Copia de Hora Santa
Copia de Hora Santa
Copia de Hora Santa
Del mensaje del Papa para la Jornada Mundial de las Misiones 2023
Cristo que parte el pan se convierte ahora en el Pan partido, compartido con los
discípulos y por tanto consumido por ellos. Se hizo invisible, porque ahora ha
entrado dentro de los corazones de los discípulos para encenderlos todavía más,
impulsándolos a retomar el camino sin demora, para comunicar a todos la
experiencia única del encuentro con el Resucitado. Así, Cristo resucitado es Aquel
que parte el pan y al mismo tiempo es el Pan partido para nosotros. Y, por eso,
cada discípulo misionero está llamado a ser, como Jesús y en Él, gracias a la
acción del Espíritu Santo, aquel que parte el pan y aquel que es pan partido para
el mundo.
Monición inicial
Hermanos, con estas palabras nos preparamos para tener un encuentro con Jesús
Sacramentado. Avivemos nuestra fe y confianza en su presencia Eucarística.
Pidamos humildemente la gracia de su Espíritu para dirigir a Él nuestra alabanza y
adoración. Presentemos a Él nuestros gozos y esperanzas, preocupaciones y
sufrimientos. Él más que nadie nos comprende y viene en nuestra ayuda.
Pongamos a sus pies nuestros miedos y, reconociéndonos frágiles pidámosle la
fortaleza para salir de nosotros mismos al encuentro del prójimo, unidos como
Iglesia, para cumplir con su misión.
Canto 1
Ese mismo día, dos de los discípulos iban a un pequeño pueblo llamado Emaús,
situado a unos diez kilómetros de Jerusalén. En el camino hablaban sobre lo que
había ocurrido. Mientras conversaban y discutían, el mismo Jesús se acercó y
siguió caminando con ellos. Pero algo impedía que sus ojos lo reconocieran. Él les
dijo: «¿Qué comentaban por el camino?». Ellos se detuvieron, con el semblante
triste, y uno de ellos, llamado Cleofás, le respondió: «¡Tú eres el único forastero en
Jerusalén que ignora lo que pasó en estos días!». «¿Qué cosa?», les preguntó.
Ellos respondieron: «Lo referente a Jesús, el Nazareno, que fue un profeta
poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo, y cómo
nuestros sumos sacerdotes y nuestros jefes lo entregaron para ser condenado a
muerte y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que fuera él quien librara a Israel.
Pero a todo esto ya van tres días que sucedieron estas cosas. Es verdad que
algunas mujeres que están con nosotros nos han desconcertado: ellas fueron de
madrugada al sepulcro y al no hallar el cuerpo de Jesús, volvieron diciendo que se
les había aparecido unos ángeles, asegurándoles que él está vivo. Algunos de los
nuestros fueron al sepulcro y encontraron todo como las mujeres habían dicho.
Pero a él no lo vieron». Jesús les dijo: «¡Hombres duros de entendimiento, cómo
les cuesta creer todo lo que anunciaron los profetas! ¿No será necesario que el
Mesías soportara esos sufrimientos para entrar en su gloria?». Y comenzando por
Moisés y continuando en todas las Escrituras lo que se refería a él. Cuando
llegaron cerca del pueblo adonde iban, Jesús hizo ademán de seguir adelante.
Pero ellos le insistieron: «Quédate con nosotros, porque ya es tarde y el día se
acaba». El entró y se quedó con ellos. Y estando a la mesa, tomó el pan y
pronunció la bendición; luego lo partió y se lo dio. Entonces los ojos de los
discípulos se abrieron y lo reconocieron, pero él había desaparecido de su vista. Y
se decían: «¿No ardía acaso nuestro corazón, mientras nos hablaba en el camino
y nos explicaba las Escrituras?». En ese mismo momento, se pusieron en camino
y regresaron a Jerusalén.
MOMENTO DE SILENCIO
Mir
Reflexión
A lo largo del camino que va de Jerusalén a Emaús, los corazones de los dos
discípulos estaban tristes a causa de la muerte de Jesús, en quien habían creído.
Ante el fracaso del Maestro crucificado, su esperanza de que Él fuese el Mesías
se había derrumbado. Entonces, «mientras conversaban y discutían, el mismo
Jesús se acercó y siguió caminando con ellos». Como al inicio de la vocación de
los discípulos, también ahora, en el momento de su desconcierto, el Señor toma la
iniciativa de acercarse a los suyos y de caminar a su lado. En su gran
misericordia, Él nunca se cansa de estar con nosotros; incluso a pesar de nuestros
defectos, dudas, debilidades, cuando la tristeza y el pesimismo nos induzcan a ser
«duros de entendimiento», gente de poca fe.
MOMENTO DE SILENCIO
Oración: Pidamos al Señor por el pueblo africano, que en la actualidad es víctima
de los conflictos raciales, de la miseria y del hambre institucionalizado, para que
sepa hacer de su calvario una ofrenda amorosa a Dios. Hoy nos toca a nosotros
acercarnos a Jesús, ofrendar nuestra oración y unir nuestros sacrificios para la
evangelización y esta ofrenda sea para que cada uno de los cristianos aprenda a
vivir con autenticidad, buscando siempre el servicio, haciendo de África la familia
de Dios.
Te lo pedimos señor.
Canto 2
MOMENTO DE SILENCIO
Chary
La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran
con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza,
del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la
alegría».
MOMENTO DE SILENCIO
Canto 3
MOMENTO DE SILENCIO
Mir
La imagen de los “pies que se ponen en camino” nos recuerda una vez más la
validez perenne de la misión ad gentes, la misión que el Señor resucitado dio a la
Iglesia de evangelizar a cada persona y a cada pueblo hasta los confines de la
tierra. Hoy más que nunca la humanidad, herida por tantas injusticias, divisiones y
guerras, necesita la Buena Noticia de la paz y de la salvación en Cristo. «Todos
tienen el derecho de recibir el Evangelio. Los cristianos tienen el deber de
anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino
como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete
deseable». La conversión misionera sigue siendo el objetivo principal que
debemos proponernos como individuos y como comunidades, porque «la salida
misionera es el paradigma de toda obra de la Iglesia».
MOMENTO DE SILENCIO
Canto 4
MOMENTO DE SILENCIO
Luis
Aquellos dos discípulos estaban confundidos y desilusionados, pero el encuentro
con Cristo en la Palabra y en el Pan partido encendió su entusiasmo para volver a
ponerse en camino hacia Jerusalén y anunciar que el Señor había resucitado
verdaderamente. En el relato evangélico, percibimos la trasformación de los
discípulos a partir de algunas imágenes sugestivas: los corazones que arden
cuando Jesús explica las Escrituras, los ojos abiertos al reconocerlo y, como
culminación, los pies que se ponen en camino.
Unidos como Iglesia, con el corazón dispuesto y a una sola voz respondamos:
Señor, enciende nuestros corazones para poner nuestros pies en camino.
Jesús, Palabra viviente, no permitas que nos apartemos de ti, enciende nuestro
corazón, para que siempre anhele tu compañía y que así, unido a ti, encienda
otros corazones llevándoles el mensaje de la salvación.
Señor, enciende nuestros corazones para poner nuestros pies en camino.
Padre nuestro, guía a tu Iglesia, para que, caminando en sinodalidad, cumpla con
tu misión de evangelizar a cada persona y a cada pueblo hasta los confines de la
tierra.
Señor, enciende nuestros corazones para poner nuestros pies en camino.
Canto 5
Chary
La urgencia de la acción misionera de la Iglesia supone naturalmente una
cooperación misionera cada vez más estrecha de todos sus miembros a todos los
niveles. Este es un objetivo esencial en el itinerario sinodal que la Iglesia está
recorriendo con las palabras clave comunión, participación y misión. Tal itinerario
no es de ningún modo un replegarse de la Iglesia sobre sí misma, ni un proceso
de sondeo popular para decidir, como se haría en un parlamento, qué es lo que
hay que creer y practicar y qué no, según las preferencias humanas. Es más bien
un ponerse en camino, como los discípulos de Emaús, escuchando al Señor
resucitado que siempre sale a nuestro encuentro para explicarnos el sentido de la
Escrituras y partir para nosotros el Pan, y así poder llevar adelante, con la fuerza
del Espíritu Santo, su misión en el mundo.
MOMENTO DE SILENCIO
Oración: Pidamos a Jesucristo, que quiso entregarse como alimento espiritual, que
también proporcione el alimento material a los millones de hombres, mujeres y
niños que padecen el hambre atroz y la miseria extrema en el continente más
poblado del mundo. Pedimos por el continente asiático, para que a través del
dialogo, la iglesia enfrente el reto de evangelización en el concierto disonante y
complejo del mundo contemporáneo y que la palabra de Dios sea alimento del
alma.
Canto 6
Unidos como Iglesia, con el corazón dispuesto y a una sola voz respondamos:
Envíanos, Señor tu Espíritu.
MOMENTO DE SILENCIO
Antonio
Padre de bondad, Tú que eres rico en amor y misericordia, que nos enviaste a tu
Hijo Jesús para nuestra salvación, escucha a tu Iglesia misionera. Que todos los
bautizados sepamos responder al llamado de Jesús: "Vayan y hagan que todos los
pueblos sean mis discípulos".
Fortalece con el fuego de tu Espíritu a todos los misioneros, que en tu nombre
anuncian la Buena Nueva del Reino. María, Madre de la Iglesia y Estrella de la
Evangelización, acompáñanos y concédenos el don de la perseverancia en
nuestro compromiso misionero. Amén