Violeta Parra

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Violeta del Carmen Parra Sandoval (San Fabián de Alico o San Carlos;nota 1 4 de

octubre de 1917-La Reina, Santiago; 5 de febrero de 1967)23 fue una artista,


música, compositora y cantante chilena, reconocida como una de las
principales folcloristas en América del Sur y divulgadora de la música popular de
su país. Fue miembro de la célebre familia Parra.
Su contribución al quehacer artístico chileno se considera de gran valor y
trascendencia. Su trabajo sirvió de inspiración a varios artistas posteriores,
quienes continuaron con su tarea de rescate de la música del campo chileno y las
manifestaciones constituyentes del folclore de Chile y América Latina.45 Sus
canciones han sido versionadas por diversos artistas, tanto chilenos como
extranjeros. En conmemoración de su natalicio, el 4 de octubre se celebra el «Día
de la música y de los músicos chilenos».6
Biografía[editar]
Nacimiento y familia[editar]

Casa natal de Violeta Parra, Monumento Histórico de


Chile desde 19927
Según el Consejo de Monumentos Nacionales, la casa donde nació Violeta Parra
se ubica en la calle El Roble N°531 y 535, San Carlos.8 Aquello se respalda con la
declaración de la casa como monumento histórico mediante el Decreto Supremo
N°668, emitido el 29 de septiembre de 1992 por parte del Ministerio de
Educación.9 Actualmente, la casa ubicada en la comuna de San Carlos constituye
la Casa Museo Violeta Parra. Pese a los reconocimientos oficiales, una página de
la web del Museo Violeta Parra señala que la folclorista nació en San Fabián de
Alico, localidad ubicada a 43 kilómetros al este de San Carlos.10 No obstante, el
mismo sitio web contiene el registro de nacimiento donde se detalla que su
domicilio fue en San Carlos,11 además de otros archivos del centro de
documentación que también lo acreditan.1213 Por otra parte, Isabel Parra ha
mencionado que su propia madre le señaló haber nacido en San Fabián.14 Sin
embargo, en la primera edición de su libro El libro mayor de Violeta Parra (1985),
Isabel indica que su madre nació en San Carlos.15 La Municipalidad de San Carlos
afirma —en su sitio oficial y en un cartel a la entrada de la ciudad— ser «la cuna
de Violeta Parra».16 La versión de que Violeta Parra nació en San Carlos ha sido
apoyada por hermanos de la cantante, tales como Roberto Parra17 y Lautaro
Parra, este último visitó la casa natal en 2012.181920 Los defensores de la tesis
sanfabianina aseguran que la cantante nació en San Fabián, pero fue inscrita en
San Carlos, similar a su hermano Nicanor, nacido en San Fabián pero inscrito
en Chillán,14 sin embargo, no hay fuentes documentales que acrediten dicha
información. En 2013, Isabel Parra, presidenta de la Fundación Violeta Parra,
visitó la casa natal y mostró su intención de que la casa se convirtiera en «una
sucursal de la fundación en el sur».21
Violeta Parra fue hija del maestro de escuela y músico (guitarrista y violinista)
Nicanor Parra Alarcón22 y de la modista, tejedora y cantora campesina Rosa
Clarisa Sandoval Navarrete. Tuvo dos medias hermanas —Marta y Olga
Sandoval,23 del primer matrimonio de su madre con un primo—24 y ocho
hermanos25 —Nicanor (1914-2018), Hilda (1916-1975), Eduardo «Lalo» (1918-
2009), Roberto (1921-1995), Caupolicán «Polito» (nacido y muerto en 1924), Elba
«Yuca» (1926-1981), Lautaro (1928-2013) y Óscar (1930-2016)—.22
Infancia[editar]
Su infancia transcurrió principalmente en el campo. Entre 1919 y 1921 la familia
residió en Santiago para luego irse a Lautaro, en el sur. En 1927 se trasladaron
a Chillán y se instalaron en la población Villa Alegre.26
Su madre se afanaba con la máquina de coser para contribuir con la manutención
de la numerosa familia. Violeta sufría continuamente de enfermedades, incluyendo
un ataque de viruela a los tres años. Mientras mejoraba, se divertía junto con sus
hermanos en las aguas del vecino río Ñuble y en los aserraderos y barracas del
sector.
Los niños revelaron precozmente su inclinación al espectáculo. Imitaban a los
artistas de los circos que se instalaban en las proximidades del hogar. Se
disfrazaban con atuendos de papel; Violeta y su hermano Lalo cantaban a dúo y
montaron varias representaciones por las que cobraban entradas a los niños.
Violeta empezó a tocar la guitarra a los 9 años, mientras que a los 12 compuso
sus primeras canciones.
Realizó los cursos primarios y estuvo un año en la escuela normal, que abandonó
para trabajar en el campo y ayudar a su familia debido a que su padre enfermó
gravemente. Los hijos de la familia lucharon por sobrevivir saliendo a cantar en
restaurantes, posadas, circos, trenes, campos, pueblos, calles e incluso burdeles.
Llegada a Santiago[editar]

Edificio de la Escuela Normal de Niñas, donde estudió


por un tiempo la cantautora
Los problemas económicos se agravaron cuando el padre falleció en 192923 y, en
1932, Violeta se fue a vivir a Santiago invitada por su hermano mayor, el
futuro antipoeta Nicanor Parra, que estudiaba allí. Retomó los estudios en
la Escuela Normal de Niñas, donde no se sintió a gusto, porque era el canto y no
la escuela lo que le interesaba. Por eso, la dejó y comenzó a cantar en bares,
quintas de recreo y pequeñas salas de barrio junto con su hermana Hilda.
En 1935 su madre y hermanos llegaron a Santiago y juntos se instalaron en la
comuna de Quinta Normal. En 1937 Violeta inició su carrera artística en el
restaurante El Popular de Avenida Matucana #1080 —
interpretando boleros, corridos, cuecas, rancheras y tonadas junto con sus
hermanos Hilda, Eduardo y Roberto—; luego también en El Tordo Azul, ubicado
enfrente. En ambos conoció a Luis Cereceda Arenas, obrero ferroviario23 de
la Estación Yungay, con quien se casó un año después y tuvo dos
hijos: Isabel (1939) y Ángel (1943),27 quienes se convirtieron en destacados
músicos y adoptaron el apellido materno al ingresar en el ambiente artístico.
Cereceda, que militaba en el Partido Comunista, inició a Violeta en la actividad
política y ambos participaron ayudando en la campaña presidencial de Gabriel
González Videla (1946). El matrimonio vivió en Llay-Llay, Valparaíso y Santiago,
lugares donde Violeta mantuvo su carácter inquieto y creativo, cantando en botes
del puerto, presentándose en radios y formando parte de un grupo de teatro. La
vida artística de Violeta generó constante tensión en su relación con Cereceda,
quien esperaba una familia más tradicional y una esposa más sumisa. Finalmente,
el matrimonio se separó en 1948.
Hacia 1947 formó el dúo de música folclórica llamado Las Hermanas Parra junto
con su hermana Hilda,28 con lo que tenía una fuente de ingresos.29 En 1949, nació
su hija Carmen Luisa Arce Parra —que murió en Bruselas en 2007—30 y ese
mismo año contrajo matrimonio con el padre de la niña, Luis Arce Leyton,
mueblista y tenor de ópera.23 En 1952, nació su hija Rosa Clara, quien falleció dos
años después.26 En la misma época, editó sus primeros discos junto con su
hermana Hilda, para el sello RCA Víctor. Se trataba de grabaciones en
formato sencillo de canciones populares chilenas, como «El Caleuche», «La cueca
del payaso» y «La viudita». El dúo funcionó de manera constante hasta 1952.
A principios de la década de 1950, comenzó su extensa labor de recopilación de
tradiciones musicales en diversos barrios de Santiago y por todo el país. En estas
andanzas, conoció a diversos poetas, incluyendo a Pablo Neruda y Pablo de
Rokha. Su hermano Nicanor la estimuló a asumir con personalidad propia la
defensa de la auténtica música chilena, en contra de los estereotipos que hasta
ese momento se manejaban. Es así como su repertorio —hasta entonces basado
en boleros, cantos españoles, corridos mexicanos y valses peruanos— pasó a las
canciones más tradicionales del campo chileno, que le permitieron descubrir los
valores de la identidad nacional como ningún otro artista lo había hecho antes.
Esta labor de recopilación quedó plasmada en más de tres mil canciones, reunidas
en el libro Cantos folclóricos chilenos y sus primeros discos en solitario, editados
por EMI Odeon.
Primeros viajes[editar]
En 1953 grabó los exitosos sencillos «Casamiento de negros» y «Qué pena siente
el alma», que se convirtieron en dos de sus canciones más conocidas. En 1954
mantuvo en la Radio Chilena el programa Canta Violeta Parra, y ganó el
Premio Caupolicán a la folclorista del año,31 lo que le valió una invitación para
presentarse en un festival juvenil en Varsovia (Polonia). Aprovechó este viaje para
recorrer la Unión Soviética y partes de Europa. Fue particularmente provechosa su
estancia en París, donde grabó sus primeros larga duración —Guitare et chant:
chants et danses du Chili (1956) y una serie de canciones grabadas que se
editaron en diversas compilaciones posteriormente—, que incluían exclusivamente
canciones recopiladas del folclore chileno. El éxito obtenido en Europa era inédito
para cualquier artista chileno, y Violeta se llenó de inspiración y creatividad. Fue
en París donde se enteró de la muerte de su hija Rosa Clara.
Regresó a Chile en 1957 y en noviembre se fue con sus hijos Ángel y Carmen
Luisa a Concepción, contratada por la universidad penquista. Allí fundó, al año
siguiente, el Museo Nacional del Arte Folklórico y posteriormente regresó a
Santiago.
Cuatro discos suyos aparecieron en ese periodo —Canto y
guitarra (1957), Acompañada de guitarra (1958), La tonada y La cueca (los dos
últimos de 1959)— bajo la etiqueta de EMI Odeon, con varias de sus primeras
composiciones. Acá asomaba la cantante preocupada de temas sociales («Yo
canto a la diferencia»), la brillante constructora de décimas y composiciones
poéticas («Verso por desengaño») y la musicalizadora de poemas («Cueca larga
de los Meneses», de su hermano Nicanor). Los discos se grabaron con el mínimo
acompañamiento de una guitarra de madera, y en la actualidad se encuentran
descontinuados, al igual que los álbumes Toda Violeta Parra (1961) y Violeta
Parra en Argentina (1962).
Además, su actividad artística se diversificó: trabajó
en cerámicas, pinturas al óleo y arpilleras, que presentó en las dos primeras
ediciones de la Feria Chilena de Artes Plásticas (1959 y 1960).31 Trabajó un
tiempo en un museo de arte popular y folclórico que ella misma fomentó a crear en
la Universidad de Concepción y luego viajó por casi todo Chile, ofreciendo cursos
de folclore y recitales.
Estadía en Argentina y Francia[editar]
En 1961 Violeta viajó a Argentina, vivió en General Pico en la casa de la familia
del gobernador, Joaquín Blaya. En La Pampa cantó en la peña «El Alero» e
impartió cursos de folclore, cerámica, pintura y arpilleras. Viajó a Buenos Aires a
exponer sus pinturas y a actuar en la televisión y en el Teatro IFT. Grabó
un LP para EMI Odeón que fue prohibido y no se distribuyó. En la capital argentina
en junio de 1962, se reunió con sus hijos Ángel e Isabel y su nieta Tita. Se
embarcaron rumbo a Helsinki (Finlandia) para participar en el VIII Festival Mundial
de la Juventud y los Estudiantes.
En Europa, recorrió la Unión Soviética, Alemania, Italia y Francia, donde se instaló
en París. Allí cantó en el Barrio Latino y dio recitales en el Teatro de las Naciones
de la Unesco, actuó en radio y televisión junto con sus hijos, bordó arpilleras e
hizo esculturas en alambre.26 En 1962 grabó para el sello Arion una serie de
canciones editadas en diversas recopilaciones posteriores. Además de lanzar al
mundo discográfico a sus hijos Isabel y Ángel Parra con el disco Au Chili avec los
Parra de Chillán (1963), continuó sus grabaciones con el LP Recordando a Chile
(una chilena en París), grabado entre 1964 y 1965, que incluyó dos canciones
compuestas y cantadas en francés, así como también otros temas muy
importantes de su carrera, como «Paloma ausente» y «Arriba quemando el sol».
Fue una etapa de gran nostalgia, tal como lo atestiguan canciones tan sentidas
como «Violeta ausente». En 1964 logró una marca histórica al convertirse en la
primera latinoamericana en exponer individualmente una serie de sus arpilleras,
óleos y esculturas en alambre en el Museo de Artes Decorativas del Palacio del
Louvre,31 en una muestra titulada Tapices de Violeta Parra.
Escribió el libro Poesía popular de Los Andes, y la televisión suiza filmó el
documental Violeta Parra, bordadora chilena. En este periodo, forjó una firme
relación con el antropólogo y musicólogo suizo Gilbert Favre, el gran amor de su
vida —con el que vivió en Ginebra, compartiendo su tiempo entre Francia y Suiza
—, y destinatario de sus más importantes composiciones de amor y desamor:
«Corazón maldito», «El gavilán, gavilán», «Qué he sacado con quererte», entre
muchas otras. En esta época, surgieron sus textos más combativos: canciones
como «Miren cómo sonríen», «Qué dirá el Santo Padre», «Arauco tiene una pena»
y «Según el favor del viento», que formaron la base de la corriente musical
conocida como la Nueva Canción Chilena. Las canciones fueron recogidas en las
numerosas ediciones de Canciones reencontradas en París.

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