Tesis Luis Eduardo Final Version Impresa - Diciembre 2013

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Pueblos indígenas de la Amazonia e

indicadores de bienestar humano en la


encrucijada de la globalización: estudio
de caso Amazonia colombiana
Tesis doctoral presentada por Luis Eduardo Acosta Muñoz
Investigador Principal del Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas – Sinchi (Amazonas, Colombia)

Director Doctor Alfonso Dubois Migoya


Departamento de Economía Aplicada I
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales

Bilbao, 2013
Pueblos indígenas de la Amazonia e
indicadores de bienestar humano en la
encrucijada de la globalización: estudio
de caso Amazonia colombiana

Tesis doctoral presentada por Luís Eduardo Acosta Muñoz


Investigador Principal del Instituto Amazónico de
Investigaciones Científicas – Sinchi (Amazonas, Colombia)

Director Doctor Alfonso Dubois Migoya


Departamento de Economía Aplicada I
Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales

Bilbao, 2013
A la memoria de mis queridos padres Ana María y Luis Eduardo

A mi hija Jessenia Yawira

A las ancianas y ancianos sabedores tradicionales de la Chorrera


Agradecimientos

La Tesis Doctoral como proceso investigativo guarda profundos afectos y recuerdos,


con personas en diferentes niveles de las relaciones humanas, académicas,
institucionales. Personas con quienes he tenido la oportunidad de coincidir en algunos
de los momentos de la vida en la Amazonia colombiana; son motivos sinceros de mi
gratitud por siempre.

Dirigidos a mi querida hija Jessenia Yawira, apreciado SER que se adentra en su


adolescencia, quien me brindó su apoyo y solidaridad en los últimos cinco años,
periodo que dediqué a escribir los resultados de la investigación que culmina con la
Tesis Doctoral; pese que su crecimiento estuvo marcado por mis ausencias recurrentes,
necesarias para adelantar los trabajos de campo en los territorios de los pueblos
indígenas de la Amazonia colombiana. A mí querido hermano Daniel con quien he
compartido jornadas de trabajo de campo en la zona de colonización del Guaviare,
dándome la oportunidad de adentrarme a discutir los aspectos sociales con sentido
crítico y comprometido.

A mis entrañables amigos: Jairo Chaparro, Adriano Bernal, Luis Alberto Salcedo, sus
esposas, hijas e hijos, por sostener una amistad tan viva y llena de detalles humanos,
que ha superado el tiempo y las distancias geográficas; pese a esas circunstancias se
sostiene con una vitalidad enorme. Igualmente a mis apreciados amigas y amigos de la
comunidad Reserva Cerca Viva, que con el tiempo se han podido construir profundos
afectos y convertido en mi familia más próxima en estas tierras promisorias de la
Amazonia colombiana: José Luis Díaz, Pilar Maldonado, Oscar Tamayo, Clara Patricia
Peña, Valeria Meilkle, Liliana Guarnizo, Marta Prado; sus hijas e hijos, Waira, Juan
Sue, Manuela Mariramba, Inti Asaí, Airmar, Elisa, Antara. Todos conocemos como la
palma de la mano, de las angustias, nostalgias, logros y vivencias de nuestra
cotidianidad bien vivida. A mi buen amigo Hernando Valdés y su apreciada esposa
Anita Mejía, porque a través de cada abrazo y diálogos compartidos, marcaron mi vida
de una serenidad frente a las situaciones críticas que se presentan por nuestro trabajo
social en la región amazónica. Siempre hemos tenido la valentía de compartir las
lágrimas en aquellos instantes tan adversos cuando nos dejan nuestros seres queridos.

A mi apreciado amigo Hernando Bernal Zamudio, por su pasión académica, su amistad


y sus conocimientos sobre la Amazonia, me alentaron a participar en el doctorado; esas
jornadas en el “bunker” de la UPV/EHU, donde tuvimos la oportunidad de discutir y
profundizar sobre el bienestar humano y tantos temas que tocan con la vida social y
cultural y los ecosistemas en la Amazonia colombiana; debo mi gratitud sincera por
ofrecerme su espacio de vida en Bilbao.

A mi dilecto profesor Alfonso Dubois Migoya, por estar en los últimos cinco últimos
años acompañándome como Director de la Tesis Doctoral; su guía, sus críticas
conceptuales y metodológicas, forjaron un camino para incursionar en el tema del
bienestar humano; impregnaron de confianza y profundidad a la propuesta que llevó a
la conformación de unos indicadores apropiados para los pueblos indígenas en el
Amazonas.

A todas y todos los sabedores tradicionales de la zona de La Chorrera quienes me


abrieron sus puertas en los territorios ancestrales del río Igará Paraná, espacio
chamanístico, de compromiso y energía comunitarios; abrieron un camino de confianza
para la investigación social y cultural, mostrándome valores desconocidos por mi
formación como economista. A los caciques del pueblo Uitoto Victor Martínez, Luis
Guerrero, Azael Angulo, Liberato Kudiramena (Q.E.P.D.), Ostino Funoratofe, Enrique
Ducha, Alejandro Jacobombaire, Manuel Zafiama, Camilo Sánchez, Hipólito Candre
(Q.E.P.D.), Luis Naforo, Blas Kandre, Marcelo Buinaje, Aurelio Kuiru (Q.E.P.D.),
Calixto Kuiru, Antonio Dimas, Angel Kuyuteka, Bernardo Soneray; del pueblo Okaina
los abuelos Noé Siake, Pablo Neikase, Cantalicio Eynenekene e Ignacio Atama; del
pueblo Bora, los ancianos Fernando Gifichieu, Benito Teteye, Rufino Kuguo, Santiago
Meikuaco, Enrique Teteye, Enrique Ducha, Bartolomé Teteye, Pedro Taumarima,
Plácido Fariratofe, Toribio Sueche; del pueblo Muinane los ancianos Pablo Umire y
Lorenso Yoabore; estantillos sobre los que se erige el concepto de abundancia y el
manejo del mundo, que en los diálogos sostenidos ofrecieron su ámbil y mambe,
permitieron aproximarme a entender su cultura y su sabiduría; son un testimonio de su
confianza y palabra de vida entregada en los mambeaderos.

A las ancianas sabedoras: Ana Kueconamuy, Virgelina Sánchez, Candelaria Ordoñez,


Ángela Ruieofiama, Ema Eymenekene, Carmen Sueche, Antonieta Macías, Yoadina
Kumimarima, Ángela Taunimarima, Mariana Kuyekudo, Virgelina Okainatofe, Ageda
Biyakudo, Regina Naforo (Q.E.P.D.), Carmelita Angulo, Adeila Angulo, Soledad
Cauchero, Elvira Rochicon, Bibiana Kuyekudo, Leonor Manaideke, Carmelita
Aemuya, Rosaura Kuyekudo, Rosiri Umire, Edelmira Kuyekudo, Carmen kuegaje,
Rosa Atama, Cornelia Suy, Adriana Gimaido, Mari Fajardo, Antonia Martinez, Gorety
Kudo, Luz Mila Cauchero, Luz Mila Riecoche, Ismenia Sanchez, Carmen Gittoma,
Luz Erminda Martinez, Mariana Neikase, Celina Ranoke, Ines Toikemuy, Isabel
Castro, Flor Ángela Kañube, Lucia Umire, Luz Ester Kañube, Fortunata Kuyuedo,
Teresa Evachiu, Gregoria Kañude, Pilar Botyay; dadoras de vida y sostenimiento del
medio ambiente, que con su trabajo y dedicación, son fundamentales para garantizar la
autonomía alimentaria.

De manera especial a mi querido amigo Uitoto Luis Arcangel Juragaro, que en los
últimos ocho años de trabajo institucional, ha sido un compañero y apoyo, en las
jornadas de discusión y concertación con la Asociación Zonal Indígena de Cabildos y
Autoridades Tradicionales de La Chorrera - Azicatch. Guardo mi especial gratitud y
respeto por el Sabedor Tradicional Honorio Nonokudo, por su confianza al compartir
su cultura en un diálogo intercultural franco, pese a su tragedia familiar que lo ha
embargado en los últimos años. A Patricio Guerrero que se inicia en su carrera
ceremonial del Baile de Frutas Yuak+; al anciano sabedor Gentil Sánchez que dispone
con su energía e identidad para conservar los valores culturales que permiten sostener
la vida; a los dinamizadores indígenas Ángel María Zafiama, Juan Bosco Tejada, Osias
Cobete, Martín Efaiteke, Jeremias Farekade, Henry Giagrekudo, Simón Neikase,
Jimmy Gifichieu, José Miller Teteye; Miguel Kuiru y Ever Kuiru; quienes me han
apoyado en todo momento con su vitalidad en los ejercicios etnográficos adelantados.
A la antropóloga Mónica Natalia Pérez por su afecto y compromiso asumido en el
proceso de investigación en La Chorrera.

A Harrison Sonerai, Arley Mokema, José Enmanuel Kueygaje, Juan Pedro Firisateke,
Gil Farekadet, Norberto Farekatde, Gerardo Sueche y Jesús Teteye, líderes de la
Asociación - Azicatch; estantillos del gobierno intercultural de los pueblos indígenas
de La Chorrera; su confianza abrieron el camino para que el Instituto Sinchi cuente con
un espacio de reconocimiento por su labor de una investigación comprometida, cuyos
resultados se han dirigido a proteger los conocimientos tradicionales asociados a la
biodiversidad.

Al antropólogo Oscar Iván García con su proceso de Doctorado que adelanta en


EHESS, Francia; su acompañamiento en los trabajos de campo y la travesía conceptual
cuyas discusiones han llevado a conformar una aproximación conceptual sobre el
bienestar de los pueblos indígenas de la Chorrera. Al antropólogo Felipe Guhl que
gracias a sus resultados de maestría en la Universidad Nacional, me inició a entender
aspectos culturales como el concepto de enfermedad de las sociedades indígenas del
Mirití Parana. A la socióloga Damaris Gómez por su paciente y detallada labor en las
reseñas bibliográficas.

Al Profesor Juan Alvaro Echeverri de la Universidad Nacional de Colombia –Sede


Amazonia–, porque sus aportes desde la antropología cultural han sido un norte para
plantear un concepto de bienestar para los pueblos indígenas.

A las directivas del Instituto Sinchi, doctoras Luz Marina Mantilla Cárdenas y Rosario
Piñeres Vergara, por su aliento y confianza permanentes, han dispuesto de todos los
apoyos necesarios para adelantar y culminar la Tesis Doctoral. A los compañeros de la
Subdirección Administrativa y Financiera, Consuelo Cruz, Manuel Pérez, Diego
Lizcano, Elena Maldonado, Melba Espitia, Mario Jimenez, Omar Rodríguez, Sandra
Buitrago, Diana Mora, Irene Garzon Reyes, Silvia Camargo, les debo el apoyo
logístico y humano que han favorecido la realización de este trabajo. De manera
especial a los compañeros de la parte administrativa de la Sede del Instituto Sinchi en
Leticia, por su incondicional apoyo en los diferentes momentos del trabajo
investigativo con los pueblos indígenas: Martha Cury, Sandra Mora, Lilia Perez, Nelly
Amias, Eugenia Guayanba y William Quintero.

A mis queridos compañeros Investigadores del Instituto Sinchi, los más gratos
reconocimientos a la amistad y solidaridad brindada, que han alentado y acompañado
el proceso investigativo, sin dejar de ser rigurosos y críticos de los resultados de la
Tesis Doctoral. En la sede Bogotá: Dairon Cardenas, Soledad Hernandez, Uriel
Murcia, Carlos Ariel Salazar, Gladys Cardona, Jaime Barrera, Nicolas Castaño, Lorena
Quintero, Marcela Carrillo, William Castro; en Leticia: Edwin Agudelo, Marcela
Nuñez, Ximena Bardales, Clara Patricia Peña, Juan Sebastián Barreto, Misael
Rodriguez; en Florencia: Carlos Hernando Rodríguez, Augusto Mazorra (Q.E.P.D.),
Delio Mendoza, Bernardo Betancurt, Diego Caicedo, Armando Sterling; en San José
del Guaviare: Mauricio Zubieta, Bernardo Giraldo, Guillermo Vargas. A Manuel
Cárdenas y familia, por las jornadas que compartimos en los procesos comunitarios
adelantados en aquellos años de mayor tensión y conflicto social en la región del
Guaviare.

Al Profesor Orlando Martinez por revisar y precisar los aspectos matemáticos y


estadísticos de cada una de las hojas metodológicas de los indicadores propuestos.
XIII

Resumen
La Tesis Doctoral analiza las corrientes de pensamiento que históricamente han estado
involucradas en la discusión sobre el concepto de bienestar; realiza un análisis de las
propuestas centrales y sobre los indicadores de bienestar humano, con el fin de optar
por una alternativa conceptual viable para las minorías étnicas indígenas en la
Amazonia colombiana. Se adentra en conocer las propuestas sobre indicadores que se
han planteado, tanto a nivel convencional, como aquellos específicos surgidos por el
concepto de bienestar humano, en particular procesos adelantados por visibilizar a las
minorías étnicas en las estadísticas nacionales. Aporta a la discusión generada por las
cosmovisiones de los pueblos indígenas en América latina, que avanzan en fortalecer
los fundamentos de vida propios en contraposición a los conceptos de desarrollo y la
modernidad.

Se expone un concepto de bienestar humano en términos de la abundancia, el cual se


cimienta en una cosmovisión y ética de los pueblos indígenas Uitoto, Okaina, Bora y
Muinane, Gente de Centro de La Chorrera, Amazonas, que se sustenta sobre valores
como el conocimiento tradicional, el reconocimiento social y cultural, los códigos de
conducta éticos y espirituales en relación con la sociedad y la naturaleza. Permitió la
identificación y diseño de indicadores apropiados con la potencialidad de evaluar los
modos de vida indígena, a partir de la conceptualización y valoración de las
capacidades que aseguran el control cultural de los territorios ancestrales, la
autosuficiencia alimentaria, logran un ambiente tranquilo, el cuidado y la reproducción,
de las sociedades indígenas. El modelo de indicadores de bienestar humano propuesto,
se plasma a través de un conjunto de hojas metodológicas.

Palabras claves: Bienestar humano, capacidades, funcionamientos, indicadores, hojas


metodológicas, pueblos indígenas, Amazonas-Colombia.
XIV

Abstract
The Doctoral Thesis analyzes the currents of thought that have historically been
involved in the discussion of the concept of well-being, an analysis of the central
proposals and human welfare indicators, in order to opt for a viable conceptual
alternative minorities ethnic Indians in the Colombian Amazon. He goes on to
proposals on indicators that have been raised, both conventional specific as those raised
by the concept of human welfare, particularly visible trials for ethnic minorities in
national statistics. It contributes to the discussion generated by the worldviews of
indigenous peoples in Latin America, they move to strengthen the foundations of their
own life as opposed to the concepts of development and modernity.

It explains a concept of human welfare in terms of abundance, which is founded on a


worldview and ethics of indigenous peoples Uitoto, Okaina, Bora and Muinane, People
Resume Center, Amazonas, which is based on values such as traditional knowledge,
social and cultural recognition, ethical codes of conduct and spiritual relationship with
society and nature. It allowed the identification and design of appropriate indicators to
evaluate the potential of indigenous ways of life, from the conceptualization and
assessment of the capabilities that ensure cultural control of ancestral lands, food self-
manage a calm, caring and reproduction of indigenous societies. The model proposed
indicators of human welfare, is expressed through a set of methodological sheets.

Keyword: Human welfare, capabilities, functionings, indicators, methodology sheets,


indigenous peoples, Amazonas, Colombia.
XV

Contenido

Pág.
Presentación 1
1. INTRODUCCIÓN 5
1.1. Metodología 9
1.1.1. Problema y preguntas de investigación 10
1.1.2. Hipótesis de trabajo 12
1.1.3. Objetivos 13
1.1.4. Unidad de análisis para la aplicación de los indicadores de bienestar 14
humano
1.1.5. Tablas auxiliares amplificadoras para la presentación de la información 21
1.1.6. Proceso seguido para el diseño de los indicadores de bienestar humano 21
2. TENDENCIAS EN LA DISCUSIÓN SOBRE EL CONCEPTO DE 25
BIENESTAR
2.1. Concepción aristotélica del bienestar 26
2.2. Visión clásica de la idea de bienestar 29
2.3. Utilitarismo: visión ética del bienestar 32
2.4. Economía neoclásica: individualismo e imposibilidad de comparación 35
interpersonal
2.4.1. Teoremas del Bienestar: Optimización y Equilibrio 36
2.4.2. Condiciones actuales del concepto de bienestar: el enfoque economicista 38
2.4.3. Crítica al utilitarismo 41
2.5. El enfoque del desarrollo humano y la teoría del bienestar de Amartya Sen 44
2.5.1. La libertad y la igualdad principios para alcanzar el bienestar humano 47
2.5.2. La libertad cultural 51
XVI

2.5.3. La dimensión social del bienestar humano y las categorías colectivas base 53
para su evaluación
2.5.4. La equidad de género en el desarrollo humano 61
2.6. Crítica sobre los aportes al concepto de bienestar a la luz del desarrollo 65
humano
3. INDICADORES DE BIENESTAR 73
3.1. Indicadores convencionales de bienestar desde los organismos 74
multilaterales
3.1.1. El programa sobre indicadores sociales de la Organización para la 74
Cooperación y el Desarrollo Económico - OCDE
3.1.2. El sistema de estadísticas sociales y demográficas – SESD de la ONU 76
3.1.3. El enfoque de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) 78
3.2. Indicadores de Desarrollo Humano (IDH) 83
3.3. Indicadores para pueblos indígenas 86
3.3.1. Las propuestas de los Bancos Mundial (BM) e Interamericano de 87
Desarrollo (BID)
3.3.2. La propuesta del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) 90
3.3.3. Los aportes de la Organización de las Naciones Unidas – ONU 93
3.3.4. Propuesta del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) 95
3.3.5. Aportes de la Cumbre Internacional de los Pueblos Indígenas sobre 99
Desarrollo Sostenible - Kimberley
3.3.6. Reunión de expertos indígenas de América Latina y el Caribe sobre 101
indicadores de bienestar y pueblos indígenas (Nicaragua 2006)
3.3.7. El pacto de Pedregal: pueblos indígenas e indicadores de bienestar y 103
desarrollo. 2008
3.3.8. Propuesta sobre indicadores sociales de CELADE/CEPAL – Fondo 110
Indígena
3.4. Síntesis de una trayectoria en la conformación de indicadores apropiados 116
para pueblos indígenas
4. EL CONCEPTO DE BIENESTAR DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE 121
LA AMAZONIA COLOMBIANA
4.1. El papel de los resguardos indígenas como salvaguardas del medio 123
XVII

ambiente en la Amazonia Colombiana


4.1.1. Características demográficas y territoriales de los resguardos indígenas 124
4.1.2. Tipos y dinámicas en los resguardos indígenas 126
4.1.3. Fenómenos socioeconómicos que afectan la territorialidad de los 131
resguardos indígenas
4.1.4. Fenómenos socioeconómicos que afectan las dinámicas internas de los 135
resguardos indígenas
4.2. El bienestar indígena consecuencia de la sustentabilidad territorial 137
4.2.1. Sociedades amazónicas 138
4.2.2. Equilibrio territorial 139
4.2.3. El equilibrio territorial y el bienestar indígena 144
4.3. La abundancia como concepto de bienestar de los pueblos indígenas del 147
departamento del Amazonas
4.3.1. Las caucherías en la Amazonia colombiana y los impactos en los 148
asentamientos indígenas de La Chorrera
4.3.2. La noción de bienestar de los pueblos indígenas Uitoto, Okaina, Bora y 153
Muinane, del complejo cultural de La Chorrera
4.3.3. Principios fundamentales para garantizar la abundancia 158
4.3.4. Uso y manejo de los principios de la abundancia 161
4.3.5. Las instituciones tradicionales que fundamentan el control social y 164
político para garantizar la abundancia

4.3.6. Los cambios sociales que afectan la abundancia 170


4.3.7. Los desafíos relativos al fortalecimiento de los conocimientos 176
tradicionales que sustentan los principios de la abundancia
5. INDICADORES DE BIENESTAR HUMANO PARA LOS PUEBLOS 181
INDÍGENAS GENTE DE CENTRO DE LA CHORRERA, AMAZONAS
5.1. Modelo para evaluar el bienestar en territorios indígenas de la Gente de 183
Centro
5.1.1. Capacidad para el control colectivo del territorio 186
5.1.2. Capacidad de agencia cultural autónoma 190
5.1.3. Capacidad para garantizar la autonomía alimentaria 196
XVIII

5.1.4. Capacidad para lograr un ambiente tranquilo 200


5.1.5. Capacidad para asegurar el auto-cuidado y la reproducción 202
5.2. Indicadores identificados por capacidades que permitan evaluar el bienestar 205
de los pueblos indígenas
5.2.1. Indicadores identificados sobre la capacidad de control colectivo del 206
territorio
5.2.2. Indicadores identificados sobre la capacidad de agencia cultural 207
autónoma
5.2.3. Indicadores identificados: capacidad para garantizar la autonomía 212
alimentaria
5.2.4. Indicadores identificados: capacidad para lograr un ambiente tranquilo 215
5.2.5. Indicadores identificados: capacidad para asegurar el auto-cuidado y la 217
reproducción
6. CONCLUSIONES 223
Bibliografía 239
Anexo 1. Épocas e indicadores para la sostenibilidad del ecosistema. Complejo 255
cultural de La Chorrera, Amazonas
Anexo 2. Capacidades, funcionamientos e indicadores de bienestar humano 263
identificados sobre modos de vida indígena. Departamento del Amazonas
Anexo 3. Memoria técnica: hojas metodológicas de diseño de Indicadores de 269
Bienestar Humano para Pueblos Indígenas (IBHI)
XIX

Lista de tablas
Pág.
Tabla 1. Etnias y población en el Corregimiento de la Chorrera, Amazonas 18
Tabla 2. Participación actividades económicas por sectores y localidades. 20
Departamento del Amazonas
Tabla 3. Corrientes de pensamiento que han abordado el concepto de bienestar 66
Tabla 4. Dimensiones e indicadores para la evaluación de las NBI 80
Tabla 5. Capacidades y Dimensiones en el diseño de nuevos indicadores para 92
pueblos indígenas
Tabla 6. Indicadores basados en la lengua 96
Tabla 7. Indicadores basados en la tierra 97
Tabla8. Indicadores basados en los pueblos 97
Tabla 9. Indicadores basados en las políticas 98
Tabla 10. Indicadores basados en la cultura 99
Tabla 11. Temáticas priorizadas por el Foro permanente para las cuestiones 105
indígenas de la ONU
Tabla 12. Indicadores identificados sobre demografía indígena 112
Tabla 13. Indicadores identificados sobre distribución territorial de la población y 113
la inmigración interna
Tabla 14. Indicadores identificados sobre educación y cultura indígena 113
Tabla 15. Indicadores identificados sobre salud indígena
Tabla 16. Indicadores identificados sobre las características socioeconómicas 114
Tabla 17. Indicadores identificados sobre vivienda, hogar y familia indígena 114
Tabla 18. Pueblos indígenas por unidad político–administrativa. Región amazónica 124
colombiana
Tabla 19. Población y coberturas de la tierra en resguardos indígenas. Amazonia 126
colombiana
XX

Tabla 20. Dinámicas externas e internas en los resguardos indígenas. Región 127
amazónica colombiana
Tabla 21. Tipos de resguardos indígenas. Región amazónica colombiana 128
Tabla 22. Cambio de las coberturas de la tierra 2002 – 2007. Amazonia colombiana 132
Tabla 23. Productos propios requeridos para una buena alimentación en cabildos 157
indígenas. Complejo cultural de La Chorrera, Amazonas
Tabla 24. Principios y fundamento para garantizar la abundancia 159
Tabla 25. Las prácticas culturales de las chagras en La Chorrera, Amazonas 163
Tabla 26. Las instituciones tradicionales en La Chorrera, Amazonas 166
Tabla 27. Problemas socioeconómicos que afectan la sostenibilidad de la 174
abundancia
Tabla 28. Estrategias y procesos de fortalecimiento de los conocimientos 179
tradicionales asociados a la agrobiodiversidad, de los pueblos indígenas de La
Chorrera, Amazonas
Tabla 29. Aprovechamiento de otras especies de la chagra en cabildos indígenas. 198
Complejo cultural de La Chorrera, Amazonas
Tabla 30. Indicadores sobre la capacidad de control colectivo del territorio 206
Tabla 31. Indicadores sobre la capacidad de agencia cultural autónoma 208
Tabla 32. Indicadores sobre la capacidad de agencia cultural autónoma. 209
Tabla 33. Indicadores sobre la capacidad de agencia cultural autónoma 210
Tabla 34. Indicadores sobre la capacidad de agencia cultural autónoma 211
Tabla 35. Indicadores sobre la capacidad para garantizar la autonomía alimentaria 213
Tabla 36. Indicadores sobre la capacidad para lograr un ambiente tranquilo 216
Tabla 37. Indicadores sobre la capacidad para asegurar el auto-cuidado y la 218
reproducción
Tabla 38. Síntesis de las capacidades para evaluar el bienestar humano en los 220
pueblos indígenas y ámbito de medición
XXI

Lista de figuras

Pág.
Figura 1. Resguardos indígenas. Amazonia colombiana 15
Figura 2. Mapa de la División Política Administrativa del departamento del 17
Amazonas
Figura 3. Coberturas de la tierra 2007. Amazonia colombiana 133
Figura 4. Marco para el diseño de indicadores apropiados para pueblos indígenas 146
Figura 5: Localidad de La Chorrera, Río Igará – Paraná, Amazonas 148
Figura 6. Territorios ancestrales de los pueblos indígenas hijos del tabaco, coca y 153
yuca dulce. Resguardo Predio Putumayo. Departamento del Amazonas
Figura 7. Cacique Cabildo Caisam. La Chorrera, Amazonas 161
Figura 8. Maloca Cabildo Caisam. La Chorrera, Amazonas 165
Figura 9. Familia indígena. La Chorrera, Amazonas 170
Figura. 10. Tipos de familias en cabildos indígenas. Complejo cultural de La 171
Chorrera, Amazonas
Figura 11. Destino de la producción por tipo de chagra en cabildos indígenas. 173
Complejo cultural de La Chorrera, Amazonas
XXIII

Lista de siglas

AATI Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas


AECI Agencia Española de Cooperación Internacional
AZICATCH Asociación Zonal Indígena de Cabildos y Autoridades Tradicionales de
La Chorrera
AZIPA Consejo Indígena de Puerto Alegría
BID Banco Interamericano de Desarrollo
CAD Comité de Ayuda al Desarrollo
CADPI Centro para la Autonomía y Desarrollo de los Pueblos Indígenas
CDB Convenio de Diversidad Biológica
CELADE Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía
CEPAL Comisión Económica para América Latina y el Caribe
CICA Consejo Indígena de Centro América
COIDAM Confederación Indígena del Alto Amazonas
COINZA Consejo Indígena Zona de Puerto Alegría
COZICH Consejo Zonal Indígena de La Chorrera
DANE Departamento Nacional de Estadística
DNP Departamento Nacional de Planeación
ECOSOC Consejo Económico y Social
EDH-D Índice de Desarrollo Humano Ajustado por Desigualdad
ETI Entidad Territorial Indígena
FIID Foro de Pueblos Indígenas por la Biodiversidad
GTPI Grupo de Trabajo de Pueblos Indígenas
ICBF Instituto Colombiano de Bienestar Familiar
IBHI Indicadores de Bienestar Humano para Pueblos Indígenas
IDG Índice de desarrollo de Género
XXIV

IDH Índice de Desarrollo Humano


IDS Indicadores de Desarrollo Sostenible
IND Unidad de Pueblos Indígenas y Desarrollo Comunitario
INDEC Instituto Nacional de Estadísticas y Censos
IPG Índice de Potenciación de Género
IPM Índice de Pobreza Multidimensional
MB Banco Mundial
NBI Necesidades Básicas Insatisfechas
OCDE Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
ODM Objetivos de Desarrollo del Milenio
ONG Organización No Gubernamental
OIT Organización Internacional del Trabajo
ONU Organización de las Naciones Unidas
OZINDE Organización Zonal Indígena del Encanto
PNB Producto Nacional Bruto
PIB Producto Interno Bruto
PPA Paridad del Poder Adquisitivo
PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
RAAN Consejo Regional Autónomo Atlántico Norte
SESP Sistema de Estadísticas Sociales y Demográficas de la ONU
SIAT-AC Sistema de Información Ambiental Territorial de la Amazonia colombiana
SISPP Sistema de Indicadores Sociodemográficos de Poblaciones Pueblos Indígenas
UICN-SUR Oficina Regional para América del Sur de la Unión Mundial por la
Naturaleza
UNICEF El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia
WSSD Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible
1

Presentación
En los albores del siglo XXI, todavía el imaginario de la sociedad colombiana percibe
la región amazónica como un territorio de bosques inhóspitos y lejanos; que revela la
existencia de una región marginal en la geografía nacional, habitada por algunas tribus
y que, según las noticias recientes, es escenario de operaciones militares contra la
insurgencia y el narcotráfico. Esta región se ha constituido en los últimos 31 años de mi
vida en referencia, tanto de residencia como de trabajo de investigación
socioeconómica. Los primeros 14 años de estadía ofrecieron la oportunidad de estar en
medio del proceso más reciente de colonización campesina en el norte de la Amazonia,
en el departamento del Guaviare, experimentando los rigores de su poblamiento y
particularidades de la intervención en el bosque tropical húmedo, junto con los
fenómenos de orden sociopolítico que todavía allí siguen vigentes. Lo vivido hasta ese
entonces, no podría haber sido distinto si no se hubiera contado con una experiencia
espiritual comprometida para percibir la energía de las poblaciones colono-campesinas
andinas enfrentadas a un ecosistema ajeno, donde lograron una recomposición social a
costa de los bosques en pie y acudiendo al valor para afrontar a la insurgencia y al
narcotráfico.

Las dos últimas décadas transcurrieron en un contacto permanente con los territorios de
las sociedades indígenas en el Sur Oriente de la Amazonia, donde el espíritu se
enaltece frente a los espectaculares paisajes de selva y ríos de aguas claras y
transparentes, de biodiversidad y grandes distancias, que distinguen esa región. Los
ríos, por su parte, se constituyen en las vías naturales de comunicación de dichos
pueblos indígenas, cuyos asentamientos se caracterizan por ser multiétnicos,
pluriculturales y altamente dispersos. Estos territorios se encuentran seriamente
amenazados hacia el futuro por la ampliación de la frontera agropecuaria generada por
2

los procesos de colonización, que avanza en profundidad en el ecosistema amazónico


y, por otro lado, por las políticas estatales de desarrollo económico, que agudizarán la
explotación ―a grandes escalas― de los recursos minerales.

La confianza depositada, de parte de los pueblos indígenas, al trabajo que ha venido


realizando el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas ―Sinchi―, me ha
permitido un acercamiento a sus territorios, teniendo la oportunidad de conocer y
tratar de entender sus modos de vida y cultura. En el marco anteriormente descrito,
emprendí el Doctorado en Globalización, desarrollo y corporación internacional con
la Universidad del País Vasco – Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU), en el que
se inserta, del cual es producto esta Tesis Doctoral. En ella se ofrecen los resultados de
investigación que aborda la temática de elaborar unos indicadores de bienestar humano,
que puedan constituirse en instrumento de información sobre los modos de vida
indígena y que sirvan de aporte en los procesos de discusión y negociación sobre las
políticas públicas que lleve adelante el Estado con los pueblos indígenas en la
Amazonia colombiana.

En ese sentido, la tesis presenta en el primer capítulo la estructura temática donde se


precisa el proceso metodológico adoptado. Se parte por formular las preguntas desde
las cuales se orientó la investigación, el planteamiento de la hipótesis de trabajo y los
objetivos que se persiguieron, especificándose la unidad de análisis donde se aplican
los indicadores de bienestar humano y se señalan los aspectos técnicos que se siguieron
para el cálculo de los mismos. A manera de justificación, se introduce un concepto de
bienestar, el cual da sentido y fundamentación a los indicadores de bienestar humano
para los pueblos indígenas.

El segundo capítulo corresponde al registro de las principales discusiones en torno al


concepto de bienestar ―sin pretender hacer una exposición histórica exhaustiva―. A
partir de Aristóteles, recogiendo la visión clásica de la idea de bienestar, se muestran
los planteamientos del utilitarismo y los de la economía neoclásica. Se exponen los
planteamientos del economista Amartya Sen respecto al enfoque de las capacidades,
3

como parte de las críticas que ha efectuado al concepto de bienestar dominante, al


tiempo que plantea una visión alternativa del mismo a la luz del desarrollo humano.

En el tercer capítulo se referencian las principales propuestas sobre indicadores de


bienestar, en tres direcciones: a) en primer lugar, los indicadores convencionales
conformados desde los organismos multilaterales como la OCDE, la ONU con el
sistema de estadísticas sociales y demográficas, y el enfoque de necesidades básicas
insatisfechas de la CEPAL; b) en segundo lugar, los indicadores de desarrollo humano
en relación con los fundamentos de Amartya Sen y desarrollados por el PNUD a través
de sus informes de desarrollo humano; y, c) en tercer lugar, los indicadores para
pueblos indígenas, que recogen los planteamientos del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) y del Convenio de Diversidad Biológica, así como las iniciativas de
la ONU y los avances surgidos a partir de los acuerdos del Pacto de Pedregal, como los
encaminados por la CEPAL y el Fondo Indígena. Se finaliza el capítulo con una
síntesis sobre una expectativa temática para la conformación de indicadores apropiados
para los pueblos indígenas de la Amazonia colombiana.

En el cuarto capítulo se introduce el concepto de bienestar de los pueblos indígenas de


la Amazonia colombiana. Este se enmarca en las particularidades de las sociedades
amazónicas, donde el bienestar indígena afianza la sustentabilidad de los bosques
amazónicos, con base en la permanencia social y cultural de sus modos de vida, y se
explica en dos direcciones: las discusiones del equilibrio territorial a partir del concepto
particular de territorio, y este equilibrio como producto del bienestar indígena.
Respecto a este último, se desarrolla el concepto de abundancia de los pueblos
indígenas Uitoto, Bora, Okaina y Muinane, Gente de Centro e hijos del tabaco, la coca
y la yuca dulce en el departamento del Amazonas. Los anteriores fundamentos teóricos
han permitido plantear un modelo conceptual para evaluar el bienestar de los modos de
vida indígena a partir de las capacidades que permiten el control y gestión en los
territorios que habitan.

Con base en ese marco teórico, en el quinto capítulo se identifican y definen los
indicadores de bienestar humano para pueblos indígenas (IBHI) en el departamento del
4

Amazonas. Los indicadores se establecieron de acuerdo con las siguientes capacidades:


control colectivo del territorio; agenciamiento cultural autónomo; garantizar la
autosuficiencia alimentaria; lograr un ambiente tranquilo; lograr el auto cuidado y
reproducción. Cada uno de los IBHI identificados, definidos y conceptualizados se
consignan en hojas metodológicas, con base en lo desarrollado por el Sistema de
Información Ambiental Territorial de la Amazonia colombiana SIAT-AC (Murcia et
al., 2007). En el sexto capítulo se exponen las principales conclusiones de la Tesis
Doctoral.
5

1. INTRODUCCIÓN
En los primeros años del siglo XXI, la evolución poblacional a nivel planetario encarna
una tendencia cada vez más creciente de concentración de la población en áreas
urbanas (Ashford, 2004; Johns, 2011). Este es un fenómeno demográfico que afectará a
las poblaciones rurales, especialmente a los pueblos indígenas que mantienen un
significado cultural con los territorios que habitan, induciendo su migración hacia
zonas urbanas. En ese contexto, se resalta la presencia de los pueblos indígenas1
considerados como uno de los segmentos poblacionales que históricamente han vivido
en áreas rurales ―en territorios ancestrales―, los cuales comparten valores culturales
fundamentales y unos modos de vida arraigados a los bosques. Estas poblaciones
étnicas minoritarias totalizan más de 350 millones de personas repartidas en más de 70
países del mundo y representan más de 5.000 lenguas y culturas vivas (Hughes, 2004;
Secours Catholique – Departamento América Latina y Caribe, 2009; PNUD, 2010). Se
trata también de un segmento de población con la mayor diversidad étnica y
pluricultural presente en el mundo, cuyos conocimientos igualmente están asociados a
la biodiversidad.

1
En términos generales se define como indígenas a los descendientes de los habitantes originales de una
región geográfica antes de la colonización y que han mantenido total o parcialmente sus características
lingüísticas, culturales y de organización (OIT, OEA, ONU). Según Deruyttere (1997), cada país aplica
distintos criterios, especialmente en la recopilación de datos censales y en algunos de los países, ni
siquiera este elemento es tenido en cuenta, lo que dificulta las estimaciones de este tipo de población. En
ese sentido, la definición de pueblos indígenas acogida en el convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo – OIT (1998), sobre Pueblos Indígenas y Tribales en países independientes,
contextualiza y amplia el concepto en términos de: 1) los pueblos tribales de países independientes cuyas
condiciones económicas, sociales y culturales les distingan de otros sectores de la comunidad nacional y
que estén regidos total o parcialmente por sus propias costumbres y tradiciones o por una legislación
especial; 2) los pueblos de países independientes, considerados indígenas por el hecho de descender de
poblaciones que habitaban en el país, o en una región geográfica a la que pertenece el país, en el
momento de la conquista o colonización o del establecimiento de las fronteras actuales del Estado y que,
sea cual sea su situación jurídica, conservan todas o parte de sus instituciones políticas, económicas,
sociales y culturales; 3) la conciencia de su identidad indígena o tribal deberá considerarse un criterio
fundamental para determinar los grupos a los que se aplica las disposiciones del convenio.
6

El contacto de los pueblos indígenas con las sociedades y los estados nacionales, ha
implicado cambios en sus modos de vida que, de acuerdo con las tendencias de la
nueva configuración mundial de orden económico, social y cultural en el futuro, se
estima serán de mayor intensidad e impacto. El reconocimiento de los derechos
económicos, sociales, culturales y ambientales logrados en las últimas décadas por las
minorías étnicas indígenas, se ha visto fuertemente respaldo por decisiones de orden
institucional internacional como la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas
de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU, 2007), la cual enfatiza que los
indígenas tienen derecho como pueblos o como individuos al disfrute pleno de todos
los derechos humanos y las libertades fundamentales, reconocidos en la Carta de las
Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos y las normas
internacionales de derechos humanos. En los últimos años han cobrado importancia las
iniciativas de organismos indígenas de orden regional para conformar sistemas de
información propios en procura de la visibilidad de las minorías étnicas en las
estadísticas nacionales, regionales y locales. Este último es un derecho todavía por
instrumentalizarse en la generalidad de los países de América Latina.

Es relevante la preocupación a nivel planetario por la preservación de áreas de alta


biodiversidad y habitadas por poblaciones mayoritariamente indígenas, cuyas formas
de organización social, cultural y política difieren de las formas de organización
occidentales. La intervención del Estado, a través de sus instituciones, y de la sociedad
civil, a través de las organizaciones no gubernamentales (ONG), en la ejecución de
programas y proyectos de desarrollo en los que se encuentran involucrados los pueblos
indígenas, se ha realizado desde el planteamiento de diferentes estrategias que buscan
concertar lo que se considera el camino del desarrollo y la visión indígena del mismo, a
partir de fusionar en un diálogo intercultural, la economía de mercado y el manejo
ambiental convencional con la cosmovisión y la ética indígenas para el manejo
ambiental. Esas acciones cuentan con varias décadas de relaciones y gestiones de
ensayo ‒ error. Sin embargo, la revisión de las condiciones actuales de los mismos y el
interés que suscitan sus problemas y demandas, en particular en la Amazonia
colombiana, exigen otras aproximaciones conceptuales y metodológicas para plantear,
7

desde la institucionalidad, acciones ─independientemente de la temática a tratar─, que


involucren sus modos de vida y territorios.

La tesis se propone elaborar un proceso que permita plasmar un modelo de indicadores


apropiados, aplicables a las condiciones culturales, sociales, económicas, políticas, de
los pueblos indígenas localizados en la Amazonia colombiana. Ha constituido un
esfuerzo académico que se retroalimenta del trabajo adelantado por el Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi) en la temática de los Indicadores de
Desarrollo Sostenible (IDS). Su propósito es sustentar y profundizar el conocimiento
hasta ahora alcanzado respecto de las prácticas culturales, sociales, ambientales, que
hacen parte de los modos de vida de los pueblos indígenas en la Amazonia colombiana,
logrado desde la práctica investigativa adelantada por el autor en los últimos 16 años, a
través del programa Protección de los Conocimientos Tradicionales Indígenas del
Instituto (Sinchi). Lo anterior ha permitido contar con una experiencia de campo e
información empírica, dispuesta para ampliarse y profundizarse en un proceso
investigativo, cuyos resultados ofrecen una metodología que garantiza la aplicación de
un modelo de indicadores de bienestar humano, para los pueblos indígenas de la
Amazonia colombiana. El resultado es un sistema de indicadores de bienestar humano
articulado al Sistema de Información Ambiental Territorial de la Amazonia
Colombiana (SIAT – AC), los cuales deben permitir diseñar objetivos y evaluar los
impactos de las políticas públicas nacionales en relación con los modos de vida y
territorios indígenas de la región estudiada.

Desde esa perspectiva, ha sido necesario examinar dos dimensiones fundamentales


dadas las particularidades de las sociedades indígenas: por una parte, el carácter
multidimensional de sus modos de vida; y, por otra, la seguridad humana. En atención
de lo anterior, se reconocen dentro del proceso investigativo, entre otras, las siguientes
evidencias: la diversidad étnica manifiesta en la existencia de más de 60 pueblos
indígenas diferenciados; la presencia de unos activos de vida, ambientales, sociales,
culturales, económicos, políticos, que son la sustentabilidad de su modelo económico
tradicional; la actual vinculación de los pueblos indígenas a la sociedad occidental y a
8

la economía del mercado; los impactos generados en dichas sociedades y sus


consecuencias (Acosta, 2006 a ,b ,c).

En ese sentido, la pertinencia y la potencialidad de los indicadores de bienestar humano


para los pueblos indígenas en la Amazonia colombiana se basan en los principios
esenciales que denotan las características territoriales de sociedades pluriculturales, que
sustentan sus modos de vida de acuerdo con los usos y manejos culturales propios
sobre los recursos de la biodiversidad, que aportan los bosques húmedos tropicales de
la Amazonia. Dichos usos y costumbres se fundamentan sobre una cosmovisión y ética
para la sostenibilidad de la vida en armonía con la naturaleza.

De acuerdo con lo anterior los indicadores de bienestar humano:

• Deben tener la capacidad de identificar a la población indígena.


• No deben buscar retroalimentar sistemas de información sino abastecerse de
los mismos para generar información nueva, encaminados a fortalecer
mecanismos de información que se puedan implementar para el uso de las
poblaciones locales.
• Deben ser capaces de actualizarse de manera periódica y permanente, dado
que la investigación buscó dar cuenta de problemáticas altamente sensibles y
que cambian en el corto plazo. Lo anterior permitirá generar acciones
compartidas y acuciosas, frente a acciones como cambios en el medio
ambiente o intervención sistemática de actores externos.
• Deben dar cuenta de las problemáticas más drásticas que impactan los modos
de vida, a la vez que ofrecer información pertinente para la formulación de
políticas públicas acordes con las características de los territorios, los
sistemas de producción y los sistemas sociales, entre otros.
• Sujetarse a las lógicas locales, de modo que las explicaciones derivadas de la
espiritualidad de los pueblos mismos guíen la producción y recolección de
información.
9

• Deben dar cuenta de la posibilidad de reproducción y conservación del


conocimiento tradicional, como premisa fundamental para lograr y mantener
niveles adecuados de bienestar y equilibrio territorial.
• Contribuir a la consolidación de las autoridades tradicionales y los
escenarios de decisión, ofreciendo información clara a los líderes y
autoridades indígenas que les permitan dar cuenta de su realidad en el
contexto regional, así como en el marco de propuestas de desarrollo de las
poblaciones locales, que coadyuve a los procesos de empoderamiento y
gobernanza de los recursos de la biodiversidad.
• En general, acoger las potencialidades de los pueblos indígenas, sus
territorios y recursos, más que las carencias con las que han sido descritos y
analizados.

1.1. Metodología
En la Amazonia colombiana, dada la complejidad de los procesos de poblamiento e
intervención y fenómenos de orden socioeconómico y político, se configuran dos
subregiones diferenciadas: la Amazonia noroccidental, donde se han dado procesos de
colonización campesina, y la Amazonia suroriental, donde se localizan las mayores
áreas de territorios indígenas. En general, en estas subregiones se muestran unas
territorialidades que se distinguen por presentar un mosaico de estados legales del
territorio: existencia de áreas de reserva forestal, áreas protegidas ―Parques Naturales
Nacionales―, áreas de propiedad privada ―fincas― y áreas de propiedad colectiva
―resguardos―, donde tienen sus asentamientos más de 62 pueblos indígenas.

Era necesario adoptar un método de investigación acorde con los propósitos de la tesis,
para lo que se propone como esencial una investigación participativa. Para ello se
diseñó una estrategia para lograr armonizar los conocimientos tradicionales y los
aspectos técnicos necesarios a involucrar en el diseño de los indicadores de bienestar
humano. Se destacan diferentes actividades donde se promovió la participación de los
pueblos indígenas: entender los modos de vida; preparación de instrumentos de
obtención de datos; ejecución de las actividades de recopilación de datos, en la
10

elaboración de informes, en el análisis y en la difusión de los datos reunidos. Lo


anterior ha permitido estructurar un sistema particular de colecta de información
indígena ampliamente necesario para que en él converjan las diferentes instituciones e
instancias asociadas con cada uno de los temas.

Los indicadores de bienestar humano han propiciado un proceso de discusión y ajuste a


nivel local con los pueblos indígenas, las instituciones de ciencia y tecnología, las
universidades y demás organizaciones presentes. Así como su puesta a discusión ante
organismos de planificación y de promoción del desarrollo a nivel regional y nacional.
En el ámbito internacional ante organismos multilaterales, universidades, entre otros.
Lo anterior se enmarca en la creciente toma de conciencia a nivel mundial por los
Estados, instituciones (ONG), de la difícil situación de los pueblos indígenas en el
mundo y la necesidad de elaborar estrategias de desarrollo específicas que tengan como
elementos centrales: el empoderamiento individual y el colectivo, así como, el aumento
de la calidad y cantidad de participación en las decisiones sobre su futuro2.

Este trabajo se realiza bajo el convencimiento de que a partir de conocer, diseñar y


aplicar indicadores de bienestar humano para un conjunto de pueblos indígenas en
particular ―como una experiencia piloto―, se generen resultados que puedan ser
aplicados al total de territorios y pueblos indígenas de la Amazonia colombiana.

1.1.1. Problema y preguntas de investigación


En América Latina y en particular en la Amazonia, el tema de los indicadores de
bienestar humano para pueblos indígenas se ha tratado insuficientemente. Se puede
afirmar que son escasos los países que desglosan las estadísticas demográficas por
origen étnico. Existe una escasez de datos confiables a escala nacional, debido a la
débil capacidad estadística nacional (Matías, 2005). La recopilación y el desglose de
los datos en relación a los pueblos indígenas plantean dificultades, tanto desde el punto

2
A nivel de la región amazónica colombiana, la decisión del Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas – SINCHI, de construir e implementar una política y estrategia de trabajo con los pueblos
indígenas, que permita estructurar un proceso de investigación encaminada a fortalecer los
conocimientos tradicionales indígenas asociados a la biodiversidad.
11

de vista del establecimiento de datos para fines de cooperación internacional, como


para la formulación de datos a nivel macroeconómico para los pueblos indígenas.

En general, en Colombia, y en particular en la región amazónica colombiana, se puede


afirmar que se distinguen por una falta de información que denote las particularidades
de los territorios y los modos de vida de los indígenas y los impactos más relevantes de
las políticas y acciones de desarrollo sobre sus condiciones de vida. Esto ha impedido
que el país conceptualice correctamente, reconozca jurídicamente y establezca las
políticas públicas e instancias de participación adecuadas, que posibiliten a los pueblos
indígenas ser visibles como sujetos colectivos de derecho, como individuos con
derechos y como una manera diferente de ser y de ver el mundo y la vida.

Ejemplo de la anterior afirmación es cómo las políticas públicas nacionales no


diferencian a los pueblos indígenas, sus modos de vida y territorios, de otros grupos de
población que se consideran viven en condiciones de pobreza y vulnerabilidad en las
zonas rurales. De otro lado, existe desde la cooperación internacional la preocupación
por la obtención de una información que pueda aportar a mostrar y analizar problemas
que impactan con mayor rigor a las poblaciones indígenas; ello contribuiría a
profundizar en los problemas de una realidad compleja, que permita generar una
sensibilidad de los actores institucionales. En ese sentido, recomiendan que la
población objeto no solo deba ser consultada, sino que además deba participar en la
obtención de la información y en la vigilancia de los usos futuros que ésta pueda tener.

De acuerdo con esas premisas, las preguntas de investigación a responder a través de


este proceso investigativo son las siguientes:

• ¿Cuáles son los fundamentos conceptuales sobre el bienestar y las formas de


medición del desarrollo, que permitan conocer sus avances en referencia con las
percepciones propias de los pueblos indígenas?

• ¿Existen conceptualizaciones sobre el bienestar de los pueblos indígenas,


que permitan fundamentar el diseño de indicadores de bienestar humano, para
12

facilitar la evaluación de los modos de vida de personas que viven bajo lógicas
totalmente distintas a las sociedades nacionales?

• ¿Cómo hacer operativos los indicadores de bienestar humano para minorías


étnicas, si existen restricciones tanto de orden conceptual como las posibilidades
de cuantificar una información cualitativa de orden cultural, que se requiere
obtenerse para su medición periódica?

1.1.2. Hipótesis de trabajo


Los indicadores diseñados y aplicados en América Latina y en particular en Colombia,
se dirigen a la evaluación de los alcances del desarrollo socioeconómico, siendo su
ámbito de aplicación a nivel nacional y en términos agregados. De acuerdo con lo
anterior, se puede aseverar que los indicadores oficiales ―y en la escala en la que se
aplican―, no permiten diferenciar los alcances y/o impactos de las políticas de
desarrollo a nivel regional ni menos local, en el caso de la Amazonia colombiana.
Como se sabe, los beneficios del desarrollo no se dan en términos homogéneos en un
país, sino que éstos se distribuyen de manera diferenciada e inequitativa entre las
diversas regiones que conforman un Estado‒Nación.

De otra parte, la permanencia de los modos de vida indígena en los bosques de la


Amazonia colombiana se basa en la existencia y la sostenibilidad de sus activos
ambientales, sociales, culturales, éticos, económicos y políticos. Dichos activos de vida
se constituyen en la sustentabilidad de su bienestar humano, el cual protege a los
pueblos indígenas de generar y enfrentar procesos de empobrecimiento. Sin embargo,
ese nivel de bienestar puede verse envuelto en procesos de degradación, si se tiene en
cuenta que cada vez más y con mayor intensidad los pueblos indígenas se vinculan al
modelo económico y estilos de vida occidentales, lo que produce diversos y complejos
impactos sobre sus modos de vida tradicionales.

Esta tesis plantea que los indicadores de bienestar humano que se apliquen en la
Amazonia colombiana deben diferenciarse de la tendencia nacional anteriormente
13

mencionada. Debido a que estos, por el contrario, deben de reflejar las especificidades
de las territorialidades y los pesos relativos demográficos de las sociedades
tradicionales indígenas, así como las características sobresalientes que los distinguen:
pluriculturalidad, multietnicidad, economía subsistencia, conocimiento tradicional,
salud física y espiritual, diversidad alimentaría, cosmovisión, en contextos biodiversos
como la Amazonia. Además los esfuerzos de orden técnico y conceptual desarrollados
en la generación de los indicadores de bienestar humano, deben ser igualmente acordes
con sus características socioeconómicas y socioculturales particulares. A partir de la
conceptualización sobre el bienestar humano de los pueblos indígenas, su utilidad
permitirá orientar tanto las políticas públicas como las alternativas de desarrollo que se
construyen desde lo local.

1.1.3. Objetivos

General
Determinar un marco epistemológico y conceptual que fundamente la conformación de
criterios de evaluación del bienestar humano en los pueblos indígenas en la Amazonia
colombiana, de acuerdo con la realidad social, económica, cultural, política y
ambiental, de sus territorios, a partir de un estudio de caso con los pueblos indígenas
Uitoto, Okaina, Bora, Muinane, que se autodenominan Gente de Centro e hijos del
tabaco, la coca y la yuca dulce en el departamento del Amazonas.

Específicos
• Exponer las principales corrientes de pensamiento involucradas en la
evolución histórica del concepto de bienestar, así como los indicadores
conformados y las críticas más relevantes surgidas por su aplicación.
• Señalar y discutir los avances en la conformación de propuestas sobre
indicadores de bienestar humano para pueblos indígenas, en el marco de las
experiencias que se registran en América latina.
14

• Explicar y analizar la base teórica que sustenta un concepto del bienestar


propio, que trasciende desde las cosmovisiones de los pueblos indígenas de la
Amazonia colombiana.
• Establecer el modelo conceptual para evaluar el bienestar humano de los
pueblos indígenas en la Amazonia colombiana, en referencia a las capacidades y
realizaciones de los valores culturales y de vida, a partir de un estudio de caso en
el departamento del Amazonas.
• Conformar una memoria técnica con el conjunto de indicadores de bienestar
humano (IBHI) para pueblos indígenas, en sus respectivas hojas metodológicas.

1.1.4. Unidad de análisis para la aplicación de los indicadores de bienestar


humano
Para proceder a la construcción de indicadores de bienestar humano para pueblos
indígenas de la Amazonia colombiana3 es necesario definir una unidad de análisis que
permita profundizar el proceso de investigación, cuyos resultados se puedan extrapolar
hacia los territorios donde habitan dichos pueblos que en Colombia se denominan los
resguardos indígenas4. En general, estas son zonas de gran significación para
Colombia, ya que sus territorios albergan importantes áreas de bosque primario y, de
acuerdo con su localización, pueden denotar un valor geopolítico y territorial, dadas sus
particularidades cuantitativas y cualitativas de orden social y cultural (Figura 1).

3
Esta es una región con una superficie que se estima en 477.274 Km2, que aproximadamente equivalente
al 6% de la Gran Amazonia y al 42% del territorio continental de Colombia (Gutiérrez et al., 2004). Se
distingue por poseer desde el punto de vista del estado legal del territorio, un mosaico de propiedades
territoriales, que van desde las privadas, las protegidas, como las de orden colectivo. En estas últimas,
tienen su asiento un crisol de etnias indígenas en propiedades colectivas denominadas resguardos.
4
El resguardo es una institución legal y sociopolítica de origen colonial, republicano y de carácter
especial constituido en virtud de la Ley 31 de 1961. Lo conforma una comunidad o parcialidad indígena
con un título de propiedad colectivo. En su ámbito interno el resguardo se rige por una organización
ajustada a las pautas y tradiciones culturales propias. Las tierras son administradas por un cabildo, curaca
o por autoridades tradicionales. Como unidad territorial está limitada su enajenación o venta de acuerdo
con la Ley 89 de 1990, e igualmente sus territorios son imprescriptibles. A nivel nacional existen 710
resguardos indígenas los cuales se localizan al interior de 228 municipios y/o corregimientos
departamentales; representan el 30% del territorio nacional (34 millones de hectáreas) (DANE, 2005).
15

Figura 1. Resguardos indígenas. Amazonia colombiana

En la Amazonia colombiana, el resguardo como institución se constituye en una figura


que garantiza la sostenibilidad de los modos de vida de los indígenas, mitiga la
vinculación con la economía de mercado y garantiza la conservación de los
conocimientos tradicionales asociados a la biodiversidad, la permanencia de sus
medios de subsistencia, así como el acceso a tierras para lograr la autonomía
alimentaria y generación de una producción para su comercialización. Sin embargo, el
resguardo en la actualidad se ve igualmente enfrentado en gran parte a las mismas
presiones que soportaron durante la Colonia, como es la de no poder frenar la invasión
de tierras por colonos, ni el sustento de una gobernanza sobre los recursos naturales,
que permita frenar las ventas clandestinas (Guzmán, 2003).

Los resguardos indígenas localizados en la región amazónica colombiana están insertos


en procesos de ocupación e intervención, que configuran dos escenarios distintos: los
localizados en la Amazonia noroccidental y aquellos situados en la Amazonia
suroriental5. Los dos escenarios anteriores muestran, en términos generales, las

5
Según García y Acosta (2009), El 56% de los resguardos se localizan en los departamentos con mayor
tradición y antigüedad en los procesos de colonización ―Caquetá, Meta, Guaviare, Putumayo, Cauca y
Nariño―. Estos departamentos tienen los mayores porcentajes relativos (12%) de territorios con
ecosistemas transformados respecto a la región. Allí se ha implementado un modelo agrícola con dos
16

tensiones y las posibilidades que los pueblos indígenas tienen para lograr mantener un
ambiente tranquilo en el marco de las actuales relaciones entre pueblos indígenas y la
sociedad nacional. En esa dirección García y Acosta (2009), muestran algunos de los
elementos internos y externos de los resguardos indígenas de la Amazonía colombiana,
que permiten reafirmar el valor e importancia como unidad territorial y en particular
como unidad de análisis base para el diseño de los indicadores apropiados para los
pueblos indígenas. En ese sentido, son considerados como una herramienta para la
planeación y conservación del medio ambiente y de las culturas de los pueblos
indígenas de la Amazonía colombiana; así como el papel estratégico que juegan las
minorías étnicas en la construcción de la identidad de una nación como Colombia.

• Los territorios ancestrales de los pueblos indígenas Gente de Centro en el


resguardo Predio Putumayo (Amazonas). La unidad de análisis seleccionada para la
toma de información y el análisis estadístico a emprender, que sirva de base para el
diseño y aplicación de los indicadores de bienestar humano para los pueblos indígenas
en la Amazonia colombiana, comprende los territorios ancestrales de los pueblos
indígenas Gente de Centro localizados en el río Igará – Paraná en jurisdicción de la
Asociación Zonal Indígena de Cabildos y Autoridades Tradicionales de la Chorrera
(Azicatch), corregimiento de La Chorrera en el departamento de Amazonas, Colombia6
(Figura 2). Esos territorios ancestrales hacen parte del resguardo indígena denominado
Predio Putumayo7, 8.

ejes fundamentales: la ganadería extensiva y los cultivos con fines comerciales. Estas acciones tienen
lugar sobre áreas geográficas en las que se han realizado los procesos de colonización. En contraste, el
área adjudicada a los resguardos en esta zona representa el 11% del total regional, con una población
indígena que corresponde al 44% del total de indígenas de la Amazonia colombiana. Los departamentos
de Amazonas, Guainía, Vaupés y Vichada, albergan el restante 44% del número total de resguardos en la
región, pero su área constituye el 89% del total de la misma. Allí se ubica el 56% de la población
indígena. En esta zona las áreas en resguardos indígenas constituyen entre el 48% y el 98% de las áreas
totales en esos departamentos.
6
El departamento del Amazonas ocupa un área de 109.665 km2, equivalente al 10% del territorio
continental colombiano, representando el 23% de la Región Amazónica colombiana y el 35% de la
Subregión Suroriental de la Amazonia.
7 Documento DNP-2545-UDT, Bogotá, Agosto 1 de 1991, versión aprobada. Proyecto Integral de
Desarrollo de La Chorrera, Predio Putumayo.
8
El Resguardo Predio Putumayo se constituyó mediante Resolución Nº 30 del 6 de abril de 1988 - expedida
en ese entonces por el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA), con una extensión de
5.818.702 hectáreas. Este resguardo cuenta con una población indígena de 7.792 habitantes, corresponden a
los Pueblos Indígenas que se autodenominan los hijos del tabaco, coca y yuca dulce - Gente de Centro,
localizados en sus territorios ancestrales: Uitoto (Muruy), Muiname, Bora, Miraña, Okaina, Yurí, Andoke,
Nonuya, R+zigano
17

Figura 2. Mapa de la División Política Administrativa del


departamento del Amazonas

Fuente: Acosta y Salazar, 2002

La construcción social de este territorio muestra que la población se distribuye en


aldeas reconocidas como cabildos. Actualmente, cuenta con 22 cabildos de los cuales
12 son de dominio Uitoto, siendo esta la etnia más representativa del corregimiento con
una presencia de 276 familias (60%). En menor número se encuentran las etnias Bora
(24%) con 110 familias, Okaina (15%) con 69 familias, Muinane (1%) con 4 familias
(Tabla 1). Estos grupos étnicos que se autodenominan los hijos del tabaco, la coca y la
yuca dulce, conservan el uso del idioma propio y tienden a formarse como personas
bilingües.

Tabla 1. Etnias y población en el Corregimiento de la Chorrera,


Amazonas
No No
Etnia Nombres de cabildos
habitantes familias
Santa Rosa 124 18
San Antonio 92 13
San Francisco 121 17
Uitoto
Asociación Nativa 96 14
VEG-SAM (Vegas San Miguel) 118 17
CAISAM (Cabildo Izue San Martín) 98 14
18

Santa María 142 20


Centro Chorrera 381 54
Organización Nativa Capitanía 389 56
Vista Hermosa 70 10
Puerto Milán 240 34
CAIR (Cabildo Indígena Raiciye) 66 9
Cordillera 116 17
Okainas 97 14
Ocaina OCIM (Organización Cabildo Indígena 93 13
Menaje)
Muhe 172 25
Providencia 291 42
Providencia Nueva 108 15
Petany 110 16
Bora
CRIS (Cabildo Remanso Indostan 162 23
Soledad)
Lago Grande 96 14
Muiname Sabana 25 4
Total 22 cabildos 3.207 458
Fuente: Asociación AZICATCH. Censo actualizado 2012.

En general, se puede decir que en La Chorrera y su área de influencia presentan un


incipiente desarrollo socioeconómico, en cuanto ostenta las mayores deficiencias en
las coberturas de servicios públicos y sociales que se registran a nivel departamental;
presenta una baja densidad de población, que cuenta con una deficiente y baja
cobertura del servicio de salud, a través de un Centro de Salud que registra grandes
limitaciones logísticas y operativas, al carecer de una atención médica y odontológica
oportuna. El estado de la educación revela, que se trata de un sector educativo con baja
cobertura y serias deficiencias en la calidad educativa: el 56% de la población ha
alcanzado el nivel básica primaria, el 21% secundaria y solamente el 1% ha alcanzado
el nivel profesional, mientras la población sin ningún nivel educativo es el 14%
(DANE, 2005). Lo anterior, se corrobora si se tiene en cuenta que los dos colegios
existentes muestran un desempeño muy bajo. En general el servicio prestado en La
Chorrera, no asegura el acceso y permanencia en condiciones de calidad a todos los
estudiantes. Se caracteriza por ser un sistema con serias dificultades económicas y
geográficas ―en las que se desenvuelven los estudiantes―, que impiden un mayor
acceso a los servicios educativos. Por otra parte, la capacidad de sus sectores
productivos tiene restricciones dadas las normas y leyes ambientales, que limitan la
19

utilización de los recursos de suelo, agua y vegetación. Son limitantes en la


conformación de procesos de desarrollo socioeconómico.

Esta localidad presenta una muy baja actividad económica. Dada su ubicación, el
abastecimiento de productos e insumos de consumo final se efectúa desde Puerto
Leguízamo ―el mayor proveedor―, que se localiza en la parte alta del río Putumayo
―aproximadamente a 1.125 Km de distancia― y desde Leticia ―aproximadamente a
1.382 Km de distancia―, por vía fluvial a través del sistema transporte e
intermediarios comerciales denominados los "Cacharreros”. Cuenta con un aeropuerto,
que ofrece a la población un servicio de pasajeros y encomiendas desde y hacia Leticia
y Bogotá. Es una localidad que presenta una muy baja actividad económica con unas
incipientes actividades de transformación que constituyen el 1.4%, mientras que desde
el punto de vista de los servicios, la distribución de productos de consumo final e
intermedio, las comunicaciones y el transporte ―distribución de productos de consumo
final e intermedio, comunicaciones, transporte―, su participación no pasa del 4.5% del
total departamental (Tabla 2). Su escasa comercialización recae sobre productos
maderables y no maderables, y algunas artesanías que tienen un mercado de relativa
importancia en el interior del país.

Tabla 2. Participación actividades económicas por sectores y localidades.


Departamento del Amazonas
Sectores económicos
Localidad Transformación Servicios Total Nivel
Nº % Nº % Nº %
Pto. Santander 6 0,8 30 3,8 36 4,6 Muy bajo
Miriti Parana 0 0,0 5 0,6 5 0,6 Inexistente
La Victoria 0 0,0 7 0,9 7 0,9 Inexistente
La Pedrera 9 1,1 32 4,1 41 5,2 Muy bajo
Pto. Alegría 0 0,0 11 1,4 11 1,4 Casi inexistente
El Encanto 0 0,0 9 1,1 9 1,1 Casi inexistente
La Chorrera 11 1,4 35 4,5 46 5,9 Muy bajo
Pto. Arica 0 0,0 9 1,1 9 1,1 Casi inexistente
Tarapacá 3 0,4 36 4,6 39 5,0 Muy bajo
Pto. Nariño 6 0,8 36 4,6 42 5,3 Bajo
Leticia 36 4,6 505 64,2 541 68,8 Alto
Total 71 9,0 715 91,0 786 100,0
Fuente: Gutiérrez et al., 2004
20

Esta región se seleccionó como unidad de análisis para la tesis doctoral en razón a los
siguientes criterios: a) de orden geográfico, ya que guarda una concepción del territorio
que se expresa como un espacio socialmente construido, entendida como aquella área
que ha sido apropiada y trabajada por la comunidad de seres humanos que crea
relaciones materiales y simbólicas efectivas con el espacio, que buscan garantizar su
sobrevivencia y cohesión social, contribuyendo en la definición de su identidad como
grupo social (Bustos (2008) siguiendo las conceptualizaciones de Domínguez (1994);
b) de orden geopolítico, ya que este territorio podría verse envuelto por los impactos
derivados de la ampliación de la frontera agropecuaria generada por los procesos de
colonización, que avanza en profundidad en el ecosistema amazónico y, por otro lado,
por las políticas estatales del Plan Nacional de Desarrollo 2010 – 2014 “Prosperidad
para Todos” (DNP, 2010), que afianzará la explotación ―a grandes escalas― de los
recursos naturales no renovables (hidrocarburos, minerales); c) de orden personal, a
partir de la confianza depositada por parte de los pueblos indígenas en referencia al
trabajo del Instituto Sinchi, que han permitido un acercamiento a sus territorios y tener
la oportunidad de conocer y tratar de entender sus modos de vida y cultura.

1.1.5. Tablas auxiliares amplificadoras para la presentación de la información


El uso de tablas en la tesis se ha constituido en un reto en la presentación de
información. Tradicionalmente, se relacionan aquellas que se conforman con datos
estadísticos para soportar los análisis en diferentes temáticas. Con el propósito de
apoyar aspectos fundamentales que se desean resaltar para buscar mayor comprensión
de ciertas argumentaciones sobre el bienestar humano, se conformaron unas tablas que
bien se podrían catalogar como auxiliares e ilustrativas de orden conceptual; estas
permiten en algunos momentos resaltar, simplificar y/o ampliar de manera resumida,
tanto información sobre temas que requieren síntesis argumental, como aquellas que
involucran información de carácter inédito, muy especialmente sobre atributos y
naturalezas que son propias de conceptualizaciones del bienestar humano indígena.

1.1.6. Proceso seguido para el diseño de los indicadores de bienestar humano


La tesis doctoral sigue un método de investigación de lo general a lo particular. Lo que
se muestra en su conformación temática donde se involucran tres grandes procesos: en
21

primer lugar, abarca un conocimiento general sobre las principales corrientes de


pensamiento que históricamente han estado involucradas en la discusión sobre el
concepto del bienestar, así como las iniciativas estructuradas sobre la evaluación del
mismo; en segundo lugar, una contextualización sobre un concepto de bienestar para
pueblos indígenas, en particular en la Amazonia colombiana; y, en tercer lugar, el
diseño de un sistema de indicadores de bienestar humano para los pueblos indígenas
Gente de Centro del departamento del Amazonas, los cuales permitan la evaluación
periódica del estado de sus modos de vida en los territorios ancestrales.

En conjunto abarca las siguientes fases:

• Contextualización del problema de la investigación y la formulación de las


preguntas de investigación pertinentes; fundamentación de una hipótesis de
trabajo que asume una visión de los pueblos indígenas y sus territorialidades, lo
que permitió el planteamiento de los objetivos que se persiguen alcanzar. La
investigación, igualmente, adoptó una unidad de análisis desde la que proponer
los indicadores de bienestar humano, previa la conceptualización de las bases
técnicas para el diseño y la aplicación de los indicadores.
• Se parte del estudio de las tendencias históricas sobre la discusión del
concepto de bienestar, realizando un análisis de las propuestas centrales y sobre
los indicadores de bienestar humano, con el fin de optar por una alternativa
conceptual viable para las minorías étnicas indígenas en la Amazonia
colombiana.
• En este punto, se profundiza en el conocimiento las propuestas sobre
indicadores que se han planteado, tanto a nivel convencional, como aquellos
específicos surgidos por el concepto de bienestar humano, en particular aquellos
sugeridos para las minorías étnicas.
• Posteriormente, se desarrolla un concepto apropiado de bienestar humano,
acorde con las especificidades étnicas y territoriales de los pueblos indígenas en
la Amazonia colombiana, donde el término abundancia delinea dicho concepto
de bienestar.
22

• Exposición del concepto de bienestar sobre la abundancia, que permita el


diseño de indicadores apropiados los cuales evalúen los modos de vida indígena,
con base en las capacidades que se deben de asegurar para el control cultural de
los territorios ancestrales, garantizar la autosuficiencia alimentaria, lograr un
ambiente tranquilo, el cuidado y la reproducción.
• Identificación y diseño de un modelo de indicadores de bienestar humano
para pueblos indígenas, que se plasma en cada una de las hojas metodológicas;
igualmente, poder contar con los fundamentos conceptuales y metodológicos
necesarios en su aplicación.

En esa dirección, la tesis asume como reto que el concepto de bienestar humano es una
oportunidad para la fundamentación y diseño de los indicadores de bienestar humano
para los pueblos indígenas de la Amazonia colombiana, el cual se enriquece con base
en el concepto de abundancia, que se cimienta en una cosmovisión y ética de los
pueblos indígenas Uitoto, Okaina, Bora y Muinane, Gente de Centro de La Chorrera,
Amazonas. Se quiere referir a un concepto referente para la Amazonia colombiana, al
considerar que las cosmovisiones indígenas sobre el bienestar son categorías en
permanente construcción, que fundamentan el buen vivir de los pueblos indígenas, que,
al mismo tiempo, se sustenta en otros valores como el conocimiento tradicional, el
reconocimiento social y cultural, los códigos de conducta éticos y espirituales en
relación con la sociedad y la naturaleza. Lo anterior, alienta y aporta a la discusión
generada por las cosmovisiones de los pueblos indígenas en América latina, que avanza
en fortalecer los fundamentos de vida propios en contraposición a los conceptos de
desarrollo y la modernidad.
23

2. TENDENCIAS EN LA DISCUSIÓN SOBRE


EL CONCEPTO DE BIENESTAR
Este capítulo tiene como objetivo exponer las principales corrientes de pensamiento en
la evolución histórica del concepto de bienestar, con sus indicadores principales, al
tiempo que se hace de las mismas una consideración crítica de cara a plantear cuál es el
enfoque de bienestar desde el que se propone trabajar esta tesis. Para ello se revisan las
distintas propuestas sobre el concepto de bienestar, desde las corrientes acuñadas en la
concepción aristotélica del bienestar, pasando por la visión clásica, el utilitarismo como
visión ética del bienestar y la economía neoclásica sobre el énfasis del individualismo y
la imposibilidad de comparación interpersonal, con los teoremas sobre la eficiencia y el
bienestar social. Posteriormente, se llega a los desarrollos conceptuales más recientes,
de las últimas décadas, entre los que se destaca el enfoque del desarrollo humano,
basado en la teoría de Amartya Sen (2000), que concibe el bienestar de una persona
como un conjunto de seres y haceres, en un marco de libertad, para escoger entre
diferentes maneras de vivir.

En ese marco de la discusión sobre el concepto de bienestar, analizando los elementos


propuestos por diferentes teóricos, se destaca la premisa, presente en la mayoría de las
corrientes, la cual afirma que el bienestar de los individuos y de las sociedades está
determinado, o depende, de las condiciones económicas que las caracterizan. Bajo
diversas formas se justificaba que “lo económico determinaba la forma como se
participa en una sociedad” (Morris, 2002: 26 - 27). Este argumento ha sido central en la
noción dominante sobre la cual han girado las discusiones alrededor del bienestar: la
relación comunidad – individuo. Sin embargo, y siguiendo a Dubois (2008), el
bienestar individual no puede concebirse sino está circunscrito dentro de una
dimensión social ―colectiva― más amplia del bienestar. Lo anterior, porque el
bienestar colectivo tiene un valor intrínseco y no se reduce a ser un mero instrumento
24

útil en la consecución del bienestar de las personas. Desde esta concepción, se acentúan
las relaciones que se dan entre los distintos agentes, individuales y sociales, en la
definición de sus objetivos y en la forma de alcanzarlos. Sin la consideración de las
capacidades colectivas y su inclusión en el proceso de consecución del bienestar, el
desarrollo humano quedaría limitado a una propuesta parcial de bienestar individual sin
alcanzar a constituir una alternativa operativa del desarrollo.

La importancia que tiene precisar el concepto de bienestar, y específicamente el


bienestar colectivo, es poder dilucidar cómo este concepto no se relaciona única, ni
principalmente, con los aspectos del crecimiento económico, si no que va mucho más
allá, al considerarse como un concepto pluralista y holístico que necesariamente
involucra aspectos ecológicos, culturales, sociales y políticos. Esa dimensión es la que
lleva a plantear que el enfoque del desarrollo humano resulta un concepto alternativo
de bienestar humano válido para los pueblos indígenas, en cuanto es capaz de tener en
cuenta en toda su dimensión las particularidades de sus modos vida y la relación que
como sociedad sostiene con los bosques amazónicos.

2.1. Concepción aristotélica del bienestar


Entre los siglos V y IV a.C. los filósofos Jenofonte, Platón y Aristóteles (384‒322 a.C.)
sostenían una preocupación por los asuntos económicos circunscritos como parte de la
ética; entreviendo algunos conceptos que fundamentaron el posterior desarrollo de la
teoría del valor, la distribución y el crecimiento. Pero lo anterior, tanto para Aristóteles
como para otros autores que le sucedieron, no significaba que tuvieran un concepto de
la economía como ciencia. La economía solo se trataba cuando se abordaban las
cuestiones políticas. La concepción ética de la economía de Aristóteles se encuentra
plasmada en la Política y en la Ética a Nicómaco, donde, y siguiendo a Platón, plantea
el tema de la justicia como igualdad, pero basada en una determinada concepción del
orden natural.

El énfasis ético o normativo de la concepción de la economía afrontada por Aristóteles


le impidió desarrollar una teoría positiva sobre la regulación del valor, limitándose a
analizar la legitimidad del intercambio, el cual es éticamente aceptable ─justo o
25

equitativo─ cuando satisface necesidades naturales individuales o colectivas. Es decir,


aquellas que se fundamentan en la adquisición de bienes con valor de uso, que
constituyen la verdadera riqueza.

De los autores de la Antigüedad clásica, quizá Aristóteles ha sido el que mayor impacto
intelectual tuvo en la Edad Media. Sus repercusiones se han sentido incluso hasta el
siglo XX, con sus aportes a la discusión sobre el concepto de bienestar. Son
teorizaciones hoy tenidas en cuenta, dado que muchos de los elementos de esos análisis
siguen siendo objeto de estudio en el marco de las actuales discusiones sobre el
bienestar. Para este autor, el sujeto económico valora el bienestar en términos de
felicidad, siendo esta el bien último al que se llega por medio de la adquisición de otros
bienes, que aseguran la satisfacción de las necesidades básicas. Para Aristóteles el
objetivo de la producción es el consumo no el intercambio, aunque éste pueda ser
necesario. La independencia u holgura económica es la que permite al ciudadano
propietario tener tiempo libre para dedicarse al ejercicio de la virtud ―la participación
en los asuntos de la polis― y a la vida contemplativa ―la felicidad perfecta―, que
para Aristóteles son la esencia de la buena vida, del bienestar.

La preocupación de Aristóteles no fue el crecimiento sino la justicia, que la identificó


con la igualdad frente a la injusticia o desigualdad. Relacionó el concepto de bienestar
con las acciones de los individuos en una comunidad, en un contexto caracterizado por
la interacción de ciertos factores externos e internos. En su Ética a Nicómaco, se refiere
a los factores externos, como todos aquellos bienes corporales y materiales a los que un
individuo tiene acceso; mientras que los factores internos son los bienes del cuerpo y
los bienes del alma o anímicos. Aristóteles jerarquiza los bienes en dos niveles:

• Un nivel inferior, donde ubica a los bienes externos y los corporales, por
considerarse que son medios para la obtención de otros fines. Estos bienes no son
deseados por sí mismos, sino por el bienestar que producen.
• Un nivel superior, donde se inscriben los bienes del alma, que incluye una
categorización interior en la que es posible considerar como el más alto estado de
bienestar al de la razón, dejando a otros estados como el placer, en un segundo
26

lugar, por considerarse que es efímero o pasajero. Solo la actividad conforme a la


razón ―la actividad peculiar del hombre―, puede conducir al verdadero
bienestar humano (Valdés, 2009: 70 - 71). Bajo esta perspectiva aristotélica, es
posible que el individuo alcance sus mayores niveles de felicidad, luego de hacer
las cosas no necesariamente de acuerdo a ciertas normas inconscientes de moral,
sino como resultado de un actuar netamente racional.

Aristóteles afirma que el individuo se forma dentro de un sistema social que persigue
un mismo objetivo, en este caso el del bienestar. Si el individuo pudiera ser feliz sin
necesidad de contar con la comunidad, no sería un ser humano, puesto que las reglas de
juego que establece la sociedad son unos parámetros necesarios para la convivencia y
que le van a permitir su bienestar. El Estado asume su responsabilidad, en este caso, de
mejorar la calidad de vida, al propiciar las condiciones necesarias en las que sea
posible que el individuo pueda ejercer actuaciones racionales. Defiende la propiedad
privada para todas las clases ―con excepción de los esclavos, que no son sujetos sino
objetos económicos como parte de la propiedad―, en razón de que la propiedad, que él
consideraba como natural, promueve la eficiencia económica. La moral natural le
sirvió también para legitimar la esclavitud y una división sexual del trabajo dentro de la
familia basada en la noción de patriarcado “los esclavos, igual que las mujeres y los
niños, habían nacido para obedecer al patriarca de la casa, cuyo poder es de carácter
perpetuo” (Marcelo, 2000: 5).

En general, y siguiendo a Valdés (2009: 72 - 73), se pueden identificar y sintetizar los


fundamentos aristotélicos en torno al concepto del bienestar, en los siguientes
términos:

1) el bienestar de una persona depende de qué hace y de cómo lo hace, cómo actúa
y como funciona, donde la felicidad se sustenta en un modo de vida activa,
racionalmente virtuosa; 2) la felicidad no consiste en la obtención de placeres, ni
en la posesión de bienes externos y corporales; se alcanza cuando una persona
actúa racionalmente asumiendo la realización de acciones virtuosas; 3) la
ejecución de acciones virtuosas son en sí mismas satisfactorias, cuyos hábitos
27

generan permanentemente muchísima complacencia; 4) la felicidad no es


producto del azar, ni efímera; es una forma de ser de la persona que realiza
acciones virtuosas, que son inherentes al ser toda la vida.

La propuesta aristotélica sobre el bienestar, como quedó entendida, se sustenta en una


combinación de bienes externos e internos En los primeros, dado su carácter
instrumental, su posesión pueden brindar placer; sin embargo, contienen una
satisfacción muy efímera. Los segundos, los bienes del alma, constituyen el más alto
estado de la razón que conduce al logro de un verdadero estado de bienestar. Por lo
anterior, el bienestar será la realización de acciones muy centradas en deseos ceñidos
por la razón, y ésta como el más alto bien que posee una persona que lo guía a ser
virtuoso en todas sus acciones en la vida. Es el bienestar más auténtico que no excluye
el placer ni la posesión de bienes corporales. O sea, que el bienestar se basa en la razón
de acciones virtuosas que procuran eliminar la influencia del azar sobre la felicidad, y
que ésta depende del esfuerzo y de la oportunidad de vivir bien que tienen los seres, en
razón a su naturaleza, al destino o a la disponibilidad de recursos.

2.2. Visión clásica de la idea de bienestar


La economía clásica tuvo sus orígenes en el siglo XVIII, en un intento por explicar las
dinámicas de crecimiento de la época, caracterizadas por el naciente sistema de
producción capitalista y la Revolución Industrial. En general, estas ideas se desarrollan
partiendo de determinados supuestos como: el producto nacional es la fuente principal
de la riqueza de una nación; la división del trabajo es la causa de la aceleración del
crecimiento económico; y, la distribución de los derechos de propiedad. De la
Revolución Industrial se desprende la idea de desarrollo de Adam Smith. Esta idea
reafirma la noción, que sostiene buena parte del pensamiento de la época, y que
confirma la tecnología como el medio a través del cual se alcanza un futuro mejor. El
liberalismo sustentará sus ideas en la noción de un futuro menos difícil gracias a la
presencia de los avances de la tecnología (Taguieff, 2004).

El liberalismo busca o persigue la libertad individual ―garantizada por el respeto a la


propiedad privada―. Una perspectiva que resultará incompatible con las nociones que
28

posteriormente sostendrán el concepto de bienestar social (Morris, 2002: 34). El


crecimiento y el desarrollo económico de la época de Smith enmarcan el concepto de
bienestar en un sentido notablemente individualista. En este contexto, el individuo
posee sus propios intereses y es capaz de realizar siempre elecciones racionales en la
búsqueda de una cierta ganancia económica.

Lo anterior actualiza la ruptura de la relación sociedad ‒ individuo. El liberalismo


económico plantea la posibilidad de mantener separados al individuo de la sociedad por
considerar imposible un orden social basado en los múltiples intereses que persiguen
cada uno de los individuos que componen una sociedad. Sostiene que, en la búsqueda
del bienestar social, el individuo se vería obligado a ceder parte de sus intereses por
compromiso con la sociedad, con el fin de llegar a un consenso entre todos los
miembros. Esta circunstancia permite al liberalismo concebir una noción de bienestar
lejos de los intereses de la sociedad y centrado exclusivamente en el individuo
produciendo así una suerte de individuo excesivamente autosuficiente. Estas ideas
desdibujan la noción del individuo, dado que olvida que el mismo también ve el mundo
desde el punto de vista de los otros ―incluyendo el propio― permitiendo que el orden
social exista y, además, que sea justo. Olvida además que los individuos desean
transportarse fuera de sí para compararse con los demás. Ignora además que tal
capacidad de comparación posibilita la existencia y la justicia del orden social
(Gamboa, Cortés, 1999: 10).

La reorientación económica que los clásicos dieron a la conformación del concepto de


bienestar social, se encuentra dentro del sistema de mercado. Estas ideas fueron
recogidas en la obra de Adam Smith: La Riqueza de las Naciones (1776), la cual marcó
el inicio del pensamiento clásico de la economía. En este contexto el mercado es
considerado como la única institución capaz de organizar la sociedad y de permitir que
cada individuo persiga sus propios fines. El mercado adquiere así su carácter de
regulador social, el cual se sostiene a su vez sobre la idea misma de la mano invisible:

La mano invisible permite que los individuos, siguiendo su propio interés,


satisfagan las necesidades de los demás. El bienestar de la sociedad se logra con
29

las acciones de todos, sin que de ellos respondan a la voluntad explícita de


alguien. Todavía más, quien no responda a su propio interés deja de ser eficiente
y en virtud de la competencia, sale del mercado (Gamboa, Cortés, 1999: 13).

Así, fue surgiendo un conjunto de ideas sostenidas por una idea de progreso lineal
justificado por los desarrollos tecnológicos. De la misma manera, establece al
individuo como ser autosuficiente que rige su comportamiento y sus intereses solo
dentro de un sistema de mercado. Un conjunto de ideas que a la vez establecen una
idea de sociedad que obedece solamente a las lógicas de las instituciones económicas
que la componen.

El sistema clásico planteó las bases de la economía como ciencia, expuso los principios
sobre el individualismo y el liberalismo económico, intrínsecos en el funcionamiento
del sistema capitalista, y su devenir como doctrina dominante. Sentó las bases del
concepto de bienestar a través del pensamiento de Smith, según el cual la conducta
humana es movida por principios esenciales como: el amor de sí mismo, la simpatía, el
deseo de ser libre, el sentido de la propiedad, el hábito del trabajo y la tendencia a
cambiar una cosa por otra; al tiempo, fundamentó la importancia de ejercer la libertad
para satisfacer los interés de los individuos, y el mercado como instancia para impulsar
el bien común.

Tal como ha quedado entendido, la visión clásica del bienestar se centra en el


liberalismo. Éste se sustenta en la libertad individual y el respeto por la propiedad
privada, donde el concepto de bienestar queda circunscrito en los resultados del
crecimiento y el desarrollo económico. Garantizar lo anterior, sobre la base de
mantener separados al individuo de la sociedad, de acuerdo con los múltiples intereses
que persiguen cada uno de los individuos en una sociedad. Es una noción de bienestar
lejos de los intereses de la sociedad y centrado exclusivamente en el individuo
autosuficiente. En ese orden de ideas, en el siguiente apartado se hace una
aproximación al concepto de bienestar a partir de otro tipo de criterios, de modo que
pueda ser posible contrastar lo expuesto con otras versiones del individuo y de la
30

sociedad. Se verá cómo la teoría utilitarista resalta una dimensión subjetiva,


distanciándose así de las propuestas establecidas por los clásicos.

2.3. Utilitarismo: visión ética del bienestar


El utilitarismo, como teoría, se desarrolla fundamentalmente entre los siglos XVII al
XIX. No obstante, su influencia está presente hasta hoy dados los importantes
desarrollos adelantados por esta escuela. La teoría del bienestar que asume la
concepción utilitarista del valor toma un único parámetro para medir el bienestar de
una persona: su utilidad individual. Tal utilidad suele entenderse en términos del placer
o la satisfacción producida por la realización de deseos o aspiraciones personales
(Valdés, 2009: 80). En este contexto, la idea de bienestar se determina sobre la base de
los deseos de los individuos, y el bienestar de una sociedad a través de la suma de tales
utilidades individuales.

Mientras los clásicos consideraban que los intereses individuales se armonizaban


espontáneamente en una economía libre, los utilitaristas, por su parte, critican la
existencia de tal armonía natural, por considerar que existen ciertos intereses
perseguidos por el individuo los cuales no se corresponden con el interés general. Los
utilitaristas empezaron a dar cuenta, entre otras cosas, que la utilidad de los ingresos
recibidos por los miembros de una sociedad dependía en buena parte de su condición
individual. Pensaban que, por ejemplo, un minusválido no encontraría el mismo nivel
de utilidad que otro miembro de la sociedad que no tuviese ninguna incapacidad. Este
tipo de racionamiento dio lugar a un conjunto de desarrollos teóricos para modelar tales
tipos de comportamientos. En general, lo que se buscaba era tratar de encontrar un
modelo que se soportara sobre la diversidad de condiciones de los individuos miembros
de una sociedad, de modo que se pudiera alcanzar un consenso general (Schor, 2009:
24). Por otro lado, la negación de la supuesta armonía que planteaban los clásicos,
justifica, sin duda, la existencia del Estado y otro tipo de superestructuras. Estas
intervienen a fin de que el interés de cada individuo pueda identificarse con el interés
general. En estos términos, para que la sociedad funcione es preciso hacer coincidir
tales metas con las de las mayorías, para que las mismas puedan ser satisfechas
(Dieterlen, 1990).
31

El concepto de bienestar bajo la noción utilitarista distingue tres formas de interpretar


la utilidad misma: como elección, como felicidad y como satisfacción del deseo
(Gonzalez y Suárez, s.f.). La preocupación de los utilitaristas era la utilidad total
colectiva, sin que el tema del ingreso constituyera una inquietud conceptual, lo que
conllevaba una limitación de orden formal, de importancia ética y política (Schor,
2009: 24). Lo anterior, como resultado de entender que la maximización como suma de
las utilidades, hace que personas con intereses o condiciones distintas, tan solo logren
alcanzar solamente un nivel de bienestar reducido.

La concepción de la utilidad como elección constituye la parte formal del postulado


utilitarista sobre el concepto de bienestar. El criterio de elección parte del supuesto que
el individuo es racional, en el sentido que elige la opción que mayor utilidad le provee.
Frente a diferentes combinaciones de bienes, el individuo asigna a cada combinación
un valor numérico, que representa la utilidad que cada combinación le proporciona.
Esta asignación permite no solo conocer las preferencias que tienen los individuos, sino
que facilita el proceso de agregación sobre el cual se construye el bienestar social. La
utilidad como elección tiene dos características fundamentales: es ordinal y no admite
comparaciones interpersonales (Gamboa, Cortés, 1999: 18). De acuerdo con lo
anterior, el criterio ordinal está referido a la capacidad que tienen los individuos para
ordenar las combinaciones de bienes en orden de preferencia; la imposibilidad de hacer
comparaciones interpersonales significa que el individuo solo ordena sus preferencias
con respecto a las diferentes alternativas, pero no puede juzgar su nivel de utilidad
frente a otro.

La discusión sobre la posibilidad de encontrar un acuerdo sobre las opiniones de una


colectividad llevó a otros teóricos a adelantar estudios sobre las decisiones colectivas,
como Arrow (1951) que desarrolló mecanismos para dar cuenta de este fenómeno.
Teorías que marcaron una pauta importante en el marco de las discusiones sobre el
bienestar, al punto que llevarán a la consolidación de lo que se llamaría Economía del
Bienestar. No obstante, la posibilidad o no de hacer comparaciones interpersonales
parece ser una limitante frente a la necesidad de construir un concepto de bienestar
32

social. Las comparaciones permiten conocer los criterios sobre los cuales cada persona
construye su idea de bienestar. El hecho de que se tenga en cuenta la situación personal
―propia― frente a la de las demás personas, permite establecer parámetros sobre los
cuales es posible determinar si se tiene o no bienestar.

Sin embargo, la extensión a comparaciones interpersonales tiene otros problemas,


puesto que demanda la reflexión sobre los hechos desde la subjetividad de otro
individuo. Autores como Lionel Robbins expresarán su disconformidad sobre estos
aspectos del utilitarismo, por lo que representaba hacer comparaciones interpersonales
de la utilidad sin un sustento científico, de la posibilidad real que tiene un individuo
para penetrar en la mente de las demás. El mismo autor señala, también como
limitante, el hecho de que estas teorías no reconozcan la inexistencia de un
denominador común entre sentimientos, la cual impide lograr o conocer de manera
científica una idea de la utilidad total colectiva (Schor, 2009: 25). El utilitarismo no se
preocupaba de la distribución de las utilidades entre los individuos. Se concentraba
únicamente en la suma total de las utilidades.

Los utilitaristas mencionan una tercera noción: la utilidad como satisfacción del deseo.
A pesar de lo anterior, esta noción no es lo suficientemente clara dado que no se
precisa si el deseo es medido a partir de un estado mental como tal o si por el contrario
se refiere a los objetos que se desean. En conclusión, la utilidad como deseo no permite
elaborar un concepto de bienestar. Si bien el deseo arroja una idea de lo que cada
individuo valora, esta valoración no incluye otros elementos que el individuo tiene en
cuenta para construir su idea de bienestar. Al ver los vacíos y dificultades del
utilitarismo, puede verse la dificultad para aceptarlo como medida para abordar el
bienestar.

El utilitarismo sustentó un concepto de bienestar basado en la forma de interpretar la


utilidad misma: como elección; como felicidad y como satisfacción del deseo. La
preocupación de los utilitaristas era la utilidad total colectiva que se concebía como
resultado de una maximización de la suma de utilidades. Bajo el utilitarismo el
concepto de bienestar se reduce a los aspectos económicos únicamente, donde se
33

precisa utilizar las preferencias de consumo como medida de la utilidad, eliminando


por tanto cuestiones valorativas referidas a la forma como cada individuo construye su
idea de bienestar.

2.4. Economía neoclásica: individualismo e imposibilidad de comparación


interpersonal
A pesar de las dificultades del utilitarismo para aceptar sus postulados como un
concepto de bienestar, otras corrientes económicas han intentado ofrecer respuestas a
esa preocupación que se discute. La economía neoclásica tiene sus orígenes a finales
del siglo XIX y una vigencia a lo largo del siglo XX. A diferencia de lo planteado por
los clásicos, los neoclásicos no admiten las comparaciones interpersonales (Gamboa y
Cortés, 1999: 11). Los neoclásicos consideran al mercado como la única institución
social que permite la construcción del concepto de bienestar. La idea del bienestar,
sobre la cual se sustenta el mercado, basa su análisis en permitir al individuo
desarrollarse libremente en términos de sus valores y suplir sus necesidades. Cuando
los individuos se guían por su propio interés e interactúan a través del mercado logran
intercambios mutuamente beneficiosos. Los intercambios resultan ser los máximos
posibles si se tiene en cuenta que nadie pierde y al menos uno gana (Gamboa y Cortés,
1999: 14). Al respecto, la postura clásica consideraba al individuo como un ser
incompleto, que requería de los demás y sobre la cual era posible establecer un orden
social. Ahora el reto se centra en cómo construir un orden social, basado en un
individuo, esta vez más autónomo y con unos valores propios.

La autonomía sobre la que se basa esta teoría no solo no permite hacer comparaciones
interpersonales, sino que elimina la posibilidad de que los individuos tengan la
voluntad de construir un orden social. Según Gamboa y Cortés (1999: 11), dadas esas
premisas la cohesión social no puede surgir de las peculiaridades de los individuos que
compiten entre sí y que únicamente se “relacionan” a través del mercado. El contacto
con los demás se reduce a las relaciones mediadas por los precios. El nuevo orden
social ya no estaría determinado por los individuos, sino por las nuevas fuerzas de
mercado que coordinan las diferentes acciones de los individuos y llevan a la economía
34

a una asignación eficiente de los recursos, lo que supondría alcanzar el logro de un


bienestar social.

Lo anterior se conoce como la Teoría de Equilibrio General. Esta teoría trata de dar
respuesta a las preguntas sobre qué bienes producirá una economía, cómo y quién los
obtendrá en términos de consumidores y productores. Esta teoría analiza los
movimientos de la economía tomando en cuenta explícitamente la diversidad de bienes
de consumo y capital, las diferencias de riqueza, ingreso de los consumidores, los
gustos y las distintas posibilidades tecnológicas a las que tiene acceso un productor. Al
igual que las teorías de mercado anteriores, esta teoría no precisa un cálculo para los
gustos individuales y las posibilidades tecnológicas, por lo cual se dirá que es
concebida bajo condiciones muy generales (Quirk y Soposnik, 1972: 11).

Los neoclásicos sostuvieron un concepto de bienestar supeditado al mercado como


institución social; en éste el individuo puede desarrollarse libremente en términos de
sus valores y puede suplir sus necesidades guiados por sus propios intereses logrando
intercambios mutuamente beneficiosos. Se trata de un orden social, ya no determinado
por los individuos, sino por las fuerzas de mercado que coordinan las diferentes
acciones de los individuos y llevan a la economía a una asignación eficiente de los
recursos, lo que supondría alcanzar el logro de un bienestar social.

2.4.1. Teoremas del bienestar: optimización y equilibrio


A finales del siglo XIX y comienzos del XX se desarrollan un conjunto de teorías
económicas sobre el bienestar basadas en los conceptos del economista italiano
Vilfredo Pareto (1848 – 1923), considerado como el pionero de la economía del
bienestar. Este autor desarrolló la tesis del economista León Walras (1834 – 1910),
sobre el equilibrio de los sistemas económicos, a través de lo que se denominó el
óptimo de Pareto. El óptimo de Pareto se define como aquel estado de la sociedad en el
cual se alcanza el máximo bienestar posible. A partir de este postulado, se define al
bienestar como aquella situación en la que no es posible mejorar la situación de alguien
sin empeorar la de otro. De este modo, una mejora en el bienestar social solo es posible
35

siempre y cuando un cambio que realice un individuo para mejorar su bienestar, no


perjudique al resto de los individuos.

Desde la perspectiva del óptimo de Pareto, todos los individuos obedecen a la lógica de
la maximización. No son tenidos en cuenta como individuos concretos, sino como
partes iguales de una sociedad (Marcelo, 2000: 12). La sociedad se construye a partir
de las preferencias dadas, es decir aquellas que tiene cada individuo. De acuerdo con
lo anterior, se establece un criterio de ordenación donde cada individuo asigna un valor
a su utilidad que le permite contribuir a la construcción del bienestar social. En el
marco de esta teoría, la construcción del bienestar social supone la pérdida de libertad
de elección del individuo. Si una comunidad prefiere algún estado por encima de otro,
entonces ese estado es socialmente preferido, en razón a que deja de lado otros
intereses y necesidades que tienen las personas (Marcelo, 2000: 13).

En referencia a la economía del bienestar, Pareto afirma que ésta se sostiene sobre dos
teoremas que, desde su perspectiva, son fundamentales. Estos dos teoremas descansan
sobre los criterios de eficiencia y bienestar social. Los mismos buscan explicar cómo la
relación de los individuos en un mercado puede llevar a un resultado socialmente
eficiente, sin necesidad de que cada agente piense más que en satisfacer su propio
interés. El primer teorema de la economía del bienestar dice que bajo ciertas
condiciones, todo equilibrio competitivo de mercado es eficiente en el sentido de
Pareto. Es decir, que la perfecta coordinación de las acciones de los agentes
―productores y consumidores― puede llevar a un resultado socialmente eficiente en
el que sea posible que una gran mayoría consiga mejorar su bienestar, sin afectar el
bienestar del resto de la población.

De otra parte, el segundo teorema establece que, en condiciones más restrictivas, todo
estado ―de bienestar― que sea eficiente en el sentido de Pareto, es un equilibrio
competitivo. Esta situación es reciproca al primer teorema. Parte de elegir la situación
final que se quiere de un óptimo social. El mismo se refiere a la forma cómo se
distribuyen recursos y riquezas en una economía de mercado para alcanzar un
equilibrio social (González, 1999: 27). En este sentido, la situación final que se quiere
36

estaría determinada por la posibilidad de elegir una distribución de recursos en la que


sea posible alcanzar la situación deseada. Según Herrero (1989: 7), la institución
adecuada y capaz de alterar la distribución inicial de los recursos es el sector público,
que tiene la facultad de implantar un determinado sistema impositivo sobre la riqueza y
la capacidad de transferir bienes y servicios. El sector público es un agente capaz de
conseguir, junto con el mercado, eficiencia y equidad, cuando se le faculta para crear
una administración de justicia y para redistribuir bienes y servicios por medio de un
sistema impositivo y de transferencias. Bajo esta condición el mecanismo del mercado
llevará a encontrar el bienestar general y el óptimo de Pareto.

No obstante, este teorema no garantiza ni siquiera el logro limitado de la eficiencia del


óptimo de Pareto, para una distribución inicial de recursos dada. Existen ciertas
restricciones legales y políticas que no permiten en muchos casos reordenar libremente
la distribución de recursos. Lo anterior, deja explicita la limitación que se tiene al usar
el óptimo de Pareto en la construcción del concepto de bienestar; éste se dirige a dar
más importancia a la utilidad individual, que la que se pueda hallar por medio de las
relaciones interpersonales de utilidad (González, 1999: 29). La postura por la que el
individuo actúa solo en función de sus intereses, constituye una visión muy limitada
para valorar los resultados sociales. Las personas se establecen dentro de una
comunidad cumpliendo con ciertas obligaciones morales y culturales, sobre las cuales
es posible identificar otros fines diferentes a los de obtener únicamente su bienestar
personal. Al respecto, Gamboa y Cortés (1999: 17) afirman que las personas tienen
creencias y deberes que los comprometen frente a su comunidad y al obrar en
consecuencia no necesariamente implica un mejoramiento del bienestar propio.

En síntesis, de acuerdo con el óptimo de Pareto, los individuos no son tenidos en


cuenta como individuos concretos, sino como partes iguales de una sociedad, donde
todos los individuos obedecen a la lógica de la maximización. Define el bienestar como
aquel estado de la sociedad en el cual se alcanza el máximo bienestar posible y donde
no es posible mejorar la situación de alguien sin empeorar la de otro. De este modo,
una mejora en el bienestar social solo es posible, siempre y cuando, un cambio que
realice un individuo para mejorar su bienestar, no perjudique al resto de los individuos.
37

2.4.2. Condiciones actuales del concepto de bienestar: el enfoque economicista


Con la finalización de la Segunda Guerra mundial, surgió la preocupación por
reconstruir las economías de los países y por consolidar el nuevo orden económico
mundial. Las ideas de aceleración del crecimiento económico se consolidaron, así
como las líneas principales de atención de las medidas de política económica para
alcanzar el desarrollo. En este contexto, el concepto de crecimiento económico se
convirtió en sinónimo de progreso social y de bienestar social, debido a una visión de
la sociedad excesivamente economicista (Collado, 1992: 7). De este modo, el
crecimiento económico debía servir para llevar a cabo el mejoramiento del bienestar de
los individuos que conforman la sociedad. El crecimiento como fin en sí mismo.

El modelo de contabilidad nacional propuesto antes de los años setenta, parecía


resolver el problema de la medición del bienestar. En este escenario, si la riqueza y el
bienestar eran dos conceptos afines, lógicamente el indicador para medir el bienestar de
un país podía ser el mismo con el que se medía el nivel de riqueza, es decir el PIB o el
valor de todos los bienes y servicios producidos durante un determinado período de
tiempo (Zarzosa, 1996: 31). De este modo, el PIB constituiría la medida de bienestar
material de una sociedad y, por tanto, la construcción del concepto de bienestar se
explica por la cantidad de bienes materiales y servicios que disponen los individuos
para satisfacer sus principales necesidades.

Esta concepción ha continuado siendo dominante en el tiempo, producto de la ruptura


de la relación entre crecimiento y bienestar. Esto explica la aparición de problemas de
orden social y ambiental resultantes de la incesante búsqueda por parte de algunas
naciones por acelerar y lograr altos niveles de crecimiento económico. En primer lugar,
los problemas de pobreza y desigualdad del crecimiento dejaron entrever la
imposibilidad de algunas naciones ―conocidas en su momento como naciones
atrasadas―, por generar las condiciones sociales necesarias para la satisfacción de las
principales necesidades trayendo consigo altos costos sociales. En segundo lugar, los
problemas ocasionados por la explotación desmedida de los recursos naturales
evidenciaban los daños irreversibles al medio ambiente.
38

El asunto ahora era cómo traducir los buenos resultados económicos en mejoras de la
calidad de vida y el bienestar personal. Las conexiones entre crecimiento y desarrollo
social son claras y evidentes; pero el problema está en la eficiencia con que los frutos
de la prosperidad económica son realmente distribuidos (Morris, 2002: 25). Es decir,
surge el cuestionamiento sobre la manera en que se van a ver reflejados en el orden de
la equidad social, el esfuerzo que realiza un conjunto social cuando se persiguen las
metas del crecimiento. En esa dirección, se hace referencia a la aparición del método
para identificar las carencias críticas en una población como son las necesidades
básicas insatisfechas (NBI) de los años 70, la preocupación por la pobreza y la
desigualdad que resulta como consecuencia de la participación y posición
socioeconómica en una sociedad específica.

Las condiciones resultantes pusieron de manifiesto la insuficiencia por parte del


crecimiento económico para explicar el desarrollo de la población. A partir de aquí el
crecimiento económico fue visto ya no como un fin, sino como un medio para alcanzar
los objetivos últimos de desarrollo. Por tanto, los logros en torno al crecimiento se
constituyen como base para la consolidación de acciones encaminadas al mejoramiento
del bienestar de los individuos.

Esta nueva connotación del crecimiento puso de manifiesto la dificultad del PIB para
medir el bienestar social. Su análisis constituye una descripción aislada de la situación
real que tiene una comunidad, de tal forma que una modificación en su tasa de
crecimiento no tiene por qué suponer una modificación en el mismo sentido del nivel
de vida; incluso en los casos en que el nivel de bienestar aumente con el crecimiento,
no tiene por qué hacerlo en la misma cuantía (Zarzosa, 1996: 31). A fin de hacer frente
a las críticas presentadas en un interés por retomar las medidas de bienestar, se
consolidó una propuesta que se denominó el Sistema Contable Ampliado. Este sistema
debería incluir no solo la visión de la realidad económica; sino también de la social. Es
decir, debía permitir analizar las condiciones de vida de la colectividad en todos sus
aspectos (Zarzosa, 1996: 32).
39

La propuesta consistió en sugerir una modificación introduciendo el consumo. El


consumo ahora contabilizaría el valor de todas las actividades destinadas o no a la
venta de bienes y servicios, los cuales influyen en el bienestar del individuo.
Considérese, por ejemplo, el caso de las actividades relacionadas con el trabajo de los
hogares indígenas, consistente en actividades no destinadas para la venta, pero que
además se mezclan con los escenarios destinados para la producción de otros bienes y
servicios que se consagran a la vida social ―rituales o actividades lúdicas―. Tal
modificación ampliaría los resultados de esta variable y con ello su aproximación a la
medición exacta de la calidad de vida.

Sin embargo, la construcción del concepto de bienestar a partir solo de cuestiones


económicas deja por fuera otros aspectos sociales que son también relevantes en la vida
del ser humano. Teniendo en cuenta que el bienestar social también se compone de
otros aspectos diferentes a los materiales referidos, entre otros, a la educación, salud,
vivienda, y otros elementos que son menos materiales, como la libertad de expresión, la
ausencia de opresión o violencia y el derecho a afirmar sus tradiciones y su cultura
propia. En este sentido, afirma Morris (2002: 28) que ahora se entiende que el objetivo
del desarrollo social debe incluir la potencialización o empoderamiento de las
comunidades definido como un sentido de apropiación no sólo económico sino social y
político, que permita a la gente alcanzar las opciones que el dinero por sí sólo no puede
comprar.

A inicios de la segunda mitad del siglo XX, el concepto de crecimiento económico se


convirtió en sinónimo de progreso social y de bienestar social. El modelo de
contabilidad nacional, en la década de los años setenta, planteó una propuesta
encaminada a contribuir a resolver el problema de la medición del bienestar, donde el
indicador para medir el bienestar y el nivel de riqueza de un país lo constituía el PIB
―valor de todos los bienes y servicios producidos durante un determinado período de
tiempo―. Posteriormente surge la propuesta para identificar las NBI de una población,
como una forma de lograr equidad entre las aspiraciones sociales y el crecimiento
económico. Sin embargo, éste método no logró contar con la fuerza para modificar el
concepto de bienestar dominante, según el cual el bienestar de una población se explica
40

por la cantidad de bienes materiales y servicios que disponen los individuos para
satisfacer sus principales necesidades.

2.4.3. Crítica al utilitarismo


La teoría del bienestar que asume la concepción utilitarista del valor, y esta como un
indicador idóneo para medir el bienestar de una persona, ha sido fuertemente criticada
por Sen (1997). Este autor parte por cuestionar la concepción de utilidad como un
referente que permita construir un concepto de bienestar. Sobre este aspecto afirma que
la idea de utilidad en tanto que elección no es un modo razonable de conceptualizar ni
el bienestar personal ni lo social. Considerará que la simplificación sobre la que se
construye el concepto de bienestar, resulta limitado, si se tiene en cuenta que no
incluye todos los motivos por los cuales una persona elige. De otra parte, la concepción
de utilidad como felicidad, constituye un estado mental que refleja la satisfacción que
siente una persona al elegir una determinada combinación de bienes. Respecto a esta
otra manera de definir la utilidad, Sen (1997) señala que la felicidad es un estado
engañoso; si se entiende que la actitud mental por la que una persona se sienta feliz, no
necesariamente refleja el tipo de vida que una persona lleva. Resulta por tanto
importante, concluye el mismo autor, que bajo la noción de utilidad como felicidad no
es posible construir un concepto de bienestar, si se tiene en cuenta que el individuo
atiende a otros estados mentales. En ese sentido, no necesariamente los estados
mentales reflejan las cosas que una persona más valora de la vida.

Así mismo, este autor afirma que desear no es lo mismo que valorar; el deseo no es una
buena razón para valorar algo, ya que todo lo que se desea no necesariamente se valora.
Establecida esta conexión entre valor y deseo, dice Sen (1997) que el utilitarismo no es
satisfactorio al no poderse establecer una relación unívoca entre valor y bienestar, pues,
como ya quedo dicho antes, la faceta de ser agente de una persona y el poder de
conformar y tratar de realizar una concepción del bien, puede que hagan que los deseos
de una persona vayan en una dirección diferente de la de su bienestar personal.

La concepción utilitarista según argumenta Sen (1997: 22), resulta ser una limitada
descripción del comportamiento de los individuos, en tanto que no es posible
41

cuantificar o medir la satisfacción que produce el ayudar a los demás o describir ciertos
comportamientos y costumbres inmersos dentro de la cultura a la que pertenece el
individuo. Tal posición se basa en la maximización de la utilidad social la cual no
puede ser vista simplemente como la suma de las utilidades individuales. La idea de
utilidad en términos de los placeres, los deseos y las preferencias de cada individuo,
lleva a considerar la posibilidad de dar una preferencia igual a todas las utilidades de
todas las personas. Esta afirmación es relativa, en razón a que los bienes susceptibles
de generar una utilidad para el ser humano, se relativizan enormemente en relación a
cada sujeto. Lo anterior, impide la construcción de un concepto de bienestar sólido que
describa las características básicas del mismo; al no tener en cuenta las circunstancias
que caracterizan la vida que una persona lleva, resulta incompleto al momento de
esquematizar las preferencias.

En ese sentido, Sen (1997: 17) llama la atención sobre la necesidad de comprender que
el patrón a partir del cual se mide la utilidad, no es necesariamente único ni tampoco
genera satisfacciones iguales para todos los individuos. Al respecto, al referirse al tema
de las libertades, considera que el acceso a un bien no es igual para todos, lo cual
deriva entre otras razones, de la posibilidad de acceder al mismo nivel de utilidad
respecto del mismo bien. El acceso a los elementos que otorgan bienestar a los
individuos pueden estar relativamente restringidos para ciertos individuos, dada su
condición social, su casta, su raza, su género, entre otros. Por otro lado, el acceso a un
bien en específico no determina el grado de utilidad que un individuo puede lograr con
este tipo elementos. Algunas restricciones de orden moral, social, cultural, entre otros,
pueden impedir el acceso a un nivel de utilidad a cada individuo.

En cuanto a las comparaciones interpersonales, resulta equivocado basar los resultados


de las políticas sociales en la satisfacción del deseo, porque puede conllevar a la
distorsión de la realidad. La intensidad de los deseos con la que se mide el bienestar de
una persona, está determinada por la opinión que éste tenga sobre su vida; y en este
caso, una persona que tenga un carácter resignado, por ejemplo, no va a tener la misma
fuerza de deseo que otra, la cual ―pese a sus limitaciones―, presente una actitud
optimista. De este modo, sería arbitrario basar las comparaciones en la intensidad de
42

deseo pues no reflejan el modo de estar real de las personas. Igualmente se diría que el
tipo de información que selecciona el utilitarismo, así como la manera de manejar esta
información a la hora de precisar las consecuencias, excluye ideas que son esenciales a
una noción completa de justicia. En particular, el utilitarismo, no tiene en cuenta las
ideas de libertad e igualdad que son consustanciales a nuestro modo de juzgar los
asuntos sociales (Sen, 1997).

En relación con los teoremas del bienestar ―optimización y equilibrio― presentados,


y a la luz de construir un concepto de bienestar, Sen (1997) no comparte la idea de
considerar al mercado como la única institución posible para determinar el bienestar
social. Sobre la base de las cuestiones distributivas mencionadas, reconoce que la
sociedad requiere de más estructura de la que ofrece el mercado. Por tanto, el valor que
se le daría constituiría tan solo una parte del valor total de la estructura social. En esa
dirección encuentra, que el primer teorema de la economía del bienestar es insensible a
los aspectos distributivos. Se fundamenta en la idea de que un óptimo social no tiene en
cuenta la justicia de un Estado, en tanto que, un óptimo social que otorgue mayor
bienestar a un grupo más rico manteniendo constante el del más pobre, es tan eficiente
como aquel que mejore el bienestar del grupo más pobre manteniendo constante el del
más rico (Zarzosa, 1996). Para el primer caso, esta situación mantiene la desigualdad y
la injusticia del grupo más pobre.

2.5. El enfoque del desarrollo humano y la teoría del bienestar de Amartya Sen
El enfoque del desarrollo humano fue propuesto por el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) a inicios de la década de los años 90, difundiéndose
a través de las publicaciones de los Informes sobre Desarrollo Humano, que
anualmente realiza ese organismo internacional, y donde las ideas del economista
Amartya Sen, han tenido una destacada influencia en la construcción de dicho
concepto. El desarrollo humano supone una crítica moral frente al concepto dominante
de progreso social y de bienestar social fundado en el crecimiento económico, donde el
concepto de bienestar estaría explicado por la cantidad de bienes materiales y servicios
que disponen los individuos para satisfacer sus principales necesidades.
43

El planteamiento sobre el desarrollo humano dimensiona un escenario donde se cuenta


con un ambiente propicio para que las personas, tanto individual como colectivamente,
puedan desarrollar todas sus potencialidades y poder contar con la oportunidad de
llevar una vida productiva y creativa conforme a sus necesidades e intereses. Plantea un
escenario donde las personas tienen acceso a mayores oportunidades de contar: con una
vida prolongada y saludable, educaci6n y acceso a los recursos necesarios para tener un
nivel de vida decente. Hacen parte también de ese escenario: la libertad política, la
garantía de los derechos humanos y el respeto a sí mismo. A diferencia del enfoque
economicista que mide el bienestar según el criterio de ingreso per cápita, el desarrollo
humano utiliza un índice global denominado el índice de desarrollo humano (IDH), que
refleja la esperanza de vida, la educación y el dominio sobre los recursos para el
disfrute de un nivel de vida decente. En ese sentido, este enfoque intenta dejar atrás la
supremacía del enfoque economicista, al proponer que el crecimiento económico deje
de ser el centro del desarrollo para pasar a un contexto donde la referencia sea la
ampliación de las habilidades y las opciones de los individuos, que les permitan ser
capaces de satisfacer sus propias necesidades.

En esa perspectiva, Sen (1997 y 2000) explica el concepto de bienestar a partir de dos
nociones esenciales: los funcionamientos y las capacidades. Concibe a la persona
humana como un ser activo, ―consideración que se asemeja a la posición aristotélica
que centraba su análisis en la actuación virtuosa de los individuos―; que posee un
conjunto de seres y haceres cuyos elementos constitutivos son los que denomina como
funcionamientos, los cuales hacen referencia a los logros de una persona; algo que
consigue ser o hacer. Éstos pueden abarcar desde cosas tan elementales como estar
suficientemente alimentado, tener buena salud, evitar posibles enfermedades y
mortalidad prematura, hasta ser feliz, tener dignidad, participar en la vida de la
comunidad, entre otros.

Si bien los funcionamientos evalúan lo que una persona hace o es, este criterio no es
suficiente para determinar el bienestar que tiene una persona. Conocer el tipo de vida
que lleva una persona ofrece una precisión sobre la situación en la que se encuentra,
pero no permite hacer juicios sociales respecto a la bondad de su situación. Para Sen
44

(1997 y 2000), los estados sociales no deben evaluarse por los objetivos alcanzados
―funcionamientos―, sino por la libertad que tienen las personas para alcanzarlos.
Esta libertad por la cual elegimos entre diferentes funcionamientos es lo que este autor
denomina como capacidades. Las capacidades representan la libertad que tiene una
persona para escoger entre diferentes maneras de vivir y reflejan lo que una persona
hace y puede hacer (Valdés, 2009; Cejudo, 2007). De este modo, a partir de los
funcionamientos y capacidades, Sen construye el concepto de bienestar, que lo define
como la libertad que tienen los individuos para elegir los funcionamientos que más
valoran, y que consideran contribuyen con el ideal de vida deseada. Tal consideración
se asemeja a la posición aristotélica enunciada anteriormente, donde el bienestar se
define a partir de la actitud virtuosa por la que el individuo actúa racionalmente y por la
que a partir de ciertos bienes externos es posible alcanzar el bienestar.

A partir de las precisiones conceptuales adelantadas por Sen en referencia al bienestar


social, Dubois (2008: 46 - 47) muestra cómo Nussbaum (1998, 2002) enriquece la
discusión a partir de adelantar una crítica sobre las limitaciones del enfoque de las
capacidades de Sen (2000), en referencia a los postulados de justicia social y de género
y donde los funcionamientos puedan ser evaluados por su contribución a la
construcción de una equidad social. Sostiene que solamente se logrará una sociedad
justa si todas las personas pueden alcanzar los mismos derechos. En su búsqueda por
contribuir a consolidar un concepto de justicia social, y más ampliamente de un
concepto de bienestar, efectúa una revisión de los conceptos de funcionamientos y
capacidades para poder precisar las características del bienestar. Nussbaum (2002)
avanza en una propuesta sobre las capacidades básicas, para elaborar una teoría sobre
las dimensiones importantes de la vida humana; ésta pretende el reconocimiento de la
pluralidad y la diversidad cultural, en el marco de las reflexiones de Aristóteles sobre
las virtudes y la vida buena.

La autora propone un decálogo de aptitudes y cualidades que considera son inherentes


al ser humano, entre las que se encuentran funciones básicas de carácter virtuoso como:
1) Ser capaces de vivir una vida humana prolongada y normal; 2) Ser capaces de gozar
de buena salud, de una adecuada alimentación y tener una vivienda digna; 3) Ser
45

capaces de moverse libremente de un lugar a otro; disfrutar de la satisfacción sexual y


de la capacidad de reproducción; 4) Ser capaces de utilizar los sentidos, de imaginar,
pensar y razonar; ser garantes de una libertad de expresión, expresión política, artística
y de culto religioso; 5) Ser capaces de tener vínculos afectivos con cosas y personas
ajenas a nosotros mismos, en un marco de seguridad humana; 6) Ser capaces de formar
un concepto del bien respecto a la planificación de la vida; 7) Ser capaces de vivir con
otros, reconocer y mostrar interés por otros seres humanos, en diversas formas de
interacción social; 8) Ser capaces de convivir con los animales, las plantas y demás
especies del mundo natural; 9) Ser capaces de reír, jugar y disfrutar de actividades de
ocio y 10) Ser capaces de participar en las decisiones políticas, junto con la protección
de la libertad de expresión y de asociación; ser capaces de poseer propiedades de
manera formal y en términos reales. Cada una de las capacidades descritas debe ser
afianzada para cada persona en virtud de su dignidad humana, y si falta alguna de ellas
no puede compensarse con un mayor desarrollo de las restantes. Coincide con
Aristóteles al señalar que solo las actividades virtuosas promueven su prosperidad ya
que efectivamente son éstas las que inciden en el bienestar de las personas.

2.5.1. La libertad y la igualdad principios para alcanzar el bienestar humano


Como ha quedado evidenciado, Sen sustenta un concepto de bienestar basado en el
ejercicio de la libertad y la igualdad entre las personas. Según Sen (1992), a través de
ésta última se logra un camino hacia la libertad y de paso el bienestar de los individuos.
Desde esa perspectiva, empieza por reconocer que existen ciertos factores que
diferencian a las personas una de otras: de orden externo como la clase social, la
propiedad de los bienes, el origen social, el medio ambiente, entre otros; de orden
interno, como la edad, el sexo, las aptitudes generales para desarrollar una actividad o
para enfrentar un fenómeno, así como las competencias particulares y las
vulnerabilidades de los individuos, entre otros. Resalta que si bien la igualdad puede
estar determinada por un patrón elegido de manera arbitraria e impositiva, ésta debe
estar centrada en la práctica social misma y no en ideas preconcebidas desde el exterior
de la sociedad. Reconoce además, que en una sociedad existen individuos diferentes,
interesados en perseguir objetivos disímiles para establecer su nivel de bienestar,
contando con distintas posibilidades para lograrlo.
46

Ahora bien, establecer un patrón centrado en la práctica social demanda a la vez


conocer las posibilidades de acceso. Precisamente los factores internos y externos
asociados al individuo permitirán establecer la posibilidad de cumplir con ciertos
requerimientos mínimos para lograr la libertad. Según Sen (1992), la igualdad se
evalúa comparando la situación entre individuos a partir de elementos como el ingreso,
la fortuna, la felicidad, su libertad, las oportunidades que le son ofrecidas, sus
derechos, o la satisfacción de sus necesidades. Por lo anterior, establecer la igualdad o
la desigualdad entre individuos dependerá fuertemente de las variables escogidas para
compararlos. Esta discusión le permitió proponer un enfoque alternativo para el análisis
de la pobreza, que involucra un conjunto de variables que se derivan del análisis de las
cosas que el individuo logra hacer o ser al vivir. De este modo, el bienestar humano es
definido como la calidad de la existencia de una persona, donde la vida de una persona
tiene lugar gracias al nivel de funcionamientos ligados entre ellos, los cuales son
compuestos de estados o acciones.

De acuerdo a dicho planteamiento, la vida de una persona se puede entender como el


conjunto de funcionamientos que es capaz de realizar, y estos, según Sen (1992),
corresponden a las siguientes dimensiones: simples, que hacen referencia a las
funciones elementales tales como estar bien alimentado, tener buena salud, no padecer
enfermedades evitables, entre otras; complejas, que se refieren a funciones como ser
feliz, tener dignidad o ser capaz de participar en la comunidad. De esta forma, la
evaluación del bienestar consiste en valorar el estado de estos elementos constitutivos,
es decir, el conjunto de funcionamientos que un individuo consigue realizar; en tanto
que las capacidades son los logros obtenidos producto de la libertad que tuvo una
persona para elegir su mejor opción de vida.

Ahora bien, existe una valoración distintiva entre funcionamientos y capacidades al


momento de elegir diferentes opciones de bienestar, donde el enfoque de capacidades
tiene un mayor peso relativo en su estimación. En ese sentido, Sen (1992) centra su
atención sobre éste último enfoque y sobre la importancia de la libertad en la
construcción del concepto de bienestar. Se puede hablar de desarrollo cuando las
47

personas son capaces de elegir las mejores opciones para alcanzar el tipo de vida que
escojan. Así, el concepto de capacidades permitiría entonces evaluar el bienestar del
individuo, el diseño y efectividad de las políticas en la sociedad y la libertad de las
personas para elegir su mejor opción de vida.

La definición de libertad sobre la que se apoya Sen (1992), se relaciona con la totalidad
de realizaciones que cada individuo puede escoger y sean realmente accesibles. Sin
embargo, el acceso a un conjunto de realizaciones depende de los recursos con que
cuenta el individuo, como ingresos y posibilidades de acceder a determinados bienes;
estos son medios para lograr un tipo de libertad pero no son las libertades como tales.
En este caso, el ingreso sobre el que se basaban los indicadores de desarrollo
convencionales, implicaba tomar como referencia los medios para acceder a las
libertades pero no las libertades mismas. De esta manera, distingue de manera precisa
lo que debe entenderse como libertad, realización, y lo que se debe entender por
medios para lograr el bienestar. Por ejemplo, personas con los mismos ingresos pueden
tener posibilidades diferentes ―personales o sociales― para convertir los recursos en
realizaciones y los mismos en libertades.

Los planteamientos de Sen (1997) en referencia al bienestar humano, se fundamentan


sobre dos dimensiones del concepto de libertad de los individuos: 1) el ejercicio de la
libertad y la igualdad entre las personas que les permiten ser agentes; es decir,
garantizar la participación activa en los procesos de desarrollo, donde no sólo
construye su bienestar, sino que participa en la construcción del bienestar de los demás.
En este nivel, el individuo es considerado un actor activo, que no solo recibe ayuda
sino es un dinamizador en la generación y cambio de desarrollo y justicia social de la
sociedad donde se inserta. El ejercicio de la libertad implica que los ciudadanos
participen en la construcción de una sociedad igualitaria, capaz de permitir a los seres
humanos llevar una vida digna, en la medida en que las personas cuentan con un
conjunto de capacidades para funcionar, que les permiten alcanzar aquellos aspectos
que consideran valiosos para sus vidas; 2) el ejercicio de la libertad cultural, que se
entiende como la libertad con que cuentan las personas de escoger sus identidades, y de
llevar la vida que valoran, sin ser excluidos de procesos de progreso que promuevan las
48

políticas públicas y otras alternativas socioeconómicas como la educación, la salud, a


las oportunidades de empleo.

Sin embargo, y en referencia a la teoría de Sen, Valdés (2009: 85) menciona que
existen algunas dificultades que enfrenta este autor para la construcción del concepto
de bienestar. Se relacionan con los criterios para asignar diferentes valores a los
funcionamientos y capacidades que permitan establecer un criterio de ordenación, y la
distinción que tendría que hacerse entre funcionamientos y capacidades de un mismo
tipo. En los estudios del indicador de desarrollo humano IDH, Sen (1997) definen
algunas funciones y capacidades básicas que considera son condiciones necesarias para
el bienestar humano. Sin embargo, la selección misma de lo que haya de ser tenido en
cuenta como funcionamiento y capacidades básicas representan en sí mismo un
problema.

Otro tema considerado por Sen (1997), en la exposición del concepto de bienestar,
corresponde al papel del Estado y la acción pública en la construcción del bienestar
social, en tanto que provee ciertas condiciones para que los ciudadanos puedan ejercer
su libertad. En ese sentido, se entiende la obligación del Estado de incrementar las
capacidades de los ciudadanos para funcionar en los distintos ámbitos de la vida y
sobre todo, la obligación de asegurar que todos tengan efectivamente las capacidades
básicas. Por lo anterior, las capacidades están ligadas a un elemento denominado
libertad de agencia o autonomía de agencia, que es la libertad de realización por la cual
una persona puede escoger su proyecto de vida dentro de las alternativas que la
sociedad le ofrece.

Lo anterior, se enmarca sobre lo que Sen (1997) considera debe ser el individuo para la
economía, en un intento por ampliar y superar el concepto de bienestar que ha guiado
la postura de las corrientes economicistas. Empieza, planteando la discusión sobre las
diferentes motivaciones que orientan el comportamiento humano, considerando al ser
humano desde dos facetas: de un lado, tiene en cuenta la faceta de bienestar adoptada
por la economía de libre mercado, en donde el individuo persigue únicamente su propio
bienestar; y de otro lado, considera la faceta del agente, en la que es posible identificar
49

otras motivaciones que el individuo tiene y sobre las cuales desarrolla su vida. La
primera faceta es limitada, si se tiene en cuenta que únicamente considera la
información que está relacionada con la utilidad; mientras que la faceta de agente, es
más amplia pues considera la vida de la persona. Por lo anterior, afirma que en la
persona coexiste tanto la faceta de bienestar y como la de agente; sin embargo, así
exista una relación entre ellas, no necesariamente son complementarias.

El enfoque de capacidades reconoce la libertad de agencia. Este tipo de libertad permite


al individuo ser agente, es decir, participar activamente de los procesos de desarrollo
para construir no solo su bienestar, sino el de los demás. El individuo no debe ser
considerado como un ente pasivo que recibe ayuda, sino como un motor de generación
y cambio de desarrollo y justicia social (Edo, 2002: 23 - 24). El enfoque de Sen
conlleva una demanda por la libertad, ello implica que los ciudadanos participen en la
construcción de una sociedad igualitaria, capaz de permitir a los seres humanos llevar
una vida digna. Una vida con dignidad se constituye en la medida en que las personas
cuentan con un conjunto de capacidades para funcionar, que les permiten alcanzar
aquellos aspectos que consideran valiosos para sus vidas (Urquijo, 2007: 12).

En síntesis, se entiende que evaluar el bienestar, es estimar la habilidad de cada


individuo para realizar funcionamientos valiosos ―capacidades― como parte de su
vida, y la suma de capacidades refleja la libertad de escoger entre modos de vida
posibles. Así, si el bienestar humano consiste en el desarrollo de capacidades, la nueva
atención estará en lo que las personas pueden hacer y no en la cantidad de bienes o
servicios que una persona puede adquirir, como lo supone el concepto de bienestar
economicista, en el cual solo es posible analizar el bienestar a partir de los ingresos y el
nivel de satisfacción que presentaban los individuos. A diferencia del enfoque
economicista que mide el bienestar según el criterio de ingreso per cápita, el desarrollo
humano utiliza un índice global denominado el Índice de Desarrollo Humano (IDH),
que refleja la esperanza de vida, el alfabetismo y el dominio sobre los recursos para el
disfrute de un nivel de vida decente.
50

2.5.2. La libertad cultural


La libertad cultural es otro concepto fundamental del bienestar humano abordado por
Sen (2000) y posteriormente por el PNUD (2004). Sen señala que el poder de la cultura
y del estilo de vida occidentales, son una seria amenaza para socavar los modos de
vida, las costumbres sociales tradicionales, la tradición y costumbres culturales.
Advierte que las consecuencias derivadas por el nivel del contacto con la globalización
cultural, social y económica, es quizá uno de los aspectos que más impacta el bienestar
de los pueblos indígenas. Y ello, en razón a la intensidad y rigor de las fuerzas de los
intercambios económicos y de la división del trabajo en un mundo competitivo e
impulsado por enormes cambios tecnológicos, que genera una mayor ventaja
económica competitiva a la tecnología moderna.

Por su parte el PNUD, en el Informe de Desarrollo Humano del año 2004, aborda el
tema de la libertad cultural en un mundo globalizado. En primer lugar, afirma que la
libertad cultural es una dimensión significativa de la libertad humana, condición
necesaria para que la gente viva de acuerdo con sus preferencias y tenga la oportunidad
de escoger entre las opciones a su disposición. En segundo lugar, exige trascender las
oportunidades sociales, políticas y económicas ya que éstas, por sí solas, no garantizan
la libertad cultural. Por lo tanto, el aspecto medular no es la importancia de una cultura
tradicional, sino la relevancia trascendental de las libertades y opciones culturales que
requiere. En tercer lugar, hace referencia la importancia de la libertad cultural, la cual
no está circunscrita solo al ámbito cultural, sino que afecta también a los logros y
fracasos en los aspectos sociales, políticos y económicos.

En ese sentido, el PUND (2004) define la libertad cultural como el ejercicio autónomo
de las personas de escoger sus identidades y de llevar la vida que valoran, sin ser
excluidos de otras alternativas socioeconómicas como la educación, la salud, a las
oportunidades de empleo. Sin embargo, enfatiza que en la práctica existen formas de
exclusión cultural, entre las cuales se destacan: 1) ciertos modos de vida de la gente,
donde se niega el reconocimiento y la calidad del estilo de vida escogido, donde se les
exige vivir exactamente como los demás miembros de una sociedad dominante; 2) la
participación en las oportunidades sociales, políticas y económicas debido a su
51

identidad cultural; 3) ciertas políticas públicas que se imparten, pueden generar


discriminación y desventaja en cuanto a empleo, vivienda, educación y representación
política existentes.

Como se expresó, la globalización actual es una amenaza para la sostenibilidad de los


modos de vida y costumbres de las minorías étnicas, en particular en aquellos países
que se caracterizan por poseer una diversidad de culturas. El PNUD (2004), muestra la
necesidad de contar con un enfoque alternativo que respete y promueva la diversidad,
manteniendo, al mismo tiempo, la apertura con los países, fuerzas del capital, bienes y
personas. Exige políticas públicas que reflejen el objetivo de la libertad cultural; que
reconozcan y respeten explícitamente las diferencias culturales; a la vez, aborden los
desequilibrios generados por el poder económico y político, que originan una mayor
vinculación de las minorías étnicas con las economías de mercado locales y las
sociedades nacionales, que trae consigo la pérdida de las culturas y las identidades
étnicas. Igualmente, menciona que es necesario garantizar la libertad cultural como
parte fundamental del bienestar humano. Sostiene que es necesaria la búsqueda de
medios para mejorar las condiciones de vida de las personas que viven bajo lógicas
diferentes a las occidentales, y aumentar el rango de sus libertades culturales.

2.5.3. La dimensión social del bienestar humano y las categorías colectivas base
para su evaluación
El enfoque de las capacidades (EC), como ha quedado entendido, es el fundamento
teórico del desarrollo humano aportado por el PNUD, que se expone en los distintos
Informes del Desarrollo Humano desde 1990. Las aportaciones de Sen (2000) son y
continúan siendo un marco conceptual abierto a efectuar mejoras y adelantar nuevas
contribuciones, que le imprimen su carácter dinámico (Dubois, 2008: 41). Es el caso de
las más recientes aportaciones de Nussbaum (2002, 2003), Gasper y van Staveren
(2003) y los trabajos de Nelson (2004), Robeyns (2005) y Deneulin (2006), entre otros,
que han alimentado una discusión en pro de una configuración de la dimensión social
del bienestar humano. Por último, como se detalla adelante, el propio Informe sobre el
Desarrollo Humano, a partir de 2010, integra la dimensión colectiva en su definición
del desarrollo humano.
52

Una de las críticas más frecuentes efectuadas al EC, es que se trata de una propuesta
que guarda una concepción individualista del bienestar. Así, Gasper (2002), citado por
Dubois (2008: 39), argumenta que si predomina una percepción individualista del
bienestar, la dimensión social del bienestar humano, se tendrá en cuenta únicamente
como una plataforma necesaria o de apoyo para que las personas alcancen el bienestar.
Es decir, se la considera meramente con un carácter instrumental. En cambio, si se
incluyen dentro del propio concepto de bienestar otras categorías analíticas, como es el
caso de considerar aquellas de carácter colectivo, se tendría la posibilidad de contar con
un concepto del bienestar más extensivo. Eso implica que los resultados sociales
formarán parte del mismo y que éste podría ser evaluado tanto en términos de logros
individuales como colectivos. Se trata de una concepción del bienestar que pone de
relieve la especial relevancia de las características del entorno social, sin las cuales
resulta imposible entender el proceso de consecución del bienestar; esa condición le
deja a la dimensión colectiva jugar un papel más intrínseco en la consecución del
bienestar.

Incluso, entre quienes asumen el enfoque de las capacidades de Sen como punto de
partida y base teórica, se ha producido un interesante debate sobre cómo entender el
alcance de las capacidades. Esta discusión se origina desde los primeros años de la
aparición de los Informes del PNUD, donde la definición del desarrollo humano
parecía reducirse a los resultados en las personas, siendo las instituciones meros
instrumentos para alcanzar éstos. Igualmente, ha sido objeto de debate la formulación
del enfoque de las capacidades de Sen, por considerar que no concedía suficiente
fuerza a la dimensión social. A lo largo de las dos últimas décadas, el número de
cientistas sociales que usan el enfoque de las capacidades, ha crecido enormemente, lo
que ha llevado a que el enfoque haya sido objeto de diferentes interpretaciones.

Para Robeyns (2011), existen dos visiones del enfoque del desarrollo humano, en
cuanto el enfoque de las capacidades puede entenderse desde una visión estrecha u otra
amplia. En la visión estrecha, el enfoque de capacidad nos indica la información que
debemos analizar para evaluar ―juzgar― la vida de alguien; este tipo de información
53

es necesaria para cualquier rendición de cuentas del bienestar o de desarrollo humano.


En este uso reducido, el enfoque trata estrictamente de la evaluación de los niveles de
funcionamiento individuales o de los funcionamientos y las capacidades de una
persona. Para ello necesitamos decidir cuáles son los estados y los hechos importantes
para los diversos usos normativos del enfoque ―la selección de funcionamientos y
capacidades― y cómo deben agregarse para hacer la evaluación global del bienestar o
de la libertad para alcanzar el bienestar ―la agregación de las diversas dimensiones―
los diferentes funcionamientos o capacidades de cada persona.

En la visión amplia, el enfoque no solo evalúa las vidas de las personas, sino que
también incluye otras consideraciones en sus evaluaciones. Puede ser desarrollado
como instrumento de evaluación alternativo que remplace el tradicional análisis de
costo-beneficio social. O puede utilizarse como un marco normativo para evaluar y
diseñar las políticas y las instituciones sociales, que van desde el diseño del estado de
bienestar en sociedades relativamente prósperas, las políticas de desarrollo
gubernamentales y no gubernamentales en los países pobres, a las políticas que los
países ricos y las instituciones internacionales emplean ―o aconsejan emplear― en
sus esfuerzos para ayudar a países pobres. Así, desde esta segunda visión, el enfoque
de las capacidades es un marco conceptual válido para una variedad de ejercicios
normativos de evaluación: del bienestar individual; de los acuerdos sociales; y, del
diseño de las políticas y propuestas de cambio social en la sociedad.

En ese marco, Dubois (2008: 43) ofrece una serie de categorías analíticas a ser
consideradas como categorías colectivas del bienestar. Una primera categoría es la
capacidad de afiliación aportada por Nelson (2004), que la considera complementaria a
la concepción de la libertad de Sen (2000); la define como la conciencia que tiene una
persona como ser humano de su relación con otras personas en un espacio social más
amplio y que le da sentido a su existencia. Así la capacidad de afiliación forma parte
intrínseca del bienestar confiriéndole una dimensión social porque va más allá de lo
personal e individual, y, al mismo tiempo, es un medio porque permite emprender
compromisos de alcance colectivo o de interés general. En ese sentido, lo que se
plantea es la necesidad de propender por un desarrollo que tenga en cuenta las
54

motivaciones que hacen que las personas funcionen en grupos como la familia, o
asociaciones de diversa índole que marcan su relación con la sociedad y establezcan su
inserción con el medio ambiente.

De otro lado, los aportes de Nussbaum (2002, 2003) se han dirigido a armar una
propuesta que concibe la justicia social como un objetivo del bienestar humano, donde
se superan un conjunto de necesidades básicas inherentes a todas las personas (Dubois,
2008: 46). Introduce el tema a partir de su crítica frente a la inexistencia de los
conceptos de justicia social y de género en el EC. Señala que esas limitaciones suponen
carencias del enfoque para poder considerarlo como un proceso evaluativo de la
dimensión social del bienestar humano, y propone establecer una referencia normativa
más objetiva, de manera que los funcionamientos puedan evaluarse por su contribución
a alcanzar la buena vida humana. Nussbaum (2002, 2003) enmarca este último
concepto en una concepción de la dignidad del ser y de la vida merecedora de esa
dignidad, expresada en funcionamientos verdaderamente humanos. Recalca la idea de
un ser humano libre y dignificado que plasma su propia vida en cooperación y
reciprocidad con otros y autónomamente.

De otro lado, aunque Nussbaum (2003) no plantea directamente unas categorías


colectivas para la evaluación de la dimensión social del bienestar humano, su decálogo
de capacidades, descrito en un apartado anterior, se constituye en una propuesta de
justicia social que permite a las personas alcancen las capacidades más idóneas para
poder realizarse como seres humanos (Dubois, 2008: 46). Dentro de ésas se incluyen
varias que hacen referencia a las relaciones que se sostienen con otras personas y con el
entorno social y natural. En ese sentido, la propuesta de Nussbaum (2003) y su
decálogo de capacidades, que forman parte de los contenidos de una idea de justicia
básica, aporta a delinear las aspiraciones de una sociedad bajo un enfoque normativo
colectivo del bienestar, que supera la visión individualista del enfoque de las
capacidades de Sen (2000).

En general, no se ha confrontado directamente la cuestión de conformar una propuesta


de posibles categorías colectivas útiles en la evaluación de la dimensión social del
55

bienestar humano. En ese sentido, con base en una discusión adelantada sobre algunas
aportaciones teóricas, se propone un conjunto de categorías idóneas para contribuir a
efectuar una evaluación colectiva de la dimensión social del bienestar humano (Dubois,
2008: 50). Serían las siguientes:

• Bien Público (BP). Es una categoría colectiva que bien podría aportar en la
construcción teórica que fundamente las categorías colectivas posibles de
considerar para evaluar la dimensión social del bienestar humano. Los BP
adquieren su carácter no por sus características inherentes, sino que éstos se
definen socialmente y se construyen de acuerdo con lo que cada sociedad juzga
como imprescindibles y necesarios por su carácter valioso, para que las personas
alcancen el bienestar deseable.

Lo usual es que se consideren los BP como necesarios para conseguir el bienestar


de las personas. Sin embargo, existen determinados BP que son deseables en sí
mismos, dado que el bienestar de las personas depende de su existencia, con
independencia de que a su vez puedan ser instrumento para un mayor bienestar
individual. Ejemplo de lo anterior, son las tradiciones y sus formas de
celebración que una sociedad posee, que se consideran son en sí mismos parte de
un componente colectivo del bienestar, más allá del bienestar que cada persona
consiga en su participación y práctica. No son solo unos instrumentos para
alcanzar el bienestar, sino que en su comprensión cabe una consideración
normativa, y como tales se convierten en categorías válidas para pensar el
bienestar colectivo (Dubois, 2008: 50).

• Capital Social (CS). Es considerado comúnmente como un instrumento


necesario para conseguir la mejor integración de las sociedades al
funcionamiento de los mercados. Sin embargo, se ha planteado la posibilidad de
que el CS sea considerado como una categoría intrínseca del bienestar humano,
lo que exige valorar la capacidad que tenga de ser considerado como objetivo y
parte del mismo desarrollo que se persigue. Como el CS no se genera a partir de
una política pública, y además la asignación de los recursos operan a través del
56

mercado y del Estado para la consecución del bienestar por parte de la sociedad;
se considera inadecuado el CS para crear los valores sociales y las relaciones de
intercambio y redistribución necesarios; por lo anterior, el CS, obra más como un
instrumento funcional del desarrollo.

Bajo esa expectativa, cabe considerar el concepto de CS como una categoría


colectiva que cuenta con la capacidad de contribuir a la evaluación de la
dimensión social del bienestar humano. Pero, para ello, se requiere partir de un
concepto de CS que incluya determinadas características centrales como son las
siguientes: constituir un compromiso compartido de valores sociales que se
expresan en la cantidad y calidad de las relaciones sociales; no se posee por las
personas, sino que su existencia se da en la relación misma, por lo que exige una
dimensión interpersonal; es resultado de un compromiso basado en el hecho de
compartir unos valores, y ese compromiso se encuentra funcionando en la
sociedad (Dubois, 2008: 52 - 55).

• Bienes Sociales Irreductibles (BSI). Los BSI son objetos de valor que no
pueden reducirse a un conjunto de actos, elecciones o predicados de las personas.
Es decir, no pueden explicarse en términos de características individuales, ni
pueden descomponerse en una serie de acontecimientos protagonizados por
personas de manera individual. Los BSI existen más allá de las personas, pero no
pueden existir sin que sean adoptados o asumidos por las personas. Son objetos
de valor para las personas, para la calidad de sus vidas individuales, pero que son
propiedad de la sociedad, que no se encuentran, ni pueden encontrarse, en el
ámbito de cada persona y que, sin embargo, deben incluirse en la valoración de la
justicia y del bienestar individual. A modo de ejemplo, son los sistemas de
normas morales que imperan en una sociedad, los modos de gobierno, los
esquemas interpretativos y discursos a través de los que se entiende y discute el
significado de las acciones y se imaginan formas posibles y deseables de ser con
otros.

La consideración de los BSI como una categoría colectiva capaz de aportar a la


evaluación del bienestar humano, estaría en el reconocimiento sobre su
57

importancia y contribución a explicitar las desigualdades de bienestar en


sociedades culturalmente diferentes, y en comparaciones interculturales. Los BSI,
como una categoría colectiva, no implican la reducción de la importancia de las
libertades individuales para el bienestar, sino que plantean que dichas libertades
están constituidas tanto por bienes particulares como colectivos (Dubois, 2008:
55 – 56).

• Los Bienes Comunes (BC). Se denomina BC a una producción que es


inseparable del bien mismo y que se encuentra en la acción misma que los
genera, y donde los beneficios se perciben mediante una acción compartida. Ésta
última, se sabe, tiene un doble carácter: intrínseca e instrumental al bien mismo.
Una característica de los bienes comunes es que no pueden elegirse, ni
construirse por las personas individuales. Los bienes comunes existen porque hay
una tradición de acción compartida que los hace posibles y donde la gente
participa libremente para alcanzar un bienestar.

El concepto de bien común guarda una connotación de bienestar colectivo, más


allá de las personas individuales, al reconocer que hay bienes, incluyendo
muchos que no son triviales para el bienestar humano, cuyos beneficios pueden
recibirse sólo en una empresa común. El punto es que solo las relaciones
estructuradas en la forma necesaria para impulsar la acción común producen los
bienes comunes. Así, el bien para cada persona puede concebirse solamente por
referencia al bien de otras con las cuales su bien es posible. (Dubois, 2008: 56 -
58).

Los conceptos expuestos aportan a la discusión sobre las categorías colectivas posibles
de considerar en una evaluación sobre la dimensión social o colectiva del bienestar
humano. Las propuestas sobre BP, CS, BSI y BC, cuentan con un profundo sustento y
contribuyen a la conformación de un conjunto de categorías colectivas más adecuadas,
que se enmarcan dentro de la preocupación de contar con categorías que permitan la
evaluación de la dimensión social del bienestar humano. Es un tema todavía inacabado
y requiere de una agenda para continuar con las reflexiones conceptuales, que lleven a
58

asegurar que efectivamente la dimensión social del bienestar en el enfoque del


desarrollo humano no puede limitarse solamente al EC de Sen (Dubois, (2008: 60 –
61).

Dicha preocupación por completar el enfoque de desarrollo humano, ha encontrado eco


en el seno del PNUD. La revisión del concepto de desarrollo humano realizado por el
Informe sobre Desarrollo Humano del año 2010 (PNUD, 2010), supone un giro
importante al introducir la dimensión colectiva como parte integrante de éste. El
informe recoge las críticas hechas a la primera definición, que se centraron en su
carácter individualista. La revisión hecha ―al cumplirse los veinte años de vigencia de
la propuesta del desarrollo humano―, supone el reconocimiento de una carencia que
ahora se subsana con la nueva definición. En ésta, al texto de la definición anterior: “El
desarrollo humano es la expansión de las libertades de las persona para llevar una vida
prolongada, saludable y creativa”; se añade: “conseguir las metas que consideran
valiosas y participar activamente en darle forma al desarrollo de manera equitativa y
sostenible en un planeta compartido. Las personas son a la vez beneficiarias y agentes
motivadores del desarrollo humano, como individuos y colectivamente” (PNUD,
2010). Cabe resaltar que la referencia expresa a que el bienestar debe realizarse de
manera equitativa y sostenible en un planeta compartido supone reconocer la
dimensión colectiva del mismo, en razón al carácter de agencia del desarrollo humano,
que lo convierte en una aventura tanto individual como colectiva.

En consonancia con esa nueva formulación, el Informe afirma que el desarrollo


humano se compone, además de los tradicionales de salud, educación y recursos, de
tres factores: a) bienestar, que supone ampliar las libertades reales de la gente, para que
puedan prosperar; b) empoderamiento y agencia, que permite la acción de personas y
grupos, para llegar a resultados valorables; y, c) justicia, que supone ampliar la
equidad, preservar los resultados en el tiempo y respetar los derechos humanos y otros
objetivos planteados por la sociedad (PNUD, 2010).

Es cierto que otros documentos del PNUD habían introducido categorías que tomaban
en consideración las dimensiones colectivas, especialmente en el proceso de desarrollo
59

de las capacidades ―uno de cuyos elementos centrales son las capacidades


colectivas―, pero faltaba una consideración más integrada en el núcleo mismo de la
concepción del desarrollo humano. El hecho de que el Informe sobre Desarrollo
Humano 2011 de continuidad a ese enfoque, pone de manifiesto el carácter estratégico
de la propuesta al proponer la equidad y la sostenibilidad como referencias centrales
del desarrollo humano.

Desde esa nueva definición, el núcleo constitutivo del desarrollo humano es que cada
sociedad tenga la capacidad de definir y llevar adelante su futuro, lo que comporta un
proceso colectivo de funcionamiento, y que éste responda a objetivos comunes propios
del desarrollo humano. Esta definición enfatiza la importancia que la dimensión
colectiva tiene en la propuesta del desarrollo humano, en dos sentidos: 1) el primero,
que el bienestar colectivo tiene un valor por sí mismo, no solamente como instrumento
para conseguir el bienestar de las personas; 2) el segundo, que la dimensión colectiva
supone prestar atención a las relaciones que se dan entre los distintos agentes,
individuales y sociales, en la definición de sus objetivos y en la forma de alcanzarlos.
El desarrollo consiste en el funcionamiento adecuado de todos los agentes involucrados
en el proceso común de decisión sobre su futuro.

En otras palabras, no hay desarrollo si no hay la capacidad de poner en marcha un


proceso colectivo. Por eso las relaciones entre los agentes resultan cruciales. ¿Qué
condiciones tienen que darse para que de la interacción entre todas las partes se dé un
resultado que permite funcionar como colectivo? El bienestar colectivo implica ese
buen funcionamiento y difícilmente se alcanzarán resultados de bienestar colectivo sin
la existencia de objetivos comunes. No es posible pensar en capacidades de relación
fuertes sin ellos, más bien su calidad y grado de aceptación impulsarán la creación de
capacidades colectivas específicas. En resumen, sin preocupaciones comunes, el
esfuerzo colectivo no encuentra estímulos.

2.5.4. La equidad de género en el desarrollo humano


El enfoque sobre las capacidades (EC) propuesto por el PNUD (1990), tal como viene
siendo tratado, se basa en considerar al individuo como un ser que puede desplegar
60

todas sus potencialidades y oportunidades para poder llevar una vida productiva y
creativa, conforme al sentido de vida que espera sostener; a partir de los logros de la
persona que le permiten ser o hacer y la libertad que tiene una persona para escoger
entre diferentes maneras de vivir. Este enfoque, según los primeros Informes de
Desarrollo Humano, consideró al ser humano en sentido genérico, lo que puede
añadirse a las críticas que se han venido exponiendo al EC, en razón a la ausencia de
una perspectiva de género en el desarrollo humano, dadas las disparidades y
desigualdades que se mantienen entre mujeres y hombres a nivel planetario.

Lo que reportan los Informes sobre Desarrollo Humano citados, es que se mantienen
todavía desigualdades de género que muestran como las mujeres asumen ciertas
discriminaciones en la atención en salud, educación y el mercado laboral, viviendo en
contextos de violencia doméstica y maltrato, entre otros, con fuertes repercusiones
negativas en el ejercicio de sus libertades. Esas diferencias de género muestran como
en países cuya distribución del desarrollo humano es desigual, corresponde a una alta
desigualdad entre hombres y mujeres, pese a los avances y logros del desarrollo
humano consignados en los primeros informes del PNUD.

El Informe sobre el Desarrollo Humano del año 1995 La revolución hacia la igualdad
en la condición de los sexos (PNUD. 1995: 41), aborda el tema de la equidad de género
en el desarrollo humano y el empoderamiento de la mujer; se adentra en señalar la
persistencia de la privación y la desigualdad social existente en el mundo. Sostiene este
informe que aún se mantiene un déficit en el desarrollo humano de la mujer, con
grandes limitaciones institucionales, jurídicas y socioeconómicas, que impiden el
acceso de la mujer a las oportunidades económicas y sociales. Se mantienen las
disparidades entre hombres y mujeres en cuanto a la obtención de ingresos y beneficios
sociales. Se estima que de los 1.300 millones de personas en condiciones de pobreza,
más del 70% son mujeres; consecuencia precisamente de las desiguales históricas entre
hombres y mujeres (PNUD. 1995: 43); esas desigualdades señaladas con énfasis en los
países en vías de desarrollo, se pueden sintetizar en los siguientes términos:
61

• En referencia a la educación: todavía existe un volumen de población que se


considera analfabeta, de los cuales las mujeres superar en dos veces más que los
hombres; y las niñas constituyen la mayoría de los menores que carecen de
acceso a la escuela primaria.
• En referencia a la salud: aún, y anualmente, se causan casi medio millón de
defunciones por las complicaciones del embarazo en mujeres en edad de
procrear. La atención del parto y los que requieren una atención de emergencia
durante el alumbramiento, así como la atención prenatal o postnatal, son todavía
problemas por resolverse, porque no se cuenta con las coberturas institucionales
y la disposición de agentes de salud calificados, entre otros.
• En referencia a los ingresos: se reconoce que de las tasas de desempleo
existentes, las de la mujeres son las más altas. El salario medio percibido por las
mujeres representa solo las tres cuartas partes del salario por los hombres.
• En referencia al acceso al crédito y a la tecnología: el trabajo de las mujeres
queda al margen de las principales acciones y programas de desarrollo, en razón
a que los hombres mantienen el control de activos e insumos sobre las tierras,
crédito, semillas, tecnología e infraestructura. Eso implica limitaciones en el
acceso de las mujeres al crédito por carecer de garantías reales; junto con la
limitada educación femenina y los complejos procedimientos de trámite de
préstamos, acentúan la falta de acceso de la mujer a los beneficios del crédito.
• En referencia a la vida política: se sabe que el 50% de los censos electorales
en el mundo corresponde a las mujeres, sin embargo, solo un 10% de los escaños
de los parlamentos del mundo y un 6% de los puestos en gabinetes nacionales
son ocupados por las mujeres. Esa denegación de oportunidades políticas a la
mujer obedece a importantes limitaciones culturales y sociales existentes todavía.

El anterior contexto destaca un conjunto de iniquidades de género que todavía


coexisten en algunos países, muy particularmente aquellos considerados en vías de
desarrollo; afirmación según López (2005: 4) siguiendo los argumentos de Boserup
(1993), Shiva (2006: 158), las catalogan como producto del modelo de desarrollo
prevaleciente, dado su carácter excluyente e injusto del mismo. Considerar un
escenario donde sea posible un papel de la mujer armónico con la justicia y la equidad
62

de género en el desarrollo humano en un mundo globalizado, implica en consideración


de tener en cuenta las siguientes dimensiones López (2005: 10) y Shiva (2006: 159): 1)
reconocer los roles que mujeres y hombres desempeñen en sus comunidades; 2)
reconocer que es un derecho humano fundamental; 3) reconocer que es una
construcción sociocultural, que encarna una diferenciación social, económica y
política. Señalan la importancia de involucrar un sentido ético y político, que permita
promover el derecho a contar con un desarrollo humano equitativo entre mujeres y
hombres, superando las fuentes históricas de dominio y la opresión del mismo.

De otro lado, López (2005: 14 - 16), Shiva (2006: 159), coinciden que el concepto de
género incorpora relaciones de poder y oportunidades desiguales; excluyente en el
acceso al poder y en el ejercicio en todos los ámbitos de la vida entre hombre y
mujeres. En correspondencia con esas ideas de exclusión y poder, el concepto de
empoderamiento es asumido como un proceso mediante el cual las mujeres, individual
y colectivamente, toman conciencia sobre cómo las relaciones de poder operan en sus
vidas y ganan la autoconfianza y la fuerza necesarias para cambiar las desigualdades de
género en el hogar, la comunidad y a nivel local, nacional, regional e internacional
(López, 2005: 29).

Esas discusiones han estado en el marco de las preocupaciones del PUND, al sostener
que el desarrollo humano debe abarcar temas críticos para entender las condiciones
entre hombres y mujeres, así como un desarrollo que continua siendo débil e
inequitativo, y procurar la inclusión de las mujeres en los proceso de desarrollo.
Complementariamente con lo anterior, se encuentran los esfuerzos por innovar la
medición del IDH, de manera que incluyan la dimensión del género en el desarrollo
humano. El Informe sobre el Desarrollo Humano del año 1995 introdujo dos
indicadores para medir las desigualdades de género: 1) el Índice de Desarrollo de
Género (IDG), que mide la distancia entre hombres y mujeres, ajusta el IDH en función
de la igualdad entre los sexos en materia de esperanza de vida, nivel educacional e
ingreso; 2) Índice de Potenciación de Género (IPG), que mide la posición de las
mujeres en relación a la participación política y económica. Los resultados en la
aplicación de los dos indicadores señalados, si bien muestran logros importantes en los
63

alcances del desarrollo humano, hace énfasis en señalar que en la mayoría de los países
en desarrollo aún es restringido el acceso y la participación de las mujeres a los
espacios del poder económico y político, y que en todos los países del mundo, las
mujeres constituyen una verdadera minoría en relación con el ejercicio de un poder real
o de participación en la toma y adopción de decisiones (PNUD, 1995: 82 - 96).

Recientemente, el Informe sobre Desarrollo Humano de 2010 ha elaborado un nuevo


indicador, el Índice de Desigualdad de Género (IDG), que amplía la medición de la
desigualdad de género, en términos de exponer las diferencias existentes en la
distribución de los logros alcanzados por mujeres y hombres por el desarrollo. Estudia
los temas de salud, los niveles educacionales, la participación económica y política,
logrados por las mujeres como supuesto esencial de las desigualdades.

Los esfuerzos del PNUD en los últimos 20 años, son significativos para mantener el
enfoque de desarrollo humano vigente y como referencia en la conformación de las
políticas públicas a nivel nacional. Los esfuerzos han sido notables al introducir, no
solo las conceptualizaciones y las mediciones, respecto a monitorear precisamente esas
desigualdades e inequidades que el desarrollo genera en la sociedad, y en particular
entre mujeres y hombres. Sus conceptos, mediciones y propuestas ofrecen importantes
luces sobre patrones de progreso y han señalado el rumbo para un desarrollo centrado
en las personas con equidad de género.

2.6. Crítica sobre los aportes al concepto de bienestar a la luz del desarrollo
humano
Lo reseñado en los numerales anteriores ha permitido entender cómo ha ido
cambiando, a partir de cada una de las teorías expuestas, la idea del bienestar. La tabla
3 aproxima lo que podría ser la historia sobre el concepto de bienestar, sin pretender
marcar un orden cronológico ni la evolución del mismo. Es un insumo de ayuda para
extraer unas conclusiones preliminares sobre este concepto, que permitan exponer el
marco teórico a utilizar para entender el concepto de bienestar para los pueblos
indígenas de la Amazonia colombiana.
64

Tabla 3. Corrientes de pensamiento que han abordado el concepto de bienestar


Corrientes de Época Propuestas de bienestar
pensamiento
Se relaciona con las acciones de los individuos en una
comunidad; escenario caracterizado por la influencia
de factores externos e internos: los primeros son todos
aquellos bienes corporales y materiales a los que un
individuo tiene acceso; mientras que los segundos son
definidos por los bienes del cuerpo y los bienes del
alma o anímicos. De acuerdo con una jerarquización:

• Nivel inferior. Los bienes externos y los


corporales son medios para la obtención de otros
fines; no son deseados por sí mismos, sino por el
Aristóteles Antigua bienestar que producen.
• Nivel superior. Los bienes del alma; incluye una
categorización interior, que considera al de la
razón como el más alto estado de bienestar,
dejando al placer en un segundo lugar, por
considerarse que es efímero.
• La razón puede conducir al verdadero bienestar
humano. Donde el individuo alcanza sus
mayores niveles de felicidad, luego de hacer las
cosas no necesariamente de acuerdo a ciertas
normas inconscientes de moral, sino como
resultado de un actuar racional.
El sistema clásico trazó las bases de la economía como
ciencia, expuso los principios sobre el individualismo
y el liberalismo económico, intrínsecos en el
funcionamiento del sistema capitalista, y su devenir
como doctrina dominante.

Sentó las bases del concepto de bienestar a través del


pensamiento de Smith, según el cual la conducta
Segunda mitad humana es movida por principios esenciales como: el
Escuela clásica
del siglo XVIII amor de sí mismo, la simpatía, el deseo de ser libre, el
sentido de la propiedad, el hábito del trabajo y la
tendencia a cambiar una cosa por otra.

Fundamentó la importancia de ejercer la libertad para


satisfacer los intereses de los individuos, y el mercado
como regulador social, que permite impulsar el bien
común. Se cimienta la idea del progreso lineal
justificado por los desarrollos tecnológicos.
La teoría del bienestar asume la concepción utilitarista
del valor, toma como único parámetro para medir el
bienestar de una persona: su utilidad individual. Se
Siglos XVII al
Utilitarismo entiende en términos del placer o la satisfacción
XIX
producida por la realización de deseos o aspiraciones.

La idea de bienestar bajo la noción utilitarista distingue


65

tres formas de interpretar la utilidad misma: como


elección; como felicidad y como satisfacción de los
deseos de los individuos, y el bienestar de una
sociedad a través de la suma de tales utilidades
individuales.

Reduce el concepto de bienestar a los aspectos


económicos, que precisan utilizar las preferencias de
consumo como medida de la utilidad, eliminando la
forma como cada individuo construye su idea de
bienestar.
Consideran al mercado como la única institución social
que permite la construcción del concepto de bienestar;
donde es permitido al individuo desarrollarse
libremente, en términos de sus valores, y suplir sus
necesidades.

El nuevo orden social ya no estaría determinado por


los individuos, sino por las nuevas fuerzas de mercado
que coordinan las diferentes acciones de los individuos
y llevan a la economía a una asignación eficiente de
los recursos, que implicaría alcanzar el logro de un
bienestar social.

Desde la perspectiva del óptimo de Pareto todos los


Finales del siglo
individuos obedecen a la lógica de la maximización.
Economía XIX y primeras En el marco de esta teoría, la construcción del
neoclásica décadas del siglo bienestar social supone la pérdida de libertad de
XX elección del individuo. En referencia a la economía del
bienestar, Pareto afirma que ésta se sostienen sobre dos
teoremas que desde su perspectiva son fundamentales:

• El primer teorema dice que, bajo ciertas


condiciones, todo equilibrio competitivo de
mercado es eficiente en el sentido de Pareto.
• El segundo teorema establece que, en
condiciones más restrictivas, todo estado [de
bienestar] que sea eficiente en el sentido de
Pareto, es un equilibrio competitivo. Se refiere a
la forma como se distribuyen recursos y
riquezas en una economía de mercado para
alcanzar un equilibrio social.
El concepto de crecimiento económico se convirtió en
sinónimo de progreso social y de bienestar social. El
crecimiento económico debía servir para llevar a cabo
el mejoramiento del bienestar de los individuos que
El enfoque
Mediados del conforman la sociedad. El crecimiento como fin en sí
economicista
siglo XX mismo.

El modelo de contabilidad nacional, propuesto antes de


los años setenta, parecía resolver el problema de la
medición del bienestar. El PIB se constituiría en la
66

medida de bienestar material de una sociedad, y por


tanto, la construcción del concepto de bienestar, estaría
explicado por la cantidad de bienes materiales y
servicios que disponen los individuos para satisfacer
sus principales necesidades.

El Banco Mundial (BM) y la OIT (1976) concuerdan


en la necesidad de cambiar las estrategias del
desarrollo a favor de la creación de empleo y la
satisfacción de necesidades humanas básicas, y en
beneficio de los sectores poblacionales más
vulnerables de los países subdesarrollados. La CEPAL
introduce el método de las necesidades básicas
insatisfechas (IBI), para caracterizar la pobreza a partir
de la información de los censos de población y
vivienda levantados a nivel nacional. El método de
NBI no ha sido adecuado para la medición de la
pobreza, porque no ha logrado contar con un indicador
de bienestar teóricamente sólido dispuesto a evaluar las
necesidades insatisfechas, dadas las limitaciones de
orden para conocer la incidencia de la pobreza.
Los funcionamientos y capacidades constituyen el
concepto de bienestar social:

• Los funcionamientos hacen referencia a los


logros de una persona; algo que consigue ser o
hacer. Abarcan desde cosas como estar
suficientemente alimentado, tener buena salud,
evitar posibles enfermedades y mortalidad
prematura, hasta ser feliz, tener dignidad,
participar en la vida de la comunidad, entre
otros.
• Las capacidades, representan la libertad que
tiene una persona para escoger entre diferentes
maneras de vivir: las capacidades para funcionar
Teoría del
Desde la década reflejan lo que una persona hace y puede hacer.
bienestar de
de los años 80
desarrollo
del siglo XX El bienestar se entiende como la libertad que tienen los
humano
individuos para elegir los funcionamientos que más
valoran, y que consideran contribuyen con el ideal de
vida deseada.

Las capacidades están ligadas a un elemento


denominado libertad de agencia o autonomía de
agencia. Se entiende como la libertad de realización en
la cual una persona puede escoger su proyecto de vida
dentro de las alternativas de proyecto de vida que la
sociedad le ofrece.

Frente a la globalización se propone separar el


problema cultural del económico. Las oportunidades
culturales en una situación de igualdad y autonomía,
67

así como oportunidades económicas; las sociedades


tradicionales deciden que hacer respecto a sus modos
de vida; la participación en los debates públicos; el
estar bien informado e instruido y la libertad de los
medios de comunicación.
La dimensión social del bienestar humano (BH) y
las categorías colectivas. Critica al enfoque de las
capacidades, por ser una propuesta con una concepción
individualista del bienestar. La dimensión social del
BH es una concepción del bienestar que enfatiza las
características del entorno social, como
imprescindibles para la consecución del bienestar. Se
introduce la dimensión colectiva como una concepción
más intrínseca en la consecución del bienestar.
La equidad de género. Este enfoque aborda el tema
de las desigualdades de género; muestra la existencia
de ciertas discriminaciones en contra de las mujeres en
referencia a la atención en salud, educación y el
mercado laboral, viviendo en contextos de violencia
doméstica y maltrato, entre otras, con fuertes
repercusiones negativas en el ejercicio de sus
libertades.

Los informes sobre el desarrollo humano del PNUD a


partir del año 1995, han aportado conceptualizaciones
y mediciones, en referencia a monitorear las
desigualdades e inequidades que el desarrollo genera,
en particular entre mujeres y hombres. Se cuenta con:
el Índice de Desarrollo de Género (IDG), que mide la
distancia entre hombres y mujeres; el Índice de
Potenciación de Género (IPG), que mide la posición de
las mujeres en relación a la participación política y
económica.

El PNUD (2010), introduce el Índice de Desigualdad


de Género (IDG), muestra las diferencias en la
distribución de los logros alcanzados por mujeres y
hombres por el desarrollo.
Fuente. Elaboración propia

De acuerdo con la anterior síntesis, el bienestar es un concepto que ha sido objeto de


atención y discusión en los últimos tres siglos ―XIX, XX y la primera década del
XXI―. Se resaltan las diferentes tendencias de pensamiento que sentaron las bases del
sistema capitalista y su papel en la mundialización, que permitieron una atención y uso
de ese concepto. La corriente economicista, según la cual el bienestar solo puede
considerarse a partir de los ingresos y el nivel de maximización de la utilidad de los
individuos; donde el mercado se constituye como la única institución social que
68

permite la construcción del concepto de bienestar y donde es permitido al individuo


desarrollarse libremente, en términos de sus valores, y suplir sus necesidades. El
concepto de desarrollo se convirtió en sinónimo de progreso social y de bienestar
social. Se proclamó el crecimiento económico como el referente para llevar a cabo el
mejoramiento del bienestar de los individuos que conforman la sociedad. El PIB se
constituiría en la medida oficial del bienestar material de una sociedad, y, por tanto, la
construcción del concepto de bienestar estaría explicado por la cantidad de bienes
materiales y servicios que disponen los individuos para satisfacer sus principales
necesidades.

Muy especialmente, desde las últimas tres décadas del siglo XX, han existido otros
planteamientos críticos que en la búsqueda de construir un concepto del bienestar. El
trabajo de Sen (1997) constituye el aporte más relevante de las críticas ―junto con la
de otros autores―, que se han venido exponiendo frente a los trabajos que se adelantan
en la definición e instrumentalización de las nociones del bienestar.

Lo visto hasta aquí y, a través de las diferentes críticas a las corrientes de pensamiento
que han abordado el concepto de bienestar, permiten concluir que el bienestar no puede
enmarcarse solamente a partir de la medición de condiciones objetivas referentes a la
disponibilidad de recursos materiales. Se considera que el paradigma del desarrollo
humano es un enfoque pertinente para contextualizar el bienestar humano para los
pueblos indígenas que se intenta plantear; sus lineamientos y fundamentos se
constituyen en un referente conceptual que permitirán enmarcar esa perspectiva
temática. El desarrollo humano considera que son relevantes, la protección de todos los
derechos humanos, las habilidades y las opciones de los individuos de ser capaces de
satisfacer sus propias necesidades, la igualdad de oportunidades; la construcción de una
equidad universal, la cual conlleve al mejoramiento de las oportunidades vitales para
las generaciones actuales y futuras; sobre la base de una gobernabilidad, donde exista
una sociedad civil fortalecida y participativa y unos gobiernos responsables.

La noción de bienestar humano de los pueblos indígenas que se espera plantear,


conjuga dos aspectos fundamentales de sus modos de vida. De una parte, la
69

satisfacción de las necesidades básicas de subsistencia y satisfacción de los gustos


individuales facultará entender, también, la forma en la que el sujeto se vincula al
universo socio-cultural y lingüístico al que pertenece, dando cuenta de su vivencia
individual y social en el entorno natural. Se comprende entonces cómo los
planteamientos de Aristóteles sobre el bienestar como ética, los funcionamientos y las
capacidades de Sen (1997), al igual que la propuesta de Nussbaum (1998) sobre las
capacidades humanas básicas de tipo virtuoso, permitirán conceptualizar el bienestar
de los modos de vida indígena, los cuales relacionan: de una parte la existencia de
pluriactividades de autosuficiencia alimentaria como la agricultura, la cacería, la pesca,
la recolección, la transformación; de otro lado, asumen valores morales referidos las
redes de solidaridad, la cooperación familiar, el respeto del principio de la reciprocidad
y el reconocimiento de una autoridad tradicional, que conoce el medio ambiente y
facilita los convenios con los seres de naturaleza para garantizar la vida.

Este capítulo ha tenido como propósito mostrar las principales discusiones en torno al
concepto de bienestar. Después de lo cual, es pertinente adentrarse ahora en el tema de
los enfoques de medición que se han adoptado para medir el bienestar. A continuación,
se reseñarán las principales propuestas sobre indicadores de bienestar, en tres
direcciones: 1) los indicadores convencionales producidos por la OCDE, la ONU
(Sistema de Estadísticas Sociales y Demográficas), y el enfoque de necesidades básicas
insatisfechas de la CEPAL; 2) los indicadores de desarrollo humano propuestos por el
PNUD a través de sus informes de desarrollo humano; 3) los indicadores para pueblos
indígenas, a partir de las propuestas del BID, del Convenio de Diversidad Biológica.
Igualmente, lo desarrollado a partir de las iniciativas de la ONU, y los planteamientos
surgidos por el denominado pacto de Pedregal, que corresponde a los avances por la
CEPAL y el Fondo Indígena.
71

3. INDICADORES DE BIENESTAR
A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, el énfasis para medir el bienestar de una
sociedad había estado restringido a la teoría económica y al empleo del PIB como
indicador de bienestar. Sin embargo, como consecuencia de las deficiencias de esos
instrumentos de medición y de la necesidad de ampliar el contenido del concepto de
bienestar al ámbito social, a comienzos de los años setenta aparecen otros enfoques
indicadores con énfasis en lo social, que intentan medir el bienestar a través de
variables no monetarias, frente a la preocupación por mejorar la situación de la relación
entre el ser humano y sus necesidades, y las cuestiones relativas a la calidad de vida.
Entre esas propuestas, se anotan: el método para identificar las carencias críticas en una
población como son las necesidades básicas insatisfechas (NBI), en el marco de la
preocupación por la pobreza y la desigualdad resultante de la participación y posición
socioeconómica en una sociedad específica; los avances sobre el Desarrollo Humano, a
partir de los años 90. Se logra introducir nuevos conceptos que permitirán desarrollar
otros instrumentos de medición de la pobreza y la calidad de vida, como es el índice de
desarrollo humano (IDH).

Esta es una tendencia, cuyas discusiones se han ampliado a otros espacios


institucionales, para conformar una diversidad de indicadores sociales y culturales,
como la esperanza de vida, la mortalidad infantil, la morbilidad, los niveles de
educación, la tasa de analfabetismo en adultos, entre otros. Incluso organizaciones
multilaterales como el Banco Mundial, el PNUD, la UNICEF, entraron a ser
protagonistas de esos procesos, a partir de contar con estadísticas sobre esas variables y
conformar indicadores convencionales. También se generó un movimiento para la
conformación y aplicación de indicadores de bienestar, como resultado de la
preocupación de diferentes organizaciones a nivel multilateral, entre las que destacan:
72

el Programa para la elaboración de los indicadores sociales de la Organización para la


Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); el Sistema de Estadísticas Sociales y
Demográficas de la ONU (SESD), y el método de las necesidades básicas insatisfechas
(IBN) de la CEPAL.

3.1. Indicadores convencionales de bienestar desde los organismos multilaterales


En general, se puede afirmar que la construcción conceptual de indicadores sociales ha
avanzado a partir de asumir la ubicación del individuo o la sociedad dentro de los
elementos que constituyen la idea de bienestar en diferentes momentos del tiempo. En
ese sentido, los indicadores sociales han contado con un objetivo general que engloba
una medición de un tipo de bienestar social, unas condiciones de vida, entre otros. Su
pertinencia según Zarzosa (1996)9 y de acuerdo con las ONU (1960), proporciona los
esquemas conceptuales y metodológicos adoptados con el propósito de
instrumentalizar los componentes del nivel de vida, tales como: la educación, salud y
vivienda, entre otros. Hasta ese entonces, la construcción de indicadores, se
consideraba como unas simples medidas estadísticas sobre aspectos temáticos
particulares.

3.1.1. El programa sobre indicadores sociales de la Organización para la


Cooperación y el Desarrollo Económico - OCDE
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es un
organismo que agrupa a 34 países, que integra a los más ricos desde una consideración
económica, y que, en conjunto suponen el 70% del mercado y representan el 80% del
PNB mundiales. A través de esta institución, los países miembros intercambian
información y armonizan sus políticas con el objetivo de avanzar en su crecimiento
económico y asistir a su desarrollo y al de otros países no miembros. Su ámbito
misional lo cumple a través de los siguientes objetivos: contribuir a una sana expansión
económica; favorecer el crecimiento del comercio mundial sobre una base multilateral
y no discriminatoria acorde con las obligaciones internacionales; cometer la mayor
9
Zarzosa (1996) de acuerdo con el documento “Definición Internacional y Medida de los Niveles de
Vida” (ONU, 1960), ofrece una referencia sobre los “componentes del nivel de vida: 1)salud, 2)
Consumo de alimentos y nutrición, 3) Educación , 4) Empleo y condiciones de trabajo, 5) Vivienda, 6)
Seguridad Social, 7) Vestido, 8) Recreo, y 9) Libertades Humanas”.
73

expansión posible de la economía y el empleo y un progreso en el nivel de vida,


manteniendo la estabilidad financiera; contribuyendo de esta manera al desarrollo de la
economía mundial (OCDE, 2011).

La OCDE bajo el lema “el crecimiento no es un fin en sí mismo, sino un medio para
crear condiciones de vida mejores”, creó un Grupo de Trabajo en el año 1971, para el
estudio e implantación del Programa de Indicadores Sociales (OCDE, 1976). Esta
organización desarrolló un concepto de bienestar social, que en su sentido básico no es
sinónimo del bienestar de la sociedad, sino de los seres humanos considerados
individualmente, y la forma en que está influenciado por sus relaciones con otros seres
humanos y el entorno físico (Zarzosa, 1996). Desde el año 1973, la OCDE consideró
que, dentro de un programa de indicadores sociales, era pertinente incluir los
indicadores de percepción, los cuales miden los aspectos subjetivos del bienestar. Sin
embargo, esta iniciativa solo duró hasta 1976, cuando se reconoce que no fue posible
encontrar una medida adecuada que diera tratamiento a los aspectos subjetivos del
bienestar. El grupo de trabajo finalizó su labor en 1982, dejando conformada La lista
OCDE de los indicadores sociales. El enfoque de los indicadores sociales como
instrumento de la medición del bienestar social, parte de la idea de que éste es un
concepto multidimensional; considera que los indicadores no deben ser simples
estadísticas sociales, sino que tiene que satisfacer diversas exigencias ligadas en
general a las funciones a que se destinan (OCDE, 1985). Al respecto afirman Chasco y
Hernández (2003), que esta primera lista de indicadores sociales, adoptada en el ámbito
internacional, ofreció un marco que facilitó a los países miembros establecer la medida
de bienestar social sobre bases comparables entre ellos.

En ese sentido, la OCDE logró realizar una primera experiencia, recopilando una
información aportada por los países miembros para los años 1950 a 1980. Los
resultados de este proceso estuvieron restringidos inicialmente a las preocupaciones
comunes de la mayoría de los países miembros, donde se resaltan los siguientes: 1)
deben estar basados en los productos finales que describan un resultado final, dejando a
otras estadísticas la cuantificación de productos intermedios; 2) deben formar parte de
una plataforma que cubra el conjunto de todas las preocupaciones sociales; 3) deben
74

corresponder a la preocupación social a la que se aplica y, trascender una descripción


estrecha de un fenómeno social.

Lo anterior implicó el desarrollo de una metodología, la cual partía por definir las áreas
o campos objetivos10 del bienestar; a su vez dentro de cada campo, se determinó una
lista de preocupaciones sociales básicas, las cuales se dividieron a su vez en otro tipo
de preocupaciones. Con estos insumos se elaboró una lista de indicadores como medida
de los niveles de las preocupaciones sociales. A cada uno de los indicadores, se le
estableció una especificación, directrices, estadísticas y clasificaciones. En este sentido,
para la OCDE era posible lograr una representación de la estructura del bienestar
individual bajos sus aspectos fundamentales, en la medida en que ellos aparecían como
cuantificables y significativos para informar a la acción gubernamental (Zarzosa,
1996). En el informe de 1982 no se incluyen los indicadores sociales, ni los indicadores
de percepción, ni las preocupaciones subjetivas. Lo anterior lo justifica la OCDE
argumentando según Zarzosa (1996), que un pequeño número de preocupaciones
sociales no se presta a la cuantificación actualmente, y considera que tal situación es
posible no se va a modificar en un futuro próximo.

3.1.2. El sistema de estadísticas sociales y demográficas – SESD de la ONU


El estudio de los indicadores sociales de la ONU tiene como base el Sistema de
Estadísticas Sociales y Demográficas (SESD). Éste contó, desde sus inicios, con un
soporte conceptual que delineó la estructura de un sistema de indicadores sociales y
estadísticas demográficas (ONU, 1975). Fruto de lo anterior, se generaron las
directrices preliminares sobre indicadores sociales (ONU, 1978), las cuales permitían
distinguir entre indicadores pertinentes y operativos, según el nivel de desarrollo que
presentaban los países miembros ―países menos adelantados, países en desarrollo,
países desarrollados―. Posteriormente, se publicó un manual sobre indicadores
sociales (ONU, 1989). Básicamente el SESD utiliza una estructura para la integración
de las estadísticas sociales y demográficas, estadísticas económicas, entre otras;
centrando su atención en el bienestar de los individuos, las familias y los hogares.

10
La OCDE, distingue ocho campos objetivos a saber: 1) Salud, 2) Educación y adquisición de
Conocimiento, 3) Empleo y Calidad de Vida Laboral, 4) Tiempo Libre, 5) Capacidad Adquisitiva de
Bienes y Servicios, 6) Medio Ambiente Físico, 7) Entorno Social y 8) Seguridad de las Personas.
75

Sobre la base de suponer unas condiciones particulares de vida a través de las cuales se
define un estado de bienestar.

Los indicadores sociales propuestos y aplicados por la ONU, través del SESD, cubren
una amplia gama de temas11. La División de Estadística del Departamento de Asuntos
Económicos y Sociales de la Secretaría de las Naciones Unidas se encarga de su
compilación, con base a diversas fuentes de información, nacionales e internacionales.
La ONU los ha utilizado en diferentes conferencias, que han abordado temáticas en
relación con la mujer, población y desarrollo, desarrollo social y la infancia.

El SESD considera como indicador social, las series resumidas y relativas al estado y a
las tendencias de las condiciones de vida, a la disponibilidad y desempeño de los
servicios sociales conexos. Así mismo, considera como indicador a las construcciones
basadas en observaciones y normalmente cuantitativas, que dicen algo acerca del
aspecto de la vida social en el que existe interés o acerca de los cambios que están
teniendo lugar en él (Zarzosa, 1996). Este autor afirma que la finalidad del SESD es
mostrar qué datos conviene reunir sobre los seres humanos, tanto individualmente
como en grupos, y sobre las instituciones con que están relacionados y cómo deben
organizarse estos datos para obtener un sistema de información que sea útil para
describir, analizar y adoptar políticas en las diferentes esferas de la vida social. El
SESD analiza la información de la situación y cambios de la colectividad en los
aspectos demográficos y sociales, aplicando una metodología que comprende: dividir
el bienestar en materias; dentro de cada materia, se determina una lista objetivos, éstas,
a su vez, están divididas en objetivos específicos; al final se elabora una lista de
indicadores como medida de los niveles de los objetivos.

De acuerdo con Zarzosa (1996), los indicadores sociales de la ONU son descriptivos a
diferencia de los de la OCDE, que son normativos o valorativos. Argumenta esta
diferencia al considerar que los indicadores sociales presentados por el SESD intentan

11
La lista de temáticas abordadas por las Naciones Unidas son las siguientes: 1) población, 2)
formación de la familia, familias y hogares, 3) aprendizaje y servicios de enseñanza, 4) actividades
Remuneradas y Personas Inactivas, 5) Distribución del Ingreso, el consumo y la acumulación,
6)Seguridad social y servicios de bienestar social, 7) Salud, servicios de salud y nutrición, 8) La vivienda
y su medio ambiente, 9) Seguridad y orden público, 10) Uso del tiempo, 11) Tiempo libre y cultura 12)
Estratificación y movilidad sociales.
76

ser útiles al momento de analizar los diferentes aspectos del bienestar social, mientras
que la OCDE pretende que los indicadores midan el grado en que son alcanzados los
objetivos aceptados como tales en cuanto al bienestar de las personas. Otra
consideración hace referencia a los diferentes aspectos que se incluyen al momento de
analizar el bienestar. Mientras la OCDE pretende medir los estados finales del
bienestar, la metodología de la ONU precisa ser más completa, al analizar no sólo los
resultados finales, sino los medios o instrumentos para alcanzar dichos resultados. En
cuanto a los criterios utilizados para construir el concepto de bienestar, existen ciertas
diferencias entre los dos organismos internacionales. Por ejemplo, en el SESD no se
incluye el medio ambiente, ni temas de participación social y política, que sí se
consideran en la OCDE, y se abarcan aspectos relativos a la familia y al crecimiento y
distribución de la población, que no se incluyen en la OCDE.

En referencia a las metodologías usadas, tanto por la OCDE como por el SESD,
Collado (1992) afirma que estos nuevos enfoques dieron excesiva importancia a los
indicadores sociales de carácter objetivo, colocando con ello el concepto de bienestar
social en un nivel de neutralidad valorativa, que lo hacía aplicables a todo grupo social
o cultural sin distinción de las necesidades y de la jerarquía de valores específicas de
cada grupo. De este modo, la construcción del concepto de bienestar presenta
limitaciones al dejar de lado los indicadores subjetivos, útiles al momento de conocer
las apreciaciones que tiene los individuos sobre su propio bienestar. De otra parte, el
carácter desagregado de los indicadores resulta ser otro limitante en la construcción de
un concepto de bienestar social. Los indicadores permiten conocer una medida de los
componentes que participan en el bienestar. En ese sentido, Zarzosa (1996) sostiene
que no se trata solo de medir de forma aislada, el estado de los componentes del
bienestar, sino el resultado que los estados de tales componentes conjuntamente
proporcionan.

3.1.3. El enfoque de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI)


A finales de los años cincuenta, los procesos de modernización en las economías del
tercer mundo, registran unos impactos negativos frente a ritmos de crecimiento
económico que advertían dificultades en los avances del desarrollo, en razón a los
77

delimitados mercados internos, altas inflaciones y desequilibrios económicos, entre


otros, que trajeron consigo crecientes problemas sociales (Bustelo, 1992). Según este
autor, el desarrollo que se produjo no alivió los niveles de pobreza y sí, por el
contrario, tendió a aumentar las desigualdades sociales. A finales de los años sesenta se
produjo un giro hacia un enfoque de las Necesidades Básicas, el cual otorgaba menor
importancia al crecimiento económico y daba mayor realce a aspectos como la
generación de empleo, reducción de las desigualdades sociales y la satisfacción de las
necesidades básicas. En referencia a este último concepto, la Conferencia Mundial
sobre el Empleo de la Organización Mundial del Trabajo (OIT, 1976), introdujo el
enfoque de las necesidades básicas mediante el cual se establecieron aquellas que se
consideraban esenciales para la vida humana, como la alimentación, la salud, la
educación, entre otras, de las cuales sus niveles de insatisfacción indicaban una
ausencia de desarrollo (Bustelo, 1992).

El Banco Mundial (BM), hacia el año 1974, encomendó a Hollis Chenery la realización
del estudio Redistribución con crecimiento, que aborda los aspectos teóricos y
prácticos de los problemas de la pobreza y muestra las experiencias de desarrollo y los
fundamentos de las políticas en términos de su impacto sobre la pobreza. Este estudio
plasmó una realidad: que el crecimiento experimentado por los países subdesarrollados
no había generado ningún beneficio a la población, y que el mismo se distribuía de
manera desigual entre países, regiones, dentro de países y entre grupos
socioeconómicos. Mostró como el patrón de crecimiento desigual no sufría ninguna
modificación dado el limitado acceso a la tierra, al crédito, la educación y el empleo.
Así mismo, a mediados de los años setenta, el BM y la OIT, en un esfuerzo asociado,
concuerdan en la necesidad de cambiar las estrategias del desarrollo a favor de la
creación de empleo y la satisfacción de necesidades humanas básicas, y en beneficio de
los sectores poblacionales más vulnerables de los países subdesarrollados. Desde ese
entonces el BM adoptó, y viene aplicando, los mapas de pobreza, con el ánimo de
establecer las estrategias que permitan proporcionar a los pobres los bienes y servicios
necesarios para satisfacer sus necesidades básicas.

En América Latina, a comienzos de la década de los años ochenta, la CEPAL introdujo


el método de las necesidades básicas insatisfechas (NBI) con el propósito de
78

caracterizar la pobreza a partir de las carencias en dimensiones básicas, utilizando


como información los censos de población y vivienda levantados a nivel nacional
(Gómez, 1997; Feres, Mancero, 2001). Estableció una serie de criterios para
seleccionar los indicadores que pudieran evaluar las necesidades básicas primordiales
de la población. El método implicaba: determinar las necesidades básicas susceptibles
de ser analizadas con la información de los censos nacionales; proponer y definir
indicadores censales representativos de dichas necesidades; definir los niveles críticos
de satisfacción de cada una de las necesidades; calcular las dimensiones de la pobreza
en base a estos indicadores.

La CEPAL (1989) conformó una serie de indicadores para evaluar las necesidades
básicas: acceso a una vivienda que asegure un estándar mínimo de habitabilidad para el
hogar; acceso a servicios básicos que aseguren un nivel sanitario adecuado; acceso a la
educación básica; y capacidad económica para alcanzar niveles mínimos de consumo; a
los cuales se les identificaron las variables censales y su correspondiente medición
(Tabla 4) (Feres, Mancero, 2001). Para estos autores, la mayor fortaleza del enfoque de
NBI consiste en la efectiva utilización de información de los censos nacionales, lo que
le permite identificar situaciones de pobreza con un alto grado de desagregación
geográfica y con un bajo costo para la recolección de la información.

Tabla 4. Dimensiones e indicadores para la evaluación de las NBI


Necesidades Básicas Dimensiones Indicadores
Tipo de vivienda y materiales de
Calidad de la vivienda
Acceso a vivienda construcción
Hacinamiento Hacinamiento
Disponibilidad de agua potable Disponibilidad de agua potable
Acceso a servicios
Tipo de sistema de eliminación de
sanitarios Acceso a servicios sanitarios
excretas
Asistencia de los niños en edad
Asistencia escolar de los
Acceso a educación escolar a un establecimiento
menores de edad
educativo
Probabilidad de insuficiencia de
Capacidad económica Capacidad económica
ingresos del hogar
Fuente: Feres, Mancero (2001); CEPAL / PNUD (1989)

Sin embargo, a lo largo de las últimas tres décadas se han producido una serie de
críticas ―tanto desde el punto de vista conceptual como metodológico―, respecto de
la aplicación del método de NBI para evaluar la pobreza. En referencia a los
79

indicadores, se señala que los mismos adquirieron en el tiempo ciertas limitaciones


respecto de su representatividad; en su aplicación se continuaron empleando los
mismos niveles críticos utilizados de décadas pasadas, para evaluar variables sociales
que han evolucionado y que valoran la satisfacción de NBI, en consideración a la
existencia de otros contextos socioeconómicos diferentes de aquellos que le dieron
origen. Además, los indicadores de NBI y su medición solamente se pueden aplicar
aproximadamente cada 10 años, cuando se realizan las actualizaciones de los censos
nacionales de población y vivienda, lo cual no facilita la evaluación de políticas
públicas de corto plazo.

Las críticas en relación con las NBI enfatizan que: 1) es un enfoque que no identifica el
número de pobres, así como tampoco situaciones de pobreza y procesos de
pauperización recientes, imposibilitando efectuar comparaciones temporales que
impliquen la evaluación de las políticas destinadas a mejorar carencias específicas; 2)
son indicadores especialmente adecuados para las áreas urbanas; 3) no da cuenta de la
intensidad de la pobreza como tampoco es posible clasificar a los hogares de acuerdo a
distintos niveles de satisfacción de necesidades; 4) se le subraya un problema de
mensurabilidad por no contar con la capacidad de diferenciar que el fenómeno de la
pobreza no es igual para todos los hogares, que implique distinguir entre carencias
universales posibles de ser medidas en todos los hogares y carencias específicas a
medir en ciertos hogares (Gómez, 1997; Feres y Mancero, 2001).

Las anteriores limitaciones de método de NBI han generado una serie de esfuerzos a
nivel nacional, dirigidos a superar las restricciones señaladas anteriormente. Como
muestras de los mismos, se presentan dos ejemplos. En primer lugar, en Bolivia se
elaboró un Mapa de Pobreza con la información del Censo de 1992 con el que fue
posible calcular los siguientes indicadores: acceso de la población a servicios de salud;
condición de analfabetismo de la población; años de educación de cada miembro del
hogar; provisión de servicios de energía eléctrica y combustible (INE, 2001). En
segundo lugar, la iniciativa del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina
(INDEC), que abordó el estudio de la pobreza innovando el indicador capacidad
económica utilizado por el método de NBI, con el propósito de: ser aplicable a todos
80

los hogares; proveer una gradación en la condición de la carencia; evidenciar una alta
correlación con el nivel de ingresos corrientes (Gómez, 1997). Sin embargo, su validez
depende del acceso a los supuestos utilizados, como por ejemplo, que a menor
educación y mayor número de miembros dependientes en los hogares, menor será el
ingreso familiar (Feres y Mancero, 2001).

En general, se podría aseverar que el método de NBI no ha sido adecuado para la


medición de la pobreza, porque no ha logrado contar con un indicador de bienestar
teóricamente sólido dispuesto a evaluar las necesidades insatisfechas, tal como se
entendió por las limitaciones de orden para conocer la incidencia de la pobreza. Sin
embargo, han venido surgiendo otras iniciativas en un intento por superar las
limitaciones que se le han señalado al método de NBI. Básicamente se tiene el
planteamiento de una nueva metodología de medición de la pobreza, basada en el cruce
de resultados entre los métodos NBI y el Costo de las Necesidades Básicas (CNB),
denominado enfoque bidimensional como alternativa para la medición de la pobreza en
América Latina (Becacaria y Minujin, 1985; CEPAL, 1988c). Según Kaztman (1989),
fruto de esos avances conceptuales se cuenta hoy con cuatro posibles situaciones
referidas a la pobreza: hogares en situación de pobreza crónica; hogares en situación de
pobreza reciente ―pauperizados―; hogares con carencias inerciales ―estructurales―;
hogares en condiciones de integración social.

Por su parte, los pueblos indígenas, a través de diferentes foros nacionales e


internacionales, han demandado la importancia de contar con información más precisa
sobre esas temáticas. Tal como se expondrá más adelante y con mayor detalle, llaman
la atención de la CEPAL para que a través de este organismo se pueda disponer de
información que coadyuve a mejorar las condiciones socioeconómicas y la
participación activa de los mismos en el proceso de desarrollo en toda la región de la
América Latina y el Caribe; que sirva a la toma de decisiones de políticas públicas que
tiendan a disminuir la desigualdad que afecta a los pueblos indígenas y los derechos
humanos.
81

3.2. Indicadores de Desarrollo Humano (IDH)


Tal como se ha expuesto, el enfoque del desarrollo humano fue propuesto por el
Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) a inicios de la década de
los años 90, y se ha difundido anualmente en los Informes sobre Desarrollo Humano.
El nuevo enfoque se basa en la concepción del desarrollo como libertad, como una
propuesta que va más allá de las mediciones del nivel de vida, para ofrecer una visión
multidimensional de los aspectos del desarrollo. El PNUD propuso un indicador que
midiera el bienestar humano, y no se limitara a la dimensión económica y que se
conoce como el Índice de Desarrollo Humano (IDH). Está compuesto por tres
parámetros: disfrutar de una vida larga y saludable, medida a través de la esperanza de
vida al nacer; disponer de educación, medida a través de la tasa de alfabetización de
adultos y la tasa bruta combinada de matrículas en primaria, secundaria y superior;
disfrutar de un nivel de vida digno, medido a través del PIB per cápita en términos de
la paridad del poder adquisitivo (PPA).

Desde 1990 el PNUD publica un informe anual sobre desarrollo humano, donde se
incluye la clasificación mundial de los países resultante de la medición del desarrollo
aplicando el IDH. Se constituye en un índice de referencia para evaluar los alcances del
desarrollo a nivel nacional. El IDH mide la distancia que separa cada país de los
valores máximos observados en el mundo ―respecto de los países desarrollados― en
cada uno de esos parámetros (Montalieu. 2001). Éste se obtiene luego de determinar la
media simple que luego de ser normalizada puede variar entre 0 y 1, donde 1 se
considera el valor más elevado de desarrollo humano en los países, donde existen los
mayores niveles de educación, esperanza de vida e ingresos. Pese a los avances
logrados, el indicador aún no parece ser idóneo, dada la fragilidad de los datos de los
que se vale. Estos datos han sufrido modificaciones que hacen que los resultados
cambien de manera considerable. Es un indicador que no permite reflejar las posibles
desigualdades en materia de necesidades fundamentales. Al comparar dos países con el
mismo IDH no siempre se encuentra que los mismos cuentan con una realidad
homogénea similar dado que, por ejemplo, las desigualdades obedecen a elementos de
orden geográfico ―urbano ‒ rural― o de género ―hombre ‒ mujer―, entre otras
razones.
82

El PNUD en el año 2004, en su Informe sobre Desarrollo Humano Libertad y


diversidad cultural, marcó un hito en relación con la discusión del desarrollo dentro de
este organismo, al incluir temas no tratados en anteriores informes como: los
problemas de la interculturalidad, la convivencia pacífica, el conflicto inter‒étnico, los
derechos culturales, los movimientos de dominación cultural, las minorías en riesgo, la
exclusión y subordinación cultural, y el multiculturalismo.

El PNUD en su Informe sobre Desarrollo Humano del año 2010, reafirma que después
de dos décadas del cálculo del IDH, éste continúa siendo una alternativa conceptual
viable para evaluar los alcances del desarrollo. Así, sostiene que la importancia del
paradigma original del desarrollo humano sigue siendo indiscutible. Sin embargo, el
PNUD (2010) es consecuente en expresar que si bien se tiene un camino recorrido por
el cálculo de los IDH, es necesario contar con otros índices que den buena cuenta de
los nuevos retos temáticos aún más complejos, en referencia al ámbito cada vez más
crítico de la sostenibilidad, las desigualdades sociales, económicas y de género,
existentes. Así, por un lado realiza ciertas modificaciones en la forma de calcular el
IDH, si bien no alteran sustancialmente el indicador. Por otro, hay una reforma de
mayor calado al presentar adicionalmente tres nuevos índices: Desarrollo Humano
ajustado por la Desigualdad, Desigualdad de Género y Pobreza Multidimensional.
Constatan cómo la desigualdad y la pobreza continúan siendo temas centrales a superar
en la perspectiva del desarrollo humano.

La incorporación de estos tres nuevos indicadores, que integran avances sobre los
aspectos teóricos y técnicos de la medición del desarrollo, muestran la ampliación de la
discusión y el análisis en torno a las desigualdades e inequidades, en temas centrales a
superar por el desarrollo humano. De acuerdo con el PNUD (2010: 97 – 109), los
nuevos indicadores son los siguientes:

• El Índice de Desarrollo Humano ajustado por la Desigualdad (IDH‒D).


Introduce en el IDH el grado de desigualdad existente en las tres posibilidades
esenciales que tienen las personas, como son: poder tener una vida larga y
83

saludable, adquirir conocimientos y acceso a los recursos necesarios para


disfrutar de un nivel de vida digno. Estima la pérdida total en el desarrollo
humano debido a las desigualdades multidimensionales, la pérdida en cada una
de las dimensiones y los efectos de la desigualdad.
• El Índice de Desigualdad de Género (IDG). Amplia la medición de la
desigualdad de género, en términos de exponer las diferencias existentes en la
distribución de los logros alcanzados por mujeres y hombres por el desarrollo.
Estudia los temas de salud, los niveles educacionales, la participación económica
y política, logrados por las mujeres como supuesto esencial de las desigualdades.
• El Índice de Pobreza Multidimensional (IPM). Identifica las múltiples
carencias que sufren los hogares no solamente en los temas de salud, educación y
niveles de vida propiamente dichos, sino también los aspectos que generan la
desnutrición, la falta de conocimientos especializados, medios de sustento
inapropiados, malas condiciones de vivienda, exclusión social y escasa
participación, entre otros.

Igualmente el PNUD (2010), afirma que los últimos 40 años muestran la existencia de
múltiples caminos para conseguir logros en desarrollo humano y que no existe una
receta única ni un modelo uniforme para tener éxito. El paradigma que fundamentaba
al ingreso como medio para medir el éxito de un país o el bienestar de un individuo o
de una sociedad, superado por el desarrollo humano, enfrenta nuevos retos
conceptuales y perspectivas desde lo local. Hoy se considera que el bienestar de la
gente de llevar una vida saludable y prolongada y oportunidad de recibir educación e
ingresos se logra no solo al considerar sus conocimientos y talentos para configurar su
propio destino, sino el empoderamiento y gobernanza sobre los recursos y la autonomía
territorial, entre otros.

Desde esa perspectiva, el tema sobre el desarrollo indígena aún no ha adquirido


relevancia como tema principal en la agenda del PNUD. Sin embargo, en un estudio de
comparación del IDH realizado en México, entre indígenas y no indígenas, se
determinó que el IDH de la población indígena, como es de esperarse, se encontraba
por debajo de los resultados obtenidos en la población en general. Como se señala en
84

este documento, resulta ilógico por ejemplo, pretender obtener un alto resultado de este
indicador en un entorno en el cual si se quiere hacer parte del sistema educativo para
mejorar sus niveles de formación, los indígenas deben adaptarse a una lengua, que para
muchos resulta ajena a su cultura. Esto se explica porque muchos gobiernos han
asumido pasar por alto las especificidades culturales para alentar modelos de desarrollo
uniforme mucho más cercanos a los de los países occidentales o a los de la sociedad
global. Todo proceso educativo, por consiguiente, está encaminado a promover un
desarrollo nacional uniforme que obvia las particularidades y las aspiraciones de los
pueblos indígenas en aras del beneficio de la mayoría de la población.

3.3. Indicadores para pueblos indígenas


En consideración con lo visto anteriormente, se puede afirmar que el bienestar y los
enfoques sobre su medición han sido una preocupación teórica y conceptual del pasado
y continúa siendo hoy vigente; máxime cuando se discute y precisan los alcances de las
políticas de desarrollo en los estados nacionales y los impactos alcanzados en la calidad
de vida de la sociedad. Se puede afirmar que esos avances se han construido en una
escala general, donde son muy escasos los aportes por conceptualizar el bienestar y su
medición para minorías étnicas. Sin embargo, existe una tendencia reciente y en
construcción en América Latina que reconoce que las cosmovisiones, que se
construyen y reproducen permanentemente desde lo local, son fundamentales para
evaluar tanto las políticas como las acciones de desarrollo que se dirigen a asimilar a
las sociedades indígenas a los rigores de la economía de mercado. Se reconoce que
dichas iniciativas conceptuales locales y específicas, frente a los conceptos de
desarrollo y bienestar que se imponen, guardan una estrecha relación frente a sus
expectativas de vida y progreso autónomos.

En ese sentido, los avances en la conformación de enfoques distintos sobre el bienestar


y propuestas sobre indicadores, tanto a nivel internacional como de orden nacional, se
constituyen en referentes conceptuales de resaltar: 1) los indicadores de bienestar que
diferentes organismos a nivel internacional aplican periódicamente, como el Banco
Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID); de otro lado, la
Organización de Estados Americanos (ONU), el Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD)
85

y el Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB); 2) los aportes de la Organización


de las Naciones Unidas; 3) los indicadores aportados por los estudios de desarrollo
humano; 4) los acuerdos ―en diferentes instancias de discusión―, como la Reunión
de Expertos Indígenas de América Latina y del Caribe (2006); la VII Sesión del Foro
Permanente para las cuestiones indígenas ―ONU― Pacto de Pedregal (2002), para la
conformación de sistemas de información e indicadores para la medición del impacto
de las políticas públicas de desarrollo en los pueblos indígenas; 5) los avances en la
construcción de enfoques sobre el bienestar en América Latina, así como las iniciativas
en la construcción de sistemas de información para pueblos indígenas, como es el caso
del Sistema de Indicadores Socio-demográficos de poblaciones y Pueblos Indígenas del
Sispp (2007).

3.3.1. Las propuestas de los Bancos Mundial (BM) e Interamericano de Desarrollo


(BID)
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) han asumido
de forma diferente el concepto de desarrollo de los pueblos indígenas de América
Latina. Con base a estudios de caso, ambas entidades perfilaron una parte de sus
políticas a contrarrestar los niveles de marginalidad y pobreza extrema que los pueblos
indígenas presentaban. Tradicionalmente, en estos organismos, las poblaciones
indígenas quedaban enmarcadas dentro de los proyectos dirigidos al campesinado. Solo
a partir de 1990, el BID distinguió en sus políticas el apoyo a los pueblos indígenas,
seguido del BM en 1991. Años después, en 1994, el mismo BID, daría a conocer los
nuevos mandatos de la Octava Reposición de Recursos del Banco, en donde la
población indígena fue reconocida en forma explícita como un grupo meta de la acción
del BID. Generó una acción más intensa para promover el desarrollo indígena en forma
sistemática y concertada, con base en los principios de participación, reconocimiento
de la diversidad cultural y respeto a los derechos humanos.

Como punto de partida para la elaboración del concepto de desarrollo, ambos


organismos centraron sus objetivos en la lucha contra la pobreza y las inequidades
sociales. Se destaca cómo desde mediados de la década de los años 90, el BID creó la
Unidad de Pueblos Indígenas y Desarrollo Comunitario (IND), donde estructuró una
86

estrategia de desarrollo para los pueblos indígenas, la cual comprendía: 1) la


identificación de las necesidades, preocupaciones y demandas; 2) las iniciativas
específicas para abordar los asuntos indígenas; 3) procedimientos y actividades para
evitar, mitigar y compensar los impactos negativos sobre los pueblos indígenas.
Respecto a los desafíos futuros, en el Foro de las Américas realizado en 1997, el BID,
los pueblos indígenas y los representantes de los gobiernos, señalaron la necesidad de
formular indicadores de pobreza con sensibilidad cultural, en términos de abordar la
pobreza según las necesidades básicas insatisfechas, y teniendo en cuenta la naturaleza
de las economías tradicionales de subsistencia (Deruyttere, 1997, 2003).

En ese sentido, en el año 2004, el BID adelantó un estudio con el objetivo de evaluar
los indicadores existentes que se aplican para medir la pobreza entre los pueblos
indígenas y desarrollar nuevos indicadores, que mejor reflejen la realidad y la
percepción de los indígenas del bienestar y la pobreza (Renshaw y Wray, 2004). Se
propusieron evaluar las metodologías existentes para medir la pobreza en referencia a:
1) Necesidades Básicas Insatisfechas ―acceso a servicios básicos―; 2) Línea de
Pobreza ―capacidad de acceso a servicios básicos―. Efectuaron una descripción
detallada de los indicadores que se han venido utilizando para evaluar las condiciones
de vida de los pueblos indígenas.

Según Renshaw y Wray (2004), los indicadores aludidos mostraban en general


limitaciones conceptuales, dado que se valen de una visión convencional que solo
permite entender la pobreza en términos de: ingresos, posesión de bienes, condiciones
físicas de la vivienda y acceso a servicios sanitarios. En general, argumentan que los
indicadores considerados se presentan descontextualizados o inadecuados para medir
algunas condiciones de vida; recogen información sobre: demografía, situación y
cobertura de servicios como salud, educación, vivienda, desempleo, ingresos, acceso a
la electricidad, pero presentan limitantes para evaluar la calidad de los mismos y las
percepciones que la misma población tiene de dichos servicios. Lo que se desprende de
dicha evaluación es la inconveniencia de utilizar solamente indicadores
socioeconómicos, ya que éstos igualmente se muestran descontextualizados para ser
utilizados entre poblaciones indígenas, presentando lo que los autores denominan
87

sesgos culturales, por el uso de categorías como actividad, sector, ocupación, ingresos,
entre otras.

En ese sentido, dichos autores propusieron contemplar otras categorías que permitieran
superar la evaluación de la pobreza a partir de las carencias ―típico de los indicadores
convencionales―, por aspectos como la vulnerabilidad y la capacidad de gestión. La
primera, entendida como la dificultad que tienen los pobres de mantenerse o defenderse
de los cambios naturales, sociales o económicos; y, la segunda, como la capacidad de
influir o modificar decisiones que los afectan. El cruce de los ejes sugeridos con los
campos temáticos considerados como prioritarios, según las Declaraciones de
Kimberley (2002) y del Consejo Indígena de Centro América, permitió al BID
presentar una propuesta más detallada de campos temáticos, dimensiones y variables,
para el diseño de indicadores que permitieran evaluar y de manera holística la situación
de los pueblos indígenas. Para cada campo temático, se generó una conceptualización,
que se muestra a continuación:

• Tierras, territorio y recursos naturales. Se refiere al control y al acceso. Se


consideran como la base de la economía y condición necesaria para asegurar el
bienestar de los pueblos indígenas.
• Nutrición, salud y saneamiento ambiental. La salud y la buena alimentación
se consideran como indicadores universales de bienestar.
• Economía. Comprende las actividades productivas y el trabajo asalariado. Se
sustenta que, para los indígenas, los recursos productivos como la tierra y los
recursos naturales son más importantes que los niveles de ingresos o producción.
• Vivienda y bienes de consumo. Inequívocamente para su definición deben
contemplar la percepción indígena y el entorno.
• Educación y reproducción cultural. Reviste importancia, porque la educación
hace parte de la consolidación de la identidad, la reproducción social y la
conservación de la cultura, de los pueblos indígenas.
• Identidad y cultura. Las pérdidas en identidad histórica, cultural y lingüística
son un grave problema para la supervivencia de los pueblos indígenas. La cultura
se considera debe ser un eje transversal en todos los campos temáticos. Son
88

varios los factores que la conforman: idioma, historia común, orden moral y
espiritual, territorio, fiestas y ceremonias, formas de socialización y educación,
comida, música, trajes, capital simbólico, lugar de origen; su importancia varía de
acuerdo a cada pueblo. De otro lado, se alude a lo que significan los cambios
culturales, que no necesariamente implican pérdidas en la misma. Las culturas
son dinámicas y suponen transformaciones en lo que se considera como
tradicional. Sugieren la importancia de desarrollar temas asociados con la
interculturalidad y no solo la convivencia interna.
• Autonomía, acceso a la justicia y participación política. La primera se
relaciona con las formas de autogobierno, la segunda con el reconocimiento del
derecho indígena y la tercera se entiende en dos dimensiones: la libre
participación en espacios políticos y la participación como colectividad en las
decisiones que los afectan.

En general, se puede afirmar que el BID ha concedido a los representantes de los


pueblos indígenas una participación que les ha permitió intervenir no solo en el diseño
de políticas de desarrollo, sino también en el diseño de los macro proyectos, útiles para
el beneficio de las comunidades y la evaluación de los posibles impactos. Se parte del
convencimiento de que son los afectados quienes deciden el rumbo de las políticas en
la población a la que pertenecen. En coherencia con las ideas anteriores, el BID
considera que el desarrollo económico se refuerza con la cultura. De acuerdo con este
organismo, cuando los esfuerzos de desarrollo se basan en los valores locales, en las
aspiraciones y en la organización social, la cultura se convierte en un activo en vez de
un impedimento para el desarrollo.

3.3.2. La propuesta del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD)


El Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD), como órgano encuadrado en la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), se encarga de tratar los
asuntos de la cooperación al desarrollo. A este organismo le corresponde conseguir que
los esfuerzos internacionales en esa materia se enmarquen en procesos que cuenten con
la debida coordinación, sean integrados, eficaces y cuenten con financiación. El CAD
juega un papel central en: la elaboración de las políticas de cooperación bilateral al
89

desarrollo; el diseño de las directrices de la ayuda oficial al desarrollo de los países que
lo componen; el suministro de información, documentación; asesoramiento de los
gobiernos. Junto con el Banco Mundial y el PNUD, constituyen el núcleo donde se
elabora la política internacional de cooperación para el desarrollo.

El CAD, frente a los temas propios de la cooperación al desarrollo, plantea las


directrices generales de política obligatorias a los países miembros en la realización de
sus programas de cooperación al desarrollo. En cumplimiento de los objetivos globales
de reducción de la pobreza, desde el año 1996, este organismo había asumido la
multidimensionalidad como método para analizar la pobreza. En ese sentido, el CAD
(2002) produjo unas directrices que plantean un escenario para la reducción de la
pobreza. Empieza por señalar que, los avances en términos de la mitigación de la
pobreza en el mundo ―si bien se han logrado resultados notables―, requieren de
grandes esfuerzos para la superación de los porcentajes de población en situación de
pobreza extrema en países en desarrollo. Lo anterior implica un rigor en dichos
esfuerzos si se comprende la existencia de una serie de amenazas crecientes a las que
se enfrenta la sociedad, tales como: la desigualdad social y económica; la marginación
de las minorías étnicas; la exclusión de los pobres y de la sociedad en general, a la vida
económica y política de dichos países. Señala que la erradicación de la pobreza se
constituye en un imperativo moral y humanitario, esencial para la seguridad y
prosperidad globales y para reducir las tensiones ambientales.

En ese marco, el CAD (2002) presenta una propuesta de orden conceptual que parte de
afirmar que, para conseguir la reducción de la pobreza, es necesario identificar los
nexos causales y valorar la eficacia probable de los diferentes instrumentos de las
políticas. Esa pretensión implica abarcar también los nexos causales entre las
dimensiones esenciales de la pobreza ―económica, humana, política, sociopolítica,
protectora― y de un desarrollo medioambientalmente sostenible, con centro en la
equidad y el género. La propuesta del CAD (2002), sin ser una proposición específica
para los pueblos indígenas, se considera que abre un camino conceptual importante al
introducir un enfoque de capacidades esenciales que permitan la reducción de la
90

pobreza en un marco de análisis holístico; donde cada una de las dimensiones de la


pobreza afecta y a la vez resulta afectada por todas las demás. El modelo propuesto, si
bien se centra sobre las familias pobres y su vulnerabilidad, no es excluyente dada la
situación de las minorías étnicas, en razón a que carecen de activos productivos,
ingresos insuficientes, la falta de salud y de educación; la falta de derechos humanos y
de libertades políticas. En la Tabla 5, se listan las capacidades identificadas por este
organismo, donde para cada una de las mismas se precisa su definición y alcances.

Tabla 5. Capacidades y Dimensiones en el diseño de nuevos indicadores para


pueblos indígenas
Capacidades Dimensiones
Ganarse la vida, consumir y poseer activos. Factores claves para la
seguridad alimentaria, el bienestar material y posición social.
Económicas Comprende el acceso a recursos productivos financieros y físicos:
tierra, aperos y ganado; bosques y zonas de pesca; créditos y
puestos de trabajo.
Bienestar. Salud, educación, nutrición, agua potable, saneamiento
ambiental y vivienda. La enfermedad y el analfabetismo impiden el
Humanas
trabajo productivo; La lectura y la escritura facilitan las
comunicaciones; la participación social y política.
El derecho humano, el hecho de tener voz y cierta influencia en la
Políticas
orientación de los poderes públicos y en las prioridades políticas.
Participar como miembro en una sociedad; posición social; la
dignidad; condiciones culturales para pertenecer a una sociedad; el
Sociopolíticas
aislamiento geográfico y social, significado principal de la
pobreza.
Seguridad humana. La inseguridad y la vulnerabilidad; personas
Protectoras que entran o salen de la pobreza; crónicamente pobres o heredan su
pobreza; situación de pobreza temporal o transitoria.
Fuente: Comité de Ayuda al Desarrollo – CAD, 2002.

El CAD (2002), sostiene que la vulnerabilidad y la exclusión social merman las


capacidades humanas y políticas, reduciendo los ingresos y los activos productivos. Por
eso las diferentes dimensiones de la pobreza están estrechamente interrelacionadas, a
pesar de ser diferentes y de presentar una baja correlación. En ese sentido, la propuesta
del CAD (2002), aporta a la conceptualización y diseño de nuevos indicadores a ser
aplicados en países con sociedades tradicionales. Se constituye, igualmente, en un
referente a considerar en la construcción de un modelo idóneo que permita diseñar un
conjunto de indicadores de bienestar humano para pueblos indígenas.
91

3.3.3. Los aportes de la Organización de las Naciones Unidas – ONU


Bajo el supuesto que los Estados nacionales invisibilizan a los pueblos indígenas y los
consideran como grupos marginados de la población, la ONU (2008) propuso
promover la integración de un conjunto de indicadores que permitieran trascender los
diferentes marcos analíticos que hasta ahora se han creado para abordar global o
sectorialmente el desarrollo. No obstante, se precisa que hasta ahora las discusiones
tenidas en los foros tan solo han logrado establecer las prioridades temáticas que deben
tenerse en cuenta al momento de construir indicadores, sin avances aún en una
propuesta de indicadores. La necesidad de construir indicadores culturales está
asociada, como se mencionó anteriormente, a la determinación de temas particulares y
no en base a una noción propia sobre el concepto de desarrollo.

La carencia de este marco evidentemente imposibilita establecer una distinción


más precisa entre la (o las) concepción (es) del desarrollo que los pueblos
indígenas desean legitimar, defender y difundir, frente a aquellas que mantienen
la hegemonía, por corresponder a definiciones de los propios Estados nacionales
o por formar parte de las estrategias internacionales de la globalización (ONU,
2008: 28).

Si bien, los pueblos indígenas no están de acuerdo con la definición de desarrollo que
da prioridad al crecimiento económico, ni con las exclusiones en sus valoraciones al
momento de concebir el desarrollo por parte de los Estados, se argumenta que tampoco
es clara la definición que permite conocer la concepción en la que los pueblos
indígenas pretenden verse reflejados. Es esta la razón por la cual los estudios derivados
de herramientas como las encuestas, empiezan a ser complementados con
investigaciones de orden etnográfico.

Los estudios sobre la capacidad de producción, las características de las economías


locales y los estudios sobre las nociones que sustentan la idea de bienestar en cada
pueblo, permitirán una aproximación más fiable. En este sentido, se precisa la
necesidad de diversificar el concepto de desarrollo para asegurar su relevancia para
pueblos indígenas, por integrar sus concepciones y aspiraciones. La exigencia de la
92

diversidad del concepto de desarrollo se encuentra contenida en una demanda histórica


contra la discriminación, la inequidad, subordinación y exclusión, que han formulado
los pueblos indígenas. En estos términos, la igualdad, el reconocimiento a la
diversidad, los derechos colectivos, la descolonización, la participación y ciudadanía,
entre otros, son conceptos que se perfilan como de gran importancia a la hora de
profundizar en esta concepción abierta sobre el concepto de desarrollo indígena.

Sen ya había llamado la atención sobre la relación entre desarrollo y cultura, por lo que
esta estrategia no hace otra cosa que complementar los amplios estudios que, alrededor
de las teorías de este autor, se vienen desarrollando. La cultura desempeña un papel
fundamental, dice Sen, porque es un fin deseable en sí mismo, pero también, porque da
un sentido a nuestra existencia (ONU, 2008). Sin embargo, cuando se trata de la
cuestión esencial de saber por qué concentrarse en estos objetivos particulares ―entre
los cuales se encuentra el crecimiento económico, la reducción de las desigualdades, la
conservación del medio ambiente, entre otros―, la cultura debe entenderse de otra
manera. Ésta debe ser vista como eje estratégico a través del cual se da sentido a los
objetivos que se plantea una sociedad. A su vez, justifica y limita los medios a los que
tal sociedad puede acceder, pues determina la voluntad misma de los individuos para
escoger una o varias alternativas a la hora de resolver un problema o satisfacer una
necesidad. De la misma manera, la cultura da sentido a los fines que se persiguen,
sugiriendo no solo un orden de prioridades sino también una idea concreta de lo que se
considera bienestar.

En este orden de ideas, la relación entre el desarrollo y la cultura deberá ser asumida a
partir del rol constitutivo, constructivo y creativo que juega la misma en el marco de
los esquemas y estrategias del desarrollo, de modo que pueda incluirse la reproducción,
la retroalimentación y el crecimiento cultural, dentro de la construcción de este nuevo
tipo de indicadores y estrategias de desarrollo. Gracias a lo anterior, es posible destacar
algunos elementos que deben incidir al momento de construir los indicadores, dentro
de las cuales se precisa: la visión de bienestar de los pueblos; el respeto a los derechos
colectivos; el reconocimiento de los derechos fundamentales y su grado de ejercicio; la
reafirmación de la libre determinación de los pueblos; la diferencia entre indicadores
93

con marcadores étnicos e indicadores culturales adecuados; el principio de


consentimiento previo, libre e informado en su dimensión colectiva; la capacidad de
servir como instrumento de información para los pueblos indígenas; la posibilidad de
ser instrumento de apoyo para la gestión indígena ante los estados nacionales,
organismos internacionales; la capacidad de contrarrestar la invisibilidad estadística de
los pueblos indígenas.

3.3.4. Propuesta del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB)


El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) es un acuerdo mundial que se dirige
a proteger todos los aspectos de la biodiversidad. El CDB fue adoptado en la Cumbre
de la Tierra celebrada en Río de Janeiro, Brasil, en 1992. Es un tratado internacional
jurídicamente vinculante, del cual hacen parte más de 185 países miembros, cuyo
objetivo de largo plazo es promover medidas que conduzcan a un futuro sostenible.
Persigue el cumplimiento de tres objetivos principales: la conservación de la diversidad
biológica, la utilización sostenible de sus componentes y la participación justa y
equitativa en los beneficios que se deriven de la utilización de los recursos genéticos.

La conservación de la diversidad biológica es interés común de toda la humanidad. El


CDB cubre la diversidad biológica a todos los niveles: ecosistemas, especies y recursos
genéticos. También cubre la biotecnología, entre otras cosas, a través del Protocolo de
Cartagena sobre Seguridad de la Biotecnología. De hecho, cubre todos los posibles
dominios que están directa o indirectamente relacionados con la diversidad biológica y
su papel en el desarrollo, desde la ciencia, la política y la educación a la agricultura, los
negocios, la cultura y mucho más. Se precisa que los componentes de la diversidad
biológica son todas las formas de vida que hay en la Tierra, incluidos ecosistemas,
animales, plantas, hongos, microorganismos y diversidad genética. Con sus tres
objetivos, el CDB es considerado como el principal instrumento internacional para el
desarrollo sostenible. Los ecosistemas, las especies y los recursos genéticos deberían
ser utilizados en beneficio del ser humano de manera que no lleve a la pérdida de
diversidad biológica.
94

En el 2006, según el CDB (2006), los representantes del Foro de Pueblos Indígenas por
la Biodiversidad (FIIB) conformaron el Grupo de Trabajo en Indicadores, con el
propósito de convocar un consulta de expertos internacionales y discutir sobre los
indicadores más relevantes a los pueblos indígenas, con los cuales se pudiera medir la
eficacia de las políticas públicas y las acciones de protección del conocimiento
tradicional y la vitalidad cultural de los pueblos indígenas. Esta iniciativa contó con el
apoyo de la Oficina Regional para América del Sur de la Unión Mundial para la
Naturaleza‒Sur (UICN‒Sur) y la Agencia Española de Cooperación Internacional
(AECI). Ese grupo de trabajo especial sobre el Artículo 8(j), propuso una serie de
indicadores que facilitaran adelantar una evaluación sobre la situación de los
conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales, de las sociedades tradicionales
indígenas y no indígenas, asociadas a la biodiversidad.

El aporte del CDB (2006) abre un proceso de discusión que permite involucrar en el
diseño de los indicadores las características multidimensionales de los espacios de vida
de las sociedades tradicionales como: pluriculturalidad, multietnicidad, economía
subsistencia, conocimiento tradicional, salud física y espiritual, diversidad alimentaría,
cosmovisión, en contextos biodiversos. En las tablas 6, 7, 8, 9 y 10 se recogen la
propuesta del CDB (2006). A partir de una serie de temáticas, se identifican unos
indicadores, donde se precisa su pertinencia y alcances para evaluar la situación de los
conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales de las sociedades indígenas y no
indígenas; igualmente para cada uno de los indicadores identificados, se precisan las
fuentes de información existentes.

Tabla 6. Indicadores basados en la lengua


Indicadores propuestos Fuente de datos
SIL – Banco de datos etnológicos
Situación y tendencias en la diversidad El programa del Atlas de la UNESCO sobre lenguas
lingüística y cantidad de personas que en peligro
hablan las lenguas indígenas. Se hace
Datos solicitados por diferentes instituciones
referencia a los agentes que sostienen
lingüísticas
los conocimientos tradicionales.
Censos nacionales
Fuente: Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), 2006.

Tabla 7. Indicadores basados en la tierra


95

Indicadores propuestos Fuente de datos


Reconocimiento y existencia, de la Puede que haya alguna información disponible sobre
tenencia de las tierras tradicionales la base de país por país.
(comunidades indígenas y locales). Se
incluye en los territorios, aspectos en
referencia a aguas dulces y marinas.

Las tierras y aguas tradicionales Puede que haya alguna información disponible sobre
gestionadas o cogestionadas por las la base de país por país y/o banco de datos mundial
comunidades indígenas y locales. Se sobre áreas protegidas.
hace referencia, a las áreas protegidas
donde las comunidades indígenas y
locales, podrían ser capaces de ejercer
sus conocimientos ecológicos
tradicionales en la gestión de sus
territorios.

Los cambios de patrones en la GIS (Sistema de Información Geográfica).


utilización de las tierras, en los
territorios tradicionales. Se hace
referencia a los territorios en los cuales
la utilización de las tierras tradicionales
ha cambiado a utilizaciones modernas.
Fuente: Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), 2006.

Tabla8. Indicadores basados en los pueblos


Indicadores propuestos Fuente de datos
Tendencias en el establecimiento y la Los programas y políticas del Gobierno pertinentes
aplicación efectiva de políticas y para la situación y tendencias en los conocimientos
programas de gobierno, favorables a la tradicionales.
retención de los conocimientos
tradicionales.

Utilización, transferencia inter


generacional y políticas de educación
indígena, contienen elementos de los
conocimientos tradicionales.

Programas de salud indígena que


incorporan y utilizan conocimientos
tradicionales y curanderos tradicionales.
Fuente: Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), 2006.

Tabla 9. Indicadores basados en las políticas


Indicadores propuestos Fuente de datos
96

Tendencias en el establecimiento y la Los programas y políticas del Gobierno pertinentes


aplicación efectiva de políticas y para la situación y tendencias en los conocimientos
programas de gobierno, favorables a la tradicionales.
retención de los conocimientos
tradicionales.

Utilización, transferencia inter


generacional y políticas de educación
indígena contienen elementos de los
conocimientos tradicionales.

Programas de salud indígena que


incorporan y utilizan conocimientos
tradicionales y curanderos tradicionales.
Fuente: Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), 2006.

Tabla 10. Indicadores basados en la cultura


Indicadores propuestos Fuente de datos
Acceso a los derechos a los recursos Puede que haya alguna información disponible sobre
tradicionales. la base de país por país y/o banco de datos mundial
sobre áreas protegidas.
La libertad cultural y los indicadores Los programas y políticas de Gobierno conciernen a
culturales incluyendo las inspecciones al las libertades culturales y la autoevaluación de las
bienestar cultural basado en la comunidades indígenas y locales, mediante las
comunidad. Son indicadores del inspecciones culturales auto administradas a nivel de
bienestar cultural de las comunidades comunidad.
indígenas y locales, auto administrados
y auto iniciados, con el énfasis en la
autoevaluación.
Manifestaciones de conocimientos Autoevaluación y basado en la comunidad.
tradicionales como: la existencia de
poseedores de conocimientos
tradicionales; la persistencia del derecho
consuetudinario y las prácticas
culturales; la existencia de tótems
―indicando la diversidad totémica―;
la pérdida de determinados grupos
tribales ―agrupaciones tribales―;
manifestaciones físicas de cultura;
rituales y ceremonias; transmisión
continua de los conocimientos
tradicionales a las futuras generaciones.
Fuente: Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), 2006.

La propuesta del Grupo de Trabajo en indicadores del CDB constituye un avance, que
incorpora de manera significativa el tema de los derechos fundamentales en la
sostenibilidad de los modos de vida y territorios ancestrales de los pueblos indígenas.
Se resaltan los aportes más significativos logrados: un conjunto de principios como
marco general de referencia de los indicadores, esenciales para evaluar el bienestar de
97

sus condiciones de vida; una discusión sobre la situación de los conocimientos


tradicionales asociados a la biodiversidad y su papel en la sostenibilidad de los
bosques; la declaratoria sobre el valor de los mismos y parte fundamental de la vida de
los pueblos indígenas, ya que se asocian al manejo de ecosistemas, sitios y lugares
sagrados, el sistema de derecho propio y consuetudinario, entre otros. Igualmente la
propuesta se enmarcó en un proceso de discusión y concertación sobre indicadores,
dirigidos a medir la eficacia de la aplicación de las políticas públicas y a contribuir a la
definición de acciones, que se encaminen a protección de los conocimientos
tradicionales asociados a la biodiversidad.

3.3.5. Aportes de la Cumbre Internacional de los Pueblos Indígenas sobre


Desarrollo Sostenible - Kimberley
En la Cumbre de la Tierra de Rio de Janeiro (1992), los representantes de los países
asistentes reconocieron el derecho de los pueblos indígenas a participar en los
diferentes espacios donde se discuten y negocian aspectos sobre medio ambiente y
desarrollo. Con ocasión de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible (WSSD) de
Johannesburgo (2002), los pueblos indígenas fueron convocados a presentar desde su
perspectiva una evaluación sobre los alcances del desarrollo sostenible. En ese mismo
año, se llevó a cabo la II Cumbre Internacional de Pueblos Indígenas sobre Desarrollo
Sostenible, con la asistencia de más de 300 líderes y organizaciones de pueblos
indígenas de todo el mundo, organizado en territorio de los pueblos Khoi San en
Kimberley, Sudáfrica (2002). En esa oportunidad se discutió y se conformó una
declaración política y un plan de acción, los cuales se presentaron en la Cumbre de la
Tierra de Johannesburgo, Sudáfrica (2002).

La Declaración Política de Kimberley es un documento en el que se reafirman los


derechos fundamentales de los pueblos indígenas. Se señala la autodeterminación de
los pueblos indígenas a poseer, controlar, usar, manejar, los ecosistemas y los recursos
naturales, en sus territorios ancestrales. Estos últimos son base de su existencia, donde
se guarda una relación espiritual y material con los mismos, que son claves en la
supervivencia y preservación de los conocimientos tradicionales que garantizan la
conservación y uso sostenible de la biodiversidad. En general, el derecho de los
98

pueblos indígenas a definir y establecer prioridades y estrategias para su autodesarrollo.


Así mismo, se expresa su corresponsabilidad con la naturaleza, con la defensa de la
paz, la equidad y la justicia, en perspectiva de las generaciones futuras otorgando un
papel central a los pueblos indígenas en la construcción del desarrollo sostenible.

En esta misma declaración, los pueblos indígenas hicieron la defensa sobre el


mecanismo del “libre consentimiento fundamentado previo”, que se conoce como la
consulta previa. Este mecanismo está previsto para la protección de los conocimientos
tradicionales, de aplicabilidad precedente en procesos de aprobación y/o ejecución de
proyectos que afecten sus tierras, territorios y los recursos naturales. En esa dirección,
el Consejo Indígena de Centroamérica (CICA)12 coincide con los temas que integran la
Declaración Política de Kimberley. Su contribución se dirigió a la identificación de
áreas temáticas prioritarias a tener en cuenta, en referencia al medio ambiente y
desarrollo: autonomía para el control sobre las tierras y territorios indígenas; respeto y
conservación del medio ambiente; reconocimiento y respeto a la identidad y a las
culturas indígenas; participación indígena en todas las decisiones que afectan a los
indígenas o sus territorios.

En ese orden de ideas, lo expuesto muestra cómo han existido iniciativas de orden
global que, a partir de reconocer los derechos de los pueblos indígenas, han permitido
su participación en diferentes espacios donde se ha discutido el tema de medio
ambiente y el desarrollo. Se señala la preocupación desde los organismos multilaterales
por la medición de los impactos del desarrollo a través del índice de desarrollo humano
y los indicadores sociales; las Cumbres de la Tierra de Río de Janeiro (1992) y
Johannesburgo (2002), y la apertura de espacios para la participación en las discusiones
sobre el desarrollo sostenible. Así como también, la preocupación desde los pueblos
indígenas y sus organizaciones, por la defensa de sus derechos, territorios y recursos
naturales; las propuestas que se vienen discutiendo en relación a su preocupación por
medir el impacto del desarrollo sobre sus condiciones de vida.

12
Integrado por Consejos Nacionales Indígenas: Coordinadora Nacional de Pueblos Indígenas de
Panamá – COONAPIP; Mesa Nacional Indígena de Costa Rica – MNICR; Movimiento Indígena de
Nicaragua – MIN; Confederación Nacional de Pueblos Autóctonos de Honduras – CONPAH; Consejo
Coordinador Nacional Indígena Salvadoreño – CCNIS; Espacio de Coordinación Maya de Guatemala –
AJPU; Consejo Nacional Indígena de Belice – BENIC.
99

3.3.6. Reunión de expertos indígenas de América Latina y el Caribe sobre


indicadores de bienestar y pueblos indígenas (Nicaragua 2006)
En el año 2006, los representantes del Foro de Pueblos Indígenas por la Biodiversidad
(FIIB), reunidos en Granada (España), conformaron el Grupo de Trabajo en
Indicadores. Este Grupo de Trabajo convocó a una serie de reuniones preparatorias con
miras a la celebración de un Seminario Internacional de Expertos sobre Indicadores
Relevantes para los Pueblos Indígenas, con el propósito evaluar el estado de las
políticas públicas y las acciones de protección del conocimiento tradicional. Se celebró
una Reunión de Expertos Indígenas de América Latina y el Caribe sobre indicadores de
bienestar y pueblos indígenas, llevada a cabo en Bilwi, Puerto Cabezas, Nicaragua en
el año 2006. Esta reunión se organizó por iniciativa del Centro para la Autonomía y
Desarrollo de los Pueblos Indígenas (Cadpi) y el Consejo Regional Autónomo
Atlántico Norte‒RAAN, en coordinación con la Secretaría del Foro Permanente sobre
Cuestiones Indígenas de la ONU y el auspicio del Convenio sobre la Diversidad
Biológica. Asistieron expertos de Brasil, Ecuador, Perú, Panamá, Guatemala, Belice,
México y Nicaragua, observadores de organizaciones indígenas, gobiernos
municipales, regiones autónomas, universidades y agencias del sistema de las Naciones
Unidas.

La Reunión de Expertos Indígenas de América Latina y el Caribe llama la atención


sobre la importancia de los indicadores de bienestar humano (IBH), como una
propuesta viable para medir el estado de los modos de vida indígena, distinta al de las
carencias. Los IBH permiten tomar una metodología relativa a las propias expectativas
de los pueblos indígenas y a su propia idea de bienestar y no en comparación con los
anhelos de agentes externos. Este tipo de herramienta, se postula así como base para la
conformación de una estrategia para el establecimiento de modelos de etnodesarrollo y
políticas públicas, acordes con las necesidades de los pueblos autóctonos. Entre los
resultados de la reunión de expertos indígenas, se resalta la importancia de considerar
establecer un concepto de bienestar que dé cuenta de elementos como la cosmovisión y
los conocimientos indígenas. Junto a ello, llaman la atención sobre la necesidad de un
100

enfoque integral que reconozca las clasificaciones y las visiones locales sobre el
mundo; sus cuerpos jurídicos y de administración de los recursos; junto a ellos sus
derechos a la conservación de sus modelos de salud y educación; entre otras cosas.

Los IBH, desde la perspectiva de este conjunto de expertos, deben ser útiles para
precisar su diversidad, las distinciones por género ―hombres y mujeres―, por edad o
edades ―niños, jóvenes, adultos―, así como los espacios de reproducción de su vida
social, ambientes rural, urbano, de inmigración, entre otros. Se conciben como
instrumentos para denunciar, negociar, transformar, planificar, proteger, fiscalizar las
alternativas de etnodesarrollo así como los procesos de reconocimiento y ejercicio de
derechos humanos individuales y colectivos de los pueblos indígenas. En particular
sobre este tema ,mencionan que los IBH son útiles para: vigilar el cumplimiento de
compromisos; identificar buenas prácticas y lecciones aprendidas; favorecer el
establecimiento de prioridades; coadyuvar el pleno ejercicio de los derechos; corregir
errores y asegurar la calidad de vida y bienestar de los pueblos indígenas, respetando
las formas tradicionales, acceso a nuevos conocimientos.

Los IBH se plantean como una estrategia para la elaboración, seguimiento y evaluación
de los Planes de Vida, así como para la elaboración de planes de orden regional y
nacional. Se espera que este tipo de indicadores permita la gestión y conservación del
conocimiento de los pueblos indígenas, así como la reorientación de los proyectos de
investigación de modo que estos últimos permitan llenar vacíos de conocimiento y la
definición de agendas de trabajo. Los IBH son desarrollados para que puedan ser
usados inicialmente por los propios pueblos indígenas, pero también para coordinar y
vigilar el trabajo de las agencias de las Naciones Unidas, programas públicos,
gubernamentales, instituciones financieras ―BM, BID, entre otros―. Junto a ello se
espera sean útiles a organizaciones comunales, universidades, centro de investigación.
Fundaciones, ONG y en general para los sistemas nacionales de estadísticas.

En la reunión de expertos indígenas señalada, se sugiere que se analicen de manera


adecuada las formas de definir la identidad para cada uno de estos pueblos. Reconocen
que en muchos de los casos existen vacíos de información y falta de armonía entre los
101

países al aplicar censos y encuestas, lo que demanda construir un modelo de


indicadores y, a la vez, gestionar o desarrollar un sistema de información que permita
alimentar tales indicadores. En términos generales, la reunión de expertos indígenas ha
llamado la atención sobre las siguientes temáticas: tierra y territorios; patrimonio
cultural colectivo; formas de organización social; identidad; modelos de autonomía o
autogobierno; relaciones interculturales; y, finalmente, grado o nivel de bienestar. Se
constituyen en un referente importante de los procesos que se adelantan en América
Latina. Cada una de las temáticas reseñadas presenta unos subtemas los cuales amplían
de manera significativa las posibilidades de conocer las cosmovisiones o lógicas
locales; amplían las temáticas y precisan su alcance, en perspectiva de contar con un
conocimiento ajustado a los derechos y expectativas de los pueblos indígenas.

3.3.7. El pacto de Pedregal: pueblos indígenas e indicadores de bienestar y


desarrollo. 2008
En 2004, la Fundación Rigoberta Menchú y el Programa Universitario México Nación
Multicultural (PUMC) ―Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)―,
convocaron a un grupo de líderes indígenas provenientes de Argentina, Belice,
Colombia, Bolivia, Brasil, Canadá, Costa Rica, Ecuador, Estados Unidos, Guatemala,
Honduras, México, Nicaragua, Panamá y Perú. El propósito era emprender una
discusión sobre los alcances y resultados del Decenio Internacional de los Pueblos
Indígenas del Mundo (1995 a 2004), que se concibió como una oportunidad para
generar y practicar nuevas relaciones equitativas sociales, económicas, políticas y
culturales entre los Pueblos Indígenas, el Estado y sociedad en general. Este periodo de
tiempo se dedicó a generar acciones para producir cambios sustanciales, estructurales y
duraderos en la mejoría de las condiciones de vida de los pueblos indígenas de América
y del mundo.
En el marco de esa reunión, se revisaron las normas fundamentales existentes en torno
a: determinación de la magnitud de los recursos para el desarrollo; creación de nuevas
instancias de participación y decisión; reformas sustanciales de las políticas públicas;
lecciones aprendidas dejadas por el Año Internacional de las Poblaciones Indígenas del
Mundo ―Instituto de Investigaciones Filosóficas, UNAM, 2007―. En ese contexto se
produjo la Declaración de Tepoztlán ―Morelos, México― consignada en el Informe
102

de Evaluación del Primer Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo
1995-2004, presentado en el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas (2007).
Igualmente, la Fundación Rigoberta Menchú, el PUMC - UNAM y los líderes
indígenas suscribieron el Pacto del Pedregal, que contiene dos temas fundamentales y
compromisos: 1) la elaboración de un informe de evaluación del primer Decenio 1995-
2004; y, 2) el desarrollo de un modelo de seguimiento y evaluación del Segundo
Decenio (2005-2014), con indicadores culturalmente adecuados.

El Pacto de Pedregal13 presenta, en forma general, las ideas principales contenidas en


la demanda indígena, en un intento por disponer de indicadores adecuados, esto es, que
reflejen las condiciones de desarrollo y bienestar de los pueblos indígenas. El
documento se dividió en cinco partes: planteamientos generales que inciden sobre los
indicadores de bienestar y desarrollo; relación de los pueblos indígenas con el concepto
de desarrollo; relación de las ideas de construcción del bienestar con los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM); instrumentos metodológicos y los sistemas de
información y; conclusiones y recomendaciones. En él se expresan preocupaciones
políticas, económicas, jurídicas, ecológicas, sociales y culturales, que los pueblos
manifiestan en asociación con la necesidad de realizar las tareas técnicas, estadísticas,
cuantitativas y cualitativas necesarias para el diseño de indicadores idóneos y
fidedignos.

Tales demandas venían sido expuestas en las discusiones presentadas en las sesiones
realizadas por el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, desde el año 2002. La
orientación de la demanda indígena constituye un esfuerzo por mitigar la invisibilidad a
la que han sido sometidos los pueblos indígenas producto de la marginación y la
exclusión estadística. Se esperaba que la misma permitiera cambios en los enfoques, la
amplitud de estrategias de análisis y el diseño de futuras políticas. Lo anterior se
entendió como el reconocimiento y formalización de los pueblos indígenas en las
estadísticas oficiales, en dos sentidos: de un lado, la inclusión estadística de los pueblos
indígenas, al igual que la mejora de los sistemas de información e indicadores útiles al

13
Consignado en el documento “Pueblos Indígenas y los Indicadores de Bienestar y Desarrollo” (ONU,
2008) producto de la VII Sesión del foro permanente para las cuestiones indígenas de la ONU del año
2007.
103

momento de enfocar las políticas orientadas a la satisfacción de necesidades que estos


pueblos presentan en cada país; y, de otra parte, en el marco de las discusiones
internacionales. La mejora en los sistemas de información de los pueblos indígenas
obliga a los organismos internacionales a construir indicadores generalizados que sean
aplicables a las muy diversas situaciones posibles, a la hora de incluir en el desarrollo
económico y social los derechos humanos y el bienestar.

Las discusiones presentadas para la construcción de indicadores adecuados no es


únicamente un esfuerzo por mejorar las metodologías y los instrumentos de medición.
Si bien, se abordan las cuestiones metodológicas, también constituye un intento por
ampliar la definición y análisis de indicadores en temas como: bienestar social,
conocimiento tradicional, diversidad biológica, protección y usufructo de los recursos
naturales, derecho a la alimentación, seguridad y soberanía alimentaria, desarrollo
sostenible, situación de la mujer indígena, y, derechos civiles, políticos, económicos,
sociales y culturales. En la tabla 11 se relacionan las temáticas prioritarias del Mandato
del Foro permanente para las cuestiones indígenas de la Organización de Naciones
Unidas.

Tabla 11. Temáticas priorizadas por el Foro permanente para las cuestiones
indígenas de la ONU
Temáticas prioritarias ONU Temáticas prioritarias de los pueblos indígenas
• Salud • Tierras y territorios
• Derechos humanos • Patrimonio cultural colectivo (Conocimientos
• Desarrollo económico y tradicionales)
social • Formas de organización social
• Medio ambiente • Identidad (colectiva y de género)
• Educación • Modelos de autonomía o autogobierno
• Cultura • Relaciones interculturales
• Grado o nivel de bienestar
Fuente: UNAM, 2007. Informe de Evaluación del Primer Decenio Internacional de los Pueblos
Indígenas del Mundo. 1995-2004

En el Pacto de Pedregal, los pueblos indígenas han encontrado un espacio para


demandar que se conceda una importancia especial a los indicadores multifactoriales,
como instrumentos afines a través de los cuales se pueda dar cuenta de la integralidad
de los procesos en los que participan los pueblos, comunidades y personas indígenas,
evitando los enfoques unívocos, sesgados y parciales. En él se afirma que es preciso
que aquellos gobiernos de los Estados miembros de la ONU que se adhieren a
104

iniciativas de alcance mundial o regional―como los Objetivos de Desarrollo del


Milenio―, deben identificar a la población indígena en su información sobre metas e
indicadores. Por lo anterior, el Pacto de Pedregal explicita la necesidad de diseñar y
aplicar indicadores pertinentes ―convencionales o especiales―, prestando especial
atención a los temas principales del mandato del Foro Permanente para las Cuestiones
Indígenas: desarrollo económico y social, medio ambiente, salud, educación, cultura y
derechos humanos.

Posteriormente, las discusiones adelantadas por los representantes indígenas en la VII


Sesión del Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de la ONU del año 2007,
ofrecieron unas propuestas fundamentales sobre los indicadores y las demandas
indígenas surgidas del Pacto de Pedregal. Entre los principales planteamientos se puede
destacar que la elección y/o construcción de indicadores ha empezado a formar parte de
una lucha emancipadora de los indígenas por la equidad, la justicia social y la
democracia. Desde la perspectiva de los líderes indígenas, los indicadores no son sólo
un problema de orden instrumental y analítico, sino también una deconstrucción y/o
lucha contra paradigmas racistas, excluyentes y discriminatorios. Las dudas planteadas
por los órganos políticos de los estados nacionales sobre la incapacidad indígena para
asumir las riendas del destino de sus pueblos, así como la negación de la pluralidad
cultural y la reafirmación del racismo, generan un debate intercultural del cual se
derivan problemas enormes para estos pueblos y para la sociedad global.

Las demandas indígenas sobre indicadores presenta un discordancia de orden


conceptual en lo referente a los lenguajes usados por cada una de las partes, el cual se
expresa en diferentes sujetos ―instituciones, representantes indígenas y del gobierno―
y en diferentes niveles ―jurídicos, políticos, sociales, ecológicos, culturales y
económicos―. La homogeneidad de los conceptos es útil al momento de establecer
acuerdos y de definir los indicadores que servirán para analizar las condiciones de vida
y el desarrollo humano de los pueblos indígenas. Un ejemplo de ello es la distinción
entre pueblos y poblaciones indígenas; la misma es diferente según las instituciones o
los representantes que la utilicen. Así mismo, esa definición cobra un sentido diferente
dependiendo del nivel al que corresponda.
105

En suma a lo anterior, cabe resaltar que los conceptos emitidos por organismos
internacionales y gobiernos se han convertido en elementos de uso obligatorios. Sin
estas categorías de análisis, los proyectos presentados ante estas organizaciones no
proceden por lo que se han convertido en imposiciones intelectuales. Éstas resultan
inaceptables a ojos de los representantes de las comunidades indígenas, quienes
reconocen la existencia de diferencias en las prioridades, las estrategias y las maneras
de clasificar las problemáticas reconocidas por los pueblos mismos. Tales
imposiciones, dicen los líderes indígenas, distorsionan e impiden que las
consideraciones y enfoques de desarrollo y bienestar difieran entre un representante y
otro. A partir de estas discusiones, surge una demanda de indicadores no solo referidos
a la tarea de construir instrumentos sino también al conjunto de factores que resulta
importante identificar y distinguir. En el Pacto de Pedregal se señalan, entre otros, los
siguientes derroteros:

• Los indicadores (de bienestar, de desarrollo, ambientales o culturales) deben


identificar a la población indígena y dar cuenta objetiva de su situación de una
manera sistemática y regular. Es claro que no se trata de institucionalizar un
conjunto de estudios diacrónicos a través de los cuales se dé cuenta del estado de
cada uno de estos sectores, pero que a la vez, permita definir las dinámicas que lo
llevan a ser lo que es así como los elementos que podrían transformar los
sistemas a los que se refieren tales indicadores.
• Se menciona que los indicadores no deberán ser sólo un instrumento de
registro, sino también una herramienta fundamental para evaluar y proteger a las
comunidades y sus recursos territoriales y culturales. Esta es una de las razones
por la que tales herramientas se han convertido en un nuevo elemento en los
discursos y las luchas de los pueblos indígenas. Además de que son demandados
instrumentos de orden diacrónico, se pretende generar una herramienta de alto
impacto que permita una mayor y mejor participación de las minorías étnicas en
la gestión de su propio bienestar.
• Los indicadores de y para pueblos indígenas, y sus resultados, deben ser un
insumo esencial para la formulación de políticas públicas, programas y acciones
106

de gobierno, diseño de proyectos con la cooperación internacional u otras


instancias asociadas al desarrollo y bienestar indígena.
• Es necesario, además, que los indicadores den cuenta de las realidades y
temáticas de importancia desde el punto de vista de los pueblos indígenas. Las
prioridades sobre las problemáticas y las categorías para describirlos y
solucionarlos no suelen ser consideradas en los sistemas nacionales de
información. Entre otras, se mencionan la identidad, la espiritualidad, el
conocimiento tradicional, las formas propias de organización social, los derechos
colectivos y el patrimonio intangible.
• Las tareas asociadas a la construcción y aplicación de indicadores, los
procesos de participación y consulta resultan esenciales. Las bases de los pueblos
indígenas deben participar de manera plena y efectiva en todo el proceso.
• Los indicadores de y para los pueblos indígenas no deben concentrarse
exclusivamente en las carencias, en la vulnerabilidad, en la marginación o en la
pobreza, sino también en las potencialidades indígenas para su desarrollo. Por
eso, resultan de gran importancia los avances que se han hecho en el
reconocimiento y valoración del conocimiento tradicional. Sin embargo, en este
caso particular, dicen las autoridades indígenas que es preciso avanzar desde la
simple medición (descripción), para empezar a proponer estrategias que
propendan por su conservación, desarrollo y promoción.

Las discusiones llevaron a reconocer lo esencial que resulta que los países y los
organismos competentes desarrollen sistemas de información sobre los pueblos
indígenas, con datos obtenidos de censos, conteos, encuestas, estadísticas vitales u
otros instrumentos convencionales, y produzcan también informes especiales sobre
asuntos que resulten del mayor interés de pueblos y comunidades indígenas. Estas
discusiones los acercan a la conclusión de que los gobiernos, agencias de Naciones
Unidas, universidades y organismos de la cooperación deben desarrollar programas de
formación y capacitación de indígenas para el manejo de sistemas de información, con
especial atención al conocimiento y aplicación de indicadores convencionales o
específicos. Se reconoce el papel protagónico de los pueblos en estos temas y la
importancia de otorgar las herramientas técnicas suficientes que permitan la
107

elaboración, desarrollo y gestión de la información que derivan de estos indicadores así


como de las políticas públicas que pretenden producirse a partir de ellos.

Es importante indicar que, luego de la evaluación del Primer Decenio de los pueblos
indígenas (1995 - 2004), los resultados fueron considerados por debajo de las
expectativas establecidas para tal década. Por tal razón, la Asamblea General de las
Naciones Unidas en el sexagésimo periodo de sesiones (febrero de 2006), resuelve
aprobar el Programa de Acción para el Segundo Decenio Internacional de los Pueblos
Indígenas del Mundo (2005 – 2014). Esta declaración busca continuar fortaleciendo la
cooperación internacional para la solución de los problemas a que se enfrentan los
pueblos indígenas en esferas tales como la cultura, la educación, la salud, los derechos
humanos, el medio ambiente y el desarrollo social y económico, por medio de
programas orientados a la acción y proyectos específicos, una mayor asistencia técnica
y las actividades normativas pertinentes.

En ese sentido, se puede afirmar que los acuerdos a los cuales llegaron los Pueblos
Indígenas, el Estado y la sociedad, y recogidos en el Pacto de Pedregal (2004), se
destacan cuatro propuestas consideradas como temas centrales de la agenda básica
sobre la demanda de indicadores para pueblos indígenas, los cuales podrían ser
aplicados a la realidad de estos pueblos, estos son:

• Indicadores convencionales con marcadores étnicos. Se hace referencia a


incluir en las estadísticas tradicionales - como por ejemplo, los censos y
estadísticas oficiales -, estadísticas diferenciadas para pueblos indígenas.
• Indicadores culturalmente adecuados. Se refiere a la necesidad de que los
indicadores reflejen la realidad cultural que los pueblos indígenas consideran, así
como sus concepciones y sus consideraciones sobre las ideas de desarrollo y
bienestar. De igual forma, la idea de incluir este tipo de indicadores precisa la
necesidad de categorizar de forma general los grupos de población existente, es
decir por indios, indígenas, afrodescendientes, y en forma específica, distinguir
las comunidades que hacen parte de cada grupo, esto es, quechuas, mayas,
Uitoto, Bora, entre otros.
108

• Otros indicadores útiles a pueblos indígenas. Lo que se quiere es incluir


situaciones que son particulares a cada población y que constituyen otros
aspectos en los que la cultura ha influido.
• Relación de los indicadores para pueblos indígenas con los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM). Es una idea que trata de construir indicadores de
desarrollo para pueblos que resulten útiles, no sólo a los pueblos indígenas en la
satisfacción de sus necesidades, sino que sirva a los gobiernos y a los organismos
de cooperación internacional.

3.3.8. Propuesta sobre indicadores sociales de CELADE/CEPAL – Fondo


Indígena
El Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas de las Naciones Unidas, en su
calidad de organismo asesor del Consejo Económico y Social (Ecosoc), ha examinado
las cuestiones indígenas relacionadas al desarrollo económico y social, la cultura, la
educación, la salud, el medio ambiente y los derechos humanos. Lo anterior, ante las
solicitudes recurrentes en diferentes foros nacionales e internacionales por parte de los
pueblos indígenas, frente a su demanda de contar con información sobre esas temáticas.
En particular, señala la participación medular de la CEPAL en materia de producción,
elaboración y utilización de información, hacer concertada con la colaboración de los
pueblos indígenas, con objeto de mejorar las condiciones socioeconómicas y la
participación activa de los mismos en el proceso de desarrollo en toda la región de la
América Latina y el Caribe (CELADE/CEPAL - FONDO INDÍGENA, 2007).

En ese sentido, la CELADE/CEPAL y el Fondo Indígena14 adelantaron una experiencia


encaminada a desarrollar un sistema de indicadores socio demográficos de poblaciones

14
El Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe - Fondo Indígena
(Fondo Indígena, 2011), fue creado en 1992 en la II Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de
Gobierno, celebrada en Madrid, España. Es organismo multilateral de cooperación internacional
especializado en la promoción del autodesarrollo y el reconocimiento de los derechos de los Pueblos
Indígenas. Está integrado por países miembros de América Latina y Europa: Argentina, Belice, Bolivia,
Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México,
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela; y otros asociados Bélgica, España y
Portugal. Entre unos de los objetivos, el Fondo Indígena contribuye a mejorar el acceso y la calidad de
los recursos de información para los Pueblos Indígenas, a fin de viabilizar y fortalecer el diálogo
intercultural entre los principales actores del desarrollo indígena, visibilizar la situación de los mismos;
posibilitar y garantizar su participación efectiva en el diseño de políticas y estrategias de desarrollo y en
los procesos de toma de decisiones.
109

y pueblos indígenas de América Latina (Sisppi). Tal propuesta ha pretendido diseñar y


difundir una herramienta de apoyo a la toma de decisiones de políticas públicas
orientadas a disminuir la desigualdad que afecta a los pueblos indígenas y fomentar su
bienestar en el marco de los derechos humanos. Esta propuesta avanza teniendo como
guía dos ejes centrales. En primer lugar, distinguir a los pueblos indígenas del resto de
la población de manera de poder establecer mediciones estadísticas ―descriptivas e
inferenciales―, que correspondieran con los comportamientos de estos grupos
minoritarios. En segundo lugar, se busca que los resultados cumplan con el criterio de
la pertinencia a cultural. La misma exigía reconocer como otro eje importante los
derechos colectivos de los pueblos indígenas consolidados en el estándar mínimo
internacional (CELADE/CEPAL - FONDO INDÍGENA, 2007), en particular aquellos
relacionados con la integridad cultural.

El sistema de indicadores sociodemográficos desarrollado por esas entidades basó sus


esfuerzos en el cumplimiento de seis objetivos específicos fundamentales: 1) el
desarrollo del marco conceptual y metodológico; 2) la selección de los indicadores
basados en los censos; 3) el inicio de un proceso de validación de los indicadores
propuestos; 4) capacitación a técnicos provenientes de organizaciones indígenas y de
los institutos de estadística en el desarrollo de sistemas de este tipo a nivel nacional; 5)
intercambio de experiencias sobre los sistemas de indicadores con profesionales y
técnicos nacionales, provenientes de organizaciones indígenas y de instituciones
encargadas de diseñar e implementar programas y políticas para estos grupos; y, 6)
difusión del Sisppi a organizaciones indígenas, institutos de estadística y otros
organismos pertinentes del ámbito nacional e internacional.

El primer objetivo desencadenó una discusión de orden fundamental: la definición de


los pueblos indígenas. Señalan que abordar esa temática guarda una dificultad como es
la de considerar la diversidad y la variación que corresponde a los procesos históricos a
los que se vinculan los diferentes pueblos indígenas. La sobrevivencia de determinadas
prácticas culturales, el auto-reconocimiento, las transformaciones en el marco de
110

ciertas relaciones de intercambio con grupos no indígenas, describen la dificultad de


esta tarea por definir a los pueblos indígenas. Por otro lado, y en referencia a las
fuentes de información a nivel regional disponibles, agregaron otro inconveniente,
como es la existencia de datos de orden diverso, que en algunos casos no permiten la
comparación de la situación de los pueblos indígenas entre países. No obstante, tal
análisis permitió llamar la atención sobre la responsabilidad de los estados en la gestión
y producción de este tipo de información en condiciones de buena calidad.

El sistema de indicadores sociodemográficos de poblaciones y pueblos indígenas de


América Latina (Sisppi), se basa en un conjunto de áreas temáticas conformadas a
partir de un análisis previo de información censal. Entre ellas se cuentan: población,
salud, distribución territorial y migración, educación y cultura, características
socioeconómicas, vivienda, hogar y familia. Igualmente, para cada una de estas áreas
temáticas se desarrolló un sistema de indicadores, y el respectivo software que permitió
el análisis de los datos aportados por los países participantes dentro del proyecto. Las
tablas 12, 13, 14, 15, 16 y 17, listan los indicadores desarrollados por este grupo de
trabajo.

Tabla 12. Indicadores identificados sobre demografía indígena


Denominación Descripción
Número de habitantes Total de población censada.
Expresa el peso relativo de cada grupo de edades en relación
Estructura por edad
al total de la población.
Expresa la composición por sexo de una población ―relación
Índice de masculinidad entre la cantidad de hombres y la cantidad de mujeres―.
Expresa la relación entre la cantidad de personas adultas
Índice de envejecimiento mayores y la cantidad de niños y jóvenes.
Mide la población en edades teóricamente inactivas en
Relación de dependencia relación a la población en edades teóricamente activas.
Porcentaje de población Expresa el peso relativo de la población indígenas en la
indígena población total.
Fuente: CELADE/CEPAL, 2007

Tabla 13. Indicadores identificados sobre distribución territorial de la población


y la inmigración interna
Denominación Descripción
Porcentaje de población Expresa el peso relativo de la población indígena urbana en la
indígena en zonas urbanas población urbana total.
111

Inmigrantes recientes de la Total de personas que llegaron a residir en una DAM en los
División Administrativa Mayor últimos 5 años, provenientes de cualquier otra DAM del país.
(DAM)
Total de la población migrante interna que dejó de residir en la
Emigrantes recientes de la DAM DAM de referencia, dentro de los 5 años previos a la fecha
censal.
Total de personas que llegan a vivir a una DAM respecto a las
Tasa de inmigración reciente personas que residen en la misma, en los 5 años previos al
censo.
Total de personas que emigran de una DAM respecto a las
Tasa de emigración reciente personas que residen en la misma, en los 5 años previos al
censo.
Efecto neto de la inmigración y la emigración de la población
Tasa neta de migración reciente de una determinada DAM, ―ganancia o pérdida de
población―, en los cinco años previos al censo.
Fuente: CELADE/CEPAL, 2007

Tabla 14. Indicadores identificados sobre educación y cultura indígena


Denominación Descripción
Tasa de analfabetismo Expresa la magnitud relativa de la población analfabeta.
Promedio de años de estudio de Es una medida del grado de instrucción formal de la población.
la población adulta
Porcentaje de indígenas que Total proporción de la población indígena que habla
habla sólo idioma indígena únicamente idioma indígena.
Total proporción de la población indígena que habla
Porcentaje de indígenas que sólo
únicamente el idioma dominante en cada país ―castellano o
habla idioma castellano
portugués―.
Porcentaje de indígenas que Total proporción de la población indígena que habla idioma
habla idioma indígena y indígena y el idioma dominante en cada país ― castellano―.
castellano
Asistencia escolar de la Total proporción de la población de 6 a 11 años, que asiste a
población de 6 a 11 años algún establecimiento educativo del ciclo de primaria.
Asistencia escolar de la Total proporción de la población de 12 a 17 años, que asiste a
población de 12 a 17 años algún establecimiento educativo del ciclo secundario.
Asistencia escolar de la Total proporción de la población de 18 a 22 años, que asiste a
población de 18 a 22 años algún establecimiento educativo de nivel superior.
Porcentaje de la población de 15 Total proporción de la población de 15 a 19 años que culminó
a 19 que termina la educación la primaria.
primaria
Fuente: CELADE/CEPAL, 2007

Tabla 15. Indicadores identificados sobre salud indígena


Denominación Descripción
Número de hijos que en promedio tendría una mujer durante su
Tasa global de fecundidad vida fértil, de acuerdo a las tasas de fecundidad por edad.
Tasa de mortalidad en la niñez Expresa la probabilidad de morir de un recién nacido antes de
(menores de cinco años) cumplir los primeros 5 años de vida.
112

Es la probabilidad que tiene un recién nacido de morir antes de


Tasa de Mortalidad Infantil cumplir un año de vida.
Fuente: CELADE/CEPAL, 2007

Tabla 16. Indicadores identificados sobre las características socioeconómicas


Denominación Descripción
Grado de participación de la población en el mercado de
Tasa de participación económica
trabajo.
Grado de desocupación de la población económicamente
Tasa de desempleo
activa.
Porcentaje de ocupados por Distribución de la población ocupada según su inserción en el
categoría ocupacional mercado de trabajo −patrón, cuenta-propia o asalariado−.
Distribución de la población ocupada según el sector de la
Porcentaje de ocupados por
economía en la cual se inserta −sector primario, secundario y
rama de actividad
terciario−.
Porcentaje de ocupados según Distribución de la población ocupada según la calificación del
calificación profesional trabajo que realizan.
Fuente: CELADE/CEPAL, 2007

Tabla 17. Indicadores identificados sobre vivienda, hogar y familia indígena


Denominación Descripción
Porcentaje de viviendas en Grado de hacinamiento de las viviendas ocupadas.
situación de hacinamiento
Porcentaje de viviendas con Viviendas con falta de acceso a agua potable ―proporción de
abastecimiento de agua viviendas que cuentan con abastecimiento de agua
inadecuado inadecuado―.
Viviendas con falta de acceso a saneamiento básico
Porcentaje de viviendas con
―proporción de viviendas que tienen servicios sanitarios
servicios sanitarios deficientes
deficientes―.
Porcentaje de hogares con jefe Proporción de hogares encabezados por indígenas.
indígena
Porcentaje de población en Proporción de población que vive en hogares encabezados por
hogares con jefe indígena indígenas.
Porcentaje de hogares con Proporción de hogares particulares constituidos por un jefe y su
presencia del cónyuge del jefe cónyuge.
Porcentaje de hogares según Distribución relativa de los hogares según la condición
condición indígena del jefe y su indígena del jefe y su cónyuge.
cónyuge
Porcentaje de hogares con jefa Proporción de hogares encabezados por mujeres.
mujer
Fuente: CELADE/CEPAL – FONDO INDIGENA, 2007

Los indicadores sociodemográficos diseñados y considerados por el Sisppi,


acometieron el propósito de brindar información a nivel regional, comparable entre los
países de América Latina. Se puede afirmar que es un sistema complementario de los
sistemas de indicadores nacionales, que en general se utilizan para caracterizar las
condiciones de vida de las poblaciones, las desigualdades e inequidades geográficas, de
113

género y generacionales en un país determinado. En general, se le señala que los


indicadores incluidos en el Sisppi tienen la capacidad de monitorear a nivel general, el
efecto de las políticas públicas sobre el bienestar de los pueblos indígenas; también el
potencial de retroalimentar a quienes toman decisiones sobre la efectividad de las
mismas. Cuenta con una propuesta de monitoreo la cual estaría en la capacidad de
efectuar un seguimiento a los cambios en el tiempo y las diferencias entre diversos
grupos sociales y áreas de un país.

El Sisppi es una experiencia en América Latina cuyo esfuerzo se ha dirigido a plantear


una propuesta de indicadores bajo la perspectiva desde las minorías étnicas y en
relación con sus territorios. Las temáticas e indicadores identificados, si bien
contemplan una escala general, aportan en el diseño de indicadores apropiados para
pueblos indígenas, en la siguiente dirección: aspectos conceptuales y metodológicos;
levantamiento de una información cuantitativa, sobre tres grandes categorías para el
análisis: demografía - migración; características socio económicas ―salud, educación,
vivienda, empleo―; cultura ―idioma―. El sistema sugerido por el Fondo Indígena, si
bien avanza en la conformación de una información que particulariza las condiciones
de vida de los pueblos indígenas, de acuerdo con los contextos sociales y económicos,
no plasman precisamente los aspectos culturales de sus modos de vida que los
distinguen; precisamente estos constituyen la base de su cohesión social y territorial.
Este es uno de los aspectos no abordados, que exigen el levantamiento de una
información cualitativa, que para involucrarse para hacer parte de un sistema de
indicadores, requiere de un tratamiento espacial y de la construcción de marcos
conceptuales detallados.

En ese sentido, el sistema de indicadores que viene conformando el Sisppi se


constituye en un avance encaminado a estructurar y poner en marcha un sistema de
medición acorde con los modos de vida de los pueblos indígenas. Este esfuerzo
instrumentaliza una perspectiva de involucrar los derechos de los pueblos indígenas,
como es la de contar con información que les permita a las políticas públicas de los
Estados nacionales, afianzar los territorios y su existencia social y cultural; por ende su
bienestar de acuerdo con sus usos y costumbres.
114

3.4. Síntesis de una trayectoria en la conformación de indicadores apropiados


para pueblos indígenas
Lo visto permite entender la preocupación en relación con el reconocimientos de los
derechos de los pueblos indígenas, entre los cuales debe considerare el contar con
instrumentos que brinden la oportunidad de evaluar los impactos de las políticas
nacionales en sus modos de vida y territorios. Se puede sintetizar lo anterior en dos
direcciones:

• Los enfoques de los organismos a nivel internacional, que hacen referencia a


los aportes del BM y del BID. Desde la década de los años 90, estas dos
entidades puntualizaron instrumentos direccionados a contrarrestar la pobreza en
los pueblos indígenas, a través de acciones a promover un desarrollo, en forma
concertada, bajo el reconocimiento de la existencia de una diversidad y derechos
humanos étnicos. El BID creó la Unidad de Pueblos Indígenas y Desarrollo
Comunitario, la cual estructuró una estrategia de desarrollo, con base en la
conformación de una serie de temáticas, que permitiera evaluar de manera
holística la situación de los pueblos indígenas.
• De otro lado, se tienen las propuestas surgidas desde el año 1977 fruto de los
procesos de concertación adelantados por la ONU. A partir de ese año, se creó el
Grupo de Trabajo de Pueblos indígenas (GTPI), que supuso un avance en el
reconocimiento de los derechos humanos y libertades fundamentales del
bienestar, en el marco de un intenso proceso de participación de los pueblos
indígenas. Este proceso ha permitido que en las últimas dos décadas, los pueblos
indígenas estuvieran presentes en diferentes conferencias de orden mundial. Se
resalta su asistencia a las Cumbres sobre Medio Ambiente y Desarrollo (Río
1992; Johannesburgo 2002); a la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos
en Viena, donde se logró la proclamación del Decenio de los Pueblos Indígenas
(1994 - 2005), encaminada a fortalecer la cooperación internacional en aras de
contribuir a resolver los problemas más acuciantes a los que se enfrentaban los
pueblos indígenas, en relación con los derechos humanos, el medio ambiente, el
desarrollo, la educación y la salud.
115

Este último proceso convergió en un Proyecto de Declaración de la ONU preparado


por el GTPI, cuya discusión interna se prolongó entre 1994 y 2006. A mediados del
año 2006, el proyecto de Declaración fue adoptado en su primera sesión por el Consejo
de Derechos Humanos y transferido a la Asamblea General, adoptándose finalmente en
septiembre de 2007. La declaración de la ONU reconoce los derechos relativos a la
preservación cultural de los pueblos indígenas; que concierne a la preservación y
desarrollo de su identidad, lo que implica el derecho a: determinar el contenido de su
propia educación y acceso a los sistemas nacionales; contar con sus propios medios de
comunicación y tener acceso a los medios generales, nacionales; y, a conservar su
patrimonio cultural (Charters y Stavenhagen, 2010; Eide, 2010).

En general, se puede afirmar que el logro más importante del último proceso reseñado,
lo constituye el hecho de que ha permitido definir indicadores mucho más precisos,
multidimensionales, producto de los contextos locales, y relativos a sus diferencias
culturales y territoriales, que tiene en la propuesta de CELADE/CEPAL – FONDO
INDIGENA, (2007) un claro avance sobre esas posibilidades. Los resultados muestran
una convergencia temática por superar los enfoques de medición oficial del desarrollo
centrados en evaluar el número de personas en pobreza absoluta y relativa. Los avances
conceptuales de la última década, dirigidos a evaluar los logros del desarrollo en
términos de las desigualdades y disparidades que genera, así como la vulnerabilidad de
la sociedad frente a procesos de empobrecimiento, son una base que permitirá ampliar
la conceptualización para el diseño y aplicación de un modelo de indicadores de
bienestar social, que conjuguen, por una parte, un carácter multidimensional, y, por
otra, la seguridad humana, para ser aplicados a las particularidades de las sociedades
tradicionales.

Los diferentes aportes, reconocen las dificultades existentes con respecto al tratamiento
de lo indígena: cómo definir estos grupos de población, cómo construir las ideas como
el desarrollo, la pobreza, la riqueza ―activos―, el bienestar, en el marco de sus
propias visiones. Por otro lado, la referencia a indicadores de desarrollo es muy
tangencial. Generalmente, se presenta la relación que existe entre pobreza y origen
étnico. A la conocida vinculación de la pobreza con la ausencia de desarrollo, se le
116

agrega el tema del origen étnico como una de las causas que explicaría la actual
situación de pueblos indígenas. También, aportan elementos para exigir un
reconocimiento a la importancia de la tierra y, más allá de eso, del territorio como una
construcción social que exige entenderlo como parte integral de la vida de los pueblos
indígenas; de donde se desprende que el uso de la tierra dista de ser meramente
instrumental para convertirse en vital.

Es importante mencionar el avance en la obtención de indicadores adecuados para


medir el bienestar, pero debe tenerse en cuenta que aún no se consideran indicadores
sociales que reflejen factores del desarrollo que susciten impactos sobre la
biodiversidad. Tal es el caso de la diversidad lingüística y el número de hablantes de
lenguas indígenas. Lo que aquí se puede extraer es la consideración inapelable que
hacen los pueblos indígenas acerca del significado de diversidad, en donde se
trasciende lo meramente biológico para entrar en la diversidad cultural que se expresa
de muchas formas: la lengua, modos de vida, costumbres, prácticas médicas, entre
otros. Por lo tanto, generar indicadores apropiados para pueblos indígenas amazónicos
supone proporcionar elementos de reflexión relacionados con las capacidades de dichas
sociedades tradicionales, que históricamente han sido desconocidas por las sociedades
nacionales en los países latinoamericanos.

Lo anterior ha tenido como propósito dar a conocer las principales corrientes que han
tratado el concepto de bienestar y su medición. También, precisar cuál ha sido su
aporte al diseño de indicadores para las sociedades tradicionales indígenas. En síntesis,
el proceso de construcción de un marco conceptual adecuado para plasmar un modelo
de indicadores de bienestar humano para los pueblos indígenas localizados en la
Amazonia colombiana. A través de los capítulos anteriores, se muestra que
necesariamente se debe de considerar una perspectiva multidimensional que conjugue:
1) una dimensión étnica con énfasis en las respectivas particularidades
socioeconómicas, socioculturales, sociopolíticas y biofísicas; 2) una dimensión sobre la
sostenibilidad de sus activos, ambientales, sociales, culturales, económicos, políticos,
que son la sustentabilidad de su modelo económico tradicional; 3) una dimensión de las
particularidades de su actual vinculación a la sociedad occidental y a la economía del
117

mercado; 4) una dimensión de los impactos generados en dichas sociedades y sus


consecuencias.
119

4. EL CONCEPTO DE BIENESTAR DE LOS


PUEBLOS INDÍGENAS DE LA AMAZONIA
COLOMBIANA
Considerar un concepto de bienestar de los pueblos indígenas en la Amazonia
colombiana, necesariamente demanda contar con una perspectiva multidimensional que
posibilite explicar y caracterizar los modos de vida indígenas y su relación con el
ecosistema. Ese propósito exige una aproximación temática que dé muy buena cuenta
de los siguientes derroteros: una dimensión territorial dada la existencia de los
resguardos indígenas como una figura legal de orden colectivo; una dimensión étnica
con énfasis en las respectivas particularidades socioeconómicas, socioculturales,
sociopolíticas; una dimensión sobre la sostenibilidad de sus activos, ambientales,
sociales, culturales, económicos, políticos; una dimensión de las particularidades de su
actual vinculación a la sociedad occidental y a la economía del mercado; y una
dimensión de los impactos generados en dichas sociedades y sus consecuencias.

Lo anterior, requiere de la conformación de un marco conceptual, que lleve a entender


la existencia de una relación entre los ecosistemas ―territorio― y las sociedades
indígenas en la Amazonia colombiana. Los pueblos indígenas en la región, su
ocupación e intervención al ecosistema, históricamente se ha mantenido en una
relación que muestra cómo el uso y manejo de los recursos necesarios para la
sostenibilidad de sus modos de vida, se ha basado en garantizar la sustentabilidad de su
entorno natural. Se pretende mostrar cómo el concepto de bienestar de los pueblos
indígenas, es producto de una relación de equilibrio entre los ecosistemas y las
sociedades étnicas que la intervienen; lo que necesariamente implica profundizar
aspectos particulares de la construcción social y cultural del territorio, efectuada por las
sociedades indígenas en la región amazónica colombiana.
120

Desde esa óptica, en América Latina se vienen discutiendo y adoptando distintas


conceptualizaciones alternativas en contraposición a los conceptos clásicos de
desarrollo y crecimiento económico. Es el caso del concepto Sumak Kawsay ―en
kichwa―, que según la cosmovisión de los indígenas ecuatorianos expresa: vida no
mejor, ni mejor que la de otros; simplemente buena vida. De otro lado el concepto
Suma Qamaña ―en aimara― acotado por los indígenas bolivianos, que significa: buen
vivir, la sociedad buena para todos en suficiente armonía interna; el buen vivir (Carpio,
2008; Acosta, 2009, 2011; Dávalos, 2010 y Tortosa, 2009)15. En general, estos
conceptos buscan crear las condiciones espirituales y materiales para mantener la vida
en armonía con la naturaleza. Contienen una diversidad de elementos a los que están
condicionadas las acciones humanas que propician el buen vivir, como son el
conocimiento, los códigos de conducta éticos y espirituales en relación con el entorno,
los valores humanos y la visión de futuro. Se constituyen en conceptos de pensamiento
alternativos sobre el desarrollo y suponen hallazgos fundamentales frente a los
fenómenos globales de los últimos años: el calentamiento global y su efecto sobre las
poblaciones, asentamientos y calidad de vida.

En ese sentido, conocer el contexto territorial que los resguardos indígenas poseen en la
conservación del medio ambiente, al igual que las particularidades de las sociedades
étnicas que intervienen el ecosistema en la Amazonia colombiana; son piezas
fundamentales de un marco conceptual, con la fuerza de explicar, la relación entre
ecosistemas y sociedad indígena, que sustenta el concepto de bienestar de los pueblos
indígenas. Lo anterior, involucra observar en primer lugar, los rasgos de orden
biofísico, socioeconómico, sociocultural y sociopolíticos, de los resguardos indígenas;
especialmente su carácter colectivo y pluricultural, así como las tensiones actuales

15
Se conoce que tanto en Bolivia como en Ecuador existe una población importante alejada total y
radicalmente del consumidor, de los mercados libres y competitivos. Son sociedades que mantienen y
conservan formas de vida diferentes a la lógica del consumidor y de la mercancía, que se establecen
desde otros marcos normativos y éticos. Se distinguen por contar con una memoria ancestral, que no
coincide con la individualidad moderna, ni con la razón neoliberal dominante como es el caso de la
existencia del ingreso y el bienestar individual, para el sostenimiento de la vida. Tanto Bolivia (2009)
como Ecuador (2008), a través de sus constituciones políticas, han adoptado los conceptos: Sumak
Kawsay y Suma Qamaña como una forma de reconocer: los derechos de los pueblos indígenas a la vida;
a ser sociedades distintas con fundamentos en cosmovisiones y códigos éticos propios; a contar con
formas y organizaciones propias; que las distingue de la sociedad occidental.
121

tanto internas como externas, sus posibilidades frente a ciertos fenómenos


socioeconómicos, dada su actual vinculación a la sociedad occidental y a la economía
del mercado y los impactos generados en dichas sociedades y territorios. En segundo
lugar, las particularidades étnicas y culturales de las sociedades amazónicas que
albergan los resguardos indígenas y el papel del conocimiento tradicional asociado a la
biodiversidad en el equilibrio territorial, entre otros. En definitiva, son parte en la
conformación del marco o entorno en el que cabe considerar hoy la existencia de un
bienestar de los pueblos indígenas en la Amazonia colombiana.

Son premisas que se plasman en el marco del bienestar en términos de la abundancia


de los pueblos indígenas Uitoto, Okaina, Bora y Muinane, de la Chorrera−Amazonas,
que permiten asegurar que se trata de un concepto no arcaico, sino real y en evolución,
el cual podría sustentar un concepto de bienestar humano promisorio en la Amazonia
Colombiana.

4.1. El papel de los resguardos indígenas como salvaguardas del medio ambiente
en la Amazonia Colombiana
Los resguardos, como propiedades colectivas, afianzan la conservación y promoción de
las prácticas y costumbres de los pueblos indígenas. En estos territorios, los pueblos
indígenas han establecido unas relaciones con el medio ambiente, construidas bajo una
racionalidad que posibilita la conservación de los recursos y la reproducción de la
biodiversidad de estos ecosistemas. La conservación de estas prácticas depende de las
posibilidades que ofrecen el medio social y la gobernabilidad para reproducir y
mantener las costumbres y creencias en dichos territorios.

Sin embargo, como propiedades colectivas, los resguardos indígenas no son una
garantía suficiente para la reproducción de las prácticas tradicionales de los pueblos
indígenas. La vinculación con la sociedad nacional, el Estado y las economías locales,
al igual que la presencia de ciertos fenómenos sociales y sociopolíticos, tienen una
fuerte incidencia en los aspectos internos de estas sociedades en cuanto limitan las
posibilidades de reproducción de sus prácticas culturales, incluso aquellas sobre las que
se sustenta la conservación del medio ambiente. La capacidad de conservación de los
122

recursos naturales de estos pueblos puede verse confinada a las posibilidades que le
ofrecen las condiciones sociales en las que se inscriben los territorios de los resguardos
indígenas.

4.1.1. Características demográficas y territoriales de los resguardos indígenas


En Colombia residen 87 pueblos indígenas plenamente identificados (Censo DANE,
2005), entre los cuales se hablan 64 lenguas amerindias que se pueden agrupar en 12
familias lingüísticas. Además, existen 10 lenguas aisladas en las que no parece haber
un acuerdo sobre su clasificación. Según Arango y Sánchez (2004), a su vez, las
familias lingüísticas se dividen en: 1) chibcha, de probable procedencia
centroamericana; 2) arahuaca, caribe, quechua y tupí, grandes familias suramericanas;
3) chocó, guahibo, sáliba, maca, uitoto, bora, tucano, que son familias presentes en el
ámbito regional; 4) diez lenguas aisladas: awa, cuaiquer, cofán, guambiano, kamentsá,
paés, ticuna, tinigua, yagua, yaruro. En la Amazonia colombiana, por su parte, residen
62 pueblos indígenas diferenciados que constituyen el 71% del total de los pueblos
indígenas del país, lo que pone de manifiesto la importante participación de la región
en el complejo étnico que conforma la nación colombiana (Tabla 18).

Tabla 18. Pueblos indígenas por unidad político–administrativa. Región


amazónica colombiana
Etnias
Departamentos Pueblos Indígenas
N° %
Andoke, Coreguaje, Coyaima, Embera Katio, Inga, Makaguaje,
Caquetá 9 9.2
Nasa, Uitoto.
Coconuco, Embera, Eperara Siapidara, Guambiano, Guanaca,
Cauca 10 10.2
Inga, Nasa, Totoró, Yanacona.
Andoke, Barasana, Bora, Cocama, Inga, Karijona, Kawiyarí,
Kubeo, Letuama, Makuna, Matapí, Miraña, Nonuya, Ocaina,
Amazonas 22 22.4
Tanimuka, Tariano, Tikuna, Uitoto, Yagua, Yauna, Yukuna,
Yuri.
Guainía 5 5.1 Kurripaco, Piapoco, Puinave, Sicuani, Yeral.
Desano, Guayabero, Karijona, Kubeo, Kurripaco, Nukak,
Guaviare 12 12.2
Piaroa, Piratapuyo, Puinave, Sicuani, Tucano, Banano.
Meta 5 5.1 Achagua, Guayabero, Nasa, Piapoco, Sikuani.
Bara, Barasana, Carapana, Desano, Kawiyarí, Kubeo,
Vaupés 19 19.4 Kurripako, Makuna, Nukak, Piratapuyo, Pisamira, Siriano,
Taiwano, Tariano, Tatuyo, Tucano, Tuyuka, Banano, Yurutí.
123

Awa, Coreguaje, Embera Katio, Inga, Kamentsa, Kofán, Nasa,


Putumayo 10 10.2
Siona, Uitoto.
Vichada 6 6.2 Kurripako, Piapoco, Piaroa, Puinave, Sáliba, Sikuane.
Total 98 100.0
Fuente: DANE (Censo General, 2005).

A nivel nacional existen 710 resguardos indígenas, que se localizan al interior de 228
municipios y/o corregimientos departamentales y representan el 30% del territorio
nacional, totalizando una extensión de 34 millones de hectáreas (DANE, 2005). La
región amazónica colombiana comprende los territorios de los departamentos de
Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés, además de una parte de
los territorios de Vichada, Meta, Cauca y Nariño. En total supone un área de 477.374
Km2, aproximadamente el 6% de la Gran Amazonia y el 42% del territorio continental
de Colombia (Gutiérrez et al., 2004). En esta región los resguardos indígenas
representan un área de cerca de 25 millones de hectáreas. La distribución de las zonas
de los resguardos y las áreas de bosques primarios, que albergan una compleja
biodiversidad, son aspectos sensiblemente importantes para Colombia.

A nivel departamental, en la Amazonia colombiana el 56% de los resguardos se


localizan en los departamentos con mayor tradición y antigüedad en los procesos de
colonización ―Caquetá, Meta, Guaviare, Putumayo, Cauca y Nariño―. Estos
departamentos tienen los mayores porcentajes relativos (12%) de territorios con
ecosistemas transformados respecto a la región (Tabla 19). Allí se ha implementado un
modelo agrícola en dos direcciones: la ganadería extensiva, y, los cultivos con fines
comerciales. Estas acciones tienen lugar sobre áreas geográficas en las que se han
realizado los procesos de colonización (Murcia et al., 2009). En contraste, el área
adjudicada a los resguardos en esta zona, representa el 11% del total regional, con una
población indígena que corresponde al 44% del total de indígenas de la Amazonia
colombiana.

Por otro lado, los departamentos de Amazonas, Guainía, Vaupés y Vichada, albergan el
restante 44% del número total de resguardos en la región, pero su área constituye el
89% del total de la misma. Allí se ubica el 56% de la población indígena (Tabla 19).
124

En esta zona, las áreas en resguardos indígenas constituyen entre el 48% y el 98% de
las áreas totales en esos departamentos. Así mismo, en esos territorios de propiedad
colectiva las coberturas predominantes (99%) son las naturales y de alta biodiversidad
conservadas. Estas coberturas naturales son producto del poblamiento del ser humano
en la zona y la humanización de la selva es el resultado del proceso de mutua
adaptación (Clement, 2006; Morgote et al., 2006).

Tabla 19. Población y coberturas de la tierra en resguardos indígenas.


Amazonia colombiana
Resguardos Población Áreas (ha) Área Ecosistemas (ha)
Departamentos

Departamentales

Transformados
Resguardos

Naturales
% (*)

(%)

(%)


%

Amazonas 24 12,1 20.496 15,7 10.966.500 9.199.688 83,9 10.859.995 99,0 9.662 0,1
Vaupés 3 1,5 21.504 16,4 5.413.500 4.120.897 76,1 5.309.051 98,1 2.941 0,1
Guainía 26 13,1 14.331 11,0 7.223.800 7.083.742 98,1 7.058.576 97,7 3.652 0,1
Vichada 34 17,1 17.127 13,1 6.653.900 1.769.796 26,6 3.561.005 53,5 85.028 1,3
Nariño 7 3,5 18.538 14,2 300.400 27.987 9,3 264.245 88,0 33.489 11,1
Cauca 4 2,0 694 0,5 481.300 1.534 0,3 432.268 89,8 48.231 10,0
Caquetá 41 20,6 6.835 5,2 9.009.700 638.303 7,1 7.644.327 84,8 1.365.348 15,2
Putumayo 32 16,1 24.391 18,6 2.610.300 143.299 5,5 2.127.792 81,5 468.874 18,0
Meta 8 4,0 1.143 0,9 3.202.400 48.405 1,5 2.414.128 75,4 292.467 9,1
Guaviare 20 10,1 5.796 4,4 5.545.500 1.854.243 33,4 5.356.574 96,6 187.766 3,4
Total 199 100,0 130.855 100,0 47.482.000 24.887.894 52,4 45.027.961 94,8 2.497.458 5,3
(*) Representa la relación: área resguardos indígenas respecto al área total departamental.
Fuente: Arango, R; Sánchez, E. 2004. Instituto Sinchi. Sistema de Información Ambiental Territorial
de la Amazonia colombiana SIAT-AC. 2007. Elaboración propia

4.1.2. Tipos y dinámicas en los resguardos indígenas


Lo anterior muestra que los procesos de poblamiento e intervención en la Amazonia
colombiana han delineado la conformación de dos subregiones: la Amazonía
Noroccidental, con un mayor contacto con los fenómenos de la realidad andina
colombiana, pero a la vez con mayores presiones y transformaciones sobre su
territorio; y, la Amazonia Suroriental donde los pueblos indígenas han logrado, gracias
a su posición geográfica, un menor contacto con la sociedad nacional y,
consecuentemente, una menor presión sobre sus territorios.
125

En concordancia con esos dos escenarios subregionales y las dinámicas


socioeconómicas, tanto externas como internas que las caracterizan (Tabla 20), los
resguardos y su situación reflejan precisamente esa complejidad y diversidad de
circunstancias a las que se enfrentan los pueblos indígenas de las dos subregiones
anotadas en la Amazonía colombiana. Así mismo, muestran los distintos esfuerzos por
mantener vivas sus tradiciones y conservar en equilibrio los ecosistemas en los que se
encuentran inscritos sus territorios.

Tabla 20. Dinámicas externas e internas en los resguardos indígenas. Región


amazónica colombiana
Clases Dinámicas
Resguardos afectados por flujos poblacionales y presiones que los afectan desde el
exterior: presencia de terratenientes y grandes propietarios que demandan los
territorios de los pueblos indígenas; presencia pequeños colonos que ubican sus
parcelas en las proximidades o al interior de los resguardos; actividad de grupos
1
armados que transitan, o tienen residencia permanente dentro de los resguardos;
presencia de grupos de personas dedicadas a la producción de cultivos ilícitos en
territorios indígenas los cuales son orientados al narcotráfico.

Flujos de relaciones desde el interior del resguardo hacia el exterior: demandas sobre
nuevas tierras por crecimiento demográfico; demandas por conflictos producto de
traslapes entre los territorios indígenas y otros espacios que limitan el uso del
2 territorio tales como los parques nacionales; demandas para la recuperación de
territorios tradicionales excluidos del territorio reconocido legalmente como
resguardo.

Flujos de relaciones que tienen lugar dentro del territorio del resguardo: tamaño del
resguardo; densidad poblacional; diversidad étnica del resguardo; usos del territorio
3 en actividades productivas o extractivas; usos del territorio en actividades
tradicionales; modelos de poblamiento.

Fuente: García, Acosta, 2009. Instituto Sinchi. Elaboración propia.

Dado el contacto histórico de los pueblos indígenas con la sociedad nacional y las
economías locales, sus particularidades tanto en la Amazonia Noroccidental como en la
Suroriental permiten establecer diferentes tipos de resguardos indígenas de acuerdo con
su localización en dichas subregiones (Tabla 21). Estos tipos de resguardos presentan
problemáticas diferenciadas que implican una capacidad igualmente diferencial para la
sostenibilidad de los recursos naturales. En general, los modos de vida indígena se han
visto impactados por diferentes procesos socioeconómicos y sociopolíticos de carácter
regional: el avance de la frontera agrícola por apertura de áreas con pastos mejorados y
126

una ganadería extensiva; las bonanzas de los cultivos de uso ilícito y el conflicto
armado interno; y, la presencia de economías extractivas de los recursos naturales,
entre otros. Estos fenómenos han generado la presencia de una población fluctuante,
que con dificultad, establece raíces en la región; tal circunstancia produce cambios en
los patrones ancestrales de asentamiento.

Tabla 21. Tipos de resguardos indígenas. Región amazónica colombiana


Tipos Definición
Resguardos indígenas localizados en zonas de colonización con dominio del modelo
ganadero extensivo.
1
Resguardos indígenas localizados en zonas de colonización con dominio del modelo
ganadero extensivo y la explotación de minerales e hidrocarburos legales.

Resguardos indígenas localizados en las zonas de frontera con Brasil y Venezuela.


2
Resguardos indígenas localizados en la zona de frontera con el Perú (río Putumayo).

3 Resguardos indígenas localizados en las zonas de frontera con Brasil y Perú (río
Amazonas).

Fuente: García y Acosta, 2009. Instituto Sinchi.

En general, de acuerdo con las dinámicas señaladas y con las cuales se relacionan los
resguardos, dada su localización en las dos subregiones, García y Acosta (2009: 178 -
179) proponen la siguiente tipología de resguardos, con sus características más
destacadas:

Resguardos tipo 1. Localizados al interior de las zonas de colonización, cuyos


territorios se encuentran predominantemente en zonas bajas con relictos de selva
degradados por la consolidación de procesos de colonización de formas
territoriales nacionales que penetraron regiones indígenas, en los piedemontes
cordilleranos de los departamentos: Putumayo, Caquetá, Meta y Guaviare. Allí
tienen lugar procesos inducidos por oleadas de migrantes del interior del país,
que implementaron cierta especialización y homogeneización de la producción
que tiene como eje la ganadería extensiva de doble propósito.
127

Esta actividad económica ha propiciado la consolidación de latifundios pero con


presencia de pequeñas parcelas de familias colonas campesinas. Este modelo de
distribución de los recursos impacta notablemente los resguardos dado que el
crecimiento paulatino de los latifundios lleva a aumentar la presión sobre los
territorios indígenas y al movimiento continuo de la frontera agraria. Junto a lo
anterior, han resistido el impacto de actores armados y de cultivos ilícitos, los
cuales presionan sobre los territorios disponibles para la producción, a la vez que
ponen en peligro los cultivos locales dado el riesgo que suscitan las fumigaciones
de los anteriores por parte de las autoridades antinarcóticos. Adicionalmente se
presentan conflictos por el otorgamiento de licencias a terceros para acceder al
aprovechamiento de recursos naturales no renovables del subsuelo propiedad de
la nación.

En el departamento del Putumayo, los resguardos, aun cuando se encuentran


ubicados en zonas de colonización, cuentan con territorios de gran extensión pero
afectados por áreas potenciales para la extracción de petróleo. Particularmente se
ha venido desarrollando una intensa actividad de exploración y explotación de
hidrocarburos, con impactos por contaminación sobre los territorios Cofán e Inga
(Tenthoff, 2008). Procesos similares de exploración de hidrocarburos han tenido
lugar en los territorios de los indígenas Koreguaje del departamento del Caquetá,
así como los Guayabero y Nukak Maku en el departamento del Guaviare.

Resguardos tipo 2. Localizados en áreas de la frontera con Venezuela y Brasil.


En ellos se presentan conflictos derivados del desarrollo de grandes proyectos de
exploración y explotación de minerales e hidrocarburos ―oro, petróleo―, por el
otorgamiento de licencias a terceros para acceder al aprovechamiento de recursos
naturales no renovables del subsuelo ―propiedad de la nación―. Todas estas
intervenciones han generado efectos nocivos en las aguas y los recursos de la
zona de difícil control para los cabildos y autoridades de los mismos.

Resguardos tipo 3. Localizados en áreas de la frontera con Brasil y Perú. Grupos


étnicos viven predominantemente en biomas de selva húmeda tropical, cuyos
128

modos de vida dependen de la oferta ambiental y de los ciclos de la naturaleza.


Sustentan el desarrollo de un sistema de producción tradicional pluralista con
centro en la horticultura, la caza, la pesca, la recolección de especies del bosque y
la transformación de especies no maderables. En la cuenca del río Amazonas,
estos resguardos presentan una ocupación y dependencia económica de personas
dedicadas a la pesca artesanal comercial.

Presenta una tendencia a la consolidación de una agricultura dirigida a la


comercialización y en menor intensidad a las maderas. Proveen con productos
agrícolas a los mercados de Leticia y Puerto Nariño ―yuca, plátano, fariña,
frutas― y dependen de productos básicos complementarios como sal, azúcar,
aceite, anzuelos, entre otros. Presentan dificultades en el saneamiento del
territorio, fuertes contradicciones con las normas nacionales, y, una alta
movilidad de personas que transitan desde y hacia Perú y Brasil.

Los resguardos ubicados en la cuenca del río Putumayo, límite entre Colombia y
Perú, se caracterizan por tener territorios inmersos en procesos de economía
extractiva ―madera―. Aun cuando la tala y transporte de estos materiales se
desarrolla ocasionalmente por los indígenas mismos, los empresarios son colonos
o empresarios de otras regiones del país. Por otro lado, estas reservas presentan
indicios de la ocupación de actores armados que limitan el tránsito por la zona.

4.1.3. Fenómenos socioeconómicos que afectan la territorialidad de los resguardos


indígenas
La historia de la ocupación de la Amazonia colombiana, muy particularmente entre
mediados del siglo XX y lo corrido del presente siglo, ofrece una serie de fenómenos
de carácter externo y de orden socioeconómico, que han afectado la territorialidad y
modos de vida de los pueblos indígenas, así como transformando los paisajes naturales.
A continuación se señalan los principales procesos que han ocasionado los mayores
impactos, no sólo a la sostenibilidad de los modos de vida indígena, sino a la
conservación de las áreas de bosques primarios.
129

La ganadería extensiva. La expansión de la ganadería en la Amazonia tiene su


comienzo con mayor fuerza desde la década de los años setenta. A partir de esa época
se asocia como una actividad que se ha desarrollado paralelamente con el avance de los
cultivos ilícitos. Los sistemas de producción desarrollados por las unidades de
producción de colonos campesinos, involucran la praderización con pastos mejorados,
la cría, levante y ceba de vacunos en forma extensiva, la comercialización de maíz y de
manera complementaria con productos de subsistencia ―yuca, plátano, frutales,
especies menores―. Esta actividad fue fomentada, y continúa siéndolo, por parte de las
entidades del Estado colombiano ―INCORA, Banco Agrario, entre otras― y hoy por
los planes de desarrollo locales, cuyos créditos se han orientado a consolidar dicha
actividad. Ha sido una actividad fomentada a sabiendas de los limitantes físicos de los
suelos en la región Amazónica, lo que genera procesos de degradación y compactación
de los mismos, una erosión intensiva, y aún en contravía de la vocación forestal de los
suelos es esta región (Acosta, 1989: 85 - 86).

Los sistemas de producción con centro en la ganadería extensiva, y su dinamismo a


partir de la ampliación de las coberturas en pastos mejorados, muestran que hacia el
año 2007 éstas habían llegado al 7% de la Amazonia colombiana. Según lo observado
en el periodo comprendido entre los años 2002 a 2007, de acuerdo a Murcia et al.,
(2009), la cobertura en pastos se incrementó en 10.141km2, a una tasa media anual de
2.028 km2 / año (202.800 ha/año), en los departamentos de Caquetá, Meta, Guaviare y
Putumayo (Tabla 22). Eso significa que la praderización, que implica la deforestación
de los bosques primarios, continúa siendo un gran dinamizador del avance de la
frontera agropecuaria en la Amazonia colombiana.

Tabla 22. Cambio de las coberturas de la tierra 2002 – 2007. Amazonia


colombiana
Periodo Periodo Sin
Cobertura Ganancia Pérdida
2002 2007 Cambio
Pastos limpios 14.909,00 20.021,40 12.987,70 7.033,70 1.921,30
Pastos enmalezados 1.139,40 546,2 159,6 386,6 979,8
Mosaico de pastos y cultivos 299,6 318,9 245,1 73,8 54,4
Mosaico de cultivos, pastos y
1.303,40 1.314,10 773,9 540,2 529,5
espacios naturales
Mosaico de pastos con espacios
7.021,50 11.279,30 4.668,00 6.611,30 2.353,40
naturales
130

Cambio entre pastizales 4.504,70


Total ajustado 24.672,80 33.479,90 18.834,30 10.140,90 1.333,80
Fuente: Murcia et al., 2009. Instituto Sinchi.

Lo anterior, y de acuerdo con la Figura 3, ilustra cómo la frontera agropecuaria tiende a


expandirse en relación con el mayor dinamismo del poblamiento e intervención que
intensifican los frentes de colonización en la Amazonia colombiana, de acuerdo con los
sistemas de producción señalados; con la particularidad que tienen las estructuras
urbanas, las redes viales y de comunicación, de servir de soporte a esa capacidad de
transformación de los paisajes amazónicos que se generan en dichas zonas de
colonización. El modelo de implementación de pasturas de pastos mejorados y
ganadería extensiva, avanza penetrando la región amazónica en dirección al centro,
apoyado en las regiones ya consolidadas por jerarquías y tipologías urbanas, formando
una mancha continua que cierra el anillo de poblamiento ―consolidación urbano-
rural―, para continuar avanzando sobre el bosque primario de la Amazonia. Afectan
no solo territorios protegidos y/o de manejo especial, sino territorios de resguardos
indígenas y, por ende, las estructuras funcionales del ecosistema natural amazónico, en
razón a las actividades económicas y sistemas productivos como la praderización y
ganadería extensiva, y procesos extractivos difícilmente sostenibles.

Figura 3. Coberturas de la tierra 2007. Amazonia colombiana

Fuente: Instituto Sinchi, Unidad de Parques, IGAC y Cormacarena.


131

Respecto a los pueblos indígenas cuyos territorios se localizan en la Amazonía, se


puede afirmar que los centros urbanos amazónicos actuales son receptores y atraen a la
población por los servicios que allí se prestan. Señala Domínguez (2001), que esos
centros poblados están absorbiendo rápidamente las malocas y pueblos indígenas,
aumentando día a día las dificultades para que las viejas culturas amazónicas logren
recomponerse. Las comunidades indígenas y sus territorios, que son integrados en el
anillo de poblamiento, convierten sus formas productivas y condiciones de vida, las
cuales son muy diferentes a las que caracterizan a los indígenas de la Amazonia
Suroriental y, en particular, a los pueblos indígenas que se autodenominan Gente de
Centro (Gutiérrez et al., 2004: 44 - 48).

Los cultivos ilícitos. Sus coberturas se extienden en buena parte del territorio nacional,
habiéndose incrementado de manera significativa en las tres últimas décadas. La región
amazónica alberga importantes áreas de estos cultivos, siendo los departamentos de
Guaviare y Putumayo los que registraban en el año 2006, los más altos porcentajes de
número de hectáreas intervenidas. En el mismo lapso de tiempo, su comportamiento en
la región mostró una tendencia a su disminución en términos cuantitativos. En el
conjunto de departamentos de la Amazonia, hoy las áreas en cultivos ilícitos
representan apenas una cuarta parte de la superficie cocalera del país (Arcila y Salazar,
2007: 43 - 45).

Teniendo en cuenta lo anterior y la importante presencia de población indígena en la


zona que usa la hoja en ceremonias rituales, la presencia de cultivos ilicitos en la región
implica un alto riesgo en relación con las poblaciones indígenas y los ecosistemas en
los que se hallan circunscritos. Las prácticas ceremoniales y rituales son la base de la
vida cotidiana de los pueblos indígenas en la Amazonia colombiana. Se generan
ámbitos de inseguridad, dado que la producción de hoja de coca destinada a la
producción de cocaina, no es desagregada de aquella que tiene como fin las prácticas
rituales. La estigmatizacion de los productores de coca ha llevado a que las prácticas
mismas de los pueblos de la región se vean afectadas y con ellas los rituales destinados
a la protección y manejo del medio ambiente.
132

La influencia de grupos armados en la región amazónica. La intensificación de la


violencia a mediados del siglo XX indujo a muchos habitantes de la región andina a un
desplazamiento forzado hacia la región amazónica. Centenares de familias buscaron
refugio en el pidemonte y la selva amazónica generando una nueva estructura social y
demográfica en la zona (Molano, 1985). En la primera década del siglo XXI, la región
es un espacio de acción de grupos armados ilegales de toda índole. Sus impactos son
incalculables, en especial en lo que toca a las violaciones de los derechos humanos
derivadas del conflicto social y político en la región amazónica. El desalojo forzado ha
generado grandes impactos en los pueblos indígenas. Las costumbres y prácticas de
estos pueblos se ponen en peligro al ser desplazados y con ellos su propia viabilidad de
reproducción cultural. Es el caso del drama social que vive el pueblo indígena Nukak
Maku en el Guaviare, donde familias enteras recolectoras migraron hacia el resguardo
El Barrancon de los Guayabero, en el municipio de San José del Guaviare, induciendo
su sedentarización y asumiendo los mismos conflictos que el pueblo guayabero recrea
con los diferentes actores de la colonización.

4.1.4. Fenómenos socioeconómicos que afectan las dinámicas internas de los


resguardos indígenas
Las dinámicas internas asociadas al territorio obedecen a aspectos relacionados con la
cultura y éstos se manifiestan, entre otras, en las versiones locales acerca de la
naturaleza y el bienestar. De la misma manera, de la cultura derivan mecanismos de
control que se reproducen al interior de los resguardos, para ejercer acciones de
cuidado y protección de los territorios y de los pobladores. Dado el importante número
de culturas en la Amazonía, determina también de manera diferencial las posibilidades
y tendencias en la gobernabilidad de los resguardos (García y Acosta, 2009: 181).

El uso del territorio. Desde la maloca se administra el territorio y se otorgan los


permisos y el cuidado ceremonial necesario para su uso. Actualmente, las comunidades
han ido concentrándose donde se encontraban las antiguas malocas, un fenómeno en el
que los misioneros y el Estado han jugado un papel fundamental. En la actualidad, en
zonas como la ribera del río Igará Paraná, la dinámica generada alrededor de las
133

comunidades reproduce la lógica de las malocas. Los actuales cabildos están sujetos
fuertemente a la influencia de los clanes que constituían y constituyen aún hoy tales
malocas. Las relaciones sociales establecen así las reglas de la territorialidad.
Actividades como la pesca, la caza, la recolección y la horticultura en su conjunto, son
las que determinan la demanda de tierra o de recursos. El caso de la chagra es
particularmente diciente, pues en su desarrollo, pueden intervenir varias generaciones,
estableciendo vínculos más claros con el territorio. La chagra se compone de tres
espacios de producción; uno en desuso ―rastrojos―, otro en plena producción y uno
más dispuesto para la transición hacia las futuras chagras. Estos tres espacios propios
de tal sistema de producción, establecen la necesidad de tierra de parte de cada unidad
familiar y de la comunidad.

La distribución de los derechos sobre el uso y propiedad de los terrenos depende


enteramente de las prácticas tradicionales. Sin embargo, el modelo de vida inducido
por la sociedad nacional ha aumentado la densidad poblacional en ciertos cabildos.
Esta alta densidad ha provocado una disminución de los periodos de barbecho, así
como la distancia entre chagras y su tamaño promedio, lo que en definitiva se refleja
en un deterioro importante de los suelos (García y Acosta, 2009: 183).

Límites internos dentro de los resguardos. El control sobre los territorios de los
resguardos se halla en cabeza de cada etnia, de acuerdo a lo que dicta la tradición de
cada una de ellas. Esto permite que cada familia disponga de territorios para
abastecerse ―chagra, caza, pesca y recolección― en el espacio de su clan, tanto como
en los de la familia a la que se halla aliada. Una acción que está ligada no sólo a la
disponibilidad de tierra sino a la influencia de las autoridades que dirigen cada espacio
cultural. Muchos de los resguardos tienden a subdividirse por pueblos o grupos étnicos.
Estas divisiones demandan la existencia de acuerdos mínimos y alianzas interétnicas en
las que se establecen condiciones de mutuo respeto. En algunos casos, los derechos
territoriales de cada pueblo se mantienen gracias a la fortaleza de su tradición oral, en
otros son las recientes alianzas y acuerdos los que determinan el uso mismo de los
terrenos dentro del resguardo. Esta diversidad se reproduce en medio de constantes
tensiones que se catalizan a través de alianzas matrimoniales y rituales.
134

En algunos resguardos es posible encontrar divisiones de orden religioso, en las que se


mezclan las ideas tradicionales con las creencias de los lugareños. Con alguna
frecuencia se crean segmentos de la población que reproducen las lógicas de diferentes
corrientes religiosas ―frecuentemente cristianas―. Estas ideas determinan espacios de
uso y determinan el ejercicio de la solidaridad al interior de los resguardos, dado que al
igual que la procedencia étnica determinan segmentos de la sociedad al interior de los
cuales es o no posible establecer ciertas prácticas de solidaridad y reciprocidad. Así,
elementos como el parentesco, la procedencia étnica, las creencias religiosas y, en
ocasiones, la filiación política suelen establecer tensiones al interior de los resguardos.
Estas tensiones determinan de manera diferencial las prácticas sobre el territorio, la
intensidad de las mismas, el derecho sobre ciertos recursos e incluso la posibilidad de
acceder a determinadas zonas del resguardo mismo. Aun cuando el resguardo es
inalienable, inembargable e intransferible, no implica que sea indivisible desde la
perspectiva de los grupos étnicos ni de los grupos sociales que lo habitan (García y
Acosta, 2009: 184).

En ese sentido, se ha podido dimensionar el papel de los resguardos indígenas como


salvaguardas en la recuperación y conservación del medio ambiente en la Amazonia
colombiana. Sin embargo, su sostenibilidad depende de variables, entre las que se
encuentran, los aspectos intrínsecos a los mismos, así un conjunto de fenómenos
sociales y sociopolíticos existentes en la región. Así, la sostenibilidad de la relación
entre una población indígena pluricultural con el área de los resguardos y la
conservación de los ecosistemas, se podría ver afectada tanto positiva como
negativamente, según la localización de los resguardos en la Amazonia colombiana y la
presencia del modelo agrario dominante. Los impactos sobre los ecosistemas y
territorios de los resguardos indígenas se mostró que es diferencial en esta zona, no
solo por el avance del modelo ganadero extensivo dominante, sino por la explotación
de los recursos no renovables de minerales y petróleo, la presencia del conflicto interno
que conlleva la presencia de grupos armados ilegales en los territorios indígenas,
generando migraciones intrarregionales.
135

En los resguardos indígenas localizados en la región Suroriental de la Amazonia


colombiana, sus territorios no solamente coinciden con las áreas político
administrativas, sino con las áreas de los ecosistemas de bosques naturales
conservadas. Lo anterior, además de su contribución a la sostenibilidad de los
conocimientos tradicionales asociados a la biodiversidad de selva húmeda tropical en
pie, hace que se constituyan en áreas de defensa frente al avance del modelo agrario
dominante que avanza en profundidad sobre las selvas de la subregión Suroriental,
cuyo modelo requiere de la deforestación del bosque para la implementación de la
ganadería extensiva de doble propósito y los cultivos comerciales lícitos e ilícitos.

4.2. El bienestar indígena consecuencia de la sustentabilidad territorial


Tal como se ha expresado, los modos de vida indígena en la Amazonia colombiana se
entienden como producto de la interacción entre la naturaleza, la cultura y la sociedad.
En esa dirección, se desarrollan dos conceptos que contribuirán a explicar una noción
de bienestar adecuada a las sociedades indígenas amazónicas. Por una parte, el que
sustenta la existencia de un equilibrio territorial y que explica la preservación del
ecosistema amazónico dados unos usos y manejos por las sociedades que lo intervienen
y lo ocupan; y de otro lado, la existencia de un bienestar indígena a partir de unas
vivencias que generan satisfacción en los individuos que componen estas sociedades y
que les da sentido a sus vidas.

4.2.1. Sociedades amazónicas


Existen grandes diferencias entre las sociedades amazónicas con respecto a la sociedad
nacional colombiana. Esto puede verificarse al analizar las relaciones particulares que
las primeras sostienen con el entorno natural, lo que deriva en la existencia de un
sistema productivo especifico, el cual presenta las siguientes características: es acorde
con los diferentes biotipos que ofrece la selva; se sustenta en una organización social
que abarca más allá de las relaciones inter-étnicas; se realizan prácticas simbólicas
particulares afines con modelos diferenciados de manejo del territorio o manejo del
mundo; un legado de conocimientos sobre dicho entorno que suelen transmitirse a
través de la palabra, entre otras.
136

En un sentido más amplio, se puede decir que sin ese principio de relación íntima con
los ecosistemas sería imposible pensar, tanto la existencia humana de estas sociedades,
como las condiciones que caracterizan el paisaje de las selvas húmedas. Los pueblos
indígenas se han valido de los ecosistemas amazónicos para producir y reproducirse de
manera autónoma y, a su vez, a través de diversas formas de recreación simbólica, han
mantenido sus características garantizando así mismo su producción y reproducción.
Sin embargo, dichas sociedades indígenas, de acuerdo con el contacto histórico con la
sociedad nacional y la economía, presentan diversos niveles de integración que
determinan en gran medida la configuración actual de sus modos de vida.

Desde la antropología ha existido una preocupación por tratar de describir las


características y modos de vida de las sociedades indígenas de la región. Sus aportes
constituyen una puerta de entrada para conocer la forma como éstas han configurado su
bienestar. En ese sentido, Gasché (2002) ofrece la noción de bosquesino para
identificar y caracterizar a los integrantes de las sociedades amazónicas. Este autor
define al bosquesino, como aquel habitante rural de la selva amazónica que vive en y
del bosque y sus aguas, que practica una horticultura en forma de policultivo o cultivo
mixto con patrones de siembra diferenciados, que utiliza el bosque y sus aguas para
abastecerse de alimentos, medicinas y materias primas en particular en la elaboración
de artesanías.

Siguiendo los planteamientos de Gasché (2002), los bosquesinos conforman tipos de


sociedades que se caracterizan porque agrupan personas unidas por lazos de parentesco
y amistad ―vecindad―; se relacionan a través de grupos de solidaridad ―distributiva,
laboral y ceremonial― con los cuales configuran su vida cotidiana. Estas relaciones se
dan en el marco de variadas interpretaciones que se manifiestan en los diferentes
complejos culturales. La existencia de una relación hombre-naturaleza entre iguales, en
donde lo natural se vuelve social a través de las prácticas de transformación material y
simbólica, lo que ha posibilitado la subsistencia de los pueblos indígenas (Van Der
Hammen, 1992; Correa, 2000). Se trata de relaciones dinámicas, flexibles, en las que
existe una conciencia histórica de los cambios frente a los cuales cada grupo
137

recompone sus prácticas de vida y visión cosmológica, conservando algunos elementos


que podrían considerarse como tradicionales ―propios― e incorporando otros nuevos
(Van der Hammen, 1992; Franky, 2004). Es a partir de estas interpretaciones, que
conjugan una visión de lo tradicional, lo propio, lo autónomo, que se evidencian
actualmente y la transformación que las mismas han tenido, debido a los cambios que
se han generado en el tiempo, en el marco de las relaciones con la sociedad nacional, el
Estado y la economía, lo que permitirá entender la noción de bienestar de las
sociedades indígenas en la Amazonia colombiana.

4.2.2. Equilibrio territorial


La revisión de las etnografías sobre los diferentes complejos culturales en la Amazonia
colombiana, coinciden en señalar al equilibrio, como un elemento aglutinador en las
relaciones sociedad – naturaleza - cultura de los pueblos indígenas en la región. A
partir de los estudios realizados con el pueblo indígena Tukano16, Reichel-Dolmatoff
(1997) define el concepto de equilibrio en referencia a los mecanismos de adaptación a
través de los que los individuos reintegran permanentemente la energía que han
consumido del entorno. Igualmente relaciona dicho concepto directamente con lo
ecológico, como un mecanismo: de control dispuesto para regular aspectos como la
natalidad, la producción y las conductas sociales; para asegurar la supervivencia y el
bienestar individual y colectivo; y, también, de control ecológico en donde se juegan
intercambios energéticos recíprocos (Chaumeil, 1994; Reichel-Dolmatoff, 1997).

Desde la perspectiva de la cosmovisión de los Tukano, siguiendo a Reichel-Dolmatoff


(1997), este pueblo no considera al ser humano como un ser supremo de cuya voluntad
depende el porvenir de todos los seres de la naturaleza. Es decir, la naturaleza no es
concebida como un medio que se destina a la existencia del ser humano, sino que éste
hace parte de un sistema diverso de seres que se encuentran interrelacionados e
interdependientes, donde cada uno de los integrantes del sistema es responsables de su
sustentabilidad. Lo sustancial de ese planteamiento es que dicho sistema es dinámico
16
Los Tukano son un pueblo que se localiza en el departamento del Vaupés. Sus asentamientos se
ubican en las riveras del río Vaupés, en los límites de los departamentos de Guainía y Vichada así como
en los ríos Papurí y Pacoa, en la frontera con el Brasil. También se encuentran en las cabeceras de los
ríos Unilla, Utíya, en el departamento del Guaviare. Pertenecen a la familia lingüística Tucano Oriental.
138

por el fluir de cierta energía vital que es común a todos los seres de la naturaleza.
Denota la coexistencia de una cierta corresponsabilidad entre todos los seres del
ecosistema, donde los mismos tienen la obligación no sólo utilizar tal energía, sino
reintegrarla permanentemente para garantizar el fluir continuo de esta energía vital.

El ser humano participa en este ciclo energético a través de un conjunto de prácticas


donde las mismas garantizan el fluir de la energía vital que utiliza. Lo anterior permite
entender que el ser humano apropia la energía vital de la naturaleza para garantizar su
propia existencia, lo cual conlleva la responsabilidad de reintegrar dicha energía a la
naturaleza. Es decir, el ser humano no se apropia de manera definitiva de tal energía,
sino que la hace circular por su cuerpo, para luego, reintegrarla a la naturaleza. El ser
humano, como un eslabón de la cadena del ciclo de la energía vital, ejerce esa
intervención a través de tres procesos: extracción, transformación y reintegro.

Estos tres procesos son orientados a través de un conjunto de pautas de orden moral,
que permiten participar de este fluir de energía vital sin afectarla, pero también sin
verse afectado. Lo anterior revela para los Tukano la posibilidad de que existan
inadecuados procesos de utilización de la energía vital, donde no se han considerado
los impactos sobre los otros seres que comparten la misma energía, lo que conduce a
repercusiones negativas que se manifiestan en el cuerpo y que afloran en la
enfermedad. Los conceptos aportados por el pueblo Tukano son una guía importante
para determinar el tipo de bienestar que los pueblos indígenas en la Amazonia
colombiana poseen.

Sin embargo, el carácter conferido a la noción de equilibrio no ha sido siempre el


mismo. Para Descola (1996), no se trata de relaciones de equilibrio netamente
adaptativas sino que hay mucho de creatividad en cada cultura, en la manera como
cada una socializa la naturaleza. Así mismo, señala que dicho concepto no puede
entenderse como objeto de la imagen de los pueblos indígenas y expresión simbólica
de sus sistemas de representación únicamente. De ser tomado en dicha dirección, se
estaría solamente refiriendo a la producción de tipos de discursos o producciones de la
mente. Algunos autores refieren el concepto de equilibrio como orden, en el que hay
139

una autoridad - chamán o curador del mundo - que cumple funciones específicas en el
modelamiento del mismo (Van der Hammen, 1992) y que se inserta en la cosmología y
lo simbólico (Correa, 2000). En otro caso se trata de un equilibrio transformado y
enmarcado en el territorio que, según Franky y Mahecha (2000), se manifiesta a nivel
macro en el espacio chamanístico y a nivel micro en los cuerpos de los individuos; y,
por último, hay quien lo considera inclusive un sistema filosófico (Ǻrhem, 1993).

Los autores referenciados coinciden en la idea de que el equilibrio se constituye en una


condición necesaria para la permanencia, tanto de los grupos humanos, como de la
naturaleza que los rodea: es una condición necesaria para la supervivencia de estas
sociedades el manejo empírico y conceptual de los ecosistemas y territorios que los
rodean (Fundación Gaia Amazonas, 2000). La naturaleza y la sociedad se alimentan
constantemente de las relaciones que se dan entre la una y la otra y, a su vez, esto
permite que una y otra se reproduzcan. Si bien esa vinculación con lo ecológico es
clara, la idea que se propone para hablar de ese equilibrio intenta abarcar más allá del
entorno natural y hacer referencia a esa armonía que los estudios enuncian tanto para
aspectos de carácter territorial como individual.

En ese sentido, y frente a lo expuesto anteriormente, se evidencia la necesidad de


acoger una serie de nociones que amplíen los diferentes niveles que hacen parte del
equilibrio territorial. Se tiene el concepto de territorio que se considera recoge tal
pretensión. Se puede afirmar que el territorio es material y éste se manifiesta en el
entorno natural. Sin embargo, frente a esa definición las consideraciones que sobre el
territorio sostienen los pueblos indígenas, van mucho más allá de considerarlo
solamente como un componente material, un espacio geográfico en el sentido de la
tierra y/o la propiedad del mismo. En esa dirección, para los pueblos indígenas
amazónicos, el territorio es el mundo. Las relaciones que se dan en él involucran a los
seres humanos con los seres no-humanos y con los seres de la naturaleza que habitan
los diferentes niveles del mismo17. Esto implica que es necesario referirse a un
territorio que integra los ámbitos materiales y espirituales de la vida indígena

17
Los grupos indígenas amazónicos identifican varios niveles del mundo en los cuales habitan los
diferentes seres: los humanos que vivirían en un nivel, los “dueños” de los animales y de las plantas.
Para ampliar, ver Franky y Mahecha, 2000, Van der Hammen, 1992, entre otros.
140

(Fundación Gaia Amazonas, 2000). El territorio para los pueblos indígenas es mucho
más grande que varios kilómetros de tierra inscritos en un título de propiedad: el
territorio es el mundo, su manejo es un asunto de fuero individual, pero también se
trata de un sentir colectivo que pasa por encima de lo étnico e inclusive del ecosistema
amazónico, para trascender en relaciones que humanizan la naturaleza concibiéndola
como un igual y no subordinada al ser humano.

El concepto de territorio tal y como lo define Vasco (1992), citado por Franky y
Mahecha (2000), se trata del conjunto de relaciones que una sociedad ha establecido en
un espacio a través de la historia y como resultado de su acción. En él se conjugan el
actuar particular o la cultura de cada grupo humano / étnico con la red de relaciones
que establece en y con el ecosistema de selva amazónica. Como producto de esas
relaciones el territorio se reconoce y se apropia material y simbólicamente (Palacios,
2002), ejerciendo lo que suele denominarse como territorialidad: proceso en el cual los
sujetos convergen en una historia común a la que hacen referencia cuando se relatan los
mitos, se nombran los lugares y se cuentan las historias ocurridas allí y de la gente que
los ha habitado, entre otros (Vasco, 1992).

Así mismo, además del sentido material y el sentido cósmico o espiritual, el territorio
involucra un sentido corporal. Todo lo que en él sucede se refleja en el cuerpo de los
individuos en estados como la salud y la enfermedad, la vida y la muerte. Con la
territorialización del cuerpo, cada miembro de un grupo étnico se inscribe en los
referentes territoriales que forman la geografía chamanística de este cosmos y del
territorio de su grupo étnico, así no nazca ni resida allí. Sin embargo, con la
territorialización del cuerpo, éste también comienza a ser vulnerable a los peligros y
males de este cosmos (Franky, 2004). En ese orden de ideas, se tiene un concepto de
territorio en sentido material ―tierra, espacio geográfico, diversidad― y también se le
reconoce como producto de una historia ―ancestral y reciente― y de las acciones de
todas las generaciones de individuos que se han relacionado con él. En el territorio
convergen acuerdos y discordias, diversas formas de concebirlo, ocuparlo y manejarlo,
apropiaciones y pérdidas, entre muchas otras relaciones.
141

La alusión al territorio se sustenta en varias razones. No se trata solamente de la


naturaleza, sino de los sentidos que orientan la apropiación y uso de la misma y que se
ubican en diferentes ámbitos como el productivo, social, religioso, político, entre otros.
Es en esta misma perspectiva que los pueblos indígenas plantean sus demandas, pues
para ellos ordenar el territorio no se hace sólo geográficamente, sino que supone
ordenar el conjunto de relaciones sociales, culturales, políticas y económicas, es decir,
todo lo que implica la vida de los que habitan en él (Román, 2000).

La manera como el Estado colombiano ha intentado conciliar dichas demandas ha sido


a través del resguardo, como figura de orden territorial. Dado que el espacio territorial
es compartido, su manejo se enmarca tanto en las formas de manejo al interior de cada
grupo como las del contexto regional y/o espacio chamanístico. Para los pueblos
indígenas el manejo de los recursos tiene un carácter multiétnico y regional, basado en
la referencia mítica de que a cada grupo le corresponde una tarea y lugar específico,
por el cual, debe velar y responder ante los dueños mitológicos comunes, de cara a
todos los grupos allí asentados (Van der Hammen, 1992).

En general, según Franky (2004), en el territorio se inscriben las vivencias actuales de


los pueblos indígenas, sus relaciones sociales con lo natural y con otros grupos
sociales; las lógicas particulares que determinan esas relaciones; igualmente, sus
demandas y la forma legal en que el Estado ha respondido a éstas y la inscripción en el
manejo del territorio dentro de un contexto regional y multiétnico. Teniendo en cuenta
estos factores es que se hace referencia al concepto de equilibrio, el cual involucra no
solamente un sentido ecológico sino que abarca aspectos sociales y culturales de orden
territorial. En este sentido se contextualiza el equilibrio territorial donde se enmarcan
las condiciones objetivas del bienestar indígena, que aluden a circunstancias exteriores
de la persona que plantea Valdés (2009). Así mismo, las condiciones subjetivas que
hacen referencia al territorio hechas por las sociedades indígenas, que incluyen las
relaciones tales como: la salud, el manejo de las relaciones con el medio -natural y
antrópico-, el gobierno propio, la reproducción social y cultural ―educación―, entre
otros.
142

4.2.3. El equilibrio territorial y el bienestar indígena


El bienestar indígena no puede enmarcarse solamente a partir de la medición de
condiciones objetivas como: riqueza, poder, comodidades, tiempo libre, acceso a
servicios de salud y educación, entre otras. La mención del bienestar que se propone
debe corresponder tanto a la medición de las condiciones objetivas, como a la medición
de las condiciones del bienestar subjetivo. Estas últimas se refieren a los estados
internos y/o de ánimo de la persona como: placer, felicidad, deseos, anhelos, planes de
vida, entre otros. Ambos componentes del bienestar están íntimamente ligadas con el
equilibrio territorial y las relaciones sociales que se dan en él. Sin embargo, se
considera necesario diferenciar que no se trata solamente de tener unas condiciones
materiales o no para la subsistencia del ser, sino de contar también con satisfacciones y
deseos individuales, que complementan y le dan sentido a los aspectos objetivos del
bienestar.

Para explorar las anteriores dimensiones sobre una noción de bienestar de los modos de
vida indígena, resultan pertinentes los planteamientos de Gasche y Vela (2004). Estos
autores consideran que la calidad de vida se alcanza no solamente cuando se pretende
satisfacer las necesidades biológicas del ser humano, sino cuando se satisfacen también
los gustos de las personas. La noción de bienestar subjetivo que proponen, la plantean
en el marco de las actividades que el bosquesino realiza cotidianamente, donde su
ejecución, además de satisfacer necesidades básicas de subsistencia, satisface los
gustos. Dichas actividades se deben entender como la forma en la que el sujeto se
vincula al universo socio-cultural y lingüístico al que pertenece y da cuenta de su
vivencia individual y social en el entorno natural.

Las consideraciones anteriores posibilitan entender los modos de vida indígenas, a


partir de tres ejes fundamentales que se estructuran de manera holística y como un
todo, los cuales definen una relación entre el equilibrio territorial y el bienestar
humano. De acuerdo con los planteamientos de Zuluaga (2003), dichos ejes se pueden
entender así: 1) una base natural, que corresponde a aquellos recursos o activos a partir
de los cuales se construye la vida indígena; 2) un componente que agrupa elementos de
orden social donde se relacionan los conocimientos tradicionales, cuya base son los
143

sujetos como tal; 3) una reproducción material y cultural entendida como las formas
individuales y colectivas, a partir de las cuales se garantiza la reproducción de la vida
colectiva y de cada uno de los miembros que hacen parte de ella (Figura 4)18.

Figura 4. Marco para el diseño de indicadores apropiados para pueblos indígenas

Fuente. Elaboración propia

El planteamiento central sobre la noción de bienestar de los modos de vida indígena se


concibe como producto de la intersección de las interacciones de los tres ejes
fundamentales señalados. El mismo conocimiento antropológico entiende esa
interacción en un sentido ecológico al referirla como una relación de equilibrio, cuyas
particularidades se dan en el contexto de cada cultura. La noción de equilibrio ha sido
un concepto utilizado como válido para explicitar el carácter ecológico de la relación
hombre – naturaleza, dentro de las sociedades indígenas. En ese sentido, se anotó
anteriormente la necesidad de utilizar el concepto de territorio sobre el cual recae la
cualidad del equilibrio, ya que éste se constituye en el eje principal de la concepción
del modo de vida indígena, dada su conexión directa con su reproducción física y
social, con el manejo de los recursos, con las formas de organizarse socialmente y con
las maneras de concebir el mundo (Franky, 2001).

18
El ejercicio de análisis de la práctica tiene como antecedentes los trabajos de Van der Hammen (1992),
Descola (1996), Bergman (1990), Gasché (2004), entre otros.
144

La definición de bienestar acotada conjuga las relaciones sociales y las relaciones con
la naturaleza y se aproxima, de una mejor forma, a las ideas con las que las
cosmologías indígenas de la Amazonia colombiana definen la relación sociedad -
naturaleza. En los párrafos anteriores, se mostró cómo los modos de vida de las
sociedades indígenas se sostienen en armonía con la naturaleza en sus territorios. Se
postula que esa relación de equilibrio denota una relación de bienestar humano, que
para algunos pueblos indígenas de la Amazonia colombiana se expresa con el concepto
de abundancia, como ocurre con los pueblos indígenas Uitoto, Bora, Okaina y
Muinane que se autodenominan Gente de Centro. En ese sentido, es posible aplicar ese
importante concepto Uitoto a otros grupos poblacionales indígenas. Lo anterior cobra
validez dado que los Andoque, Uitoto, Muinane, además de los Yukuna, comparten
una mitología y un conjunto ritual común (Karadimas, 2005).

4.3. La abundancia como concepto de bienestar de los pueblos indígenas del


departamento del Amazonas
Se parte por afirmar que el concepto de bienestar exige precisiones cuando se trata de
los grupos indígenas, ya que el concepto de bienestar de Occidente no se corresponde
con los modos de vida indígenas, en particular aquellos localizados en la región
amazónica colombiana, ni con los pueblos indígenas del departamento del Amazonas.
En ese sentido, el trabajo etnográfico adelantado por García (2009), posteriormente
ampliado en la investigación participativa realizada por Acosta et al. (2011), entre los
pueblos indígenas Gente de Centro de La Chorrera, Amazonas (Figura 5), cuyo
objetivo es el estudio de las representaciones culturales de las chagras, muestra cómo
la idea de bienestar de los indígenas Uitoto, junto con los Okaina, Bora y Muinane, se
asocia con la idea de Moniyafue o abundancia, consignada en su cuerpo mítico.

Se trata de una noción que encierra elementos diversos, que, a la vez, exige el apoyo de
prácticas concretas de la vida ritual y de prácticas cotidianas de la sociedad indígena.
Profundizar sobre las particularidades sociales y culturales de la noción de bienestar en
términos de la abundancia, requiere necesariamente introducir una contextualización
encaminada a mostrar las características de sus asentamientos de acuerdo con su
145

localización geográfica y socioeconómica y una reseña histórica de los dos últimos


siglos, de grandes y profundas repercusiones sobre sus modos de vida.

Figura 5: Localidad de La Chorrera, Río Igará – Paraná, Amazonas

La Chorrera es un asentamiento antiguo, protagonista de episodios dramáticos de la


historia de la Amazonia colombiana. Sus territorios fueron objeto de la economía
extractiva del caucho natural desde comienzos del siglo XX, que se prolongó hasta el
año 1932, año en que ocurrió el conflicto colombo–peruano, mediante el cual,
Colombia recuperó la soberanía de los territorios del sur de la Amazonia. Debido a los
fuertes impactos causados por la economía extractiva del caucho y su posterior proceso
de recomposición cultural y social, cuyos fundamentos culturales sustentan la
abundancia como un concepto de bienestar de los pueblos indígenas, es indispensable
hacer una aproximación a ese pasado histórico que demarcó la Era del Caucho en la
Amazonia y las huellas dejadas en particular en la sociedad de La Chorrera, Amazonas.

4.3.1. Las caucherías en la Amazonia colombiana y los impactos en los


asentamientos indígenas de La Chorrera
El contacto de la sociedad occidental con los diversos grupos nativos de la Amazonia
colombiana, hasta mediados del siglo XIX, se caracterizó por ser esporádico, en razón
146

al paisaje selvático de la zona. Su ubicación geográfica ciertamente los resguardó de la


colonización europea originaria. Hacia el 1880, el viajero francés Jules Crevaux, en su
viaje por el oriente colombiano pudo constatar la existencia de un persistente tráfico de
esclavos por parte de aventureros brasileños. Todavía para esta época, los grupos
Uitoto, Andoque, Bora, Nonuya, Miraña, entre otros, que habitaban el interfluvio entre
los ríos Caquetá y Putumayo, guardaban su independencia y autonomía, así como su
cultura tradicional; se estimaba que la población indígena por esa época comprendía
entre 50.000 y 100.000 personas aproximadamente (Acosta y Salazar, 2002).

A finales del siglo XIX la región es objeto de un creciente interés en la extracción de


productos silvestres como la quina y posteriormente el caucho, los cuales eran
demandados en forma intensiva en el comercio internacional. Esta extracción generó
una integración territorial y poblacional en el Amazonas conllevando a su articulación
con el mercado mundial. Por esa época llegan a la región del piedemonte caqueteño los
primeros colonos colombianos en busca de caucho, quienes realizan mejoras en el alto
río Igará-Paraná comprometiendo a la población indígena en relaciones de endeude.
Así mismo fundaron la Colonia Indiana que corresponde al actual asentamiento de La
Chorrera.

El considerable precio alcanzado por el caucho en el mercado internacional estimuló la


ocupación de la región por parte de colonos, pues se consideraba que era una zona con
apreciables rodales en caucho silvestre. Por su parte, el país se encontraba en una
profunda crisis socio-económica como consecuencia de la Guerra de los Mil Días, lo
que fue un estímulo para que empresarios se desplazaran a esta zona suroriental del
país en búsqueda de nuevos negocios. A partir del año 1900, el empresario peruano
Julio Cesar Arana, junto con otros socios, circunnavegaron la región del Putumayo
estableciendo alianzas con ciertos colonos colombianos asentados en la zona,
adquiriendo algunas mejoras y procediendo al desalojo violento de los colonos
restantes. Posteriormente, hacia el año de 1903, el gobierno peruano contrata al
explorador francés Eugenio Robuchon para evaluar la riqueza cauchera del territorio
del Putumayo y la mano de obra disponible (Domínguez, Gómez, 1990; Gómez et al.,
1995).
147

Fue así como se fundaron los barrancones los cuales contaban con un equipo de
hombres armados con funciones múltiples: amedrentar a los indígenas, aplastar
cualquier oposición o insurrección, perseguir a los fugitivos o incorporar a la fuerza
nuevos trabajadores. También servían como sitios de aprovisionamiento y venta del
caucho que se efectuaba por vía fluvial, a ser acopiada y comercializada en las
localidades de Manaos e Iquitos. En 1910, la Casa Arana, como compañía
internacional bajo el nombre de Peruvian Amazon Rubber Company, registró una
expansión vertiginosa, contando con dos grandes distritos cuyas sedes principales se
localizaban en El Encanto y La Chorrera. La Casa Arana acudió a toda clase de
métodos violentos para elevar la producción de la goma y para presionar a los indigena
a trabajar permanentemente. Aquellos que no traían la cuota previamente establecida
eran torturados, flagelados o asesinados (Casement, 1985). Al respecto, un relato
indígena de la época describe su aparición en la zona:

Después vino la compañía cauchera peruana. Militarizado a trabajar la ciringa,


bajo un dominio de esclavitud, y los obligaban a trabajar forzadamente, los
golpeaban, los fuetiaban, sin comer. Caminar, caminar. Ellos lloraban, sangrando
su cuerpo, cojos, y así iban por ciringa. Como perros lo amarraban brazo atrás, le
ponían a la boca la punta de la escopeta y muchos comenzaron a morir a morir.
Otra tribu, otra tribu, otra tribu, así, uitoto, ocaina, bora, muinane, andoque,
miraña, novial, abiyarí, cocama, yabuillanl y otros más. No quedó nada porque
los que vivían más lejos no sabíamos en esa misma compañía. El que traía poco
kilo de ciringa lo mataban, atravesaban flecha por barriga, como indio no sabía
hablar idioma blanco, con escopeta pegaba la boca, morían como nosotros cazar
pescado (Casement, 1985).

La Casa Arana fue sindicada de haber cometido un inmenso genocidio indígena, a


partir de las denuncias publicadas en algunos periódicos de Iquitos (Domínguez y
Gómez, 1990; Gómez eta al., 1995). Algunos cálculos efectuados pudieron establecer
que, bajo el sistema de explotación y terror establecido por la Casa Arana, murieron
entre 1900 y 1910 cerca de cuarenta mil indígenas. En ese mismo año, el Cónsul
148

británico en el Brasil, Roger Casement, realiza una exhaustiva investigación sobre los
escándalos del Putumayo, publicando en la ciudad de Londres el llamado Libro Azul.
Dos años después la compañía de Julio Cesar Arana, con sede en Londres y capital
británico, es disuelta y se iniciaron investigaciones judiciales en el Perú, sin que al final
fuera judicializado ningún responsable directo.

Sin embargo, hacia el año 1921, el Ministerio de Fomento del Perú otorgó una
concesión a la familia Arana sobre una gran extensión territorial del Putumayo. En
1922, se firmó el tratado Lozano-Salomón, mediante el cual, el Perú le reconoció a
Colombia la soberanía sobre los territorios amazónicos al norte del río Putumayo.
Dicho Tratado fue ratificado posteriormente en Colombia, estableciendo los límites, la
libre navegación y todos los derechos adquiridos por nacionales y extranjeros conforme
a las legislaciones respectivas, por medio de la Ley 55 de 1925 (Domínguez y Gómez,
1990; Gómez et al., 1995; Acosta y Salazar, 2002).

La Casa Arana inició la deportación masiva de la población indígena que aún subsistía,
obligándola a llevar el caucho acopiado en La Chorrera hacia la banda peruana en el río
Putumayo. Esto implicó que muchos grupos indígenas tomaran la decisión de huir
hacia la banda norte del río Caquetá. Entre los años 1928 y 1930, la Casa Arana
mantenía el traslado masivo forzado de grupos indígenas, ocasionando que muchos
murieran a causa de fiebre. El panorama demográfico de la región comprendida por el
interfluvio entre los ríos Caquetá y el Putumayo era el de una región deshabitada. La
población había sido ultimada, deportada o se había visto obligada a huir hacia la parte
norte del territorio. Esta época significó para las comunidades indígenas el exterminio
de tribus enteras y la dispersión de otras. Se calcula que antes de la llegada de los
caucheros habitaban en la región más de cincuenta mil indígenas, de los cuales
sobrevivieron tan solo entre tres a cinco mil personas aproximadamente (Acosta y
Salazar, 2002).

En este contexto se presentó la guerra entre Colombia y Perú en 1933, en la que se


defendía la integridad territorial y la soberanía de acuerdo con el tratado Lozano-
Salomón. Las implicaciones de la guerra fueron de muy diverso significado y
149

repercusiones para ambos países: representó la liberación de la dominación de los


caucheros, así mismo, los indígenas fueron obligados a enrolarse en uno u otro bando
para luchar por la soberanía de un poder estatal del cual no tenían ninguna noción. La
redefinición fronteriza después de la guerra llevó igualmente a la fragmentación de los
grupos indígenas ubicados a un lado y otro de la frontera. Por su parte, los caucheros
peruanos capturaron y trasladaron por la fuerza a su territorio, a buena parte de la
población indígena. Algunos pudieron regresar, ayudados por las tropas colombianas.

Los pueblos indígenas del complejo cultural de La Chorrera, envueltos en ese contexto
histórico de la economía extractiva del caucho entre finales del siglo XIX y mediados
del siglo XX, fueron objeto de procesos de esclavitud, genocidio y desplazamiento
forzado, que constituyeron las formas de sometimiento ejercidas por la Casa Arana,
para la obtención y acopio del caucho natural. La extracción de este recurso natural
implicó profundos impactos en la construcción histórica de sus territorios ancestrales
(Figura 5), generando cambios y descomposición social que causaron el
despoblamiento masivo, extinción de linajes, clanes y tribus enteras (Echeverri, 2000;
Farekatde, 2004). Con posterioridad al conflicto colombo–peruano, de acuerdo con
Farekatde (2004), los pueblos indígenas del complejo cultural de La Chorrera inician
un proceso de reconstrucción social, cultural y territorial, que alcanza su mayor
esfuerzo con la declaratoria del Resguardo Predio Putumayo en 1988, por parte del
Estado colombiano. A este resguardo se le asignó un área de 58.187 km2, que conforma
la más extensa unidad territorial de propiedad colectiva en Colombia (Figura 6).

El proceso de reconstrucción social emprendido desde entonces, ha permitido el


fortalecimiento de la autonomía cultural y territorial de los actuales pueblos indígenas
Uitoto, Okaina, Bora, Muinane, Inga, Nonuya, Andoque y Miraña. Este proceso se
plasma en la construcción del Plan de Vida vigente en cada uno de los pueblos
indígenas que se autodenominan hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce, que incluye
dos componentes: el Ordenamiento Territorial y el Plan de Desarrollo o Abundancia.
Este último componente señala los derroteros a seguir para asegurar el bienestar de los
pueblos indígenas, en el marco de su vinculación con el Estado, la sociedad nacional y
la economía.
150

Figura 6. Territorios ancestrales de los pueblos indígenas hijos del tabaco,


coca y yuca dulce. Resguardo Predio Putumayo. Departamento del
Amazonas

Fuente: Plan de Vida y Ordenamiento de los hijos de tabaco, coca y yuca dulce. Asociación
Zonal Indígena de Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Chorrera – AZICATCH.
2005.

4.3.2. La noción de bienestar de los pueblos indígenas Uitoto, Okaina, Bora y


Muinane, del complejo cultural de La Chorrera
La noción de bienestar para los pueblos indígenas Uitoto, Okaina, Bora y Muinane, de
la Chorrera–Amazonas, tal como se afirmaba anteriormente, se relaciona con la noción
moniyafue la cual se traduce como la abundancia, que se asocia con el estado en el que
se encuentra el ser humano en relación a uno o varios ecosistemas. Según García
(2009) y Acosta et al. (2011), éste es un concepto de orden ritual en el que se conjugan
una moral y una religiosidad propias.

Este concepto se vincula al conocimiento de la palabra ritual de los ancianos como


autoridades tradicionales de esta región, lo que conlleva una corresponsabilidad y
protección bajo la palabra, que imprime toda una facultad para hacer los bailes. Esta
151

facultad y su práctica conjuga varios aspectos culturales: no sólo el de agradecer por


contar con buenas cosechas; sino la posibilidad de curar las familias de la enfermedad;
proteger a la comunidad de situaciones conflictivas, tanto internas como externas. En
general, se puede decir que el concepto de abundancia fundamenta la reproducción del
conocimiento tradicional, las prácticas culturales que permiten manejar el medio
ambiente, así como las normas para mantener las comunidades en paz y tranquilidad.

En general, se asocia a esta noción la existencia de abundancia de comida y a la vez


está ligada a connotaciones más amplias como es la de estar satisfecho. La abundancia
igualmente se asocia como la de contar con una buena salud, una descendencia
prolífera, así como con una buena coca y un buen tabaco, especies fundamentales de
orden ritual. Se asocia en contar con un ambiente tranquilo que permita la vida en
comunidad y contar con un ambiente apacible en los territorios indígenas, donde
reinen: las buenas relaciones entre vecinos, relaciones intrafamiliares armónicas,
participación de la vida comunitaria, respeto por los valores individuales y familiares,
entre otros.

En general, el concepto de abundancia se considera como la expresión más adecuada


para plasmar un estado de bienestar de los pueblos indígenas. La abundancia es una
expresión de los pueblos indígenas del Amazonas que denota la noción de poder comer
bien y vivir bien. En el contexto de estos pueblos vivir bien se entiende asumir por
parte del individuo la vida en armonía en los asentamientos indígenas, donde imperen:
el respeto, el consejo, procurar una vida sin vanidad, sin orgullo. Por su parte, comer
bien, se refiere a la capacidad de producción que permita el acceso a una determinada
cantidad de recursos alimentarios por parte una familia indígena, los cuales se
garantizan por el tiempo y esfuerzos dedicados a las labores propias del sistema de
producción tradicional como la agricultura ―chagra―, caza, pesca y recolección de
frutos e insectos. Lo anterior, se relaciona con la existencia de la mano de obra por
familia disponible y que permite a cada maloca contar con una mayor capacidad de
producción y, a la vez, forjar una red de alianzas con otras malocas mucho más amplia
y fuerte. Una familia grande, implica una disponibilidad importante de mano de obra,
así como un conjunto de lazos relacionales con un mayor número de clanes.
152

Esta noción se consigna en un mito de importancia esencial: el mito del Árbol de la


Abundancia, como señalara Preuss (1994) y como se comprueba a principios del siglo
XX. Este mito Uitoto describe cómo fue dada la comida cultivada a la Gente de Centro
y cómo se distribuiría el territorio en el que habitan. En el contexto de los pueblos de la
Gente de Centro, el Árbol de la Abundancia se asocia a la domesticación de la yuca. En
este sentido, es necesario que una familia indígena tenga acceso a una amplia gama de
productos alimentarios que le permita satisfacer las necesidades nutricionales
requeridas. Comer bien, es tener abundancia de hortalizas y frutos producidos en la
chagra u ofrecidos por el bosque; es poder incluir dentro de la alimentación peces,
carne de monte e insectos, que proveen las proteínas necesarias para una buena
alimentación; es tener disponibilidad, suficiencia y libre acceso a alimentos procesados
como: casabe, fariña, caldos, casaramá, entre otros. La buena alimentación para las
familias indígenas depende en buena medida de la chagra, porque de ella se obtienen
los productos necesarios básicos para comer y vivir bien.

El trabajo de la familia en la chagra permite tener en abundancia los recursos


alimentarios propios o de la región que garantizan el comer bien. Dentro de estos
productos, la yuca (Manihot esculenta) es el principal cultivo de la chagra y de la
tradición culinaria de los pueblos indígenas de la Amazonía. Ésta se emplea en la
preparación de casabe, fariña, caguana, casaramá, entre otros productos esenciales de la
alimentación. Se cosechan también otros tubérculos complementarios de la
alimentación como: la batata (Micropholis guyanensis), la mafafa (Xanthosoma
sagittifolium) y el ñame (Dioscorea trifida); frutos como el plátano (Musa
paradisiaca), el guamo (Inga edulis), la maraca (Theobroma bicolor), el umari
(Poraqueiba serícea), el mil pesos (Oenocarpus bataua), el aguaje (Maurita flexuosa)
y la uva caimarona (Pourouma cecropiifolia); hortalizas como la col (Anthurium
uleanum), la cebolla, el tomate y el pepino.

Para garantizar una buena alimentación, la familia, además de los productos


alimentarios de la chagra, debe tener acceso a alimentos que garanticen la ingesta de
proteínas necesarias para una buena nutrición. Esto se logra gracias a la dedicación a
153

actividades como la pesca, la caza y la recolección, que facilitan el acceso a especies


acuáticas ―ícticas― como: el cachorro (Hydrolycus scomberoides), el dormilón
(Hoplia malabaricus), la lisa (Leporinus agassizi), la mojarra (Plagioscion
squamosissimus), el picalón (Pimelodella cf. gracilis), el pintadillo (Pseudoplatystoma
fasciatum), la sabaleta (Brycon rubricauda), y el simi (Callophysus macropterus); a
especies terrestres como: el armadillo (Dacypus novemcintus), la boruga (Agouti paca),
el cerrillo (Pecari tajacu), la danta (Tapirus terrestres), la guara (Dasyprocta
fuliginosa); a aves como: la pava (Aburria pipile), el paujil (Mitu salvini) y la panguana
(Crypturellus undulatus); a insectos, como el mojojoi; y, a hongos, como la oreja de
palo.

En términos generales, comer bien – vivir bien, conjuga todo un esfuerzo humano para
recrear un sistema productivo integral: siembra, cosecha, recolección, pesca y caza. De
este sistema y su riqueza alimentaria dependen la abundancia, la suficiencia, la
disponibilidad y el libre acceso a los recursos alimentarios propios. La Tabla 23
contiene la lista de los productos utilizados por las familias indígenas del complejo
cultural de La Chorrera, en su cotidianidad alimentaria.

Tabla 23. Productos propios requeridos para una buena alimentación en


cabildos indígenas. Complejo cultural de La Chorrera, Amazonas
Comidas Productos locales
Casabe y/o fariña ―yuca brava ―.
Caldo con ají, casaramá ―condimentos― pescado, maraca, hormiga, col,
frijol verde, mojojoi ― estos productos dependen de la disponibilidad de
acuerdo de la época ―.
Maní
Comida 1
Caguana-almidón de yuca de rayar con frutales ―piña, umari, asai, aguaje,
Desayuno
chontaduro ―.
Jugo de frutas silvestres: mil pesos, canangucho, aguaje.
Chicha― chontaduro, milpesos, aguaje, asai…―.
Chucula de plátano.
Plátano maduro frito, asado, cocinado.
Casabe, fariña ―yuca brava ―, envuelto y/o arepa de yuca.
Caldo: carne o pescado, ají, col, frijol, hongos comestibles, hormigas.
Caguana.
Comida 2 Jugos de frutas silvestres.
Almuerzo Sancocho: mafafa, daledale, ñame, yuca, plátano, choclo.
Plátano cosido, asado.
Condimentos: cebolla, pimentón, cilantro, comino.
Chicha.
154

Casabe, fariña ―yuca brava ―, envuelto y/o arepa de yuca.


Caldo: carne o pescado, mojojoi, ají, col, fretou, hongos comestibles,
hormigas.
Comida 3
Almendras silvestres ―castaño ―.
Cena/comida
Sancocho.
Asados de hongo, mojojoi, pescado pequeño.
Se comen frutas silvestres.
Fuente: Acosta et al., 2011.

Los mismos se obtienen por medio de las labores propias del sistema productivo
tradicional y se caracterizan por tener un uso plural. Se puede afirmar que para el 100%
de las familias indígenas el esfuerzo de su trabajo se dirige a proveer los insumos
necesarios para el comer bien. Un 66% de las mismas tienden a monetizar una parte de
su producción tradicional para poder acceder a productos de consumo final que se
demandan en busca de la satisfacción de necesidades introducidas. No obstante, la
tendencia a la comercialización de los productos propios, un importante porcentaje de
las familias, el 59%, destina su producción a: sostener las redes de solidaridad entre
familias a través del intercambio y donación de productos; y, contribuir en la
preparación de bailes tradicionales y mingas. Finalmente, algunas familias, un 8%,
destinan una parte de su producción al levantamiento de animales domésticos. Esta
información pone de manifiesto la vigencia de las prácticas y modos de vida indígenas
tradicionales en medio de los cambios que se suscitan por la estrecha relación con la
sociedad nacional.

4.3.3. Principios fundamentales para garantizar la abundancia


Las familias indígenas invierten una buena parte de su tiempo y energías a las labores
de la chagra, definida como un sistema de horticultura itinerante o de rotación, que
constituye la principal fuente de subsistencia. El trabajo de la familia indígena,
aplicado al uso y manejo de las chagras, permite tener en abundancia los recursos
alimentarios propios o de la región que garantizan el comer bien. La familia es una
unidad de producción que está en capacidad de decidir qué cantidad de tierra necesita y
qué especies hay sembrar para poder satisfacer las necesidades alimentarias básicas de
todos sus miembros. Además de garantizar la autosuficiencia alimentaria, una buena
planeación de la chagra le permite a la familia poder contar con ciertos volúmenes de
producción, los cuales se destinan además a: 1) el intercambio o comercialización con
155

el fin de adquirir otros productos introducidos y considerados actualmente básicos en la


dieta familiar indígena ―sal, azúcar, aceite, combustible, entre otros―; 2) poder
aportar a la tradición ― realización de bailes y mingas― cuando así se requiera.

Acosta et al. (2011), afirman que, en La Chorrera, una familia indígena para poder
garantizar su sostenibilidad alimentaria, la provisión de ingresos y su aporte a los
bailes, debe contar anualmente con dos chagras de monte bravo y dos chagras de
rastrojo19. Lo anterior es posible, no sólo por la práctica de los conocimientos
tradicionales que se tienen sobre el medio natural, sino de los procesos productivos
para un aprovechamiento óptimo de los recursos naturales. Este saber se ve reflejado en
la estrategia y las prácticas propias del sistema de producción tradicional, que permiten
que una familia indígena pueda contar con abundancia de alimentos.
La existencia de un conocimiento tradicional, que se asocia a entender el mundo,
implica una corresponsabilidad por parte de las familias indígenas frente a sus espacios
cultivados, en el sentido de contar con unos principios fundamentales que garantizan la
práctica del sistema de producción tradicional y por ende la sostenibilidad de su
sistema de autosuficiencia alimentaria. La existencia de los principios es la base de
conocimiento tradicional para hacer una buena chagra y obtener una buena producción
que sustente el comer y vivir bien. La Tabla 24 relaciona esos principios con los
fundamentos centrales para su práctica.

Tabla 24. Principios y fundamento para garantizar la abundancia


Principio Fundamento
Hacer convenio con la naturaleza El sabedor tradicional desde su asiento tradicional
en la maloca, a través de la coca, el tabaco,
caguana y la manicuela; realiza un trabajo
espiritual junto con los chagreros, para efectuar la
revisión del convenio anterior y su cumplimiento.

Mantener el diálogo con la naturaleza Con los tres reinos que mantienen la unidad y la
relación con el medio natural: la flora, la fauna y
los cuerpos de agua.

19
Las chagras de monte bravo son aquellas que se abren por la derriba del bosque primario; por ende las
que tienen mayor dedicación en las prácticas culturales de uso y manejo, al permitir obtener
producciones de subsistencia a lo largo de seis años antes de abandonarse. Las chagras de rastrojo, por el
contrario, se abren de regeneraciones secundarias naturales que pueden llegar a poseer entre 10 y 15 años
de haber sido tumbado el bosque primario; se denominan también chagras de emergencia, porque su
producción se puede lograr en el curso de un año desde su establecimiento.
156

La existencia de un calendario de Los diferentes periodos de tiempo a tener en


veranos cuenta para la organización y planeación del
trabajo de la chagra, así como el aprovechamiento
de frutales.

Elección del terreno para abrir la chagra Revisión espiritual y física del terreno donde se
abrirá la chagra.

Controlar el trabajo por medio de las En las prácticas culturales de apertura de las
dietas ―dietar― chagras ―socala, tumba, picada, quema,
siembra―, en el cuidado de la misma y en el
aprovechamiento de los productos.

La práctica de la solidaridad. Compartir los productos sin egoísmo para que no


entre el mal espíritu a los productos.

La práctica de las mingas a lo largo de Contar siempre con buena disponibilidad de


las diferentes etapas de uso y manejo de alimentos; la invitación con tiempo y buena
las chagras información a las personas que van a trabajar en la
misma.

Fuente: Acosta et al., 2011. Instituto Sinchi. Asociación AZICATCH.

Esta estrategia para garantizar la abundancia requiere contar con un detallado


conocimiento tradicional sobre el ecosistema. Los sabedores tradicionales conciben una
distribución de los tiempos en referencia a las épocas de invierno y/o verano (Anexo
1). En relación con estas épocas, se tienen identificados una serie de indicadores que
permiten entender el estado del tiempo, de los animales y de la vegetación como un
todo. Lo anterior permite a las familias indígenas saber el estado del ecosistema para la
realización de las prácticas de uso y manejo en las chagras y saber el comienzo del
ciclo productivo a partir Friage Rozi (Royiz+mui)20, el cual se considera determinante
para la proyección del manejo y administración de las chagras.

Las familias indígenas, para poder dar cumplimiento al convenio establecido con la
Madre de la abundancia Monifue R+gõ, deben poseer un amplio conocimiento de las
variaciones de los aspectos climáticos que repercuten en las labores de apertura,
siembra, cuidado y aprovechamiento de la chagra. Según la tradición, las familias
indígenas deben estar en capacidad de reconocer los indicadores que le muestra el
20
El término Friage Rozi (Royiz+mui) es una norma general e indicador del ecosistema, que los
indígenas de La Chorrera poseen para referirse al tiempo en que termina y comienza el año productivo,
el cual se considera determinante para la proyección del manejo y administración de las chagras.
157

ecosistema para hacer una buena chagra. Cuando se habla de los indicadores del
ecosistema, se hace referencia a la capacidad de reconocer, saber e interpretar las
variaciones climáticas que se presentan en un año y la relación de éstas con el
comportamiento y ciclos reproductivos y productivos de la fauna y la flora. Por ende,
no se trata de una actitud pasiva, sino que supone una capacidad de conocer en detalle
esa relación. Ello permite a las familias indígenas contar con una programación de
actividades que se puedan realizar de acuerdo a cada periodo climático. En relación con
la chagra, por ejemplo, este saber determina la época adecuada para la apertura, la
siembra, cuidado y aprovechamiento de los productos cultivados.

Los indicadores del ecosistema conforman un ciclo anual de 21 periodos de invierno


y/o verano, en los que se presentan de forma intercalada épocas secas y de lluvia, cuyo
inicio está dado por la presencia de los friajes (Anexo 1). Este reconocimiento va más
allá de la identificación de aspectos físicos y biológicos, ya que se involucran
elementos culturales de carácter simbólico y ritual, cuyo dominio está reservado a un
sector de la población, básicamente a ancianos y sabedores. Los avanzados
conocimientos y prácticas espirituales para el manejo del medio pueden establecer, a
través del uso del espíritu del tabaco, la coca y la yuca dulce, canales de comunicación
con los dueños de la naturaleza, a quienes, además de pedir permiso, se debe agradecer
con la práctica de rituales o bailes tradicionales, el beneficio que dan a la población por
el uso y un aprovechamiento adecuado de los recursos que la naturaleza le ofrece.

4.3.4. Uso y manejo de los principios de la abundancia


Según Acosta et al. (2011), las labores asociadas a la organización y planeación del
trabajo de la chagra ―proceso de apertura, siembra, cuidado y aprovechamiento de
productos―, están determinadas por dos elementos relacionados: primero, los
conocimientos tradicionales sobre el medio natural y físico; y, segundo, el
conocimiento tradicional espiritual, a través del cual se regula toda intervención del ser
humano en la naturaleza. No obstante este conjunto de requerimientos, durante el
proceso de preparación, siembra y recolección de los productos de las chagras, las
familias indígenas deben estar guiadas por la práctica espiritual de los ancianos en los
mambeaderos desde las malocas (Figura 7). Esta práctica consiste en pedir permiso, a
158

través de la palabra espiritual, para hablar con Monifue R+gõ21, creador o madre de la
abundancia.

El dialogo sostenido con la


madre de la abundancia,
Monifue R+gõ, por parte de las
autoridades tradicionales (Figura
7), tiene como propósito hacer un
convenio espiritual en el que las
familias indígenas se
comprometen a: restablecer el
equilibrio alterado por la acción
de las labores de apertura de la
chagra; y, devolver al bosque y a
los animales, que en ella habitan,
su alimento y vivienda a través
de la siembra de frutales. Se
considera que el cumplimiento de
este acuerdo garantiza la
posibilidad de tener una buena
chagra y una buena
Figura 7. Cacique Cabildo Caisam. La
Chorrera, Amazonas alimentación. La no realización y
práctica del mismo genera una reacción desfavorable del ecosistema, de la naturaleza y
de sus dueños para el bienestar de la familia indígena. Lo anterior obliga a la familia
indígena a dietar, es decir, a cumplir con una serie de restricciones alimentarias y de
comportamiento, para garantizar una buena producción y por ende asegurar una buena
alimentación. La familia indígena está obligada a cumplir el consejo dado por el
creador, lo que significa rechazar la madre de la pereza Raira+e R+gõ. La no
realización de estas prácticas tradicionales o la mala realización de las mismas, se ve

21
El término Monifue R+gõ se refiere a la práctica de pedir permiso a través de la palabra espiritual al
creador o madre de la abundancia, para seleccionar el terreno donde se abrirá la chagra.
159

reflejado en el desequilibrio ecológico, en el descontrol climático, en la baja


producción de la chagra y en la mala alimentación.

Los conocimientos tradicionales sobre el uso y manejo del medio natural y físico y los
de orden espiritual constituyen la forma mediante la cual se regula toda intervención
del ser humano en la naturaleza, que se pueden evidenciar a través del ciclo agrícola y,
dentro de éste, en las labores asociadas a la organización y planeación del trabajo de la
chagra. En la práctica de los conocimientos tradicionales sobre el uso y manejo de los
espacios cultivado (Tabla 25), se antepone la exigencia de sostener y cumplir el
convenio con la naturaleza, sin el cual, no es posible garantizar una producción óptima
de autosuficiencia alimentaria que garantiza la abundancia.

Tabla 25. Las prácticas culturales de las chagras en La Chorrera, Amazonas


Actividad Fundamento cultural
Es una guerra espiritual, entre el ser humano y la naturaleza; se sostiene
desde el mambeadero, donde la familia está obligada a sostener un
dialogo con la madre de la naturaleza Monifue R+gõ y otros seres
espirituales, para obtener los permisos necesarios que permitan alterar el
Socala
equilibrio de la naturaleza con la apertura de la chagra. Es en sí misma
un proceso de curación, se endulzan los corazones de los dueños y
espíritus de la naturaleza.

Es la tala de los árboles del bosque primario. Es una actividad que


generalmente se realiza con trabajo asociado y/o minga. La derriba de
los árboles está precedida por el trabajo espiritual y nocturno de
La tumba o
curación que se realiza desde el mambeadero, para endulzar los
derriba
corazones de las madres de la naturaleza para quitar poder; con el
propósito de prevenir accidentes.

Es la quema del material vegetal resultante del proceso de tumba, una


vez éste se ha secado, lo convierte en abono, en un fertilizante del suelo.
Quema Una vez realizada esta acción, desde el mambeadero y la tradición se
establecen las condiciones para recibir a la madre de la siembra.

Es un proceso mediante el cual cada una de las especies a sembrar debe


remplazar una especie del monte bravo. Sostiene la relación entre el
mundo animal y vegetal, la cual se garantiza por la práctica del convenio
con los dueños de la naturaleza. Parte con la concentración desde el
Siembra
mambeadero con el propósito de hacer contacto con la madre de la
siembra Riádaño, para que ésta espiritualmente, se encargue de enfriar y
fertilizar el suelo y permita que las semillas germinen y se desarrollen.

Es el cumplimiento de las prácticas culturales de mantenimiento de los


Cuidado de la
cultivos ―limpieza, abonando, control de los insectos que puedan
chagra
impactar negativamente a los cultivos―. El cuidado y mantenimiento de
160

la chagra se rige por la práctica espiritual de los ancianos en el


mambeadero, donde a través de la palabra espiritual, de la oración, se
pide permiso, protección y abundancia a Monifue R+gõ - madre de la
abundancia.
Fuente: Acosta et al., 2011. Instituto Sinchi. Asociación AZICATCH.

En términos generales, los suelos sobre los que se asientan los pueblos indígenas de La
Chorrera, son suelos de tierra firme ―o en tierra no inundables―, que corresponden a
la categoría de los oxisoles de textura arcillosa, pH ácido, alta concentración de
aluminio y bajos niveles de nitrógeno y fósforo. En estos suelos, el fósforo con
frecuencia es el elemento limitante de la fertilidad, el cual proviene casi
exclusivamente de la descomposición de la materia orgánica. Esto permite a las
comunidades indígenas, asentadas en tierra firme, poder mantener los cultivos todo el
año, pero en suelos menos fértiles. La fertilidad del suelo de la chagra ―en términos
de textura del suelo, drenaje, cantidad de materia orgánica, diversidad microbiana
asociada a los ciclos de mineralización y minerales disponibles―, incide directamente
con la diversidad de especies que es posible cultivar. Una de las claves del uso y
manejo de los espacios cultivados y la sostenibilidad de una producción de
subsistencia, son las estrategias de siembra y la de contar con una importante
variabilidad genética de especies tradicionales para atenuar la baja fertilidad de los
suelo, que limitan la posibilidad de cultivar especies con requerimientos nutricionales
altos (Peña-Venegas et al., 2009: 17).

Lo expuesto muestra a la chagra como un espacio cultivado, producto del esfuerzo


humano de una población que vive y depende de sus conocimientos y prácticas
culturales, los cuales garantizan que el uso y manejo de dichos espacios no atenta la
sostenibilidad de los bosques húmedos tropicales del departamento del Amazonas. Se
siembran especies como la yuca, la coca, el tabaco, la piña, entre otras, que son
emblemáticas en los procesos de reproducción cultural de los pueblos indígenas que se
identifican como Gente de Centro e hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce; donde el
manejo del medio ambiente se fundamenta en el reconocimiento de sus autoridades
tradicionales, como gestoras en la regulación espiritual del acceso a los espacios que
permiten cultivar las especies alimentarias.
161

4.3.5. Las instituciones tradicionales que fundamentan el control social y político


para garantizar la abundancia
Como ya se ha expuesto, la vida actual de los pueblos indígenas de La Chorrera, debe
ser comprendida desde su relación con los procesos históricos de intervención
económica, política, religiosa y social, sucedidos desde el siglo XVI, con ocasión del
Descubrimiento y La Colonia en el continente americano, las diferentes
confrontaciones fronterizas, hasta el reconocimiento del resguardo Predio Putumayo,
en el año 1988, por parte del Estado colombiano. Esos episodios históricos
desencadenaron drásticos procesos de desplazamiento y desintegración cultural y
social, dada la intervención y los diferentes eventos de economía extractiva de los
recursos naturales que se presentaron en estos territorios, desde finales del siglo XIX.

Consecuencia de lo anterior, los pueblos indígenas generaron un proceso de


reconstrucción cultural y social de sus vidas en sus territorios ancestrales, que contó
con la decisión de organizar un sistema de gobierno propio (Figura 8). Hacia el año
1979 se constituyó la Confederación Indígena del Alto Amazonas COIDAM, como un
Consejo Indígena que congregaba a los Uitoto, Muinane, Bora, Miraña, Okaina,
Nonuya, Andoque, Inga, cocamas, entre otros, desde el cual, exigen al gobierno
nacional el reconocimiento legal de su territorio.

Figura 8. Maloca Cabildo Caisam. La Chorrera, Amazonas


162

En La Chorrera se creó un Cabildo Mayor y dos cabildos menores: uno del sector que
aglutinaba a los asentamientos ubicados aguas arriba y otro del sector aguas abajo del
río Igará Paraná. El Cabildo Mayor se denominó COZICH ―Consejo Zonal Indígena
de La Chorrera― y cumplió con el papel de direccionar los procesos de recomposición
cultural, social y las estrategias sobre el manejo de sus territorios ancestrales, junto con
los procesos de las otras zonales que integraron el resguardo Predio Putumayo: Consejo
Indígena Zona Arica, COINZA, Consejo Indígena de Puerto Alegría (AZIPA),
Organización Zonal Indígena del Encanto (OZINDE) (Farekatde, 2004).

Con la Constitución Política de 1991, Colombia reconoció el derecho de los pueblos


indígenas a gobernar su territorio como una Entidad Territorial Indígena (ETI), con las
mismas atribuciones asignadas a los municipios, distritos y departamentos. Permite el
ejercicio legítimo del poder político de sus autoridades y reconoce la vigencia y
obligatoriedad de sus normas. En ese marco normativo, los pueblos indígenas hijos del
tabaco, la coca y la yuca dulce, encuentran un horizonte para consolidar una estructura
organizativa sobre aquellas instituciones tradicionales de gobierno indígena, que son
fundamentales en el proceso de reafirmación cultural, ordenamiento territorial y
construcción del Plan de Vida (Tabla 26).

Tabla 26. Las instituciones tradicionales en La Chorrera, Amazonas


Institución tradicional Descripción
Se reconoce que la apropiación y manejo del territorio se
legitima a través de la maloca, como un elemento simbólico
y material de identidad cultural; espacio en el que las
familias reconocen y preservan la autoridad y el
conocimiento tradicional a través del cual, se garantiza el
uso, manejo y permanencia de la biodiversidad. Es además,
un espacio de cohesión social, en tanto es un lugar de
La Maloca
encuentro en el que se trasmite y recrea la cultura; se
resuelven conflictos y toman decisiones que determinan las
dinámicas cotidianas de la población establecidas. Símbolo
de identidad social, del cuerpo y del cosmos, de la
solidaridad del grupo local y de sus relaciones con otras
gentes, y de la sociedad en el territorio.

Es una institución aún vigente y obra como una Autoridad


Tradicional, que mantienen algunas carreras ceremoniales
El Cacique
especializadas como: cantores, ejecutantes de bailes,
tocadores de tambores del manguare, entre otros. Los
163

caciques, dada su formación y responsabilidad, son


depositarios y garantes de la tradición al interior de su
respectiva cultura; a través del conocimiento y manejo de la
tradición y los rituales, ejercen poder de organización,
gobierno, gestión y control social, en los territorios
ancestrales. Los Caciques como ancianos sabedores,
mediante los relatos, mitos, leyendas, rituales, creencias, de
manera oral y milenaria, han mantenido vivo y protegido el
pensamiento de la cultura y dan responsabilidad a la palabra
de abundancia sostenida con la naturaleza y que se trasmite
en la sociedad indígena de generación en generación.

El Estado colombiano a través del Decreto 2001 de 1988,


reconoce al Cabildo Indígena como una Entidad Pública
Especial, cuyos integrantes son miembros de una comunidad
indígena, elegidos y reconocidos por ésta, con una
organización socio política tradicional. Es una categoría que
garantiza: el control de la población en el territorio; asegura
El cabildo indígena
las reivindicaciones sociales, económicas, culturales y
políticas, ante la sociedad nacional y el Estado; representa
legalmente a la comunidad; ejerce ámbitos de autoridad de
acuerdo las atribuciones que le otorga la ley, sus usos y
costumbres y el reglamento interno de cada comunidad.

Son autoridades civiles de control social y de resolución de


conflictos sociales, en los territorios de los pueblos
indígenas. El decreto 2164 de 1995 (Artículo 2), los define
como una entidad pública especial, cuyos integrantes son
miembros de las comunidades indígenas, elegidos y
reconocidos por estas, con una organización sociopolítica
tradicional, cuya función es representar legalmente a la
Los gobernadores de cabildos
comunidad, ejercer la autoridad y realizar las actividades que
le atribuyen las leyes, los usos, costumbres y el reglamento
interno de cada comunidad. La gestión de los gobernadores
indígenas en los cabildos es respaldada y apoyada
generalmente por una junta de colaboradores ―secretario,
tesorero, fiscal― elegidos por la comunidad.

A través del Decreto 1088 de 1993, el Estado colombiano las


define como unas entidades de Derecho Público de carácter
especial, con personería jurídica, patrimonio propio y
autonomía administrativa, cuyo objeto es adelantar en las
comunidades indígenas el desarrollo integral. La AATI
responde por los resguardos que gobierna, en todos los
La Asociación de Autoridades
sentidos de la vida colectiva y de la relación con las unidades
Tradicionales Indígenas
político administrativas donde están circunscritos y con las
(AATI)
entidades nacionales. Garantizan la seguridad y protección de
los pueblos indígenas. Asumen dos grandes retos: mantener
la cohesión interna, el fortalecimiento de su cosmovisión y
su cultura, a la satisfacción de las necesidades básicas
individuales y colectivas; responden por las demandas y
requerimientos de la sociedad mayoritaria, especialmente con
164

las autoridades ordinarias que co-administran diversos


aspectos de la vida colectiva. Adelantan las siguientes
acciones: actividades de carácter industrial y comercial ―en
forma directa, o mediante convenios celebrados con personas
naturales o jurídicas―; fomentan en sus comunidades
proyectos de salud, educación y vivienda en coordinación
con las respectivas autoridades nacionales, regionales o
locales y con sujeción a las normas legales pertinentes.

Se constituye en la máxima autoridad en el territorio. Está


conformada, a partir de la participación de los gobernadores
de cabildos, los jefes de clanes de cada pueblo y demás
representantes, la junta directiva de la AATI, y de acuerdo
con los temas a tratar, se invitan a las entidades públicas y
ONG para que expongan sus acciones programáticas. La
La Asamblea de Junta de
participación e intervención de cada uno de los
Autoridades Tradicionales
(Zonal)
representantes de las comunidades, aportan con sus visiones
e interpretaciones, a discutir y decidir sobre los proyectos e
investigaciones fundamentales, que permitan reafirmar lo
propio y/o atenuar las amenazas que se puedan presentan en
el territorio. Las discusiones colectivas ayudan consolidar la
filosofía propia de los hijos del tabaco, coca y yuca dulce.

Fuente: Van del Hammen (1992); Correa (1993, 2000); Arango y Sánchez (2004); Farekatde (2004);
Farekatde y Henao (2011); Acosta et al. (2011).

Haciendo uso de los decretos y normas nacionales (Decreto 1088 de 1993), que
potencian procesos para buscar mayor autonomía de los pueblos indígenas; en el año
2003 la organización COZICH se transformó en la Asociación Zonal Indígena de
Cabildos y Autoridades Tradicionales de la Chorrera, AZICATCH, como una
organización que articula y legitima la autoridad de los ancianos ―caciques― como
representes del gobierno propio.

En ese marco se construyó participativamente el Plan de Vida de los pueblos indígenas


Uitoto, Okaina, Bora y Muinane, que incluye dos componentes: el Ordenamiento
Territorial y el Plan de Desarrollo o Abundancia. Su vigencia se fundamenta en la
práctica de una estructura de control social y política, que se sustenta en un gobierno
propio, capaz de responder a las necesidades de la reafirmación de los valores
tradicionales y atenuar los impactos de su vinculación a la sociedad nacional y las
economías locales, en lo que se llama los procesos de construcción de una vida
intercultural. De esta manera se avanza en la concepción de los derechos territoriales y
políticos de los pueblos indígenas, al articular la figura de los resguardos con la
165

oportunidad de constituir una ETI, con base en las estructuras de gobiernos locales
indígenas, que en este territorio se viene consolidando.

El mayor riesgo para la consolidación de la estructura de gobierno propio en La


Chorrera, y en general en el resguardo Predio Putumayo, lo constituye el aplazamiento
histórico sobre la reglamentación de la ETI, de acuerdo con la aspiración de la
Constitución Política de Colombia de 1991. Genera toda una serie de vacíos jurídicos,
lo que no permite contar con una unidad político administrativa legítima y autónoma,
de acuerdo con los usos y costumbres de los pueblos indígenas, que permita legitimar
el Plan de Vida de los pueblos indígenas Uitoto, Okaina, Bora y Muinane
(Ordenamiento Territorial y el Plan de Desarrollo o Abundancia), y se fundamente en
el control social y político de la estructura de gobierno propio. Al carecer de esa
autonomía, las políticas e inversión públicas del Plan de Desarrollo Nacional en los
territorios indígenas quedan supeditadas a la formulación y gestión de los programas y
proyectos del Plan de desarrollo departamental que, históricamente, no involucra las
directrices y proyectos de los Planes de Vida indígenas, perdiéndose una oportunidad
de que la inversión pública sea acorde con las características culturales, sociales y
territoriales de los pueblos indígenas.

La estructura de gobierno propio descrito, su evolución histórica y vigencia actual, se


constituye en formas de organización, control social y política básica de los pueblos
indígenas, válidos en las discusiones y acuerdos que serán necesarios de llevar a cabo
en los procesos de reglamentación de las futuras ETI. Estas formas de gobierno propio,
que se erigen sobre el libre ejercicio del control social y la autonomía política,
permitirán la sostenibilidad de los modos de vida de los pueblos indígenas en sus
territorios ancestrales. Son fundamentales en la conformación de los que se podría
denominar la “capacidad de funcionamiento colectivo de los territorios indígenas”, que
se sustenta precisamente sobre aquellas jerarquías de autoridad tradicional existentes en
los territorios indígenas, que garantizan la gobernabilidad y el control social, político y
ambiental en dichos territorios.
166

4.3.6. Los cambios sociales que afectan la abundancia


Los pueblos indígenas Uitoto, Bora, Okaina, Muinane, de La Chorrera, con sus
prácticas culturales que aseguran un uso y manejo necesarios para garantizar la
abundancia, cada vez se vinculan con mayor intensidad a la economía y estilos de vida
occidentales, lo que genera diversos y complejos impactos sobre sus modos de vida
tradicionales. Esa tendencia local se enmarca en un proceso de orden regional en la
Amazonia, donde la sociedad nacional, el Estado y las economías locales, generan
procesos de cambio en la composición de las familias indígenas, con una incidencia en
la sostenibilidad de sus activos ambientales, sociales, culturales y económicos, que son
la base de la subsistencia de sus modos de vida.

El pasado histórico del contacto de los pueblos indígenas con diferentes actores,
muestra una serie de episodios que han dejado su huella en los modos de vida indígena.
Son ejemplo de ello: la presencia de las misiones evangelizadoras, los procesos de
economía extractiva como las caucherías, el tráfico de pieles, la bonanza cocalera, la
pesca, las maderas, la minería, la imposición de planes y proyectos de vida a las
sociedades indígenas por parte de entidades estatales y de las ONG; así como la
presencia de grupos armados al margen de la ley. Como producto de esos contactos y
procesos socioeconómicos y políticos, existe una tendencia a propiciar cambios en la
familia tradicional indígena y en sus modos de vida (Figura 9).

Figura 9. Familia indígena. La Chorrera,


Amazonas
167

De acuerdo con la Figura 10, en La Chorrera se mantiene la existencia de la familia


indígena extensa, la cual todavía conserva algunos rasgos o características de la familia
tradicional, como la producción en conjunto, el reconocimiento de una autoridad
central y la toma de decisiones en conjunto, entre otros. Sin embargo, se pueden
encontrar otros tipos de organización familiar, entre los que se resaltan por orden de
importancia, las siguientes: familias nucleares con vivienda y producción de
subsistencia independiente; familias extensas conformadas por varios núcleos
familiares bajo un mismo techo, cada uno de los cuales es autónomo y no se reconoce
necesariamente una autoridad común. Por último, están las familias monoparentales y
unipersonales con vivienda y producción de subsistencia independiente.

Figura. 10. Tipos de familias en cabildos indígenas. Complejo cultural de La


Chorrera, Amazonas

Fuente: Base de datos caracterización chagras, SINCHI – AZICATCH. 2007

En los pueblos indígenas de La Chorrera, la construcción social del territorio sigue


fundamentándose en la vigencia de la familia extensa. Esta se entiende no como un
conglomerado de personas que habitan un mismo techo, sino como una unidad social
de familias cuya importancia radica en el mantenimiento y fortalecimiento de lazos de
parentesco y amistad ―vecindad―, que sustentan la unidad al interior de cada cabildo.
168

En general, la existencia de las anteriores relaciones permite contar con redes de


solidaridad, que fortalecen los sistemas tradicionales de producción con centro en la
chagra, la cacería, la pesca y la recolección de especies maderables y no maderables
del bosque, que en conjunto se constituye en la base de la abundancia, y se sostiene
mediante el trabajo asociado, el intercambio de semillas y la redistribución social de la
producción.

Siendo la chagra el centro de la producción de autosuficiencia alimentaria, estos


espacios cultivados vienen conformándose con un fuerte carácter multipropósito, entre
los que destacan: garantizar la abundancia alimentaria de las familias; destinar
productos a cubrir la demanda de la reproducción y mantenimiento de la cultura;
comercializar volúmenes de producción agrícola para la obtención de ingresos que
permitan la adquisición de otros bienes de consumo final, que complementan la dieta
alimentaria familiar.

La Figura 11 muestra cómo el destino de la producción, de acuerdo con los tipos de


chagra, involucra a la mayoría de los espacios cultivados en los cabildos indígenas a
garantizar la satisfacción de las necesidades alimentarias de los miembros familiares.
En menor proporción, la existencia de chagras dedicadas a proporcionar los recursos
necesarios destinados a otros propósitos como: adquirir otros productos introducidos
considerados básicos dentro de la dieta de las familias indígenas y cumplir con las
obligaciones culturales. En ese sentido, la producción de la chagra, además de
garantizar la autonomía y seguridad alimentaria de la familia, debe también generar un
excedente que pueda destinarse al comercio o a la tradición. Además, en La Chorrera la
población indígena tiende a ocuparse y/o emplearse en actividades remuneradas,
ofrecidas por las entidades del Estado y ONG presentes en el territorio, en cargos y/o
ocupaciones tales como docencia, servicios generales, constructores, entre otros.
169

Figura 11. Destino de la producción por tipo de chagra en cabildos


indígenas. Complejo cultural de La Chorrera, Amazonas

Fuente: Base de datos caracterización chagras, SINCHI – AZICATCH. 2007

En ese sentido, la intensidad de la vinculación con el Estado y la economía, así como


los cambios en la conformación de las familias indígenas, generan la existencia de una
serie de problemáticas sobre la sostenibilidad de las chagras que, con el tiempo,
impactan negativamente la capacidad productiva de la mismas, afectando igualmente el
vivir bien y comer bien. En la Tabla 27 se expresan de forma esquemática los
principales problemas socioeconómicos que inciden en la sostenibilidad de la
abundancia, junto con los impactos que suponen en la misma.

Tabla 27. Problemas socioeconómicos que afectan la sostenibilidad de la


abundancia
Problema Descripción de los impactos
Hace referencia a la no realización en su momento de
ciertas prácticas culturales, como es el caso la de efectuar
una buena revisión de las experiencias espirituales y
Descuido e incumplimiento materiales de los convenios con la naturaleza anteriores.
del conocimiento tradicional
en el uso y manejo de las La no práctica de las enseñanzas tradicionales para el uso y
chagras manejo de los espacios cultivados, conlleva a una pérdida
de las destrezas para manejar adecuadamente los cambios
climáticos, que podrían afectar algunas de las prácticas de
la chagra.
170

Algunos jóvenes desconocen y no están en capacidad para


participar en los procesos de concentración con las
autoridades tradicionales y para hacer los convenios con la
naturaleza, ya que estos no practican las normas de trabajo
dadas por la tradición para el cuidado de la tierra, que se
evidencia en la baja participación en las labores de trabajo
asociados.

Lo anterior, en el marco de una de las características


demográficas del departamento del Amazonas, como es la
Desconocimiento de la de contar con una mayoría de población menor a 45 años,
autoridad tradicional que se caracteriza por ser una población joven, frente al
segmento de población de mayor de 4 años sobre el que se
sustenta la reproducción de los conocimientos tradicionales,
la cual tiende a ser muy baja.

Estaría indicando un proceso en marcha de pérdida de los


conocimientos tradicionales asociados con la sostenibilidad
del sistema alimentario, dado por la existencia de una
dificultad en la reproducción y transmisión de los
conocimientos tradicionales.

Las autoridades El no discutir el efecto del cambio climático y sus impactos


tradicionales que manejan el en las prácticas culturales que fundamentan los espacios
medio ambiente no discuten cultivados, viene propiciando un descontrol de las familias
los efectos del cambio en el manejo del tiempo, que repercute en las labores
climático cotidianas de uso y manejo de las chagras.

La dedicación a actividades diferentes a las prácticas


culturales que sostienen los espacios cultivados, permiten a
las familias indígenas contar con un ingreso económico
para cubrir ciertas necesidades básicas, al igual que atender
algunas de las necesidades impuestas por la modernidad
como: adquisición de celulares, televisión, equipos de
sonido, entre otros.
Dedicación con mayor
frecuencia a otras
El ejercicio de los cargos de representación comunitaria
actividades diferentes a la
ante las entidades del Estado y ONG, implica una mayor
chagra
dedicación del tiempo por parte de las hombres cabeza de
familias; se generan profundas repercusiones tanto en la
relaciones internas familiares, como el descuido de las
actividades tradicionales para hacer chagra y la pérdida de
especies alimentarias tradicionales, que contribuyen
también a un deterioro de la identidad indígena.

Se observa cómo algunas familias descuidan las prácticas


de compartir los productos obtenidos, no colaboran con
Menor práctica de la mano de obra y no aportan con herramientas para el trabajo
solidaridad asociado. Lo anterior se encuentra relacionado con la no
práctica del intercambio de productos, porque se entiende
que dada la necesidad de la obtención de un ingreso
171

económico, éstas dedican los productos obtenidos en las


chagras a la venta.

Lo anterior, estaría acarreando no solo el abandono o


separación del hogar, la desunión comunitaria, sino un
desánimo en la práctica de los conocimientos tradicionales.

Se refiere a una inadecuada planeación e inversión de los


recursos destinados para la ejecución de los proyectos en
los territorios indígenas. Algunas entidades públicas y
privadas (ONG), gestionan y ejecutan proyectos para los
pueblos indígenas, desconociendo tanto sus planes de vida,
como su organización cultural, modos de vida y de
Los planes de vida indígenas producción. Al no ser consultados y concertados
están influenciados por los previamente los proyectos con los pueblos indígenas, no
planes de vida occidentales llegan a responder a las necesidades y demandas reales.

En ese sentido, se desconocen los derechos de los pueblos


indígenas, así como su realidad sociocultural, política y
económica, como también sus planes de vida y gobierno
propio.

Fuente: Acosta et al., 2011. Instituto Sinchi. Asociación AZICATCH.

La información de la Tabla 27 muestra una tendencia al abandono de ciertos


conocimientos tradicionales fundamentales para cumplir con el ciclo agrícola
tradicional, que garantiza comer y vivir bien. Es evidente la existencia de impactos
negativos que hoy se están reflejando en la sostenibilidad del sistema alimentario
como: la existencia de baja productividad en las especies sembradas y la aparición de
plagas en los espacios cultivados; la presencia de enfermedades y accidentes; la notable
escasez de semillas, que levanta la preocupación por la pérdida de la variabilidad
genética de las especies de orden alimentario, lo que podría eventualmente conducir a
una escasez de alimentos. De acentuarse la anterior tendencia, se podrían presentar
algunos procesos de descomposición social, como cabe deducir del hecho que se
suceden episodios de apropiación indebida de los productos de las chagras, así como
un descontrol y desorden en el modo de hacer el trabajo de las mismas.

4.3.7. Los desafíos relativos al fortalecimiento de los conocimientos tradicionales


que sustentan los principios de la abundancia
Los territorios de los pueblos indígenas del complejo cultural de La Chorrera quedaron
encapsulados, entre finales del siglo XIX y mediados del siglo XX, por una economía
172

extractiva del caucho con profundos impactos sobre su población y modos de vida.
Fueron objeto de procesos de esclavitud, genocidio y desplazamiento forzado, como
formas de sometimiento ejercidas por la Casa Arana, para la obtención y acopio del
caucho natural. La extracción de este recurso natural, trajo consigo profundos impactos
en sus territorios ancestrales, propiciando profundos cambios y una descomposición
social que causaron el despoblamiento masivo, extinción de linajes, clanes y tribus
enteras. Con posterioridad al conflicto colombo–peruano del año 1933, los pueblos
indígenas del complejo cultural de La Chorrera, comienzan un proceso de
recomposición social, cultural y territorial, que, junto con la declaratoria del Resguardo
Predio Putumayo, en 1988, por parte del Estado colombiano, permite entrar en una
etapa de consolidación de ese proceso.

Con la conformación del Plan de Vida vigente en cada uno de los pueblos indígenas
que se autodenominan hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce, el proceso de
recomposición social adquiere una fundamentación de acuerdo con los principios de la
ley de origen de esos pueblos. Dicho plan incluye dos componentes: el Ordenamiento
Territorial y el Plan de Desarrollo o Abundancia. Este último componente señala los
derroteros a seguir para asegurar el bienestar de los pueblos indígenas, en el marco de
su vinculación con el Estado, la sociedad nacional y la economía.

El proceso de recomposición social y cultural adelantado por los pueblos indígenas del
complejo cultural de La Chorrera, ha contado con la fundamentación y sinergia de una
estructura de gobierno propio que ejerce el control social y político en los territorios
ancestrales y base de la organización administrativa y defensa de los derechos
indígenas. La evolución histórica y vigencia actual de esas formas de organización,
control social y político, de los pueblos indígenas de La Chorrera, cuentan con fuerza
en las discusiones y acuerdos que serán necesarios llevar adelante en los procesos de
reglamentación de las futuras ETI. Estas formas de gobierno propio que se erigen sobre
el libre ejercicio del control social y la autonomía política, permitirán la sostenibilidad
de los modos de vida de los pueblos indígenas en sus territorios ancestrales hacia el
futuro. Son fundamentales para la conformación de los que se podría denominar la
“capacidad de funcionamiento colectivo de los territorios indígenas”, que se sustenta
precisamente sobre aquellas jerarquías de autoridad tradicional existentes en los
173

territorios indígenas, que garantizan un nivel de gobernabilidad, el control social,


político y ambiental, en dichos territorios.

Por lo anterior, las comunidades indígenas de La Chorrera han logrado demostrar que
usan y manejan unos extensos conocimientos tradicionales no solo del medio natural,
sino de los procesos productivos tradicionales que se despliegan para un
aprovechamiento óptimo de los recursos naturales. En general y tal como se pudo
observar anteriormente, las familias indígenas en La Chorrera, desde su conocimiento
tradicional, contemplan una serie de principios y normas esenciales para el uso y
manejo de los espacios cultivados. Este saber se ve reflejado en la estrategia y las
prácticas propias del sistema de producción tradicional, que permiten que una familia
indígena pueda contar con abundancia de alimentos, así como también, contar con la
posibilidad de generar excedentes de producción que se obtienen con cierta regularidad
y que permiten, entre otros, la adquisición de productos, cuyo consumo ha sido
adquirido por la vinculación con la sociedad nacional y la economía.

Son principios que garantizan la abundancia de alimentos y bienestar para las familias,
así como también el cuidado y sostenimiento del medio natural, la reproducción de los
conocimientos y prácticas tradicionales básicas para el manejo de los espacios
cultivados. La existencia de esos principios corresponde a las normas tradicionales, que
son necesarias de asumir y practicar a nivel familiar para hacer una buena chagra y
obtener una buena producción que sustente el comer y vivir bien. Conocer y practicar
dichos principios facilita a las familias indígenas saber el estado del ecosistema para la
realización de las prácticas de uso y manejo en las chagras.

Los principios fundamentales para la práctica de uso y manejo de las chagras se


sustentan en la existencia de unos indicadores del ecosistema, donde se tiene un
profundo conocimiento sobre los tiempos de invierno y verano; representa los periodos
a tener en cuenta para la apertura, manejo y aprovechamiento de los productos de las
chagras. Tiene como prerrequisito la revisión de la palabra de abundancia sostenida
con la naturaleza respecto del periodo anterior de producción; adelantar un nuevo
convenio con la naturaleza para el siguiente ciclo de producción. Es un trabajo
espiritual que lo ejerce el maloquero desde el asiento tradicional a través de la coca, el
174

tabaco, caguana y la manicuela y se dirige a efectuar un control al trabajo familiar por


medio de las dietas ―dietar― que los lleve a efectuar una concentración sobre las
chagras que se esperan abrir. Sostienen que es necesario considerar un diálogo con los
tres reinos que mantienen la unidad ―la flora, la fauna y los cuerpos de agua― y la
relación con el medio natural; tener buena disponibilidad de alimentos para la práctica
de la minga e invitar con tiempo y dar una buena información a las personas que van a
trabajar en la minga.

En La Chorrera las autoridades tradicionales de los pueblos indígenas Uitoto, Okaina,


Bora y Muinane, que cuentan con una estructura de gobierno propio, fundamentan los
procesos de reproducción de los conocimientos tradicionales, en particular, el
cumplimiento de los principios para garantizar la autosuficiencia alimentaria. Sin
embargo, tal como se evidenció a través de la información de la Tabla 27, enfrentan
una serie de problemas derivados de la tendencia hacia una mayor vinculación con las
economías locales, que generan fuertes impactos en la sostenibilidad de las prácticas y
principios que sustentan la abundancia. En la actualidad existe una preocupación por el
incumplimiento de la tradición, en razón del olvido o desconocimiento de los
indicadores del ecosistema que guían la apertura y sostenibilidad de los espacios
cultivados, que acarrea la aparición de descontroles que se reflejan en la enfermedad,
en la desnutrición, en la pérdida del pensamiento tradicional, que se asocia también a la
pérdida paulatina del idioma como elemento fundamental de la cultura. Se sabe que en
el pasado, la población indígena cumplía de forma estricta con todos los requerimientos
de la tradición; reconocía, respetaba y ejercía el saber ancestral heredado, el cual les
permitía conocer la naturaleza y mantener con ésta y los seres que la habitan, una
relación de equilibrio.

Una preocupación central de las autoridades tradicionales, gobernadores y familias


indígenas en La Chorrera, es enfrentar la permanencia de los procesos de reproducción
de los conocimientos tradicionales que garantizan la sostenibilidad de las prácticas y
principios que sustentan la abundancia. Ello ha supuesto asumir un proceso de
reflexión desde lo local, para la discusión y la generación de estrategias que permitan el
respeto de los derechos por parte de las instituciones del Estado y ONG en sus
175

territorios. Frente a esas motivaciones y preocupaciones, derivadas de la intensificación


de la vinculación de los pueblos indígenas con el Estado, la sociedad nacional y las
economías locales, las autoridades tradicionales de La Chorrera, han promocionado la
apertura de unos diálogos interculturales. Se vienen convocando a participar a una
reflexión comunitaria desde lo local, que involucra tanto a los ancianos sabedores,
gobernadores ―responsables de la reproducción de los conocimientos tradicionales y
que sustenten el gobierno propio―, a las familias y líderes indígenas, a considerar
tanto el contexto de sus actuales condiciones de vida en los territorios ancestrales como
las amenazas sobre la estabilidad de los mismos (Tabla 28).

Tabla 28. Estrategias y procesos de fortalecimiento de los conocimientos


tradicionales asociados a la agrobiodiversidad, de los pueblos indígenas de La
Chorrera, Amazonas
Estrategias Procesos
Entre las autoridades tradicionales, familias de reciente conformación y
Concertación jóvenes, que conduzca a la concientización, apoyo y capacitación de los
permanente jóvenes, en los fundamentos culturales de la identidad de los pueblos
indígenas.
Entre las autoridades tradicionales, las familias recién conformadas y los
Fortalecimiento de jóvenes, sobre los aspectos simbólicos que fundamentan la abundancia.
un diálogo intra Proceso de capacitación técnica ancestral sobre las prácticas culturales
generacional de uso y manejo del ciclo de chagras, recolección de especies, cacería y
pesca y la recuperación de semillas de especies tradicionales.
Proyectos La ejecución de los proyectos por parte de las entidades del Estado como
entidades públicas por ONG, estén armonizadas con el cronograma tradicional, el respeto a
y ONG, los derechos de los pueblos indígenas. Garantizar que las familias
armonizados con indígenas no pierdan su autonomía e identidad en la práctica de la
el Plan de Vida abundancia.
Los procesos de cooperación que brindan las entidades del Estado,
ONG, en la ejecución de alternativas productivas; exige una alta
coordinación con las autoridades tradicionales y gobernadores; para que
Cooperación de
estos sean acordes con la tradición, y guarden correspondencia con los
entidades Estado y
procesos de valoración y fortalecimiento de los conocimientos
ONG, coordinada
tradicionales, en las labores del ciclo agrícola. El respeto a los derechos
con Autoridades
indígenas a partir de suscribir convenios de trabajo analizados y
Tradicionales
revisados, de acuerdo con el Plan de Vida y Ordenamiento Territorial,
previamente concertados y efectuadas las consultas con los cabildos y
las Autoridades Tradicionales.
Fuente: Acosta et al., 2011. Instituto Sinchi. Asociación AZICATCH.

En síntesis, dichas estrategias apuntan al control de las amenazas externas y que


implique el fortalecimiento de los conocimientos tradicionales asociados a la
agrobiodiversidad. Parten de promover una concertación permanente, fortaleciendo el
diálogo entre Autoridades Tradicionales y la sociedad indígenas; y de exigir que los
176

proyectos a adelantar con entidades públicas y ONG se armonicen con el Plan de Vida,
de manera que previamente las entidades estatales y las ONG coordinen con las
Autoridades Tradicionales la cooperación y el apoyo a través de proyectos de
desarrollo.
177

5. INDICADORES DE BIENESTAR HUMANO


PARA LOS PUEBLOS INDÍGENAS GENTE DE
CENTRO DE LA CHORRERA, AMAZONAS
El concepto de bienestar de los pueblos indígenas Gente de Centro de La Chorrera, de
acuerdo con lo expuesto, se asocia con el concepto de abundancia. Se trata de una
noción que encierra elementos diversos, que se fundamenta en prácticas de la vida
ritual y cultural y que implica asumir una ética para la reproducción de los
conocimientos tradicionales que facultan la realización de las prácticas que garantizan
la sostenibilidad de su sistema alimentario diverso de acuerdo con la tradición. Es un
concepto que conjuga entender la existencia de una relación entre los ecosistemas
−territorio− y las demandas por recursos de los pueblos indígenas para la subsistencia.
A nivel histórico, se conoce que los pueblos indígenas en la Amazonia colombiana, y
particularmente los ubicados en La Chorrera, han practicado la ocupación e
intervención al ecosistema a partir de unas prácticas culturales de uso y manejo de los
recursos de la biodiversidad, que garantizan la sostenibilidad de sus modos de vida
conservando una relación de equilibrio con su entorno natural. En esa dirección, se
mostró cómo el concepto de bienestar de los pueblos indígenas, que se consigna en el
concepto de abundancia, es producto de una relación de equilibrio entre los
ecosistemas y las sociedades étnicas que intervienen.

La tesis doctoral tiene como propósito diseñar unos indicadores de bienestar humano
para pueblos indígenas, que conjuguen esas dimensiones y que puedan utilizarse como
herramientas para lograr el reconocimiento de sus modos de vida y sus territorios
ancestrales. Sus resultados son un insumo para la formulación de políticas públicas,
programas y acciones de gobierno, u otras instancias asociadas al desarrollo y al
bienestar indígenas, que permitan que las familias indígenas no pierdan su autonomía e
178

identidad para garantizar la abundancia; donde las actividades tradicionales de uso y


manejo de los espacios cultivados se continúen fundamentando por las autoridades
tradicionales. Es necesario, además, que los indicadores den cuenta de las realidades y
temáticas de importancia desde el punto de vista de los pueblos indígenas: la identidad,
la espiritualidad, el conocimiento tradicional, las formas propias de organización
social, los derechos colectivos y el patrimonio intangible.

La medición del bienestar de estos pueblos debe soportarse sobre variables sincrónicas
y diacrónicas, es decir, que debe dar cuenta de fenómenos que se estudian en un
momento dado, así como reconocer las sucesiones de un sistema social que llevan a
que el mismo se reproduzca y se mantenga. En este sentido, el modelo conceptual a
conformar para el diseño de los indicadores de desarrollo humano, debe expresar de
manera reiterada dichas variables en momentos distintos a lo largo del tiempo. Y ello
debe ser así dado el carácter de las sociedades amazónicas que cambian de manera
constante, y, por otro lado debido, al carácter estacional del ambiente y de los espacios
en los que se inscriben los modos de vida indígena. Las variables que describen los
fenómenos en estudio tienen como condición que deben ser examinadas a nivel social
−comunitario−. El concepto de bienestar humano, como se expuso, responde a las
potencialidades derivadas de las relaciones que se dan en la sociedad, que incluye el
fuero de las familias indígenas, de modo que el modelo debe evidenciar de tales
condiciones.

En ese sentido, el modelo debe basarse en los modos de vida indígena que se dan en los
espacios territoriales ancestrales, entendiendo como tales aquellos que se encuentran
bajo la forma y las características de los resguardos indígenas. Si bien es claro que los
resguardos no son homogéneos, sí cuentan con elementos en común como el ejercicio
de los derechos sobre la tierra, la existencia de autoridades tradicionales y los sistemas
de gobernanza. En estas circunstancias, se presenta un conjunto de relaciones con la
sociedad nacional más o menos tipificadas. Por lo anterior, el conjunto de indicadores
propuestos se ocupará fundamentalmente de las relaciones al interior de los resguardos
indígenas, donde existen ciertos elementos garantizados, como es el caso del acceso a
los recursos.
179

Los indicadores deber permitir visualizar los elementos de orden cualitativo y


cuantitativo, sincrónico y diacrónico y, finalmente de orden individual y social,
relacionados con los pueblos indígenas y sus territorios ancestrales en la figura del
resguardo, que presentan un estado legal como propiedades privadas colectivas. El
modelo recoge las bases conceptuales fundamentales de los fenómenos estudiados a
través de las variables que se proponen para luego discutir los niveles y las relaciones
de orden temporal que pueden suscitar.

5.1. Modelo para evaluar el bienestar en territorios indígenas de la Gente de


Centro
Los modos de vida indígena se pueden entender a partir de un marco analítico que
tenga en cuenta su carácter holístico. Este marco comprende tres dimensiones: una
dimensión natural, que corresponde a los recursos o activos a partir de los cuales se
construye la vida indígena; una dimensión social, donde se relacionan los
conocimientos tradicionales asociados con la biodiversidad; una dimensión cultural y
ética, que fundamenta los principios cosmogónicos de los pueblos indígenas. Estas tres
dimensiones, en conjunto, garantizan la reproducción de la vida colectiva y de cada
uno de los miembros que hacen parte de ella. La relación que existe entre las
sociedades y sus modos de vida indígenas, con la sustentabilidad de los ecosistemas,
define el bienestar humano de las sociedades indígenas.

En esa dirección, el diseño de un conjunto de indicadores de bienestar humano,


pertinentes para evaluar el bienestar de los modos de vida de las sociedades indígenas
que tratamos, requiere conformar un modelo de análisis, que conjugue: 1) el marco
holístico que define y explica el concepto de bienestar de los modos de vida indígena,
que se sustenta a través de la abundancia; 2) el concepto de bienestar que define una
relación sociedad – naturaleza y vista desde los antecedentes del desarrollo humano.
Esos dos ejes temáticos posibilitan conformar una estructura de análisis, que recoja
adecuadamente el bienestar, las capacidades y la libertad de los modos de vida
indígena.
180

En ese sentido, el modelo se sustenta sobre un conjunto de funcionamientos que


definen las capacidades, a través de las cuales se pretende dar cuenta y evaluar el
bienestar de los pueblos indígenas Gente de Centro del departamento del Amazonas.
En este modelo, el análisis de las capacidades se fundamentará sobre fenómenos de
orden colectivo. Estos últimos, en algunas ocasiones, aparecen como restricciones22 o
lineamientos necesarios dentro de cada cultura para alcanzar el estado de bienestar
ideal. La cultura y la sociedad establecen mecanismos y restricciones para acceder a los
funcionamientos. Entonces, es preciso comprender por qué razón existen dichas
restricciones.

Las restricciones no deben ser consideradas a priori como negativas o positivas.


Muchas de estas, obedecen a criterios como la equidad inter e intrageneracional. En el
caso de los pueblos indígenas podría pensarse que éstos se ven limitados en su libertad
de cazar, pescar o recolectar recursos de los bosques de manera ilimitada por las
prescripciones descritas en las prácticas rituales y consignadas en los mitos. No
obstante, estas restricciones son un mecanismo que busca establecer un tipo particular
de relación con la naturaleza, la cual obedece a normas de orden social dentro de este
contexto cultural. Así las cosas, la restricción de la libertad de cazar, pescar o
recolectar en el presente es la garantía de mantener esa libertad a futuro, y tiene efectos
positivos en la protección de las especies, es decir, en el logro del equilibrio territorial.

Dentro de la Amazonía colombiana, los grupos étnicos a los que se refiere la


investigación −Uitoto, Okaina, Bora y Muinane Gente de Centro de La Chorrera−, se
hallan en contacto con las sociedades nacionales, el Estado y la economía regional. En
estas condiciones, la intervención del Estado a través de instituciones como la escuela
−educación elemental− y la salud −centros médicos y puestos de salud−, así como
las intervenciones de la iglesia, debe contemplarse como parte de su realidad actual.

22
La noción de restringir ha de leerse, en este contexto, no en el de constreñir sino el de circunscribir
a los individuos dentro de una lógica de orden mayor. Esto no implica que se niegan las libertades
individuales ni que se supone como teleología la alienación de los individuos. Fuera del contexto de las
culturas locales se corre el riesgo de que algunas tradiciones de los pueblos de la región, sean descritas
como un mecanismo de privación de las libertades. En estas condiciones es preciso matizar las mismas
de manera que no se establezca a priori desde el exterior tales categorías y que podamos entender su
importancia dentro de la lógica local de bienestar.
181

Los efectos provocados por esos nuevos contactos en la consecución de los logros de
bienestar son fundamentales. En ese sentido, avanzar en la construcción de un modelo
conceptual sobre el bienestar humano de los pueblos indígenas en la Amazonia
colombiana, implica identificar y determinar las capacidades asociadas a la noción de
sostenibilidad de los modos de vida indígena, que como se viene sosteniendo se deben
contextualizar en referencia del concepto de abundancia base de los modos de vida de
la Gente de Centro.

Se ha señalado que buena parte de los mecanismos sobre los cuales se sustenta la
abundancia, como concepto de bienestar de los pueblos indígenas del Amazonas,
recaen sobre un conjunto de prácticas culturales propias. Tales prácticas pueden ser de
carácter individual o colectivo. Las mismas pueden estar sujetas a conceptos de orden
económico, político, religioso, entre otros, los cuales determinan la forma de tales
prácticas así como su función y significado. Este tipo de prácticas exige una
caracterización particular en cada contexto cultural, dado que en las mismas radica la
particularidad de cada indicador de bienestar para cada pueblo o contexto cultural
amazónico. La presencia de cada práctica puede determinar uno u otro grado de
bienestar. No obstante, los funcionamientos que definen las capacidades asociadas a
estas prácticas deben tomar distancia de los medios mismos para alcanzar determinado
estado de bienestar.

En ese sentido, las capacidades colectivas, identificadas más adelante, guardan una
correspondencia con el control y gestión de los territorios ancestrales en la figura del
resguardo, que presentan un estado legal como propiedades privadas colectivas. Estas
capacidades comprenden: 1) la capacidad de funcionamiento colectivo; 2) la capacidad
de agencia cultural autónoma; 3) la capacidad para garantizar la autonomía alimentaria;
4) la capacidad para lograr un ambiente tranquilo; y, 5) la capacidad para garantizar el
auto-cuidado y reproducción. Cada una de estas capacidades exige una descripción y
conceptualización, al igual que los respectivos funcionamientos que definen cada una,
a partir de los cuales se definen y diseñan los indicadores de bienestar humano. El
conjunto de los indicadores que expresan estas capacidades permite fundamentar el
182

modelo de evaluación del bienestar humano de los pueblos indígenas Gente de Centro
de La Chorrera.

5.1.1. Capacidad para el control colectivo del territorio


Los pueblos indígenas en Colombia cuentan con organizaciones sociales propias, que
se caracterizan por poseer diversas formas de asociación y articulación y una
autonomía para ejercer la autoridad y el control social en sus territorios. Se
fundamentan en la existencia de sistemas de parentesco, de relaciones de solidaridad,
tanto individuales como grupales, de redistribución de bienes y de prácticas que
reafirman los valores culturales y la identidad. La capacidad de control colectivo del
territorio identifica los aspectos fundamentales del control colectivo social y político, el
cual se ejerce por unas instituciones tradicionales que gozan de autoridad y poder en
los resguardos indígenas. En particular, las instituciones de los pueblos indígenas de La
Chorrera se consolidaron a partir de la experiencia alcanzada en el proceso de
recomposición social, surgido para superar los impactos sociales y culturales
ocasionados por la economía extractiva del caucho, y, más recientemente, dada su
ubicación, con el reconocimiento de sus derechos y la intensidad de su vinculación con
el Estado y la economía.

De acuerdo con el Plan de Vida y Ordenamiento de los Hijos de Tabaco, Coca y Yuca
dulce (Azicatch, 2005: 85-95), en este territorio existen unas instituciones tradicionales
que ejercen el control social y político, que cuentan con diferentes orígenes y que se
atribuyen una autoridad y poder, según el nivel jerárquico donde se insertan: 1) las de
orden tradicional, en cuya cabeza se encuentran los ancianos sabedores en su calidad de
Caciques, que ejercen, desde sus malocas como sedes rituales y ceremoniales, el
Gobierno propio o autónomo en cada uno de los territorios ancestrales de los pueblos
indígenas, y los cabildos indígenas existentes −Ver tabla 1−; 2) aquellas surgidas de
las relaciones con el Estado, como es el caso de los gobernadores y las Asociaciones de
Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI), que soportan el Sistema de gobierno
intercultural o articulado.
183

El gobierno propio o autónomo se ejerce desde la maloca, considerada la unidad básica


de ocupación del territorio por parte de los pueblos indígenas de La Chorrera. La
maloca es más que un espacio físico, es un espacio simbólico de identidad social, del
cuerpo y del cosmos, de la solidaridad del grupo local y de sus relaciones con otras
gentes y con la naturaleza, en sus territorios. Como centro ritual de los caciques, se
constituye en un epicentro de la vida social, económica y ceremonial de las
comunidades indígenas (Van der Hammen, 1992: 138 - 146; Correa, 2000: 87). Tal
como se ha dicho, en la cabeza del Cacique reside el gobierno propio y autónomo. Su
autoridad y poder devienen del hecho de pertenecer a un clan que lo convierte en
depositario de los fundamentos de la ley de origen y la tradición de la etnia con la que
se identifica, en cada uno de los cabildos indígenas existentes. En el ejercicio de sus
carreras ceremoniales especializadas, conservan y reproducen con la comunidad la
tradición y los fundamentos de los conocimientos tradicionales, a través de los cuales
se garantiza el uso, manejo y permanencia de la agrobiodiversidad, base de su bienestar
humano en términos de la abundancia. El Plan de Vida y Ordenamiento de los Hijos de
Tabaco, Coca y Yuca dulce, de La Chorrera, define el Gobierno propio o autónomo, en
los siguientes términos:

(…) Es el gobierno ancestral y milenario, hereditario de acuerdo a las


disposiciones jerárquicas que existen en cada uno de los grupos étnicos, como
médicos tradicionales, consejeros, ancianos o caciques y trabajadores. Este
sistema de gobierno ancestral no se puede cambiar bajo ninguna figura, luego,
debe permanecer dentro del esquema de la Entidad Territorial Indígena, pues son
las únicas personas con autoridad para el control y manejo del plan de vida de
abundancia (Azicatch, 2005: 91).

El Sistema de Gobierno intercultural o articulado lo conforman, a su vez, dos niveles.


En primer lugar, los cabildos indígenas existentes en los territorios de los pueblos
indígenas de La Chorrera, que es la institución tradicional reconocida por el Estado
colombiano (Decreto 2001 de 1988), que lo define como una entidad de derecho
público de carácter especial, con un territorio propio y una organización socio - política
tradicional. Los cabildos indígenas cuentan con un Gobernador en su calidad de
184

autoridad civil, encargado de las relaciones con las entidades del Estado y una Junta
Directiva. El art. 2 del decreto 2164 de 1995 los define como una entidad pública
especial, cuyos integrantes son miembros de las comunidades indígenas, elegidos y
reconocidos por éstas y cuya función es representar legalmente a la comunidad, ejercer
la autoridad y realizar las actividades que le atribuyen las leyes, los usos, costumbres y
el reglamento interno de cada comunidad (Arango y Sánchez, 2004: 201).

En segundo lugar, la Asociación Zonal Indígena de Cabildos y Autoridades


Tradicionales de La Chorrera (Azicatch), que aglutina a todos los pueblos y cabildos
indígenas. Es una AATI de muy reciente creación y legitimidad, que obra como una
autoridad administrativa que ejerce gobierno en los territorios de esos cuatro pueblos
indígenas, en todos los sentidos de la vida colectiva. Su Junta Directiva se relaciona
con el Gobierno departamental del Amazonas y con las entidades nacionales y ONG
que allí tienen una presencia. Garantizan la seguridad y protección de los pueblos
indígenas, al asumir los siguientes retos: el mantenimiento de la cohesión interna, al
reconocerse a la Asamblea de Autoridades Tradicionales como la máxima autoridad
tradicional en el territorio; el fortalecimiento de la cosmovisión y su cultura; la
satisfacción de las necesidades básicas individuales y colectivas; y, en general,
responder a las demandas y requerimientos de la sociedad mayoritaria, especialmente
con las autoridades ordinarias que co-administran diversos aspectos de la vida
colectiva. El Plan de Vida y Ordenamiento de los Hijos de Tabaco, Coca y Yuca dulce,
de La Chorrera, define el Sistema de Gobierno intercultural o articulado en los
siguientes términos:

Este sistema de gobierno no es hereditario, tiene límites, se elige y se encarga del


manejo de los planes de desarrollo o de abundancia en el ente territorial de los
hijos de tabaco, coca y yuca dulce. Obedece a los principios y fundamentos del
Gobierno Propio (Azicatch, 2005: 92).

En La Chorrera, el Gobierno propio o autónomo y el Sistema de Gobierno intercultural


o articulado cuentan con un espacio de interacción y armonización del control social y
político en la Asamblea de Autoridades Tradicionales o Consejo Indio que, de acuerdo
185

con la Azicatch (2005: 93), obra como Máxima Autoridad de los pueblos indígenas
Uitoto, Okaina, Bora y Muinane, de La Chorrera, Amazonas. El Plan de Vida y
Ordenamiento de los Hijos de Tabaco, Coca y Yuca dulce, de La Chorrera, confiere al
Consejo Indio las siguientes funciones:

(…) Velar por la aplicación de las normas legales sobre uso del suelo y
poblamiento de sus territorios; diseñar las políticas, planes y programas de
desarrollo económico y social dentro de su territorio en armonía con el plan de
desarrollo o abundancia; promover la inversión pública en su territorio y velar por
su debida ejecución; coordinar los programas y proyectos promovidos por los
diferentes consejos de base de cada uno de los pueblos dentro del territorio de la
ETI; colaborar con el mantenimiento del orden público dentro de su territorio de
acuerdo a las instrucciones del gobierno nacional siempre y cuando no atentan
contra los intereses colectivos de los pueblos hijos de tabaco, coca yuca dulce;
representar a los consejos indios de base, al consejo indio ante el gobierno
nacional, entidades, instituciones y ONG que se integren; las que señale la
constitución y la ley siempre y cuando no vayan en detrimento de la cultura de
los hijos del tabaco y la cocan (...) (Azicatch, 2005: 95).

Los Estados Nacionales en América Latina han reconocido, a través de la historia, la


existencia de organizaciones y Autoridades Tradicionales Indígenas ante la necesidad
de llevar adelante la gestión de una política pública de desarrollo en sus territorios. Ello
ha generado una normativa que ha permitido constituir la organización y
representatividad de las comunidades indígenas ante el Estado. En Colombia, a partir
de la Constitución Política de 1991, el país reconoció el carácter multiétnico y
pluricultural de la Nación y, particularmente, a los territorios indígenas como
propiedades privadas de carácter colectivo, con una autonomía relativa en el manejo de
los mismos. Fruto de lo anterior, Colombia posee una amplia legislación, normativa y
jurisprudencia, que reconoce y protege derechos especiales en materia de
gobernabilidad interna, territorialidad, autonomía y participación de los pueblos
indígenas.
186

Las categorías especiales de autoridad observadas en los territorios de los pueblos


indígenas de La Chorrera, encuentran su cabeza en los caciques y su espacio ritual en
las malocas. Los gobernadores de cabildos y la Asociación de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI), aglutinadas en las Asambleas de Autoridades
Tradicionales, son las jerarquías básicas de gobernabilidad y control social en los
territorios indígenas, en particular, en el departamento del Amazonas. Al proceder a la
evaluación de esta capacidad se pretende mostrar que la misma es un componente
fundamental del desarrollo humano autónomo en los territorios de los pueblos
indígenas, y que la jerarquía de Autoridades Tradicionales e Interculturales Propias
conforman un modelo de gobierno y gobernabilidad que garantizan el control social,
político y ambiental en los territorios indígenas. La información que se pretende
obtener permitirá adelantar una evaluación sobre el estado de dicho modelo en los
resguardos indígenas de la Amazonia colombiana.

5.1.2. Capacidad de agencia cultural autónoma


Los pueblos indígenas amazónicos conciben el territorio no solo desde el punto de vista
geográfico en el sentido de la tierra y/o la propiedad donde se proveen los recursos
básicos del sistema de autosuficiencia alimentaria, sino que el territorio es, también, el
mundo donde existen relaciones que involucran a los seres humanos, a los seres
sobrenaturales y a los de la naturaleza, que habitan los diferentes niveles del mismo. El
manejo del territorio es un asunto de fuero individual y de orden colectivo que
transciende tanto los aspectos étnicos como ecosistémicos, y, que considera las
relaciones que humanizan la naturaleza concibiéndola como un igual y no como
subordinada al ser humano.

La capacidad de agencia cultural autónoma del territorio se define en el concepto del


control cultural. Éste se entiende como la libertad de elegir y controlar desde las
instituciones locales los flujos que entran o salen del territorio ancestral y cultural. Este
concepto se refiere en particular a la posibilidad de controlar el conjunto de elementos
que circulan en los territorios ancestrales, tanto aquellos que llegan desde escenarios
externos a la cultura así como los que salen de los mismos. Tiene que ver con los
vínculos que se establecen con diferentes actores que, de manera deliberada, deciden
187

entablar relaciones con los pueblos indígenas, como es el caso de las entidades del
Estado, ONG y organizaciones multilaterales. Igualmente reconoce otro tipo de actores
como los medios masivos de comunicación, iglesias, e incluso a actores armados y
colonos.

Para alcanzar la agencia de control cultural autónoma es preciso tener en cuenta la


existencia de principios que deben ser asumidos por la sociedad misma, que se
constituyen en un conjunto de prácticas, actitudes y valores destinados a mantener el
orden al interior de las sociedades y en sus territorios. Es el principal mecanismo a
través del cual se puede ejerce el control sobre los flujos de propuestas, procedimientos
y actores que influencian la vida cotidiana de estas comunidades. Algunas sociedades
han desarrollado mecanismos o instituciones que se ocupan de manera deliberada de
discutir y evaluar la introducción o las consecuencias de introducir ciertas prácticas o
agentes al interior de las comunidades. Es esta la función de los Consejos de Ancianos,
de las concentraciones en los mambeaderos de las malocas o de las reuniones de
Autoridades Tradicionales. Estas figuras ejercen el control cultural a partir de la
autoridad, entendida como la capacidad de influenciar a otra persona y no como la
acción de coartar a la misma. La autoridad de estos jefes y autoridades tradicionales
descansa sobre su idoneidad y su conocimiento de la palabra ritual. Ésta es definida
como un conjunto de conceptos asociados a eventos ceremoniales propios; es un
complejo simbólico condensado en la tradición oral de estos pueblos.

La capacidad de agencia cultural autónoma del territorio se sustenta sobre distintas


acciones de control cultural del mismo, en diferentes momentos de la actuación de las
autoridades tradicionales y en general sobre el conjunto de la sociedad indígena. En
primer lugar, se encuentran los aspectos que exigen tener control del territorio y de los
inventarios ecosistémicos. En este punto se considera el territorio en el contexto de los
resguardos indígenas, definidos como propiedades colectivas. Desde el punto de vista
biofísico, lo conforman un conjunto de coberturas de la tierra, que incluyen: áreas de
bosques primarios; áreas de bosques secundarios; áreas agrícolas; cuerpos de agua
−ríos, lagos, lagunas−; zonas urbanizadas; zonas de aeropuertos, entre otras. Es la
oferta de recursos naturales que tangiblemente corresponde a la existencia de
188

inventarios ecosistémicos: especies maderables y no maderables; especies ícticas,


especies faunísticas terrestres y acuáticas, suelos para la implementación de las
chagras; con que cuentan los pueblos indígenas y que permiten la sostenibilidad de los
asentamientos y modos de vidas.

La figura jurídica del resguardo parece garantizar el acceso a la tierra, sin embargo, no
siempre es así en términos de ciertos recursos o ciertos espacios simbólicos de
importancia para los pueblos indígenas. En todo caso, el resguardo permite ciertas
condiciones de seguridad por el hecho de ser una propiedad colectiva con un régimen
especial que establece: la imposibilidad de ejercer un control individual exclusivo para
el uso y explotación de los recursos; la imposibilidad de su enajenación; y, guardar
siempre el carácter de ser imprescriptibles e inembargables. Sin embargo, la
sostenibilidad de su integralidad territorial puede verse comprometida por ciertas
vulnerabilidades derivadas de las propias lógicas sobre el acceso a la tierra; así como
por las ocasionadas por las relaciones con actores externos al resguardo, con intereses
en efectuar aprovechamientos de recursos naturales, deforestación de los bosques para
la implementación de la ganadería extensiva y/o cultivos de tipo comercial −lícitos e
ilícitos−, entre otros.

El tamaño del resguardo puede considerarse como el límite de estos escenarios


garantizados para los individuos, sin embargo, el acceso a la tierra no es igual para
todos los miembros de los resguardos, dado que al interior del mismo existe un
conjunto de normas derivadas de la tradición y la cultura. El acceso a los recursos al
interior de los mismos está determinado por la distribución de los derechos que derivan
de reglas de parentesco o de pertenencia étnica. Muchos de los resguardos del
Amazonas son multiculturales, de modo que el acceso a los derechos sobre la tierra se
halla condicionado por la pertenencia a ciertos grupos étnicos o por las relaciones
internas entre ellos. Una unidad familiar inscrita en un resguardo cuenta con una
posibilidad de acceder a la tierra, que viene determinada por la norma de residencia que
rige a los cónyuges de una unidad familiar, por el clan al que pertenecen, así como
también por la fertilidad de los suelos, la demanda de tierra derivada de la tecnología y
el sistema productivo vigente y la cantidad de personas demandantes.
189

En segundo lugar, el control cultural se hace a través de estrategias de intervención


social. En ese sentido, el control cultural se asocia con la capacidad social de decisión
sobre los elementos culturales que incursionan a la sociedad indígena, sea para
rechazarlos, adoptarlos o asimilarlos. Los elementos culturales son todos los
componentes de una cultura que resulta necesario poner en juego para realizar todas y
cada una de las acciones sociales: mantener la vida cotidiana, satisfacer necesidades,
definir y solventar problemas, formular y tratar de cumplir aspiraciones.

En general, la capacidad de agencia cultural autónoma del territorio se sustenta de


manera precisa en el flujo de relaciones desde el interior del resguardo y hacia afuera,
así como de aquellas que vienen de fuera hacia el interior del mismo. Esta capacidad
busca describir ciertas relaciones que se dan por la presencia de flujos que circulan en
las siguientes direcciones: 1) los aspectos de orden demográfico, que dimensionan las
posibilidades con que cuentan los pueblos indígenas de ser estables en el territorio; 2)
situaciones de orden social, cultural, económico, que generan flujos migratorios, tanto
aquellos que se dan hacia fuera del resguardo, como aquellos que entran al mismo.

Este enfoque centra su atención en la toma de decisiones reales que son efectuadas y
asumidas por los sujetos en los resguardos. Se parte por considerar las causas que
conforman las decisiones de la población indígena a migrar. Estas son situaciones de
orden extremo, que incluyen decisiones autónomas y/o influenciadas por decisiones de
otros. La decisión autónoma corresponde a opciones voluntarias de las personas, que se
explican por condiciones muy particulares, entre las que cabe mencionar:

• Las posibilidades de alcanzar una mejor formación educativa que,


generalmente, presiona particularmente a los jóvenes, a migrar hacia las áreas
urbanas. También, aquellas situaciones generadas por el cumplimiento de las
tareas propias de ejercer la representación étnica en organizaciones indígenas
regionales y/o nacionales, que exigen la presencia de autoridades y líderes
indígenas.
190

• Causas de orden socioeconómico, entre las que sobresalen las aspiraciones


económicas que buscan un mejor nivel de vida, que demandan la obtención de
ingresos remunerados.
• Las relaciones de los pueblos indígenas con otras misiones evangelizadoras.
• La demanda de mano de obra por procesos de economía extractiva como los
cultivos ilícitos, la pesca, las maderas, la minería.
• Flujos migratorios generados por la presencia de entidades del Estado y
ONG, por la ejecución de distintos proyectos de desarrollo en los territorios
indígenas como: construcción de obras civiles −aeropuertos, centros educativos
y/o hospitalarios−; productivos, sociales, entre otros.

Otros aspectos demográficos en los territorios ancestrales que tienen que ver con las
dinámicas poblacionales que delinean la identidad indígena, que se derivan del hecho
de ser parte de un grupo tradicional autónomo. En primer lugar, la información que se
vierte en el censo de población se reafirma la pertenencia a una etnia en particular, con
una historia, una cosmogonía y una tradición, en sus territorios ancestrales; en segundo
lugar, la existencia en los mismos, no solo de la familia tradicional indígena extensa,
sino de otros tipos de organización familiar, como producto del contacto con diferentes
procesos de intervención por parte de actores sociales no indígenas. En ese sentido, se
reconoce la existencia de cambios en la familia tradicional indígena, ampliando la
tipología de familias en los territorios ancestrales, entre los cuales se resalta: familias
nucleares con vivienda y producción de subsistencia independiente; familias extensas
conformadas por varios núcleos familiares bajo un mismo techo, cada uno de los cuales
es autónomo y no se reconoce necesariamente una autoridad común. Se destacan
aquellas familias monoparentales y unipersonales con vivienda y producción de
subsistencia independiente, con dificultades para asumir los fundamentos culturales del
bienestar indígena como son las prácticas culturales que garantizan la abundancia.

De otro lado, una temática a considerar es la de ser competente en la comunicación


cultural e intercultural. Se refiere a la posibilidad de ejercer, trasmitir, reproducir y
proteger los valores propios de cada cultura, de proteger y legar los conocimientos
propios de la tradición de cada grupo étnico. Describe un ambiente de respeto mutuo
191

entre grupos étnicos y sociales. Los funcionamientos permiten legar a las nuevas
generaciones los conocimientos asociados a la tradición. Entre ellos pueden
contemplarse los sistemas tradicionales así como las prácticas de instituciones nuevas
−derivadas de instituciones como la iglesia o la escuela−. Agencia

La capacidad de agenciar cultura autónoma del territorio, se centra en las posibilidades


de ejercer autónomamente el control territorial y de los recursos ecosistémicos; así
como también la de practicar, trasmitir, reproducir y proteger los valores propios de
cada cultura; y el grado de libertad para transmitir y reproducir los valores propios. La
capacidad de escoger los valores a trasmitir no parece del todo consciente. Existe un
conjunto de valores que se transmiten de manera casi imperceptible al interior de cada
pueblo. No obstante, la conciencia de la trasmisión de valores no debe ser una limitante
para establecer la libertad de escoger si se trasmiten o no ciertos valores culturales.
Aquí se asocia el de ser competentes en la comunicación cultural e intercultural de
prácticas y costumbres. Esta capacidad depende de:

• Contar con ciertas instituciones y autoridades tradicionales que actúan como


punto nodal en la trasmisión entre generaciones, teniendo en cuenta las lógicas de
cada cultura −mayorazgo, clanes, disposición, entre otros−. Esto incluye la
pervivencia de un conjunto de tecnologías propias para albergar y trasmitir la
memoria.
• Disponer de los medios físicos para ejecutar y poner en marcha las prácticas
tradicionales. Se trata de la posibilidad de contar o adquirir con los medios
materiales para llevar a cabo las prácticas deseadas.
• Contar con el conocimiento ritual o simbólico que sustenta las prácticas
tradicionales.
• Ser autónomo en el ejercicio de la tradición. Posibilidad de ejercer los
derechos asociados a la multiculturalidad y la plurietnicidad de un país como
Colombia. En esta, cuenta el acceso a los mecanismos para ejercer tal derecho y
los medios reales para hacerlo efectivo.
• Ser competente en el uso de la educación formal.
192

5.1.3. Capacidad para garantizar la autonomía alimentaria


La capacidad de garantizar la autonomía alimentaria de los pueblos indígenas en sus
territorios ancestrales, se define como la capacidad que tiene el sistema de producción
tradicional de permitir a los miembros de una sociedad indígena estar bien alimentados.
Lo anterior, se logra a través de diferentes medios los cuales permiten una vinculación
concreta a esta sociedad: la existencia de ciertas categorías de alimentos −que denotan
prestigio o podrían revelar la existencia de ciertos tabúes y prohibiciones−, les
permiten conservar un cierto estado de salud, bajo el respeto de las normas y
prohibiciones derivadas de la tradición local; la diversificación de los alimentos o
abastecerse con ciertos productos, otorga un grado de bienestar pues les permite
establecer un tipo particular de relaciones con los miembros de tales sociedades; los
productos de consumo final que se adquieren en las economías locales, que denotan un
grado de dependencia alimentaria.

Igualmente esta capacidad hace referencia a las posibilidades de tener seguridad de


almacenamiento. Las mediciones de la nutrición con frecuencia se limitan a determinar
las condiciones de un individuo en un momento dado. Los indicadores de bienestar
deben mostrar no solo la disponibilidad actual sino las posibilidades de contar con
alimentos en el mediano y largo plazo; las posibilidades reales de almacenamiento de
ciertos productos o de aprovechamiento en el largo plazo. Es claro que, en términos de
la seguridad alimentaria, una mayor posibilidad de almacenar los productos garantiza
un estado continuo de bienestar. Un estudio adelantado por Acosta (2005), ha
demostrado que la conservación de grandes cantidades de yuca o de semillas
almacenadas en las chagras, cocinas o en las orillas de los ríos, aporta al mejoramiento
del nivel de bienestar pues garantiza un abastecimiento continuo. Poder medir este
proceso permite dar cuenta de la capacidad de abastecimiento presente y futuro, con lo
que correspondemos con la idea de abundancia, que pone sus miras en el largo plazo y
no en el plazo inmediato como se suele pensar.

La capacidad de garantizar la autonomía alimentaria engloba las características de los


sistemas alimentarios de sociedades cuyos modos de vida dependen de la
disponibilidad de los recursos sujetos a la existencia de una oferta ambiental. Se
193

refieren a los sistemas de producción de las actuales sociedades indígenas de la


Amazonía y, en particular, en el departamento del Amazonas, que se basan en la
interrelación y complementariedad de actividades como la agricultura, la pesca, la caza
y la recolección de especies no maderables, labores que se ejecutan de acuerdo a pautas
culturales tradicionales.

Los espacios de cultivo que se practican en la región se denominan chagras. Se


considera la chagra como un agro-ecosistema que reproduce los ciclos y flujos de
materia y energía del bosque natural, además de reforzar valores sociales y culturales
de los pueblos indígenas amazónicos. Las especies cultivadas sirven para garantizar la
seguridad alimentaria, así como para conservar la agro-biodiversidad amazónica a
partir de bancos genéticos in situ (Gainza et al., 2008). La chagra es más que un
espacio de cultivo, ya que supone para los grupos indígenas, un importante sistema de
representaciones, un espacio de fertilidad y, por tanto, de dominio femenino; así como,
un lugar de transmisión de conocimientos y saberes entre madres a hijos. En general,
este sistema permite a los indígenas manejar la selva de manera que esta no se
desestabilice y se conserve y utilice de una manera racional. La rotación de terrenos se
practica para permitir que recuperen su vegetación original después de un periodo entre
diez y quince años, es el resultado de un conocimiento detallado sobre las
características del suelo y el adecuado aprovechamiento del reciclaje de la capa
vegetal.

Las chagras son la principal fuente de subsistencia de los grupos indígenas de la


Amazonia colombiana. Son sistemas de cultivo tradicionales que manejan y utilizan los
recursos naturales de una manera adecuada, con un manejo de la tierra que se basa en
la rotación de los cultivos para permitir la recuperación de los suelos. Se fertilizan con
la incorporación de materia orgánica para la siembra de las especies vegetales; se
quema una sola vez el terreno de bosque primario; se deja descansar la tierra para
conseguir la recuperación total del bosque; y, no se utilizan de agroquímicos. La
variedad de los alimentos vegetales y animales son un factor determinante para el
mantenimiento de un equilibrio dietético, resultante del manejo ecológico de los
recursos naturales (La Rotta, 1982).
194

La chagra constituye una despensa alimentaria. En general, en estos espacios se


siembra un importante número de especies tradicionales e introducidas, que, como se
detalla en la tabla 29, conforman un conjunto de más de 50 especies entre tubérculos,
leguminosas, cereales, frutales, para la pesca, medicinales, rituales y algunas
introducidas, que involucran cerca de 125 ecotipos y/o variedades (Acosta et al., 2011).
La estrategia de siembra en policultivo permite sostener y conservar esa variabilidad
genética y un volumen de plantas, que son la base de su autosuficiencia alimentaria,
según La Rotta (1982), Vélez & Vélez (1992), Bríñez (2005).

Tabla 29. Aprovechamiento de otras especies de la chagra en cabildos


indígenas. Complejo cultural de La Chorrera, Amazonas
Clase Especies Numero de
variedades
Yuca brava 24
Yuca dulce 10
Ñame 1
Batatas 3
Tubérculos
Bore 1
Achiras 2
Daledale 2
Mafafa 10
Frijol 3
Leguminosas
Goiteño 1
Maíz 2
Cereales
Trigo amazónico 2
Piña 2
Plátano 6
Bananos 2
Lulo 3
Papaya 1
Caña 2
Limón 2
Aguacate 1
Chirimoya 1
Frutales Guanabana 1
Anón amazónico 1
Marañón 1
Juan Soco 1
Árbol del pan 1
Mil pesos 2
Maraca 1
Asai 1
Laurel 1
Aguaje 1
195

Caimo 1
Chontaduro 5
Umari 1
Uva 1
Guamo 2
Cascostillo 1
Plantas para la pesca Barbasco 3
Ortiga 2
Ají 3
Plantas medicinales
Achiote 2
Albahaca 1
Coca 2
Plantas culturales y Tabaco 1
rituales Maní 4
Yarumo 1
Pepino 1
Tomate 1
Plantas introducidas
Pimentón 1
Cebolla 1
Fuente: Acosta et al., (2011). Instituto Sinchi. Azicatch.

Usar y manejar el anterior volumen de producción, que garantiza su autosuficiencia


alimentaria, implica el empleo de un trabajo familiar y la práctica de las mingas en
ciertas actividades. Se basa en la práctica de los conocimientos tradicionales asociados
al uso y manejo de especies propias, que se recrea a partir de las prácticas rituales y
culturales. Es contar con abundancia de tubérculos, leguminosas, cereales, frutas,
plantas medicinales, plantas culturales y rituales y hortalizas, obtenidos en la chagra
y/o ofrecidos por el bosque; es poder incluir dentro de la alimentación peces, carne de
monte e insectos, que proveen las proteínas necesarias para una buena alimentación; en
general, asegurar vivir bien y comer bien.

La capacidad de garantizar la autonomía alimentaria en los pueblos indígenas tiene que


ver también con la seguridad de tener la alimentación deseada. En particular, en el
análisis de los sistemas agrícolas locales se deberá tener en cuenta los niveles de
producción de las chagras. El estudio, realizado por Acosta et al., (2011) en La
Chorrera, muestra resultados contundentes sobre el estado de esta parte del sistema
productivo. La capacidad de producción de las chagras es una variable importante que
depende de varios elementos, entre los que se tiene: el acceso a los recursos y los
conocimientos para la producción. La capacidad de producción familiar depende de la
composición de la familia, de las edades, los roles y la distribución sexual del trabajo.
196

En esas condiciones se pueden establecer rangos de capacidad de producción potencial.


Aun cuando estos sistemas productivos no son de carácter intensivo, existen algunas
regiones donde esto tiene lugar dada la disponibilidad de tierras aprovechables y los
intereses de las unidades familiares −comercial, ritual, familiar, entre otros−, el
número de áreas de tierra demandadas por el sistema productivo. La idea de estar en
capacidad de contar con la alimentación deseada implica poder acceder a los recursos
con los que se producen sus propios alimentos.

5.1.4. Capacidad para lograr un ambiente tranquilo


La capacidad para lograr un ambiente tranquilo se refiere a todos los aspectos de orden
cultural y social que permiten la vida en comunidad −aún en asentamientos dispersos o
de baja concentración−, y se refieren a todos aquellos elementos que posibilitan un
ambiente apacible en los territorios indígenas, donde reinen: las buenas relaciones entre
vecinos, relaciones intrafamiliares armónicas −reconoce las familias extendidas y las
relaciones interclánicas a través de las cuales se organizan ciertas sociedades−,
participación de la vida comunitaria, respeto por los valores individuales y familiares,
entre otros.

Esta capacidad se puede expresar bajo la noción acuñada por los pueblos indígenas del
Amazonas como es el “vivir bien”. En el contexto de estos pueblos, “vivir bien” se
tiende a asumir por parte del individuo: el respeto, el consejo, procurar una vida sin
vanidad, sin orgullo y, finalmente, la inteligencia. Estas cuatro categorías están
asociadas a normas morales acatadas por los pueblos indígenas que, de manera
detallada, se pueden definir:

• El respeto entre las personas. La misma reconoce un conjunto de rolles y


estatus derivados de las relaciones jerárquicas de estos pueblos. En ese contexto
vinculan el respeto al medio ambiente, a las personas de la comunidad, a sus
mujeres, a sus hijos y familias, a sus ancianos, a sus autoridades y a su cultura.
197

• Procurar una vida sin vanidad. Se refiere a mantener relaciones de orden


igualitario. Si bien existe una jerarquía al interior de los pueblos indígenas en el
contexto de las relaciones se establece la ausencia de “vanidad” como elemento
fundamental para la vida tranquila. La vanidad es tildada como impedimento para
poder aprender la palabra −ideología− de estos pueblos, así mismo, se considera
nociva para generar y mantener las relaciones de reciprocidad y común unidad
entre los miembros de estas comunidades autóctonas.
• Procurar una vida sin orgullo. El orgullo es visto como la incapacidad de
escuchar de consejo y de demanda del mismo. A la vez, la vida sin orgullo, es
vista como elemento fundamental para mantener las relaciones de común unidad
en tanto posibilitan el acceso a las redes de distribución y redistribución local.

• Inteligencia. Este concepto alude a la capacidad de poner en práctica los


conocimientos tradicionales obtenidos desde las “instituciones tradicionales”. Se
trata entonces de la posibilidad de resolver problemas a partir de los
conocimientos locales para dar respuesta a problemas asociadas con la salud, la
vida cotidiana, la producción, entre otros.

En conjunto, las categorías posibilitan esencialmente la armonía de las relaciones


internas en las comunidades indígenas. A partir de estas se enmarca la capacidad de
“vivir tranquilo”, la cual busca dar cuenta de las relaciones sobre el territorio,
entendido este como un entramado de relaciones sociales que supera ampliamente la
visión puramente espacial −cartesiana− del mismo. Dicha capacidad se basa
justamente sobre el concepto de territorialidad, definido como “el sistema de conductas
que controlan y mantienen el uso más o menos específico sobre un área” (Lanata 1993.
pp.10).

La capacidad de “vivir tranquilo” busca dar cuenta de las prácticas efectuadas por los
pueblos indígenas que permiten lograr un equilibrio con la naturaleza. Se considera los
siguientes funcionamientos:
198

• Influencia de prácticas culturales tradicionales distributivas. Este


funcionamiento busca dar cuenta de las redes sociales que se derivan de las
estructuras simbólicas y ceremoniales que se practican al interior de un pueblo
indígena; a partir de las cuales se establece la identidad, la pertenencia y las
relaciones armónicas entre los individuos, que se identifican con una etnia. La
evaluación se efectúa en dos direcciones:

- La pertenencia a grupos ceremoniales o sociales.


- La pertenencia a sectores de la estructura social que permiten acceso o
reconocimiento a nivel de grupo.

• Ejercicio de la territorialidad indígena. Este funcionamiento se refiere al


control territorial por parte de las autoridades tradicionales, que se ejerce en las
vinculaciones y relaciones con actores externos. En la Amazonia colombiana se
dan ciertos fenómenos sociopolíticos como el conflicto armado, el
paramilitarismo, el narcotráfico, la presencia de agentes económicos dominantes,
entre otros, que ejercen presión e impactan tanto a la sociedad indígena como a
sus territorios. Las habilitaciones que resultan de este funcionamiento son de
intercambio, en tanto resultan de los flujos de relaciones con el exterior.

5.1.5. Capacidad para asegurar el auto-cuidado y la reproducción


La capacidad para asegurar el auto-cuidado y la reproducción se refiere a todas las
condiciones necesarias que permiten la reproducción adecuada y diferencial de los
individuos en una sociedad indígena. Se define como la posibilidad de contar y
practicar los conocimientos y valores que permitan mantener y garantizar un ambiente
sano en las comunidades. Se consideran las versiones locales de salud y enfermedad,
derivadas de las relaciones con el medio ambiente en las que un desequilibrio generado
por un uso y manejo inadecuados, propician ciertos desórdenes sociales que se reflejan
en la existencia de enfermedades en las comunidades.

Esta capacidad refleja las posibilidades con las que cuentan los individuos en una
sociedad indígena, de mantenerse física y mentalmente bien. El auto-cuidado incluye el
199

derecho a escoger un estado de bienestar, en términos de las prácticas a las que se tiene
acceso para el mantenimiento de la salud. No obstante, el auto-cuidado implica la
sostenibilidad de los espacios naturales de los que se hace parte o con los que se
establecen relaciones de uso y manejo. La libertad de escoger un nivel adecuado de
uso, manejo y aprovechamiento de los recursos ofrecidos por la naturaleza, acatando
las prácticas y principios que sostienen la abundancia, expresa de mejor manera la
idea de bienestar de los modos de vida indígena.

Igualmente, esta capacidad busca dimensionar las enfermedades reconocidas y tratadas


por la medicina occidental y aquellas que son reconocidas y tratadas por la medicina
tradicional. Junto a ello, la disponibilidad de médicos y terapeutas de una tradición u
otra y de parteras en cada zona. En relación con esta capacidad no se cuenta con un
inventario de las patologías tratadas por la medicina tradicional ni una caracterización
que permita identificar cuál es el grado de dificultad que implica la curación o la
prevención de las mismas. Igualmente, un inventario sobre la disponibilidad de plantas
y productos tradicionales para dar cuenta de la efectiva posibilidad de tratar estos casos
por la medicina tradicional. La capacidad busca que los métodos terapéuticos de la
medicina tradicional sean reconocidos, respetados y protegidos por el Estado.

En esta capacidad se describen las previsiones y cuidados del cuerpo, de la naturaleza y


de la sociedad. Igualmente aquellas prácticas culturales que permiten corregir
desórdenes y curar enfermedades, de acuerdo con los siguientes funcionamientos:

• Lograr ser personas saludables. Refleja diferentes tipos de circunstancias


ligadas a las condiciones de saneamiento ambiental, que determinan en parte el
estado de la salud en correspondencia con la edad o el género. Por esta razón en
la medición de este funcionamiento, se consideran las temáticas tales como:

- Acceso al agua potable.


- Disposición final de residuos sólidos, entre otros.
200

• Las posibilidades de contar con un buen estado de salud. Se asocia el grado


de libertad para mantener los espacios propios en condiciones simbólicamente
adecuados.

- Acceso a centros y espacios de salud −puestos de salud y medicina alopática


y tradicional−.
- Acceso a medios de prevención de enfermedades −físicas, psicológicas y
espirituales−.

Se trata pues, de una capacidad compleja en cuanto combina capacidades ya descritas,


a la vez que se pregunta de manera directa por el tipo de ambiente y las condiciones
existentes, en las que es posible y deseable el desarrollo de la vida en comunidad,
independientemente del tipo de poblamiento que se posea.

Las capacidades conceptualizadas: control colectivo del territorio; agencia cultural


autónoma; garantizar la autonomía alimentaria; lograr un ambiente tranquilo; y,
garantizar el auto-cuidado y la reproducción de la sociedad indígena; muestran en
conjunto cómo encuentran un sustento en las dinámicas y fundamentos referidos al
bienestar y al equilibrio territorial de los pueblos indígenas en la Amazonia
colombiana. Tales capacidades buscan informar sobre el concepto de bienestar en
términos de la abundancia, que hace parte del conjunto de rasgos y comportamientos
sociales y culturales de los pueblos indígenas Gente de Centro de La Chorrera,
Amazonas.

5.2. Indicadores identificados por capacidades que permitan evaluar el bienestar


de los pueblos indígenas
El anterior modelo conceptual, que sustenta las capacidades y funcionamientos
referidos al bienestar de los pueblos indígenas, posee la singularidad de incluir tanto
fenómenos de orden colectivo como la relación entre la sociedad y la naturaleza. Las
conceptualizaciones de cada una de las capacidades que sustentan la abundancia hacen
posible la identificación y diseño de un conjunto de indicadores de bienestar humano,
los cuales tienen el propósito de posibilitar el acopio y análisis de una información que
201

permita a las autoridades tradicionales la evaluación periódica de las capacidades y la


libertad de los modos de vida de las sociedades indígenas en relación con la
sostenibilidad de la naturaleza. Es este un proceso que necesariamente está anclado en
el reconocimiento de los derechos, lo que implica procesos de participación y consulta
previa de los pueblos indígenas.

Para que los indicadores a identificar y diseñar, cumplan con dichos propósitos −como
se argumenta anteriormente−, deben reunir una serie de condiciones que los haga
viables en el marco de las particularidades del contexto social, cultural y político donde
se desenvuelven los modos de vida de los pueblos indígena en el Amazonas. Por eso,
deben contar con un potencial y una objetividad que permita: conocer el estado de su
situación de una manera sistemática y regular; ser una herramienta para evaluar y
proteger los conocimientos tradicionales asociados a la agrobiodiversidad y los
recursos naturales en sus territoriales ancestrales; ser un insumo que contribuya a la
formulación de políticas públicas, programas y acciones de gobierno, diseño de
proyectos con la cooperación internacional u otras instancias asociadas al desarrollo y
bienestar indígena; dar cuenta de las realidades y temas que tienen especial importancia
desde el punto de vista de los pueblos indígenas, como la identidad, la espiritualidad,
las formas propias de organización social, los derechos colectivos, entre otros.

A continuación se presentan los indicadores identificados de desarrollo humano para


pueblos indígenas (IDHI), que se exponen de acuerdo con su relación con cada una de
las capacidades conceptualizadas, y teniendo en cuenta el anterior marco de
restricciones necesarias a considerar en su diseño. El propósito es contar con unos
instrumentos de medición que, en conjunto, permita adelantar periódicamente la
evaluación del estado del bienestar humano en los territorios de los pueblos indígenas
del Amazonas y tener la capacidad de ser utilizados a nivel de la región amazónica
colombiana con esos mismos propósitos. El Anexo 2 sintetiza cada una de las
capacidades y funcionamientos conceptualizados a quienes responden los IDHI
identificados. La memoria técnica sobre el diseño de los IDHI se consigna en el Anexo
3, donde se presentan cada una de las hojas metodológicas que incluyen para cada
IDHI: nombre, definición, pertinencia, unidad de medida, fórmula, descripción
202

metodológica, cobertura, escala, relación con otros indicadores, fuente de datos,


disponibilidad de los datos, periodicidad de los datos, posibles responsables,
documentación relacionada, series o bases de datos, observaciones generales; referente
conceptual y metodológico a adoptar para la aplicación de los IDHI.

5.2.1. Indicadores identificados sobre la capacidad de control colectivo del


territorio
La capacidad de funcionamiento colectivo de los territorios indígenas, tal como quedó
definida anteriormente, hace referencia a aquellas jerarquías de autoridad tradicional
existentes en los territorios indígenas, que garantizan un nivel de gobernabilidad para el
control social, político y ambiental, en dichos territorios. Los indicadores identificados
en esta capacidad (Tabla 30) dependen de la existencia de una organización social y
política propia en los pueblos indígenas. La existencia de una organización social y
política propias permite que dispongan de un sistema de autoridades tradicionales
jerarquizadas que sostiene: el Gobierno propio o autónomo; el Sistema de gobierno
intercultural o articulado; y la Asamblea de Autoridades Tradicionales Indígenas, que
obra como Máxima Autoridad Tradicional, que, en su conjunto, delinean la capacidad
de gobernabilidad en los territorios indígenas.

Tabla 30. Indicadores sobre la capacidad de control colectivo del territorio


Indicador Potencial de gobernabilidad tradicional en los territorios indígenas.
Son las jerarquías básicas de gobierno propio e intercultural que existen
para el control social y político en los resguardos indígenas, y corresponden
a las categorías especiales de autoridad, sustentadas en cabeza de los
Definición
caciques y su espacio ritual en las malocas; los gobernadores de cabildos y
las asociaciones de autoridades tradicionales indígenas (AATI), aglutinadas
en las Asambleas de Autoridades Tradicionales.
Las jerarquías básicas de gobierno propio e intercultural en los resguardos
indígenas son un componente fundamental del desarrollo humano
autónomo en los territorios de los pueblos indígenas; conforman un modelo
Pertinencia de gobierno y gobernabilidad que garantizan el control social, político y
ambiental en los territorios indígenas. La información que se pretende
obtener permitirá adelantar una evaluación sobre el estado de dicho modelo
en los resguardos indígenas de la Amazonia colombiana.
Unidad de
Número (N°) de autoridades tradicionales (i) en resguardo (j), en el año (k).
medida
Fuente. Elaboración propia
203

5.2.2. Indicadores identificados sobre la capacidad de agencia cultural autónoma


Los indicadores asociados a esta capacidad dependen fuertemente de los medios físicos
y culturales, con los que cuentan las familias indígenas, como miembros pertenecientes
a una comunidad. Por lo anterior, los indicadores identificados y diseñados (Tabla 31),
deberán permitir evaluar el estado de los recursos naturales y ofrecer la posibilidad de
conocer el estado sobre el acceso a los recursos naturales y los medios que ofrecen las
prácticas culturales tradicionales para su sostenibilidad. En este sentido, los indicadores
buscan dar cuenta también de las posibilidades que existen de ejercer, proteger y
trasmitir las prácticas culturales asociadas a estos pueblos, las cuales se asocian a la
biodiversidad.

Controlar el territorio y los inventarios ecosistémicos, como quedó entendido, guarda


una correspondencia con el potencial de recursos naturales que poseen los territorios
como resguardos indígenas. Se trata, del conjunto de coberturas de la tierra tales como:
áreas de bosques primarios; áreas de bosques secundarios; áreas agrícolas; cuerpos de
agua ―ríos, lagos, lagunas―; zonas urbanizadas; zonas de aeropuertos, entre otras.
Conforman la oferta de recursos naturales disponibles de: especies maderables y no
maderables; especies ícticas, especies faunísticas terrestres y acuáticas, suelos para la
implementación de las chagras; con que cuentan los pueblos indígenas y que permiten
la sostenibilidad de los asentamientos y modos de vida. La información que reporte el
indicador, se dirige a fortalecer la gobernanza de los recursos naturales por parte de las
autoridades indígenas en los territorios ancestrales bajo la figura del resguardo.

La capacidad para establecer control cultural sobre los territorios indígenas, se dirige al
conocimiento que se tiene por parte de las autoridades indígenas, sobre los flujos
sociales que se generan desde el interior de los resguardos indígenas y hacia afuera de
éstos; así como aquellos que vienen de afuera hacia el interior de los mismos. La
información, busca describir las relaciones que generan posibles conflictos territoriales;
se contemplan los siguientes flujos sociales: 1) los aspectos de orden demográfico, que
dimensionan las potencialidades poblacionales, con que cuentan los pueblos indígenas
para ser estables en el territorio; 2) situaciones de orden social, cultural, económico,
204

que generan flujos migratorios, tanto aquellos que se dan hacia fuera del resguardo,
como aquellos que entran al mismo.

Tabla 31. Indicadores sobre la capacidad de agencia cultural autónoma


Potencial de áreas con oferta de recursos naturales disponibles en
Indicador
resguardos indígenas
Corresponde a la base natural biodiversa con que cuentan los resguardos
indígenas; incumbe todos los activos que conforman la oferta de recursos
Definición
naturales disponibles, a partir de los cuales se sostienen los modos de vida
indígena.
La existencia de una base natural biodiversa en los resguardos indígenas,
fundamenta la oferta de recursos naturales disponibles, a partir de los
cuales, se sostiene el sistema de autosuficiencia alimentaria de las familias
Pertinencia
indígenas. Sobre estos inventarios de vida, las autoridades indígenas ejercen
una gobernanza para garantizar el acceso y la sustentabilidad de los
mismos.
Unidad de Porcentaje (%) de extensión en la cobertura (i), en resguardo (j), en el año
medida (k).

Indicador Áreas que se traslapan con territorios de resguardos indígenas


Son aquellas áreas de protección, reserva forestal y/o político
Definición administrativas que cuentan con un estado legal del territorio, las cuales se
traslapan con las áreas de los resguardos indígenas.
El ordenamiento territorial existente en Colombia, contempla diferentes
formas del estado legal del territorio; en particular, en la región amazónica
colombiana esas formas del estado legal del territorio, conforman diferentes
mosaicos de traslapes territoriales. Se resaltan aquellas superposiciones
territoriales de áreas en Parques Naturales Nacionales, departamentos,
Pertinencia
municipios, reserva forestal de la Amazonia colombiana (Ley 2/1959), con
las áreas de los resguardos indígenas; lo anterior, genera diferentes
conflictos territoriales no resueltos que afectan la gobernanza de los
recursos naturales, que afectan los mismos en los territorios indígenas y
deslegitiman la autoridad tradicional.
Unidad de Porcentaje (%) de extensión de un área traslapada (i), en cada resguardo (j),
medida en el año (k).

Potencial de tierra cultivables demandadas por unidades familiares


Indicador
indígenas
Se trata del área total en chagras que las unidades familiares indígenas
Definición demanda en el contexto de su sistema de producción y bajo las exigencias
de la sostenibilidad de sus modos de vida, en los resguardos indígenas.
La información permitirá constatar el acceso a las tierras del resguardo
indígena, por parte de las unidades familiares para garantizar la
autosuficiencia alimentaria. Permitirá ampliar los estudios asociados a las
Pertinencia
unidades de producción familiar hechos de manera general, pero que
ameritan una especificación de acuerdo al sistema productivo de cada
pueblo.
Unidad de Porcentaje (%) de extensión de áreas en chagras (i), en resguardo (j), en el
medida año (k).
Fuente. Elaboración propia
205

La capacidad para establecer control cultural sobre los territorios indígenas, se dirige al
conocimiento que se tiene por parte de las autoridades indígenas, sobre los flujos
sociales que se generan desde el interior de los resguardos indígenas y hacia afuera de
éstos; así como aquellos que vienen de afuera hacia el interior de los mismos. Los
indicadores (Tabla 32), buscan describir las relaciones que generan posibles conflictos
territoriales; se contempla los siguientes flujos sociales: 1) los aspectos de orden
demográfico, que dimensionan las potencialidades poblacionales, con que cuentan los
pueblos indígenas para ser estables en el territorio; 2) situaciones de orden social,
cultural, económico, que generan flujos migratorios, tanto aquellos que se dan hacia
fuera del resguardo, como aquellos que entran al mismo.

Tabla 32. Indicadores sobre la capacidad de agencia cultural autónoma


Indicador Potencial de población en resguardos indígenas
Se refiere al estado de la población neta en un momento dado, como
Definición producto de su dinamismo y en referencia a: nacimientos, defunciones y el
saldo migratorio, con respecto al total de población indígena.
La información pretende ofrecer un panorama sobre las dinámicas sociales
que mas impactan el crecimiento y composición (edad y sexo) de la
población indígena. Un primer aspecto del inventario poblacional en un
momento dado, lo constituyen el saldo entre fecundidad y la mortalidad,
que muestra el estado de salud y las condiciones socioeconómicas de la
población. En segundo lugar, se tiene el saldo migratorio en los territorios
Pertinencia indígenas, que permite obtener un conocimiento sobre la movilidad de la
población indígena en el espacio y a través del tiempo. Los desplazamientos
desde el territorio indígena hacia otros lugares, permitirá comprender las
razones por las cuales la población indígena migra. De otro lado, los
desplazamientos hacia el territorio indígena permiten comprender las
razones e impactos de orden social, sobre la demografía de la población, así
como las tendencias y las expectativas de los lugareños.
Unidad de Total crecimiento natural (N°) población indígena con dinámica (i), en cada
medida resguardo (j), en el año (k).
Fuente. Elaboración propia

La capacidad que tienen los miembros de un pueblo indígena para ser parte de un
grupo tradicional autónomo, constituyen otros de los aspectos que reafirman la
identidad. Como hecho demográfico, tiene que ver con las dinámicas poblacionales que
delinean la identidad indígena, en dos direcciones: 1) la reafirmación sobre la
pertenencia a una etnia en particular, que cuenta con una historia, una cosmogonía y
una tradición, en los territorios ancestrales; 2) ser parte de una tipología de familias
indígenas. Se parte por reconocer, que en los territorios ancestrales es posible encontrar
206

otros tipos de organización familiar, como producto del contacto con la sociedad
nacional. En ese sentido, se asume la existencia de cambios al interior de la familia
tradicional indígena, constituyendo una tipología de familias en los territorios
ancestrales: familias nucleares; familias extensas; familias monoparentales y
unipersonales. Se pretende con los indicadores identificados (Tabla 33) profundizar
sobre las dificultades que pueden existir por la tipología, para asumir los fundamentos
culturales del bienestar indígena como son las prácticas culturales que garantizan la
abundancia.

Tabla 33. Indicadores sobre la capacidad de agencia cultural autónoma


Indicador Auto – reconocimiento étnico
Expresa el tipo de identificación étnica que los individuos manifiestan
Definición pertenecer en los territorios indígenas; es decir el auto-reconocimiento
dentro de un grupo étnico particular.
La información aportada por el indicador, ofrece un conocimiento sobre los
grupos étnicos existentes, a los cuales están adscritos los habitantes
indígenas en los territorios. El auto reconocimiento permite mostrar la
Pertinencia cohesión respecto a los grupos en los que se ejerce una u otra actividad
cultural; igualmente, el estado sobre la conciencia étnica vinculada
directamente al ejercicio de sus derechos colectivos como pueblos
―autodeterminación―.
Unidad de Porcentaje (%) de población que se identifica con una etnia (i), en un
medida resguardo (j), en un año (k).

Indicador Participación de la población en prácticas culturales estratégicas


Se trata de establecer la vigencia de las prácticas culturales en el contexto
Definición del siglo XXI a través de la medición de la participación en los eventos en
que tienen lugar.
La medición de la vigencia de estas prácticas culturales permite dar cuenta
de las posibilidades de ejercer las actividades asociadas a la cultura que
Pertinencia
finalmente determinan el status identitario y reafirman la particularidad y la
diferencia de las mismas.
Unidad de Porcentaje (%) de participación de la población en una práctica cultural (i),
medida en un resguardo (j), en un año (k).
Fuente. Elaboración propia

Ser competente en la comunicación de la cultura, implica las condiciones de ejercer,


trasmitir, reproducir y proteger los valores propios de la cultura indígena. Son
igualmente, los medios que permiten legar a las nuevas generaciones los conocimientos
asociados a la tradición, sean estos los sistemas tradicionales así como las prácticas de
instituciones nuevas. La reproducción cultural se refiere a la posibilidad de escoger
entre varias formas de ejercer, trasmitir, reproducir y proteger los valores propios de
cada cultura; el grado de libertad para transmitir y reproducir los valores propios,
207

independientemente, si su transmisión es consciente y/o de manera imperceptible.


Estos últimos aspectos de la trasmisión de valores, se considera no deben ser limitantes
para establecer la libertad de escoger si se trasmiten o no ciertos valores culturales. Por
esta razón, los indicadores (Tabla 34) se dirigen a mirar a profundidad, el ser
competentes en la comunicación cultural e intercultural de prácticas y costumbres.

Tabla 34. Indicadores sobre la capacidad de agencia cultural autónoma


Indicador Personas bilingües indígenas ―lengua propia – español―
Se ocupa de medir el número de personas que es competente
Definición
lingüísticamente en la práctica de la lengua indígena como en el español.
El bilingüismo en idioma indígena y español, debe considerarse como un
indicador de pluralismo y riqueza cultural y no como barrera cultural o
subdesarrollo. Asimismo, hay que tomar en cuenta la posible presencia de
un bilingüismo asimétrico, es decir, las personas hablan un español
instrumental para el contacto, conservando en mayor medida su lengua
Pertinencia indígena. Así, existe una enorme variabilidad de situaciones de bilingüismo,
con diferentes grados de asimetría y de intervención de las lenguas
dominantes. La pertinencia cultural de las políticas públicas para personas
indígenas bilingües, estará dada por la articulación de las especificidades
culturales y la identidad local propia, rechazando la homogeneización y la
imposición de modelos occidentales globalizados.
Unidad de Porcentaje (%) de personas de una población que son bilingües (i), en un
medida resguardo (j), en un año (k).

Indicador Grado de educación en el sistema de educación no-indígena


Determina el porcentaje de personas que cuentan con años cursados y
Definición aprobados, en educación primaria, secundaria, superior, tecnológica, en el
sistema formal de educación.
El nivel alcanzado en el contexto de la educación no- indígena, permite
Pertinencia establecer las posibilidades para interactuar con el sistema de valores no-
indígenas, así como la influencia sobre el propio sistema de valores.
Unidad de Porcentaje (%) de personas que han cursado un grado escolar (i), en un
medida resguardo (j), en un año (k).
Fuente. Elaboración propia

5.2.3. Indicadores identificados: capacidad para garantizar la autonomía


alimentaria
Los pueblos indígenas Uitoto, Okaina, Bora, Muinane, Gente de Centro como quedó
entendido, ofrecen un concepto de bienestar humano propio. El concepto de bienestar
humano lo asocian a la noción “vivir bien es comer bien”. Se dice que “comer bien” es
tener en abundancia diferentes productos cultivados en la chagra u ofrecidos por el
bosque; es poder incluir dentro de la alimentación peces, carne de monte e insectos,
que proveen las proteínas necesarias para una buena alimentación (Acosta, et al.,
208

2011). Por lo anterior, los indicadores (Tabla 35) de esta capacidad se enmarcan en las
ideas de abundancia y equilibrio energético; se analiza la capacidad de producción y
transformación de los alimentos de parte de los pueblos y sus representaciones locales.
En referencia de la primera temática, se considera abordar el tipo de dieta local, la cual
depende del ciclo agrícola ―disponibilidad de semillas tradicionales―, la recolección
de especies del bosque, la cacería y la pesca; también se busca relacionar los productos
de subsistencia con los productos que se adquieren en el mercado, para establecer una
relación entre la producción y el consumo. La transformación de alimentos se trata en
consideración de elementos como el tipo de dieta local a partir del cual se logra un
determinado nivel de nutrición, de la misma manera, las posibilidades de acceder a
cada nivel de nutrición teniendo en cuenta las prácticas de transformación de alimento
―cocción, almacenamiento, entre otros― y finalmente las motivaciones relacionadas
con los componentes de cada dieta estacional ―representaciones locales e importancia
nutricional―.

El hecho de alimentarse o nutrirse responde a unas necesidades sociales. También,


responde a posturas culturales que pueden limitar o determinar el deseo de desarrollar
una u otra actividad. Esto se evidencia en las representaciones ligadas al prestigio, a la
fuerza o a la valía de los individuos, las cuales derivan de los sistemas de valores de
cada sociedad. En estas circunstancias, no parece ser lo mismo adquirir proteínas
provenientes de la pesca o de la caza de todos los animales y/o de todas las formas. De
otro lado, la estacionalidad es otro referente a tener en consideración a la hora de medir
la capacidad de abastecimiento, en razón de la diversidad de productos que componen
el conjunto de dietas de las familias indígenas. En esta dirección, será necesario
dimensionar las variaciones producidas por el cambio climático, las cuales han
trastocado de manera importante las prácticas de abastecimiento local. En concordancia
con el indicador anterior, se dirá que el análisis de los sistemas agrícolas locales, se
deberá tener en cuenta los niveles de producción de las chagras en relación con los
niveles de nutrición. Es claro que no todos los alimentos producidos son consumidos
dado que son dirigidos a otros fines.
209

Estar bien nutrido parece ser un el elemento fundamental para determinar la capacidad
de abastecimiento. Dar cuenta de los elementos que son posibles de apropiar es de gran
importancia, dado que es un indicador que se halla ligado no solo con la salud sino con
variables de orden económico. No obstante este elemento no puede ser tomado de
manera única o independiente, pues podría llevarnos a caer en cierto determinismo
biológico. La definición de equilibrio energético acotada anteriormente, exige ir más
allá; la misma reclama indagar, no solo por el proceso de alimentación, sino por el
ciclo completo de transformación restitución en el que se inscribe. Junto a ellos se hace
necesario analizar y dar cuenta de los tipos de representaciones que tales procesos
implican en la vida cotidiana de los individuos.

Recientemente se han adelantado estudios sobre la nutrición de los pueblos indígenas


en Latinoamérica, que demuestran su alta vulnerabilidad a los ataques del hambre y la
pobreza. Los índices que se usan parecen mostrar un conjunto de condiciones difíciles
en el contexto de estos pueblos. No obstante, estos estudios también muestran la
necesidad de desarrollar estudios concretos para la región, de modo que indicadores
como la relación entre talla y peso, se encuentren acordes con estas poblaciones.

Tabla 35. Indicadores sobre la capacidad para garantizar la autonomía


alimentaria
Grado de diversidad de los alimentos producidos y consumidos por las
Indicador
unidades familiares indígenas
Número de especies con sus variedades sembradas en las chagras,
Definición
recolectadas, pesca y cacería, por las unidades familiares de producción.
La posibilidad de diversificación de los alimentos o de abastecerse con
ciertos productos particulares, les otorga un grado de bienestar mejor pues
Pertinencia les permite establecer un tipo particular de relaciones con los miembros de
tales sociedades; no parece suficiente medir solamente la cantidad de
vitaminas y proteínas que cada individuo puede apropiar.
Unidad de Porcentaje (%) especies sembradas, recolectadas, pesca y cacería (i), en un
medida resguardo (j), en un año (k).

Indicador Importancia cultural de los alimentos de la dieta local indígena


Importancia relativa de los alimentos en contextos locales a partir de
criterios culturales tales como: tabúes, motivaciones sociales colaterales,
Definición
representaciones sobre propiedades adicionales de tales productos,
representaciones asociadas a la identidad étnica, entre otros.
Los medios a través de los cuales se logra la capacidad de alimentarse, son
también fundamentales a la hora de abastecerse, pues les permite una
Pertinencia vinculación concreta a esta sociedad. Por lo anterior, será necesario dar
cuenta de las categorías de alimentos desde la perspectiva local, no solo en
términos del prestigio, sino también, de los tabúes y prohibiciones que
210

existen y que les permiten conservar un cierto estado de salud bajo el


respeto de las normas y prohibiciones derivadas de la tradición local y de la
noción de equilibrio energético.
Unidad de Porcentaje (%) tabúes y prohibiciones sobre un alimento (i), en un
medida resguardo (j), en un año (k).

Indicador Medios para la conservación y transformación de alimentos


Existencia de formas y medios para el almacenamiento de ciertos productos
Definición
de autosuficiencia alimentaria, para su aprovechamiento en el largo plazo.
La posibilidad de almacenar y/o conservar productos y semillas, son formas
de seguridad alimentaria. Algunos estudios adelantados con pueblos
indígenas en el departamento del Amazonas, han demostrado que la
conservación de biomasas de yuca, de semillas almacenadas en las chagras,
Pertinencia
cocinas o en las orillas de los ríos, garantiza un abastecimiento continuo,
aún si existen situaciones climáticas extremas e inundaciones de las tierras
cultivables. Se pretende obtener información, que permite dar cuenta de la
capacidad de abastecimiento presente y futura, en los territorios indígenas.
Unidad de Número (N°) de formas de almacenamiento y conservación de alimentos (i),
medida en un resguardo (j), en un año (k).

Indicador Disponibilidad de semillas tradicionales e introducidas en las unidades


familiares indígenas
Inventarios de las semillas fundamentales para garantizar la siembra de las
Definición chagras, cuya producción permite un abastecimiento continuo, para
garantizar no solo la abundancia de alimentos, sino la reproducción cultural.
La producción permanente de las chagras establecidas por las familias
indígenas, es fundamental para garantizar la autosuficiencia alimentaria; las
Pertinencia familias indígenas deben contar la capacidad de un inventario de semillas
que permitan sostener el ciclo agrícola sustentado en la apertura, siembra,
mantenimiento y aprovechamiento de chagras de monte bravo rastrojo.
Unidad de Número (N°) de semillas por especie disponibles para la siembra (i), en un
medida resguardo (j), en un año (k)

Indicador Población indígena con desnutrición


Determina el porcentaje de personas que registran problemas de
desnutrición, por deficiencias en la ingesta de calorías y proteínas,
Definición ocasionadas por el limitado acceso a los alimentos; genera repercusiones no
solo en el estado de la salud de la población sino los diferentes efectos
sociales.
La nutrición de los individuos permite dar cuenta de las posibilidades reales
de consumo de alimentos. La valoración del estado nutricional, es un
parámetro que permite evaluar el estado de la salud de la población y sus
Pertinencia
diferentes incidencias sociales, con los niveles de seguridad alimentaria de
la población, la cual a su vez está determinada por múltiples factores que
inciden en el acceso a los alimentos.
Unidad de Porcentaje (%) de personas con desnutrición (i), en un resguardo (j), en un
medida año (k).
Fuente. Elaboración propia

Los indicadores, pretenden dar cuenta de algunos elementos importantes como:


volúmenes de producción por unidad familia, número de unidades productivas por
211

familia, tiempo de sucesión de las chagras, entre otros. Igualmente, es necesario


dimensionar no sólo los escenarios de producción sino también los de consumo y
transformación, relacionados con estas sociedades. También, serán necesarios
desagregar los datos asociados a los niveles de nutrición, de manera que pueda lograrse
un análisis diferencial sobre la posibilidad real de nutrirse de parte de cada individuo
que pertenece a este conjunto de sociedades. Con estos elementos se pretende dar
cuenta sobre la relación entre producción y consumo en el contexto de los pueblos
indígenas de La Chorrera, Amazonas.

5.2.4. Indicadores identificados: capacidad para lograr un ambiente tranquilo


Las capacidades para lograr un ambiente tranquilo, se refieren al conjunto de aspectos
de orden social que permiten posibilitar vivir en comunidad. Los indicadores
identificados (Tabla 36), incluyen las buenas relaciones entre vecinos, relaciones
intrafamiliares armónicas, la participación de la vida en comunidad, respeto por los
valores individuales y familiares, entre otros. En el contexto de los pueblos indígenas
Gente de Centro, se entendería como el “vivir bien”; este concepto se desagrega en los
siguientes elementos fundamentales: el respeto, el consejo, la procura de una vida sin
vanidad, la procura de una vida sin orgullo y finalmente la inteligencia. Estas
categorías posibilitan esencialmente la armonía de las relaciones internas. A partir de
ellas, se enmarca la capacidad de “vivir tranquilo”. No se trata de variables medibles en
el término estricto de la palabra sino de la manera como la vida cotidiana es evaluada.
Dichas categorías referenciadas, se asocian a las normas morales, las cuales se pueden
definir en los siguientes términos:

- El respeto entre personas. La misma reconoce un conjunto de rolles y estatus


derivados de las relaciones jerárquicas de estos pueblos. En ese contexto
vinculan el respeto al medio ambiente, a las personas de la comunidad, a sus
mujeres, a sus hijos y familias, a sus ancianos, a sus autoridades y a su cultura.
- Procurar una vida sin vanidad. Explica la tendencia a mantener relaciones de
orden igualitario. Si bien existe una jerarquía al interior de estos pueblos
―autoridades, mayores, buinaimas, ancianos, entre otros―, en el contexto de
las relaciones se establece la ausencia de “vanidad” como elemento
fundamental para la vida tranquila. La vanidad es tildada como impedimento
212

para poder aprender la palabra ―ideología― de estos pueblos, así como


nociva para generar y mantener las relaciones de reciprocidad y común unidad
entre los miembros de estas comunidades autóctonas.
- Procura de una vida sin orgullo. El orgullo es visto como la capacidad de
escucha de consejo y de demanda del mismo. A la vez, es visto como
elemento fundamental para mantener relaciones de común unidad, en tanto
posibilitan el acceso a las redes de distribución y redistribución local.
- La inteligencia. Este concepto alude a la capacidad de poner en práctica los
conocimientos tradicionales obtenidos desde las instituciones tradicionales. Se
trata de la posibilidad de resolver problemas a partir de los conocimientos
locales, para dar respuesta a problemas asociadas con la salud, la vida
cotidiana, la producción, entre otros.

La capacidad de vivir tranquilo reconoce además el conjunto de relaciones desde el


interior de los resguardos hacia afuera. La capacidad de ser autónomo respecto a
agentes y problemáticas sociales externas para el ejercicio de la territorialidad, implica
dar cuenta de elementos externos que generan tensiones a los pueblos indígenas
alojados en los mismos. De la misma manera, se da cuenta de la influencia de
problemáticas de alto impacto sobre los resguardos mismos. El conocimiento sobre los
resguardos y el tipo de relaciones hacia el exterior, exige el análisis de este tipo de
relaciones de manera que puedan ser tipificadas e instrumentalizadas en el marco de
este funcionamiento.

Tabla 36. Indicadores sobre la capacidad para lograr un ambiente tranquilo


Indicador Ejercicio de la territorialidad indígena
Son las relaciones que se construyen en el territorio, entendidas como un
entramado de relaciones sociales que supera ampliamente la visión
puramente espacial del mismo, a un concepto sobre la territorialidad, como
Definición un sistema de conductas que controlan y mantienen un uso y manejo
específicos sobre un espacio. La capacidad de vivir tranquilo reconoce
además el conjunto de relaciones desde el interior de los resguardos hacia
afuera.
La capacidad de ser autónomo respecto a agentes y problemáticas sociales
externas para el ejercicio de la territorialidad, implica dar cuenta de
elementos externos que generan tensiones a los pueblos indígenas alojados
Pertinencia en los mismos. De la misma manera, se da cuenta de la influencia de
problemáticas de alto impacto sobre los resguardos mismos. El
conocimiento sobre los resguardos y el tipo de relaciones tanto internas
como hacia el exterior, exige el análisis de este tipo de relaciones de manera
213

que puedan ser tipificadas e instrumentalizadas en el marco de este


funcionamiento. El indicador pretende aportar información, que permita
entender el estado de las relaciones que se dan sobre el territorio. O sea, el
sistema de conductas que controlan y mantienen un uso y manejo
específicos sobre un territorio.
Unidad de Porcentaje (%) de conflictos internos y externos existentes (i), en un
medida resguardo (j), en un año (k).
Fuente. Elaboración propia

5.2.5. Indicadores identificados: capacidad para asegurar el auto-cuidado y la


reproducción
Se considera que la capacidad de auto-cuidado y reproducción, se entiende como todos
los funcionamientos que permiten la reproducción de los individuos. Hacen parte
aspectos como dar cuenta de la disponibilidad de conocimientos para mantener un
ambiente sano, conocimientos y valores. La infraestructura se considera es un medio
para obtener bienestar. Los conceptos enunciados anteriormente respecto de las
nociones de salud y enfermedad propias de la zona, son útiles para poder definir de
manera clara este conjunto de funcionamientos. De la misma manera que las ideas que
describen las relaciones entre estas sociedades y el medio ambiente. Por lo anterior
conceptos como el de equilibrio energético son fundamentales.

Las versiones locales de salud y enfermedad derivada de las relaciones con el medio
ambiente, en las que un desequilibrio con estas sociedades generan desordenes que se
reflejan en enfermedades dentro de las comunidades. En esta se incluyen los
funcionamientos que describen previsiones y cuidados del cuerpo, de la naturaleza y de
la sociedad. Junto a ello aquellos funcionamientos que permiten corregir desordenes y
curar enfermedades.

Los indicadores identificados (Tabla 37) que permitan dimensionar tener un buen
estado de salud, se refieren a un conjunto de fundamentos esenciales, que dan cuenta de
las características de los modelos de salud local existentes en los resguardos indígenas:
la atención formal del Estado a través de centros y puestos de salud y medicina
tradicional), se consideran elementos asociados a métodos curativos y terapéuticos;
medios de prevención de enfermedades ―físicas, psicológicas y espirituales―,
asociados a modos de prevención de enfermedades de origen tradicional son sugeridos
en otros indicadores. No obstante la conjunción de algunos funcionamientos asociados
214

a la vida en comunidad, la producción y la vida cotidiana deben ser analizados de


manera profunda para comprender el entramado de relaciones que los unen.

Tabla 37. Indicadores sobre la capacidad para asegurar el auto-cuidado y la


reproducción
Indicador Acceso al agua potable en territorios indígenas
Establece la proporción de las personas que cuentan con un servicio de agua
Definición
potable, en sus viviendas.
El acceso al agua es una variable de gran importancia; sin embargo, no
todas las fuentes disponibles en los territorios de los pueblos indígenas, son
consideradas como aptas para el consumo. Por esta razón, el agua lluvia es
Pertinencia una fuente prioritaria. No obstante, en ocasiones es necesario recurrir a
otros medios, por lo que no sólo la disponibilidad del recurso sino la
dificultad para lograr su potabilización para el consumo, son de gran
importancia a la hora de dar cuenta de este tipo de indicadores.
Unidad de Porcentaje (%) de población con cobertura de agua potable (i), en un
medida resguardo (j), en un año (k).

Indicador Acceso a servicios públicos básicos en territorios indígenas


Definición Porcentaje de hogares que tienen acceso a los servicios básicos públicos.
La identificación de los servicios públicos existentes como: disposición
final de basuras, alcantarillado, energía eléctrica; servicios básicos que
Pertinencia
permiten mejores condiciones de salubridad y bienestar de las familias en
las comunidades indígenas.
Unidad de Porcentaje (%) de población con cobertura de servicios públicos básico (i),
medida en un resguardo (j), en un año (k).

Indicador Casos de personas evitables por alternativas indígenas y no indígenas


Métodos terapéuticos existentes para la prevención de la salud física y
espiritual, tanto por servicios formales prestados por el Estado, como a
Definición
través de la medicina tradicional, con base en el respeto de normas y valores
dados culturalmente.
La medición de los habilitamientos del acceso al agua potable, aporta
información que contribuye a describir y analizar, el tipo de ambiente y las
Pertinencia condiciones existentes en las que es posible y deseable el desarrollo de la
vida en las comunidades, independientemente del tipo de poblamiento que
se posea.
Unidad de Porcentaje (5) de servicios de prevención de la salud física y espiritual
medida existe (i), en un resguardo (j), en un año (k).

Cobertura de los medios para atender enfermedades indígenas y no


Indicador
indígenas
Acceso a servicios de salud proveídos por: el Estado ―atención primaria,
Definición medicina farmacéutica, intervención hospitalaria, sistemas de
inmunización―; servicios de medicina tradicional.
La medición de los habilitamientos del acceso a los servicios básico
públicos ―disposición de basuras, aguas servidas, entre otros―, aportan
Pertinencia información que contribuye a describir y analizar, el tipo de ambiente y las
condiciones existentes en las que es posible y deseable el desarrollo de la
vida en las comunidades, independientemente del tipo de poblamiento que
215

se posea.
Unidad de Porcentaje (%) población atendida por un servicio de salud disponible (i),
medida en un resguardo (j), en un año (k).

Indicador Atención de mujeres indígenas en parto


Son las posibilidades que existen de lograr un parto asistido de manera
Definición eficiente, sea por médicos tradicionales o por el sistema de atención de
salud pública.
El número de partos atendidos de manera efectiva es un indicador
importante de salud, ya que su atención oportuna atenúa de manera
Pertinencia significativa la morbilidad y la mortalidad materna y perinatal. Busca
además, dar cuenta de las debilidades de la atención de la salud en los
territorios indígenas.
Unidad de Porcentaje (%) de partos asistidos por servicios médicos tradicionales y/o
medida formales (i), en el resguardo (j), en un año (k).
Fuente. Elaboración propia

Los pueblos indígenas ubicados en La Chorrera, Amazonas, su ocupación e


intervención al ecosistema se efectúa a partir de unas prácticas culturales de uso y
manejo de los espacios cultivados, los procesos de recolección de recursos del bosque
en términos de especies maderables y no maderables y faunísticas, en cuerpos de agua
―pesca―, que garantizan la sostenibilidad de sus modos de vida conservando una
relación de equilibrio con su entorno natural. El concepto de bienestar de los pueblos
indígenas Uitoto, Okaina, Bora y Muinane, como se ha visto, se basa en el concepto de
abundancia, el cual es producto de la relación de equilibrio entre los ecosistemas y las
sociedades étnicas que intervienen. La medición del bienestar humano de estos pueblos
indígenas en términos del concepto de abundancia, necesariamente implica la
conformación de un modelo conceptual que de cuenta de las particularidades de los
modos de vida indígena en espacios territoriales ancestrales y en los resguardos
indígenas como propiedades colectivas.

Finalmente la Tabla 38, sintetiza las dimensiones del modelo conceptual sobre las
capacidades y funcionamientos a través de las cuales se pretende efectuar la evaluación
del bienestar de los pueblos indígenas Gente de Centro del departamento del
Amazonas; el modelo sobre las capacidades fundamentan fenómenos de orden
colectivo, las cuales guardan una correspondencia con el control y gestión en los
resguardos por parte de las autoridades tradicionales.
216

Tabla 38. Síntesis de las capacidades para evaluar el bienestar humano en los
pueblos indígenas y ámbito de medición
Capacidad Dimensión
Se basa en la existencia de un gobierno propio e intercultural
―caciques y su espacio ritual en las malocas, los gobernadores
de cabildos, las Asociaciones de Autoridades Tradicionales
Indígenas (AATI), y las Asambleas de Autoridades
Tradicionales. Componente fundamental del desarrollo humano
Control colectivo en los autónomo en los territorios de los pueblos indígenas. La
territorios ancestrales y jerarquía de Autoridades Tradicionales e Interculturales Propias,
resguardos indígenas conforman un modelo de gobierno y gobernabilidad que
garantizan el control social, político y ambiental, en los
territorios indígenas.

Se proyecta la evaluación de ese potencial de gobernabilidad


tradicional existente en los territorios indígenas.
Se refieren: al control sobre los inventarios de recursos naturales
que existen en los resguardos indígenas; al conocimiento que se
tiene sobre los flujos sociales que se generan desde el interior y
hacia afuera de éstos; y viceversa; los fundamentos sobre la
identidad indígena, que se delinea al ser parte de un grupo
tradicional autónomo, el ser competente en ejercer, trasmitir,
reproducir y proteger los valores propios de la cultura indígena.
Agencia cultural
Los ámbitos de evaluación: el potencial de áreas con oferta de
autónoma
recursos naturales disponibles en resguardos indígenas; las áreas
que se traslapan con los resguardos indígenas; las áreas de tierras
cultivables demandadas por las familias indígenas; la población
existente y el auto-reconocimiento étnico, la existencia de
personas bilingües indígenas y el grado de escolaridad en el
sistema de educación no indígena; y finalmente la magnitud de
la participación de la población en prácticas culturales
estratégicas.
Se relaciona con la capacidad de uso, manejo y aprovechamiento
de los productos ofrecidos por las chagras, la recolección de
especies no maderables, faunísticas e ícticas; contar con formas
de almacenamiento de ciertos productos o de su
aprovechamiento en el largo plazo; reconoce la existencia de
estados de desnutrición que se pueden presentar en los pueblos
indígenas, determinados por el nivel de contacto, que implica
procesos de deterioro en las prácticas de uso y manejo de los
Garantizar la autonomía espacios cultivados, en la recolección de los recursos de la
alimentaria biodiversidad, con impactos sobre la dieta local existente, a
partir del cual se tendría un determinado nivel de nutrición.

Se proyecta evaluar: el nivel de importancia cultural de los


alimentos de la dieta local indígena; el grado de diversidad de
los alimentos producidos y consumidos por las unidades
familiares indígenas; los medios disponibles para la
conservación y la transformación de alimentos; los segmentos de
población indígena con desnutrición.
Contar con un ambiente Concierne a los ámbitos de control social que ejercen las
217

tranquilo autoridades tradicionales, frente a la presencia de actores y un


entramado de relaciones sociales, tanto internas como externas
en los territorios, que impactan la autonomía y el ejercicio de la
territorialidad.

La evaluación que se proyecta es conocer el estado del ejercicio


de la territorialidad en los resguardos indígenas.
Conjunto de fundamentos esenciales, que describen previsiones
y cuidados del cuerpo, de la naturaleza y de la sociedad
relacionados con el medio ambiente. La existencia de servicios
de salud curativos ofrecidos tanto por el Estado y como por la
medicina tradicional; los métodos asociados a formas de
prevención de enfermedades de origen tradicional. También los
conflictos surgidos por las interacciones de los dos sistemas de
salud en los territorios indígenas. Se relaciona con las
condiciones de saneamiento básico ambiental, que determinan
Garantizar el auto-
en parte el estado de la salud en la población en correspondencia
cuidado y reproducción
con la edad y el género.

Se pretende evaluar el acceso a agua potable y a los servicios


públicos básicos; determinación de los casos de personas
evitables a enfermar por alternativas indígenas y no-indígenas; la
cobertura de los servicios médicos formales y de la medicina
tradicional, para atender enfermedades indígenas y no-indígenas;
y finalmente, determinar el grado de atención existente de
mujeres indígenas en parto.
Fuente. Elaboración propia
219

6. CONCLUSIONES
Los pueblos indígenas, a nivel mundial, no sólo suponen una población significativa y
de una alta diversidad étnica, pluricultural y lingüística que representan como culturas
vivas; sino que sus conocimientos ancestrales contribuyen de manera especial a la
preservación y mantenimiento de los ecosistemas. Últimamente, gracias a su creciente
participación e influencia política y por el reconocimiento de sus derechos en distintos
contextos del orden nacional, regional e internacional, les han permitido encontrar un
camino para consolidar las reivindicaciones de sus territorios y su autonomía.

El reconocimiento de los derechos humanos y libertades fundamentales de los pueblos


indígenas a nivel internacional, a través de la Declaración de Derechos de los Pueblos
Indígenas de la Asamblea General de las Naciones Unidas de 2007, ha llevado a que
las intervenciones del Estado y de la sociedad civil, en la ejecución de programas y
proyectos de desarrollo para los pueblos indígenas, hayan incorporando diferentes
estrategias que pretenden que la economía de mercado y el manejo ambiental
convencional, puedan asimilarse con la cosmovisión y la ética indígenas. Sin embargo,
la revisión de esas experiencias y los resultados alcanzados, muestran que se han
producido reacciones contrarias por parte de los pueblos indígenas al considerar que no
se respetaban sus derechos humanos, la autonomía sobre su territorialidad y la
participación en la toma de decisiones, en particular en la Amazonia colombiana.

A la hora de tomar decisiones sobre los procesos de intervención es fundamental tener


en cuenta a los pueblos indígenas y sus territorios, tanto por el importante bagaje de
conocimientos de los primeros, como por la variedad y riqueza medioambiental de los
segundos. En el Estado y sus entidades existe la preocupación por poder contar con
aproximaciones conceptuales y metodológicas no convencionales que permitan un
mejor planteamiento de las acciones que involucran a los modos de vida y territorios
220

indígenas. Las contribuciones alternativas a los conceptos clásicos de desarrollo y


crecimiento económico, hechas desde diferentes organismos indígenas y no indígenas
en América Latina, han abierto espacios de discusión. Este es el caso de los conceptos
Sumak Kawsay y Suma Qamaña de los indígenas bolivianos y ecuatorianos, que
expresan una visión de la buena vida y/o el buen vivir, que se traduce en lograr que las
sociedades conserven una armonía en sus relaciones internas y forjen condiciones
espirituales y materiales para mantener la vida en equilibrio con la naturaleza. Otras
iniciativas, de menor alcance pero complementarias de las anteriores, han propuesto la
necesidad de destacar las características de las minorías étnicas en las estadísticas
nacionales, regionales y locales. Disponer de sistemas de información e indicadores
fidedignos y apropiados a las condiciones y modos de vida en sus territorios requiere
todavía de un trabajo teórico y metodológico que se traduzca en herramientas
aplicables, en la generalidad de los países de América Latina. A partir de estas
carencias, la tesis ha planteado elaborar un modelo de indicadores de bienestar humano
apropiados, aplicables a las condiciones culturales, sociales, económicas, políticas, de
los pueblos indígenas localizados en la Amazonia colombiana.

A continuación se detallan las principales conclusiones del proceso de investigación


realizado:

1. La necesidad de contar con un marco teórico del bienestar, así como de un sistema
de indicadores que permita recoger la riqueza y peculiaridad de las concepciones
indígenas, ha llevado a realizar una revisión de las principales propuestas existentes
para determinar su adecuación con ese objetivo e identificar las tareas pendientes que
justifican la investigación que se plantea esta tesis. Como resultado de esa revisión
crítica cabe extraer las siguientes conclusiones:

a) Que el concepto de bienestar no puede enmarcarse solamente a partir de la


medición de condiciones objetivas referentes a la disponibilidad de recursos
materiales y que el paradigma del desarrollo humano ofrece un enfoque pertinente
para contextualizar el bienestar humano de los pueblos indígenas. Por ello, se parte
de considerar sus fundamentos como el referente conceptual que permite analizar
221

el bienestar de los pueblos indígenas. Y ello porque el enfoque del desarrollo


humano integra como elementos relevantes, las capacidades básicas de las
personas, es decir, las habilidades y las opciones de los individuos de ser capaces
de satisfacer sus propias necesidades; así como las capacidades colectivas de una
sociedad para ofrecer la igualdad de oportunidades, la construcción de la equidad
universal, que suponga el mejoramiento de las oportunidades vitales para las
generaciones actuales y futuras, y todo ello en base a una gobernabilidad marcada
por una sociedad civil fortalecida y participativa y gobiernos responsables.

b) Que las diferentes propuestas de indicadores para evaluar el bienestar de los


pueblos indígenas reconocen las dificultades existentes para captar las
características de los modos de vida de los pueblos indígenas, centrándose más en
la pobreza específica que en referencias para el desarrollo futuro. Que aun
reconociendo el avance que supone integrar el reconocimiento del territorio como
una construcción social, lo que exige entenderlo como parte integral de la vida de
los pueblos indígenas, no puede considerarse que se dispone de indicadores
sociales que reflejen factores del desarrollo que tengan en cuenta los impactos
sobre la biodiversidad. Al afirmar esto último, se entiende que el significado de la
diversidad de los pueblos indígenas trasciende lo biológico, para entrar en la
diversidad cultural que se expresa de muchas formas: lengua, modos de vida,
costumbres, prácticas médicas, entre otros. De manera especial, hay una carencia
de indicadores de las dimensiones sociales y colectivas, como la relación entre el
ser humano y la naturaleza y las cuestiones relativas a la calidad de vida, que
requieren de referencias cualitativas imposibles de evaluarse como valores
monetarios. En consecuencia, se hace necesario elaborar indicadores apropiados
para pueblos indígenas amazónicos relacionados con las capacidades de esas
sociedades tradicionales, que históricamente han sido desconocidas.

c) De las dos conclusiones anteriores, se deduce una tercera que plantea la necesidad
de abordar el análisis del bienestar de los pueblos indígenas desde una perspectiva
multidimensional. Es necesario explicitar el concepto de bienestar que se
encuentra en las cosmovisiones y modos de vida de los pueblos indígenas, que
222

integra dimensiones que van más allá de lo planteado por la visión convencional
para la que el crecimiento económico es la base del progreso y el bienestar social,
donde el PIB se convierte en la medida del bienestar material de una sociedad. Esa
perspectiva multidimensional implica las siguientes: 1) la dimensión étnica,
destacando sus particularidades socioeconómicas, socioculturales, sociopolíticas y
biofísicas; 2) la dimensión de la sostenibilidad de sus activos, ambientales,
sociales, culturales, económicos y políticos, que son la sustentabilidad de su
modelo económico tradicional; 3) la dimensión de las particularidades de su actual
vinculación a la sociedad occidental y a la economía del mercado; 4) la dimensión
de los impactos generados en dichas sociedades y sus consecuencias.

2. El segundo grupo de conclusiones se refiere a los presupuestos de los que parte la


investigación para explicitar la noción de bienestar de las sociedades indígenas. Las
particularidades de los pueblos indígenas, de sus territorios ancestrales y de los
resguardos de la Amazonia colombiana, hacen necesario formular el concepto de
bienestar humano que se encuentra en la base de su manera de entender la vida para
disponer de los indicadores de desarrollo humano (IDHI), que sean capaces de explicar
y caracterizar los modos de vida indígenas y su relación con el ecosistema necesario.
Para abordar esta cuestión fundamental, la tesis entiende que ha puesto de manifiesto la
pertinencia de las siguientes referencias:

a) El conocimiento de cómo se ha producido históricamente la ocupación e


intervención, revelan un uso y manejo de los recursos necesarios que ha permitido
la sostenibilidad de sus modos de vida, al mismo tiempo que la sustentabilidad de
los entornos naturales. Esto se debe a que estos pueblos cuentan con unos sistemas
productivos acordes con los diferentes biotipos que ofrece el ecosistema,
cimentados en una organización social que es incluyente tanto de unas relaciones
inter-étnicas como de prácticas simbólicas afines con el manejo del territorio y del
mundo. Estas prácticas se basan en la reproducción de conocimientos asociados a
los agroecosistemas, que se transmiten de generación en generación a través de la
palabra. Esta forma de relacionarse con los ecosistemas amazónicos les ha
223

permitido producir y reproducirse de manera autónoma y, a la vez, sus formas de


recreación simbólica han garantizado la conservación de los mismos.

b) La tendencia demográfica universal a la concentración de la población en áreas


urbanas afecta y perturba a los pueblos indígenas que históricamente han vivido en
territorios ancestrales, con los cuales comparten valores culturales y unos modos
de vida arraigados a los bosques. Los centros urbanos, que emergen y se
consolidan en contextos donde se ubican tanto la población, como los territorios
indígenas, se convierten en polos de atracción en razón a la gama de servicios que
prestan y a las oportunidades de acceso a los mismos, con lo que impulsan
procesos de migración desde sus territorios hacia los espacios urbanos. En general,
la historia del contacto de los pueblos indígenas con las sociedades y los estados
nacionales ha implicado fuertes cambios de sus modos de vida que se ven
absorbidos por el vigor de los procesos de orden económico, social y cultural, en
los que se ven inmersos. Produciendo, la mayoría de las veces, procesos de
degradación social y cultural irreversibles a nivel local.

c) La vinculación de los pueblos indígenas de la región amazónica colombiana con la


sociedad nacional, el Estado y las economías locales, han tenido una intensidad tal,
que han generado procesos de cambio en la sostenibilidad de sus activos
ambientales, sociales, culturales y económicos. Cada vez más y con mayor fuerza,
los pueblos indígenas se relacionan con el modelo económico y estilos de vida
occidentales, lo que produce diversos y complejos impactos sobre sus modos de
vida tradicionales. Se dejan de practicar formas de uso y manejo de especies
propias e importantes en la alimentación tradicional, que se ven desplazadas por
productos de consumo final que implica una mayor dependencia hacia actividades
remuneradas que facilitan la obtención de ingresos para la adquisición de dichos
productos.

3.- En la concepción del bienestar de las cosmologías indígenas de la Amazonia


colombiana la relación sociedad – naturaleza, es un elemento definitorio donde se
conjugan las relaciones sociales y las relaciones con la naturaleza. Los modos de vida
224

de las sociedades indígenas se sostienen en armonía con la naturaleza en sus territorios


y esa relación de equilibrio denota una relación de bienestar humano, que para algunos
pueblos indígenas de la Amazonia colombiana se expresa con el concepto de
abundancia de los pueblos indígenas Uitoto, Bora, Okaina y Muinane que se
autodenominan Gente de centro en el departamento de Amazonas. En ese sentido, es
posible abordar ese importante concepto Uitoto a otros grupos poblacionales indígenas.

La tesis plantea un marco para el diseño de indicadores, que se recoge en Figura 4,


citada anteriormente, donde el núcleo conceptual del bienestar de los pueblos indígenas
descansa en la interrelación entre la reproducción material, la relación con la naturaleza
y los conocimientos culturales propios.

La evaluación del bienestar de los modos de vida de las sociedades indígenas en la


Amazonia colombiana, no puede hacerse solamente a partir de la medición de
condiciones objetivas como: riqueza, poder, comodidades, tiempo libre, acceso a
servicios de salud y educación, entre otras y condiciones subjetivas que hacen
referencia a los estados internos y/o anímicos de la persona como: placer, felicidad,
deseos, anhelos, planes de vida, conflictos, entre otros. Ambos componentes son
necesarios para evaluar el bienestar humano, pero éste trasciende las dimensiones
individuales y está íntimamente ligado a la existencia de un equilibrio territorial y de
las relaciones sociales que se dan en él.

Por ello, resulta imposible explicitar la pluridimensionalidad del bienestar humano de


los modos de vida indígena, en una descripción única válida para todos los pueblos
indígenas de la Amazonia colombiana, dada la extraordinaria multietnicidad y
pluriculturalidad existente. En esta tesis, se optó por investigar el concepto de bienestar
a partir de la experiencia mantenida con los pueblos indígenas Uitoto, Okaina, Bora y
Muinane, de la Chorrera, en el departamento del Amazonas, los cuales a través de su
Plan de Vida han cimentado el concepto de abundancia o Moniyafue, que encierra
diversos fundamentos culturales de prácticas, tanto rituales como cotidianas, de la
sociedad indígena.
225

Las conclusiones de esta investigación sobre el concepto de bienestar de los pueblos


mencionados son las siguientes:

a) Se ha conseguido llegar a una explicitación del concepto tradicional de


abundancia o Moniyafue, que es la base de su aspiración de bienestar o vida
valiosa. Para entender cómo esta concepción sigue hoy vigente y sus posibilidades
de futuro, hay que analizar el proceso de recomposición social vigente en estas
sociedades indígenas, que se desplegó después de los episodios dramáticos que se
vivieron en sus territorios con la implantación de la economía extractiva del
caucho natural, desde finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX. Este pasado
histórico ha dejado unas huellas en la sociedad indígena de La Chorrera,
Amazonas, ya que tuvo grandes y profundas repercusiones sobre sus modos de
vida. Una vez superada la intensidad de la ocupación, dio inicio un proceso de
reconstrucción social, cultural y territorial, que se fortaleció con la declaratoria del
Resguardo Predio Putumayo en 1988, por parte del Estado colombiano. Sin
embargo, este proceso de reconstrucción territorial, étnica y cultural se produce en
un periodo en que se hace cada vez más intensa su vinculación con la sociedad
nacional y el Estado, lo que ha implicado asumir nuevos retos y amenazas en sus
territorios. La construcción de un Plan de Vida de los pueblos indígenas que se
autodenominan hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce, y el contar también con
un Plan de Desarrollo o abundancia, es una apuesta para asegurar el bienestar
humano de los pueblos indígenas de La Chorrera, en el marco de su contacto y
vinculación actual con el Estado, la sociedad nacional y la economía.

La esencia del concepto de bienestar humano de estos pueblos se expresa en


términos de la abundancia, que denota una noción cardinal que permite garantizar
comer bien y vivir bien por parte de la sociedad indígena en sus territorios. Se
fundamenta a partir de conseguir una vida en armonía en los asentamientos
indígenas, donde predominen relaciones de respeto, el consejo y la práctica de una
vida sin vanidad y sin orgullo. Igualmente hace referencia a la capacidad de
producción que asegure el acceso a una determinada cantidad de recursos
alimentarios, fruto del tiempo y esfuerzos dedicados a las labores propias del
226

sistema de producción tradicional, que conjuga un uso y manejo de espacios


cultivados ―agricultura de chagra, caza, pesca y recolección de especies no
maderables de los bosques―.

Esta proposición encierra una doble condición en su práctica: por un lado, depende
de una praxis de orden moral y, por otro, de la existencia de un control social y
político en los territorios indígenas.

i) La intervención de las autoridades tradicionales permite la realización de un


dialogo a nivel sobrenatural, que se constituye para realizar un convenio
espiritual que la sociedad indígena sostiene con la madre de la abundancia,
Monifue R+gõ. A través de este convenio, se crea el compromiso de garantizar
el restablecimiento del equilibrio alterado por la acción de transformación del
ecosistema con las labores de apertura de la chagra. La manutención del
equilibrio se garantiza mediante la práctica de la reciprocidad y la solidaridad
de devolver al bosque y a los animales que habitan en él, su alimento y vivienda
a través de la siembra de frutales. Se considera que el cumplimiento de este
acuerdo garantiza contar con una buena alimentación. La no realización y
práctica del mismo, genera una reacción desfavorable del ecosistema, de la
naturaleza y de sus dueños para el bienestar de la familia indígena. Esto se
refleja en el desequilibrio ecológico, en el descontrol climático, en la baja
producción de la chagra, en la mala alimentación y en la presencia de la
enfermedad.

ii) La segunda condición corresponde a la práctica del control social y político en


los territorios indígenas, que se sustenta en una estructura de gobierno propio e
intercultural, capaz de responder a las necesidades de la reafirmación de los
valores tradicionales y atenuar los impactos de su vinculación a la sociedad
nacional y las economías locales. Dicha estructura de gobierno propio e
intercultural recae sobre unas instituciones tradicionales que han evolucionado a
lo largo de los últimos cinco siglos, reafirmándose a partir del reconocimiento
del Estado colombiano a través de diferentes instrumentos jurídicos. Estas
227

instituciones tradicionales y su singularidad sostienen la existencia de un


gobierno propio. Su proceso de consolidación en las futuras Entidades
Territoriales Indígenas (ETI), emanadas de la Constitución Política de
Colombia de 1991, permitirán contar con una autonomía y capacidad político
administrativa para asegurar el bienestar humano en términos de la abundancia
en los territorios indígenas.

b) Una segunda conclusión hace referencia a la forma de organizarse y la vigencia de


las instituciones tradicionales en La Chorrera, que conjugan y obran como un todo
para garantizar el control social y político colectivo en los territorios ancestrales.
Si bien guardan una singularidad en el ejercicio de la autoridad, se soportan en una
jerarquía que obedece a los roles y capacidades sobre la transmisión de los
conocimientos y prácticas tradicionales.

En un primer nivel, se encuentra la maloca como símbolo de la identidad cultural,


social y apropiación del territorio. Es un espacio de cohesión social que permite la
reproducción de la cultura, la resolución de conflictos y la toma decisiones. Son
espacios donde los caciques, como ancianos sabedores, ejercen el gobierno propio
mediante los relatos, mitos, leyendas, rituales, creencias, de manera oral y
milenaria; y mantienen vivo y protegido el pensamiento y la cultura que
fundamenta el concepto de bienestar en términos de la abundancia, el cual se
sostiene por la vigencia del convenio con la naturaleza.

Un segundo nivel lo constituye el cabildo, cuyo territorio es el espacio de los


clanes que lo habitan históricamente. Es un espacio que asegura las
reivindicaciones sociales, económicas, culturales y políticas, ante la sociedad
nacional y el Estado. En este espacio, los gobernadores, como miembros de las
comunidades indígenas elegidos y reconocidos por estas, representan legalmente a
las mismas, ejercen autoridad de orden administrativo y realizan actividades que le
atribuyen las leyes, los usos, costumbres y el reglamento interno de cada
comunidad.
228

El tercer nivel lo constituye la máxima autoridad tradicional en el territorio en


cabeza de la Junta de Autoridades. Es una asamblea donde participan los ancianos
jefes de clanes de cada pueblo y cabildo, los gobernadores y los miembros de la
Junta Directiva de la AATI. Sus visiones e interpretaciones aportan a discutir y
decidir sobre las acciones a adelantar por las entidades del Estado; permiten
reafirmar lo propio y/o atenuar las amenazas que se puedan presentar en el
territorio. Dependiente de la Asamblea de Autoridades Tradicionales, la Junta
Directiva de la AATI, asume el rol de autoridad tradicional que ejerce el gobierno
intercultural. Es una instancia que responde por los resguardos que gobierna desde
el punto de vista político administrativo y en relación con las entidades territoriales
del Estado donde están circunscritos.

La especificación de estos niveles de jerarquía y de la división de funciones entre


los distintos organismos, es un elemento central para la identificación de las
capacidades fundamentales a tener en cuenta y para la elaboración de los
indicadores.

4. El modelo que se propone para identificar y diseñar los IBHI que evalúen el
bienestar de los pueblos indígenas Gente de Centro del departamento del Amazonas se
basa en dos referencias:

a. En un conjunto de funcionamientos que definen las capacidades fundamentales de


los modos de vida indígena y su relación con los ecosistemas, identificados en la
dirección de las categorías esenciales que el enfoque del desarrollo humano
propone para la construcción del concepto de bienestar humano. El centro, es la
persona humana, como un ser activo y virtuoso, que posee un conjunto de seres,
haceres, y cuyos logros alcanzados les permiten ser o hacer; estos estados definen
sus funcionamientos. Abarcan aspectos tan básicos como estar suficientemente
alimentado, tener buena salud, evitar posibles enfermedades y una mortalidad
prematura, hasta categorías como ser feliz, tener dignidad, participar en la vida de
la comunidad, y la libertad que tienen las personas para alcanzarlos. Esos
funcionamientos definen unas capacidades que forjan en una persona la posibilidad
229

de escoger entre diferentes maneras de vivir y reflejan la posibilidad de hacer y


poder hacer las cosas que más valoran; y constituyen la libertad con que cuentan
los individuos para elegir los funcionamientos que más valoran, y que consideran
contribuyen al ideal de vida deseada.

b. En las particularidades de los modos de vida indígena que se dan en los espacios
territoriales ancestrales y que se encuentran bajo la forma y las características de
los resguardos indígenas; en las normas tradicionales y legales, que regulan los
mismos y que permiten contar con elementos en común; en el ejercicio de los
derechos sobre la tierra, la existencia de autoridades tradicionales y los sistemas de
gobierno propio e intercultural, que representan un conjunto de relaciones con la
sociedad nacional más o menos tipificadas.

La construcción del modelo para la identificación y diseño de indicadores apropiados


para pueblos indígenas, ha tenido en cuenta los aportes de entidades y organismos de
orden internacional, que han tenido como preocupación la búsqueda de indicadores no
convencionales referidos al tema indígena. Existe una tendencia reciente y en
construcción en América Latina que reconoce que las cosmovisiones, que se
construyen y reproducen permanentemente desde lo local, son fundamentales para
evaluar tanto las políticas como las acciones de desarrollo que se dirigen a asimilar a
las sociedades indígenas a los rigores de la economía de mercado. Es el caso del trabajo
de la CELADE/CEPAL y el Fondo Indígena, en la construcción de enfoques sobre el
bienestar en América Latina, y del Sistema de Indicadores Socio-demográficos de
Poblaciones y Pueblos Indígenas del SISPP (2007).

El modelo lo integran cinco capacidades que dan sentido e integridad a la relación que
existe entre el bienestar humano y la sustentabilidad ecosistémica existente en los
resguardos indígenas. Conjugan los aspectos de orden social y cultural que son
fundamentados por los conocimientos tradicionales; la reproducción material y cultural
de sus formas individuales, y colectivas de control social; con los activos ecosistémicos
a partir de los cuales se construye la vida indígena. No guardan una jerarquización
preconcebida. Al contrario, se contextualizan como un todo si se comprende el carácter
230

holístico del conocimiento tradicional y las relaciones con la naturaleza, de las cuales la
sociedad indígena deriva su existencia en los territorios indígenas. A cada una de las
capacidades y funcionamientos definidos y conceptualizados, se le asocian los
correspondientes IBHI.

Las capacidades que se destacan como centrales son las siguientes:

i) La capacidad de funcionamiento colectivo. Componente fundamental del


bienestar humano autónomo en los territorios de los pueblos indígenas, donde y a
través de la jerarquía de Autoridades Tradicionales que conforman un modelo de
gobierno y gobernabilidad, propio e intercultural, garantizan el control social, político y
ambiental en los territorios indígenas, fundamentales en la sostenibilidad del bienestar
humano en términos de la abundancia. El funcionamiento respectivo es:

• Contar con un gobierno propio e intercultural en los territorios colectivos. El IBHI


asociado es:
- Potencial de gobernabilidad tradicional en los territorios indígenas.

ii) La capacidad de agencia cultural autónoma. Garantiza el ejercicio de la


libertad de elegir y controlar desde las instituciones tradicionales los flujos que entran o
salen del territorio ancestral y cultural, que pueden impactar positiva y/o negativamente
los inventarios ecosistémicos de vida; armonizar los aspectos interculturales que
afectan la identidad étnica y reafirmar las prácticas propias que fundamentan la
abundancia. Asume los siguientes funcionamientos:

• Tener control del territorio y de los inventarios ecosistémicos. Los IBHI asociados:
- Potencial de áreas con oferta de recursos naturales disponibles en resguardos
indígenas.
- Áreas que se traslapan con territorios de resguardos indígenas.
- Potencial de tierras cultivables demandadas por unidades familiares indígenas.
• Ser estables en el territorio. El IBHI asociado:
231

- Potencial de población en resguardos indígenas.


• Ser parte de un grupo tradicional autónomo. Los IBHI asociados:
- Auto-reconocimiento étnico.
- Participación de la población indígena en prácticas culturales estratégicas.
• Ser competente en la comunicación cultural e intercultural. Los IBHI asociados:
- Personas bilingües indígenas ―lengua propia - español―.
- Grado de escolaridad en el sistema de educación no indígena.

iii) La capacidad para garantizar la autonomía alimentaria. Asegura que el


potencial que tiene el sistema plural de producción tradicional permita a los miembros
de una sociedad indígena tener acceso a los recursos y estar bien alimentados, lo cual
garantice el poder vivir y comer bien en sus territorios. Presenta los siguientes
funcionamientos:

• Tener la alimentación deseada. Los IBHI asociados:


- Grado de diversidad de los alimentos producidos y consumidos por las unidades
familiares indígenas.
- Importancia cultural de los alimentos de la dieta local indígena.
- Disponibilidad de semillas tradicionales e introducidas en las unidades familiares
indígenas.
• Tener seguridad de abastecimiento. El IBHI asociado:
- Medios para la conservación y la transformación de alimentos.
• Estar bien alimentado. El IBHI asociado:
- Población indígena con desnutrición.

iv) La capacidad para lograr un ambiente tranquilo. Se refiere a todos los


aspectos de orden cultural y social que permiten la vida en comunidad, y a todos
aquellos elementos que posibilitan contar con un ambiente apacible en los territorios
indígenas, donde reine: las buenas relaciones entre vecinos, relaciones intrafamiliares
armónicas, participación de la vida comunitaria, respeto por los valores individuales y
familiares, entre otros. Consigna el siguiente funcionamiento:
232

• Ser autónomo respecto de agentes y problemáticas sociales externas para el ejercicio


de la territorialidad. El IBHI asociado:
- Ejercicio de la territorialidad indígena.

v) La capacidad para garantizar el auto-cuidado y reproducción. Son todas las


condiciones necesarias que permiten la reproducción adecuada y diferencial de los
individuos en una sociedad indígena. La posibilidad de contar y practicar los
conocimientos y valores que permitan mantener y garantizar un ambiente sano en las
comunidades, que sean garantes de unas relaciones armónicas con el medio ambiente;
que impliquen evitar usos y manejos inadecuados en los ecosistemas, que propicien
ciertos desequilibrios y desórdenes sociales que se reflejan en la existencia de estados
de salud y enfermedad, conflictos, en los asentamientos indígenas. Los
funcionamientos correspondientes son:

• Ser personas saludables. Los IBHI asociados:


- Acceso a agua potable.
- Acceso a servicios públicos básicos.
• Tener un buen estado de salud. Los IBHI asociados:
- Casos de personas evitables por alternativas indígenas y no-indígenas.
- Cobertura de los medios para atender enfermedades indígenas y no-indígenas.
- Atención de mujeres indígenas en parto.

5.- El modelo de capacidades e IBHI que se proponen pretende ser una herramienta útil
para las autoridades tradicionales propias e interculturales indígenas, que les permita
contar con la información necesaria para efectuar evaluaciones periódicas sobre sus
modos de vida y bienestar humano en sus territorios y su relación con la sostenibilidad
de la naturaleza. Además ofrece la posibilidad de garantizar la visibilidad de las
particularidades del contexto social, económico, cultural y político donde se
desenvuelven los modos de vida de los pueblos indígena.
233

Por otro lado, coadyuvará a dar especial importancia al Estado sobre temas relevantes
de los pueblos indígenas, como la identidad, la espiritualidad, las formas propias de
organización social, gobiernos propios e interculturales, y fundamentalmente sobre el
estado de sus derechos colectivos. Asimismo, es un instrumento que dará cuenta de la
intensidad de los impactos que se generan en razón a la vinculación de los pueblos
indígenas con la sociedad nacional y el Estado.

A las entidades del Estado les provee de un marco conceptual y metodológico, cuya
información obtenida por su aplicabilidad periódica, contará con un potencial que
contribuya a retroalimentar la formulación de políticas públicas, programas y ejecución
de proyectos, que promuevan el desarrollo y el bienestar humano en los territorios
indígenas. Particularmente, los IBHI identificados, definidos y conceptualizados
consignados en hojas metodológicas, contribuirán y ampliarán la base de indicadores
socioambientales sobre los cuales se sustenta el Sistema de Información Ambiental
Territorial de la Amazonia colombiana (SIAT-AC).
235

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251

Anexo 1. Épocas e indicadores para la sostenibilidad del ecosistema. Complejo cultural de La


Chorrera, Amazonas
Tiempo Aspectos físicos Animales Vegetación Relación con la chagra
- Temperatura baja - Los animales por este tiempo - Fecundación especies - Revisión de la palabra de
- Neblina están en dieta - Es necesario sacudir los árboles abundancia con la naturaleza
Friage Rozi - Viento y rocío - Desaparición de zancudos de frutales que no han cargado - Se hace concentración para
―Royiz+m - No hay variación en el nivel de - Maduración y caída de frutos de apertura de la chagra de monte
ui― las aguas de los ríos. Ríos canangucho bravo
lentos - Apertura de chagra de rastrojo
―socala, tumba y picada―
- Aumento temperatura - Salen los animales. Época de - Inicio de la floración - Quema y siembra de la chagra
- Vientos suaves apareamiento de rastrojo
- El nivel de las aguas baja hasta - Las aves realizan el primer día
Verano un nivel medio del verano el baño de dieta,
Aítoma para no engusanar, para quitar
―Gusano― la pereza, para adquirir
habilidad de vuelo
- Presencia de plagas e insectos
en general
- Relámpagos - Aparición de plagas e insectos - Desarrollo de frutos - Germinación del sembrío de la
Lluvia
- Lluvias que ablandan el suelo ―mariposas y gusanos― chagra de rastrojo
Nok+e
- Vientos - Germinación de malezas
- Viento - Las aves aprovechan los frutos - Cosecha de Emaio - Mantenimiento de la chagra de
- Radiación solar extensa de Emaio. Época de - Continúa desarrollo de frutos rastrojo: primer deshierbe;
reproducción de diferentes aves - Cosecha de canangucho en su abono humo biológico,
―pava, tente, entre otras―. etapa media hogueriada
Verano
- Aparición de la mariposa
Emaio
veranera
- Canto de la rana Jóda, anuncia
la salida del racimo del
chontaduro
252

- Relámpago - Presencia de animales con crías - Continúa cosecha de - Continúa crecimiento de los
- Lluvias de limpieza: lava la ―puercos, cerrillos, boruga, canangucho sembríos de la chagra de
suciedad que deja el verano, guara― - Continuación del desarrollo y rastrojo
ayuda a la descomposición y crecimiento de algunas especies - Crecimiento de malezas
absorción del suelo de los frutos frutales
Lluvia
que cayeron y que son
Nok+e
aprovechados como abono por
las plantas
- Vientos
- Crecimiento de las aguas de los
ríos a un nivel medio
- Viento - Aparición del cucarrón - Finalización de cosecha de - Revisión de la palabra de
Verano - Radiación solar más extensa chagrero canangucho abundancia con la naturaleza
Jizáikotoma - Los niveles del agua bajan a un - La chicharra anuncia el verano - Inicio floración de canangucho para la apertura de la chagra de
― nivel medio - Cosecha de guamo, milpesos y monte bravo
Guamo― caimo - Deshierbe y hogueriada de la
chagra de rastrojo
- Relámpagos - Crecimiento y desarrollo de - Floración de frutales ― ucuy, - Continuación proceso de
- Lluvias de limpieza: lava la crías ―puerco, cerrillo, boruga, umari― cuidado de la chagra de rastrojo
suciedad que deja el verano, guara― - Continuación cosecha de
ayuda a la descomposición y - Aparición de peces con huevos guamo, mil pesos
absorción del suelo de los frutos - Inicio cosecha de piña
Lluvia
que cayeron y que son
Nok+e
aprovechados como abono por
las plantas
- Vientos
- Crecimiento de las aguas de los
ríos a un nivel medio
- Viento - Presencia de animales dañinos - Cosecha de piña y caimo. - Quema y siembra de algunas
Verano - Radiación solar más extensa ―chucha, polluelo, mochilero, - Inicia la floración del chagras de rastrojo
Rozíkotoma - Los niveles del agua bajan a un zorra― chontaduro - Continúa el crecimiento y
―Piña― nivel medio - Desarrollo de frutos proceso de cuidado de la
chagra de rastrojo
- Inicio apertura de la chagra de
253

monte bravo
- Truenos - Canto y colocación de huevos - Terminación de la cosecha de - Siembra de chagras de rastrojo
- Cielo nublado de la panguana piña - Continuación apertura chagra
- Lluvias de limpieza: lava la - Continuación desarrollo de de monte bravo
suciedad que deja el verano, otras frutas, especialmente
Lluvia
ayuda a la descomposición y canangucho
Nok+e
absorción del suelo de los frutos
que cayeron y que son
aprovechados como abono por
las plantas
- Radiación solar más intensa - Ovación de algunas aves - Floración de chontaduro, - Secada y apertura de la chagra
- Los niveles del agua bajan a un - Los peces buscan su alimento juansoco de monte bravo
nivel medio - Auge de presencia del zorro, - Desarrollo de frutos de umari - Continuación desarrollo y
Verano
chuca, mochilero amarillo cuidado de chagra de monte
Yámaoo
- Peces y aves están iniciando el - Floración de umari verde bravo
periodo de gestación - Floración de guamilla o
churima
- Truenos - Peces buscan sitios de desove - Comienzo del desarrollo de - Chagra de monte bravo está en
- Cielo nublado ― dormilón, mojarra, iyoma― todos los frutales: chontaduro, periodo de secamiento
- Lluvias de limpieza: lava la - Algunos anfibios ―sapos― se umari, juansoco, ucuy+, coco - Inicio cosecha de chagra de
suciedad que deja el verano, agrupan buscando sitios para silvestre, platanillo rastrojo y aprovechamiento de
Lluvia
ayuda a la descomposición y desovar - Continuación desarrollo de semillas
Nok+e
absorción del suelo de los frutos - Las aves ponen huevos canangucho
que cayeron y que son - Otros animales inician periodo
aprovechados como abono por de apareamiento y gestación
las plantas ―boruga, guara, cerrillo―
- Viento fuerte - Celo de animales como: boruga, - Continuación del desarrollo del - Finalización de socala y tumba
Verano - Sol constante, intenso guara, tintin, ratón chontaduro, juansoco, umarí de chagra de monte bravo
Yóiromona - Cielo estrellado ―roedores― amarillo, verde, ocuy+, - Secada de la chagra tumbada
- Agua nivel medio - Peces: lisas, sabaleta, pintadillo canagucho, caída frutos biches
- Truenos - Canto y colocación de huevos - Terminación de la cosecha de - Siembra de la chagra de
Lluvia - Cielo nublado de la panguana piña rastrojo
Nok+e - Lluvias de limpieza: lava la - Continuación desarrollo de - Continuación apertura chagra
suciedad que deja el verano, otras frutas, especialmente de monte bravo
254

ayuda a la descomposición y canangucho


absorción del suelo de los frutos
que cayeron y que son
aprovechados como abono por
las plantas
- Temperaturas muy altas - Mueren peces por sequía y por - Caída de hojas - Se seca y quema de chagra de
- Aparecen tres estrellas en línea pesca - Caída de frutas no jechas monte bravo
- Vientos fuertes - Los animales se acercan a las ―maduras biches― - Revisión de chagra quemada
- Noches estrelladas fuentes de agua ―boruga, - Inicio cosecha de umari - Concentración del chagrero
- Madrugadas frías guara, puerco, cerrillo― amarillo, chontaduro, uva - Clasificación de semillas
- Presencia de rocío en la mañana - Es época de caza y pesca caimarona, ucuye y coco - Alistamiento de materiales para
- Se resquebraja la tierra ―recolección de animales; se silvestre, coquillo, marañón trasladar las semillas
- Descenso máximo del nivel de conservan ahumados, salados― pequeño - Alistamiento de alimentación
las aguas de los ríos - Canto del gavilán a media - Aparición de hierbas y malezas para dar continuidad a las
- Se secan caños, quebradas y noche ―mitad del verano― a las orillas de los ríos labores de la chagra
lagos - Trueno del Chiruy ―mitad de - En general las plantas silvestres
Verano
verano― están débiles. Algunas plantas
Ég+rimona
- La boa sale a asolearse a orilla sembradas se secan
de los ríos - Polinización por efecto del
- Los peces tienen abundantes viento ―aérea―
huevos y escases de comida - Terminación de cosecha de mil
- Control territorial de animales pesos
- Las hormigas llegan a un
primer sitio antes de la salida
- Algunas especies animales
aprovechan los salados ―danta,
loro, pavas, cotudo, venado,
boruga, puerco, entre otros―
- Baja temperatura - Los animales continúan en - Las plantas continúan en - Continuación labores en la
- Cielo nublado – opaco ―por proceso de gestación proceso anterior chagra de monte bravo
exceso de humo después de las - Siembra de sembríos primarios
Mona
quemas― y secundarios
Gig+a
- No hay viento - Concentración del chagrero:
para endulzar y enfriar a la
madre de la candela; para
255

presentar a la madre de la
siembra
- Alistamiento de materiales de
siembra ―canastos, palos,
machetes―
- Limpieza del camino, para
evitar peligros y que no suceda
nada; no nazca mucha yerba
- Se conjuran los materiales que
se van a utilizar: canasto para
cargar semillas: ―plátano,
mafafa, piña, umari―; palo que
se utiliza para la siembra de
piña, maíz, arroz, mafafa, yuca,
barbasco
- Se alistan los machetes para la
siembra, palas y barretones
―modernos y tradicionales ―;
canoa
- Lluvias no intensas - Las ranas desovan parcialmente - Se revitalizan algunas plantas y - Finalización de la siembra de
Lluvia +goi - Cielo nublado - Trueno de Chiruy otras se secan productos primarios y
- Ríos, quebradas, caños, secos secundarios
- Radiación solar fuerte, pero no - Se secan los huevos de los - Finalización de la cosecha de - Resiembra de tabaco, coca y
se alcanza a secar la tierra sapos y son aprovechados por chontaduro. Inicia cosecha frutales en la chagra de monte
- Viento fuerte, nubes repentinas las abejas negras umari verde, ucuye, obeño, bravo
Verano - Baja el nivel de las aguas - Continúan desovando los peces goño - Quemada de chagras de monte
Jírada y las ranas - Continua el desarrollo de bravo atrasadas
especies como el laurel,
almendra, canangucho y
algarroba
- Es un verano corto pero intenso. - Canto del pato Kug+ anuncia la - El casco del racimo de - Quema de las ultimas chagras
Verano Vientos fuertes. Noches llegada de las lluvias chontaduro se seca y suena por que no se quemaron en
Tareko calientes, madrugadas frías, - Sapo Kura+g+, cuando escucha acción del viento Eg+rimona
altas temperaturas el canto del pato en el cielo, - Finalización cosecha de
256

- Hay rocío en la mañana anuncia la llegada de las lluvias chontaduro, umari amarillo
- Noches estrelladas en la tierra - Están jechando los frutos de
- Tres estrellas en línea, que umari verde, obeño, goño,
según el punto por el cual se ucuye
ocultan, van indicado la - Inicio cosecha de marañón
terminación del verano pequeño
- Vientos fuertes - Florecimiento del marañón
- Se resquebraja la tierra grande
- Descenso máximo del nivel de
las aguas de los ríos. Se secan
caños, quebradas y lagos
- Truenos y tempestad - Canto del pájaro Uai+ma que - Inicio de recuperación de las - Germinación de sembríos
- Tormentas repentinas conoce todos los dialectos de plantas, fortalecimiento primarios y secundarios, en la
- No hay radiación solar las aves - Germinación de algunas chagra de monte bravo
- Lluvias especiales para - Las ranas y peces ponen huevos semillas silvestres - Siembra total de la chagra de
reproducción de todas las ―no es un desove total― - Retoño de las semillas silvestres monte bravo. Resiembra
especies, de los reinos vegetal y - Las hormigas comienzan a salir - Cosecha del ucuy+, laurel, - Producción de chagra de
animal; lava la suciedad que - Reproducción animales, canangucho, guamilla rastrojo
deja el verano, ayuda a la insectos, peces, anfibios, aves - Derriba de árboles por acción - Concentración del chagrero
Lluvia descomposición y absorción del - El hombre hace un del viento para el cuidado, mantenimiento
Uaik+ suelo de los frutos que cayeron aprovechamiento alimentario de y manejo de la cosecha
y que son aprovechados como todas estas especies, - Florecimiento y cosecha de
abono por las plantas especialmente, peces, anfibios, algunos cultivos primarios
- Crecimiento de los ríos. Ríos hormigas arrieras ―pepino, ají, tomate―
torrentosos - Primer aprovechamiento de
- Desbarranca orillas de los ríos tabaco
- Ablandamiento de tierra
- Se tienen en cuenta las fases de
la Luna
Verano - Radiación solar media - Presencia de crías de animales, - Desarrollo y cosecha de frutos - Primera limpieza de la chagra
Ukutoma y - Vientos lentos insectos, peces, anfibios, aves; de guamilla, ucuy+, umari de monte bravo
Nekatoma - Nubosidad boruga, guara, armadillo, picón, verde, canangucho, obeño, goño - Concentración para el manejo,
―ucuy+ y - Nivel medio de las aguas del río loro, guacamayo cuidado y control de plaga
umari - Salida de hormiga arriera
verde―
257

- Truenos y tempestad - Finalización del desove de - Aprovechamiento del ucuy+, - Continuación cuidado de la
- Radiación solar muy baja peses como el pintadillo y la laurel, canangucho, guamilla chagra de monte bravo
- Lluvia de limpieza: lava la lisa - Finalización cosecha de umari - Aprovechamiento de sembríos
suciedad que deja el verano, - Finalización desove de ranas verde primerio
Lluvia ayuda a la descomposición y - Ultimo vuelo de hormigas - Segundo aprovechamiento de
Nékaji absorción del suelo de los frutos - Aves emprenden vuelo tabaco
que cayeron y que son - Los animales se desplazan de
aprovechados como abono por las orillas de los ríos hacia
las plantas zonas montañosas
- Inundación
- Relámpagos - Aparición de zancudos - Aprovechamiento de frutos - Tercer aprovechamiento de
- Vientos fuertes - Aprovechamiento de sambicos silvestres: canangucho, tabaco
- Baja radiación solar que quedan en lagos milpesos, asai, milpesillos, - Mantenimiento y control de
- Verano de aprovechamiento de makurie plagas
crías de ranas y peces - Concentración para la apertura
Verano
―sambicos―, en lagos y de chagra de rastrojo
Ja+reimona
chorros
- Bajada leve de los niveles de
los ríos
- No es un verano propicio para
la quema
- Lluvias continuas e intensas - Los animales se desplazan de - Aprovechamiento de - Iniciación apertura de algunas
- No hay radiación solar las orillas de los ríos hacia canangucho en zonas altas, chagras de rastrojo
Creciente
- Caída de la pepa de canangucho zonas montañosas y restingas cerca a los ríos es aprovechado - Concentración general, revisión
grande
- Nivel de las aguas de los ríos - Aprovechamiento de animales por los peces y evaluación de todo el ciclo de
K+neji
suben al punto máximo que quedan en la restinga - Caída de pepas silvestres abundancia
- Inundaciones - Aparición de culebras
Fuente: Acosta et al., 2011. Instituto Sinchi. Asociación AZICATCH.
258

Anexo 2. Capacidades, funcionamientos e indicadores de bienestar humano identificados sobre


modos de vida indígena. Departamento del Amazonas
Capacidades Funcionamientos Descripción Indicador Bienestar Humano
Ejercer control colectivo de los territorios ancestrales y resguardos
indígenas. Se basa en la existencia de un gobierno propio e
intercultural; se sustentan en cabeza de los caciques y su espacio
ritual en las malocas; los gobernadores de cabildos y las
Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI),
Capacidad Contar con un
aglutinadas en las Asambleas de Autoridades Tradicionales; son
sobre el gobierno propio e
las jerarquías básicas de gobernabilidad y control social en los Potencial de gobernabilidad tradicional en los
control intercultural en
territorios indígenas en particular en las unidades político territorios indígenas
colectivo del los territorios
administrativas que se localizan en el departamento del Amazonas.
territorio colectivos
Igualmente, son categorías fundamentales que delinean los
ámbitos de la gobernabilidad en el control social, político, y por
ende, son tomadas como las categorías que definen las
capacidades con que se cuenta para el funcionamiento colectivo de
los territorios indígenas.
Controlar el territorio y los inventarios ecosistémicos, guarda una Potencial de áreas con oferta de recursos
correspondencia con el potencial de recursos naturales que poseen naturales disponibles en resguardos indígenas
los territorios como resguardos indígenas. Se trata del conjunto de
Áreas que se traslapan con territorios de
coberturas de la tierra tales como: áreas de bosques primarios;
resguardos indígenas
áreas de bosques secundarios; áreas agrícolas; cuerpos de agua
Capacidad de Tener control del ―ríos, lagos, lagunas―; zonas urbanizadas; zonas de aeropuertos,
agencia territorio y de los entre otras. Conforman la oferta de recursos naturales disponibles
cultural inventarios de: especies maderables y no maderables; especies ícticas,
autónoma ecosistémicos especies faunísticas terrestres y acuáticas, suelos para la
Potencial de tierras cultivables demandadas
implementación de las chagras; con que cuentan los pueblos
por unidades familiares indígenas
indígenas y que permiten la sostenibilidad de los asentamientos y
modos de vidas. La información que reporten los indicadores, se
dirige a fortalecer la gobernanza de los recursos naturales por
parte de las autoridades indígenas en los territorios ancestrales en
259

los diferentes resguardos.

Ejercer control cultural de los territorios indígenas, se refiere al


conocimiento que las autoridades indígenas poseen sobre los
flujos sociales que se generan desde el interior de los resguardos
indígenas y hacia afuera de éstos; así como aquellos que vienen de
afuera hacia el interior de los mismos. La información
suministrada por los indicadores, les permitirá a las Autoridades
Ser estables en el Tradicionales entender relaciones y los posibles conflictos
Potencial de población en resguardos indígenas
territorio territoriales, generados por los siguientes flujos sociales: 1) los
aspectos de orden demográfico, que dimensionan las
potencialidades poblacionales, con que cuentan los pueblos
indígenas para ser estables en el territorio; 2) situaciones de orden
social, cultural, económico, que generan flujos migratorios, tanto
aquellos que se dan hacia fuera del resguardo, como aquellos que
entran al mismo.
La capacidad que tiene los miembros de un pueblo indígena para
ser parte de un grupo tradicional autónomo, constituye otros de los
aspectos que reafirman la identidad. La información a suministrar Auto-reconocimiento étnico
por los indicadores le permitirá a las Autoridades Tradicionales
conocer las dinámicas poblacionales que delinean la identidad
indígena, en la siguiente dirección: 1) la reafirmación sobre la
Ser parte de un pertenencia a una etnia en particular, que cuenta con una historia,
grupo tradicional una cosmogonía y una tradición, en los territorios ancestrales; 2)
autónomo ser parte de una tipología de familias indígenas. Se parte por
reconocer, que en los territorios ancestrales es posible encontrar Participación de la población indígena en
otros tipos de organización familiar, como producto del contacto prácticas culturales estratégicas
con la sociedad nacional; 3) las dificultades que pueden existir por
la tipología, de familias, para asumir los fundamentos culturales
del bienestar indígena como son las prácticas culturales que
garantizan la abundancia.
260

Ser competente en la comunicación de la cultura, implica las


condiciones de ejercer, trasmitir, reproducir y proteger los valores
propios de la cultura indígena. Son igualmente, los medios que Personas bilingües indígenas ―lengua propia -
permiten legar a las nuevas generaciones los conocimientos español―
asociados a la tradición, sean estos los sistemas tradicionales así
como las prácticas de instituciones nuevas. La reproducción
Ser competente
cultural se refiere a la posibilidad de escoger entre varias formas
en la
de ejercer, trasmitir, reproducir y proteger los valores propios de
comunicación
cada cultura; el grado de libertad para transmitir y reproducir los
cultural e
valores propios, independientemente, si su transmisión es
intercultural Grado de escolaridad en el sistema de
consciente y/o de manera imperceptible. Estos últimos aspectos de
la trasmisión de valores, se considera no deben ser limitantes para educación no indígena
establecer la libertad de escoger si se trasmiten o no ciertos valores
culturales. Por esta razón, se trata de mirar a profundidad, el ser
competentes en la comunicación cultural e intercultural de
prácticas y costumbres.
El contar con un nivel de alimentación deseada por parte de los Grado de diversidad de los alimentos
pueblos indígenas, se relaciona con la capacidad de producción de producidos y consumidos por las unidades
las chagras. Esta expectativa depende de varios elementos: el familiares indígenas
acceso a los recursos; práctica de los conocimientos tradicionales
en el uso y manejo de los espacios para la producción y/o
Capacidad recolección de especies, la pesca y la cacería; la composición Importancia cultural de los alimentos de la
para Tener la familiar y la distribución del trabajo por sexos. Aun cuando los dieta local indígena
garantizar la alimentación sistemas de producción tradicionales no son intensivos, existen en
autonomía deseada algunos territorios, donde esto tiene lugar, dada la disponibilidad
alimentaria de tierras aprovechables y los intereses de las unidades familiares
―comercial, ritual, familiar, entre otros―, el número de áreas de Disponibilidad de semillas tradicionales e
tierra demandadas por el sistema productivo. El contar con la introducidas en las unidades familiares
alimentación deseada, implica poder acceder a los recursos con los indígenas
que se producen, recolectan, pescan y cazan, sus alimentos
propios.
261

La seguridad en el abastecimiento de productos guarda una


dimensión de mediano y largo plazo en la obtención de alimentos
por parte de los pueblos indígenas. En esa dirección, es necesario
dar cuenta de la posibilidad de almacenamiento de ciertos
productos o de su aprovechamiento en el largo plazo. En términos
de la seguridad alimentaria, una mayor posibilidad de almacenar
y/o conservar productos y semillas, es sinónimo también, de un
estado continuo de bienestar. Algunos estudios adelantados con
Tener seguridad Medios para la conservación y la
pueblos indígenas en el departamento del Amazonas, han
de abastecimiento transformación de alimentos
demostrado que la conservación de biomasas de yuca, de semillas
almacenadas en las chagras, cocinas o en las orillas de los ríos,
garantiza un abastecimiento continuo, aún si existen situaciones
climáticas extremas e inundaciones de las tierras cultivables,
implica una sostenibilidad del nivel de bienestar. Se pretende
obtener información que permita dar cuenta de la capacidad de
abastecimiento presente y futura, en correspondencia con la idea
de abundancia que tiene una mirada en el largo plazo.
Los estados de desnutrición que se pueden presentar en los
pueblos indígenas podrían ser explicados a partir de su relación
con el tipo de dieta local existente, la cual depende de la
producción de autosuficiencia alimentaria. El estado de esta
última, se asocia con: la producción obtenida de los espacios
cultivados, la recolección de especies del bosque, la cacería y la
pesca; la pérdida de los conocimientos tradicionales que
Estar bien fundamentan las prácticas de uso y manejo tanto de los espacios
Población indígena con desnutrición
alimentado cultivados, como la recolección de los recursos naturales
aportados por el bosque, las especies ícticas y faunísticas; la
existencia de prácticas de transformación de alimento ―cocción,
almacenamiento, entre otros―; las motivaciones relacionadas con
las representaciones culturales locales sobre los alimentos;
también los productos que se adquieren en las economías locales.
Son un conjunto de elementos, que determinan en un momento
dado, el tipo de dieta local existente y a partir del cual se cuenta
262

con un determinado nivel de nutrición.

Lograr un ambiente tranquilo, se basa en las relaciones sobre el


territorio, entendidas como un entramado de relaciones sociales
que supera ampliamente la visión puramente espacial del mismo, a
un concepto sobre la territorialidad como un sistema de conductas
que controlan y mantienen un uso y manejo específicos sobre un
Ser autónomo
espacio. La capacidad de vivir tranquilo reconoce además el
respecto de
conjunto de relaciones desde el interior de los resguardos hacia
Capacidad agentes y
afuera. La capacidad de ser autónomo respecto a agentes y
para lograr problemáticas
problemáticas sociales externas para el ejercicio de la Ejercicio de la territorialidad indígena
un ambiente sociales externas
territorialidad, implica dar cuenta de elementos externos que
tranquilo para el ejercicio
generan tensiones a los pueblos indígenas alojados en los mismos.
de la
De la misma manera, se da cuenta de la influencia de
territorialidad
problemáticas de alto impacto sobre los resguardos mismos. El
conocimiento sobre los resguardos y el tipo de relaciones hacia el
exterior, exige el análisis de este tipo de relaciones de manera que
puedan ser tipificadas e instrumentalizadas en el marco de este
funcionamiento.
Capacidad de La condición para que un asentamiento indígena cuente con
auto-cuidado Ser personas personas saludables, incluye la existencia de diferentes tipos de
Acceso a agua potable
y saludables circunstancias ligadas a las condiciones de saneamiento básico
reproducción ambiental, que determinan en parte el estado de la salud en
263

correspondencia con la edad o el género, en asentamientos


indígenas dispersos. Por esta razón, la medición de los
habilitamientos del acceso al agua potable y servicios públicos
básicos ―disposición de basuras, aguas servidas, entre otros ―,
Acceso a servicios públicos básicos
aportan información que contribuye a describir y analizar, el tipo
de ambiente y las condiciones existentes en las que es posible y
deseable el desarrollo de la vida en las comunidades,
independientemente del tipo de poblamiento que se posea.
Se considera que poseer un buen estado de salud se refiere a un
conjunto de fundamentos esenciales, que describen previsiones y Casos de personas evitables por alternativas
cuidados del cuerpo, de la naturaleza y de la sociedad relacionados indígenas y no-indígenas
con el medio ambiente. Sin embargo, la vinculación de los pueblos
indígenas a las economías locales, pueden inducir ciertos
desequilibrios por inadecuados usos y manejos dados a los
recursos naturales ofrecidos por el ecosistema; generan Cobertura de los medios para atender
desordenes sociales que se manifiestan en la existencia de enfermedades indígenas y no-indígenas
enfermedades en las personas, conflictos en los asentamientos,
entre otros. También, de resaltar la existencia de prácticas
culturales las cuales permiten superar y corregir los desordenes
Tener un buen
sociales y curar las enfermedades. Junto a lo anterior, la existencia
estado de salud
de servicios de salud curativos ―programas, campañas, entre
otros― ofrecidos por el sistema de salud del Estado. Aportan un
conjunto de elementos asociados a métodos terapéuticos
disponibles en los asentamientos indígenas. Los elementos
asociados a modos de prevención de enfermedades de origen Atención de mujeres indígenas en parto
tradicional son sugeridos en otros indicadores, no obstante la
conjunción de algunos funcionamientos asociados a la vida en
comunidad, la producción y la vida cotidiana deben ser analizados
de manera profunda para comprender el entramado de relaciones
que los unen, así como también los conflictos surgidos por las
interacciones de los dos sistemas de salud.

Fuente. Elaboración propia


264
265

Anexo 3. Memoria técnica: hojas metodológicas de diseño de


Indicadores de Bienestar Humano para Pueblos Indígenas
(IBHI)

A. Indicador: potencial de gobernabilidad tradicional en los territorios indígena

• Definición
Son las jerarquías básicas de Gobierno propio e intercultural que existen para el control
social y político en los resguardos indígenas y corresponden a las categorías especiales
de autoridad, sustentadas en cabeza de los caciques y su espacio ritual en las malocas;
los gobernadores de cabildos y las Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas
(AATI), aglutinadas en las Asambleas de Autoridades Tradicionales.

• Pertinencia
Las jerarquías básicas de Gobierno propio e intercultural en los resguardos indígenas,
son un componente fundamental del desarrollo humano autónomo en los territorios de
los pueblos indígenas; conforman un modelo de gobierno y gobernabilidad que
garantizan el control social, político y ambiental en los territorios indígenas. La
información que se pretende obtener permitirá adelantar una evaluación sobre el estado
de dicho modelo en los resguardos indígenas de la Amazonia colombiana.

• Unidad de medida
Número (N°)

• Fórmula matemática

TATRijk = CCIijk + GCIijk + ATIijk + AATijk, con:

i = 1, 2,…, A (autoridades)
J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

TATRijk = Total Autoridades Tradicionales Indígenas propias e Interculturales (i), en


cada resguardo (j), en el año (k).
CCIijk = Total caciques en cabildos indígenas (i), en un resguardo (j), en el año (k).
GCIijk = Total gobernadores cabildos indígenas (i), en un resguardo (j), en el año (k).
ATIijk = Total Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas (i), en un resguardo
(j), en el año (k).
AATijk = Total Asambleas de Autoridades Tradicionales Indígenas (i), en un resguardo
(j), en el año (k).
266

• Descripción Metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


El indicador pretende determinar la existencia de autoridades tradicionales en los
territorios de los pueblos indígenas. El cálculo del número de autoridades tradicionales
presentes en un determinado momento se hará con base en la información del censo de
población, los registros de nombramiento de Gobernador en los cabildos indígenas, de
la Junta Directiva de la AATI, la asistencia a los encuentros de Autoridades
Tradicionales. Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Sinchi.

 Definición de cada variable de la fórmula

Variable 1: CCIijk = Total caciques en cabildos indígenas (i), en un resguardo (j), en el


año (k).
Variable 2: GCIijk = Total gobernadores cabildos indígenas (i), en un resguardo (j), en el
año (k).
Variable 3: ATIijk = Total Asociación de Autoridades Tradicionales Indígenas (i), en un
resguardo (j), en el año (k).
Variable 4: AATijk = Total Asambleas de Autoridades Tradicionales Indígenas (i), en un
resguardo (j), en el año (k).

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
Las limitantes que se pueden presentar para este indicador tienen que ver con el ajuste
en el cálculo y la disponibilidad de información, para calcular la existencia de un tipo de
autoridad tradicional en los resguardos indígenas.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


Censos de población, los registros de nombramiento de Gobernador en los cabildos
indígenas, de la Junta Directiva de la AATI, la asistencia a los encuentros de
Autoridades Tradicionales.

• Disponibilidad de los Datos


Variable 1 Variable 2 Variable 3 Variable 4
Existencia de No existen series No existen No existen No existen
series históricas históricas. La series históricas. series series
información La información históricas. La históricas. La
disponible se disponible se información información
encuentra: censos encuentra: disponible se disponible se
de población, registros de encuentra: en encuentra: en
levantados por las elección de las las actas de las
AATI. gobernadores, resoluciones de juntas de
conservados por reconocimiento autoridades
las AATI. de juntas tradicionales,
267

directivas de que conserva la


AATI, del AATI.
Ministerio del
Interior.
Nivel de La información es La información La información La información
actualización de actualizada es actualizada es actualizada es actualizada
los datos anualmente. anualmente. cada cuatro anualmente.
años.
Estado actual de Actualmente, se
los datos dispone de
información
procesada para los
años 1979 a 2011.
Forma de Digital y papel Digital y papel Digital y papel Digital y papel
presentación de
los datos

• Periodicidad de los datos


El indicador potencial de autoridades tradicionales existentes en los resguardos
indígenas se podría calcular cada cinco años.

• Posibles responsables
Instituto Sinchi. Asociación Zonal de Cabildos Indígenas Autoridades Tradicionales de
La Chorrera – AZICATCH.

• Documentación relacionada
Asociación Zonal Indígena de Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Chorrera –
AZICATCH. (2005). Plan de Vida y Ordenamiento de los Hijos de Tabaco,
Coca y Yuca dulce. Corpoamazonia. Fundación TROPENBOS. p. 137.
Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del
nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.

• Series o bases de datos


Se cuenta con información en bases de datos desde 1979 a 2011.

• Observaciones
La información para este indicador se calcula a nivel de resguardos indígenas. El
cálculo de este indicador requiere el suministro de la información por parte de las
AATI. Previamente es necesario revisar la metodología empleada para la toma de datos
y el rigor en su obtención. Igualmente es necesario adelantar un proceso de
capacitación, en dos direcciones: la óptima aplicación del instrumento de captura de
datos; métodos para poder depurar la información censal.
268

B. Indicador: potencial de oferta de recursos naturales disponibles en resguardos


indígenas.

• Definición
Corresponde a la base natural biodiversa con que cuentan los resguardos indígenas;
incumbe todos los activos que conforman la oferta de recursos naturales disponibles, a
partir de los cuales se sostienen los modos de vida indígena.

• Pertinencia
La existencia de una base natural biodiversa en los resguardos indígenas fundamenta la
oferta de recursos naturales disponibles, a partir de los cuales se sostiene el sistema de
autosuficiencia alimentaria de las familias indígenas. Sobre estos inventarios de vida,
las autoridades indígenas ejercen una gobernanza para garantizar el acceso y la
sustentabilidad de los mismos.

• Unidad de medida
Porcentaje (%)

• Fórmula matemática

PACRijk = (ACRijk / ATRjk)*100, con:


i = 1, 2,…, C (coberturas)
J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PACRijk = Porcentaje de extensión en la cobertura (i), en resguardo (j), en el año (k).


ACRijk = Área de la cobertura (i), en un reguardo (j), en el año (k).
ATRjk = Área total del resguardo (j) en el año (k) = ΣCi=1 ACRijk.

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Sinchi, con base en el mapa
de unidades de coberturas de la tierra de la Amazonia colombiana a escala 1:100.000 de
los años 2002 y 2007 (Murcia, 2009) existentes, y en el proceso de seguimiento, se
utilizarán los mapas de coberturas que se generen. En segundo lugar, se utilizará la
información de las clases de cobertura de la tierra que se tienen en las bases de datos en
el Instituto Sinchi. En tercer lugar, se utilizará la información sobre áreas de resguardos
indígenas, de acuerdo con las resoluciones del ente competente que los crea.

El procedimiento específico hace uso de Sistemas de Información Georreferenciada


(SIG); se toma el mapa de coberturas de la tierra, de un periodo determinado, y se aplica
el proceso de unión, con el mapa de la Unión de Resguardo Indígena (URI), esto
269

permite obtener los datos de cada una de las coberturas presentes en el resguardo; con
esos datos se calculan las variables y el indicador.

En los mapas de coberturas de la tierra se han cartografiado 29 tipos de coberturas para


toda la Amazonia colombina, incluyendo las coberturas transformadas y las naturales
―bosques, herbazales, arbustos, cuerpos de agua―; en el caso de este indicador,
dependiendo de la ubicación del resguardo, podrán detectarse más o menos tipos de
coberturas.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: ACRijk = Área de la cobertura (i), en un reguardo (j), en el año (k).


Variable 2: ATRjk = Área total del resguardo (j) en el año (k).

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
Las limitantes que se pueden presentar para este indicador tienen que ver con el ajuste
en el cálculo y disponibilidad de la información, para definir las coberturas de la tierra a
nivel de resguardo indígena.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


La información de cobertura de la tierra la generó el Instituto SINCHI (Murcia, 2009,
2010, 2011).

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series Existen series históricas desde el Existe el mapa de estado legal del
históricas año 2002, luego la del 2007 y territorio, que incluye los
actualmente se genera la del resguardos indígenas. Se tiene
periodo 2012; los dados se mapa del año 2007 y 2011.
obtienen a nivel de: región,
paisaje, departamentos,
municipios, estado legal del
territorio.
Nivel de El instituto Sinchi adelanta un El instituto Sinchi adelanta un
actualización de los monitoreo de las coberturas de la proceso de actualización de este
datos tierra, cada cinco años. tema, cada cinco años.
Estado actual de los Los datos se gestionan en una Los datos se gestionan en una
datos geodatabase con ARCGIS. geodatabase con ARCGIS.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
datos
270

• Periodicidad de los datos


El indicador coberturas de la tierra en los resguardos indígenas de la Amazonia
colombiana a escala 1:100.000 (Murcia, 2009) se podría calcular cada cinco años.

• Posibles responsables
Instituto Sinchi.

• Documentación relacionada
Murcia, U., Marín, C., Alonso, J., Arguelles, J., Salazar, C., Gutiérrez, F., Domínguez,
C., Trujillo, F., Rendón, M., Ocampo, R. y Castro, W. (2007). Sistema de
Información Ambiental Territorial de la Amazonia colombiana SIAT-AC:
Diseño de la línea base de información ambiental sobre los recursos naturales y
el medio ambiente en la Amazonia colombiana: Bases Conceptuales y
Metodológicas. Uriel Gonzalo Murcía García, Editor Bogotá: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi. p. 213.
Murcia, U., Castellanos, H., Fonseca, D., Ceontescu, N., Rodríguez, J. y Huertas, C.
(2009). Monitoreo de los bosques y otras coberturas de la Amazonia
colombiana. Uriel Gonzalo Murcía García, Editor. Bogotá: Instituto Amazónico
de Investigaciones Científicas – Sinchi. p. 202.

• Series o bases de datos


Se dispone de información procesada para los años 2002, 2007 y se actualiza 2012.

• Observaciones
La información para este indicador se calcula a nivel de resguardos indígenas. En ese
sentido, será necesario adelantar un recálculo para la definición de cada una de las áreas
de cobertura de la tierra existentes al interior de los resguardos indígenas.

C. Indicador: áreas que se traslapan con resguardos indígenas

• Definición
Son aquellas áreas de protección, reserva forestal y/o político administrativas que
cuentan con un estado legal del territorio, las cuales se traslapan con las áreas de los
resguardos indígenas.

• Pertinencia
El ordenamiento territorial existente en Colombia contempla diferentes formas del
estado legal del territorio; en particular, en la región amazónica colombiana, esas formas
del estado legal del territorio conforman diferentes mosaicos de traslapes territoriales.
Se resaltan aquellas superposiciones territoriales de áreas en Parques Naturales
Nacionales, departamentos, municipios, reserva forestal de la Amazonia colombiana
(Ley 2/1959), con las áreas de los resguardos indígenas; lo anterior, genera diferentes
conflictos territoriales no resueltos que afectan la gobernanza de los recursos naturales,
que afectan los mismos en los territorios indígenas y deslegitiman la autoridad
tradicional.
271

• Unidad de medida
Porcentaje (%)

• Fórmula matemática

PEATijk = (EATijk / ATRjk)*100, con:

i = 1, 2,…, A (áreas traslapadas)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PEATijk = Porcentaje de extensión de un área traslapada (i), en cada resguardo (j), en el


año (k).
EATijk = Extensión de una área traslapada (i), en cada resguardo (j), en el año (k).
ATRjk = Área total de un resguardo (j) en el año (k), en referencia a las áreas
traslapadas.

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Sinchi, a partir de las áreas
existentes que conforman categorías espaciales que cuentan con una base legal de su
territorio; se tienen: áreas de Parques Nacionales (PN), áreas político administrativas
como departamentos, municipios, las áreas de reserva forestal; son categorías espaciales
establecidas de acuerdo con los documentos legales existentes que las crean.

El procedimiento específico hace uso de herramientas Sistemas de Información


Georreferenciada (SIG); a partir del mapa de los resguardos indígenas, se aplica el
proceso de unión con el mapa de las categorías espaciales establecidas de acuerdo con
las resoluciones del ente competente que las crea. Esto permite obtener los datos de
cada una de las categorías espaciales presentes que se traslapan con el resguardo; con
esos datos se calculan las variables y el indicador.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: EATijk = Extensión de una área traslapada (i), en cada resguardo (j), en el
año (k).
Variable 2: ATRjk = Área total de un resguardo (j) en el año (k), en referencia a las áreas
traslapadas.

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
272

Las limitantes que se pueden presentar para este indicador tienen que ver con el ajuste
en el cálculo y disponibilidad de la información para cruzar las áreas sobre categorías
especiales que se traslapan con las áreas de los resguardos indígenas. La información
sobre las áreas de categorías espaciales de ordenamiento ambiental y territorial y sus
áreas traslapadas, son susceptibles de ser actualizadas periódicamente; sin embargo, esa
actualización de la información igualmente conllevaría una comprobación en campo,
sobre la superación de posibles conflictos existentes.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


La información con que se cuenta corresponde a la generada por el Ministerio de
Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADS) y el Ministerio del Interior ―Dirección de
Etnias―. A nivel regional, el Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas
(Sinchi), el Departamento Administrativo de Parques Nacionales y las Oficinas de
Planeación departamental, para el suministro de la información sobre áreas protegidas
y/o con régimen especial en la Amazonia colombiana, en particular sobre los resguardos
indígenas.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series La información disponible para La información disponible para
históricas poblar el indicador existe de poblar el indicador existe de
acuerdo con el documento legal acuerdo con el documento legal que
que crea un área protegida y/o con crea los resguardos indígenas;
régimen especial; cuyos datos se cuyos datos se obtienen a nivel de:
obtienen a nivel de: región, región, departamentos y municipios.
departamentos y municipios.
Nivel de actualización La información es actualizada La información es actualizada
de los datos periódicamente. periódicamente.

Estado actual de los Actualmente, se dispone de Actualmente, se dispone de


datos información procesada para los información procesada para los
años 1960 a 2011. años 1979 a 2011.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador porcentaje (%) de áreas que se traslapan con resguardos indígenas, se
podría calcular cada cinco años.

• Posibles responsables
Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi; Asociación de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI); Sistema de Parques Nacionales Naturales de
Colombia.
273

• Documentación relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
Echeverri, J. (2000). Reflexiones sobre el concepto de territorio y ordenamiento
territorial indígena. En: Territorialidad indígena y ordenamiento en la Amazonia.
Universidad Nacional de Colombia – Sede Amazonia. Instituto Amazónico de
Investigaciones – Imani. Programa COAMA. Fundación Gaia Amazonas. Pág.
173 – 180.
Parques Nacionales Naturales de Colombia (2011). Sistema de Parques Nacionales de
Colombia. Base de datos (1960 – 2011). Acceso: 16 de enero de 2012.
Disponible en:
http://www.parquesnacionales.gov.co/PNN/portel/libreria/php/decide.php?patro
n=01.

• Series o bases de datos


Se cuenta con información en bases de datos desde 1960 a 2011.

• Observaciones
La información para este indicador se calcula a nivel de resguardos indígenas y puede
ser presentada por municipios y departamentos, para lograr una información a nivel de
región. En ese sentido, será necesario adelantar un cálculo para la definición de cada
una de las áreas protegidas y/o con régimen especial, que se traslapa con los resguardos
indígenas.

D. Indicador: potencial de tierras cultivables demandadas por unidades familiares


indígenas

• Definición
Se trata del área total en chagras que las unidades familiares indígenas demanda en el
contexto de su sistema de producción y bajo las exigencias de la sostenibilidad de sus
modos de vida, en los resguardos indígenas.

• Pertinencia
La información permitirá constatar el acceso a las tierras del resguardo indígena, por
parte de las unidades familiares para garantizar la autosuficiencia alimentaria. Permitirá
ampliar los estudios asociados a las unidades de producción familiar hechos de manera
general, pero que ameritan una especificación de acuerdo al sistema productivo de cada
pueblo.

• Unidad de medida
% porcentaje.
274

• Fórmula matemática

PEACijk = (EACijk / ATRjk)*100, con:

i = 1, 2,…, C (áreas chagras)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PEACijk = Porcentaje de extensión de áreas en chagras (i), en resguardo (j), en el año


(k).
EACijk = Extensión total áreas en chagras (i), en un resguardo (j), en el año (k).
ATRjk = Área total de un resguardo (j) en el año (k), en referencia a las áreas en
chagras.

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


El sistema de producción indígena lo integra un plural de actividades de orden
productivo; la parte cultivada es la más dinámica y comprende las especies tradicionales
alimentarias, las cuales se manejan y usan dentro de un ciclo de producción: chagra
nueva, chagra joven, chagra a punto de ser cosechada, chagra en producción, chagra a
punto de terminar su producción; a ser utilizado por parte de las unidades familiares
para garantizar la autosuficiencia alimentaria. A su vez, se sabe que el área utilizada por
una unidad familiar para desarrollar el ciclo de chagras, depende del número de
miembros que componen la unidad familiar. Los cálculos para este indicador se
realizarán en el Instituto Sinchi, con base en el área de cultivos ―diferentes mosaicos―
ofrecida por el mapa de coberturas de la tierra (Murcia et al., 2010), se calculará el área
dedicada a los cultivos a nivel de los resguardos; lo anterior, requiere una comprobación
en campo, para conocer las particularidades del ciclo de chagras implementado en
particular en un resguardo indígena.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: EACijk = Extensión total áreas en chagras (i), en un resguardo (j), en el año
(k).
Variable 2: ATRIjk = Área total de un resguardo (j) en el año (k) en referencia a las
áreas en chagras.

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
275

Las limitantes que se pueden presentar para este indicador tienen que ver con el ajuste
en el cálculo y disponibilidad de la información, para lograr obtener el total del área
demandada en el ciclo de chagras por el total de unidades familiares. Es necesario,
efectuar una ponderación de un área por unidad familiar, para posibilitar el cálculo.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas. La información requerida será suministrada
por el proyecto “Monitoreo de los bosques y otras coberturas de la Amazonia
colombiana del Instituto SINCHI (Murcia et al., 2010). La comprobación en campo, a
través de información que proveerá la aplicación de encuestas para caracterizar los
sistemas de producción indígenas.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, se podría obtener a indicador, se podría obtener a
partir de dos fuentes: proyecto partir de dos fuentes: proyecto
“Monitoreo de los bosques y “Monitoreo de los bosques y otras
otras coberturas de la Amazonia coberturas de la Amazonia
colombiana del Instituto colombiana del Instituto SINCHI
SINCHI (Murcia et al., 2010); (Murcia et al., 2010); Asociación
Asociación de Autoridades de Autoridades Tradicionales
Tradicionales Indígenas (AATI), Indígenas (AATI), para acceder a
para acceder a la información de la información de las áreas
las áreas agrícolas utilizadas por agrícolas utilizadas por las
las unidades familiares. unidades familiares.
Nivel de La información se podría La información es actualizada
actualización de los actualizar cada cinco años. periódicamente.
datos
Estado actual de los Actualmente, se dispone de Actualmente, se dispone de
datos información de los censos de información procesada para los
población indígenas para los años 1979 a 2011.
años 1979 a 2011.

Se dispone de información sobre


las coberturas de la tierra, para
los años 2002 a 2007.

Se dispone solamente de
información sobre áreas
agrícolas relativas a algunos
pueblos indígenas del
departamento del Amazonas.
276

Forma de Digital y papel. Digital y papel.


presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador porcentaje de áreas de tierra demandadas por unidades familiares indígenas
se podría calcular cada cinco años.

• Posibles responsables
Instituto Sinchi, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).

• Documentación relacionada

Acosta, L. (2001). Los sistemas de producción de la etnia Ticuna del Resguardo de


Puerto Nariño, sur del Trapecio Amazónico: una aproximación socioeconómica.
En: Cuadernos de Desarrollo Rural Nº 46 (Primer semestre). Bogotá: Pontificia
Universidad Javeriana. pp. 101 – 132.
Acosta, L. y Mazorra, A. (Eds.). (2005). Enterramientos de masas de yuca del pueblo
Ticuna: tecnología tradicional en la várzea del Amazonas Colombiano. Luis
Eduardo Acosta Muñoz, Augusto Mazorra Valderrama. Leticia: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – SINCHI. p. 109.
Acosta, L., Pérez, M., Juragaro, L., Nonokudo, H., Sánchez, G., Zafiama, Á., Tejada, J.,
Cobete, O., Efaiteke, M., Farekade, J., Giagrekudo, H. y Neikase, S. (2011). La
chagra en La Chorrera: más que una producción de subsistencia, es una fuente
de comunicación y alimento físico y espiritual, de los Hijos del Tabaco, la Coca
y la Yuca dulce. Los retos de las nuevas generaciones para las prácticas
culturales y los saberes tradicionales asociados a la biodiversidad. Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas, Sinchi. Asociación Zonal Indígena de
Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Chorrera – AZICATCH. p. 136.
Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del
nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
Murcia, U., Huertas, C., Rodríguez, J. y Castellanos, H. 2010. Monitoreo de bosques y
otras coberturas de la Amazonia colombiana. Datos del periodo 2007. Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi. Bogotá. p.177.
Peña- Vanegas, C., Mazorra, A., Acosta, Le. y Pérez, M. (2009). Seguridad alimentaria
en comunidades indígenas del Amazonas: ayer y hoy. Bogotá, D.C.: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi. p. 146

• Series o bases de datos


Se cuenta con información en bases de datos para los año 2002 a 2007 en referencia a
las coberturas de la tierra; sobre el ciclo de chagras en particular para la zona indígena
de La Chorrera, Amazonas.

• Observaciones
277

El área existente del ciclo de chagras que usan y manejan las unidades familiares debe
ser confirmada para cada modelo productivo, así como para cada tipo de asentamiento
―extendido o concentrado―. El tiempo de sucesión de las chagras puede ser tomado
como un indicador del estado del recurso suelo, no obstante depende también de las
prácticas asociadas a las mismas, por lo que es necesario verificar que un tiempo de
sucesión corto implica un suelo con menores posibilidades de producción.

E. Indicador: potencial de población en resguardos indígenas

• Definición
Se refiere al estado de la población neta en un momento dado, como producto de su
dinamismo y en referencia a: nacimientos, defunciones y el saldo migratorio, con
respecto al total de población indígena.

• Pertinencia
La información pretende ofrecer un panorama sobre las dinámicas sociales que más
impactan el crecimiento y composición ―edad y sexo― de la población indígena. Un
primer aspecto del inventario poblacional en un momento dado, lo constituyen el saldo
entre fecundidad y la mortalidad, que muestra el estado de salud y las condiciones
socioeconómicas de la población. En segundo lugar, se tiene el saldo migratorio en los
territorios indígenas, que permite obtener un conocimiento sobre la movilidad de la
población indígena en el espacio y a través del tiempo. Los desplazamientos desde el
territorio indígena hacia otros lugares, permitirá comprender las razones por las cuales
la población indígena migra. De otro lado, los desplazamientos hacia el territorio
indígena permiten comprender las razones e impactos de orden social, sobre la
demografía de la población, así como las tendencias y las expectativas de los lugareños.

• Unidad de medida
Número (N°)

• Fórmula matemática

TCNPijk = TPIijk + TNPijk - TDPijk + TIMPijk – TEMijk, con:

i = 1, 2,…, D (sexo, edad)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

TCNPijk = Total crecimiento natural población indígena con dinámica (i), en cada
resguardo (j), en el año (k).
TPIijk = Total población indígena con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TNPijk = Total nacimientos con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TDPijk = Total defunciones con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año (k).
278

TIMijk = Total población inmigrante con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TEMijk = Total población emigrante con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año (k).

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


El indicador pretende determinar el crecimiento demográfico en los territorios de los
pueblos indígenas, en una relación de tiempo por unidad. Los cálculos para este
indicador se realizarán en el Instituto Sinchi, con base en el uso de la ecuación
compensadora, la cual establece que el estado de la población está dado por: el
crecimiento natural de la misma ―nacimientos menos las defunciones― y el saldo
migratorio ―entradas menos salidas de población―. Para este caso, se combinará la
información sobre distribución por sexo y edades, para deducir sobre que segmentos
poblacionales se dan los cambios demográficos en los pueblos indígenas.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: TPIijk = Total población indígena con dinámica (i), en un resguardo (j), en el
año (k).
Variable 2: TNPijk = Total nacimientos con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año
(k).

Variable 3: TDPijk = Total defunciones con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año
(k).
Variable 4: TIMijk = Total población inmigrante con dinámica (i), en un resguardo (j),
en el año (k).
Variable 5: TEMijk = Total población emigrante con dinámica (i), en un resguardo (j),
en el año (k).

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
En general, las posibles limitantes para el cálculo de este indicador estarían centradas en
la disponibilidad de la información demográfica en referencia a la migración de la
población. En los últimos años, la información censal es recogida por las propias
Autoridades Tradicionales Indígenas, como parte de los compromisos para la asignación
de los recursos del Sistema General de Participaciones. La información sobre
nacimientos y defunciones la acopia las Secretarias de Salud departamentales.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


La información disponible demográfica se encuentra en: Asociaciones de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI) y las Secretarías de Planeación, Salud y Educación a
nivel departamental.
279

• Disponibilidad de los Datos


Variable 1 Variable 2 Variable 3 Variable 4 Variable 5
Existencia No existen No existen No existen No existen No existen
de series series series series series series
históricas históricas. La históricas. La históricas. La históricas. La históricas. La
información información información información información
disponible se disponible disponible disponible disponible
encuentra: sobre los sobre las sobre la sobre la
censos de nacimientos, defunciones, población, se población
población se acopia a se acopia a acopia a emigrante, se
levantada por través de las través de las través de las acopia a
las AATI y Secretarias de Secretarias Secretarias través de las
Secretarías de Salud de Salud de Salud Secretarias
Planeación departamental departamenta departamenta de Salud
departamentale es. les. les. departamenta
s, como parte les.
de las
obligaciones
para la
asignación de
recursos del
SGP del
Ministerio de
Hacienda.
Nivel de Información Información Información Información Información
actualizació actualizada actualizada actualizada actualizada actualizada
n de los anualmente. anualmente. anualmente. anualmente. anualmente.
datos
Estado Actualmente, Actualmente, Actualmente, Actualmente, Actualmente,
actual de se dispone de se dispone de se dispone de se dispone de se dispone de
los datos información de información información información información
los censos de procesada procesada procesada procesada
población para los años para los años para los años para los años
indígenas para 1979 a 2011. 1979 a 2011. 1979 a 2011. 1979 a 2011.
los años 1979
a 2011.
Forma de Digital y Digital y Digital y Digital y Digital y
presentació papel. papel papel papel papel
n de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador potencial de población en resguardos indígenas se podría calcular
anualmente.
280

• Posibles responsables
Instituto Sinchi, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI),
Secretarias de Planeación, Salud y Educación a nivel departamental.

• Documentación relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
Departamento Nacional de Planeación – DNP. 2010. Información sobre acciones y
procesos Institucionales para los pueblos indígenas de Colombia. DNP –
Dirección de Desarrollo Territorial Sostenible. Acción Social. Unión Europea.
CORDEPAZ, p. 490
Departamento Nacional de Planeación - DNP. (2010). Aspectos básicos de los grupos
étnicos indígenas. Acceso: 6 de septiembre de 2012. Disponible:
http://www.dnp.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=CpCS1dVTQf4%3D&tabid=2
73
Gutiérrez, F., Acosta, L. y Salazar, C. (2004). Perfiles urbanos en la Amazonia
Colombiana. Un enfoque para el desarrollo sostenible. Bogotá: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – SINCHI. p. 258.
Fundación Alisos (2011). La Amazonia colombiana en cifras. Hechos y percepciones.
Proyecto Alianza Amazonas 2030. Alisos – Alianzas para la Sostenibilidad,
Caracol Televisión, Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo
Sostenible – Cecodes, Embajada del Reino de los Países Bajos, Fundación
Etnollano Colombia, Fundación Gaia Amazonas, Periódico El Espectador,
Publicaciones Semana. Bogotá, Colombia. p. 140.
López, M. (2009). Dinámicas espaciales y temporales del componente demográfico de
la región amazónica colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas – Sinchi. Bogotá, Colombia. p. 121.
Riaño, E. y Salazar, C. (2009). Sistema urbano en la región amazónica colombiana:
análisis de la organización e integración funcional. Instituto Amazónico de
Investigaciones Científicas- Sinchi Bogotá, Colombia. p. 306.

• Series o bases de datos


Se cuenta con información en bases de datos desde 1979 a 2011.

• Observaciones
El cálculo de este indicador requiere el suministro de la información por parte de las
AATI. Previamente es necesario revisar la metodología empleada para la toma de datos
y el rigor en su obtención. Previamente es necesario adelantar un proceso de
capacitación, en dos direcciones: la óptima aplicación del instrumento de captura de
datos; métodos para poder depurar la información censal. Se enfatiza la información que
permitirá un conocimiento sobre las causas que generan los movimientos migratorios y
los efectos sobre la gobernabilidad en los territorios indígenas.
281

F. Indicador: auto – reconocimiento étnico

• Definición
Expresa el tipo de identificación étnica que los individuos manifiestan pertenecer en los
territorios indígenas; es decir el auto-reconocimiento dentro de un grupo étnico
particular.

• Pertinencia
La información aportada por el indicador, ofrece un conocimiento sobre los grupos
étnicos existentes, a los cuales están adscritos los habitantes indígenas en los territorios.
El auto reconocimiento permite mostrar la cohesión respecto a los grupos en los que se
ejerce una u otra actividad cultural; igualmente, el estado sobre la conciencia étnica
vinculada directamente al ejercicio de sus derechos colectivos como pueblos
―autodeterminación―.

• Unidad de medida
Porcentaje (%)

• Fórmula matemática

PPIEijk = (PIEijk / TPIjk)*100, con:

i = 1, 2,…, E (etnias)
J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PPIEijk = Porcentaje población que se identifica con una etnia (i), en un resguardo (j), en
un año (k).
PIEijk = Número de habitantes que se identifican con una etnia (i), en un resguardo (j),
en un año (k).
TPIjk = Total población del resguardo (j) en el año (k), en referencia con la etnia a la que
pertenece = ΣEi=1 PIEijk.

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


El indicador pretende determinar la población que se identifica con una etnia en
particular. Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Sinchi, con base
en la aplicación de una encuesta que pueda establecer el número de habitantes que se
auto reconocen como pertenecientes a una etnia específica, con respecto a la población
total.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―
282

Variable 1: PIEijk = Número de habitantes que se identifican c (k) una etnia (i), en un
resguardo (j), en un año (k).
Variable 2: TPIjk = Total población del resguardo (j) en el año (k), en referencia con la
etnia a la que pertenece.

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
En general, las posibles limitantes para el cálculo de este indicador estarían centradas en
la disponibilidad de la información sobre habitantes por etnia. Sin embargo, en los
últimos años, la información es recogida por las propias Autoridades Tradicionales
Indígenas, como parte de los compromisos para la asignación de los recursos del
Sistema General de Participaciones.

• Cobertura
Resguardos Indígenas.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas en el tema de las etnias existentes. La
información disponible demográfica se encuentra en las Asociaciones de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI), las Secretarias de Planeación, Salud y Educación a
nivel departamental.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información disponible se información disponible se
encuentra: censos de población encuentra: censos de población
levantada por las AATI y levantada por las AATI y
Secretarías de Planeación Secretarías de Planeación
departamentales, como parte de departamentales, como parte de
las obligaciones para la las obligaciones para la
asignación de recursos del SGP asignación de recursos del SGP
del Ministerio de Hacienda. del Ministerio de Hacienda.
Nivel de La información se actualiza La información es actualizada
actualización de los anualmente. anualmente.
datos
Estado actual de los Actualmente, se dispone de Actualmente, se dispone de
datos información de los censos de información de los censos de
población indígenas para los años población indígenas para los años
1979 a 2011. 1979 a 2011.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


283

El indicador de reconocimiento étnico en resguardos indígenas se podría calcular cada


cinco años.

• Posibles responsables
Instituto Sinchi, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).

• Documentación relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
Departamento Nacional de Planeación – DNP. 2010. Información sobre acciones y
procesos Institucionales para los pueblos indígenas de Colombia. DNP –
Dirección de Desarrollo Territorial Sostenible. Acción Social. Unión Europea.
CORDEPAZ, p. 490
Departamento Nacional de Planeación - DNP. (2010). Aspectos básicos de los grupos
étnicos indígenas. Acceso: 6 de septiembre de 2012. Disponible:
http://www.dnp.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=CpCS1dVTQf4%3D&tabid=2
73
Echeverri, J. (2000). Reflexiones sobre el concepto de territorio y ordenamiento
territorial indígena. En: Territorialidad indígena y ordenamiento en la Amazonia.
Universidad Nacional de Colombia – Sede Amazonia. Instituto Amazónico de
Investigaciones – Imani. Programa COAMA. Fundación Gaia Amazonas. Pág.
173 – 180.

• Series o bases de datos


Se cuenta con información en bases de datos desde 1979 a 2011.

• Observaciones
El reconocimiento étnico se constituye en uno de los aspectos fundamentales que
dimensionan la entidad indígena. El cálculo de este indicador requiere el suministro de
la información por parte de las AATI. En ese sentido, es necesario adelantar un proceso
de capacitación, en dos direcciones: la óptima aplicación del instrumento de captura de
datos; métodos para poder depurar la información censal. Se enfatiza la información que
permitirá un conocimiento sobre las causas que generan los movimientos migratorios y
los efectos sobre la gobernabilidad en los territorios indígenas.

G. Indicador: participación en prácticas culturales estratégicas

• Definición
Se trata de establecer la vigencia de las prácticas culturales en el contexto del siglo XXI
a través de la medición de la participación en los eventos en que tienen lugar.

• Pertinencia
284

La medición de la vigencia de estas prácticas culturales permite dar cuenta de las


posibilidades de ejercer las actividades asociadas a la cultura que finalmente determinan
el status identitario y reafirman la particularidad y la diferencia de las mismas.

• Unidad de medida
Porcentaje (%)

• Fórmula matemática

PPPCijk = (NPCijk / TPIjk)*100, con:

i = 1, 2,…, P (práctica cultural)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PPPCijk = Porcentaje de participación de la población en una práctica cultural (i), en un


resguardo (j), en un año (k).
NPCijk = Número de habitantes que participan en una práctica cultural (i), en un
resguardo (j), en un año (k).
TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k), en referencia a la participación a
una práctica cultural = ΣPi=1 NPCijk.

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


Se parte por considerar las posibles prácticas culturales que se realizan en el marco de la
cultura de los pueblos indígenas. Los cálculos para este indicador se realizarán en el
Instituto Sinchi, con base en la identificación de esas prácticas; se establecerá la
regularidad de las mismas, tratando de efectuar una clasificación, en atención a los
ciclos anuales, ciclos vitales y/o otros que no son cíclicos sino excepcionales o únicas.
Posteriormente, se tratarán de categorizar dada su importancia. Los resultados de este
proceso, permitirán diseñar los formatos de toma de información por parte de los
pueblos indígenas. Se trata de efectuar un cálculo que permita obtener la
representatividad numérica de la población que asiste a una práctica cultural en
particular, en relación con el total de población.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: NPCijk = Número de habitantes que participan en una práctica cultural (i), en
un resguardo (j), en un año (k).
285

Variable 2: TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k), en referencia a la


participación en una práctica cultural.

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
Existen grandes limitantes para el cálculo del indicador, en razón a que las prácticas
culturales no tienen una frecuencia de ocurrencia específica en un año. Así como
tampoco se sabe el número de prácticas culturales ideales que se realizan en este
periodo de tiempo.

• Cobertura
Resguardo indígena.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas en la temática sobre las prácticas culturales
existentes en los territorios indígenas. No existe una información disponible regular
sobre la realización de prácticas regulares, sin embargo, se tienen registros levantados
por las Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI), para estructurar
sus planes de manejo. La disponibilidad de la información demográfica se encuentra en
las Asociaciones de Autoridades Indígenas (AATI) y en las Secretarias de Planeación,
Salud y Educación a nivel departamental.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, se podría obtener a indicador, se podría obtener a
partir de una encuesta que partir de dos fuentes: Secretarias
aplicaría, las Asociaciones de de Planeación departamentales
Autoridades Tradicionales para acceder al censo de población
Indígenas (AATI), para acceder de resguardos indígenas;
a la información sobre las Asociación de Autoridades
prácticas culturales. Tradicionales Indígenas (AATI),
para acceder a la información
sobre el censo de población.
Nivel de actualización La información se podría La información se podría
de los datos actualizar anualmente. actualizar anualmente.
Estado actual de los No se disponen de datos. Actualmente, se dispone de
datos información procesada para los
años 1979 a 2011.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador participación en prácticas culturales en resguardos indígenas se podría
calcular cada cinco años.
286

• Posibles responsables
Instituto Sinchi, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).

• Documentación relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas.

• Observaciones
La aplicación del indicador tiene como prerrequisito la de definir las prácticas culturales
que determinan de mayor forma la reproducción de los saberes locales. Estas pueden
estar asociadas a actividades cotidianas, actividades productivas, terapéuticas, de
formación de la persona ―consejo― o de entendimiento y regulación de las relaciones
con la naturaleza ―equilibrio energético―. La regularidad de las mismas es
notablemente disímil, en el sentido que algunas corresponden con ciclos anuales otras
con ciclos vitales y otras no son cíclicas sino excepcionales o únicas.

H. Indicador: personas bilingües ―lengua propia – español―

• Definición
Se ocupa de medir el número de personas que son competentes lingüísticamente en la
práctica de la lengua indígena y el español.

• Pertinencia
El bilingüismo en idioma indígena y español, debe considerarse como un indicador de
pluralismo y riqueza cultural y no como barrera cultural o subdesarrollo. Asimismo, es
necesario tomar en cuenta la posible presencia de un bilingüismo asimétrico, es decir,
las personas hablan un español instrumental para el contacto, conservando en mayor
medida su lengua indígena. Así, existe una enorme variabilidad de situaciones de
bilingüismo, con diferentes grados de asimetría y de intervención de las lenguas
dominantes. La pertinencia cultural de las políticas públicas para personas indígenas
bilingües, estará dada por la articulación de las especificidades culturales y la identidad
local propia, rechazando la homogeneización y la imposición de modelos occidentales
globalizados.

• Unidad de medida
Porcentaje (%)

• Fórmula matemática
287

PPBIijk = (NPBijk / TPIjk)*100, con:

i = 1, 2,…, B (práctica bilingüismo)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PPBIijk = Porcentaje de personas de una población que son bilingües (i), en un


resguardo (j), en un año (k).
NPBijk = Número de habitantes que son bilingües según lengua indígena (i), en un
resguardo (j), en un año (k).
TPIjk = Total población en el resguardo (j) en el año (k), en referencia a la población
bilingüe = ΣBi=1 NPBijk.

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Sinchi, a partir de la
identificación de las lenguas vivas existentes que se practican ordinariamente por parte
de los habitantes en una comunidad indígena, además del uso que pueda tener el idioma
español. Se establecerá la regularidad de su práctica en conjunto. Posteriormente, se
obtendrán los pesos relativos de uso de cada una de esas lenguas junto con el uso del
idioma español, para lograr dimensionar la fortaleza y/o impactos negativos del uso de
las lenguas y el idioma español.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: NPBijk = Número de habitantes que son bilingües (i), en un resguardo (j), en
un año (k).
Variable 2: TPIjk = Total población en el resguardo (j) en el año (k), en referencia a la
población bilingüe.

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
No existen grandes limitantes para el cálculo del indicador; en razón a que es posible
levantar la información que permita obtener el uso de las lenguas vivas en una
comunidad indígena.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


288

Este indicador carece de series históricas en la temática de las lenguas vivas existentes
en los territorios indígenas; se tienen registros levantados por las Asociaciones de
Autoridades Indígenas (AATI), para estructurar sus planes de manejo. La disponibilidad
de la información demográfica se encuentra en las Asociaciones de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI), las Secretarias de Planeación, Salud y Educación a
nivel departamental.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, se podría obtener a indicador, se podría obtener a
partir de una encuesta que partir de dos fuentes: Secretarias
aplicaría, las Asociaciones de de Planeación departamentales
Autoridades Tradicionales para acceder al censo de población
Indígenas (AATI), para acceder de resguardos indígenas;
a la información sobre el uso de Asociación de Autoridades
lenguas vivas. Tradicionales Indígenas (AATI),
para acceder a la información
sobre el censo de población.
Nivel de La información se podría La información se podría
actualización de los actualizar anualmente. actualizar anualmente.
datos
Estado actual de los No se disponen de datos. Actualmente, se dispone de
datos información procesada para los
años 1979 a 2011.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador participación en prácticas culturales en resguardos indígenas se podría
calcular cada cinco años.

• Posibles responsables
Instituto Sinchi, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI)

• Documentación relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
289

Departamento Nacional de Planeación - DNP. (2010). Aspectos básicos de los grupos


étnicos indígenas. Acceso: 6 de septiembre de 2012. Disponible:
http://www.dnp.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=CpCS1dVTQf4%3D&tabid=2
73

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas.

• Observaciones
La demanda sobre el idioma debe tener en cuenta la presencia de una lengua indígena
dominante y de otras lenguas. El conjunto de estas lenguas debe permitir la evaluación
de las prácticas a partir de este conjunto de lenguas locales y del idioma español.

I. Indicador: grado de educación en el sistema de educación no-indígena

• Definición
Determina el porcentaje de personas que cuentan con años cursados y aprobados en
educación primaria, secundaria, superior, tecnológica, en el sistema formal de
educación.

• Pertinencia
El nivel alcanzado en el contexto de la educación no-indígena permite establecer las
posibilidades para interactuar con el sistema de valores no-indígenas, así como la
influencia sobre el propio sistema de valores.

• Unidad de medida
Porcentaje (%)

• Fórmula matemática

PNGEijk = (NGEijk / TPIjk)*100, con:

i = 1, 2,…, GE (grados escolares cursados)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PNGEijk = Porcentaje de personas que han cursado un grado escolar (i), en un resguardo
(j), en un año (k).
NGEijk = Número de habitantes que han cursado un grado escolar (i), en un resguardo
(j), en un año (k).
TPIjk = Total población con grados escolares cursados en un resguardo (j) en el año (k)
= ΣGEi=1 NGEijk.
290

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


En general la población indígena ha tenido acceso a las coberturas de los sistemas de
educación formal. Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Sinchi
con base en una encuesta a aplicar, la cual permitirá obtener la información sobre los
grados aprobados por la población en referencia al total de la población, de acuerdo con
las siguientes categorías de estudios alcanzados: sin estudios; primaria incompleta;
primaria; secundaria incompleta; secundaria; otras capacitaciones.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: NGEijk = Número de habitantes que han cursado un grado escolar (i), en un
resguardo (j), en un año (k).
Variable 2: TPIjk = Total población con grados escolares cursados en un resguardo (j) en
el año (k).

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
No existen grandes limitantes para el cálculo del indicador; en razón a que es posible
levantar la información que permita dimensionar el grado de estudios alcanzados por la
población, de acuerdo con el acceso a los sistemas formales de educación.

• Cobertura
Resguardo indígenas.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas. No existe una información disponible; se
tienen registros levantados por las Asociaciones de Autoridades Indígenas (AATI), para
estructurar sus planes de vida. La información demográfica disponible se encuentra en
las Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI), las Secretarias de
Planeación, Salud y Educación a nivel departamental.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, se podría obtener a indicador, se podría obtener a
partir de una encuesta que partir de dos fuentes: Secretarias
aplicaría las Asociaciones de de Planeación departamentales
Autoridades Tradicionales para acceder al censo de población
Indígenas (AATI), para acceder de resguardos indígenas;
a la información sobre los Asociación de Autoridades
291

grados de escolaridad de la Tradicionales Indígenas (AATI),


población alcanzados por el para acceder a la información
acceso al sistema de educación sobre el censo de población.
formal.
Nivel de La información se podría La información se podría
actualización de los actualizar anualmente. actualizar anualmente.
datos
Estado actual de los No se disponen de datos. Actualmente, se dispone de
datos información procesada para los
años 1979 a 2011.
Forma de Digital y papel. Digital y papel
presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador grado de educación en el sistema de educación no-indígena se podría
calcular cada cinco años.

• Posibles responsables
Instituto Sinchi, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI),
Secretaria de Educación departamental.

• Documentación relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
Departamento Nacional de Planeación - DNP. (2010). Aspectos básicos de los grupos
étnicos indígenas. Acceso: 6 de septiembre de 2012. Disponible:
http://www.dnp.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=CpCS1dVTQf4%3D&tabid=2
73
Echeverri, J. (1998). ¿De Chagrera a Secretaria? Balance de algunas acciones en
etnoeducación en el Amazonas colombiano. Universidad Nacional de Colombia
– Sede Amazonia. p. 20. Acceso: 10 de mayo de 2012. Disponible en:
http://www.docentes.unal.edu.co/jaecheverrir/docs/De%20chagrera%20a%20sec
retaria.pdf
Gutiérrez, F., Acosta, L. y Salazar, C. (2004). Perfiles urbanos en la Amazonia
Colombiana. Un enfoque para el desarrollo sostenible. Bogotá: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – SINCHI. p. 258.
Fundación Alisos (2011). La Amazonia colombiana en cifras. Hechos y percepciones.
Proyecto Alianza Amazonas 2030. Alisos – Alianzas para la Sostenibilidad,
Caracol Televisión, Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo
Sostenible – Cecodes, Embajada del Reino de los Países Bajos, Fundación
Etnollano Colombia, Fundación Gaia Amazonas, Periódico El Espectador,
Publicaciones Semana. Bogotá, Colombia. p. 140.
292

López, M. (2009). Dinámicas espaciales y temporales del componente demográfico de


la región amazónica colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas – Sinchi. Bogotá, Colombia. p. 121.
Riaño, E. y Salazar, C. (2009). Sistema urbano en la región amazónica colombiana:
análisis de la organización e integración funcional. Instituto Amazónico de
Investigaciones Científicas- Sinchi Bogotá, Colombia. p. 306.
Silva, A. y Acosta, L. (2003). Documento indicadores de estado de la educación en el
departamento del Amazonas. Observatorio de Coyuntura Social del
departamento del Amazonas. Departamento Nacional de Planeación (DNP).
Defensoría del Pueblo (Seccional Amazonas). Instituto Amazónico de
Investigaciones Científicas – Sinchi. Banco de la Republica. ICBF (Agencia
Amazonas). Red de Solidaridad. Leticia, Amazonas (Inédito). p. 27.
Chaparro, O. (2007). Construyendo Agenda 21 para el Departamento de Amazonas:
Una construcción colectiva para el Desarrollo Sostenible de la Amazonia
Colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas - Sinchi.
Leticia, Amazonas, p. 56.

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas.

• Observaciones
Mide el grado de avance de los sistemas de educación no indígenas, en los territorios y
con respecto a la población.

J. Indicador: grado de disponibilidad y variedad de los alimentos producidos y


consumidos

• Definición
Número de especies con sus variedades sembradas en las chagras, recolectadas, pesca y
cacería, por las unidades familiares de producción.

Pertinencia
La posibilidad de diversificación de los alimentos o de abastecerse con ciertos productos
particulares, otorga a las unidades de producción familiares, un grado de bienestar
mejor, pues les permite establecer un tipo particular de relaciones con los miembros de
tales sociedades; no parece suficiente medir solamente la cantidad de vitaminas y
proteínas que cada individuo puede apropiar.

• Unidad de medida
Número (N°).

• Fórmula matemática

TETDijk = ETCijk + ETRijk + ETFijk + ETPijk, con:


293

i = 1, 2,…, ETD (especies tradicionales disponibles)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

TETDijk = Total especies tradicionales disponibles en la alimentación (i), en cada


resguardo (j), en el año (k).
ETCijk = Total especies tradicionales chagras (i), en un resguardo (j), en el año (k).
ETRijk = Total especies recolectadas (i), en un resguardo (j), en el año (k).
ETFijk = Total especies cacería (i), en un resguardo (j), en el año (k).
ETPijk = Total especies pesca (i), en un resguardo (j), en el año (k).

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Sinchi, a partir de la
identificación de las principales especies tradicionales que se usan en la dieta
alimentaria de las unidades familiares indígenas y provenientes de las chagras,
recolectadas, disponibles por la cacería y la pesca, en un ciclo de producción.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: ETCijk = Total especies tradicionales chagras (i), en un resguardo (j), en el


año (k).
Variable 2: ETRijk = Total especies recolectadas (i), en un resguardo (j), en el año (k).
Variable 3: ETFijk = Total especies cacería (i), en un resguardo (j), en el año (k).
Variable 4: ETPijk = Total especies pesca (i), en un resguardo (j), en el año (k).

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
Existen grandes limitantes para el cálculo del indicador; en razón a que las prácticas
culturales para la disposición de dichas especies tienen diferentes frecuencias de
ocurrencia específica en un año.

• Cobertura
Resguardo indígenas.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas sobre las especies que comúnmente deben
estar disponibles para suplir la dieta diaria. Existe una información parcial por
investigaciones del Instituto Sinchi en la temática de la seguridad alimentaria.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2 Variable 3 Variable 4
294

Existencia de No existen series No existen No existen No existen


series históricas históricas. La series históricas. series series
información para La información históricas. La históricas. La
poblar el para poblar el información información
indicador, a indicador, a para poblar el para poblar el
partir de una partir de una indicador, a indicador, a
encuesta que se encuesta que se partir de una partir de una
aplicaría con el aplicaría con el encuesta que se encuesta que se
apoyo de las apoyo de las aplicaría con el aplicaría con el
Asociaciones de Asociaciones de apoyo de las apoyo de las
Autoridades Autoridades Asociaciones Asociaciones
Tradicionales Tradicionales de Autoridades de Autoridades
Indígenas Indígenas Tradicionales Tradicionales
(AATI). (AATI). Indígenas Indígenas
(AATI). (AATI).
Nivel de La información La información La información La información
actualización de se podría se podría se podría se podría
los datos actualizar cada actualizar cada actualizar cada actualizar cada
cinco años. cinco años. cinco años. cinco años.
Estado actual de Se disponen Se disponen Se disponen Se disponen
los datos parcialmente de parcialmente de parcialmente de parcialmente de
datos. datos. datos. datos.
Forma de Digital y papel. Digital y papel. Digital y papel. Digital y papel.
presentación de
los datos

• Periodicidad de los datos


El indicador grado de diversificación de especies alimentarias se podría calcular cada
cinco años.

• Posibles responsables
Instituto Sinchi y Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).

• Documentación relacionada

Acosta, L., Peña-Venegas, C. y Mazorra, A. (2006). Aportes del Programa RESA a la


seguridad alimentaria de los pueblos indígenas del Amazonas. Pueblo Ticuna,
“Gente de Huito y Achiote” del municipio de Puerto Nariño. Bogotá: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas - Sinchi. pp. 36-42
Acosta, L., Peña-Venegas, C. y Mazorra, A. (2006). Aportes del Programa RESA a la
seguridad alimentaria de los pueblos indígenas del Amazonas. Pueblos Uitoto,
Bora, Ocaina y Muinane “los hijos de tabaco, coca y yuca dulce” del
corregimiento de La Chorrera. Bogotá: Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas - Sinchi. pp. 27-32
Acosta, L., Peña-Venegas, C. y Mazorra, A. (2006). Cultura culinaria de los pueblos
indígenas del Amazonas. Asentamientos multiétnicos del municipio de Leticia
Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas - Sinchi. Bogotá. p. 27.
295

Peña- Vanegas, C., Mazorra, A., Acosta, L. y Pérez, M. (2009). Seguridad alimentaria
en comunidades indígenas del Amazonas: ayer y hoy. Bogotá, D.C.: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi. p. 146
Acosta, L., Pérez, M., Juragaro, L., Nonokudo, H., Sánchez, G., Zafiama, Á., Tejada, J.,
Cobete, O., Efaiteke, M., Farekade, J., Giagrekudo, H. y Neikase, S. (2011). La
chagra en La Chorrera: más que una producción de subsistencia, es una fuente
de comunicación y alimento físico y espiritual, de los Hijos del Tabaco, la Coca
y la Yuca dulce. Los retos de las nuevas generaciones para las prácticas
culturales y los saberes tradicionales asociados a la biodiversidad. Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas, Sinchi. Asociación Zonal Indígena de
Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Chorrera – AZICATCH. p. 136.

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas.

• Observaciones
A la hora de ponderar la diversidad respecto a la disponibilidad, es preciso revisar las
representaciones de los alimentos vinculados y las prácticas culturales a las cuales se
encuentran ligados.

K. Indicador: importancia cultural de los alimentos de la dieta local

• Definición
Importancia relativa de los alimentos en contextos locales a partir de criterios culturales
tales como: tabúes, motivaciones sociales colaterales, representaciones sobre
propiedades adicionales de tales productos, representaciones asociadas a la identidad
étnica, entre otros.

• Pertinencia
Los medios a través de los cuales se logra la capacidad de alimentarse son también
fundamentales a la hora de abastecerse, pues les permite una vinculación concreta a esta
sociedad. Por lo anterior, será necesario dar cuenta de las categorías de alimentos desde
la perspectiva local, no solo en términos del prestigio sino también de los tabúes y
prohibiciones que existen y que les permiten conservar un cierto estado de salud bajo el
respeto de las normas y prohibiciones derivadas de la tradición local y de la noción de
equilibrio energético.

• Unidad de medida
Porcentaje (%)

• Fórmula matemática

PTPAijk = (NTPijk / TPDjk)*100, con:

i = 1, 2,…, TP (Tabús y/o prohibiciones)


296

J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PTPAijk = Porcentaje de tabús y/o prohibiciones existentes por productos alimenticios


(i), en un resguardo (j), en un año (k).
NTPijk = Número de tabús y/o prohibiciones existentes en ciertos productos (i), en un
resguardo (j), en un año (k).
TPDjk = Total productos disponibles (j) en un resguardo (j), en el año (k).

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Sinchi, a partir de la
identificación de los principales tabús y/o prohibiciones que existen sobre ciertas
especies y/o productos tradicionales que se usan en la dieta alimentaria de las unidades
familiares indígenas y provenientes de las chagras, recolectadas, disponibles por la
cacería y la pesca, en un ciclo de producción.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: NTPijk = Número de tabús y/o prohibiciones existentes en ciertos productos


(i), en un resguardo (j), en un año (k).
Variable 2: TPDjk = Total productos disponibles (j) en un resguardo (j), en el año (k).

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
Existen grandes limitantes para el cálculo del indicador; en razón a que las prácticas
culturales para la disposición de dichas especies tienen diferentes frecuencias de
ocurrencia específica en un año.

• Cobertura
Resguardo indígenas.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas sobre los tabús y/o prohibiciones existentes
sobre ciertas especies que comúnmente están disponibles para suplir la dieta diaria.
Existe una información parcial por investigaciones del Instituto Sinchi en la temática de
la seguridad alimentaria.

Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
297

históricas información para poblar el información para poblar el


indicador, a partir de una indicador, a partir de una encuesta
encuesta que se aplicaría con el que se aplicaría con el apoyo de
apoyo de las Asociaciones de las Asociaciones de Autoridades
Autoridades Tradicionales Tradicionales Indígenas (AATI).
Indígenas (AATI).
Nivel de actualización La información se podría La información se podría
de los datos actualizar cada cinco años. actualizar cada cinco años.
Estado actual de los Se disponen parcialmente de Se disponen parcialmente de
datos datos. datos.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador importancia cultural de los alimentos en la dieta local se podría calcular
cada cinco años.

• Posibles responsables
Instituto Sinchi y Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).

• Documentación relacionada

Acosta, L., Peña-Venegas, C. y Mazorra, A. (2006). Aportes del Programa RESA a la


seguridad alimentaria de los pueblos indígenas del Amazonas. Pueblo Ticuna,
“Gente de Huito y Achiote” del municipio de Puerto Nariño. Bogotá: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas - Sinchi. pp. 36-42
Acosta, L., Peña-Venegas, C. y Mazorra, A. (2006). Aportes del Programa RESA a la
seguridad alimentaria de los pueblos indígenas del Amazonas. Pueblos Uitoto,
Bora, Ocaina y Muinane “los hijos de tabaco, coca y yuca dulce” del
corregimiento de La Chorrera. Bogotá: Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas - Sinchi. pp. 27-32
Acosta, L., Peña-Venegas, C. y Mazorra, A. (2006). Cultura culinaria de los pueblos
indígenas del Amazonas. Asentamientos multiétnicos del municipio de Leticia
Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas - Sinchi. Bogotá. p. 27.
Peña- Vanegas, C., Mazorra, A., Acosta, L. y Pérez, M. (2009). Seguridad alimentaria
en comunidades indígenas del Amazonas: ayer y hoy. Bogotá, D.C.: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi. p. 146
Acosta, L., Pérez, M., Juragaro, L., Nonokudo, H., Sánchez, G., Zafiama, Á., Tejada, J.,
Cobete, O., Efaiteke, M., Farekade, J., Giagrekudo, H. y Neikase, S. (2011). La
chagra en La Chorrera: más que una producción de subsistencia, es una fuente
de comunicación y alimento físico y espiritual, de los Hijos del Tabaco, la Coca
y la Yuca dulce. Los retos de las nuevas generaciones para las prácticas
culturales y los saberes tradicionales asociados a la biodiversidad. Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas, Sinchi. Asociación Zonal Indígena de
Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Chorrera – AZICATCH. p. 136.
298

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas.

• Observaciones
A la hora de ponderar el grado de importancia cultural de los alimentos, es preciso
revisar las representaciones de los alimentos vinculados y las prácticas culturales a las
cuales se encuentran ligados.

L. Indicador: medios para la conservación y transformación de alimentos

• Definición
Existencia de formas y medios para la conservación y el almacenamiento de ciertos
productos de autosuficiencia alimentaria, para su aprovechamiento en el largo plazo.

• Pertinencia
La posibilidad de conservar y/o almacenar productos y semillas, son formas de
seguridad alimentaria. Algunos estudios adelantados con pueblos indígenas en el
departamento del Amazonas, han demostrado que la conservación de biomasas de yuca,
de semillas almacenadas en las chagras, cocinas o en las orillas de los ríos, garantiza un
abastecimiento continuo, aún si existen situaciones climáticas extremas e inundaciones
de las tierras cultivables. Se pretende obtener información, que permite dar cuenta de la
capacidad de abastecimiento presente y futura, en los territorios indígenas.

• Unidad de medida
Número (N°)

• Fórmula matemática

TTCAijk = TCPijk + TCSijk, con:

i = 1, 2,…, PS (productos, semillas)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

TTCAijk = Total tecnologías conservación de productos y semillas para la siembra de


chagras (i), en cada resguardo (j), en el año (k).
TCPijk = Total conservación productos alimenticios (i), en un resguardo (j), en el año
(k).
TCSijk = Total conservación semillas para la siembra de chagras (i), en un resguardo
(j), en el año (k).
299

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Sinchi, a partir de la
identificación de las tecnologías existentes para la conservación de productos y semillas
tradicionales que se usan en la dieta alimentaria por parte de las unidades familiares
indígenas y provenientes de las chagras, recolectadas, disponibles por la cacería y la
pesca, en un ciclo de producción.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: TCPijk = Total conservación productos alimenticios (i), en un resguardo (j),


en el año (k).
Variable 2: TCSijk = Total conservación semillas para la siembra de chagras (i), en un
resguardo (j), en el año (k).

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
Existen grandes limitantes para el cálculo del indicador; en razón a que las prácticas
culturales para la disposición de dichas especies tienen diferentes frecuencias de
ocurrencia específica en un año.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas sobre las tecnologías existentes para la
conservación de productos y semillas, sobre ciertas especies que comúnmente están
disponibles para suplir la dieta diaria. Existe una información parcial por
investigaciones del Instituto Sinchi en la temática de la seguridad alimentaria.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, a partir de una indicador, a partir de una encuesta
encuesta que se aplicaría con el que se aplicaría con el apoyo de
apoyo de las Asociaciones de las Asociaciones de Autoridades
Autoridades Tradicionales Tradicionales Indígenas (AATI).
Indígenas (AATI).
Nivel de La información se podría La información se podría
actualización de los actualizar cada cinco años. actualizar cada cinco años.
datos
Estado actual de los Se disponen parcialmente de Se disponen parcialmente de
datos datos. datos.
300

Forma de Digital y papel. Digital y papel.


presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador sobre las tecnologías de conservación de productos y semillas de ciertos
alimentos en la dieta local se podría calcular cada cinco años.

• Posibles responsables
Instituto Sinchi y las Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas.
• Documentación relacionada

Acosta, L., Peña-Venegas, C. y Mazorra, A. (2006). Aportes del Programa RESA a la


seguridad alimentaria de los pueblos indígenas del Amazonas. Pueblo Ticuna,
“Gente de Huito y Achiote” del municipio de Puerto Nariño. Bogotá: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas - Sinchi. pp. 36-42
Acosta, L., Peña-Venegas, C. y Mazorra, A. (2006). Aportes del Programa RESA a la
seguridad alimentaria de los pueblos indígenas del Amazonas. Pueblos Uitoto,
Bora, Ocaina y Muinane “los hijos de tabaco, coca y yuca dulce” del
corregimiento de La Chorrera. Bogotá: Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas - Sinchi. pp. 27-32
Acosta, L., Peña-Venegas, C. y Mazorra, A. (2006). Cultura culinaria de los pueblos
indígenas del Amazonas. Asentamientos multiétnicos del municipio de Leticia
Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas - Sinchi. Bogotá. p. 27.
Peña- Vanegas, C., Mazorra, A., Acosta, L. y Pérez, M. (2009). Seguridad alimentaria
en comunidades indígenas del Amazonas: ayer y hoy. Bogotá, D.C.: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi. p. 146
Acosta, L., Pérez, M., Juragaro, L., Nonokudo, H., Sánchez, G., Zafiama, Á., Tejada, J.,
Cobete, O., Efaiteke, M., Farekade, J., Giagrekudo, H. y Neikase, S. (2011). La
chagra en La Chorrera: más que una producción de subsistencia, es una fuente
de comunicación y alimento físico y espiritual, de los Hijos del Tabaco, la Coca
y la Yuca dulce. Los retos de las nuevas generaciones para las prácticas
culturales y los saberes tradicionales asociados a la biodiversidad. Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas, Sinchi. Asociación Zonal Indígena de
Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Chorrera – AZICATCH. p. 136.
Acosta, L. y Mazorra, A. (Eds.). (2005). Enterramientos de masas de yuca del pueblo
Ticuna: tecnología tradicional en la várzea del Amazonas Colombiano. Luis
Eduardo Acosta Muñoz, Augusto Mazorra Valderrama. Leticia: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – SINCHI. p. 109.

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas.

• Observaciones
Las tecnologías a través de los cuales se logra conservar productos y/o semillas, es un
aspecto de la seguridad alimentaria, fundamental en el abastecimiento en ciertos
301

periodos de tiempo. Por lo anterior, será necesario dar cuenta de las tecnologías
tradicionales vigentes con que cuentan los pueblos indígenas y les permiten conservar y
almacenar productos y semillas esenciales en la alimentación.

M. Indicador: disponibilidad de semillas tradicionales e introducidas

• Definición
Inventarios de las semillas fundamentales para garantizar la siembra de las chagras,
cuya producción permite un abastecimiento continuo para garantizar, no solo la
abundancia de alimentos, sino la reproducción cultural.

• Pertinencia
La producción permanente de las chagras establecidas por las familias indígenas es
fundamental para garantizar la autosuficiencia alimentaria; las familias indígenas deben
contar la capacidad de un inventario de semillas que permitan sostener el ciclo agrícola
sustentado en la apertura, siembra, mantenimiento y aprovechamiento de chagras de
monte bravo rastrojo.

• Unidad de medida
Número (N°).

• Fórmula matemática

TSVSijk = TSAijk + TSFijk + TSUijk + TSVijk + TSRijk, con:

i = 1, 2, …, S (semillas)
J = 1, 2, …, R (resguardo)
k = 1, 2, …, A (años, quinquenio)

Donde:

TSVSijk = Total semillas y variedades disponibles para la siembra en la chagra (i), en


cada resguardo (j), en el año (k).
TSAijk = Total semillas alimentos y raíces (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TSFijk = Total semillas alimentos y frutales (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TSUijk = Total semillas utensilios y materiales (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TSVijk = Total semillas venenos (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TSRijk = Total población uso ritual (i), en un resguardo (j), en el año (k).

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


302

Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Sinchi, a partir de los
inventarios que se deben levantar sobre las semillas necesarias según uso, para la
siembra en las chagras indígenas.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1. TSAijk = Total semillas alimentos y raíces (i), en un resguardo (j), en el


año (k).
Variable 2. TSFijk = Total semillas alimentos y frutales (i), en un resguardo (j), en el
año (k).
Variable 3. TSUijk = Total semillas utensilios y materiales (i), en un resguardo (j), en
el año (k).
Variable 4. TSVijk = Total semillas venenos (i), en un resguardo (j), en el año (k).
Variable 5. TSRijk = Total población uso ritual (i), en un resguardo (j), en el año (k).

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
Existen grandes limitantes para el cálculo del indicador; en razón a que las prácticas
culturales para la disposición de dichas especies tienen diferentes frecuencias de
ocurrencia específica en un año.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas sobre los tipos de semillas disponibles por uso,
sobre ciertas especies que comúnmente deben estar disponibles para la siembra en las
chagras. Existe una información parcial por investigaciones del Instituto Sinchi en la
temática de la seguridad alimentaria.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2 Variable 3 Variable 4 Variable 5
Existencia de No existen No existen No existen No existen No existen
series series series series series series
históricas históricas. La históricas. La históricas. La históricas. La históricas. La
información información información información información
para poblar el para poblar para poblar para poblar para poblar
indicador, a el indicador, el indicador, el indicador, el indicador,
partir de una a partir de a partir de a partir de a partir de
encuesta que una encuesta una encuesta una encuesta una encuesta
se aplicaría que se que se que se que se
con el apoyo aplicaría con aplicaría con aplicaría con aplicaría con
de las el apoyo de el apoyo de el apoyo de el apoyo de
Asociaciones las las las las
303

de Asociaciones Asociaciones Asociaciones Asociaciones


Autoridades de de de de
Tradicionales Autoridades Autoridades Autoridades Autoridades
Indígenas Tradicionales Tradicionales Tradicionales Tradicionales
(AATI). Indígenas Indígenas Indígenas Indígenas
(AATI). (AATI). (AATI). (AATI).
Nivel de La La La La La
actualización información información información información información
de los datos se podría se podría se podría se podría se podría
actualizar actualizar actualizar actualizar actualizar
cada cinco cada cinco cada cinco cada cinco cada cinco
años. años. años. años. años.
Estado actual Se disponen Se disponen Se disponen Se disponen Se disponen
de los datos parcialmente parcialmente parcialmente parcialmente parcialmente
de datos. de datos. de datos. de datos. de datos.
Forma de Digital y Digital y Digital y Digital y Digital y
presentación papel. papel. papel. papel. papel.
de los datos

• Periodicidad de los datos


El indicador sobre la disponibilidad de semillas para la siembra según se podría calcular
cada cinco años.

• Posibles responsables
Instituto Sinchi y Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas.

• Documentación relacionada

Peña- Vanegas, C., Mazorra, A., Acosta, L. y Pérez, M. (2009). Seguridad alimentaria
en comunidades indígenas del Amazonas: ayer y hoy. Bogotá, D.C.: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi. p. 146
Acosta, L., Pérez, M., Juragaro, L., Nonokudo, H., Sánchez, G., Zafiama, Á., Tejada, J.,
Cobete, O., Efaiteke, M., Farekade, J., Giagrekudo, H. y Neikase, S. (2011). La
chagra en La Chorrera: más que una producción de subsistencia, es una fuente
de comunicación y alimento físico y espiritual, de los Hijos del Tabaco, la Coca
y la Yuca dulce. Los retos de las nuevas generaciones para las prácticas
culturales y los saberes tradicionales asociados a la biodiversidad. Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas, Sinchi. Asociación Zonal Indígena de
Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Chorrera – AZICATCH. p. 136.

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas.

• Observaciones
La cantidad de especies a sembrar, depende no solo del tamaño de la chagra, sino
también de las necesidades alimentarias de los miembros familiares.
304

N. Indicador: población indígena con desnutrición

• Definición
Determina el porcentaje de personas que registran problemas de desnutrición por
deficiencias en la ingesta de calorías y proteínas, ocasionadas por el limitado acceso a
los alimentos; genera repercusiones no solo en el estado de la salud de la población sino
los diferentes efectos sociales.

• Pertinencia
La nutrición de los individuos permite dar cuenta de las posibilidades reales de consumo
de alimentos. La valoración del estado nutricional es un parámetro que permite evaluar
el estado de la salud de la población y sus diferentes incidencias sociales, con los
niveles de seguridad alimentaria de la población, la cual a su vez, está determinada por
múltiples factores que inciden en el acceso a los alimentos.

• Unidad de medida
Porcentaje (%)

• Fórmula matemática

PNDIijk = (NDAijk / TPIjk)*100, con:

i = 1, 2,…, DA (desnutrición - crónica, aguda)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PNDIijk = Porcentaje de personas con desnutrición (i), en un resguardo (j), en un año


(k).
NDAijk = Número de habitantes que presentan desnutrición (i), en un resguardo (j), en
un año (k).
TPIjk = Total población en un resguardo (j) en el año (k), en referencia a la población
con desnutrición = ΣDAi=1 NDAijk.

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Colombiano de Bienestar
Familiar (ICBF). En general se mide la desnutrición de una población a partir de dos
fuentes de información: 1) Talla / edad, que representa la prevalencia de desnutrición
crónica, es decir, aquella desnutrición que se da por años de carencia de calorías y
305

nutrientes y se manifiesta por un retardo en el crecimiento; 2) Peso / talla, que aporta


información sobre desnutrición aguda, es decir el estado de nutrición en un momento
dado del desarrollo (ICBF, Agencia Amazonas, 2003).

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: NDAijk = Número de habitantes que presentan desnutrición (i), en un


resguardo (j), en un año (k).
Variable 2: TPIjk = Total población en un resguardo (j) en el año (k), en referencia a la
población con desnutrición.

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
Si bien no existen grandes limitantes para el cálculo del indicador; eventualmente se
podrían tener dificultades en la actualización de la información por parte del ICBF que
permita dimensionar el grado de desnutrición, en los pueblos indígenas.

• Cobertura
Resguardos indígenas

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas. Se cuenta solamente con una información
aportada por el ICBF – Agencia Amazonas. Son datos que corresponden a muestras
tomadas de los reportes de talla y peso de los niños y niñas indígenas usuarios de los
programas del ICBF para los años 2002 y 2003. La información demográfica disponible
se encuentra en las Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI), las
Secretarias de Planeación, Salud y Educación a nivel departamental.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, la podría proveer el indicador, se podría obtener a
ICBF en los diferentes partir de dos fuentes: Secretarias
departamentos; a partir de una de Planeación departamentales
encuesta que aplicaría con el para acceder al censo de población
apoyo de las Secretarias de salud de resguardos indígenas;
y Asociaciones de Autoridades Asociación de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI), Tradicionales Indígenas (AATI),
para determinar el estado de la para acceder a la información
desnutrición de la población sobre el censo de población.
indígena.
Nivel de La información se podría La información se podría
actualización de los actualizar anualmente. actualizar anualmente.
datos
Estado actual de los No se disponen de datos. Actualmente, se dispone de
306

datos información procesada para los


años 1979 a 2011.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador grado de desnutrición en población indígena se podría calcular cada cinco
años.

• Posibles responsables
El ICBF y sus agencias departamentales; Secretarias de salud y Asociaciones de
Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).

• Documentación relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
Chaparro, O. (2007). Construyendo Agenda 21 para el Departamento de Amazonas:
Una construcción colectiva para el Desarrollo Sostenible de la Amazonia
Colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas - Sinchi.
Leticia, Amazonas, p. 56.
Instituto Colombiano de Bienestar Familiar – ICBF. Agencia Amazonas. (2002).
Diagnóstico Social Situacional de Infancia y Familia. Leticia, amazonas
(Inédito).
Fondo de Naciones Unidas para la Infancia - UNICEF. (2003). Los pueblos indígenas
en Colombia. Derechos, Políticas y Desafíos. UNICEF - Oficina de área para
Colombia y Venezuela. Bogotá, D.C., Colombia. p.91. Acceso: 8 de mayo de
2012. Disponible en: http://www.publicaciones.unicefcolombia.com/wp-
content/uploads/2005/03/pueblos-indigenas.pdf
Peña- Vanegas, C., Mazorra, A., Acosta, L. y Pérez, M. (2009). Seguridad alimentaria
en comunidades indígenas del Amazonas: ayer y hoy. Bogotá, D.C.: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi. p. 146

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas.

• Observaciones
La desnutrición se puede manifestar por una alta incidencia crónica producto de años
con bajo acceso a consumo de nutrientes y una tendencia al aumento de la desnutrición
aguda ―especialmente en menores de 7 años―, resultante entre otras: inadecuada
promoción de prácticas alimentarias saludables; acciones que fomenten la seguridad
alimentaria en términos de acceso, adquisición y consumo de alimentos.
307

Ñ. Indicador: ejercicio de la territorialidad indígena

• Definición
Son las relaciones que se construyen en el territorio, entendidas como un entramado de
relaciones sociales que supera ampliamente la visión puramente espacial del mismo, a
un concepto sobre la territorialidad, como un sistema de conductas que controlan y
mantienen un uso y manejo específicos sobre un espacio. La capacidad de vivir
tranquilo reconoce además el conjunto de relaciones desde el interior de los resguardos
hacia afuera.

• Pertinencia
La capacidad de ser autónomo respecto a agentes y problemáticas sociales externas para
el ejercicio de la territorialidad, implica dar cuenta de elementos externos que generan
tensiones a los pueblos indígenas alojados en los mismos. De la misma manera se da
cuenta de la influencia de problemáticas de alto impacto sobre los resguardos mismos.
El conocimiento sobre los resguardos y el tipo de relaciones tanto internas, como hacia
el exterior, exige el análisis de este tipo de relaciones de manera que puedan ser
tipificadas e instrumentalizadas en el marco de este funcionamiento. El indicador
pretende aportar información, que permita entender el estado de las relaciones que se
dan sobre el territorio. O sea, el sistema de conductas que controlan y mantienen un uso
y manejo específicos sobre un territorio.

• Unidad de medida
Número (N°)

• Fórmula matemática

TPERijk = TPSijk + TPEijk + TPTijk + TPAijk, con:

i = 1, 2,…, PSETA (problemáticas, sociales, económicas, territoriales, ambientales)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

TPERijk = Total problemáticas existentes (i), en un resguardo (j), en un año (k).


TPSijk = Total problemáticas sociales (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TPEijk = Total problemáticas económicas (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TPTijk = Total problemáticas territoriales (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TPAijk = Total problemáticas ambientales (i), en un resguardo (j), en el año (k).

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Sinchi. Eventualmente los
datos podrían ser obtenidos de una encuesta.
308

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: TPSijk = Total problemáticas sociales (i), en un resguardo (j), en el año (k).
Variable 2: TPEijk = Total problemáticas económicas (i), en un resguardo (j), en el año
(k).
Variable 3: TPTijk = Total problemáticas territoriales (i), en un resguardo (j), en el año
(k).
Variable 4: TPAijk = Total problemáticas ambientales (i), en un resguardo (j), en el año
(k).

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
Existen grandes limitantes para el cálculo del indicador, en razón a la ocurrencia
específica de un fenómeno social, económico, territorial, ambiental, que pueda suceder
en los territorios indígenas.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas sobre los tipos de problemáticas sociales,
económicas, territoriales y ambientales, que ocurren en los territorios indígenas. Existe
una información parcial por investigaciones del Instituto Sinchi en la temática de la
seguridad alimentaria. Eventualmente se podría obtener información del ICBF sobre la
problemática de la familia.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, a partir de una indicador, a partir de una encuesta
encuesta que se aplicaría con el que se aplicaría con el apoyo de
apoyo de las Asociaciones de las Asociaciones de Autoridades
Autoridades Tradicionales Tradicionales Indígenas (AATI).
Indígenas (AATI).
Nivel de La información se podría La información se podría
actualización de los actualizar cada cinco años. actualizar cada cinco años.
datos
Estado actual de los Se disponen parcialmente de Se disponen parcialmente de
datos datos. datos.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
309

datos

• Periodicidad de los datos


El indicador ejercicio de la territorialidad indígena se podría calcular cada cinco años.

• Posibles responsables
Instituto Sinchi, ICBF, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).
• Documentación Relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
Chaparro, O. (2007). Construyendo Agenda 21 para el Departamento de Amazonas:
Una construcción colectiva para el Desarrollo Sostenible de la Amazonia
Colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas - Sinchi.
Leticia, Amazonas, p. 56.
Chirif, A. y García, P. (2007). Marcando Territorio. Progresos y limitaciones de la
titulación de territorios indígenas en la Amazonía. Grupo Internacional de
Trabajo sobre Asuntos Indígenas – IWGIA. Copenhague. p. 343. Acceso: 11 de
mayo de 2012. Acceso:
http://www.iwgia.org/iwgia_files_publications_files/0302_MARCANDO_TER
RITORIO.pdf.
Departamento Nacional de Planeación - DNP. (2010). Aspectos básicos de los grupos
étnicos indígenas. Acceso: 6 de septiembre de 2012. Disponible:
http://www.dnp.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=CpCS1dVTQf4%3D&tabid=2
73
Echeverri, J. (2000). Reflexiones sobre el concepto de territorio y ordenamiento
territorial indígena. En: Territorialidad indígena y ordenamiento en la Amazonia.
Universidad Nacional de Colombia – Sede Amazonia. Instituto Amazónico de
Investigaciones – Imani. Programa COAMA. Fundación Gaia Amazonas. Pág.
173 – 180.

• Series o Bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas.

• Observaciones
Es necesario tener en cuenta elementos como: influencia sobre los cuerpos de agua; los
cambios de patrones en la utilización de las tierras; demografía y estadísticas sobre la
urbanización de las comunidades indígenas y locales fuera de sus territorios
tradicionales; los sitios de importancia cultural para estos pueblos (sitios sagrados);
áreas de tierras reconocidos legalmente; factores que limitan o vulneran el derecho de
acceso a la tierra; niveles y actores en conflicto.

O. Indicador: acceso a agua potable

• Definición
310

Establece la proporción de las personas que cuentan con un servicio de agua potable en
sus viviendas.

• Pertinencia
El acceso al agua es una variable de gran importancia; sin embargo, no todas las fuentes
disponibles en los territorios de los pueblos indígenas, son consideradas como aptas
para el consumo. Por esta razón, el agua lluvia es una fuente prioritaria. No obstante, en
ocasiones es necesario recurrir a otros medios, por lo que no sólo la disponibilidad del
recurso, sino la dificultad para lograr su potabilización para el consumo, son de gran
importancia a la hora de dar cuenta de este tipo de indicadores.

• Unidad de medida
Porcentaje (%).

• Fórmula matemática

PNAPijk = (NAPijk / TPIjk)*100, con:

i = 1, 2,…, AP (agua potable)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PPSPijk = Porcentaje de población con cobertura de agua potable (i), en un resguardo (j),
en un año (k).
NAPijk = Número de habitantes con cobertura de agua potable (i), en un resguardo (j),
en un año (k).
TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k), en referencia a la cobertura de
agua potable = ΣAPi=1 NAPijk.

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


En general la población en los territorios indígenas no tiene acceso a coberturas de
servicio públicos como el agua potable. Los cálculos para este indicador se realizarán en
las Secretarias de Planeación y Salud a nivel departamental. Se quiere conocer el peso
relativo de la población que cuenta con un acceso real al servicio de agua potable, con
respecto al total de la población.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1. NAPijk = Número de habitantes con cobertura de agua potable (i), en un


resguardo (j), en un año (k).
311

Variable 2. TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k), en referencia a la


cobertura de agua potable.

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
No existen grandes limitantes para el cálculo del indicador; en razón a que es posible
levantar la información para determinar la cobertura real del servicio público de agua
potable.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas. La información disponible sobre las
coberturas del servicio de agua potable se tiene a nivel municipal, en los Planes
Maestros de Acueductos y Alcantarillados. La información demográfica se encuentra en
la Asociaciones de Autoridades tradicionales Indígenas; las Secretarias de Planeación y
Salud a nivel departamental.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, la podría proveer las indicador, se podría obtener a
Asociaciones de Autoridades partir de dos fuentes: Secretarias
Tradicionales Indígenas (AATI), de Planeación departamentales
y las Secretarias de Planeación y para acceder al censo de población
Salud a nivel departamental, a de resguardos indígenas;
través de los Planes Maestros de Asociación de Autoridades
Alcantarilla y Agua potable. Tradicionales Indígenas (AATI),
para acceder a la información
sobre el censo de población.
Nivel de La información se podría La información se podría
actualización de los actualizar anualmente. actualizar anualmente.
datos
Estado actual de los No se disponen de datos. Actualmente, se dispone de
datos información procesada para los
años 1979 a 2011.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador sobre el acceso de la población al servicio público de agua potable se
podría calcular cada cinco años.

• Posibles responsables
312

Secretarias de Planeación, Salud, a nivel departamental.

• Documentación relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
Chaparro, O. (2007). Construyendo Agenda 21 para el Departamento de Amazonas:
Una construcción colectiva para el Desarrollo Sostenible de la Amazonia
Colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas - Sinchi.
Leticia, Amazonas, p. 56.
Fundación Alisos (2011). La Amazonia colombiana en cifras. Hechos y percepciones.
Proyecto Alianza Amazonas 2030. Alisos – Alianzas para la Sostenibilidad,
Caracol Televisión, Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo
Sostenible – Cecodes, Embajada del Reino de los Países Bajos, Fundación
Etnollano Colombia, Fundación Gaia Amazonas, Periódico El Espectador,
Publicaciones Semana. Bogotá, Colombia. p. 140.
Gutiérrez, F., Acosta, L. y Salazar, C. (2004). Perfiles urbanos en la Amazonia
Colombiana. Un enfoque para el desarrollo sostenible. Bogotá: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – SINCHI. p. 258.
López, M. (2009). Dinámicas espaciales y temporales del componente demográfico de
la región amazónica colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas – Sinchi. Bogotá, Colombia. p. 121.
Riaño, E. y Salazar, C. (2009). Sistema urbano en la región amazónica colombiana:
análisis de la organización e integración funcional. Instituto Amazónico de
Investigaciones Científicas- Sinchi Bogotá, Colombia. p. 306.
Procuraduría General de la Nación. (2004). La Infancia, el agua y el saneamiento básico
en los planes de desarrollo departamentales y municipales. La planeación local,
una oportunidad para que todos los niños, niñas y adolescentes del país cuenten
con un ambiente adecuado para su desarrollo. Ministerio de Ambiente, Vivienda
y Desarrollo Territorial. Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.
Departamento Nacional de Planeación. Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia – UNICEF. Bogotá. p. 162. Acceso: 9 de mayo de 2012. Disponible en:
http://www.publicaciones.unicefcolombia.com/wp-
content/uploads/2006/03/Agua1.pdf

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas.

• Observaciones
Los indicadores en relación con el agua y el ambiente son fundamentales; se requiere
contar con diagnósticos precisos y exhaustivos que permitan orientar las políticas
públicas para ampliar cuantitativa y cualitativamente las coberturas del saneamiento
básico ambiental. Es importante conocer la cobertura, calidad y continuidad del servicio
de agua potable. El problema no es sólo contar con acceso al recurso agua, sino también
que la población cuente con acceso a una cantidad mínima de agua potable al día. El
313

consumo de agua de baja calidad, trae consigo la presencia de altas tasas de morbilidad
y mortalidad, con mayores impactos en la población menor a los 12 años.

P. Indicador: acceso a servicios públicos básicos

• Definición
Porcentaje de hogares que tienen acceso a los servicios básicos públicos.

• Pertinencia
La identificación de los servicios públicos existentes como: disposición final de basuras,
alcantarillado, energía eléctrica; servicios básicos que permiten mejores condiciones de
salubridad y bienestar de las familias en las comunidades indígenas.

• Unidad de medida
Porcentaje (%)

• Fórmula matemática

PNSPijk = (NSPijk / TPIjk)*100, con:

i = 1, 2,…, SP (servicios públicos)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PNSPijk = Porcentaje de población con cobertura de servicios públicos básicos (i), en un


resguardo (j), en un año (k).
NSPijk = Número de habitantes con cobertura de servicios públicos básicos (i), en un
resguardo (j), en un año (k).
TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k), en referencia a la cobertura de
servicios públicos básicos = ΣAPi=1 NSPijk.

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


En general, la población en los territorios indígena no tiene acceso a coberturas de
servicios básicos públicos. Los cálculos para este indicador se realizarán en las
Secretarias de Planeación y Salud a nivel departamental. Se quiere conocer el peso
relativo de la población que cuenta con un acceso real a servicios públicos básico, con
respecto al total de la población.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―
314

Variable 1. NSPijk = Número de habitantes con cobertura de servicios públicos básicos


(i), en un resguardo (j), en un año (k).
Variable 2. TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k), en referencia a la
cobertura de servicios públicos básicos.

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
No existen grandes limitantes para el cálculo del indicador; en razón a que es posible
levantar la información para determinar la cobertura real del servicio público de agua
potable.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas. La información disponible sobre las
coberturas del servicio básicos públicos, se tiene a nivel municipal, en los Planes
Maestros de Acueductos y Alcantarillados. La información demográfica se encuentra en
la Asociaciones de Autoridades tradicionales Indígenas; las Secretarias de Planeación y
Salud a nivel departamental.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, la podría proveer las indicador, se podría obtener a
Asociaciones de Autoridades partir de dos fuentes: Secretarias
Tradicionales Indígenas (AATI), de Planeación departamentales
y las Secretarias de Planeación y para acceder al censo de población
Salud a nivel departamental, a de resguardos indígenas;
través de los Planes Maestros de Asociación de Autoridades
Alcantarilla y Agua potable. Tradicionales Indígenas (AATI),
para acceder a la información
sobre el censo de población.
Nivel de La información se podría La información se podría
actualización de los actualizar anualmente. actualizar anualmente.
datos
Estado actual de los No se disponen de datos. Actualmente, se dispone de
datos información procesada para los
años 1979 a 2011.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador acceso a servicios básicos públicos se podría calcular cada cinco años.
315

• Posibles responsables
Secretarias de Planeación, Salud, a nivel departamental.
• Documentación relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
Chaparro, O. (2007). Construyendo Agenda 21 para el Departamento de Amazonas:
Una construcción colectiva para el Desarrollo Sostenible de la Amazonia
Colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas - Sinchi.
Leticia, Amazonas, p. 56.
Fundación Alisos (2011). La Amazonia colombiana en cifras. Hechos y percepciones.
Proyecto Alianza Amazonas 2030. Alisos – Alianzas para la Sostenibilidad,
Caracol Televisión, Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo
Sostenible – Cecodes, Embajada del Reino de los Países Bajos, Fundación
Etnollano Colombia, Fundación Gaia Amazonas, Periódico El Espectador,
Publicaciones Semana. Bogotá, Colombia. p. 140.
Gutiérrez, F., Acosta, L. y Salazar, C. (2004). Perfiles urbanos en la Amazonia
Colombiana. Un enfoque para el desarrollo sostenible. Bogotá: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – SINCHI. p. 258.
López, M. (2009). Dinámicas espaciales y temporales del componente demográfico de
la región amazónica colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas – Sinchi. Bogotá, Colombia. p. 121.
Riaño, E. y Salazar, C. (2009). Sistema urbano en la región amazónica colombiana:
análisis de la organización e integración funcional. Instituto Amazónico de
Investigaciones Científicas- Sinchi Bogotá, Colombia. p. 306.
Procuraduría General de la Nación. (2004). La Infancia, el agua y el saneamiento básico
en los planes de desarrollo departamentales y municipales. La planeación local,
una oportunidad para que todos los niños, niñas y adolescentes del país cuenten
con un ambiente adecuado para su desarrollo. Ministerio de Ambiente, Vivienda
y Desarrollo Territorial. Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios.
Departamento Nacional de Planeación. Fondo de las Naciones Unidas para la
Infancia – UNICEF. Bogotá. p. 162. Acceso: 9 de mayo de 2012. Disponible en:
http://www.publicaciones.unicefcolombia.com/wp-
content/uploads/2006/03/Agua1.pdf

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas. Sin embargo, se dispone de información
demográfica para los años 1979 a 2011.

• Observaciones
Los indicadores en relación con las coberturas de los servicios públicos básicos son
fundamentales; se requiere contar con diagnósticos integrales que permitan orientar las
políticas públicas, para afianzar cuantitativa y cualitativamente las coberturas del
saneamiento básico ambiental. Es importante conocer la cobertura, calidad y
continuidad de cada uno de los servicios básicos públicos. El no contar con un
316

saneamiento básico, trae consigo la presencia de altas tasas de morbilidad y mortalidad,


con mayores impactos en la población menor a los 12 años.

Q. Indicador: casos de personas evitables por alternativas indígenas y no-


indígenas

• Definición
Métodos terapéuticos existentes para la prevención de la salud física y mental,
desarrollados tanto por los servicios formales prestados por el Estado, como a través de
la medicina tradicional, con base en el respeto de normas y valores dados culturalmente.

• Pertinencia
En los pueblos indígenas se considera que poseer un buen estado de salud se refiere a un
conjunto de fundamentos esenciales, que describen previsiones y cuidados del cuerpo,
de la naturaleza y de la sociedad relacionados con el medio ambiente. Sin embargo, la
vinculación de los pueblos indígenas a las economías locales pueden inducir ciertos
desequilibrios por inadecuados usos y manejos dados a los recursos naturales ofrecidos
por el ecosistema; generan desórdenes sociales que se manifiestan en la existencia de
enfermedades en las personas, conflictos en los asentamientos, entre otros. También, de
resaltar la existencia de prácticas culturales que permiten superar y corregir los
desórdenes sociales y curar las enfermedades.

• Unidad de medida
Porcentaje (%)

• Fórmula

PCASijk = (NCAijk / TPIjk)*100, con:

i = 1, 2,…, CAS (casos atendidos por servicios médicos tradicionales o formales)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PCASijk = Porcentaje de casos evitados por servicios médicos tradicionales o formales


(i), en un resguardo (j), en un año (k).
NCAijk = Número de casos evitados por servicios médicos tradicionales o formales (i),
en un resguardo (j), en un año (k).
TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k), en referencia a las personas
atendidas por servicios médicos tradicionales o formales = ΣPi=1 CASijk.

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


317

En general existen casos evitados tanto por los servicios médicos tradicionales, como
por la atención del sistema de salud pública. Los cálculos para este indicador se
realizarán en las Secretarias de Planeación y Salud a nivel departamental. Se quiere
conocer el peso relativo de los casos evitados por un tipo de atención de salud existente,
con respecto al total de la población.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: NCAijk = Número de casos atendidos por servicios médicos tradicionales o


formales (i), en un resguardo (j), en un año (k).
Variable 2: TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k).

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
Existen grandes limitantes para el cálculo del indicador; sin embargo, las Secretarias de
Salud a nivel departamental, podrían levantar información sobre los casos evitados por
la atención en salud tradicional o formal.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas. Existe información disponible sobre la
atención de personas por el sistema de salud formal a nivel municipal. La información
demográfica se encuentra en la Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas
(AATI); las Secretarias de Planeación y Salud a nivel departamental.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, la podría proveer la indicador, se podría obtener a
Secretaria de salud a nivel partir de dos fuentes: Secretarias
departamental y las de Planeación departamentales
Asociaciones de Autoridades para acceder al censo de población
Tradicionales Indígenas (AATI). de resguardos indígenas;
Asociación de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI),
para acceder a la información
sobre el censo de población.
Nivel de La información se podría La información se podría
actualización de los actualizar anualmente. actualizar anualmente.
datos
Estado actual de los No se disponen de datos. Actualmente, se dispone de
datos información procesada para los
años 1979 a 2011.
318

Forma de Digital y papel. Digital y papel.


presentación de los
datos
• Periodicidad de los datos
El indicador personas evitables por alternativas indígenas y no indígenas se podría
calcular cada cinco años.

• Posibles responsables
Secretaria de salud a nivel departamental y las Asociaciones de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI).

• Documentación relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
Departamento Nacional de Planeación - DNP. (2010). Aspectos básicos de los grupos
étnicos indígenas. Acceso: 6 de septiembre de 2012. Disponible:
http://www.dnp.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=CpCS1dVTQf4%3D&tabid=2
73
Fundación Alisos (2011). La Amazonia colombiana en cifras. Hechos y percepciones.
Proyecto Alianza Amazonas 2030. Alisos – Alianzas para la Sostenibilidad,
Caracol Televisión, Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo
Sostenible – Cecodes, Embajada del Reino de los Países Bajos, Fundación
Etnollano Colombia, Fundación Gaia Amazonas, Periódico El Espectador,
Publicaciones Semana. Bogotá, Colombia. p. 140.
Gutiérrez, F., Acosta, L. y Salazar, C. (2004). Perfiles urbanos en la Amazonia
Colombiana. Un enfoque para el desarrollo sostenible. Bogotá: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – SINCHI. p. 258.
Fondo de Población de las Naciones Unidas – UNFPAL. (2010). Memorias encuentro
internacional de salud intercultural. Proyecto Embera Wera – Risaralda. Consejo
Regional Indígena de Risaralda – CRIR. Risaralda. p. 136. Acceso: 10 de mayo
de 2012. Disponible en:
http://www.unfpa.org.co/uploadUNFPA/file/Memorias%20encuentro%20interna
cional%20de%20salud%20intercultural%20Colombia%202010%20.pdf
Comisión Económica para America Latina y El Caribe - CEPAL. (2010). Población y
salud en América Latina y del Caribe: retos pendientes y nuevos desafíos.
Comité especial de la CEPAL sobre población y desarrollo. Fondo de Población
de las Naciones Unidas (UNFPA). Santiago de Chile. p. 212. Acceso: 10 de
mayo de 2012. Disponible en:
http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/8/39438/LCL3216_CEP2010.pdf
López, M. (2009). Dinámicas espaciales y temporales del componente demográfico de
la región amazónica colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas – Sinchi. Bogotá, Colombia. p. 121.
Riaño, E. y Salazar, C. (2009). Sistema urbano en la región amazónica colombiana:
análisis de la organización e integración funcional. Instituto Amazónico de
Investigaciones Científicas- Sinchi Bogotá, Colombia. p. 306.
319

Ministerio de Salud. (2000). Norma técnica00412 de 2000 para la atención del parto.
Dirección General de Promoción y Prevención. Bogotá. p. 17. Acceso: 10 de
mayo de 2012. Disponible en:
http://www.nacer.udea.edu.co/pdf/capacitaciones/hc/03-atencion.pdf

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas. Sin embargo, se dispone de información
demográfica para los años 1979 a 2011.

• Observaciones

R. Indicador: cobertura de los medios para atender enfermedades indígenas y no-


indígenas

• Definición
Acceso a servicios de salud proveídos por: el Estado ―atención primaria, medicina
farmacéutica, intervención hospitalaria, sistemas de inmunización―; servicios de
medicina tradicional.

• Pertinencia
La existencia de servicios de salud curativos ―programas, campañas, entre otros―
ofrecidos por el sistema de salud del Estado y la medicina tradicional, aportan un
conjunto de elementos asociados a métodos terapéuticos disponibles en los
asentamientos indígenas. Los elementos asociados a modos de prevención de
enfermedades de origen tradicional son sugeridos en otros indicadores; no obstante la
conjunción de algunos funcionamientos asociados a la vida en comunidad, la
producción y la vida cotidiana, deben ser analizados de manera profunda para
comprender el entramado de relaciones que los unen, así como también los conflictos
surgidos por las interacciones de los dos sistemas de salud.

• Unidad de medida
Porcentaje (%)

• Fórmula

PASSijk = (PSMijk / TPIjk)*100, con:

i = 1, 2,…, PASM (personas atendidas por servicios médicos tradicionales o formales)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:

PASSijk = Porcentaje de personas atendidas por servicios médicos tradicionales o


formales (i), en un resguardo (j), en un año (k).
320

NPAijk = Número de personas atendidas por servicios médicos tradicionales o formales


(i), en un resguardo (j), en un año (k).
TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k), en referencia a las personas
atendidas por servicios médicos tradicionales o formales = ΣPi=1 PASijk.

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


En general las personas en los territorios indígenas pueden tener acceso tanto a servicios
médicos tradicionales como a una atención por el sistema de salud pública. Los cálculos
para este indicador se realizarán en las Secretarias de Planeación y Salud a nivel
departamental. Se quiere conocer el peso relativo de las mujeres que fueron asistidas en
sus partos por un tipo de atención de salud existente, con respecto al total de la
población.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

Variable 1: NPAijk = Número de personas atendidas por servicios médicos tradicionales


y/o formales (i), en un resguardo (j), en un año (k).
Variable 2: TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k),

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
No existen grandes limitantes para el cálculo del indicador; en razón a que las
Secretarias de Salud a nivel departamental, son las encargadas de levantar información
sobre las coberturas de la atención en salud.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas. Existe información disponible sobre la
atención a personas por parte del sistema de salud a nivel municipal. La información
demográfica se encuentra en la Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas
(AATI); las Secretarias de Planeación y Salud a nivel departamental.

• Disponibilidad de los datos


Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, la podría proveer la indicador, se podría obtener a
Secretaria de salud a nivel partir de dos fuentes: Secretarias
departamental y las de Planeación departamentales
Asociaciones de Autoridades para acceder al censo de población
Tradicionales Indígenas (AATI). de resguardos indígenas;
Asociación de Autoridades
321

Tradicionales Indígenas (AATI),


para acceder a la información
sobre el censo de población.
Nivel de La información se podría La información se podría
actualización de los actualizar anualmente. actualizar anualmente.
datos
Estado actual de los No se disponen de datos. Actualmente, se dispone de
datos información procesada para los
años 1979 a 2011.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador coberturas de los medios para atender enfermedades indígenas y no
indígenas se podría calcular cada cinco años.

• Posibles responsables
Secretaria de salud a nivel departamental y las Asociaciones de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI).

• Documentación relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
Departamento Nacional de Planeación - DNP. (2010). Aspectos básicos de los grupos
étnicos indígenas. Acceso: 6 de septiembre de 2012. Disponible:
http://www.dnp.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=CpCS1dVTQf4%3D&tabid=2
73
Fundación Alisos (2011). La Amazonia colombiana en cifras. Hechos y percepciones.
Proyecto Alianza Amazonas 2030. Alisos – Alianzas para la Sostenibilidad,
Caracol Televisión, Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo
Sostenible – Cecodes, Embajada del Reino de los Países Bajos, Fundación
Etnollano Colombia, Fundación Gaia Amazonas, Periódico El Espectador,
Publicaciones Semana. Bogotá, Colombia. p. 140.
Gutiérrez, F., Acosta, L. y Salazar, C. (2004). Perfiles urbanos en la Amazonia
Colombiana. Un enfoque para el desarrollo sostenible. Bogotá: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – SINCHI. p. 258.
Fondo de Población de las Naciones Unidas – UNFPAL. (2010). Memorias encuentro
internacional de salud intercultural. Proyecto Embera Wera – Risaralda. Consejo
Regional Indígena de Risaralda – CRIR. Risaralda. p. 136. Acceso: 10 de mayo
de 2012. Disponible en:
http://www.unfpa.org.co/uploadUNFPA/file/Memorias%20encuentro%20interna
cional%20de%20salud%20intercultural%20Colombia%202010%20.pdf
Comisión Económica para America Latina y el Caribe - CEPAL. (2010). Población y
salud en América Latina y del Caribe: retos pendientes y nuevos desafíos.
Comité especial de la CEPAL sobre población y desarrollo. Fondo de Población
322

de las Naciones Unidas (UNFPA). Santiago de Chile. p.212. Acceso 10 de mayo


de 2012. Disponible en:
http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/8/39438/LCL3216_CEP2010.pdf
López, M. (2009). Dinámicas espaciales y temporales del componente demográfico de
la región amazónica colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas – Sinchi. Bogotá, Colombia. p. 121.
Riaño, E. y Salazar, C. (2009). Sistema urbano en la región amazónica colombiana:
análisis de la organización e integración funcional. Instituto Amazónico de
Investigaciones Científicas- Sinchi Bogotá, Colombia. p. 306.
Ministerio de Salud. (2000). Norma técnica00412 de 2000 para la atención del parto.
Dirección General de Promoción y Prevención. Bogotá. p. 17. Acceso: 10 de
mayo de 2012. Disponible en:
http://www.nacer.udea.edu.co/pdf/capacitaciones/hc/03-atencion.pdf

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas. Sin embargo, se dispone de información
demográfica para los años 1979 a 2011.

• Observaciones

S. Indicador: atención a mujeres en parto

• Definición
Son las posibilidades que existen de lograr un parto asistido de manera eficiente, sea por
médicos tradicionales o por el sistema de atención de salud pública.

• Pertinencia
El número de partos atendidos de manera efectiva es un indicador importante de salud,
ya que su atención oportuna atenúa de manera significativa la morbilidad y la
mortalidad materna y perinatal. Busca, además, dar cuenta de las debilidades de la
atención de la salud en los territorios indígenas.

• Unidad de medida
Porcentaje (%)

• Fórmula

PPSMijk = (PSMijk / TPIjk)*100, con:

i = 1, 2,…, P (partos asistidos por servicios médicos tradicionales y/o formales)


J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)

Donde:
323

PPSMijk = Porcentaje de partos asistidos por servicios médicos tradicionales y/o


formales (i), en un resguardo (j), en un año (k).
PSMijk = Número de partos asistidos por servicios médicos tradicionales y/o formales
(i), en un resguardo (j), en un año (k).
TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k), en referencia a los partos asistidos
por servicios médicos tradicionales y/o formales = ΣPi=1 PSMijk.

• Descripción metodológica

 Proceso de cálculo general del indicador


En general las mujeres en los territorios indígenas pueden tener acceso tanto a servicios
médicos tradicionales, como a una atención por el sistema de salud pública, para la
atención de los partos. Los cálculos para este indicador se realizarán en las Secretarias
de Planeación y Salud a nivel departamental. Se quiere conocer el peso relativo de las
mujeres que fueron asistidas en sus partos por un tipo de atención de salud existente,
con respecto al total de la población.

 Definición de cada variable de la fórmula ―incluir dentro de la descripción la


unidad de medida―

PSMijk = Número de partos asistidos por servicios médicos tradicionales y/o formales
(i), en un resguardo (j), en un año (k).
TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k), en referencia a los partos asistidos
por servicios médicos tradicionales y/o formales.

 Limitaciones del indicador ―con relación al método de cálculo y a la medición


del fenómeno estudiado―
No existen grandes limitantes para el cálculo del indicador; en razón a que las
Secretarias de Salud a nivel departamental, son las encargadas de levantar información
sobre las coberturas de la atención en salud.

• Cobertura
Resguardos indígenas.

• Fuente de los datos


Este indicador carece de series históricas. Existe información disponible sobre la
atención a mujeres en parto por la atención del sistema de salud a nivel municipal. La
información demográfica se encuentra en la Asociaciones de Autoridades Tradicionales
Indígenas (AATI); las Secretarias de Planeación y Salud a nivel departamental.

• Disponibilidad de los datos


324

Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, la podría proveer la indicador, se podría obtener a
Secretaria de salud a nivel partir de dos fuentes: Secretarias
departamental y las de Planeación departamentales
Asociaciones de Autoridades para acceder al censo de población
Tradicionales Indígenas (AATI). de resguardos indígenas;
Asociación de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI),
para acceder a la información
sobre el censo de población.
Nivel de La información se podría La información se podría
actualización de los actualizar anualmente. actualizar anualmente.
datos
Estado actual de los No se disponen de datos. Actualmente, se dispone de
datos información procesada para los
años 1979 a 2011.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
datos

• Periodicidad de los datos


El indicador atención de mujeres en parto se podría calcular cada cinco años.

• Posibles responsables
Secretaria de salud a nivel departamental y las Asociaciones de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI).

• Documentación relacionada

Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del


nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
Departamento Nacional de Planeación - DNP. (2010). Aspectos básicos de los grupos
étnicos indígenas. Acceso: 6 de septiembre de 2012. Disponible:
http://www.dnp.gov.co/LinkClick.aspx?fileticket=CpCS1dVTQf4%3D&tabid=2
73
Fundación Alisos (2011). La Amazonia colombiana en cifras. Hechos y percepciones.
Proyecto Alianza Amazonas 2030. Alisos – Alianzas para la Sostenibilidad,
Caracol Televisión, Consejo Empresarial Colombiano para el Desarrollo
Sostenible – Cecodes, Embajada del Reino de los Países Bajos, Fundación
Etnollano Colombia, Fundación Gaia Amazonas, Periódico El Espectador,
Publicaciones Semana. Bogotá, Colombia. p. 140.
Fondo de Población de las Naciones Unidas – UNFPAL. (2010). Memorias encuentro
internacional de salud intercultural. Proyecto Embera Wera – Risaralda. Consejo
Regional Indígena de Risaralda – CRIR. Risaralda. p. 136. Acceso: 10 de mayo
de 2012. Disponible en:
325

http://www.unfpa.org.co/uploadUNFPA/file/Memorias%20encuentro%20interna
cional%20de%20salud%20intercultural%20Colombia%202010%20.pdf
Comisión Económica para America Latina y el Caribe - Cepal. (2010). Población y
salud en América Latina y del Caribe: retos pendientes y nuevos desafíos.
Comité especial de la CEPAL sobre población y desarrollo. Fondo de Población
de las Naciones Unidas (UNFPA). Santiago de Chile. p. 212. Acceso: 10 de
mayo de 2012.
http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/8/39438/LCL3216_CEP2010.pdf
López, M. (2009). Dinámicas espaciales y temporales del componente demográfico de
la región amazónica colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas – Sinchi. Bogotá, Colombia. p. 121.
Riaño, E. y Salazar, C. (2009). Sistema urbano en la región amazónica colombiana:
análisis de la organización e integración funcional. Instituto Amazónico de
Investigaciones Científicas- Sinchi Bogotá, Colombia. p. 306.
Ministerio de Salud. (2000). Norma técnica00412 de 2000 para la atención del parto.
Dirección General de Promoción y Prevención. Bogotá. p. 17. Acceso: 10 de
mayo de 2012. Disponible en:
http://www.nacer.udea.edu.co/pdf/capacitaciones/hc/03-atencion.pdf

• Series o bases de datos


No se cuentan con series de datos históricas. Sin embargo, se dispone de información
demográfica para los años 1979 a 2011.

• Observaciones
Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas – UNFPAL (2010), cerca del 98%
de las muertes de mujeres embarazadas ocurridas en Colombia, eran evitables; la
mortalidad de mujeres gestantes continúa siendo un preocupante problema de salud
pública en Colombia y, a la vez, una situación de vulneración de los derechos a la salud
y a la vida de las mujeres. La atención institucional del parto es una medida de primer
orden para disminuir de manera significativa la morbilidad y mortalidad materna y
perinatal (MinSalud, 2000). Se tienen establecidos los parámetros mínimos que
garantizan la atención de calidad, para el desarrollo de las actividades, procedimientos e
intervenciones durante la atención del parto, con el propósito de dar respuesta a los
derechos en salud de las mujeres y sus hijos.

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