, o sea, más
del doble que el año anterior (251 millones USD en 1982). Los

173
historiadores del Banco dicen que actuó lealmente con un viejo
amigo.181
Las movilizaciones populares se radicalizaron. Entonces, con
la ayuda de Estados Unidos, representado en Manila por Paul
Wolfowitz182 quien, sin embargo, acompañó al régimen hasta el
final, el sector opositor de la clase dominante y del ejército se
desembarazaron de Ferdinand Marcos y lo enviaron al exilio 183
Corazón Aquino, líder de la oposición burguesa y terrateniente,
viuda de Benigno Aquino, asumió la dirección del gobierno en
1986.
El Banco Mundial dudaba en ese momento sobre la conduc-
ta que debía seguir. El vicepresidente del Banco para Asia del
Este y el Pacífico, Attila Karaosmanoglu (ver el capítulo sobre
Turquía), escribió una nota interna que no era nada entusiasta
sobre el nuevo régimen democrático: “Pensamos que el proce-
so de decisión será más complicado que en el pasado, debido
a la naturaleza más colegiada del nuevo equipo, del papel re-
forzado del legislativo y de las tendencias populistas del nuevo
gobierno”.184

El Banco Mundial y el FMI abandonaron


a Ferdinand Marcos y apoyaron a Corazón Aquino
Finalmente, el Banco Mundial, el FMI y Estados Unidos conside-
raron que había que poner al mal tiempo buena cara y apostar
por la presidenta Aquino, ya que se comprometía a mantener su
país en el buen camino e incluso profundizar la agenda neolibe-
ral. En 1987 el Banco Mundial prestó 300 millones de dólares y

181. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 563.


182. Paul Wolfowitz fue nombrado presidente del Banco Mundial en 2005.
183. Ferdinand Marcos fue conducido por el ejército estadounidense a Honolulu,
donde vivió hasta 1989.
184. Citado por Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, nota 102, p. 565.

174
200 millones más en 1988: era cuestión de lubricar los engranajes
de la privatización de las empresas públicas. Entre 1989 y 1992, el
Banco prestó a Filipinas 1324 millones de dólares para proseguir
el ajuste estructural. Estados Unidos amenazó con bloquear esos
préstamos si se ponía en marcha el proyecto de cierre de las bases
militares estadounidenses en su territorio.
En lo concerniente a la reforma agraria, tomada como ban-
dera por el poderoso movimiento popular que había provoca-
do la caída de Ferdinand Marcos, y que se había reforzado en
1987, Corazón Aquino eligió el bando de la oligarquía terrate-
niente, de donde ella provenía. Entre 1986 y 1990, ¡el Estado
apenas adquirió 122 hectáreas! En 1987, como consecuencia
de la radicalización de las luchas campesinas, un equipo del
Banco Mundial dirigido por Martin Karcher contempló la posi-
bilidad de una reforma agraria radical, del tipo de las que fue-
ron realizadas en Japón, Corea del Sur y Taiwán, después de la
Segunda Guerra Mundial. El documento, elaborado en marzo
de 1987 por ese equipo, preveía limitar la propiedad de la tierra
a siete hectáreas, lo que implicaba enfrentarse directamente a
los grandes productores de caña de azúcar (entre ellos Cora-
zón Aquino). Ese estudio del Banco Mundial proponía que los
sin tierra obtuvieran tierras haciendo frente a un pago único de
600 pesos (cerca de 30 USD de la época). No hay que decir que
dicha propuesta jamás se concretó.
En definitiva, el gobierno de Corazón Aquino superó a Mar-
cos en términos de aplicación del abanico de medidas neolibe-
rales, con gran satisfacción del Banco Mundial.

175
Capítulo 8
El apoyo del Banco Mundial
a la dictadura en Turquía (1980-1983)

La estrategia del Banco Mundial en Turquía recuerda claramen-


te la que aplicó con respecto a la dictadura de Ferdinand Mar-
cos en Filipinas en 1972, y de Augusto Pinochet en Chile en
1973. De nuevo las razones geopolíticas fueron determinantes:
a caballo entre Europa y Asia, Turquía era, y es, un peón funda-
mental en el tablero de Oriente Próximo y Oriente Medio. Por
lo tanto, había que asegurarse su sumisión a los intereses de
Washington favoreciendo un régimen autoritario y aportándole
un apoyo entusiasta. A esa tarea se aplicó el Banco Mundial
promoviendo, con los militares en el poder, un programa eco-
nómico neoliberal que abría de par en par las puertas a las in-
versiones de las sociedades multinacionales, mientras reprimía a
los sindicatos y a los partidos de extrema izquierda. Esa política
consolidó el papel de Turquía como cabeza de puente de Esta-
dos Unidos a la hora de un nuevo reparto histórico.

Los difíciles comienzos


del Banco Mundial en Turquía
El Banco Mundial comenzó mal con Turquía en los años cincuen-
ta. Su apoderado, el neerlandés Pieter Lieftinck, fue expulsado
por las autoridades de Ankara debido a un intervencionismo
excesivo.
La importancia geoestratégica de Turquía, país dilecto de Es-
tados Unidos, llevó al Banco, bajo la presidencia de McNamara,
a multiplicar los gestos para mejorar las relaciones. Unos meses
después de haber asumido el cargo, en julio de 1968, visitó Tur-
quía. Conocía bien el país, aliado militar de Estados Unidos.
Siendo secretario de Defensa, hasta 1967, mantuvo relaciones

176
estrechas con las autoridades de Ankara. Para no repetir la ex-
periencia de Lieftinck, el Banco Mundial se cuidó mucho, en
los años setenta, en demostrar interés en no inmiscuirse en los
asuntos internos.185 Al final de la década, el Banco comenzó a
aumentar progresivamente la presión sobre el gobierno turco,
en particular en el año 1978, cuando el nacionalista de izquier-
da Bülen Ecevit fue designado primer ministro. El Banco se es-
forzó especialmente en obtener un fuerte aumento de las tarifas
eléctricas.

El apoyo del Banco Mundial


al golpe de Estado militar de 1980
El golpe de Estado de los militares de septiembre de 1980, que
instauró una dictadura hasta mayo de 1983, satisfizo al Banco,
puesto que los militares dieron su acuerdo para mantener el
plan radicalmente neoliberal, que había tramado el Banco con
Süleyman Demirel186 y Turgut Özal.187 Este último había sido
nombrado subsecretario de Estado encargado de la coordina-
ción de la economía por el primer ministro de la época, Süley-
man Demirel. Fue este dúo el que lanzó el programa económico
neoliberal, en enero de 1980. Pero su aplicación se hizo difícil
por la agitación sindical, el sentimiento de inseguridad debido
a los enfrentamientos entre estudiantes de izquierda y de de-
recha, las maniobras del partido islamista que negociaba du-
ramente en el Parlamento su apoyo al gobierno minoritario
de Süleyman Demirel... y por la sed de poder de los militares,
que desestabilizaban el gobierno en secreto con el apoyo de los

185. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 547.


186. Süleyman Demirel (1924-2015) fue varias veces primer ministro (1965-1971;
1975-1978; 1979-1980); jefe de Gobierno en 1991 y presidente de la República de
1993 a 2000.
187. Turgut Özal (1927-1993) fue primer ministro de 1983 a 1989, después presi-
dente de la República desde 1989 hasta su muerte en 1993. Por otra parte, había
trabajado dos años, en 1971-1973, en el Banco Mundial en Washington.

177
estadounidenses. Sin embargo, el régimen militar, que disolvió
el Parlamento y encarceló a Süleyman Demirel en septiembre
de 1980, accedió a nombrar a Turgut Özal ministro encarga-
do de la economía con plenos poderes. Este pudo así gestio-
nar sin trabas el programa neoliberal durante dos años, hasta
el crash financiero que lo desalojó.

El Programa turco se transformó en un prototipo


para los préstamos con ajuste estructural
El Banco Mundial apoyó con entusiasmo la política de los mili-
tares y de Turgut Özal, pues permitía “el aumento de los incen-
tivos a las exportaciones; la mejora de la gestión de la deuda
externa; [...] la eliminación del déficit presupuestario; [...] la re-
ducción del nivel de la inversión pública”.188
Los historiadores del Banco Mundial escribieron: “El pro-
grama turco se transformó en un prototipo para los préstamos
con ajuste estructural”.189 Todo esto fue facilitado por varios
factores:
1. La relación entre políticos turcos y altos funcionarios turcos
del Banco Mundial. Aparte de los nombres ya citados, se ha
de mencionar a Attila Karaosmanoglu190 y Munir Benjek,191 los
hombres del Banco por excelencia.192

188. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, nota 60. p. 548.
189. Ídem.
190. Attila Karaosmanoglu fue un poco más tarde, a mediados de los años ochen-
ta, vicepresidente del Banco Mundial para el Este Asiático y el Pacífico. Había sido
contratado en 1960 por Turgut Özal para la DTP (Dirección de Planificación), y fue
viceprimer ministro en 1971, después del golpe de Estado.
191. Munir Benjenk fue vicepresidente del Banco Mundial para Europa, Oriente
Medio y África del Norte a lo largo de los años setenta. Asesoraba directamente a
McNamara en lo referente a Turquía.
192. Se convirtió más tarde en una tradición, en particular con Kemal Dervis, exvice-
presidente del Banco Mundial, que fue ministro turco de Finanzas de marzo de 2001
a agosto de 2005. En el año 2005 fue nombrado director del PNUD.

178
2. En 1977, Turquía, muy endeudada, entró en crisis y, a di-
ferencia de otros países endeudados, recibió una impor-
tante ayuda de las potencias occidentales (Estados Unidos
y Alemania), del Banco Mundial y del FMI para que no se
hundiera.193
El giro neoliberal de Turquía no fue fácil, pues la Constitu-
ción heredada de principios de los años sesenta establecía que
el país debía seguir una política de industrialización por susti-
tución de importaciones, y que para ello se aplicaría un fuerte
proteccionismo y una fuerte inversión pública.
El golpe de Estado militar de septiembre de 1980 gozó así de
toda la simpatía del Banco Mundial. Es probable que McNamara
haya estado al corriente de los preparativos del golpe de Estado,
pues tenía estrechas relaciones con el presidente Carter.
El ejemplo de Turquía muestra, otra vez más, que la política
del Banco Mundial está profundamente determinada por inte-
reses geoestratégicos, en particular, los de Estados Unidos.

El golpe de Estado fue preparado


con la ayuda directa de Washington
Los historiadores del Banco Mundial no lo ocultan: “Personal-
mente, como hombre de Estado global, McNamara no estaba
ciego ante la importancia geopolítica de Turquía”.194 Frente al
peligro que representaba la revolución iraní de 1979, que se
enfrentó a la política estadounidense, había que asegurar la
estabilidad de Turquía favoreciendo un régimen autoritario y
dándole todo el apoyo.195 El golpe de Estado turco se preparó
con la ayuda de Estados Unidos.

193. Eso continuó en los años noventa y principios de la década siguiente.


194. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, nota 62. p. 549.
195. En el momento en que tuvo lugar el golpe de Estado, la tensión entre Estados Uni-
dos y el régimen iraní era extrema, porque un centenar de rehenes estadounidenses es-
taban retenidos en Teherán. El tema estaba en el centro de la campaña electoral en la
que contendían Ronald Reagan y Jimmy Carter, que pretendía un segundo mandato.

179
En el vecino Iraq, el golpe de Estado de Sadam Hussein de
1979 contra el régimen prosoviético presentaba esa misma con-
vergencia de intereses estratégicos. Después, en 1980, iniciando
la guerra contra Irán, Hussein sirvió directamente a los intereses
de Estados Unidos y de las potencias de Europa Occidental.
De todo eso, los historiadores del Banco no dicen nada, pero
señalan con claridad, volviendo a Turquía: “El Banco tuvo dificul-
tades para atribuir a los militares turcos motivaciones bieninten-
cionadas y evitar mostrar su disgusto por sus intervenciones. Los
comentarios formales del Banco, sobre el hecho de que el golpe de
Estado de 1980 no cambiaría en nada sus intenciones de présta-
mos, fueron extremadamente corteses”.196
Cuando los militares devolvieron el poder a los civiles, Turgut
Özal y el partido de La Madre Patria asumieron la dirección del
gobierno.

El Banco Mundial
presentaba a Turquía como un éxito
En los años siguientes, Turquía recibió cinco préstamos con
ajuste estructural (hasta 1985). En 1988, el Banco Mundial
escribía: “Entre los clientes del Banco, Turquía representa uno
de los éxitos más espectaculares”.197
Esa manifestación de autosatisfacción merece un comenta-
rio. Si nos atenemos a uno de los objetivos más importantes
pregonados por el Banco, la reducción de la inflación, podemos
afirmar que no tenía de qué enorgullecerse: la tasa de inflación
anual antes del ajuste estructural, a finales de los años setenta,
oscilaba entre el 40 y el 50 %: bajo la dictadura militar, que puso
en marcha el ajuste estructural, la inflación fue del 46 % en el
período 1980-1983; del 44 % en 1984-1988; del 60 % en 1989.
En la década siguiente, oscilaba alrededor del 70 % de media,
con picos que llegaron hasta el 140 %.

196. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1. p. 547.


197. Ibídem, p. 550.

180
En resumen, el objetivo de reducción de la inflación fue un
fracaso absoluto. Lo mismo con la deuda pública interna, que
se disparó, y con la deuda externa, que prosiguió su crecimiento.
No obstante, si consideramos la agenda oculta del Banco,
efectivamente, este podía cantar victoria en el curso de los años
ochenta:
1. Turquía permaneció en el campo de los sólidos aliados de
las potencias occidentales;
2. abandonó del todo el modelo de industrialización por sus-
titución de importaciones, que implicaba un alto grado de
proteccionismo y de inversión pública;
3. adoptó un modelo volcado a la exportación, aumentando
su competitividad, reduciendo los salarios reales y deva-
luando su moneda en proporciones considerables;
4. gracias a la dictadura, se reprimió con dureza el movimien-
to sindical y la izquierda, reformista o revolucionaria.
Entre finales de 1979 y 1994, el valor del dólar frente a la
libra turca se multiplicó por 900; el proceso comenzó en 1980
con una devaluación del 30 %. En el curso de los años setenta,
los salarios reales habían tenido un fuerte aumento por el auge
del movimiento sindical y la conquista por la extrema izquierda
de un lugar político muy importante entre la juventud y la clase
obrera. El golpe militar de 1980 permitió la prohibición de los
sindicatos y las huelgas, una reducción radical de los salarios y
una explosión de los beneficios.
El país se convirtió en un paraíso para las inversiones de las
transnacionales. Turgut Özal fue recompensado y elegido presi-
dente de Turquía, de 1989 a 1993.
El Banco Mundial apoyó con firmeza al régimen militar y al
siguiente, prestándoles cerca de mil millones de dólares por año.
En 1991, Turquía prestó sus servicios a Estados Unidos y sus
aliados en la primera guerra del Golfo, y como recompensa se
benefició de las reparaciones pagadas por un Iraq derrotado.

181
Podemos afirmar que la estrategia del Banco Mundial en Tur-
quía recuerda con mucha claridad a la que se empleó con la
dictadura de Ferdinand Marcos en Filipinas, a partir de 1972, y
con la de Augusto Pinochet en Chile, a partir de 1973, además
del modelo económico que todas implantaron.
Agreguemos que en 1999-2001, Turquía pasó por una situa-
ción de crisis financiera extrema, comparable a la de Argentina.
Aquí también la geoestrategia desempeñó su papel: el FMI aban-
donó a Argentina en diciembre de 2001, al negar al presidente
De la Rúa un nuevo préstamo, mientras que, al mismo tiempo,
proseguía su política de préstamos a Turquía, a fin de evitar los
disturbios sociales y la desestabilización de un peón clave en el
tablero de Oriente Próximo y Oriente Medio.
Pero, como en todos lados, la ayuda del FMI y del BM au-
menta la deuda de los países que se “benefician” de ella, y los
ciudadanos turcos tienen todo el derecho de negarse, hoy o ma-
ñana, a seguir pagando a las instituciones de Bretton Woods. La
deuda contraída con el FMI y el Banco Mundial es perfectamen-
te odiosa.

182
Capítulo 9
El Banco en Indonesia:
una intervención emblemática

La política del Banco Mundial con respecto a Indonesia fue


emblemática en muchos aspectos. Reunía la injerencia en los
asuntos internos de un país, el apoyo a un régimen dictato-
rial culpable de crímenes contra la humanidad, un gobierno
responsable de la agresión a un país vecino (anexión de Timor
Oriental en 1975), con el desarrollo de grandes proyectos que
implicaron, a la vez, desplazamientos masivos de poblaciones,
depredación de los recursos naturales en beneficio de las transna-
cionales, y la agresión contra los pueblos nativos.
En 1997, Indonesia sufrió de lleno la crisis del sureste asiá-
tico, en el curso de la cual los remedios del Banco Mundial y
del FMI agravaron las dificultades económicas y provocaron de-
sastres sociales. Con ocasión del drama del tsunami, el Banco
mostró siempre su misma cara. Los acreedores mantuvieron la
presión para que Indonesia pagara la deuda e impusieron una
dosis suplementaria de ajuste neoliberal.

El préstamo odioso del Banco Mundial


a los Países Bajos, que mantuvieron
a Indonesia bajo su yugo colonial hasta 1949
En 1947, el Banco Mundial concedió un préstamo de 195 millones
de USD a los Países Bajos. Este era el segundo préstamo de la his-
toria del Banco Mundial. Dos semanas antes de la concesión del
crédito, los Países Bajos habían lanzado una ofensiva contra los
nacionalistas indonesios que exigían la independencia. Durante
los dos años siguientes, las tropas de ocupación holandesas llega-
ron a contar con 145 000 hombres: se trataba de una operación a

183
gran escala, que era difícil ocultar. Se elevaron voces en la ONU y
en Estados Unidos para criticar la política holandesa en Indonesia
y cuestionar al Banco Mundial a propósito de esa situación. Y el
Banco respondió que su préstamo estaba destinado a gastos a
realizar en los Países Bajos. Las voces críticas replicaron que dado
el carácter fungible del dinero, el gobierno holandés aprovechó, de
todas maneras, ese préstamo para sostener su capacidad militar
en Indonesia.198
Estados Unidos presionó a los Países Bajos, a los que conce-
dió, por medio del Plan Marshall, 400 millones de dólares para
que reconocieran la independencia de Indonesia. Su objetivo era
abrir un nuevo campo de inversiones y de comercio para sus em-
presas. El 27 de diciembre de 1949 se firmó la transferencia de
soberanía. Indonesia se convirtió en una república y el naciona-
lista Sukarno fue elegido presidente. Este se empeñó en el mante-
nimiento de un equilibrio entre las diferentes facciones del país,
con el poder personal como objetivo. Después de las primeras
elecciones, en 1955, para asentar su legitimidad, Sukarno decidió
aceptar la colaboración del Partido Comunista (PKI), que había
logrado el 16 % de los votos. El suyo, el PNI, obtuvo el 25 %.

La política nacionalista de Sukarno,


que abandonó el Banco Mundial y el FMI
En el plano exterior, Sukarno se dedicó hábilmente a utilizar a
los dos bloques de la Guerra Fría y logró, aquí también, mante-
ner un equilibrio hasta 1963, momento en el que Estados Unidos,
exasperado por la ayuda de la URSS a Indonesia, le exigió de forma
explícita que eligiera su campo. El FMI actuó entonces de inter-
mediario y propuso una ayuda financiera estrictamente condicio-
nada a una cooperación estrecha. En marzo de 1963 se iniciaron
las negociaciones de los préstamos con Estados Unidos, el FMI y
países miembros de la OCDE, pero todo se alteró en septiembre

198. Véase Bruce Rich, ob. cit.

184
de ese año cuando los británicos decidieron, sin consultar, la pro-
clamación de la Federación de Malasia. Sukarno vio en esto una
maniobra de desestabilización y respondió nacionalizando las
empresas británicas, lo que ocasionó la anulación de los acuer-
dos alcanzados con el FMI. A pesar de todo, la ONU avaló la
creación de Malasia, y Sukarno, al no tener un fallo favorable, se
retiró de la ONU en 1965.
Eso ocurría en el apogeo de la Guerra Fría y Sukarno nacio-
nalizó todas las empresas privadas extranjeras (salvo las com-
pañías petroleras). Indonesia abandonó el Banco Mundial y el
FMI en agosto de 1965 y el gobierno decidió conducir el país de
manera independiente. Fue en ese momento cuando intervino
el general Mohamed Suharto, el 30 de septiembre de 1965, al
frente del ejército y con el apoyo estadounidense. Lanzó una
represión masiva contra los partidos de izquierda, en particular
contra el PKI: entre quinientos mil y un millón de civiles fueron
asesinados por la sola razón de pertenecer al PKI o simpatizar
con él. En marzo de 1966, Suharto consiguió que Sukarno le
transfiriera oficialmente el poder. Seis días más tarde, el gobier-
no de Estados Unidos anunció la apertura de una línea de cré-
ditos a Indonesia por un monto de 8,2 millones de USD para
que pudiera comprar arroz estadounidense.199 El 13 de abril de
1966, Indonesia volvía al Banco Mundial.200 Siempre en 1966,
Lyndon B. Johnson, presidente de Estados Unidos, se desplazó
para visitar sus tropas en Vietnam, e insistió, en uno de sus dis-
cursos, sobre el modelo indonesio.201
Ese modelo, el “Nuevo Orden” de la era Suharto, recurría
regularmente al terror y a la eliminación física y, de hecho, se
alineaba con la política estadounidense.

199. Véase Cheryl Payer (1974). The Debt Trap..., ed. cit.
200. Véase Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1.
201. ARTE, Les mercredis de l’histoire: Massacre en Indonésie (Los miércoles de la
historia: Masacre en Indonesia). Australia, Francia, Thirteen WNET New York, Arte
Francia, YLE TV2 Documentales Australian Film Finance Corporation, Hilton Corde-
ll/Vagabond films production, BFC Productions, c. 2001.

185
El Banco Mundial y la dictadura de Suharto
Cuando Robert McNamara asumió la presidencia del Banco,
en abril de 1968, comprobó que Indonesia (aparte de la China
de Mao) era el único país muy poblado con el que la institución
no mantenía una relación importante. Había que recuperar el
tiempo perdido y su primer desplazamiento como presidente
del Banco Mundial fue a Indonesia, en junio de ese mismo año.
No estuvo desorientado: el dictador Suharto estaba rodeado de
economistas formados en Estados Unidos gracias a la Funda-
ción Ford.202
Las relaciones entre ambos eran idílicas: “McNamara y el
presidente Suharto se admiraban recíprocamente”;203 “Cuando
en las discusiones políticas entraban en lo cotidiano, se com-
portaban como un par de viejos compañeros”;204 “Para el presi-
dente, Indonesia era la joya de la corona de las operaciones del
Banco”.205
Además, los historiadores del Banco admiten que “el presi-
dente Suharto (que ocupaba el cargo desde 1967) era un gene-
ral, y su gobierno era en buena parte un gobierno de generales,
la mayor parte de los cuales eran corruptos”.206 Indonesia re-
cuperó oficialmente su puesto en el FMI en febrero de 1967, y
la recompensa no se hizo esperar: los países occidentales acor-
daron de inmediato una ayuda de 174 millones de USD con la
finalidad de resolver la crisis indonesia. Después, a principios de
los años setenta, las buenas relaciones entre Indonesia, Estados
Unidos y las IFI se manifestaron en una fuerte reducción de la
deuda.
En efecto, a finales de 1966, Indonesia tenía que pagar 534
millones de USD por el servicio de la deuda (capital, intereses

202. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, pp. 467-471.


203. Ibídem, p. 469.
204. Ibídem, p. 470.
205. Ibídem, p. 493.
206. Ibídem, p. 469.

186
y atrasos), lo que representaba el 69 % de los beneficios esti-
mados por exportaciones. Sin una reestructuración, el efecto
de la ayuda financiera resultaría anulado por el servicio de la
deuda. Los países acreedores occidentales aceptaron una mo-
ratoria,207 hasta 1971, del reembolso del principal y los inte-
reses de la deuda a largo plazo contraída antes de 1966. Pero
como los efectos de una moratoria son temporales, en 1971
había que reanudar los pagos. En consecuencia, los acreedores
firmaron el acuerdo más favorable jamás concedido hasta esa
época a un país del Tercer Mundo:208 la deuda anterior a 1966
(contraída por el gobierno de Sukarno) podía ser devuelta en
treinta anualidades a lo largo de un período escalonado entre
1970 y 1999. Los acreedores aceptaron que los reembolsos que
debía efectuar Indonesia no superaran el 6 % de los ingresos por
exportaciones.209 La operación significaba la anulación del 50 %
de la deuda.210
Reducción de la deuda, y también complacencia culposa
ante la corrupción. Cuando el Banco volvió en tropel a Indo-
nesia para apoyar la dictadura militar, sus representantes eran
conscientes de la amplitud de la corrupción. Pero McNamara y
el enorme staff del Banco que se instaló de forma permanente en
Yakarta211 decidieron no hacer de esto un motivo de ruptura, o
sea, fueron claramente cómplices.
El apoderado del Banco, Bernard Bell, volvió sobre la cues-
tión de los enormes desvíos de fondos debidos a la corrupción en

207. Más de la mitad de la deuda indonesia había sido contraída con la URSS, y
acordando una moratoria sobre su deuda, los acreedores occidentales salían como
garantes del reembolso de la deuda soviética. A fin de evitar cualquier flujo de capita-
les hacia la URSS, se acordó ese régimen de favor con la condición de que los soviéti-
cos hicieran otro tanto. Estos aceptaron, porque temían que en caso de negativa no
hubiera ningún reembolso.
208. Ese nuevo contrato incluía la cláusula de nación más favorecida, que implicaba
reembolsar la deuda soviética a un ritmo más rápido.
209. www.infid.be/Statement-Debt-Swap-Germany.pdf
210. www.asia-pacific-action.org/statements/infid_beyondmoratorium_110105.htm
211. “Un equipo en el lugar anormalmente reforzado”, en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit.,
vol. 1, p. 495.

187
el más alto nivel gubernamental. El 11 de febrero de 1972, des-
cribió a McNamara un estado de corrupción “inaceptable para
una parte de la población, es verdad que limitada, pero poten-
cialmente importante”. Y eso solo era el principio. En efecto, el
Informe global de la corrupción 2004 de Transparency International
revelaba el desvío por Suharto y su camarilla de entre 15 000 y
35 000 millones de USD. El mismo Banco Mundial alimentaba la
corrupción. En uno de sus propios informes se hace mención de
que del 20 al 30 % de los presupuestos relacionados con el fondo
de desarrollo se desviaban.212 El Banco prosiguió con sus présta-
mos sabiendo perfectamente que eran objeto de desfalcos.

El affaire Pertamina
En los años setenta, los ingresos petroleros se multiplicaron, los
desvíos en provecho de los militares corruptos también. Y en
1975, estalló una grave crisis entre Estados Unidos e Indonesia,
que no tuvo nada que ver con la anexión e invasión de Timor
Oriental.
Los generales indonesios habían desarrollado mucho la em-
presa pública petrolera Pertamina, a tal punto que, en febrero
de 1975, había llegado a ser la mayor empresa asiática (excep-
tuando la de Japón). El complejo Pertamina no solo extraía y
refinaba el hidrocarburo; también poseía una cadena de hoteles
y una flota de petroleros. Pertamina mejoró la infraestructura
portuaria del país y construyó hospitales y carreteras. Esa em-
presa pública tenía actividades en el ámbito de los seguros, con
oficinas en Hong Kong, Los Ángeles, Singapur, Tokio. Desempe-
ñó un papel fundamental en una estrategia de industrialización
por sustitución de importaciones, que a Estados Unidos prime-
ro y después al Banco Mundial les gustaba cada vez menos.

212. Banco Mundial (agosto de 1997). “Summary of RSI Staff Views Regarding the
Problems of ‘leakage’ from the World Bank Project Budget”.

188
Para hablar claro, Pertamina entorpecía el desarrollo de las
grandes empresas petroleras estadounidenses. En consecuencia,
para Estados Unidos, la cuestión era debilitar Pertamina, o aún
mejor desmantelarla. Presionado, Suharto obedeció en el verano
de 1975. McNamara le escribió entonces: “Aplaudo el enfoque
global y sistemático que usted adoptó para restablecer las priori-
dades que se imponían”.213 En compensación, agregó que haría
que el Banco Mundial aumentara sus préstamos.
Fue tan solo el 15 de mayo de 1979, con ocasión de su últi-
ma visita a Indonesia, cuando McNamara, en privado, perdió
los estribos: “También era necesario poner el acento sobre la
reducción de la corrupción. Se hablaba mucho de esto fuera de
Indonesia y el mundo tenía la impresión, con razón o sin razón,
de que esa corrupción era quizás mucho mayor que en cualquier
otro país... Era como un cáncer que devoraba la sociedad”.214
De todos modos, aún a finales de los años ochenta, el Banco
Mundial seguía apoyando la Indonesia de Suharto, a tal punto
que en esos momentos le concedió un préstamo sin respetar
(mejor dicho imponer) las condiciones habituales. Del mismo
modo, el Banco estaba tan pendiente de mantener buenas re-
laciones con China, que ¡ni siquiera se distanció después de la
represión de la primavera china de 1989!215

El silencio del Banco


sobre la anexión de Timor Oriental
Treinta años después de la invasión de Timor por Indonesia,
algunos archivos de Estados Unidos se hicieron públicos. En
ellos se establecía sin discusión posible lo que se pensaba desde

213. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 491.


214. Extracto de Memorando, Jean Baneta, “Meeting with President Suharto, 15th
may 1979”, 22 de mayo de 1979. “El otro país podría ser el Zaire”, escriben los histo-
riadores del Banco Mundial, p. 492.
215. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 538.

189
hacía tiempo: Indonesia invadió Timor Oriental, en diciembre
de 1975, con la complicidad de los gobiernos estadouniden-
se, británico y australiano. Timor sufriría veinticuatro años de
ocupación ilegal y de violaciones sistemáticas de los derechos
humanos. Según dichos documentos, el Departamento de Es-
tado desde marzo de 1975, dirigido en ese entonces por Henry
Kissinger, advertido de los preparativos indonesios, había es-
timado que Estados Unidos “tiene intereses considerables en
Indonesia pero ninguno en Timor”. Puesto al corriente de las
operaciones especiales previas a la invasión, el propio Kissinger
espetó a sus colaboradores: “¿Puedo suponer que realmente
vais a cerrar la boca sobre este tema?”. Lo que temía era que el
Congreso decretara un embargo de los cargamentos de armas
para Indonesia, aliada de Washington en la Guerra Fría.216
Se entiende así por qué, en ese momento, el Banco Mundial
no hizo ninguna mención, no emitió ninguna crítica sobre la
invasión y la anexión de Timor Oriental. La sumisión a los intere-
ses de Estados Unidos y sus aliados, el Reino Unido y Australia,
y la complicidad con las dictaduras son constantes en el com-
portamiento del Banco.
Sin embargo, desde el comienzo de la invasión, la Asamblea
General de las Naciones Unidas condenó, el 12 de diciembre de
1975, la acción de las fuerzas armadas indonesias y exigió “el
cese de la violación de la integridad territorial del Timor portu-
gués […] y permitir al pueblo del territorio ejercer libremente su
derechos a la autodeterminación y a la independencia” (A/Res.
3485 (XXX) del 12 de diciembre de 1975). Eso será recordado
en 1995 por la Corte Internacional de Justicia en su sentencia
del 20 de junio de 1995 relativa a esa situación (CIJ, caso relati-
vo a Timor Oriental (Portugal contra Australia), fallo del 30 de
junio de 1995 (dipublico.org).

216. Jacques Amalric (26 de enero de 2006). “ONU, une réforme menacée”, Libération,
París. Disponible en https://bit.ly/3IKSALJ

190
Hay que señalar que a partir de 2002, cuando el pueblo de
Timor oriental accedió finalmente a la independencia, el Banco
Mundial se volcó sobre el nuevo Estado, consiguiendo imponer-
se como la institución que coordinaba la mayor parte de las do-
naciones provenientes de la comunidad internacional. Hemos
dedicado un recuadro a ese tema al final de este capítulo.

El apoyo del Banco Mundial


al programa de transmigración217
El Banco Mundial colaboró activamente en el siniestro proyecto
de transmigración, alguna de cuyas facetas constituyeron críme-
nes contra la humanidad. Sucedió el desplazamiento —en cier-
tos casos forzoso— de millones de personas de las islas de Java
y Sumatra hacia otras islas del archipiélago y la desposesión de
los indígenas, quienes vivían en esas islas, de sus tierras.
El Banco, sobre todo durante los quince años del período
dorado del programa (1974-1989), fue su principal fuente de
financiación externa. Los historiadores reconocen esta respon-
sabilidad del Banco: “A mediados y a finales de los años setenta,
el Banco apoyó y prestó asistencia al controvertido programa
que consiste en el desplazamiento oficial y subvencionado de
las familias de Java hacia otras islas”.218 Esa colaboración no
se limitó solamente a un apoyo financiero y técnico. También
aportó su apoyo político al proyecto.
Entre 1950 y 1974, el número de desplazados en el marco de
la transmigración llegó a unas 664 000 personas. Pero, a partir
de 1974, con el apoyo del Banco Mundial, son millones los habi-
tantes desplazados. El Banco Mundia l contribuyó directamente

217. Esta parte se inspira en gran medida en la memoria de licenciatura de Alice Mi-
nette “Anthropologie d’un malentendu. Analyse du projet de développement ‘Trans-
migration’ en Indonésie et de ses conséquences sur les îles périphériques de l’archipel
en général, et sur la Papouasie Occidentale en particulier”, Universidad de Lieja. Ver
también Damien Millet y Eric Toussaint, ob. cit., cap. 3.
218. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 489 (ver en la nota 60 la referencia a una
decisión del Board sobre este tema en enero de 1979).

191
a esos desplazamientos y reinstalaciones, y sus préstamos per-
mitieron por una parte cubrir, en su casi totalidad, las migra-
ciones “oficiales” de 2,3 millones de personas, y por otra parte
“facilitar” la reinstalación de unos 2 millones de transmigrantes
“espontáneos”.
Aunque el Banco Mundial calificara la transmigración
como “el programa de reinstalación voluntaria más grande del
mundo”, muy pronto se vio que el programa también servía
para desembarazar a Java de habitantes indeseables. La utiliza-
ción del término voluntaria por el Banco Mundial es significativo:
al insistir en el carácter voluntario de esas reinstalaciones, se
borra el aspecto político de esa práctica y se exonera de respon-
sabilidad a Indonesia, así como de su propia responsabilidad,
con respecto a las violaciones que acompañaron esos despla-
zamientos. Así, en las principales ciudades javanesas, los “no
conformistas”, los viejos, los enfermos (incluidos los leprosos),
los mendigos y los vagabundos se vieron forzados a optar entre
desaparecer en el campo (donde tenían pocas posibilidades de
sobrevivir), o bien sumarse a la transmigración. De noche, se
los cargaba en camiones del ejército y eran llevados a los “cam-
pos de tránsito”, donde los formaban con vistas a su reinsta-
lación.219 El matrimonio era un criterio obligado de selección:
las autoridades organizaban matrimonios forzados entre las
personas solteras antes de la partida. Señalemos que el Banco
Mundial participó muchísimo en las misiones de reclutamiento
de la gente sin techo y de prisioneros políticos con el objetivo de
enviarlos a los sitios de transmigración lo más lejanos posibles y
los menos aceptables.
Los proyectos relacionados con la transmigración que con-
taron con más apoyo de esa institución fueron aquellos en los
cuales intervenían directamente firmas privadas nacionales o ex-
tranjeras, capaces de alimentar el comercio exterior y de atraer

219. Uno de esos campos era un islote en el mar frente a Java, del que era imposible
escapar, y donde a los “indeseables” se les inculcaban las técnicas de la agricultura y
la ideología del Estado.

192
inversiones transnacionales más ambiciosas (en particular, pro-
yectos de plantaciones industriales).
La explotación extranjera desenfrenada de los recursos de las
islas exteriores se efectuó en beneficio del gobierno central y de
las firmas explotadoras, pero con gran perjuicio de la pobla-
ción local, una gran parte de cuyo hábitat y de sus medios de
subsistencia fueron destruidos para siempre. Las tierras de las
islas periféricas se consideraban “vacías”, ya que los indígenas
que en ellas vivían desde tiempo inmemorial no tenían títulos de
propiedad. Esas tierras se declaraban entonces “al servicio del
Estado” y se confiscaban a la fuerza, la mayoría de las veces sin
compensaciones. El Banco Mundial también apoyó al gobierno
en sus actos de expropiación de las tierras pertenecientes a los
indígenas, aunque nunca lo confesó oficialmente.
La transmigración se quedó con los terrenos no reservados a
las concesiones forestales, cuya característica común era la de
ser muy poco productivos. Porque a los agentes del gobierno
encargados de señalar los terrenos a desbrozar poco les impor-
taba que esos lugares fueran o no cultivables. Ellos debían seña-
lar, en un mapa, la información relativa del acceso a los sitios,
de la superficie a desmontar y de la cantidad de familias que en
ellos se podían instalar.
La selva —recurso vital de la población autóctona en todos
los aspectos— fue desapareciendo poco a poco por la acción,
por una parte, de las empresas de explotación forestal y de
plantaciones comerciales y, por otra parte, de los equipos gu-
bernamentales encargados de desbrozar áreas destinadas a la
agricultura y a la instalación de los migrantes. Por otra parte,
las empresas mineras (véase el caso de la compañía minera es-
tadounidense Freeport McMoran)220 reducían a polvo las mon-
tañas y vertían cotidianamente en los cursos de agua toneladas
de residuos minerales, contaminándolos sin remedio. Como los
ríos constituían la única fuente de agua de los nativos, la conta-
minación provocó grandes catástrofes sanitarias. La extracción

220. Damien Millet y Eric Toussaint, ob. cit., pp. 103-104.

193
de petróleo a lo largo de las costas también causó un grave per-
juicio a la fauna y la flora marinas, otras fuentes de alimenta-
ción de la población indígena.
Los verdaderos responsables son los que concibieron, hi-
cieron ejecutar y financiaron el proyecto. Son, en primer lugar,
el gobierno indonesio y las instituciones internacionales (y en
primerísimo lugar el Banco Mundial), pero también algunos
gobiernos occidentales (Estados Unidos, el Reino Unido, Ale-
mania, Israel...) y las empresas nacionales y extranjeras implica-
das en la realización concreta del proyecto. Tanto el desarrollo
y la proliferación de las explotaciones intensivas de los recursos
naturales como el crecimiento acelerado de las áreas destina-
das a los cultivos comerciales fueron el resultado de los pro-
gramas financiados por los préstamos internacionales. Y esos
préstamos siempre han estado condicionados a la apertura de
los mercados en todos los niveles —eliminación de las barreras
aduaneras, atracción de los capitales extranjeros, prioridad a
los monocultivos de exportación, liberalización y privatización
de los sectores de distribución de bienes y servicios, etcétera.
A finales de los años ochenta arreciaron las críticas, nume-
rosas y virulentas, tanto en el interior como en el exterior del
archipiélago, acusando al Banco Mundial de participar en un
proyecto de dominación geopolítica que multiplicaba los atro-
pellos sociales y ecológicos y no respetaba los derechos humanos
en sus procedimientos.221 En efecto, el Banco Mundial había te-
nido un papel protagónico en un proyecto cuyas consecuencias
fueron nefastas e irreversibles: control de la población nativa de
las islas exteriores y violación de su derecho de propiedad del

221. Entre las críticas hechas al Banco sobre los daños y el no respeto de los derechos
humanos causados por su apoyo a las acciones del gobierno en Papúa Occidental, las
más conocidas son la carta dirigida en 1984 al presidente del Banco, A. W. Clausen,
por el Minority Rights Group (Nueva York); la condena del World Council of Indige-
nous People en su reunión regional de 1984; una petición dirigida al Inter-Govern-
mental Group of Indonesia en 1984-1985 por el Australian Council for Overseas Aid y
numerosas asociaciones de defensa de los derechos de los indígenas. Estas denuncias
no fueron tenidas en cuenta ni por el gobierno indonesio ni por el Banco, que mantu-
vo su apoyo a las violaciones de los derechos de los indígenas de Papúa.

194
suelo; coste exorbitante de los desplazamientos (7000 dólares
por familia, según estimaciones del propio Banco)222 conside-
rando los resultados, porque según un estudio del Banco, de
1986, el 50 % de las familias desplazadas vivía por debajo del
nivel de pobreza y el 20 % por debajo del nivel de subsistencia;
los problemas de densidad de población persistían en Java y se
produjo la deforestación masiva de las islas exteriores.
El Banco Mundial, acusado de todos lados, decidió cesar la
financiación destinada a la instalación de nuevos sitios de transmi-
gración y a la cobertura del traslado de los transmigrantes. Con-
centró sus préstamos, de todos modos, en el reforzamiento de
las aldeas ya existentes223 y en el mantenimiento de los cultivos
comerciales, o sea, que abandonó solo muy parcialmente su par-
ticipación en el programa.
Por supuesto, el Banco desmintió todas las alegaciones
formuladas por los observadores críticos, y decidió, en 1994,
realizar un estudio de evaluación interna224 de los proyectos fi-
nanciados por la institución, con el fin de determinar sus even-
tuales responsabilidades. En dicho informe, el Banco Mundial
admite una parte mínima de responsabilidades: que el proyecto
de Sumatra “tuvo efectos negativos y probablemente irreversi-
bles” sobre la población kubu, pueblo nómada cuya superviven-
cia se basa en el cultivo en barbecho, la caza y la recolección en
la selva. La auditoría pone en evidencia que “aunque la existen-
cia de los kubus en las zonas del proyecto se conocía desde la
planificación del proyecto, se efectuaron pocos esfuerzos para
evitar los problemas”.

222. Banco Mundial, “Indonesia Transmigration Sector Review”, citado en Bruce


Rich, ob. cit.
223. Este refuerzo, llamado “Second Stage Development”, consistía en la mejora de
las infraestructuras y las condiciones generales de vida en las aldeas de transmigran-
tes, así como en la rehabilitación de los lugares en los que hubo una tasa muy grande
de deserción de transmigrantes.
224. “Indonesia Transmigration Program: a review of five Bank-supported projects”,
(1994); “Impact Evaluation Report: Transmigration I, Transmigration II, Transmigra-
tion III” (1994).

195
Los préstamos del Banco Mundial para el programa de
transmigración se ajustan exactamente a la constitución de una
deuda odiosa: fueron contraídos por un régimen despótico que
pudo emplearlos para fines represivos; no se usaron para servir
al bienestar de la población. En consecuencia: esa deuda es nula
y sin valor; debe ser cancelada. Pero sería insuficiente quedarse
en eso. Como se ha visto, el proyecto de transmigración que el
Banco Mundial apoyó implicó el desplazamiento forzoso de algu-
nas poblaciones. El Banco no puede afirmar simplemente que no
lo sabía. También fue cómplice de la violación de los derechos
de los pueblos indígenas que habitaban las zonas colonizadas
por dicho proyecto. Esos actos tan graves no pueden quedar
impunes.

La crisis de 1997-1998 en Indonesia


y sus consecuencias
A partir de los años ochenta y sobre todo en la primera mitad
de los años noventa, el Banco Mundial y el FMI lograron que
el gobierno indonesio liberara la entrada y salida de capitales.
Finalmente, esto puso a Indonesia (lo mismo que a Filipinas,
Tailandia, Malasia y Corea del Sur) a merced de la especulación
internacional.
En el informe anual del FMI del año 1997, se puede leer los
elogios que la institución hace de las autoridades indonesias:
“Los administradores han felicitado a las autoridades por los
resultados económicos de Indonesia en el curso de los últimos
años, en particular la reducción apreciable de la pobreza y la
mejora de numerosos indicadores sociales”.225 Más adelante,
los administradores del FMI alaban a las autoridades indone-
sias por “la importancia acordada al mantenimiento de la libre
circulación de capitales”,226 aunque, un poco más adelante,

225. FMI (1997). Informe anual 1997, p. 90.


226. Ibídem, p. 91.

196
ellos mismos señalan los peligros: “La fuerte entrada de capi-
tales ha planteado importantes desafíos para los poderes pú-
blicos”. Prosiguen su análisis expresando su felicitación a las
autoridades, dando a entender que estas están en condiciones
de controlar la situación: “La flexibilidad con la que las auto-
ridades han adaptado la dosificación de medidas económicas
en función de la evolución de la situación ha sido uno de los in-
gredientes de su éxito y constituye una baza esencial para hacer
frente a esos desafíos”.
En 1997, una gigantesca crisis económica y financiera asoló
el sureste asiático. Iniciada en Tailandia en febrero de ese año,
se extendió en el mes de julio a Malasia, Indonesia y Filipinas.
Esos cuatro países, que habían sido citados por el FMI, el Banco
Mundial y los bancos privados como modelos a seguir debido
a su amplio grado de apertura al mercado mundial, a su débil
tasa de inflación y a su elevada tasa de crecimiento, fueron inca-
paces de resistir los ataques especulativos. Entre el 2 de julio de
1997 y el 8 de enero de 1998, la rupia indonesia se devaluó un
229 % con respecto al USD
Después de haber sido lisonjeadas por el Banco Mundial y
el FMI, las autoridades indonesias fueron duramente criticadas
por haber dejado demasiado poder en manos del Estado; un
Estado que, por lo demás, habría aceptado, por error, que las
instituciones financieras e industriales privadas se endeudaran y
especularan sin medida.
La crisis del sureste asiático de 1997 golpeó con dureza a
Indonesia. En el lapso de menos de un año, los capitales extran-
jeros abandonaron el país y se produjo un desempleo masivo.
A finales de 1998, según los datos del gobierno, el 50 % de la
población vivía bajo el umbral de pobreza, estimado en Indone-
sia en 0,55 dólares por día en las ciudades y 0,40 dólares en el
campo.
El FMI impuso medidas de “choque” para resolver la crisis de
1997 que, en realidad, agravaron la situación, ya que provocaron
la quiebra de la mayor parte del sector bancario y de muchos

197
empresarios. El FMI y el Banco Mundial presionaron al gobierno
para que convirtiera la deuda privada de los bancos en deuda
pública. La deuda pública indonesia, que representaba el 23 %
del producto interno bruto (PIB) antes de la crisis, literalmente
explotó a consecuencia de las políticas impuestas por el FMI y el
Banco Mundial, llegando en el año 2000 al 93 % del PIB.
Por otra parte, los salarios reales se hundieron: aunque ha-
bían tenido un aumento del 46 % entre 1990 y 1996, perdieron
el 25,1 % de su valor en el año 1998.
La población, que había sufrido el efecto de esas medidas,
comenzó a protestar con energía. El 5 de mayo de 1998, en el
marco de los acuerdos firmados con el FMI, Suharto eliminó
las subvenciones a los productos básicos, de manera que los
precios del combustible para uso doméstico, de la electricidad
y de la gasolina aumentaron un 70 %. Eso amplificó la inmensa
movilización popular que había comenzado unos meses antes.
Quince días más tarde, abandonado por Washington y denun-
ciado por el pueblo, Suharto tuvo que abandonar el poder, des-
pués de 32 años de régimen dictatorial.
La mayor parte del presupuesto del Estado se dedicó al pago
de la deuda. En 1999 y 2000, el 50 % y el 40 %, respectivamente,
se destinaron al pago de la deuda.
Después del drama provocado por el tsunami, que ocasio-
nó la muerte de 150 000 personas en la provincia indonesia de
Aceh, el Banco Mundial y los gobiernos de los países acreedores
afirmaron que darían pruebas de generosidad. La realidad fue
muy diferente: la ayuda, muy mediatizada al principio, se pro-
porcionó de manera caótica y efímera. Mientras que amagaban
con ofrecer los medios financieros para la reconstrucción, los
acreedores agrupados en el Club de París (que, por cierto, diri-
gen el FMI y el Banco Mundial) decidieron añadir los intereses
por atrasos sobre la parte del servicio de la deuda que no se
pagó en el año 2005.227 La moratoria acordada por el Club de

227. Véase la decisión del Club de París difundida el 10 de marzo de 2005 en la web:
http://www.clubdeparis.org

198
París no fue más que un simulacro de generosidad, porque los
gobiernos que la aceptasen harían pagar a sus pueblos hasta el
último céntimo. El gobierno indonesio, sometido a la presión de
los acreedores, impuso un fuerte aumento (del 29 %) en el pre-
cio del combustible el 1.° de marzo de 2005, lo que provocó un
profundo descontento popular. Los ingresos fiscales resultantes
de ese aumento se destinaron principalmente a cubrir el déficit
presupuestario y al pago de la deuda.228

Conclusión
El pueblo indonesio se vio despojado, con el golpe de Estado
militar de 1965, de la posibilidad de determinar por sí mismo
su futuro. Sin embargo, Indonesia había comenzado a afirmar-
se en el escenario internacional con la Conferencia de Bandung
de 1955. La amenaza de ver a uno de los países más poblados
del planeta desempeñar un papel clave en la instauración de un
nuevo orden mundial fue lo que llevó a Estados Unidos, y a las
instituciones de Bretton Woods, a apoyar activamente la dicta-
dura de Suharto.
Las decisiones de esas instituciones fueron determinadas por
factores políticos y geoestratégicos. Su apoyo financiero permi-
tió a Suharto poner en práctica políticas que violaban los dere-
chos humanos. El dictador servía a los intereses de las grandes
potencias occidentales en la región y permitió a las sociedades
transnacionales de los países industrializados expoliar sin frenos
los recursos naturales de su país. El Banco Mundial y el FMI
fueron cómplices activos de esas políticas. La clase dominante
local apoyó a Suharto y no intentó invertir en el desarrollo del
país. Prefirió hacerse cómplice de la depredación de los recursos
naturales de Indonesia por las transnacionales.
A partir de la crisis de 1997, las medidas impuestas por el
FMI agravaron la situación económica y provocaron un fuerte

228. Financial Times, 1.° de marzo de 2005.

199
aumento de la deuda pública interna y externa. El balance his-
tórico de la intervención del FMI y del Banco Mundial en In-
donesia es un desastre. En consecuencia, la deuda que el país
tiene con esas instituciones debe ser anulada en su totalidad.
Más aún, el Banco Mundial y el FMI tendrían que rendir cuentas
ante la justicia por su complicidad con el régimen de Suharto y
por proyectos como el de la transmigración, que constituyen, en
muchos aspectos, crímenes contra la humanidad.
Las deudas bilaterales fueron contraídas con países que
mantuvieron directamente la dictadura de Suharto, y por ello
también deben ser anuladas, así como las contraídas con em-
presas privadas extranjeras que participaron en la corrupción
del régimen indonesio, en el saqueo de sus recursos naturales y
en la explotación de sus trabajadores. El balance financiero del
endeudamiento de Indonesia es totalmente negativo en térmi-
nos de desarrollo humano.
Entre 1970 y 2020, la deuda externa pública de Indonesia
se multiplicó por 93,9.229 En esos 50 años, el total de reembol-
sos de la deuda representaban 19,9 veces el monto del stock de
la deuda en su comienzo. A excepción del año 1998, Indone-
sia reembolsó más de lo que recibió en forma de préstamos
entre 1985 y 2004. La transferencia neta de ese período fue de
-45 800 millones de USD.
Y esa es la prueba irrefutable de que el sistema de endeuda-
miento es un mecanismo diabólico de extracción de las riquezas
de un país.

229. Cálculos del autor sobre la base de Banco Mundial (2020). International Debt
Statistics.

200
El Banco Mundial mantuvo en la pobreza
a Timor Oriental
Situado a 500 km de las costas australianas, Timor Oriental accedió
a la independencia en mayo de 2002, después de varias décadas de
lucha por su liberación. En 2003, cuando lo visité invitado por las
autoridades timorenses, el país contaba con un poco más de 800 000
habitantes; en 2021, ya cuenta con 1,3 millones, de los cuales más del
60 % son menores de 16 años. En 2003, dos de cada cinco timoren-
ses vivía con menos de 0,55 USD por día. Las tres cuartas partes de
la población no tenía acceso a la electricidad y la mitad no tenía agua
potable. En 2021, 19 años después de la independencia, la situación
realmente no mejoró: 46 % de los niños y niñas de menos de 5 años
tiene problemas de malnutición, el 50 % de la población vive sin un
servicio de saneamiento de aguas residuales.230
Antigua colonia portuguesa hasta 1975, Timor Oriental fue anexa-
do por Indonesia durante la dictadura de Suharto. La lucha por su
liberación tuvo momentos muy fuertes en los años setenta, al final
del régimen portugués, y en 1998-1999, después del derrocamien-
to de Suharto por el pueblo indonesio. Señalemos que la Revolu-
ción de los Claveles en 1974, en Portugal, llevó a la independencia
de las colonias portuguesas: Guinea-Bissau, Cabo Verde, Angola y
Mozambique.
El principal movimiento de liberación timorense, el FRETILIN, que
recurrió a la lucha armada durante cerca de treinta años, disponía en
2002 de una cómoda mayoría en el parlamento. El presidente de la
República Xanana Gusmão era una figura histórica de ese movimien-
to. La lucha por la liberación, después de la caída de Suharto, costó
la vida a más de 100 000 timorenses. A partir de 1999, luego de un
referéndum durante el cual la población timorense eligió la indepen-
dencia por una mayoría aplastante, el país fue puesto bajo la admi-
nistración de la ONU.

230. https://datosmacro.expansion.com/paises/timor-oriental/. “Direction générale


du Trésor de la France, Situation économique-Timor Oriental”, publicado el 4 de
marzo de 2021. Disponible en https://www.tresor.economie.gouv.fr/Pays/TL/situa-
tion-economique. Consultado el 7 de abril de 2021.

201
El país tenía una economía muy pobre, poco diversificada, sin in-
dustrias. La actividad principal estaba constituida por la agricultura
(más de 75 % de la población era rural). Aparte del café destinado
a la exportación, lo esencial de la producción agrícola satisfacía la
demanda interior, lo que, por supuesto, constituía una ventaja. El
reto de cualquier política económica dirigida hacia el mejoramiento
de las condiciones de vida de la población consistía en tener en cuen-
ta la realidad de esa agricultura local. Sin embargo, el petróleo y el
gas se convirtieron, después de la independencia, en el motor de la
economía de Timor Oriental. En alta mar, donde las aguas territo-
riales australianas y timorenes se unen, se encuentran importantes
reservas de petróleo y de gas. Unos poderosos intereses financieros
y económicos australianos consiguieron hacerse con una gran parte
del pastel petrolero en la época de la dictadura de Suharto. Cuando
Timor fue independiente y quizo renegociar los acuerdos para ob-
tener la parte que le correspondía por derecho, Australia se negó.
Las autoridades timorenses pensaron en hacer una apelación ante
la Tribunal Internacional de Justicia, pero al final renunciaron por
temor a las represalías económicas australianas. Finalmente, hubo
un acuerdo con Australia y las autoridades timorenses concedieron, a
la empresa estadounidense ConocoPhilipps, la explotación del princi-
pal campo petrolero marítimo. El país se volvió del todo dependiente
de la renta petrolera. En 2020, los ingresos por los hidrocarburos
representaban el 76 % de la recaudación del Estado y el 99 % de la
recaudación en divisas.231 Y eso es un nivel de dependencia extrema.

Un gobierno que al comienzo, en 2003,


no quería endeudar al país
Era una muy buena noticia, el nuevo Estado nacía sin deudas y el gobier-
no, al principio, tomó la sabia decisión de rechazar el endeudamiento.
En esas circunstancias fui invitado a un encuentro con las autoridades
del país. Cuando llegué a Timor Oriental en marzo de 2003, el gobier-
no solamente aceptaba donaciones de la comunidad internacional. El
Banco Mundial se sentía frustrado ya que había desembarcado en el país
con un plan de endeudamiento. Así que el Banco tuvo que adoptar una

231. Ídem.

202
nueva estrategia para conseguir convencer a las autoridades que debían
aplicar el Consenso de Washington. También logró imponerse como ins-
titución que coordinaba la mayor parte de las donaciones provenientes
de la comunidad internacional. Pero el Banco Mundial se quedaba con
el 2 % de cada una de las donaciones. Eso era un verdadero escánda-
lo. Se aprovechaba de su función de intermediario para obtener de las
autoridades timorenses la aceptación de la aplicación de una política
neoliberal: abandono de aranceles (en detrimento de la agricultura local,
especialmente en la producción de arroz), imposición de una política de
recuperación de costes (derechos de inscripción elevados en la enseñan-
za superior y universitaria, atención médica pagada), privatización de
la gestión del sector eléctrico e instalación de contadores eléctrico con
prepago…
Y hay que agregar otro fenómeno muy grave: solo una parte mi-
noritaria de cada donación (entre el 10 y el 20 %) alcanzaba realmen-
te la economía local. En efecto, el Banco Mundial logró que la mayor
parte fuera gastada en el exterior de Timor, ya sea bajo la forma de
remuneración de expertos extranjeros, ya sea en la compra de bienes
y de servicios en los mercados internacionales.
De esa manera, el Banco Mundial impuso la contratación de con-
sultores internacionales (algunos provienen directamente del Banco
Mundial) cuyos honorarios representaban entre 15 % y 30 % de las
donaciones.

203
Capítulo 10
Las falsedades teóricas del Banco Mundial
sobre el desarrollo

El Banco Mundial pretende que para progresar, los PED deben


recurrir al endeudamiento externo y atraer las inversiones ex-
tranjeras. Ese endeudamiento sirve principalmente para com-
prar bienes de equipamiento y de consumo a los países más
industrializados. Los hechos han demostrado día tras día, du-
rante décadas, que eso no funciona. Los modelos, que influye-
ron en la visión del Banco Mundial, conducían naturalmente a
una fuerte dependencia de los PED con respecto a los aportes
externos de capitales, en general en forma de préstamos, con
la ilusión de alcanzar un nivel de desarrollo autosostenido. Los
proveedores de fondos públicos —gobiernos de los países indus-
trializados y el Banco Mundial, en particular— consideraban a
los préstamos como un poderoso medio de influencia sobre los
países que se endeudaban. Las acciones del Banco no se resu-
men en una sucesión de errores o de malas jugadas. Al contra-
rio, son parte de una visión coherente, teorizada, sistematizada,
que se enseña doctamente en la mayoría de las universidades.
Centenares de libros de economía del desarrollo destilan dicha
teoría. El Banco produjo una verdadera ideología del desarrollo.
Cuando los hechos la desmienten, el Banco no la cuestiona. Al
contrario, intenta deformar la realidad para continuar prote-
giendo el dogma.
Durante los primeros diez años de su existencia, el Banco
Mundial generó muy pocas reflexiones sobre el tipo de políti-
ca económica que debía mantener con los países en desarrollo.
Esa cuestión se explica por varias razones: 1) porque eso no
formaba parte aún de sus prioridades, puesto que, en 1957,
la mayoría de los préstamos del Banco (52,7 %) se concedían

204
a países industrializados;232 2) porque la matriz teórica de los
economistas y dirigentes del Banco era de inspiración neoclá-
sica, teoría que no atribuye un lugar específico a los PED;233 3)
porque hasta 1960, cuando se creó la Asociación Internacional
de Desarrollo (AID), el Banco Mundial no se había dotado de
un instrumento específico para prestar dinero a bajo interés a
los países en desarrollo.
El Banco Mundial trabajó poco la teoría, pero ello no le im-
pidió criticar a los otros. Así, en 1949 criticó un informe de la
Comisión de las Naciones Unidas para el empleo y la economía
que defendía la inversión pública en la industria pesada de los
PED. El Banco objetó que los poderes públicos de los PED ya te-
nían bastantes tareas con la realización de buenas infraestructu-
ras, y que debían dejar la responsabilidad de la industria pesada
a la iniciativa privada local y extranjera.234
Según Mason y Asher, historiadores del Banco Mundial, su
orientación partía del postulado de que los sectores público y
privado debían desempeñar papeles diferentes. El sector público
debía asegurar el desarrollo planificado de una infraestructura
adecuada: ferrocarril, carreteras, centrales eléctricas, instalacio-
nes portuarias y medios de comunicación en general. Al sector
privado le correspondía la agricultura, la industria, el comercio
y los servicios personales y financieros, puesto que se da por
sentado que en todos esos ámbitos la iniciativa privada obtiene

232. “El período durante el cual el Banco tenía una opinión sólida de la naturaleza
del proceso de desarrollo, aunque poco hizo para alcanzarlo, se extendió, aproxima-
damente, hasta el fin de los años 50, y coincidió con una fase de los préstamos del
Banco en la que la mayoría de estos se dirigían aún a los países desarrollados (en
1957, el 52,7 % de su financiación iba aún a estos países)”. Nicholas Stern y Francisco
Ferreira, “The World Bank as ‘intellectual actor’, 1997”, en Kapur, Lewis y Webb, ob.
cit., p. 533.
233. “Los instrumentos de análisis neoclásico se aplican en general, sin ninguna
especificación, a las cuestiones que plantea el subdesarrollo. El subdesarrollo o el
bloqueo del desarrollo no son objeto de un análisis sistemático en la teoría neoclá-
sica”, Gérard Azoulay (2002). Les théories du développement, Presses Universitaires de
Rennes, p. 38.
234. Nicholas Stern y Francisco Ferreira, ob. cit.

205
mejores resultados que el sector público.235 En realidad, había
que ceder al sector privado todo lo que podía producir un bene-
ficio. En cambio, las infraestructuras son actividades del sector
público porque la cuestión es socializar los costes, en beneficio
del sector privado. En resumen, el Banco Mundial recomenda-
ba, y recomienda, la privatización de los beneficios, combinada
con la socialización de los costes de lo que no es directamente
rentable.

Una visión del mundo conservadora y etnocéntrica


La visión del Banco está marcada por diversos prejuicios conserva-
dores. En los informes y discursos de sus primeros quince años de
existencia, se refería regularmente a regiones atrasadas y subde-
sarrolladas, lo que ya es todo un programa. Sobre las causas del
subdesarrollo, el Banco adoptó un enfoque etnocéntrico. Se puede
leer en el octavo informe anual del Banco: “Las razones por las que
ciertas regiones del mundo no estén tan desarrolladas son numerosas
y complejas. Muchas culturas, por ejemplo, conceden poco lugar al
progreso material y, de hecho, algunas lo consideran incompatible
con unos objetivos más deseables para la sociedad y para el indivi-
duo”.236 La falta de deseo o de voluntad de progreso material y de
modernización de la sociedad se presenta como una de las causas del
atraso. El profundo respeto de los hindúes por las vacas resulta así un
resumen que permite comprender el retraso de la India. A propósito
de África, Eugene Black, presidente del Banco, declaró en 1961: “Aún
a día de hoy, la mayoría de los más de 200 millones de habitantes de
África apenas está comenzando a formar parte de la sociedad mun-
dial”.237 El carácter reaccionario de la visión del Banco Mundial no ha
desaparecido del todo con el correr de los años. En el Informe sobre el
desarrollo en el mundo de 1987 se manifiesta:
En Principios de economía política (1848), John Stuart Mill evoca
las ventajas que resultan del “comercio exterior”. Aunque haya

235. Mason y Asher, ob. cit., pp. 458-459.


236. Banco Mundial (BIRD) (1953). 8th Annual report 1952-1953, Washington D. C.,
p. 9.
237. Eugene Black, “Tale of Two Continents”, Ferdinand Phinizy Lectures, delivered
at the University of Georgia, April 12 and 1, 1961, en Kapur, Lewis y Webb, , ob. cit.,
vol. 1 p. 145. Eugene Black presidía el Banco Mundial de 1949 a 1962.
206
pasado más de un siglo, sus observaciones siguen siendo tan vá-
lidas hoy como en 1848. Hablando de las ventajas indirectas del
comercio, Mill dice: “[...] un pueblo puede estar en un estado
letárgico, indolente, inculto, con todas sus aspiraciones satisfe-
chas, adormecido, y no puede poner en acción todas sus fuerzas
productivas por la falta de un objeto deseable. La aventura del
comercio exterior, al hacerle conocer nuevos objetos u ofrecerle
la tentación de adquirir objetos que hasta entonces no pensa-
ba poder procurarse [...] alienta a quienes se contentaban con un
poco de comodidad y un poco de trabajo, a trabajar más duro
para satisfacer sus nuevos gustos, incluso para ahorrar y acumular
capital”.238
El retorno al poder de los neoconservadores, con Bush en el gobier-
no (2001-2008), fortaleció el carácter profundamente materialista y
reaccionario del Banco. La nominación de Paul Wolfowitz, uno de los
principales neocons, a la presidencia del Banco Mundial, en el año
2005, consolidó esa orientación.

Lo que resulta sorprendente en los documentos del Banco


y en la literatura en boga en materia de desarrollo, de los años
cincuenta a los años setenta, es el espacio dedicado a la planifi-
cación del crecimiento y del desarrollo (tanto en las economías
industrializadas como en los PED). Hasta finales de los años se-
tenta, la presencia de la planificación se puede atribuir a varios
elementos: 1) la voluntad de planificación surgida en el curso
de la prolongada depresión de los años 30 como respuesta al
caos provocado por el laisser-faire; 2) la necesidad de organizar
la reconstrucción de Europa y Japón; 3) era el período de los
treinta gloriosos, caracterizado por un crecimiento económico sos-
tenido, que había que dirigir y planificar; 4) los éxitos, compro-
bados o supuestos, de la planificación soviética que ejercían una
indudable atracción real hasta sobre los enemigos declarados
del llamado bloque comunista. La planificación es un tema que fue
totalmente ignorado a partir del comienzo de los años ochenta,
con el retorno de la ideología y las políticas neoliberales.

238. Banco Mundial (1986). Informe anual sobre el desarrollo en el mundo, Washington D. C.,
p. 4.
207
Otra preocupación, muy presente al principio, pero olvidada
a partir de esa década, fue la decisión tomada por una serie de
países latinoamericanos de recurrir a la sustitución de importa-
ciones, y la posibilidad (vista como una amenaza por la mayoría
de los dirigentes de los países más industrializados) de que otros
países, de reciente independencia, siguieran la misma vía.
Pasemos revista a varias aportaciones de economistas que tu-
vieron una influencia directa sobre el Banco y dentro del mismo.

El modelo HOS (Heckscher-Ohlin-Samuelson)


La teoría de las ventajas comparativas de Ricardo fue reforzada
en los años treinta por el análisis de los economistas suecos
Heckscher y Ohlin, al cual se incorporó más tarde Samuelson
(cuya síntesis se conoce como modelo HOS). Ese modelo habla
de “dotación en factores de producción” (esos factores son: tra-
bajo, tierra y capital) y sostiene que todos los países tienen interés
en especializarse en la producción y la exportación de bienes que
utilicen con mayor intensidad el factor de producción más abun-
dante en ellos —que también es el más barato—. Gracias al libre
comercio, se operará la equiparación de la remuneración de los
factores en todos los países que lo practiquen (el factor abundan-
te —exportado— se hace escaso y por lo tanto se encarece; el fac-
tor escaso —importado— abunda y en consecuencia se abarata).
La especialización establecerá una distribución óptima de los fac-
tores en un mercado mundial homogeneizado. Según esa óptica,
la búsqueda de la máxima integración del mercado mundial sería
una apuesta ganadora y un juego de suma positiva para todos
los participantes. Diversas investigaciones efectuadas más tarde,
especialmente por Paul Krugman,239 para verificar la pertinencia
del modelo HOS, demostraron que este no se ajusta a la realidad.

239. La verificación del predominio de los intercambios entre economías dotadas


de factores similares (intercambio de productos similares entre las economías más
industrializadas) fue realizada en los trabajos de P. Krugman y E. Helpman durante
los años ochenta.

208
Las cinco etapas del crecimiento económico
según Walt W. Rostow
En 1960, Rostow240 enumeró cinco etapas del desarrollo en su
libro Las etapas del crecimiento económico, un manifiesto no comunis-
ta.241 Para él, todas las sociedades se pueden clasificar según
una de estas cinco etapas y luego deben seguir ese itinerario.
La primera etapa es la sociedad tradicional, caracterizada
por el predominio de la actividad agrícola. El progreso técnico
es nulo, casi no hay crecimiento del producto y no se prevé un
cambio de mentalidad.
Luego, está la etapa previa al despegue, que ve nacer el de-
sarrollo de los intercambios y de las técnicas, una evolución de
las mentalidades que rompe con el fatalismo y un aumento del
ahorro. Ha sido, de hecho, la evolución de las sociedades euro-
peas entre el siglo xv y principios del siglo xviii.
La tercera es la del despegue (take-off), una etapa crucial que
corresponde a un salto cualitativo, con un aumento significativo
del ahorro y de la inversión, así como el paso a un crecimiento
acumulativo.242
La cuarta etapa es calificada de “marcha hacia la madurez”:
el progreso técnico se impone en todas las actividades y la pro-
ducción se diversifica.

240. Walt W. Rostow fue un economista influyente y también consejero político de


primer plano. Fue asesor de Robert McNamara durante la guerra de Vietnam. Se en-
cuentran en la red algunas de las notas que remitiera a McNamara sobre la estrategia
política y militar a seguir con respecto a Vietnam del Norte y sus aliados en 1964. Una
nota titulada “Dispositivo militar y señales políticas”, del 16 de noviembre de 1964,
es particularmente interesante (http://www.mtholyoke.edu/acad/intrel/pentagon3/
doc232.htm). Es importante señalarla para enfocar la relación entre política econó-
mica y estrategia militar.
241. Walt W. Rostow (1960). Las etapas del crecimiento económico. Un manifiesto no co-
munista, Editorial Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, Madrid, 1993 (también,
Fondo de Cultura Económica, México, 1961).
242. Señalemos que, según Rostow, Argentina ya tendría que haber alcanzado la fase
de despegue antes de 1914.

209
Finalmente llega la era del consumo de masas, que coincide
con la quinta y última etapa.
Según Walt W. Rostow, en el nivel del despegue, la aporta-
ción de capitales exteriores (bajo forma de inversiones extranje-
ras o de crédito) es indispensable.
Este modelo se caracteriza por un esquematismo caricatu-
resco. Presenta el estado de desarrollo alcanzado por Estados
Unidos después de la Segunda Guerra Mundial a la vez como
objetivo a alcanzar y como modelo a reproducir. Asimismo,
considera que el modelo de despegue de Inglaterra, donde se
sucedieron la revolución agrícola y la revolución industrial, debe
reproducirse en otras partes. Esto significa no tener en cuenta la
historia concreta vivida por los demás países. No hay nada que
demuestre que cada país tenga que pasar por las cinco etapas
descritas.

Insuficiencia del ahorro y necesidad de recurrir


a la financiación externa
Según el enfoque neoclásico, el ahorro es un requisito previo a la
inversión y es insuficiente en los PED. De donde la insuficiencia
del ahorro es un factor fundamental que explica el bloqueo del
desarrollo. Un aporte de financiación exterior es necesario. Paul
Samuelson se basa, en Economics,243 en la historia del endeuda-
miento de Estados Unidos en los siglos xix y xx para determinar
cuatro etapas diferentes, que conducen a la prosperidad: nación
endeudada, joven y emprendedora (de la guerra revolucionaria
de 1776 a la guerra civil de 1865); nación endeudada madu-
ra (de 1873 a 1914); nueva nación acreedora (de la Primera a
la Segunda Guerra Mundial); nación acreedora madura (años
sesenta). Samuelson y sus émulos aplicaron al centenar de paí-

243. Siempre según Rostow, Estados Unidos llegó definitivamente a la etapa del con-
sumo de masas justo después de la Segunda Guerra Mundial, seguido por Europa
Occidental y Japón. En cuanto a la URSS, técnicamente está preparada para alcan-
zarla, pero debe aplicar un ajuste previo.

210
ses que constituyen el Tercer Mundo, desde la última posguerra,
el modelo de desarrollo de Estados Unidos desde finales del
siglo xviii hasta la Segunda Guerra Mundial, como si todos
estos países tuvieran que imitar, lisa y llanamente, la experiencia
estadounidense.244
En lo que respecta a la necesidad de recurrir al aporte de
capitales extranjeros (en forma de préstamos o de inversiones),
uno de los socios de Samuelson, Paul Rosenstein-Rodan, em-
plea la siguiente fórmula: “Los capitales extranjeros reforzarán
la formación del capital nacional, es decir, serán íntegramen-
te invertidos; la inversión generará un aumento de la produc-
ción. La principal función del ingreso de capitales extranjeros es
ayudar a que la tasa de formación del capital nacional alcance
un valor que pueda mantenerse sin ayuda exterior suplementa-
ria”.245 Esa afirmación es refutada por la realidad: no es verdad
que los capitales extranjeros refuerzan la formación de capital
nacional y sean invertidos en su totalidad. Una gran parte de
esos capitales se van de manera rápida del país al que se di-
rigieron temporalmente (fuga de capitales, repatriación de los
beneficios).
Otro error monumental: Rosenstein-Rodan, director adjunto
(assistant director) del departamento económico del Banco Mun-
dial entre 1946 y 1952, hizo predicciones sobre la fecha en la
que una serie de países alcanzarían un crecimiento autososte-
nido. Vaticinó que Colombia llegaría a ese estadio en 1965, Yu-
goslavia en 1966, Argentina y México entre 1965 y 1975, India
a principio de los años setenta, Pakistán 3 o 4 años más tarde,
Filipinas después de 1975. ¡Estupideces!
Destaquemos que esa definición de crecimiento autososteni-
do es utilizada con frecuencia por el Banco Mundial. En 1964,
Dragoslav Avramovic, por entonces director del departamento
económico del Banco, emitió la siguiente definición: “Se define

244. Cheryl Payer, 1991, Lent and Lost..., ed. cit., pp. 33-34.
245. Paul Rosenstein-Rodan (1961). “International Aid for Underdeveloped Coun-
tries”, Review of Economics and Statistics, vol. 43, p. 107.

211
el crecimiento autosostenido como el que implica una tasa de
crecimiento de los ingresos del orden del 5 % anual, financiado
por fondos gestionados dentro de las fronteras, así como por
capitales extranjeros”.246
La planificación del desarrollo vista por el Banco Mundial y
el establishment universitario estadounidense conduce a una
impostura pseudocientífica, basada en ecuaciones matemáti-
cas que tratan de dar legitimidad y credibilidad a la voluntad
de hacer que los PED dependan del recurso de la financiación
exterior. Veamos un ejemplo, formulado muy doctamente por
Max Millikan y Walt Rostow en 1957:
Si la tasa inicial de inversión local de un país representa el 5 %
del producto nacional, si los capitales extranjeros ingresan a
una tasa constante equivalente a un tercio del nivel inicial de
la inversión local, si el 25 % de todo ingreso suplementario es
ahorrado y reinvertido, si la ratio capital/producto es 3 y si la
tasa de interés de la deuda externa y los dividendos repatriados
son equivalentes al 6 % anual, el país estará en condiciones de
prescindir del préstamo neto externo después de catorce años,
y podrá mantener una tasa de crecimiento del 3 % sobre la base
de sus propios ingresos.247
¡Otra necedad!

El modelo de doble déficit de Chenery y Strout


A mediados de los años sesenta, el economista Hollis Chenery,
que unos años más tarde sería economista jefe y vicepresidente
del Banco,248 elaboró con su colega Alan Strout un nuevo mo-

246. Dragoslav Avramović y col. (1964). Economic Growth and External Debt, Johns
Hopkins Press for the IBRD, Baltimore, p. 193.
247. Max Millikan y Rostow, Walt Whitman (1957). A proposal: Keys to an Effective
Foreign Policy, Harper, Nueva York, p. 158.
248. Hollis Chenery fue en 1970 asesor del presidente del Banco, Robert McNamara.
En 1972 McNamara creó para él el cargo de vicepresidente vinculado al de econo-
mista jefe. Más tarde entró en la tradición. Ejerció las funciones de economista jefe
y vicepresidente del Banco de 1972 a 1982. Es, hasta hoy, el economista que ha

212
delo llamado “modelo de doble déficit”,249 partiendo de dos
condiciones previas: primero, un ahorro interno insuficiente, y
después, una insuficiencia de divisas. Charles Oman y Ganeshan
Wignarja resumen este modelo en los siguientes términos:
Por definición, las hipótesis del modelo de doble déficit son
que: mientras en las etapas iniciales del crecimiento industrial
un ahorro insuficiente puede constituir la principal limitación de
la tasa de formación del capital nacional, una vez que la indus-
trialización está bien encaminada, la limitación principal puede
ya no ser el ahorro interno en sí mismo, sino la disponibilidad de
divisas requeridas para importar bienes de equipamiento, bienes
intermedios y quizás incluso materias primas empleadas como
insumos industriales. El déficit de divisas puede así superar el
déficit de ahorro como principal limitación del desarrollo.250
Para resolver este doble déficit, proponen una respuesta simple:
pedir un préstamo de divisas o aumentar las exportaciones.
El modelo Chenery-Strout es muy matemático. Era lo que
se estilaba. Tenía la ventaja, para sus partidarios, de otorgar
credibilidad y apariencia de rigor científico a una política que,
sobre todo, pretende incitar a los PED a recurrir masivamente al
empréstito exterior y a las inversiones extranjeras, por un parte,
y por otra a hacer depender su desarrollo de las exportaciones.
El modelo fue objeto de muchas críticas en su momento. Citare-
mos la opinión de Keith Griffin y Jean Luc Enos, quienes afirman
que el recurso a los aportes externos limitará el ahorro local:
Mientras el coste de la ayuda (por ejemplo, los intereses del
préstamo externo) sea inferior al crecimiento marginal del capi-
tal y de la producción, a un país le convendrá endeudarse todo

permanecido más tiempo como economista jefe; sus predecesores y sucesores se


mantuvieron en el cargo entre tres y seis años. En Nicholas Stern y Francisco Ferreira,
ob. cit., en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 2, p. 538.
249. Hollis B. Chenery y Alan Strout (1966). “Foreign Assistance and Economic
Development”, American Economic Review, n° 56, pp. 680-733.
250. Charles Oman y Ganeshan Wignarja (1991). The Postwar Evolution of Development
Thinking, OCDE, citado por Stéphanie Treillet (2002). L’Économie du développement,
Nathan, París, p. 53.

213
lo posible y sustituir el ahorro local por el préstamo externo.
En otras palabras, dado un objetivo a alcanzar en términos de
tasas de crecimiento, la ayuda exterior permitirá un aumento
del consumo y limitará el ahorro local a la diferencia entre la
inversión deseada y el monto de la ayuda exterior disponible.
En consecuencia, el fundamento de los modelos del tipo Che-
nery-Strout es endeble en la medida en que, en teoría, se debería
encontrar una relación inversa entre la ayuda exterior y el ahorro
interno.251

La voluntad de incitar a los PED


a recurrir a la ayuda exterior
como medio de influir sobre esos países
La política de ayuda bilateral y la del Banco Mundial están rela-
cionadas con los objetivos políticos que persigue Estados Uni-
dos en materia de asuntos exteriores.
Para Hollis Chenery: “El objetivo principal de la ayuda exte-
rior, así como de otros instrumentos de política exterior, es pro-
ducir a escala mundial el tipo de ambiente político y económico
en el que Estados Unidos pueda proseguir, en las mejores con-
diciones, sus propios fines sociales”.252 En un libro titulado Las
naciones emergentes: su crecimiento y Estados Unidos, Max Millikan253
y Donald Blackmer, ambos colegas de Walt Rostow, describen
con claridad, en 1961, ciertos objetivos de la política exterior
estadounidense:

251. Keith B. Griffin y Jean Luc Enos (1970). “Foreign Assistance: Objectives and con-
sequences”, Economic Development and Cultural Change, n° 18, pp. 319-20.
252. H. B. Chenery (1964). “Objectives and criteria of Foreign Assistance”, en The
United States and the Developing Economies, ed. G. Ranis, W.W. Norton, Nueva York, p. 81.
253. Max Millikan había sido miembro del Office of Strategic Services (OSS) y luego
de la Central Intelligence Agency (CIA), su sucesora, y era director del CENIS (Center
for Internacional Affairs) del Instituto Tecnológico de Massachussets (MIT), direc-
tamente relacionado con el Departamento de Estado.

214
Es del interés de Estados Unidos ver emerger del proceso de
transición unas naciones dotadas de ciertas características. En
primer lugar, deben ser capaces de mantener su independencia,
especialmente frente a poderes hostiles o potencialmente hosti-
les con respecto a Estados Unidos. [...] En cuarto lugar, deben
aceptar el principio de sociedad abierta, en la cual sus miem-
bros están invitados a intercambiar ideas, mercaderías, valores
y experiencias con el resto del mundo; eso implica que sus go-
biernos deben estar dispuestos a implicarse en disposiciones de
control social, policial y económico necesarias para el funciona-
miento de una comunidad internacional interdependiente”.254
Dicha comunidad bajo el liderazgo de Estados Unidos,
naturalmente.
Más adelante, en el libro, señalan de forma explícita cómo la
ayuda se utiliza como instrumento para orientar la política de
los países ayudados:
Para que la ayuda en capitales alcance una potencia óptima de
incentivo con el fin de convencer a los países subdesarrollados
de que sigan una vía compatible con los intereses de Estados
Unidos y del mundo libre, las sumas ofrecidas tienen que ser
suficientemente importantes y las condiciones suficientemente
flexibles para persuadir a los países receptores de que el juego
vale la pena. Eso significa que debemos invertir unos recursos
sustancialmente más importantes que hasta ahora en nuestros
programas de desarrollo económico.255
Veremos en otro capítulo que el volumen de los préstamos a
los PED aumentó a ritmo creciente, durante los años sesenta y
setenta, debido a una política deliberada de Estados Unidos, de
otros gobiernos de países más industrializados y de las institu-
ciones de Bretton Woods destinada a influir sobre las políticas
del Sur.

254. Max Millikan y Donald Blackmer (ed.) (1961). The Emerging Nations: Their Growth
and United States Policy, Little Brown and Company, Boston, pp. x-xi.
255. Ibídem, pp. 118-119.

215
Privilegiar las exportaciones
Chenery y Strout afirmaban, en una de sus principales contribu-
ciones, que el recurso a la sustitución de importaciones cons-
tituía un medio admisible para reducir el déficit de divisas.256
Después cambiaron de opinión, en un momento en el que la
aplicación de dichas políticas por algunos PED se convertía en
uno de los principales temas de las críticas formuladas por el
Banco, el FMI, la OCDE y los gobiernos de los más importantes
países industrializados.
Y siguiendo esa línea, hubo otros trabajos de economistas,
directamente asociados al Banco, dedicados a valorar las tasas
efectivas de protección de las economías, y los sesgos resultan-
tes en términos de utilización de recursos productivos y de ren-
tabilidad de las inversiones. Preconizaban una reorientación de
las estrategias en dirección a las exportaciones, el abandono
de las tarifas proteccionistas y, en general, una política más
fundamentada en los mecanismos del mercado para la fijación
de precios.
Los economistas Bela Balassa, Jagdish Bhagwati y Anne
Krueger257 sistematizaron ese enfoque y sus análisis marcaron
la evolución de las instituciones internacionales, constituyendo
el zócalo teórico de las medidas de apertura comercial propug-
nadas en las décadas del ochenta y el noventa. Anne Krueger258
escribió:

256. Hollis B. Chenery y Alan Strout (1966). “Foreign Assistance and Economic
Development”, American Economic Review, n° 56, p. 682, pp. 697-700.
257. Bela Balassa (1971). Development Strategies in Some Developing Countries: A Com-
parative Study, John Hopkins University Press for the World Bank, Baltimore; Jagdish
Bhagwati (1978). Anatomy and Consequences of Exchange Control Regime, Ballinger for the
National Bureau of Economic Research, Cambridge; Anne Krueger (1978). Foreign Trade Re-
gimes and Economic Development: Liberalization Attempts and Consequences, National Bureau
of Economic Research, Nueva York.
258. Anne Krueger fue economista jefe y vicepresidenta del Banco desde 1982 (cuan-
do Chenery fue destituido por Ronald Reagan, que acogió en el Banco a los partida-
rios de su orientación neoliberal) hasta 1987.

216
Un régimen de promoción de exportaciones puede liberar la
economía del país del yugo del subempleo keynesiano, pues, al
contrario del régimen de sustitución de importaciones, puede
disponer de una demanda efectiva virtualmente infinita para
sus productos en los mercados internacionales, y por lo tanto
siempre puede tender al pleno empleo, a menos que haya una
recesión mundial. Una economía pequeña orientada a la expor-
tación será capaz de vender cualquier cantidad de bienes que
produzca; en otras palabras, la capacidad de oferta del país
será la única limitación.259
Siempre el mismo cuento. En efecto, los choques externos
son frecuentes, las recesiones económicas afectan periódica-
mente a la economía de los países más industrializados y la eco-
nomía mundial, la demanda efectiva no es, en absoluto, infinita.
Además, para poder vender en el mercado mundial es necesario
ser competitivo, y por lo tanto, limitar muy fuertemente la pro-
gresión de salarios o incluso, reducirlos.

Trickle-down o el efecto derrame


El efecto escurrimiento o derrame es una metáfora trivial que
guió la actividad del Banco Mundial desde el principio. La idea
es muy simple: los resultados positivos del crecimiento se derra-
man, beneficiando en primer término a los más ricos, pero al
final llegan también a los más pobres. Así, estos tienen interés
en que el crecimiento sea lo más fuerte posible, pues de ello de-
penden las gotas de riqueza que les lleguen. En efecto, si el creci-
miento es débil, los ricos retienen una parte mayor que cuando
el crecimiento es fuerte.
¿Cuáles son las consecuencias de la conducta del Banco?
Hay que favorecer a cualquier precio el crecimiento para que el
derrame llegue a los más pobres. Toda política que frene el cre-
cimiento en nombre de la redistribución de la riqueza (aunque

259. Anne Krueger (1978). Trade and Development: export promotion vs Import substitution,
citado por StéphanieTreillet, ob. cit., p. 37.

217
sea parcial) o en nombre de la defensa del ambiente reduce el
efecto derrame y causa un perjuicio a los pobres. La actitud de
los dirigentes del Banco se guía en la práctica por esta metáfo-
ra, cualquiera que sea el discurso, más sofisticado, de algunos
expertos. Los historiadores del Banco dedican una veintena
de páginas a las discusiones sobre el trickle-down260 y recono-
cen que “esa creencia justificó unos esfuerzos duraderos para
persuadir a los deudores de las ventajas de la disciplina, del
sacrificio, de la confianza en el mercado y por ende de la nece-
sidad de no caer en las tentaciones políticas”.261 Afirman que
esa creencia cayó en desgracia progresivamente, a partir de los
años setenta, por los violentos ataques de una impresionante
cantidad de investigaciones sobre el tema, tanto en Estados
Unidos como en los PED.262 Pero revelan que en la práctica no
se ha cambiado gran cosa,263 sobre todo desde que, en 1982,
el trickle down recuperó su posición en el Banco.264 Es evidente,
que durante las dos primeras décadas del siglo xxi, el engaño
del derrame ha sido retomado por numerosos gobiernos, en
especial el del presidente francés Emmanuel Macron, partir de
2017. Está claro, el trickle down es inseparable de la cuestión de la
desigualdad, que ahora abordaremos.

260. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, pp. 215-233.


261. Idem, p. 218.
262. Véase especialmente James P. Grant (otoño de 1973). “Development: The End
of Trickle down”, Foreign Policy, vol. 12 (otoño de 1973), pp. 43-65.
263. Refiriéndose al período 1974-1981, estos autores escribían: “De las inversiones
destinadas directamente a los pobres, la atención del Banco comenzó a dirigirse a
un fortalecimiento de los beneficios indirectos destinados a ellos por el aumento del
empleo en las ciudades. En efecto, esta estrategia recurrió al enfoque del derrame”,
en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 264.
264. A propósito del giro operado en 1981-1982, escribían: “La reducción de la po-
breza dependerá en adelante del crecimiento y del efecto derrame”, en Kapur, Lewis
y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 336.

218
La cuestión de la desigualdad
en la distribución de los ingresos
A partir de 1973, el problema de la desigualdad en la distribu-
ción de los ingresos en los PED, como factor que influye sobre
las posibilidades de desarrollo, comenzó a ser estudiado por el
Banco Mundial. El equipo económico dirigido por Hollis Che-
nery se dedicó a ello con un cierto brío. El libro más importan-
te que el Banco dedicó al tema fue coordinado por el propio
Chenery y se tituló Redistribución y crecimiento.265 Se publicó en
1974. Chenery era consciente de que el tipo de crecimiento
inducido por la política de préstamos del Banco generaba un
aumento de la desigualdad. La preocupación del Banco fue ex-
presada en muchas ocasiones de forma muy clara por Robert
McNamara: si no se reduce la desigualdad, se asistirá a repe-
tidas explosiones sociales y estas perjudicarán los intereses del
mundo libre, cuyo liderazgo asumió Estados Unidos.
Chenery no compartía el punto de vista expresado por Simon
Kuznets266 en los años cincuenta, según el cual, después de una
fase necesaria de aumento de la desigualdad durante el despe-
gue económico, esta es posteriormente reabsorbida. La nece-
sidad de ver crecer la desigualdad estaba muy arraigada en el
Banco, como lo prueban las palabras de su presidente, Eugene
Black, en abril de 1961: “La desigualdad de la renta depende
necesariamente del crecimiento económico [que] da la posibi-
lidad a la gente de escapar de una existencia en la pobreza”.267
Sin embargo, los estudios empíricos realizados por el Banco en
la época de Chenery desmienten las afirmaciones de Kuznets.
No obstante, después de la salida de Chenery en 1982 y su
reemplazo por Anne Krueger, el Banco abandonó por completo

265. Hollis B. Chenery y col. (1974). Redistribution with Growth, Oxford University Press
for the World Bank and the Institute of Development Studies, Londres.
266. Simon Kuztnets (marzo de 1955). “Economic Growth and Income Inequality”,
American Economic Review, nº 49, pp. 1-28.
267. Citado por Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 171.

219
la preocupación por el aumento o el mantenimiento de la desi-
gualdad, a tal punto que se decidió no publicar más datos sobre
el tema en el Informe anual sobre el desarrollo en el mundo. Anne
Krueger, como veremos luego, no vaciló en retomar la curva de
Kuznets por su cuenta, haciendo del aumento de la desigualdad
una condición del comienzo del crecimiento, ya que el ahorro de
los ricos es capaz de alimentar las inversiones. Hubo que esperar
la llegada de François Bourguignon como economista jefe, en el
año 2003, para asistir a una reactivación del interés del Banco
en esa cuestión.268
En 2006, en el informe del Banco Mundial sobre el desarrollo
en el mundo titulado Equidad y desarrollo se vuelve a hablar de la
desigualdad como freno del desarrollo.269 Su enfoque es con-
siderado, en el mejor de los casos, como buen marketing por
James Wolfensohn (presidente del Banco entre 1996 y 2005) y
por sus sucesores. Más recientemente, en su libro El capital en el
siglo XXI,270 el economista Thomas Piketty presentó una crítica
muy interesante de la curva de Kuznets. Piketty nos recuerda
que al comienzo Kuznets dudaba del buen fundamento de su
curva, pero eso no le impidió hacer de esta una teoría con muy
larga vida. Mientras tanto las desigualdades alcanzaron un nivel
inédito en la historia de la humanidad. Y eso es el producto de la
dinámica del capitalismo globalizado sostenido por las políticas
de las instituciones internacionales a cargo del “desarrollo” y de
los gobiernos que favorecen al 1 % más rico en detrimento de la
inmensa mayoría de la población, tanto en el Norte como en el
Sur del mundo.

268. François Bourguignon (2004). “The Poverty-Growth-Inequality Triangle”, Tra-


bajo presentado en el Indian Council for Research on International Economic Rela-
tions, Nueva Delhi, 4 de febrero de 2004, p. 30.
269. Banco Mundial (2005). Informe sobre el desarrollo en el mundo 2006. Equidad y
desarrollo, Washington D. C. Disponible en https://bit.ly/33u3F3C
270. Thomas Piketty (2014) El capital en el siglo xxi, Fondo de Cultura Económica,
Madrid.

220
Crítica feminista del desarrollo
La socióloga Jules Falquet señala que las cinco dimensiones centrales
del desarrollo impactan necesariamente en las mujeres.271

1.- Preferir los monocultivos intensivos en lugar de la agricultura fa-


miliar priva a las mujeres de sus actividades y condena a un núme-
ro de personas a depender de productos industriales caros.
2.- Explotar con beneficios las materias primas disponibles en el
subsuelo genera conflictos que destruyen las comunidades autóc-
tonas y el medio ambiente.
3.- La creación de zonas de libre comercio alienta la implantación de
multinacionales a la búsqueda de mano de obra poco cualificada,
barata y esencialmente femenina.
4.- Hacer entrar divisas mediante la exportación de mano de obra
femenina autorizada a trabajar en el extranjero, refuerza su
explotación.
5.- El turismo, fuertemente estimulado, genera un aumento de acti-
vidades degradantes de las mujeres cuya “belleza exótica” forma
parte de las bazas resaltadas por los destinos.

El “desarrollo” debe ser visto por lo que es: no por el sinónimo de


“progreso” declarado totalmente de forma arbitraria, sino por una
parafernalia ideológica desplegada con el fin de ayudar a la gene-
ralización de modos de producción capitalistas, normas culturales
occidentales, y así continuar las dinámicas neocoloniales de saqueo
organizado, teniendo, invariablemente, numerosos impactos en la
vida de las mujeres.

271. Jules Falquet. “Mujeres, feminismo y desarrollo: un análisis crítico de las políti-
cas de las instituciones internacionales”. Preparado para los Cahiers genre et déve-
loppement nº 3 y publicado en https://bit.ly/3EWplD8. Consultado el 11 de abril
de 2021. Pdf para descargar, en castellano: https://bit.ly/3yqhdIP; Academia.edu |
Welcome to Academia.edu. Véase también Robert Herla (2018). “Du Sud au Nord,
impacts de mondialisation néolibérale sur le travail des femmes”, CVFE-Publications.
Disponible en https://bit.ly/31TfRdL

221
Capítulo 11
Corea del Sur: el milagro desenmascarado

El pretendido éxito de Corea del Sur se obtuvo gracias a una po-


lítica opuesta al modelo propuesto por el Banco Mundial. Lejos
de una acumulación virtuosa fundada en los beneficios del libre
mercado, su desarrollo económico fue posible por “una enorme
acumulación primitiva basada en los métodos más coercitivos
para construir la ‘virtud’ a la fuerza”. Corea del Sur alcanzó los
resultados que conocemos bajo el yugo de un régimen dicta-
torial particularmente represivo, protegido por Estados Unidos
en el marco de su lucha contra los regímenes llamados “socia-
listas”. Adoptó un modelo productivista muy poco respetuoso
del ambiente. La vía coreana no es ni recomendable ni repetible.
Pero vale la pena estudiarla.

Según el Banco Mundial, el caso de Corea del Sur


constituye un éxito indiscutible
Si nos remitimos a la versión del Banco, las autoridades del país
habrían recurrido eficazmente al empréstito externo, atrayendo
las inversiones extranjeras e invirtiéndolas para poner en práctica
un modelo de desarrollo exitoso, basado en la sustitución de expor-
taciones. El modelo de industrialización por sustitución de exporta-
ciones constituye la alternativa del Banco Mundial (y de otros) al
modelo de industrialización por sustitución de importaciones (que
implica fabricar en el país los productos importados). Corea, en
vez de producir lo que importaba, habría adaptado sus activida-
des productivas a la demanda del mercado mundial, logrando al
mismo tiempo favorecer la industria que proporcionaba un alto
porcentaje de valor agregado. Habría reemplazado la exporta-
ción de productos apenas transformados (o de materia prima)
por mercaderías cuya elaboración requería una tecnología

222
avanzada. Según el Banco, el Estado coreano habría intervenido
modestamente para apoyar la iniciativa privada y garantizar el
libre juego de las fuerzas del mercado. En realidad, la vía coreana
a la industrialización y al crecimiento sostenido contradice con
toda claridad la versión del Banco.
El pretendido éxito coreano se obtuvo gracias a varios fac-
tores. Los principales son: una fuerte intervención del Estado
(que dirigió el proceso con mano de hierro); un apoyo financie-
ro (en forma de donaciones) y técnico muy importante de Es-
tados Unidos; la realización desde el comienzo de una reforma
agraria radical; la aplicación de un modelo de industrialización
por sustitución de importaciones durante 25 años, que se fue
convirtiendo progresivamente en sustitución de exportaciones
(paso que no habría sido posible sin el paso anterior); la po-
lítica permanente de represión del movimiento obrero (prohi-
bición de los sindicatos); la sobreexplotación de campesinos y
obreros; el control del Estado sobre el sector bancario; la apli-
cación de una planificación autoritaria; un control estricto del
cambio y de los movimientos de capitales; la fijación estatal de
precios para una amplia gama de productos. Y la benevolencia
de Estados Unidos, que toleró a Corea lo que prohibía a otros
países. El Estado coreano también realizó un gran esfuerzo en
educación, lo que le permitió ofrecer a las empresas una mano
de obra muy cualificada.
Agreguemos que, paradójicamente, la pobreza en recursos
naturales favoreció el desarrollo de Corea del Sur, pues el país se
salvó de la codicia de las transnacionales y de Estados Unidos,
que consideraba a Corea como una zona estratégica desde el
punto de vista militar frente al bloque “comunista”, no como
una fuente esencial de materias primas (como es el caso de Ve-
nezuela, de México o de los países del golfo Pérsico). Si Corea
hubiera tenido importantes reservas de petróleo o de otras ma-
terias primas estratégicas, habría sido considerada como una
zona de aprovisionamiento y no hubiera gozado del mismo
margen de maniobra para conseguir dotarse de un poderoso

223
aparato industrial. Estados Unidos no está inclinado a favore-
cer deliberadamente la emergencia de un poderoso competidor
que tenga a la vez grandes reservas naturales y una industria
diversificada.

El marco histórico, político y geoestratégico


Un acuerdo estadounidense-nipón firmado en 1905 definió las
respectivas zonas de influencia de ambas potencias en el sures-
te asiático. Estados Unidos se adjudicó las Filipinas, que había
conquistado en 1902. Taiwán (anexada en 1895) y Corea corres-
pondieron a Japón. En 1910, Japón anexó Corea, la convirtió
en un granero agrícola y después en una especie de anexo para
todo servicio de la industria japonesa. Cuando el imperio nipón
fue derrotado en la Segunda Guerra Mundial, abandonó en
Corea unas instalaciones modernas en materia de transportes
y de electricidad, una industria relativamente importante que
iba desde el textil hasta el armamento, pasando por la química
y la construcción mecánica, así como un sistema bancario
completo. Pero en Corea la industria no constituía un conjunto
coherente, pues había sido montada para responder a las nece-
sidades de Japón. La industrialización estaba concentrada sobre
todo en el norte (futura Corea del Norte) mientras que el sur era
esencialmente agrícola. La burguesía estaba poco desarrollada,
pues la dominación japonesa le había dejado muy poco espa-
cio. En comparación con Argentina, en la misma época, Corea
era un país netamente desfavorecido en términos de desarrollo
industrial.
En virtud de los acuerdos de Yalta, de febrero de 1945, entre
Estados Unidos, el Reino Unido y la URSS, y en particular la
parte que fijaba las condiciones de entrada de la Unión So-
viética en la guerra contra Japón, las tropas soviéticas y las
estadounidenses ocuparían Corea, los soviéticos por enci-
ma del paralelo 38 y los estadounidenses por debajo de ese

224
paralelo.272 Los soldados de la URSS fueron los primeros en
llegar, en agosto de 1945, y fueron recibidos como libertado-
res por un amplio movimiento de liberación antijaponés, or-
ganizado en una red de comités populares, que constituyeron
la base del aparato del nuevo Estado. Este emprendió de in-
mediato una serie de reformas nacionales, democráticas y an-
ticapitalistas. Entre las medidas que encontraron un profundo
eco popular figuraba una reforma agraria radical. La ulterior
evolución del régimen de Corea del Norte, su degeneración bu-
rocrática y autoritaria no debería hacernos olvidar los adelan-
tos económicos iniciales.
Al Sur de la península, las cosas se desarrollaron de otro modo.
Las tropas estadounidenses desembarcaron el 8 de septiembre de
1945, seis días después de la capitulación de las tropas japonesas
y dos días después de la proclamación en Seúl, por una asamblea
nacional de comités populares antijaponeses, de una República
Popular de Corea. Ese nuevo poder había ya desarmado a los ja-
poneses, liberado a los prisioneros políticos y detenido a los cola-
boradores antes de la llegada de las tropas estadounidenses. Sin
embargo, cuando los nacionalistas se presentaron ante el estado
mayor estadounidense para proponer su colaboración, tuvieron
una negativa como respuesta. El 9 de septiembre se estableció
el Gobierno militar de Estados Unidos en Corea (U.S. Military
Government in Korea-USAMGIK) que sería la autoridad principal
hasta 1948. En febrero de 1946, el estado mayor estadounidense
estableció un gobierno civil coreano bajo la tutela del gobierno
militar de Estados Unidos en el país. Ese gobierno civil fue presidi-
do por Syngman Rhee, un hombre político de derecha que retornó
a Corea en octubre de 1945, después de haber pasado 39 años en
Estados Unidos. Como fuerza política coreana, Washington pre-
firió poner en el poder al Partido democrático coreano (KDP), un
partido anticomunista formado legalmente durante la ocupación

272. Esta parte está inspirada especialmente en el trabajo de David Cameron (20 de
octubre de 1986). “Corée du Sud, Un miracle fragile”, Inprecor, n° 228.

225
japonesa, para representar los intereses de las clases adineradas
coreanas. Muy pronto, el KDP tuvo un lavado de cara precipita-
do bajo el nombre de Partido liberal. Al lado de Syngman Rhee,
estaban los antiguos colaboradores de los ocupantes japoneses y
el aparato del nuevo Estado conservó en gran parte a los cuadros
del tiempo de la colonia, especialmente en lo que concierne a las
fuerzas represivas. Una CIA coreana fue creada y llevaba de ma-
nera significativa el nombre de KCIA (Korean Central Intelligence
Agency). Todavía, en la actualidad, existe su recuerdo siniestro en
la memoria colectiva.
El régimen instaurado por Estados Unidos fue muy impopu-
lar. En 1946 y en 1948 la protesta llevó a levantamientos po-
pulares, que fueron duramente reprimidos. El Consejo General
de los Sindicatos Coreanos (GCKTU), dirigido por militantes
del Partido Comunista, contaba con varios centenares de miles de
miembros y estaba a la cabeza de los manifestantes. Sufrió de ma-
nera directa la represión y finalmente fue prohibido en 1948,
pero la represión continuó después de esa fecha. La Comisión
de las Naciones Unidas para Corea señalaba, en agosto de
1949, que en los ocho meses anteriores al 30 de abril de 1949,
89 710 personas habían sido detenidas en virtud del “Decreto
para la protección de la paz nacional”. Las pérdidas en vidas hu-
manas se cifraban en millares, o en decenas de millares. Muchos
líderes históricos de la lucha contra los japoneses que no tenían
relación con los comunistas fueron asesinados por el régimen
de Syngman Rhee, que había accedido al poder en 1948.
Cuando, finalmente en 1948, la partición del país fue institu-
cionalizada, con la creación de la República de Corea al sur del
paralelo 38, la gran mayoría de las fuerzas políticas del país se
opuso. En el mismo momento y como reacción, se proclamó en
el norte la República Democrática de Corea, Los dos gobiernos
reivindicaban la totalidad del territorio coreano. El 12 de di-
ciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas
reconoció el gobierno de Corea del Sur como el único apto para
representar al Estado coreano (A/RES 195 (III) de diciembre de

226
1948). Es en ese contexto que estalla la guerra de Corea en junio
de 1950, en la que el rápido avance de las fuerzas norcoreanas
en el sur respondía muy parcialmente a razones militares. En
parte era la consecuencia lógica de la falta de apoyo popular
real al régimen de Syngman Rhee. Según la historia oficial de la
guerra de Corea por parte del ejército estadounidense, el ejérci-
to surcoreano “se había desintegrado”,273 produciéndose deser-
ciones masivas.
La guerra asoló el país durante tres años y puso al mundo al
borde de una tercera guerra mundial. El ejército estadounidense
intervino masivamente, con el apoyo de sus aliados occidenta-
les: 300 000 soldados occidentales combatieron al lado del ejér-
cito surcoreano, con la autorización del Consejo de Seguridad
de las Naciones Unidas, que imputaba la responsabilidad de la
agresión a las fuerzas de Corea del Norte. Además, el Consejo
de Seguridad pidió a los miembros de las Naciones Unidas su-
ministrar toda la ayuda necesaria al gobierno de Corea del Sur
(Resoluciones 82 (25 de junio), 83 (27 de junio) y 84 (7 de julio)
del Consejo de seguridad, año 1950).
¿Cómo podía ser que el Consejo de Seguridad de la ONU llegara
hasta ese extremo, cuando China y la Unión Soviética eran miem-
bros permanentes con derecho de veto? Desde que China popular
fue excluida del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas des-
pués de la victoria de la revolución china, fue el representante del
régimen anticomunista de Taiwán, dirigido por Chiang Kai-shek,
el que obtuvo el derecho de representar a China desde 1949 hasta
1971. Votó en el Consejo de Seguridad, lógicamente, a favor de
la intervención en Corea. La Unión Soviética, en el contexto de la
Guerra Fría, decidió llevar a cabo la política de boicot, ya que no
participaba en el Consejo de Seguridad y por lo tanto no podía
ejercer su derecho de veto a la intervención militar en Corea.

273. Roy E. Applemanb (1992). South to the Naktong, North to the Yalu, Center of Mi-
litary History United States Army, Washington, D. C., p. 18 . Disponible en https://
history.army.mil/books/korea/20-2-1/toc.htm

227
Las tropas lideradas por Estados Unidos se enfrentaron al
ejército norcoreano y a un importante contingente chino (entre
500 000 y 800 000 hombres). El balance en vidas humanas fue
enorme: 3 millones de muertos entre la población coreana. En
el curso de la guerra, el régimen de Syngman Rhee recurrió a una
feroz represión contra la izquierda surcoreana. Algunas fuentes
mencionan la cifra de 100 000 ejecuciones o asesinatos de mi-
litantes opuestos al régimen.274 El armisticio del 27 de julio de
1953 dejó a las tropas de los dos bandos prácticamente en el
punto de partida, a ambos lados del paralelo 38.

Burguesía coreana bajo la tutela del Estado


Dejado en posesión de una industria atrasada y de un sistema
financiero que había estado en manos de los japoneses,275 el go-
bierno de Syngman Rhee se sirvió de todo eso, con la bendición
del gobierno militar estadounidense en Corea (USAMGIK), para
recompensar y consolidar la lealtad del estrato de propietarios
que constituía su clientela política. Los nuevos industriales
prosperaron, no gracias a sus propias inversiones, pues casi no
disponían de capitales propios, sino gracias a los ingresos del
impuesto y, sobre todo, a los subsidios estadounidenses que la
dictadura redistribuía con largueza. Una política rigurosamente
proteccionista los puso, por otra parte, al abrigo de la com-
petencia exterior. Más tarde, la dictadura de Park Chung-Hee
(1961-1979) crearía los conglomerados industriales y financie-
ros, los chaebols.
Primera conclusión: La burguesía coreana se desarrolló a la
sombra del Estado. Este la tutelaba y la protegía.

274. La cifra de 100 000 muertos está sacada del libro de Gregory Henderson, en
esa época, diplomático en Corea, The Politics of the Vortex, Harvard University Press,
Cambridge (Mass.), 1968.
275. Antes de 1945, más del 90 % de la inversión total en la economía coreana, sin
contar la agricultura, estaba en manos de los japoneses.

228
La ayuda financiera externa proveniente
de Estados Unidos
Un hecho del todo ocultado por el Banco Mundial: Corea no
recurrió en absoluto al empréstito externo durante los primeros
17 años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y luego solo
se endeudó moderadamente hasta 1967. Entre 1945 y 1961,
Corea no se endeudó ni recibió inversiones extranjeras. Según
los criterios del Banco y del pensamiento neoclásico, tal situa-
ción constituía una anomalía.
En cambio, durante el mismo período, recibió en forma
de donaciones de Estados Unidos más de 3100 millones de
USD.276 Esa suma representa toda la aportación exterior reci-
bida. El monto es considerable: es más del doble de lo que el
trío Bélgica-Luxemburgo-Países Bajos recibió durante el Plan
Marshall, un tercio más de lo que recibió Francia, un 10 %
más que el Reino Unido. Las donaciones recibidas por Corea,
entre 1945 y 1961, son superiores al total de los préstamos
otorgados por el Banco Mundial al conjunto de los países
en desarrollo que lograron su independencia (excluidas las
colonias).
A partir de 1962, Corea se endeudó, con prudencia. Entre
1962 y 1966, las donaciones de Estados Unidos constituían
aún el 70 % del total de los capitales ingresados al país, repre-
sentando los préstamos el 28 % y las inversiones extranjeras el
2 %. Fue a partir de 1967 que los ingresos de capitales tomaron
principalmente la forma de préstamos de bancos extranjeros,
en su mayoría japoneses. Y las inversiones extranjeras no fueron
importantes hasta finales de los años ochenta, cuando Corea ya
había logrado su industrialización.
Segunda conclusión: La industrialización inicial de Corea no
dependió, en absoluto, de los préstamos externos ni de las in-
versiones extranjeras.

276. Kim Mahn-je, “The Republic of Korea’s successful Economic Development and
the World Bank”, en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 2, p. 25.

229
Reforma agraria y acción coercitiva del Estado
sobre los campesinos
Al acabar la Segunda Guerra Mundial, la parte sur de Corea era
aún un país fundamentalmente agrario. La población rural re-
presentaba el 75 % de la población total, hasta el comienzo de
los años cincuenta.
Las autoridades militares estadounidenses de ocupación pro-
cedieron entonces a una reforma agraria radical para contrarres-
tar la propaganda comunista.277 Los latifundios expropiados,
sin indemnización a los japoneses,278 pero con indemnización
a los terratenientes coreanos, fueron desmantelados y la masa
de campesinos se encontró propietaria de modestas parcelas
de tierra279 (¡la propiedad no podía ser superior a 3 hectáreas
por familia!).280 El Estado intervino de forma activa y coercitiva.
La renta que los campesinos antes pagaban a los grandes pro-
pietarios fue reemplazada por impuestos que debían abonar al
Estado. De hecho, este echó mano de los excedentes agrícolas
que antes se apropiaban los terratenientes. También, el Estado
impuso a los campesinos un volumen mínimo de producción
para ciertos productos, que debía ser entregado a los organis-
mos estatales a un precio fijado por las autoridades. El precio
era muy bajo, a menudo inferior al precio de coste.281 Se calcula

277. “La reforma también eliminó el último problema que la izquierda habría podido
tomar como una de sus bases, parar atraer un sostén importante de las poblaciones
rurales de Corea”. David C. Cole y N. Lyman, Princeton (1971). Korean development,
The Interplay of Politics and Economics, Cambridge, Harvard University Press, p. 21 Ci-
tado por Anne O. Krueger (1979). Studies in the modernization of the Re­public of Korea:
1945-1975. The Development Role of the Foreign Sector and Aid, Council on East Asian Studies,
Harvard Univer­sity, Cambridge, Massachusetts y Londres, Inglaterra. p. 21.
278. El 40 % de las tierras cultivadas estaban en posesión de los japoneses.
279. El mismo tipo de reforma se aplicó en Taiwán.
280. Anne O. Krueger (1979). Studies in the modernization of.., ed. cit.,p. 20.
281. Para aumentar sus ingresos, los campesinos incrementaron fuertemente su pro-
ductividad y el volumen de la producción, en especial hacia los productos cuyos pre-
cios seguían libres (frutas, por ejemplo).

230
que “el precio de compra del arroz, hasta 1961, no permitía a los
campesinos cubrir el conjunto de los costes de producción, y que
permanecieron muy inferiores al precio de mercado hasta 1970.
Hasta 1975, las oficinas de comercialización públicas controla-
ban por lo menos el 50 % de las cantidades de arroz puestas en
el mercado, y esa cantidad llegaba al 90 % para la cebada”.282
En resumen, a cambio del acceso a la propiedad de la tierra,
el campesino coreano, liberado de los grandes latifundios, tuvo
que trabajar para el Estado.
Tercera conclusión: El Estado intervino de manera despótica
imponiendo una reforma agraria radical —para minar el terreno
a los comunistas—, basada particularmente en la expropiación,
sin indemnización, a los terratenientes japoneses. Los campesi-
nos se vieron sometidos a una presión muy fuerte por parte del
Estado.

Utilización de los excedentes agrícolas


en beneficio de las ciudades y de la industrialización
El Estado, que fijaba los precios de compra (al campesino) y de
venta (al consumidor), proveía alimentos a precios subvenciona-
dos (bajos, comenzando por el arroz) a los sectores sociales que
consideraba estratégicos, como la enorme burocracia estatal. Por
otra parte, poner el tazón de arroz al alcance, en particular, de la
población urbana del naciente proletariado industrial, le permitía
mantener los costes salariales a un nivel límite. Además, invertía
los impuestos y contribuciones, pagados por los campesinos, en
infraestructuras de comunicaciones, electricidad e industria.
Como dice Jean-Philippe Peemans, a propósito del esfuerzo
impuesto al campesinnado:
“No se trata, de ninguna manera, en absoluto, de una acu-
mulación virtuosa basada en las virtudes del mercado, sino de

282. Véase Jean-Philippe Peemans (2002). Le développement des peuples face à la modernisa-
tion du monde, Academia-Bruylant/L’Harmattan, Lovaina-la Nueva / París, p. 373.

231
una enorme acumulación primitiva basada en los métodos más
coercitivos para construir la ‘virtud’ a la fuerza”.283
Cuarta conclusión: El Estado no permitió el libre juego de las
fuerzas del mercado para fijar los precios, los fijaba por decreto.
Quinta conclusión: El Estado impuso una pesada carga fiscal
sobre el campesinado. Los neoliberales denuncian habitualmen-
te la “pasión impositiva” del Estado. Corea del Sur es un buen
ejemplo.

Utilización de la ayuda financiera externa


Dos fuentes principales alimentaron los cofres del Estado co-
reano: los impuestos y las tasas (fundamentalmente provenien-
tes del campesinado) y la ayuda exterior ofrecida por Estados
Unidos. Hay que precisar que, hasta 1961, una parte de esta
consistía en excedentes agrícolas estadounidenses (representaba
alrededor del 40 % de la ayuda), y no ingresaba, como es lógico,
en las arcas del Estado. El resto, al contado, se empleaba en el
pago de los bienes importados de Estados Unidos, una parte
de los cuales estaba constituida por material de equipamiento
para la industrialización del país. El 71 % de las inversiones efec-
tuadas por el Estado se financiaron, hasta 1961, con la ayuda
estadounidense.284 Es así mismo importante tener en cuenta
una ayuda militar, nada despreciable, que representaba más de
1500 millones de dólares.285 Una gran parte de la misma sirvió
para la construcción de carreteras, puentes y otras obras de in-
fraestructura que se requerían para la producción industrial. Por
último, hay que añadir los pedidos del cuerpo expedicionario

283. Ibídem, p. 374.


284. Bank of Korea, National Accounts (1987), citado por Kim Mahn-je, “The Re-
public of Korea’s successful Economic Development and the World Bank”, en Kapur,
Lewis y Webb, ob. cit., vol. 2, p. 25.
285. Según Kim Mahn-je, entre 1953 y 1961, la ayuda militar de Estados Unidos en
forma de donaciones había llegado a 1561 millones de dólares. Y podría haber sido
de 1785 millones de dolares.

232
estadounidense en Vietnam: a principios de los años setenta
estos representaban el 20 % de las exportaciones surcoreanas.
Sexta conclusión: Corea del Sur se benefició de una ayuda ex-
terior masiva proveniente de Estados Unidos. Solo unos pocos
países recibieron un tratamiento similar: Taiwán, en particular,
e Israel.

Industrialización por sustitución de importaciones


El desarrollo industrial de los años cincuenta se organizó esen-
cialmente en torno a la producción de bienes para la sustitución
de importaciones, con el fin de satisfacer las necesidades del
mercado interno, en particular de los sectores agroalimentario y
textil, que entre los dos representaban, en el año 1955, el 55 %
de la producción industrial. Esta estaba centrada en la transfor-
mación del algodón y en la elaboración de azúcar y de harina
de arroz. El sector manufacturero no representaba entonces, en
1955, más que el 10 % del PNB.
Séptima conclusión: Corea aplicó una política de industriali-
zación por sustitución de importaciones en los años cincuenta,
que reforzaría en la década siguiente.

La política económica de la dictadura militar


de Park Chung-Hee (1961-1979)286
La dictadura corrupta de Syngman Rhee fue derrocada por la su-
blevación urbana iniciada en abril de 1960 por los estudiantes.

286. Para un análisis del régimen de Park Chung-hee, véase especialmente Paik
Nak-chung, Discurso con ocasión de la apertura de la conferencia internacional de
Estudios coreanos celebrada en la Universidad de Wollongong, Australia, 10-13 de no-
viembre de 2004 sobre el tema “La era Park: una nueva evaluación después de 25
años”. La conferencia de Paik Nak-chung está disponible en francés, en inglés y en
coreano (https://bit.ly/3m4vV35). Véase también la web de la editorial Changbi
(https://bit.ly/3dQPreY) Paik Nak-chung, director de la editorial coreana Changbi,
fue víctima de la represión durante la dictadura de Park. Changbi fue cerrada bajo
la dictadura del general Chun Doo-hwan, de 1980 a 1987.

233
Se desarrolló rápidamente una profunda corriente de centraliza-
ción política en el seno de las masas urbanas movilizadas bajo la
consigna central “unificación pacífica de toda Corea”, lanzada y
llevada adelante por los estudiantes en 1960.
El freno a la movilización lo puso el golpe de Estado del gene-
ral Park Chung-Hee, que implantó una dictadura militar, refor-
zando aún más la intervención estatal en la economía. El nuevo
régimen nacionalizó el sistema financiero, desde los principales
bancos hasta la más pequeña compañía de seguros, y lo convir-
tió en el brazo secular de su intervencionismo económico.
A partir de 1962, la financiación exterior evolucionó pro-
gresivamente, pero las donaciones siguieron siendo su fuente
principal hasta 1966. Estados Unidos presionó a Corea para
que reanudara las relaciones económicas con Japón, con el cual
firmó un acuerdo por diez años (1965-1975), que preveía una
ayuda económica de 500 millones de dólares, de los cuales, 300
millones fueron como donaciones.
Corea contrató su primer préstamo con el Banco Mundial en
1962, y firmó un primer acuerdo con el FMI en 1965 (bajo la pre-
sión de Estados Unidos). La voluntad de colaboración de Corea
con el Banco se basaba en objetivos más políticos que económi-
cos. Posteriormente, Mahn-Je Kim, viceprimer ministro y ministro
de Planificación Económica bajo la dictadura de Chun Doo-Hwan,
en los años ochenta,287 y luego presidente de una empresa siderúr-
gica (POSCO), se congratuló de las buenas relaciones con el Banco
Mundial y pintó un balance positivo del régimen militar. Escribió
sin tapujos que el Banco había ayudado al dictador Park a ganar
apoyos tanto en el plano nacional como en el internacional:
Semejante reconocimiento por el Banco —la principal autoridad
entre los organismos internacionales de desarrollo— tuvo una
influencia positiva en las relaciones internacionales de Corea,
pero aún más en el nivel nacional. En efecto, este reconocimien-
to justificó plenamente la existencia de un gobierno dictatorial

287. También ocupó cargos ministeriales en los años noventa durante la presidencia
de Kim Young Sam.

234
ante la opinión pública coreana, dado que estaba al servicio del
desarrollo económico.288
No se puede ser más claro sobre la complicidad del Banco
Mundial con la dictadura.
El general Park Chung-Hee trató de ganar autonomía respec-
to a Washington en materia de política económica. El recurso
a los préstamos del Banco Mundial a partir de 1962, y luego,
desde 1967, sobre todo con bancos extranjeros privados, era
parte de esa voluntad de disminuir progresivamente la depen-
dencia de Corea de la financiación proveniente de Estados Uni-
dos. Esto convenía también a Washington, que a partir de 1963
empezó a tomar medidas para limitar la salida de dólares.
Octava conclusión: El Banco Mundial apoyó la dictadura de
Park Chung-Hee, quien utilizó ese sostén con fines internos y
externos para consolidar su posición.
El general Park Chung-Hee aplicó una política de industriali-
zación acelerada bajo la dirección de una planificación autori-
taria. El primer plan quinquenal se lanzó en 1962. Corea aplicó
un proteccionismo estricto tanto sobre su producción agrícola
(prohibición de importar arroz) como sobre la industrial. A me-
diados de la década de los sesenta, el país ya estaba dotado
de una industria ligera que satisfacía el mercado interno y ga-
naba cuotas de mercado en el exterior. Se trataba en esencia
de artículos elaborados por una industria que empleaba mucha
mano de obra de bajo coste, que transformaba o montaba bie-
nes importados. La dictadura quería modificar radicalmente la
situación consolidando la industrialización. Reforzó en primer
lugar el modelo de sustitución de importaciones y Corea inten-
tó producir ella misma lo que importaba. A tal efecto, a partir
de finales de los años sesenta se dotó de una industria pesada de
producción de acero y de bienes de equipamiento (máquinas
herramienta, cadenas de montaje, turbinas), así como de una

288. Kim Mahn-je, “The Republic of Korea’s successful Economic Development and
the World Bank”, en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 2, p. 46.

235
industria petroquímica. El régimen de Park no se detuvo allí,
pretendía también orientar la producción a la exportación.
El Estado favoreció el desarrollo de chaebols, amplios conglo-
merados creados a partir de un número limitado de sociedades
privadas, seleccionadas por Park, para constituir la punta de
lanza de la nueva industria. Estos chaebols son conocidos hoy en
el mundo entero: Samsung, Hyundai, Lucky Goldstar, Daewoo,289
Kia, etc. Los chaebols se beneficiaron, año tras año, de aportacio-
nes financieras del Estado, considerables y prácticamente gratui-
tas. Los préstamos que el régimen o sus bancos contraían (a tipos
de mercado), en general con bancos estadounidenses, antes de
que Japón ocupara el primer lugar en los años setenta, sirvieron
para brindar a los chaebols fuentes de capital casi inagotables, a
tipos de interés que desafiaban cualquier competencia, incluso a
veces a fondo perdido. A todo esto, se sumaron las subvenciones
directas del Estado. Este, de hecho, asumió el control de la eco-
nomía por intermedio de una Oficina de Planificación. Y dirigió
con mano de hierro todas las opciones de desarrollo tomadas
por los chaebols.
Los planes quinquenales se sucedieron. En el primero (1962-1966)
se dio prioridad al desarrollo energético, los abonos, el textil, el
cemento. En el segundo (1967-1971) se puso el acento en las
fibras sintéticas, la petroquímica, el equipamiento eléctrico. El
tercero (1972-1976) se centró en la siderurgia, el equipamiento
del transporte, los electrodomésticos, la construcción naval.
Novena conclusión: El Estado planificó con mano de hierro el
desarrollo económico del país. En cierto modo, creó la clase capi-
talista coreana.

289. Pierre Rousset describió en 1984 la evolución fulgurante del grupo Daewoo: “So-
lamente este grupo emplea a 70 000 trabajadores a pesar de que solo haga 17 años
de su formación a partir de una pequeña empresa textil. Gracias al apoyo de Park
Chung-Hee, Kim Woochong construyó un imperio en el comercio, la construcción
naval, la construcción, el automóvil, el textil, las finanzas, las telecomunicaciones,
la electrónica, la confección. Posee en Pusan la mayor fábrica textil del mundo y en
Oskpo un astillero ultramoderno. Comienza obras considerables en Oriente medio.
Actualmente, invierte en los semiconductors”, Pierre Rousset (octubre de 1984). “La
Corée du Sud, second Japon?”, en Croissance des jeunes nations, n° 265, París.

236
Las reticencias del Banco Mundial
Al principio, el Banco Mundial consideró que la voluntad de
Corea de dotarse de una industria pesada era prematura290 e
intentó disuadir al gobierno, sin éxito. Ante la insistencia de Seúl
y preocupado por mantener una influencia en el país, cambió
de estrategia y apoyó la política de industrialización por sustitu-
ción de importaciones. Por esa época, Robert McNamara llegó
a la presidencia del Banco (1968) y su economista jefe, Hollis
Chenery, no se opuso a que los PED recurrieran a la sustitución
de importaciones.291
La argumentación de los coreanos era la siguiente: 1) Debe-
mos dotarnos de una industria pesada (metalurgia, petroquí-
mica) y fabricar los bienes de equipamiento a fin de alimentar
nosotros mismos nuestra industria liviana, reducir las impor-
taciones y mejorar nuestra balanza de pagos. 2) En el merca-
do mundial, los países competidores pueden ganar con rapidez
cuotas de mercado, pues están en condiciones de producir las
mismas mercaderías que nosotros a menor coste empleando
mano de obra más barata que la nuestra. Por ello, es necesa-
rio que nos dotemos de una industria pesada para diversificar
nuestras exportaciones con productos de mayor valor agrega-
do, incorporando más componentes elaborados en el país. Los
otros países tendrán mucha dificultad en competir con nosotros
en ese campo. 3) Aparte del desarrollo de la industria pesada,
haremos un gran esfuerzo en materia de tecnología y aumenta-
remos de manera creciente la inversión en educación superior e
investigación. 4) Al principio, nuestra industria pesada no será
competitiva frente a los competidores extranjeros que tengan
acceso a nuestro mercado interior; en consecuencia, debemos
proteger nuestra industria naciente y cerraremos las fronteras
a la competencia exterior. 5) El Estado debe utilizar el dinero
público para financiar y controlar todo esto.

290. Kim Mahn-je, “The Republic of Korea’s successful Economic Development and
the World Bank”, en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 2, p. 33.
291. Véase el capítulo precedente “Las falsedades teóricas del Banco Mundial”.

237
A mediados de los años setenta, cuando Corea lograba do-
tarse de una potente industria pesada, el Banco Mundial vol-
vió a poner en duda la estrategia seguida. Consideraba que el
país era demasiado ambicioso y sugirió que redujera el esfuer-
zo en ese sector.292 Las autoridades coreanas no siguieron sus
recomendaciones.
El ejemplo más espectacular de esa política fue el programa
de desarrollo de la industria pesada entre 1977 y 1979. Durante
dos años, el Estado le dedicó el 80 % de todas sus inversiones.
Su financiación fue asegurada por un colosal crecimiento del
endeudamiento de la economía, tanto del Estado como de la
banca y las empresas privadas, así como por la congelación de
todos los fondos de pensiones y la utilización forzada de una
parte del ahorro privado.293
Mahn-Je Kim describió en lenguaje diplomático, no sin cierta
ironía, la actitud de los economistas del Banco:
Hay que señalar la flexibilidad de los economistas del Banco
Mundial. Eran típicos economistas neoclásicos que ponían por
delante la supremacía del mercado y en gran medida contribu-
yeron a convencer a los representantes del poder coreano de
la pertinencia de la economía de mercado. En general, no eran
economistas dogmáticos y sabían cómo hacer coincidir la doc-
trina con las exigencias del mundo real.294
Kim Mahn-je se refería al período que llega hasta principios
de los años ochenta.
Décima conclusión: Corea del Sur se negó a seguir las reco-
mendaciones del Banco Mundial.

292. Kim Mahn-je, ob. cit., p. 35.


293. Véase Lutte de Classe, n° 26, marzo de 1997, “Corée du Sud-Du mythique ‘mi-
racle économique’ aux traditions de lutte de la classe ouvrière”.
294. Kim Mahn-Je, ob. cit., p. 35.

238
Transformaciones sociales de 1960 a 1980
Durante la dictadura de Park Chung-Hee, la sociedad surcorea-
na cambió profundamente. La población urbana pasó de 28 %
en 1960 a 55 % en 1980. La capital, Seúl, duplicó su población
entre 1960 y 1970, que pasó de 3 a 6 millones de habitantes, y en
1980 rozaba los 9 millones. La estructura de la población activa
se modificó radicalmente. En 1960, el 63 % trabajaba en la agri-
cultura, el 11 % en la industria y la minería, y el 26 % en servicios.
Veinte años después, las proporciones cambiaron de la siguiente
manera: 34 % en la agricultura, 23 % en la industria y la minería
y 43 % en servicios. En 1963 el país contaba con 600 000 traba-
jadores industriales, en 1973, estos eran 1,4 millones y en 1980
superaban los 3 millones, la mitad de los cuales eran obreros
cualificados. Estaban sometidos a un grado extremo de explota-
ción: en 1980, el coste salarial de un obrero coreano representa-
ba un décimo del coste de un obrero alemán, la mitad del de un
mexicano, un 60 % del de un brasileño. Uno de los ingredientes
del milagro coreano fue la sobreexplotación de la mano de obra
industrial. La semana laboral de un obrero coreano era en 1980
la más larga de todo el mundo. No había salario mínimo legal.
Después de la derrota del Consejo General de Sindicatos Corea-
nos (GCKTU) entre 1946 y 1948, los asalariados no tuvieron
derecho a tener un verdadero sindicato. El régimen de Syngman
Rhee había creado en 1946, con el apoyo de Estados Unidos (y
de la central sindical estadounidense AFL-CIO), la Federación
Coreana de Sindicatos (FKTU), que fue la única central sindical
legal del país hasta los años noventa. La FKTU era una simple
correa de transmisión de la dictadura y de la patronal. La clase
obrera estaba casi totalmente amordazada, al menos hasta los
años ochenta.
Además de la clase obrera fabril, otros actores sociales se
afirmaron. En 1980 había 100 000 ingenieros y 130 000 téc-
nicos. La población de la enseñanza superior eclosionó: había
cerca de un millón de estudiantes en ese mismo año.

239
Undécima conclusión: La estructura social entre 1960 y
1980 cambió profundamente, acercándose a la de los países
industrializados.
Duodécima conclusión: La dictadura impidió a la clase obre-
ra organizarse en sindicatos y la reprimió con dureza. Uno de los
ingredientes del milagro coreano fue la sobreexplotación de
los trabajadores.

De la dictadura de Park Chung-Hee


a la de Chun Doo-Hwan
A lo largo de toda la dictadura de Park, a pesar de la represión,
estallaron grandes movimientos de protesta donde los estudian-
tes desempeñaron un papel de primer plano. Fue el caso, en par-
ticular, de las grandes manifestaciones de 1965 contra la firma
del tratado de paz con Japón, y en 1972 contra la promulgación
de la ley marcial y la nueva Constitución, que permitía al dictador
seguir en el poder hasta su muerte.
Las manifestaciones de estudiantes de octubre de 1979 de-
sencadenaron una crisis del régimen que se saldó con el asesina-
to de Park Chung-Hee. Una gran manifestación de estudiantes
en la ciudad industrial de Pusan, el 16 de octubre, derivó en un
enfrentamiento con la policía al día siguiente. El gobierno pro-
clamó de inmediato el estado de excepción en la ciudad y envió
una división de infantería. A pesar de esta medida, las manifes-
taciones se propagaron a otras ciudades, como Masan, también
industrial y sede de muchas empresas exportadoras. Numerosos
obreros se sumaron a las acciones en la calle y Park declaró el
estado de sitio también en Masan. Durante los cuatro días de
enfrentamiento fueron detenidas 4207 personas. Las manifes-
taciones se extendieron a la capital, Seúl.295 El 26 de octubre,

295. Véase Jun Yasaki (26 de junio de 1980). “La crise du régime sud-coréen et le
soulèvement de Kwangju”, Inprecor, n° 80, p. 25.

240
el dictador fue abatido por los disparos de su colaborador más
próximo, Kim Jae Kyu, director de la KCIA, la Agencia Central de
Inteligencia de Corea, que había juzgado que desembarazándo-
se de Park sería posible controlar la situación.
Al día siguiente de la muerte de Park, el ejército estaba di-
vidido: un sector insinuaba la perspectiva de cierta “liberaliza-
ción” del régimen, pero la movilización proseguía. A principios
de diciembre de 1979, la mayor parte de los presos políticos
(algunos purgaban largas penas de prisión) fueron liberados.
El 12 de diciembre, golpe de teatro: el mayor general Chun
Doo-Hwan intentó con éxito un putsch en el seno del ejército,
hizo arrestar a su principal rival, el general Ching, y tomó el con-
trol total del ejército. La movilización proseguía. El 14 de abril
de 1980, Chun Doo Hwan, que conservaba sus funciones de
jefe del ejército, fue nombrado director de la KCIA por el jefe del
Estado. Continuaban las movilizaciones.
El retorno a la dictadura militar pura y dura tuvo lugar el 18
de mayo de 1980. Se desencadenó una brutal represión: todos
los jefes de la oposición fueron arrestados, lo que provocó gran-
des estallidos sociales cuyo punto culminante fue la insurrec-
ción urbana de Kwangju.
Inmediatamente después de la promulgación de una nueva ley
marcial, el 18 de mayo de 1980, varios miles de estudiantes de
la Universidad de Chonam en Kwangju salieron a la calle. El go-
bierno envió regimientos de paracaidistas, que asesinaron a ma-
nifestantes, entre ellos a chicas jóvenes, con las bayonetas. Al día
siguiente, más de 50 000 personas se enfrentaron con el ejército,
muriendo 260 de ellas en el curso de los combates. Después de
cuatro días de lucha encarnizada, el número de insurgentes llegó
a los 200 000, en una ciudad de alrededor de 750 000 habitan-
tes, y, finalmente, tomaron el control de la ciudad. Los amoti-
nados, enfurecidos porque las emisoras de radio no informaban
sobre su lucha, debido a la censura impuesta por la ley marcial,
las incendiaron. Se apoderaron de las armas abandonadas por el

241
ejército en su repliegue y organizaron comités de control y de ad-
ministración de la ciudad. El 23 de mayo, toda la provincia de
Cholla, en el sur del país, estaba en manos de los estudiantes
y de la población sublevada.
Los estudiantes de Kwangju se apoderaron de autobuses y
camiones y, armas en mano, se dirigieron a las otras ciudades,
una tras otra, propagando el movimiento. Mientras nuevas tro-
pas gubernamentales se aproximaban a Kwangju, los insurrec-
tos constituyeron un comité de crisis a fin de negociar con las
autoridades encargadas de imponer la ley marcial. Exigían que
presentaran excusas al pueblo de Kwangju por las atrocida-
des cometidas, que pagaran indemnizaciones por los heridos y
muertos, que no tomaran represalias, que los jefes militares no
hicieran avanzar las tropas hasta que se llegara a un acuerdo.
A pesar de esas negociaciones, unos 17 000 hombres tomaron
por asalto la ciudad al alba del día 27 de mayo y la ocuparon.
Varios centenares de estudiantes y vecinos de la ciudad murie-
ron en el combate.296
La represión, que se efectuó con la bendición del ejército
estadounidense y de Washington,297 alcanzó, en los meses si-
guientes, a todo el país. Según un informe oficial con fecha del
9 de febrero de 1981, más de 57 000 personas fueron apresadas
con ocasión de la “Campaña de purificación social” puesta en
marcha en el verano de 1980. Cerca de 39 000 de ellas fueron
enviadas a campos militares para una “purificación física y psi-
cológica”.298 En febrero de 1981, el dictador Chun Doo-Hwan

296. Las cifras concernientes a la cantidad de pérdidas en vidas humanas de parte de


los manifestantes varía mucho. El cálculo menos fiable, el de las autoridades, mencio-
naba la cifra de 240 muertos. Otras fuentes mencionaban de 1000 a 2000 muertos.
El New York Times del 28 de mayo de 1980 afirmaba que 50 paracaidistas murieron en
un solo combate. Véase Kim Chang Soo (16 de marzo de 1981). “Le Soulèvement de
Kwangju”, Inprecor, n° 97, pp. 35-39).
297. Jun Yasaki (26 de junio de 1980). “La crise du régime sud-coréen et le soulève-
ment de Kwangju”, Inprecor, n° 80, p. 25. También en Kim Chang Soo, ob. cit.
298. Kim Chang Soo, ob. cit., p. 35.

242
fue recibido en la Casa Blanca por el nuevo presidente de Esta-
dos Unidos, Ronald Reagan.299

Washington permitió la masacre de 1980


Las fuerzas armadas de la República de Corea estaban colocadas
bajo el mando conjunto coreano-estadounidense, y este a su vez bajo
el control del comandante en jefe de las fuerzas de Estados Unidos en
Corea del Sur. Solo escapaban a esta regla el comando de la guarni-
ción de la capital y un sector de los paracaidistas, que estaban bajo
la autoridad directa del presidente. El grueso del ejército coreano no
podía ser movilizado sin la autorización del comandante en jefe de las
fuerzas estadounidenses. En el momento de la sublevación en Kwangju,
en mayo de 1980, las tropas de la guarnición de la capital estaban
ocupadas en mantener el orden en Seúl, y las unidades de paracaidis-
tas se habían enviado a Kwangju. Si ocurrían nuevos alzamientos —de
amplitud igual o superior— el gobierno carecía de fuerzas de reserva
bajo su autoridad directa.
Por esa razón, el gobierno estadounidense, en respuesta al pedido
del gobierno surcoreano, rápidamente puso a su disposición una parte
de las tropas que estaban bajo la autoridad del mando conjunto. Solo
así fue posible el envío a Kwangju, el 19 de mayo, de la 31.ª división.
En el momento del asalto final, cuatro regimientos —7800 hombres—
fueron retirados del mando conjunto para ser enviados a Kwangju.
Además, el portaaviones estadounidense Coral Sea, que navegaba
hacia Oriente Medio, recibió órdenes de cambiar de rumbo y dirigirse
a la península coreana.
Cuando los estudiantes de Kwanju enviaron un mensaje desespe-
rado al presidente demócrata Jimmy Carter300 para pedirle que inter-
viniera en defensa de sus derechos, Estados Unidos ignoró el pedido

299. Ronald Reagan fue presidente de Estados Unidos desde 1981 hasta 1988.
300. Jimmy Carter fue presidente de Estados Unidos de 1977 a 1980. Durante su
mandato varios aliados de Estados Unidos cayeron o fueron desestabilizados: el Sha
huyó en febrero de 1979 ante una revuelta popular, el dictador Anastasio Somoza fue
derrocado en julio de ese mismo año por la revolución sandinista, la dictadura corea-
na estuvo desestabilizada entre octubre de 1979 y mayo de 1980. Ya era demasiado,
era necesario conservar a cualquier precio ese aliado estratégico. No obstante, Jimmy
Carter se transformó en el adalid de los derechos humanos en política internacional.

243
con el pretexto de que “no había sido transmitido por los canales
oficiales”. ¿Cuáles son los canales oficiales en el caso de una ciudad
sitiada? The Washington Post del 1.° de junio de 1980 informó que
un importante funcionario estadounidense había declarado: “No se
trata de una cuestión de derechos humanos. Es una cuestión que
afecta al interés nacional de los Estados Unidos en la realización y el
mantenimiento de la estabilidad en el Noreste de Asia”. Conviene se-
ñalar que también el gobierno japonés se alineó con Chun Doo-Hwan
contra el pueblo surcoreano.

Decimotercera conclusión: Un potente movimiento social


antidictatorial encabezado por los estudiantes se enfrentó a la
dictadura. Después del asesinato de Park (octubre de 1979) y
un breve intervalo democrático, se implantó una nueva dictadu-
ra feroz, que desencadenó una sangrienta represión en mayo de
1980, con el apoyo de Washington y de Tokio.

La política económica del dictador Chun Doo-Hwan


(1980-1987)
Después del asesinato del dictador Park Chung Hee y la instau-
ración de la dictadura del general Chun Doo-Hwan, la orien-
tación económica no cambió esencialmente. Corea del Sur,
que se había endeudado mucho en el curso de los años setenta
con los bancos extranjeros, en su mayor parte japoneses, sufrió
con más dureza que los otros PED el shock del alza brusca de
los tipos de interés, pues sus deudas eran a interés variable. En
1983, Corea del Sur ocupaba el cuarto lugar en la lista de los
países más endeudados en valores absolutos (43 000 millones
de dólares), solo superada por Brasil (98 000 millones), México
(93 000 millones) y Argentina (45 000 millones), pero una vez
más su situación geoestratégica le valió un trato diferente al de
los demás países en desarrollo. Japón acudió en su ayuda otor-
gándole 3000 millones de dólares, en concepto de reparaciones

244
de guerra, que Corea utilizó para cumplir el reembolso de la
deuda con los banqueros japoneses. Esto le permitió salvarse
de tener que apelar al FMI y plegarse a sus condiciones draco-
nianas.301 Por su parte, el gobierno japonés evitó de ese modo
la quiebra de algunos de sus bancos y obtuvo de Corea del Sur
mayores facilidades de inversión.
Decimocuarta conclusión: Al contrario de la versión del
Banco Mundial, el recurso masivo al endeudamiento externo
con bancos privados casi le costó muy caro a Corea del Sur. Si
no hubiera ocupado un lugar de primera importancia geoes-
tratégica para Estados Unidos y Japón, habría podido correr la
misma suerte que Argentina, Brasil y México, países que tuvie-
ron que someterse a las condiciones del FMI. Como veremos,
Corea pudo seguir una vía parcialmente independiente de de-
sarrollo hasta los años noventa.
El país también fue afectado por el segundo shock petrolero de
1979 (aumento del precio del petróleo provocado por la revolu-
ción iraní y el derrocamiento del Sha), pero encajó el golpe. Man-
tuvo el control autoritario de la economía: el gobierno impuso a
la industria la lista de productos que podía fabricar. Decidió rees-
tructurar la industria de fabricación de vehículos de transporte y
encomendó a dos chaebols la producción de automóviles. El Banco
Mundial se opuso a esta orientación y recomendó a Corea que
abandonara la producción de vehículos terminados y se concen-
trara en la fabricación de repuestos destinados a la exportación. El
Banco argumentó que los automóviles coreanos no se venderían.

301. “Corea del Sur se benefició también de una ayuda especial del gobierno japonés
a título formal de reparaciones. El hecho de que el tratado firmado después de la
guerra haya permanecido aletargado durante muchos años no preocupó a ninguna
de las dos partes. El gobierno japonés sabía muy bien que una donación de tres mil
millones de dólares a Corea, para permitirle seguir reembolsando su elevada deuda
externa, beneficiaría a la larga los intereses de las empresas japonesas que habían
invertido en el país y tenían participaciones en las empresas coreanas. Mientras que
la crisis de la deuda se extendía, el gobierno coreano no tuvo jamás necesidad de
negociar con los banqueros extranjeros ni con el FMI”. John Stopfford y Susan Strange
(1991). Rival States, Rival Firms: Competition for World Market Shares, Cambridge Stu-
dies in International Relations, nº serie 18, p. 46.

245
Las autoridades coreanas no dieron el brazo a torcer. Resul-
tado: a mediados de los años ochenta, la compañía coreana
Hyundai (controlada al 100 % por capital coreano privado con
el apoyo del poder público) ¡consiguió exportar sus coches a
Estados Unidos y conquistar una cuota sustancial de mercado!
Por entonces, el Banco Mundial había abandonado defini-
tivamente las concesiones con respecto al modelo de indus-
trialización por sustitución de importaciones. En 1981, bajo el
gobierno de Reagan, los últimos economistas favorables a una
intervención del Estado fueron reemplazados por neoliberales
puros y duros, con Anne Krueger como economista jefe. Esta
había escrito, unos años antes, un libro sobre Corea para de-
mostrar la superioridad de la sustitución de exportaciones sobre
la sustitución de importaciones.302 La voluntad de Seúl de pro-
ducir automóviles para la exportación se inscribe en una ma-
niobra agresiva de sustitución de exportaciones y, en principio,
tendría que haber sido apoyada por el Banco. Eso no fue así,
porque la decisión de Seúl amenazaba la industria automotriz
estadounidense. El límite de la gran flexibilidad de los econo-
mistas del Banco se alcanza rápidamente cuando los intereses
de Estados Unidos están en juego.
Decimoquinta conclusión: El régimen de Chun Doo-Hwan
se negó, una vez más, a seguir las recomendaciones del Banco
Mundial y ganó la apuesta. El Banco mantuvo, de todos modos,
su apoyo a la dictadura pues quería, a toda costa, tratar de
mantener su influencia. Por su parte, Estados Unidos comenzó
a desconfiar del apetito de las empresas surcoreanas.

Hacia el fin de la dictadura de Chun Doo Hwan


(1980-1987)
En 1979-1980, en numerosas empresas, los obreros in-
tentaron formar sindicatos. Debían ser nuevos sindicatos,

302. Anne O. Krueger (1979). Studies in the modernization..., ed. cit., p. 256.

246
“independientes”, desafiando abiertamente la política colabo-
racionista de la dirección de la FKTU, al estar obligados por ley
a afiliarse a ella. Después de la represión desencadenada por
Chun Doo-Hwan, un centenar de secciones locales de la FKTU
se disolvieron, 191 administrativos sindicales fueron despedi-
dos, y algunos enviados a los campos. En ese movimiento de
creación de sindicatos independientes, el motor fueron los jóve-
nes, obreros o estudiantes contestatarios que decidieron prose-
guir en las fábricas la lucha política iniciada en la universidad.
El movimiento estudiantil comenzó a recuperarse en 1983-1984
y vivió un momento de radicalización y de profundización políti-
ca. Entre principios de año y mayo de 1986, 166 000 estudian-
tes participaron en las manifestaciones.303 La importancia del
movimiento en las universidades304 quedó reflejada en el hecho
de que los estudiantes constituyeron la gran mayoría de presos
políticos (800 estudiantes sobre 1300 detenidos). En las fábri-
cas, los obreros reanudaron el combate a partir de 1985. Por
primera vez estalló una huelga importante en un chaebol, la em-
presa Daewood Motors, que fue coronada por el éxito, y se creó
un nuevo sindicato independiente.
El 12 de febrero de 1986, el Nuevo Partido Democrático de
Corea (NKDP) lanzó una campaña de petición en Seúl para cam-
biar la Constitución (el objetivo era permitir la elección por su-
fragio directo del presidente, en vez de hacerlo por un colegio
electoral). En los meses siguientes, una serie de formaciones mo-
vilizaron decenas de miles de personas en las grandes ciudades
del país. Los estudiantes participaron de forma autónoma en
el movimiento democrático detrás de consignas radicales, tales
como “Abajo la dictadura militar”, “Contra la presencia en el país
de 40 000 soldados US” y “Por una Constitución popular”.
El 29 de noviembre de ese año, el régimen hizo invadir la
ciudad de Seúl por 50 000 policías con el fin de impedir una

303. Cifras publicadas por Kang Min Chang, jefe de la policía nacional. Citado en
Korea Communiqué Bulletin, número especial, julio de 1986.
304. Asalto al campus de Konkuk, el 31 de octubre de 1986, por ejemplo.

247
concentración del NKDP. Aplicó la fuerza del Estado contra la
oposición, pero esa política fracasó porque había un mar de
fondo transversal a todas las capas de la sociedad, que estaba
de acuerdo con las reivindicaciones democráticas. Las negocia-
ciones entre la dictadura y la oposición sobre los procedimien-
tos electorales no llegaron a ningún resultado. El gobierno
estaba debilitado por las secuelas políticas del asesinato de un
estudiante en una comisaría. En esa situación, todas las fuerzas
opositoras, entre ellas una nueva coalición surgida de la escisión
del NKDP, convocaron una manifestación el día 10 de junio. La
víspera, la policía interrogó a 3000 personas, puso en residencia
vigilada a 140 dirigentes de la oposición, desplegó decenas de
miles de agentes policiales. No sirvió de nada, el 10 de junio
y los días siguientes la protesta se extendió por todo el país,
los enfrentamientos masivos alcanzaron un nivel tal que el ré-
gimen comenzó a ceder: se conquistó la elección presidencial
directa.305 Esa vez, Washington tuvo que presionar a la dicta-
dura para que soltara lastre. En las fábricas, el movimiento no
se limitó a la perspectiva de las urnas. Los trabajadores surco-
reanos se precipitaron en la brecha abierta por la victoria del
movimiento de masas de junio de 1987, cuya punta de lanza
fueron los estudiantes.
En el verano de 1987, Corea del Sur fue conmovida por una
ola de huelgas sin precedente. Entre el 17 de julio y el 25 de
agosto se contabilizaron 1064 conflictos laborales,306 en tanto
que la media anual de la década precedente estaba en unos
200 conflictos.307 Todos los sectores de la economía se vieron
afectados, incluidos los chaebols (24 000 obreros de los astille-
ros de Hyundai, 15 000 mineros del carbón, etc.). Las luchas
estuvieron marcadas por una fuerte combatividad: ocupación

305. David Cameron (7 de septiembre de 1987). “La classe ouvrière prend la relève”,
Inprecor, nº 248, París, pp. 4-5.
306. Datos del Ministerio de Trabajo citados en The International Herald Tribune, 26 de
agosto de 1987.
307. “De juillet à septembre 1987, le nombre de grèves atteindra 3372”, Hermann
Dirkes (6 de febrero de 1989). “Le nouveau mouvement syndical”, Inprecor, nº 281.

248
de empresas, incluso de los locales de la dirección, bloqueo de
las vías férreas y ocupación de estaciones, rechazo de la táctica
patronal del lock-out... Los conflictos terminaron con significa-
tivos aumentos salariales y el reconocimiento de los sindica-
tos independientes y democráticos, que en 1988 llegaron a ser
2799, y en 1989 más de 7000. En enero de 1990 se fundó el
Congreso de Sindicatos Coreanos, que unos años más tarde
se convertiría en la Confederación de Sindicatos Coreanos
(KCTU). De todos modos, hasta los años 2000, la creación de
una confederación sindical era una acción ilegal.
En el plano político, en 1988 se organizaron por primera vez
en el país elecciones por sufragio universal. Pero la oposición
estaba dividida y presentó tres candidatos, “los tres Kim”: Kim
Young-sam, Kim Dae-jung y Kim Jong-pil. Resultó electo el gene-
ral Roh Tae-woo, candidato apoyado por el presidente saliente,
y que había estado a su lado en el putsch de 1979 y en la masacre
de Kwangju, en mayo de 1980.
Decimosexta conclusión: Presionada por todos lados por
los movimientos de protesta, en una situación en la que crecía
la fuerza de una clase obrera joven y combativa, la dictadura
soltó lastre ante la oposición y organizó las primeras eleccio-
nes libres. Washington también acabó presionando. Ante la
división de la oposición, el candidato de la dictadura ganó las
elecciones, pero las luchas continuaban desarrollándose en
las fábricas.

El giro de los años noventa


Desde los años ochenta hasta mediados de la década del noventa,
Corea acumuló éxitos en términos de posición en la producción
industrial: de la fabricación de buldóceres al material informáti-
co, pasando por la construcción naval (en los años ochenta era el
segundo constructor de barcos en el mundo, superada solo por
Japón). El país logró competir con las transnacionales de Estados
Unidos y Europa en diversos campos.

249
En el mismo período, China se convirtió en aliada de
Washington. Ya había cortado hacía tiempo su ayuda a los mo-
vimientos que, en diferentes países, amenazaban la estabilidad,
y en 1980 ingresó al Banco Mundial. Por otra parte, a finales
de los años ochenta, Moscú, bajo Gorbachov, firmó acuerdos
geoestratégicos con Washington; en 1989 cayó el Muro de Berlín
y la URSS implosionó en 1991. La Guerra Fría llegaba a su fin.
La situación política y militar internacional heredada de la
Segunda Guerra Mundial, de la victoria de la Revolución China
de 1949 y de la guerra de Corea de 1950-1953 cambió fun-
damentalmente. Washington consideraba que, en adelante, no
valía la pena empeñarse en apoyar a dictaduras establecidas,
enfrentadas a poderosos movimientos de oposición y a la re-
vuelta social. Frente a unas movilizaciones que amenazaban con
ir hasta el fin, era mejor apaciguar la situación, como en junio
de 1987, y salvar lo esencial: relaciones privilegiadas con el ré-
gimen que reemplazara a la dictadura. Por otra parte, es más
eficaz tener un gobierno democrático para aplicar la agenda
neoliberal, porque así se evita hacer frente a una conjunción de
la oposición democrática con un movimiento social opuesto al
neoliberalismo.
En 1992, después de la fusión del partido en el poder y dos
partidos de la oposición, Kim Young-sam, el antiguo opositor mo-
derado, fue elegido con el apoyo de Rho Taewoo. Era el primer
presidente civil desde hacía 32 años, pero dependía del apoyo de
los militares, y se puso con decisión del lado de Washington.308 Su
programa era claramente neoliberal.

308. En octubre de 1995, estalló en Corea el mayor escándalo desde el fin de la


guerra. Salpicó a tres presidentes sucesivos. Por la acusación de un parlamentario
de la oposición, el expresidente de la República Roh Tae-woo (1987-1993) fue arres-
tado por haber recibido 369 millones de dólares de soborno. Su predecesor, Chun
Doo-hwan (1980-1987) corrió la misma suerte. Kim Young-sam se encontró en una
situación embarazosa: en efecto, fue elegido gracias al apoyo de Roh Tae-woo. Reco-
noció haber recibido dinero en su campaña electoral. El mundo industrial no quedó
a la zaga: la mayor parte de los chaebols estaban mezclados de una manera o de otra
en este escándalo.

250
Corea seguía siendo una plaza militar estratégica, pero el go-
bierno estadounidense, que mantenía en el país 37 000 soldados,
consideró que ya no era necesario dejarle tanto margen de manio-
bra al apetito económico de Corea del Sur. Había que llevar sus
pretensiones a una dimensión modesta. Washington presionó y
utilizó diferentes instrumentos, entre otros la protección tarifaria
contra los productos coreanos. Pidió a Corea que siguiera las re-
comendaciones del Banco Mundial y del FMI y en parte ganó la
causa. Testimonio de ello es el informe de la comisión enviada a
Corea por el FMI en noviembre de 1996 y el acta del debate entre
dirigentes del FMI. He aquí unos extractos:
1) De la supresión de las barreras u otras formas de limi-
tación a las importaciones: “Desde 1994, las autoridades han
desmantelado progresivamente los obstáculos a la importación
y han reducido los derechos de aduana conforme a los acuerdos
de la Ronda Uruguay.309 La concesión de licencias de importa-
ción es, en adelante, automática, salvo para un pequeño nú-
mero de productos que pueden constituir una amenaza para la
salud o la seguridad pública”.310
2) De la privatización: “En el curso de los últimos diez años,
las autoridades han aplicado parcialmente dos programas de
privatización de empresas públicas. El programa aplicado en
diciembre de 1993 preveía, durante el período 1994-1998, la
privatización de 58 de las 133 empresas públicas. A mediados
de 1996, habían sido privatizadas 16 empresas”.311
3) De la liberalización de los movimientos de capitales: “Los
administradores del FMI se han congratulado también de la re-
ciente liberalización de los movimientos de capitales. Aunque

309. El último ciclo de negociaciones del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles
y Comercio) se llamó Ronda Uruguay. Dio lugar, en particular, a la creación de la
OMC, que tomó el relevo en 1995. El GATT había sido creado en 1948 después del
naufragio de la Organización Internacional de Comercio, fundada en los papeles en
la Conferencia de La Habana de 1947, saboteada por Estados Unidos.
310. Fondo Monetario Internacional (1997). Rapport annuel 1997, Washington D. C.,
p. 60.
311. Ídem, p. 61.

251
algunos administradores hayan suscrito la progresiva gestión en
este campo, otros estiman que una liberalización rápida e inte-
gral ofrece numerosas ventajas al estado de desarrollo en que se
encuentra Corea”.
Decimoséptima conclusión: Washington modificó poco a
poco su política con las dictaduras aliadas a partir de la segun-
da mitad de los años ochenta, en una situación de fin de guerra
fría. Aplicó ese nuevo enfoque a Brasil en la segunda mitad de
los ochenta, a Filipinas en 1986, a Corea del Sur en 1987 y, en
el curso de la década siguiente, a Sudáfrica en 1994, progresiva-
mente a Chile y a Indonesia en 1998. Desde el punto de vista esta-
dounidense, el balance es positivo, sus intereses esenciales están
en salvaguardia. En efecto, ¿qué habría ocurrido si Washington
se hubiera obstinado en mantener hasta el final todas las dicta-
duras aliadas enfrentadas a movimientos de masas? Pero ese giro
no fue general. En el caso de los países árabes, Washington sigue
manteniendo el apoyo a las dictaduras, comenzando por la de
Arabia Saudí.

La crisis económica asiática de 1997


y sus consecuencias
Entre 1980 y 1996, los trabajadores surcoreanos obtuvieron,
con sus luchas, un aumento del 66 % de su salario real.312 ¡Im-
presionante! La agenda neoliberal encontró en Corea, como en
otros países, una fuerte resistencia de los obreros. El 26 de di-
ciembre de 1996 estalló la primera huelga general que conoció
el país desde 1948. Los trabajadores se oponían a una reforma
del código laboral que tendía a facilitar el despido. Después de
24 días de huelga, el movimiento triunfó, la reforma del código
quedó suspendida y la KCTU salió reforzada del conflicto.

312. UNCTAD (CENUCYD, por sus siglas en castellano), Informe sobre comercio y dearro-
llo 2000, disponible en https://bit.ly/3oUTsFq, citado en Eric Toussaint (2004). Las
finanzas contra los pueblos. La Bolsa o la vida, CLACSO, Buenos Aires, cap. 16, p. 353.

252
Las importantes conquistas laborales fueron cuestionadas
aprovechando la crisis que estalló en 1997. La patronal tomó
su desquite.
Además, lo que Estados Unidos y otras potencias industriales
habían logrado mediante la negociación hasta 1996, se profun-
dizó con la crisis de 1997, provocada por una oleada de ata-
ques especulativos contra las monedas del sureste asiático y de
Corea. Esa especulación fue facilitada por las medidas de libe-
ralización de los movimientos de capitales antes mencionadas.
La crisis, que llegaba desde el sureste asiático —Tailandia fue la
primera afectada, en julio de 1997—, golpeó con fuerza a Corea
del Sur en noviembre de aquel año. Entre noviembre de 1997 y
el 8 de enero de 1998, la moneda coreana, el won, se devaluó
un 96,5 % con respecto al dólar estadounidense. En diciembre
de 1997, el gobierno de Seúl se sometió a las condiciones im-
puestas por el FMI (en tanto que Malasia se negaba a hacer lo
mismo).313
Un auténtico reordenamiento estructural se puso en marcha:
cierre de numerosos establecimientos financieros, despidos
masivos, autonomía del Banco Central respecto al gobierno,
abrupto aumento de los tipos de interés —lo que sumergió a
industria y trabajadores en la recesión—, abandono de grandes
proyectos de inversiones, desmantelamiento de algunos gran-
des conglomerados (chaebols), venta de algunas empresas a
transnacionales de los países más industrializados. La reforma
del código de trabajo, que había sido retirada a consecuencia
de la huelga general de enero de 1996, fue aprobada. El tra-
tamiento neoliberal impuesto a Corea fue radical. El país cayó
en una profunda recesión (caída del 7 % del PIB en 1998).
Todos los préstamos acordados por el FMI, el Banco Mun-
dial y los bancos privados tienen una prima de riesgo. Esas ins-
tituciones obtienen así grandes beneficios con los reembolsos.

313. Analicé la crisis asiática de 1997-1998 en detalle. Ver Éric Toussaint (2004). Las
finanzas contra los pueblos..., ed. cit., cap.17, “Tempestad en Asia: los tigres domados”,
pp. 341-354.

253
Las decenas de miles de millones de dólares prestados a Corea
fueron destinados inmediatamente a reembolsar a los bancos.
Todos los participantes del “plan de rescate” cobraron gracias
a los ingresos por las exportaciones y a los recortes netos de
los gastos públicos. Una parte creciente de los ingresos fiscales
sirvió para pagar la deuda externa. La deuda pública de Corea
creció de forma espectacular porque el Estado se hizo cargo de
la deuda de las empresas privadas. La deuda pública, que re-
presentaba el 12 % del PIB antes de la crisis, casi duplicó ese
porcentaje, llegando al 22 % a finales de 1999.
El aumento de la deuda pública sirvió de pretexto para apli-
car nuevos recortes en los gastos sociales y para ampliar los pro-
gramas de privatización y de apertura al capital extranjero. Las
medidas impuestas apuntaban también a imponer una derrota
a los trabajadores coreanos, cuyas organizaciones se habían re-
forzado en los años precedentes. El salario real del trabajador
coreano bajó un 4,9 % a consecuencia de la crisis. Las medi-
das de apertura comercial también golpearon con fuerza a los
campesinos, que habían multiplicado la resistencia en el país y
emprendido el envío sistemático de delegaciones de manifes-
tantes al exterior con ocasión de las cumbres de la Organización
Mundial del Comercio (OMC): Cancún en septiembre de 2003,
Hong Kong en 2005. Para el Banco Mundial, Corea de Sur es
actualmente un país desarrollado. Pero aún quedan muchas lu-
chas por delante.

254
Capítulo 12
La trampa del endeudamiento

En los años setenta, los PED se endeudaban cada vez más porque
las condiciones de los préstamos eran aparentemente favorables.
El Banco Mundial, los bancos privados y los gobiernos de los paí-
ses más industrializados los incitaban a endeudarse. A partir de
finales de 1979, el alza de los tipos de interés, impuesto por el Te-
soro de Estados Unidos en el marco del giro neoliberal, y la caída
de los precios de las materias primas cambiarían radicalmente la
situación. Los flujos se invirtieron y en los años 80 los prestamis-
tas recogieron grandes beneficios de la deuda. Después de la crisis
financiera del sureste asiático y de Corea, que estalló en 1997, la
transferencia neta sobre la deuda a favor de los acreedores (inclui-
do el Banco Mundial) tuvo un crecimiento importante, mientras la
deuda continuaba su carrera desbocada hacia unos valores nunca
alcanzados hasta entonces.
Comencemos con el estudio de la estructura de la deuda
externa de los PED desde el punto de vista de los acreedores
(hemos redondeado las cifras proporcionadas por el Banco
Mundial sobre el endeudamiento de los PED en el año 2004).
Los acreedores de la deuda externa total de los PED en 2004:

Deuda externa
2,6 billones de dólares (USD)

Parte privada
Parte multilateral Parte bilateral
(adeudada
(adeudada a las IFI) (adeudada a los Estados)
a particulares)
23 % 20 %
57 %

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

255
La parte pública y la parte correspondiente a entidades priva-
das de la deuda externa total de los PED en 2004:

Deuda externa
2,6 billones de dólares (USD)

Deuda externa pública Deuda externa privada


(adeudada o avalada (adeudada por las empresas
por los poderes públicos) privadas)
1,460 billones de dólares (USD) 1,140 billones de dólares (USD)
(56 %) (44 %)

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

Tabla 8. Evolución de la deuda externa total de los PED


entre 1970 y 2004 (en miles de millones de USD)
Deuda Deuda Deuda con respecto
externa total externa pública al Banco Mundial
Stock Stock Stock
Transferen- Transferen- Transferen-
total total total
cia neta de cia neta de cia neta de
de la de la de la
la deuda la deuda la deuda
deuda deuda deuda
1970 70 4 45 4 6 0,3
1971 81 7 53 5 7 0,5
1972 95 10 61 6 9 0,7
1973 113 10 74 8 10 0,9
1974 141 20 92 12 11 1,3
1975 171 27 113 20 13 1,9
1976 209 29 139 20 17 2,0
1977 283 51 177 24 20 2,0
1978 358 39 231 28 23 1,8
1979 427 44 278 31 27 2,6
1980 541 51 339 29 32 3,0
1981 629 41 383 26 38 4,1
1982 716 21 442 30 45 4,6
1983 782 -14 517 17 53 4,9

256
Deuda Deuda Deuda con respecto
externa total externa pública al Banco Mundial
Stock Stock Stock
Transferen- Transferen- Transferen-
total total total
cia neta de cia neta de cia neta de
de la de la de la
la deuda la deuda la deuda
deuda deuda deuda
1984 826 -21 571 9 54 5,0
1985 929 -27 672 -5 71 4,4
1986 1020 -25 782 -5 91 3,7
1987 1166 -13 920 -2 116 2,7
1988 1172 -24 932 -10 116 0,6
1989 1238 -22 982 -16 120 0,4
1990 1337 -8 1039 -14 137 2,4
1991 1414 -3 1080 -14 147 -0,8
1992 1480 31 1099 -6 149 -2,8
1993 1632 45 1193 9 158 -0,8
1994 1792 0 1290 -16 174 -2,6
1995 1972 61 1346 -16 184 -2,1
1996 2045 27 1332 -24 180 -0,9
1997 2110 4 1309 -24 179 1,9
1998 2323 -54 1395 -7 192 1,6
1999 2347 -98 1405 -30 198 0,9
2000 2283 -127 1363 -52 199 -0,4
2001 2261 -114 1326 -65 202 -0,5
2002 2336 -87 1375 -67 212 -7,3
2003 2554 -41 1450 -81 223 -7,0
2004 2597 -19 1459 -26 222 -6,1

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

La tabla abarca el período 1970-2004. Es un período largo


que incluye la crisis de 1982 así como las siguientes.
La segunda columna presenta la evolución del stock de la
deuda externa total del conjunto de los PED cuyos datos pro-
porciona el Banco Mundial314 (deuda a corto y largo plazo,

314. Entre los países sobre los cuales el Banco Mundial no proporciona datos están
Cuba, Iraq, Libia, Corea del Norte, Corea del Sur.

257
sumas adeudadas o avaladas por los poderes públicos). La
cuarta columna presenta la evolución solo del stock total de
la deuda externa contraída o avalada por los poderes públicos
de los PED. La sexta columna presenta la evolución del stock de
la deuda externa de los PED solo con el Banco Mundial (BIRD
e IDA).
Las columnas 3, 5 y 7 presentan las transferencias netas de la
deuda sobre los tres tipos de stock antes señalados.

¿Qué es la transferencia neta sobre la deuda?


Es la diferencia entre lo que un país recibe como préstamo y lo
que paga (capital más interés). Si la suma es negativa significa
que el país pagó más de lo que recibió.

Interpretación de la tabla

De 1970 a 1982, la deuda contraída por los PED muestra un


fuerte aumento. La deuda externa total (pública y privada) ex-
presada en dólares corrientes se multiplicó por diez, pasando de
70 000 millones de dólares a 716 000 millones. La deuda externa
pública con el Banco Mundial se multiplicó por 7,5. Durante este
período, las transferencias netas sobre la deuda fueron positivas
cada año: eso significa que los PED recibían en préstamos más de
lo que pagaban. Eran incitados a endeudarse porque la tasa de
interés real era muy baja. Por otra parte, los ingresos por expor-
taciones con los que pagaban su deuda iban en aumento, pues el
precio de las materias primas aumentaba. En consecuencia, los
PED no tuvieron, en general, mayores problemas para el pago de
la deuda.315
La tabla no muestra de inmediato el deterioro que comenzó a
finales de 1979 con el aumento drástico de los tipos de interés,

315. De todos modos, el número de países endeudados con atrasos de pago con el
Banco Mundial y/o que buscaban una renegociación de su deuda multilateral pasó
¡de tres a dieciocho entre 1974 y 1978!

258
impuesto unilateralmente por Estados Unidos. Los tipos de in-
terés reales tuvieron un gran incremento a principios de los años
ochenta: 8,6 % en 1981, 8,7 % en 1982, en tanto que había
sido de -1,3 % (tipo negativo) en 1975, 1,1 % en 1976, 0,3 % en
1977.316 A este crecimiento del tipo de interés real, que produjo
un aumento de las sumas que se habían de pagar, se agregó, al
mismo tiempo, una caída de los precios de las materias primas
(salvo el petróleo, en un primer momento). Cuando esa caída
arrastró al precio del petróleo, los principales países endeuda-
dos productores de petróleo, como México, entraron en crisis
de pago. Eso es lo que pasó a partir de 1982.317
Volviendo a la tabla podemos ver que los PED entraron en-
tonces en un período de crisis de pago de la deuda, manifestado
por una transferencia neta negativa sobre la deuda total, pú-
blica y privada, entre 1983 y 1991 (nueve años consecutivos de
transferencia neta negativa).
Destaquemos que aunque los PED desembolsaban más de
lo que recibían en préstamos, su deuda externa no se reducía.
Entre 1983 y 1991, esta tuvo un crecimiento de 632 000 millo-
nes de USD, esto es, un aumento del 81 %. Explicación: los PED,
en dificultades debido a la disminución de sus ingresos y al au-
mento de las tasas de interés, pedían préstamos principalmente
para pagar la deuda. En ese momento, las condiciones de los
préstamos eran muy onerosas (tipos de interés y prima de ries-
gos elevadas).318
Notemos también que la transferencia neta sobre la deuda
externa pública se hace negativa con dos años de diferencia.

316. Véase Eric Toussaint (2004). Las finanzas contra los pueblos..., ed. cit. El capítulo 4
presenta un análisis de la crisis de la deuda que estalló en 1982. Ver también Damien
Millet y Eric Toussaint (2004). 50 preguntas/50 respuestas sobre la deuda, el FMI y el Banco
Mundial, Icaria/Intermón Oxfam, Barcelona, pregunta 8.
317. Los países de Latinoamérica que se endeudaron principalmente con los ban-
cos privados, con tipos de interés variable, estaban más afectados por el alza de los
tipos de interés, que se sumaba al efecto negativo de la caída de sus ingresos por
exportaciones.
318. Sobre las primas de riesgo, ver Eric Toussaint (2004). Las finanzas contra los pue-
blos..., ed. cit., pp. 180-181.

259
¿Cómo se explica que en 1983 y en 1984 esa transferencia fuera
aún positiva? Está claro: los gobiernos contrataban más présta-
mos (en especial con el FMI y el Banco Mundial) con el propó-
sito de comenzar a asumir unas deudas, contraídas inicialmente
por el sector privado, de las cuales se habían responsabilizado.
Esos empréstitos masivos, que los gobiernos comenzaron a
amortizar unos años más tarde, se tradujeron a partir de 1985
en una transferencia neta negativa. Este fue en particular el caso
de Argentina, donde el Estado asumió una deuda privada de
12 000 millones de dólares por decisión de la junta militar (con
el asesoramiento de Domingo Cavallo).319
Entre 1982 y 1984, la deuda externa pública aumentó en
129 000 millones de USD (pasando de 442. 000 millones a
571 000 millones, ver la 4.ª columna), mientras que la deuda
externa privada bajó 19 000 millones de USD (pasando de
274 000 a 255 000 millones).320
Si consideramos el período de 1982 a 1988, la deuda pública
aumentó más del 100 % (pasando de 442 000 a 932 000 millo-
nes de USD, ver la 4.ª columna), mientras que la deuda externa
privada se redujo (pasando de 274 000 a 240 000 millones de
USD). Los capitalistas de los PED se desendeudaron haciendo
pagar la factura al Tesoro público del respectivo país, es decir, a
los asalariados, a los pequeños productores y a los pobres, que
contribuyen proporcionalmente mucho más al impuesto que
los capitalistas. Además, como veremos en un capítulo poste-
rior, una gran proporción de los préstamos tomados en ese pe-
ríodo por los capitalistas de los PED salió de inmediato de sus
países hacia los países acreedores como evasión de capitales.
Reenviaron al norte una parte considerable de los capitales que
les habían sido prestados.

319. Ídem. p. 295.


320. Para obtener el monto de la deuda externa correspondiente al sector privado
de los PED, se resta la deuda pública (4.ª columna) del monto total de la deuda
(2.ª columna).

260
Si volvemos sobre la 5.ª columna, en el período 1985-2004,
observaremos que a partir de 1985 la transferencia neta sobre
la deuda externa pública es sistemáticamente negativa, salvo en
el año 1993. En veinte años, la transferencia negativa en detri-
mento de las finanzas públicas se hizo muy pesada: 471 000
millones de USD (el equivalente a cinco planes Marshall ofreci-
dos por los gobiernos de los PED a sus acreedores). Si observa-
mos el período 2000-2004, en la base de la 5.ª columna, vemos
que la transferencia negativa anual crece. En este período, la
transferencia neta negativa sobre la deuda pública externa re-
presentaba 291 000 millones de USD. En nada más que cinco
años, los PED brindaron a sus acreedores el equivalente a tres
planes Marshall.
Según el razonamiento dominante del pensamiento econó-
mico, al cabo de veinte años de transferencia negativa, los pode-
res públicos se tendrían que haber desendeudado. En efecto, si
desembolsan cada año más de lo que reciben como préstamos,
el stock de la deuda tendría que disminuir, incluso llegar a cero.
Pero la lectura de la tabla indica lo contrario: la deuda exter-
na pública de los PED aumentó más del doble entre los años
1985 y 2005, pasando de 672 000 millones a 1,459 billones de
dólares.321

Llegamos a lo esencial de las enseñanzas de la tabla:

 .- La gestión del endeudamiento externo de los PED se tra-


1
duce en la aplicación de un poderoso mecanismo de trans-
ferencia de capitales desde los países endeudados hacia los
diferentes acreedores (privados y públicos).
2.- A pesar de los desembolsos masivos y continuados, la
deuda total no disminuye.

321. En ese lapso, los Tesoros públicos recibieron 2,404 billones de dólares en forma
de préstamos y desembolsaron 2,873 billones de dólares, o sea, una transferencia ne-
gativa de 471 000 millones en detrimento del erario público. Banco Mundial, Global
Development Finance 2005.

261
Durante los años sesenta y setenta, los países en desarrollo
fueron incitados a endeudarse cada vez más hasta el momento
en que la trampa se cerró sobre ellos. Como hemos visto antes,
el cambio se produjo en 1979 con el brusco aumento de los
tipos de interés y el inicio del descenso del precio de las mate-
rias primas (que afectó primero a los productos no petroleros y
después al propio petróleo a partir de 1981).
El presunto círculo virtuoso del recurso al endeudamiento
exterior para generar desarrollo y bienestar que desemboque
en un crecimiento autosostenido322 no funcionó; en cambio
se transformó en un círculo vicioso de endeudamiento perma-
nente con transferencias masivas de riqueza en beneficio de los
acreedores.
Gráfico 10. Comparación de las sumas prestadas anualmente
y las sumas pagadas anualmente (deuda externa total)
(en miles de millones de USD)

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

Comentario: entre 1983 y 1991, los PED reembolsaron más


de lo que habían recibido prestado. Lo mismo pasa en el período
1998-2004.

322. Véase capítulo 10.

262
Si volvemos a la tabla del comienzo del capítulo y miramos
la 3.ª columna, de 1983 a 2004, comprobamos que la trans-
ferencia neta es negativa hasta 1991 incluido, después vuelve
a ser positiva de 1992 a 1997. A partir de 1998 es fuertemente
negativa con una profunda caída en el año 2000 (transferencia
neta negativa de 127 000 millones de dólares ese año). ¿Cómo
interpretar esa evolución?
Durante los años ochenta, el flujo es negativo hasta 1989,
tanto para las empresas privadas de los PED como para sus
poderes públicos. Como indicamos antes: 1) el sector privado
se desendeuda transfiriendo una parte de su deuda al sector
público y pagando una parte del resto; 2) el sector público se
sigue endeudando para asumir una parte de la deuda privada
y pagar gran parte de la factura total. A partir de 1990, el sec-
tor privado, parcialmente desendeudado, recurre de nuevo a los
préstamos, que se hacen masivos de 1992 a 1997 (la deuda ex-
terna del sector privado pasa de 381 000 a 801 000 millones de
dólares, o sea, un aumento del 110 %). Los préstamos al sector
privado de los PED son temporalmente superiores a los pagos
que efectúa. El mínimo de 1994 corresponde a la crisis mexica-
na, que causó una fuga masiva de capitales.
La situación cambia a partir de 1998 y coincide con la crisis
del sureste asiático (Tailandia, Malasia, Filipinas, Indonesia) y
de Corea del Sur, seguida de la crisis de Rusia, Brasil en 1999,
Argentina y Turquía a partir del año 2001. Los pagos de la parte
del sector privado y del sector público son de nuevo masivos.
La transferencia neta negativa alcanza un récord histórico en
2000-2001.
En los años 2003 y 2004, la transferencia sigue siendo nega-
tiva, pero se reduce porque el sector privado y los poderes públi-
cos de los PED se endeudan de forma masiva “aprovechando”
unas condiciones temporalmente favorables:
− los tipos de interés son relativamente bajos;
− las primas de riesgo tuvieron una fuerte reducción;

263
− los ingresos por las exportaciones aumentaron porque
subieron los precios de las materias primas (petróleo,
gas, etc.).
En vez de aprovechar esa buena coyuntura para desendeu-
darse radicalmente, la mayor parte de los PED de ingresos
medios, alentados por los distintos acreedores, recurrieron a
nuevos préstamos. Los que, como Tailandia, Brasil y Argentina,
reembolsaron por anticipado al FMI323 o los que, como Rusia y
Brasil, reembolsaron al Club de París, cambiaron estas deudas
con acreedores públicos por otras con acreedores privados (que
transitoriamente ofrecían condiciones más ventajosas). Esos
países también aumentaron en gran medida su deuda pública
interna.
Las dos últimas columnas de la tabla corresponden a la deuda
de los PED con el Banco Mundial. Nos permiten comprobar que
esa deuda aumenta constantemente a imagen de la deuda con
el conjunto de acreedores. Lo que diverge es la última colum-
na, la de la transferencia neta sobre la deuda. En efecto, hasta
1990 le transferencia neta se mantiene positiva con respecto al
Banco Mundial, mientras que se hace negativa a partir de 1983
sobre la deuda total (3.ª columna) y a partir de 1985 sobre la
deuda externa pública (5.ª columna). Esto se debe especialmen-
te al hecho de que, durante los años ochenta, el Banco Mundial
prestó a los PED para que pudieran reembolsar a los banqueros
privados del Norte, amenazados de quiebra en caso de que no
les pagaran. Por supuesto, fue el FMI el que desempeñó el papel
principal en este nivel, pero el Banco lo acompañó.
A partir de 1990, las transferencias al Banco Mundial fueron
negativas, hasta 1996, luego positivas de 1997 a 1999 y volvie-
ron a ser negativas, alcanzando un récord histórico en 2002,
2003 y 2004. Solo en el período 2000-2004, la transferencia ne-
gativa acumulada representaba 21 300 millones de dólares, una
suma absolutamente enorme teniendo en cuenta las cantidades

323. Tailandia lo hizo en 2003, Brasil y Argentina lo hicieron en enero de 2006.

264
prestadas por el Banco cada año (menos de 20 000 millones de
dólares).
Lo que es más grave de esa imponente transferencia negativa
es que, lejos de corresponder a un desendeudamiento, también
acaba en un aumento de la deuda con el Banco Mundial.
Queda claro, entonces, todo el cinismo de ese poderoso me-
canismo que conduce a una deuda artificialmente inflada, sin
parangón con las sumas muy inyectadas en la economía de
esos países.
Gráfico 11. Comparación del stock total de la deuda externa
y la transferencia neta sobre la deuda externa

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

Escala de la izquierda: Transferencia neta sobre la deuda ex-


terna total (pública + privada del conjunto de los PED (en miles
de millones de USD).
Escala de la derecha: Evolución de la deuda externa total
(pública + privada) de los PED en miles de millones de USD).
Este gráfico permite visualizar el contenido de las columnas
2 y 3 de la tabla del principio del capítulo.

265
Se observa que la transferencia neta es positiva de 1970 a
1982, año del estallido de la crisis de la deuda. Es negativa de
1983 hasta 1991 incluido. De 1992 a 1997 es de nuevo positiva,
salvo en 1994, año de la crisis mexicana. Vuelve a ser negativa
desde 1998 (crisis del sureste asiático y de Corea) hasta 2004.
Durante todo el período 1970-2004, el stock de la deuda prosi-
gue su ascenso, pasando de 70 000 millones de dólares en 1970
a 2,597 billones de dólares en 2004.
A partir de aquí presentamos los gráficos relativos a la deuda
exterior pública de las grandes regiones del planeta.

Evolución de la deuda pública externa


de América Latina y el Caribe (1970-2004)

Gráfico 12. Comparación de la evolución del stock total


y de las transferencias netas sobre la deuda externa pública
de Latinoamérica y el Caribe (en miles de millones de USD)

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

Escala de la izquierda: Transferencia neta sobre la deuda externa


pública de Latinoamérica y el Caribe (en miles de millones de USD).

266
Escala de la derecha: Evolución de la deuda total externa
pública de Latinoamérica y el Caribe (en miles de millones de
USD).
Comentario: Las transferencias netas sobre la deuda pública
se hacen negativas desde el año 1983 hasta el año 2004.
Población de Latinoamérica y el Caribe en el año 2004:
540 millones.
Lista de países:324 (Antigua y Barbuda), Argentina, Barbados,
Belice, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, (Cuba), Do-
minica, Ecuador, El Salvador, Granada, Guatemala, Guyana,
Haití, Honduras, Jamaica, México, Nicaragua, Panamá, Para-
guay, Perú, República Dominicana San Cristóbal y Nieves, Santa
Lucía, San Vicente y las Granadinas, (Surinam), Trinidad y To-
bago, Uruguay y Venezuela.
Monto de la deuda externa pública en 1970: 16 000 millones
de dólares.
Monto de la deuda externa pública en 2004: 442 000 millones
de dólares.
El conjunto constituido por Latinoamérica y el Caribe es la
región emblemática de la crisis de la deuda y de su gestión en
beneficio de los acreedores.
Una mirada rápida de las otras cinco grandes regiones en
desarrollo (véanse gráficos 4 a 8), desde el punto de vista de la
evolución de la deuda pública y de las transferencias netas sobre
esta, permite ver que la crisis de la deuda que se desencadenó en
Latinoamérica en 1982 afectó progresivamente a todas las otras
regiones. Más allá de las evidentes diferencias, lo que más llama
la atención es que las transferencias netas se hacen negativas en
todas partes a finales de los años 90. Esto indica que en ningún
rincón del planeta se ha resuelto la crisis. Demuestra así mismo
que el endeudamiento constituye un obstáculo aun mayor a co-
mienzos del siglo xxi que en los años ochenta.

324. Los países entre paréntesis no se toman en cuenta en el sistema estadístico del
Banco Mundial relativo a la deuda.

267
Evolución de la deuda pública externa
de Asia del Sur (1970-2004)

Gráfico 13. Comparación de la evolución del stock total y de las


transferencias netas sobre la deuda externa pública de Asia del Sur

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

Escala de la izquierda: Transferencia neta sobre la deuda ex-


terna pública de Asia del Sur (en miles de millones de USD).
Escala de la derecha: Evolución de la deuda externa pública
total de Asia del Sur (en miles de millones de USD).
Comentario: Las transferencias son negativas a partir de
1994 y el stock de la deuda prosigue su ascenso.
Población de Asia del Sur en el año 2004: 1 450 millones.
Lista de países325: (Afganistán), Bangladesh, Bután, India,
Maldivas, Nepal, Pakistán, Sri Lanka.
Monto de la deuda externa pública en 1970: 12 000 millones de
dólares.
Monto de la deuda externa pública en 2004: 156 000 millo-
nes de dólares.

325. El país entre paréntesis (Afganistán) no se toma en cuenta en el sistema estadís-


tico del Banco Mundial relativo a la deuda.

268
Evolución de la deuda pública externa del África
subsahariana (1970-2004)

Gráfico 14. Comparación de la evolución


del stock total y de las transferencias netas
sobre la deuda externa pública del África subsahariana

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

Escala de la izquierda: Transferencia neta sobre la deuda exter-


na pública del África subsahariana (en miles de millones de USD).
Escala de la derecha: Evolución de la deuda externa pública
total del África subsahariana (en miles de millones de USD).
Comentario: Las transferencias netas sobre la deuda pública
se hacen negativas desde el año 1998 y el stock de la deuda, que
sigue una línea ascendente, se redujo un poco en 2004.
Población del África subsahariana en el año 2004: 720 millones.
Lista de países:326 Angola, Benín, Botsuana, Burkina Faso,
Burundi, Camerún, Cabo Verde, Chad, Comoras, Costa de Marfil,
Eritrea, Etiopía, Gabón, Gambia, Ghana, Guinea, Guinea-Bissau,
Guinea Ecuatorial, Kenia, Lesoto, Liberia, Madagascar, Malaui,
Malí, Mauricio, Mauritania, Mozambique, (Namibia), Níger, Ni-
geria, República Centroafricana, República del Congo, República

326. El país entre paréntesis (Namibia) no se toma en cuenta en el sistema estadístico


del Banco Mundial relativo a la deuda.

269
Democrática del Congo, Ruanda, Santo Tomé y Príncipe, Senegal,
Seychelles, Sierra Leona, Somalia, Sudán, Suazilandia, Tanzania,
Togo, Uganda, Zambia y Zimbabue.
Monto de la deuda externa pública en 1970: 6000 millones de
dólares.
Monto de la deuda externa pública en 2004: 165 000 millones
de dólares.

Evolución de la deuda pública externa de África


del Norte y Oriente Próximo (1970-2004)

Gráfico 15. Comparación de la evolución del stock total


y de las transferencias netas sobre la deuda externa pública
del África del Norte y de Oriente Próximo entre 1970 y 2004

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

Escala de la izquierda: Transferencia neta sobre la deuda externa


pública de África del Norte y Oriente Próximo (en miles de millones
de dólares).
Escala de la derecha: Evolución de la deuda externa pública
total de África del Norte y Oriente Próximo (en miles de millones
de dólares).

270
Comentario: Las transferencias se hacen negativas a partir
de 1983. A pesar de los desembolsos masivos, la deuda no se
reduce consecuentemente.
Población de África del Norte y Oriente Medio en el año
2004: 290 millones.
Lista de países:327 Argelia, (Arabia Saudí), Egipto, (Iraq),
Irán, Jordania, Líbano, (Libia), Marruecos, Omán, Siria, Túnez,
Yemen y Yibuti.
Monto de la deuda externa pública en 1970: 4000 millones de
dólares.
Monto de la deuda externa pública en 2004: 126 000 millones
de dólares.

Evolución de la deuda pública externa


de Asia del Este y Pacífico (1970-2004)

Gráfico16. Comparación de la evolución del stock total


y de las transferencias netas sobre la deuda externa pública
de Asia del Este y del Pacífico

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

327. Los países entre paréntesis no se toman en cuenta en el sistema estadístico del
Banco Mundial relativo a la deuda.

271
Escala de la izquierda: Transferencia neta sobre la deuda ex-
terna pública de Asia del Este y del Pacífico (en miles de millones
de dólares).
Escala de la derecha: Evolución de la deuda externa pública
total de Asia del Este y del Pacífico (en miles de millones de
dólares).
Comentario: Las transferencias netas son negativas entre los
años 1988 y 1991. Vuelven a serlo, de manera masiva, a partir
de 1999, año en el que la deuda pública tuvo un fuerte aumen-
to a consecuencia de la asunción de la deuda privada por los
poderes públicos y los grandes empréstitos de “salvamento” del
FMI. A pesar de esas transferencias negativas muy importantes,
la deuda no se reduce.
Población de Asia del Este y del Pacífico en el año 2004:
1870 millones.
Lista de países:328 Camboya, China, (Corea del Norte y Corea
del Sur),329 Fiyi, Filipinas, Indonesia, (Kiribati), Laos, Malasia,
Mongolia, Myanmar, Papúa-Nueva Guinea, Salomón, Samoa,
Tailandia, (Timor Oriental), Tonga, Vanautu, Vietnam.
Monto de la deuda externa pública en 1970: 5000 millones
de dólares.
Monto de la deuda externa pública en 2004: 262 000 millo-
nes de dólares.

328. Ídem..
329. Desde 2003, Corea del Sur ya no es considerada por el Banco Mundial un país
en desarrollo porque su renta anual por habitante superaba el límite fijado, que en
ese momento era de 9385 dólares. Desde entonces se encuentra entre los países
desarrollados.

272
Evolución de la deuda pública externa de Europa
del Este y Asia Central (1970-2004)

Gráfico 17. Comparación de la evolución del stock total


y de las transferencias netas sobre la deuda externa pública
de Europa del Este y Asia Central

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

Escala de la izquierda: Transferencia neta sobre la deuda exter-


na pública de Europa del Este y Asia Central (en miles de millones
de dólares).
Escala de la derecha: Evolución de la deuda externa pública
total de Europa del Este y Asia Central (en miles de millones de
dólares).
Comentario: Las transferencias netas sobre la deuda pública
son negativas desde el año 1985 y hasta el año 2004 (con excep-
ción de los años 1992-1993 y 1998). Las transferencias negativas
son muy importantes entre 2000 y 2003, y sin embargo la deuda
externa pública aumenta.
Población de Europa del Este y Asia Central en el año 2004:
470 millones.

273
Lista de países: Albania, Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia,
Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia,
Estonia, Georgia, Hungría, Kazajistán, Kirguistán, Letonia, Li-
tuania, Macedonia, Moldavia, Montenegro, Polonia, República
Checa, Rumanía, Rusia, Serbia, Tayikistán, Turkmenistán, Tur-
quía, Ucrania y Uzbekistán.
Monto de la deuda externa pública en 1970: 3000 millones
de USD.
Monto de la deuda externa pública en 2004: 310 000 millo-
nes de USD.

274
Capítulo 13
El Banco Mundial había previsto
la crisis de la deuda

Desde 1960, el Banco Mundial presentía el peligro de estallido


de una crisis de la deuda por la incapacidad de los principales
países endeudados para cumplir con los reembolsos crecientes.
Las señales de alerta se multiplicaron en el curso de los años
sesenta, hasta el shock petrolero de 1973. Tanto los directivos
del Banco Mundial como los banqueros privados, la Comisión
Pearson y el Tribunal de Cuentas de Estados Unidos (General
Accounting Office, GAO) publicaron informes que destacaban
el peligro de crisis. A partir del aumento del precio del petró-
leo en 1973 y del reciclado de los petrodólares por los grandes
bancos privados de los países industrializados, el tono cambió
radicalmente. El Banco Mundial dejó de hablar de crisis, a pesar
de que el ritmo de endeudamiento se aceleraba. Entró en com-
petencia con la banca privada concediendo el mayor número de
préstamos en el menor tiempo posible. Hasta el estallido de la
crisis de 1982, empleaba un doble discurso. Uno dirigido al pú-
blico y a los países endeudados, diciendo que no había motivos
para inquietarse excesivamente, que si surgían problemas estos
serían de corta duración. Era el discurso de los documentos
oficiales públicos. El otro lo mantenía a puerta cerrada. En un
memorándum interno, se puede leer que si los bancos percibían
que el riesgo aumentaba, debían reducir los préstamos porque
“una gran cantidad de países podrían verse en situaciones extre-
madamente difíciles” (29 de octubre de 1979).330

330. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 599.

275
A partir de 1960, no faltaron las señales de alarma
Desde dicho año, Dragoslav Avramović y Ravi Gulhati, dos eco-
nomistas eminentes del Banco Mundial,331 elaboraron un in-
forme que señalaba claramente el peligro de ver que los PED
alcanzaban un nivel insostenible de endeudamiento, debido a
las sombrías perspectivas sobre los ingresos por exportaciones:
Se prevé que en los próximos años los reembolsos de la deuda
aumentarán en muchos países grandes endeudados, la mayor
parte de los cuales ya pagaban un importe muy alto por el ser-
vicio de la deuda. [...] En ciertos casos, la incertidumbre sobre
las perspectivas de exportaciones y un gravoso servicio de la
deuda constituyen un serio obstáculo para nuevos préstamos
importantes.332
Solo era el comienzo de una larga serie de advertencias que
aparecieron en diferentes documentos sucesivos del Banco Mun-
dial hasta 1973. En el informe anual del Banco de 1963-1964,
se lee en la página 8: “La gravosa carga de la deuda que pesa
sobre un número creciente de países miembros constituye una
preocupación permanente para el grupo del Banco Mundial.
[...] Los directores ejecutivos han decidido que el Banco podría
modificar ciertas condiciones de los préstamos para aliviar el
servicio de la deuda en los casos apropiados”.333

331. El yugoslavo Dragoslav Avramović era economista jefe del Banco Mundial en
1963-1964. Treinta años más tarde, fue nombrado gobernador del Banco Central
yugoslavo (1994-1996) en la época del gobierno de Miroslav Milosevic.
332. Dragoslav Avramović y Ravi Gulhatti (1960). Debt Servicing Problems of Low-Income
Countries, Johns Hopkins Press for the IBRD, Baltimore, pp. 56 y 59.
333. Banco Mundial, Annual Report 1963-1964, p. 8.

276
El 20º informe anual, publicado en 1965,
desarrolla ampliamente el tema de la deuda
El informe destaca que las exportaciones de productos agrícolas
crecían con más rapidez que la demanda de los países industria-
lizados, lo que causaba la caída de los precios:334
El crecimiento de la oferta de las materias primas agrícolas
destinadas a la exportación ha tenido una tendencia a ser más
rápido que el crecimiento de la demanda de los países industria-
lizados. En consecuencia, los países en desarrollo han visto una
caída importante de los precios de sus exportaciones agrícolas
entre 1957 y 1962.
Por ejemplo, mientras que las exportaciones de café aumentaron
un 25 % en volumen entre 1957 y 1962, los ingresos debidos a
dichas ventas bajaron un 25 %.335 Igualmente, hubo una reduc-
ción de los precios del cacao y el azúcar. El informe muestra que
las exportaciones de los PED eran, en esencia, materias primas
cuya demanda por los países del Norte evolucionaba con len-
titud e irregularmente. Los precios de las materias primas ba-
jaban.336 El informe señala que los flujos financieros hacia los
PED eran insuficientes tanto en préstamos y donaciones como
en inversiones, porque lo que retornaba en forma de pago de la
deuda y repatriación de beneficios de las inversiones extranjeras
era excesivo.
El informe revela también que la deuda aumentó a un ritmo
anual del 15 % entre 1955 y 1962, que luego se aceleró, llegando
al 17 % entre 1962 y 1964. Once países concentraban un poco
más del 50 % de la deuda. Todos ellos eran grandes clientes del
Banco (India, Brasil, Argentina, México, Egipto, Pakistán, Tur-
quía, Yugoslavia, Israel, Chile, Colombia).

334. Banco Mundial. Annual Report 1965, p. 54.


335. Ibídem, p. 55.
336. Señalemos que durante ese tiempo, el Banco Mundial dirigió sus préstamos
hacia los cultivos de exportación y las actividades exportadoras de materias primas.

277
El ritmo de crecimiento de la deuda externa pública de los
PED era muy alto. Entre 1955 y 1963, la deuda aumentó un
300 %, pasando de 9000 a 28 000 millones de dólares. Entre
1963 y 1964, o sea, en un solo año, la deuda aumentó un 22 %,
llegando a los 33 000 millones de dólares. El volumen del ser-
vicio de la deuda se multiplicó por 4 durante el mismo período
(1955-1964).
En 1955, el servicio de la deuda representaba el 4 % de los
ingresos por exportaciones. En 1964, el porcentaje se triplicó
(12 %). ¡Y en el caso de ciertos países llegó a representar cerca
del 25 %!
El informe subrayaba la necesidad de definir correctamente
las condiciones con las que el Banco Mundial y los otros acree-
dores concedían los préstamos. ¿Cuál era el razonamiento?:
Cuánto más exigentes sean los términos (las condiciones), más
elevados serán los pagos. Y cuánto más elevados sean los pagos,
mayor será el monto (el volumen) de la ayuda. Por consiguiente,
la rigidez o la flexibilidad de las condiciones es tan importante
como la suma (el volumen) de la ayuda. Dos factores clave deter-
minan la rigidez o la flexibilidad: a) la parte de las donaciones, b)
el nivel del tipo de interés y el plazo de los reembolsos.
Asimismo, el informe muestra que la parte de las donacio-
nes descendió (principalmente por parte de Estados Unidos).
Los tipos de interés bajaron un poco y los plazos de reintegro
se alargaron. En resumen, por una parte se aumentó la rigidez
y por otra se la redujo un poco. Señalemos que la URSS pres-
taba a un tipo de interés netamente inferior que la fijada por el
“Oeste”.337 Gran Bretaña anunció que en el futuro iba a prestar
a interés cero a los países más pobres. Canadá iba en la misma
línea. El informe abogaba por una flexibilización de los términos
de los préstamos.
En los 19 informes que precedieron a este, no se encuentra
ningún análisis de este tipo. ¿Cómo se explica el tono particular
y el contenido original de este informe?

337. Ibídem, p. 61.

278
De hecho, fue escrito bajo la presión de los acontecimien-
tos. Numerosos países del Tercer Mundo se habían organizado
en el seno del movimiento de los no alineados. Eran mayoría
en la Asamblea de las Naciones Unidas y lograron en 1964 la
creación de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Co-
mercio y el Desarrollo (CNUCYD, con más frecuencia se utiliza
UNCTAD, por sus siglas en inglés), que es la única institución
onusiana dirigida por representantes de los PED.338 Estos criti-
caban con firmeza la actitud de los países más industrializados.
El propio Banco Mundial contaba por entonces con 102 países
miembros, o sea, con la mayoría de los países del Tercer Mundo.
La dirección del Banco se vio obligada a tener en cuenta, en sus
análisis, las recriminaciones del Sur.
El 21º informe anual, publicado en 1966, volvió sobre el tema
de los préstamos, recomendaba su flexibilización y señalaba que
se estaba en una lógica de aumento permanente de la deuda:
Mientras que la carga creciente de la deuda de los países en de-
sarrollo destaca la necesidad de que las condiciones de los cré-
ditos sean más flexibles, [...] las condiciones medias de la ayuda
bilateral podrían ser mucho menos favorables [...] No obstante,
un nivel más alto de la ayuda en condiciones inadecuadas po-
dría hacer aún más difícil el problema de la deuda externa. Si
la ayuda no se ofrece en condiciones más ventajosas, su volumen
bruto tendrá que aumentar permanentemente y de un modo considerable
a fin de mantener una transferencia real de recursos.339
Por lo tanto, podemos considerar que el Banco Mundial
había detectado el peligro persistente del estallido de una crisis
de la deuda debido a la incapacidad de mantener los reembolsos
crecientes. Las soluciones propuestas por el Banco, como vimos

338. Para una presentación sintética de la creación de la CNUCYD y su posterior evo-


lución, véase Eric Toussaint (2004). Las finanzas contra los pueblos..., ed. cit., pp. 107-109;
véase también VV.AA. (2005). ONU. Droits pour tous ou la loi du plus fort?, CETIM, Gi-
nebra, pp. 207-219; y Jean-Philippe Thérien (1966). Une voix du Sud: Le discours de la
Cnuced, L’Harmattan, París. Banco Mundial, Annual Report 1966, p. 45.
339. Banco Mundial, Annual Report 1966, p. 45.

279
en las citas precedentes, consistían en aumentar el volumen de
los préstamos, proponiendo a la vez condiciones más favora-
bles: disminución del tipo de interés y un período de reembolso
más largo. De hecho, el Banco no percibía el problema más que
en términos de flujos: para que los países endeudados pudieran
pagar había que aumentar los montos prestados, aliviando las
condiciones del reembolso. Manifiestamente, estamos ante un
círculo vicioso, en el que las nuevas deudas sirven para amortizar
las anteriores, tanto en el aspecto lógico como en la realidad.
En los informes mencionados, el Banco expresaba su con-
fianza en el aumento de los flujos de capitales privados (inver-
siones y préstamos) hacia los PED. El aumento de los préstamos
privados se consideraba un objetivo a alcanzar. Ese incremento
permitiría reducir la espera con relación a la financiación públi-
ca, según el citado informe.
El 20º informe anual, publicado en 1965, dice: “El grupo del
Banco Mundial y otros organismos internacionales despliegan
unos esfuerzos considerables para alentar y ampliar los flujos de
capitales privados hacia los países menos desarrollados. No hay
ninguna duda de que se puede esperar un aumento de estos flu-
jos [...] acelerando así la vía de desarrollo y reduciendo la espera
con relación a la financiación pública”.340
En el informe de 1966 se indica la necesidad de liberar los mo-
vimientos internacionales de capitales: “Se puede esperar que
será posible establecer condiciones que permitan un movimien-
to más libre de capitales privados en el mercado mundial”.341

340. Banco Mundial, Annual Report 1965, p. 62


341. La situación es paradójica: mientras el Banco argumentaba a favor de un mo-
vimiento más libre de capitales entre los PED y los países desarrollados, Washington,
por su parte, establecía en 1963 fuertes restricciones a la salida de capitales de Es-
tados Unidos. Estas restricciones aceleraron el desarrollo en Europa del mercado de
eurodólares, que se reciclaban en préstamos a los PED. Ver Eric Toussaint (2004). Las
finanzas contra los pueblos..., ed. cit., p. 167; y Philippe Norel y Eric Saint-Alary (1992).
L’Endettement du tiers monde, Alternatives économiques, Syros, París, pp. 41 y ss.

280
Y, hay que destacarlo, después de una larga argumentación
sobre las dificultades del reembolso de la deuda, el Banco de-
clara que no es necesario disminuir el recurso al empréstito:
“Sin embargo, nada de eso debe interpretarse como una con-
clusión de que los países en desarrollo no podrían permitirse, o
incluso deberían evitarlo, algún aumento de sus obligaciones de
reembolso”.342

Una crisis varias veces anunciada


La constitución de la Comisión Pearson, así llamada por el
nombre del primer ministro canadiense designado en 1968 a la
cabeza de dicha comisión por Robert McNamara, nuevo presi-
dente del Banco Mundial, se inscribía en los esfuerzos desple-
gados por los dirigentes estadounidenses para hacer frente al
creciente endeudamiento y a las reivindicaciones de los países
del Sur. Partners in Development (Socios para el desarrollo), un
informe de la Comisión publicado en 1969, predice que el peso
de la deuda aumentará hasta llegar a una situación de crisis en
la década siguiente. El porcentaje de nuevos préstamos brutos
destinados a asegurar el servicio de la deuda alcanzó el 87 % en
Latinoamérica en 1965-1967.
Nelson Rockfeller, hermano del presidente del Chase Manhattan
Bank, explicaba en un informe al presidente de Estados Unidos,
a propósito de los problemas a los que tendría que hacer frente
Latinoamérica:
El considerable nivel de las sumas prestadas a ciertos países
del hemisferio occidental, a fin de mantener el desarrollo, es tal
que el pago de los intereses y la amortización absorbe una gran
parte de los ingresos por exportaciones. [...] Muchos países se
ven obligados, en efecto, a contratar nuevos préstamos para
disponer de las divisas necesarias para pagar el interés más la

342. Banco Mundial, Annual Report 1966, p. 45.

281
amortización de préstamos anteriores, y eso con tipos de interés
más altos.343
Por su parte, el General Accounting Office (GAO, equivalente
en Estados Unidos al Tribunal de Cuentas) remitió al gobierno
un informe también alarmante:
Muchas naciones pobres alcanzaron ya un nivel de endeuda-
miento que supera sus posibilidades de pago. [...] Estados
Unidos continúa acordando más préstamos a los países subde-
sarrollados que cualquier otro país u organismo, y tiene también
la tasa más alta de impagos. La tendencia de que los préstamos
sean reembolsables en dólares no es una garantía de que se pa-
guen esos fondos.344
Algún tiempo después, en 1970, Rudolph Petersen, presiden-
te del Bank of America, en un informe al presidente de Estados
Unidos activó la alarma:
El peso de la deuda en muchos países en desarrollo constituye
en este momento un problema urgente. A pesar de que hace
diez años ya se había anunciado, no se había tenido en cuenta.
Las razones son múltiples, pero, en cualquier caso, en algunos
países, los futuros ingresos por exportación están hipotecados
en tal grado, que comprometerá la continuación de las impor-
taciones, de las inversiones y del desarrollo.345
Resumiendo, las diferentes fuentes influyentes de Estados Uni-
dos, todas relacionadas entre sí, consideraban, desde finales de
los años sesenta, que podía estallar una crisis de la deuda unos
años más tarde.

343. Nelson Rockefeller (1969). Report on the Americas, Quadrangle Books, Chicago,
p. 87, citado por Cheryl Payer, ob. cit., p. 58.
344. General Accounting Office, citado por Cheryl Payer, ob. cit., p. 69.
345. Task Force on International Development (1970). U.S. Foreign Assistance in
the 1970s: a new approach, Report to the President, Government Printing Office,
Washington, p. 10. Robert S. McNamara (1973). Cien países. Dos mil millones de seres,
Tecnos, Madrid, p. 94.

282
A pesar de la conciencia del peligro...
También Robert McNamara, por su parte, consideraba que
el ritmo de crecimiento del endeudamiento del Tercer Mundo
constituía un problema:
A finales de 1972, la deuda se elevaba a 75 000 millones de dó-
lares y el servicio anual de la misma superaba los 7000 millones
de dólares. El servicio de la deuda aumentó el 18 % en 1970 y
el 20 % en 1971. El porcentaje medio de aumento de la deuda
desde la década de los años sesenta representa casi el doble
del porcentaje de crecimiento de los ingresos por exportaciones,
con los que el país endeudado debe asegurar ese servicio de la
deuda. Esa situación no puede continuar indefinidamente.346

... a partir de 1973, el Banco Mundial


continuó con el aumento de las deudas
en competencia con los bancos privados
A pesar de esto, el Banco que McNamara presidía mantuvo la
presión sobre los países de la Periferia para que incrementaran su
endeudamiento.
A partir de 1973, el aumento del precio del petróleo y de otras
materias primas provocó la huida hacia adelante con un mayor
endeudamiento. En las publicaciones del Banco Mundial, del FMI
y de los banqueros había cada vez menos pronósticos pesimistas
en cuanto a las dificultades de reembolso a las que podrían tener
que hacer frente los PED.
Consideremos el caso del FMI. Se puede leer en su informe
anual de 1975 un mensaje totalmente sereno:
La inversión de los excedentes de los países exportadores de pe-
tróleo en los mercados financieros nacionales e internacionales,
combinado con la expansión de la financiación internacional

346. Robert S. McNamara, ob. cit., p. 94.

283
(en forma de préstamos bilaterales y multilaterales), constituyó
una forma satisfactoria de transferencia de fondos, para paliar
el déficit de la balanza de cuenta corriente de los países impor-
tadores de petróleo.347
Destaquemos que ese diagnóstico difiere absolutamente del
que se sostendría después del estallido de la crisis. Cuando esta
se produjo, en 1982, el FMI hizo responsables del mismo a los
shocks petroleros de 1973 y 1979. Pero lo que se puede deducir
del informe de 1975 antes citado es que, para el FMI, el recicla-
do de los petrodólares, combinado con los préstamos públicos,
había resuelto ampliamente los problemas de los países impor-
tadores de petróleo.
¿Cómo se explica la voluntad del Banco Mundial de estimu-
lar el aumento del endeudamiento en los años setenta?
El Banco Mundial quería a toda costa aumentar su influen-
cia sobre el mayor número posible de países que se situaran
claramente en el campo capitalista, o que al menos mantuvie-
ran (Yugoslavia) o tomaran (Rumanía) distancia con la URSS.348
Para conservar o aumentar esta influencia necesitaba reforzar el
efecto de palanca aumentando sin cesar las sumas prestadas.
Pero también los bancos privados trataban de aumentar sus
préstamos, y a unos tipos de interés que podían ser inferiores
a los del Banco Mundial.349 Este se había lanzado a la pesca de
proyectos que pudieran ser motivo de préstamos. Entre 1978 y
1981, las sumas prestadas por el Banco aumentaron el 100 %.
Robert McNamara mostraba una gran confianza en la segun-
da mitad de los años setenta. En 1977 declaró en su alocución
presidencial anual: “Los principales bancos y los principales

347. FMI, International Monetary Fund, Annual Report 1975, p. 3.


348. En ese escenario, el Banco Mundial hizo un gran esfuerzo para convencer a
China de que entrara en el mismo (perjudicando a las autoridades de Taiwán, que
entre 1949 y 1979 habían ocupado el sitio de China en el Banco). El retorno de China
popular al Banco tuvo lugar al final de la presidencia de McNamara.
349. En 1976-1977-1978, los bancos comerciales prestaban a Brasil a una tasa
media del 7,4 %, mientras que el Banco Mundial lo hacía al 8,7 % (Kapur, Lewis y
Webb, ob. cit., vol. 1, p. 281, y tabla 15.5, p. 983).

284
prestatarios actúan sobre la base de previsiones que concuer-
dan”, y concluía: “Estamos incluso más confiados hoy que hace
un año: el problema de la deuda es gestionable”.350
Algunos grandes banqueros privados también hicieron gala
de una gran serenidad.351 El Citibank manifestaba en 1980:
Después de la Segunda Guerra Mundial, la cesación de pagos por
los países subdesarrollados, cuando se producían, no ocasiona-
ban pérdidas importantes a los bancos prestamistas. Una cesa-
ción de pago generalmente era seguida de un acuerdo entre el
gobierno del país endeudado y sus acreedores extranjeros, en tér-
minos de reestructuración de la deuda. [...] En la medida en que
el tipo de interés y los diferenciales son por lo general revisados al
alza cuando se reestructura un préstamo, el valor del descuento
es a menudo superior al valor del crédito original.352
Esta declaración debe ser tomada con la mayor precaución
en cuanto a las motivaciones de su autor. En efecto, el Citibank,
uno de los bancos más activos en los años setenta, dados sus
préstamos al Tercer Mundo, barruntaba que el viento estaba
por cambiar. En el momento en que se escribían esas líneas, ya
estaba preparando su retirada y casi no concedió ningún nuevo
préstamo.
El texto iba dirigido a los banqueros más pequeños, espe-
cialmente a los bancos locales de Estados Unidos, los Saving and
Loans, a los que firmas como el Citibank trataban de tranquilizar,

350. Citado en Nicholas Stern y Francisco Ferreira, “The World Bank as ‘intelectual
actor’”, en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 2, p. 558.
351. A medio término, no se equivocaban. La visión expresada en la cita se confirmó
en los años ochenta: las suspensiones de pagos de la deuda fueron de corta duración,
la reestructuración de los pagos se concertaron entre los grandes bancos estadouni-
denses y los gobiernos de los países latinoamericanos con el apoyo del Banco Mun-
dial y del FMI. Como afirmara el Citibank, “los tipos de interés y los diferenciales por
lo general son revisados al alza cuando se reestructura un préstamo”. Exactamente
eso es lo que pasó. Como se señala en los dos capítulos siguientes, los grandes ban-
queros habían realizado enormes beneficios a costa de los países endeudados.
352. Global Finance Intermediation and Policy Analysis (Citibank, 1980), citado en
“Why the Major Players Allowed it to happen”, International Currency Review, mayo de
1984, citado por Cheryl Payer, ob. cit., p. 72.

285
para que fueran ellos los que acordaran los nuevos préstamos.
Una de las prioridades del Citibank era que el dinero que los Sa-
ving and Loans continuaban enviando a los países del Sur permi-
tiera el reembolso a los grandes banqueros. En otras palabras,
para que los países endeudados pudieran proseguir los reem-
bolsos a los grandes bancos, era necesario que existieran otros
prestamistas. Estos podían ser privados (bancos pequeños o
medianos, menos informados que los grandes, o desinformados
por estos) o públicos (el Banco Mundial, el FMI, las agencias
públicas de créditos a la exportación, los gobiernos...). Era ne-
cesario que hubiera prestamistas en última instancia, para que
los grandes bancos fueran íntegramente reembolsados. En ese
aspecto, si instituciones como el Banco Mundial y el FMI difun-
dían palabras tranquilizadoras mientras la crisis se incubaba, se
hacían cómplices de los grandes bancos, que buscaban salvarse
de esa manera. Los pequeños bancos, que continuaron prestan-
do capitales a los PED, se vieron abocados a la quiebra después
del estallido de la crisis de 1982, y el coste de su rescate fue asu-
mido por el Tesoro de Estados Unidos, es decir, en realidad, por
los contribuyentes estadounidenses.

El giro de 1979-1981
El segundo shock petrolero, en 1979 (a continuación de la revo-
lución iraní) se añadió a una reducción de los precios de otras
materias primas.
A partir de finales de 1979, el coste de la deuda había doble-
mente aumentado por la fuerte alza de los tipos de interés y por
la apreciación del dólar. Las tentativas del Sur de relanzar las
negociaciones sobre un nuevo orden internacional fracasaron:
el diálogo Norte-Sur de Cancún en 1981 no condujo a ninguna
parte. Por lo demás, la austeridad fiscal, exigida a los países del
Sur, no fue aplicada en Estados Unido (reducción de impuestos,
aumento de gastos militares, aumento del consumo).

286
El cambio generalizado hacia lo que el Banco Mundial lla-
maría “ajuste estructural” fue anunciado en el discurso pro-
nunciado por McNamara en la conferencia de la UNCTAD
(CNUCYD) de Manila, en mayo de 1979.

El doble discurso del Banco Mundial


Hasta el estallido de la crisis en 1982, el Banco Mundial tuvo
un doble discurso. Uno, destinado al público y a los países en-
deudados, decía que no había que inquietarse demasiado y que
si surgían problemas, estos serían de corta duración. Era el dis-
curso empleado en los documentos oficiales. El segundo era el
utilizado a puerta cerrada y en las discusiones internas.
En octubre de 1978, un vicepresidente del Banco Mun-
dial, Peter Cargill, responsable de finanzas, dirigió al presidente
McNamara un memorando titulado “Grado de riesgo en los ac-
tivos del Banco Mundial” (Riskness in IBRD’s loans portfolio). En ese
texto, Cargill urgía a McNamara y al conjunto del Banco Mundial
a prestar mucha más atención a la solvencia de los países en-
deudados.353 Según Cargill, el número de países endeudados que
arrastraban atrasos de pagos con el Banco Mundial o/y que bus-
caban una renegociación de su deuda multilateral ¡había pasado
de tres a dieciocho entre 1974 y 19781! Por su parte, McNamara
manifestó su preocupación en muchas oportunidades, pero den-
tro del propio Banco, especialmente en un memorando interno
con fecha de septiembre de 1979. En otro memorando, también
interno, se puede leer que si los bancos perciben que los riesgos
aumentan, reducirán sus préstamos y “podríamos ver que una
gran cantidad de países se encontrarían en situaciones extrema-
damente difíciles” (29 de octubre de 1979).354
El Informe sobre el desarrollo en el mundo, publicado por el Banco
Mundial en 1980, presenta un futuro optimista, previendo que

353. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 598.


354. Ibídem, p. 599.

287
los tipos de interés real se estabilizarían en un nivel muy bajo, del
1 %. Era totalmente irreal. La evolución real lo ha demostrado.
Lo edificante es saber, gracias a los historiadores del Banco Mun-
dial, que en la primera versión, no publicada, del informe figu-
raba una segunda hipótesis basada en un tipo de interés real del
3 %. Esa proyección mostraba que la situación sería en un futuro
insostenible para los países endeudados. McNamara logró que
se retirara ese negro dato de la versión definitiva.355 En el informe
sobre el desarrollo en el mundo de 1981 se puede leer: “Parece
muy probable que los prestatarios y los prestamistas se adapta-
rán a las condiciones cambiantes sin precipitar una crisis general
de confianza”.356
El mandato de McNamara a la presidencia del Banco Mun-
dial terminó en junio de 1981, un año antes de que la crisis se
desencadenara ante los ojos de todo el mundo. El presidente
Ronald Reagan lo reemplazó por Alden William Clausen, pre-
sidente del Bank of America, uno de los principales acreedores
privados de los PED. Se puso un zorro a cuidar el gallinero…

355. Este guion, aunque muy parecido a lo que realmente ocurrió, era de todos
modos demasiado optimista.
356. Citado en Nicholas Stern y Francisco Ferreira, ob. cit., en Kapur, Lewis y Webb,
ob. cit., vol. 2, p. 559.

288
Capítulo 14
La crisis de la deuda mexicana
y el Banco Mundial

El presidente mexicano Luis Echeverría (1970-1976) se enten-


día muy bien con Robert McNamara. A partir de 1973, los
ingresos en divisas de México crecieron rápidamente gracias a
la triplicación del precio del petróleo. Ese aumento de ingresos
tendría que haber puesto al país al abrigo de la necesidad de
endeudamiento. Sin embargo, el volumen de los préstamos del
Banco Mundial a México experimentó un gran aumento: se
multiplicó por cuatro entre 1973 y 1981 (pasó de 118 millo-
nes de dólares en 1973 a 460 millones en 1981). El país se
endeudó también con bancos privados, con el aval del Banco
Mundial. El volumen de esos préstamos se multiplicó por seis
en el mismo período, dominando ampliamente los bancos es-
tadounidenses, seguidos por los bancos británicos, japoneses,
alemanes, franceses, canadienses y suizos. Las sumas prestadas
por los bancos privados fueron más de diez veces superiores a
los préstamos del Banco Mundial. Cuando estalló la crisis, en
1982, se contabilizaban ¡550 bancos privados acreedores de
México! Para el Banco Mundial, la clave era conservar la in-
fluencia sobre el gobierno mexicano mediante los préstamos.
Mientras la situación de las finanzas públicas, entre 1974 y
1976, se deterioraba gravemente, el Banco Mundial alentaba a
México a seguir endeudándose mientras las señales de alarma
se encendían. En ese contexto el presidente Echeverría empren-
dió una represión feroz contra la izquierda radical.

289
El Banco Mundial alentó a México
a endeudarse cada vez más, a pesar
de que las señales de crisis eran evidentes
El 3 de febrero de 1978, el Banco Mundial hacía la siguiente
previsión:
El gobierno mexicano obtendrá, casi con certeza, un importan-
te incremento de los recursos a su disposición a principios de
los años ochenta. Nuestras proyecciones más recientes mues-
tran que la balanza de pagos mostrará un excedente en cuenta
corriente en 1982, un amplio aumento de los ingresos por ex-
portaciones, principalmente gracias al petróleo, lo que debe-
ría facilitar el problema de la deuda externa y la gestión de las
finanzas públicas a comienzos de los años ochenta. El servicio
de la deuda externa, que representaba el 32,6 % de los ingre-
sos por exportaciones en 1976, aumentará progresivamente al
53,1 % en 1978, y a continuación se reducirá hasta el 49,4 % en
1980 y alrededor del 30 % en 1982.357
¡Todo lo contrario de lo que en realidad pasó! ¡Los hechos
contradijeron la totalidad del pronóstico!
En octubre de 1979, en el momento en que Paul Volcker,
director de la Reserva Federal de Estados Unidos, decretaba
un fuerte aumento de los tipos de interés, que conduciría de
manera inevitable a la crisis de la deuda, precisamente desen-
cadenada en México, el Banco Mundial se mostraba tranquiliza-
dor. El 19 de noviembre de 1979 expresaba: “Tanto el crecimiento
de la deuda pública externa de México como el aumento de la
ratio del servicio de la deuda, que en 1979 podrá llegar hasta
2/3 de sus exportaciones [...] sugieren que se trata de una si-
tuación muy crítica. Pero, de hecho, la realidad era exactamente lo
contrario”.358 Literalmente alucinante.
El mensaje emitido por el Banco Mundial consistía en decir
que aunque el contexto hiciera pensar que todo iba mal, no

357. Kapur, Lewis y Webb, 1997, ob. cit., vol. 1, p. 499.


358. Ídem.

290
había nada que temer, puesto que la situación real era exce-
lente y había que seguir endeudándose. ¿Qué diríamos de un
guardabarrera que animara a los peatones a cruzar las vías
mientras el semáforo rojo indicaba la llegada inminente de un
tren? ¿Qué haría la justicia si un comportamiento como ese
ocasionara la muerte de alguien?
Los banqueros privados del Norte aumentaron de manera
exponencial las sumas prestadas a los PED, comenzando por
México.

El Banco Mundial sabía


que la situación era alarmante
Uno de los economistas del Banco, encargado de seguir la si-
tuación, escribió un informe muy alarmante el 14 de agosto
de 1981. Explicaba que estaba en desacuerdo con la posición
optimista del gobierno mexicano y de su representante, Carlos
Salinas de Gortari, secretario de Programación y Presupues-
to.359 La jerarquía le provocó graves problemas, a tal punto
que más tarde inició un proceso judicial al Banco Mundial
(que ganó).360 En 1981, el Banco Mundial concedió a Méxi-
co un préstamo de 1100 millones de dólares (a pagar en va-
rios años): era de lejos el préstamo más grande que el Banco
concedía desde 1946. A principios de 1982, el Banco Mundial
afirmaba que el crecimiento anual del producto interior bruto

359. Carlos Salinas de Gortari llegó a la presidencia de México en 1988, después de


haber organizado un fraude electoral masivo para despojar de la victoria al candidato
progresista Cuauhtémoc Cárdenas. Dejó la presidencia en 1994, poco después de
haber firmado el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Ver el
capítulo siguiente.
360. La versión de los historiadores del Banco Mundial: “El economista (aún tra-
bajaba para el Banco) tenía una visión mucho más alarmante de las perspectivas
macroeconómicas mexicanas para 1981 y dio a conocer su análisis divergente en un
memorándum adjunto al dossier. Su carrera subsiguiente en el Banco se vio com-
prometida: después de unos años de acoso, fue rehabilitado después de una batalla
legal”. “Pieter Bottelier, entrevista a los autores, 19 de enero de 1993”, en Kapur,
Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 603.

291
mexicano, entre 1983 y 1985, llegaría al 8,1 %. El 19 de marzo
de 1982, seis meses antes de estallido de la crisis, el presidente
del Banco, Alden W. Clausen, envió la siguiente nota al presi-
dente de México, José López Portillo:361
La reunión que tuvimos en la ciudad de México con sus prin-
cipales consejeros ha reforzado mi confianza en los dirigentes
económicos de su país. Señor Presidente, usted puede estar or-
gulloso de las realizaciones de estos últimos cinco años. Pocos
países pueden hacer alarde de haber alcanzado tan altas tasas
de crecimiento o de haber creado tantos puestos de trabajo.
[...] Quiero felicitarlo por los muchos éxitos logrados. Como
dije en la reunión, la reciente regresión de la economía mexicana solo
puede ser temporal y nos sentiríamos felices de ayudarlos en el pro-
ceso de consolidación.362
Menos de un año antes, Alden W. Clausen era aún presiden-
te del Bank of America y este prestaba a pleno rendimiento a
México.
El 20 de agosto de 1982, después de haber reembolsado
sumas considerables en el curso de los primeros siete meses
del año, el gobierno mexicano declaró que el país no estaba
en condiciones de continuar los pagos, y decretó una morato-
ria (suspensión de pagos) de seis meses (de agosto de 1982 a
enero de 1983). Le quedaba una reserva de 180 millones de dó-
lares y debía desembolsar 300 millones el 23 de agosto. Había
prevenido al FMI, a principios de ese mes, que sus reservas de
divisas no llegaban más que a 180 millones de dólares. El FMI
se reunió a finales de agosto con la Reserva Federal, el Tesoro
de Estados Unidos, el Banco de Pagos Internacionales (BPI, BIS
por sus siglas en inglés) y el Banco de Inglaterra. El director del
FMI, Jacques de Larosière, comunicó a las autoridades mexica-
nas que el Fondo y el BPI estaban dispuestos a prestarles divisas
con una doble condición: que el dinero se destinara a pagar

361. José López Portillo fue presidente de México de 1977 a 1982.


362. “Letter of A. W. Clausen to His Excellency Jose Lopez Portillo, president, United
Mexican States, march 19, 1982”, en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 603.

292
a los bancos privados y que aplicaran medidas de choque de
ajuste estructural. México aceptó. Devaluó de forma drástica
su moneda, aumentó radicalmente los tipos de interés nacio-
nales, salvó de la quiebra a los bancos privados mexicanos na-
cionalizándolos y asumiendo sus deudas. Como contrapartida,
confiscó los 6000 millones de dólares que esos bancos tenían
en caja. El presidente, José López Portillo, presentó al pueblo
mexicano esa última medida como un acto nacionalista. Se
cuidó muy bien de aclarar que los 6000 millones de dólares
embargados servirían principalmente para reembolsar a los
bancos extranjeros.

Las causas de la crisis de la deuda mexicana


En realidad, ¿qué fue lo que provocó la crisis mexicana? ¿Fue
México el que tomó la iniciativa?
En términos generales, la explicación es clara: el aumento de
los tipos de interés decidido por Washington, la reducción de
los ingresos petroleros y el colosal sobreendeudamiento fueron
las causas estructurales. Los dos primeros factores constituyen
choques externos, y de ellos México no era responsable. El tercer
factor, el sobreendeudamiento, era el resultado de las opciones
de los dirigentes mexicanos, que fueron incitados a endeudar el
país con los banqueros privados y con el Banco Mundial.
Más allá de las causas estructurales, que son fundamenta-
les, el análisis de la concatenación de los hechos demuestra
que fueron los bancos privados de los países industrializados
los que provocaron la crisis, al reducir de manera drástica los
préstamos concedidos a México en 1982. Alertados por el
hecho de que el Tesoro público mexicano había utilizado casi
todas las divisas disponibles para pagar la deuda, considera-
ron que ya era tiempo de restringir los préstamos. Es así como
pusieron de rodillas a uno de los más grandes países endeuda-
dos. Viendo que México estaba confrontado al efecto combi-
nado del alza de los tipos de interés, que los beneficiaba, y de

293
la caída de los ingresos petroleros, prefirieron tomar la delan-
tera y se retiraron. Hecho agravante, los banqueros extranjeros
habían sido cómplices de las cúpulas mexicanas (dirigentes de
empresa y del partido-Estado, el Partido Revolucionario Insti-
tucional-PRI) que transferían con frenesí capitales al exterior
para colocarlos en sitio seguro. Se calcula que en 1981-1982,
no menos de 29 000 millones de dólares salieron de México en
forma de fuga de capitales.363 Después de haber precipitado la
crisis, los banqueros privados la aprovecharon de inmediato,
dejando que otros pagaran los platos rotos. He aquí la prueba
en algunas tablas.
Tabla 9. Préstamos de los bancos extranjeros
sin garantía del Estado mexicano y reembolsos
a dichos bancos (en millones de USD)
Préstamos de los bancos Reembolsos Transferencia neta
1978 931 860 71
1979 1565 1390 175
1980 2450 1450 1000
1981 3690 2090 1600
1982 590 2890 -2300
1983 0 1546 -1546
1984 2144 4630 -2486
1985 1115 3882 -2767
1986 1700 3490 -1790
1987 247 2453 -2206
Total 14 432 24 681 -10 249

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

La tabla 9 retoma la evolución de los préstamos de los ban-


cos privados extranjeros que no gozaban de la garantía del
Estado mexicano. Se comprueba que, después de un enor-
me aumento entre 1978 y 1981, los préstamos cayeron

363. Morgan Guaranty Trust of New York, World Financial Markets, marzo de 1986,
p. 15.

294
drásticamente en 1982. En cambio, ese año los reembolsos
no disminuyeron, sino aumentaron cerca de un 40 %. El año
siguiente, 1983, los préstamos bancarios se cortaron del todo.
Pero los pagos continuaron. La evolución de la transferen-
cia neta sobre la deuda, que fue positiva hasta 1981, resultó
muy negativa a partir de 1982. En total, entre 1978 y 1987, la
transferencia neta negativa representó más de 10 000 millones
de USD, en beneficio de los banqueros.
Tabla 10. Préstamos de los bancos extranjeros con garantía del
Estado mexicano y reembolsos a los bancos (en millones de USD)

Préstamos de los bancos Reembolsos Transferencia neta


1978 7235 5349 1886
1979 9465 8582 883
1980 7625 6706 919
1981 10 063 7226 2837
1982 8085 7260 825
1983 5284 7571 -2287
1984 3134 7654 -4520
1985 1878 6922 -5044
1986 198 5345 -5147
1987 4486 5170 -684
Total 57 453 67 785 -10 332

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

La tabla 10 muestra la evolución de los préstamos de los


bancos privados extranjeros que gozaban de la garantía del
Estado mexicano. Se verifica el crecimiento de los préstamos
entre 1978 y 1981. En 1982, los préstamos disminuyeron un
20 % mientras que los reembolsos no cesaron, al contrario, au-
mentaron. Los préstamos bancarios experimentaron entonces
una caída muy fuerte hasta 1986. En cambio, los reembolsos
por parte del Estado mexicano prosiguieron a un nivel muy
alto. La transferencia neta sobre la deuda pública con garantía
del Estado a los bancos extranjeros, que había sido positiva de

295
1978 a 1982, resultó fuertemente negativa a partir de 1983. En
total, entre 1978 y 1987, la transferencia neta negativa repre-
sentaba, también en este caso, más de 10 000 millones de USD
en beneficio de los banqueros. El volumen de las transferencias
negativas de las dos tablas llegaba a más de 20 000 millones
de USD. Los banqueros privados del Norte embolsaron gran-
des beneficios a costa de la población mexicana.
Tabla 11. Préstamos del Banco Mundial a México
y reembolsos de este al BM (en millones de USD)

Préstamos del Banco Mundial Reembolsos Transferencia neta

1978 167 184 -17


1979 326 220 106
1980 422 255 167
1981 460 283 177
1982 408 328 80
1983 360 399 -39
1984 682 485 197
1985 840 597 243
1986 1.016 819 197
1987 983 1072 -89
Total 5664 4642 1022

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

La tabla 11 muestra la evolución de los préstamos del Banco


Mundial a México. Se verifica un fuerte aumento de los présta-
mos de 1978 a 1981. Por entonces, el Banco se había lanzado a
una carrera desenfrenada compitiendo con los bancos privados
en el aumento de los préstamos. Se comprueba una reducción
moderada de estos en 1982 y 1983, seguida de un fuerte au-
mento a partir de 1984. El Banco se constituía en prestamista
de última instancia. Prestaba al Estado mexicano con la con-
dición de que este reembolsara a los banqueros privados, en

296
su mayoría estadounidenses. La transferencia neta se mantuvo
positiva pues México utilizó, efectivamente, los préstamos del
Banco Mundial para pagar a los bancos privados.
Tabla 12. Préstamos del FMI a México y reembolsos
de este al FMI (en millones de USD)

Préstamos del FMI Reembolsos Transferencia neta

1978 0 261 -361


1879 0 178 -178
1980 0 138 -138
1981 0 70 -70
1982 222 0 222
1983 1072 2 1046
1984 1234 115 1119
1985 300 202 98
1986 870 413 457
1987 786 650 136
Total 4484 2053 2431

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

La tabla 12 muestra la evolución de los préstamos del FMI a


las autoridades mexicanas. Los préstamos son inexistentes entre
1978 y 1981. En cambio, durante el mismo período México
reembolsó al FMI préstamos anteriores. A partir de 1982, el FMI
prestó masivamente a México con dos condiciones: este debía
1) utilizar el dinero para reembolsar a los bancos privados; 2)
aplicar una política de ajuste estructural (reducción de gastos
sociales y de infraestructura, un programa de privatizaciones,
aumento de los tipos de interés, aumento de los impuestos in-
directos...). La transferencia neta se mantuvo positiva porque
México utilizó, efectivamente, esos préstamos para pagar a los
bancos privados.

297
Tabla 13. Préstamos de los Estados del Norte a México
y reembolsos de este (en millones de USD)

Préstamos de los Estados Reembolsos Transferencia neta

1978 156 171 -15

1979 229 388 -159

1980 439 223 216

1981 578 286 292

1982 673 372 301

1983 539 481 58

1984 540 583 -43

1985 446 573 -127

1986 848 488 360

1987 700 377 323

Total 5148 3942 1206

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

La tabla 13 muestra la evolución de los préstamos concedi-


dos por los Estados de los países más industrializados. Al igual
que los banqueros privados y el Banco Mundial, los Estados del
Norte aumentaron fuertemente sus préstamos a México de 1978
a 1981. Después hicieron más o menos lo mismo que el Banco
Mundial y el FMI. Mientras los banqueros privados reducían sus
préstamos, los Estados acompañaron al FMI y al Banco prestan-
do a México, con el fin de que pagara a los banqueros privados y
aplicara el programa de ajuste estructural.

298
Tabla 14. Evolución de la deuda externa mexicana
de 1978 a 1987 (en millones de USD)

Stock total de la deuda Reembolsos Transferencia neta total

1978 35 712 7423 1512

1979 42 774 11 595 3123

1980 57 378 10 962 8757

1981 78 215 14 340 11 483

1982 86 081 15 684 -1799

1983 92 974 14 825 -15 804

1984 94 830 16 960 -12 144

1985 96 867 15 293 -10 932

1986 100 891 12 944 -6648

1987 109 471 12 087 -4227

Total 132 113 -26 179

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

La tabla 14 muestra la evolución de la deuda externa total


de México. Esta se multiplicó por 3 entre 1978 y 1987. En ese
lapso, el total de los reembolsos representó 3,5 veces el monto
de la deuda del año 1978. La transferencia neta negativa total
se elevaba a más de 26 000 millones de dólares
A partir de 1982, el pueblo mexicano se desangraba en benefi-
cio de los diferentes acreedores. En efecto, el FMI y el Banco Mun-
dial supieron hacerse reembolsar hasta el último céntimo lo que
habían prestado a México para pagar a los bancos privados. El
país se encontraba sometido implacablemente a la lógica del ajus-
te estructural. En un primer momento, el tratamiento de choque
impuesto en 1982 produjo una fuerte recesión, pérdidas masivas
de empleos y una dura caída del poder adquisitivo. Luego, las me-
didas estructurales se tradujeron en la privatización de centenares
de empresas públicas. La concentración de la riqueza y de una

299
gran parte del patrimonio en manos de algunos grandes grupos
industriales y financieros mexicanos y extranjeros fue colosal.364
Con una perspectiva histórica, se ve con claridad que el cami-
no hacia el sobreendeudamiento de los años sesenta y setenta,
el estallido de la crisis de 1982 y la gestión subsiguiente marca-
ron una ruptura radical y definitiva con las políticas progresistas
llevadas a cabo entre el comienzo de la revolución de 1910 y los
años cuarenta, bajo la presidencia de Lázaro Cárdenas. Desde
la revolución hasta los años cuarenta, las condiciones de vida
de la población mejoraron sensiblemente y México vivió un fuer-
te progreso desde el punto de vista económico. Además, adoptó
una política internacional independiente. Entre 1914 y 1946, no
pagó la deuda y, finalmente, obtuvo una victoria brillante sobre
los acreedores cuando estos aceptaron la renuncia al 90 % del
monto adeudado en 1914 y al pago de los intereses debidos.
Después de la crisis de 1982, México perdió el control de su
destino: era un objetivo histórico que Estados Unidos perseguía
desde el siglo xix.
En 1970, la deuda externa pública de México se elevaba a
3 330 millones de USD. En el año 2003, 33 años más tarde llegó
a ser de 109 400 millones de USD (la deuda externa pública y pri-
vada fue de 158 700 millones de USD). En ese intervalo de tiem-
po, los poderes públicos mexicanos pagaron 407 300 millones
de USD (122 veces la suma adeudada en 1970). La transferencia
neta negativa en el período 1970-2003 se elevó a 70 000 millo-
nes de USD. En los 21 años que van de 1983 a 2003, solo en
dos de ellos (1990 y 1995) hubo una transferencia neta positiva
sobre la deuda externa pública.
En 2004, la deuda pública externa mexicana se elevaba a
112 580 millones de USD. Dieciséis años más tarde, en 2019,
era 2,7 veces más alta y alcanzó los 307 760 millones de USD

364. Analicé los efectos de las políticas de ajuste estructural en México en la primera
edición, 1998, de La finance contre les peuples..., ed. cit., cap. 15, estudio del caso 2,
“Mexico: endettement extérieur et crise politico-sociale”, pp. 270-277.

300
(la deuda externa pública y privada llegó a 469 700 millones de
USD). En ese mismo período, los poderes públicos mexicanos pa-
garon 442. 810 millones de USD (o sea, 4 veces la suma debida
en 2004). La transferencia neta positiva en el período 2004-2019
fue de 51 500 millones de USD. Entre 2004 y 2019, es decir en
16 años, en dos períodos de tres años hubo una transferencia neta
negativa en la deuda externa pública (2004-2006 y 2017-2019). El
hecho de que la transferencia neta sea negativa durante los últi-
mos tres años se enmarca en la nueva crisis de la deuda en los
países del Sur, en curso desde 2015 y agravada por la pandemia
de la Covid-19.
Algún día no lejano, sin duda, el pueblo mexicano sabrá recon-
quistar la libertad de determinar su destino.

301
Capítulo 15
Banco Mundial y FMI:
al servicio de los acreedores

En julio de 1981, Alden W Clausen, presidente del Bank of Ame-


rica, llegó a la cúspide del Banco Mundial. El Bank of America
es uno de los grandes bancos estadounidenses muy expuestos al
riesgo de suspensión de pagos de los PED. Al poner a Clausen
al frente del Banco Mundial, Ronald Reagan enviaba un claro
mensaje a los bancos de Estados Unidos (y a otros bancos pri-
vados del mundo): sus intereses se tendrían debidamente en
cuenta.
Los bancos estadounidenses eran los más expuestos a ese
riesgo, en comparación con los europeos y japoneses, ya que, en
proporción, eran los que más prestaban. La crisis de 1982 afec-
tó sobre todo a Latinoamérica, territorio de caza privilegiado de
los bancos estadounidenses. Los préstamos eran, con respecto
a su capital, enormes e imprudentes. En conjunto, los bancos de
Estados Unidos habían prestado una suma que representaba el
152 % de sus capitales propios. Entre ellos, los quince bancos
más importantes habían prestado el equivalente al 160 % de
su capital. Los nueve primeros, entre ellos el Bank of America,
habían comprometido el equivalente del 229 % de su capital.
Cuando México, en agosto de 1982, anunció que no esta-
ba en condiciones de continuar pagando, los grandes tesoreros
públicos se reunieron para rescatar el capital invertido por los
bancos privados. El cuarteto reunido para poner a punto una
estrategia estaba compuesto por Jacques de Larosière, director
general del FMI, Paul Volcker, presidente de la Reserva Fede-
ral de Estados Unidos, Gordon Richardson, directivo del Banco
de Inglaterra, y Fritz Lentwiler, presidente del Banco de Pagos
Internacionales (BPI). El presidente del Banco Mundial no fue
invitado a las primeras reuniones.

302
La estrategia adoptada se puede resumir de la siguiente
manera:
− La crisis de la deuda debe ser tratada como resultante de
un problema de liquidez de corta duración que deben re-
solver el FMI y los grandes Bancos Centrales;
− la prioridad debe darse a las deudas de los tres países más
endeudados: Brasil, México y Argentina;
− las deudas privadas se deben convertir en deuda pública
de los países endeudados;
− los acreedores deben actuar colectivamente mientras que
los países endeudados, tratados de forma individual, deben
ser puestos en la imposibilidad de presentar un frente
común (dividir para reinar);
− los países endeudados tienen que mantener a cualquier
precio el pago de los intereses de la deuda;
− los acreedores no concederán una anulación o reducción
del tipo de interés, solo pueden admitir la reestructura-
ción de los pagos;
− los bancos privados solo acordarán nuevos préstamos con la
condición de que los países endeudados implicados se com-
prometan a aplicar políticas de austeridad en el marco de un
acuerdo con el FMI.
Esa estrategia se mantuvo, aproximadamente, a lo largo
de los años ochenta, pero fue corregida para tener en cuenta
la amplitud de la crisis y el comportamiento de los bancos
privados. Estos, contrariamente a lo establecido en el último
punto, suspendieron casi todos los préstamos, limitándose
a recoger los pagos, ¡lo que hizo abultar sus beneficios! Los
beneficios que el Citibank obtuvo de Brasil en 1983 y 1984
representaban el 20 % de sus beneficios totales. Según Karin
Lissakers (que más tarde sería directora ejecutiva por Esta-
dos Unidos del FMI), los dividendos repartidos por los prin-
cipales bancos estadounidenses en 1984 eran el doble que

303
en 1980.365 En realidad, el FMI y los tesoreros públicos antes
mencionados, a los que se sumó enseguida el Banco Mundial,
al adoptar una estrategia dura con los países endeudados,
con el fin de proteger a los bancos privados, se comportaron
como auténticos representantes de las grandes finanzas pri-
vadas internacionales o, en otras palabras, del gran capital
internacional. Se convirtieron en ujieres de justicia al servicio
de la banca privada.
La propia Karin Lissakers dijo: “El FMI era, en cierta manera,
el encargado de la comunidad de acreedores que presionaba a
los deudores para evitar la interrupción de los pagos”.
Jacques Polak, quien fue director de investigaciones en el FMI
y luego director ejecutivo por los Países Bajos en ese organismo,
refiriéndose a la estrategia antes descrita, escribió:
En la segunda mitad de los años ochenta, los bancos comer-
ciales empezaron a explotar ese punto de vista. No temiendo
ya resultar víctimas de una crisis generalizada de la deuda, co-
menzaron a ser conscientes de que podría resultarles beneficio-
so bloquear el acceso de un país a los créditos del FMI (y a
otros vinculados a un acuerdo con el FMI). El Fondo comenzó
entonces a ser utilizado por los bancos comerciales para cobrar
sus deudas.366
Las palabras referentes al FMI pueden hacerse extensivas al
Banco Mundial, que se comportó exactamente de la misma
manera.
Los bancos de Estados Unidos salieron bien parados de la
situación. Los europeos también: en efecto, obtuvieron fuertes
reducciones impositivas realizando grandes provisiones para
amortizar las pérdidas eventuales de sus créditos. Por lo demás,
los bancos europeos y japoneses se beneficiaron con la depre-
ciación del dólar, que disminuía en sus carteras el peso de sus
créditos en esa divisa en los países endeudados.

365. Karin Lissakers (1991). Banks, Borrowers and the Establishment: A Revisionist Account
of the International Debt Crisis, Basic Books, Nueva York, p. 194.
366. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, nota132, p. 636.

304
Las autoridades de los países endeudados tomaron a cargo
del erario público (y, por lo tanto, a cargo de los ciudadanos) las
deudas externas de las empresas privadas de sus países. En el caso
paradigmático de Argentina, las filiales de las multinacionales en-
deudadas con su casa matriz lograron que sus deudas ¡fueran pa-
gadas por el Tesoro público argentino!367
De este modo, los gobiernos de los PED se sometieron a las
presiones conjugadas de los capitalistas locales, de las multina-
cionales implantadas en el país y de los grandes tesoreros pú-
blicos del Norte, ellos mismos al servicio de los grandes bancos
privados del Norte.
Estos grandes tesoreros públicos, en particular el FMI y el
Banco Mundial, reemplazaron paulatinamente a los bancos
privados como acreedores de los países con mayores dificul-
tades. También en este caso, los riesgos y los costes se trans-
firieron del sector privado al sector público. La tabla siguiente
muestra cómo los bancos privados se desentendieron de los
países endeudados con dificultades de pago (sus acreencias
en estos países disminuyeron de 278 000 millones de USD
en 1982 a 200 000 millones en 1992, o sea, una reducción
del 28 %). En el mismo período, los acreedores oficiales (FMI,
Banco Mundial, Estados) tomaron el relevo (sus acreencias pa-
saron de 115 000 millones de USD a 252 000 millones, o sea, un
aumento del 120 %).

367. Las principals empresas argentinas endeudadas con su casa matriz eran:
Renault Argentina, Mercedes-Benz Argentina, Ford Motor Argentina, IBM Argentina,
Citibank, First National Bank of Boston, Chase Manhattan Bank, Bank of America,
Deutsche Bank. El Estado argentino reembolsó a los acreedores privados de
estas empresas (su casa matriz): Renault France, Mercedes Benz, CitiBank, Chase
Manhattan Bank, Bank of America, First National Bank of Boston, Crédit Lyonnais,
Deutsche Bank, Société Générale. En suma, el contribuyente argentino reembolsó
la deuda contraída por las filiales de las multinacionales con su casa matriz o con
bancos internacionales. Podemos sospechar que las multinacionales en cuestión
hayan creado la deuda de sus filiales argentinas con un simple asentamiento
contable. Los poderes públicos argentinos no disponían de medios para controlar
esas cuentas.

305
Tabla 15. Deuda real de los PED con dificultades
para pagar el servicio de la deuda 1982-1992,
en miles de millones de USD de 1982

Con respecto a los Con respecto a los Porcentaje de los


bancos comerciales acreedores oficiales acreedores oficiales

1982 278 115 29,3

1984 286 143 33,3

1986 278 187 40,2

1988 254 232 47,7

1990 222 251 53,1

1992 200 252 55,7

Fuente: Michael Dooley (1994). “A Retrospective on the Debt Crisis”, en Peter B. Kenen (ed.)
(1995). Exchange Rate Policy and Interdependence, Princeton University Press, N. J., tabla 2.368

Por recomendación o intimidación del FMI o del Banco


Mundial, los países endeudados destinaron los préstamos que
recibían de las instituciones públicas (FMI, Banco Mundial, Es-
tados) al pago de los bancos privados, que se cuidaron muy
bien de no renovar los créditos. Para hacerlo, esperaban que
antes se saldara totalmente la deuda.
Pero los préstamos de los acreedores públicos, aparte de que
aumentaban el stock de la deuda, que de todas maneras habría
que saldar, eran muy insuficientes para reembolsar las enormes
deudas contraídas con los bancos, tanto más cuanto que los in-
tereses eran mucho más altos. A propósito de los tipos de interés
exorbitantes pagados por los PED, el PNUD señalaba en el Informe
sobre el desarrollo humano de 1992 que
Durante los años ochenta, mientras que el tipo de interés era
del 4 % en los países industrializados, los países en desarrollo

368. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, tabla 11-5, p. 642.

306
soportaban un tipo de interés efectivo del 17 %. Sobre un total
de la deuda de más de un billón de dólares, esto representaba
un aumento del coste de 120 000 millones de dólares, que se
sumaba a las transferencias netas a título de la deuda, que eran
negativas y llegaban a los 50 000 millones de dólares en 1989.369
La cuestión de las transferencias netas negativas menciona-
das en dicho informe del PNUD es fundamental, por lo que me-
rece un desarrollo particular.

Debate interno en el Banco Mundial


sobre el cálculo de la transferencia neta
En 1984, el debate sobre esa cuestión provocó un gran revuelo
en el Banco Mundial. Aquel año, un equipo de economistas del
Banco dirigidos por Sidney Chernick y Basil Kavalsky elaboró un
informe en el que se cuestionaba la forma en que el Banco pre-
sentaba los flujos sobre la deuda externa.370 Hasta entonces el
Banco no consideraba más que los flujos netos sobre la deuda
(net flows on debt), que definía como la diferencia entre el capital
prestado y el capital reembolsado, sin tener en cuenta los inte-
reses. Esos economistas adoptaron otra posición y declararon
que había que incluir en el cálculo los intereses pagados con el
fin de establecer una presentación del problema de la deuda
ajustado a la realidad.
La tabla siguiente permite comprender la importancia del
debate.

369. PNUD (1992). Rapport mondial sur le développement humain, Economica, París,
p. 74.
370. IBRD, Operation Policy Staff, “Debt and Adjustment in Selected Developing
Countries”, SecM84-698, 1984, en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 615.

307
Tabla 16: Transferencia neta de la deuda de los PED
considerando y no considerando los intereses pagados
(1979-1987), en millones de USD

Transferencia neta
Todos los Total de la deuda Transferencia neta sin
con el pago
PED externa el pago de intereses
de intereses
1979 427 424 67 298 44 247
1980 540 923 94 821 51 359
1981 628 610 96 739 40 708
1982 715 788 83 194 20 341
1983 781 947 45 366 -14 282
1984 826 434 42 397 -21 744
1985 929 186 38 208 -27 614
1986 1 020 494 36 327 -24 846
1987 1 166 248 48 037 -12 895

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

La tabla 16 presenta la evolución del volumen creciente de la


deuda externa total de los PED entre 1979 y 1987. Si nos ate-
nemos al enfoque tradicional del Banco Mundial (sin incluir los
intereses), la transferencia se mantiene positiva a lo largo de todo
el período en consideración. Con esta presentación de la transfe-
rencia, ¿cómo se puede entender que una crisis de la deuda haya
estallado en 1982 y desde entonces continuase?
En cambio, si se sigue el enfoque defendido por el equipo
de economistas, el resultado es del todo diferente. En efecto,
se ve entonces que la transferencia es positiva hasta 1982 y que
se hace negativa a partir de 1983. Es perfectamente justificado
calcular la transferencia neta sobre la deuda descontando de
las sumas prestadas las sumas desembolsadas en concepto de
amortización del capital y los intereses pagados. Por lo demás,
en la medida en que la crisis fue provocada por el alza de los
tipos de interés, no es posible visualizarla ni comprenderla si no
se tiene en cuenta el pago de esos intereses.

308
Cuando el informe llegó a la dirección del Banco, los prin-
cipales dirigentes del staff reaccionaron negativamente. Ernest
Stern, uno de los más importantes directivos superiores del
Banco y vicepresidente para el departamento de Operaciones,
envió un fax en el que declaraba: “No estoy de acuerdo en que
se difunda un documento que centra su análisis en el tema de la
transferencia neta”.371 Según él, no es cuestión de presentar el
pago de los intereses como una carga, no se trata más que de la
remuneración del capital prestado. Y sanseacabó.
Después de una reunión de la Reserva Federal en Nueva York,
a la que el Banco había sido invitado, Ernest Stern redactó un
memorándum dirigido a la dirección del Banco, en el que mani-
festaba: “La cuestión de las transferencias netas ha sido venti-
lada y fue objeto de una verdadera avalancha de comentarios
negativos de algunos gobernadores así como de otros parti-
cipantes. También el Banco fue atacado por algunos partici-
pantes por haber sacado a relucir esa cuestión”.372 No se debía
tocar ese tema tabú.
Ese alboroto demuestra con claridad que se tocaba un punto
particularmente sensible e importante. No se puede tener una
idea de lo que representa el pago de una deuda si no se toma en
cuenta el pago de los intereses de la deuda que se suma al reem-
bolso del capital. La tabla siguiente retoma el procedimiento
de la anterior, aplicándolo a Latinoamérica y el Caribe. Si nos
atenemos a la presentación errónea tradicional del Banco, no se
ve más que un leve problema de transferencia negativa limitado
al año 1983. Mientras que, si tomamos en cuenta los intereses
pagados, se aprecia la situación real: las transferencias netas
son masivamente negativas a partir de 1983.

371. Mensaje 1987 por fax de Ernest Stern a Luis de Ascarate, director, CPDDR, 15
de mayo de 1984, Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 616.
372. Memorando, Ernest Stern a los miembros del Managing Commitee, “Conferen-
ce at the Federal Reserve Bank of New York”, 11 de mayo de 1984, en Kapur, Lewis y
Webb., ob. cit., vol. 1, p. 616.

309
Tabla 17. Transferencia neta de la deuda de los PED
de América Latina y el Caribe considerando el pago de intereses
y sin el pago de intereses (1979-1987), en millones de dólares
Transferencia neta
América Latina Total de la Transferencia neta sin
con el pago
y Caribe deuda externa el pago de intereses
de intereses
1979 197 472 35 901 23 221
1980 242 835 45 710 21 359
1981 295 301 54 261 21 413
1982 333 142 37 893 299
1983 361 668 -317 -34 971
1984 376 004 6 211 -29 040
1985 387 807 4 537 -30 204
1986 406 001 2 276 -27 774
1987 442 010 8 515 -19 814

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

De acuerdo con algunos cálculos, entre 1982 y 1985, las


transferencias de Latinoamérica hacia los acreedores represen-
taron el 5,3 % del producto interior bruto (PIB) del subconti-
nente. El peso es enorme: comparativamente, las reparaciones
impuestas a Alemania por el Tratado de Versalles se elevaban
al 2,5 % del PIB alemán, entre 1925 y 1932.373
Para la dirección del Banco, el debate interno sobre la trans-
ferencia neta afectaba directamente sus intereses en tanto que
acreedor. El Banco (así como el FMI) quería mantener a toda
costa su condición de acreedor privilegiado pues, bajo ese tí-
tulo, podía pretender que se le reembolsara antes que a los
otros creedores (privados o bilaterales). Ernest Stern explicaba
en una nota interna preparatoria del discurso que el presidente
del Banco debía pronunciar en el Foro Económico de Davos,
en enero de 1984, que no se podía pedir a los bancos privados

373. Andres Bianchi, Robert Devlin y Joseph Ramos, “The adjustment Process in Latin
America 1981-1986”, documento preparado por el Banco Mundial y el FMI para el
Symposium on Growth-Oriented Adjustment Programs, Washington D. C., 25-27 de
febrero de 1987, tabla 9, en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, nota 105, p. 627.

310
que mantuvieran transferencias netas positivas (incluyendo el
pago de intereses) porque eso podría volverse contra el Banco
Mundial. En efecto, esa exigencia podría aplicarse igualmente
al Banco. Por lo tanto, había que dar largas al tema y no ha-
blar más que de préstamos netos (o de flujos netos sobre la
deuda), es decir, excluyendo el pago de intereses del cálculo. Lo
que sigue a continuación es un extracto de dicha nota:
Si se hace responsable a los bancos comerciales el mantenimien-
to de las transferencias netas [...] se dice entonces que [...] el
propio Banco Mundial podría ser acusado de no mantener las
transferencias netas positivas. Por otro lado, argumentamos que
lo que distingue al Banco Mundial de los otros bancos, y justifi-
ca un tratamiento diferente en materia de reestructuraciones, es
que nosotros garantizamos préstamos netos, no transferencias
netas. Si admitimos el argumento de las transferencias netas
en un discurso del Presidente, debilitamos considerablemente
nuestra posición, que consiste en rechazar los intentos de im-
ponernos una reestructuración cuando nuestras transferencias
netas sean negativas.374
El final de ese fragmento revela dos puntos importantes: 1)
los dirigentes del Banco Mundial ya preveían que la transferen-
cia neta entre el Banco y sus clientes también resultaría negativa;
2) en consecuencia, temían que no se pudiese seguir rechazando
la reestructuración de las deudas de sus clientes.
La tabla siguiente se refiere a la transferencia de las deudas
de los PED con el Banco. Si empleamos el método que propo-
ne Stern, la transferencia neta es siempre positiva Si aplicamos
el método alternativo, la transferencia es negativa a partir de
1987.375

374. Memorando, Ernest Stern a Munir Benjenk, “Draft Speech for Davos”, 16 de
enero de 1984, p. 2, en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 616.
375. Para confeccionar esta tabla hemos tenido en cuenta los préstamos concedidos
por la rama BIRD del Banco Mundial, que otorga los préstamos a los países de ingre-
sos medios. No hemos tenido en cuenta los préstamos concedidos por la AID a los
países de ingresos bajos.

311
Tabla 18. Transferencia neta de la deuda de los PED
con respecto al Banco Mundial considerando y sin considerar
los intereses pagados (1979-1989) (en millones de USD)
Transferencia neta
Todos los Deuda con el BM Transferencia neta sin
con el pago de
PED (BIRD) el pago de intereses
intereses
1981 24 356 3 972 2 239
1982 28 570 4 229 2 217
1983 33 706 5 144 2 728
1984 33 426 5 556 2 700
1985 46 612 5 100 1 838
1986 63 411 5 667 887
1987 83 372 5 027 -767
1988 79 871 3 743 -2 801
1989 80 981 3 329 -2 738

Fuente: Banco Mundial (2005). Global Development Finance, Washington D. C.

Al Banco, también lo motivaba otra razón para negarse a ha-


blar de las transferencias netas negativas. En los años ochenta, los
países de ingresos medios, como México, Brasil, Argentina, Vene-
zuela, Yugoslavia, fueron los principales afectados por la crisis de
la deuda. Pero también eran los principales clientes del Banco
Mundial. Esos países lo financiaban mediante el pago de inte-
reses (que se sumaban a la amortización del capital prestado).
De ese modo, el Banco obtenía resultados positivos gracias a los
intereses cobrados a los países de ingresos medios que recurrían
a sus servicios. Los países ricos no financian al Banco Mundial
(BIRD) porque este siempre recurre a los mercados financieros.
Por medio de su rama AID presta a los países pobres. En resu-
men, son los países endeudados de ingresos medios los que per-
miten al Banco prestar a los países pobres a bajo interés sin tener
pérdidas. Era vital para el Banco disimular esa realidad, porque,
de lo contrario, los países de ingresos medios podrían exigir tener
un derecho de fiscalización de la política que el Banco sigue con
respecto a los países más pobres. Pero la definición de esa polí-
tica es una prerrogativa de los países ricos que dirigen el Banco.

312
Terrorismo intelectual en el Banco Mundial
Según los historiadores del Banco Mundial, durante la presiden-
cia de Alden W. Clausen se instauró oficialmente un sistema de
espionaje con el fin de detectar a los disidentes de la línea po-
lítica y económica de la dirección del Banco. Los historiadores
escribieron al respecto:
Entre el comienzo de 1983 y 1986, el departamento de perso-
nal del Banco informó a los directores ejecutivos que el departa-
mento económico había adoptado un sistema de “información”
para detectar las divergencias del personal con respecto a las
posiciones del establecimiento. Este clasificaba a los miembros
del personal en función de su pertenencia a tal o cual escuela
de pensamiento económico y favorecía abiertamente a los “lea-
les”, que reclutaba mediante contratos de duración limitada para
acrecentar la dependencia de las personas admitidas. El personal
del departamento de investigación económica (ERS) era consi-
derado, cada vez más, según la descripción del departamento de
personal, como una unidad destinada a vender una ideología en
vez de dedicarse a la investigación objetiva.376
El terrorismo intelectual y el oscurantismo neoliberal eran
tales que, durante el período en que Anne Krueger fue vicepre-
sidenta y economista jefe, de los 37 investigadores en el nivel
de dirección del departamento de investigación, 29 renunciaron
entre 1983 y 1986.377 Lo más grave, para el funcionamiento de
la institución, fue que más de una decena de esos puestos que-
daron vacantes durante dos años, porque a nadie en los otros
servicios le interesaba ocupar el lugar de los renunciantes.
Dichos historiadores también informaron sobre una crisis
producida en la dirección del Banco, en particular entre Anne
Krueger y el jefe de redacción de la nueva revista de la institu-
ción, WB Economic Review, Mark Leiserson. Este, apoyado por
todo el comité de redacción, había decidido publicar en 1986

376. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 1194.


377. Ibídem, nota 47, p. 1193.

313
un artículo de Jeffrey Sachs, escrito el año anterior. La vicepre-
sidenta del Banco, Anne Krueger, hizo prohibir la publicación
del artículo. El jefe de redacción renunció en señal de protesta,
después de haber tratado de convencer a la dirección del Banco
de que se respetara al comité de redacción. No se trataba de un
hecho aislado, pues algunos meses más tarde, el jefe de redac-
ción de otra revista del Banco, WB Research Observer, también
dimitió por motivos similares.
Si tenemos en cuenta que Jeffrey Sachs acababa de poner a
punto un plan de ajuste estructural muy duro en Bolivia, por lo
tanto situándose así en el campo neoliberal del Banco Mundial
y del FMI, podemos apreciar el grado de terrorismo intelectual y
de oscurantismo ejercido por Anne Krueger, economista jefe del
Banco, sobre quienes intentaban prudentemente dar la palabra
a personas ajenas a la institución. Lo que disgustaba a Anne
Krueger era que Jeffrey Sachs proponía que el Banco Mundial
y el FMI pidieran a los bancos privados que acordaran anula-
ciones de la deuda de países extremadamente endeudados. Es
decir, Sachs proponía que el sector privado hiciera un esfuerzo,
lo que era inaceptable para Krueger. Los historiadores señalan
que la censura también se ejercía sobre la publicación más im-
portante del Banco, World Debt Tables.378
Anne Krueger dejó su cargo en 1987. En el año 2000 pasó a ser
número dos del FMI. Sin embargo, es importante no personalizar
el tema. Ella actuaba como representante del gobierno de Esta-
dos Unidos. No es un accidente lamentable en la historia del FMI
y del Banco Mundial.

Cambio radical del discurso del Banco Mundial


con respecto a los PED y de sus dirigentes
Hasta el estallido de la crisis, el Banco Mundial elogiaba a los diri-
gentes de los PED con el fin de animarlos a endeudarse y a llevar a

378. Ibídem, p. 624.

314
cabo las políticas recomendadas. Poco tiempo después del inicio
de la crisis, el tono cambió radicalmente. Criticó a los gobiernos
de los PED y los hizo responsables del problema, evitando dar
pruebas de la menor autocrítica. El cambio quedó expresado con
claridad en las dos citas siguientes:
En 1982, justo antes del estallido, el Banco manifestó en el
Informe sobre el desarrollo en el mundo (World Development Report
1982): “A pesar del aumento del déficit de su balanza de tran-
sacciones corrientes, que pasó de 40 000 millones de USD a
115 000 millones en 1981, los PED se adaptaron a la nueva situación
mucho mejor que los países industrializados”.379
Cuatro años más tarde, afirmaba lo contrario (World Development
Report 1986): “La incapacidad de los países en desarrollo de adap-
tarse a los acontecimientos externos desde principios de los años
setenta, y la amplitud de los shocks externos están en el origen de
sus pobres resultados y de su endeudamiento”.380
Cuando un economista del Banco, Carlos Díaz-Alejandro,
elaboró en 1984 un análisis matizado de la actitud de los PED
en la crisis, señalando que habían estado sometidos a fuertes
shocks exteriores, Ernest Stern respondió con sequedad:
Los países que recibieron préstamos de 10 000 a 15 000 millo-
nes de dólares por año “juegan en el patio de los grandes”. Pen-
saron que tenían la capacidad para ello —lo decían a menudo,
tenían los ojos abiertos y estaban orgullosos de lo que hacían en
ese momento— y la mayor parte de lo que hacían era atinado.
Pero calcularon mal. Esto podía ocurrir y el coste de ese error
de juicio podía ser alto. Pero si quieren participar en un sistema
económico abierto e interdependiente, es hora de que se equi-
pen correctamente a tal efecto y de que no culpen a otros de su
fracaso sino a ellos mismos. Creo que es un punto de vista que
ellos comparten.381

379. Banco Mundial. World Development Report 1982, p. 7, en Kapur, Lewis y Webb,
ob. cit., vol. 1, p. 617.
380. Banco Mundial. World Development Report 1986, p. 33, en Ibídem, p. 617.
380. Carlos Díaz-Alejandro, 10 de septiembre de 1984, pp. 3-4, en Kapur, Lewis y
Webb, ob. cit., vol. 1, p. 618.

315
Esa actitud del Banco perseguía dos objetivos: 1) evitar ser
criticados por la política de endeudamiento que recomendó du-
rante décadas y que precedieron la crisis, en particular en los
años setenta; 2) convencer a sus interlocutores de que debían
aplicar políticas de austeridad radical, en el marco del ajuste
estructural, sin pretender que los gobiernos de los países ricos
hicieran un esfuerzo de solidaridad.
Stanley Fisher, que reemplazó a Anne Krueger como econo-
mista jefe del Banco en 1987, escribió en un memorándum in-
terno en 1990: “Sobre todo, no quiero dejar que los países en
desarrollo crean que la comunidad internacional los va a ayudar,
por el contrario, insisto en que deben arreglárselas solos”.382
Los historiadores del Banco destacan: “Cualquiera que ana-
lice la historia de la crisis de la deuda no puede dejar de asom-
brarse del modo en que el debate intelectual estaba dominado
por las voces estadounidenses, mientras, los países que la su-
frían directamente no lograban hacerse oír”.383
Agregan más adelante que los análisis publicados por el
Banco reflejaban los intereses políticos de sus principales accio-
nistas, en particular Estados Unidos, y, por extensión, de algu-
nos bancos privados.

Complicidad de los banqueros del Norte


con las clases dirigentes del Sur
Diversos estudios permiten identificar la relación del endeuda-
miento creciente de los países de Latinoamérica en los años se-
tenta y ochenta con la fuga de capitales del Sur hacia el Norte.
Una parte muy importante de las sumas prestadas por los ban-
queros del Norte volvía a sus cajas en forma de depósitos.

382. Memorando, Stanley Fisher a Ibrahim Shibata, 26 de mayo de 1990, en Kapur,


Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 618.
383. Ibídem, p. 626.

316
Los historiadores del Banco dicen al respecto: “Entre 1978 y
1982, la parte correspondiente a la fuga de capitales en el creci-
miento de la deuda externa oscilaba entre el 50 % y el 100 % en
los casos de Argentina, México y Venezuela. En el caso de Brasil,
era del orden del 10 %”.384
Otros investigadores llegan a unos valores concordantes con
los ya citados. La tabla siguiente presenta esos resultados:
Tabla 19. Argentina, Brasil, Colombia, México,
Perú y Venezuela: fuga de capitales entre 1973 y 1987
(en millones de USD y en porcentaje)
Stock de activos Activos exteriores en %
Fuga de capitales
País en el exterior de la deuda externa
(1973-1987)
(1987) (1987)
Argentina 29 469 43 674 76,9
Brasil 1 556 20 634 18,3
Colombia 1 913 2 994 19,5
México 6 970 7 102 73,3
Perú 2 599 4 148 23,0
Venezuela 3 815 4 027 131,5

Fuente: IFRI (1992). Ramses 93, París, 1992, p. 235, basada en M. Pastor, “Capital Flight from
Latin America”, World Development, enero.

Los historiadores del Banco sacan la siguiente conclusión,


absolutamente pertinente: “La fuga de capitales coloca cada vez
más haberes privados en los paraísos fiscales, y en los mismos
bancos acreedores de esos países. Las elites latinoamericanas,
por consiguiente, no eran de ningún modo favorables a un ce-
sación de pagos de su país, porque eso pondría en peligro sus
haberes privados”.385
En efecto, las elites privilegiadas de los PED no tienen ningún
interés en proponer la suspensión del pago de la deuda externa
de sus países.

384. Ibídem, p. 662. Para escribir eso se basaron en Miguel A. Rodríguez. “Conse-
quences of Capital Flight for Latin American Debtors Countries”; Donald Lessard y
John Williamson (1987). Capital Flight and Third World Debt, Institute for International
Economics, Washington D. C., tabla 6.1, p. 130.
385. Ibídem, p. 678.

317
Para concluir esta parte, no renuncio al placer de reproducir
el delicado intercambio de notas internas entre Stanley Fischer,
del Banco Mundial, y Jacob Frenkel, del FMI. En un estudio, el
FMI había publicado unas proyecciones optimistas sobre el fin
de la fuga de capitales y su retorno a los países de origen.
Stanley Fischer escribió a su colega del FMI:
El personal del Banco está preocupado por las proyecciones del
Fondo sobre la amplitud masiva del retorno al país de los capi-
tales evadidos, y sobre su impacto en el análisis de la reducción
del agujero financiero de ciertos países. No sabemos en qué
análisis económico se basan tales proyecciones y pensamos que
se trata de una profecía que no se cumplirá. El agujero financie-
ro no podrá ser cubierto por el retorno al país de capitales que
emprendieron la fuga, cuando lo determinante es la estabilidad
macroeconómica y financiera.386
Jacob Frenkel respondió:387 El problema que usted plantea
con respecto a las proyecciones sobre el retorno al país de los
capitales evadidos (en el análisis del agujero financiero) com-
prende, como usted sabe, otras consideraciones aparte de las puramente
analíticas.388
En otras palabras, el FMI presentaba unas proyecciones opti-
mistas por razones políticas.

Un ajuste estructural total


En un libro editado en 1974, la economista estadounidense
Cheryl Payer, crítica del FMI y del Banco Mundial, resume las
medidas que el FMI exige a los PED que apelan a sus servicios:

386. Memorando, Stanley Fisher a Jacob A. Frenkel, 27 de junio de 1989, en Kapur,


Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, nota 45, p. 611.
387. Las cursivas del párrafo a continuación, son del autor.
388. Memorando, Jacob A. Frenkel a Stanley Fisher, “Coordination of Forecasts”, 14 de
Julio de 1989, pp. 1-2, en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., nota 45, p. 611.

318
− Abolición o liberalización del control de cambios y de las
importaciones;
− devaluación de la moneda;
− políticas restrictivas desde el punto de vista monetario para
controlar la inflación, que podemos desglosar de la siguien-
te manera:
a ) Aumento del tipo de interés y, en algunos casos, au-
mento de las reservas de divisas;
b) control del déficit público: disminución del gasto, au-
mento de las tasas y tarifas de los servicios y empresas
públicas; eliminación de las subvenciones a los productos
de consumo;
c) limitación de los salarios de la función pública;
d) desmantelamiento del control de precios.
− una mayor hospitalidad a las inversiones extranjeras.
Para definir esas medidas, Payer había analizado la política
que el FMI había aplicado en los años sesenta en Filipinas, Indo-
nesia, Brasil, Chile, India, Yugoslavia y Ghana.
A partir de 1981-1982, cuando estalló la crisis, un núme-
ro considerable de países recurrieron a los servicios del FMI (a
menudo bajo la presión de los principales acreedores, privados
o públicos) para encontrar una solución a sus problemas de
balanza de pagos. El Fondo disponía entonces de más poderes
para generalizar las medidas económicas antes resumidas. El
paquete de medidas sería conocido cada vez más con el nombre
de programa de ajuste estructural.
Ironía amarga de la historia, como se ha indicado antes,
cuando el precio del petróleo tuvo un gran aumento en 1973,
el FMI declaró que no era necesario ningún ajuste estructural.
Sin embargo, el shock petrolero había modificado considera-
blemente la situación internacional, con un fuerte aumento de
los ingresos en divisas en los países exportadores de petróleo y
una fuerte demanda de divisas por parte de los PED no produc-
tores de petróleo.

319
En un libro coordinado por John Williamson,389 publicado
en 1983, se puede leer el testimonio de un funcionario del FMI,
quien explica que “En esa época (es decir, en el momento del
shock petrolero de 1973), la inquietud era que los países trata-
ran de ajustarse con demasiada rapidez, pues tal intento, si se
realizaba colectivamente, podría conducir a una profundización
no deseada de la recesión global”.390
Cuando la crisis de la deuda estalló en 1982, como conse-
cuencia del efecto conjunto del aumento del tipo de interés de-
cretado por la Reserva Federal y la caída de los precios de las
materias primas, el FMI y el Banco Mundial modificaron de
forma radical su versión de los hechos. Imputaron gran parte
de la responsabilidad de la crisis al shock petrolero. El ajuste,
que para ellos no había sido necesario a mediados de los años
setenta, súbitamente se hizo inevitable.
El Banco Mundial fue pionero en el lanzamiento, en 1980, de
los primeros préstamos con ajuste estructural. Bajo el impulso
dado por Robert McNamara, el Banco inició la concesión de esos
nuevos créditos. McNamara justificó esa política basándose en
la siguiente predicción: luego de un segundo shock petrolero, en
1979, el aumento del precio del petróleo continuaría a lo largo de
toda la década de los años ochenta (lo que fue desmentido por
los hechos, pues ocurrió todo lo contrario) y era necesario que los
PED efectuaran un ajuste estructural en consecuencia.391
El contenido del plan de ajuste estructural presentado por
McNamara se corresponde muy bien con el resumen antes pre-
sentado. Entre 1980 y 1983, el Banco acordó catorce préstamos
de ajuste estructural a nueve países.392

389. John Williamson (ed.) (1990). Latin American Ajustment: How much has happened?
Washington, Institut of International Economics.
390. William B. Dale, “Financing and Adjustment of Payments Imbalances”, en John
Williamson (ed.) (1983). IMF Conditionality, Institute for International Economics,
Washington, p. 7.
391. Nicholas Stern y Francisco Ferreira, “The World Bank as ‘intelectual actor’”, en
Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 2, p. 540.
392. Ibídem, p. 543.

320
Durante los años ochenta, surgieron tensiones con regu-
laridad entre el Banco Mundial y el FMI, a las que no se res-
pondió de una manera coherente. Sin embargo, se llegó a un
“concordato” entre ambas instituciones en 1989.393 Al año si-
guiente, 1990, nació el concepto de Consenso de Washington,
que codificaba las políticas a seguir en el marco del ajuste
estructural, añadiendo a las medidas reseñadas por Cheryl
Payer más arriba, las privatizaciones masivas y la política de
recuperación de costes en sectores como el de la educación,
la sanidad, la distribución del agua, etc. Hay que destacar
que el Consenso de Washington no implicaba solo al FMI y al
Banco Mundial, se le debía sumar el Ejecutivo del gobierno de
Estados Unidos, representado por el Tesoro. El nuevo aporte
del Consenso no consistía tanto en las medidas económicas
a aplicar (que la mayoría ya había sido puesta en práctica)394
como en la proclamación pública de un acuerdo entre las institu-
ciones de Bretton Woods y el Ejecutivo estadounidense.
Por lo demás, el Banco Mundial realizó un gran esfuerzo de
publicación de estudios y de informes que apuntaban a fun-
damentar teóricamente y codificar la política de ajuste estruc-
tural. Entre sus numerosos informes, vale la pena señalar la

393. Para limitar las contradicciones entre sus recomendaciones (como fue el caso de
Argentina en 1988, cuando el Banco acordó su apoyo en condiciones que el FMI no
consideraba satisfactorias), se definió, en 1989, un reparto general de responsabili-
dades. El término “concordato”, que ellos mismos utilizaban, no es anodino: indica
que las tensiones y contradicciones entre ellos eran importantes. Se acordó que el
Fondo examinaría prioritariamente los aspectos globales de las políticas macroeco-
nómicas, en particular lo correspondiente al presupuesto, los precios, la moneda, el
crédito y los tipos de interés y de cambio. Por su parte, el Banco se concentraría en
las estrategias de desarrollo, los proyectos y los aspectos sectoriales. Esta distribución
necesitaba una colaboración que revestía diversas formas, pero la competencia entre
ambas instituciones siguió siendo intensa. Una competencia que se sumaba a las
diferencias de cultura empresarial.
394. Sobre el Consenso de Washington: OMAL (Observatorio de Multinacionales en
América Latina). Consenso de Washington, artículo en el Diccionario crítico de empresas
transnacionales, disponible en https://bit.ly/3ETrDmC; Bustelo, P. (2003). “Desarrollo
económico: del Consenso al Post-Consenso de Washington y más allá”, en VV.AA. Es-
tudios de historia y de pensamiento económico (Homenaje al profesor F. Bustelo), Editorial Com-
plutense, Madrid.

321
importancia del que se realizó bajo la dirección del economista
Elliot Berg, titulado El desarrollo acelerado en el África subsahariana.
Fue el resultado de un encargo de Robert McNamara, y consti-
tuiría la línea política del Banco Mundial por un largo período.
Ponía el acento sobre la insuficiencia del apoyo a la iniciativa
privada y sobre el lugar excesivo que ocupaba el sector público.
Quería que se reforzaran las ayudas a los cultivos de exportación
reduciendo aún un poco más los cultivos para el consumo. Para
Elliot Berg y su equipo, sobre todo no había que tender a la so-
beranía alimentaria, y afirmaban que “la mayoría de los países
africanos tienen una ventaja comparativa muy clara en el ámbito
de los cultivos de exportación”. Valía más, por ejemplo, exportar
productos tropicales e importar otros productos alimentarios,
pues “una política de autosuficiencia basada en el sacrificio de
los cultivos de exportación sería costoso en el plano de los ingre-
sos”.395 ¡Le reprochaba a la ayuda externa que hubiera reforzado
el sector público!
¡El informe hacía responsables en gran medida a los dirigen-
tes africanos de las desgracias de África y exculpaba a las insti-
tuciones financieras internacionales y a los países del Norte! El
Informe Berg es, en cierto modo, la respuesta del Banco Mun-
dial al Plan de Lagos de la Organización de la Unidad Africa-
na (OUA), aprobado en 1980. La dirección del Banco Mundial
se asombró de las reacciones negativas desencadenadas por el
Informe Berg, más aún cuando los responsables africanos del
Banco lo habían aceptado, sin pronunciar ninguna crítica. La

395. El Informe Berg es el nombre más utilizado para el informe publicado por el Banco
Mundial Desarrollo acelerado en el África subsahariana: Un plan de acción, escrito por Elliot
Berg en 1981. El informe fue escrito en respuesta a una solicitud de 1979 de los gober-
nadores africanos del Banco Mundial para un documento que analizara los problemas
de desarrollo a los que se enfrentan los países africanos. También responde a un con-
junto de políticas determinadas por los jefes de Estado africanos en 1980, llamado Plan
de Acción de Lagos. Si bien el Plan Lagos aprobó políticas de autosuficiencia africana,
el Informe Berg abogó por políticas de comercio internacional que se miraran hacia el
exterior. https://en.wikipedia.org/wiki/Berg_report y https://bit.ly/323fZXZ

322
reacción había tomado desprevenida a la dirección del Banco,
y pidió a dos expertos externos que sondearan a los dirigen-
tes africanos para saber qué pensaban de la institución. El re-
sultado de la encuesta confirmó sus inquietudes: la imagen del
Banco era francamente mala.
Los historiadores del Banco Mundial resumieron con dure-
za el carácter de la producción analítica del Banco en los años
ochenta y el reparto de papeles con el FMI en ese campo:
El Banco adoptó la posición de un bastión, la fuente de las po-
líticas ortodoxas de desarrollo —algunos lo nombraban, apenas
en broma, el Vaticano—. Se trataba de la principal autoridad de
la vertiente a largo plazo del “Consenso de Washington” (sien-
do el FMI la vertiente a corto plazo), que dictaba las relaciones
entre los Estados y los mercados, incluidas las políticas econó-
micas internacionales y las interacciones en el nivel nacional.396

Tímidas tentativas de resistencia de los PED


La estrategia establecida en Washington desde el estallido de
la crisis, consistente en dividir para reinar, dio resultado. Los
gobiernos latinoamericanos no tuvieron la voluntad de for-
mar realmente una alianza para hacer frente a la crisis y a los
acreedores.
En enero de 1984 debía realizarse una reunión secreta en
Cuzco, Perú, de los ministros de Finanzas de Argentina, Brasil,
Colombia, México y Perú. Se trataba de intentar adoptar una
estrategia común. A última hora, fue desconvocada debido a
que el ministro peruano, Carlos Rodríguez Pastor, que debía ser
el anfitrión, renunció por sorpresa. Se decidió anular la reunión
tan tardíamente que uno de los ministros invitados incluso llegó
al sitio de la reunión. No le habían avisado a tiempo.397

396. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 1193.


397. Ibídem, p. 620.

323
Richard Webb, uno de los historiadores del Banco, fue go-
bernador del Banco Central de Perú. Relata que en junio de
1984, Perú se encontraba ante un dilema: continuar pagando
el servicio de la deuda externa y suprimir importaciones necesa-
rias para el crecimiento, o bien, a fin de mantener el crecimien-
to, no renunciar a las importaciones necesarias y suspender
solo parcialmente el pago de la deuda. El gobierno acababa de
fracasar en el logro de los objetivos de austeridad presupues-
taria exigidos por el FMI. En su condición de gobernador del
Banco Central, Richard Webb sugirió entonces que Perú de-
clarase unilateralmente una moratoria parcial, lo que provocó
el pánico en el seno del gobierno. Fue acusado por el primer
ministro de la época de “apuñalar al país por la espalda”. Se
inició un proceso de destitución contra él, acusado de haber
arruinado el crédito de Perú en el extranjero.398
Cuando el presidente de Perú, Alan García, anunció en 1985
que su país no dedicaría, en adelante, más del 10 % de sus in-
gresos por exportaciones al pago de la deuda, el Banco Mundial
estudió la cuestión internamente y concluyó que si Alan García
ejecutaba en efecto ese plan, Perú podría muy bien salir adelan-
te si utilizaba las sumas ahorradas en gastos que reforzaran su
economía. Evidentemente, los resultados de ese estudio no se
hicieron públicos.399
Los economistas argentinos Alfredo Eric Calcagno y Alfredo
Fernando Calcagno presentaron un resumen de la experiencia
emprendida por Perú a partir de agosto de 1985:
El gobierno del presidente Alan García, en agosto de 1985, de-
claró su decisión de no pagar más que el equivalente a 10 % de
sus exportaciones, con preferencia para los organismos finan-
cieros multilaterales. De tal modo, las transferencias netas, que
habían sido negativas, de -488 millones de dólares en 1984 y de
-596 millones en 1985, pasaron a ser positivas en 1986 (112 millo-
nes de dólares), 1987 (89 millones de dólares) y 1988 (90 millones

398. Ibídem, nota 64, p. 615.


399. Ibídem, p. 679.

324
de dólares). Por ese motivo, Perú no sufrió ninguna represalia ni
restricción comercial, y en 1986 y 1987 aumentó extraordinaria-
mente sus importaciones (en 44 % y 18 %, respectivamente), pese
a una caída en sus exportaciones del 15 % en 1986 (se recupera-
ron levemente en 1987). Por el lado del financiamiento externo,
el no pago de la mayor parte de la deuda compensó con exceso
la interrupción de la afluencia de préstamos financieros privados
y la disminución de los oficiales y multilaterales. En 1986 y 1987,
el producto interno bruto (PIB) creció en 8,9 % y 6,5 %, impul-
sado por el aumento de la demanda interna, que se satisfacía
con la capacidad productiva nacional y el aumento de las im-
portaciones que se posibilitó por la disminución en el pago de la
deuda. Sin embargo, en ese período no se realizaron inversiones
de magnitud y los factores dinámicos se agotaron en 1988, año
en que el PNB cayó un 7,5 % y la inflación aumentó en forma
importante. De tal modo, la crisis que sufrió Perú en los años que
siguieron se debió a problemas de su política económica interna,
que no estaban vinculados ni a represalias comerciales externas ni
a daños que pudiera haber causado la limitación de los pagos de
la deuda. Por el contrario, los menores pagos externos dieron una
oportunidad que el gobierno no pudo o no supo aprovechar.400
En el curso de los años ochenta, otros países latinoameri-
canos suspendieron total o parcialmente el pago de su deuda
externa durante varios meses,401 pero no adoptaron ninguna
estrategia común a pesar de la importante campaña lanzada
por el gobierno cubano en 1985. Fidel Castro declaraba, ante
numerosos delegados de los movimientos políticos y sociales
de América Latina, en agosto de 1985, al final de un encuentro
internacional dedicado a la deuda: “Nos hemos dado cuenta
que […] en definitiva, la consigna de anulación de la deuda era

400. Alfredo Eric Calcagno y Alfredo Fernando Calcagno (1995). El universo neoliberal:
recuento de sus lugares comunes, Alianza Editorial, Buenos Aires, p. 378. (nueva edición
de este libro por Akal, Madrid, 2015).
401. Es el caso de Brasil que suspende el pago de la deuda externa con respecto a
los bancos desde febrero de 1987 a enero de 1988. Véase Éric Toussaint y Arnaud
Zacharie (2000). Le Bateau ivre de la mondialisation, Escales au sein du village planétaire,
CADTM-Bruxelles/Syllepse-París, pp. 67-68.

325
válida para todos los países del Tercer Mundo”.402 Esa campa-
ña, dirigida por Fidel Castro, con el lema “la deuda es impaga-
ble” recibió un eco de simpatía de las organizaciones sociales y
los partidos de izquierda del continente, pero fue recibida con
reservas por parte de los gobiernos.
La iniciativa tomada por Cuba en 1985 encontró, de todos
modos, un eco fuera de las fronteras de Latinoamérica. En el
África subsahariana, el joven presidente de Burkina Faso Tho-
mas Sankara se dirigió a todos los jefes de Estado africanos pre-
sentes en la 25 ª conferencia de la Organización de la Unidad
Africana, el 29 de julio de 1987, en Addis Abeba,403 en estos
términos:
La deuda es aún el neocolonialismo o los colonialistas que se
han transformado en “asistentes técnicos”. En realidad, debe-
ríamos decir en asesinos técnicos. Son ellos los que nos propu-
sieron fuentes de financiación, de “proveedores de fondos”. [...]
Esos proveedores de fondos nos fueron aconsejados, recomen-
dados. Nos presentaron expedientes y montajes financieros.
Nos hemos endeudado por cincuenta años, sesenta años, in-
cluso más. Es decir, nos han llevado a comprometer a nuestros
pueblos durante cincuenta años y más.
La deuda en su forma actual es una reconquista de África sa-
biamente organizada, para que su crecimiento y su desarrollo
obedezcan unas normas que nos son totalmente extrañas. Lo
hace de modo que cada uno de nosotros se convierta en un es-
clavo financiero, es decir, un esclavo a secas, de quienes tuvieron
la oportunidad, la astucia, la trapacería de colocar unos fondos
en nuestros países con la obligación de que les reembolsemos.
[...]

402. Fidel Castro, “La deuda no se debe pagar”, discurso pronunciado en la sesión
final del encuentro sobre la deuda externa de América latina y el Caribe, en La Habana,
el 3 de agosto de 1985. Disponible en http://cadtm.org
403. Véase el texto completo del discurso de Thomas Sankara en el anexo (p. 235)
del libro de Damien Millet (2005). África sin deuda, Icaria Editorial-Intermón Oxfam,
Barcelona, 2008.

326
¿Quien, aquí, no desea que la deuda sea lisa y llanamente borra-
da? El que no lo desee puede irse, tomar su avión e ir enseguida
al Banco Mundial a pagar. Yo no querría que se tome la pro-
puesta de Burkina Faso como si viniera de jóvenes sin madurez,
sin experiencia. No querría tampoco que se piense que solo los
revolucionarios pueden hablar así. Querría que se admitiera que
es simplemente la objetividad y la obligación.
Puedo citar en los ejemplos de quienes han dicho que no se
pague la deuda, a revolucionarios y a no revolucionarios, a jó-
venes como a viejos. Citaré por ejemplo a Fidel Castro. Él ya
ha dicho que no se pague. No tiene mi edad, aunque es un
revolucionario.
Tres meses más tarde, el impulsivo Thomas Sankara fue ase-
sinado. Desde entonces, su país se ha convertido en un dócil
alumno del Banco Mundial, del FMI y del Club de París bajo
la dirección de Blaise Compaoré, quien participó en el derro-
camiento y asesinato de Thomas Sankara.404
Jean-Philippe Peemans explica muy bien la relación cómplice
del Banco Mundial, el FMI y los regímenes de los PED que se
comportan como buenos alumnos:
En lo que respecta al Sur, el papel de las instituciones interna-
cionales, como el FMI y el Banco Mundial, fue esencial en ese
ámbito, para que los regímenes que realizan esa tarea vean ase-
gurados, de manera permanente, el acceso a los créditos multi-
laterales. Así, pueden tener una garantía de insertarse de forma
permanente en los flujos mundializados, cualquiera que sea la
contracción de la base económica nacional después del ajuste.
Esos flujos externos permiten a los que detentan capitales colo-
car sin problemas sus haberes en el exterior, mientras la deuda
crece en proporción a esa evasión de capitales.405

404. Como consecuencia de un levantamiento popular, Blaise Campoaré tuvo que di-
mitir como presidente de Burkina Faso el 31 de octubre de 2014, después de 27 años
en el poder.
405. Jean-Philippe Peemans (2002). Le développement des peuples face à la modernisation
du monde, Academia-Bruylant/L’Harmattan, Lovaina la Nueva/París, p. 367.

327
¿Anular o no anular la deuda?
En octubre de 1985, James Baker, nuevo secretario del Tesoro
de Estados Unidos, anunció un plan tendiente a resolver las di-
ficultades de 15 países de ingresos medios muy endeudados.406
Ese plan fue anunciado con gran despliegue de efectos mediáti-
cos durante la asamblea anual del FMI y del Banco Mundial en
octubre de 1985 en Seúl.407 Tampoco esa vez fue una cuestión
de anulación de deudas.
En privado, en la intimidad, el Banco Mundial comenzó en
1988 a debatir la necesidad de anular una parte de la deuda de
ciertos países, en particular de Argentina, pero nadie podía ma-
nifestar en público su opinión favorable a tal eventualidad. En el
borrador del World Development Report 1988, figuraba una frase
sobre la necesidad de la anulación parcial de la deuda concesio-
nal sin embargo, no apareció en la versión publicada.408 Entre
los argumentos opuestos a la anulación, había uno que reapa-
rece, aún reiteradamente, en los debates veinte años después:
un país que se beneficia de una anulación tendrá más difícil el
acceso a un nuevo crédito. Ese argumento era y sigue siendo
totalmente falaz, pues lo que ocurre es todo lo contrario. En ge-
neral, cuando un país consigue una reducción de la deuda, los
banqueros privados se presentan para prestarle dinero, porque
su capacidad ulterior de reembolso ha mejorado.
Stanley Fisher explicaba en 1992 que, durante una buena
parte de los años 80, los gobiernos de Estados Unidos, del Reino
Unido (Margaret Thatcher) y de Alemania (Helmut Kohl) impi-
dieron toda discusión sobre la posibilidad de anular la deuda.409

406. Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa de Marfil, Ecuador, México,
Marruecos, Nigeria, Perú, Filipinas, Uruguay, Venezuela y Yugoslavia; en Kapur, Lewis
y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 626.
407. Hecho significativo con respecto a aquellos que toman las decisiones importan-
tes: el Tesoro de Estados Unidos solo previno al Banco Mundial de la existencia del
“plan Baker” 48 horas antes de presentarlo públicamente.
408. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 648.
409. Carta, Stanley Fischer a Nicholas Stern, 19 de mayo de 1992, en Kapur, Lewis y
Webb, ob. cit., vol. 1, p. 1195.
328
En 1988, en una reunión del G7 celebrada en Toronto, ante
el fracaso de todas las políticas anteriores, se retomó el tema
de las reducciones (anulaciones parciales) de la deuda: se pro-
metió anulaciones a los países más pobres después de que Es-
tados Unidos cambiara de opinión sobre el tema. En 1990, en
Houston, por primera vez, el G7 extendió la posibilidad de anu-
laciones parciales a los países muy endeudados con ingresos
medios, como México, Argentina, Brasil y Filipinas. Ese cambio
fue iniciado por Washington, en marzo de 1989, durante el go-
bierno de George Bush padre, siendo secretario del Tesoro Ni-
cholas Brady. Una vez más, el gobierno de Estados Unidos daba
el tono. El FMI, el Banco Mundial y el G7 no hicieron más que
acompañar el movimiento.
El Plan Brady consistía en una reestructuración de una parte
de la deuda, de una serie de países con ingresos medios, me-
diante la emisión de nuevos títulos de la deuda, conocidos luego
como “títulos Brady”. Con ocasión de la emisión de esos títulos
por los países endeudados, los banqueros del Norte aceptaron
una reducción de sus acreencias. A cambio, se les garantizó una
remuneración generosa. Para emitir los títulos Brady, los países
elegidos para el plan debían comenzar por la compra de títulos
del Tesoro de Estados Unidos, que servían de garantía. Los paí-
ses endeudados financiaban así la política de endeudamiento
de la primera potencia mundial.410
Al principio, el Plan Brady parecía funcionar. El éxito de Méxi-
co y de su presidente, Salinas de Gortari, se citaba como ejem-
plo, a tal punto que el muy neoliberal semanario británico The
Economist proclamó en 1994 a Carlos Salinas de Gortari como
uno de los grandes hombres del siglo xx. Unos meses más tarde,
México fue golpeado de lleno por la crisis Tequila (diciembre de
1994) y entró en la mayor recesión de los últimos sesenta años.
Unos años después, Carlos Salinas de Gortari y su hermano
Raúl fueron enjuiciados y condenados por fraude y desviación

410. Después, el fenómeno se amplificó.

329
masiva de fondos por la justicia mexicana. Raúl Salinas de Gor-
tari purga su condena de prisión, mientras que su hermano Car-
los optó por el exilio y trabaja en Irlanda para la firma Dow
Jones, propietaria, entre otras cosas, de The Wall Street Journal.
Las autoridades judiciales mexicanas obtuvieron de sus homó-
logas suizas que ordenaran a los bancos suizos la retrocesión a
México de las sumas desviadas, depositadas en sus cajas, por
los hermanos Salinas.
Desde la segunda mitad de los años noventa, se vio con clari-
dad que la crisis de la deuda de 1982 no se había superado. Las
medidas para aliviar la deuda habían fracasado. Las políticas de
ajuste estructural fragilizaban a los países ante la especulación
financiera. Eso desembocó en crisis financieras repetidas en los
grandes países endeudados. Después de México, afectado a
partir de finales de 1994, siguieron en 1997-1998 los países del
sureste asiático y Corea del Sur, en 1998 Rusia, en 1999 Brasil,
en 2000-2001 Argentina y Turquía. En cuanto a los países más
pobres, las anulaciones parciales de la deuda, concedidas a al-
gunos buenos alumnos a partir de la cumbre del G8 de Toronto
en 1988, proseguidas en Londres en 1991, en Nápoles en 1994,
en Lyon en 1996 y en Colonia en 1999, no aportaron ninguna
solución duradera.

330
Capítulo 16
La parada de la buena gobernanza
de los presidentes Barber Conable
y Lewis Preston (1986-1995)

El mandato de Barber Conable (1986-1991)


El congresista republicano Barber Conable sucedió al banquero
Alden W. Clausen con un mandato que comenzó en julio de
1986 y terminó en agosto de 1991. James Baker, secretario de
Estado del Tesoro, y Ronald Reagan lo eligieron por su conoci-
miento profundo de todos los arcanos del Congreso estadouni-
dense. En efecto, el Ejecutivo tenía problemas con su mayoría
parlamentaria ya que numerosos congresistas republicanos
cuestionaban la importancia del Banco Mundial en la política
exterior de Estados Unidos. Conable tenía veinte años de expe-
riencia parlamentaria y había presidido la comisión financiera
del Congreso. James Baker y Ronald Reagan deseaban que con-
venciera a los republicanos recalcitrantes de dejar que la Casa
Blanca pilotara el Banco Mundial.
La cuestión era complicada y rápidamente Barber Conable
se encontró en una situación muy difícil de mantener. Mientras
que, como presidente del Banco, deseaba desarrollar la activi-
dad del mismo, la Casa Blanca hacía concesiones a los recalci-
trantes, limitaba los medios y le exigía que redujera el tren de
vida del Banco. Sin embargo, aceptó su misión poniendo en su
contra a una parte de los directivos del Banco y a todo el perso-
nal. La reorganización interna de la institución se transformó en
1987 en un verdadero “baile de la silla”. Varios altos dirigentes
de la gestión bancaria presentaron su dimisión.411

411. Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, pp. 1199-1201.

331
Barber Conable encontró también otras dificultades. Varios
proyectos modelo del Banco fueron objeto de una fuerte repul-
sa por las poblaciones afectadas y por los movimientos de de-
fensa del medio ambiente. Los tres proyectos que provocaron
más oposición fueron: el programa Polo noroeste en la Ama-
zonia brasileña,412 las múltiples represas sobre el río Narmada
en India, el programa de transmigración y la represa de Kedung
Ombo en Indonesia.413 La mayor movilización se produjo en
India, donde 50 000 manifestantes llegados de todo el país des-
filaron en septiembre de 1989 en la ciudad de Harsud, en el es-
tado de Madhya Pradesh, contra las represas del Narmada. Un
cuarto programa del Banco Mundial también originó en su mo-
mento fuertes críticas por parte de las organizaciones de defensa
de los derechos humanos: se trataba del proyecto hidroeléctrico
Ruzizi II, que afectaba al Zaire y a Ruanda y que, en especial,
provocaba el desplazamiento sin indemnizaciones de 2500 agri-
cultores.414 Conable prometió que, en adelante, el Banco Mun-
dial tendría realmente en cuenta el impacto ambiental de sus
proyectos y se preocuparía de que las poblaciones afectadas por
los mismos fueran correctamente indemnizadas.415 Fue un ver-
dadero trabajo de titanes para el Banco, ya que solo en India
financió, entre 1978 y 1990, 32 proyectos que causaron el des-
plazamiento forzoso de cerca de 600 000 personas.416
En 1988, 80 000 manifestantes, que denunciaban las polí-
ticas antisociales del Banco Mundial y del FMI, recibieron a la
asamblea anual de esas organizaciones que se reunía en Berlín
Oeste. Fue la primera gran protesta de masas contra las institu-
ciones de Bretton Woods.

412. Chico Mendès, uno de los dirigentes de la protesta en Brasil, fue asesinado en
diciembre de 1988 por sicarios de los grandes terratenientes, quienes se aprovechan
de las subvenciones del Banco Mundial.
413. Bruce Rich, ob. cit., pp. 145-170.
414. Ibídem, p. 150.
415. La política del Banco Mundial con respecto al medio ambiente se analizará en
el capítulo 20.
416. Bruce Rich, ob. cit., p. 252.

332
Los disturbios que se originaron en los países afectados por
la política de ajuste estructural, y la degradación de las condi-
ciones de vida de las poblaciones “ajustadas”, llevaron al Banco
Mundial a abordar, después de 10 años de silencio, el problema
de la pobreza. El Informe sobre el desarrollo en el mundo del año
1990 está enteramente consagrado a ese tema.
También bajo la presidencia de Barber Conable, el Banco
Mundial comenzó a hablar de forma sistemática de la “buena go-
bernanza”. En 1990, Conable declaró ante algunos gobernadores
africanos del Banco:
Permítanme ser franco: La incertidumbre política y el reino de
la arbitrariedad en tantos países del África subsahariana son
grandes obstáculos para su desarrollo [...] Al decir esto, no estoy
hablando de política, sino que me hago defensor de una trans-
parencia y de una responsabilidad acrecentadas, del respeto de
los derechos humanos y de la ley. La gobernabilidad está ligada
al desarrollo económico, y los países donantes indican en forma
creciente que dejarán de apoyar los sistemas ineficaces que no
respondan a las necesidades elementales de la población.417
Ese cambio del Banco era un reflejo del realizado por
Washington a finales de los años ochenta, analizado en el ca-
pítulo sobre Corea. La retórica del Banco sobre el respeto a los
derechos humanos y a la ley jamás se tradujo en las condicio-
nalidades, que impuso a los países sometidos al ajuste estruc-
tural. En efecto, su discurso no le impidió apoyar, por ejemplo,
la dictadura de Suharto en Indonesia hasta el año 1998, las
dictaduras de Ben Ali en Túnez y de Mubarak en Egipto hasta
su derrocamiento en enero de 2011, la del mariscal Idriss Déby
en Chad (desde 1990 hasta el 20 de abril de 2021, día en que
murió a consecuencias de las heridas sufridas en una batalla
contra unos rebeldes), o de Paul Biya en Camerún (en el poder
desde 1982 hasta el momento de escribir estas líneas).

417. Citado por Susan George y Fabrizio Sabelli (1994). Crédits sans Frontières, col. Es-
sais, La Découverte, París, p. 180. En castellano: La religión del crédito: el Banco Mundial
y su imperio secular, Intermón Oxfam, Barcelona, 1998.

333
El mandato de Lewis Preston (1991-1995)
Con el nombramiento de Lewis Preston para la dirección del
Banco Mundial en 1991, el presidente George Bush puso de
nuevo a la cabeza de la institución a un banquero de primer
orden. Lewis Preston era, hasta ese momento, presidente del
gran banco J. P. Morgan and Co. Había realizado una desta-
cada carrera al frente de ese importante banco de Nueva York,
que le permitió obtener un excelente beneficio de la crisis de la
deuda que había estallado en 1982.
El mandato de Lewis Preston comenzó en junio de 1991 con
el enorme escándalo político-financiero de la quiebra del Banco
de Crédito y Comercio Internacional (BCCI), que por poco no
salpicó directamente al Banco Mundial. EL BCCI, especialista en
el blanqueo del dinero del crimen, fue cerrado por decisión de
las autoridades británicas en julio de 1991. Su bancarrota causó
una pérdida de cerca de 20 000 millones de USD a 2 millones de
pequeños inversores. El BCCI fue reconocido culpable de los si-
guientes delitos: implicación en el lavado de dinero, corrupción,
apoyo al terrorismo, tráfico de armas, venta de tecnología nu-
clear, participación y facilitación de la evasión fiscal, contraban-
do, inmigración ilegal y compras ilícitas en el sector bancario e
inmobiliario. El BCCI, activo en 78 países en los que disponía
de 400 agencias, estaba estrechamente vinculado a la CIA.418
Según Bruce Rich, el Banco Mundial había utilizado de forma
ocasional al BCCI para abonar préstamos en varios países afri-
canos. Siempre según Rich, algunos altos dirigentes del Banco
mantenían estrechas relaciones con dirigentes del BCCI.419
Lewis Preston pronunció su primer gran discurso con ocasión
de un monumental circo mediático del Banco Mundial y del
FMI, cuando se reunieron en Bangkok, en octubre de 1991, para
celebrar su asamblea anual conjunta (era la primera asamblea

418. Véase el informe íntegro dedicado al BCCI en 1992 por los senadores John Kerry
y Hank Brown en https://bit.ly/3dQt3T0. Ver también https://bit.ly/30vw7Ry
419. Bruce Rich. ob. cit., pp. 21-22.

334
del Banco Mundial y del FMI en una capital del Tercer Mundo
después de la asamblea de 1985 en Seúl). Quince mil gober-
nantes y banqueros del mundo entero se reunieron durante tres
días. Tuvo un coste de decenas de millones de USD para las
autoridades tailandesas. El discurso de Preston fue un alegato
entusiasta a favor de la globalización, y afirmó que el Banco
estaba junto con los pobres, sensible a los problemas ambien-
tales y que trabajaba para la promoción de la mujer. He aquí un
corto extracto de su discurso:
La reducción de la pobreza con la que estoy totalmente com-
prometido continúa siendo el objetivo predominante del grupo
Banco Mundial [...] El grupo Banco Mundial tiene en cuenta el
interés de los pobres en un objetivo de crecimiento equitativo,
los aspectos de protección al medio ambiente en un objetivo de
desarrollo duradero [...] y el papel de la mujer, que es vital para
el esfuerzo de desarrollo.420
El porvenir era radiante porque el mundo era uno solo
después de la caída del Muro de Berlín.421 El reto que tenía el
Banco era integrar en el mundo globalizado a todos los países
que formaban el bloque del Este. A pocos centenares de metros
del lugar de la reunión, se desarrollaba una manifestación de
20 000 personas que se oponían al nuevo régimen dictatorial de
Tailandia, instalado desde hacía 8 meses,422 y exigían el retorno
de la democracia.
En diciembre de 1991, el economista jefe del Banco, Lawrence
H. Summers, redactaba un comentario de la edición de 1992
(en preparación) del Informe sobre el desarrollo en el mundo, de-
dicado totalmente al tema ambiental con vistas a la cumbre
de la Tierra, programada para mayo de 1992. El comentario

420. Dirigida por Lewis Preston a la junta de gobernadores del grupo Banco Mundial,
World Bank Press Release, 15 de octubre de 1991.
421. Es necesario agregar que en el momento en que Lewis Preston pronunciaba su
discurso, el fin de la URSS estaba sellado. El golpe de gracia lo había dado Boris
Yeltsin en agosto de 1991 en Moscú. La URSS fue disuelta en diciembre de 1991.
422. Bruce Rich, ob. cit., p. 24.

335
de Lawrence H. Summers, confidencial, abogaba por la expor-
tación de las industrias contaminantes del Norte hacia el Sur,
“en gran parte subcontaminado”, como un medio racional de
crear más desarrollo industrial, alegando la presión de la con-
taminación en el Norte. He aquí algunos extractos del texto
de Summers: “¿No debería el Banco Mundial alentar más
deslocalizaciones de las industrias contaminantes hacia los
países menos avanzados? [...]. La lógica económica según la
cual deberíamos desembarazarnos de los residuos tóxicos en
los países de salarios más bajos es, según mi criterio, impeca-
ble”.423 Una conjunción favorable hizo llegar este documento
a las manos de la organización Greenpeace, que rápidamente
lo hizo público. El semanario neoliberal británico The Economist
lo publicó a finales de diciembre de 1991,424 en el momento
en que Lewis Preston comenzaba su primera gira africana. Los
periodistas lo asaltaban preguntándole si aprobaba a su eco-
nomista jefe cuando escribió: “Siempre pensé que los países de
África con escasa población están considerablemente subcon-
taminados”.425 El capítulo 21 retoma el tema de la cuestión del
Banco Mundial y la crisis ecológica mundial.
En febrero de 1992, Willi Wapenhans, vicepresidente del
Banco, remitió a Lewis Preston un informe confidencial de eva-
luación de los proyectos financiados por el Banco (cerca de
1300 proyectos en curso, en 113 países). Las conclusiones eran
alarmantes: 37,5 % de los proyectos no eran satisfactorios al
término de su realización (contra el 15 % en 1981) solo el 22 %
de los compromisos financieros eran conformes a las directivas
del Banco.

423. Lawrence H. Summers (12 de diciembre de 1991). World Bank office memorandum,
citado por Bruce Rich, ob. cit., p. 247.
424. El diario británico Financial Times dedicó, el 10 de febrero de 1992, un largo
artículo firmado por Michael Prowse titulado “Proteger el planeta de la influencia de
los economistas” (“Save the Planet Earth from Economists”).
425. Lawrence Summers, ídem (nota 431).

336
En mayo de 1992, algunos días antes del comienzo de la cum-
bre de la Tierra, la dirección del Banco recibía los resultados del
estudio independiente correspondiente a las represas sobre el río
Narmada en India. Lewis Preston había confiado la dirección del
estudio a un parlamentario estadounidense, Bradford Morse. El
informe estimaba que la represa y los canales asociados provo-
carían el desplazamiento de 240 000 personas, en lugar de las
100 000 previstas. Las conclusiones provocaron el pánico en la
dirección del Banco. Era necesario, a cualquier precio, que el in-
forme se mantuviera secreto hasta el final de la cumbre de la
Tierra. Y lo consiguió.
Finalmente, el Banco Mundial logró salir airoso en la cumbre
de la Tierra que se realizó en Río de Janeiro, con la participa-
ción de 118 jefes de Estado y 9000 periodistas que cubrieron la
reunión. Cuando concluyó la cumbre, se confió al Banco Mun-
dial la gestión del Global Environment Facility (GEF), Fondo
Global para el Medio Ambiente, por el cual debía pasar la
mayor parte del dinero correspondiente a la puesta en marcha
de la Agenda 21, adoptada en las resoluciones de la reunión
planetaria.
Por otra parte, el Banco Mundial se dedicó a apoyar la tran-
sición del exbloque del Este a la economía capitalista. Eso se
tradujo en la liquidación generalizada de las empresas públicas,
que se privatizaron en beneficio de una nueva clase de capitalis-
tas, francamente mafiosos.
Joseph Stiglitz, economista jefe del Banco Mundial desde
1997 a 2000, muestra con claridad cómo la política del Banco
Mundial en Rusia estaba muy alejada de la buena gobernanza
que propugnaba en otros lados. En referencia al período de la
presidencia de Lewis Preston, Stiglitz escribió:
No nos asombremos si tantos partidarios fervientes del mer-
cado han manifestado una destacable afinidad con los viejos
métodos: en Rusia, el presidente Boris Yeltsin,426 provisto de

426. Boris Yeltsin presidió Rusia desde 1992 hasta 1999. La situación descrita por
Joseph Stiglitz se produjo en 1993.

337
poderes inmensamente superiores a sus homólogos de cual-
quier democracia occidental, fue incitado a eludir la Duma (el
parlamento democráticamente elegido) y promulgar las refor-
mas por decreto.427
Las empresas públicas fueron vendidas por cuatro reales. “El
gobierno, sometido a una fuerte presión por parte de Estados
Unidos, del Banco Mundial y del FMI para privatizar rápidamen-
te, había cedido las empresas públicas por una miseria”.428
La privatización constituyó un enorme pillaje en provecho
de los oligarcas, que colocaron una parte de su fortuna en el
Oeste, con vistas a su blanqueo y a que estuvieran fuera del
alcance de la ley.
La privatización acompañada de la apertura de los mercados
de capitales no condujo a la creación de riquezas sino al sa-
queo de los activos. Era perfectamente lógico. Un oligarca que
acaba de tener éxito en la utilización de su influencia política
para conseguir bienes públicos, que valían miles de millones y
por los que pagó una miseria, querrá, naturalmente, sacar su
dinero del país.429
Fue durante el mandato de Lewis Preston que el Banco
Mundial y el FMI conmemoraron con gran pompa, en Madrid,
el medio siglo de existencia. En esa ocasión, una gran coalición
de movimientos sociales (entre ellos los mayores sindicatos de
España, UGT y Comisiones Obreras), movimientos de solidari-
dad Norte/Sur como el CADTM (Comité para la Anulación de
la Deuda del Tercer Mundo)430 y diversas ONG, se constituyó

427. Joseph Stiglitz (2002). La Grande désillusion, Fayard, París, p. 184. En castellano:
El malestar en la globalización, Editorial Taurus, Barcelona, 2003, cap. 5: “¿Quién perdió
a Rusia?”. Todas las citas son de ese capítulo.
428. Joseph Stiglitz, ob. cit., p. 194.
429. Ibídem, p. 193.
430. Fundado en 1990, el CADTM decidió modificar su nombre, de Comité para la
Anulación de la Deuda del Tercer Mundo a Comité para la Abolición de las Deudas
Ilegítimas, conservando sus siglas.

338
bajo el nombre de Las otras voces del planeta y realizó durante
cuatro días una multitud de debates y una manifestación de
20 000 personas que gritaron “50 años bastan”, el eslogan
principal.
El fin del mandato de Lewis Preston estuvo marcado por la
crisis del Tequila, que azotó México a partir de diciembre de
1994. Ese país inauguró una serie de crisis financieras que afec-
taron a otros países emergentes durante el mandato del sucesor
de Lewis Preston en la presidencia del Banco, James Wolfensohn.

339
Capítulo 17
Ruanda: los acreedores del genocidio de 1994

Es fundamental preguntarse sobre el papel de los prestamistas


internacionales en el genocidio que tuvo lugar en Ruanda en
1994. Todo hace pensar que las políticas impuestas por las insti-
tuciones financieras internacionales, principales proveedores de
fondos del régimen dictatorial del general Juvenal Habyarimana,
aceleraron el proceso que condujo al genocidio. Generalmente,
la incidencia negativa de esas políticas no se tuvo en cuenta en
la explicación del desenlace dramático de la crisis ruandesa.
A partir del 7 de abril de 1994, en un intervalo de menos de
tres meses, cerca de un millón de ruandeses —la cifra exacta queda
por determinar— fueron exterminados porque eran tutsis o se su-
ponía que lo eran. Pero también hay que agregar el asesinato de
decenas de miles de hutus moderados. Por supuesto que hubo
un genocidio, es decir, se produjo la destrucción planificada de
una colectividad entera por el asesinato masivo, cuyo objetivo era
impedir su reproducción biológica y social.
En general, no se tomó en consideración la incidencia nega-
tiva de las políticas recomendadas por el Banco Mundial y el
FMI para explicar el desenlace dramático de la crisis ruandesa.
Solamente algunos autores pusieron en evidencia la responsa-
bilidad de las instituciones de Bretton Woods431 que, por otro

431. Véase Michel Chossudovsky y Pierre Galand (noviembre de 1996). “Le Génocide
de 1994, L’usage de la dette extérieure du Rwanda (1990-1994). La responsabilité des
bailleurs de fonds. Analyse et recommandations. Rapport préliminaire”, Bruselas-Ot-
tawa, disponible en https://bit.ly/3dQDq9p; Michel Chossudovsky et al. (1995).
“Rwanda, Somalie, ex Yougoslavie: conflits armés, génocide économique et respon-
sabilités des institutions de Bretton Woods”, 12 pp., en Banque, FMI, OMC: ça suffit!,
CADTM, Bruselas, 1995; Renaud Duterme (2013). Rwanda: une histoire volée, Editions
Tribord y CADTM, disponible en https://bit.ly/3DYjkov. Varias páginas web en caste-
llano sobre el genocidio de Ruanda: “Francia pudo prever el genocidio” (https://bit.
ly/3q1mwdO); “El genocidio de Ruanda de análisis de los factores que influyeron en
el conflicto” (https://bit.ly/3s8ONSE); “El genocidio de los tutsis en Ruanda”. Filip
Reyntjens. Cuadernos Deusto de Derechos humanos, núm. 91 (https://bit.ly/3pV3A0t), y
varias más.
340
lado, rechazaban, y continúan rechazando, cualquier crítica al
respecto.
A comienzos de los años ochenta, cuando estalló la crisis de
la deuda del Tercer Mundo, Ruanda, como su vecino Burundi,
estaba muy poco endeudada. Mientras que en otros lugares
del mundo, el Banco Mundial y el FMI abandonaban su po-
lítica activa de préstamos y pregonaban la abstinencia, esas
mismas instituciones adoptaron una actitud diferente con
Ruanda: ambas se encargaron de concederle generosos prés-
tamos. Por lo tanto, la deuda externa de Ruanda se multiplicó
por veinte entre 1976 y 1994. En 1976, se elevaba a 49 millo-
nes de dólares, en 1994 llegaba a cerca de los 1000 millones
de dólares. La deuda, sobre todo, aumentó a partir de 1982.
Los principales acreedores fueron el Banco Mundial, el FMI y
las instituciones relacionadas (a las que llamaremos IFI, insti-
tuciones financieras internacionales). El BM y el FMI tuvieron
el papel más activo en el endeudamiento. En 1995, las IFI po-
seían el 87 % de la deuda externa ruandesa. En 2019, 25 años
después del genocidio, las deudas de Ruanda con las IFI aumen-
taron más del triple (ver la tabla siguiente).
Tabla 20. Evolución de la deuda externa pública de Ruanda
por categoría de acreedor, en millones de USD y en porcentaje

Parte Total deuda


Años Parte bilateral Parte privada
multilateral externa pública

1980 91 / 60 % 52 / 35 % 8/5% 150 / 100 %


1985 232 / 71 % 85 / 26 % 12 / 4 % 329 / 100 %
1990 542 / 82 % 119 / 18 % 4 / 0,5 % 664 / 100 %
1995 814 / 84 % 157 / 16 % 2 / 0,2 % 972 / 100 %
2000 997 / 875 % 150 / 13 % 1 / 0,1 % 1148 / 100 %
2010 639 / 84 % 120 / 16 % nc / nc 759 / 100 %
2019 2958 / 76 % 486 / 12 % 464 / 12 % 3908 / 100 %

Fuente: Banco Mundial, International Debt Statistics. Datos consultados el 6 de abril de 2021.
Disponibles en https://bit.ly/3ywt5Js

341
El régimen dictatorial, instalado desde 1973, garantizaba que
no se iba a producir un vuelco hacia políticas de cambios estruc-
turales progresistas. Y por eso el régimen tenía el apoyo activo
de las potencias occidentales: Bélgica, Francia y Suiza. Además,
podía constituir una muralla respecto a algunos Estados de la
región que mantenían todavía veleidades de independencia y de
cambios progresistas (por ejemplo: Tanzania con el presidente
progresista Julius Nyerere, quien era uno de los líderes africanos
del movimiento de los no-alineados).
Durante la década del ochenta y hasta 1994, Ruanda reci-
bió muchos préstamos, pero la dictadura de Habyarimana se
apropiaba de una parte considerable de la misma. Los prés-
tamos concedidos debían servir para mejorar la inserción de
la economía ruandesa en la economía mundial, desarrollando
sus capacidades de exportación de café, té y estaño (sus tres
principales productos de exportación), en detrimento de los
cultivos destinados a la satisfacción de las necesidades loca-
les. El modelo funcionó hasta mediados de los años ochenta,
momento en el que los precios, del estaño primero, luego del
café, y por último del té, se desplomaron. Ruanda, cuyo café
constituía su principal fuente de divisas, se vio total y grave-
mente afectada por la ruptura del cártel del café provocado
por Estados Unidos, a comienzos de los años noventa.

Utilización de los préstamos internacionales


para preparar el genocidio
Algunas semanas antes del desencadenamiento de la ofensi-
va del Frente Patriótico Ruandés (FPR), en octubre de 1990,
las autoridades ruandesas firmaron con el FMI y el BM, en
Washington, un acuerdo para poner en marcha un programa
de ajuste estructural (PAE).
Ese PAE se comenzó a aplicar en noviembre de 1990: el fran-
co ruandés se devaluó un 67 %. En contrapartida, el FMI conce-
día créditos en divisas de desembolso rápido para permitir que

342
el país mantuviera el flujo de las importaciones. Las sumas así
prestadas permitían equilibrar la balanza de pagos. El precio
de los bienes importados aumentó de manera vertiginosa: por
ejemplo, el precio de la gasolina aumentó en un 79 %. El pro-
ducto de la venta en el mercado nacional de los bienes impor-
tados permitía al Estado pagar los sueldos a los militares, cuyos
efectivos aumentaban velozmente. El PAE preveía una disminu-
ción de los gastos públicos: hubo, por supuesto, congelación de
salarios y despidos en la función pública, pero también transfe-
rencia de una parte de los gastos en beneficio del ejército.
Mientras que el precio de los bienes importados aumentaba,
el precio de compra del café a los productores estaba congelado,
y eso había sido exigido por el FMI. En consecuencia, fue la ruina
para centenares de miles de pequeños productores de café432
quienes, con los sectores más empobrecidos de la población, fue-
ron desde entonces un reservorio permanente de reclutas para las
milicias Interahamwe y para el ejército.
Entre las medidas impuestas por el BM y el FMI, median-
te el PAE, hay que señalar, además del aumento de impuestos
al consumo y la reducción de los impuestos a las sociedades,
el aumento de los impuestos directos a las familias populares
por reducción de las exoneraciones fiscales por familia numero-
sa, la reducción de las facilidades de crédito a los campesinos,
etcétera.
Para justificar la utilización de los préstamos de la pareja BM/
FMI, el BM autorizó a Ruanda a presentar facturas antiguas que
cubrían la compra de bienes importados. Ese sistema permi-
tió a las autoridades ruandesas financiar la compra masiva de
armas para el genocidio. Los gastos militares se triplicaron entre
1990 y 1992.433 Durante ese período, el BM y el FMI enviaron va-

432. Jef Maton (1994). Développement économique et social au Ruanda entre 1980 et 1993:
le dixième décile en face de l’apocalypse, Universidad de Gante, facultad de Ciencias Eco-
nómicas, Gante.
433. Marie-Chantal Nduhungirehe (1995). Les Programmes d’ajustement structurel. Spéci-
ficité et application au cas du Rwanda, Memoria de Licenciatura, UCL, Facultad de Cien-
cias Económicas.

343
rias misiones de expertos, quienes subrayaron algunos aspectos
positivos de la política de austeridad aplicada por Habyarima-
na; no obstante, amenazaron con cortar los pagos si los gas-
tos militares continuaban creciendo. Las autoridades ruandesas
pusieron a punto algunos montajes para disimular los gastos
militares: los camiones comprados para el ejército se imputaron
al ministerio de Transportes, una parte importante de la gaso-
lina utilizada para los vehículos de las milicias y del ejército era
imputada al ministerio de Sanidad. Finalmente el BM y el FMI
cerraron el grifo de la ayuda financiera a comienzos de 1993,
pero no denunciaron la existencia de cuentas bancarias que las
autoridades ruandesas poseían en el extranjero en grandes ban-
cos y en las que seguían disponibles importantes sumas de di-
nero para la compra de armas. Podemos considerar que el BM
y el FMI fallaron en su deber de control sobre la utilización del
dinero prestado. Debieron cortar sus préstamos desde comien-
zos de 1992, cuando supieron que el dinero era utilizado para
la compra de armas. En ese momento debieron haber alertado
a la ONU. Al continuar otorgando préstamos hasta comienzos
de 1993, ayudaron a un régimen que preparaba un genocidio.
Las organizaciones de defensa de los derechos humanos habían
denunciado desde 1991 unas masacres preparatorias del geno-
cidio. El Banco Mundial y el FMI sistemáticamente ayudaron al
régimen dictatorial, aliado de Estados Unidos, de Francia y de
Bélgica.

El aumento de las contradicciones sociales


Para que el proyecto genocida se ejecutara, era necesario no
solo un régimen para concebirlo y dotarse de instrumentos para
su realización, sino también una masa empobrecida, dispuesta
a hacer lo irreparable. En ese país, el 90 % de la población vivía
en el campo, y el 20 % de esa población campesina disponía de
menos de media hectárea por familia. Entre 1982 y 1994, se
asistió a un proceso masivo de empobrecimiento de la mayoría

344
de la población rural, y a la vez, en el otro polo de la sociedad,
un enriquecimiento impresionante para algunos pocos. Según el
profesor Jef Maton, en 1982, los más ricos de la población cap-
taban el 20 % del ingreso rural; en 1992, acaparaban el 41 %; en
1993, el 45 % y a comienzos de 1994, el 51 %.434
El impacto social catastrófico de las políticas dictadas por la
pareja BM/FMI y de la caída del precio del café en el mercado
mundial (caída que se debe correlacionar con las políticas de las
instituciones de Bretton Woods y de Estados Unidos que logra-
ron hacer saltar el cártel de los productores de café en la misma
época) tuvo un papel clave en la crisis de Ruanda. El enorme
descontento social fue canalizado por el régimen de Habyarimana
hacia la ejecución de un genocidio.

Los acreedores del genocidio


Los principales proveedores de armas de Ruanda, entre 1990
y 1994, fueron Francia, Bélgica, Sudáfrica, Egipto y la Repúbli-
ca Popular China. Esta última le suministró 500 000 machetes.
Egipto, cuyo viceministro de Relaciones Exteriores, encargado de
las relaciones con África, no era otro que Boutros Boutros-Gha-
li, ofreció a Ruanda un crédito sin intereses para permitirle com-
prar armas de infantería por una suma de seis millones de USD
en 1991. Una vez lanzado el genocidio, mientras la ONU había
decretado, el 11 de mayo de 1994, un embargo de armas, Fran-
cia y la firma británica Mil-Tec suministraron armas al ejército
criminal vía el aeropuerto de Goma, en el Zaire. Una vez que el
PRF tomó Kigali, la capital de Ruanda, varios altos responsa-
bles del genocidio fueron recibidos en el Eliseo. Las autorida-
des ruandesas en el exilio instalaron en Goma, con la ayuda del
ejército francés, la sede del Banco Nacional de Ruanda. Desde
allí se efectuaron pagos para reembolsar la compra de armas y
comprar nuevas, hasta finales de agosto de 1994. Los bancos

434. Jef Maton, ob. cit.

345
privados Belgolaise, Générale de Banque, BNP, Dresdner Bank…
aceptaron las órdenes de pago de los genocidas y reembolsaron
a los acreedores del genocidio.

La situación después del genocidio


Después de la caída de la dictadura en julio de 1994, el Banco
Mundial y el FMI exigieron a las nuevas autoridades ruandesas
que limitaran el número de funcionarios al 50 % de los efectivos
previstos en el marco precedente al genocidio. Las nuevas auto-
ridades aceptaron esa condición. Las primeras ayudas concedi-
das por Estados Unidos y Bélgica, a finales de 1994, sirvieron
para pagar los atrasos de la deuda del régimen Habyarimana
con el Banco Mundial. Las ayudas otorgadas por los países
del Norte llegaban en cuentagotas a un país que se debía re-
construir. Las autoridades acogieron a más de 800 000 refugia-
dos desde noviembre de 1996. Según el documento de David
Woodward realizado para Oxfam, en 1996, si bien la produc-
ción agrícola había mejorado un poco, permanecía un 38 %
inferior a las habituales primeras cosechas y un 28 % a las se-
gundas. El sector industrial se revelaba todavía más lento en su
recuperación: solamente 54 de las 88 empresas de producción
existentes antes de abril de 1994 habían retomado la actividad
y la mayoría bien por debajo del nivel anterior: el valor agrega-
do del conjunto del sector industrial representaba a finales de
1995 solo el 47 % del nivel de 1990.
El aumento del 20 % de los salarios del servicio público, en
enero de 1996, fue la primera vez desde 1981, pero se calculaba
oficialmente que un 80 % de trabajadores del sector público se
situaba por debajo del umbral de la pobreza. No hay que asom-
brarse si los ruandeses prefieren trabajar en una ONG como
chófer o cocinero en lugar de ser funcionario público. Esa cifra
no es, por cierto, exclusiva de la función pública ya que el Banco
Mundial calculaba que en 1996 entre el 85 % y el 95 % de los
ruandeses vivían por debajo del umbral de la pobreza absoluta.

346
También hay que señalar un aumento considerable de mujeres
como jefes de familia, pasando del 21,7 % antes del genocidio a
cerca del 29,3 % con algunos datos muy altos en algunas prefec-
turas, del 40 % y más. La situación de esas mujeres era particu-
larmente dramática puesto que sabemos hasta qué punto eran
discriminadas en el ámbito de las leyes, sobre todo las ligadas
a la herencia. Ya antes del genocidio, el 35 % de mujeres jefes
de familia tenían un ingreso mensual inferior a 5000 francos
ruandeses (cerca de 15 dólares) por persona, mientras que para
los hombres jefe de familia el porcentaje era del 22 %. A pesar
de un alto porcentaje de adopciones de huérfanos debido al
genocidio y al sida, la cantidad de niños y niñas sin familia osci-
laba entre 95 000 y 150 000. En el ámbito de la enseñanza, las
inscripciones en el ciclo primario solo fueron del orden del 65 %,
mientras que el porcentaje de alumnos en las escuelas secunda-
rias no pasaba del 8 %.435 Según el Banco Mundial, el número de
alumnos que terminaban los estudios primarios descendió entre
1990 y 2001, pasando del 34 % al 28 %436 (World Bank, World
Keys Indicators, 2003). La tasa de mortalidad infantil se man-
tiene en un nivel notablemente elevado (183 ‰ [por 1000]).
En 1994, la deuda externa total de Ruanda se elevaba a cerca
de 1000 millones de USD. Esa deuda había sido contraída por
completo por el régimen de Habyarimana. Diez años más tarde,
esa deuda había aumentado cerca del 15 % y Ruanda seguía bajo
el ajuste estructural. La deuda contraída antes de 1994 entra ple-
namente en la definición de “deuda odiosa”; por consiguiente,
el nuevo régimen debería haber sido exento por completo de esa
deuda. Los acreedores, multilaterales y bilaterales, sabían perfec-
tamente con quién se las veían cuando prestaban al régimen de
Habyarimana. Después del cambio de régimen, no tenían dere-
cho a redirigir sus exigencias al nuevo Estado ruandés. Y, no obs-
tante, lo hacen sin avergonzarse. Es absolutamente escandaloso.

435. David Woodward (1996). The IMF, the World Bank and Economic Policy in Rwanda:
Economic, Social and Political Implications, Oxfam, Oxford, p. 55.
436. World Bank, World Keys Indicators, Washington D. C., 2003.

347
Las autoridades ruandesas, que tomaron el poder en 1994, in-
tentaron convencer al Banco Mundial y al FMI de renunciar a sus
acreencias. Pero ambas instituciones rechazaron esa propuesta
y amenazaron con cerrar el grifo del crédito si Kigali insistía en
esa cuestión. Además, ambas pidieron a Kigali que silenciara
la ayuda que habían concedido al régimen de Habyarimana, a
cambio de nuevos préstamos y de una promesa de anulación fu-
tura de la deuda en el marco de la iniciativa a favor de los países
pobres muy endeudados (lanzada en 1996). Es deplorable que el
gobierno haya aceptado ese mercadeo. Las consecuencias fueron
nefastas: prosecución del ajuste estructural cuyas consecuencias
económicas y sociales son desastrosas, y mantenimiento de una
deuda externa insostenible y odiosa. Al consentir esa imposición,
las autoridades de Kigali obtuvieron el estatus de buen alumno
del FMI, del BM y del Club de París. Peor aún, al participar en la
ocupación militar de una parte del territorio de la República De-
mocrática del Congo, su país vecino, a partir de 1998, y al parti-
cipar en el saqueo de sus recursos naturales, el régimen ruandés
se hizo cómplice de Estados Unidos y del Reino Unido en esa
región (esos dos países buscaban activamente el debilitamiento
de la RDC).
Los ruandeses deberían ser liberados de la deuda y de la tute-
la de los acreedores del genocidio.

348
Capítulo 18
La operación de seducción
de James Wolfensohn (1995-2005)

James Wolfensohn accedió a la presidencia del Banco Mundial en


un momento en el que era urgente y necesario restaurar la imagen
del Banco. El ajuste estructural tenía muy mala prensa y una serie
de crisis financieras comenzaban a afectar a los países emergen-
tes. Era necesario desviar la atención poniendo en primer plano
la eliminación de la pobreza, la “buena gobernanza” y los prés-
tamos responsables con el medio ambiente, así que se desarrolló
una intensa actividad de relaciones públicas. James Wolfensohn
se convirtió en un experto en relaciones con la prensa. Su cordia-
lidad y su retórica causaron muy buena impresión.
En 1995, William Clinton, presidente de Estados Unidos,
designó a James Wolfensohn, banquero de Nueva York, como
noveno presidente del Banco Mundial.
James Wolfensohn (1933-2020), ciudadano australiano,
había comenzado su carrera de banquero en Sídney en 1959.
Entre 1968 y 1977 tuvo un puesto directivo en el controvertido
grupo bancario J. Henry Schroder, en Londres y Nueva York.437
Según Patrick Bond,438 Wolfensohn fue el tesorero de los Ami-
gos Americanos de Bilderberg, grupo de presión atlantista y

437. El Banco Schroder financió a Hitler y las SS desde los años veinte y hasta la caída
del Tercer Reich. Ese banco se convirtió más tarde en una base para Allen Dulles,
director de la CIA. El banco Schroder estuvo implicado en la financiación de nume-
rosos golpes de Estado: el derrocamiento del primer ministro Mossadegh en Irán en
1953, el golpe militar contra Jacobo Arbenz en Guatemala en 1954, la invasión de la
bahía de Cochinos en Cuba en 1961, la desestabilización de Chile entre 1970 y 1973,
y después el golpe de Estado de Pinochet.
438. Patrick Bond (2000). Elite Transition, From Apartheid to Neoliberalism in South Afri-
ca, Pluto Press/University of Natal Press, Londres-Virginia Sterling/Pietermaritzburg,
Sudáfrica, p. 164.

349
anticomunista.439 Abandonó el banco Henry Schroder para unir-
se a la dirección del banco de negocios Salomon Brothers. Entre
1981 y 1982, habría estado en la lista de Robert McNamara,
quien estaba buscando un reemplazante, y, con esa perspectiva
Wolfensohn adoptó la nacionalidad estadounidense.440 El presi-
dente Ronald Reagan puso a Alden W. Clausen a la cabeza del
Banco Mundial y entonces Wolfensohn fundó su propio banco
de negocios, James D. Wolfensohn Inc., que fue muy activo du-
rante la euforia de fusiones/adquisiciones de los años ochenta
y de la primera mitad de la década del noventa, hasta que fue
comprado por el Banker’s Trust.

Multiplicación de engaños441

La iniciativa PPAE

En 1996 se lanzó la Iniciativa para los Países Pobres Altamente


Endeudados (PPAE, HIPC por sus siglas en inglés). La cuestión

439. La Conferencia de Bilderberg es una reunión anual que, desde 1954, convoca
por invitación a unas 130 personalidades de los medios de negocios, académicos
o políticos de diferentes países. Sus miembros —personajes políticos, industriales,
banqueros— se denominan a sí mismos los “Bilderbergers” o “grupo de Bilderberg”.
El objetivo inicial del grupo era, en el marco de la Guerra Fría, reforzar la cooperación
entre Estados Unidos y sus socios europeos para combatir el comunismo. Se trataba
también de combatir las luchas de liberación en las colonias. Los objetivos del grupo
Bilderberg fueron evolucionando hacia la promoción del modelo neoliberal. De todas
maneras, permanece en gran medida atlantista. El grupo Bilderberg no da ninguna
publicidad a sus reuniones. Al comienzo, estaba financiado por la firma holandesa
Unilever y la CIA. James Wolfensohn participó en la Conferencia de Bilderberg de
mayo de 2005 en buena compañía (Pascal Lamy, John Bolton, Robert Zoellik). Véase:
Grupo Bilderberg-Wikipedia, la enciclopedia libre. Hay que destacar que en 1973 se
creó la Comisión Trilateral a iniciativa de los principales dirigentes del grupo Bilder-
berg y del Council on Foreign Relations, entre los cuales estaban David Rockefeller y
Henry Kissinger. Véase: Comisión Trilateral-Wikipedia, la enciclopedia libre
440. https://bit.ly/3IKMvyV
441. La continuación de este capítulo se basa especialmente en Walden Bello y Shal-
mali Guttal (2005). The limits of reform: The Wolfensohn era at the World Bank (Los límites
de la reforma: la era Wolfensohn en el Banco Mundial) , Focus on the Global South.

350
era desviar la atención de la reivindicación cada vez más fuer-
te de la anulación de la deuda externa. Con grandes refuerzos
mediáticos, el Banco anunció “su” solución. Desde el comien-
zo, las críticas se centraron sobre el concepto mismo y sobre
la pretendida eficacia de esa iniciativa. Al fin del mandato de
Wolfensohn, el fracaso era patente. En lugar de los 42 países
que en un principio debían beneficiarse de una anulación de
sus deudas de hasta el 80 % (anuncio hecho en 1996) y luego
de hasta un 90 % (anuncio de junio de 1999 con ocasión del G8
en Colonia), cuando en mayo de 2005 Wolfensohn terminó su
mandato, solamente 18 países estaban seguros de beneficiar-
se de la anulación de la deuda con los diferentes acreedores.
Aunque esa iniciativa debía solucionar definitivamente el pro-
blema de la deuda de esos 42 países, se convirtió en un fiasco:
su deuda pasó de 218 millones de dólares a 205 millones, o sea,
una reducción de apenas un 6 % entre 1996 y 2003.

De los PAE a la estrategia de reducción de la pobreza

Los “Marcos estratégicos de lucha contra la pobreza” fueron


promovidos por Wolfensohn para reemplazar los programas
de ajuste estructural (PAE), muy desacreditados, aunque ha-
bían sido el principal objetivo del Banco Mundial y del FMI
desde los años ochenta. De hecho, aparte del nombre, nada
cambió en esas nuevas políticas con respecto a los países en-
deudados. Las exigencias de privatizaciones y de liberalización
de los intercambios constituían siempre el mismo marco ma-
croeconómico. En realidad, el Banco Mundial y el FMI endure-
cieron todavía más las condicionalidades que imponían, ya que
hacían frente común con la Organización Mundial del Comer-
cio, que había comenzado a funcionar a partir de 1995. Por otro
lado, se buscaba en vano la “participación” de la sociedad civil,
a pesar de que esa participación fuera anunciada a bombo y
platillos, como una profunda mutación operada por el Banco.

351
La iniciativa SAPRI

Hay que señalar que el primer ejercicio de “diálogo constructivo”


que el Banco realizó bajo la dirección de Wolfensohn consistió,
justamente, en una evaluación conjunta de los programas de
ajuste estructural entre el Banco, la sociedad civil y los gobiernos:
fue la Iniciativa para la Revisión Participativa del Ajuste Estructu-
ral (SAPRI, por sus siglas en inglés), lanzada en 1997. Fue conce-
bida como una operación de terreno tripartita con un equipo del
Banco Mundial, nombrado por Wolfensohn, para desarrollar
una metodología transparente y participativa, con el objetivo de
reunir la documentación sobre la influencia de los PAE en siete
países en los niveles local y nacional. Walden Bello y Shalmali
Guttal hicieron un balance demoledor de esa experiencia:
A pesar del acuerdo sobre las reglas comunes del ejercicio y la
metodología de revisión, el equipo del Banco Mundial desem-
peñó un papel obstruccionista a lo largo de todo el proceso.
Por ejemplo, en los foros públicos, en vez de escuchar y tratar
de aprender de las pruebas presentadas por los representantes
de la sociedad civil sobre los impactos de los PAE, casi siem-
pre argumentó, y finalmente reclamó, que las presentaciones en
los foros (que eran parte de los datos cualitativos acordados)
no constituían nada más que una “prueba anecdótica”. [...] A
medida que la capacidad del Banco para controlar los proce-
sos nacionales disminuía, también disminuía su capacidad para
controlar los resultados de la Revisión. Aun antes de llegar a los
debates nacionales finales y a las conclusiones, ya las investiga-
ciones de campo mostraban problemas mayores en todos los
aspectos de los programas de ajuste. Poco dispuestos a publicar
esos resultados, el equipo del Banco descartó un acuerdo ante-
rior (escrito), que establecía que se debían presentar todos los
resultados de la SAPRI en un gran foro público en Washington
D. C., en presencia de Wolfensohn. En lugar de eso, el Banco
optó por hacer un encuentro técnico cerrado en ausencia del
presidente del Banco. Más importante aún fue que el Banco insistiera
en que sus informes y los de la sociedad civil se presentaran por sepa-
rado. El informe del Banco se basó en sus propias investigaciones para

352
sacar sus conclusiones y apenas se refirió al proceso de la SAPRI, que
duró cinco años. En agosto de 2001, el Banco se retiró de la SAPRI y
enterró totalmente el tema. Aparte de decir que había aprendido mucho
con la iniciativa, el Banco no se comprometió a reformar sus políticas de
préstamos según los resultados de la misma. El 15 de abril de 2002, el
informe SAPRI completo (bajo el nombre de SAPRIN por incluir los re-
sultados de dos países cuya sociedad civil realizó sus investigaciones sin la
participación del Banco) se hizo público y recibió una enorme cobertura
mediática [Ajuste Estructural Informe SAPRI: Una investigacion
participativa realizada por la sociedad civil y el Banco Mundial,
Informe SAPRIN, editado por IntermónOxfam].
Wolfensohn se disculpó [...] y prometió discutir seriamente el in-
forme SAPRIN en un futuro próximo. Sin embargo, hasta hoy,
ni el Banco ni Wolfensohn se han comprometido a volver a ver e
introducir cambios en sus préstamos estructurales. Por el contra-
rio, las políticas de ajuste estructural continúan siendo el pilar del
Banco y del FMI, mediante los DERP (Documento de Estrategia
para la Reducción de la Pobreza) y las Facilidades para el Creci-
miento y Reducción de la Pobreza (PRGF en su sigla en inglés).442

Casos de corrupción
Las consecuencias de la crisis financiera asiática demuestran las
contradicciones entre el discurso del Banco sobre la buena go-
bernanza y su práctica: en Indonesia, las relaciones del Banco
con el régimen dictatorial y corrupto de Suharto continuaron du-
rante el mandato de James Wolfensohn. De acuerdo con Jeffrey
Winters, especialista en Indonesia, el Banco aceptó estadísticas
falsas y toleró el hecho de que el 30 % de cada dólar de la ayuda
que el Banco acordaba al régimen fuera captado por individuos
corruptos.

442. Ídem.

353
En el África austral

El Banco encajó otros golpes con las noticias sobre corrupción y


negligencia en los proyectos de infraestructuras que financiaba,
especialmnte los proyectos hidráulicos de las mesetas de Leso-
to (LHWP en su sigla en inglés) y la represa en los saltos de
Bujagali en Uganda. En 2001, el Tribunal Supremo de Lesoto
estudió las acusaciones de corrupción contra varias sociedades
internacionales de construcción de represas y autoridades pú-
blicas en relación con el LHWP. En lugar de apoyar un proceso
legal, nacional y público, el Banco realizó, con toda discreción,
su propia investigación sobre tres compañías acusadas de pagar
sobornos y llegó a la conclusión de que no había suficientes
pruebas para acusarlas de corrupción. En 2002, el Tribunal Su-
premo de Lesoto encontró culpables de soborno a cuatro com-
pañías, entre ellas Acres International, una firma que el Banco
Mundial favorecía en sus contratos y que había absuelto en sus
propias investigaciones. El Banco tardó más de un año en anun-
ciar que Acres Internacional estaría desterrada de sus contratos
por un período de tres años.443

La Comisión Mundial de Represas (CMR)

Establecida en 1997, la Comisión Mundial de Represas (CMR)


debía liderar una investigación global, independiente y exhaus-
tiva sobre la eficacia de las grandes represas y proponer normas
internacionales aceptables en ese ámbito. Durante un periodo de
dos años y medio, realizó una investigación considerable y recibió
cerca de 1000 reclamaciones, de todo el mundo, sobre aspec-
tos ambientales, sociales, económicos, técnicos, institucionales y
productivos de las grandes represas.
La Comisión era independiente del Banco Mundial, pero este
tuvo, a pesar de todo, un papel más activo en la elaboración del
informe de la CMR que cualquier otra institución y fue consul-
tado en cada etapa del programa de trabajo. James Wolfensohn

443. Bello y Guttal, ob. cit.

354
describió con entusiasmo ese proceso como modelo para futu-
ras negociaciones multilaterales. Sin embargo, lo inadmisible se
produjo: el Banco Mundial rechazó las conclusiones del informe
porque iban demasiado lejos. Nelson Mandela, en Londres, en
noviembre de 2000, hizo público ese informe titulado Represas y
desarrollo: un nuevo marco para la toma de decisiones. James Wolfensohn
justificó el rechazo del Banco a aceptar las conclusiones del in-
forme, explicando que el Banco debía remitirse a las opiniones
de sus accionistas y a las correspondientes a las agencias guber-
namentales de construcción de represas en los principales paí-
ses constructores. En una declaración del 27 de marzo de 2001,
el Banco afirmó que “consecuente con las aclaraciones dadas
por la presidencia de la CMR, el Banco Mundial no adoptará
sus 26 directivas pero las utilizará como puntos de referencia en
futuros proyectos de inversiones en represas”, y agrega “que se
trata de un diálogo muy constructivo, sin precedentes, entre las
diferentes partes. El Banco Mundial cree que estos diálogos son
muy importantes para la resolución de las numerosas contro-
versias sobre desarrollo y el Banco continuará participando en
ellos en el futuro”.444
La táctica del Banco es la siguiente: enfrentado a las críticas y
reivindicaciones, el Banco mismo anuncia los diálogos, ordena
y se implica activamente en las investigaciones, declara su firme
voluntad de tener en cuenta los resultados. Después, cuando los
informes están ahí, rechaza sus conclusiones y mantiene discur-
sos evasivos sobre el porvenir, especificando, sin embargo, que
continuará con esos “diálogos constructivos”.

Iniciativa de Evaluación de las Industrias Extractivas

La experiencia de la Comisión Mundial de Represas se reprodujo


con la Evaluación de las Industrias Extractivas (EIE). Cuando fue
criticado en una reunión pública de Amigos de la Tierra, James
Wolfensohn respondió —con gran sorpresa de su equipo— que

444. Citado en Walden Bello y Shalmali Guttal, ob. cit.

355
el Banco emprendería una evaluación global con el fin de deter-
minar si su implicación en las industrias ligadas a la extracción
es coherente con su objetivo de reducir la pobreza.
Habiendo sacado algunas enseñanzas de la experiencia de la
Comisión Mundial de Represas, el Banco Mundial lanzó la EIE
sobre un proceso menos independiente y menos participativo.
Sin embargo, el informe de la EIE publicado en Lisboa el 11 de
diciembre de 2003 se reveló, a pesar de la injerencia del Banco,
como un documento asombrosamente potente. Ese informe re-
comienda con firmeza al Banco, así como a su brazo derecho
en el sector privado, la Sociedad Financiera Internacional (SFI),
que pongan fin progresivamente a sus préstamos en el sector
petrolero, así como en el de las minas y el gas natural. El infor-
me pide al Banco que concentre sus aportes financieros en el
sector de las energías renovables. Ese informe originó un clamor
de indignación entre los inversores privados (como el Citibank,
ABN AMRO, WestLB y el Barclays), para quienes la implicación
del Banco en esos ámbitos particulares es esencial ya que no
son capaces de autofinanciar esos proyectos. En un artículo de
opinión publicado por el Financial Times el 17 de junio de 2004,
Emil Salim, que presidió la comisión EIE, escribió:
Siendo encargado del control del estudio de evaluación de las
industrias extractivas, llegué a la conclusión de que el Banco
Mundial debe modificar radicalmente su enfoque del apoyo a
estas industrias —e incluso, en algunos casos, suspenderlo del
todo—. La razón de esta conclusión es clara. El Banco es una
institución pública cuyo mandato es la reducción de la pobre-
za. No solo las industrias petroleras, del gas o mineras no han
ayudado a los más pobres en los países en desarrollo sino que,
a menudo, agravaron sus condiciones de vida.
Del mismo modo que con el informe de la Comisión Mundial
de Represas, el Banco Mundial decide una vez más, en agosto
2004, ignorar la mayor parte de las recomendaciones impor-
tantes del Informe del EIE. Por ejemplo, el Banco continúa su-
brayando el aspecto eminentemente positivo de la construcción

356
del oleoducto Chad-Camerún.445 El Banco justifica su implica-
ción directa en las industrias mineras argumentando que eso le
permite influir sobre esas industrias, para que se adecuen a las
normas sociales y ambientales.
En marzo de 2004, tuve la ocasión de tener un debate pú-
blico con Joseph K. Ingram, representante especial del Banco
Mundial ante las Naciones Unidas y ante la Organización Mun-
dial del Comercio en Ginebra. El debate tuvo lugar en esa ciu-
dad ante un público de un centenar de profesores. Durante el
mismo expliqué que la dirección del Banco Mundial se apres-
taba a no seguir las recomendaciones contenidas en el informe
que, el propio Banco, había encargado, y por lo tanto critiqué
duramente ese hecho. Durante el debate, el representante del
Banco Mundial mantuvo un desmentido formal, pero en la se-
mana siguiente me hizo llegar un correo postal con un docu-
mento interno del Banco que pedía a sus representantes que
negaran que el Banco se aprestaba a rechazar el seguimiento
de las conclusiones del informe sobre las industrias extractivas,
En ese correo de fecha 26 de marzo de 2004, escribió: “Espero
que podamos encontrar un momento para discutir en privado
sobre sus inquietudes en futuro próximo”, . Cuando lo volví
a ver algunos meses más tarde en su oficina de Ginebra, lo
había reconsiderado y no tenía nada serio para comunicarme.
Simplemente me indicó que contaba con dimitir de su pues-
to si Wolfensohn era reemplazado como presidente del Banco
Mundial por un duro como Wolfowitz. Lo que tampoco hizo
cuando Wolfowitz fue efectivamente nombrado presidente del
Banco Mundial en 2005.

445. En diciembre de 2005, el Banco Mundial debió retirar su apoyo al oleoducto,


que ya había entrado en explotación, para tratar de evitar un escándalo: el presidente
del Chad se apoderó de los ingresos petroleros que el Banco Mundial quería reser-
var para las generaciones futuras. Sin embargo, numerosas organizaciones habían
alertado a Wolfensohn sobre los riesgos de montar un proyecto así con el dictador
chadiano, Idriss Déby Itno.

357
James Wolfensohn expuesto
a los movimientos sociales
Cuando comenzó el mandato de James Wolfensohn en 1995,
la campaña “50 years is enough” (50 años bastan)446 estaba
en pleno activismo en Estados Unidos y de allí se expandió al
resto del mundo. Más tarde, se desarrolló la campaña mundial
Jubileo 2000, particularmente fuerte en los países de tradición
cristiana tanto en el Norte como en el Sur del planeta. Esa cam-
paña, comenzada en 1997 y finalizada en 2000, permitió reunir
más de 20 millones de firmas para una petición que reclamaba
ir más allá de la iniciativa PPAE, pidiendo la anulación de la
deuda externa de los países pobres. Estuvo jalonada de reunio-
nes masivas: una cadena humana de 80 000 participantes con
la ocasión del G8 en Birmingham en mayo de 1998, 35 000 ma-
nifestantes durante el G8 de Colonia en junio de 1999.
Las relaciones cada vez más conflictivas entre la sociedad
civil y James Wolfensohn alcanzaron su punto crítico en Praga,
en septiembre de 2000, durante la tumultuosa reunión anual
del Banco y el FMI, que debió acortarse un día a causa de
las manifestaciones masivas. Confrontado a una retahíla de
reproches totalmente justificados, James Wolfensohn perdió
su sangre fría en un debate público en el Castillo de Praga y
exclamó: “Yo y mis colegas nos sentimos bien yendo a traba-
jar todos los días”. Esa declaración se puede comparar con la
del director general del FMI, Horst Koehler, durante el mismo
debate: “Como vosotros, tengo un corazón, pero utilizo mi
cabeza para tomar decisiones”.
El Banco Mundial está particularmente a la ofensiva respecto
a las ONG y a algunas autoridades locales. Puso a punto una
estrategia de integración/recuperación a través de lo que llama
los soft loans (los préstamos blandos) destinados a favorecer los
microcréditos (apoyo particular a algunas ONG de mujeres), a

446. Véase la web www.50years.org.

358
sostener las estructuras de enseñanza y de salud organizadas a
nivel local, a gestionar, como mejor se pueda, las remesas de los
emigrantes. El Banco creó una oficina de préstamos y donativos
para sostener a las ONG. Esa estrategia ofensiva del Banco para
cortejar a la sociedad civil y recuperar un espacio de legitimidad
produce resultados nada despreciables. Efectivamente, todos
esos instrumentos de finanzas participan de un sistema que favo-
rece la pobreza al alentar el endeudamiento. Pero, además, esos
instrumentos arruinan, en particular, la autonomía financiera de
las mujeres, principales objetivos para los préstamos de los orga-
nismos de microcréditos.447
En una tentativa para desactivar las críticas externas y recu-
perar una parte de los movimientos de protesta, James Wolfen-
sohn jugó al “juego de la consulta”. A pesar de estar centrados
en diferentes ámbitos de las operaciones del Banco, las tres ini-
ciativas (SAPRI, Comisión Mundial de Represas y Evaluación
de las Industrias Extractivas) tenían por objetivo conducir a los
detractores del Banco Mundial a la mesa de negociaciones ha-
ciéndoles creer que el Banco estaba listo para cambiar y res-
ponder mejor a las críticas sobre su funcionamiento y sobre sus
prácticas. Pero la realidad comprobó justo lo contrario. En los
tres casos, el Banco no respetó las reglas del juego: rechazó los
resultados de esas iniciativas. Es instructivo para aquellos que
todavía tienen ilusiones de que el diálogo con el Banco pueda
conducir a cambios sustanciales en su funcionamiento y sus
políticas.

Crisis interna y crisis de legitimidad


Durante el mandato de James Wolfensohn, la dirección del
Banco atravesó una crisis interna entre 1999 y 2000, que se

447. Eric Toussaint y Nathan Legrand (27 de abril de 2018). “Unos testimonios abru-
madores sobre los abusos del microcrédito”, y Eric Toussaint (27 de abril de 2018)
“El FMI: inhumano tanto a escala macro como a escala micro”, ambos disponibles
en http://www.cadtm.org.

359
concretó con la partida de dos personajes clave del personal
ejecutivo de la institución: Joseph Stiglitz, economista jefe y
vicepresidente del Banco Mundial, renunció a finales de 1999
bajo la presión del secretario del Tesoro, Lawrence Summers,
y en junio de 2000, lo hizo Ravi Kanbur, director del informe
anual del Banco Mundial sobre el desarrollo en el mundo. Joseph
Stiglitz y Ravi Kanbur eran elementos reformadores en el seno
del Banco. Su partida indicó claramente que no había (ni hay)
lugar para la autorreforma en el Banco.
El Banco Mundial también estaba fuertemente cuestionado
por el Congreso de Estados Unidos. El informe de la Comisión
Meltzer, hecho público en febrero de 2000, lo atestigua (ver el
capítulo siguiente).

El fin del segundo mandato


de James Wolfensohn
La llegada de la administración conservadora a la Casa Blan-
ca en 2001 complicó el mandato de James Wolfensohn. Pasó
sus cuatro últimos años como presidente del Banco Mundial
alineádose francamente con la línea cada vez más agresiva de
la administración de G. W. Bush. Algunas veces, renegaba al
realizar de inmediato lo que el presidente de Estados Unidos
y su equipo deseaban, pero terminaba por hacer lo que se le
pedía. Reconoció en una entrevista, poco antes de su partida:
“Tuve la impresión de que la administración americana estaba
muy satisfecha de todo lo que había pasado aquí durante los
últimos años”.448
En Afganistán, además de acordar 570 millones de USD,
ayudó al esfuerzo de Estados Unidos para juntar miles de
millones para la reconstrucción. James Wolfensohn había ex-
presado su interés de que el Banco consiguiera participar en el

448. Conferencia de prensa de James Wolfensohn del 12 de abril de 2005, en


Washington.

360
financiamiento del gasoducto para transportar las reservas ma-
sivas de gas natural, proveniente del muy cerrado Turkmenistán,
a India y Pakistán, a través de Afganistán. Un proyecto que las
compañías energéticas estadounidenses, apoyadas por el vice-
presidente estadounidense Dick Cheney, codiciaban.
En Irak, James Wolfensohn, empujado por Washington, desblo-
queó entre 3000 y 5000 millones de USD para la reconstrucción
y aceptó dirigir el Irak Trust Fund para encaminar el dinero nece-
sario a los proyectos de desarrollo emprendido por el régimen de
ocupación, en particular, aquellos que concernían a los “edificios
de gran capacidad” en el sector privado, un objetivo principal de
la administración Bush.
A pesar de esa manifiesta buena voluntad, James Wolfensohn
no pudo evitar la erosión de su autoridad y de su prestigio. De-
nigrado por la Casa Blanca, por su proximidad a Bill Clinton y
John Kerry, el candidato demócrata a la presidencia en 2004,
perdió también credibilidad en aquellos que habían creído en su
voluntad reformadora. Muy pronto se tiene la certidumbre de
que en caso de reelección de George W. Bush para un segundo
mandato, James Wolfensohn no tendría ninguna posibilidad de
ser reelegido para su puesto en 2005. Efectivamente, en marzo
de ese año, George W. Bush designó como presidente del Banco
Mundial a uno de sus colaboradores directos, Paul Wolfowitz,
que era subsecretario de Estado de Defensa.
En cuanto a James Wolfensohn, durante 2005-2006 cumplió
una misión en relación con el Banco, gestionando un fondo fi-
duciario para la Franja de Gaza, en los Territorios palestinos.
Pero, sobre todo, se unió a la dirección del principal grupo ban-
cario mundial, Citigroup.

361
Capítulo 19
Los debates en Washington
a comienzos de los años 2000

La sucesión de crisis que azotaron a los países emergentes en los


años novena y la desastrosa intervención del Banco Mundial y
del FMI en esa ocasión provocaron un gran número de debates
a escala internacional, centrados en el futuro y en la función
de las instituciones de Bretton Woods, en los que intervinie-
ron muchos intelectuales del establishment: Allan Meltzer, Paul
Krugman, Joseph Stiglitz, Jeffrey Sachs, entre otros. Al mismo
tiempo, en Washington, el Congreso no se mostraba entusias-
mado con la oportunidad de aumentar los medios financieros
del FMI para hacer frente a las crisis. Eso condujo a la creación
de una comisión bipartita449 ad hoc, que se denominó Comisión
Consultiva sobre las Instituciones Financieras Internacionales
(IFI Advisory Commission), la cual presentó su informe a prin-
cipios del año 2000. Abarcaba siete instituciones multilatera-
les: el FMI, el grupo Banco Mundial, el Banco Interamericano
de Desarrollo (BID), el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD),
el Banco Africano de Desarrollo (BAfD), la OMC y el Banco de
Pagos Internacionales (BPI). Citaremos aquí solo algunas de las
conclusiones referentes al FMI y al Banco Mundial.

La Comisión Meltzer sobre las IFI


en el Congreso de Estados Unidos en el año 2000
La Comisión se componía de 11 expertos (6 republicanos y
5 demócratas), provenientes de los medios parlamentarios,

449. Bipartito, es decir, que reunía republicanos y demócratas.

362
universitarios y bancarios, entre ellos Allan H. Meltzer (su presi-
dente) y Edwin Feulner (presidente de la ultra reaccionaria Heri-
tage Foundation y expresidente de la sociedad del Mont-Pèlerin),
por la parte republicana, y Jeffrey Sachs, Fred Bergsten y Jerome
Levinson, por la parte demócrata. Una gran parte de los traba-
jos de esa Comisión, incluidas las notas en las que se expresa-
ban los desacuerdos, está disponible en internet.450
Todas las reuniones de la Comisión eran públicas. Sus tra-
bajos merecen ser conocidos porque contienen juicios muy
interesantes y esclarecedores sobre los términos del debate en
Washington.
Una breve resolución fue adoptada por unanimidad, mientras
que el resto del informe se aprobó por ocho votos a favor y tres
en contra. Los tres votos en disidencia eran demócratas (Fred
Bergsten, Jerome Levinson y Esteban Edward Torres). Dos de-
mócratas (uno ellos Jefrey Sachs) votaron con los republicanos.
La resolución aprobada por unanimidad es la siguiente:
1. El FMI, el Banco Mundial y los Bancos regionales de de-
sarrollo deben anular totalmente todas sus acreencias de los
países pobres altamente endeudados (PPAE), que aplican una
estrategia adecuada en materia de desarrollo económico y so-
cial (en conexión con el Banco Mundial y los Bancos regionales
de desarrollo) 2. El FMI debe limitar sus préstamos al suminis-
tro de liquidez a corto término. Se ha de suprimir la práctica ac-
tual consistente en dar préstamos a largo término para reducir
la pobreza o para otros objetivos.
El informe constaba de más de cien páginas. En sustancia,
declaraba que no era cuestión de eliminar o fusionar las ins-
tituciones multilaterales, sino de reformarlas profundamente.

450. Senado de Estados Unidos (2000). The Meltzer Commission: The Future of the IMF
and World Bank, U.S. Government Printing Office, Washington. (La Comisión Meltzer:
El futuro del FMI del Banco Mundial), disponible en https://bit.ly/3DYlSTB. Véase
también Allan Meltzer (2000). “The Report of the International Financial Institution
Advisory Commission: Comments on the Critics”, IFO Institute for Economic Re-
search, Múnich, CESifo Forum 1 (4), disponible en https://bit.ly/3IRtPxd (Informe
de la Comisión consultiva sobre las Instituciones Financieras Internacionales: Comen-
tarios sobre las Críticas).

363
Presentaba un diagnóstico a veces en extremo crítico de las po-
líticas aplicadas por el FMI y el Banco Mundial y criticaba con
dureza a la OMC. Proponía que el Banco Mundial cortara por
completo sus préstamos a los países que ya tenían acceso a los
mercados financieros internacionales y que se limitara a los paí-
ses que no lo tuvieran, haciéndoles donaciones.
Complementariamente, el informe declaraba que el FMI solo
debía conceder préstamos a corto plazo, que debía abandonar
la misión de combatir la pobreza, la que debía estar reservada
al Banco Mundial y a los bancos regionales de desarrollo. El
Banco Mundial debía cambiar de nombre y llamarse en adelan-
te Agencia Mundial de Desarrollo (World Development Agen-
cy). El documento denunciaba que los gobiernos de los países
ricos, el FMI y el Banco Mundial se habían saltado la función de
control y de decisión del poder legislativo. En el mismo sentido,
denunciaba a la OMC con respecto a sus abusos de poder, afir-
mando que no tenía el derecho de imponer automáticamente
reglamentos y decisiones a sus Estados miembros. Las decisio-
nes de la OMC debían ser ratificadas siempre por los respectivos
Parlamentos de los Estados miembros.
Estos son algunos fragmentos destacables del informe, que
comienza con unas congratulaciones por el papel de Estados
Unidos en el mundo y su apoyo al mantenimiento de las políti-
cas neoliberales:
Estas instituciones y el compromiso estadounidense en el man-
tenimiento de la paz y de la estabilidad han tenido notables re-
sultados. En el curso de los cincuenta años transcurridos desde
el fin de la guerra, hemos conocido, como nunca hasta ahora,
una gran mejora del nivel de vida de un número muy grande de
personas en un gran número de países.
Nuestros antiguos adversarios forman parte ahora del sistema
mundial de mercado en expansión.
Estados Unidos ha estado a la cabeza del mantenimiento
de la paz y de la estabilidad, ha trabajado para hacer avan-
zar la democracia y el respeto del derecho, la reducción de las

364
barreras aduaneras y el establecimiento de un sistema financie-
ro transnacional.
La Comisión piensa que para promover el desarrollo, los países
deben abrir sus mercados al comercio y promover la propiedad
privada, el respeto del derecho, la democracia política y la liber-
tad individual.
Hasta aquí, nada que asombre en la pluma de miembros del
establishment, sean republicanos o demócratas. La continua-
ción del informe es más sorprendente. La Comisión criticaba la
actuación del FMI, de los gobiernos de los países miembros del
G7, y arremetía contra las políticas de choque impuestas por el
FMI y el Banco Mundial.

Crítica de la intervención del FMI


en la crisis de la deuda en México en 1982

En agosto de 1982, el gobierno mexicano comunicó que no


podía seguir pagando su deuda externa. El FMI organizó y su-
pervisó entonces un plan de reestructuración de las deudas
comerciales contraídas por el gobierno mexicano en la década
precedente. Los préstamos del FMI no canalizaron nuevas fuen-
tes netas de financiación para México. En efecto, el FMI prestó
dinero a México para que reembolsara su deuda. De este modo, la deuda
mexicana aumentó, pero el país no entró en cesación de pago. El
FMI le concedió sus préstamos con la condición de que aplicara
una serie de reformas económicas a largo plazo. Muchas de esas
condicionalidades impusieron grandes sacrificios a la población mexicana,
pérdidas de empleos y una seria reducción del nivel de vida. Los otros
países en desarrollo, en particular de Latinoamérica, vieron de-
caer o resultar negativos sus flujos netos de capitales privados.451

451. Las cursivas son del autor.

365
Crítica de los Planes de ajuste estructural
impuestos por el FMI

La transformación del FMI en una fuente de préstamos a largo


plazo acompañados de las condicionalidades del ajuste estruc-
tural hizo a las naciones pobres cada vez más dependientes del FMI y le
confirió una influencia importante en las decisiones políticas de
los países miembros, lo que era una novedad para una institu-
ción multilateral. La búsqueda de financiación es tributaria de
los resultados de las políticas solicitadas, tal como están defi-
nidas en los acuerdos entre el FMI y sus miembros. Estos progra-
mas no han asegurado el progreso económico. Han minado la soberanía
nacional y muy a menudo han obstaculizado el desarrollo de instituciones
democráticas responsables capaces de corregir sus propios errores y de res-
ponder a los cambios que intervienen en la situación exterior.

El informe critica la intervención de las IFI


en la crisis mexicana de 1994

Sin embargo, después de reembolsar al FMI, al Tesoro esta-


dounidense y a los acreedores extranjeros, es el contribuyente mexi-
cano el que paga la factura. El coste de reflotar el sistema bancario
se estima actualmente en alrededor del 20 % del PIB mexicano.
El ingreso real por habitante, a pesar de los altibajos, no era
en 1997 más alto que veinte años atrás. Los salarios reales de los
trabajadores peor pagados, los que cobran el salario mínimo, disminuye-
ron un 50 % desde 1985. La deuda externa total de México en 1996,
expresada en dólares USA, se multiplicó por 5 desde 1985 o por 4 si se
calcula por habitante. Los salarios reales son más bajos y el peso
de la financiación de la deuda es mucho más gravoso para cada
trabajador mexicano.
Las críticas también se refieren al hecho de que al impedir o re-
ducir las pérdidas a las que se exponen los prestamistas interna-
cionales, el programa de 1995 del FMI concerniente a México
envió un mensaje arriesgado a los acreedores internacionales y
a los deudores. Protegiendo las pérdidas de los acreedores in-
ternacionales, el FMI indicó implícitamente al mercado que si

366
los bancos locales y otras instituciones similares contrataban
con acreedores extranjeros sumas importantes y si los gobier-
nos avalaban esas deudas contraídas con acreedores privados,
el FMI prestaría las sumas necesarias para efectuar los reembol-
sos. Los economistas llaman riesgo moral al estímulo intrínseco
de esas garantías.
La reducción de los gastos públicos, el alza de las tasas, del tipo
de interés y el cierre de bancos agravaron las crisis.

El FMI al servicio del G7


también fue criticado por la Comisión

Los gobiernos del G7, en particular el de Estados Unidos, han


utilizado el FMI como herramienta para la realización de sus
designios políticos. Esa práctica subvierte los procesos demo-
cráticos de los países acreedores, al evitar el control parlamen-
tario sobre la ayuda externa o la política exterior, y al relajar la
disciplina presupuestaria.

El FMI al servicio de los ricos

Un gran número de estudios sobre los efectos de los préstamos


del FMI no llegaron a establecer una relación significativa entre
esos préstamos y el aumento de la riqueza o de los ingresos. El
rescate de los acreedores con el apoyo del FMI durante las crisis recientes
fue especialmente perjudicial y tuvo efectos terribles para los países en de-
sarrollo. Personas que habían trabajado duro para salir de la po-
breza asistieron a la destrucción de su obra, a la pérdida de sus
ahorros y a la quiebra de su pequeña empresa. Los trabajadores
perdieron su empleo, muy a menudo sin ninguna indemniza-
ción para amortiguar el choque. Los propietarios nacionales y
extranjeros de haberes reales sufrieron fuertes pérdidas mien-
tras que los bancos acreedores extranjeros estaban protegidos.
Esos bancos recibieron compensaciones por la prima de riesgo
en forma de altos tipos de interés, y ni tan solo tuvieron que
asumir todas las pérdidas asociadas a los préstamos de alto

367
riesgo (incluso a veces ninguna). El apoyo que recibieron los
banqueros extranjeros sirvió también para proteger a deudores
nacionales políticamente influyentes y alentó unos préstamos
de grandes sumas y de ratios de endeudamiento extraordinarias
con relación al capital.

La Comisión desaprobó las políticas del FMI en


Latinoamérica

La Comisión no aprueba las políticas del FMI en Latinoaméri-


ca en los años ochenta, en México en 1995 y en muchos otros
casos. Los préstamos del FMI a esos países protegieron a los
bancos estadounidenses y de otros países, a las instituciones
financieras y a ciertos inversores, ocasionando al mismo tiempo
estragos en los ciudadanos de los países endeudados. Los prés-
tamos postergaron la resolución de las crisis de los años ochen-
ta, permitiendo a los acreedores y deudores el aplazamiento de
una deuda que ya estaba más que saldada. La Comisión piensa
que los acreedores que se comprometen en préstamos arriesgados o que
compran acciones de riesgo deben aceptar las pérdidas reales cuando el
riesgo genera una realidad desagradable.

La Comisión criticó al Banco Mundial


y a los bancos regionales relacionados

Existe un gran foso entre la retórica y las promesas de los Bancos y sus
resultados y realizaciones. El caso del Banco Mundial lo ilustra
muy bien. Pretendiendo combatir la pobreza en el mundo en
desarrollo, el Banco afirma que concentra sus préstamos en los países
pobres que no tienen acceso al mercado de capitales. Pero no es este el
caso, pues el 70 % de los recursos del Banco fueron a 11 países
que gozan de un fácil acceso al mercado de capitales.
La suma total de los recursos destinados a actividades de ser-
vicio público en los países sin acceso al mercado de capitales,
pero con políticas e instituciones de estabilización, representó
2500 millones de USD en un período de 7 años, entre 1993 y

368
1999, lo que representa menos del 2 % de la financiación del
grupo Banco Mundial, si se excluye la ayuda.

El futuro de las instituciones del Grupo


Banco Mundial según la Comisión Meltzer
La función de prestamista del Banco Mundial se reduciría
sustancialmente.
La Comisión añade que el Banco tendrá que hacer sobre todo
donaciones. Además, para la Comisión, las otras instituciones
del grupo no tienen en realidad razón de ser:
La Sociedad Financiera Internacional (SFI) debe integrarse en la
Agencia Mundial de Desarrollo redefinida. Su capital deberá
ser devuelto a sus accionistas y los préstamos en curso serán
recomprados.
[...] La Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones (AMGI)
debe ser eliminada. Muchos países tienen su propia agencia de se-
guros. Además, los aseguradores del sector privado han entrado
en el mercado.

Redefinición de las misiones del FMI


según la Comisión Meltzer
La misión del nuevo FMI: La Comisión recomienda que el FMI
sea reestructurado como una institución más pequeña, con solo
tres responsabilidades:
− Actuar como un casi prestamista en última instancia para pro-
veer un apoyo a las economías emergentes mediante préstamos
a corto plazo a los países necesitados.
− Recoger y publicar datos financieros y económicos para los paí-
ses miembros y distribuir estos datos de manera uniforme en
un lapso razonable.
− Ofrecer consejos (pero no imponer condiciones) sobre la polí-
tica económica, como se menciona en el artículo IV relativo a
las consultas con los Estados miembros.

369
− La “Facilidad para la Reducción de la Pobreza y para el Creci-
miento” debe ser suprimida.
− El FMI no está autorizado a negociar reformas políticas.
Los préstamos del FMI deben tener un vencimiento muy
corto (por ejemplo, un máximo de 120 días, con la posibilidad
de una sola renovación).

La posición en minoría
de tres demócratas de la Comisión

Los tres demócratas que votaron contra el informe (Fred Bergs-


ten, Jerome Levinson y Esteban Edward Torres) consideraban
que este era demasiado negativo con respecto a las IFI y la OMC,
puesto que quería una fuerte limitación de sus poderes y de su
campo de acción. Levinson incluso redactó un texto de unas
veinte páginas que constituye una defensa del Banco Mundial,
del FMI y del gobierno de Clinton. Proponía una orientación
alternativa a la que tenía la mayoría de la Comisión, poniendo
el énfasis en el compromiso demócrata con la dirección de la
confederación sindical AFL-CIO.
Por otra parte, criticaba que el Banco Mundial y el FMI no
favorecieran el respeto de los derechos de los trabajadores. Al
contrario, cada vez que ambas instituciones tuvieron la oportu-
nidad, hicieron recaer sobre ellos solos el coste de la resolución
de las crisis financieras. Levinson debía saber bastante sobre el
tema, porque estaba en funciones en Brasil en el momento del
golpe de Estado militar, apoyado por el gobierno de Estados
Unidos, el Banco Mundial y el FMI.452 Sintetizó correctamente
la utilización de las crisis provocadas por el comportamiento
de los capitalistas y de los gobiernos, que acarrearon de forma
sistemática ataques contra los trabajadores. He aquí una parte
de su argumentación tal como la expuso en el informe de la
Comisión Meltzer:

452. Jerome Levinson fue assistant director de la USAID en Brasil de 1964 a 1966.

370
Los préstamos bancarios de la década de los años setenta, los Te-
sobonos [bonos del Estado emitidos por México] y los fiascos fi-
nancieros del sureste asiático presentan todos ellos características
comunes: en cada caso, los bancos y los inversores, obsesionados
por la liquidez, intentando obtener un rendimiento más alto que
el que habrían conseguido en su país, invirtieron (en Tesobonos)
o prestaron [...] a gobiernos, bancos y empresas de los países en
desarrollo; muchos préstamos no fueron utilizados para financiar
inversiones productivas; una combinación de conflictos internos
y externos condujo a una crisis internacional que se percibe como
si pusiera en peligro el sistema financiero internacional.
El FMI y el Banco Mundial tienen la misión de vigilar el segui-
miento; las instituciones financieras privadas, igualmente res-
ponsables de la crisis debido a sus inversiones y préstamos
imprudentes, son reflotadas y recompensadas: ellas tienen la
posibilidad de recomprar a bajo precio bancos locales y otras
instituciones financieras. Los países deudores fueron aconse-
jados de que exportaran más para salir de la crisis, lo que se
tradujo en una inundación del mercado americano de bienes
y servicios, que es el único mercado que realmente se les ha
abierto. Para que sus mercaderías sean más competitivas, el
FMI y el Banco Mundial exigen a los gobiernos de los países
deudores que apliquen medidas de flexibilización del mercado
de trabajo, lo que permite a las empresas desembarazarse con
más facilidad de los trabajadores, sin tener que pagar onerosas
indemnizaciones, eso debilita la capacidad de negociación de
los sindicatos, y todo eso con el objetivo de reducir los costes
salariales. Tanto los trabajadores de los países industrializados
como los de los PED, y particularmente los sindicados, pagan
un coste desproporcionado por el peso de ajuste.
Levinson cita así mismo a Joseph Stiglitz (execonomista jefe
del Banco), quien argumenta en el mismo sentido:
Incluso cuando el mercado de trabajo no se encuentra en el
núcleo de los problemas a los que el país debe hacer frente,
con mucha frecuencia se hace pagar a los trabajadores el peso
del ajuste. En el este asiático, fueron los préstamos imprudentes
de los bancos internacionales y otras instituciones financieras,
combinados con los préstamos imprudentes de las instituciones

371
financieras locales —y con las expectativas versátiles de los inver-
sores— lo que pudo desencadenar la crisis; pero son los traba-
jadores los que pagan el precio en término de desempleo y de
pérdida de salarios.
Jerome Levinson ataca el doble lenguaje del Banco Mundial.
Cuando se pide a esa docta institución que proteja los derechos
de los trabajadores, responde que la sección 10 del artículo IV
de sus estatutos le prohíbe tener en cuenta consideraciones po-
líticas. Pero Levinson afirma que cuando fija condicionalidades,
el Banco impone una mayor flexibilidad del mercado del traba-
jo, que facilita el despido, debilita el poder de negociación de
los sindicatos y reduce los ingresos de los asalariados urbanos.
Pero no nos engañemos, Levinson no se opone a la liberali-
zación en promercado de la economía ni a las privatizaciones.
Afirma que esas políticas son necesarias pero, para que sean
eficaces, deben ir acompañadas de un contrapeso sindical. Su
alternativa es muy parecida a la orientación predicada por Tony
Blair en el Reino Unido y Gerhard Schröder en Alemania.

Los trabajos de la Comisión Meltzer en perspectiva


En un trabajo publicado en 1998, Anne Krueger, economista
jefe del Banco Mundial de 1981 a 1987, destacaba las diferen-
cias entre los años setenta y el final de los noventa. Ese texto es
útil para comprender ciertos términos del debate. Indica que a
principios de los años setenta, Estados Unidos había decidido
dar una gran importancia al Banco Mundial y al FMI, reducien-
do la ayuda bilateral en beneficio de la ayuda multilateral.453
Después, según Krueger, la liberalización en el plano mundial re-
dujo fuertemente el margen de maniobra de esas instituciones,
pues predominaban los flujos de capitales privados. Por otra
parte, la Guerra Fría había terminado. Y señala:

453. Anne Krueger (1998). “Whither the Bank and the IMF?”, Journal of Economic
Literature, vol. XXXVI, diciembre, pp. 1987 y 1999. (“¿Hacia dónde van el Banco y el
FMI?”).

372
Hasta el fin de la Guerra Fría, el apoyo político a la realización
de una ayuda al desarrollo por la vía de las IFI (Banco y FMI)
y de las agencias bilaterales provenía de dos grupos: el de la
derecha, motivado por problemas de seguridad, y el de la iz-
quierda, que sostenía objetivos de desarrollo con una base hu-
manitaria. Con el fin de la Guerra Fría, el apoyo proveniente de
la derecha se desgastó y los esfuerzos del Banco por extender
sus actividades hacia nuevos ámbitos podía reflejar la búsque-
da de un apoyo político más amplio.454
Para Krueger, el Banco Mundial tenía tendencia a hacer dema-
siado en ese sentido:
Muchas acusaciones referentes a la ineficacia organizativa del
Banco pueden tener origen en los esfuerzos por extender sus acti-
vidades en todas direcciones en todos los países. Efectivamente,
se puede considerar que implicándose en cuestiones ambien-
tales, cooperando con las ONG, combatiendo la corrupción y
abarcando otros temas, el Banco va más allá de sus competen-
cias esenciales. Al hacer esto, el Banco sobrepasa su capacidad
de dirección.
En cuanto al futuro del Banco, Krueger considera que era ne-
cesario elegir entre tres opciones:
1) Continuar su función de institución encargada del desarrollo,
limitándose a los países realmente pobres y retirándose de forma
gradual de los países con ingresos medios; 2) proseguir su ac-
tividad en todos los países clientes, concentrándose en las soft
issues del desarrollo, tales como los derechos de la mujer, la pro-
tección ambiental, el estímulo a las ONG; 3) bajar la cortina.455
Anne Krueger no era partidaria de la tercera opción y dejaba
abierto el debate sobre las dos primeras. Pero precisaba que
más tarde o más pronto habría que tomar una decisión. En
cuanto al modo de funcionamiento del Banco, era muy clara:
no había que modificar los estatutos estableciendo el sistema
“un país, un voto”. Opinaba que la fusión del Banco y el FMI no

454. Ibídem, p. 2010.


455. Ibídem, p. 2006.

373
quedaba excluida, pero se abriría un proceso peligroso porque
entonces habría que discutir sobre una nueva constitución, y
por ende, sobre el principio de “un país, un voto”, cuestión que
era necesario evitar.456 Ese era un problema que debía quedar en
manos de las grandes potencias.

El contexto de la Comisión Meltzer


Para comprender las propuestas de la Comisión Meltzer hay
que tener en cuenta, por supuesto, la situación internacional
de la época: sucesión de crisis financieras en los países de la
Periferia seguidas de las desastrosas intervenciones del Banco
Mundial y del FMI. Pero eso no es suficiente. La situación nacio-
nal en Estados Unidos era súper determinante. El Congreso, con
mayoría republicana, proseguía una guerra encarnizada contra
el gobierno demócrata de Bill Clinton. Si no tenemos en cuenta
ese factor de orden político interno, no se pueden explicar los
duros ataques de la Comisión al Ejecutivo que instrumentalizó
al FMI para intervenir en el mundo, sin el acuerdo del Congreso.
Por lo demás, ciertas preocupaciones sociales de la Comisión
estaban relacionadas, por cierto, con la necesidad de dividir las
personalidades designadas por los demócratas en el seno de la
Comisión, a fin de ganar el apoyo de alguno de ellos al punto de
vista de Meltzer y sus colegas. Se trataba también de criticar al
gobierno de Clinton con argumentos sensibles para el electora-
do y los congresistas demócratas.

La posición de la Comisión Meltzer


y la política de Washington
Los puntos de consenso dentro de la Comisión no faltaron Los
podemos resumir en ocho puntos:

456. Ibídem, p. 2015.

374
 .º Un acuerdo fundamental se manifestaba sobre la pro-
1
secución de la agenda neoliberal: “La Comisión piensa que
para alentar el desarrollo, los países deben abrir sus merca-
dos comerciales y promover la propiedad privada, el respeto
del derecho, la democracia política y la libertad individual”.
En definitiva, era lo esencial.
2.º La necesidad de mantener las instituciones financieras in-
ternacionales: “Esas instituciones y el compromiso estadouni-
dense por el mantenimiento de la paz y de la estabilidad han
tenido excelentes resultados”.
3.º Por supuesto, había acuerdo en mantener y reforzar el
liderazgo estadounidense sobre esas instituciones.
4.º Había acuerdo en anular totalmente (o casi) la deuda
de los PPAE si estos aplican políticas acordes con la agenda
neoliberal y con los intereses de Estados Unidos. La razón era
muy simple: ¿para qué le sirven esos países a Estados Unidos
si, a causa de su sobreendeudamiento, no tenían la capaci-
dad de comprarle mercaderías o servicios? Lo mejor era re-
ducir sustancialmente su deuda para que pudieran volver a
comprar.
5.º Era absolutamente rentable para Estados Unidos tratar
de que el Banco Mundial les hiciera donaciones y hacerlas
ellos mismos, porque era seguro que los países pobres que
las recibieran, las utilizarían para comprar principalmente a
los países más industrializados. Lo que se daría a los países
pobres, estos lo gastarían de inmediato en el Norte, porque
ya ellos mismos no producían lo que necesitan. En particu-
lar, ese era el resultado de 25 años de políticas de liberaliza-
ción de intercambios y de competencia con los productores
locales de los países pobres.
6.º Había que luchar contra la corrupción en esos países a fin
de evitar que una parte de las donaciones se desviara hacia
otras actividades, y dejaran de lado la compra de productos
del Norte.

375
 .º Una política de donaciones tenía también la ventaja de
7
mantener una relación de dependencia de las cúpulas y de
las economías de los países beneficiarios con los donantes.
8.º Las donaciones necesarias para los países más pobres re-
presentaban un esfuerzo completamente insignificante para
países como Estados Unidos. Era muy poco comparado con
otros gastos, como los 400 000 millones de dólares que costó
la “guerra contra el terrorismo” en Afganistán y en Iraq entre
septiembre de 2001 y abril de 2006.

Cómo enfocaba la Comisión Meltzer


la política de donaciones
La Comisión propuso que se recurriera ampliamente a las do-
naciones en reemplazo de los préstamos. El ejemplo da muestra
con claridad que se trata de que el donante se inmiscuyera di-
rectamente en las decisiones de los PED, eludiendo la interven-
ción de los poderes públicos nacionales.
Ejemplo: Un país que tiene un ingreso de 1000 dólares por ha-
bitante y que puede obtener una donación para llevar a cabo
un proyecto, que cubre el 70 % de su coste, decide, por ejem-
plo, hacer vacunar a todos los niños contra el sarampión. Si
la agencia de desarrollo [institución multilateral que, según
Meltzer, debe reemplazar al Banco Mundial] confirma el buen
fundamento de la necesidad, el gobierno establecerá entonces
una licitación ante proveedores del sector privado, organizacio-
nes no gubernamentales, tales como instituciones caritativas,
y entidades del sector público, como el Ministerio de Sanidad.
Supongamos que la oferta más conveniente sea de 5 dólares
por niño vacunado; la agencia de desarrollo estará entonces de
acuerdo en pagar 3,5 dólares (70 %) por vacuna directamente al
proveedor. Le corresponde al gobierno aportar el 1,5 dólar res-
tante. Los pagos se efectuarán solo después de la certificación
por un agente independiente de todos los participantes —go-
bierno, agencia de desarrollo, proveedor de vacunas—. En un

376
sistema de pago por el usuario las donaciones son concedidas
después de auditar la provisión del servicio. Nada de resultados,
nada de fondos enviados. El pago es en función del número de
niños vacunados, de los kilovatios de electricidad consumidos,
de los metros cúbicos de agua tratada, del número de estudian-
tes que aprueben un test de alfabetización, de los kilómetros de
carretera puestos en servicio [...] La ejecución no presenta nin-
gún riesgo político. Es el proveedor del servicio y no el gobierno
el que recibe el pago.
Más adelante, en el texto:
De las vacunas a las carreteras, de la alfabetización a la distribu-
ción de agua, los servicios serán efectuados por proveedores del
sector privado (incluidas ONG y organizaciones de beneficencia)
o entidades del sector público, a las que les otorga el servicio,
según la propuesta más ventajosa en una licitación. La cantidad y
la calidad de los resultados serán certificadas por auditores inde-
pendientes y los pagos se efectuarán directamente a los proveedo-
res; el coste se dividirá entre los países receptores y la agencia de
desarrollo. La subvención variará entre el 10 y el 90 %, en función
del acceso al mercado de capitales y de los ingresos per cápita.

Necesidad de una gestión alternativa


a la que desarrolló la Comisión Meltzer
Aunque los argumentos del informe Meltzer son útiles en lo que
respecta al balance de la actividad del FMI y del Banco Mundial,
las soluciones que propone son tan nefastas como criticables. Se
debe rechazar el enfoque de la Comisión Meltzer, que quiere em-
plear las donaciones como un nuevo medio de refuerzo de la
mercantilización de los servicios esenciales, como la sanidad, la de-
puración, distribución y evacuación del agua, la educación, etc.
Asimismo, es inaceptable la utilización de las donaciones para
imponer a los beneficiarios la voluntad de los donantes.
Se requiere un procedimiento alternativo: hay que salir del
círculo infernal del endeudamiento sin caer en una política

377
asistencial que tienda a perpetuar un sistema mundial domi-
nado absolutamente por el capital, por algunas grandes poten-
cias y por las empresas transnacionales. De lo que se trata es
de implantar un sistema internacional de redistribución de los
ingresos y de la riqueza a fin de reparar el pillaje multisecular al
que los pueblos de la Periferia vienen siendo sometidos. Esas re-
paraciones en forma de donaciones no otorgan ningún derecho
de injerencia de los gobiernos de los países más industrializados
en los asuntos de los pueblos indemnizados. Se trata de inven-
tar mecanismos de decisión sobre el destino de los fondos y del
control de su empleo por las poblaciones involucradas y por
sus representantes. Eso abre un amplio campo de reflexión y de
experimentación.
Por lo demás, al contrario de la Comisión Meltzer, que pro-
pone mantener el Banco Mundial y el FMI, con alguna remode-
lación, hay que abolir esas instituciones y reemplazarlas por otras
que se caractericen por su funcionamiento democrático. El nuevo
Banco Mundial y el nuevo Fondo Monetario Internacional, sea
cual fuere su nueva denominación, deben tener funciones radi-
calmente diferentes de las de sus predecesores: deben garantizar
el cumplimiento de los tratados internacionales sobre derechos
humanos individuales y colectivos (políticos, civiles, sociales,
económicos y culturales) en el ámbito del crédito internacional
y de las relaciones monetarias internacionales. Esas nuevas insti-
tuciones internacionales deben formar parte de un sistema insti-
tucional mundial bajo la jurisdicción de una Organización de las
Naciones Unidas, también modificada radicalmente. Es esencial
y prioritario que los países en desarrollo se asocien para consti-
tuir lo antes posible entidades regionales dotadas de un Banco
común y de un Fondo Monetario común. Durante la crisis del su-
reste asiático y de Corea de 1997-1998, los países afectados con-
sideraron la constitución de un fondo monetario asiático, pero el
debate fue abortado por la presión de Estados Unidos y del FMI.
En la región Latinoamérica y Caribe, bajo el impulso del gobierno

378
venezolano, en 2005-2006, comenzó a debatirse la posibilidad
de crear un Banco del Sur.457 Evidentemente, si se busca la eman-
cipación de los pueblos y la plena satisfacción de los derechos
humanos, las nuevas instituciones financieras y monetarias, tanto
regionales como mundiales, deben estar al servicio de un proyec-
to de sociedad en ruptura con el capitalismo y el neoliberalismo.

457. Véase Éric Toussaint (2008). El Banco del Sur y la nueva crisis internacional, Ediciones
de Intervención Cultural / El Viejo Topo, Mataró, 2008.

379
Capítulo 20
No hubo abandono del ajuste estructural
y del Consenso de Washington
a comienzos de los años 2000

En los años ochenta, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y


el Banco Mundial se ganaron, ante las poblaciones de los países
en desarrollo, una reputación totalmente justificada y bien poco
envidiable: la de ser los responsables de medidas muy impopu-
lares impuestas a los gobiernos, o, en pocas palabras, aquellos
que llevan la desgracia a los pobres. Hay que decir que a los
gobiernos, con frecuencia cómplices de las clases dominantes,
les conviene trasladar sus responsabilidades a esas instituciones
que tienen la sede tan lejos, en Washington, en la 19ª Avenida.
Esa demoníaca reputación corrió como un reguero de pólvora y
la prensa de los países del Sur comenzó a informar ampliamente
sobre el tema.458
Habituadas a decir sin ambages que era necesario reducir de
forma drástica los presupuestos sociales o privatizar las empre-
sas de servicios públicos, ambas instituciones, finalmente, com-
prendieron que ese lenguaje directo no servía a sus intereses. La
gente identificó de inmediato y claramente su papel de propul-
soras de las catástrofes económicas y humanas que les caían
encima. Muy pronto, las revueltas que seguían a los aumentos
de precio de los productos de primera necesidad fueron bau-
tizadas como “disturbios anti-FMI”, y la opinión pública ejer-
ció una fuerte presión sobre los gobiernos para que dejaran de
ceder ante las órdenes tajantes del FMI o del Banco Mundial. La
píldora, muy amarga por cierto, era cada vez más difícil lograr
que la tragaran...

458. Este capítulo proviene de un documento escrito a comienzos de 2006 por Da-
mien Millet y el autor, así como de diferentes comunicados de prensa del CADTM.

380
Se lanzó entonces una gran operación de propaganda, en
los años noventa, para hacer frente a la grave crisis de legitimi-
dad, bien merecida, que atravesaban (y que continúan atrave-
sando) el FMI y el Banco Mundial. El discurso utilizado, como
pantalla, se transformó en el tema de la reducción de la deuda
y la lucha contra la pobreza. Las instituciones habían compren-
dido lo que pasaba y habían cambiado, nos decían. Sin embar-
go, las condicionalidades ultraliberales, de siniestra memoria
desde los programas de ajuste estructural de los años ochenta,
nunca se abandonaron. Una serie de ejemplos de comienzos de
los años 2000 y más recientes, en todos los continentes, son
suficientes para enfrentar a esas dos instituciones a sus propias
contradicciones.

Sri Lanka, Ecuador, Haití: prosecución


de las políticas neoliberales
En Sri Lanka, en 2005, el gobierno rechazó un préstamo de
389 millones de dólares condicionado a reformas políticas tales
como la reestructuración del régimen de jubilaciones y la priva-
tización de los recursos relativos al agua.
En Ecuador, en julio de 2005, el gobierno decidió reformar
la utilización de los recursos petroleros. En lugar de servir ín-
tegramente al pago de la deuda, una parte debía servir para
los gastos sociales, en especial para las poblaciones indígenas,
a menudo desfavorecidas. Disgustadísimo, el Banco Mundial
bloqueó un préstamo de 100 millones de dólares que había
prometido a Ecuador (ver capítulo 22).
En Haití, el FMI impuso en 2003 el fin de un sistema que per-
mitía al gobierno controlar el precio de la gasolina, volviéndo-
lo de esa forma más “flexible”. En pocas semanas, el precio del
combustible aumentó el 130 %, con unas consecuencias terribles:
dificultades para potabilizar el agua o para cocer los alimentos;
aumento del coste del transporte, que los pequeños productores
repercutían en el mercado, provocando a su vez el aumento del

381
precio de numerosos productos básicos. Pero como la inflación
era combatida a “capa y espada” por el FMI, logró que el gobier-
no impusiera la congelación de los salarios. De golpe, el salario
diario mínimo, que era de 3 dólares en 1994, cayó a 1,50 dóla-
res, lo que, siempre según el FMI, debería atraer a los inversores
extranjeros. Eso también sirvió a intereses geopolíticos: el debili-
tamiento del presidente Jean-Bertrand Aristide, prefigurando su
partida del poder, como querían las grandes potencias, el 29 de
febrero de 2004.
Incluso en países productores de petróleo, como Iraq o Nige-
ria, el FMI impuso esa lógica de flexibilidad de los precios. Las
tarifas aumentaron, provocando manifestaciones que demos-
traban el profundo desacuerdo de las poblaciones afectadas,
como fue el caso de Basora en diciembre de 2005…

En el África subsahariana, el Banco Mundial prolongó


los ataques neoliberales
En Ghana, el expresidente Jerry Rawlings se había negado a in-
tegrar a su país en la Iniciativa para los Países Pobres Altamente
Endeudados (PPAE), pero después de la llegada al poder de John
Agyekum Kufuor, en enero de 2001, el país se sometió a las con-
diciones impuestas por el FMI. Una de ellas, y no de las menores,
concernía al sector del agua, donde el FMI exigía la recuperación
íntegra de los costes. Dicho de otra manera, las familias debían
pagar el total del coste de su acceso al agua sin beneficiarse de la
ayuda del Estado. El precio del metro cúbico de agua debía tener
un nivel que permitiera cubrir el coste total de explotación y ges-
tión del servicio. También la electricidad estaba en su punto de
mira, según el mismo principio. El objetivo era claro: reflotar las
correspondientes empresas públicas antes de la privatización...
Desde mayo de 2001, el precio del agua aumentó un 95 % y no
fue más que el comienzo... Las poblaciones, muy afectadas, se
movilizaron y crearon la National Coalition Against Privatisation
of Water (Coalición Nacional Contra la Privatización del Agua).

382
Mientras que uno de cada tres ghaneses no tenía acceso al agua
potable, el Banco Mundial ejerció en 2004 toda su influencia:
ese año concedió a Ghana un préstamo de 103 millones de dóla-
res a cambio de la cesión a una multinacional de la distribución
de agua potable en las principales ciudades.
En Malí, es el sector del algodón el que estaba en la picota.
Desde hacía varias décadas, todo el sector estaba controlado por
la Compañía Maliense de Desarrollo Textil (CMDT), con la parti-
cipación del Estado en un 60 % y de la sociedad francesa Dagris
en el 40 % restante. Verdadera columna vertebral de la economía
de este país, la CMDT, mediante beneficios e impuestos, proveía
al Estado de la mayor parte de las divisas recaudadas cada año.
Su papel fue siempre más allá de la producción de algodón, rea-
lizando misiones de servicio público como el mantenimiento de
pistas rurales o de alfabetización, aportando una ayuda impor-
tante a las organizaciones aldeanas, como, por ejemplo, la pro-
visión de material agrícola o la construcción de infraestructuras
vitales. Hasta 1999, la producción no dejó de aumentar: 200 000
toneladas en 1988, 450 000 en 1997, 520 000 en 1998, 522 000
en 1999. Sin embargo, una gestión muy discutible de la CMDT
y unos precios muy bajos del algodón provocaron una revuelta
de campesinos y el rechazo a recolectar la cosecha 1999-2000.
En consecuencia, la producción cayó a cerca de la mitad en esa
campaña. En abril de 2001 se reunieron los estados generales del
sector del algodón, y decidieron llevar a cabo un plan draconiano
de reformas, con una reducción de la masa salarial del 32 %, la
anulación parcial o total de la deuda de los campesinos, la re-
ducción de efectivos (entre 500 y 800 personas sobre 2400), la
anulación del aumento previsto de los salarios del 7 %, el incre-
mento del precio de compra garantizado del algodón a los pro-
ductores de 170 FCFA/kg a 200 FCFA/kg, la apertura del capital,
reorganización de las actividades y la eliminación progresiva de
la participación estatal en la CMDT. A pesar de los fracasos de
las privatizaciones en los Estados vecinos (como Benín y Costa
de Marfil), el Banco Mundial preconizó la privatización pura y

383
simple, lo que inquietó profundamente a los campesinos afecta-
dos. Ya las primeras reestructuraciones, en particular en el trans-
porte y la gestión de los fertilizantes y plaguicidas, provocaron
graves disfunciones que penalizaron con dureza a los productores
malienses y amenazaron las cosechas de 2003 y 2004.459
Con el fin de acelerar todavía más el proceso, y mostrando su
desaprobación por el precio garantizado por la CMTD, que juz-
gaba demasiado alto, el Banco Mundial presionó bloqueando
una ayuda de 25 millones de USD. Con ese hecho, desconocía
las dos especificidades del algodón de Malí que produjeron el
éxito del sector: un precio mínimo garantizado y una integración
vertical. Un estudio del Banco Mundial460 publicado en mayo de
2005 era muy explícito: “El plan de acción para la puesta en
marcha de esa estrategia tenía como objetivo la creación de 3 o
4 sociedades desmotadoras, con la venta del patrimonio actual
de la CMDT a inversores privados”.
Pero el gobierno de Malí pidió un aplazamiento hasta 2008,
ya que no quería ser acusado de liquidar las industrias nacio-
nales a los intereses extranjeros. La presión del Banco Mundial
se acentuó: “La agenda de la privatización no está definida, el
calendario no está claro y algunas decisiones se han abordado
de manera improvisada, lo que no es ninguna garantía de racio-
nalidad económica ni de transparencia”, y pedía entonces “un
diálogo creíble sobre la reforma del sector, la adopción de un
calendario fiable, de un marco aceptable para la privatización
y un plan para limitar el impacto de los déficits de la compañía
sobre el presupuesto”.
En Níger, la reelección del presidente Mamadou Tandja, en
diciembre de 2004, no tuvo ningún periodo de gracia. Desde
enero de 2005, de acuerdo con las órdenes tajantes del FMI,

459. Véase Damien Millet (2008). África sin deuda, Icaria Editorial-Intermón Oxfam,
Barcelona.
460. “La situación actual de los problemas y retos de la industria algodonera de Malí”,
A. David Craig (director de operaciones para Malí del Banco Mundial), citado por
Afribone, “Privatisation de la CMDT, La Banque mondiale accable le gouvernement”.
Disponible en https://bit.ly/30w0mYC

384
el nuevo presidente promulgó una ley de finanzas que rectifi-
caba la legislación anterior y que comportaba el aumento del
IVA al 19 % sobre los bienes y servicios de primera necesidad
(harina de trigo, azúcar, leche, agua y electricidad). Muy pron-
to, las movilizaciones sociales fueron masivas. En marzo, la po-
blación, ya empobrecida por años de malas cosechas (sequía,
langostas) y de ajustes estructurales (privatizaciones, reducción
de presupuestos sociales, despidos y congelación de salarios en
la función pública...), bajó en masa a las calles para expresar su
descontento. La reacción social, organizada en torno a tres or-
ganizaciones de consumidores, consiguió crear una gran fuerza
unitaria en torno a una “coalición contra la carestía de la vida”
que reunía a 29 organizaciones y 4 confederaciones sindicales.
Después de varios días de paralización de la ciudad y de deten-
ciones arbitrarias por parte de las fuerzas del orden, la moviliza-
ción logró que el gobierno diera marcha atrás.
En la República Democrática del Congo (RDC), un informe
parlamentario presentado en febrero de 2006 denunció la ac-
tuación del Banco Mundial en el ámbito minero. La situación
se volvió dramática en torno a una mina de cobre y plata, con-
trolada por la sociedad australiana-canadiense Anvil Mining, en
Dikulishi. En octubre de 2004, los milicianos Mai-Mai ocupa-
ron el pueblo vecino de Kilwa, desde donde los minerales son
exportados a Zambia. El ejército congoleño lanzó entonces una
operación para reprimir violentamente la sublevación, causan-
do la muerte de decenas de personas sospechosas de apoyar a
los rebeldes (al menos 100 personas, según fuentes de las Na-
ciones Unidas). Esa ofensiva estuvo marcada por las ejecuciones
sumarias y los saqueos. Y en ese marco, la empresa Anvil Mining
suministró vehículos y equipamiento al ejército congoleño. Se
quería asegurar, de esa manera, una pronta continuación de sus
exportaciones.
Eso no impidió a la Agencia Multilateral de Garantía de In-
versiones (AMGI, rama del Banco Mundial) aprobar, en abril
de 2005, un contrato de seguro que ofrece una garantía de

385
13,3 millones de dólares con el fin de cubrir los riesgos políti-
cos de la expansión de esa explotación minera. El Banco Mun-
dial no dudó en apoyar la actividad de Anvil Mining, sobre la
que hay tanto que decir: un informe de la Comisión especial
de la Asamblea Nacional congoleña encargada del examen de
la validez de los convenios de carácter económico y financiero,
redactado por 17 diputados congoleños de diferentes parti-
dos, coordinada por Christophe Lutundula, criticó duramente
“la política de despiece de la cartera minera del Estado” en la
cual estaba implicada Anvil Mining, esencialmente “para satis-
facer las necesidades inmediatas de dinero de las autoridades
gubernamentales”. Según ese informe, la conclusión entre el
poder congoleño y Anvil Mining es flagrante: “Exoneraciones
fiscales, aduaneras y parafiscales se han otorgado en forma exa-
gerada y por largos períodos, que van de 15 a 30 años. [...] El
Estado congoleño se ve privado, de esa manera, de importantes
recursos fiscales indispensables para su desarrollo”.
A pesar de todo, el control de las actividades de Anvil Mining
estaba destinado al fracaso: “Los agentes de los servicios públi-
cos afectados a las concesiones mineras quedaron directamente
a cargo de unos operadores privados a los que se supone que
debían controlar. [...] esos agentes no tienen ninguna autono-
mía, ni independencia, ni eficacia”.
Hasta marzo de 2005, un accionista importante de Anvil Mi-
ning era la empresa canadiense First Quantum (con el 17,5 %
de las acciones), denunciada en 2002 en un informe de la ONU
sobre la República Democrática del Congo por no respetar
las directivas de la OCDE sobre las multinacionales. Es decir,
¡desde el comienzo el terreno estaba minado! ¿Cómo el Banco
Mundial, a través de la AMGI, pudo continuar dando su ga-
rantía a una empresa que había demostrado que no respetaba
los derechos fundamentales de los habitantes de la región de
Kilwa? Ofrecer su garantía en esas condiciones es convertirse
directamente en cómplice de las condenables acciones de Anvil
Mining.

386
En Chad, desde el origen del proyecto de construcción de un
oleoducto de 1070 km de longitud que une la región petrolífera
de Doba (Chad) con la terminal marítima de Kribi (Camerún), el
apoyo que recibió del Banco Mundial despertó la alarma de nu-
merosas organizaciones ecologistas, de defensa de los derechos
humanos y de solidaridad internacional. Los riesgos ecológicos,
humanos y financieros eran exorbitantes desde el comienzo, a
tal punto que Shell y Elf decidieron abandonar el proyecto. Pero
el consorcio final que agrupaba a Exxon Mobil y Chevron Texa-
co, de Estados Unidos, y Petronas, de Malasia, pudo llevar a
término ese proyecto de 3700 millones de dólares gracias al po-
tente apoyo estratégico y financiero del Banco Mundial.
Para justificarse, el Banco Mundial había comprometido su
credibilidad en un programa piloto que debía permitir a la po-
blación chadiana aprovechar los beneficios obtenidos. Realizan-
do así su inversión más importante en el África negra, impuso
al presidente del Chad, Idriss Déby, que dedicara el 90 % de los
ingresos por la venta de petróleo a proyectos sociales seleccio-
nados con su aval y a inversiones en la región de Doba. El 10 %
restante debía estar reservado a las generaciones futuras y fue
depositado en una cuenta bancaria bloqueada en el Citibank de
Londres, bajo el control del Banco Mundial.
Pero ese plan fracasó al apropiarse Déby de parte de las
sumas destinadas a las generaciones futuras: por lo menos 27
millones de dólares. Además, cambió las reglas del juego, inclu-
yendo los gastos de seguridad en la definición de sectores priori-
tarios financiados con los ingresos petroleros. Debilitado por las
fuertes tensiones sociales, por las tentativas de derrocamiento y
deserciones en el ejército, Déby trató de reforzar su dispositivo
militar y represivo. El Banco Mundial reaccionó en diciembre de
2005 bloqueando los préstamos en curso para el Chad, apa-
rentando que acababa de descubrir la naturaleza autoritaria y
corrupta del régimen, cuando ese proyecto, que apoyaba desde
hacía una década, había permitido a Déby consolidar su poder
y aumentar su fortuna personal.

387
El atronador discurso de los expertos del Banco Mundial
sobre la buena gobernanza, la corrupción y la reducción de la
pobreza no era más que una siniestra farsa. En abril de 2006,
presionado por Washington, el Banco Mundial reanudó su
apoyo al proyecto después de haber concedido al gobierno
de Idriss Déby permiso para utilizar a discreción el 30 % de los
ingresos petroleros (en lugar del 10 % previsto hasta ese mo-
mento). Estaba claro desde el comienzo que ese proyecto iría
a enriquecer a un dictador notorio que acababa de permitirse
un corte de manga magistral. En realidad, una vez más, todos
hicieron lo que se esperaba de ellos. El Banco Mundial hizo po-
sible un oleoducto que permite a las multinacionales petroleras
apropiarse de una riqueza natural y a sus accionistas realizar
enormes beneficios. Y el presidente del Chad (en ese momento
Idriss Déby) continuaba robando las riquezas de su pueblo.
La corrupción y la dictadura del Chad deben ser denunciadas
y combatidas, pero no será suficiente. El Banco Mundial es un
elemento determinante de un proyecto que endeuda enorme-
mente al Chad, que agrava a la vez la corrupción y la pobreza,
deteriora el medio ambiente y permite la explotación abusiva
de un recurso natural. En resumen, allí como en otros lados,
el Banco Mundial sostiene un modelo de proyecto predador y
una dictadura corrupta con perfecto conocimiento de causa.
En abril de 2021, el dictador Idriss Déby murió en un combate
contra rebeldes… y el Banco lo financió hasta su fallecimiento,
el 20 de abril de 2021.
Hay que señalar que una evaluación encargada por el Banco
Mundial y comunicada a la dirección del mismo en 2009, con-
sideraba que el proyecto era un fracaso desde el punto de vista
de la reducción de la pobreza, con respecto al medio ambiente
y a la buena gestión pública:

388
La evaluación constata que el objetivo fundamental de de-
sarrollo del programa, a saber la reducción de la pobreza y la
mejora de la gobernanza en el Chad gracias a la mejor utiliza-
ción posible de los ingresos del petróleo, de manera duradera
sobre el plano medio ambiental y social, no se alcanzó. Estima,
por lo tanto, que el resultado global del programa no es satis-
factorio a pesar del éxito técnico y financiero del proyecto del
oleoducto principal.461
Como otros países africanos, el Chad está siempre enfrenta-
do a un endeudamiento muy alto, ahora en un contexto de co-
ronavirus y bajos precios para el petróleo (su principal producto
de exportación).
En 2021, el Chad ha sido el primer país en pedir una reestruc-
turación de la deuda. El FMI anunció la decisión del Chad en
una declaración concerniente a un nuevo programa de cuatro
años, por un valor de aproximadamente 560 millones de USD,
en el marco de facilidades de crédito y fondos ampliados.

461. “The evaluation finds that the program’s fundamental development objective
of reducing poverty and improving governance in Chad through the best possible use
of oil revenues in an environmentally and socially sustainable manner was not achie-
ved. It therefore rates overall program outcome unsatisfactory despite the technical
and financial success of the main pipeline project”. Documento del grupo Banco
Mundial, informe nº 503-15, The World Bank Group Program of Support for the
Chad-Cameroon Petroleum Development and Pipeline Construction Program Per-
formance Assessment Report Chad (Wc3 Loan 4558-Cd; Ida Credits 3373-Cd and
3316-CD; Ifc Loan 4338), Cameroon (Wb Loan 7020-Cm; Ida Credit 3372-Cm; Ifc
Loan 4338), Chad Ifc Advisory Services (537745,534603,533974), 16 de septiembre
de 2009. Disponible en https://www.oecd.org/derec/worldbankgroup/44392731.pdf.

389
Capítulo 21
Clima y crisis ecológica: los aprendices
de brujo del Banco Mundial y del FMI

En diciembre de 2020, con ocasión del quinto aniversario de la


firma del Acuerdo de París sobre el Clima, el secretario general de
las Naciones Unidas hizo una llamada de alarma ya que la situa-
ción empeoró fundamentalmente. En este capítulo analizamos la
acción del Banco Mundial y del FMI en relación con la crisis eco-
lógica y el cambio climático.
A finales de octubre de 2006, Nicholas Stern, consejero eco-
nómico del gobierno británico, envió al primer ministro Tony
Blair un informe de 500 páginas sobre los efectos del cambio
climático en curso, en ese momento, y los medios para com-
batirlo. En su informe, Nicholas Stern afirmaba: “El cambio
climático deteriorará las condiciones elementales de vida de la
población de todo el planeta —acceso al agua, producción de
alimentos, salud y medio ambiente”.462 De manera implícita, el
diagnóstico contenido en el informe constituía una condena de
las políticas aplicadas por el FMI y el Banco Mundial, del que
Nicholas Stern había sido economista jefe.463
Este capítulo confronta el Informe Stern con las posiciones
adoptadas por los principales dirigentes del Banco Mundial,
del FMI y del gobierno de Washington, desde 1990. También
retoma el informe que el Banco Mundial consagró en 2006 a

462. Nicholas Stern (octubre de 2006). Stern Review: The Economics of Climate Chan-
ge, Cambridge, p. 662. Todas las referencias al Informe Stern en el presente artículo
provienen de las conclusiones del mismo. Es posible acceder al informe completo en
https://bit.ly/323lZjt. Libro editado en castellano: Nicholas Stern (2007) El Informe
Stern: La verdad sobre el cambio climático, Paidos Ibérica, Barcelona.
463. Nicholas Stern fue economista jefe y vicepresidente del Banco Mundial de 2000
a 2003.

390
las catástrofes naturales. El Banco Mundial publicó un análisis
que contradice lo que había afirmado hasta entonces. Intenta,
como discurso, limitar la crisis de credibilidad que lo afecta,
pero sin abandonar en absoluto su orientación a favor de todo
al mercado y su adhesión al modelo productivista destructor de
los seres humanos y del medio ambiente. En cuanto al Informe
Stern, si bien contiene juicios muy interesantes, ni siquiera al-
canza a esbozar una alternativa al modelo productivista y a la
búsqueda frenética del crecimiento. Aunque el Banco Mundial
había anunciado que pondría fin a su apoyo a las energías fó-
siles a partir de finales de 2019, está claro que continúa soste-
niendo la construcción y explotación de centrales de carbón, y
la explotación de gas natural y de petróleo. En 2020, varios ana-
listas y ONG denunciaron su responsabilidad en la dramática
prosecución del cambio climático y de la crisis ecológica.

Un repaso del posicionamiento


de los dirigentes del Banco Mundial y del FMI
Aunque numerosas voces ya ponían en evidencia, desde comien-
zos de los años setenta, los peligros de un crecimiento ilimitado
y del consiguiente agotamiento de los recursos naturales, los diri-
gentes del Banco Mundial y del FMI continuaban afirmando que
no era una cuestión urgente.
Lawrence Summers, economista jefe y vicepresidente del
Banco, desde 1991 a 1996, y a continuación secretario de Esta-
do del Tesoro durante la presidencia de Bill Clinton, declaraba
en 1991:
No hay [...] límites a la capacidad de absorción del planeta capa-
ces de bloquearnos en un futuro previsible. El riesgo de un apoca-
lipsis debido a un calentamiento global o a cualquier otra causa
es inexistente. La idea de que el mundo corre hacia su perdición es
profundamente falsa. También es un profundo error pensar que
deberíamos imponer límites al crecimiento debido a los límites

391
naturales; es además una idea cuyo costo social sería asombroso
si alguna vez se llegase a aplicar.464
En una carta dirigida al semanario británico The Economist, publi-
cada el 30 de mayo de 1992, escribía que, según su parecer e inclu-
so pensando en el escenario más pesimista: “Esgrimir el fantasma
de nuestros nietos empobrecidos si no enfrentamos los problemas
globales del medio ambiente es pura demagogia”. Y agregaba: “El
argumento según el cual nuestras obligaciones morales respecto de
las generaciones futuras exige un tratamiento especial de las inver-
siones medioambientales es estúpido”.465
La posición adoptada por Lawrence Summers causó un verda-
dero clamor de indignación en la época y, cinco años más tarde,
en 1997, Nicholas Stern (futuro economista jefe del Banco) lo
escribió en el libro, auspiciado por el Banco, para describir su
primer medio siglo de existencia:
El compromiso del Banco en el dominio del medio ambiente ha
sido puesto en duda por algunas personas después de la publi-
cación, a fines de 1991, por la revista The Economist de extractos
de una nota de servicio interno escrita por Lawrence Summers,
a la sazón economista jefe. La nota de servicio interno sugería la
posibilidad de que los temas de medio ambiente eran sobreesti-
mados en lo que se refiere a los países en desarrollo; esos países
podrían reducir sus costos marginales comerciando o tolerando
sustancias contaminantes.466
En completa oposición con las tranquilizadoras declaracio-
nes de Lawrence Summers, citadas más arriba, prediciendo que
el calentamiento global no reduciría el crecimiento más que un
0,1 % anual en el curso de los dos próximos siglos, Nicholas

464. Lawrence Summers, en ocasión de la asamblea anual del Banco Mundial y del
FMI en Bangkok en 1991, entrevistado por Kirsten Garrett, “Background Briefing”,
Australian Broadcasting Company, segundo programa.
465. “Summers on Sustainable Growth”, carta de Lawrence Summers a The Economist,
30 de mayo de 1992.
466. Nicholas Stern y Francisco Ferreira, en Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 2,
p. 566.

392
Stern afirmaba en 2006: “El informe estima que si no actua-
mos, los costos y los riesgos del cambio climático en conjunto
representarán el equivalente de una pérdida de por lo menos el
5 % del PNB mundial anual, ahora y para siempre. Si se toma en
consideración un abanico más amplio de los riesgos y de los im-
pactos, las estimaciones de las pérdidas podrían alcanzar hasta
el 20 % del PNB o más”.
Era un desmentido contundente, pero tardío de las afirma-
ciones de Lawrence Summers.
Las afirmaciones del tipo de las de Lawrence Summers no cons-
tituyen un fenómeno aislado: reflejan la posición dominante del
gobierno de Washington en relación con las decisiones del Banco
Mundial y del FMI. Esas posiciones, que niegan que el modelo pro-
ductivista cause graves daños al medio ambiente, y que también
niegan que un cambio climático esté en curso, eran expresadas por
Washington, al menos, hasta hace poco.
Los numerosos discursos de Anne Krueger, economista jefe del
Banco Mundial durante el mandato presidencial de Ronald Rea-
gan y, más tarde, número dos del FMI de 2000 a 2006, aportan
la prueba. En uno de ellos, pronunciado el 18 de junio de 2003
con ocasión del 7º Foro Económico Internacional de San Peters-
burgo, declaraba:
Tomemos esta inquietud inmemorial de que un crecimiento rá-
pido agotará los recursos de combustibles y que si ello se pro-
duce, el crecimiento sufrirá una parada en seco. Las reservas de
petróleo son más importantes hoy que en 1950. En esa época, se
estimaba que las reservas mundiales de petróleo se agotarían en
1970. El pronóstico no se cumplió. Hoy, las reservas conocidas
pueden durar 40 años con la tasa actual de consumo. No hay
duda de que cuando lleguemos a 2040, la investigación y el de-
sarrollo habrán generado nuevos avances en la producción y la
utilización de la energía.
Anne Krueger continuó diciendo:
Tampoco causamos daños irreparables al medio ambiente.
Está claro que, después de una fase inicial de degradación, el

393
crecimiento económico conlleva a continuación una fase de me-
jora. El punto crítico, a partir del cual la gente elige invertir en
la prevención de la contaminación y la limpieza de las zonas
contaminadas, se sitúa alrededor de 5000 dólares de Producto
Interior Bruto (PIB) por habitante.
Al afirmar eso, Anne Krueger quería transmitir el siguiente
mensaje: el crecimiento, al comienzo del despegue económico de
los países en desarrollo, conlleva una degradación del medio am-
biente, pero cuando superen un umbral fijado de 5.000 dólares
de Producto Interior Bruto por habitante, la gente, retomando su
expresión, comenzará a invertir en la prevención de la contami-
nación y en la limpieza de las zonas contaminadas. Por lo tanto,
no sería necesario, en el ámbito de los poderes públicos; tomar
medidas obligatorias para forzar a las empresas a respetar las
normas ambientales fuertes la autocorrección se efectuará natu-
ralmente desde el momento en que se llega al umbral mágico de
5000 dólares de PIB por habitante. Solo es humo. Ese umbral no
se basa, para nada, en datos empíricos, se trata simplemente de
propugnar el laisser-faire.
Esa cita de Anne Krueger contiene dos errores (o mentiras)
manifiestos. Primero, los hechos demuestran que se han causa-
do daños irreparables al medio ambiente. Segundo, no es cier-
to que después de “una fase inicial de degradación” del medio
ambiente, “el crecimiento económico conlleva a continuación
una fase de mejora”. Los países más industrializados superaron
desde hace tiempo los 5000 dólares de PIB por habitante467 sin
embargo, la mayoría de ellos continúan con una política que
implica un aumento de la contaminación.
Hubo que esperar las consecuencias del huracán Katrina, en
agosto de 2005, para que la Casa Blanca comenzara, con des-
gana, a reconocer la evidencia.

467. El PIB por habitante sobrepasa los 20 000 dólares en países de América del
Norte (Estados Unidos y Canadá), Europa Occidental, Japón, Australia y Nueva Ze-
landa. Agreguemos que China superó el umbral de 5000 dólares por habitante en
2010, Sudáfrica en 2005 y Brasil en 2006; las empresas de esos tres países prosiguen
degradando el ambiente en dosis masivas con algunas de sus actividades.

394
El CADTM, así como otros movimientos, no esperó una ca-
tástrofe como la que golpeó a Nueva Orleáns, en agosto de
2005, para reprochar al Banco Mundial y al FMI las políticas
que favorecieron el cambio climático y que debilitaron la capa-
cidad de los países en desarrollo para hacer frente a las calami-
dades naturales. El CADTM denunció la promoción realizada
por el Banco Mundial y el FMI de políticas que favorecían la
deforestación y el desarrollo de megaproyectos energéticos des-
tructores del medio ambiente.468 Del mismo modo, el CADTM
pidió al Banco Mundial que abandonase el apoyo a los pro-
yectos destructores de las protecciones naturales de las costas,
como son los manglares que amortiguan los efectos de los ma-
remotos (tsunamis).469 El CADTM también exigió que el Banco
Mundial dejara de conceder préstamos al sector de las indus-
trias extractivas. Además denunció el apoyo del Banco Mundial
al agronegocio, a los monocultivos para la exportación, a la pri-
vatización de tierras, a los intereses de las grandes empresas de
semillas, responsables de la reducción de la biodiversidad, de la
emisión de gases de efecto invernadero en grandes cantidades y
del empobrecimiento de las trabajadoras y los trabajadores de
la tierra. Finalmente, el CADTM cuestionó la decisión tomada
en la Conferencia de Río en 1992, por la que se confiaba al
Banco Mundial la gestión de un fondo mundial de protección
del ambiente. Y eso, sin duda, era igual que confiar a un zorro la
seguridad de un gallinero.

El cambio de dirección iniciado por el Banco


Sin la menor autocrítica, el Banco Mundial publicó en abril de
2006 un informe dedicado a las catástrofes naturales. Su autor,
Ronald Parker, escribió: “Hay un aumento de las catástrofes rela-
cionadas a la degradación del medio ambiente a lo largo y ancho

468. Véase, especialmente, Éric Toussaint (2004). Las finanzas contra los pueblos..., ed. cit.,
cap. 9.
469. Damien Millet y Eric Toussaint, ob. cit.

395
de todo el planeta”.470 Mientras que la cantidad de terremotos
permanece casi constante, la cantidad y la amplitud de las catás-
trofes naturales relacionadas con el clima están en fuerte aumen-
to: de un promedio anual de 100 en 1975, pasaron a más de 400
en el año 2005. El Banco reconoce que el calentamiento global,
la deforestación y la erosión del suelo aumentaron la vulnerabi-
lidad de regiones completas. El Banco estima que los países en
desarrollo sufrieron daños de, por lo menos, 30 000 millones de
USD por año. Como lo declaró Lester Brown, director del Earth
Policy Institute: “Ese Informe subraya que, aunque continuemos
calificando esas catástrofes como ‘naturales’, ellas son, algunas
veces, claramente de origen humano”.471

El informe de Nicholas Stern


sobre el calentamiento global
Nicholas Stern fue bien claro: los países menos industrializados,
aunque sean menos responsables del calentamiento global,
serán los más afectados: “Todos los países se verán afectados.
Los más vulnerables —los países y las poblaciones más pobres—
lo sufrirán antes y con mayor intensidad, aunque hayan contri-
buido mucho menos al cambio climático”.
Agrega, en completa contradicción con la filosofía de los par-
tidarios de la mundialización neoliberal, que “el cambio climá-
tico es el fracaso más grande del mercado que el mundo haya
conocido e interactúa con las otras imperfecciones del merca-
do”. Dicho esto, Nicholas Stern no propuso en absoluto ningu-
na alternativa al modelo productivista y al mercado capitalista.
Por el contrario, su informe tenía por objeto hacer sonar la alar-
ma con el fin de que hubiera fondos suficientes dedicados a los
gastos para la reconversión industrial y la protección del medio
ambiente, ya que de esa manera se permitiría la prosecución

470. Citado en el Financial Times, 22-23 de abril de 2006.


471. Ídem.

396
del crecimiento ciego. Afirmaba que la humanidad podía ser al
mismo tiempo “verde y procrecimiento” (green and growth).
Stern explicaba que el mercado de la protección del medio
ambiente ofrecería un nuevo nicho al sector privado para ob-
tener beneficios. Y para rematar, explicaba que dado que los
PED contaminan menos que los países industrializados, sufrien-
do al mismo tiempo más los efectos del calentamiento global,
podrían vender a los países ricos sus derechos para seguir con-
taminando. Con las ganancias provenientes de la venta de esos
derechos, podrían financiar la reparación de los daños causa-
dos a su población.
Nicholas Stern participó en 2013 en la creación de la Comi-
sión Global sobre la Economía y el Clima (Global Commision on
the Economy and Climate), que es a la vez un think tank y un grupo
de presión dedicado a la promoción del capitalismo verde. Stern,
quien copreside esa comisión, está acompañado de dirigentes de
grandes empresas privadas particularmente contaminantes como
la cementera Holcim-Lafarge, o la petrolera Shell (cuyo presidente
es miembro de la comisión). También participan en la dirección
de esa comisión privada: la directora general del FMI, un director
del HSBC, una exdirigente del Banco Mundial, un expresidente
mexicano, un exdirigente del Banco de desarrollo de China y un
dirigente del Banco de desarrollo asiático.472

El Banco Mundial se autofelicita


por la acción que pretende llevar a cabo
para luchar contra el cambio climático
En la web del Banco Mundial, encontramos en muchísimos
lugares afirmaciones sobre el extraordinario esfuerzo que

472. Véase la web de este grupo de presión: Members of the Global Commission
/ New Climate Economy / Commission on the Economy and Climate. Disponible
en http://newclimateeconomy.net/about/members-global-commission. Consultado
el 14 de diciembre de 2020. Véase una crítica de Daniel Tanuro (2020). ¡Demasiado
tarde para ser pesimistas! La catástrofe ecológica y los medios para detenerla, Editorial Sylone,
Barcelona.

397
ejerce en la lucha contra el cambio climático y a favor de las
poblaciones:
Inmediatamente después de que el mundo se congregara para
establecer el histórico Acuerdo de París referido al cambio cli-
mático, el grupo Banco Mundial dio a conocer, en 2016, su
ambicioso Plan de Acción sobre el Cambio Climático con el ob-
jetivo de intensificar el apoyo financiero y técnico a los países en
desarrollo, y así reforzar su acción para el clima. La institución
internacional, que se había comprometido en llevar a cabo esas
financiaciones y llevarlas del 20 % del total en 2016 al 28 % para
2020, superó sistemáticamente ese objetivo durante estos últi-
mos tres años.
Conforme al Plan de Acción, todos los nuevos proyectos del
Banco se someten a un estudio inicial para determinar el riesgo
climático.
Es importante señalar que el apoyo del Banco se ha extendi-
do más allá de los sectores tradicionalmente identificados con
la acción climática (energía, agricultura y medio ambiente) y
se ha ampliado la gama del desarrollo inteligente desde el
punto de vista climático para abarcar también otros proyectos
“clima-inteligentes”.
No queda otra alternativa que tener en cuenta el clima en la
recuperación posterior a la Covid-19 no hay duda de que la dis-
rupción provocada por la pandemia pone de relieve la impor-
tancia de protegerse contra los riegos ambientales que pueden
originar impactos graves y sistemáticos en la economía.
Gracias a su Plan de Acción, el BM ha ayudado a los países a
reducir el riesgo de catástrofes con una combinación de me-
didas dirigidas a generar mayor resiliencia en las personas, las
infraestructuras y las economías.
El grupo del Banco Mundial dio prioridad a las inversiones en
energía renovable y eficiencia energética, como elementos clave
para ayudar a los países clientes a reducir las emisiones.
El próximo Plan de Acción sobre el Cambio Climático (2020-25),
ya en curso, tiene como objetivo intensificar el apoyo a los países
a fin de que encaren iniciativas climáticas ambiciosas. Para
esto, se incrementará la financiación destinada a medidas de

398
adaptación y se respaldará una mayor acción climática sistémi-
ca en el nivel nacional.473

Existe una enorme brecha entre el discurso


del Banco Mundial y la realidad de sus acciones
La brecha es enorme entre el discurso del Banco Mundial y la
realidad de sus acciones. Al promover las energías fósiles y/o
contaminantes, el Banco Mundial actúa en contra de los com-
promisos tomados en las Naciones Unidas. Ese es el resultado
de una investigación llevada a cabo por el Consorcio internacio-
nal en el que participan tres medios de comunicación alemanes:
el canal de TV NDR, el periódico Süddeutsche Zeitung y el servi-
cio de radiodifusión internacional Deutsche Welle.474 En 2021, la
mayor refinería de petróleo del mundo deberá comenzar a fun-
cionar en Nigeria. La hizo construir Aliko Dangote, el hombre
más rico de África.475 A pesar de los compromisos mundiales
sobre el clima, el Banco Mundial sostiene el proyecto de Aliko
Dangote, financiado al menos por cinco bancos que prestaron
dinero al empresario. Y este obtuvo del Banco Mundial un crédi-
to suplementario de más de 150 millones de USD.
Según la periodista Sandrine Blanchard, durante la investi-
gación de los periodistas del Consorcio internacional, el Banco

473. Todas las citas provienen de la web oficial del Banco Mundial: “Cinco años de
liderazgo en el área del clima: el primer Plan de Acción sobre el Cambio Climático del
Grupo Banco Mundial”.
474. The International Consortium of Investigative Journalists (ICIJ) (10 de abril de
2019). “The World Bank is Still Hooked on Fossil Fuels Despite Climate Pledge”. Dis-
ponible en https://bit.ly/3msl5Ez
475. Aliko Dangote, nacido el 10 de abril de 1957 en Kano, norte de Nigeria, es un
hombre de negocios nigeriano, considerado como la persona más rica de África. En
2018, durante la visita de Emmanuel Macron a Lagos, Nigeria, el presidente francés
mantuvo un encuentro con este milmillonario africano. Aliko Dangote es totalmente
favorable a la Zona de libre comercio continental africana. Declaró en enero de 2020,
y lo reiteró en noviembre de ese año, su deseo de comprar el club de fútbol británico
Arsenal.

399
Mundial justificó su acción afirmando que “el crédito fue con-
cedido para ayudar a Nigeria a mejorar la revalorización de sus
actividades en el ámbito de los recursos naturales, especialmen-
te en la producción de abonos”. Pero, en realidad, Sandrine
Blanchard afirma que es difícil separar esa fábrica del resto del
proyecto petrolero.476
Según el Consorcio Internacional de Periodistas de Investi-
gación (The International Consortium of Investigative Journa-
lists) solo se trata de un ejemplo más entre otras inversiones del
Banco Mundial en las energías fósiles. A veces, el Banco invierte
directamente en la extracción de carbón, gas natural o petróleo.
En especial, es el caso de Kenia, Mozambique o Guyana. De
todas maneras, el Banco Mundial concede más medios finan-
cieros a las energías fósiles que a las energías renovables, lo que
preocupa a Uwe Kekeritz, diputado al Parlamento alemán (Bun-
destag), y responsable de la política de desarrollo dentro del
partido ecologista alemán. “La influencia del Banco Mundial es
gigantesca y sus inversiones continuas en las energías fósiles tie-
nen repercusiones catastróficas sobre el clima. Es inaceptable,
ya que se trata de un Banco dedicado al desarrollo y que debería
poner el desarrollo del mundo en el centro de su política, pero
no es el caso”.
Por su parte, la ONG alemana Urgewald afirmó que el Banco
Mundial concedió créditos por más de 12 000 millones de dó-
lares a proyectos con combustibles fósiles entre 2015, año de la
adopción del Acuerdo de París sobre el Clima, y 2020.
¿Cómo puede ser que el Banco Mundial afirme, con total
tranquilidad, que puso fin, desde 2019, a la financiación de
las energías fósiles? La respuesta es simple: oficialmente, el BM
se limita a conceder créditos para aportar asistencia técnica a
las autoridades de los países que desean desarrollar la explota-
ción de combustibles fósiles. Según su propia versión, el BM ya

476. Sandrine Blanchard, en colaboración con Fanny Fascar, Astrid Rash y Elizabeth
Weydt (11 de abril de 2019). “La Banque mondiale investit dans des les énergies
fossiles, nuisibles au climat”, Deutsche Welle. Disponible en https://bit.ly/3m6LtmS

400
no financia directamente la exploración y explotación de esos
combustibles, pero, en realidad, debido a sus créditos para la
asistencia técnica tiene un rol indispensable para permitir a los
Estados que exploten los combustibles fósiles que se encuentran
en su correspondiente subsuelo.
Si hacemos una búsqueda en la web del Banco Mundial,
vemos que en 2020, el Banco aprobó créditos para proyectos
que están ligados directamente a actividades en la industria
del carbón;477 proyectos en las energías no renovables,478 así
como proyectos en la explotación de gas y petróleo,479 prestan-
do mucha atención en mezclar inversiones llamadas “de medio
ambiente” e inversiones extractivistas. El verde no es más que
la prolongación de todo lo que está ligado a la explotación a
ultranza de la Naturaleza, o sea, simplemente un greenwashing
(ecoblanqueo o lavado verde).
Damos ahora una serie de ejemplos que muestran el nefasto
papel de los préstamos del Banco Mundial en materia de asis-
tencia técnica.

Mozambique: el megaproyecto
de explotación de gas natural licuado
cofinanciado por el Banco Mundial
En julio de 2020, el gigante petrolero francés Total y sus so-
cios firmaron unos acuerdos de financiación por un valor de
14 900 millones de USD para el megaproyecto de gas natural
licuado (GNL) de la zona 1 de Mozambique. Ese acuerdo se
celebró como la mayor financiación nunca realizada en África
para un proyecto. Están implicados 19 bancos comerciales,

477. Proyectos del Banco Mundial en la industria del carbón: Proyecto (bancomun-
dial.org). Consultado el 23 de diciembre de 2020.
478. Proyectos del Banco Mundial en las energías no renovables: Proyecto (banco-
mundial.org). Consultado el 23 de diciembre de 2020.
479. Proyectos del Banco Mundial en hidrocarburos: Proyecto (bancomundial.org).
Consultado el 23 de diciembre de 2020.

401
financiaciones públicas de ocho agencias de crédito a la expor-
tación, el Banco Africano de Desarrollo y el Banco Mundial.
La contribución del Banco Mundial consiste en un préstamo
de 87 millones de dólares para financiar la asistencia técnica,
con el fin declarado de mejorar la gobernanza y, de esa mane-
ra, incrementar las inversiones en los sectores del gas y de la
explotación minera para favorecer un crecimiento generalizado.
Como denuncia Heike Mainhardt de Ugerwald, una gran parte
de la ayuda del Banco se concentra en el sostén a las zonas 1 y
4, que hacen que Mozambique sea uno de los mayores expor-
tadores de gas licuado (GNL) del mundo.480 El desarrollo de ese
megaproyecto conllevará varias consecuencias muy negativas:
desplazamiento forzado de poblaciones, pérdida de medios de
subsistencia de los pescadores y aumento de la crisis climática y
ecológica. Por numerosas razones, como dice Heike Mainhardt,
es importante comprender el papel del Banco Mundial.
En la práctica, la asistencia técnica del Banco Mundial finan-
cia a consultores encargados de aconsejar al gobierno sobre
cuestiones tales como las políticas fiscales y reglamentarias, y
la facilitación de grandes y complejos acuerdos financieros. Los
consultores financiados por el Banco ayudaron al gobierno du-
rante años a poner las bases jurídicas y a negociar los acuerdos
que permitieron un paquete financiero de 14 900 millones de
USD. Durante la consulta apadrinada por el Banco Mundial,
una nueva ley que cubre las actividades de las zonas 1 y 4 de
GNL fue publicada en diciembre de 2014. Según el gabinete de
abogados Shearmen y Sterling, entre las numerosas concesio-
nes, esa ley prevé que ninguna preferencia debe otorgarse a los
proveedores mozambiqueños para la compra de bienes y de ser-
vicios necesarios. Esa concesión aumentó considerablemente las
oportunidades para las empresas de países que, teniendo agen-
cias de créditos a la exportación, participan en el megaproyecto,

480. Heike Mainhardt (21 de julio de 2020). “World Bank policy advice boosts oil
and gas, undermining climate goals”. Disponible en https://bit.ly/3IUHrrB

402
y eso, en detrimento de las empresas mozambiqueñas. El Export
& Import Bank de Estados Unidos (US Exim) anunció que su
préstamo de 5000 millones de USD para la zona 1 concierne a
68 proveedores estadounidenses y sostendrá a cerca de 16 400
empleos en Estados Unidos. Es fácil entender que ese acuerdo
de financiación realizado con la ayuda de consultores pagados
por el Banco Mundial no favorecerá la creación de una cantidad
importante de empleos en Mozambique.
Continuando con Heike Mainhardt: según esta investigado-
ra, desde 2012, el Banco Mundial otorgó préstamos a Mozam-
bique por más de 14 millones de USD con el fin de financiar
contratos del gobierno con, por lo menos, 12 sociedades del
Consejo de ayuda para las negociaciones del paquete financie-
ro concerniente a las zonas 1 y 4. Un cierto número de esas
sociedades tienen relaciones con las compañías petroleras y, al
menos, dos de ellas tienen importantes conflictos de intereses.
Además de asesorar al gobierno de Mozambique, el gabinete
de abogados SNR Denton también asesoró a varias compañías
petroleras implicadas en la zona GNL 1 de Mozambique, como
Total, ONGC Videsh Limited (OVL) y Bharat Petro Resources.
Además, en 2016, Exxon Mobil adquirió una participación
del 25 % en la zona GNL 4 de Mozambique. En 2018, el Banco
Mundial financió un contrato de 2,4 millones de dólares para
la asistencia en las transacciones de GNL que implicaban a un
grupo de consultores, entre ellos el gabinete de abogados pre-
ferido de Exxon Mobil, Hunton Andrews Kurth. Durante ese
mismo período, Exxon Mobil pagó al gabinete de abogados
500 000 dólares de gastos para presionar en Estados Unidos.
Es evidente que en lugar de promover una gestión que pondría
al gobierno fuera del alcance de la influencia de la industria pe-
trolera, la ayuda del Banco Mundial la facilita.
No solamente las compañías petroleras y financieras se ven
favorecidas en detrimento de los intereses de Mozambique, sino
que los préstamos del Banco Mundial también contradicen
el compromiso de Mozambique y del Banco Mundial con los

403
objetivos del Acuerdo de París sobre el Clima, que comprende
la limitación del calentamiento climático a 1,5 ºC.
En noviembre de 2019, los investigadores de varias organi-
zaciones de expertos, entre ellos el Programa de las Naciones
Unidas para el medio ambiente, alertaron a la opinión pública
internacional y afirmaron que, al ritmo que van las cosas, se
produciría un 120 % más de combustibles fósiles en 2030, lo
que sería incompatible con un límite de 1,5 ºC de aumento de
temperatura. En otras palabras, las inversiones en la produc-
ción de los combustibles fósiles son ya demasiado importantes.
Haciendo ver que reconocía el peligro, como indiqué más
arriba, el Banco Mundial anunció en 2017 que podría fin a la
financiación directa del petróleo y del gas, en cuanto a la explo-
ración y a la producción, desde ese momento hasta finales de
2019. De todas maneras, ese compromiso excluye la asistencia
técnica y los préstamos del Banco para la política de desarrollo.
Los préstamos y los asesoramientos del Banco Mundial estimu-
lan el petróleo y el gas, boicoteando así los objetivos climáticos.
Un ámbito particularmente importante que el Banco Mundial
continúa apoyando es el de las incitaciones fiscales para las
inversiones en combustibles fósiles. En Mozambique, para
atraer nuevas inversiones fuera de las zonas 1 y 4, el présta-
mo de 110 millones de USD del Banco Mundial, para la política
de desarrollo en 2014, obligó al gobierno a aprobar una nueva
ley sobre fiscalidad petrolera. La nueva ley fiscal contiene varias
incitaciones a la inversión, tales como tasas de amortización
aceleradas para la explotación petrolera y de gas. Esa amorti-
zación acelerada de las nuevas inversiones en capital permite a
las compañías petroleras amortizar rápidamente las inversiones
en capital que, de otra manera, se desvalorizarían a lo largo del
tiempo. En otras palabras, las reducciones de impuestos más
importantes se conceden al comienzo de la operación, lo que
hace los proyectos más rentables y aumenta el flujo de tesorería
que puede dedicarse a un mayor número de perforaciones.

404
Surinam (Sudamérica)
Es importante señalar que el Grupo Banco Mundial aprobó una
operación de asistencia técnica de 23 millones de USD para Su-
rinam en julio de 2019, cuyo objetivo es desarrollar las industrias
extractivas, que podrían producir petróleo o gas. El Banco Mun-
dial presta medios financieros a las autoridades de Surinam para
que abran el camino a las grandes compañías petroleras con el
fin de explotar los recursos del yacimiento Guyana-Surinam en
detrimento de la población y del medio ambiente. La advertencia
del Banco Mundial de que la región se verá gravemente afectada
por la crisis climática y la elevación del nivel del mar que eso gene-
rará es más que cínica, como declara Jacey Bingler de Urgewald
en un informe publicado en diciembre de 2020, en la víspera del
quinto aniversario del Acuerdo de París sobre el Clima.481
Un último ejemplo: el Banco Mundial otorgó en 2019 un
préstamo de 38 millones de USD a Brasil, destinados a contratos
de asistencia técnica para desarrollar la explotación petrolera.

Las deudas reclamadas por el Banco Mundial


y el FMI son odiosas y deben ser anuladas
El Banco Mundial y el FMI reclaman, a numerosos países en de-
sarrollo, el reembolso de deudas que provocaron daños incalcu-
lables a las poblaciones y a la naturaleza de esos territorios y
más allá, a todo el planeta. Esas deudas forman parte de la
categoría de deudas odiosas ya que fueron contraídas contra el
interés de la población. Efectivamente, para ser caracterizadas
como odiosas, las deudas deben haber sido utilizadas contra el
interés de la población del país que las contrajo, y ese es el caso.
Un criterio adicional es necesario para caracterizar las deudas
como odiosas: los prestamistas sabían, o no pueden demostrar
que no podían saber, que la utilización de sus préstamos iba

481. “Five Years Lost, How Finance is Blowing the París Carbon Budget” (10 de di-
ciembre de 2020) p. 20 . Disponible en https://bit.ly/3oVxySu

405
en contra de los intereses de la población.482 Como se demues-
tra aquí y muchos otros estudios, incluidos los documentos
producidos por el propio Banco Mundial y el FMI, ellos saben
perfectamente que sus préstamos servían y sirven para sostener
políticas contrarias a los intereses de la población y del medio
ambiente. Los pueblos tienen el derecho de reclamar su anula-
ción. Y esto también sirve para las deudas reclamadas por los
inversores privados o por gobiernos prestamistas.

Conclusión
Los partidarios del modelo productivista dominante y del sis-
tema capitalista comenzaron por negar la existencia de un pro-
blema crucial, en este caso el de los daños medioambientales y
del calentamiento climático, y continuaron promoviendo fuer-
temente políticas que agravaban la situación. Más tarde, cuan-
do la situación se tornó insostenible, lanzaron la primicia en los
medios internacionales publicando un informe sobre el tema,
intentando otorgar crédito a la idea de que las instituciones in-
ternacionales y los gobiernos de los países más industrializados
tomaron conciencia de ese grave problema, de hecho ocultado
de forma voluntaria durante décadas. En resumidas cuentas, los
defensores del sistema actual hacen creer que el mismo está en
condiciones de aportar una solución al problema del cuál es la
causa fundamental, permitiendo así su propia perpetuación. Es
urgente comprender que la única solución justa y duradera pasa
precisamente por el cuestionamiento de este sistema capitalista
productivista, estructuralmente generador de daños medioam-
bientales y de desigualdades galopantes.

482. Para una definición de la deuda odiosa, véase: Entrevista a Éric Toussaint: “Ar-
gentina tiene la facultad de rechazar el pago de la deuda”, Revista Mugica, disponible
en https://revistamugica.com.ar/entrevista-a-eric-toussaint-argentina-tiene-la-facul-
tad-de-rechazar-el-pago-de-la-deuda/. Véase también, Éric Toussaint: “La deuda
odiosa según Alexander Sack y según el CADTM”, publicado el 18 de noviembre
de 2016, disponible en https://www.cadtm.org/La-deuda-odiosa-segun-Alexandre
Sack-y-segun-el-CADTM

406
Capítulo 22
Paul Wolfowitz (2005-007):
a la cabeza del Banco Mundial, uno de los
organizadores de la invasión de Iraq

La decisión del presidente George W. Bush de nombrar como


presidente del Banco Mundial a Paul Wolfowitz, subsecretario
de Estado de Defensa y uno de los principales arquitectos de la
invasión de Afganistán en 2001 y de Iraq en 2003, hizo correr
mucha tinta en marzo de 2005. Antes de esta decisión, varios
medios de comunicación, tales como el diario financiero britá-
nico Financial Times, habían realizado una campaña para que el
décimo presidente del Banco fuera elegido por su competencia
en materia de desarrollo y preferentemente entre los ciudada-
nos del Sur. El Financial Times proponía la candidatura de Ernes-
to Zedillo, que había sido presidente de México a finales de los
años noventa. La opción inapelable de George W. Bush a favor
de Paul Wolfowitz muestra con toda claridad quién manda en el
Banco Mundial. Los 24 gobernadores del Banco acataron esta
decisión.
Pero ¿quién era Paul Wolfowitz? Pues un puro producto
del aparato de Estado de Estados Unidos, que a una muy
larga experiencia en las esferas del poder agregaba una corta
carrera universitaria. Diplomado en matemáticas, trabajó
desde los 23 años para el gobierno en la oficina de presupues-
to (1966-1967). En 1969, pasó a una comisión del Congreso
dedicada a convencer al Senado de la necesidad de que Estados
Unidos se dotara de un paraguas antimisiles frente a los sovié-
ticos. Y lo consiguió. Desde ese momento, Paul Wolfowitz se
comprometió a fondo en las cuestiones de estrategia militar. El
hilo conductor de su reflexión estratégica fue identificar a los
adversarios (URSS, China, Iraq...) y demostrar que son más pe-
ligrosos de lo que uno se puede imaginar, con el fin de justificar

407
un esfuerzo suplementario de defensa (aumento del presupues-
to, fabricación de nuevas armas, un mayor despliegue de las tro-
pas en el exterior), e incluso llegar al lanzamiento de ataques o
de guerras preventivas, contra amenazas potenciales y no para
responder a agresiones confirmadas y reales.
Fue profesor durante dos años en la Universidad de Yale y ob-
tuvo en 1972 el título de doctor en Ciencias Políticas en la Univer-
sidad de Chicago, uno de los centros intelectuales de la reacción
conservadora.483 Luego, durante cuatro años, trabajó en la Agen-
cia de Control de Armas y Desarme (1973-1977) en relación di-
recta con George Bush padre, quien, en ese momento, dirigía la
CIA. En 1977, entró directamente en el Pentágono, donde per-
maneció hasta 1980, al servicio del presidente demócrata Jimmy
Carter. En ese puesto montó un dossier para demostrar que los
soviéticos se estaban procurando nuevas armas nucleares. Luego
se comprobó que tales armas eran en gran parte producto de fa-
bulaciones. A pesar de que trabajó para un presidente demócra-
ta, ganó el gran reto de entrar, en 1981, al servicio del presidente
Ronald Reagan, como director del departamento de planifica-
ción del Departamento de Estado, después de haber pasado un
año de purgatorio como profesor en la Johns Hopkins University.
Entre 1983 y 1986, dirigió el sector de Asia del Este y el Pacífi-
co del Departamento de Estado bajo el gobierno de Reagan. De
1986 a 1989 fue embajador en Indonesia. De 1989 a 1993, diri-
gió la estrategia del secretario de Estado de Defensa, Dick Che-
ney, en la administración de George Bush padre (primera guerra
del Golfo) y, después de los dos mandatos de Clinton, fue nom-
brado subsecretario de Estado de Defensa, compartiendo con
Donald Rumsfeld la dirección de las guerras de Afganistán y de
Iraq. En el ínterin, durante la presidencia de Bill Clinton, de 1993
hasta 2001, reanudó su carrera universitaria como decano de la

483. Milton Friedman fue uno de los popes de la Universidad de Chicago, y los Chi-
cago boys fueron asesores del dictador chileno Augusto Pinochet, después del golpe
de Estado de septiembre de 1973. Véase Éric Toussaint (2004). Las finanzas contra los
pueblos..., ed. cit., cap. 14.

408
Paul Nitze School of Advanced Internacional Studies (750 estu-
diantes), subvencionada por la Johns Hopkins University. Hizo
maravillas recolectando 75 millones de dólares para financiar
la Paul Nitze School y trabajó como consultor de una de las
principales firmas de la industria militar de ámbito mundial,
la Northrop Grumman. En 1997, participó en la fundación de
un grupo de presión neoconservador denominado Projet for a New
American Century, PNAC (Proyecto para un nuevo siglo americano),
del cual también formaban parte Donald Rumsfeld (secretario de
Estado de Defensa en 2001), Dick Cheney (patrón de Halliburton
en esa época y luego vicepresidente de Estados Unidos de 2001
a 2009), Jeb Bush (hermano de George W. Bush), Richard Perle
y Robert Kagan. Ya en 1998, el PNAC inició una campaña para
que Bill Clinton lanzara un ataque preventivo contra Iraq y contra
cualquier Estado potencialmente agresor.
Durante el período 1983-1989, cuando Paul Wolfowitz esta-
ba comprometido en la política de Estados Unidos en Asia del
Este, apoyó activamente a regímenes dictatoriales. En efecto, y
al contrario de la imagen que pretende dar, sostuvo las dictaduras
militares de Ferdinand Marcos en Filipinas, de Chun Doo-Hwan
en Corea del Sur y de Suharto en Indonesia.
Al comienzo de los años 1880, trató de salvarle el puesto a
Ferdinand Marcos convenciéndolo de que hiciera algunas refor-
mas democráticas. En esa época, en Filipinas, la combinación
de una poderosa guerrilla revolucionaria y una fuerte oposición
burguesa antidictatorial (dirigida por Aquino) podría asestar-
le una nueva derrota a Estados Unidos, a imagen y semejanza
de lo que había pasado en 1979 en Nicaragua, cuando los re-
volucionarios sandinistas hicieron frente común con la oposi-
ción burguesa. No fue Wolfowitz quien hizo saltar a Ferdinand
Marcos, sino la movilización popular, que lo sacó del poder en
1986, mientras Estados Unidos le aseguraba la huida a Hawái
(el 50º estado de Estados Unidos).484

484. Véase Walden Bello (1987). US Sponsored Low Intensity Conflict in the Philippines, San
Francisco, Institute for Food and Development Policy.

409
En cuanto a Corea del Sur, Wolfowitz pretende haber con-
vencido al dictador Chun Doo-Hwan (responsable de las ma-
sacres durante la rebelión de 1980) de que se retirara en 1987.
En realidad, fueron los millones de estudiantes, obreros y ciu-
dadanos quienes, con sus movilizaciones, forzaron al dictador
a dejar el poder.
En Indonesia, donde las movilizaciones antidictatoriales eran
menos potentes (por fuerza, ya que Suharto, para tomar el poder
en 1965, había masacrado a 500 000 civiles), Estados Unidos
sostuvo al dictador hasta comienzos de 1998. Paul Wolfowitz,
quien, recordémoslo, fue embajador en Yakarta desde 1986 a
1989, declaraba todavía en mayo de 1997 ante el Congreso que
“cualquier juicio equilibrado concerniente a la situación de In-
donesia en la actualidad, incluido el tema muy importante y
muy sensible de los derechos humanos, debe tener en cuenta
los progresos importantes ya realizados por Indonesia y convie-
ne reconocer que mucho de este progreso debe adjudicarse al
liderazgo, a la vez fuerte y destacable del presidente Suharto”.485
El pasado reciente de Paul Wolfowitz es más conocido: fue
uno de los que concibieron la estrategia de guerra “preventiva”,
puesta en marcha en Afganistán y en Iraq a partir de octubre
de 2001. Es uno de los principales responsables de las mentiras
sobre el peligro que constituía Sadam Husein para la comuni-
dad internacional. Es uno de los inventores de la existencia de
armas de destrucción masiva y del supuesto apoyo de Sadam
Husein a al-Qaeda y al terrorismo internacional en general. Al
comienzo de la guerra, había afirmado que los soldados esta-
dounidenses serían siempre considerados los libertadores de
Iraq y acogidos como tales por los iraquíes. Sostenía que Iraq
pagaría el coste de su liberación gracias al petróleo. Donald
Rumsfeld, Paul Wolfowitz, George W. Bush y Dick Cheney utili-
zaron la ocupación y la “reconstrucción” de Iraq en beneficio de

485. Tim Shorrock (febrero de 2001). “Paul Wolfowitz, Reagan’s Man in Indonesia,
Is Back at the Pentagon”, en Foreign Policy in Focus, p. 3.

410
las transnacionales estadounidenses. Paul Wolfowitz utilizó la
ayuda “ligada” del Banco Mundial con los mismos fines.

La ofensiva de Washington
contra las organizaciones multilaterales
La designación de Paul Wolfowitz debe relacionarse con la ofensi-
va de Estados Unidos sobre diversas instituciones multilaterales.
Acto 1.º: El 18 de enero de 2005, Kofi Annan, secretario ge-
neral de la Organización de las Naciones Unidas, decidió nom-
brar a Ann Veneman, ministra de Agricultura del gobierno Bush,
en el puesto de directora ejecutiva de la UNICEF. Estados Uni-
dos y Somalia habían sido los únicos países que se negaron a
ratificar la Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada
por 189 países. Podemos imaginar las presiones de Washington
que tuvo que soportar Kofi Annan para adoptar tal decisión.
Acto 2.º: El 7 de marzo de 2005, George W. Bush eligió a
John Bolton como embajador ante las Naciones Unidas. Este
ultraconservador, que manifestaba un odio visceral a la ONU,
no dudó en declarar: “El edificio de la secretaría de la ONU en
Nueva York tiene 38 plantas. Si hubiera 10 menos, no habría
ninguna diferencia”. Intentó hacer cambiar de parecer a Moha-
med El Baradei, que dirigía la institución de las Naciones Unidas
encargada de seguir el programa de desarme de Iraq justo antes
de la guerra de 2003. Es, también, quien consiguió que Estados
Unidos no ratificase el Tribunal Penal Internacional y el que se
retiró de la conferencia de las Naciones Unidas sobre el racismo
de Durban (Sudáfrica) en agosto de 2001. Para Bolton, la ONU
no debe obstaculizar la política exterior de Estados Unidos.
Tuvo la osadía de declarar que “la ONU solo puede funcionar si
la dirige América (Estados Unidos)”.
Acto 3.º: El 10 de marzo de 2005, George W. Bush anunció su
decisión de proponer a Paul Wolfowitz como candidato al pues-
to de presidente del Banco Mundial. El 31 de marzo, el Conse-
jo de Gobernadores del Banco lo eligió por unanimidad como

411
presidente de la institución. Bush demostró de esa manera a la
comunidad internacional y a sus partidarios, que tenía la volun-
tad y la capacidad de aumentar el liderazgo directo de Estados
Unidos sobre las instituciones multilaterales.
En cierta forma, la designación de Paul Wolfowitz se aseme-
ja a la de Robert McNamara en 1968. Este era secretario de
Estado de Defensa y había sido retirado de la dirección de la
guerra del Vietnam al comienzo del marasmo. Paul Wolfowitz
fue retirado de su puesto en pleno fracaso de la guerra en Iraq.
Tanto uno como otro tuvieron la experiencia de la dirección de
una gran administración: el Pentágono, y tanto uno como otro
fueron consejeros de política exterior del presidente de Estados
Unidos.

La dimisión precipitada de Paul Wolfowitz


Durante su mandato a la cabeza del Banco Mundial, Paul
Wolfowitz no dejó de utilizar el discurso de la lucha contra la
corrupción y de la buena gobernanza. Ironía de la historia, en
la primera mitad de 2007, el propio Wolfowitz fue acusado de
nepotismo y de conflicto de intereses. Había abusado de su
poder como presidente de la institución para aumentar el suel-
do de su pareja, también funcionaria del Banco Mundial, en
un 45 %. El personal del Banco no soportó semejante afrenta
y hubo un gran revuelo.
Las declaraciones se multiplicaron para reclamar su dimi-
sión: la asociación del personal y exejecutivos del Banco Mun-
dial; uno de los directores ejecutivos, el neozelandés Graeme
Wheeler; altos responsables del partido demócrata de Estados
Unidos, como John Kerry; el Parlamento Europeo, etcétera.
Finalmente, Paul Wolfowitz no tuvo otra salida que la de
presentar su dimisión. Como consecuencia de esos hechos,
nunca pudo volver a levantarse y su carrera política terminó a
los 64 años.

412
Capítulo 23
Ecuador: Avances y límites de las resistencias
a las políticas determinadas por el Banco
Mundial, el Fondo Monetario Internacional
y por los demás acreedores

Ecuador nos ofrece el ejemplo de un gobierno que adopta la


decisión soberana de investigar el proceso de endeudamien-
to con el fin de identificar las deudas ilegítimas para después
suspender su reembolso. La suspensión de pagos de una gran
parte de la deuda comercial, seguida de su recompra a menos
coste, muestra que el gobierno no se encerró en el discurso de
denuncia. Procedió, de hecho, a una reestructuración unilateral
de una parte de su deuda exterior, y consiguió una victoria con-
tra sus acreedores privados, principalmente bancos. En 2007,
el gobierno de Ecuador, al comienzo de la presidencia de Rafael
Correa, entró en conflicto con el Banco Mundial. En este capí-
tulo, comenzamos por analizar los préstamos concedidos por
el Banco Mundial y el FMI, y luego explicamos la acción del go-
bierno, principalmente en relación con la auditoría de la deuda
y la suspensión de pagos de una parte de ella. Después, abor-
daremos los límites de la acción del gobierno de Rafael Correa,
el cambio brutal al neoliberalismo de su sucesor Lenín Moreno
(2017-2021), y la elección de Guillermo Lasso, un exbanquero,
como presidente de la República de Ecuador, en 2021.
En Ecuador, el FMI impuso desde 1983 su programa que
tenía por objetivo la estabilidad macroeconómica a corto plazo,
con el fin de restablecer la capacidad del país para pagar sus
deudas. Ese programa se materializó con la firma de una “carta
de intención” entre el país endeudado y el FMI, que exigía una
política antisocial (austeridad presupuestaria, devaluación, li-
beralización de precios, etc.). Entre 1983 y 2003, Ecuador firmó

413
trece cartas de intención. Los gobiernos que se sucedieron hasta
la elección en noviembre de 2006 de Rafael Correa, no duda-
ron en poner su firma en esos documentos, a pesar del impacto
ampliamente negativo de esas medidas que los gobernantes re-
comendaban para la mayoría de la población. Desde 2017, el
presidente Lenín Moreno cayó de nuevo en el entorno del FMI y
del Banco Mundial, lo que provocó importantes movilizaciones
populares, especialmente en octubre de 2019.
El cambio radical neoliberal se había profundizado, sobre todo,
en la década del noventa, la de la consagración del Consenso de
Washington y de la entrada de la economía ecuatoriana en la eco-
nomía globalizada, en particular, a partir de la presidencia de la
República de Sixto Durán Ballén, en 1992. Eso coincidía con la
agenda del Banco Mundial, que aumentaba fuertemente su ac-
tividad y su influencia en Ecuador a partir de finales de los años
ochenta, comienzos de 1990. En Ecuador, como en numerosos
países en desarrollo, el Banco Mundial concedía, y concede, prés-
tamos ligados a medidas que tienen por fin la apertura de los mer-
cados, la reducción del papel del Estado en la gestión económica
y el aumento del poder de los bancos privados en la regulación de
los flujos monetarios.
El Banco Mundial comparte, al lado de una clase política
cómplice, la responsabilidad del endeudamiento fraudulento e
ilegítimo que se hizo en detrimento de los derechos humanos
fundamentales y de la soberanía del Estado.

La deuda de Ecuador con respecto


al Banco Mundial (BIRD)
Entre 1990 y julio de 2007, el Banco Mundial (BIRD) le ingresó
a Ecuador (en concepto de préstamos) 1440 millones de USD,
mientras que en el mismo período el gobierno ecuatoriano le
reembolsó 2510 millones de USD. Eso significa que durante el
período 1990-julio de 2007, el Banco Mundial obtuvo un bene-
ficio de 1070 millones de USD a costa del pueblo ecuatoriano,
así que ya había sido más que pagado.
414
El saldo de la deuda pública con ese organismo alcanzaba los
704,4 millones de USD, al 30 de noviembre de 2007. Si Ecuador
hubiese decidido, en 2008, repudiar la totalidad de la deuda
con el Banco Mundial, o sea los 704,4 millones de USD, como
recomendaba la comisión de auditoría de la deuda (ver más
adelante), esa decisión hubiera permitido economizar más de
1000 millones de USD (ya que al capital a reembolsar era ne-
cesario agregar los intereses a pagar). Una suma así habría per-
mitido financiar, durante 15 años, el desayuno y el almuerzo de
1,28 millones de escolares.486 La suma economizada representa-
ba cinco años de cobertura de salud para la población pobre y
para la población indigente del país.487

El ominoso rol del Banco Mundial


en términos de la desregulación financiera
La intervención del Banco Mundial en la definición de las políti-
cas económicas y sociales aplicadas en Ecuador fue intensiva y
permanente hasta 2006, y después de una interrupción de algu-
nos años al comienzo del mandato de Rafael Correa, el Banco
Mundial volvió a la carga. Varios préstamos importantes del
Banco Mundial que Ecuador debe reembolsar hasta 2025, y más
allá, estaban claramente destinados a financiar la adopción de
reformas legales, con el fin de llegar a la desregulación completa
del sector bancario. Esas reformas favorecieron, incluso provoca-
ron, varias crisis financieras durante los años noventa, entre las
cuales la gran crisis bancaria de 1999 con terribles consecuencias
sobre la economía y la población del país.488 La intervención del

486. Cálculos del autor sobre la base del documento de la Comisión Investigadora
de la Crisis Económica Financiera. Síntesis de los resultados de la investigación, julio de
2007, p. 45.
487. Ídem.
488. Véase Matthieu Le Quang entrevistado por Violaine Delteil, “Entre buen vivir
et néo-extractivisme: les quadratures de la politique économique équatorienne”, en
Revue de la Régulation, primer semestre, 2019. Disponible enen https://journals.opene-
dition.org/regulation/15076.

415
Banco Mundial fue claramente nefasta y constituye, en resumen,
un dolo para el país.
− La ley de modernización del Estado, de privatizaciones y de
prestaciones de servicios públicos por parte de la iniciativa
privada de 1993 abría la puerta a la participación del sector
privado en dominios que antes estaban reservados al Estado,
así como la fusión o la supresión de instituciones públicas.
Esa ley aumentó las atribuciones del Consejo Nacional de la
Modernización (CONAM), entidad que trabajaba en la pri-
vatización de los servicios públicos, especialmente en materia
de hidrocarburos, de electricidad y de agua.
− La ley de régimen monetario y del Banco del Estado llegó
para reforzar la independencia del Banco Central y consa-
gró la libre determinación de los tipos de interés y el libre
acceso al mercado de cambios.
− La ley de promoción de inversiones de 1993 eliminó el
control del flujo de capitales.
− La ley general de Instituciones del Sistema financiero de
1994 prosiguió con las profundas transformaciones en la li-
beralización de las actividades bancarias —oficinas offshore,
multiplicación de entidades financieras, créditos del Banco
Central a bancos privados (provocando una extraordinaria
inflación), etc., y reducía las capacidades y atribuciones de
la supervisión bancaria.
Esas disposiciones legales llevaron a la creación en el Banco
Central ecuatoriano de una cuenta única para todas las institu-
ciones que debían recibir transferencias del ministerio de Econo-
mía y Finanzas, y tuvo por consecuencia la utilización de redes
bancarias privadas y la reducción del número de cuentas que
poseían las instituciones públicas en el Banco Central. Eso res-
pondía al compromiso del gobierno ecuatoriano, en una carta de
intención firmada en 1990 con el FMI, de preparar, con el concur-
so del Banco Mundial, una reforma global de las finanzas de las
municipalidades, de los consejos provinciales y de otras entidades
gubernamentales. La intención era disminuir las transferencias

416
provenientes del gobierno central, para, supuestamente, mejorar
las decisiones de gastos en el ámbito local y responder con un
sistema más transparente y más justo de participación en las re-
caudaciones públicas.
Como explica Piedad Mancero, que fue miembro de la comi-
sión de auditoría de la deuda de Ecuador a partir de 2007:
Las consecuencias no tardaron en manifestarse: crecimiento des-
mesurado de empresas financieras, una primera crisis de las mis-
mas en diciembre de 1995, especulación con las divisas, presión
sobre el tipo de cambio, fuga de capitales ecuatorianos y el gran
colapso bancario de 1998-1999. [...] Es evidente que los recursos
del Banco Central para dichos créditos provenían de emisiones
monetarias que generaban un crecimiento galopante de la masa
monetaria en circulación, una incontrolable presión inflaciona-
ria, así como una demanda especulativa de divisas, lo cual contri-
buyó a la gran crisis financiera de 1999 y la precipitada adopción
de la dolarización en enero del año 2000.489
Finalmente, en 1998, la Ley de Mercado de Capitales y la Ley
de Reordenamiento en Materia Económica remataron el traba-
jo destructor del Banco Mundial. Se creó la Agencia de Garantía
de Depósitos (AGD), que garantizaba los depósitos, off shore y
on shore, de forma ilimitada, y posibilitaba que el Banco Cen-
tral concediera créditos a los bancos en dificultades y adquirie-
ra bonos AGD.490 Aunque esa agencia fue creada oficialmente
para evitar el contagio de la crisis y proteger a los pequeños

489. Piedad Mancero, “El debilitamiento institucional en la década de los 90. In-
vestigación y análisis del préstamo BIRF-3822-EC/Proyecto de modernización del
Estado”, en Gabriela Weber (coord.) (2008). Sobre la ilegitima. Aportes al debate. Argu-
mentos entre consideraciones éticas y normas legales, Centro de Investigaciones CIUDAD/
Observatorio de la CooperaciónalDesarrollo en Ecuador, Jubileo 2000 Red Guaya-
quil, pp. 81-87.
490. Esta última parte de la ley violaba el artículo 265 de la Constitución, que dis-
pone que el Banco Central no puede adquirir bonos emitidos por instituciones del
Estado, ni conceder créditos a instituciones privadas que no sean créditos de liquidez
a corto plazo. La sanción de esta ley fue posible gracias a la Disposición Transitoria
42 de la Constitución de 1998, que autorizaba durante dos años al Banco Central a
conceder créditos a los bancos en crisis. Esta Disposición Transitoria entra en contra-
dicción con el artículo 265 de esa misma Constitución.

417
ahorristas, su función en realidad fue favorecer a los propieta-
rios y a los grandes deudores de los bancos privados, en parti-
cular los bancos Filanbanco y Finagro.491
La crisis financiera tuvo consecuencias desastrosas para el
pueblo ecuatoriano. El coste total de la crisis fue estimado por
la AGD en 8072 millones de USD, o sea, el equivalente al 83 %
del presupuesto general del Estado en 2007, o incluso el equi-
valente a dos décadas de cobertura médica para toda la po-
blación. Esos recursos del Estado, utilizados en forma abusiva,
no pudieron ser invertidos en educación, sanidad, creación de
empleo, etc. Y sobre todo, el Estado debió financiar el rescate
bancario contrayendo nuevas deudas. El nivel de pobreza au-
mentó en forma espectacular, y un millón de ecuatorianos se
vieron obligados a emigrar entre 1999 y 2005.492
La responsabilidad del Banco Mundial en la crisis ecuatoria-
na está claramente comprobada, por el hecho de su intervención
activa ante las autoridades del país para que se introdujeran las
reformas neoliberales en el marco legal, que provocaron la crisis
de finales de los años noventa.

La desregulación financiera produjo los mismos


efectos nefastos tanto en el Norte como en el Sur
Conviene evidenciar la relación entre las medidas impuestas a
Ecuador, que condujeron a la crisis de 1999, y los efectos de las
políticas neoliberales aplicadas asimismo a los países del Norte,
especialmente en Estados Unidos, que también sufrió varias crisis
financieras (la crisis de 2001 y la de 2007-2008). La desregulación
a favor del mundo de las finanzas, en el marco del Consenso de
Washington, que respondía a las expectativas de la Casa Blanca y
de Wall Street (como denunció varias veces Joseph Stiglitz, premio

491. Informe de la Comisión Investigadora de la Crisis Económica Financiera, julio


de 2007.
492. Ídem.

418
Nobel de Economía en 2001), se impuso tanto en el Norte como
en el Sur, y produjo los mismos efectos catastróficos.
Esa desregulación rompía definitivamente con las medidas
tomadas luego de la crisis de 1929, y de los años treinta en Esta-
dos Unidos. Recordemos que esa crisis de la primera mitad del
siglo pasado había estado precedida por una ola de desregula-
ciones y de especulación. En reacción, durante la presidencia de
Franklin D. Roosevelt, se promulgó la ley bancaria de 1933, la
Glass-Steagall Act, que prohibía el ejercicio simultáneo de varias
funciones financieras, y generó dos tipos de establecimientos
bancarios totalmente separados. En 1999, bajo la presidencia
de Clinton, esa ley fue derogada debido a la presión de los grandes
bancos. Así vemos que la misma política se aplicaba a Ecuador y
a Estados Unidos.
En el meollo de los factores que explican la crisis inmobiliaria
estadounidense de 2007, se encuentra la desregulación banca-
ria radical que comenzó en los años ochenta y se profundizó
bajo la administración Clinton hasta finales de 1990. Eso suce-
día en una situación de especulación creciente en los mercados
financieros, con la multiplicación de productos financieros deri-
vados y de instituciones financieras que escapaban al control de
los poderes públicos (por ejemplo los hedge funds).493
El Banco Mundial brindó su apoyo a las fuerzas financieras na-
cionales que en Ecuador actuaban como si fueran dueñas del país
y que aprovechaban el Estado y el gobierno para conseguir sus
objetivos egoístas. Por lo tanto la intervención del Banco Mundial
se especializaba en desestabilizar gobiernos que intentaban apli-
car políticas económicas y sociales, buscando más justicia social
y soberanía frente a Estados Unidos.

493. Hedge funds: estos fondos, contrariamente al significado de su nombre, cober-


tura, son fondos de inversiones no cotizables, de especulación, que buscan rentabili-
dades elevadas y utilizan en forma abundante los productos derivados, en particular
las opciones, y recurren frecuentemente al efecto palanca. Los principales hedge funds
son independientes de los bancos, aunque con frecuencia los bancos se dotan a sí
mismos de hedge funds. Estos forman parte del shadow banking.

419
Y ese fue el caso en 2005, cuando se produjo la intervención
del Banco Mundial contra las medidas tomadas por Rafael
Correa, en ese momento ministro de Economía del gobierno
del presidente Alfredo Palacios (ver más adelante).

Los préstamos con ajuste estructural


otorgados por el Banco Mundial
Desde comienzos de los años noventa, el Banco Mundial con-
cedía préstamos494 a diferentes sectores económicos y sociales
clave. Los ejes prioritarios eran la reforma del marco legal para
reducir la intervención del Estado, las privatizaciones de las
empresas públicas, la flexibilización del mercado de trabajo, la
desregulación y la liberalización financieras.
Una serie de préstamos concedidos por el Banco —présta-
mos de ajuste estructural (3819-EC/BM-Ajuste Estructural), de
reducción de la deuda y de modernización del Estado (3820-EC,
3821-EC-Asistencia Técnica para la Reforma de las Empresas
Públicas, 3822-EC-Asistencia Técnica para la Modernización
del Estado)— fueron concebidos para reducir los márgenes de
maniobra del Estado, para dejar el campo libre a los actores
privados (en particular en los sectores de las telecomunicacio-
nes y de la electricidad) y para garantizar el pago de la deuda
ecuatoriana contraída con acreedores comerciales mediante la
financiación de las garantías del Plan Brady.

Plan Brady
Durante los años ochenta, el Plan Brady (llamado así por el nombre
del secretario de Estado del Tesoro de Estados Unidos en ese momento)
implicó una reestructuración de la deuda de los principales países en-
deudados con intercambio de acreencias antiguas, con una pérdida en
valor nominal o en interés, contra los nuevos instrumentos obligatorios

494. Préstamos de ajuste estructural (structural ajustment loan), sectorial (sectorial ad-
justment loan), o facilidades para la reducción de la pobreza, y el crecimiento (FRPC,
poverty reduction and growth facilities, PRGF).

420
de vencimientos a más largo plazo y beneficiándose de una garantía de
reembolso de las autoridades monetarias internacionales. Los países
participantes eran Argentina, Brasil, Bulgaria, Costa Rica, Costa de Mar-
fil, República Dominicana, Ecuador, Jordania, México, Nigeria, Panamá,
Perú, Filipinas, Polonia, Rusia, Uruguay, Venezuela y Vietnam. En esa
época, Nicholas Brady había anunciado que el volumen de la deuda se
reduciría en un 30 % (en realidad, la reducción, cuando se produjo, fue
mucho más pequeña; en muchos casos, y no de los menores, la deuda in-
cluso aumentó (Ver más adelante) y los nuevos títulos (los títulos Brady)
garantizaron un tipo de interés fijo de cerca del 6 %, lo que fue muy
favorable para los banqueros. Eso aseguraba también la prosecución de
las políticas de austeridad bajo el control del FMI y el Banco Mundial.

El Banco Mundial prestó a Ecuador para que este modificara


sus políticas fiscales y comerciales conforme a la mundialización
neoliberal y reorientara sus actividades productivas hacia la ex-
portación, en perjuicio del mercado local. Un primer préstamo
(3609-Desarrollo Sector Privado), pensado para esos fines, fue
desembolsado en 1993,495 seguido en 1998 de otro destinado a
sostener la capacidad exportadora del sector privado y suprimir
las trabas al comercio por medio de la implantación de políticas
comerciales conformes a las decisiones de la OMC, y la firma
de nuevos acuerdos comerciales496 (4346-Comercio Exterior e
Integración-21 millones de dólares).

495. Estaban previstas una serie de condicionalidades, entre otras: la búsqueda de


la liberalización de los tipos de interés, la creación de un marco favorable para las
inversiones extranjeras, la liberalización comercial y una nueva legislación laboral.
496. El proyecto preveía para eso la reorganización del ministerio de Comercio, de
Industria y Pesca (MICIP) y la creación de una nueva entidad público-privada de pro-
moción de las exportaciones, la Corporación para la Promoción de las Exportaciones
e Inversiones (CORPEI). El proyecto financió la “formación” de funcionarios del MICIP
y de representantes del sector privado en la negociación de los acuerdos financieros
internacionales. Por otra parte, el Banco exigió la reducción del personal del MICIP de
400 a 190 funcionarios. El gobierno había aprobado previamente un código de buena
conducta para la adopción y aplicación de las normas de los acuerdos con la OMC
relativos a las barreras técnicas al comercio.

421
Al promover el cultivo intensivo de productos agrícolas y piscí-
colas destinados a la exportación (plátanos, camarones/langos-
tinos, flores), esos préstamos tuvieron consecuencias desastrosas
sobre el medio ambiente, algunas irreversibles. Un ejemplo nota-
ble: la cría de camarones, el 90 % de cuya producción es expor-
tado, produjo la destrucción de los manglares (en la actualidad
arrasados en un 70 %), un ecosistema rico del que las comunida-
des locales obtenían sus ingresos, que constituían además una
barrera natural que evitaba las inundaciones y la salinización del
terreno. Esa actividad se desarrolló incluso en zonas donde esta-
ba prohibida, por ley, la construcción de piscinas de cultivo.
Para completar el desastre ecológico, el Banco Mundial fi-
nanció directamente proyectos devastadores en los ámbitos
de la agricultura y de la gestión de los recursos naturales (mi-
neros, hídricos, etc.). Señalemos, entre otros,497 el proyecto
PRODEMINCA, en 1994 (3655-Asistencia Técnica Medio Am-
biente), que comprendía la introducción de un nuevo código
minero y reformas favorables a los inversionistas. Dos leyes
(Trole I y II) crearon las condiciones para el saqueo de los recur-
sos por las multinacionales al organizar el debilitamiento del
papel del ministerio de Medio Ambiente y al permitir la activi-
dad minera en áreas protegidas.
El Banco también elaboró un proyecto relativo a los pueblos
indígenas (Préstamo 4277-O-EC-Proyecto de Desarrollo de los
Pueblos Indígenas y Negros de Ecuador). La finalidad del pro-
yecto era favorecer las inversiones privadas, reducir el papel del
Estado y modificar el marco legal. Además de endeudar el país,
también hicieron endeudar a las comunidades indígenas. El pro-
yecto trató de aumentar la dependencia de las comunidades indí-
genas y campesinas de las semillas, los herbicidas y los pesticidas

497. El Banco Mundial financió numerosos proyectos que atentaron contra el am-
biente y/o produjeron perjuicios a la soberanía alimentaria y a los recursos natura-
les de Ecuador: los proyectos Asistencia Técnica al Subsector Riego PAT (Préstamos
3730), PROMSA (Préstamo 4075-0-EC), PRAGUAS I y II (Préstamos 7035-O-EC,
7401-O-EC), Control de inundaciones Cuenca Bajas Río Guayas (Préstamos 3276),
entre otros.

422
provistos por compañías transnacionales, e incluso tuvo éxito.
Ese proyecto tenía aires racistas y discriminatorios con respecto
a los pueblos indígenas y afrodescendientes. También contenía,
como lo denunciaron los movimientos sociales ecuatorianos, una
agenda oculta cuyo objetivo era el debilitamiento del poderoso
movimiento indígena, especialmente la Confederación de Nacio-
nes Indígenas de Ecuador.
Fueron numerosas las consecuencias súper negativas de esos
préstamos para la mayoría de la población ecuatoriana. Un
caso notable fue el de la disminución drástica del acceso a los
servicios públicos. Así, el préstamo 3285 de 1991 por un monto
de 104 millones de USD para la financiación de la descentrali-
zación provocó la reducción de las sumas concedidas a las co-
lectividades territoriales. Ese proyecto permitía a las IFI tener un
mejor control sobre el presupuesto del Estado y hacer presión
para aumentar la parte destinada al reembolso de la deuda.
Según las condiciones del préstamo 3821 del 10 de febrero de
1995, estaba también prevista la reducción de los subsidios a
la electricidad y la futura privatización de la empresa nacional
INECEL.
En la misma línea, el ataque contra los salarios del sector
público fue constante. El proyecto Asistencia Técnica para la
Modernización del Estado provocó la supresión de 10 000 pues-
tos de trabajo en la función pública. Los despidos representaron
un coste asumido por el Estado de 396,3 millones de USD.498
El gobierno se endeudó así en casi 20 millones de USD por este
proyecto de reestructuración del sector público, con el fin espe-
cial de reducir los costes, y ¡le costó 20 veces más en reducción
de personal!
Paralelamente, el préstamo 7174 de ajuste estructural y de
consolidación fiscal concedido en 2003 implementó el decreto
de austeridad de urgencia emitido por el presidente Lucio Gu-
tiérrez a finales de enero de 2003, que instauraba un aumento

498. Piedad Mancero, ob. cit.

423
del precio de la gasolina del 21 % y del diésel del 3 %. Esa me-
dida produjo el aumento de los costes de transporte, y por lo
tanto, en general, del coste de la vida, ya que a las mercaderías
hay que transportarlas.
En materia de educación, el préstamo 3425, “Primer proyec-
to de desarrollo social en educación y formación”, disminuyó
la financiación del sector educativo y la hizo pasar del 18 % del
presupuesto, antes del crédito, al 5,8 % en el año 2000. Era
evidente que esa diferencia se había destinado al servicio de la
deuda y a la puesta en marcha de políticas favorables a los acree-
dores y a la clase dominante ecuatoriana.
Esos préstamos ligados a condicionalidades que tienen por ob-
jetivo la introducción de las agresivas y antisociales políticas del
Consenso de Washington acarrearon el aumento de la pobreza
y de la extrema pobreza, y el aumento de la concentración de ri-
quezas en manos de la oligarquía. En todo el período 1970-2005,
la pobreza aumentó considerablemente. En 1970, el 40 % de la
población vivía por debajo del umbral de la pobreza y en 2005,
ese porcentaje llegaba al 61 %.499 Ese empobrecimiento fue par-
ticularmente agudo durante la crisis de 1999. Entre 1995 y 2000,
el número de pobres pasó de 3,9 millones (o sea, el 34 % de la po-
blación) a 9,1 millones (o sea, el 71 % de la población), mientras
que la pobreza extrema prácticamente se duplicó, afectando al
31 % de la población en 2000. Durante ese tiempo, los ricos fue-
ron cada vez más ricos. En 1990, el 20 % más rico recibía el 52 %
de los ingresos; 10 años más tarde, acaparaban el 61 % de las ri-
quezas.500 Esa pobreza afectaba particularmente a los habitantes
de las zonas rurales y a los pequeños productores y productoras
agrícolas, que sufrieron la apertura de los mercados, el aumento
del precio de los insumos, la puesta en marcha de un sistema de
propiedad privada de las tierras, etcétera.

499. Norma Mena (2005). Endeudamiento, ajuste estructural, calidad de vida y migración,
CEIDEX, 3.er vol., Guayaquil, p. 13.
500. Alberto Acosta (9 de septiembre de 2002). “Deuda externa y migración: una
relación incestuosa (I)”. Disponible en https://bit.ly/3dUvO5K

424
Según un informe de la FAO (Organización de las Nacio-
nes Unidas para la Alimentación y la Agricultura) con fecha de
2003, la pobreza era responsable de los problemas de desnutri-
ción observados en el país: en efecto, la oferta alimentaria era
suficiente para cubrir las necesidades de la población, pero la
desigualdad de los ingresos no permitía a los más pobres ali-
mentarse de forma suficiente.
La pobreza creciente tuvo también consecuencias en el acceso
a la sanidad y a la educación. La precarización de los empleos, el
aumento del desempleo, la extensión del trabajo informal y pre-
cario, así como los bajos salarios llevaron a un mayor número
de niños y de adolescentes a abandonar el sistema escolar para
poder ayudar a la familia.
Para que Ecuador saliera de la crisis, el Banco Mundial aportó
“sus soluciones”: continuar, e incluso reforzar, la orientación que
condujo a la crisis (7024-0-EC-Ajuste Estructural, 7174-0-EC-Asis-
tencia Técnica Modernización del Estado, 4567-0-EC-Asistencia
Técnica Sector Financiero).
La población manifestó muchas veces y masivamente su descon-
tento, lo que llevó a la caída de varios presidentes durante los
años noventa y comienzos de la década de 2000, y consiguió
hacer fracasar algunos objetivos de la banca, en especial las ten-
tativas de privatizaciones. Tres presidentes de derecha fueron
expulsados del poder entre 1997 y 2005 gracias a las potentes
movilizaciones de la población: Abdalá Bucaram en febrero de
1997, Jalil Mahuad en enero de 2000 y Lucio Gutiérrez en abril
de 2005. Fueron determinantes las movilizaciones de los pue-
blos originarios en la dimisión de Abdulá Bucaram en 1997 y
de Jalil Mahuad en 2000. En esas movilizaciones, la CONAIE
(Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador) tuvo
un papel muy importante. Cuando se produjo la dimisión de
Lucio Gutiérrez fueron las movilizaciones urbanas las determi-
nantes. Entre los muchos signos evidentes de oposición a los
políticos neoliberales, podríamos agregar también el fracaso del

425
referéndum de 1995 que tenía por fin, especialmente, la privati-
zación de la seguridad social.501

Los préstamos del Banco Mundial


violan los derechos fundamentales
Es evidente que los préstamos del Banco Mundial, lejos de ser
gestos desinteresados, son, por el contrario, un medio para so-
meter un país política y económicamente al orden internacional
de los poderosos, de “modelarlo” según sus necesidades y las
del grupo dominante local, para tratar de conseguir el máximo
beneficio. Esa comunidad de intereses entre la oligarquía local y
los acreedores permite comprender por qué los dirigentes ecua-
torianos a menudo se plegaron sin pestañear al diktat del Banco
Mundial, aunque para ello tuvieran que pisotear los derechos de
sus conciudadanos.
La imposición de las políticas por parte del Banco Mundial,
mediante los programas que el propio Banco financió y las con-
dicionalidades adjuntas a esos préstamos, constituye una ne-
gación de la soberanía y una flagrante injerencia en los asuntos
públicos de un Estado, violando así el artículo 2, párrafo 1 de
la Carta de las Naciones Unidas de 1945, que plantea el prin-
cipio de igualdad soberana de los Estados y el derecho de de-
cidir libremente sus regímenes económicos, sociales y políticos.
El Banco también violó el derecho al desarrollo de los pueblos,
inscripto en el Pacto relativo a los derechos económicos, socia-
les y culturales de 1966, que enuncia en el artículo 1: “Todos
los pueblos tienen el derecho de disponer de ellos mismos. En
virtud de este derecho, pueden determinar libremente su estatus
político y asegurar libremente su desarrollo económico, social y
cultural”, así como en la Declaración del Derecho al Desarrollo
de 1986.

501. Sobre esos temas: https://bit.ly/3oSzRpv

426
No es sorprendente que las políticas dictadas por el Banco,
con el mayor desprecio por la voluntad del pueblo, hayan lleva-
do a graves atentados a los derechos humanos fundamentales,
tales como el derecho a un nivel de vida suficiente, a la salud,
a la educación, al trabajo. Eso originó grandes resistencias y el
Banco Mundial se topó con reveses entre 2007 y 2011. Su repre-
sentante permanente en el país fue declarado persona non grata, y
luego expulsado. El presidente Rafael Correa y varios de sus mi-
nistros denunciaron con toda firmeza la actuación del Banco y
amenazaron con un proceso. El gobierno trato de promover con
otros países de América Latina un Banco del Sur alternativo al
Banco Mundial. Finalmente, Ecuador anunció que abandonaría
el CIADI, el tribunal arbitral del Banco Mundial.

Las resistencias a las políticas determinadas


por el Banco Mundial, el FMI y los otros acreedores
Seguí muy de cerca las importantes luchas sociales que sacu-
dieron a ese país andino. Fui a Ecuador por primera vez en
1989, y luego hice un segundo viaje en 2000, invitado por el
Comité de defensa de los Derechos Económicos y Sociales
(CDES) y en ese tiempo participé en la publicación en Ecuador
de un libro colectivo sobre la cuestión de las deudas ilegíti-
mas.502 En los años siguientes, contribuí a una campaña cuyo
objetivo era demostrar que la deuda reclamada por diferen-
tes acreedores a Ecuador era ilegítima. Nos focalizamos sobre
todo en los barcos de pesca vendidos por Noruega a Ecuador
ese era solo un ejemplo entre otros, pero tenía la ventaja de
ser particularmente elocuente.503 En efecto, mientras que el

502. Centro de Derechos Económicos y Sociales (2000). Un continente contra la deuda.


Perspectivas y enfoques para la acción, Quito, pp. 432.
503. Hugo Ruiz y Eric Toussaint (2004). “Deuda externa y auditoría. Aproximación
práctica y teórica”, ¿Dónde está lo que nos prestaron? Deuda externa, deudas ilegítimas y
auditorías, editado por CDES y la Plataforma Interamericana de Derechos Humanos

427
país continuaba reembolsando la compra de esos barcos de
pesca, estos habían sido comprados a su vez por un oligarca
capitalista ecuatoriano, por migajas, para exportar bananas.
Esa campaña produjo sus efectos ya que, en 2006, el gobierno
noruego decidió renunciar al reembolso de las deudas ligadas
a la compra de dichos barcos.504A partir de 2003, el CADTM
internacional, en contacto con los activistas de la campaña
ecuatoriana para la anulación de las deudas ilegítimas (prin-
cipalmente la organización llamada red Guayaquil Jubileo
2000) puso de relieve la necesidad de realizar por medio de
una auditoría ciudadana la identificación de las deudas que
el país debía anular de manera unilateral. Esa idea se pre-
sentaba como una alternativa a la prioridad dada por otros
movimientos al establecimiento de un tribunal internacional
sobre la deuda. Los movimientos que daban prioridad al esta-
blecimiento de un tribunal internacional eran, principalmente,
Jubileo Alemania, Jubileo Gran Bretaña y Jubileo Estados Uni-
dos. La discusión sobre las dos grandes opciones alternativas
se desarrolló en diferentes ámbitos, dentro de los cuales los
diferentes movimientos, que actuaban sobre la deuda a nivel
mundial, se encontraban y debatían, desde 1999, las líneas a
desarrollar. Ese fue el caso, especialmente, durante la Confe-
rencia de Dakar, realizada en diciembre de 2000, a iniciativa
del CADTM y de Jubileo Sur. Un encuentro mundial en Gine-
bra, en junio de 2003, constituyó el lugar donde se debatieron
más claramente las dos grandes orientaciones. Las reuniones
anuales del Foro Social Mundial, creado en 2001, fueron luga-
res propicios para realizar esos debates, y ponerse de acuerdo
entre las organizaciones más radicales, el CADTM y Jubileo
Sur, para efectuar acciones de alcance internacional.505

Democracia y Desarrollo (PIDHDD), Quito, p. 98.


504. “El CADTM celebra la iniciativa de Noruega sobre la deuda y pide a todos los
acreedores de ir todavía más lejos”, (11 de octubre de 2006). Disponible en https://
www.cadtm.org/El-Cadtm-celebra-la-iniciativa-de
505. Encontramos una presentación de esos debates en los libros publicados por
el CADTM: En campagne contre la dette, Éditions Syllepse, París, 2008. Disponible en

428
Ecuador constituyó el lugar en el que las ideas propuestas
por el CADTM prevalecieron. Rafael Correa, elegido presiden-
te de Ecuador en noviembre de 2006, había llevado a cabo
una campaña con cuatro compromisos principales: poner fin
al pago de la deuda ilegítima, convocar un referéndum para
decidir la convocatoria de una asamblea constituyente, poner
fin a la base militar estadounidense en territorio ecuatoriano y
rechazar la firma de un acuerdo de libre comercio con Estados
Unidos. Y mantuvo sus cuatro compromisos.
Rafael Correa había ganado popularidad en 2005 cuando,
siendo ministro de Finanzas, entró en conflicto con el Banco
Mundial, después de haber convencido al gobierno para que
decidiera que el excedente de la recaudación del petróleo
debía ir a los gastos sociales, en lugar de ser utilizado para
reembolsar a los acreedores. En efecto, en julio de 2005, el
gobierno decidió reformar la utilización de los recursos petro-
leros. En lugar de servir íntegramente al pago de la deuda, una
parte debía servir para los gastos sociales, en especial para las
poblaciones originarias, muy a menudo desfavorecidas. Indig-
nado, el Banco Mundial bloqueó un préstamo de 100 millones
de euros que había prometido a Ecuador. Rafael Correa pre-
firió dimitir como ministro antes que plegarse a las exigencias
del Banco Mundial. Poco más de un año después de su dimi-
sión, Correa fue elegido presidente de Ecuador.
Cuatro meses después del inicio de su mandato, en abril de
2007, Ecuador, y bajo el impulso de Rafael Correa, expulsó
del país al representante permanente del Banco Mundial en
Quito. Poco después, el gobierno hizo saber a la representa-
ción permanente del FMI que debía abandonar los locales que
ocupaba en los edificios del Banco Central y buscar locales en
otro lugar. Rafael Correa también se comprometió fuertemen-
te en la tentativa de crear un Banco del Sur alternativo al Banco

http://www.cadtm.org/En-campagne-contre-la-dette. La primera parte la constituye


el libro de Esther Vivas: En pie contra la deuda externa, El Viejo Topo, Barcelona, 2008.
También en Genealogía del CADTM y de sus luchas contra las deudas ilegítimes, publicado el
17 de mayo de 2017, por el CADTM. Disponible en https://bit.ly/3oWa0gn

429
Mundial, al FMI y al Banco interamericano de desarrollo.506 En
el seno del gobierno, dos dirigentes del movimiento para la
anulación de las deudas ilegítimas ocupaban puestos claves.
Ricardo Patiño era ministro de Economía y Finanzas,507 mien-
tras que Alberto Acosta era ministro de Energía y Minas, antes
de ser presidente de la Asamblea Constituyente en 2008.508
Además, Ecuador anunció que en julio de 2009 abandona-
ría el CIADI, el tribunal del Banco Mundial en materia de li-
tigios entre inversores y gobiernos, siguiendo el ejemplo dado
por Bolivia en 2007. Tres meses más tarde, el gobierno decidió
poner fin a una serie de tratados bilaterales de protección a las
inversiones.509
Con respecto a la deuda pública, Rafael Correa creó en julio
de 2007, la Comisión de Auditoría Integral de la Deuda Pública
Externa e Interna (CAIC). Desde marzo de 2007, los activistas
de Ecuador, del movimiento para la anulación de la deuda ilegí-
tima, se asociaron a la redacción de un proyecto de decreto pre-
sidencial para la instauración de esa comisión. En abril de 2007,
fui invitado a Quito por el ministro de Finanzas y los activistas
antideuda ilegítima de la Red Jubileo 2000 de Guayaquil, con el

506. A pedido del presidente ecuatoriano y de su ministro de Finanzas, colaboré,


entre finales de abril y comienzos de mayo de 2007, en la redacción de la propuesta
de Ecuador concerniente a la creación de un Banco del Sur entre Argentina, Brasil,
Bolivia, Ecuador, Venezuela, Paraguay y Uruguay. En 2008, escribí un libro sobre ello:
El Banco del Sur y la nueva crisis internacional, El Viejo Topo, Barcelona, 2008. Otras ini-
ciativas positivas del gobierno de Rafael Correa a nivel internacional merecerían ser
mencionadas y evaluadas: la moneda regional SUCRE, la adhesión al ALBA, el asilo
ofertado a Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres, a partir de junio
de 2012. Correa resistió la presión del Reino Unido y de Washington, que exigían
que Assange fuera puesto a disposición de la justicia. Lenín Moreno, quien sucedió
a Correa en 2017, perdió su honor al liberar a Assange a la justicia británica en abril
de 2019, retirándole la nacionalidad ecuatoriana que el gobierno de Correa le había
concedido en 2017.
507. Para una biografía detallada, véase en castellano: https://bit.ly/3IRBagA
508. Para una biografía resumida, véase en castellano: https://bit.ly/3dRaj5Z
509. Más tarde, en 2013, una comisión internacional de auditoría de tratados bilate-
rales sobre las inversiones fue puesta en marcha. No es posible en los límites de este
libro evaluar esa iniciativa. El informe de esa comisión fue hecho público en mayo de
2017. Para descargar el resumen del informe de esa comisión: www.caitisa.org

430
fin de estar en las discusiones preliminares sobre el contenido
de la auditoría. Esa comisión, instituida en julio de 2007, esta-
ba formada por doce miembros representando los movimientos
sociales ecuatorianos (desde líderes del movimiento indígena,
militantes feministas, activistas del movimiento para la anula-
ción de las deudas ilegítimas), seis miembros de campañas in-
ternacionales para la anulación de las deudas ilegítimas y cuatro
delegados del Estado (representando al ministerio de Finanzas,
al Tribunal de Cuentas, a la Comisión Anticorrupción y al fiscal
general). Yo representé al CADTM en esa comisión, que trabajó
de manera muy intensa durante 14, meses entre julio de 2007 a
septiembre de 2008.510 Los otros movimientos internacionales
presentes fueron Latindadd, Eurodad, la Auditoría Ciudadana de
la Deuda de Brasil, y Jubileo Alemania. La idea de Rafael Correa
era actuar para poner fin al pago de una parte de la deuda iden-
tificada como fraudulenta e ilegítima.511 El mandato de la CAIC
consistía en realizar una auditoría integral de las deudas acu-
muladas por Ecuador entre 1976 y 2006. El término integral era
importante puesto que había que evitar limitarse a un análisis
contable del endeudamiento del país. Era fundamental medir el
impacto humano y ambiental de la política de endeudamiento.
Con el objetivo de ayudar a los lectores y lectoras a tener una
visión rápida de la evolución de la deuda de Ecuador, véase el
recuadro siguiente sobre “la evolución de la deuda pública del
Ecuador entre 1970 y 2008”, que presenta de manera muy sin-
tética dicha evolución.

510. Con el fin de participar en los trabajos de esa comisión, volví a Ecuador reite-
radas veces y tuve una estadía de varios meses en 2007-2008. Insisto en que realicé
esa tarea de manera voluntaria (sin cobrar) por tres razones: aportar el apoyo del
CADTM a la lucha del pueblo ecuatoriano contra las deudas ilegítimas y las políticas
neoliberales, mantener mi entera libertad y limitar al mínimo el coste de los trabajos
de la comisión. Solo los gastos del viaje (en clase turista) y el alojamiento estuvieron
a cargo de la comisión.
511. El informe final de la CAIC en castellano está en internet, en la web del CADTM
(www.cadtm.org/Informe-final-de-la-Auditoria) La parte concerniente a la deuda co-
mercial externa que fue objeto de una suspensión parcial de pago corresponde al
capítulo 2, sección 1, pp. 14-88.

431
La evolución de la deuda pública de Ecuador
entre 1970 y 2008
Ecuador forma parte del grupo de los numerosos países que han pa-
gado varias veces unas deudas que no fueron contraídas ni en be-
neficio de la nación ni de su población. En realidad, los préstamos
concertados por Ecuador fueron usufructuados por los acreedores
del Norte, las multinacionales, los especuladores financieros y las cla-
ses dominantes locales.
Las diferentes etapas de la evolución del endeudamiento testifican
la ilegitimidad de las deudas cuyo pago se supone que Ecuador debe
satisfacer. Son ilegítimas: las deudas contraídas por las dictaduras
militares en el curso de los años setenta, y que no han cesado de
crecer bajo los gobiernos que se sucedieron; las deudas que sirvieron
para financiar proyectos que no beneficiaron a la población o que
han resultado destructivos para el medio ambiente; las deudas con-
traídas apoyándose en la corrupción de los funcionarios públicos; las
deudas contraídas con tasas usurarias de interés; las deudas privadas
convertidas en deuda pública; las deudas vinculadas a las condicio-
nalidades impuestas por el FMI y el Banco Mundial, con desprecio de
la soberanía del país, del derecho a la autodeterminación, violadoras
del derecho de los pueblos a definir su política de desarrollo comer-
cial, fiscal, presupuestario y energético, su legislación laboral, condi-
cionalidades que obligan a reducir drásticamente los gastos sociales
y a privatizar sectores estratégicos, etcétera.
Durante el período 1970-2007, aunque el Estado ecuatoriano
había ya desembolsado 172 veces el monto de la deuda pública
externa de 1970,512 este se había multiplicado por 53.
En ese período de 38 años, el saldo entre los préstamos y los
pagos de la deuda pública externa era claramente negativo. La trans-
ferencia neta negativa acumulada a expensas de Ecuador se elevaba

512. Según el Banco Mundial, la deuda pública externa de Ecuador se elevaba a 195
millones de dólares en 1970 (Banco Mundial (2007). Global Development Finance 2007,
Washington D. C.). Según el ministerio de Economía y Finanzas (MEF), la deuda
pública externa alcanzaba los 10 382,2 millones de dólares el 3 de julio de 2007. Eso
significa que esta deuda se multiplicó por 53 entre 1970 y julio de 2007. Durante ese
período, el gobierno ecuatoriano reembolsó 33 475 millones de dólares, o sea, 175
veces el monto de la deuda pública externa en 1970.

432
a 9000 millones de USD. Entre 1982 y 2007, la transferencia neta
sobre la deuda pública externa fue negativa durante 22 años y posi-
tiva solo 4 años.

Los principales acreedores de la deuda pública


La deuda pública total se elevaban con fecha del 30 de agosto de
2008, a cerca de 13 000 millones de dólares (10 000 millones para la
deuda pública externa y 3000 millones para la deuda pública interna).
Cerca del 40 % de la deuda pública externa se debía a los bancos y a
los mercados financieros en forma de títulos, llamados Bonos Global,
alrededor del 44 % se debían a las instituciones financieras multilate-
rales (Banco Mundial, Banco Interamericano de Desarrollo…), cerca
del 16 % estaba constituido por préstamos de país a país (deuda
bilateral) y los principales acreedores eran España, Brasil e Italia.
La deuda pública interna que se elevaba a 3000 millones de dólares,
estaba constituida en un 95 % por títulos (Bonos AGD-Agencia de
garantías de depósitos)

Victoria parcial de Ecuador


contra los acreedores de las deudas ilegítimas
A partir de noviembre de 2008, Ecuador suspendió el pago de
una gran parte de su deuda. Concretamente, el país dejó de
pagar los intereses sobre los títulos ecuatorianos vendidos en
Wall Street por una suma de 3200 millones de dólares.513 La
prensa financiera internacional puso el grito en el cielo por el
escándalo, ya que Ecuador osaba no pagar aunque tenía los me-
dios para hacerlo. A pesar de todo, en junio de 2009, los tene-
dores del 91 % de los bonos en cuestión aceptaron la propuesta
de recompra al 35 % de su valor nominal. Así que Ecuador

513. Los bonos “Global 2012 y 2030” representaban cerca del 85 % de la deuda
externa pública en forma de títulos. Los otros componentes de esta deuda de Ecua-
dor estaban constituidos por préstamos del Banco Mundial y de otras instituciones
multilaterales (FMI, Banco Interamericano de Desarrollo), de préstamos bilaterales
concedidos por Estados como España, Japón, Italia, Brasil, etcétera.

433
recompró, aproximadamente, 3200 millones de dólares de
deuda, desembolsando solo 900 millones, lo que significaba
una economía de 2000 millones sobre el capital que se debía,
a la que se agregaba la economía de los intereses que ya no se
pagarían. Rafael Correa declaró durante su discurso de investi-
dura el 10 de agosto de 2009 que eso “significaba una ganancia
de 300 millones de dólares anuales durante los veinte próximos
años, sumas que servirán no a las carteras de los acreedores,
sino al desarrollo nacional”.514 El ahorro total se elevó a un poco
más de 7000 millones de dólares.515
Hubo dos consecuencias de esa acción enérgica del gobierno
con respecto a la deuda.
1.- Hay que señalar que esa reducción de deuda permitió al
gobierno aumentar fuertemente los gastos sociales durante
los años 2009-2011, en especial en la salud y la educación,
ya que los recursos del Estado pudieron ser claramente re-
orientados hacia esa parte del presupuesto, en lugar de ser
tragados por el pago de la deuda. La condición de vida de la
población francamente mejoró. En paralelo, el salario míni-
mo legal aumentó de forma progresiva hasta cerca del 100 %.
 .- La suspensión unilateral del pago de la deuda suscitó, por
2
supuesto, fuertes reacciones de descontento por parte de los
acreedores. Pero, contrariamente a las afirmaciones de la
prensa financiera internacional y de la derecha que anuncia-
ba días caóticos y dolorosos, nada malo se concretó. La vic-
toria de Ecuador sobre sus acreedores privados extranjeros
fue total. Además, cuando el país decidió, algunos años más
tarde, emitir nuevamente títulos de deuda en los mercados

514. Véanse los extractos del discurso de investidura de Rafael Correa en www.cadtm.
org/Discurso-de posesion-del
515. Para una presentación sintética de la auditoría de Ecuador, véase el video: Éric
Toussaint entrevistado por Pierre Carles, “Équateur: Historique de l’audit de la dette
réalisée en 2007/2008. Pourquoi est-ce une victoire?” (video de 14 minutos) . Dispo-
nible enhttps://bit.ly/3mspJCv. Véase también el extracto de la película Debtocracy de-
dicado a Ecuador: “L’audit de la dette en Équateur résumé en 7 minutes”. Disponible
en https://bit.ly/3IUu8HC

434
financieros, los inversores se precipitaron a comprarlos. Es
la prueba de que lejos de provocar un descenso a los infier-
nos, la suspensión de pagos y la reducción de la deuda no
impiden, en absoluto, que los tenedores de capitales presten
de nuevo al país. En efecto, están convencidos de que la si-
tuación del país mejoró.516 Es importante tener bien en cuen-
ta ese fenómeno para poder discutir con éxito los discursos
catastrofistas que tienen por fin convencer a las autoridades
y a la población de los países endeudados que deben con-
tinuar pagando la deuda, cueste lo que cueste. Es también
importante afirmar que hay alternativas para el retorno a los
mercados financieros. Una política de justicia fiscal debe per-
mitir alimentar las cajas del Estado, al obligar a los ricos y a
las grandes empresas a pagar impuestos mucho más altos,
lo que permite limitar el recurso al endeudamiento público.
Y es lo que no hizo el gobierno de Correa. No hubo grandes
reformas fiscales en ese sentido y el aumento de la recauda-
ción de impuestos provino principalmente de la lucha contra
el fraude fiscal y gracias al crecimiento de la economía.
Aunque la acción del gobierno con respecto a la deuda haya
sido benéfica, como hemos señalado, es importante resaltar que
la comisión de Auditoría de la Deuda (CAIC) proponía ir más
lejos que lo realizado, y que fue desafortunado que el gobierno y
Rafael Correa no lo hubieran hecho. En sus recomendaciones,517
la CAIC propuso acabar con el pago de otras sumas muy impor-
tantes de la deuda que correspondían a acreencias reclamadas
por el Banco Mundial, por otras instituciones multilaterales y
por acreedores bilaterales como Brasil, Japón y países europeos.
También se recomendó llevar ante la justicia a los responsables
nacionales y extranjeros del endeudamiento ilegítimo. A este

516. Véase Éric Toussaint (21 de enero de 2015). “Joseph Stiglitz muestra que una sus-
pensión del pago de la deuda puede beneficiar a un país y a su población”. Disponible
en https://cadtm.org/Joseph-Stiglitz-muestra-que-una
517. “L’Équateur à la croisée des chemins”, en CADTM (2007). Les Crimes de la dette,
Liège/París, CADTM/Syllepse, parte III, pp. 174-265. En castellano (2009). Ecuador en
la encrucijada. Abolir la deuda para liberar el desarrollo humano, CADTM, ABYA YALA, Quito.

435
respecto y sobre la base de los trabajos de la CAIC, la Fiscalía
ecuatoriana comenzó un examen de la responsabilidad de los
altos funcionarios que hubieran cometido diferentes tipos de
delitos durante la firma o la renegociación de los contratos de
endeudamiento, durante los años noventa y a comienzos de la
década de 2000. Sin embargo, eso no condujo a fuertes conde-
nas ni al encarcelamiento de los culpables del endeudamiento
fraudulento, puesto que tanto el poder judicial como el gobier-
no prefirieron no llegar a las últimas consecuencias.
En resumen, el gobierno solo siguió una de las recomenda-
ciones de la comisión. De todas maneras, fue más lejos que
todos los otros gobiernos llamados progresistas de ese período.
Rafael Correa, así como Ricardo Patiño, quien ocupó diversas
funciones en el gobierno y presidió la CAIC, intentaron conven-
cer a otros jefes de Estado, como Evo Morales, Hugo Chávez y
Fernando Lugo, de instaurar también en sus países una comi-
sión de auditoría integral de la deuda. Pero eso no tuvo efecto.
Ecuador se mantuvo aislado sobre la cuestión de la deuda, ya
que los otros gobiernos de la región (incluidos los de Venezuela
y Bolivia) prosiguieron los pagos y no pusieron en marcha nin-
guna auditoría de la deuda.
Por otra parte, durante una reunión mantenida en el palacio
presidencial en enero de 2011 y a la cual fui invitado con los
otros miembros de la CAIC, Rafael Correa propuso que, sobre
la base de nuestros trabajos de 2008, Ecuador cuestionaría las
deudas reclamadas por otro acreedor importante Después de
haber expresado todos nuestras opiniones sobre el tema, estuvi-
mos de acuerdo en el hecho de suspender el pago de las deudas
reclamadas por el Banco Mundial. Cuando llegó el momento de
aplicar esa medida, el nuevo ministro de Economía y Finanzas
se opuso, y los pagos correspondientes al Banco Mundial conti-
nuaron. Peor aún, a partir de 2014, el gobierno negoció nuevos
préstamos con el Banco Mundial.518

518. Alberto Acosta (16 de diciembre 2014). “Lectura sobre el retorno del Ecuador al
Banco Mundial”. Disponible en http://www.cadtm.org/Lectura-sobre-el-retorno-del

436
El cambio de rumbo de Rafael Correa en 2011
El año 2011 marca, ciertamente, un cambio en la política del
gobierno ecuatoriano en varios frentes, tanto en el social como
en el ecológico, en el comercial y en de la deuda. Los conflictos
entre el gobierno y una serie de movimientos sociales importan-
tes como la CONAIE, por una parte, los sindicatos de enseñan-
tes y el movimiento estudiantil, por otra, se fueron agudizando.
Por otro lado, Correa avanzó en las negociaciones comerciales
con la UE en las que el presidente multiplicó las concesiones.
En cuanto a la deuda, a partir de 2014, Ecuador comenzó, de
nuevo, a aumentar progresivamente el recurso a los mercados
financieros internacionales, sin olvidar las deudas contraídas
con China. En el ámbito ecológico, el gobierno de Correa aban-
donó, en 2013, el proyecto de la no explotación del petróleo en
una parte muy sensible de la Amazonia.519
A pesar de una retórica favorable al cambio del modelo pro-
ductivo y al socialismo del siglo xxi, Correa, en diez años de
presidencia no inició ninguna modificación profunda de la es-
tructura económica del país, de las relaciones de propiedad y de
las relaciones entre las clases sociales. Alberto Acosta, exminis-
tro de Energía en 2007, expresidente de la Asamblea Constitu-
yente en 2008 y oponente de Rafael Correa desde 2010, escribió
con su colega John Cajas Guijarro que
La falta de una transformación estructural provoca que Ecuador
se mantenga como una economía capitalista atada a la expor-
tación de materias primas y, por lo tanto, ligada a un compor-
tamiento cíclico de larga duración vinculado a la acumulación
transnacional del capital. Ese comportamiento cíclico de largo
plazo se debe a las contradicciones propias del capitalismo pero,

519. La Iniciativa Yasuní-ITT había sido presentada en junio de 2007 por Rafael Correa.
Consistía en dejar bajo tierra el 20 % de las reservas de petróleo del país (cerca de
850 millones de barriles de petróleo), situadas en una región de megadiversidad, el
parque nacional Yasuní, en el noreste del Amazonas. Para una presentación del pro-
yecto en 2009, véase Mathieu Le Quang, entrevista a Alberto Acosta (9 de septiembre
de 2009). “El proyecto ITT, dejar el crudo en tierra o el camino hacia otro modelo de
desarrollo”, Rebelión. Disponible en https://bit.ly/3m3tCO0

437
a su vez, está altamente influenciado por la dependencia de la
exportación masiva de productos primarios casi sin procesar
(extractivismo). Es decir, la explotación capitalista —tanto de
la fuerza de trabajo como de la naturaleza—, en función de las
exigencias internacionales, mantiene a Ecuador “encadenado” a
una sucesión de altos y bajos que se originan tanto interna como
externamente.520

La drástica línea neolibeal de Lenín Moreno


(2017-2021) y su acuerdo con el FMI
En 2017, al final del mandato presidencial de Rafael Correa y en
el momento en que le sucedió como presidente Lenín Moreno
(quien era el candidato apoyado por Correa), la deuda superaba
el nivel alcanzado diez años atrás. Rápidamente, Lenín Moreno
hizo un nuevo llamamiento al FMI. Eso provocó fuertes protes-
tas populares en septiembre-octubre de 2019, que obligaron al
gobierno a capitular frente a las organizaciones populares y a
dejar de lado el decreto que había provocado la revuelta.521
En el año 2020, Lenín Moreno firmó un nuevo acuerdo hu-
millante para Ecuador con el FMI, y en 2021, trató de hacer
aprobar una ley con el fin de transformar el Banco Central de
Ecuador en una institución totalmente independiente del go-
bierno y, por lo tanto, sometida aún más a los intereses de los
bancos privados.
Su popularidad se redujo a cero: en los últimos sondeos
Lenín Moreno obtenía apenas un porcentaje de aprobación del

520. Alberto Acosta, John Cajas Guijarro (2018). Una década desperdiciada. Las sombras
del correísmo, Centro Andino de Acción Popular, Quito.
521. CADTM-AYNA (13 de octubre de 2019). “Junto al pueblo ecuatoriano”. Dispo-
nible en https://www.cadtm.org/junto-al-pueblo-ecuatoriano. Véase también el libro
colectivo: Franklin Ramírez Gallegos (ed.). Octubre y el derecho a la resistencia. Revuelta
popular y neoliberalismo autoritario en Ecuador, Buenos Aires, CLACSO. Descarga gratuita
en https://bit.ly/3GKNIUT

438
4,8 %. El resultado de los candidatos apoyados por Moreno en
las elecciones parlamentarias y en la primera vuelta de las presi-
denciales de febrero 2021 no pasó del 3 %.

La elección en abril de 2021 de Guillermo Lasso,


un exbanquero, como presidente de Ecuador
El 11 de abril de 2021, en la segunda vuelta de las elecciones
presidenciales, Guillermo Lasso (52 %), el candidato de la de-
recha, superó a Andrés Arauz (47,6 %), el candidato apoyado
por Rafael Correa y una parte de la izquierda. Lasso fue elegido
gracias a la división de la izquierda ya que una parte impor-
tante de la misma, que había perdido toda la confianza hacia
Rafael Correa, llamó a votar nulo. El 7 de febrero se celebraron
las elecciones legislativas y presidenciales simultáneamente. Las
dos fuerzas políticas que habían salido victoriosas del escrutinio
de las elecciones legislativas eran, por una parte, el movimiento
político apoyado por Rafael Correa con 42 diputados y, por la
otra, Pachakutik, la rama política de la CONAIE con 27 diputa-
dos, que fue el mejor resultado parlamentario de toda la historia
del movimiento indígena. En cuanto a las presidenciales, el re-
sultado de la primera vuelta era claramente favorable al campo
popular ya que la suma del resultado de Andrés Araoz (un poco
más del 32 %) y el de Yaku Pérez, el candidato de Pachakutik
(un poco menos del 19 %) daba una mayoría, a la que se podía
agregar una parte del candidato en cuarta posición que se pre-
sentaba como socialdemócrata y que obtuvo cerca del 14 %.
Ciertamente, el exbanquero estaba en segunda posición con un
19 %, pero con muy poca ventaja sobre Yaku Pérez, y 13 puntos
menos que Andrés Arauz. El voto popular, que era claramente
mayoritario en la primera vuelta de las elecciones del 7 de febre-
ro, se dividió y permitió que un exbanquero haya sido elegido
presidente. La situación es grave ya que se perdió una ocasión
para romper con la política neoliberal brutal de Lenín Moreno.

439
El exbanquero Lasso, aunque crítico por puro electoralismo de
las posiciones de Lenín Moreno, proseguirá con la misma línea
nefasta: profundización de las políticas neoliberales, los acuer-
dos con el FMI y con el Banco Mundial, la sumisión a los intere-
ses privados del Gran capital, en particular del poderoso sector
bancario ecuatoriano, del sector importador-exportador y de la
superpotencia estadounidense.

Conclusión
Si Rafael Correa llegó a presidente de Ecuador en 2007, fue gra-
cias a las movilizaciones sociales que jalonaron los años noventa
hasta 2005. Sin estas, sus propuestas no habrían encontrado el
eco que recibieron y no hubiera sido elegido. Desgraciadamen-
te, después de un buen comienzo, entró en conflicto con una
buena parte de los movimientos sociales y optó por una mo-
dernización del capitalismo extractivista-exportador. Su sucesor
Lenín Moreno rompió con Correa y volvió a la política brutal del
neoliberalismo. Guillermo Lasso ciertamente profundizará en
esa línea. Una vez más, serán las movilizaciones sociales las que
podrán terminar con esas políticas y reivindicar las medidas de
cambio estructural anticapitalista indispensables para la eman-
cipación. La CONAIE y toda una serie de organizaciones sin-
dicales, asociaciones feministas y colectivos ecologistas habían
elaborado, en octubre de 2019, una excelente propuesta alter-
nativa a las políticas capitalistas, patriarcales y neoliberales, y
debería constituir la base de un vasto programa de gobierno.522
La cuestión del rechazo a las políticas del FMI, del Banco
Mundial y de las deudas ilegítimas vuelve al centro de batallas
sociales y políticas.523 En un documento presentado al públi-

522. CONAIE (31 de octubre de 2019,). “Entrega de propuesta alternativa al mo-


delo económico y social”. Disponible en https://bit.ly/33ybCVt
523. Declaración colectiva firmada por Eric Toussaint, Maria Lucia Fattorelli, Alejan-
dro Olmos Gaona, Hugo Arias Palacios, Piedad Mancero, Ricardo Patiño, César Sa-
coto, Ricardo Ulcuango: “Ecuador: Denuncia sobre la la renegociación de la Deuda

440
co en julio de 2020 por más de 180 organizaciones populares
ecuatorianas encontramos la siguiente reivindicación: “Suspen-
sión del pago de la deuda externa y realización de una audito-
ría de la deuda externa acumulada desde 2014 hasta hoy, así
como un control ciudadano sobre la utilización de las deudas
contraídas”.524

por el gobierno de Lenín Moreno”(1.º de agosto de 2020). Disponible en https://bit.


ly/3q5dbSy
524. Véase, publicado en julio de 2020: https://bit.ly/3dUS4g0

441
Capítulo 24
Los hombres del presidente de Estados Unidos
siguen dirigiendo el Banco Mundial

Mientras que muchos países miembros del Banco Mundial afir-


maban que ya era el momento de poner como presidente o presi-
denta de la institución a un ciudadano o una ciudadana del Sur,
el presidente de Estados Unidos designó, por undécima vez, a un
ciudadano estadounidense para presidir la institución, Robert
Zoellick. Después de este, se sucedieron, hasta nuestros días,
otros dos hombres del presidente a la cabeza del Banco Mundial

Robert Zoellick: el 11º presidente


del Banco Mundial (2007-2012), un banquero
y un representante de comercio de Estados Unidos
Sin embargo, Robert Zoellick, quien se convirtió en el undécimo
presidente del Banco Mundial, no tenía ninguna cualificación en
materia de desarrollo. Bajo la precedente presidencia de George
Bush (hijo), había sido el representante principal de Estados Uni-
dos en la OMC, donde había sistemáticamente puesto la prioridad
de los intereses comerciales de la principal potencia económica
en detrimento de los intereses de los países en desarrollo. Durante
los preparativos de la reunión de la OMC en Doha, en noviem-
bre de 2001, realizó un recorrido visitando a gobiernos africanos
con el fin de comprar sus votos. Como consecuencia, Zoellick se
especializó en la negociación de los tratados bilaterales de “libre”
comercio,525 firmados entre Estados Unidos y diferentes países

525. Para Robert Zoellick, “los tratados de libre comercio constituyen una manera
de eliminar completamente las barreras comerciales, mercado a mercado, y de in-
crementar las ocasiones de negocios para Estados Unidos, estimulando al mismo
tiempo el crecimiento y el desarrollo”. Véase https://bit.ly/3IUM98L

442
en desarrollo: Chile, Marruecos, El Salvador, Guatemala, Hon-
duras, Nicaragua, Costa Rica, República Dominicana, Jordania,
etc. Tratados que favorecen los intereses de las trasnacionales es-
tadounidenses y limitan el ejercicio de la soberanía de los países
en desarrollo. Luego fue secretario de Estado adjunto con Con-
doleezza Rice (secretaria de Estado). A partir de julio de 2006,
Robert Zoellick fue vicepresidente del consejo de administración
del banco Goldman Sachs, encargado de los asuntos internacio-
nales. Es importante señalar que Goldman Sachs es uno de los
principales bancos de inversiones de Wall Street, netamente im-
plicado en la crisis de la deuda privada que estalló en Estados
Unidos en agosto de 2007. Goldman Sachs también participó
muy activamente en la creación del colosal montaje de las deudas
privadas a partir de la burbuja especulativa del sector inmobilia-
rio. Robert Zoellick abandonó Wall Street para coger el puesto de
Paul Wolfowitz en la presidencia del Banco Mundial en julio de
2007, justo a tiempo para evitar estar directamente implicado en
la crisis de 2007-2008.
Durante su mandato, Zoellick consiguió que el Banco Mundial
prestara 3750 millones de USD para contribuir a la financiación
de la construcción de la central eléctrica de carbón en Medupi
(Sudáfrica), que es extremadamente contaminante. Además del
carácter antiecológico del proyecto, esos contratos beneficiaron
a Eskom e Hitachi Power Africa, dos empresas que dirigentes de
la ANC poseen en parte o por completo. La ANC es el partido
político en el poder, y dicha ventaja permitió a esos dirigentes
enriquecerse mediante la corrupción y la malversación de fondos.
La amplitud de la corrupción fue de tal magnitud que numerosas
son las voces que se alzan para que se anule esa deuda odiosa.526
También hay que señalar que un año después del fin de su
mandato en el Banco Mundial, Zoellick retomó, en 2013, su
puesto de dirigente en el banco Goldman Sachs.

526. Eric Toussaint (4 de octubre de 2020). “Sudáfrica: Las deudas odiosas genera-
das por las centrales eléctricas a carbón”. Disponible en https://bit.ly/33y0w2P y en
https://bit.ly/3s5xK3N

443
Las divagaciones del Banco Mundial concernientes
a la cantidad de pobres que hay en el planeta
En 2008, el Banco Mundial reconoció que había cometido errores
importantes en sus cálculos sobre la situación de la pobreza en el
mundo. Al tiempo que afirmaba que “las estimaciones de la pobreza
establecidas por el Banco Mundial mejoran gracias a datos más fia-
bles sobre el coste de la vida”, la institución había descubierto que
“viven en la pobreza 400 millones de personas más de lo que noso-
tros pensábamos”.527 ¡Y eso era el equivalente a más de la mitad de la
población del África subsahariana en ese momento!
Eso refleja la falta de fiabilidad de las estadísticas publicadas por
el Banco Mundial, estadísticas que sirven, sobre todo, para avalar
las políticas neoliberales dictadas o impuestas a lo largo y ancho del
mundo por sus propios expertos.528
Según su comunicado de 2008, “1400 millones de personas que
viven en el mundo en desarrollo, o sea 1 de cada 4 personas, subsis-
tían con menos de 1,25 dólares por día en 2005”, mientras que las
estimaciones precedentes estaban alrededor de los 1000 millones de
personas. Sin embargo, el Banco Mundial no dejaba de alegrarse, ya
que lo que cuenta para esta institución no es el número de pobres
sino la proporción de personas pobres. ¿Por qué? Porque con la de-
mografía mundial en progresión, esa cifra permite hacerse ilusiones
con mayor facilidad. Si, por ejemplo, el número de personas pobres
es constante, la proporción de pobres bajará mecánicamente a lo
largo de los años. Esa es la razón por la que el objetivo “del milenio”
era reducir a la mitad, entre 1990 y 2015, el porcentaje de pobres
cuyo ingreso era menor a 1,25 dólares por día.
Pero con esos errores enormes del Banco Mundial en los cálculos
sobre la pobreza, era toda la estructura de las políticas internaciona-
les contra la pobreza la que se derrumbaba.

527. Banco Mundial. “Estimaciones de la pobreza en el mundo en desarrollo (puesta


al día)”. Disponible en https://bit.ly/3GQVDQR, Consultado el 28 de febrero de 2021.
528. Damien Millet y Éric Toussaint (13 de septiembre de 2008). “Carte blanche: La
Banque mondiale découvre 400 millions de pauvres en plus”, publicado por el diario
Le Soir. Disponible en https://bit.ly/3msqPy7. Consultado, el 28 de febrero de 202. En
castellano “El Banco Mundial descubre, de un golpe, 400 millones de pobres más”
(29 de agosto de 2008). Disponible en cadtm.org

444
Las políticas de ajuste estructural (la reducción de los presupues-
tos sociales, la recuperación de costes en los sectores de salud y de
educación, la agricultura volcada a la exportación y la reducción de
los cultivos de huerto, el abandono de la soberanía alimentaria, etc.),
impuestas por el FMI y el Banco Mundial desde comienzos de los
años ochenta, deterioraron las condiciones de vida de cientos de
millones de personas en el mundo. No faltaron las críticas hacia el
Banco Mundial sobre ese tema. Así, Thomas Pogge, profesor de la
universidad de Columbia escribía en 2008:
Los métodos de cálculo del Banco Mundial son extrema-
damente dudosos. Hay razones para pensar que con un méto-
do más aceptable, se observaría una tendencia más negativa y
una pobreza mucho más extendida. […] En tanto que el méto-
do actual del Banco Mundial y los datos que surgen del mismo
conserven su monopolio en las organizaciones internacionales
y en la investigación universitaria sobre la pobreza, no podre-
mos pretender tomar realmente en serio ese problema.529
La poca seriedad de los cálculos del Banco Mundial aparecía muy
claramente en esta declaración de Martin Ravallion, uno de los prin-
cipales autores del Banco sobre la cuestión de la pobreza: “Las esti-
maciones más recientes de la pobreza fueron establecidas a partir de
las encuestas realizadas a 675 familias en 116 países en desarrollo
que representan el 96 % del mundo en desarrollo”. explicaba Ravai-
llon.530 ¿Cómo se puede pretender publicar cifras fiables que con-
ciernen a varios miles de millones de personas sobre la base de una
encuesta a 675 familias? ¡Eso sí que es admitir falta de seriedad! El
propio autor reconoce también que a comienzos de los años noven-
ta, el Banco Mundial se limitaba a encuestas llevadas a cabo sola-
mente en 22 países. En tono diplomático, el propio Martin Ravaillon

529. Para un análisis de conjunto, Thomas Pogge (2010). Politics as Usual: What Lies
behind the ProPoor Rhetoric, Cambridge, PolityPress. En castellano, dos libros del autor
sobre el tema (2005). La pobreza en el mundo y los derechos humanos, Paidós Ibérica,
Barcelona; (2009).Hacer justicia a la humanidad, Universidad Nacional Autónoma de
México, México.
530. Martin Ravaillon, director del grupo de investigación sobre el desarrollo econó-
mico en el Banco Mundial, “Estimations de la pauvreté dans le monde en développe-
ment (mise à jour)”. Disponible en https://bit.ly/3ywy0d9

445
escribía: “Unos importantes datos nuevos revelaron que el coste de
la vida en los países en desarrollo es más elevado de lo que pensába-
mos, lo que explicaría la magnitud sin precedentes, hasta ahora, de
las modificaciones aportadas a las cifras relativas a la pobreza en el
marco de la última revisión”.531
En el momento en que se escriben estas líneas, el Banco Mundial
calcula que una persona no vive en la extrema pobreza si, residiendo
en un país en desarrollo, dispone de más de 1,9 dólares diarios. Es
evidente que eso es totalmente discutible. Esa cifra fija muy bajo el
ingreso diario que permite determinar si una persona vive por debajo
del umbral de la pobreza extrema. En conclusión, ese baremo de 1,9
dólares por día no constituye un indicador fiable y los métodos para
extrapolar a escala del planeta el número de pobres no son serios.
Hay que señalar que en las publicaciones recientes el Banco Mundial
anuncia que, a consecuencia de la crisis ligada al coronavirus, más
de 100 millones de seres humanos aumentarán, en 2020-2021, la
población que vive en la extrema pobreza. En un informe publicado
en 2020, el Banco Mundial escribía: “La lucha contra la pobreza re-
gistra su peor regresión en 25 años. En 2020, el porcentaje mundial
de extrema pobreza debería aumentar por primera vez en más de 20
años, debido a la pandemia de coronavirus”. En el mismo artículo,
los autores del Banco agregan: “El cambio climático podría arras-
trar de 68 a 135 millones de personas a la pobreza hacia 2030”.532
Esos cálculos, que realmente se habrían de tomar con pinzas, visto
los métodos utilizados por el Banco Mundial, indican, no obstante,
una evolución dramática que exige soluciones radicales y urgentes a
favor de los derechos humanos.

Jim Yong Kim, también estadounidense,


12º presidente del Banco Mundial (2012-2019)
Entre 2012 y 2019, Jim Yong Kim, también estadounidense, dirigió
el Banco Mundial hasta su dimisión voluntaria, cuyo motivo fue

531. Martin Ravaillon, ob. cit.


532. Banco Mundial. “Pobreza: Panorama general”. Disponible en bancomundial.org.
Consultado el 28 de febrero de 2021.

446
un puesto de trabajo en un fondo de inversiones privado, especia-
lizado en el sector de las infraestructuras. El 7 de enero de 2019,
de forma súbita, Jim Yong Kim, presidente del Banco Mundial,
anunció su dimisión. La dirección interina fue cubierta, a partir
del 1.º de febrero de 2019, por Kristalina Georgieva, hasta que el
presidente de Estados Unidos, Donald Trump, nombrase uno de
sus hombres de confianza a la cabeza del Banco Mundial. Ade-
más, Kristalina Georgieva pasó a ser directora general del FMI, en
remplazo de Christine Lagarde, en octubre de ese mismo año.
Antes de su dimisión, en mayo de 2017, Jim Yong Kim acom-
pañó a la hija del presidente millonario misógino, Ivanka Trump,
en un viaje de negocios a Arabia Saudí para defender los intere-
ses de la mayor potencia política del mundo en ese país, aliado
histórico de Estados Unidos. Gracias a una promesa de dona-
ciones a un fondo para mujeres emprendedoras, esa visita tenía
por fin permitir que la monarquía saudí, ultra reaccionaria, in-
tentara forjarse una imagen progresista, a pesar de que pisotea-
ba, y pisotea, permanentemente los derechos de las mujeres. En
realidad ese fondo, lanzado bajo la égida de Ivanka Trump, Jim
Yong Kim y Justin Trudeau, primer ministro de Canadá desde
2015, tenía por objetivo participar en la acumulación de capital
a nivel mundial, bajo el pretexto de hacer progresar la emanci-
pación de las mujeres.
Contrariamente a un retrato lisonjero que algunos quieren
hacerle, JimYong Kim no hizo nada para contribuir a la reforma
del Banco Mundial, que continuó como siempre defendiendo
los intereses del capital y de los países más ricos y poderosos,
con Estados Unidos, Canadá, Europa Occidental y Japón a la
cabeza, en detrimento de los derechos humanos y de la preser-
vación del planeta.

David Malpass, también banquero y hombre de


derechas, 13º presidente del Banco Mundial (2019/…)
David Malpass, en abril de 2019, se convirtió en el 13º presiden-
te del Banco Mundial. Malpass había trabajado para el Tesoro
447
estadounidense y para Asuntos Internacionales durante los man-
datos de Ronald Reagan y de George H.W. Bush (1988-1993),
luego fue economista jefe en Bear Stearns, un gran banco de in-
versiones… hasta su quiebra en 2008 ¡en plena crisis de las
subprimes! En agosto de 2007, Malpass publicó un artículo de
opinión en The Wall Street Journal, en el que invitaba a sus lectores
a no inquietarse por el estado de los mercados financieros, lle-
gando a escribir que “los mercados inmobiliarios y de la deuda
no representaban una parte significativa de la economía esta-
dounidense o de la creación de empleos”.533 Se unió al equipo
de Donald Trump a partir de mayo de 2016, en el que ocupó el
puesto de subsecretario del Tesoro para Asuntos Internaciona-
les, antes de ser nombrado presidente del Banco Mundial.

La conquista del Banco Interamericano


de Desarrollo (BID) por Donald Trump
En septiembre de 2020, Donald Trump consiguió hacer elegir a
un ciudadano estadounidense, Mauricio Claver-Carone, como
presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, por primera
vez en la historia de la institución. Mauricio Claver-Carone es un
abogado y jurista estadounidense. Como consejero del gobierno
de Trump, defendió la línea dura en la política internacional de Es-
tados Unidos, especialmente con respecto a Cuba y a Venezuela.
Como escribió Ariela Ruiz Caro,
Mauricio Claver-Carone fue elegido presidente del BID con el
apoyo de 30 de sus miembros, 16 abstenciones y 2 ausencias,
una de ellas, la de China. Según un comunicado del ministerio
argentino de Relaciones Exteriores, cinco países de América La-
tina se abstuvieron en dicha votación (Argentina, Chile, México,

533. “Housing and debt markets are not that big a part of the U.S. economy, or of job
creation… the housing and debt markets corrections will probably add to the length
of the U.S. economic expansion”. Citado por Jordan Weissman (5 de enero de 2017).
“Trump Taps Bear Stearns Economist Who Said Not Worry About Credit Crisis for
Key Treasury Job”. Disponible en https://bit.ly/3ysIbzn

448
Perú y Trinidad y Tobago), además de países asociados miem-
bros de la Unión Europea. Desde que Trump nombró a su actual
consejero para la región del Consejo Nacional de Seguridad de
la Casa Blanca a mediados de junio, expresidentes latinoameri-
canos y europeos, diplomáticos, personalidades políticas, cul-
turales y universitarios, así como el gran público, denunciaron
varias veces la necesidad de atrasar la elección porque violaba
el derecho internacional consuetudinario (resolución 73/203 de
la Asamblea General de las Naciones Unidas del 20 de noviem-
bre de 2018) al designar un candidato no latinoamericano ni
caribeño a la presidencia [del Banco].534

534. Ariela Ruiz Caro (27 de agosto de 2020). “Trump Moves to Take Leadership
of Regional Development Bank Away From Latin American Nations”. Disponible en
https://bit.ly/3E1oekq

449
Capítulo 25
El FMI y el Banco Mundial desde 2010
hasta la pandemia del coronavirus:
la búsqueda fallida de una nueva imagen

Los gobiernos y las grandes instituciones multilaterales como


el Banco Mundial, el FMI y los bancos regionales de desarrollo
instrumentalizaron el pago de la deuda pública para genera-
lizar políticas que deterioraron los sistemas de salud pública:
supresión de puestos de trabajo en el sector de la salud, pre-
carización de los contratos de trabajo, supresión de camas de
hospitales, cierre de centros de salud de proximidad, aumento
del coste de la salud tanto en el nivel de la atención médi-
ca como en el de los medicamentos, privatización de los dife-
rentes sectores de la salud, inversiones públicas insuficientes
tanto en infraestructuras y equipamientos como en investiga-
ción y desarrollo de tratamientos, en beneficio de los intereses
de los grandes grupos privados farmacéuticos…
Incluso antes del estallido de la pandemia de la Covid-19,
esas políticas ya habían producido enormes pérdidas en vidas
humanas en todo el mundo.
Las críticas con respecto al Banco Mundial y al FMI fueron
cada vez más fuertes. Se realizaron muchísimas movilizaciones
nacionales e internacionales, principalmente a comienzos de los
años 2000 en todos los continentes. Desde entonces, el Banco
Mundial y el FMI han intentado mejorar su imagen.

¿El FMI puso fin al ajuste estructural?


En octubre de 2014, en un documento titulado “Respuesta del
FMI a la crisis financiera y económica”, la institución afirmaba

450
haber aprendido de sus errores y aseguraba que, desde la cri-
sis financiera de 2008, ninguno de los préstamos concedidos
contenía las condiciones draconianas utilizadas en el pasado.
Desde 2009, un centro de investigación económica decidió
poner a prueba esa afirmación con los hechos. 535 El resultado
no tiene apelación posible: de los 41 países comprometidos con
préstamos de la institución, 31 debían llevar a cabo políticas de
rigor presupuestario en un contexto de recesión o de crecimien-
to ralentizado.
La situación empeoró desde 2010. Según Isabel Ortiz y Matthew
Cummins, “una contracción prematura de los gastos se genera-
lizó en 2010, a pesar de la urgencia de la ayuda de los gobiernos
a las poblaciones vulnerables”. Según estos autores, en 2013, la
contracción de los gastos públicos se extendió y se intensificó
considerablemente afectando a 119 países y preveían que se lle-
garía a 132 países en 2015.
Según esos autores:
En lo que concierne a las medidas de austeridad, el examen de
los informes del FMI sobre esos países, publicados desde 2010,
indica que los gobiernos consideraban diversas estrategias de
ajuste. Se trataba especialmente de: (i) la eliminación o la re-
ducción de las subvenciones, incluida a los combustibles, a los
productos alimentarios y a los insumos agrícolas (en 100 paí-
ses); (ii) la reducción y/o limitación de la masa salarial, inclui-
dos los salarios en la enseñanza, en la salud y en otros sectores
públicos (en 98 países); (iii) el racionamiento y la selección re-
forzada de las redes de protección social (en 80 países); (iv) la
reforma de las pensiones (en 86 países); (v) la reforma del siste-
ma de salud (en 37 países) y (vi) la flexibilización laboral (en 32
países). Muchos gobiernos también contemplaban medidas pa-
ralelas para aumentar los ingresos, medidas que podían afectar
negativamente a las poblaciones vulnerables, principalmente

535. Mark Weisbrot et al. (octubre de 2009). “IMF-Supported Macroeconomic


Policies and the World Recession: A Look at Forty-One Borrowing Countries”, CEPR.

451
por la introducción o ampliación de impuestos al consumo,
tales como el impuesto al valor añadido (ivA) en los productos
básicos que afectan desproporcionadamente a las familias po-
bres (en 94 países)”. 536
El caso de los países del mundo árabe parece emblemático
desde este punto de vista (ver el capítulo siguiente).
Preocupado al ver que, a partir de 2011, esos países se alejaban
del redil neoliberal por el efecto de los levantamientos populares
que querían eliminar a las dictaduras de la región, el FMI multipli-
có sus declaraciones tranquilizadoras. En sus informes sobre “la
Primavera Árabe”, la institución insistió en la dimensión social de
los programas que preconizaba: “crecimiento inclusivo”, políticas
sociales para los más vulnerables, etcétera.
Sin embargo, cuando un antiguo analista del Banco Mun-
dial, Mohammed Mossallem, estudió las condicionalidades que
acompañaban a los acuerdos de préstamos firmados con Túnez,
Marruecos, Jordania y Egipto537 después de 2011, encontró todos
los ingredientes de los planes de ajuste estructural de los años
ochenta: reducción de impuestos para el sector privado, aumento
del impuesto al consumo (el impuesto más injusto), liberalización
de las inversiones, disminución de las subvenciones del Estado
junto a un aumento del precio de la energía, desregulación del
mercado de trabajo. Con respecto al contenido de los planes de
austeridad impuestos a los países de la zona euro desde 2010,
estos se enmarcaban en la línea del tratamiento infligido a los paí-
ses de África del Norte.

536. Isabel Ortiz y Matthew Cummins, “L’Ère de l’Austérité” (https://bit.ly/3s8Fa6q)


y en inglés (original), “The Age of Austerity” (cadtm.org).
537. En el momento del estudio de Mohammed Mossallem el acuerdo de préstamos
con Egipto no estaba concluido. El FMI finalmente validó un acuerdo de préstamo de
12 000 millones de dólares en noviembre de 2016.

452
Mea culpa sobre la austeridad: ¿cuestionamiento
profundo o lágrimas de cocodrilo?
Sin embargo, se vio, en estos últimos años, cómo se multiplica-
ban los informes internos que criticaban vivamente las políticas
del FMI:
 .- Enero de 2013: Olivier Blanchard, economista jefe del
1
FMI, desveló que el FMI había subestimado ampliamente el
impacto negativo de la austeridad sobre el crecimiento eco-
nómico. El error en sus cálculos es todo menos anecdótico,
¡ya que se había calculado que era de un 300 %!538
 .- Febrero de 2014: después de que dos estudiantes desa-
2
creditaran un estudio realizado por antiguos economistas
jefe del FMI, en el que se afirmaba que una deuda pública
superior al 90 % del PIB conllevaba automáticamente una
ralentización del crecimiento económico, expertos del FMI
confirmaban que no existía ningún umbral crítico para la
deuda pública.539,
 .- Junio de 2016: Tres economistas del Fondo publicaron un
3
documento titulado “¿Ha sido subestimado el neoliberalis-
mo?” en el que afirmaban: “En lugar de aportar crecimiento
económico algunas políticas neoliberales incrementaron la de-
sigualdad, y por la misma razón, comprometieron cualquier
expansión económica duradera”.
Esas numerosas críticas ¿auguraron un cambio del rumbo de
la institución? Aunque los grandes titulares de los diarios die-
ron la ilusión de que los autores de ese tipo de informes hacían

538. Hubert Huertas (9 de enero de 2013). “Extraordinaire: l’austérité est une erreur
mathématique!” (Extraordinario: la austeridad es un error matemático), France culture.
539. “Ce doctorant qui a fait trembler les défenseurs de l’austérité” (22 de abril de
2013). (Este doctorando que hace temblar a los defensores de l austeridad), Le Soir;
Marie Charrel (18 de febrero de 2014). “Le FMI admet qu’il n’existe pas de seuil cri-
tique de la dette publique”, (El FMI admite que no existe un umbral crítico para la
deuda pública), Le Monde. Disponible en https://bit.ly/3s8G4Qk

453
prueba de una gran heterodoxia, una lectura más atenta de sus
trabajos muestra que sus propósitos permanecían relativamen-
te moderados. Como ejemplo: si el estudio “¿Ha sido sobresti-
mado el neoliberalismo?” aporta cifras que muestran muy bien
los límites de ese modelo, también recuerda que hay “muchas
razones para felicitarse de la agenda neoliberal”.540 También hay
que señalar que la mayoría de las veces los documentos hetero-
doxos y críticos que son publicados en la web del FMI solo com-
prometen a sus autores y en absoluto al FMI como institución.
Además, notemos que el juego de la contradicción no es algo
nuevo en el seno de las instituciones de Bretton Woods. Pero la
cuestión es saber si esa autocrítica, tan limitada como sea, lle-
gará o no llegará a producir cambios reales en las orientaciones
de la institución.
No obstante, la intervención del FMI en Grecia, desde 2010,
es emblemática de esa persistencia en la aplicación de políticas
neoliberales que favorecen al gran capital, refuerzan las desi-
gualdades sociales y destruyen conquistas sociales esenciales.541
Desde 2013, un estudio de un gabinete independiente de evalua-
ción del FMI542 reconocía que el primer plan de rescate de 2010
se había saldado con “fracasos notables”. Sin embargo, las me-
didas de austeridad continuaron viento en popa.
En junio de 2016, el mismo gabinete “independiente” elabo-
raba un informe que sostenía la misma constatación de fracaso
de la acción del FMI en Grecia. Pero, esa vez, los expertos del
Fondo llegaron a afirmar que, a pesar de todos los límites de la
acción del FMI, “era imposible construir un escenario alternati-
vo”. ¡La famosa TINA (There is No Alternative) no parece que
realmente haya abandonado los pasillos de la institución!

540. Jonathan D. Ostry, Prakash Loungani y Davide Furceri (junio de 2006). “Neoli-
beralism: Oversold?”, FMI.
541. Documentos secretos del FMI sobre Grecia con comentarios de Éric Toussaint
(CADTM), publicados el 5 de enero de 2017. Disponible en https://bit.ly/3F2EEKI.
Consultado el 17 de abril de 2020.
542. FMI (junio de 2013). “Greece: Ex Post Evaluation of Exceptional Access under
the 2010 Stand-By Arrangement”, IMF Country Report, nº 13/156.

454
A comienzos de octubre de 2020, frente a la más importante
crisis internacional del capitalismo desde los años treinta, los
investigadores del FMI anunciaban que era necesario aumentar
los gastos públicos.543
Manifiestamente, a pesar de las declaraciones, la dirección del
FMI ha comenzado en 2021 un nuevo ciclo de austeridad. Es lo
que afirmaban en abril de 2021 Isabel Ortiz y Mathew Cummins,
autores ya citados, en un nuevo estudio de título: “Alerta frente
a la austeridad mundial: recortes presupuestarios inminentes en el
período 2021-2025 y soluciones de recambio”. En ese documento los
autores alertaban contra el surgimiento de un shock de austeridad
presupuestaria pospandémica, mucho más grave que la que siguió
a la crisis financiera mundial de 2007-2008.
El análisis de las proyecciones de gastos muestra que se es-
peran medidas de austeridad en 154 países en 2021, y hasta en
159 países en 2022. La tendencia proseguiría al menos hasta
2025, con una media de 139 países cada año, según las proyec-
ciones del FMI contenidas en la base de datos de “Perspectivas
de la economía mundial” de octubre de 2020. La austeridad
debería afectar a 5600 millones de personas en 2021, o sea,
cerca del 75 % de la población mundial, y pasar a 6600 millo-
nes, o sea, el 85 % de la población mundial en 2022. En 2025,
6300 millones de personas, o sea, el 78 % de la población mun-
dial, podría todavía vivir bajo el yugo de la austeridad.544
Los altísimos niveles de gastos necesarios para hacer frente a la
pandemia y a la crisis socioeconómica que se deriva, han dejado a
los gobiernos con déficits presupuestarios y una deuda creciente.

543. Vitor Gaspar, Paolo Mauro, Catherine Pattillo y Raphael Espinoza (5 de octu-
bre de 2020). “Inversión pública para la recuperación”, disponible en https://bit.
ly/3s4jet2, y FR24 News France (5 de octubre de 2020). “Le FMI abandonne les
préoccupations liées à la dette publique et appelle les gouvernements à investir” (El
FMI abandona las preocupaciones relacionadas con la deuda pública e invita a los
gobiernos a invertir), disponible en https://bit.ly/3sc7fto
544. Isabel Ortiz y Matthew Cummins (abril de 2021). “Global Austerity Alert
Looming Budget Cuts in 2021-25”. Disponible en https://policydialogue.org/files/
publications/papers/Global-Austerity-Alert-Ortiz-Cummins-2021-final.pdf. Los datos
contenidos en el párrafo siguiente está también sacados de este estudio.

455
Sin embargo, antes de continuar explorando las opciones de fi-
nanciación para aportar una ayuda indispensable a la población
y a la economía, los gobiernos entraron en un nuevo período de
austeridad presupuestaria; los dramáticos sucesos de comienzos
de mayo de 2021 en Colombia así lo demostraron, con una repre-
sión que dejó un saldo de más de 100 muertos. El shock pospandé-
mico parece ser mucho más intenso que el que siguió a la crisis de
2007-2008. La contracción media de los gastos en 2021 debería
llegar al 3,3 % del PIB, o sea, cerca del doble de la crisis preceden-
te, y el 1,7 % del PIB en 2022. Lo que es aún más inquietante es
la poca importancia que se le da a la contracción presupuestaria
excesiva, definida como un gasto inferior a los niveles (ya bajos)
de antes de la pandemia. Cerca de 50 gobiernos deberían gas-
tar menos en 2021-2022 que en 2018-2019. Según Isabel Ortiz y
Mathew Cummins, quienes se basan en datos suministrados por
el FMI, más de 40 gobiernos deberían tener presupuestos inferio-
res al 12 % de su presupuesto de 2018-2019, en 2021-2022. En
esa lista hay países que tienen grandes necesidades de desarrollo
como Ecuador, Guinea Ecuatorial, Kiribati, Liberia, Libia, Repúbli-
ca del Congo, Sudán del Sur, Yemen, Zambia y Zimbabue.

La reforma democrática del FMI y del Banco


Mundial… o mucho ruido y pocas nueces

Desde su creación, la estructura de la toma de decisiones, en el


seno del FMI, beneficia a Estados Unidos y a sus aliados victorio-
sos de la Segunda Guerra Mundial. Profundamente desigual, ese
reparto de poder que se basa en la regla de “1 dólar = 1 voto” (ver
el anexo “El ABC del FMI”) ha sido cada vez más cuestionado
por los países emergentes que querían su parte del pastel. Para
intentar una apariencia de democracia y satisfacer la demanda
de esos países en expansión, una reforma sobre el aumento de las

456
cuotas545 y la transferencia de derechos de voto entró finalmente
en vigencia a comienzos del año 2016.
En realidad, nunca fue cuestión de adoptar un sistema que
permitiera a todos los países miembros tener voz y voto, sino
de contentar a los “países emergentes” cuyo peso económico
se había vuelto demasiado importante para ser ignorado. Si el
6 % de los derechos de voto nuevamente repartidos fueron para
los BRICS (excepto Sudáfrica), los grandes perdedores de esa
operación fueron, y sin ninguna sorpresa, los países más pobres
con los que el FMI se había comprometido, no sin cinismo, a
“preservar”546 sus derechos de voto. Bangladesh se sintió, indu-
dablemente, reforzado en su poder de acción por ese compro-
miso, a pesar de que dispone del 0,24 % de derechos de voto
¡para defender los intereses de sus 166 millones de habitantes!
Por su parte. Estados Unidos, salió doblemente vencedor de
esa operación. Ya que no solo conservó el dominio sobre la es-
tructura, puesto que cediendo solo el 0,3 % de sus derechos de
voto conservaba su precioso derecho de veto.547 Además, perma-
nece como comandante de una nave todavía más enorme, dado
que la reforma también consistió en prácticamente duplicar los
recursos del Fondo para llevarlos a cerca de 660 000 millones
de USD.

“Esas reformas reforzarán la posición dominante de Estados Uni-


dos en esa institución crucial, proveyendo al Fondo de una sólida
base financiera”.
Jacob Lew, secretario del Tesoro estadounidense, 2015.

545. La cuota de un país miembro determina su compromiso financiero máximo con


el FMI, así como sus derechos de voto.
546. Comunicado de prensa: “El Directorio Ejecutivo del FMI aprueba una importan-
te revisión de las cuotas y la estructura de gobierno” . Disponible en imf.org.
547. FMI (abril de 2007). “Acceptances of the Proposed Amendment of the Articles of
Agreement on Reform of the Executive Board and Consents to 2010 Quota Increase”.

457
Para el Banco Mundial, la última reforma de envergadura de ese
tipo tuvo lugar en abril de 2010, bajo la presidencia del controverti-
do Robert Zoellick. Además de un aumento de 86 200 millones de
USD en el capital del BIRD, los países del Sur vieron sus derechos
de voto aumentados en 3,13 puntos de porcentaje, o sea, tienen el
41,19 % del total de votos. Pero es bien poco para esos 135 países
que tienen el 85 % de la población mundial en comparación con el
15,44 % de Estados Unidos.548

“DSRP”, “Doing business”, “EBA”…


¡nuevos nombres para las mismas políticas!
Desde finales de los años noventa, una lluvia de críticas se abatió
sobre el Banco Mundial, a tal punto que cada vez fue más difícil
para la institución la promoción de los planes de ajuste estruc-
tural que se encontraban en el centro de la polémica. Frente a
esa crisis de legitimidad, el Banco comenzó a multiplicar sus
piruetas semánticas sin tocar la lógica neoliberal grabada en
su ADN.
Entre esos subterfugios, encontramos en especial la “Iniciati-
va para los países pobres altamente endeudados (PPAE)” que,
mediante un limitado alivio de la deuda y controlado por las
IFI, permite —todavía ahora— imponer a los países más pobres
políticas similares a los planes de ajuste estructural y mantener-
los en la espiral de la deuda. Por otra parte, en 2002, muy poco
después de que el Banco anunciara el fin oficial de los Planes de
Ajuste Estructural (PAE), apareció una nueva herramienta lla-
mada “Doing business” (“Haciendo negocios”)… ¡Decididamen-
te, el azar hace bien las cosas!

548. “La Banque mondiale réforme le pouvoir de vote, obtient une injection de 86
milliards de dollars” (El Banco Mundial reforma los derechos de voto y obtiene
una inyección de 86 000 millones de dólares) (25 de abril de 2010). Disponible en
https://bit.ly/3DYyM3Z, https://bit.ly/33y2ZKD. FMI (abril de 2017). “Acceptances
of the Proposed Amendment of the Articles of Agreement on Reform of the Executive
Board and Consents to 2010 Quota Increase”.

458
Ese informe anual se propone clasificar los 189 países
miembros del Banco Mundial según su capacidad de construir
un buen “clima para los negocios”, para los inversores en fun-
ción de diferentes criterios: una desreglamentación máxima,
una fiscalidad amiga para el sector privado, una legislación
que protege lo menos posible los derechos de los trabajado-
res, y que los pone en competencia unos con otros.
Los gobiernos de los países del Sur se vuelcan entonces a una
competición encarnizada con el fin de ofrecer al sector priva-
do las condiciones más atractivas, conscientes de que el Banco
Mundial y los acreedores bilaterales orientan sus líneas de prés-
tamos también en función de los resultados obtenidos en esa
clasificación. ¡Y el Banco lo disfruta! En 2014, el Banco se feli-
citaba de que el “Doing business” hubiera inspirado a más de un
cuarto de las 2100 reformas registradas desde su creación.549
Y el Banco Mundial no quería desviarse de ese magnífico
camino. A pedido exprés del G8, que invitaba en 2012 a “ela-
borar una lista clasificatoria de los países según su clima de
negocios en el sector agrícola”,550 el Banco Mundial desarrolló
la herramienta “Enabling the Business of Agriculture” (EBA),551
Financiada por la fundación Bill y Melinda Gates, así como
por los gobiernos estadounidense, inglés, danés y neerlandés,
la EBA calca su metodología de la del “Doing business”. Valori-
zando los insumos no orgánicos y alentando una agricultura
bajo contrato, la EBA permite a las grandes multinacionales

549. Grupo Banco Mundial (2013). “Doing Business 2014-Understanding Regulations


for Small and Medium-Size Enterprises”.
550. “Fact sheet: G-8 action on Food Security and Nutrition”. Comunicado de prensa,
The White House, 18 de mayo de 2012, citado en The Oakland Institute (2014). “Les
Mythes de la Banque mondiale sur l’Agriculture et le Développement” (Los mitos del
Banco Mundial sobre Agricultura y Desarrollo), p. 5. En castellano: “El podium de la
desigualdad y el negocio de la agricultura”, The Oakland Institute, 2014. Disponible en
https://bit.ly/3s8G5Uq
551. Grupo Banco Mundial (2015). “Améliorer le climat des Affaires dans l’Agriculture,
Rapport d’Etape”, p. V.

459
del agrobusiness extender aún más su influencia.552 La lógica
promovida por el Banco Mundial va totalmente en contra de la
realidad y del interés de la agricultura familiar que concierne,
sin embargo, al 80 % de las explotaciones agrícolas de los paí-
ses del Sur.
Limitado en un primer tiempo a un proyecto piloto que con-
cernía a 10 países voluntarios, el informe de 2016 se había ex-
tendido ya a 40 y la ambición era cubrir el mayor número de
países lo más rápido posible.
A la vista de todos esos nuevos dispositivos, realmente no
vemos nada claro que el Banco se haya convertido en una orga-
nización de lucha contra la pobreza, como pretende ser.

Las controversias en torno al “Doing business”


Pero en eso, también, la realidad atrapó rápidamente a la ins-
titución. A las múltiples acusaciones provenientes de los mo-
vimientos sociales, de los sindicatos y también de profesores de
universidad, se agregaron las de Paul Romer, entonces econo-
mista jefe del Banco Mundial. Apoyándose en especial sobre la
pérdida de 23 puntos para Chile en el ranking de competitivi-
dad empresarial, en ese momento presidido por la “socialista”
Michelle Bachelet, denunciaba también el prejuicio ideológico
(abiertamente neoliberal) en la metodología y redacción del
informe. Después de haber sido llamado al orden por el presi-
dente Jim Yong Kim, presentó finalmente su dimisión en enero
de 2018. En agosto de 2020, el propio Banco Mundial anun-
ciaba, a su pesar, la interrupción de la publicación del informe
2020, después de que se hubieran señalado “un cierto número
de irregularidades concernientes a las modificaciones aportadas
a los datos de los informes Doing Business 2018 y Doing Business
2020, […] publicadas respectivamente en 2017 y 2019. Esas

552. Rémi Vilain (diciembre de 2015). “La nouvelle révolution verte en Afrique sub-
saharienne”, CADTM.

460
modificaciones no eran coherentes con la metodología Doing
Business”.553
Finalmente en, septiembre de 2021, el Banco Mundial anun-
ció de forma oficial la suspensión definitiva de la publicación
Doing Business. En un comunicado, la dirección del Banco declara:
Después de haber examinado todas las informaciones disponi-
bles hasta la fecha sobre el informe Doing Business, incluidas las
conclusiones de exámenes y auditorías anteriores y el informe
hecho público hoy mismo por el Banco en nombre del Consejo
de Administradores, la dirección del grupo del Banco Mundial
ha tomado la decisión de poner fin a la publicación del informe
Doing Business.554
En el informe sobre la auditoría ordenada por el Banco, se fil-
traron los favores que habían sido acordados a China. Según ese
informe, el presidente del Banco (que renunció en 2019) y la pre-
sidenta directora general Kristalina Georgieva (que se convirtió
en directora general del FMI en octubre de 2019) presionaron
al equipo a cargo de la redacción del informe Doing Business con
el fin de fuera mejorada la puntuación de China. Concretamen-
te, China ganó 7 puntos en la clasificación entre 2017 y 2018.
El informe de auditoría, elaborado por el gabinete de abogados
Wilmer Hale, criticaba especialmente la “presión ejercida por la
PDG Georgieva y su asesor M. Djankov, en la aportación de cam-
bios específicos en los puntos atribuidos a China, con el objeto de
mejorar su clasificación, precisamente en el momento en que ese
país trataba de tener un rol clave en la campaña de aumento de
capital del Banco”.555 El hecho de que Estados Unidos tenga unas
relaciones muy tensas con China no estaba alejado del cariz que
tomó ese asunto. No se entiende, en efecto, por qué esa práctica

553. “Doing business: Declaración sobre irregularidades en los datos”. Disponible en


https://www.bancomundial.org/es/news/statement/2020/08/27/doing
554. El Grupo Banco Mundial dejó de elaborar el informe Doing Business, el 16 de
septiembre de 2021. Disponible en https://bit.ly/3q1eSjx.
555. Wilmer Hale (15 de septiembre de 2021). “Investigation findings and report to
the board of executive directors”. Disponible en https://bit.ly/3s8Heva

461
corriente del Banco habría producido semejante escándalo que
desembocó en la suspensión de Doing Business, si las relaciones
entre China y Estados Unidos hubieran sido buenas.

“¡El Banco Mundial menosprecia


los derechos humanos!”
Podríamos razonablemente esperar que una organización que
pretende luchar contra la pobreza integre el respeto de los de-
rechos humanos como uno de los criterios fundamentales de su
funcionamiento. Sin embargo, a pesar de que oficialmente esté
obligada a respetar las reglas del derecho internacional,556 hace
más de setenta y seis años que esos principios no pasan por el
umbral de las afelpadas oficinas de Washington.

“El Banco Mundial menosprecia los derechos humanos. Los con-


sidera más como una enfermedad infecciosa que como valores y
obligaciones universales”.557
Philip Alston, Relator Especial de las Naciones Unidas
sobre la extrema pobreza y los derechos humanos, 2015.

Como ya hemos mostrado en este libro, para “justificar” ese


rechazo, el Banco da como pretexto su misión, que debe limi-
tarse a cuestiones económicas, por lo que le impediría abordar
cuestiones demasiado políticas. Pero es difícil entender en qué
esa misión, pretendidamente técnica, colocaría a la institución

556. El Comité de Naciones Unidas para los Derechos Económicos, Sociales y Cul-
turales recordó, en una declaración oficial con fecha del 24 de junio de 2016, que el
Banco Mundial, como toda organización internacional, debe imperativamente res-
petar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, los principios generales
del derecho internacional y los Pactos de 1966 sobre los derechos humanos. Véase:
E/C.12/2016/1 “Public debt, austerity measures and the International Covenant on
Economic, Social and Cultural Rights”. Statement by the Committee on Economic,
Social and Cultural Rights.
557. Philip Alston (4 de agosto de 2015). “Report of the Special Rapporteur on extre-
me poverty and human rights” (Informe del Relator Especial de las Naciones Unidas
para la extrema pobreza y los derechos humanos), A/70/274.

462
por encima del derecho internacional. Por otro lado, el Banco
Mundial no tuvo ningún problema en encontrar justificaciones
cuando se trataba de integrar cuestiones como la corrupción, el
blanqueo de dinero, la financiación del terrorismo o la gobernan-
za que no formaban parte inicialmente de sus prerrogativas.

El Banco Mundial, una zona de no derecho


Creyéndose por encima de las leyes, el Banco Mundial continúa
ultrajando los derechos fundamentales de los pueblos del Sur.
Hay muchísimos ejemplos; entre ellos, citemos la investigación
de campo realizada en catorce países por el Consorcio Interna-
cional para el Periodismo de Investigación (ICIJ)558, que revela
que los proyectos financiados por el Banco Mundial forzaron a
casi 3,4 millones de personas a abandonar sus domicilios desde
2004, a veces con el recurso de policías armados encargados de
la expulsión. Lejos de ser un caso aislado, las instancias de la
ONU, las nacionales y los comités de expertos independientes
continúan confirmando que varios proyectos financiados por la
Sociedad Financiera Internacional (SFI), una de las ramas del
Banco Mundial, provocaron graves infracciones en los derechos
humanos: acaparamiento de tierras, represión, arrestos arbitra-
rios o asesinatos, con el fin de hacer callar a los movimientos
de protesta contra algunos proyectos financiados por el Banco
Mundial.

BM/FMI y la crisis de 2020


en el contexto de la pandemia del coronavirus
Como ya hemos indicado en la introducción de este capítulo,
los gobiernos y las grandes instituciones multilaterales como el
Banco Mundial, el FMI y los bancos regionales de desarrollo

558. Xavier Counasse (16 de abril de 2015). “Enquête internationale: 3,4 millions de
personnes expulsées par la Banque mondiale”, Le Soir.

463
instrumentalizaron el reembolso de la deuda pública para gene-
ralizar políticas que deterioraron los sistemas de salud pública.
Eso los hizo mucho más vulnerables en el caso de una pandemia
como la Covid-19.

El fiasco escandaloso de los “bonos pandémicos”


emitidos por el Banco Mundial
En julio de 2020, el Banco Mundial renunció a poner en el mercado fi-
nanciero una nueva emisión de títulos “pandémicos” (pandemic bonds
en la jerga de los fondos de inversiones y de la prensa financiera) des-
pués que la primera haya estado criticada por su lentitud a abonar la
ayuda a las naciones pobres que sufren graves epidemias.559
El Banco Mundial lanzó en 2017 su programa de “pandemic bonds”
a raíz de la epidemia de ébola de 2014 en África. Sin embargo, para
que un país pudiera tener acceso a ese programa para hacer frente a
una epidemia, tenía que demostrar que la epidemia había causado al
menos 2500 muertos. En 2018, la República Democrática del Congo
tuvo que esperar que la epidemia hiciera estragos para poder recibir
la ayuda. Y eso provocó fuertes críticas.
El Banco Mundial emitió esos títulos en 2017 por un monto de
320 millones de dólares destinados oficialmente a ayudar a los países
en desarrollo para poder hacer frente a una grave epidemia de una
enfermedad infecciosa. 560
Los fondos de inversiones y los bancos privados que compraron
esos títulos en 2017 hicieron provechosos beneficios, ya que el Banco
les garantizaba un rendimiento de dos cifras, es decir, netamente mayor
al 10 %. Los poseedores de esos títulos, entre los cuales estaban Baillie

559. Financial Times (5 de julio de 2020). “World Bank ditches second round of pandemic
bonds” (El Banco Mundial se deshace de la segunda emisión de los bonos pandémicos).
Disponible en https://www.ft.com/content/949adc20-5303-494b-9cf1-4eb4c8b6aa6b
(nota: hay que pagar para acceder a la página).
560. Esto es lo que podemos encontrar en la web del Banco Mundial: “Suscrito en
julio de 2017, el seguro estaba dividido en dos clases, cada una compuesta de bonos
y de swaps. La categoría A contenía 225 millones de USD en bonos y 50 millones de
USD en swaps, y la categoría B contenía 95 millones de USD en bonos y 55 millones
de USD en swaps. Los bonos fueron emitidos en el marco del Mecanismo Mundial de
Emisión de Deuda del BIRD, y en el marco del programa de billetes con capital de ries-
go creado en 2014, en parte para repercutir los riesgos de catástrofe sobre el mercado
de capitales”. Disponible en https://bit.ly/3yzUCcP

464
Gifford (un fondo de inversión escocés), Amundi (propiedad del banco
francés Crédit Agricole) y Stone Ridge Asset Management (sociedad
financiera de Nueva York), recibieron los pagos de los intereses, que
se elevaban a cerca de 100 millones de dólares, ¡a finales de febrero
de 2020!
A mediados de abril de 2020, más de dos meses después de que
el virus hubiera comenzado a propagarse por el mundo, finalmente se
cumplieron las condiciones para abonar cerca de 200 millones de dóla-
res. Los 64 países que se repartían la somera suma de 195 millones de
dólares tenían derecho, según su tamaño, a una ayuda que oscilaba entre
1 millón y 15 millones de dólares, o sea, migajas. La suma más alta dis-
ponible, de 15 millones de dólares, fue asignada a Nigeria y a Pakistán.
Una segunda versión del “Mecanismo de financiación de urgencia
en caso de pandemia (PEF)”, que es así como el Banco Mundial designa
a los “pandemic bonds”, debía lanzarse en 2020, después que el Banco
Mundial hubiera declarado, a comienzos de 2019, que procedería a
ajustes de su estructura antes de comercializar el nuevo producto en
mayo de 2020, o en torno a esa fecha. Finalmente, ante las críticas cada
vez más numerosas, el Banco Mundial renunció a pasar a la fase dos.

Antes incluso de que se declarara esta pandemia, esas políti-


cas habían producido ya enormes pérdidas en vidas humanas y,
en todo el planeta, el personal sanitario organizaba protestas.
Si queremos tener los medios para combatir el coronavirus
SARS-CoV-2, e ir más allá, mejorar la salud y las condiciones de
vida de las poblaciones, hay que adoptar medidas de urgencia.
La suspensión inmediata del pago de la deuda y, mejor aún, su
anulación, deberían constituir una prioridad.
Ni el Banco Mundial ni el FMI anularon las deudas desde
el comienzo de la pandemia de la Covid-19.561 Esas dos insti-
tuciones multiplicaron sus declaraciones que intentaban dar
la impresión de que tomarían medidas enérgicas. Pero todo

561. Milan Rivié (17 de septiembre de 2020). “6 mois après les annonces officielles
d’annulation de la dette des pays du Sud: Où en est-on ?”. Disponible en: https://
bit.ly/3yr3wJI

465
era totalmente falso. El mecanismo establecido por el FMI, el
Banco Mundial y el G20562 se asemeja como dos gotas de agua
al mecanismo puesto en marcha después del tsunami que
golpeó India, Sri Lanka, Bangladesh e Indonesia en diciembre
de 2004.563 En lugar de anulación, los acreedores públicos lo
único que hicieron fue retrasar los vencimientos.564 En cuanto al
FMI, no puso fin al pago, ni siquiera lo suspendió. Estableció un
fondo especial alimentado por los países ricos y en el cual el FMI
mete sus garras para reembolsarse. Y peor aún, desde marzo de
2020, el FMI prolongó los acuerdos de préstamos que implican
la prosecución de medidas estructurales como las citadas en el
capítulo 15 y resumidas parcialmente en la introducción de este
capítulo. Con respecto al Banco Mundial, desde marzo de 2020
hasta abril de 2021, recibió más reembolsos de los PED que
la financiación otorgada, ya sea en forma de préstamos o de
donaciones.

562. El G20 es una estructura informal creada por el G7 (Alemania, Canadá, Estados
Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido) a finales de los años noventa y reacti-
vada por el mismo G7 en 2008 en plena crisis financiera en el Norte. Los miembros
del G20 son: Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China,
Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino
Unido, Rusia, Turquía, Unión Europea (representada por el país que ejerce la presi-
dencia de la UE y el Banco Central Europeo; la Comisión Europea asiste también a las
reuniones). España es actualmente una invitada permanente. Algunas instituciones
internacionales también están invitadas a las reuniones. A estas asisten igualmente el
FMI, el Banco Mundial, el Consejo de Estabilidad Financiera, el BRI y la OCDE.
563. Véase el libro de Éric Toussaint y Damien Millet, ob. cit.
564. Se puede consultar el comunicado del CADTM, “Banque mondiale/FMI/G20:
Des mesures au rabais vouées à l’échec”, publicado el 9 de abril de 2021, donde
hay un resumen de las medidas tomadas por el Banco Mundial, el FMI y el G20 en
2020-2021. Disponible en https://bit.ly/3DR7yMs

466
Capítulo 26
El Banco Mundial no previó la Primavera
Árabe y preconiza las mismas políticas
que produjeron los levantamientos populares

Mientras el Banco Mundial y el FMI felicitaban a los regímenes au-


toritarios o dictatoriales en el poder, desde hacía décadas, en los
distintos países de la región árabe, el fuego de la revuelta se incu-
baba bajo las cenizas.
Los principales informes oficiales de esas dos instituciones
sobre Túnez y Egipto, los dos países en los que estalló la revuel-
ta popular en diciembre de 2010-enero de 2011, elogiaban los
logros del presidente Ben Ali (en el poder desde hacía 24 años)
y del presidente Hosni Mubarak (en el poder durante casi 30
años). Esos dos potentados, que habían aplicado las recetas
neoliberales recomendadas por el tándem BM-FMI y que eran
leales aliados de las potencias occidentales, se vieron obligados,
por la movilización popular, a dejar el poder en enero de 2011.

El Banco Mundial no ha realizado


ningún análisis crítico serio de su ceguera
Diez años después, ningún documento oficial del Banco Mun-
dial nos permite comprender las profundas raíces de la revuelta.
El Banco no ha realizado ningún análisis crítico profundo de su
ceguera sino que, por el contrario, produce estudios pretendi-
damente serios para justificar su acción.
El Banco Mundial y el FMI se enfrentan a un problema ma-
nifiesto: si, como afirman, su política iba en la dirección co-
rrecta y se trataba de profundizarla, ¿cómo pueden explicar las
enormes movilizaciones populares que sacudieron, desde 2011
con distintos grados de intensidad, casi todos los países de la

467
región, desde Marruecos hasta Yemen pasando por el Líbano?
En el momento de escribir este artículo, hace ya algo más de
diez años que las poblaciones expresan su profundo desconten-
to ante los efectos sociales, económicos y políticos de las rece-
tas neoliberales.
La contradicción entre las previsiones del Banco y la realidad
era tal que a este le fue imposible guardar silencio. Así que se
vio enfrentado a hacer un ejercicio de comunicación para tratar
de explicar su nula previsión de los levantamientos, pero lo que
expresó no fue en absoluto convincente.
Tomaremos algunas citas que muestran que el Banco Mun-
dial se niega a reconocer que las políticas que preconizaba tu-
vieron un papel significativo en los factores que provocaron el
descontento popular. En un comunicado de prensa de octubre
de 2015, el Banco Mundial escribió:
Si se tienen en cuenta solamente los datos económicos, las re-
voluciones de la Primavera Árabe de 2011 nunca deberían haber
sucedido. Las cifras de la década anterior mostraban, en efecto,
una situación floreciente: la región de Oriente Próximo y Áfri-
ca del Norte (MENA) había logrado un progreso constante en
términos de erradicación de la pobreza extrema, distribución
de la prosperidad, mejores tasas de escolarización y de la situa-
ción nutricional, así como en materia de mortalidad infantil y
maternal. Se estaban llevando a cabo reformas y el crecimiento
era apreciable. Y luego, a finales de 2011, millones de personas
salieron a las calles de las principales ciudades de la región para
pedir un cambio, y la “calle árabe” inició un escenario que los
indicadores cuantitativos convencionales no habían previsto.565
El Banco Mundial, que se niega a reconocer su profundo desco-
nocimiento de la realidad en la región árabe, utilizó galimatías en
un intento de explicar por qué millones de personas habían salido
a las calles a pesar de los supuestos éxitos de las políticas segui-
das por los regímenes autoritarios en el poder. La explicación del

565. Banco Mundial (21 de octubre de 202). “El descontento de la clase media im-
pulsó la Primavera Árabe”. Disponible en https://bit.ly/3yrO2oJ

468
Banco no es en absoluto convincente. Varios críticos del Banco lo
han demostrado rigurosamente (ver más adelante). Resumamos
las explicaciones dadas por el Banco.

Las falsas explicaciones del Banco Mundial


El título que da a su comunicado de prensa, de octubre de 2015,
resume su punto de vista: “El descontento de la clase media en el
origen de la Primavera Árabe”. El Banco reafirma que la pobreza
y la desigualdad estaban en declive antes de 2011. Según esta ins-
titución, hubo avances “en la distribución de la prosperidad”. El
Banco Mundial dice que había una “mejora en las tasas de escola-
rización y en el estado nutricional, así como en materia de morta-
lidad infantil y maternal”. Aunque, dice el BM, la clase media fue
la más descontenta porque, si bien la situación general mejoró, no
obtenía los beneficios que pensaba que les correspondían.

Contrariamente a la realidad,
el Banco Mundial afirmaba que la pobreza
y la desigualdad estaban en descenso en 2011

El Banco afirmaba que el 40 % más pobre de la población estaba


mucho menos descontento que la clase media y que no tenía
ninguna razón valedera para bajar a la calle. Eso está en clara
contradicción con el suceso que desencadenó el movimiento de
protesta en Túnez, el primer país donde se produjo el levanta-
miento popular llamado “la Primavera Árabe”. Recordemos que
el 7 de diciembre de 2010, Mohammed Bouazizi, un joven ven-
dedor ambulante, se inmoló en Sidi Bouzid después de que la
policía le impidiese vender y confiscase su mercadería. Eso pro-
dujo una enorme ola de protestas que movilizó a cientos de miles
de manifestantes de las clases populares, y en especial, de los
más pobres. Al contrario de lo que afirma el Banco Mundial, no
fueron únicamente las clases medias quienes se movilizaron.

469
El comienzo de la “Primavera Árabe”
en Túnez y en Egipto
Túnez
17 de diciembre de 2010: Mohammed Bouazizi, un joven vendedor
ambulante, se inmoló en Sidi Bouzid para denunciar la confiscación
de su mercadería por la policía. Comienzo de una ola de protestas.
• 11 de enero de 2011: Los enfrentamientos ganan las calles de la
capital tunecina.
• 14 de enero de 2011: Huida del presidente Zine el-Abidine Ben
Ali, quien estaba en el poder desde 1987, hacia Arabia Saudí.
Egipto
25 de enero de 2011: Primera manifestación en la Plaza Tahrir de
El Cairo. Comienzo de varias semanas de movilizaciones del pueblo
egipcio pidiendo la caída del régimen.
• 11 de febrero de 2011: El presidente Hosni Mubarak, en el poder
desde 1981, presenta su dimisión.

Las críticas dirigidas al Banco Mundial


a propósito de su diagnóstico de la situación
Gilbert Achcar, autor de varios libros indispensables sobre la
región árabe (Norte de Africa y Oriente Próximo), así como
sobre la Primavera Árabe,566 demostró en su estudio bien docu-
mentado publicado en 2020,567 que las afirmaciones del Banco
Mundial eran infundadas. Achcar muestra que no era verdad
que el nivel de desigualdad se había reducido más en la región
árabe que en la mayoría de otras regiones del mundo, llamado
en desarrollo. Apoyándose en una serie de estudios, afirma que
la desigualdad de los ingresos había aumentado fuertemente en
África del Norte y en Oriente Próximo entre 1980 y 2011.

566. Gilbert Achcar(2007). El choque de barbaries, terrorismo y desorden mundial, Icaria


Editorial, Barcelona; y Gilbert Achcar (2013). Le Peuple veut. Une exploration radicale du
soulèvement arabe, Sinbad, Actes Sud.
567. Gilbert Achcar (17 de marzo de 2020). “On the ‘Arab Inequality Puzzle’: The
Case of Egypt”. Disponible en https://doi.org/10.1111/dech.12585.

470
Las clases populares ganaban cada vez menos mientras que
los más ricos aumentaban sus ingresos y su patrimonio. Achcar
cuestiona la manera muy poco fiable con la que el Banco Mun-
dial recoge la información sobre los ingresos y el consumo de
las familias. En un marco más general, abordé el carácter muy
poco creíble de los datos suministrados por el Banco Mundial
en materia de pobreza en el capítulo 23 (véase el recuadro: “Las
divagaciones del Banco Mundial concernientes al número de
pobres en el planeta”). Y es que el Banco se basaba en encues-
tas realizadas sobre una muestra muy limitada de familias, para
obtener unos datos que, según su criterio, reflejaban la realidad.
Es evidente que los hechos contradicen claramente las conclu-
siones del Banco.

El Banco Mundial se basa en encuestas realizadas


sobre una muestra muy limitada de familias

Por su parte, Thomas Piketty, Facundo Alvaredo y Lydia Assouad,


en trabajos publicados entre 2014 y 2018, los últimos corres-
pondientes al período 1990-2016, se oponen también a la tesis
del Banco Mundial, según el cual el nivel de desigualdad sería
menor en Oriente Próximo que en otras regiones del mundo.
Según Piketty y sus colegas: “El Oriente Próximo aparece como
la región con mayor desigualdad del mundo, con una parte de
ingresos del decil superior que alcanza el 64 %, contra el 37 % en
Europa Occidental, 47 % en Estados Unidos, y 55 % en Brasil”.568

568. Thomas Piketty, Facundo Alvaredo y Lydia Assouad (2018). “Measuring lnequality
in the Middle East 1990-2016: The World’s Most Unequal Region?”-AAP2019RIW.
Pdf, disponible en http://piketty.pse.ens.fr/files/AAP2019RIW.pdf. Consultado el 21
de marzo de 2021. En este estudio, los autores mencionan la tesis del Banco Mundial:
“Un cierto número de artículos han hecho valer que la desigualdad de las rentas a
nivel nacional no parece ser particularmente elevada en comparación a las normas
internacionales y por tanto que la fuente de la insatisfacción podría encontrarse en
otra parte (ver en particular Halsny y Verme, 2015, 2018)”. Hay que saber que Halsny
y Verme han publicado varios documentos a cuenta del Banco Mundial. En el estudio
de Piketty, Alvaredo y Assouad, Oriente Próximo comprende Turquía, Irán, Egipto,
Iraq, Siria, Jordania, Líbano, Palestina, Yemen y los países del Golfo (Arabia Saudita,

471
Oriente Próximo aparece como la región
con mayor desigualdad del planeta, el 10 %
de los más ricos acaparan el 64 % de los ingresos
Según Piketty, Alvaredo y Assouad, el 1 % más rico de Oriente Próxi-
mo acapara un porcentaje mucho más grande que en otras regio-
nes o países: “La parte de ingresos del centil superior es de cerca
del 30 % en Oriente Próximo, contra el 12 % en Europa Occidental,
20 % en Estados Unidos, 28 % en Brasil, 18 % en Sudáfrica, 14 % en
China y 21 % en India”.569
Las contribuciones de Gilbert Achcar y las de Thomas Piketty,
Facundo Alvaredo y Lydia Assouad invalidan de manera evi-
dente las explicaciones del Banco Mundial tanto que el Banco
se vio en la tesitura de reaccionar directamente con el fin de
descalificar las críticas que le dirigieron. Por cuenta del Banco,
Vladimir Hlasny y Paolo Verme, autores de estudios a su vez cri-
ticados por Achcar y Piketty, Alvaredo y Assouad, la emprendie-
ron directamente con Achcar, acusándolo de politizar el debate
mientras que solo era necesario contentarse con una discusión
técnica. Los del Banco escribieron:
La crítica realizada por Gilbert Achcar concluye que las inves-
tigaciones de los protagonistas del debate sobre “el rompeca-
bezas de las desigualdades en el mundo árabe” hacen prueba
de una ceguera sistemática y voluntaria sobre el hecho de que
“sus recetas fueron responsables… de la formidable explosión
sociopolítica de la Primavera Árabe y de la desestabilización
prolongada de la región” (p. 768). Nosotros sostenemos que
las conclusiones de Achcar son erróneas y se basan en una in-
terpretación engañosa de las pruebas, un examen selectivo de

Omán, Bahráin, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar y Kuwait). Oriente Próximo com-
prende por tanto países no árabes como Turquía e Irán. Hay que señalar que según
Piketty, Alvaredo y Assouad: “El período 1990-2016 tuvo un crecimiento demográ-
fico rápido en Oriente Próximo: la población total aumentó alrededor de un 70 %,
pasando de menos de 240 millones en 1990 a cerca de 410 millones en 2016”, p. 12.
569. Ibídem, p. 17.

472
los estudios existentes, […] una comprensión inadecuada de la
medida de la desigualdad de los ingresos. El estudio parece ser
una tentativa de politizar lo que ha sido un debate técnico sano
sobre la desigualdad de los ingresos en Egipto.570
Hay que precisar que la crítica elaborada por Gilbert Achcar
se concentraba en el análisis incorrecto realizado por el Banco
Mundial concerniente a la región árabe en general y a Egipto
en particular. Y denunciaba el hecho de que el Banco utilizaba,
sin demasiadas precauciones, los datos suministrados por los
organismos oficiales al servicio de los regímenes autoritarios de
la región y especialmente de Egipto.

El Banco Mundial utilizaba los datos


suministrados por los organismos oficiales
al servicio de los regímenes autoritarios de la región
Gilbert Achcar respondió contraatacando a los autores del Banco
Mundial, señalando correctamente que era
[...] sorprendente que cualquiera pueda sostener la afirmación
según la cual la discusión de un tema como el de la validez de
los datos oficiales suministrados por regímenes autoritarios, y
la causa de los grandes levantamientos populares contra esos
mismos regímenes, era puramente “técnica”, y que, solamente,
los econometristas deberían comprometerse en ello, con la ex-
clusión de los economistas políticos y de todas las otras espe-
cialidades de las ciencias sociales —sin hablar de los militantes
sociales y políticos que, muy a menudo, saben mucho más de su
país que los “expertos” extranjeros.571

570. Vladimir Hlasny y Paolo Verme (enero de 2021). “On the ‘Arab Inequality
Puzzle’: A Comment”, Revue Development and Change de l’Institut des Etudes Sociales, La
Hays, p. 1.
571. Gilbert Achcar (enero de 2021). “On the ‘Arab Inequality Puzzle’: A Comment”
Revue Development and Change de l’Institut des Etudes Sociales, La Hays, p. 2.

473
El Banco Mundial considera
que el aumento de las desigualdades
es necesario para el desarrollo
Hay que dejar claro que para el Banco Mundial un aumento en
el nivel de desigualdad no es un dato negativo. Como expliqué
en el capítulo 10, El Banco Mundial adoptó la teoría elabora-
da en los años cincuenta por el economista Simon Kuznets,572
según la cual un país cuya economía despega y progresa debe
pasar necesariamente por una fase de aumento de desigualda-
des. De acuerdo a ese dogma, las desigualdades comenzarán
a disminuir desde el momento en que el país alcance un nivel
superior de desarrollo. Es un poco como la promesa del paraíso
después de la muerte, que utilizan las clases dominantes para
que se acepte una vida plena de sufrimientos.
La necesidad de ver aumentar las desigualdades está muy
arraigada en el Banco Mundial. Recordemos las palabras del
presidente de la institución, Eugene Black, en abril de 1961:
“Las desigualdades de ingresos provienen necesariamente del
crecimiento económico (que) da la posibilidad a la gente de
escapar de una existencia en la pobreza”.573 Sin embargo, los
estudios empíricos realizados por el Banco Mundial en los años
setenta desmintieron las afirmaciones de Kuznets.
Finalmente, recordemos que en su libro El capital en el
siglo xxi,574 Thomas Piketty presentó una crítica muy interesante
de la curva de Kuznets. Piketty recuerda que, al comienzo, Kuz-
nets dudaba de que su curva estuviera bien fundamentada, pero
eso no le impidió hacer de su curva una teoría que perdura.
Cuando se analizan las posiciones tomadas por el Banco Mun-
dial para explicar la Primavera Árabe, nos damos cuenta de que
todavía domina la idea de que un aumento de desigualdades es
una buena situación para el desarrollo. Es por eso que hablo del

572. Simon Kuznets (1955). “Economic Growth and Income Inequality”, American
Economic Review, n° 49, marzo, pp. 1-28.
573. Citado por Kapur, Lewis y Webb, ob. cit., vol. 1, p. 171.
574. Thomas Piketty (2014). El capital .., ed. cit

474
discurso lleno de galimatías del Banco Mundial a propósito de la
Primavera Árabe. ¿De qué se trata?
El Banco Mundial afirmaba que el grado de desigualdad era
pequeño en toda la región árabe y eso inquietaba, ya que era el
síntoma de que alguna cosa no funcionaba suficientemente bien
dentro del supuesto éxito económico de la región. Como fieles
adeptos a la teoría de Kuznets, Vladimir Hlasny y Paolo Verme
afirmaban que “una desigualdad pequeña no es un indicador de
una economía sana”.575
Gilbert Achcar resume así la posición adoptada por Paolo
Verme del Banco Mundial:
Según el estudio del Banco Mundial de 2014, es la aversión por
la desigualdad, y no la desigualdad en sí, lo que debe ser de-
plorable, ya que la desigualdad debe inevitablemente aumentar
con el desarrollo en la perspectiva kusnetsiana. Si el crecimiento
del PIB hubiese estado acompañado de un efecto de derrame,
la población egipcia hubiera tenido una visión más positiva de
la desigualdad, ya que “la gente difícilmente puede mostrarse
favorable a la desigualdad si su propio estatus y el de sus pares
no mejora” (Verme et al., 2014, p. 97).576
Con la misma lógica, para seguir la curva de Kuznets, lo que
necesitaba Egipto era más desigualdad y no menos.577

Según el Banco Mundial,


es la aversión por la desigualdad,
y no la desigualdad misma, lo que debe deplorarse
Hay que añadir que el Banco Mundial busca que se crea, contra
toda evidencia, que los más pobres no fueron unos de los prin-
cipales sectores sociales que participaron en la revuelta contra

575. “Low inequality was not an indicator of a healthy economy”, Vladimir Hlasny y
Paolo Verme, ob. cit.
576. Paolo Verme et al. (2014). Inside Inequality in the Arab Republic of Egypt: Facts and
Perceptions across People, Time, and Space, World Bank.Washington D. C., p. 7.
577. Gilbert Achcar (17 de marzo de 2020). “On the ‘Arab Inequality Puzzle’: The
Case of Egypt”. Disponible en https://doi.org/10.1111/dech.12585

475
los regímenes autoritarios vigentes y sus políticas antisociales.
Para el Banco, es importante afirmar eso puesto que se supone
que ayuda a los pobres. Dado que en ese mundo de fantasía,
tal como lo imagina el Banco Mundial, el nivel de pobreza era
pequeño, no era posible que los más pobres fueran los que se
levantaron en Túnez y Egipto en enero de 2011. Según los ex-
pertos del Banco Mundial fueron las clases medias que se mo-
vilizaron para protestar contra la insuficiente progresión de sus
condiciones de vida. De acuerdo con el Banco, esa progresión
insuficiente era debida al Estado, que todavía estaba demasiado
presente en la economía y en que se gestionaban mal los asun-
tos públicos.
Por otra parte, el Banco tiene necesidad de chivos expiatorios
y, por consiguiente, no duda, después del derrocamiento de los
jefes de Estado, en declarar que eran autoritarios y corruptos,
mientras que hasta el último minuto los había apoyado. Igual
que el FMI que aportó su sostén a esos mismos regímenes auto-
ritarios hasta el último momento.

El Banco Mundial no cambió


de orientación en la región árabe
Diez años después del inicio de la Primavera Árabe, el Banco
Mundial quiere que las políticas que se aplicaron durante el
período anterior continúen y se profundicen: “Es de suma im-
portancia revitalizar las economías de los países MENA, abrien-
do las puertas al sector privado, […] y haciendo que el Estado
juegue solo el papel regulador que le corresponde y no el del
empresario”.578

578. Banque mondiale: Dix ans après le “Printemps arabe”, éviter une autre décennie perdue
(Diez años después de la Primavera Árabe, evitar otra década perdida), publicado
el 14 de enero de 2021. Disponible en https://bit.ly/3oUPEUH. Hay que señalar que
este texto está firmado por Ferid Belhaj, quien fue vicepresidente del Banco Mundial
para la región de Oriente Próximo y África del Norte. Su biografía oficial en la web
del Banco Mundial, refiere que Belhaj ha sido su representante en diferentes lugares

476
Como es habitual para el Banco y el FMI, una gran parte
de las empresas públicas deben privatizarse y los poderes públi-
cos simplemente deben regular el libre juego de las fuerzas del
mercado.
También se trata de promover las asociaciones público-priva-
das, cuando se sabe que estas políticas favorecen los intereses de
los capitalistas en detrimento del interés público. En ese sentido,
el Banco escribe: “La ambición es abrir los mercados a la com-
petencia, introducir asociaciones público-privadas donde son
operativas y revitalizar sectores enteros de las economías que
durante mucho tiempo fueron ineficaces”.
En el mismo documento, el Banco afirma que “los gobiernos
deben [...] darles a los jóvenes su oportunidad y permitirles ser
competitivos en un mundo cada vez más globalizado”. Por lo
tanto, se trata de preparar a los jóvenes para ser competitivos en
la lucha que deben emprender entre sí, con el objeto de vender
su fuerza laboral a la patronal de las empresas. Según el Banco
Mundial es fundamental que los gobiernos no prioricen la crea-
ción de empleos dignos y útiles para la sociedad, porque las
empresas privadas serán las encargadas de crearlos. En Túnez,
en 2021, el porcentaje de desempleo (uno de los problemas que
generaron las protestas en diciembre-enero 2011) sigue siendo
abrumador, sobre todo entre los jóvenes y en las regiones inte-
riores del país, varias con cerca de un 40 % de desempleo. Es esa
juventud que baja de nuevo a las calles de Túnez, desde enero de
2021, mes aniversario de la Revolución de 2011.

del planeta y que ha estado a cargo de sus actividades en Marruecos, Líbano, Siria,
Jordania, Iraq e Irán. Disponible en https://bit.ly/3F02Tcj

477
El Banco Mundial quiere que los jóvenes
sean más competitivos y considera a las mujeres
en términos de su rendimiento

También en ese documento leemos que las mujeres son más


“eficientes” (¡sic!), por lo que el Estado debe adoptar políticas
para que se integren mejor en el mercado laboral.579
Y a continuación, el Banco Mundial ataca las políticas socia-
les que son demasiado costosas:
Los gobiernos de la región también deben repensar su enfoque
de las políticas de protección social. Estas siempre se han cons-
truido basadas en sistemas de compensación costosos y mal
pensados. Durante años, los gobiernos favorecieron las solucio-
nes políticamente fáciles, pero económicamente desastrosas, de
un contrato social mediante el cual se “protegen” los productos
y servicios de base, sin identificar las necesidades, para comprar
lealtades políticas y “paz social”.
Así pues, se trata de reducir las subvenciones sociales.
El Banco termina su credo neoliberal con: “Para evitar otra
década perdida, se necesita una concienciación en toda la región,
desde el Atlántico hasta el Golfo. Es fundamental allanar el cami-
no a la empresa privada, superar la resistencia a la liberalización
de las economías y brindar a los jóvenes oportunidades para libe-
rar todo su potencial”. ¡Amén!
Cabe destacar y denunciar que el Banco Mundial continúa
apoyando a los regímenes autoritarios en la región en general.
En particular, apoya el régimen criminal del mariscal Abdel Fattah
al-Sissi en el poder, en Egipto, desde 2014, y considera al régi-
men monárquico autoritario marroquí como modelo a seguir.

579. Christine Vanden Daelen (26 de febrero de 2021). “Quand la Banque mondiale
s’intéresse aux femmes…”, disponible en https://bit.ly/3IPYCKY; así como “Féminis-
mes et Banque mondiale: un mariage ‘contre-nature’?”(11 de febrero de 2021), dis-
ponible en https://bit.ly/3DWYs0E. Leer igualmente a Denise Comanne (28 de mayo
de 2020). “Quelle vision du développement pour les féministes” (Cuál es la visión del
desarrollo para las feministas?), disponible en https://bit.ly/3GKT1DN

478
Desde 2011, el endeudamiento continúa.
Tomemos el ejemplo de Túnez
Mientras en 2011, la deuda externa tunecina llegaba al 40 %
del PIB, en 2019, aumentó hasta el 73 % y en septiembre de
2020 superó incluso el 100 %. En consecuencia, Túnez entró
en la trampa de la espiral del endeudamiento, al tiempo que se
comprometió con reformas forzadas que no están adaptadas
a su contexto económico. Es así como el país está actualmente
obligado a dedicar casi dos veces más de recursos al pago de la
deuda externa, un 25,8 %, que a los gastos de salud, un 14 %. En
abril de 2020, Túnez recibió un préstamo del FMI que aumentó
aún más su deuda, bajo la forma de “facilidad de crédito rápi-
do” (FCR), por una suma de 745 millones de USD.
El objetivo de ese préstamo de urgencia es, oficialmente,
apoyar las medidas proactivas tomadas por Túnez en respues-
ta a la pandemia de la Covid-19. Túnez se comprometió, en
contrapartida, a tomar medidas de urgencia con respecto a la
economía… como lo siguió haciendo desde 2011, y en realidad
desde mucho antes, ya que el primer préstamo del FMI a Túnez
data de 1986.
Según los términos de ese préstamo, las autoridades tune-
cinas se comprometen a profundizar las políticas neoliberales.
Pongo aquí dos extractos que indican claramente que el gobier-
no se compromete a aumentar el precio de los combustibles, a
disminuir los gastos salariales en la función pública y a reducir
las inversiones públicas:
Las autoridades deben también limitar las tensiones presupues-
tarias, especialmente por medio de un mecanismo de ajuste
automático de los precios de los combustibles, de medidas ur-
gentes de economías sobre la masa salarial de la función pú-
blica y de un reescalonamiento de las inversiones públicas no
prioritarias.
La estabilidad macroeconómica y la viabilidad de la deuda son
tributarias de la puesta en marcha resolutiva de medidas y refor-
mas. Las autoridades están obligadas a retomar el reequilibrio

479
presupuestario una vez que la crisis se solucione. Ese reequilibrio
consistirá, en particular, en reducir la masa salarial de la función
pública en porcentaje del PIB y en proseguir las reformas de las
subvenciones energéticas, teniendo en cuenta las repercusiones
sociales de esas medida.580

Conclusión
En contraste con el Banco Mundial, el FMI y los gobiernos de
la región, el CADTM afirma que para evitar otra década de
esperanzas y desilusiones, se necesita una toma de concien-
cia en toda la región, del Atlántico al Golfo. Los pueblos del
Norte de África y de Oriente Próximo deben continuar la ac-
ción emprendida en 2011, autoorganizándose y poniendo en
pie gobiernos que rompan radicalmente tanto con el sistema
capitalista como con su versión neoliberal, que realicen pro-
fundas reformas sociales a favor de la justicia y la liberación de
todas las formas de opresión, ya sean patriarcales, religiosas o
de cualquier otro tipo.

580. El consejo de administración del FMI aprobó el desembolso de 745 millones de


USD a favor de Túnez para hacer frente a la pandemia de la Covid-19, publicado el
10 de abril de 2020, disponible en https://bit.ly/3yr5QQW

480
Capítulo 27
La farsa de “tener en cuenta el género”:
una interpretación feminista de las políticas
del Banco Mundial (Camille Bruneau)

No es posible interesarse en las políticas del Banco Mundial o


en la emancipación de los pueblos sin tener en cuenta las cues-
tiones de género, puesto que están muy ligadas con otros siste-
mas de opresión y con las relaciones sociales desiguales.
Aunque oficialmente el Banco Mundial se apropie de “la
igualdad de género”, haciendo casi del empoderamiento una
obligación para los países deudores, sin embargo, sus accio-
nes no permiten luchar contra las desigualdades. Como con las
cuestiones ambientales (ver capítulo 21), la diferencia entre los
bellos discursos y los cambios reales es enorme.
Las consecuencias concretas de los proyectos llevados a cabo
y las recomendaciones macroeconómicas son contrarios a cual-
quier perspectiva de emancipación. Además, incluso su concep-
ción de la (des)igualdad de género se enmarca en una agenda
neoliberal declarada, que el banco ni siquiera trata de disimular.

¿Por qué un análisis feminista


de las Instituciones Financieras Internacionales?
Sabemos que los “préstamos del Banco Mundial, lejos de ser
gestos desinteresados, son, por el contrario, un medio de some-
ter los países política y económicamente al orden internacional
de los poderosos, de ‘modelarlos’ según sus necesidades y las de
la clase dominante local, para conseguir el máximo beneficio”.581

581. Éric Toussaint (11 de febrero de 2021). “Ecuador: Resistencias a las políticas
determinadas por el Banco Mundial, el FMI y otros acreedores entre 2007 y 2011”.
Disponible en cadtm.org

481
Dicho en otras palabras, la deuda es un mecanismo central en
el mantenimiento de las relaciones de poder, es indispensable a
la reproducción del capitalismo neoliberal y participa de manera
fundamental en las opresiones patriarcales, neocoloniales, racis-
tas, extractivistas…
También sabemos que las políticas ligadas a esos préstamos
impactan profunda y duraderamente en las poblaciones más vul-
nerables —aunque la “misión primera” del Banco sea, de forma ofi-
cial, ir en su ayuda—, de las cuales, una gran parte son mujeres.582
Es evidente que las mujeres se ven afectadas directamente, es
decir, como “mujeres” en un sistema patriarcal, e indirectamen-
te, por el crecimiento general de las desigualdades.
Sobre todo, a partir de los años noventa, unos estudios ela-
borados desde diferentes ámbitos criticaron los impactos de
género de las políticas del Banco Mundial y de los planes de
ajuste estructural, lo que ha forzado a las IFI a “reaccionar”.
Una de las características del Banco Mundial es su capacidad
de reapropiarse de las críticas con el fin de tratar de renovar su
imagen y así reforzar su influencia sobre una multitud de actores
políticos, sociales, económicos y científicos.583
Muchas feministas denuncian, sin embargo, desde hace largo
tiempo esa recuperación por las IFI y los programas de “desarrollo”
(una noción problemática en sí misma),584 que ocultan las voces fe-

582. Camille Bruneau, la autora de este capítulo, utiliza aquí el término “mujeres” en
una perspectiva plural y no esencialista: cualquier persona que se reconozca como, o
estando asignada al género y/o sexo “femenino”, y por ello sufre una serie de opresio-
nes sexistas y heteropatriarcales (mujeres cisgénero, personas transgénero, personas
no binarias, personas agénero, personas de género fluido…). Camille utiliza esta “ca-
tegoría” con una perspectiva política, o sea, útil para analizar las relaciones sociales
de dominación.
583. Además de este libro, véase el análisis de Michael Goldman, especialmente en
torno a las cuestiones del medio ambiente. También este autor se interesa en cómo el
Banco Mundial se impuso históricamente como detentor de saberes, lo que le permi-
te consolidar su hegemonía. Michael Goldman (2005). The World Bank and Struggles for
Social Justice in the Age of Globalization, Yale University Press.
584. El concepto de desarrollo es problemático en muchos aspectos, tanto el concep-
to como tal —normativo y conformado por una ideología occidental y eurocéntrica—
así como sus orígenes históricos, sus intenciones políticas, sus consecuencias sociales,

482
meninas radicales y antimperialistas y vuelven a legitimar algunas for-
mas de explotación de mujeres.
Después del greenwashing, apareció el pink o genderwashing,
donde una nueva condicionalidad de los préstamos, el “presu-
puesto sensible al género”, pretende tener en cuenta la reduc-
ción de desigualdades de género en las políticas presupuestarias
y fiscales.

La deuda no es “ciega” y debe considerarse


desde el centro de las relaciones sociales
El patriarcado —que legitima las violencias sexistas y discrimi-
nación cotidianas— se basa en la separación entre las actividades
llamadas “productivas” y aquellas llamadas “no productivas” o
“reproductivas”.
Estas últimas —sin embargo esenciales en la reproducción de la
vida sobre la tierra y de las sociedades— son socialmente desvalori-
zadas y asignadas a las mujeres. El sistema económico dominante
reposa asimismo sobre esta separación: la acumulación de capital
(beneficiando sobre todo a los hombres ricos) está mantenida gra-
cias al trabajo mal pagado o gratuito efectuado, en una aplastante
mayoría, por mujeres, “naturalmente” inclinadas a las tareas de cui-
dados, de sostén, de servicios: el trabajo de los cuidados (care en
inglés).585

económicas, ambientales y culturales. En resumen, se trata de una herramienta del


neocolonialismo y del saqueo organizado establecido después de las independencias
para continuar controlando la organización mundial de la producción y del consumo
y, por lo tanto, del reparto de las riquezas. Está claro que el control de las capaci-
dades productivas y reproductivas de las mujeres (sus cuerpos, su fertilidad) es una
dimensión importante y a veces asumida. Además de las llamadas teorías del “posde-
sarrollo” o de las muchas críticas anticoloniales o antimperialistas, véase el capítulo
10 de este libro, así como algunos artículos que ofrecen una lectura feminista del
concepto de desarrollo: Denise Comanne, ob. cit.; Jules Falquet, “Femmes, féminisme
et ‘développement’: une analyse critique des politiques des institutions internationa-
les”, en Jeanne Bisilliat (dir.) (2003). Regards de femmes sur la globalisation. Approches
critiques, París, Karthala, pp. 75-112 ; Roger Herla (2018). “Du Sud au Nord, impacts
de mondialisation néolibérale sur le travail des femmes”, CVFE-Publications, disponible
en https://bit.ly/3IK3Ho2
585. El trabajo de cuidados, en inglés “care work”, hace referencia a un conjunto de
prácticas materiales y psicológicas destinadas a aportar una respuesta concreta a las
necesidades de otras personas y de una comunidad (y por ende de un ecosistema). Se

483
En caso de crisis económica (en general ligada a las deudas),
el estatus marginal en el mercado de trabajo hace que las mujeres
sean las primeras en cuanto a despidos o precarización del empleo.
También son las primeras en paliar la retirada del estado social, ya
que su asignación prioritaria es el trabajo doméstico. Esas desigual-
dades socioprofesionales tienen consecuencias duraderas: sobre su
jubilación, su seguridad social (si existiera), etc. Como su situación
no es la mejor frente a la crisis, las mujeres son más proclives a ser
explotadas. Recordemos aquí que en numerosos países, las potencias
coloniales propagaron las normas y las desigualdades de género eu-
ropeas. Desde los años noventa, se asiste a un proceso de reorganiza-
ción y de reapropiación del trabajo (re)productivo a escala mundial,
especialmente en torno a criterios de género, de clase y de “raza”, que
dibujan los contornos de un nuevo capitalismo patriarcal y racista
globalizado. Una herramienta predilecta para su puesta en marcha es
la deuda pública o la de las familias de las clases populares, que ace-
leran esa división sexual y racial del trabajo, así como las violencias
racistas por medio de la demanda de trabajadores y trabajadoras con
salarios de miseria y la dependencia de los ingresos. De esa manera,
las mujeres no blancas y migrantes son una vez más las principales
“perdedoras”.586 Evidentemente, algunas mujeres (a menudo salidas
de clases sociales superiores) escapan a esa asignación, así como al-
gunos hombres (sobre todo no blancos, migrantes y precarizados)
entran en la categoría de personas que efectúan trabajos de cuidados
desvalorizados e invisibles.587 Es por eso que es necesario privilegiar

prefiere el concepto de cuidado al trabajo “doméstico” o de “reproducción” ya que


integra las dimensiones emocionales y psicológicas (carga mental, afectos, sostén), y,
para mí y como está utilizado aquí, no se limita a los aspectos “privados” y gratuitos,
sino que engloba también las actividades remuneradas necesarias a la reproducción
de la vida humana.
586. Camille Bruneau (2019). “La dette: une arme patriarcale déployée dans les pays
du Sud”, AVP Dettes aux Suds, n°77. Disponible en https://bit.ly/3dV1ok0
587. Jules Falquet, “Le capitalisme néolibéral, allié des femmes? Perspectives féministes
matérialistes et imbricationnistes”, en Verschuur, C., Guérin, I. y Guétat-Bernard
H. (eds.) (2015). Sous le développement, le genre, pp. 365-387. Cynzia Arruzza, Tithi
Bhattacharya y Nancy Fraser (2019). Feminismo para el 99 %, Herder Editorial, Barcelona.

484
un enfoque “imbricacionista”588 y en términos de relaciones sociales
—que nos conciernen a todos— más que a discriminaciones o privile-
gios individuales.
Por lo que entonces aparece como una evidencia que la estructura
de género y racista de la economía dominante debe ser tomada en
cuenta en nuestros análisis.

Cronología de la inclusión
de las desigualdades y del género
Como se demuestra en esta obra, los años ochenta y los planes
de ajuste estructural son sinónimos de la destrucción de la pro-
tección social y de los medios de subsistencias de los pueblos
del Sur. Esos fenómenos contribuyeron (y contribuyen) al creci-
miento de las diversas desigualdades y afectan particularmente
a las mujeres.
Las desigualdades, de las que el Banco Mundial no se preocupa
mucho o incluso nada (ver capítulo 10), eran vistas como un mal
necesario en el crecimiento, y se pensaba que un día disminuirían
por el “efecto de derrame”. Además de ser completamente erró-
neo, ese punto de vista no se preocupa por lo que hay detrás de
las “desigualdades”, resumidas en la distancia que existe entre los
ingresos de los “ricos” y de los “pobres”. Tuvo que pasar mucho
tiempo antes de que apareciera la pregunta para saber quién es
pobre y por qué lo es. Entre los textos fundamentales del Banco
Mundial sobre la desigualdad, citemos el de Kuznets aparecido
en 1955,589 donde la palabra “mujeres”, sin sorprender a nadie,
no aparece ni una sola vez. Finalmente, en 1982, se comienza
a hablar de “mujeres” y sobre todo de dos maneras: campesi-
nas improductivas o mujeres “atrasadas” que tenían demasiados

588. Jules Falquet (2019). Imbrication: Femmes, race et classe dans les mouvements sociaux,
Éditions Le Croquant.
589. Simon Kuznets (marzo de 1955). “Economic Growth and Income Inequality”,
American Economic Review, n° 49, pp. 1-28.

485
hijos. Los “PED” no tendrían nada que perder en incluirlas en los
esfuerzos de aumento de la productividad agrícola590 —en parti-
cular, con la utilización de abonos químicos y semillas foráneas—.
Y esa visión está todavía presente en numerosas declaraciones.
Durante los años noventa, mientras numerosos países sufrían
de lleno las consecuencias de los PAE y que las mujeres estaban
afectadas específicamente por ciertos “daños colaterales”, la
cuestión de la “reducción de las desigualdades hombres-muje-
res” hace su aparición. La conferencia de Pekín de 1995 intro-
dujo en la agenda internacional los “derechos de las mujeres”
y la “reducción de las desigualdades”, en especial mediante la
“participación en la economía”.591 Pero ese problema no será
verdaderamente acuciante hasta los años 2000.
A pesar de que el Banco Mundial adoptó en 2001 su primer
gender mainstreaming strategy (estrategia para la incorporación del
género) que servirá de base para sus futuros planes de acción y
evaluaciones, y que la cuestión de la “condición de la mujer” es
mencionada en el informe anual de 2003 y en algunos otros do-
cumentos, la noción de género permanece durante mucho tiem-
po ausente de los textos fundamentales del Banco Mundial con
respecto a la reducción de las desigualdades. Como ejemplo, en
2004, el famoso “Triángulo pobreza-crecimiento-desigualdad”592
del economista jefe del Banco Mundial, François Bourguignon,
uno de los fundamentales del pensamiento desarrollista de la dé-
cada, ignora completamente las cuestión de género.
En el informe anual de 2006, por el contrario, se encuentran
reflexiones sobre las desigualdades y discriminaciones de género

590. Banco Mundial (1982). Informe sobre el desarrollo mundial, World development
Indicators, Washington, D. C. Disponible en bancomundial.org
591. Para un análisis histórico y crítico de la “inclusión” de la mujer en el “desarrollo”
por las grandes instituciones internacionales, especialmente la ONU, véase el artícu-
lo ya citado de Jules Falquet (2002). “Femmes, féminisme et ‘développement’: une
analyse critique des politiques des institutions internationales”, en Jeanne Bisilliat,
ob. cit. Véase también Denise Comanne, ob. cit.
592. François Bourguignon (2004). The Poverty-Growth-Inequality Triangle. Disponible
en https://bit.ly/3Fafrhi

486
y la necesidad de interesarse en esa cuestión. El Banco Mun-
dial se refiere incluso que sería posible reducirlas invirtiendo en
protección social, salud reproductiva, educación de las niñas,
acceso al agua, y también y sobre todo alentando la propiedad
privada y la productividad.
Año tras año, las propuestas “progresistas” están invariable-
mente contrabalanceadas por otros “intereses antagónicos”.
Sería, por ejemplo, necesario encontrar un justo medio entre
la protección social de las trabajadoras y la rentabilidad de las
empresas.
La combinación de los medios de acción debe ser evaluada de
manera de establecer un equilibrio entre la protección (de todos
los asalariados) y la posibilidad para las empresas de reestructu-
rarse, lo que es de importancia capital para dinamizar el creci-
miento y crear empleos.
La seguridad de los asalariados está con frecuencia garantizada
por diversos textos legislativos excesivamente rigurosos sobre la
protección del empleo, que vuelven costosa la contratación en
general y, en algunos casos, incluso más onerosa cuando se trata
de contratar trabajadores no cualificados, jóvenes y mujeres.593
La seguridad social, esencial para los más precarios, de los que
las mujeres forman parte, sería, por lo tanto, un obstáculo para la
rentabilidad de las empresas. Cuando propuestas positivas con-
cernientes a las mujeres no se contrabalancean de esa manera,
entonces son justificadas por el hecho de que se incita al riesgo y
por consiguiente a la rentabilidad, o que contribuye a la competi-
tividad, la productividad, el crecimiento, el espíritu de empresa…
cuando se ataca la discriminación en tanto tales, por ejemplo, la
violencia doméstica, es para permitir una mejor integración de las
mujeres ¡en el mercado de trabajo! Por ende, no son fines en sí
mismos.
2007 fue el año del Gender Action Plan (Plan de acción
de género), llamado: “La igualdad de los sexos, un objetivo

593. Banco Mundial (2006). Equidad y desarrollo. Informe sobre el desarrollo en el mundo,
World Bank Document.

487
económico”. Estableció así la centralidad de las cuestiones de
género y permanece desde entonces en una hoja de ruta, regu-
larmente puesta al día. Se apoya sobre una evaluación indepen-
diente y muy crítica de la estrategia de 2001, señalando que esa
dimensión no se había tenido en cuenta en los programas de
2003.
Suponiendo el fallo en la ausencia de mecanismos de control
y de evaluación, la nueva estrategia para 2007 puso el acento
en los sectores “prioritarios” para la emancipación de las muje-
res: “la tierra y la agricultura, el trabajo, el desarrollo del sector
privado, las finanzas y la infraestructura”.594 Podría parecer que
en 2007, ¡las mujeres no se sentían afectadas por las cuestiones
de la reproducción social, los servicios públicos, las violencias,
etcétera!
El informe sobre el desarrollo en el mundo 2012: La igualdad de los
sexos y el desarrollo se convierte, a su vez, en el marco conceptual
para las próximas estrategias.
A pesar del conocimiento cada vez más preciso de las nor-
mas de géneros y de la división sexual del trabajo a lo largo de
los años,595 la receta sigue siendo el aumento de ingresos por la
participación en el trabajo remunerado.
En la misma lógica, el Banco Mundial lanzó en 2015 su es-
trategia para 2016-2023 bajo el lema del “crecimiento inclusi-
vo”. Si en la parte “progreso desde 2000”, el informe constata
que “la desigualdad entre los sexos en el mundo se mantuvo
obstinadamente en múltiples dimensiones”, aunque las muje-
res se comprometieran en actividades económicas, la parte “en-
señanzas aprendidas” no contiene ningún cuestionamiento de
sus propias políticas.596 Finalmente, el Banco Mundial se felicita

594. Banco Mundial (2006). “L’égalité des sexes, un atout économique”. Disponible
en https://bit.ly/3J3najZ
595. Banco Mundial (2014). Gender at Work: A Companion to the World Development
Report on Jobs. Disponible en https://bit.ly/3oUT2in
596. World Bank Group (2015). “GenderStrategy, Gender Equality, Poverty Reduc-
tion and Inclusive Growth”. Disponible en https://bit.ly/321kty7

488
incluso de mostrar el camino en materia de progreso en la igual-
dad de género en varios ámbitos.
Por último, en 2016, se propusieron toda una serie de nue-
vos indicadores para la evaluación. Estos son, en su casi tota-
lidad, ligados al trabajo asalariado; volveré a tratar eso, más
adelante, en este capítulo.
En resumen:
− La cuestión de género está presente en los informes desde
hace un poco más de 20 años, pero hasta 2006 no for-
maba parte de las estrategias centrales. Recientemente, el
Banco Mundial dedicó a este tema una multitud de infor-
mes y proyectos.
− Esa evolución reciente no expresa una toma de concien-
cia feminista o una voluntad de terminar con la explota-
ción. En realidad, debe ser entendida como una acción
de comunicación en respuesta a las críticas y a importan-
tes movimientos de protestas, una tentativa “de incorporar
a las mujeres y al movimiento feminista en el proceso de
mundialización neoliberal”.597
− La emancipación nunca fue tratada como un fin en sí
misma sino como una herramienta de interés para la
economía capitalista. Las mujeres son recursos, una in-
versión, un factor de producción subutilizado, y es nece-
sario llevarlas a la esfera productiva.
La frase de acogida actual de la página “igualdad de géneros”
de la Asociación Internacional del Desarrollo (IDA, por sus si-
glas en inglés) nos lo deja bien claro: “A raíz de la falta de explo-
tación del potencial productivo de las mujeres, dejamos de lado
una oportunidad de primer plano, con fuertes consecuencias
para los individuos, las familias y las economías”.598

597. Christine Vanden Daelen (2020). “Féminismes et Banque mondiale: un mariage


contre nature”. Disponible en https://bit.ly/3DWAPWe
598. Género / Asociación Internacional de Fomento (AIF)-Banco Mundial / Asocia-
ción Internacional de Fomento (AIF)-Banco Mundial.

489
Todos esos discursos alimentaron, por otra parte, una forma
de feminismo institucional e imperialista, una nueva carta en el
juego del neoliberalismo, actuando ahora, de forma falaz, por
la “preocupación por el derecho de las mujeres”.
El Banco Mundial continúa prescribiendo políticas que acarrean
perjuicios a las mujeres con pleno conocimiento de causa,
dando prioridad, junto con el FMI, a los reembolsos de la deuda
en lugar de a los gastos sociales. En el centro de esas estrategias
figuran los mercados y no de los humanos; allí están los discur-
sos de aires progresistas que no cuestionan jamás la posición
neoliberal de base. Se asiste, por consiguiente, ni más ni menos,
a un ambicioso proyecto de genderwashing.

El enfoque de “género” del Banco Mundial:


un discurso al servicio del capital,
¡y no de la mayoría de las mujeres!
Desde el reconocimiento de los impactos negativos de los pro-
yectos de “reducción de la pobreza”, indiferentes a las cuestio-
nes de género y dirigidos a los “jefes de familia”, ya lo hemos
visto, numerosos programas de “desarrollo” comenzaron a
poner el acento en la reducción de las desigualdades profesio-
nales, las estrategias de género y el empoderamiento. Los de-
rechos de las mujeres, como parte integrante del desarrollo,
se convirtieron en el objetivo publicitado de las instituciones
internacionales y de las ONG. Y el gender budgeting, o sea, el
presupuesto que tiene en consideración cuestiones de géne-
ro, convertido en obligatorio, es la continuidad de una gestión
inclinada hacia las necesidades de los inversores, utilizando el
argumento de ese maravilloso “efecto cascada”, que se supone
favorable a las mujeres y a los pobres.
No obstante, además del genderwashing ya explicado, el dis-
curso dominante en el Banco Mundial y en sus aliados refuerza
algunos sesgos de género, reafirmando así una forma de domi-
nación patriarcal, por dos razones:

490
En primer lugar, pretendiendo “decidir en nombre de las mu-
jeres —sobre todo no occidentales— lo que es bueno para ellas”,
el Banco toma el rol del Papa o del profesor de economía mun-
dial que actúa para el bien de los seres incapaces de saber lo que
necesitan.
Efectivamente, es más común leer y escuchar lo que el Banco
considera el ser una mujer “emancipada” que las voces de esas
mismas mujeres. Los discursos se apoyan sistemáticamente
sobre una norma de género, que refuerzan para servir a in-
tereses específicos. Eso confisca a las mujeres de los “Sures”
su capacidad de decidir los medios de su emancipación, co-
locándolas en casillas prefabricadas y homogéneas —ciegas a
la interseccionalidad599 o a las realidades múltiples y variadas
de las mujeres— y útiles a las teorías económicas y a las co-
yunturas del momento: la agente económica cuyo espíritu de
empresa se ve obstaculizado por la cultura local; proveedora
de las necesidades del hogar, central en la economía familiar y
en la resiliencia frente a las crisis; la obrera de manos pequeñas,
indispensable al crecimiento económico; o, también, la pobre
víctima vulnerable…

599. La interseccionalidad es un concepto proveniente del black feminism y forjado


por la jurista estadounidense Kimberlé Crenshaw para confirmar la existencia de
discriminaciones múltiples, hasta ese momento invisibilizadas en el marco de una
aproximación segmentada y jerarquizada de las discriminaciones en el núcleo del
derecho. Según el Movimiento Europeo de la Lucha contra el Racismo (ENAR), el
enfoque interseccional permite tener en cuenta que las personas que se encuentran
en la intersección de varias fuentes de discriminación (por ejemplo, ser mujer, ser de
religión musulmana, ser de origen extranjero…) sufren, a menudo, una nueva forma
de discriminación resultante del cúmulo de varias características. Finalmente, “es una
herramienta para luchar contra las discriminaciones en el interior de las discrimina-
ciones, proteger a las minorías en el seno de las minorías y combatir las desigualdades
en el corazón de las desigualdades” (Emilia Roig, Center for Intersectional Justice
[Centro para la justicia interseccional, Ber­ lín]: https://www.intersectionaljustice.
org). Feministas decoloniales, como Françoise Vergès, recuerdan que esa idea estaba
ya bien integrada antes del reconocimiento del concepto, por ejemplo en el centro de
las luchas contra la esclavitud. Véase Françoise Vergès (2019). Un féminisme décolonial,
Éditions La Fabrique, 208 pp.

491
Esos discursos se perpetúan, como lo vemos en un informe
del FMI que calificaba a las mujeres “como uno de los activos
menos utilizados de la economía”.600
En segundo lugar, el empoderamiento —proceso emancipa-
torio multidimensional que debería incluir muchos factores—
se mide principlamente mediante la “participación en la vida
económica y política” de las mujeres, lo que es del todo insufi-
ciente.601 Ese discurso de la emancipación por el trabajo es pro-
blemático y peligroso por varias razones:
− Promoviendo el aumento de la participación de las muje-
res en la vida económica, ese discurso oculta completa-
mente la realidad del funcionamiento actual de la mayoría
de las sociedades humanas, ¡como si las mujeres no parti-
cipasen en la vida económica cuando no tienen un empleo
asalariado declarado! ¿Qué sucede con el trabajo gratuito
colosal efectuado para cuidar a los seres queridos, comu-
nidades y ecosistemas, sin el cual la economía productiva
se desplomaría lisa y llanamente? No es que el Banco Mun-
dial ignore su existencia, pero esas realidades no entran
en sus consideraciones. Como mucho son “obstáculos” al
trabajo asalariado de las mujeres: una redistribución que
no reproduciría relaciones de explotación, una asunción
pública o colectiva, o incluso, un cuestionamiento de las
normas de género, no están en el programa.
− La negación de la importancia del trabajo de cuida-
dos, mientras el trabajo asalariado es valorizado, puede
contribuir a aumentar las desigualdades de género, al
aumentar el tiempo de trabajo total. También entre
mujeres, ya que son las mujeres de las clases populares
las que tienen el trabajo de cuidar en gran parte de las

600. Lovisa Moller y Rachel Sharpe para ActionAid (2017). “Women as ‘underutilized
assets’- A critical review of IMF advice on female labour force participation and fiscal
consolidation”. Disponible en https://bit.ly/3ysHnui
601. Agnès Adjamagbo y Anne-Emmanuèle Calvès (2012). “L’émancipation féminine
sous contrainte”, Presses Science Po/Autrepart, n° 61, pp. 3-21.

492
familias ricas (ese trabajo dejado por las mujeres que
acceden a empleos a tiempo completo correctamente
remuneradas, y que ni los hombres ni la colectividad
asumen).
− Esa visión simplista de la emancipación, como sinóni-
mo únicamente de autonomía económica por medio del
trabajo asalariado, ignora el hecho de que el aumento
del número de mujeres en el mercado de trabajo va en
general a la par de un aumento de los trabajos ultra pre-
carios. En muchos países, esa entrada en el mercado de
trabajo se concretó, en la zonas francas, mediante el tra-
bajo desvalorizado de las mujeres, una herramienta privi-
legiada para aumentar la rentabilidad. En Camboya, por
ejemplo, el comienzo de los años 2000 estuvo marcado
por un fuerte crecimiento económico, alimentado por
las exportaciones de la industria textil que empleaba casi
exclusivamente a mujeres. En el mismo tiempo, de 2004
a 2009, la diferencia salarial subió a más del doble.602
Si no se atacan de forma simultánea todas las formas
de explotación, una expansión del mercado de trabajo
irá siempre a la par de un aumento de la explotación de
algunos.
− Más aún, ese enfoque está insuficientemente fundamen-
tado. Aunque los argumentos parecen indicar una corre-
lación entre crecimiento económico y disminución de las
desigualdades de género, hay otros que demuestran asimis-
mo que la desigualdad económica aumenta con algunas
formas de crecimiento.
− El Banco Mundial ignora que existen otras posibilidades
para poder sufragar las necesidades de la gente: econo-
mía informal, autosuficiencia, etc. Siendo los principales
indicadores la “tasa de participación” y los “ingresos”,

602. Juan Pablo Bohoslavsky, “Impacto de las reformas económicas y medidas de aus-
teridad en los derechos humanos de la mujer”. Disponible en https://bit.ly/3q2H6uB

493
la emancipación está medida en términos monetarios
y no en términos de calidad de vida. Señalemos que
la entrada en el mercado de trabajo de las mujeres se
acompaña a menudo de la destrucción de los medios de
subsistencia precedentes y de sus lugares de vida, provo-
cando la migración masiva a las ciudades para unirse a
las trabajadoras precarias (domésticas, trajo industrial,
prostitución, servicios…). En numerosos casos, si bien la
“pobreza monetaria” disminuye, ¡la pobreza material y
la dureza de la vida cotidiana aumentan!
Ese discurso responde a la entrada de las mujeres en un mer-
cado laboral al servicio de los intereses financieros, totalmente
asumido y apenas maquillado de un pretendido feminismo ins-
titucional y occidental, con resabios imperialistas y neoliberales.
Y eso les quita a las mujeres del Sur global su autodeterminación
y reprime las voces radicales que ponen el acento, esencialmen-
te, sobre el fin de la sobreexplotación del Sur por el Norte, como
condición de la emancipación de las mujeres en sus diversidades.
A pesar de que a lo largo de los años, el Banco Mundial haya
integrado críticas en su discurso, continúa hablando de las mu-
jeres en términos casi exclusivamente económicos, cerrando la
vía a una emancipación real, que no puede reducirse a una sola
dimensión económica.
Esa integración no atestigua la voluntad de terminar con las
lógicas de dominación, o de garantizar los derechos humanos
fundamentales, sino, más bien, de asegurar la rentabilidad.
Según el Banco Mundial no es necesario insistir demasiado
sobre las nociones de patriarcado y de relaciones sociales no
igualitarias, ya que se arriesgaría a fragilizar la base de la ex-
plotación por el trabajo, sobre la que reposa el sistema actual.

494
Los préstamos, los proyectos
y las políticas del Banco Mundial:
impactos específicos y dramáticos
Aunque hay varios programas del Banco Mundial que mejoran
seguramente el acceso de las mujeres al trabajo y a su condición
en general (postergación de la maternidad, acceso a la escuela,
igualdad formal, programas de inserción profesional y econo-
mías solidarias, etc.), se imponen las críticas.
En nombre de la estabilidad macroeconómica, la institución
impone el rigor presupuestario y favorece la rentabilidad de las
empresas. Los mecanismos que profundizaron las desigualdades
son, nuevamente, recetados como solución. Como consecuen-
cia a la aplicación de las recomendaciones macroeconómicas
del Banco Mundial, se destinan unos recursos, del todo insu-
ficientes, a los servicios públicos y a la protección social que
benefician principalmente a las poblaciones vulnerables, de las
que las mujeres, en general, forman parte.
Como ejemplo, en los años noventa, mientras que los países
africanos destinaban entre el 15 y el 50 % de su presupuesto al
servicio de la deuda, sistemáticamente menos del 20 % era dedi-
cado a los servicios sociales. En 2013, en Latinoamérica, se tra-
taba a menudo de menos del 10 % para la educación, menos del
5 % para la salud, contra entre un 10 y un 40 % para la deuda.603
De forma no exhaustiva, recordemos algunas medidas fun-
damentales propugnadas por el Banco Mundial y el FMI: de-
valuación de la moneda, supresión de las barreras arancelarias
y aduaneras, desmantelamiento del control de precios y de
subvenciones públicas, relajación de las leyes sobre el traba-
jo, privatizaciones, disminución de tasas para las empresas y
de impuestos sobre el capital, aumento del IVA, promoción de
las exportaciones con el fin de hacer entrar divisas extranjeras,

603. Christine Vanden Daelen (2014). “La dette, les PAS: analyse des impacts sur la
vie des femmes”. Disponible en https://bit.ly/3q1Uijh

495
disminución de los gastos públicos, congelación de salarios y re-
cortes presupuestarios en los servicios sociales y públicos como
la educación, la salud, la protección social, las asociaciones, los
transportes, las infraestructuras de base, etcétera.
Esos ajustes de las variables macroeconómicas, que apuntan
a garantizar el pago rápido a los acreedores, se traducen en con-
secuencias muy concretas sobre la vida de las poblaciones más
precarias. Una perspectiva sensible al género permite visibilizar
cómo las mujeres están específicamente604 afectadas según seis
ejes diferentes, pero que pueden actuar de forma simultánea y en
diversos grados, según los contextos y las regiones.
1. Las mujeres son las principales trabajadoras en los sectores
que tienen mayor precariedad y/o menos presupuesto.
2. Las mujeres son las principales usuarias y beneficiarias de
los servicios y de los sectores públicos.
3. Son las madres, esposas, hermanas, etc., es decir, las mu-
jeres, las que compensan los descalabros económicos y la
retirada del Estado social por medio de su trabajo gratuito.
4. Las mujeres son las principales productoras y agricultoras
mundiales, especialmente en la economía informal, cuyos
medios de subsistencia y producción son destruidos.
5. Las mujeres son las primeras víctimas de las violencias
sexistas que aumentan a causa de los megaproyectos y de
la precarización de amplias franjas de población.
6. Son las jefas de hogares y pequeñas emprendedoras que
contraen microcréditos y créditos al consumo para sufra-
gar sus necesidades y las de sus próximos.
Esta lista de afectaciones puede ser aplicada de manera sis-
temática en los análisis de la deuda y de la austeridad. Interesé-
monos ahora en las cuatro medidas propugnadas por el Banco
Mundial.

604. Insisto en el término “específicamente” ya que no se trata de saber a quién le


impacta más o menos, sino de analizar los impactos específicos según donde nos
situemos en las relaciones sociales de género, clase y raza…

496
Políticas agrícolas y proyectos extractivistas:
cómo afectan a las mujeres
Lejos de interesarse por la preservación de los ecosistemas, nume-
rosos proyectos locales y estrategias del Banco Mundial siguen una
lógica extractivista: el “desarrollo” y el crecimiento por la explo-
tación y la destrucción de recursos naturales.605 Citaré aquí a los
“elefantes blancos”, esos megaproyectos dañinos y a menudo im-
puestos: proyectos de producción energética, proyectos mineros,
de infraestructura o logísticos, entre los cuales la represa INGA en
la República Democrática del Congo es emblemática. Pienso tam-
bién en las reformas que se enmarcan en la línea de la “revolución
verde”606 y en las políticas de exportación que contribuyen a des-
truir la biodiversidad, las comunidades y la soberanía alimentaria:
monocultivos, OGM, contaminación y agotamiento de los suelos,
biopiratería por medio de la propiedad intelectual y el acapara-
miento de tierras, etcétera.
Esos proyectos tienen en común un carácter ecocida evidente,
pero también el hecho de que contribuyen con mucha frecuen-
cia a la destrucción de los medios de subsistencia, de territorios
y de saberes de las comunidades, cuya preservación reposa prin-
ciplamente en las mujeres. Esas destrucciones (deforestación,
contaminación de suelos, inundaciones) empujan a las pobla-
ciones a la migración forzada, a la búsqueda de alternativas en
esos “nuevos” empleos considerados típicamente femeninos:

605. Es útil recordar que el sistema capitalista, pero también y en forma más general
el pensamiento occidental, se basa en una serie de dualismos (“hombres” y “muje-
res”, por ejemplo) entre los cuales se halla la supuesta frontera específica entre “lo
humano” y “la naturaleza” o incluso “lo salvaje”. El ser humano puede utilizar, sacar
partido, explotar, modificar, “rentabilizar”, domesicar, etc., lo no humano a su vo-
luntad. Solamente después entra en juego la ecología para reparar los daños ocasio-
nados al “medio ambiente”, entidad todavía considerada como fundamentalmente
exterior a “nosotros”. En el centro del desarrollo se encuentra, por lo tanto, una
relación objetivando al “medio ambiente”, que sea de explotación o de “protección”.
606. Jules Falquet (2011). “Penser la mondialisation dans une perspective féministe”,
Travail, Genre et Sociétés, n° 25.

497
domésticos, producción en zonas francas, cuidados de otros,
e incluso la prostitución soportada. Es particularmente de esa
“entrada” de las mujeres en la “economía productiva”, de la
que felicita el Banco Mundial. Según el Consocio Internacional
de Periodistas de Investigación, 3,4 millones de personas se vie-
ron desplazadas como consecuencia de los proyectos del Banco
Mundial y se encuentran en campos de desplazados internos.607
Son las personas que el Banco supuestamente ayudaba y que,
en realidad, son los más afectados.
Además, ese tipo de proyecto implica a menudo la presencia
de grupos armados, que se encargan de “proteger” los proyectos
en cuestión, o que buscan controlar los territorios donde hay ma-
terias primas. Eso agrava las violencias, en especial las sexuales, a
las que las mujeres se ven confrontadas. La violencia represiva y
mortífera aumenta también, particularmente contra aquellas que
se oponen a esos proyectos cuando defienden el medio ambiente,
sus tierras, su cultura y sus prácticas.
Precisamente las políticas agrícolas del Banco Mundial agravan
algunas desigualdades. La agricultura es, a escala mundial, una
de las actividades principales de las mujeres. Pero la implantación
de monocultivos para la exportación (lo que aumenta el PIB y las
divisas para pagar la deuda) significa que la agricultura hortela-
na, esencial para numerosas familias, es desplazada hacia tierras
siempre más alejadas y menos fértiles. Eso produce cambios en el
tiempo del trayecto desde la casa al campo, el riesgo de agresiones
durante el trayecto y la dureza del trabajo, al mismo tiempo que
las cosechas se reducen en calidad y cantidad. Eso impacta direc-
tamente sobre los ingresos, y también sobre la salud y la seguridad
alimentaria de las mujeres, cuyas hijas son las primeras víctimas de
la malnutrición. Y también afecta a la soberanía alimentaria na-
cional. En algunas regiones, los empleos en los cultivos de renta se
ofrecen prioritariamente a los hombres, desplazando a las mujeres

607. ICIJ (2015). “New investigation reveals 3,4 m displaced by World Bank”. Dispo-
nible en https://bit.ly/3GI8aWD

498
hacia actividades aún más precarias. Si, globalmente, la proporción
de empleo femenino en el sector agrícola se redujo desde hace 20
años (con un aumento en el sector servicios), sigue siendo el primer
recurso de empleo en un país con ingresos bajos o medios, donde
las mujeres ejercen las actividades más penosas, las más cronófagas
y mal remuneradas. Las políticas agrarias promovidas por el Banco
Mundial impactan de forma negativa, por lo tanto, especialmente
en las mujeres.608
Entre las medidas impuestas figuran el fin de los subsidios sobre
los insumos agrícolas mientras que los productos europeos, sub-
vencionados, por cierto, por la Política Agrícola Común (PAC) de
la Unión Europea, inundan los mercados: una competencia del
todo desleal que afecta directamente a los medios de subsistencia
y de producción de las mujeres.

Destrucción de los servicios públicos


Como se explica en este libro, “[los PAE], fruto de una políti-
ca conscientemente elaborada y aplicada por los responsables
del FMI y del Banco Mundial, tuvieron consecuencias extrema-
damente negativas sobre los derechos económicos, sociales y
culturales, especialmente en lo que corresponde a la salud, la
educación, el acceso al agua potable, la seguridad alimentaria,
etc.” (ver capítulo 25).
El desmantelamiento de esos sectores, que podemos cali-
ficar de bienes comunes, tiene consecuencias muy duras para
las mujeres. Primero, como trabajadoras y funcionarias que
pierden su empleo o ven cómo su salario disminuye sin com-
pensaciones. Segundo, como usuarias, para ellas mismas, o
para los que tienen a su cargo. La privatización y los recor-
tes presupuestarios en la salud reducen la accesibilidad de
las mujeres más pobres, afectan gravemente al seguimiento

608. OIT (2016). “Les femmes au Travail. Tendances, Ginebra. Disponible en https://
bit.ly/3GJ0Mdw

499
ginecológico, la maternidad, y todo lo que corresponde a la
salud sexual y reproductiva. Esas cuestiones son, con dema-
siada frecuencia, ignoradas por los que deciden, muy a me-
nudo hombres. Tercero, son las mujeres las que compensan
con su trabajo gratuito los cambios impuestos por el Banco
Mundial. Este preconiza, efectivamente, la retirada del Estado
social mediante la privatización de los servicios públicos o el
establecimiento de asociaciones público-privadas. La gestión
privada sería más “competitiva” y, por consiguiente, eficaz
según el dogma liberal. Una demanda explícita y regularmente
formulada por el Banco es la de privatizar la distribución del
agua, que tuvo numerosas consecuencias, sobre todo en Bo-
livia y Tanzania, ya que se tradujo en una mayor ineficacia, un
subida de precios, el cierre de pozos públicos, con consecuen-
cias desastrosas para la agricultura. Ir a buscar el agua es una
tarea que incumbe generalmente a las mujeres y a las hijas.
Para ellas, aumentar la dificultad del acceso al agua significa
un aumento del tiempo requerido por esta tarea, riesgos para
su salud, particularmente problemas de espalda sobre los tra-
yectos cada vez más largos.609 Las asociaciones público-priva-
das, alardeadas por su mejor gestión, son en realidad menos
eficaces: cuestan hasta seis veces más para el contribuyente y
ofrecen empleos más precarios.610

Las reformas fiscales


El Banco Mundial preconiza unas reformas fiscales que, en reali-
dad, son favorables al gran capital: supresión de barreras adua-
neras, reducción del impuesto de sociedades, del patrimonio y
de los ingresos más elevados. En contrapartida de esas pérdidas

609. Juan Pablo Bohoslavsky (2018), ob. cit.


610. Iolanda Fresnillo y Verónica Serafini (28 de abril de 2020). “La respuesta del
Banco Mundial y el FMI a la crisis de la deuda socava los derechos de las mujeres”.
Proyecto Bretton Woods (brettonwoodsproject.org).

500
de ingresos, el aumento del IVA es la medida estrella de las IFI.
Es lo que llamamos fiscalidad regresiva, ya que afecta propor-
cionalmente mucho más a las personas con ingresos más bajos.
Los “esfuerzos presupuestarios” exigidos por el Banco Mundial
son, verdaderamente, ¡asumidos por las personas más pobres!
Las mujeres, responsables de numerosos gastos para el hogar,
a pesar de que con frecuencia tienen un ingreso menor, están
particularmente confrontadas con ese infierno diario. El hecho
de que los productos esenciales, como las protecciones para la
menstruación, no estén incluidos entre los “productos de base”
con IVA reducido,611 conlleva dificultades suplementarias. Así,
en África, una de cada diez adolescentes deja de ir a la escuela
una semana por mes.612
Otro aspecto también concierne a la actividad actividad prin-
cipal de las mujeres en el ámbito mundial: la agricultura infor-
mal y las actividades informales en general. Cuando el precio
de los insumos aumenta, las mujeres tienen que gastar cada vez
más para la actividad de la que dependen, pero ellas no se bene-
fician de las mismas ventajas fiscales que los empresarios de la
economía formal. Para el Bretton Woods Project (ONG británi-
ca) las mujeres que trabajan en el sector informal y se avituallan
en el sector formal son, sin duda, las más afectadas por esas
medidas. En una encuesta llevada a cabo por la OIT, las mujeres
ponen explícitamente “los impuestos” entre los obstáculos para
alcanzar la economía formal.
Esas medidas fiscales son siempre ineficaces en los países de
ingresos bajos donde la mayoría de la economía es informal,
puesto que solamente pueden conducir a la adopción de nuevas
medidas restrictivas, por ejemplo, y con mucha frecuencia, re-
cortes en la protección social… ¡Un círculo vicioso bien rodado!
Esos ajustes de impuestos son, por cierto, una violación directa y

611. En Kenia, los productos de base pasaron de 400 a 30 en un año, BWP (2017).
The IMF and Gender Equality. Disponible en https://bit.ly/3DYyH07
612. Frédérique Harrus, F. (2015). “Scolarité: quand les règles mettent les filles au
ban de l’école”. Disponible en https://bit.ly/3s3ZZQl

501
repetitiva del principio fundamental según el cual el régimen fiscal
es la base de la soberanía y de la autonomía de los Estados. Las
deudas contraídas para poner en marcha esas medidas son, por
lo tanto, desde ese punto de vista, totalmente odiosas e ilegítimas.

El acceso al microcrédito
El microcrédito estuvo favorecido por los préstamos blandos
(soft loans) del Banco Mundial y ampliamente felicitado por la
comunidad internacional. El microcrédito consiste en la conce-
sión de préstamos de poco dinero a emprendedore o a artesanos
que no pueden acceder a los préstamos bancarios “clásicos”. Se
desarrolló, principalmente, en los países del Sur y su objetivo
fueron (y son) las personas fuera del sistema bancario y por lo
tanto, muy a menudo, las más pobres.
Las mujeres representan, a nivel mundial, cerca del 70 % de
la clientela de esos instrumentos de las microfinanzas.613 Bajo la
cubierta de la autonomía económica, las mujeres están en el
punto de mira, entre otras causas, debido a los estereotipos con
respecto a su docilidad en los pagos.614 Esos microcréditos se
caracterizan por sus tipos de interés mucho más altos que los
de los bancos “normales”, y, ciertamente, nada que ver con el
tipo cero, que es la norma en la mayor parte de los circuitos de
circulación monetaria tradicional como las tontinas.
Jules Falquet subraya que “no se trata de otra cosa que del
derecho, o del deber, de las mujeres a endeudarse, y a la vez,

613. Lucile Daumas (2017). “Pourquoi la microfinance s’intéresse-t-elle autant aux


femmes?”. Disponible en https://bit.ly/3EZpaqU
614. La red CADTM denuncia desde hace mucho tiempo que las mujeres son víc-
timas de los abusos de las microfinanzas. Pensemos en Denise Comanne (ob.cit.),
ATTAC-CADTM Marruecos, los militantes de CADTM en India y en Sri Lanka, e incluso
en la campaña panafricana contra el microcrédito. Véase, por ejemplo: ATTAC-CADTM
Marruecos (2017). Le microcrédit au Maroc: quand les pauvres financent les riches. Étude de
terrain et analyse du système du microcrédit; Eric Toussaint y Nathan Legrand (27 de abril de
2018). “Unos testimonios abrumadores sobre los abusos del microcrédito”, Sri Lanka.
Disponible en cadtm.org

502
sería una manera de hacer entrar en los circuitos bancarios del
Norte las inmensas ‘reservas de ahorro’ que existen en el Sur, a
menudo organizadas por las mujeres”.615 Ese empobrecimiento
de las mujeres por la deuda consolida la lógica de la transferen-
cia de riquezas de los pobres hacia los ricos.
El proceso de bancarización de los pobres, y de la creación de
nuevas oportunidades de inversión, es una manera de perpetuar
los daños causados por el crecimiento neoliberal que continúa
excluyendo soluciones colectivas y macroeconómicas, para fa-
vorecer respuestas individuales y financieras.

¿Cuál es la autocrítica en medio de una crisis


multidimensional global?
A pesar de todo eso, el Banco Mundial no parece que efectúe
una verdadera autocrítica. Por ejemplo, la evaluación de tres
años del plan de acción de 2007 no responde a las críticas for-
muladas por la sociedad civil. Elizabeth Arend lo demuestra en
cinco ejes: la no consideración de los derechos humanos (que
incluyen también a las mujeres), la insuficiente atención a la
salud reproductiva, la falta de datos serios en cuanto al géne-
ro, la visión restringida de la emancipación como la autonomía
económica y la falta de capacidad de acción de las administra-
ciones públicas.616
En 2012, el Banco Mundial terminó reconociendo que la dis-
minución de las desigualdades no puede reducirse al “crecimien-
to”, y un enorme informe reconoce haber apostado demasiado
por la reducción de las desigualdades como factor que contri-
buía al crecimiento y no como un fin en sí mismo. Pero no ala-
bemos demasiado rápido un supuesto “cambio de paradigma”:

615. Jules Falquet, ob. cit.


616. GenderAction (2010). “Critique of the World Bank’s Applying Gender Action
Plan Lessons: A three-Year Road Map for Gender Mainstreaming (2011-2013)”. Dis-
ponible en https://bit.ly/33ym8vV

503
el análisis permanece centrado en la economía y en la búsqueda,
ante todo, de “algunos tipos de crecimiento”.617
En 2014, las críticas todavía continuaban señalando que el
Banco Mundial no contabilizaba el trabajo de cuidados (care).
Un estudio constata que sobre una treintena de proyectos, en
la concepción del 92 % no se había tenido en cuenta, específi-
camente, la existencia del trabajo de cuidados no remunerado,
en su concepción.618
En 2016, a pesar de expresar que quería tener una mejor
comprensión del derecho a la palabra y de la capacidad de ac-
ción, el Banco se obstinaba en “basarse en lo que ya está hecho”
y “remediar los obstáculos específicos con los que chocan las
mujeres en el acceso a las oportunidades económicas”.619 Tam-
bién establece un grupo de trabajo para abordar las violencias
sexistas, iniciativa criticada por su mandato muy limitado y su
silencio de las violencias engendradas precisamente por los pro-
pios proyectos del Banco Mundial.
Entonces, ¿para qué sirven los Análisis de Impactos sobre la Po-
breza y lo Social (AIPS) elaborados por los países deudores? Aun-
que hay guías que contienen pistas para la inclusión del género,
no hay ninguna medida obligatoria.620 Por ejemplo, el programa
de “mejor gestión” y “racionalización” de los sectores públicos de
Serbia, impuestos como contrapartida de un préstamo otorgado
en 2016, significó una pérdida de casi 30 000 empleos y una con-
gelación de salarios en los sectores públicos, donde las mujeres
son las principales trabajadoras. El AIPS no aporta ningún efecto
social sobre la pobreza o la distribución de la riqueza.

617. BWP (2014). “World Bank admits gender equality not just about growth”. Dis-
ponible en https://bit.ly/320zRLB
618. BWP (2014). “World Bank criticised for overlooking care work”. Disponible en
https://bit.ly/320zRLB
619. Banco Mundial, “Nouvelle stratégie du Groupe de la Banque mondiale pour le
genre et l’égalité des sexes: Consultations”, Proceso de consulta sobre la actualización
de la Estrategia de género del Grupo Banco Mundial | World Bank Consultations.
620. BWP (2019). “The World Bank and gender equalit”. Disponible en https://
www.brettonwoodsproject.org/wp-content.

504
A pesar de que los análisis multidimensionales parecen
progresar, los años 2020 y 2021 confirman que las medidas
macroeconómicas propugnadas continúan degradando la si-
tuación de las poblaciones desfavorecidas. Después de varias
décadas de políticas antisociales, los sistemas de salud se en-
contraban particularmente debilitados en un contexto de crisis
global inminente a finales de 2019.
Si bien la parte del presupuesto destinada al servicio de la
deuda se duplicaba en los países con ingresos bajos y medios,
entre 2010 y 2018, se continuaron aplicando, una y otra vez,
unas medidas de austeridad que se comprobaron ineficaces,
además de desigualitarias. Los recursos destinados a los servi-
cios públicos disminuían en un 18 % en América Latina y en
el Caribe, y en un 15 % en el África subsahariana entre 2014 y
2018. En al menos 21 países de ingresos bajos y medios los pre-
supuestos de educación disminuyeron desde 2015 mientras que
el servicio de la deuda aumentaba. Con respecto a la salud, es
el caso en 39 países621 con fuertes consecuencias sobre: la salud
pública, el personal de asistencia médica, los centros de salud
de proximidad, la capacidad de hospitalización, etc. (véase el
capítulo 25). A todo eso, le podemos agregar la reducción del
acceso al agua potable en numerosas regiones. En ese contexto,
¿cómo podemos hacer frente a la crisis sanitaria que estalló en
2020?
De inmediato, es evidente que el peso de esas opciones políti-
cas, a menudo incoherentes, recae sobre todo sobre las mujeres,
ya que son particularmente numerosas en los sectores “esencia-
les” y, por lo tanto, están en primera línea del agotamiento y
del peligro de contaminación. También son mayoritarias ante la
imposibilidad de teletrabajar, y en muchas regiones es también
el caso de grupos étnicos desfavorecidos.622 Inversamente, tam-

621. Eurodad (2020). “How public services and human rights are being threatened
by the growing debt crisis”. Disponible en https://bit.ly/3GR4bHr
622. Economic Policy Institute (2020). “Not everybody can work from home”. Dispo-
nible en https://bit.ly/31RWj9O

505
bién son muy numerosas en el ejercicio de oficios y ocupaciones
que ahora se prohíben y sin compensación ya que son informa-
les, como los trabajos domésticos, sexuales, comercio de calle…
agravando las desigualdades económicas. Como si eso no fuera
suficiente, su papel de cuidadoras en el seno de las familias las
expone más al virus y aumenta su trabajo gratuito (niños des-
colarizados, confección de mascarillas…). Para colmo, las vio-
lencias domésticas y los riesgos debidos al completo abandono
de la salud reproductiva y mental aumentan exponencialmente.
Una constatación no solo dramática, sino también previsible.623
El anuncio de una moratoria realizado por el Banco Mundial,
las “ayudas” del FMI, e incluso las posibles reestructuraciones
del G20 son, en este contexto y en el mejor de los casos, unas
penosas bromas que ni siquiera se prestan a reírse sin ganas
para los abandonados por cuenta del neoliberalismo. Si no se
cuestiona estructuralmente la organización de los cuidados en
nuestras sociedades, eso solo hace aportar una mayor carga de
la deuda que impactará duramente en las mujeres. La prioridad
del Banco Mundial sigue siendo la estabilidad macroeconómica
y de los sectores financieros, justificando de nuevo las políticas
de austeridad y de exportación.
Esta crisis no es solo el resultado de factores económicos o
sanitarios, es también la de nuestra relación con los seres vivos
y con las actividades esenciales, con “el cuidar” de todo lo que
nos rodea. La relación dominante, promovida por la ideología
del Banco Mundial, está a mil millas de cualquier concepción de
equilibrio ecológico y de bienestar colectivo, que podría permitir
hacer frente a las crisis sin sacrificar siempre a la misma gente, y
sin provocar crisis sociales sin precedentes.

623. Si se piensa en las relaciones sociales de género, y si también nos apoyamos en


experiencias precedentes como la epidemia de ébola.

506
Conclusión
En su famoso informe de 2007, el Banco Mundial resume su
“objetivo fundamental” en estos términos:
Dar a las mujeres los medios para rivalizar en:
Los mercados de productos.
Los mercados financieros.
Los mercados de bienes raíces.
Los mercados de trabajo.624
¿Qué significa entonces esa visión de igualdad? Como las
feministas anticapitalistas dicen desde hace mucho tiempo, el
discurso de la igualdad no ayuda a combatir las opresiones,
solo las desplaza. Nos hablan en ese informe de la igualdad de
oportunidades para rivalizar, para dominar. Las oportunidades
de sobresalir en los ámbitos hasta ahora considerados mascu-
linos, de apropiarse de los códigos, de romper el techo de cris-
tal (y estar aún más pegada a un puesto subalterno), y volverse
agentes de los mecanismos de acumulación capitalista.
Esa visión del “feminismo” es peligrosa. En lugar de hablar
del acceso a las estructuras de poder, sería necesario preocu-
parse del cuestionamiento radical de las estructuras de poder.
En lugar de reducir los obstáculos económicos individuales, es
necesario crear dinámicas colectivas, solidarias, una fuerza po-
lítica necesaria. El Banco Mundial no apoya las reivindicaciones
feministas, mantiene y alimenta las finanzas patriarcales, extrac-
tivistas y racistas.
La cuestión, en definitiva, no es saber si algunos proyectos loca-
les apoyaron o no apoyaron a las mujeres, ni simplemente clamar
que el Banco Mundial no logró reducir suficientemente las desi-
gualdades. La cuestión es saber si su línea política contribuye o
no contribuye a agravarlas. Y la respuesta es sí. El Banco Mundial
se obstina en prescribir políticas macroecómicas que impactan

624. Banco Mundial (2006). “L’egalité des sexes, un atout economique”. Disponible
en https://bit.ly/3J3najZ

507
negativamente en la igualdad de género y refuerzan las opresiones
estructurales, como ilustra su estrategia de 2016 a 2023.
En 2016, Elisabeth Prügl calificaba de Neoliberalism with a fe-
minist face625 la nueva agenda del Banco Mundial. Un nuevo dis-
curso en el que el análisis de las desigualdades de género está
cada vez más desarrollado, aunque también está cada vez más
al servicio de los mercados: en otras palabras, las reivindica-
ciones feministas están cada vez más instrumentalizadas, coop-
tadas y traducidas en términos mercantiles. Para Prügl, si los
numerosos “avances” y cuestionamientos son condenables por
sus intenciones (por ejemplo, una inversión mayor en guarderías
para que las mujeres puedan trabajar más), también abren bre-
chas que sería interesante apropiarse para formular demandas
y alternativas verdaderamente feministas.
Todas esas constataciones son una razón más para anular
la mayoría de deudas, aquellas que no sirvieron a la población,
y con conocimiento de causa. Es por eso, como propugna el
CADTM, entre otros, que necesitamos un cambio radical, y no
reformas en el seno de las instituciones, ya se trate del G20, del
FMI, del Banco Mundial o incluso de la ONU, que mantienen la
institucionalización de los feminismos a expensas de las prime-
ras interesadas.
Una perspectiva feminista, e incluso ecofeminista, lleva tam-
bién a plantear más generalmente la cuestión de ¿quién debe a
quién? Si tomamos en cuenta todo el trabajo invisible efectuado
y los recursos saqueados y devastados sin escrúpulos, ni com-
pensaciones o esfuerzos para conservar un equilibrio, entonces
cambia la situación.626 Una buena parte de las poblaciones, y
en particular las clases dominantes del planeta son, en realidad,
responsables de una inmensa deuda ecológica y también repro-
ductiva con respecto a las mujeres.

625. Elisabeth Prügl (2017). “Neoliberalism with a Feminist Face: Crafting a new
Hegemony at the World Bank”, Feminist Economics, vol. 23.
626. Camille Bruneau (2020). Una lectura ecofeminista de la deuda para pensar la
auditoría de otra forma, AVP n° 79. Disponible en cadtm.org

508
Capítulo 28
El Banco Mundial
y la cuestión de los derechos humanos

La cuestión de los “derechos humanos” nunca formó parte de


las prioridades del Banco Mundial. Invariablemente, en las con-
dicionalidades fijadas por el Banco, un derecho es prioritario: el
derecho individual a la propiedad privada, que en la práctica fa-
vorece a los grandes propietarios, ya sean personas adineradas o
empresas. En las condicionalidades impuestas por el Banco no se
encuentra ninguna referencia a los derechos colectivos de los pue-
blos ni de las personas. Si el Banco Mundial tiene que tomar en
consideración los derechos humanos, nunca lo hace en el sentido
progresista de los grandes textos de las Naciones Unidas.
Las ideologías tienen su lectura particular del derecho.
Jean-Philippe Peemans recuerda con razón que
De todas maneras, con la óptica occidental hoy predominante,
los derechos humanos se conciben ante todo en relación con la
libertad de acción individual, a la no interferencia en el mundo
privado de los asuntos económicos, el derecho a disponer libre-
mente de la propiedad, y sobre todo la abstención del Estado de
todo acto que viole la libertad individual de invertir el tiempo, el
capital y los recursos en la producción y el intercambio... Para los
neoliberales, las reivindicaciones sociales y culturales pueden ser
aspiraciones legítimas, pero jamás derechos... la visión neolibe-
ral rechaza todo enfoque colectivo del derecho. El individuo es el
único sujeto que puede reclamar derechos, y así mismo los úni-
cos violadores del derecho no pueden ser más que individuos que
deben asumir la plena responsabilidad. No se puede atribuir vio-
laciones del derecho ni a las organizaciones ni a las estructuras.627
El Banco Mundial, así como el FMI, se basa en ese postulado
para liberarse de toda responsabilidad en cuanto al respeto de los

627. Jean-Philippe Peemans (2002). Le développement des peuples face à la modernisation


du monde, Academia Bruylant/L’Harmattan, Lovaina-la-Nueva/París, p. 349.

509
derechos sociales, económicos y culturales. Pero esos derechos son
indisociables de los derechos civiles y políticos, y es imposible res-
petar los individuales si los colectivos no se tienen en cuenta. En
tanto que instituciones multilaterales, el Banco Mundial y el FMI
están obligados a aplicar los tratados internacionales y los dere-
chos individuales y colectivos que estos garantizan.
La exigencia de transparencia y de buena gobernanza vale para
todo el mundo. Las IFI exigen su aplicación a los gobiernos de los
países endeudados, mientras ellas mismas se permiten ignorar-
las. La exigencia de evaluar y dar cuenta de las actividades reali-
zadas no debe limitarse a los Estados, sino que ha de extenderse
también al sector privado y, en particular, a las organizaciones in-
ternacionales, puesto que sus acciones, sus políticas y sus progra-
mas tienen un impacto muy importante sobre la efectividad de
los derechos humanos.628 Los planes de ajuste estructural tienen
unas consecuencias tan nefastas en términos de degradación de
los derechos económicos, sociales y culturales (en especial sobre
los más vulnerables), y también ambientales, que se debe exigir a
esos organismos la responsabilidad de sus actos.

El ajuste estructural
no respeta los derechos humanos
A pesar de los textos internacionales que constituyen el marco ju-
rídico de protección de los derechos humanos, el FMI y el Banco
Mundial “funcionan según la lógica de las sociedades financieras
privadas y del capitalismo mundial, sin demasiada consideración
de los resultados sociales y políticos de sus actos”.629
En el año 2000, en un informe común presentado a la Comi-
sión de Derechos Humanos de la ONU, por el Relator Especial

628. Nicolás Angulo Sánchez (2005). El Derecho Humano al Desarollo frente a la mundia-
lización del Mercado, IEPALA Editorial, Madrid, 2005, p. 145.
629. Benchikh M, Charvin R. (1986). Demichel F., Introduction critique au Droit interna-
tional public, Collection Critique du droit, Presse Universitaires de Lyon, p. 12.

510
y el Experto Independiente sobre los efectos de la deuda externa
en el pleno goce de los derechos humanos, ya afirmaban:
Durante cerca de 20 años, las Instituciones Financieras Interna-
cionales y los gobiernos de los países acreedores utilizaron un
juego, ambiguo y destructivo, consistente en telecomandar las
economías del Tercer Mundo e imponer a unos países impo-
tentes políticas económicas impopulares, pretendiendo que la
píldora amarga del ajuste macroeconómico les permitiría en-
contrar el camino de la prosperidad y el desendeudamiento.
Después de dos décadas, en numerosos países, la situación es
peor que cuando comenzaron a aplicar los programas de ajuste
estructural del FMI y del Banco Mundial. Esos programas de
austeridad rigurosa tuvieron un coste social y ecológico consi-
derable y en muchos casos el índice de desarrollo humano cayó
dramáticamente.630
En el informe se recordaba con firmeza que
El ejercicio de los derechos fundamentales de la población de
los países deudores a la alimentación, a la vivienda, a la vesti-
menta, al empleo, a la educación, a los servicios sanitarios y a
un ambiente sano, no puede estar supeditado a la aplicación de
políticas de ajuste estructural y de reformas económicas vincu-
ladas a la deuda.631
Pues bien, las políticas impuestas por las IFI subordinan la obli-
gación del respeto de los derechos humanos, incluida la legitimidad
de los gobiernos, a la aplicación dogmática de sus programas.632
En realidad, los programas de ajuste estructural van más allá

630. ONU-CDH, “Allègement de la dette et investissement local: coordination entre


l’iniciative en faveur des pays pauvres très endettés (PPTE)”, Informe común de Rei-
naldo Figueredo (Relator Especial) y Fantu Cheru (Experto Independiente), 14 de
enero de 2000, E/CN.4/2000/51, párrafo 1.
631. Ibídem, párrafo 5.
632. En particular, el empobrecimiento masivo de sectores de población de los países
del Tercer Mundo. Recordemos que la pobreza se considera “como un estado de
negación, incluso de violación de los derechos humanos”. Cf. ONU-CDH, “Mise en
œuvre du droit au développement dans le contexte mondial actuel”, Examen del sexto
informe del experto independiente sobre el derecho al desarrollo, E/CN.4/2004.18/4,
17 de febrero de 2004, párrafo 12.

511
[...] de la mera imposición de un conjunto de medidas macroeco-
nómicas en el nivel interno. [Son] la expresión de un proyecto
político, de una estrategia deliberada de transformación social
a escala mundial, cuyo objetivo principal es hacer del plane-
ta un campo de acción donde las sociedades transnacionales
puedan operar con total seguridad. En resumen, los progra-
mas de ajuste estructural (PAE) desempeñan un papel de
“correa de transmisión” para facilitar el proceso que pasa por
la liberalización, la desreglamentación y la reducción del papel
del Estado en el desarrollo nacional.633
La Comisión de Derechos Humanos de la ONU señaló así
mismo que las políticas de ajuste estructural tienen graves re-
percusiones sobre la capacidad de los PED para aplicar políticas
nacionales de desarrollo cuyo objetivo principal es el respeto
de los derechos humanos, especialmente los derechos económi-
cos, sociales y culturales, mediante la mejora de las condiciones
de vida de la población local.634
Según el informe de Bernard Muhdo, Experto independiente,
las políticas de ajuste estructural, fruto de una estrategia cons-
cientemente elaborada y aplicada por los responsables del FMI y
del Banco Mundial, tuvieron unas consecuencias extremadamen-
te negativas sobre los derechos económicos, sociales y culturales,
en particular,635 en lo concerniente a la salud, la educación, el

633. ONU-CDH. “Efectos de las políticas de ajuste estructural en el goce efectivo de


los derechos humanos. Informe presentado por el experto independiente Sr. Fantu
Cheru con arreglo a las decisiones 1998/102 y 1997/103 de la Comisión”, párrafo 31.
634. “Consecuencias de las políticas de ajuste económico originadas por la deuda
externa en el goce efectivo de los derechos humanos y, especialmente, en la aplica-
ción de la Declaración sobre el derecho al desarrollo. Resolución de la Comisión de
Derechos Humanos 1999/22”.
635. La violación masiva y constante de los derechos económicos, sociales y cultura-
les es indisociable del conjunto de derechos humanos porque su violación está acom-
pañada normalmente por las violaciones graves de los derechos civiles y políticos. Cf.
Jacques Fierens (diciembre de 1998). “La violación de los derechos civiles y políticos
como consecuencia de la violación de los derechos económicos, sociales y cultura-
les”, Institutions financères, l’excepcion auz droits humains, Centro de derecho internacional
de la Universidad Libre de Bruselas, Revue belge de droit internacional, 1991-1. Disponi-
ble en https://bit.ly/3F06h7h

512
acceso al agua potable, la seguridad alimentaria, etc.636 El mismo
experto observa que las políticas inducidas por las IFI son recha-
zadas por los ciudadanos mediante movimientos de protesta, vio-
lentamente reprimidos por los gobiernos y los poderes públicos a
fin de garantizar que los planes impuestos por dichas institucio-
nes se lleven a cabo (privatización del agua, de la electricidad, del
transporte público, de los hospitales; liberalización del precio de
los medicamentos, del pan y de otros bienes de primera necesi-
dad; protección de los intereses de las transnacionales en materia
de inversiones y apropiación de los recursos naturales comunes,
etc.). En consecuencia, existe una relación estrecha entre la viola-
ción masiva de los derechos económicos, sociales y culturales, y la
violación masiva de los derechos civiles y políticos.
Frente a este tipo de violación de las obligaciones internaciona-
les por parte de los poderes públicos de un Estado en cuestión, el
FMI y el Banco Mundial tendrían que haber recordado a los gober-
nantes sus compromisos internacionales en materia de protección
de los derechos civiles y políticos y de los derechos humanos en
general. En lugar de cortar o suspender los programas, esas institu-
ciones prosiguieron e intensificaron su aplicación. La indiferencia
e incluso el cinismo quedan expresados sin disimulo en esta frase
pronunciada durante la reunión del experto independiente con los
responsables del FMI: “Para el FMI, bloquear un programa por
motivo de violaciones de derechos humanos no era razonable”.637
Es un hecho extremadamente grave: esas instituciones actúan
como si no les concerniera ninguna obligación internacional,
salvo aquellas relacionadas con los acuerdos comerciales o los
acuerdos sobre inversiones. Por supuesto, con eso persiguen un
fin bien concreto. En 1999, el Experto Independiente designado

636. ONU-CDH (23 de octubre de 2002). “Consecuencias de las políticas de ajuste


estructural y de la deuda externa para el pleno ejercicio de los derechos humanos,
especialmente los derechos económicos, sociales y culturales”. E/CN.4/2003/10, en
castellano.
637. ONU-CDH (5 de marzo de 2002). “Adición al cuarto informe del exper-
to independiente en el derecho al desarrollo, Sr. Arjun Sengupta E/CN.4/2002/
WG.18/2/Add.1”.

513
por la Comisión de Derechos Humanos identificó, con preci-
sión, el proceso de mundialización y el papel de las institucio-
nes financieras como parte integrante de la “contrarrevolución
neoliberal”.638
Según el derecho internacional, tanto convencional como con-
suetudinario,639 existen principios y normas jurídicas básicos o
fundamentales relacionados con la protección internacional
de los derechos humanos, cuyo alcance se extiende a todos los
sujetos de derecho internacional.

Estados, responsabilidades
de las Instituciones Financieras Internacionales
e intereses privados
El Banco Mundial como el FMI no son abstracciones, en su seno
las decisiones son tomadas por hombres, y también por algunas
mujeres, quienes actúan en nombre de los Estados o grupos de
Estados. Y los propios Estados están indiscutiblemente vincula-
dos por los documentos de las Naciones Unidas. Los Estados
miembros del Banco Mundial y del FMI están por consiguiente,
lo mismo que todos los demás, en la obligación de tener en
cuenta el respeto obligatorio de los derechos humanos en las
decisiones que se toman dentro de esas instituciones.
Pero incluso hay que ir más lejos. En el proceso de mundia-
lización, a consecuencia de la acción de las transnacionales,
del G8 y de las Instituciones Financieras Internacionales,640 los

638. ONU-CDH. “Informe Experto Independiente Fantu Cheru”, ob. cit., párrafos 28-30.
639. El derecho convencional es el derecho escrito cuyas reglas se encuentran en las
convenciones internacionales, tales como el Pacto Internacional de los Derechos Eco-
nómicos, Sociales y Culturales (PIDESC). El derecho consuetudinario es el derecho
no escrito y que es obligatorio, tal como la prohibición de los crímenes contra la hu-
manidad, crímenes de agresión, los derechos de los pueblos a sus recursos naturales,
etcétera.
640. Alejandro Teitelbaum las califica de “instrumentos y mandatarias de las gran-
des potencias y del gran capital”. Véase Alejandro Teitelbaum (2003). El papel de las
sociedades transnacionales en el mundo contemporáneo, AAJ, Producciones Gráficas, Buenos
Aires, p. 104.

514
poderes públicos nacionales y locales fueron despojados deli-
beradamente de sus atribuciones en cuestiones económicas y
sociales. Los Estados intervienen cada vez más para asegurar la
satisfacción de los intereses privados en vez de asegurar el pleno
ejercicio de los derechos humanos. Para el Banco Mundial, todo
el problema del subdesarrollo y de la pobreza se reduce prácti-
camente al hecho de que los poderes públicos intervienen de-
masiado en lo social y en la economía, trabando a menudo la
acción y la actividad del sector privado. Así, el presidente del
Banco Mundial confirma en un documento titulado “Desarrollo
del sector privado” que “un crecimiento liderado por el sector
privado es esencial para un desarrollo duradero y para la reduc-
ción de la pobreza”.641
Las IFI culpan a los Estados mientras que en el informe some-
tido a la Asamblea General de la ONU, el secretario general de las
Naciones Unidas afirmaba:
Actualmente se tiende por lo general a pedir a los gobiernos
que asuman demasiadas responsabilidades, olvidando que la
antigua concepción del papel del Estado en el desarrollo ya no
se usa... En tanto que no se dice nada de las responsabilida-
des internacionales o del papel de la economía mundial y de
sus mecanismos e instrumentos, o incluso de su contribución
al actual sistema político y al régimen de gobierno del mundo
moderno —responsabilidades que incumben a esos sistemas—
se imputa a los gobiernos males, dificultades y problemas que
esencialmente tienen origen en el escenario internacional. Ese
tipo de enfoque no es ni objetivo ni justo, en particular con respecto
a los países en desarrollo que casi no pueden decir una palabra sobre las
decisiones fundamentales tomadas a escala internacional y que, sin em-
bargo, son acusados de entorpecer el desarrollo, mientras que las causas
profundas de la desigualdad en el plano internacional son ignoradas.642

641. Nota del presidente del Banco Mundial del 28 de septiembre de 2004. Citado
por Hugo Ruiz Díaz Balbuena (3 de octubre de 2004). “Las políticas ejercidas por las
IFI y su responsabilidad en las violaciones masivas de los derechos humanos debido a
la imposición de los programas de ajuste estructural”.
642. AG/ONU (7 de agosto de 2003). “Questions relatives aux droits de l’homme:
questions relatives aux droits de l’homme, y compris les divers moyens de mieux

515
Es, por lo tanto, un error de fondo considerar que los Esta-
dos son los únicos responsables de la violación de los derechos
humanos en el curso de la aplicación de las reglas comerciales mul-
tilaterales o a consecuencia de la aplicación de las medidas im-
puestas por el FMI y el Banco Mundial.643
Esa tesis está muy extendida en el seno de esas instituciones:
los responsables de las violaciones de los derechos humanos se-
rían, en efecto, los Estados miembros, considerados individual-
mente, pues son ellos los que deciden en última instancia las
políticas que el Fondo y el Banco han de aplicar.

Esa pretensión de irresponsabilidad


es inaceptable en el derecho internacional

Tanto el FMI y el Banco Mundial como la OMC son ante todo


organizaciones internacionales 644 en el sentido estricto del
término. Como tales, poseen personalidad jurídica interna-
cional,645 tienen sus propios órganos,646 están dotadas de com-
petencias para el tratado o acuerdo básico (competencias de

assurer l’exercice des droits de l’homme et des libertés fondamentales. La mondialisa-


tion et son incidence sur le plein exercice des droits de l’homme, Rapport du Secrétai-
re général”, párrafos 16-17. Las cursivas son del autor.
643. Responsabilizar únicamente a los Estados “desemboca en la situación anómala
de que las entidades que ponen en práctica esas políticas pueden ser consideradas
responsables, mientras que las principales instituciones que adoptaron dichas políti-
cas disfrutan de impunidad”. Cf. ONU-CDH. “La mundialización y sus consecuencias
para el pleno disfrute de los derechos humanos”. E/CN.4/Su.2/2003/14, párrafo 38.
No está subrayado en el documento.
644. Véase José Antonio Pastor Ridruejo (1998). Cours général de Droit international
public, Recueil des Cours de l’Académie de Droit international (RCADI), t. 274,
pp. 193-198. En castellano, José Antonio Pastor Ridruejo (2020). Curso de derecho
internacional público y organizaciones internacionales, 24.ª ed., Editorial Tecnos, Madrid.
645. Cf. CIJ, Reparación por daños sufridos al servicio de las Naciones Unidas (Affaire
Bernardotte), Resúmenes de los fallos, opiniones consultivas y providencias de
la Corte Internacional de Justicia (1948-1991), p. 10. Disponible en https://legal.
un.org/icjsummaries/documents/spanish/st_leg_serf1.pdf
646. Joe Verhoeven (2000). Droit international public, Précis de la Faculté de Droit de
l’UCL, Larcier, Bruselas, p. 205.

516
atribución).647 Y, sobre todo, en tanto que organizaciones in-
ternacionales, tienen derechos y obligaciones.
Por regla general, es evidente que ninguna organización in-
ternacional que pretenda actuar como sujeto de derecho interna-
cional, que quiera ejercer sus competencias y tener personalidad
jurídica internacional, puede argumentar con seriedad que está
exenta del respeto de las obligaciones internacionales, espe-
cialmente las reglas de protección de los derechos humanos.648
En tanto que sujeto de derecho internacional, toda organización
internacional está sometida a ese derecho, incluida la sumisión a
las reglas de protección de los derechos humanos.
Conforme a la opinión consultiva del Tribunal Internacional
de Justicia sobre la interpretación del acuerdo del 25 de marzo de
1951 entre la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Egipto:
“[...] nada en el carácter de una organización internacional jus-
tifica que se la considere como una especie de ‘super Estado’. La
organización internacional es un sujeto de derecho internacional
ligado como tal a todas las obligaciones que le imponen las re-
glas generales del derecho internacional, su acto constitutivo o
los acuerdos internacionales de los que forma parte”.649
Aunque esa opinión fue expresada con respecto a la OMS,
está claro que cualquier organización internacional, como suje-
to de derecho, debe respetar el derecho internacional, incluidos
los derechos humanos reconocidos internacionalmente (el dere-
cho consuetudinario internacional, los principios generales del
derecho, etc.). El Banco Mundial no está, por consiguiente, por
encima de la ley.

647. Jean Combacau y Serge Sur (1995). Droit international public, 10ª ed., Montchres-
tien, París, pp. 731-732.
648. E/CN.4/Su.2/2003/14, párrafo 38.
649. CIJ. Interpretación del Acuerdo del 25 de marzo de 1951 entre la OMS y Egipto.
Opinión consultiva de 20 de diciembre de 1980. Resúmenes de los fallos, opiniones
consultivas y providencias de la Corte Internacional de Justicia (1948-1991). Dis-
ponible en https://legal.un.org/icjsummaries/documents/spanish/st_leg_serf1.pdf/.
CIJ (1980). Affaire de l’interprétation de l’Accord du 25 mars 1951 entre l’OMS et l’Egypte.
Consultado el 20 de diciembre de 1980, Mec., pp. 89-90, párrafo 37.

517
Las obligaciones, que se desprenden del derecho internacional
general, imponen, por lo tanto, a las instituciones financieras in-
ternacionales tener en cuenta el impacto de sus políticas y de sus
decisiones sobre la situación de los derechos de las personas en
los países prestatarios.
El Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales
de las Naciones Unidas, en una resolución aprobada, en junio
de 2016, afirmaba claramente que no aceptaba que el FMI y el
Banco Mundial (BIRD) negaran sus obligaciones en materia de
derechos humanos: “El Comité es plenamente consciente del
hecho de que, en el caso del FMI o del BIRD, los estatutos de
esas organizaciones a veces estuvieron interpretados por las mis-
mas como que no se les exigía, en sus decisiones, que tuvieran
en cuenta consideraciones relativas a los derechos humanos.650
El Comité no suscribe esa interpretación”.
Y ese Comité agrega: “[...] en tanto que instituciones espe-
cializadas de las Naciones Unidas, el FMI y el BIRD deben ac-
tuar conforme a los principios enunciados en la Carta de las
Naciones Unidas,651 que hacen de la realización de los derechos
humanos y de las libertades fundamentales uno de los objetivos
de la Organización, que deben alcanzarse, especialmente, por
vía de la cooperación económica y social internacional”.652, 653

650. Véase: FMI, Estatutos, art. IV, sect. 3. b) y BIRD, Estatutos, art. IV, sect. 10.
651. Carta de las Naciones Unidas, art. 57 y 63; Asamblea General, resolución 124. II)
del 15 de noviembre de 1947, referente a la aprobación de los acuerdos con el BIRD
y el FMI.
652. Véase la Carta de las Naciones Unidas, art. 1. 3) y 55. C).
653. E/C.12/2016/1 - S - E/C.12/2016/1 -Desktop (undocs.org) Deuda pública,
medidas de austeridad y Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y
Culturales. Declaración del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
Consejo Económico y Social, 22 de julio de 2016 (ONU).

518
La Declaración Universal de los Derechos Humanos
Incluida en el corpus del derecho consuetudinario,654 la Declara-
ción Universal de los Derechos Humanos es, como su nombre
indica, universal: por lo tanto vincula a los Estados y otros su-
jetos de derecho internacional en sus acciones específicas y en
sus responsabilidades. Ningún organismo internacional puede
ampararse en su reglamentación interna para considerarse
desvinculado del respeto de los acuerdos internacionales ratifi-
cados por sus miembros.655
Las instituciones internacionales tienen entonces la obliga-
ción de crear las condiciones para el pleno ejercicio de todos
los derechos humanos, el respeto, la protección y la promoción
de esos derechos. Sin embargo, los programas de ajuste estruc-
tural, como ya señalamos, se diferencian netamente de esto.
Rebautizados ahora como “estrategias de lucha contra la po-
breza”, confían que el simple crecimiento económico aportará
por sí solo el desarrollo, lo que es desmentido, entre otras cosas,
por los informes anuales del Programa de las Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD). Dicho crecimiento económico, tal
como lo proponen las instituciones financieras internacionales,
beneficia sobre todo a los sectores más privilegiados de la so-
ciedad y aumenta cada vez más la dependencia de los países del
Tercer Mundo.656 Más aún, el crecimiento económico realmente
existente es, en esencia, incompatible con la preservación del
medio ambiente.

654. CIJ (1986). “Affaire du personnel diplomatique et consulaire des États-Unis à


Téhéran”, Recueil, p. 42, párrafo 91.
655. Gustave Massiah, “La réforme de l’ONU et le mouvement altermondialiste”, en
Collectif (2005). ONU, Droits pour tous ou loi du plus fort ?, Cetim, Ginebra, pp. 404-405.
656. Nicolás Angulo Sánchez, ob. cit., p. 16.

519
La Declaración del Derecho al Desarrollo
Esa visión del desarrollo, defendida encarnizadamente por el
Banco Mundial a pesar de sus fracasos patentes, no es compa-
tible con un texto tan acabado y eminentemente social como la
Declaración del Derecho al Desarrollo de las Naciones Unidas,
adoptado en 1986:657
Artículo 1.1- El derecho al desarrollo es un derecho humano
inalienable [...]
Artículo 1.2.- El derecho humano al desarrollo implica también
la plena realización del derecho de los pueblos a la libre determi-
nación, que incluye [...] el ejercicio de su derecho inalienable a
la plena soberanía sobre todas sus riquezas y recursos naturales
Artículo 3.2.- La realización del derecho al desarrollo exige el
pleno respeto de los principios de derecho internacional [...]
Artículo 8.1. Los Estados deben adoptar, en el plano nacional,
todas las medidas necesarias para la realización del derecho al
desarrollo [...]. Deben hacerse reformas económicas y sociales
adecuadas con objeto de erradicar todas las injusticias sociales.
En marzo de 1981, la Comisión de Derechos Humanos de
las Naciones Unidas propuso al Consejo Económico y Social el
establecimiento del primer grupo de trabajo sobre el derecho al
desarrollo. Ese grupo se reunió una docena de veces en el curso
de los años ochenta658 y llegó a la adopción de la Resolución
41/128 de la Asamblea General de la ONU, el 4 de diciembre de
1986, conocida con el nombre de Declaración del Derecho al
Desarrollo. Como lo subraya Nicolás Angulo Sánchez:
Un solo país osó votar en contra: Estados Unidos, bajo el pre-
texto que esa Declaración era confusa e imprecisa, negando la

657. El texto integral de la declaración está al final de este capítulo.


658. La década del ochenta era realmente paradójica ya que vio nacer un maravilloso
instrumento potencial de derecho a nivel planetario con la aprobación de la Declara-
ción del Derecho al Desarrollo. También es una de las décadas más negativas desde
el punto de vista de los derechos humanos y del desarrollo como consecuencia de la
crisis de la deuda, del deterioro de los términos del intercambio comercial, del au-
mento de las desigualdades entre los países del Centro y los de la Periferia, y también
en el interior de cada país.

520
relación entre desarrollo y desarme, así como la propia idea de
una transferencia de recursos del Norte desarrollado hacia el
Sur subdesarrollado. Ocho países se abstuvieron: Dinamarca,
Finlandia; Alemania Federal, Islandia, Israel, Japón, Suecia y
Gran Bretaña, quienes insistieron sobre la prioridad de los dere-
chos individuales sobre los derechos de los pueblos y se negaron
a considerar que la ayuda al desarrollo constituyera una obliga-
ción de derecho internacional.659

La Carta de las Naciones Unidas y las instituciones


especializadas
Aunque la Declaración del Derecho al Desarrollo sea una resolu-
ción de la Asamblea General de las Naciones Unidas, carece del
carácter vinculante que tiene un tratado internacional. Pero otros
textos pueden desempeñar esa función: la Carta de las Naciones
Unidas (preámbulo, párrafo 3 del artículo 1 y los artículos 55 y
56) no solo es el documento constituyente de las Naciones Unidas
sino también un tratado internacional, que codifica los principios
fundamentales de las relaciones internacionales. Dos Pactos Inter-
nacionales, uno sobre los Derechos Civiles y Políticos y otro sobre
los Derechos Económicos, Sociales y Culturales son también textos
normativos estrechamente relacionados con el tema: todos los de-
rechos enunciados en ellos son parte del derecho al desarrollo.660
Los textos principales de las Naciones Unidas conciernen tanto
a los derechos individuales como a los derechos colectivos, al de-
recho al desarrollo y al derecho a la soberanía política y econó-
mica de los Estados. Pero en realidad, tanto el Banco Mundial
como el FMI, la OMC y las sociedades transnacionales no acep-
taron jamás estar sometidos a ellos.
Esas instituciones han podido gozar de una terrorífica impuni-
dad hasta ahora porque, a pesar de algunos avances interesantes,
el derecho actual está lejos de ser perfecto. Por supuesto, existe una

659. Nicolás Angulo Sánchez, 2005, ob. cit., pp. 36-37.


660. Ídem, p. 288.

521
serie de instrumentos y de jurisdicciones en materia de crímenes
contra los derechos humanos individuales y de crímenes contra la
humanidad, pero otros crímenes que causan un gran número de
víctimas a lo ancho del mundo —los crímenes económicos— no son
objeto de ninguna jurisdicción internacional, de ninguna conven-
ción, de ninguna definición internacional, hasta ahora.

El Banco Mundial, institución especializada


de las Naciones Unidas
Por lo demás, el Banco Mundial corresponde a la definición de
una de las “instituciones especializadas creadas por acuerdos in-
tergubernamentales y dotadas, en los términos de sus estatutos,
de atribuciones internacionales extendidas en los ámbitos eco-
nómico, social, de la cultura intelectual y de la educación, de la
salud pública y otros ámbitos conexos”. Así definido, está relacio-
nado con el sistema de las Naciones Unidas por medio del Conse-
jo Económico y Social (conocido con la sigla en inglés ECOSOC,
que actúa bajo la autoridad de la Asamblea General), según el
artículo 57, párrafo 1 de la Carta de las Naciones Unidas.
El sistema onusiano se basa en la cooperación internacional, en
especial en la cooperación económica y social internacional.
Según el artículo 55, a fin de crear las condiciones de estabili-
dad y bienestar necesarias para asegurar entre las naciones rela-
ciones pacíficas y amistosas, basadas en el respeto del principio
de la igualdad de los derechos de los pueblos, y de su derecho a
disponer de sí mismos, las Naciones Unidas promoverán:
a. Niveles de vida más elevados, trabajo permanente para todos, y
condiciones de progreso y desarrollo económico y social;
 . la solución de problemas internacionales de carácter económi-
b
co, social y sanitario, y de otros problemas conexos; y la coopera-
ción internacional en el orden cultural y educativo;

522
c . el respeto universal a los derechos humanos y a las libertades
fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de
raza, sexo, idioma o religión, y la efectividad de tales derechos y
libertades.
Todo el sistema de las Naciones Unidas se rige por los prin-
cipios siguientes:
 . La Organización está basada en el principio de la igualdad sobe-
1
rana de todos sus Miembros.
 . Los Miembros de la Organización, a fin de asegurarse los dere-
2
chos y beneficios inherentes a su condición de tales, cumplirán de
buena fe las obligaciones contraídas por ellos de conformidad con
esta Carta.
En consecuencia, desde un punto de vista histórico y contra-
riamente a sus proclamas, el FMI y el Banco Mundial son ins-
tituciones (organismos) especializadas de las Naciones Unidas.
En tanto que instituciones especializadas, están vinculadas por la
Carta de las Naciones Unidas.
Es inevitable, por lo tanto, plantearse la siguiente pregunta:
¿están obligados el Banco Mundial y el FMI a respetar las obli-
gaciones enunciadas en la Carta de las Naciones Unidas, inclui-
da la obligación de respetar los derechos humanos?
El Tribunal Internacional de Justicia lo recordaba en el caso
de Barcelone Traction y en el de Timor Oriental.661 Los estatutos
del Banco Mundial están totalmente impregnados de las obli-
gaciones que se desprenden del derecho consuetudinario, en
particular las obligaciones erga omnes y las reglas jus cogens. Esas
obligaciones, también llamadas derecho imperativo, significan que
las reglas de derecho internacional, cualquiera que sea su na-
turaleza, siempre son jurídicamente obligatorias y su violación
acarrea consecuencias jurídicas particulares en relación con las

661. CIJ. Caso relativo a la Barcelona Traction, Light and Power Company, Limited
(segunda fase), fallo de 5 de febrero de 1970 (dipublico.org); Caso relativo a Timor
Oriental (Portugal contra Australia), fallo de 30 de junio de 1995 (dipublico.org).

523
obligaciones y los derechos que derivan de estas. Es el caso, por
ejemplo, del principio de igualdad soberana de los Estados, de
la prohibición del empleo de la fuerza, de la prohibición de la
tortura, de la prohibición de la desaparición forzosa de perso-
nas, presentando todas ellas un carácter imperativo.
Las reglas jus congens son parte integrante del orden público
internacional del cual ningún sujeto puede sustraerse, tanto si
ha ratificado los tratados o convenciones internacionales como
si no lo ha hecho. Las obligaciones erga omnes, muy cercanas del
jus cogens, establecen, como ha destacado el Tribunal Interna-
cional de Justicia, la obligación jurídica (mejor dicho, la obliga-
ción de prevención y de represión) que tienen todos los sujetos
de derecho internacional, vista la importancia de los derechos
en juego, de proteger esos derechos, en particular la obligación
de respetar y hacer respetar en todo momento y en cualquier
circunstancia los derechos humanos. Los sujetos de derecho in-
ternacional tienen también la obligación de no “prestar ayuda o
asistencia” al mantenimiento de una situación ilegal.
Aunque es cierto que el Banco Mundial y el FMI son in-
dependientes de la ONU en cuanto a su funcionamiento, les
corresponde, no obstante, respetar los derechos humanos y el
derecho consuetudinario en general. Por lo tanto, les incumbe
abstenerse de aportar cualquier forma de ayuda a Estados que
mantienen políticas contrarias a los derechos humanos y así
condenados por el derecho internacional. Con respecto a eso,
conviene recordar la ilegalidad de los préstamos concedidos por
el Banco Mundial a Sudáfrica y a Portugal cuando la política de
apartheid del primero y la política colonial del segundo ya ha-
bían sido condenadas sucesivas veces por la Asamblea General
de la ONU. Finalmente, la obligación de no prestar ayuda y asis-
tencia fue confirmada una vez más por el Tribunal Internacional
de Justicia en la causa relativa a las consecuencias jurídicas de la
edificación de un muro en el Territorio palestino ocupado, opi-
nión consultiva demandada al Tribunal Internacional de Justicia
por la Asamblea General de las Naciones Unidas en virtud de la
resolución A/RES/ES-10/14 del 8 de diciembre de 2003.

524
Las IFI deben integrar la obligación de respetar los derechos
humanos en la elaboración y la aplicación de sus políticas: nin-
gún sujeto de derecho internacional puede sustraerse a esta
obligación invocando la falta de un mandato explícito o el argu-
mento de la “no politización”, y menos aún, una interpretación
restrictiva de los derechos económicos, sociales y culturales,
como si fueran elementos menos vinculantes que los derechos
civiles y políticos.
Ese último aspecto ha sido claramente señalado por Eric
David, quien afirma que en lo concerniente al derecho aplicable
a las IFI,
[...] los derechos más específicamente concernidos por una si-
tuación de degradación económica y social son los derechos
económicos, sociales y culturales. Esa situación amenaza, en
efecto, el ejercicio de esos derechos para unas categorías más
o menos amplias de la población. Por lo demás, no es exage-
rado decir que las situaciones de extrema pobreza conducen a
la violación de casi todos los derechos económicos, sociales y
culturales.662
Dicho autor continúa: “... si los derechos afectados por los
PAE son a priori los derechos económicos y sociales, puede
ocurrir que, de rebote, la violación de esos derechos ocasione
también una violación de los derechos civiles y políticos de las
personas afectadas”.663

Conclusión
Tanto el Banco como el FMI no pueden invocar su “derecho cons-
titucional” para eludir la obligación de proteger los derechos hu-
manos con el pretexto de que sus decisiones deben ser guiadas
exclusivamente por consideraciones de orden económico.

662. Éric David (1999). “Conclusions de l’atelier juridique: les institutions financières
internationales et le droit international”, Les institutions financières internationales et le
droit international, ULB, Bruylant, Bruselas, párrafo 2.
663. Ídem, párrafo 4.

525
Es importante señalar que las políticas seguidas por las ins-
tituciones de Bretton Woods, cuyas actividades son de un vasto
alcance, tienen repercusiones directas sobre la vida y los dere-
chos fundamentales de todos los pueblos.664

Declaración sobre el Derecho al Desarrollo


Aprobada por la Asamblea General en su resolución 41/128, de
4 de diciembre de 1986
La Asamblea General,
Teniendo presentes los propósitos y principios de la Carta de las
Naciones Unidas relativos a la realización de la cooperación interna-
cional en la solución de los problemas internacionales de carácter
económico, social, cultural o humanitario y en el desarrollo y estímulo
del respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales de
todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión,
Reconociendo que el desarrollo es un proceso global económico,
social, cultural y político, que tiende al mejoramiento constante del
bienestar de toda la población y de todos los individuos sobre la base
de su participación activa, libre y significativa en el desarrollo y en la
distribución justa de los beneficios que de él se derivan,
Considerando que, conforme a las disposiciones de la Declara-
ción Universal de Derechos Humanos, toda persona tiene derecho a
un orden social e internacional en el que se puedan realizar plenamen-
te los derechos y las libertades enunciados en esa Declaración, Recor-
dando las disposiciones del Pacto Internacional de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales y del Pacto Internacional de Dere-
chos Civiles y Políticos, Recordando además los acuerdos, convencio-
nes, resoluciones, recomendaciones y demás instrumentos pertinentes
de las Naciones Unidas y de sus organismos especializados relativos
al desarrollo integral del ser humano y al progreso y desarrollo econó-
micos y sociales de todos los pueblos, incluidos los instrumentos re-
lativos a la descolonización, la prevención de discriminaciones, el
respeto y la observancia de los derechos humanos y las libertades

664. Consecuencias de las políticas de ajuste estructural y de la deuda externa para


el pleno ejercicio de los derechos humanos, especialmente los derechos económicos,
sociales y culturales, pdf (undocs.org) ACNUDH | Bolivia (ohchr.org).

526
fundamentales, el mantenimiento de la paz y la seguridad internacio-
nales y el ulterior fomento de relaciones de amistad y cooperación
entre los Estados de conformidad con la Carta, Recordando el dere-
cho de los pueblos a la libre determinación, en virtud del cual tienen
derecho a determinar libremente su condición política y a realizar su
desarrollo económico, social y cultural, Recordando también el dere-
cho de los pueblos a ejercer, con sujeción a las disposiciones perti-
nentes de ambos Pactos internacionales de derechos humanos, su
soberanía plena y completa sobre todos sus recursos y riquezas natu-
rales, Consciente de la obligación de los Estados, en virtud de la
Carta, de promover el respeto universal y la observancia de los dere-
chos humanos y las libertades fundamentales para todos, sin distin-
ción de ninguna clase por motivos de raza, color, sexo, idioma,
religión, opinión política o de otra índole, origen nacional o social,
situación económica, nacimiento u otra condición, Considerando
que la eliminación de las violaciones masivas y patentes de los dere-
chos humanos de los pueblos e individuos afectados por situaciones
tales como las resultantes del colonialismo, el neocolonialismo, el
apartheid, todas las formas de racismo y discriminación racial, la do-
minación y la ocupación extranjeras, la agresión y las amenazas con-
tra la soberanía nacional, la unidad nacional y la integridad territorial
y las amenazas de guerra, contribuirá a establecer circunstancias pro-
picias para el desarrollo de gran parte de la humanidad, Preocupada
por la existencia de graves obstáculos, constituidos, entre otras
cosas, por la denegación de los derechos civiles, políticos, económi-
cos, sociales y culturales, obstáculos que se oponen al desarrollo y a
la completa realización del ser humano y de los pueblos, y conside-
rando que todos los derechos humanos y las libertades fundamenta-
les son indivisibles e interdependientes y que, a fin de fomentar el
desarrollo, debería examinarse con la misma atención y urgencia la
aplicación, promoción y protección de los derechos civiles, políticos,
económicos, sociales y culturales, y que, en consecuencia, la promo-
ción, el respeto y el disfrute de ciertos derechos humanos y libertades
fundamentales no pueden justificar la denegación de otros derechos
humanos y libertades fundamentales, Considerando que la paz y la
seguridad internacionales son elementos esenciales para la realiza-
ción del derecho al desarrollo, Reafirmando que hay una estrecha re-
lación entre el desarme y el desarrollo, que los progresos en la esfera

527
del desarme promoverían considerablemente los progresos en la esfe-
ra del desarrollo y que los recursos liberados con las medidas de
desarme deberían destinarse al desarrollo económico y social y al
bienestar de todos los pueblos, y, en particular, de los países en de-
sarrollo, Reconociendo que la persona humana es el sujeto central del
proceso de desarrollo y que toda política de desarrollo debe por ello
considerar al ser humano como participante y beneficiario principal
del desarrollo, Reconociendo que la creación de condiciones favora-
bles al desarrollo de los pueblos y las personas es el deber primordial
de los respectivos Estados, Consciente de que los esfuerzos para pro-
mover y proteger los derechos humanos a nivel internacional deben ir
acompañados de esfuerzos para establecer un nuevo orden económi-
co internacional, Confirmando que el derecho al desarrollo es un de-
recho humano inalienable y que la igualdad de oportunidades para el
desarrollo es una prerrogativa tanto de las naciones como de los in-
dividuos que componen las naciones, Proclama la siguiente Declara-
ción sobre el derecho al desarrollo: Artículo 1: 1. El derecho al
desarrollo es un derecho humano inalienable en virtud del cual todo
ser humano y todos los pueblos están facultados para participar en
un desarrollo económico, social, cultural y político en el que puedan
realizarse plenamente todos los derechos humanos y libertades fun-
damentales, a contribuir a ese desarrollo y a disfrutar del él. 2. El
derecho humano al desarrollo implica también la plena realización
del derecho de los pueblos a la libre determinación, que incluye, con
sujeción a las disposiciones pertinentes de ambos Pactos internacio-
nales de derechos humanos, el ejercicio de su derecho inalienable a la
plena soberanía sobre todas sus riquezas y recursos naturales. Artícu-
lo 2: 1. La persona humana es el sujeto central del desarrollo y debe
ser el participante activo y el beneficiario del derecho al desarrollo. 2.
Todos los seres humanos tienen, individual y colectivamente, la res-
ponsabilidad del desarrollo, teniendo en cuenta la necesidad del
pleno respeto de sus derechos humanos y libertades fundamentales,
así como sus deberes para con la comunidad, único ámbito en que se
puede asegurar la libre y plena realización del ser humano, y, por con-
siguiente, deben promover y proteger un orden político, social y eco-
nómico apropiado para el desarrollo. 3. Los Estados tienen el derecho
y el deber de formular políticas de desarrollo nacional adecuadas con

528
el fin de mejorar constantemente el bienestar de la población entera
y de todos los individuos sobre la base de su participación activa,
libre y significativa en el desarrollo y en la equitativa distribución de
los beneficios resultantes de este. Artículo 3: 1. Los Estados tienen el
deber primordial de crear condiciones nacionales e internacionales
favorables para la realización del derecho al desarrollo. 2. La realiza-
ción del derecho al desarrollo exige el pleno respeto de los principios
de derecho internacional referentes a las relaciones de amistad y a la
cooperación entre los Estados de conformidad con la Carta de las
Naciones Unidas. 3. Los Estados tienen el deber de cooperar mutua-
mente para lograr el desarrollo y eliminar los obstáculos al desarrollo.
Los Estados deben realizar sus derechos y sus deberes de modo que
promuevan un nuevo orden económico internacional basado en la
igualdad soberana, la interdependencia, el interés común y la coope-
ración entre todos los Estados, y que fomenten la observancia y el
disfrute de los derechos humanos. Artículo 4: 1. Los Estados tienen el
deber de adoptar, individual y colectivamente, medidas para formu-
lar políticas adecuadas de desarrollo internacional a fin de facilitar la
plena realización del derecho al desarrollo. 2. Se requiere una acción
sostenida para promover un desarrollo más rápido de los países en
desarrollo. Como complemento de los esfuerzos de los países en de-
sarrollo es indispensable una cooperación internacional eficaz para
proporcionar a esos países los medios y las facilidades adecuados
para fomentar su desarrollo global. Artículo 5: Los Estados adopta-
rán enérgicas medidas para eliminar las violaciones masivas y paten-
tes de los derechos humanos de los pueblos y los seres humanos
afectados por situaciones tales como las resultantes del apartheid,
todas las formas de racismo y discriminación racial, el colonialismo,
la dominación y ocupación extranjeras, la agresión, la injerencia ex-
tranjera y las amenazas contra la soberanía nacional, la unidad nacio-
nal y la integridad territorial, las amenazas de guerra y la negativa a
reconocer el derecho fundamental de los pueblos a la libre determi-
nación. Artículo 6: 1. Todos los Estados deben cooperar con miras a
promover, fomentar y reforzar el respeto universal y la observancia de
todos los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos,
sin ninguna distinción por motivos de raza, sexo, idioma y religión. 2.
Todos los derechos humanos y las libertades fundamentales son

529
indivisibles e interdependientes; debe darse igual atención y urgente
consideración a la aplicación, promoción y protección de los dere-
chos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales. 3. Los Esta-
dos deben adoptar medidas para eliminar los obstáculos al desarrollo
resultantes de la inobservancia de los derechos civiles y políticos, así
como de los derechos económicos, sociales y culturales. Artículo 7:
Todos los Estados deben promover el establecimiento, mantenimien-
to y fortalecimiento de la paz y la seguridad internacionales y, con ese
fin, deben hacer cuanto esté en su poder por lograr el desarme gene-
ral y completo bajo un control internacional eficaz, así como lograr
que los recursos liberados con medidas efectivas de desarme se utili-
cen para el desarrollo global, en particular de los países en desarrollo.
Artículo 8: 1. Los Estados deben adoptar, en el plano nacional, todas
las medidas necesarias para la realización del derecho al desarrollo y
garantizarán, entre otras cosas, la igualdad de oportunidades para
todos en cuanto al acceso a los recursos básicos, la educación, los
servicios de salud, los alimentos, la vivienda, el empleo y la justa dis-
tribución de los ingresos. Deben adoptarse medidas eficaces para
lograr que la mujer participe activamente en el proceso de desarrollo.
Deben hacerse reformas económicas y sociales adecuadas con objeto
de erradicar todas las injusticias sociales. 2. Los Estados deben alen-
tar la participación popular en todas las esferas como factor impor-
tante para el desarrollo y para la plena realización de todos los
derechos humanos. Artículo 9: 1. Todos los aspectos del derecho al
desarrollo enunciados en la presente Declaración son indivisibles e
interdependientes y cada uno debe ser interpretado en el contexto del
conjunto de ellos. 2. Nada de lo dispuesto en la presente Declaración
debe ser interpretado en menoscabo de los propósitos y principios de
las Naciones Unidas, ni en el sentido de que cualquier Estado, grupo
o persona tiene derecho a desarrollar cualquier actividad o realizar
cualquier acto cuyo objeto sea la violación de los derechos estableci-
dos en la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Pactos
internacionales de derechos humanos. Artículo 10: Deben adoptarse
medidas para asegurar el pleno ejercicio y la consolidación progresiva
del derecho al desarrollo, inclusive la formulación, adopción y aplica-
ción de medidas políticas, legislativas y de otra índole en el plano
nacional e internacional.

530
Capítulo 29
Acabar con la impunidad del Banco Mundial

Al contrario de lo que se piensa, el Banco Mundial no goza de


inmunidad, ni como institución ni como persona jurídica. La
sección 3 del artículo VII de sus estatutos (Articles of agreement)
prevé explícitamente que el Banco Mundial puede ser deman-
dado ante los tribunales bajo ciertas condiciones. Puede ser en-
juiciado por una instancia nacional en el país donde tenga una
representación y/o en un país en donde haya emitido títulos.

¿Es posible llevar al Banco Mundial


ante los tribunales de justicia?
Esa posibilidad de demandar al Banco ante la justicia fue prevista
desde su fundación, en 1944, sin que se haya modificado hasta
el presente.Había una razón fundamental: los países que funda-
ron el Banco Mundial consideraron que nunca llegarían a vender
títulos del Banco, si no se garantizaba a los compradores que
podrían llevarlo a juicio en caso de suspensión de pagos. El Banco
Mundial financia los préstamos que concede a los países miem-
bros por su propio endeudamiento mediante la emisión de títulos
(bonds) en los mercados financieros. Originariamente, esos títulos
eran adquiridos por los grandes bancos privados, principalmente
estadounidenses. Ahora, otras instituciones, incluidos los fondos
de pensiones y los sindicatos de asalariados compran esos bonos.
Esa es la razón por la cual hay una diferencia fundamental
entre el estatuto del Banco y el del FMI en cuanto a la inmu-
nidad de esas dos instituciones. El Banco Mundial no la tiene
porque recurre a los servicios de los banqueros y de los merca-
dos financieros, y ningún banquero le otorgaría un préstamo si
la tuviera, mientras que el FMI sí puede gozar de inmunidad ya
que autofinancia sus préstamos con las cuotas vertidas por sus

531
miembros. No es por razones humanitarias que el Banco Mun-
dial carece de inmunidad, sino por la necesidad de dar garantías
a los prestamistas.
Por consiguiente, es perfectamente posible demandar al
Banco Mundial en los muchos países (cerca de 100) en los que
tiene oficinas. Se puede hacer en Yakarta, o en Dili, capital de
Timor Oriental, así como en Kinshasa, en Bruselas, en Moscú,
en Washington, o sea, en cualquier país donde haya una repre-
sentación del Banco.
El Banco Mundial trata de impedir demandas judiciales por
parte de las víctimas de sus acciones, estableciendo acuerdos
bilaterales con gobiernos nacionales, con el fin de que estos se
comprometan a no demandar al Banco judicialmente. Esos mis-
mos gobiernos son presionados por el Banco Mundial para que
impidan que sus ciudadanos actúen ante la justicia contra el
Banco, lo que es perfectamente escandaloso, y que ningún juez
honesto debería aceptar.665
Se debe destacar algo muy importante: ninguna institución,
ningún sujeto de derecho internacional, ni ningún individuo goza de
inmunidad si está implicado en crímenes contra la humanidad.
Además, en ese caso, no existe prescripción. Por lo tanto, el
FMI y el Banco Mundial son justiciables por crímenes contra la
humanidad.

¿Por qué presentar una demanda


contra el Banco Mundial?
Desde que el Banco Mundial otorga préstamos,666 una gran parte
de ellos sirvieron para la aplicación de políticas que perjudicaron

665. Marruecos es un buen ejemplo de esas complicidades entre los gobiernos y el


Banco Mundial. Véanse los artículos de Najib Akesbi en la web del CADTM “Procès
de chercheurs marocains contre la Banque mondiale”, abril de 2014 (https://bit.
ly/3s7qgNv) y “¿Cómo hacer que el Banco Mundial responda de sus actos ante la
justicia?” (https://bit.ly/33mjVDA).
666. El primer préstamo se realizó en 1947.

532
a cientos de millones de ciudadanos. ¿Qué se entiende por esto?
El Banco, sistemáticamente, privilegió los préstamos destinados
a grandes infraestructuras, como inmensas represas,667 a gran-
des inversiones en las industrias extractivas de materias primas
(por ejemplo, minas a cielo abierto, construcción de numerosos
oleoductos y gasoductos),668 a políticas agrícolas que favorecen el
“todo para la exportación” al precio de abandonar la seguridad y
la soberanía alimentaria, a la construcción de centrales térmicas
que son grandes consumidoras de los bosques tropicales.
Asimismo, el Banco Mundial apoyó, en numerosas ocasio-
nes, a regímenes dictatoriales responsables de crímenes contra
la humanidad: dictaduras del Cono Sur de Latinoamérica desde
los años sesenta a los ochenta; dictaduras de África (Mobutu
desde 1965 hasta su caída en 1997, el régimen de apartheid en
Sudáfrica); regímenes del exbloque soviético, como la dictadura
de Ceaucescu en Rumanía; dictaduras del sureste asiático y del
Extremo Oriente, como la de Marcos en Filipinas, desde 1972
hasta 1986, de Suharto en Indonesia, desde 1965 hasta 1998,
los regímenes dictatoriales de Corea del Sur (1961-1987), de
Tailandia (1966-1988), hasta la actual dictadura egipcia de Abdel
Fattah al-Sissi, pasando por la de Ben Ali en Túnez de 1987 a
2011 y la de Mubarak en Egipto de 1981 a 2011.
Complementariamente, el Banco Mundial contribuyó con
otros actores a desestabilizar de forma sistemática a gobiernos
progresistas y democráticos, suprimiendo toda ayuda, por ejem-
plo, al gobierno de Sukarno en Indonesia, hasta su derrocamien-
to en 1965; en Brasil, al de Juscelino Kubitshek (1956-1960)
y después al de João Goulart (1961-1964), que finalmente fue

667. Según el informe de la Comisión Mundial de Represas, de 60 a 80 millones de


personas fueron desplazadas como consecuencia de la construcción de estas repre-
sas faraónicas. En numerosos casos, los derechos de estas personas en términos de
indemnizaciones y reinstalaciones no fueron respetados.
668. Según el informe de la Iniciativa para la Transparencia de las Industrias Extrac-
tivas (EITI, por sus siglas en inglés) hecho público en diciembre de 2003, una gran
parte de los proyectos financiados por el Banco Mundial tuvieron efectos negativos
para las poblaciones y los países concernidos.

533
derrocado por un golpe militar; al gobierno de Salvador Allende
(1970-1973) en Chile...
Pero no olvidemos los préstamos que el Banco concedió a las
metrópolis coloniales (Bélgica, Reino Unido, Francia...) para la
explotación de los recursos naturales de los países que domina-
ban hasta los años sesenta y que, posteriormente, se transfirie-
ron a la deuda externa de los nuevos Estados independientes.
Por ejemplo, el Congo independiente debió asumir el reembolso
de la deuda contraída por Bélgica en nombre del Congo Belga.
Pasó lo mismo con Kenia, Uganda, Nigeria, Gabón, Mauritania,
Argelia, Somalia, para las deudas contraídas por los gobiernos
de las metrópolis coloniales.
Hay que mencionar también los préstamos con ajuste estruc-
tural otorgados por el Banco Mundial desde los años ochenta.
Esos préstamos no estaban destinados a proyectos económi-
cos específicos sino a permitir la realización de políticas globa-
les cuya finalidad era la apertura total de las economías de los
países “beneficiarios” a las inversiones e importaciones prove-
nientes de los principales accionistas del Banco. Este sostiene
así una política de desnacionalización de los países asistidos
en beneficio de los intereses de una parte de sus miembros, un
puñado de países industrializados cuyo modelo se impone a la
mayoría de los habitantes y países del planeta. Las múltiples y
sucesivas crisis que se produjeron a partir de la “crisis tequila”,
que golpeó a México en 1994, demostraron el carácter nocivo
tanto de los “remedios” estructurales como de los “tratamien-
tos” de choque. Las nuevas prioridades del Banco, tales como la
privatización del agua de la tierra, junto con su reciente negativa
de aplicar las recomendaciones de la Iniciativa para la Trans-
parencia de las Industrias Extractivas, muestran con claridad
que la política del Banco no mejora y que nuevas catástrofes
sociales, sanitarias y ecológicas se están produciendo y otras
se anuncian. En síntesis, potentes tsunamis provocados por ¡la
catastrófica intervención del Banco Mundial!

534
¿Quién puede demandar al Banco Mundial?
Podemos suponer que algunas asociaciones, en representación
de las personas afectadas por los préstamos del Banco Mundial
y/o por el apoyo brindado a regímenes dictatoriales, se cons-
tituyan en parte civil y demanden al Banco ante los tribunales
nacionales. También podemos suponer que los poseedores de
títulos del Banco —no solo son banqueros, también hay sindi-
catos— lo demanden por el uso que hace del dinero que le han
prestado. Aunque un resultado positivo de esas demandas no
esté garantizado, las asociaciones de ciudadanos deberían ejer-
cer ese derecho para conseguir que el Banco rinda cuenta de sus
actos. Es inconcebible que una institución como esta, de carác-
ter tan nefasto, no sea algún día condenada por un tribunal de
justicia.
En los países donde rige el common law (derecho anglosajón),
las class actions son acciones de justicia que permiten a un gran
número de personas (físicas o jurídicas) demandar ante la jus-
ticia las prácticas abusivas de algunas empresas. En los países
de civil law (el juez sentencia según la ley escrita, derecho euro-
peo basado en el derecho romano), en los que no se reconoce
el common law, se necesita la unión de varias condiciones bas-
tante estrictas para entablar acciones judiciales (especialmente
demostrar un “interés personal en actuar”). De todas maneras,
algunos procedimientos colectivos, como el proceso contra
Total en Francia669 se asemejan a las class actions, y constituyen
un ejemplo para demandar ante la justicia al Banco Mundial y a
otras instituciones financieras internacionales.

669. CNCD 11 11 11 (29 de enero de 2020). “Le procès Total, un exemple à suivre
pour stopper l’impunité des multinationales” (El proceso Total, un ejemplo a seguir
para acabar con la impunidad de las multinacionales). Disponible en https://www.
cncd.be/france-proces-total-exemple-impunite-multinationales.

535
¿Por qué, ante semejantes acciones,
solo recientemente se entablaron demandas?
La disposición de los estatutos del Banco Mundial (artículo VII,
sección 8) que concede inmunidad a sus directivos y funciona-
rios, en el ejercicio de sus funciones, ha ocultado la posibilidad
de interponer una demanda contra el Banco en tanto que per-
sona jurídica (artículo VII, sección 3, ver nota 1 del presente
capítulo). Sin embargo, es más importante poder exigir cuentas
al Banco como institución que pleitear con sus ejecutores. Se
puede añadir que según la misma disposición (artículo VII, sec-
ción 8), el Banco Mundial puede, por su propia cuenta, levantar
la inmunidad que gozan sus cargos directivos y sus funcionarios.
También, podemos imaginar que algún día se lleve ante los tri-
bunales a altos cargos del Banco cuando dejen sus funciones.
Otro elemento para explicar la ausencia de demandas judi-
ciales contra el Banco es el largo tiempo que tuvo que pasar
antes de que la gente se diera cuenta del carácter sistemático
y generalizado de sus condenables prácticas. Con frecuencia,
estas no aparecen en primer plano puesto que son los gobier-
nos nacionales los que asumen ante sus ciudadanos las políticas
que el Banco Mundial exige.
En estos últimos años, agrupamientos de víctimas del Banco
Mundial, y en particular de la Sociedad Financiera Internacional
(SFI), intentaron varias acciones contra esas instituciones. En
2017, unos campesinos de Honduras demandaron ante la jus-
ticia a dos representantes del grupo Banco Mundial por haber
incitado a violaciones graves de derechos humanos, al financiar
las actividades de una compañía de aceite de palma que recurrió
a asesinatos contra los que se oponían a sus proyectos.
En 2019, las poblaciones de 13 pueblos del oeste guineano
presentaron una denuncia contra la propia SFI, por la financia-
ción de una mina de bauxita nociva. La denuncia, que fue so-
metida al mediador independiente de la SFI, pone de relieve las
violaciones sistemáticas de las normas ambientales y sociales:

536
confiscación de tierras, destrucción del medio ambiente y de los
medios de subsistencia.670
En 2012, pescadores y agricultores de Gujarat (India) se aco-
gieron al mismo mediador para denunciar a la Mundra Ultra
Mega Power Project, una central térmica que utiliza carbón ex-
traído de capas subbituminosas que acarrea una degradación
de la calidad del aire y de sus condiciones de existencia, Frente
a la negación de la SFI a las conclusiones de su propio media-
dor, las víctimas presentaron la demanda ante los tribunales de
Estados Unidos. Como siempre en cada una de las demandas,
la SFI trató de convencer a la justicia de Estados Unidos que
goza de inmunidad. Pero, felizmente, la Corte Suprema de Es-
tados Unidos, en febrero de 2019, levantó la inmunidad de la
que podría hacer uso el Banco Mundial por los daños causados
por sus actividades comerciales. Una primera bofetada para esa
institución que menosprecia el derecho internacional.671

La Convención de las Naciones Unidas de 1947,


¿no concede acaso inmunidad total
a los organismos especializados de la ONU,
de los cuales el Banco Mundial forma parte?
Una convención sobre prerrogativas e inmunidades de los orga-
nismos especializados de las Naciones Unidas672 fue aprobada

670. Los documentos de la demanda están disponibles en: https://bit.ly/3q5ptua


671. Véase Sushovan Dhar (abril de 2019). “Una sentencia de la Corte Suprema de
Estados Unidos desafía la inmunidad nunca cuestionada del Banco Mundial”.
Disponible en www.cadtm.org/TheUS-Supreme-Court-Judgement-A-Challenge y en
francés: www.cadtm.org/Un-jugement-de-la-Cour-supreme-des-États-Unis-defie-l-im
munite-incontestee-de
672. En el artículo I de la Convención titulado “Definiciones y alcance”, sección 1,
los organismos especializados que están específicamente citados son los siguientes:
la Organización Internacional del Trabajo; la Organización de las Naciones Unidas
para la Alimentación y la Agricultura; la Organización de las Naciones Unidas para
la Educación, la Ciencia y la Cultura; la Organización de la Aviación Civil Internacio-
nal, el Fondo Monetario Internacional; el Banco Internacional de Reconstrucción y

537
por la Asamblea General del 21 de noviembre de 1947. El artícu-
lo X, sección 37 de la Convención, que concierne a los anexos
y a su aplicación a cada uno de los organismos especializados,
especifica que dicha Convención “será aplicable a un organismo
especializado cuando este haya trasmitido al secretario general
de las Naciones Unidas el texto final del anexo que le correspon-
de y le haya informado de que acepta las cláusulas tipo modifi-
cadas por el anexo”. El Banco Mundial reenvió su copia.
El anexo VI corresponde al Banco Internacional de Recons-
trucción y Desarrollo (o sea, el Banco Mundial). ¿Y qué es lo
que vemos? El Banco hizo introducir en esta sección la parte
de sus estatutos que especifica ¡en qué circunstancias pierde su
inmunidad! O sea, el Banco prefirió, en el seno de las Naciones
Unidas, permanecer en concordancia con su estatuto de Banco,
en lugar de aprovecharse de la inmunidad de los organismos de
la ONU. He aquí el texto en cuestión:
La Convención (comprendido el presente anexo) se aplicará al
Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo (denomi-
nado en adelante “el Banco”), sin perjuicio de las disposiciones
siguientes:
1. El texto siguiente reemplazará la sección 4: “Únicamente se
podrá entablar acción judicial contra el Banco ante un tribunal
que tenga jurisdicción en los territorios de un Estado miembro
en donde el Banco posea una sucursal, donde haya nombrado
un agente para recibir requerimientos o notificaciones de re-
querimientos, o donde haya emitido o garantizado acciones”,
etcétera.
Por consiguiente, es posible demandar al Banco Mundial
ante los tribunales de justicia en virtud de la Convención de las
Naciones Unidas de 1947 y sus anexos.

Desarrollo; la Organización Mundial de la Salud; la Unión Postal Internacional; y la


Unión Internacional de Telecomunicaciones.

538
Capítulo 30
Alegato para abolir y reemplazar al FMI
y al Banco Mundial

Este capítulo hace un balance del FMI y del Banco Mundial, y al


mismo tiempo propone la abolición de las dos instituciones, y
también la de la OMC. Se las debe reemplazar por nuevas insti-
tuciones cuya prioridad sea la satisfacción de los derechos hu-
manos fundamentales, en el marco de una nueva arquitectura
internacional democrática.

32 argumentos contra el Banco Mundial y el FMI

1) Desde su creación en 1944, el Banco Mundial y el FMI


apoyaron activamente todas las dictaduras y a todos los regíme-
nes corruptos aliados de Estados Unidos.
2) Pisotean la soberanía de los Estados en violación flagrante
del derecho de los pueblos a disponer de sí mismos, principalmen-
te por las condicionalidades que esas instituciones imponen. Esas
condicionalidades empobrecen a la población, incrementan las
desigualdades, libran a los países a las transnacionales y modi-
fican la legislación de los Estados —reformas en profundidad del
Código de trabajo, de los Códigos mineros, forestales, abroga-
ción de los convenios colectivos, etc.— a favor de los acreedores y
de los “inversores” extranjeros.
3) A pesar de haber detectado desvíos masivos, el Banco
Mundial y el FMI mantuvieron e incluso aumentaron los impor-
tes prestados a regímenes corruptos y dictatoriales, aliados de
las potencias occidentales (véase el emblemático caso del Con-
go-Zaire de Mobutu, luego del Informe Blumenthal, en 1982).

539
4) Ayudaron, con su apoyo financiero, a la dictadura de
Habyarimana en Ruanda hasta 1992, lo que permitió al dicta-
dor quintuplicar los efectivos de su ejército. Las reformas econó-
micas que impuso en 1990 desestabilizaron al país y exacerbó
conflictos latentes. El genocidio, preparado desde finales de los
años ochenta por el régimen de Habyarimana, fue perpetrado
a partir de 1994, produciendo cerca de un millón de muertos
entre los tutsis y los hutus moderados. A continuación, el Banco
Mundial exigió la devolución de la deuda, contraída por el régi-
men genocida, a las nuevas autoridades ruandesas.
5) Apoyaron a algunos regímenes dictatoriales del otro campo
(Rumanía de 1973 a 1982, China, a partir de 1980) para debi-
litar a la URSS, antes de su implosión en 1991.
6) Sostuvieron las peores dictaduras hasta el momento de su
derrocamiento. Ejemplos: el apoyo emblemático a Suharto en In-
donesia entre 1965 y 1998, a Marcos en Filipinas entre 1972 y
1986, a Ben Ali en Túnez y a Mubarak en Egipto hasta el derro-
camiento de ambos, en 2011.
7) Sabotearon activamente las experiencias democráticas y
progresistas, como la de Jacobo Arbenz, en Guatemala, y la de
Mohammad Mossadegh, en Irán, en la primera mitad de los
años cincuenta, la de João Goulart al comienzo de los años
sesenta, en Brasil, hasta la de los sandinistas en Nicaragua en
los años ochenta, pasando por la de Salvador Allende en Chile
entre 1970 y 1973. Por supuesto, la lista completa es mucho
más larga.
8) El Banco Mundial y el FMI exigen a los pueblos, víctimas
de los tiranos que financian, el reembolso de deudas odiosas
que los regímenes autoritarios y corruptos contrajeron.
9) Asimismo, el Banco Mundial exigió a los países que acce-
dían a la independencia, a finales de los años cincuenta y comien-
zo de los años sesenta, que reembolsaran las deudas odiosas
contraídas por las expotencias coloniales para colonizarlos.

540
En particular, fue el caso de la deuda colonial contraída por
Bélgica ante el Banco Mundial para completar la colonización
del Congo en los años cincuenta. Recordemos que ese tipo de
transferencia de deudas coloniales está prohibido por el dere-
cho internacional.
10) En la década del sesenta, El Banco Mundial y el FMI sos-
tuvieron financieramente a algunos países como Sudáfrica, en la
época del apartheid, y Portugal, que mantenía su yugo colonial
en África y en el Pacífico, mientras que pesaba sobre esos paí-
ses un boicot financiero internacional decretado por la ONU. El
Banco Mundial apoyó a un país que había anexado por la fuer-
za a otro (anexión de Timor Oriental por Indonesia en 1975).
11) En materia ambiental, el Banco Mundial prosigue el de-
sarrollo de una política productivista y extractivista infausta
para los pueblos y nefasta para la naturaleza. El Banco sub-
venciona masivamente la construcción de centrales térmicas de
carbón, que tienen un efecto catastrófico en la contaminación
y el cambio climático, y además, consiguió que se le atribuyera
la gestión de los permisos para contaminar. También financia la
construcción de grandes represas que originan enormes daños
en el medio ambiente. El Banco Mundial favorece el desarrollo
del agrobusiness contra la agricultura campesina, sostiene la
utilización de pesticidas, herbicidas, abonos químicos, todos
ellos responsables de una pérdida dramática de biodiversidad
y de un empobrecimiento de los suelos. El Banco Mundial tam-
bién favorece la privatización y comercialización de tierras en
beneficio de los grandes propietarios.
12) El Banco Mundial financia proyectos que violan de mane-
ra flagrante los derechos humanos. Entre los proyectos menos
respetuosos con los derechos humanos directamente apoyados
por el Banco, destaca el proyecto de “transmigración” en In-
donesia (1970-1980), en el que varios de sus componentes se
pueden considerar crímenes contra la humanidad (destrucción
del medio natural de las poblaciones indígenas, desplazamiento

541
forzoso de poblaciones). En los años 2000, el Banco Mundial
financió íntegramente la mal llamada operación de “salidas
voluntarias” en la RDC, un plan de despidos que violaba los
derechos de 10 655 trabajadores de la empresa minera públi-
ca, Gencaminas situada en Katanga. Esos trabajadores todavía
están esperando los pagos de los atrasos de salarios e indemni-
zaciones previstas por el derecho congoleño.
13) El Banco Mundial y el FMI favorecieron el surgimiento
de factores que provocaron la crisis de la deuda que estalló en
1982. Resumiendo: a) el Banco Mundial y el FMI empujaron
a los países a endeudarse en condiciones que llevaban al so-
breendeudamiento; b) incitaron, e incluso forzaron, a los países
a eliminar los controles sobre el movimiento de capitales y el
cambio, acentuando así la volatilizad de los capitales y facili-
tando su fuga; c) empujaron a los países a abandonar la indus-
trialización por sustitución de importaciones en beneficio de un
modelo basado en la promoción de las exportaciones.
14) Disimularon los peligros que, sin embargo, habían ya de-
tectado (sobreendeudamiento, crisis de pagos, transferencias
negativas...).
15) Desde que estalló la crisis en 1982, el Banco Mundial y
el FMI favorecieron, de manera sistemática, a los acreedores y
debilitaron a los deudores.
16) El Banco Mundial y el FMI, recomendaron, incluso im-
pusieron políticas que transfirieron el pago de la factura de la
crisis de la deuda a los pueblos, mientras favorecían a los más
poderosos.
17) El Banco Mundial y el FMI continuaron la “generaliza-
ción” de un modelo económico que aumenta sistemáticamente
las desigualdades entre los países y también dentro de cada uno
de ellos.
18) En los años noventa, el Banco Mundial y el FMI, con
la complicidad de los gobiernos, extendieron las políticas de

542
ajuste estructural a la mayoría de países de América Latina, Áfri-
ca, Asia, Europa central y oriental (incluida Rusia).
19) En los países del exbloque soviético, las privatizaciones
masivas fueron realizadas en detrimento del bien común y enri-
quecieron, de forma colosal, a un puñado de oligarcas
20) Esas dos instituciones reforzaron a las grandes empresas
privadas y, al mismo tiempo, debilitaron a los poderes públicos
y a los pequeños productores. Además, agravaron la explota-
ción de asalariados y precarizaron aún más sus trabajos. Actua-
ron igual con los pequeños productores.
21) Su retórica de lucha por la reducción de la pobreza es-
conde mal una política concreta que reproduce y refuerza las
causas mismas de la pobreza.
22) El discurso del Banco Mundial sobre la “igualdad de gé-
nero” coincide en la práctica con políticas que refuerzan algunos
aspectos de la dominación patriarcal. Las políticas financiadas
por el Banco y por el FMI tienen consecuencias nefastas sobre
las condiciones de vida de las mujeres.
23) La liberalización del flujo de capitales, que el Banco y el
FMI favorecieron sistemáticamente, reforzó la evasión fiscal, la
fuga de capitales, la corrupción.
24) La liberalización de los intercambios comerciales refor-
zó las economías dominantes y fragilizó las economías domi-
nadas. La mayor parte de los y las pequeños/as y medianos/as
productores/as de los países en desarrollo no tienen capacidad
para resistir la competencia de las grandes empresas, ya sean
del Norte o del Sur.
25) El Banco Mundial y el FMI trabajan en estrecha colabora-
ción con la OMC, y con los gobiernos cómplices, para imponer
una agenda radicalmente opuesta a la satisfacción de los dere-
chos humanos fundamentales.

543
26) Desde que la crisis afectó a la Unión Europea, el FMI, a
partir de 2010, estuvo en primera línea para imponer al pueblo
griego, portugués, irlandés, chipriota… las políticas que habían
sido impuestas antes a los pueblos de los países en desarrollo, a
los de Europa central y oriental, en los años noventa.
27) El Banco Mundial y el FMI, que predican la buena gober-
nanza, con relaciones estables, mantienen ocultas actuaciones
dudosas.
28) El Banco Mundial y el FMI contribuyeron de forma siste-
mática a socavar el servicio de salud pública. Ese proceso debi-
litó fuertemente la capacidad de los gobiernos y de los pueblos
a afrontar enfermedades tradicionales como la malaria (palu-
dismo) o la tuberculosis, así como epidemias nuevas como la
Covid-19.
29) Esas dos instituciones mantienen a la mayoría de países en
desarrollo en la marginalidad, aunque estos constituyan la mayo-
ría de sus miembros, mientras privilegia a un puñado de gobier-
nos de países ricos.
30) En resumen, el Banco Mundial y el FMI constituyen ins-
trumentos despóticos en manos de una oligarquía internacio-
nal (un pequeño grupo de grandes potencias y sus sociedades
transnacionales) que fortalece al sistema capitalista internacio-
nal, destructor de la humanidad y del medio ambiente.
31) Es necesario enunciar las acciones nefastas del Banco
Mundial y del FMI, con el fin de acabar con ellas. Esas institucio-
nes reclaman el pago de unas deudas que deben ser anuladas.
El Banco Mundial y el FMI, y sus dirigentes, deben ser demanda-
dos ante la justicia.
32) Es urgente construir una nueva arquitectura democrática
internacional que favorezca una redistribución de las riquezas y
sostenga los esfuerzos de los pueblos para la realización de un
desarrollo socialmente justo y respetuoso de la naturaleza.

544
Construir una nueva arquitectura internacional
Hay que elegir propuestas que redefinan radicalmente los fun-
damentos de la arquitectura internacional (misiones, funcio-
namiento…). Tomemos por caso la OMC, el FMI y el Banco
Mundial.
La nueva OMC debería tener como objetivo, en el ámbito
del comercio, garantizar la realización de una serie de pactos
internacionales fundamentales, comenzando por la Declaración
de los Derechos Humanos y todos los tratados fundamentales
en materia de derechos humanos (individuales o colectivos) y
ambientales. Su función sería supervisar y reglamentar el comer-
cio de manera que sea rigurosamente conforme a las normas
sociales (Convenciones de la Organización Internacional del
Trabajo) y ambientales. Esa definición es del todo opuesta a
los objetivos actuales de la OMC, ya que implica, de forma bien
evidente, una estricta separación de poderes: está fuera de toda
cuestión que la OMC, como, por cierto, cualquier otra orga-
nización, posea en su seno su propio tribunal. Por lo tanto, es
necesario suprimir el Órgano de Solución de Diferencias (OSD).
La organización que reemplazara al Banco Mundial debería
estar ampliamente regionalizada (los bancos del Sur podrían
estar relacionados), y tendría por función proveer préstamos
con tipos de interés muy bajos o nulos y donaciones, que sola-
mente se podrían otorgar con la condición de ser utilizados en
el respeto riguroso de las normas sociales y ambientales y, en
forma más general, de los derechos humanos fundamentales.
Contrariamente al Banco Mundial actual, el nuevo banco, que
el mundo necesita, no buscaría representar los intereses de los
acreedores e imponer a los deudores un comportamiento de su-
misión al “mercado rey”, tendría por misión prioritaria defender
los intereses de los pueblos que reciben préstamos y donaciones.
El nuevo FMI debería volver a considerar una parte de su
mandato original para garantizar la estabilidad de las monedas,
luchar contra la especulación, controlar los movimientos de

545
capitales, actuar en pro de la prohibición de los paraísos fiscales
y del fraude fiscal. Para alcanzar ese objetivo, podría contribuir,
en colaboración con las autoridades nacionales y los fondos
monetarios regionales (que se deben crear), a la recaudación de
diferentes impuestos internacionales.
Todas estas pistas requieren la elaboración de una arqui-
tectura mundial coherente, jerarquizada y dotada de una divi-
sión de poderes. La piedra angular podría ser la ONU, siempre
y cuando su Asamblea General se convirtiera en la verdadera
instancia de decisión, lo que implicaría suprimir el estatus de
miembro permanente del Consejo de Seguridad (y el derecho
de veto que está ligado al mismo). La Asamblea General podría
delegar misiones específicas a organismos ad hoc.
Otra cuestión, que todavía no ha progresado lo suficiente,
es la de un dispositivo internacional de derecho, de un poder
judicial (independiente de otras instancias de poder interna-
cional), que complete el dispositivo actual, conformado princi-
palmente por el Tribunal Internacional de La Haya y el Tribunal
Penal Internacional. Con la ofensiva neoliberal, que comenzó
durante las décadas del setenta y el ochenta, la ley de comercio
progresivamente dominó el derecho público. Instituciones in-
ternacionales como la OMC y el Banco Mundial funcionan con
sus propios órganos de justicia: el Órgano de Solución de Dife-
rencias (OSD) de la OMC y el Centro Internacional de Arreglo
de Diferencias relativas a Inversiones (CIADI), órgano del Banco
Mundial, cuyo rol aumentó de forma desmesurada. La Carta de
las Naciones Unidas es violada regularmente por los miembros
permanentes del Consejo de Seguridad. Hemos señalado los lí-
mites del derecho internacional y las violaciones sistemáticas de
la Carta de las Naciones Unidas, especialmente la prohibición
del recurso a la fuerza contenido en su artículo 2. Se han creado
nuevos espacios de “no derecho” (por ejemplo, los prisioneros
sin derechos, encerrados en Guantánamo, por Estados Unidos).
Estados Unidos, después de haber recusado el Tribunal Interna-
cional de La Haya (por el que estuvo condenado en 1985 por

546
agresión a Nicaragua), rechazó también el Tribunal Penal Inter-
nacional. Todo eso es extremadamente preocupante y requiere
con urgencia iniciativas para completar un dispositivo interna-
cional de derecho.
Esperando esa implementación judicial internacional, hay
que llevar a instituciones como el Banco Mundial y el FMI ante
los tribunales de justicia, de jurisdicciones nacionales, para que
rindan cuentas de sus acciones. Se debe exigir la anulación de
las deudas que tanto el Banco Mundial como el FMI reclaman, y
poder actuar para impedir la aplicación de las políticas nefastas
que dichas instituciones recomiendan o imponen.

547
Anexos

548
Anexo 1
El ABC del Banco Mundial

La Institución a la que llamamos Banco Mundial reúne, de


hecho, dos organizaciones, el BIRD (Banco Internacional de Re-
construcción y Desarrollo) y la AID (Asociación Internacional
de Desarrollo). Pero, a su vez, el Banco Mundial es un subgrupo
del llamado Grupo Banco Mundial que reúne tres organizacio-
nes más: la SFI (Sociedad Financiera Internacional), la AMGI
(Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones) y el CIADI
(Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativo a Inver-
siones). Veamos más de cerca lo que se esconde por detrás de
esos acrónimos.
El Banco Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo
(BIRD) fue creado en julio de 1944 en Bretton Woods (Estados
Unidos) a iniciativa de los 45 países allí reunidos para la primera
Conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas. En
2019, 189 países son miembros de ese Banco, siendo Nauru el
último en adherirse, en abril de 2016.673
Su objetivo inicial fue el de proveer capitales públicos para
la reconstrucción de Europa Occidental después de la Segun-
da Guerra Mundial, con la intención de que permaneciera un
aliado fiel a Estados Unidos, y así, de paso, ofrecer una salida
a las mercancías producidas por las empresas estadounidenses.
Luego, el Banco se dedicó a la financiación del desarrollo de los
países del Sur, asumiendo el papel de la “fuente esencial de
apoyo financiero y técnico para todos los países en desarrollo”,
según sus propias palabras.674 Una financiación con objetivos
muy específicos y, a su vez, muy discutibles.

673. Para poder ser miembro del BIRD, un país debe ser antes miembro del FMI.
674. Véase www.bancomundial.org

549
Otros cuatro organismos se crearon para formar el “Grupo
Banco Mundial” y fueron asignados a las siguientes misiones:
− 1956, la Sociedad Financiera Internacional (SFI): ofrece
financiación al sector privado de los países del Sur.
− 1960, la Asociación Internacional de Desarrollo (AID):
ofrece préstamos a los países más pobres.
− 1966, el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias
Relativas a Inversiones (CIADI): es un tribunal suprana-
cional en el que una empresa privada puede entablar un
litigio contra un Estado, si cree que este la perjudica.
− 1988, la Agencia Multilateral de Garantía de Inversiones
(AMGI): ofrece garantías a las empresas privadas que tie-
nen intereses en los países del Sur.
A continuación, nos referiremos al Banco Mundial que reúne
al BIRD y la AID.

Un liderazgo no democrático
Cada uno de los países miembros nombra un gobernador para
que lo represente, en general, el ministro de Finanzas. Se reúnen
como Consejo de Gobernadores, instancia suprema del Banco
Mundial, que celebra una reunión anual (en otoño, dos de cada
tres años en Washington) y fija las grandes líneas de actuación.
Ese consejo está encargado de tomar las decisiones importantes
(admisión de nuevos países, preparación del presupuesto, etc.).
Por otra parte, la reunión de primavera en Washington (junto
al FMI) presenta el balance de la actuación del Banco Mundial
y del FMI.
Para la gestión cotidiana de las misiones del Banco Mundial,
el Consejo de Gobernadores delega su poder en el Consejo de
Administradores, compuesto de 25 miembros. Cada uno de
estos 8 países tiene el privilegio de poder nombrar un adminis-
trador: Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido,
Arabia Saudí, China y Rusia. Los otros 17 administradores son

550
nombrados por grupos de países con características, a veces,
sorprendentes: un país rico se asocia, en general, a un grupo
de países del Sur. Por supuesto es el país rico el que dispone de
un sitio en el Consejo de Administradores y vota en nombre de
todos los miembros del grupo.
El Consejo de Administradores se reúne, en principio, por
lo menos tres veces por semana y elige al presidente del Banco
Mundial, para un mandato de cinco años. En contra de cual-
quier principio democrático, una regla tácita dice que ese pues-
to está reservado a un representante de Estados Unidos, elegido
por el presidente estadounidense. El Consejo de Administrado-
res solo ratifica esa elección.
El enlace entre los medios de negocios, el gran capital de Es-
tados Unidos y el Banco Mundial se percibe de inmediato cuan-
do vemos el origen de los 13 ciudadanos estadounidenses que
se sucedieron, hasta ahora, a la cabeza del Banco Mundial:
Eugene Meyer, el primer presidente, solo se mantuvo 8 meses,
era editor del Washington Post y había trabajado en el grupo La-
zard Frères. El segundo, John J. McCloy, era un gran abogado
de negocios de Wall Street, luego fue designado comisario en
jefe de los Aliados en Alemania, y después presidente del Chase
Manhattan Bank. El tercero, Eugene R. Black, era vicepresiden-
te del Chase National Bank y luego se convirtió en consejero
especial del presidente Lyndon B. Johnson. El cuarto, George
D. Woods, también banquero, era presidente de la First Boston
Corporation. Robert S. McNamara había sido presidente-direc-
tor general de la Ford Motor Company, luego secretario de Es-
tado de Defensa en las presidencias de Kennedy y Johnson. Su
sucesor, Alden W. Clausen, era presidente del Bank of America
(uno de los principales bancos de Estados Unidos, muy com-
prometido en la crisis de la deuda del Tercer Mundo), al cual se
reintegró cuando dejó el Banco Mundial. En 1986, le sucedió
Barber Conable, exmiembro republicano del Congreso de Esta-
dos Unidos. Luego llegó Lewis T. Preston en 1991, expresidente
del comité ejecutivo del banco JP Morgan.

551
Desde 1995 hasta 2005, el noveno presidente del Banco
Mundial fue J. D. Wolfensohn, exdirector del sector de banco de
negocios de Salomon Brothers en Nueva York. Cuando acabó
su presidencia en 2005, entró en la dirección del Citibank-Citi-
group, uno de los principales bancos a nivel mundial. En marzo
de 2005, tomó el relevo Paul Wolfowitz, exnúmero 2 del Pen-
tágono, y uno de los organizadores de la invasión militar en
Iraq, en marzo de 2003, por una coalición dirigida por Estados
Unidos. Obligado a dimitir por haberle concedido un aumen-
to substancial de salario a su compañera, fue reemplazado por
Robert Zoellick, que había sido, en forma sucesiva, jefe de ga-
binete de George Bush padre, secretario de Comercio exterior,
número dos del departamento de Estado, y había trabajado en
Goldman Sachs, un actor principal de la crisis de las subprimes,
en julio de 2007. Entre 2012 y 2019, Jim Yong Kim, también
estadounidense, estuvo a la cabeza del Banco Mundial, hasta
dimitir para ir a trabajar a un fondo de inversiones privado.
En abril de 2019, fue oficialmente reemplazado por David
Malpass, quien había trabajado para el Tesoro de Estados
Unidos y en Relaciones Exteriores en la presidencia de Ronald
Reagan y luego en la de George Bush padre, antes de ejercer
el puesto de economista jefe en Bear Stearns, un importante
banco de negocios… hasta su quiebra en 2008, como conse-
cuencia directa del papel que había tenido en la formación de
la burbuja especulativa de las subprimes. En agosto de 2007,
Malpass había publicado en el Wall Street Journal una columna
en la que instaba a sus lectores a no inquietarse por el estado
de los mercados financieros, llegando a escribir que “el merca-
do inmobiliario y el de la deuda no representaban una parte
significativa de la economía de Estados Unidos o de la creación
de empleo”. En mayo de 2016, se unió al equipo de campa-
ña de Donald Trump. Fue recompensado por este último que
lo nombró subsecretario del Tesoro para Asuntos Exteriores y
luego presidente del Banco Mundial.

552
Tabla 21. Los 13 presidentes del Banco Mundial
desde 1946 hasta la actualidad
Duración
Nombre Antecedentes
del mandato
junio1946 - Banquero de negocios en Wall Street,
Eugene Meyer
diciembre 1946 editor del Washington Post
marzo 1947 - Dirigente del Chase National Bank
John McCloy
junio 1949 (convertido en el Chase Manhattan)
julio 1949 -
Eugene Black Vicepresidente del Chase Manhattan Bank
diciembre 1962
enero 1963 -
George Woods Presidente del First Boston
marzo1968
Robert abril 1968 - Dirigente de la Ford, después secretario
McNamara junio 1981 de Estado de Defensa
julio 1981 -
AldenClausen Presidente del Bank of America
junio1986
Barber julio1986 - Miembro del Congreso y de la Comisión
Conable agosto1991 bancaria del Congreso
sept. 1991 -
Lewis Preston Presidente de JP Morgan and Co.
mayo 1995
Banco H Schroder, luego Banco Salomon
James junio 1995 -
Brothers, después presidente
Wolfensohn mayo 2005
de James D. Wolfensohn Inc.
junio 2005 -
Paul Wolfowitz Subsecretario de Estado de Defensa
junio 2007
julio 2007 - Secretario de Estado adjunto en el
Robert Zoellick
junio 2012 gobiermo del presidente George W. Bush
Médico, presidente del Dartmouth College;
julio 2012 - director del Departamento VIH/SIDA
Jim Yong Kim
febrero 2019 de la OMS; se une al fondo de inversiones
privado Global Infrastructure Partners
Economista en jefe del banco de negocios
febrero 2019 -
David Malpass Bear Stearns, subsecretario del Tesoro
actualidad
de Estados Unidos

Un reparto desigual de los derechos de voto


Todos los países miembros reciben una cuota (alícuota)
que determina la influencia que dichos países tendrán. Y, en

553
consecuencia, se arbitrió un sabio cálculo que permite deter-
minar el número de derechos de voto que tiene cada país: una
parte fija de 250 votos y una parte proporcional a su cuota.
Al contrario de la Asamblea General de las Naciones Unidas,
en la que cada país tiene un voto (no es el caso del Consejo de
Seguridad, donde cinco países tienen derecho de veto), el sis-
tema adoptado es 1 USD = 1 voto. Aunque no se parece al de
un accionista de una empresa ya que un país no puede decidir
aumentar su cuota para tener más inflencia. Por lo tanto, el sis-
tema está perfectamente bloqueado.
Tabla 22. Reparto de derechos de voto
entre los administradores del BIRD en enero de 2020
Grupo presidido Grupo presidido
Países % % %
por por
Estados Unidos 15,44 Austria 4,87 Suiza 3,05

Japón 7,77 México 4,74 Islandia 3,05

China 4,79 Países Bajos 4,08 Pakistán 3,01

Alemania 4,08 Corea del Sur 3,99 Tailandia 2,88

Francia 3,80 Canadá 3,98 Kuwait 2,75

Reino Unido 3,80 Brasil 3,71 Uruguay 2,28

Rusia (+Siria) 2,82 India 3,54 Camerún 2,03

Arabia Saudí 2,70 Italia 3,34 Uganda 1,92

Nigeria 1,61

Fuente: Banco Mundial (worldbank.org).

Los países del Sur no tienen la fuerza necesaria para hacer


frente a los principales países del Norte, que se reservan la
mayor parte de los derechos de voto. De esa manera tienen los
medios para imponer, sistemáticamente, sus puntos de vista.
El desfase entre el peso demográfico y el poder de influencia es
evidente y enorme.

554
Tabla 23. Derechos de voto
de los administradores del BIRD en enero de 2020
Población estimada Derechos de voto
Países o grupo en 2020 en el BIRD
(en millones) en enero de 2020 (%)
Grupo presidido por la India 1566 3,54
China 1439 4,79
Grupo presidido por Uganda 480 1,92
Estados Unidos 331 15,44
Grupo presidido por Camerún 326 2,03
Rusia (+Siria) 163 2,82
Japón 127 7,77
Francia 65 3,80
Arabia Saudí 34 2,70

Además de este reparto injusto de derechos de voto, Estados


Unidos logró imponer la mayoría del 85 % de votos requerida
para todas las decisiones importantes. Al ser el único país que
tiene más del 15 % de los votos, posee, evidentemente, un de-
recho de veto para cualquier cambio importante. Los países de
la Unión Europea, que podrían reunir también ese 15 %, se ali-
nean generalmente con Washington. Las pocas veces que una
coalición de países europeos amenazó con utilizar la minoría de
bloqueo, solo fue para defender sus intereses egoístas.675 En un
futuro, podríamos imaginar que una coalición de países del Sur
lograse reunir una minoría de bloqueo para oponerse al próxi-
mo candidato de Estados Unidos a la presidencia de la institu-
ción, pero, hasta ahora, el Tesoro estadounidense es, sin duda
alguna, el comandante capaz de bloquear cualquier cambio

675. Véase, por ejemplo, la amenaza de la coalición entre Bélgica, Países Bajos, Suiza
y Noruega en junio de 2005, “El CADTM está preocupado por la maniobra contra
la anulación de la deuda iniciada por cuatro ‘pequeños’ países ricos en el FMI” y “La
propuesta del G8 sobre anulación de la deuda de los 18 países más pobres con el
Banco Mundial, Banco Africano de Desarrollo y el FMI”.

555
contrario a sus intereses. Que la sede esté en Washington, a
dos pasos de la Casa Blanca, no es casualidad. A lo largo de los
años los reajustes de los derechos de voto permitieron a China
ganar un poco de influencia, y aunque Estados Unidos aceptó
revisar su cuota a la baja, se cuidó mucho de mantenerse por
encima del límite del 15 %.676

Elección de financiaciones cuestionables


La AID (Asociación Internacional de Desarrollo) es oficialmente
una simple asociación, aunque insertada en el BIRD, el banco
que la gestiona. En el año 2020, contaba con 173 Estados miem-
bros, entre los cuales hay 77677 que cumplen con las condiciones
para aprovechar esos préstamos, o sea, un ingreso anual por
habitante de menos de 1175 USD para el ejercicio 2019 (cifra
que se actualiza todos los años). Esos países piden préstamos
de larga duración (entre 30 y 40 años, con un período de gracia
de 5 a 10 años) y con tipos de interés bajos. El dinero proviene
de los países más ricos, que reconstituyen los fondos de la AID
cada tres años, así como de las ganancias que el BIRD obtiene
de los reembolsos efectuados por los países de ingresos medios.
Los otros países del Sur obtienen préstamos del BIRD (Banco
Internacional para la Reconstrucción y el Desarrollo), con tipos
de interés próximos a los del mercado. Además, el BIRD selec-
ciona los proyectos rentables para otorgar sus préstamos, como
hace cualquier banco clásico. El Banco Mundial consigue los
fondos necesarios para esos préstamos, pidiendo a su vez di-
nero en los mercados financieros. Su solidez, garantizada por
los países ricos, que son los mayores accionistas, le permite

676. Para un análisis detallado de la influencia de Estados Unidos en el seno del


Banco Mundial, véase Éric Toussaint (2006). Banco Mundial. El golpe de Estado perma-
nente, El Viejo Topo, Mataró, 2007, cap. 5 al 9.
677. A esos 77 países hay que agregar India, que ya no es elegible para la ayuda de la
AID desde el fin del ejercicio de 2014, pero recibió un sostén transitorio excepcional
para el período cubierto por la AID (2015-2016-2017).

556
conseguir esos fondos a tipos de interés ventajosos. El BIRD los
presta luego a los países miembros, que los reembolsarán en un
plazo de entre 15 y 20 años.
Esa posición privilegiada permite al BIRD tener superávits
para su funcionamiento administrativo e incluso presentar un
resultado de su balance altamente positivo: entre 680 millones
y 1000 millones de dólares por año en el período 2011-2015.
De los 44 600 millones de dólares desembolsados por el Banco
Mundial en 2015, 19 000 millones lo fueron por el BIRD.678
Con el aumento del endeudamiento, el Banco Mundial
desarrolló sus intervenciones de acuerdo con el FMI, bajo
una perspectiva macroeconómica, e impuso de manera cre-
ciente las políticas de ajuste estructural. Tampoco se priva
de “aconsejar” a los países sometidos a la doctrina del FMI,
ya que participa, incluso directamente, en la financiación de
esas reformas gracias a sus préstamos específicos.

Los bancos nacionales e internacionales


de desarrollo aumentan su influencia
Además del Banco Mundial existen otras instituciones multilate-
rales de desarrollo, como el Banco Nacional de Desarrollo Eco-
nómico y Social (BNDES) de Brasil o el Banco de Desarrollo de
China (CDB). Su influencia no es poca, ya que en la actualidad
prestan más que el Banco Mundial. Entre 2003 y 2015, el CDB
prestó más de 78 000 millones de USD destinados a América
Latina. En 2017, la suma total de acreencias del CDB alcanzaba
la gigantesca suma de 1,427 billones de USD. La suma total de
acreencias del BNDS llegaba a los 175 000 millones de USD en
2017.679

678. Véase “The World Bank Group A to Z”. Disponible en https://bit.ly/3oXN4gO


679. Strengthening the Foundations? Alternative Institutions for Finance and Develo-
pment - Kring - 2019 - Development and Change - Wiley Online Library. Disponible
en https://bit.ly/3dTuSyx

557
Al igual que los del Banco Mundial, esos préstamos son muy
cuestionables. En el caso del Banco de Desarrollo de China, los
tipos de interés eran superiores a los aplicados por el Banco
Mundial, acompañados de ayuda vinculada y pago en bienes.
En cuanto al BNDES brasileño, una gran parte de los proyectos
financiados por ese banco provocaron desplazamiento de po-
blaciones y un impacto negativo sobre el medio ambiente. En
otras palabras, el respeto hacia los derechos humanos no está
entre las preocupaciones de esas dos instituciones.
Queremos mencionar también el banco de los BRICS, que
fue creado en 2014. Desgraciadamente, su acción está inspira-
da en intereses egoístas de las cinco potencias que lo fundaron.

Bancos regionales de desarrollo alineados


con la política del Banco Mundial
Existen numerosos bancos regionales: el Banco Africano de De-
sarrollo (BAfD), el Banco Asiático de Desarrollo (BAsD),680 el
Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y también el Banco
Europeo de Inversiones (BEI). Puesto que esos bancos están
completamente alineados con las orientaciones del Banco Mun-
dial, no constituyen una alternativa. Sus balances son también
totalmente negativos.

680. El Banco Africano de Desarrollo y el Banco Asiático de Desarrollo tienen el


mismo acrónimo: BAD. Con el fin de distinguirlos, utilizamos estos acrónimos: BAfD
y BAsD.

558
Anexo 2
El ABC del Fondo
Monetario Internacional (FMI)

Como el Banco Mundial, el FMI fue creado en 1944 en Bretton


Woods. Su objetivo oficial era el de estabilizar el sistema financie-
ro internacional reglamentando la circulación de capitales. Más
tarde, se convirtió en la principal institución encargada de impo-
ner políticas neoliberales brutales en todo el planeta. Claramente,
es un organismo antidemocrático al servicio de los intereses de
las grandes potencias y de las grandes empresas privadas. La con-
cesión condicional de créditos a los países en dificultades es uno
de sus principales medios de presión. En 2019, 189 países eran
miembros del Fondo, los mismos que son miembros del BIRD
(Banco Internacional de Reconstrucción y Desarrollo).

Un liderazgo no democrático
La organización es comparable a la del Banco Mundial: cada
país nombra a un gobernador para representarlo, en general, el
ministro de Finanzas o el gobernador de su Banco Central. Estos
representantes se reúnen, una vez por año en octubre, en el seno
del Consejo de Gobernadores; instancia soberana del FMI, ese
consejo es el encargado de tomar las decisiones importantes
(admisión de nuevos países, preparación del presupuesto, etc.).
Para la gestión cotidiana de las misiones del FMI, el Consejo
de gobernadores delega su poder en el Consejo de Administra-
ción formado por veinticuatro miembros. Los siguientes ocho
países —los mismos que en el Banco Mundial— tienen el pri-
vilegio de poder nombrar un administrador: Estados Unidos,
Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Arabia Saudí, China y
Rusia. Los otros dieciséis administradores son nombrados por

559
grupos de países cuya composición puede diferir ligeramente de
los grupos del Banco Mundial.
El tercer órgano director es el Comité Monetario y Financiero
Internacional (CMFI), que agrupa a los veinticuatro gobernado-
res de los países que forman el Consejo de Administración. Se
reúne dos veces por año (en primavera y en otoño) y es el en-
cargado de asesorar al FMI sobre el funcionamiento del sistema
monetario internacional.
El Consejo de Administración elige a un director general por
cinco años. El equivalente a la norma tácita vigente en el Banco
Mundial, determina que ese cargo esté reservado a un europeo.
El francés Michel Camdessus estuvo en ese puesto entre 1987 y
2000, antes de dimitir a causa de la crisis en Asia del sureste. El
FMI había ayudado a acreedores con inversiones de alto riesgo
y había impuesto medidas económicas que llevaron al desem-
pleo a más de 20 millones de personas, un hecho que provocó
fuertes protestas populares y la desestabilización de muchos
gobiernos. El español Rodrigo Rato fue nombrado para el
puesto en 2004 y dimitió en 2007 para integrar el servicio in-
ternacional de la Banca Lazard681 en Londres. En 2017, fue con-
denado por la justicia española a cuatro años de cárcel por la
malversación de fondos llevada a cabo por el banco Bankia. El
francés Dominique Strauss-Kahn, exministro socialista de Fi-
nanzas, le sucedió en 2007, pero fue obligado a dimitir en 2011
debido a la denuncia por agresión sexual de una empleada de
un hotel Sofitel.682 En julio de 2011, la francesa Christine Lagarde,
que era, hasta ese momento, ministra de Finanzas, tomó el re-
levo. Christine Lagarde fue enjuiciada por el affaire del Crédit
Lyonnais, que costó caro a los contribuyentes de Francia. Dejó

681. El Banco Lazard está especializado en el asesoramiento financiero y en la ges-


tión de activos. Interviene especialmente en los Estados con dificultades financieras.
Como ejemplo, intervino en Grecia en 2015, con el conocido “éxito”. También aseso-
ra al régimen depredador del Congo-Bazzaville.
682. El “affaireDSK” o el “affaire del Sofitel” de Nueva York. Véase Éric Toussaint y
Damien Millet (20 de mayo de 2011). “FMI: la fin de l’histoire?”, CADTM, caso
Strauss-Kahn. Disponible en https://bit.ly/3dR4AwT

560
su puesto en 2019 para convertirse en directora del Banco Cen-
tral Europeo. Se pueden decir muchas cosas sobre su mandato.
Después de la partida de Christine Lagarde, los miembros de
Europa y Washington se pusieron nuevamente de acuerdo para
designar a una persona europea a la cabeza de la institución.
El puesto recayó en Kristalina Georgieva, economista búlgara,
exnúmero 2 del Banco Mundial.
En 2019, el FMI tenía un equipo de 2765 altos funciona-
rios provenientes de 148 países, la mayoría trabajando en
Washington. El “nº 2” del FMI siempre es un representante de
Estados Unidos, cuya influencia en la institución es preponde-
rante. Durante la crisis asiática de 1997-1998, Stanley Fisher se
adelantó a Camdessus varias veces. Durante la crisis argentina
de 2001-2002, Anne Krueger tuvo un papel muy activo. De 2006
a 2007, John Lipsky, execonomista jefe de JP Morgan, uno de los
principales bancos de negocios estadounidenses, tuvo también
un papel preponderante. Lipsky había prevenido, desde marzo
de 2010, que los gobiernos de los “países desarrollados con dé-
ficit público elevado debían comenzar, desde este momento, a
preparar a la opinión pública con respecto a las medidas de aus-
teridad que serán necesarias a partir del año próximo”.683 Más de
diez años más tarde, es necesario constatar que, efectivamente,
la agenda neoliberal se había desplegado, bajo el control del FMI
sobre Grecia, Irlanda y Portugal desde 2010. El FMI continuó
con sus nefastas acciones en una serie importante de países del
Sur. En 2018 otorgó el crédito más importante de su historia al
régimen 100 % neoliberal de Mauricio Macri en Argentina, aliado
dócil de Estados Unidos. Y eso terminó en un gran fiasco. Vemos
con orgullo las enormes movilizaciones que las recetas impues-
tas por el FMI, en países como Ecuador y Haití, provocaron en
2019, y en el caso de Ecuador, las medidas del FMI tuvieron que
ser abandonadas bajo la presión de la calle.

683. Comunicado de Reuters (21 de marzo de 2010). “El FMI aboga por medidas de
austeridad desde el año próximo”.

561
Un funcionamiento según el modelo
de la empresa privada
Desde 1969, el FMI posee su propia unidad de cuenta que re-
glamenta sus actividades financieras con los países miembros: el
Derecho Especial de Giro (DEG). Fue creado, en un momento en
el que el sistema erigido en Bretton Woods, basado en tipos de
cambio fijos, empezaba a tambalearse, y con el fin de paliar la
falta de activos de reserva de esa época, especialmente el oro y
el dólar estadounidense. Pero eso no impidió que se derrumbase
el sistema de Bretton Woods, debido a la decisión de Nixon de
suprimir la libre convertibilidad del dólar estadounidense en oro, en
1971. Con un sistema de tipos de cambios flotantes, el DEG se
convirtió, sobre todo, en un activo de reserva entre otros. Según
el FMI: “El DEG no es una moneda, y tampoco constituye una
acreencia sobre el FMI. Por el contrario, representa una acreen-
cia virtual sobre las monedas libremente utilizables de los países
miembros del FMI”.684 En su origen era igual a 1 dólar estadouni-
dense, ahora se la evalúa diariamente685 a partir de una cesta de
monedas fuertes (dólar estadounidense, yen, euro, libra esterlina,
y desde 2016 el renmimbi —yuan chino—).
En oposición a cualquier institución democrática, el FMI fun-
ciona casi como una empresa. Cualquier país que se haga miem-
bro del FMI debe pagar un derecho de entrada, o sea, una cuota,
convirtiéndose en accionista ya que contribuye a su capital. Esa
cuota se calcula en función de la importancia económica y geopo-
lítica del país. En principio, se la debe pagar en un 25 % en DEG
(Derechos Especiales de Giro) o en una de las divisas que compo-
nen el DEG, y antes de 1978, se podía pagar también en oro, y el
resto en la moneda local de cada país. De ese modo, el FMI es un
importante poseedor de oro, siendo el tercero en julio de 2019,
por detrás de Estados Unidos y Alemania… Y eso porque muchos

684. https://bit.ly/3DRjv4M
685. El 20 de diciembre de 2019, 1 USD era igual a 0,72 SDR (DEG) (https://bit.
ly/321qJG7).

562
países pagaron su cotización al FMI con ese metal precioso. Ade-
más, en 1970-1971, como el FMI juzgaba a Sudáfrica totalmente
recomendable, a pesar de sus violaciones constantes de derechos
humanos durante el apartheid, esta le vendió grandes cantidades
de oro.
Cuando, a comienzos del siglo xxi, todos sus grandes clientes
le reembolsaron en forma anticipada, o dejaron de acudir a él,
el FMI atravesó una situación financiera delicada y, en abril de
2008, su Consejo de Administración aprobó la venta de 403 to-
neladas de oro, por un valor de 11 000 millones de dólares
estadounidenses, con el fin de rellenar sus cajas. Aunque esas
reservas no intervienen en los préstamos del FMI, le confieren
estabilidad y un prestigio esencial a los ojos de los actores finan-
cieros internacionales.
En abril de 2009, la cumbre G20 decidió triplicar la capa-
cidad de préstamo del FMI, pasando de 250 000 millones a
750 000 millones de USD. Después de una reducción neta de
las deudas pendientes de los créditos del FMI a sus Estados
miembros, la crisis internacional que estalló en 2007-2008 fue
el pretexto ideal para partir nuevamente al asalto, para multipli-
car los préstamos, en especial a países europeos, e imponer, en
contrapartida, medidas antisociales draconianas y una austeri-
dad dramática para los pueblos.

Tabla 24. Evolución de los créditos acordados por el FMI


y de los pagos de los que se beneficia entre 1998 y 2019
Volumen total de las
Créditos Pagos recibidos
En miles de acreencias en manos
desembolsados por el FMI
millones de USD del FMI, del conjunto
durante el año durante el año
de países miembros
1998 93,4 30,1 10,2
1999 78,8 14,7 27,4
2000 64,1 10,0 20,6
2001 74,9 30,8 17,6
2002 95,1 35,9 21,6

563
Volumen total de las
Créditos Pagos recibidos
En miles de acreencias en manos
desembolsados por el FMI
millones de USD del FMI, del conjunto
durante el año durante el año
de países miembros
2003 106,4 31,3 29,2
2004 96,3 7,7 22,9
2005 49,3 3,8 42,8
2006 20,5 4,3 35,9
2007 15,5 2,0 8,1
2008 33,1 21,7 3,7
2009 66,0 34,4 1,9
2010 93,1 32,6 4,7
2011 141,7 52,9 3,7
2012 146,6 24,4 19,5
2013 138,7 22,1 30,9
2014 108,5 16,1 37,3
2015 79,1 12,7 37,6
2016 74,7 8,6 10,7
2017 65,5 8,1 21,8
2018 85,9 35,4 13,5
2019 99,0 23,9 9,7

Fuente: FMI.

Contrariamente al Banco Mundial, son las cotizaciones de


los Estados lo que permite al FMI conseguir reservas destinadas
a los préstamos a los países con déficit temporal. Esos présta-
mos están condicionados por la firma de un acuerdo que dicta
las medidas que el país debe tomar. Ese dinero está disponible
por tramos, después de cada verificación de la aplicación efecti-
va de las medidas exigidas.
Por regla general, un país en dificultades puede pedir un prés-
tamo al FMI, de forma anual, hasta un 100 % de su cuota y en
total un 300 %, salvo un procedimiento de urgencia. El présta-
mo es a corto plazo y se supone que el país reembolsará al FMI
cuando su situación financiera se haya restablecido.

564
Los gobiernos del G7, y en particular el de Estados Unidos, utilizaron
al FMI como un instrumento para la realización de sus propósitos
políticos. […] Numerosos estudios sobre los efectos de los présta-
mos del FMI no consiguieron establecer un nexo significativo entre
los préstamos del FMI y el aumento de la riqueza o de los ingresos. El
rescate de los acreedores con el apoyo del FMI, durante las recientes
crisis, fue especialmente dañino y tuvo efectos terribles en los países
en desarrollo. Mucha gente, que había trabajado duro para salir de
la pobreza, asistió a la destrucción de sus sueños, la pérdida de sus
ahorros y a la quiebra de sus pequeñas empresas. Los trabajadores
perdieron sus empleos, muy a menudo, sin ninguna indemnización
por despido para amortiguar el drama. Los propietarios nacionales y
extranjeros de activos reales sufrieron fuertes pérdidas mientras que
los bancos acreedores extranjeros estaban bien protegidos.

Comisión Consultora del Congreso Estadounidense


sobre las Instituciones Financieras Internacionales
(IFI Advisory Commission), llamada Comisión Meltzer, 2000.

Como en el caso del Banco Mundial, la cuota de un país


determina el número de sus derechos de voto en el seno del
FMI, siendo la correspondencia de 250 votos más un voto por
tramo de 100 000 DEG de cuota. Es así como el Consejo de
Administración del FMI acuerda una plaza preponderante a Es-
tados Unidos (más del 16,5 % de los derechos de voto). Como
comparación, en enero de 2020, el grupo llevado por Mauri-
tania, constituido por 23 países de África, que representa a
339 millones de personas (o sea 8 millones más que Estados
Unidos), poseía solamente 1,62 % de los derechos de voto (es
decir, menos de la décima parte de los derechos de voto de Es-
tados Unidos).
En 2016, bajo la presión de los países emergentes, una re-
forma sobre la transferencia de derechos de voto entraba en
vigencia, pero, en realidad, solo fue una farsa.

565
Tabla 25. Distribución de los derechos de voto entre los
administradores del FMI en enero de 2020 686
Grupo Grupo
Países % % %
presidido por presidido por
Estados Unidos 16,52 Bélgica 5,43 Brasil 3,07
Japón 6,15 Colombia 5,31 India 3,05
Esuatini
China 6,09 Tailandia 4,34 2,97
(antes Suazilandia)
Alemania 5,32 Italia 4,13 Suiza 2,89
Reino Unido 4,03 Australia 3,79 Irán 2,54
Francia 4,03 Canadá 3,38 Egipto 2,53
Rusia (+Siria) 2,68 Suecia 3,29 Mauritania 1,62
Arabia Saudí 2,01 Turquía 3,23 Argentina 1,59

Con semejante sistema, es evidente que los países del Norte


logran, sin problemas, reunir la mayoría de derechos de voto y,
por lo tanto, tienen todas las ventajas para dirigir el FMI.
Su poder es desmesurado si se lo compara con el de los
países del Sur, cuyos derechos de voto se ven ridículamen-
te reducidos con respecto al tamaño de las poblaciones que
representan.
Tabla 26. Derechos de voto
de algunos administradores del FMI en octubre 2020

Población estimada Derechos de voto del


País o grupo
en 2020 (en millones) FMI en enero 2020 ( %)

Grupo presidido por la India 1566 3,05

China 1439 6,09


Grupo presidido por
766 2,97
Esuatini (antes Suazilandia)
Grupo presidido por
339 1,62
Mauritania

686. Véase “IMF Executive Directors and Voting Power”. Disponible en http://www.
imf.org/external/np/sec/memdir/eds.aspx

566
Población estimada Derechos de voto del
País o grupo
en 2020 (en millones) FMI en enero 2020 ( %)

Estados Unidos 331 16,52

Rusia (+Siria) 163 2,68

Japón 127 6,15

Francia 65 4,03

Arabia Saudí 34 2,01

Fuente: FMI; Naciones Unidas.

Como en el Banco Mundial, se requiere una mayoría del 85 %


para todas las decisiones importantes sobre el futuro del FMI,
y puesto que Estados Unidos es el único país que tiene más del
15 % de derechos de voto, posee un derecho de veto de facto.

El FMI, ese bombero pirómano


Las misiones del FMI están definidas en sus estatutos: se trata de
“promover la cooperación monetaria internacional, garantizar la es-
tabilidad financiera, facilitar los intercambios internacionales, con-
tribuir a un nivel elevado de empleo y a la estabilidad económica y
hacer disminuir la pobreza”.687
En los hechos, la política del FMI contradice sus estatutos.
La institución no favorece ni niveles elevados de empleo ni ele-
vados ingresos reales. Bajo la influencia del Tesoro de Estados
Unidos y con el apoyo de los países del Norte, el FMI tomó la
iniciativa de convertirse en un actor principal que tiene un peso
enorme sobre las orientaciones políticas y económicas de los
países miembros. Y para hacer eso, no duda en ir más allá de
sus derechos.

687. https://bit.ly/3DRO9uZ

567
De esa manera, el FMI favoreció la liberalización completa
de los movimientos de capitales, una de las principales causas
de las crisis financieras que afectaron gravemente a los países
del Sur. Esa eliminación de todos los controles sobre los mo-
vimientos de capitales favorece la especulación y está en contra-
dicción con la sección 3 del artículo 6 de los estatutos del FMI:
“Los Estados miembros pueden tomar las medidas de control
necesarias para reglamentar los movimientos internacionales de
capitales”.
Supervisión, ayuda financiera y asistencia técnica constituyen
los tres ámbitos de intervención del FMI. Sin embargo, las con-
sultas anuales con los países miembros y las recomendaciones
de sus expertos no permitieron al FMI prever y evitar las grandes
crisis que se sucedieron después de 1994. Las políticas dictadas
por el FMI incluso las agravaron.
En el curso de los últimos años, las políticas del FMI, que
consistían principalmente en poner fin a las subvenciones públi-
cas destinadas a los productos de base (combustibles, alimen-
tos) y a servicios de primera necesidad (transportes públicos),
o a imponer medidas antisociales en el sistema de seguridad
social, provocaron levantamientos populares, por ejemplo en
Nicaragua (abril de 2018), Sudán (diciembre de 2018), Haití
(verano 2018 y en 2019), Ecuador (octubre de 2019). Decidida-
mente, las nefastas políticas del FMI no han cambiado.

568
Glosario

En este libro, como bien explicamos, se utilizan como sinónimos


los términos y expresiones: Tercer Mundo, países del Sur, Sur,
Periferia, países en desarrollo (PED). Estos se utilizan en oposi-
ción a: (principales) países capitalistas industrializados, países
del Norte, Norte, Centro, países imperialistas, G7 y Tríada, que
son considerados sinónimos.
Los países correspondientes al exbloque soviético se consideran
Periferia.

Acreencias privadas
Deudas que un banco privado tiene a su favor cualquiera que
sea el prestatario.

Acreencias públicas
Deudas que prestamistas públicos tienen a su favor cualquiera
que sea el prestatario.

Agencia de crédito a la exportación


Cuando una empresa privada del Norte obtiene un mercado en
un país en desarrollo, existe el riesgo de que dificultades económi-
cas o políticas impidan el pago de una factura. Para prevenir ese
problema, la empresa puede tomar un seguro de una agencia de
crédito a la exportación, como la CESCE en España, la COFACE
en Francia o el Ducroire en Bélgica. En caso de problemas, esas
agencias pagan la deuda y la empresa del Norte recupera todo lo
que le deben.
Una de las principales críticas que se formulan contra esas
agencias es que son poco cuidadosas con la naturaleza de los

569
contratos asegurados (armamentos, megaproyectos de infraes-
tructuras y energía) y con las consecuencias sociales y ambien-
tales, dando apoyo, con frecuencia, a regímenes represivos y
corruptos.

Ayuda Pública (u Oficial) al Desarrollo (APD o AOD)


Se denomina ayuda pública u oficial al desarrollo a donaciones
o préstamos concedidos en condiciones financieras privilegia-
das por organismos públicos de los países industrializados. Por
lo tanto, es suficiente con que un préstamo sea concedido a un
tipo de interés inferior al del mercado (préstamo concesional)
para que sea considerado como ayuda, aunque tenga que ser
reembolsado hasta el último céntimo por el país beneficiado.
Los préstamos bilaterales ligados (que obligan al país beneficia-
rio a comprar productos o servicios del país acreedor) y las anu-
laciones de deuda forman parte, también, de la APD o AOD.

Balanza comercial
La balanza comercial de un país mide la diferencia entre sus ven-
tas de mercaderías (exportaciones) y sus compras (importacio-
nes). El resultado es el saldo comercial (con déficit o superávit).

Balanza de pagos
La balanza de pagos corrientes de un país es el resultado de sus
transacciones comerciales (o sea, los bienes y servicios importa-
dos y exportados) y de sus intercambios financieros con el exte-
rior. En otras palabras, la balanza de pagos expresa la posición
financiera de un país en relación con el resto del mundo. Si tiene
un excedente de pagos corrientes puede ser un prestamista con
respecto a otros países. Por el contrario, si el país tiene una ba-
lanza de pagos deficitaria tenderá a dirigirse a los prestamistas
internacionales con el fin de pedir un crédito para sus necesida-
des de financiación.

570
Banco Central
El Banco Central de un país gestiona la política monetaria y tiene
el monopolio de la emisión de la moneda nacional. Proporciona
moneda a los bancos comerciales a un precio determinado por
los tipos directores, que son fijados por el propio banco.

Banco Mundial
Véase el anexo 1, sobre el Banco Mundial. Sitio web: www.worl-
dbank.org

Bonos del Tesoro o títulos del Tesoro


Títulos de empréstitos emitidos por el Tesoro público para ob-
tener financiación. Su duración puede ir de algunos meses a
treinta años.

Bolsa
La bolsa es el lugar donde son emitidas las obligaciones y las
acciones. Una obligación es un título de un empréstito y una
acción es un título de propiedad de una empresa. Las acciones
y las obligaciones pueden ser revendidas y recompradas a dis-
creción en el mercado secundario de la bolsa (el primario es el
lugar donde los nuevos títulos son emitidos por primera vez).

Banco de Pagos Internacionales


El Banco de Pagos Internacionales (BPI, BIS, por sus siglas en
inglés) fue fundado en 1930 para gestionar las reparaciones de
guerra alemanas después de la Primera Guerra Mundial. Estable-
cido en Basilea, como sociedad anónima, gestiona una parte de
las reservas en divisas de los Bancos Centrales de los países más
industrializados y de algunos otros. Este Banco tiene un papel
importante en la elaboración de estadísticas relativas a las ope-
raciones bancarias internacionales, que publica en un informe
trimestral desde comienzos de los ochenta. El BPI está encarga-
do de gestionar los riesgos relacionados con la liberalización de

571
los mercados financieros. Pero también es un banco que opera:
recibe, principalmente de los Bancos Centrales, depósitos en oro
y divisas, que coloca en los mercados y también otorga créditos
a algunos Bancos Centrales. Sitio web: www.bis.org

Club de Londres
Homólogo del Club de París, este Club reúne a los banqueros
privados prestamistas de los PED. Creado en 1976, a raíz de una
demanda proveniente del antiguo Zaire, el Club de Londres es un
grupo informal, sin estatutos ni legitimidad, que se reúne para
emprender operaciones de reestrucutra de deudas soberanas
de países en dificultad de pagos. Bajo el efecto de la crisis de la
deuda del Tercer Mundo, aumentó su importancia en el último
cuarto del siglo xx. Frente a la evolución del perfil de endeuda-
miento de los países en desarrollo desde el año 2000, que fue
abandonando los bancos privados en beneficio de los mercados
financieros, el Club de Londres estaría actualmente inactivo. Su
función es ahora asumida de hecho por el IIF (Instituto Interna-
cional de Finanzas, www.iif.com), asociación de 500 estableci-
mientos financieros (bancos, aseguradoras, fondos soberanos y
fondos especulativos) e invitado con regularidad a participar en
las reuniones del Club de París.

Club de París
Creado en 1956, se trata de un grupo de 19 Estados acreedores
organizado para gestionar las dificultades de cobro de la deuda
bilateral de los PED. Desde su creación, la presidencia es tra-
dicionalmente asumida por un francés —en 2020, la directora
del Tesoro francés, Odile Renaud-Basso, es la presidenta—. Los
Estados miembros del Club han reestructurado la deuda de más
de 80 países en desarrollo. Después de haber tenido hasta el
30 % del stock de la deuda del Tercer Mundo, los miembros del
Club de París son, en la actualidad, acreedores de aproxima-
damente el 10 %. La fuerte representación de los Estados miem-
bros del Club en el seno de las IFI (FMI, Banco Mundial, etc.) y

572
grupos informales internacionales (G7, G20, etc.) le garantiza,
no obstante, una influencia considerable en las negociaciones.
Los lazos entre el Club de París y el FMI son extremadamente
estrechos y se concretan en el estatus de observador que tiene
el FMI en las reuniones —confidenciales— del Club. El FMI tiene
un papel clave en la estrategia de la deuda puesta en marcha
por el Club, que se basa en su peritaje y su juicio macroeconó-
mico para poner en práctica uno de sus principios esenciales:
la condicionalidad. En forma recíproca, la acción del Club de
París preserva el estatus de acreedor privilegiado del FMI y la
conducción de sus estrategias de ajuste en los países en vías de
desarrollo. Sitio web: www.clubdeparis.org; el CADTM creó una
web alternativa: www.clubdeparis.fr/.

CNUCYD
Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el De-
sarrollo (UNCTAD, por sus siglas en inglés). Fue creada en
1964, bajo la presión de los países en vías de desarrollo para
conseguir un contrapeso al GATT. Desde los años ochenta, la
dirección de sus intervenciones se acopló a la del Banco Mun-
dial y el FMI, y otras. Sitio web: www.unctad.org

Condicionalidades
Conjunto de medidas neoliberales impuestas por el FMI y el
Banco Mundial a los países que firman un acuerdo, especialmen-
te para obtener una renegociación del reembolso de sus deudas.
Estas medidas se supone que favorecen la “atracción” del país
para los inversores internacionales, pero penalizan duramente a
las poblaciones. Por extensión, este término también designa a
cualquier condición impuesta para la concesión de una ayuda
o un préstamo.

Convertibilidad
Designa la posibilidad legal de pasar de una moneda a otra, o de
una moneda al patrón que la define oficialmente. En el sistema

573
actual de tipos de cambio liberalizados (la oferta y demanda de
divisas determina su cotización respectiva, o sea, tipos de cambio
flotantes) las monedas flotan en torno del dólar (patrón dólar).

Cuidados (care en inglés)


El concepto del trabajo de cuidados (care work) hace referencia
al conjunto de prácticas materiales y psicológicas destinadas
a aportar una respuesta concreta a las necesidades de otras
personas o comunidades (y por lo tanto de ecosistemas). El
trabajo de cuidados, tal como se lo conceptualiza ahora, inte-
gra las dimensiones emocionales y psicológicas. No tiene que
ser privado ni gratuito, ya que engloba las actividades remu-
neradas necesarias a la reproducción de la vida humana, por
ejemplo: atención a la dependencia.

Cultivos para la alimentación


Huerta, árboles frutales, cereales, leguminosas, etc., destinados
a la alimentación de la población del territorio, por oposición
a cultivos casi por completo dedicados a la exportación, como
son, tradicionalmente, el café, el cacao, el té, el azúcar, etcétera.

Deuda multilateral
Deuda contraída con el Banco Mundial, con el FMI, con los
bancos de desarrollo regionales, como el Banco Africano de De-
sarrollo, el Banco Interamericano de Desarrollo y con otras insti-
tuciones internacionales, como el Fondo Europeo de Desarrollo.

Deuda pública odiosa


Según la doctrina para que una deuda sea odiosa, y por lo tanto
nula, debe cumplir con dos condiciones:
1) debe haber sido contraída contra los intereses de la nación, o
contra el interés del pueblo, o contra el interés del Estado;
2) los acreedores no pueden demostrar que no podían saber
que la deuda se contraía contra los intereses de la nación.

574
Hay que señalar que, según la doctrina de la deuda odiosa, la
naturaleza del régimen o del gobierno que la contrae, no tiene
una importancia particular, ya que lo que cuenta es la utiliza-
ción que se hace de esa deuda. Si un gobierno democrático se
endeuda contra el interés de la población, esa deuda puede ser
calificada de odiosa, si cumple con la segunda condición
Por lo tanto, contrariamente a una versión incorrecta de esa
doctrina, la deuda odiosa no concierne solo a gobiernos dicta-
toriales. Véase Éric Toussaint, “La deuda odiosa según Alexan-
der Sack y según el CADTM”.
El padre de la doctrina de la deuda odiosa, Alexander Nahum
Sack, dijo claramente que las deudas odiosas pueden ser atri-
buidas a gobiernos regulares. Sack sostenía que una deuda
contraída regularmente por un gobierno regular podía consi-
derarse, sin ninguna duda, como odiosa si cumplía con las dos
condiciones establecidas. Y agregaba:
Con respecto a esos dos puntos establecidos deben ser los pro-
pios acreedores los que deben probar que los fondos produci-
dos por esos préstamos habían sido utilizados para necesidades
generales o especiales de ese Estado, que no tienen un carácter
odioso, y no para necesidades odiosas o perjudiciales a la po-
blación de todo o de una parte del Estado.
Sack definió un gobierno regular como:
Se debe considerar un gobierno regular el poder supremo que
existe efectivamente dentro de los límites de un territorio deter-
minado. Que ese poder sea monárquico (absoluto o limitado)
o republicano; que proceda de la “gracia de Dios” o de la “vo-
luntad del pueblo”; que exprese la “voluntad del pueblo” o no,
del pueblo entero o solamente de una parte; que haya sido le-
galmente establecido o no, etc., todo eso no tiene importancia
para el problema que nos ocupa.
Por consiguiente, no hay ninguna duda sobre la posición de
Sack, todos los gobiernos regulares, que sean despóticos o de-
mocráticos, con diferentes variantes, son susceptibles de con-
traer deudas odiosas.

575
Deuda pública insostenible
Es la deuda cuya continuación de pago impide a las autoridades
garantizar a los ciudadanos el ejercicio de sus derechos funda-
mentales, especialmente, en salud, educación, vivienda, ingreso
mínimo y seguridad. Si la prosecución del pago de la deuda im-
pide a las autoridades públicas respetar sus obligaciones funda-
mentales hacia los derechos de su población, ese pago puede
ser suspendido aunque la deuda sea legítima y legal.

Deuda pública ilegítima


Es una deuda contraída por autoridades públicas con el fin de
favorecer los intereses de una minoría privilegiada.

Deuda pública ilegal


Las deudas ilegales son deudas que han sido contraídas en vio-
lación de los procedimientos legales en vigencia (por ejemplo,
eludiendo los procedimientos parlamentarios), las que quedan
marcadas por una falta grave del acreedor (por ejemplo por el
recurso a la corrupción, a la amenaza, o a la coerción) o ligadas
a préstamos que conlleven condiciones que violen el derecho
nacional (del país deudor o acreedor) e/o internacional, entre
los cuales los principios generales del derecho.

Deuda privada
Préstamos contraídos por prestatarios privados, cualquiera que
sea el prestamista.

Deuda pública
Conjunto de deudas contraídas por prestatarios públicos cual-
quiera que sea el prestamista.

Devaluación
Modificación a la baja del tipo de cambio de una moneda con
relación a otras.

576
Documento de Estrategia de la Reducción de la Pobreza,
DERP (en inglés, Poverty Reduction Strategy Paper, PRSP)
Puesto en marcha por el Banco Mundial y el FMI a partir de
1999, el DERP, oficialmente destinado a combatir la pobreza,
es, en realidad, la continuación y profundización de la política
de ajuste estructural, y trata de obtener una legitimación por el
consenso con los gobiernos y otros actores sociales. A veces es
llamado Marco Estratégico de Lucha contra la Pobreza. Desti-
nado a los países incluidos en la iniciativa PPAE, los DERP pro-
siguen, bajo otro nombre, la aplicación de los planes de ajuste
estructural.

Especulación
Actividad que consiste en buscar beneficios al apostar sobre el
valor futuro de bienes y activos financieros o monetarios. La es-
peculación genera un divorcio entre la esfera financiera y la esfe-
ra productiva. Los mercados de cambios constituyen la principal
plaza de especulación.

Eurodólares
El mercado de eurodólares tuvo su origen en la salida de capita-
les estadounidenses a partir de la década del sesenta. Para fre-
nar esa salida, las autoridades de Estados Unidos introdujeron,
en 1963, un impuesto sobre los préstamos a los no residentes.
Su finalidad era desplazar la demanda de financiación en dóla-
res del mercado estadounidense hacia los mercados europeos,
donde las filiales de los bancos estadounidenses podían operar
con total libertad.

Facilidad para Reducción de la Pobreza y el Crecimiento


(FRPC)
Facilidades de crédito del FMI garantizadas en 1999 y concedi-
das hasta 2005, a 78 países de ingresos bajos, cuyo PIB por habi-
tante en 2003 era menor de 895 dólares. Comporta el concepto

577
de lucha contra la pobreza, pero dentro de una estrategia eco-
nómica global que continúa centrada en el crecimiento. Las au-
toridades nacionales deben redactar un amplio documento de
estrategia de reducción de la pobreza (DERP), una especie de
programa de ajuste estructural con un toque social, de acuerdo
con las instituciones multilaterales. En el caso de que el país sea
elegible, puede pedir un crédito, en el marco de un acuerdo de 3
a
ños, de un monto variable según sus dificultades en la balanza
de pagos y su pasado en el FMI, con un límite, en general, del
140 % de su cuota de participación en el FMI. El tipo anual es
del 0,5 %, con una duración de 10 años, y un período de gracia
de 5 años y medio.
En 2008, la FRPC se reemplazó por la FAC (Facilidad Ampliada
de Crédito), reservada a los países con ingresos bajos (o sea,
según los datos del Banco Mundial de 2020, 29 países que tie-
nen un PIB por habitante inferior a 1035 dólares). Enmarcada
en la continuidad de la FRPC, la FAC acuerda préstamos de una
duración de 3 a 5 años, pudiendo ser renovados, con el límite
anual del 75 % de la cuota. Un límite que puede ser superado
en determinadas circunstancias. El vencimiento del reembolso
se extiende en un período de 10 años, que abarca un período
de gracia de 5 años y medio con interés nulo. Sitio web: https://
www.imf.org/external/np/exr/facts/sp/ecff.htm

Fondo Monetario Internacional (FMI)


Institución gemela del Banco Mundial, nacida en Bretton Woods
en julio de 1944. Su objetivo inicial consistía en garantizar la es-
tabilidad del sistema financiero internacional basado en tipos
de cambio fijos. Desde el fin de la libre convertibilidad de las
monedas en oro, decidida por el gobierno de Estados Unidos
en agosto de 1971, los mercados financieros entraron en juego
y los tipos de cambio volvieron a ser variables. Después de la cri-
sis de la deuda en 1982, el FMI debe encargarse, en particular,
de intervenir en los PED que tengan dificultades de pago, para
conseguir una estabilización a corto término de la economía,

578
destinada a reducir el déficit presupuestario de los países y a
limitar el crecimiento de la masa monetaria. Pero el FMI impone
también reformas estructurales de la economía en un sentido
neoliberal. Su modo de tomar decisiones es el mismo que el del
Banco Mundial y se basa en un reparto de derechos de voto en
función de la potencia económica del país. Es necesario el 85 %
de los votos para modificar la carta del FMI (Estados Unidos
dispone, por lo tanto, de una minoría de bloqueo, ya que posee
más del 16 % de los votos). Los países ricos tienen la mayoría de
los votos. Sitio web: www.imf.org

G7
Grupo informal que reúne a Alemania, Canadá, Estados Uni-
dos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Sus jefes de Estado se
reúnen todos los años, generalmente a finales de junio o princi-
pio de julio. El G7 se reunió la primera vez en 1975 por la inicia-
tiva del presidente francés Valéry Giscard d’Estaing.

G20
El G20 es una estructura informal creada por el G7 (Alemania,
Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) a
finales de los años noventa, y reactivada por el mismo en 2008,
en plena crisis financiera en el Norte. Los miembros del G20
son: Alemania, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, Ca-
nadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, In-
donesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica,
Turquía, Unión Europea (representada por el país que detenta
la presidencia de la UE y la del Banco Central Europeo; también
la Comisión Europea asiste a sus sesiones). España se convirtió
en invitada permanente. Algunas instituciones internacionales
son, igualmente, invitadas a las reuniones: Fondo Monetario In-
ternacional y Banco Mundial, y también el Consejo de Estabili-
dad Financiera, el BPI y la OCDE.

579
G77
El G77 proviene del grupo de países en vías de desarrollo que se
reunieron para preparar la primera Conferencia de las Naciones
Unidas para el Comercio y el Desarrollo (CNUCYD) en Ginebra,
en 1964. El grupo ofrece un foro a los PED para discutir los
problemas económicos y monetarios internacionales. En 2020,
el G77 agrupaba a 135 países.

GATT
Foro permanente de negociación, llamado Acuerdo General
sobre Aranceles y Comercio (GATT por sus siglas en inglés). Los
Estados tenían solo la condición de “partes contratantes”. Fue
reemplazado el 1.° de enero de 1995 por la OMC.

Indicador de Desarrollo Humano (IDH)


Esta herramienta de medida, utilizada por las Naciones Uni-
das como indicador del grado de desarrollo de un país, tiene
en cuenta el ingreso por habitante, el grado de educación y la
esperanza media de vida.

Industrialización por sustitución de importaciones


Estrategia que nos remite principalmente a la experiencia histó-
rica de Latinoamérica, entre los años treinta y cuarenta, y a los
trabajos de la CEPAL (Comisión Económica para América Lati-
na de las Naciones Unidas) de los años cincuenta, en particular,
los escritos del economista argentino Raúl Prebish (que en 1964
fue el primer secretario general de la CNUCYD). El punto de par-
tida es la comprobación de que, confrontados a una reducción
drástica de intercambios, los principales países de América La-
tina debían responder a su demanda interior reemplazando los
productos importados por el desarrollo de la producción local.
La teoría de la CEPAL tenía como objetivo la extensión de ese
proceso a todos los sectores industriales, creando una “desco-
nexión” con los países del Centro. Apoyándose en una buena

580
dosis de proteccionismo y una intervención coordinada del Es-
tado, su finalidad era permitir el lanzamiento de las nacientes
industrias. Corea del Sur aplicó esa política con éxito, pero bajo
condiciones particulares.

Inflación
Alza acumulativa del conjunto de los precios. La inflación im-
plica una pérdida de valor del dinero, ya que con el tiempo se
necesita una cantidad superior para comprar una determinada
mercadería.

Inversiones directas en el extranjero (IDE)


Las inversiones extranjeras pueden efectuarse como inversiones
directas o como inversiones de cartera. A pesar de que a veces
es difícil hacer la distinción por razones contables, jurídicas o
estadísticas, se considera que una inversión extranjera es una
inversión directa si el inversor extranjero posee el 10 % o más de
las acciones ordinarias o derechos de voto de una empresa.

Mercado de cambios
Mercado en el cual se intercambian y se cotizan las divisas.

Moratoria
Situación en la cual una deuda es congelada por el acreedor,
que renuncia a exigir su pago en los plazos convenidos. Sin em-
bargo, durante el período de moratoria, los intereses continúan
corriendo. Una moratoria puede, también, ser decidida por el
deudor, como fue el caso de Rusia en 1998, de Argentina entre
2001 y 2005, de Ecuador en 2008-2009. En algunos casos, el
país obtiene gracias a la moratoria una reducción del stock de la
deuda y una reducción de los intereses que debe pagar.

581
Movimiento de los No Alineados
Grupo de países que propugnaban, a partir de los años cin-
cuenta, la neutralidad frente a los bloques dirigidos por las dos
superpotencias (Estados Unidos y Unión Soviética), en ese mo-
mento en plena Guerra Fría. En abril de 1955, una conferencia
de países asiáticos y africanos se reunió en Bandung (Indonesia)
para promover la unidad y la independencia del Tercer Mundo,
la descolonización y el fin de la segregación racial. Los líderes
fueron Tito (Yugoslavia), Nasser (Egipto), Nehru (India), Sukar-
no (Indonesia). Este movimiento nació realmente en Belgrado en
1961. A esa, le siguieron otras conferencias, en El Cairo (1964),
en Lusaka (1970), en Argel (1973) y en Colombo (1976). Ac-
tualmente, el Movimiento de los No Alineados, compuesto por
120 países, tiene un radio de acción muy limitado.

New Deal
Nombre dado a las medidas tomadas en Estados Unidos por el
presidente demócrata Franklin Delano Roosevelt a partir de su
elección en 1933, para hacer frente a la crisis económica desen-
cadenada en 1929. Recordemos que, en el marco del New Deal en
Estados Unidos y de las políticas keynesianas que se extendieron
por Europa Occidental después de la Segunda Guerra Mundial
bajo la presión de importantes movilizaciones populares, los de-
rechos sociales mejoraron netamente, se instauró una importan-
te protección social, los bancos de negocios fueron separados de
los bancos de depósitos, el tipo de imposición alcanzó los nive-
les más altos, alcanzando el 80 % en Estados Unidos. Se podría
agregar que las desigualdades en la distribución de ingresos y
patrimonio se redujeron. En esa época, el Gran Capital fue obli-
gado a hacer concesiones a las clases populares que estaban fuer-
temente movilizadas. El gobierno del presidente Roosevelt, que
quería reformar el capitalismo para salvarlo y consolidarlo, tuvo
que enfrentarse a la Corte Suprema, que había tratado de hacer
abrogar varias de sus decisiones. Roosevelt, presionado por la ra-
dicalización a la izquierda de las clases populares, había logrado

582
contrarrestar las decisiones de la Corte Suprema, y consiguió im-
poner fuertes medidas, incluidas la autorización a los sindicatos
de reforzarse en las fábricas y a los trabajadores a recurrir a las
huelgas para obtener concesiones de los patrones.

Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)


Creada en 1960 y con sede en el Château de la Muette en París,
la OCDE reunía en 2002 a los quince miembros de la Unión
Europea, a los cuales se agregaban de Europa: Suiza, Noruega
e Islandia; de América del Norte: Estados Unidos y Canadá; de
Asia-Pacífico: Japón, Australia y Nueva Zelanda. Turquía era el
único país en desarrollo en formar parte desde el principio, por
razones geoestratégicas. Entre 1994 y 1996, otros dos países del
Tercer Mundo entraron en la OCDE: México, que forma parte
del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)
con sus dos vecinos del norte, y Corea del Sur. Desde 1995 y
2000, se agregaron cuatro países del exbloque soviético: Repú-
blica Checa, Polonia, Hungría, Eslovaquia. Desde entonces, se
produjeron otras adhesiones: en 2010, Chile, Estonia, Israel y
Eslovenia; en 2016, Letonia; en 2018, Lituania; en 2020, Co-
lombia, que fue el 37.° miembro. Sitio web: www.oecd.org

Organización Mundial del Comercio


Fue creada el 1.° de enero de 1995 para sustituir al GATT. Su
función es garantizar que ninguno de sus miembros se entre-
gue a cualquier forma de proteccionismo, con el fin de acelerar
la liberalización mundial de los intercambios comerciales y de
favorecer las estrategias de las multinacionales. La misma orga-
nización está dotada de un tribunal internacional (el Órgano de
Solución de Diferendos-OSD) que juzga las eventuales violacio-
nes de su texto fundador de Marrakech. La OMC funciona según
el método “un país-un voto”, pero los delegados de los países
del Sur no logran hacer frente a las toneladas de documentos
que hay que estudiar, ni al ejército de funcionarios, abogados,

583
etc., de los países del Norte. Las decisiones se toman entre los
poderosos en los green rooms. Sitio web: www.wto.org

Organización de los Países Exportadores de Petróleo (OPEP)


En inglés, OPEC: Organization of Petroleum Exporting Coun-
tries. La OPEP reúne a trece países productores de petróleo: Ar-
gelia, Angola, Arabia Saudí, Congo, Emiratos Árabes Unidos,
Gabón, Guinea Ecuatorial, Iraq, Irán, Kuwait, Libia, Nigeria y
Venezuela. Estos trece países representan el 40 % de la produc-
ción de petróleo en el mundo y poseen más del 79 % de las reser-
vas conocidas. Creada en 1960 y con sede en Viena (Austria), la
OPEP está encargada de coordinar y unificar las políticas petro-
leras de sus miembros, con el objetivo de garantizarles unos in-
gresos estables. Con este fin, la producción se rige, en principio,
por un sistema de cuotas. Cada uno de los países miembros, re-
presentado por su ministro de Energía y de Petróleo, se encarga
de forma rotativa de la gestión de la organización.
Con el objetivo de limitar la producción, la OPEP participa de
la iniciativa de la creación de OPEP+, que reúne a otros 10 pro-
ductores de petróleo, entre ellos 7 países en desarrollo: Azerba-
yán, Baréin, Brunéi, Kazajistán, Malasia, México, Omán, Rusia,
Sudán y Sudán del Sur. Sitio web: www.opec.org

Países Menos Adelantados


Concepto definido por las Naciones Unidas en función de los si-
guientes criterios: un bajo ingreso por habitante, pocos recursos
humanos y una economía escasamente diversificada. La lista en
2020 comprendía 47 países, los últimos admitidos fueron Timor
Oriental y Sudán del Sur. Hace cuarenta años solo había 26.

Países Pobres Altamente Endeudados (PPAE)


HIPC por sus siglas en inglés. La iniciativa PPAE, implantada
en 1996, y reforzada en septiembre de 1999, está destinada a
aliviar la deuda de los países muy pobres y muy endeudados,

584
con el modesto objetivo de convertirla en sostenible. La inicia-
tiva se desarrolla en varias etapas particularmente exigentes y
complejas.
En un principio, el país debe aplicar durante tres años una
política económica aprobada por el FMI y el Banco Mundial,
bajo la forma de un programa de ajuste estructural. Durante
ese tiempo, el país continúa recibiendo la ayuda clásica de los
correspondientes prestamistas. También, en esos tres años,
debe adoptar un documento de estrategia de reducción de la
pobreza (DERP), a veces solo en forma temporal. Al final de
esos tres años, se llega al punto de decisión: el FMI analiza
la sostenibilidad del endeudamiento del país candidato. Si el
valor neto de la relación deuda exterior/exportaciones es su-
perior al 150 %, después de la aplicación de los mecanismos
tradicionales de alivio de la deuda, el país puede ser declarado
apto para la iniciativa. Sin embargo, los países con un alto
nivel de exportaciones (relación exportaciones/PIB mayor del
30 %) son penalizados al utilizarse ese criterio, y se privilegian
los ingresos presupuestarios más que las exportaciones. Por
lo tanto, si su endeudamiento es, de forma manifiesta, muy
elevado a pesar de estar cubierto satisfactoriamente por los
impuestos (ingresos presupuestarios superiores al 15 % del PIB,
con el fin de evitar cualquier debilidad en ese ámbito), el objeti-
vo marcado es una relación del valor neto del stock de la deuda/
ingresos presupuestarios superior al 250 %.
Si al país se lo declara admisible, se beneficiará de las primeras
rebajas del servicio de su deuda, pero debe proseguir con las
políticas señaladas por el FMI y el Banco Mundial. La duración
de ese período varía entre uno y tres años, de acuerdo con la
velocidad de aplicación de las reformas claves convenidas en el
punto de decisión. Por último llega el momento de finalización
del proceso. El alivio de la deuda es, finalmente, un derecho
adquirido por el país.
El coste de esa iniciativa está estimado por el FMI, en 2019, en
76 200 millones de USD, o sea, cerca del 2,54 % de la deuda

585
externa pública del Tercer Mundo actual. Los PPAE son solamen-
te 39, de los cuales 33 son países subsaharianos, a los que se
debe agregar Afganistán, Bolivia, Guyana, Haití, Honduras y Ni-
caragua. A 31 de marzo de 2006, 29 países llegaron al punto de
decisión, pero solo 18 llegaron al punto de culminación (fin del
proceso). Hasta el 30 de junio de 2020, 36 países alcanzaron el
punto de culminación. Somalia alcanzó el punto de decisión en
2020. Eritrea y Sudán todavía no alcanzaron el punto de decisión.
A pesar de que esta iniciativa debía solucionar, en forma definiti-
va, el problema de la deuda de esos 39 países, resultó un fracaso:
su deuda pasó de 126 000 millones a 133 000 millones de USD,
o sea, aumentó un 5,5 % entre 1996 y 2003. Ante ese hecho, la
cumbre del G8 de 2005 decidió un alivio suplementario, llamado
IADM (Iniciativa de Alivio de la Deuda Multilateral), concerniente
a una parte de la deuda multilateral de los países que habían lle-
gado al punto de decisión, es decir, los países que sometieron sus
economías a la voluntad de sus acreedores. Los 43 300 millones
anulados vía la IADM pesan bien poco en relación con la deuda
externa pública de 209 800 millones de USD de esos 39 países
hasta el 31 de diciembre de 2018.

Plan Marshall
Ese plan fue concebido por el gobierno del presidente demó-
crata Harry Truman, con el nombre de European Recovery
Program. Pero enseguida sería conocido por el nombre del se-
cretario de Estado de esa época, Georges Marshall (que había
sido jefe del Estado Mayor con el rango de general entre 1939
y 1945), encargado de ponerlo en práctica. Entre abril de 1948
y diciembre de 1951, Estados Unidos concedió, principalmente
en forma de donaciones, una ayuda de 12 500 millones de USD
a quince países europeos y a Turquía (que en la actualidad equi-
valdría a una suma diez veces superior). El Plan Marshall debía
facilitar la reconstrucción de Europa, destruida por la Segunda
Guerra Mundial.

586
Prima de riesgo
Cuando se conceden créditos, los acreedores tienen en cuenta
la situación económica del deudor para fijar el tipo de interés.
Un riesgo eventual del deudor sobre el pago de su deuda signi-
fica un aumento del tipo de interés de sus créditos. Por ello, el
acreedor recibe intereses más elevados, que pueden salvarlo del
riesgo asumido al conceder el préstamo.

Producto Interior Bruto (PIB)


El PIB refleja la riqueza total producida en un territorio determi-
nado, calculada por la suma de los valores añadidos.

Producto Nacional Bruto (PNB)


El PNB refleja la riqueza producida en una nación, que incluye
los ingresos de los ciudadanos de esa nación en el extranjero, a
diferencia del PIB, que considera solo lo producido en el territo-
rio del país correspondiente.

Programas de ajuste estructural (PAE)


Como reacción a la crisis de la deuda, los países ricos confiaron
al FMI y al Banco Mundial la misión de imponer una disciplina
financiera estricta a los países sobreendeudados. Los progra-
mas de ajuste estructural tienen como primer objetivo, según
el discurso oficial, restablecer los equilibrios financieros. Para
conseguirlo, el FMI y el Banco Mundial imponen la apertura de
la economía, con el fin de atraer capitales. El objetivo de los
Estados del Sur que aplican los PAE debe ser exportar más y
gastar menos mediante dos series de medidas. Las medidas de
choque son de efecto inmediato: supresión de las subvenciones
a los bienes y servicios de primera necesidad, reducción de los
presupuestos sociales y de la masa salarial de la función pública,
devaluación de la moneda, tipos de interés elevados. Las medi-
das estructurales comprenden reformas a más largo plazo de la
economía: especialización en algunos productos de exportación

587
(en detrimento de los cultivos destinados a la alimentación),
liberalización de la economía mediante el abandono del con-
trol de los movimientos de capitales y la supresión del control
de cambios, apertura de los mercados eliminando las barreras
aduaneras, privatización de las empresas públicas, un IVA gene-
ralizado y una fiscalidad que preserve los ingresos del capital.
Las consecuencias son dramáticas para las poblaciones y los
países que aplicaron esos programas al pie de la letra: sufren,
simultáneamente, unos resultados económicos decepcionantes
y una miseria galopante.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD)


Creado en 1965, el PNUD, con sede en Nueva York, es el prin-
cipal órgano de asistencia técnica de la ONU. Esta institución
ayuda —sin restricción política— a los países en desarrollo a
dotarse de servicios administrativos y técnicos de base y a la
formación de dirigentes. También busca responder a algunas
necesidades esenciales de las poblaciones, toma la iniciativa de
programas de cooperación regional y coordina, en principio, las
actividades en el terreno del conjunto de programas operacio-
nales de las Naciones Unidas. El PNUD se apoya generalmente
en el saber y las técnicas occidentales, pero un tercio de su con-
tingente de expertos es originario del Tercer Mundo. La institu-
ción publica anualmente su Informe sobre el Desarrollo Humano,
que, en particular, clasifica los países según el Indicador de De-
sarrollo Humano (IDH). Sitio web: www.undp.org

Recesión
Crecimiento negativo de la actividad económica en un país o en
un sector, durante al menos dos trimestres.

Reestructuración de la deuda
Modificación de los términos de una deuda, variando, por ejem-
plo, los vencimientos o aplazando los pagos del principal y/o de

588
los intereses. El objetivo es, en general, suministrar un poco de
oxígeno a un país en dificultades, alargando el período de reem-
bolso para disminuir el monto de las cuotas, o bien otorgando
un período de gracia, durante el cual no hay pagos.

Servicio de la deuda
Pago de los intereses más la amortización del capital.

Tipo de interés
Cuando A presta dinero a B, este reembolsa el monto prestado
por A (capital), pero también una suma suplementaria llamada
interés, con el fin de que a A le resulte atractivo efectuar esa
operación financiera. El tipo de interés puede ser más o menos
elevado y revela la importancia de los intereses. Sigamos con
nuestro ejemplo: A le concede un préstamo a B de 100 millones
de dólares, a devolver en un plazo de 10 años y con un tipo de
interés fijo del 5 %. B deberá devolver el primer año una décima
parte del capital inicial (o sea, 10 millones de dólares) y el 5 %
del capital adeudado, o sea 5 millones de dólares, por lo tanto,
un total de 15 millones de dólares. El segundo año, debe reem-
bolsar otro décimo del capital inicial más el 5 % de lo que resta,
90 millones de dólares, que son 4,5 millones de dólares, o sea,
un total de 14,5 millones de dólares. Y así sucesivamente hasta
el décimo año, en el cual debe pagar los últimos 10 millones de
dólares y el 5 % de ese capital restante, o sea, 500 000 dólares.
En 10 años el reembolso total ha sido de 127,5 millones de dó-
lares. En general, el reembolso del capital no se hace en partes
iguales. Los primeros años, el pago es sobre todo de intereses, y
la parte de capital a devolver crece a lo largo de los años. Así, en
caso de un cese de pagos, el capital que se continúa debiendo es
elevado... El tipo de interés nominal es el tipo al cual el présta-
mo ha sido contratado. El tipo de interés real es el tipo nominal
menos la tasa de inflación.

589
Transferencia neta sobre la deuda
Llamamos así a la diferencia entre los nuevos préstamos con-
traídos por un país o una región y su servicio de la deuda (pagos
anuales de interés más capital). La transferencia financiera neta
es positiva cuando el país o región recibe (en préstamos) más de
lo que desembolsa, y es negativo cuando las sumas desembolsa-
das son mayores que las sumas prestadas. Desde mediados de
los años ochenta, la transferencia neta sobre la deuda pública
de los PED, tomados en conjunto, es negativa.

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Datos del Autor

Eric Toussaint (Namur, Bélgica, 1954). Economista y doctor


en Ciencias políticas de la Universidad de Lieja y de la Universi-
dad de París VIII. Portavoz del CADTM internacional. Miembro
del Consejo Científico de ATTAC Francia. Ha sido miembro de
la Comisión presidencial de Auditoría Integral del Crédito públi-
co (CAIC) de Ecuador (2007-2011). Coordinó los trabajos de la
Comisión de la Verdad Sobre la Deuda, creada por la presidente
del Parlamento griego en 2015. Es autor de diversos libros tra-
ducidos en doce idiomas, entre ellos: La bolsa o la vida: las finanzas
contra los pueblos (Editorial de Ciencias Sociales, 2003); Quién le
debe a quién. 50 preguntas sobre la deuda externa en el mundo (Edito-
rial Oriente, 2005); Los Tsunamis de la deuda (Editorial de Ciencias
Sociales, 2006); Crisis Global y alternativas desde la perspectiva del Sur
(Editorial de Ciencias Sociales, 2010); Una mirada al retrovisor: el
neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad (Icaria Editorial,
2010); La Deuda o la Vida, en coautoría con Damien Millet (Ica-
ria Editorial, 2011); Bancocracia (Icaria Editorial, 2015); Sistema
Deuda. Historia de las deudas soberanas y su repudio (Icaria Editorial,
2018); Capitulación entre adultos. Grecia 2015: Una alternativa era po-
sible (El Viejo Topo, 2020); y Banco mundial. Una historia crítica (El
Viejo Topo, 2020), del que ahora proponemos una nueva edición.

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