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MODIFICACIÓNES MATERIAL DE LECTURA
1. PRESENTACIÓN
Estimado/a Estudiante:
¿Cómo te sientes para comenzar? Seguramente iniciarás con expectativa y cierta emoción el cursado
virtual tanto de esta materia como de cada una de las que constituyen el trayecto de formación
teológica.
A partir de ahora te llamaré Teófilo apelando al nombre que Lucas dio a los/las destinatarios/as de su
Evangelio (Lc 1,3). Teófilo significa Amante de Dios y no me cabe duda que si estás comenzando este
curso de Teología a distancia lo haces movido por un gran amor a Dios, a su Palabra, a los hombres y
mujeres que Dios ama; y todo esto con la inquietud de crecer, de madurar en tu fe y en tu
seguimiento del Señor Jesús, animado por su Espíritu.
La Teología Fundamental aborda las cuestiones que constituyen el fundamento o cimiento de la fe (la
revelación y el acto de fe con el que ella es acogida), reflexionando también sobre el mismo
quehacer teológico, es decir, sobre la Teología misma como pensamiento de la fe y crítica de la praxis
creyente. De esta manera, la teología fundamental es una herramienta que ayuda al creyente a dar
razones de su fe, entenderla y testimoniarla de manera coherente a «todo aquel que pida razones de
nuestra esperanza» (1 Pedro 3,15).
El desarrollo del Curso se hará en cuatro unidades, construyendo un camino progresivo que te llevará
de una Introducción a la Teología, pasando por una Introducción a la Teología fundamental como
disciplina específica, hasta abordar las dos cuestiones en donde se juega la experiencia creyente:
ellas son la Revelación y su credibilidad, y el acto de fe como seguimiento del Señor Jesús.
El curso durará 32 horas reloj distribuidas en ocho semanas, lo cual implica que tienes cerca de dos
meses intensos para impregnarte de temas y cuestiones que volverán a aparecer, bajo distintos
enfoques y a propósito de otras cuestiones, a lo largo de todo el cursado del trayecto teológico que
hoy inicias.
¿Qué es lo más importante para este camino? Que te sepas y te asumas como protagonista. Es tu
propio camino, el que quisiste iniciar porque es una inquietud que llevas muy adentro, que nace de
tu corazón creyente y de tu búsqueda esperanzada. Esa iniciativa es la que no debes perder y a la
que debes recurrir constantemente.
1
Francisco, discurso a la comunidad da la Pontificia Universidad Gregoriana y a los asociados del Pontificio
Instituto Bíblico y del Pontificio Instituto Oriental (10-04-2014).
camino que te interpelarán y ayudarán. En los diálogos de intercambio y colaboración colectiva
encontrarás más de una vez la chispa que encienda nuevamente tu propósito.
¿Qué tal? ¿Te sientes preparado? Estamos por comenzar el camino, a continuación
Ahondando en la tarea propia de la Teología Fundamental, en la Unidad 2, descubrirás que las dudas,
los interrogantes a la fe y la búsqueda de una respuesta sensata a los mismos no son un obstáculo o
un atentado a la fe sino su motor mismo, su necesaria confrontación con la realidad que hace
responsable y creíble nuestra adhesión al Evangelio de Jesús en el siglo XXI.
Ponte a recordar: cuántas veces nos han preguntado cuestiones fundamentales de nuestra fe, por
ejemplo: “¿Por qué tendría que creer en Dios? ¿Cómo demostrarías tu fe en Dios? ¿No es la fe en
Jesús un invento de un grupo de personas? ¿Después de 2000 años puedo creer lo que otros han
dicho si no lo he visto?
Te parecen fáciles esas preguntas. Realmente no lo son, pero hacen al corazón de que podamos
presentar creíble y sensatamente nuestra fe, no para convencer a los demás, como quien quiere
ganar adeptos, sino para mostrar y testificar que la fe para nosotros es una clave fundamental de
nuestra vida que nos permite leer toda la realidad y todo acontecimiento.
Es muy importante que en todo este caminar seas capaz de compartir con
tus compañeros y compañeras, con tus amigos y familiares, con tus tutores los temas, problemas e
inquietudes que te surjan; así, el curso será una experiencia enriquecedora no sólo para vos sino
también para aquellos con los que compartes la vida.
Querido/a Teófilo, en el inicio del conocimiento de una disciplina muchos temas y cuestiones te
resultarán extraños. Sólo con el andar sentirás que vas sintonizando con el sentido y el valor del
nuevo conocimiento que vas adquiriendo.
2.1 Resumen
- Introducción a la Teología: sujeto, objeto y finalidad. Introducción a la Teología Fundamental.
Teología de la Revelación. Teología de la Fe.
3.1 Objetivos
Al finalizar el curso, los estudiantes serán capaces de:
3.3 Evaluación:
- Trabajo de síntesis o integración o de transferencia:
o Se entregará por medio de la herramienta Portafolio.
o Participación en el foro virtual:
o Compartir inquietudes y dudas.
o Aprender de las experiencias de otros compañeros.
- Actividades e interactividades propuestas en la CAI:
o Poner en práctica los conocimientos adquiridos.
o Desarrollar habilidades para la evangelización.
- Metodología:
o Educación a distancia:
4. BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
- Ardusso, Franco, Teología Fundamental, en L. Pacomio (Ed.) Diccionario Teológico
Interdisciplinar I, Sígueme, Salamanca 1987, 187-208.
- ______. Aprender a creer. Las razones de la fe cristiana, Ed. Sal Terrae, Santander, 2000.
- Bentué, Antonio, La opción creyente, Introducción a la teología fundamental, Ed. San Pablo,
Santiago de Chile, 1995.
- Concilio Vaticano II, Constitución dogmática sobre la divina revelación Dei Verbum (18 de
noviembre de 1965), en AAS 58 (1966) 817-835.
- _____________, Constitución pastoral sobre la Iglesia en el mundo contemporáneo
Gaudium et Spes (7 de diciembre de 1965), en AAS 58 (1966) 1025-1120.
- _____________, Constitución dogmática sobre la Iglesia Lumen Gentium (21 de noviembre
de 1964), en AAS 57 (1965) 5-71.
- Congregación para la Doctrina de la Fe, La vocación eclesial del teólogo, Roma, 1990.
- Forte, Bruno, La teología como compañía, memoria y profecía. Introducción al sentido y al
método de la teología como historia, Sígueme, Salamanca, 1990.
- Francisco, Exhortación Apostólica sobre el anuncio del evangelio Evangelii Gaudium (24 de
noviembre de 2013), en AAS 105 (2013) 1019-1137.
- Juan Pablo II, Carta encíclica Fides et ratio, Roma, 1998.
- Tenace, Michelina (ed), Del Clavo a la Clave, La Teología Fundamental del Papa Francisco,
BAC, 2018.
- Pié-Ninot, Salvador, La teología fundamental, Secretariado trinitario (edición revisada y
actualizada), Salamanca, 2001.
5 BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
5. UNIDAD 1
5.1 INTRODUCCIÓN
Al comenzar esta asignatura es muy importante clarificar los conceptos que hacen de la Teología un
saber, una disciplina sistemática. Para ello, en primer lugar, tendrás que ser capaz de responder
algunas preguntas fundamentales:
A lo largo de estas unidades estudiaremos a varios teólogos, siguiendo muy de cerca especialmente a
Bruno Forte quien logra de manera muy interesante realizar síntesis sobre la teología
latinoamericana y la experiencia de la fe en la posmodernidad, teniendo siempre presente lo que el
papa Francisco nos recuerda sobre el pensamiento y el ejercicio académico: «¿Cuándo deja de ser
válida una expresión del pensamiento? Cuando el pensamiento pierde de vista lo humano y la vida
cotidiana»2
Espero que también sea para tí realmente una riqueza y un buen comienzo esta propuesta teológica.
Veremos a continuación algunas cuestiones relacionadas al sujeto, objeto, y finalidad para poder
entender el misterio de la Revelación
Por ello es posible distinguir en el quehacer teológico, en primer lugar, un sujeto: el trascendente. Es
Dios mismo que se hace presente en nosotros por la penetración de su Espíritu. Esto lo expresa
claramente el apóstol Pablo: “Lo que el ojo no vio ni el oído oyó ni entró jamás en el corazón del
hombre, es lo que Dios ha preparado para los que lo aman. Pero Dios nos lo ha revelado por medio
del Espíritu.” (1Cor 2,9s. 12). Pablo añade que el Espíritu de Dios da a conocer “todo lo que Dios nos
ha dado”.
El Espíritu es quién nos permite conocer el Misterio de Dios que, comunicado a los hombres, se
transmite fielmente en la vida “traditio fidei” (tradición o transmisión de la fe). Él es el testigo de
Cristo que ratifica y sostiene el testimonio de los apóstoles.
6. UNIDAD 2
6.1 INTRODUCCIÓN
Estimado/a Téofilo, luego de haber recorrido el trayecto que nos permitió conocer los principales
elementos de la teología como ciencia, como saber creyente, iniciamos ahora el conocimiento de la
Teología Fundamental como disciplina teológica siendo entonces importante conocer su historia,
descubrir cuáles son los problemas que aborda y cuáles son los caminos que transita. Por ello
veremos primero la pre-historia de la Teología Fundamental, es decir los antecedentes de la
disciplina, para comprender mejor su nacimiento y desarrollo como disciplina teológica, y
profundizar finalmente en la Teología fundamental tal como se plantea a partir del Vaticano II, con
sus desafíos y sus límites.
Antecedentes de la disciplina
2
Francisco, Avere coraggio e audacia profetica. Dialogo di papa Francesco con i Gesuiti riuniti nella 36º
Congregazione Generale: La civiltà Cattolica IV/3995 (10-12-2016) 412-422.
Por antecedentes de una disciplina se entienden aquellos problemas y temas que poco a poco
fueron cobrando importancia hasta constituir un cuerpo organizado y complejo de conocimientos. En
ese sentido, las cuestiones que luego conformarán la disciplina Teología fundamental pueden
encontrarse ya en el Nuevo Testamento y en los pasos iniciales dados por las comunidades cristianas
en sus primeros siglos de existencia.
Un texto bíblico, que hoy es tomado como la expresión más nítida del sentido y del espíritu propio de
la Teología Fundamental, transmite las palabras que el apóstol Pedro dirige a su comunidad que
experimentaba la hostilidad, y probablemente el encarcelamiento a causa de la fe en Jesucristo:
estén “dispuestos a dar respuesta a todo aquél que les pida razón de la esperanza (fe) que hay en
ustedes, pero háganlo con mansedumbre y respeto” (1Pe 3,15).
El apóstol alienta a los cristianos a defenderse (la palabra griega que usa es apología) dando razón, es
decir explicando los motivos, de la esperanza que los anima. Aquí la expresión esperanza está muy
ligada a la fe en Jesucristo como la fuerza interior que moviliza y anima la vida del cristiano. La
expresión bíblica nos muestra que la apología = defensa de la fe, el dar razón de la propia fe fue una
tarea que los primeros cristianos tuvieron que afrontar con valentía y confianza, saliendo al paso a
aquellas objeciones y cuestionamientos que se hacían a su confesión de fe.
Dentro de la primera mitad del siglo XIX aparece la escuela de Tubinga fundada por J.S Drey (1777-
1853) a quien se le atribuye la formación de la Apologética como ciencia autónoma dentro de la
teología gracias a la publicación de su obra La Apología como demostración científica de la divinidad
del cristianismo (1847) en donde pone el acento sobre el carácter histórico y social de la revelación.
Por su parte, liderados por G. Perrone (1794-1876) aparece la Escuela Romana en donde se
desarrolla una Apologética que entra en controversia contra los luteranos y explora la revelación
desde su necesidad, posibilidades y criterios.
En Inglaterra aparece J. H Newman (1801-1890) como el apologeta más famoso de su tiempo.
Converso del Anglicanismo, Newman indagó a fondo sobre la probabilidad y la suposición que
preceden y acompañan el viaje personal hacia la fe en el Dios que se revela. Concluyó que el
cristianismo es la única religión que tiene la capacidad de responder a los deseos y aspiraciones
religiosas naturales del ser humano.
Se destaca que la escuela de Tubinga se centra más sobre los fundamentos y verdad de la fe, la
Escuela Romana en la cuestión de la credibilidad de la fe con un fuerte acento en el magisterio
eclesial y la escuela de Newman en la capacidad del ser humano de relacionarse con Dios.
Como consecuencia de todos los límites de la apologética tradicional visualizados poco a poco,
especialmente a partir de fines del siglo XIX, se desarrolló una amplia polémica prolongada hasta
alrededor del concilio Vaticano II entre los defensores de la apologética “objetiva-tradicional” y los
promotores de una apologética “subjetiva o de la inmanencia”.
Como fruto de todo este proceso y de estas polémicas, se fue elaborando una apologética
superadora de las actitudes unilaterales de la apologética tradicional en la búsqueda de una
apologética integral.
Quizás hayas sentido un poco ajeno el recorrido por la historia de la disciplina realizado hasta aquí,
no te permitas la inercia de pensar que seguimos sumergidos en el pasado porque lo que ahora se
aborda pertenecen ya al quehacer actual de la disciplina en el contexto de final e inicio del milenio.
Los avatares de la Teología Fundamental están entrelazados con los del Concilio Vaticano II, porque
tanto en una como en otro está en juego el modo en que el cristianismo y la Iglesia se insertan en la
sociedad y en la cultura. Por ello, los factores que impulsaron la renovación de la Teología son los
mismos que provocaron la reflexión teológica que reflejan los documentos del concilio.
Ellos hacen referencia a la riqueza de los estudios bíblicos y patrísticos que ofrecieron a los teólogos
católicos un concepto más concreto y amplio de la revelación, de su transmisión y de su aceptación
por la fe. El cambio viene dado porque ya no se concibe la revelación exclusivamente como cuerpo
de doctrina, de verdades sobrenaturales comunicadas por Dios y garantizadas por su autoridad
infalible; sin negar que la revelación implica un mensaje o contenido a creer, se resalta el carácter de
manifestación y comunicación que Dios hace de sí mismo en la historia, en orden a la salvación dada
plenamente en Jesucristo. Todo este este cambio queda plasmado en el documento Dei Verbum del
Concilio Vaticano II.
En este sentido tuvo una gran divulgación el manual de René Latourelle, Teología de la Revelación. La
presentación dogmática de la Revelación supuso un avance importante porque implicó un
acercamiento y un tratamiento diverso y más adecuado de la Escritura como fuente de la Teología;
en ella se procuró recuperar toda la riqueza del dato bíblico sin encorsetarlo rápidamente en una
perspectiva filosófica o sistemática predeterminada.
Teología Fundamental como análisis del hombre oyente de la palabra. Otra obra que tuvo gran
impacto fue la del teólogo alemán Karl Rahner titulada Oyente de la Palabra (1963); el contenido
central gira en torno a la comprensión del hombre como el ser abierto y atento a una posible
revelación divina, de allí su título.
Teología Fundamental como teología práctica y liberadora. Otro teólogo alemán, discípulo del mismo
Karl Rahner, abrió un campo nuevo de investigación y trabajo para la Teología fundamental. Se trata
de Johann Baptist Metz6 (1928) quien con su obra La fe en la historia y en la sociedad. Esbozo de una
teología política fundamental para nuestro tiempo (1977), pone en primer plano la dimensión
política y social de la fe en contraste con una religión burguesa centrada en el individuo.
Por su fuerte preocupación puesta en la dimensión social de la fe, entró en intenso diálogo con la
teología latinoamericana de la liberación, en especial, con su fundador el teólogo peruano Gustavo
Gutiérrez que ya había escrito su obra clásica Teología de la liberación. Perspectivas (1972). Aunque
la Teología de la liberación no se presentaba como una Teología fundamental, de hecho la movilizaba
la responsabilidad que la fe cristiana debía asumir en un continente marcado por la pobreza.
También hay que tener en cuenta que la misma Teología fundamental estaba en camino de
renovación.
Otro aspecto en el que se produjo una transformación importante fue en el modo de encarar los
contenidos propios de la disciplina. En concreto, se reorientó el interés por llegar a una demostración
de la verdadera religión en contraste con la religión natural, de la verdad sobrenatural del
cristianismo en contraste con las demás religiones, y de la verdad del catolicismo en contraste con las
iglesias reformadas. Actualmente, más que la pretensión de demostración, la Teología fundamental
procura mostrar la riqueza de la propuesta y oferta cristiana en diálogo abierto con las tradiciones
religiosas y las culturas; dispuesta a reconocer el valor de las otras expresiones religiosas, e incluso
del ateísmo, en su diferencia o alteridad. La tarea llevada a cabo por el diálogo interreligioso y
ecuménico es expresión clara de esta nueva actitud.
El proceso sufrido por la disciplina fue tan radical que recién en 1979 la Constitución Apostólica
Sapientia Cristiana vuelve a citarla como perteneciente al cuerpo de disciplinas teológicas; de hecho,
en algunos Seminarios y Facultades había dejado de ser una disciplina autónoma. Dio un importante
impulso a la autoconsciencia y relanzamiento de la Teología fundamental la obra colectiva Problemas
y perspectivas de Teología fundamental (1980), editada por los profesores de la Pontificia
Universidad Gregoriana de Roma.
En 1998, el papa Juan Pablo II se pronuncia sobre la Teología Fundamental en su encíclica Fidet et
Ratio, dando relevancia a la misma subrayando su necesidad en el desarrollo teológico y el camino
de fe en la contemporaneidad. En el número 67 hace una descripción amplia de la Teología
fundamental, como no lo había hecho otro documento antes. En primer lugar la describe como
disciplina, esto es, como ciencia sistemática perteneciente al conjunto de las disciplinas teológicas.
En segundo lugar, indica tres tareas propias de la disciplina: a) “disciplina que da razón de la fe” (1Pe
3,15); b) que justifica y explicita la relación entre la fe y la reflexión filosófica; c) y que estudia la
Revelación y su credibilidad, con el acto de fe. Si la primera y segunda tarea son transversales a toda
la disciplina - aunque pueden constituir también momentos específicos de la misma -, la tercera, en
cambio, hace referencia a contenidos que no pueden faltar en ninguna propuesta de Teología
fundamental.
En el 2010 el papa Benedicto XVI publica una exhortación llamada Verbum Domini. En ella el Papa
ofrece elementos que enriquecen la reflexión de la Teología Fundamental en sintonía con la
constitución Dogmática Dei Verbum. El documento encuentra su centralidad en la formulación:
Cristología de la Palabra (VD 11-13), con la que se subraya la centralidad de Cristo en la Revelación
Divina y en la interpretación de las Escrituras. Destaca que toda la Palabra de Dios está orientada
hacia Cristo y que la lectura de la Biblia debe realzarse en el contexto del misterio pascual.
Con el papa Francisco la teología recibió un nuevo impulso centrado en el diálogo con las culturas en
sintonía con los más pobres. Su primera exhortación, Envangelii Gaudium, el Papa invita a toda la
Iglesia y por ende a la teología a replantearse el papel de la alegría en la experiencia de fe,
priorizando la evangelización como tarea fundamental de al Iglesia. Estos dos elementos solo pueden
realizarse en la medida en que la Iglesia atreviese por una renovación profunda en clave de mayor
cercanía, misericordia y compromiso con los pobres.
En el número 132 hace una mención a la apologética, argumentando que el cristianismo de hoy
necesita una renovada apologética que permita crear puentes entre las diversas culturas y religiones,
permitiendo así que el evangelio sea escuchado por todos.
El papa Francisco subraya la necesidad de prestar atención a los contextos donde debe ser anunciado
el Kerygma, destacando que esta época tiene desafíos particulares que representan un cambio de
época, por ello se hace necesario superar el divorcio entre teología y pastoral.
Además, se destaca la importancia de la formación integral: El documento resalta que los estudios
eclesiásticos deben contribuir a descubrir el misterio de Cristo y su influencia en la historia de la
humanidad. Se enfatiza la necesidad de combinar la meditación y el estudio de la Sagrada Escritura,
la participación en la liturgia y el diálogo con la Tradición viva de la Iglesia y las realidades
contemporáneas. La preocupación pastoral debe estar presente en toda la formación de los alumnos.
Por último, se menciona la necesidad de promover el diálogo interreligioso y ecuménico en la
educación teológica, como también un acercamiento más sincero y positivo a la cultura
contemporánea y al ateísmo. Sobre estos últimos puntos, el papa sugiere que sea la Teología
Fundamental la encargada de dar luces en el asunto.
A partir de los aportes del papa Francisco, la Teología Fundamental se convierte en una herramienta
que busca dar fundamentos a los elementos troncales de la fe para promover un diálogo con los
distintos interlocutores del mundo de hoy, apostando por un método que integre a diversas ciencias
más allá de la teología.
7. UNIDAD 3
(…) Pag 57
La revelación se realiza según un plan amoroso y sabio, según una economía de revelación. En este
sentido se entiende el AT como preparación, profecía y prefiguración del NT. Sin embargo el
cumplimiento y la plenitud de ese plan de salvación, tal como se realiza en Cristo, desborda
ampliamente lo anunciado y prefigurado. El teólogo Hans Urs von Balthasar ha dado un ejemplo muy
expresivo, el AT es como un inmenso rompecabezas que jamás se podría haber armado sin la figura
histórica, concreta de Jesús de Nazaret, sin los misterios de su vida, muerte y resurrección. Teniendo
esto claro, es innegable que el AT constituye la mejor preparación para la venida del Mesías. En
especial, la tensión por la cual Israel es el Pueblo de la promesa, que vive en la espera de su
cumplimiento; esta tensión provocada por la promesa que posiciona cada presente y, a la vez, lo
relativiza en virtud de la misma promesa, se constituye en la pedagogía más incisiva de la economía
de la salvación.
Por la estrecha relación entre el primero y el segundo testamento, es imprescindible reconocer que
el Nuevo no se comprende sin el primero, que Israel sigue siendo la raíz santa de la nueva alianza,
que Jesús de Nazaret no niega su pertenencia judía, sino que arraiga su mensaje en el corazón de la
tradición de Israel. Recientemente la Pontificia Comisión Bíblica ha elaborado un riquísimo
documento que ilumina mucho este tema, y que vale la pena leer: El pueblo judío y sus escrituras
sagradas en la Biblia cristiana (Roma, 2001).
ACTIVIDADES
1. Actividad 1
Todos los cristianos estamos llamados a testimoniar a Cristo desde nuestros propios contextos,
dando razones creíbles de nuestra esperanza. A partir de un material audio visual y algunos breves
textos, te propondremos responder algunas preguntas
- Descalzo sobre la tierra roja. Es una serie de dos capítulos disponible de forma libre en la
página oficial de RTVE. Descalzo sobre la tierra roja", narra la vida del obispo catalán Pedro
Casaldàliga - figura emblemática tanto en España como en América Latina-, y su incansable
lucha a favor de los pobres y los más desfavorecidos de la región brasileña del Mato Grosso.
Casaldáliga en su misión en la Amazonía del Brasil.
https://www.rtve.es/play/videos/descalzo-sobre-la-tierra-roja/descalzo-sobre-tierra-roja-
capitulo-1/4352878/
- Lumen Gentium 10
10. Cristo Señor, Pontífice tomado de entre los hombres (cf. Hb 5,1-5), de su nuevo pueblo
«hizo... un reino y sacerdotes para Dios, su Padre» (Ap 1,6; cf. 5,9-10). Los bautizados, en
efecto, son consagrados por la regeneración y la unción del Espíritu Santo como casa
espiritual y sacerdocio santo, para que, por medio de toda obra del hombre cristiano,
ofrezcan sacrificios espirituales y anuncien el poder de Aquel que los llamó de las tinieblas a
su admirable luz (cf. 1 P 2,4-10). Por ello todos los discípulos de Cristo, perseverando en la
oración y alabando juntos a Dios (cf. Hch 2,42-47), ofrézcanse a sí mismos como hostia viva,
santa y grata a Dios (cf. Rm 12,1) y den testimonio por doquiera de Cristo, y a quienes lo
pidan, den también razón de la esperanza de la vida eterna que hay en ellos (cf. 1 P 3,15).
31. El carácter secular es propio y peculiar de los laicos. Pues los miembros del orden
sagrado, aun cuando alguna vez pueden ocuparse de los asuntos seculares incluso ejerciendo
una profesión secular, están destinados principal y expresamente al sagrado ministerio por
razón de su particular vocación. En tanto que los religiosos, en virtud de su estado,
proporcionan un preclaro e inestimable testimonio de que el mundo no puede ser
transformado ni ofrecido a Dios sin el espíritu de las bienaventuranzas. A los laicos
corresponde, por propia vocación, tratar de obtener el reino de Dios gestionando los asuntos
temporales y ordenándolos según Dios. Viven en el siglo, es decir, en todos y cada uno de los
deberes y ocupaciones del mundo, y en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social,
con las que su existencia está como entretejida. Allí están llamados por Dios, para que,
desempeñando su propia profesión guiados por el espíritu evangélico, contribuyan a la
santificación del mundo como desde dentro, a modo de fermento. Y así hagan manifiesto a
Cristo ante los demás, primordialmente mediante el testimonio de su vida, por la irradiación
de la fe, la esperanza y la caridad. Por tanto, de manera singular, a ellos corresponde iluminar
y ordenar las realidades temporales a las que están estrechamente vinculados, de tal modo
que sin cesar se realicen y progresen conforme a Cristo y sean para la gloria del Creador y del
Redentor.
- Evangelii Gaudium
24. El discípulo sabe dar la vida entera y jugarla hasta el martirio como testimonio de
Jesucristo, pero su sueño no es llenarse de enemigos, sino que la Palabra sea acogida y
manifieste su potencia liberadora y renovadora. Por último, la comunidad evangelizadora
gozosa siempre sabe «festejar». Celebra y festeja cada pequeña victoria, cada paso
adelante en la evangelización. La evangelización gozosa se vuelve belleza en la liturgia en
medio de la exigencia diaria de extender el bien. La Iglesia evangeliza y se evangeliza a sí
misma con la belleza de la liturgia, la cual también es celebración de la actividad
evangelizadora y fuente de un renovado impulso donativo.
239. La Iglesia proclama «el evangelio de la paz» (Ef 6,15) y está abierta a la colaboración
con todas las autoridades nacionales e internacionales para cuidar este bien universal tan
grande. Al anunciar a Jesucristo, que es la paz en persona (cf. Ef 2,14), la nueva
evangelización anima a todo bautizado a ser instrumento de pacificación y testimonio
creíble de una vida reconciliada[187]. Es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que
privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero
sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, memoriosa y sin exclusiones. El
autor principal, el sujeto histórico de este proceso, es la gente y su cultura, no es una clase,
una fracción, un grupo, una élite. No necesitamos un proyecto de unos pocos para unos
pocos, o una minoría ilustrada o testimonial que se apropie de un sentimiento colectivo. Se
trata de un acuerdo para vivir juntos, de un pacto social y cultural.
- ¿Cuáles son hoy los testigos calificados que reconocemos que hacen que la fe y la Iglesia
sean más creíble en el día de hoy?
- ¿Qué testimonios nos resultan confiables y comprometidos con el Dios de la Vida?
- ¿Puedes decir si se siente hoy en la Iglesia, en tu comunidad, una carencia de testimonio en
el sentido profundo o que hay testimonios que permanecen invisibles, silenciosos o
silenciados?
Actividad 2
La fe es una experiencia personal y comunitaria que involucra a todo el hombre. F. Ardusso nos dice
al respecto:
- ¿Acuerdan con esta afirmación? ¿A qué se refiere con seguimiento político o profético?
- ¿El propuesto por este autor, es un estilo de fe habitual en nuestras comunidades? ¿Con qué
otros estilos de pensar y vivir la fe, presenta diferencias?
- ¿Qué pasos serían necesarios para que una reflexión de este tipo toque y transforme las
estructuras y lugares de decisión de nuestras prácticas pastorales? Propone un listado de
pasos para provocar esta transformación.