Tesis Luis Eduardo Final Version Impresa - Diciembre 2013
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Bilbao, 2013
Pueblos indígenas de la Amazonia e
indicadores de bienestar humano en la
encrucijada de la globalización: estudio
de caso Amazonia colombiana
Bilbao, 2013
A la memoria de mis queridos padres Ana María y Luis Eduardo
A mis entrañables amigos: Jairo Chaparro, Adriano Bernal, Luis Alberto Salcedo, sus
esposas, hijas e hijos, por sostener una amistad tan viva y llena de detalles humanos,
que ha superado el tiempo y las distancias geográficas; pese a esas circunstancias se
sostiene con una vitalidad enorme. Igualmente a mis apreciados amigas y amigos de la
comunidad Reserva Cerca Viva, que con el tiempo se han podido construir profundos
afectos y convertido en mi familia más próxima en estas tierras promisorias de la
Amazonia colombiana: José Luis Díaz, Pilar Maldonado, Oscar Tamayo, Clara Patricia
Peña, Valeria Meilkle, Liliana Guarnizo, Marta Prado; sus hijas e hijos, Waira, Juan
Sue, Manuela Mariramba, Inti Asaí, Airmar, Elisa, Antara. Todos conocemos como la
palma de la mano, de las angustias, nostalgias, logros y vivencias de nuestra
cotidianidad bien vivida. A mi buen amigo Hernando Valdés y su apreciada esposa
Anita Mejía, porque a través de cada abrazo y diálogos compartidos, marcaron mi vida
de una serenidad frente a las situaciones críticas que se presentan por nuestro trabajo
social en la región amazónica. Siempre hemos tenido la valentía de compartir las
lágrimas en aquellos instantes tan adversos cuando nos dejan nuestros seres queridos.
A mi dilecto profesor Alfonso Dubois Migoya, por estar en los últimos cinco últimos
años acompañándome como Director de la Tesis Doctoral; su guía, sus críticas
conceptuales y metodológicas, forjaron un camino para incursionar en el tema del
bienestar humano; impregnaron de confianza y profundidad a la propuesta que llevó a
la conformación de unos indicadores apropiados para los pueblos indígenas en el
Amazonas.
De manera especial a mi querido amigo Uitoto Luis Arcangel Juragaro, que en los
últimos ocho años de trabajo institucional, ha sido un compañero y apoyo, en las
jornadas de discusión y concertación con la Asociación Zonal Indígena de Cabildos y
Autoridades Tradicionales de La Chorrera - Azicatch. Guardo mi especial gratitud y
respeto por el Sabedor Tradicional Honorio Nonokudo, por su confianza al compartir
su cultura en un diálogo intercultural franco, pese a su tragedia familiar que lo ha
embargado en los últimos años. A Patricio Guerrero que se inicia en su carrera
ceremonial del Baile de Frutas Yuak+; al anciano sabedor Gentil Sánchez que dispone
con su energía e identidad para conservar los valores culturales que permiten sostener
la vida; a los dinamizadores indígenas Ángel María Zafiama, Juan Bosco Tejada, Osias
Cobete, Martín Efaiteke, Jeremias Farekade, Henry Giagrekudo, Simón Neikase,
Jimmy Gifichieu, José Miller Teteye; Miguel Kuiru y Ever Kuiru; quienes me han
apoyado en todo momento con su vitalidad en los ejercicios etnográficos adelantados.
A la antropóloga Mónica Natalia Pérez por su afecto y compromiso asumido en el
proceso de investigación en La Chorrera.
A Harrison Sonerai, Arley Mokema, José Enmanuel Kueygaje, Juan Pedro Firisateke,
Gil Farekadet, Norberto Farekatde, Gerardo Sueche y Jesús Teteye, líderes de la
Asociación - Azicatch; estantillos del gobierno intercultural de los pueblos indígenas
de La Chorrera; su confianza abrieron el camino para que el Instituto Sinchi cuente con
un espacio de reconocimiento por su labor de una investigación comprometida, cuyos
resultados se han dirigido a proteger los conocimientos tradicionales asociados a la
biodiversidad.
A las directivas del Instituto Sinchi, doctoras Luz Marina Mantilla Cárdenas y Rosario
Piñeres Vergara, por su aliento y confianza permanentes, han dispuesto de todos los
apoyos necesarios para adelantar y culminar la Tesis Doctoral. A los compañeros de la
Subdirección Administrativa y Financiera, Consuelo Cruz, Manuel Pérez, Diego
Lizcano, Elena Maldonado, Melba Espitia, Mario Jimenez, Omar Rodríguez, Sandra
Buitrago, Diana Mora, Irene Garzon Reyes, Silvia Camargo, les debo el apoyo
logístico y humano que han favorecido la realización de este trabajo. De manera
especial a los compañeros de la parte administrativa de la Sede del Instituto Sinchi en
Leticia, por su incondicional apoyo en los diferentes momentos del trabajo
investigativo con los pueblos indígenas: Martha Cury, Sandra Mora, Lilia Perez, Nelly
Amias, Eugenia Guayanba y William Quintero.
A mis queridos compañeros Investigadores del Instituto Sinchi, los más gratos
reconocimientos a la amistad y solidaridad brindada, que han alentado y acompañado
el proceso investigativo, sin dejar de ser rigurosos y críticos de los resultados de la
Tesis Doctoral. En la sede Bogotá: Dairon Cardenas, Soledad Hernandez, Uriel
Murcia, Carlos Ariel Salazar, Gladys Cardona, Jaime Barrera, Nicolas Castaño, Lorena
Quintero, Marcela Carrillo, William Castro; en Leticia: Edwin Agudelo, Marcela
Nuñez, Ximena Bardales, Clara Patricia Peña, Juan Sebastián Barreto, Misael
Rodriguez; en Florencia: Carlos Hernando Rodríguez, Augusto Mazorra (Q.E.P.D.),
Delio Mendoza, Bernardo Betancurt, Diego Caicedo, Armando Sterling; en San José
del Guaviare: Mauricio Zubieta, Bernardo Giraldo, Guillermo Vargas. A Manuel
Cárdenas y familia, por las jornadas que compartimos en los procesos comunitarios
adelantados en aquellos años de mayor tensión y conflicto social en la región del
Guaviare.
Resumen
La Tesis Doctoral analiza las corrientes de pensamiento que históricamente han estado
involucradas en la discusión sobre el concepto de bienestar; realiza un análisis de las
propuestas centrales y sobre los indicadores de bienestar humano, con el fin de optar
por una alternativa conceptual viable para las minorías étnicas indígenas en la
Amazonia colombiana. Se adentra en conocer las propuestas sobre indicadores que se
han planteado, tanto a nivel convencional, como aquellos específicos surgidos por el
concepto de bienestar humano, en particular procesos adelantados por visibilizar a las
minorías étnicas en las estadísticas nacionales. Aporta a la discusión generada por las
cosmovisiones de los pueblos indígenas en América latina, que avanzan en fortalecer
los fundamentos de vida propios en contraposición a los conceptos de desarrollo y la
modernidad.
Abstract
The Doctoral Thesis analyzes the currents of thought that have historically been
involved in the discussion of the concept of well-being, an analysis of the central
proposals and human welfare indicators, in order to opt for a viable conceptual
alternative minorities ethnic Indians in the Colombian Amazon. He goes on to
proposals on indicators that have been raised, both conventional specific as those raised
by the concept of human welfare, particularly visible trials for ethnic minorities in
national statistics. It contributes to the discussion generated by the worldviews of
indigenous peoples in Latin America, they move to strengthen the foundations of their
own life as opposed to the concepts of development and modernity.
Contenido
Pág.
Presentación 1
1. INTRODUCCIÓN 5
1.1. Metodología 9
1.1.1. Problema y preguntas de investigación 10
1.1.2. Hipótesis de trabajo 12
1.1.3. Objetivos 13
1.1.4. Unidad de análisis para la aplicación de los indicadores de bienestar 14
humano
1.1.5. Tablas auxiliares amplificadoras para la presentación de la información 21
1.1.6. Proceso seguido para el diseño de los indicadores de bienestar humano 21
2. TENDENCIAS EN LA DISCUSIÓN SOBRE EL CONCEPTO DE 25
BIENESTAR
2.1. Concepción aristotélica del bienestar 26
2.2. Visión clásica de la idea de bienestar 29
2.3. Utilitarismo: visión ética del bienestar 32
2.4. Economía neoclásica: individualismo e imposibilidad de comparación 35
interpersonal
2.4.1. Teoremas del Bienestar: Optimización y Equilibrio 36
2.4.2. Condiciones actuales del concepto de bienestar: el enfoque economicista 38
2.4.3. Crítica al utilitarismo 41
2.5. El enfoque del desarrollo humano y la teoría del bienestar de Amartya Sen 44
2.5.1. La libertad y la igualdad principios para alcanzar el bienestar humano 47
2.5.2. La libertad cultural 51
XVI
2.5.3. La dimensión social del bienestar humano y las categorías colectivas base 53
para su evaluación
2.5.4. La equidad de género en el desarrollo humano 61
2.6. Crítica sobre los aportes al concepto de bienestar a la luz del desarrollo 65
humano
3. INDICADORES DE BIENESTAR 73
3.1. Indicadores convencionales de bienestar desde los organismos 74
multilaterales
3.1.1. El programa sobre indicadores sociales de la Organización para la 74
Cooperación y el Desarrollo Económico - OCDE
3.1.2. El sistema de estadísticas sociales y demográficas – SESD de la ONU 76
3.1.3. El enfoque de las Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) 78
3.2. Indicadores de Desarrollo Humano (IDH) 83
3.3. Indicadores para pueblos indígenas 86
3.3.1. Las propuestas de los Bancos Mundial (BM) e Interamericano de 87
Desarrollo (BID)
3.3.2. La propuesta del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) 90
3.3.3. Los aportes de la Organización de las Naciones Unidas – ONU 93
3.3.4. Propuesta del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) 95
3.3.5. Aportes de la Cumbre Internacional de los Pueblos Indígenas sobre 99
Desarrollo Sostenible - Kimberley
3.3.6. Reunión de expertos indígenas de América Latina y el Caribe sobre 101
indicadores de bienestar y pueblos indígenas (Nicaragua 2006)
3.3.7. El pacto de Pedregal: pueblos indígenas e indicadores de bienestar y 103
desarrollo. 2008
3.3.8. Propuesta sobre indicadores sociales de CELADE/CEPAL – Fondo 110
Indígena
3.4. Síntesis de una trayectoria en la conformación de indicadores apropiados 116
para pueblos indígenas
4. EL CONCEPTO DE BIENESTAR DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE 121
LA AMAZONIA COLOMBIANA
4.1. El papel de los resguardos indígenas como salvaguardas del medio 123
XVII
Lista de tablas
Pág.
Tabla 1. Etnias y población en el Corregimiento de la Chorrera, Amazonas 18
Tabla 2. Participación actividades económicas por sectores y localidades. 20
Departamento del Amazonas
Tabla 3. Corrientes de pensamiento que han abordado el concepto de bienestar 66
Tabla 4. Dimensiones e indicadores para la evaluación de las NBI 80
Tabla 5. Capacidades y Dimensiones en el diseño de nuevos indicadores para 92
pueblos indígenas
Tabla 6. Indicadores basados en la lengua 96
Tabla 7. Indicadores basados en la tierra 97
Tabla8. Indicadores basados en los pueblos 97
Tabla 9. Indicadores basados en las políticas 98
Tabla 10. Indicadores basados en la cultura 99
Tabla 11. Temáticas priorizadas por el Foro permanente para las cuestiones 105
indígenas de la ONU
Tabla 12. Indicadores identificados sobre demografía indígena 112
Tabla 13. Indicadores identificados sobre distribución territorial de la población y 113
la inmigración interna
Tabla 14. Indicadores identificados sobre educación y cultura indígena 113
Tabla 15. Indicadores identificados sobre salud indígena
Tabla 16. Indicadores identificados sobre las características socioeconómicas 114
Tabla 17. Indicadores identificados sobre vivienda, hogar y familia indígena 114
Tabla 18. Pueblos indígenas por unidad político–administrativa. Región amazónica 124
colombiana
Tabla 19. Población y coberturas de la tierra en resguardos indígenas. Amazonia 126
colombiana
XX
Tabla 20. Dinámicas externas e internas en los resguardos indígenas. Región 127
amazónica colombiana
Tabla 21. Tipos de resguardos indígenas. Región amazónica colombiana 128
Tabla 22. Cambio de las coberturas de la tierra 2002 – 2007. Amazonia colombiana 132
Tabla 23. Productos propios requeridos para una buena alimentación en cabildos 157
indígenas. Complejo cultural de La Chorrera, Amazonas
Tabla 24. Principios y fundamento para garantizar la abundancia 159
Tabla 25. Las prácticas culturales de las chagras en La Chorrera, Amazonas 163
Tabla 26. Las instituciones tradicionales en La Chorrera, Amazonas 166
Tabla 27. Problemas socioeconómicos que afectan la sostenibilidad de la 174
abundancia
Tabla 28. Estrategias y procesos de fortalecimiento de los conocimientos 179
tradicionales asociados a la agrobiodiversidad, de los pueblos indígenas de La
Chorrera, Amazonas
Tabla 29. Aprovechamiento de otras especies de la chagra en cabildos indígenas. 198
Complejo cultural de La Chorrera, Amazonas
Tabla 30. Indicadores sobre la capacidad de control colectivo del territorio 206
Tabla 31. Indicadores sobre la capacidad de agencia cultural autónoma 208
Tabla 32. Indicadores sobre la capacidad de agencia cultural autónoma. 209
Tabla 33. Indicadores sobre la capacidad de agencia cultural autónoma 210
Tabla 34. Indicadores sobre la capacidad de agencia cultural autónoma 211
Tabla 35. Indicadores sobre la capacidad para garantizar la autonomía alimentaria 213
Tabla 36. Indicadores sobre la capacidad para lograr un ambiente tranquilo 216
Tabla 37. Indicadores sobre la capacidad para asegurar el auto-cuidado y la 218
reproducción
Tabla 38. Síntesis de las capacidades para evaluar el bienestar humano en los 220
pueblos indígenas y ámbito de medición
XXI
Lista de figuras
Pág.
Figura 1. Resguardos indígenas. Amazonia colombiana 15
Figura 2. Mapa de la División Política Administrativa del departamento del 17
Amazonas
Figura 3. Coberturas de la tierra 2007. Amazonia colombiana 133
Figura 4. Marco para el diseño de indicadores apropiados para pueblos indígenas 146
Figura 5: Localidad de La Chorrera, Río Igará – Paraná, Amazonas 148
Figura 6. Territorios ancestrales de los pueblos indígenas hijos del tabaco, coca y 153
yuca dulce. Resguardo Predio Putumayo. Departamento del Amazonas
Figura 7. Cacique Cabildo Caisam. La Chorrera, Amazonas 161
Figura 8. Maloca Cabildo Caisam. La Chorrera, Amazonas 165
Figura 9. Familia indígena. La Chorrera, Amazonas 170
Figura. 10. Tipos de familias en cabildos indígenas. Complejo cultural de La 171
Chorrera, Amazonas
Figura 11. Destino de la producción por tipo de chagra en cabildos indígenas. 173
Complejo cultural de La Chorrera, Amazonas
XXIII
Lista de siglas
Presentación
En los albores del siglo XXI, todavía el imaginario de la sociedad colombiana percibe
la región amazónica como un territorio de bosques inhóspitos y lejanos; que revela la
existencia de una región marginal en la geografía nacional, habitada por algunas tribus
y que, según las noticias recientes, es escenario de operaciones militares contra la
insurgencia y el narcotráfico. Esta región se ha constituido en los últimos 31 años de mi
vida en referencia, tanto de residencia como de trabajo de investigación
socioeconómica. Los primeros 14 años de estadía ofrecieron la oportunidad de estar en
medio del proceso más reciente de colonización campesina en el norte de la Amazonia,
en el departamento del Guaviare, experimentando los rigores de su poblamiento y
particularidades de la intervención en el bosque tropical húmedo, junto con los
fenómenos de orden sociopolítico que todavía allí siguen vigentes. Lo vivido hasta ese
entonces, no podría haber sido distinto si no se hubiera contado con una experiencia
espiritual comprometida para percibir la energía de las poblaciones colono-campesinas
andinas enfrentadas a un ecosistema ajeno, donde lograron una recomposición social a
costa de los bosques en pie y acudiendo al valor para afrontar a la insurgencia y al
narcotráfico.
Las dos últimas décadas transcurrieron en un contacto permanente con los territorios de
las sociedades indígenas en el Sur Oriente de la Amazonia, donde el espíritu se
enaltece frente a los espectaculares paisajes de selva y ríos de aguas claras y
transparentes, de biodiversidad y grandes distancias, que distinguen esa región. Los
ríos, por su parte, se constituyen en las vías naturales de comunicación de dichos
pueblos indígenas, cuyos asentamientos se caracterizan por ser multiétnicos,
pluriculturales y altamente dispersos. Estos territorios se encuentran seriamente
amenazados hacia el futuro por la ampliación de la frontera agropecuaria generada por
2
Con base en ese marco teórico, en el quinto capítulo se identifican y definen los
indicadores de bienestar humano para pueblos indígenas (IBHI) en el departamento del
4
1. INTRODUCCIÓN
En los primeros años del siglo XXI, la evolución poblacional a nivel planetario encarna
una tendencia cada vez más creciente de concentración de la población en áreas
urbanas (Ashford, 2004; Johns, 2011). Este es un fenómeno demográfico que afectará a
las poblaciones rurales, especialmente a los pueblos indígenas que mantienen un
significado cultural con los territorios que habitan, induciendo su migración hacia
zonas urbanas. En ese contexto, se resalta la presencia de los pueblos indígenas1
considerados como uno de los segmentos poblacionales que históricamente han vivido
en áreas rurales ―en territorios ancestrales―, los cuales comparten valores culturales
fundamentales y unos modos de vida arraigados a los bosques. Estas poblaciones
étnicas minoritarias totalizan más de 350 millones de personas repartidas en más de 70
países del mundo y representan más de 5.000 lenguas y culturas vivas (Hughes, 2004;
Secours Catholique – Departamento América Latina y Caribe, 2009; PNUD, 2010). Se
trata también de un segmento de población con la mayor diversidad étnica y
pluricultural presente en el mundo, cuyos conocimientos igualmente están asociados a
la biodiversidad.
1
En términos generales se define como indígenas a los descendientes de los habitantes originales de una
región geográfica antes de la colonización y que han mantenido total o parcialmente sus características
lingüísticas, culturales y de organización (OIT, OEA, ONU). Según Deruyttere (1997), cada país aplica
distintos criterios, especialmente en la recopilación de datos censales y en algunos de los países, ni
siquiera este elemento es tenido en cuenta, lo que dificulta las estimaciones de este tipo de población. En
ese sentido, la definición de pueblos indígenas acogida en el convenio 169 de la Organización
Internacional del Trabajo – OIT (1998), sobre Pueblos Indígenas y Tribales en países independientes,
contextualiza y amplia el concepto en términos de: 1) los pueblos tribales de países independientes cuyas
condiciones económicas, sociales y culturales les distingan de otros sectores de la comunidad nacional y
que estén regidos total o parcialmente por sus propias costumbres y tradiciones o por una legislación
especial; 2) los pueblos de países independientes, considerados indígenas por el hecho de descender de
poblaciones que habitaban en el país, o en una región geográfica a la que pertenece el país, en el
momento de la conquista o colonización o del establecimiento de las fronteras actuales del Estado y que,
sea cual sea su situación jurídica, conservan todas o parte de sus instituciones políticas, económicas,
sociales y culturales; 3) la conciencia de su identidad indígena o tribal deberá considerarse un criterio
fundamental para determinar los grupos a los que se aplica las disposiciones del convenio.
6
El contacto de los pueblos indígenas con las sociedades y los estados nacionales, ha
implicado cambios en sus modos de vida que, de acuerdo con las tendencias de la
nueva configuración mundial de orden económico, social y cultural en el futuro, se
estima serán de mayor intensidad e impacto. El reconocimiento de los derechos
económicos, sociales, culturales y ambientales logrados en las últimas décadas por las
minorías étnicas indígenas, se ha visto fuertemente respaldo por decisiones de orden
institucional internacional como la Declaración de Derechos de los Pueblos Indígenas
de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU, 2007), la cual enfatiza que los
indígenas tienen derecho como pueblos o como individuos al disfrute pleno de todos
los derechos humanos y las libertades fundamentales, reconocidos en la Carta de las
Naciones Unidas, la Declaración Universal de Derechos Humanos y las normas
internacionales de derechos humanos. En los últimos años han cobrado importancia las
iniciativas de organismos indígenas de orden regional para conformar sistemas de
información propios en procura de la visibilidad de las minorías étnicas en las
estadísticas nacionales, regionales y locales. Este último es un derecho todavía por
instrumentalizarse en la generalidad de los países de América Latina.
1.1. Metodología
En la Amazonia colombiana, dada la complejidad de los procesos de poblamiento e
intervención y fenómenos de orden socioeconómico y político, se configuran dos
subregiones diferenciadas: la Amazonia noroccidental, donde se han dado procesos de
colonización campesina, y la Amazonia suroriental, donde se localizan las mayores
áreas de territorios indígenas. En general, en estas subregiones se muestran unas
territorialidades que se distinguen por presentar un mosaico de estados legales del
territorio: existencia de áreas de reserva forestal, áreas protegidas ―Parques Naturales
Nacionales―, áreas de propiedad privada ―fincas― y áreas de propiedad colectiva
―resguardos―, donde tienen sus asentamientos más de 62 pueblos indígenas.
Era necesario adoptar un método de investigación acorde con los propósitos de la tesis,
para lo que se propone como esencial una investigación participativa. Para ello se
diseñó una estrategia para lograr armonizar los conocimientos tradicionales y los
aspectos técnicos necesarios a involucrar en el diseño de los indicadores de bienestar
humano. Se destacan diferentes actividades donde se promovió la participación de los
pueblos indígenas: entender los modos de vida; preparación de instrumentos de
obtención de datos; ejecución de las actividades de recopilación de datos, en la
10
2
A nivel de la región amazónica colombiana, la decisión del Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas – SINCHI, de construir e implementar una política y estrategia de trabajo con los pueblos
indígenas, que permita estructurar un proceso de investigación encaminada a fortalecer los
conocimientos tradicionales indígenas asociados a la biodiversidad.
11
facilitar la evaluación de los modos de vida de personas que viven bajo lógicas
totalmente distintas a las sociedades nacionales?
Esta tesis plantea que los indicadores de bienestar humano que se apliquen en la
Amazonia colombiana deben diferenciarse de la tendencia nacional anteriormente
13
mencionada. Debido a que estos, por el contrario, deben de reflejar las especificidades
de las territorialidades y los pesos relativos demográficos de las sociedades
tradicionales indígenas, así como las características sobresalientes que los distinguen:
pluriculturalidad, multietnicidad, economía subsistencia, conocimiento tradicional,
salud física y espiritual, diversidad alimentaría, cosmovisión, en contextos biodiversos
como la Amazonia. Además los esfuerzos de orden técnico y conceptual desarrollados
en la generación de los indicadores de bienestar humano, deben ser igualmente acordes
con sus características socioeconómicas y socioculturales particulares. A partir de la
conceptualización sobre el bienestar humano de los pueblos indígenas, su utilidad
permitirá orientar tanto las políticas públicas como las alternativas de desarrollo que se
construyen desde lo local.
1.1.3. Objetivos
General
Determinar un marco epistemológico y conceptual que fundamente la conformación de
criterios de evaluación del bienestar humano en los pueblos indígenas en la Amazonia
colombiana, de acuerdo con la realidad social, económica, cultural, política y
ambiental, de sus territorios, a partir de un estudio de caso con los pueblos indígenas
Uitoto, Okaina, Bora, Muinane, que se autodenominan Gente de Centro e hijos del
tabaco, la coca y la yuca dulce en el departamento del Amazonas.
Específicos
• Exponer las principales corrientes de pensamiento involucradas en la
evolución histórica del concepto de bienestar, así como los indicadores
conformados y las críticas más relevantes surgidas por su aplicación.
• Señalar y discutir los avances en la conformación de propuestas sobre
indicadores de bienestar humano para pueblos indígenas, en el marco de las
experiencias que se registran en América latina.
14
3
Esta es una región con una superficie que se estima en 477.274 Km2, que aproximadamente equivalente
al 6% de la Gran Amazonia y al 42% del territorio continental de Colombia (Gutiérrez et al., 2004). Se
distingue por poseer desde el punto de vista del estado legal del territorio, un mosaico de propiedades
territoriales, que van desde las privadas, las protegidas, como las de orden colectivo. En estas últimas,
tienen su asiento un crisol de etnias indígenas en propiedades colectivas denominadas resguardos.
4
El resguardo es una institución legal y sociopolítica de origen colonial, republicano y de carácter
especial constituido en virtud de la Ley 31 de 1961. Lo conforma una comunidad o parcialidad indígena
con un título de propiedad colectivo. En su ámbito interno el resguardo se rige por una organización
ajustada a las pautas y tradiciones culturales propias. Las tierras son administradas por un cabildo, curaca
o por autoridades tradicionales. Como unidad territorial está limitada su enajenación o venta de acuerdo
con la Ley 89 de 1990, e igualmente sus territorios son imprescriptibles. A nivel nacional existen 710
resguardos indígenas los cuales se localizan al interior de 228 municipios y/o corregimientos
departamentales; representan el 30% del territorio nacional (34 millones de hectáreas) (DANE, 2005).
15
5
Según García y Acosta (2009), El 56% de los resguardos se localizan en los departamentos con mayor
tradición y antigüedad en los procesos de colonización ―Caquetá, Meta, Guaviare, Putumayo, Cauca y
Nariño―. Estos departamentos tienen los mayores porcentajes relativos (12%) de territorios con
ecosistemas transformados respecto a la región. Allí se ha implementado un modelo agrícola con dos
16
tensiones y las posibilidades que los pueblos indígenas tienen para lograr mantener un
ambiente tranquilo en el marco de las actuales relaciones entre pueblos indígenas y la
sociedad nacional. En esa dirección García y Acosta (2009), muestran algunos de los
elementos internos y externos de los resguardos indígenas de la Amazonía colombiana,
que permiten reafirmar el valor e importancia como unidad territorial y en particular
como unidad de análisis base para el diseño de los indicadores apropiados para los
pueblos indígenas. En ese sentido, son considerados como una herramienta para la
planeación y conservación del medio ambiente y de las culturas de los pueblos
indígenas de la Amazonía colombiana; así como el papel estratégico que juegan las
minorías étnicas en la construcción de la identidad de una nación como Colombia.
ejes fundamentales: la ganadería extensiva y los cultivos con fines comerciales. Estas acciones tienen
lugar sobre áreas geográficas en las que se han realizado los procesos de colonización. En contraste, el
área adjudicada a los resguardos en esta zona representa el 11% del total regional, con una población
indígena que corresponde al 44% del total de indígenas de la Amazonia colombiana. Los departamentos
de Amazonas, Guainía, Vaupés y Vichada, albergan el restante 44% del número total de resguardos en la
región, pero su área constituye el 89% del total de la misma. Allí se ubica el 56% de la población
indígena. En esta zona las áreas en resguardos indígenas constituyen entre el 48% y el 98% de las áreas
totales en esos departamentos.
6
El departamento del Amazonas ocupa un área de 109.665 km2, equivalente al 10% del territorio
continental colombiano, representando el 23% de la Región Amazónica colombiana y el 35% de la
Subregión Suroriental de la Amazonia.
7 Documento DNP-2545-UDT, Bogotá, Agosto 1 de 1991, versión aprobada. Proyecto Integral de
Desarrollo de La Chorrera, Predio Putumayo.
8
El Resguardo Predio Putumayo se constituyó mediante Resolución Nº 30 del 6 de abril de 1988 - expedida
en ese entonces por el Instituto Colombiano de la Reforma Agraria (INCORA), con una extensión de
5.818.702 hectáreas. Este resguardo cuenta con una población indígena de 7.792 habitantes, corresponden a
los Pueblos Indígenas que se autodenominan los hijos del tabaco, coca y yuca dulce - Gente de Centro,
localizados en sus territorios ancestrales: Uitoto (Muruy), Muiname, Bora, Miraña, Okaina, Yurí, Andoke,
Nonuya, R+zigano
17
Esta localidad presenta una muy baja actividad económica. Dada su ubicación, el
abastecimiento de productos e insumos de consumo final se efectúa desde Puerto
Leguízamo ―el mayor proveedor―, que se localiza en la parte alta del río Putumayo
―aproximadamente a 1.125 Km de distancia― y desde Leticia ―aproximadamente a
1.382 Km de distancia―, por vía fluvial a través del sistema transporte e
intermediarios comerciales denominados los "Cacharreros”. Cuenta con un aeropuerto,
que ofrece a la población un servicio de pasajeros y encomiendas desde y hacia Leticia
y Bogotá. Es una localidad que presenta una muy baja actividad económica con unas
incipientes actividades de transformación que constituyen el 1.4%, mientras que desde
el punto de vista de los servicios, la distribución de productos de consumo final e
intermedio, las comunicaciones y el transporte ―distribución de productos de consumo
final e intermedio, comunicaciones, transporte―, su participación no pasa del 4.5% del
total departamental (Tabla 2). Su escasa comercialización recae sobre productos
maderables y no maderables, y algunas artesanías que tienen un mercado de relativa
importancia en el interior del país.
Esta región se seleccionó como unidad de análisis para la tesis doctoral en razón a los
siguientes criterios: a) de orden geográfico, ya que guarda una concepción del territorio
que se expresa como un espacio socialmente construido, entendida como aquella área
que ha sido apropiada y trabajada por la comunidad de seres humanos que crea
relaciones materiales y simbólicas efectivas con el espacio, que buscan garantizar su
sobrevivencia y cohesión social, contribuyendo en la definición de su identidad como
grupo social (Bustos (2008) siguiendo las conceptualizaciones de Domínguez (1994);
b) de orden geopolítico, ya que este territorio podría verse envuelto por los impactos
derivados de la ampliación de la frontera agropecuaria generada por los procesos de
colonización, que avanza en profundidad en el ecosistema amazónico y, por otro lado,
por las políticas estatales del Plan Nacional de Desarrollo 2010 – 2014 “Prosperidad
para Todos” (DNP, 2010), que afianzará la explotación ―a grandes escalas― de los
recursos naturales no renovables (hidrocarburos, minerales); c) de orden personal, a
partir de la confianza depositada por parte de los pueblos indígenas en referencia al
trabajo del Instituto Sinchi, que han permitido un acercamiento a sus territorios y tener
la oportunidad de conocer y tratar de entender sus modos de vida y cultura.
En esa dirección, la tesis asume como reto que el concepto de bienestar humano es una
oportunidad para la fundamentación y diseño de los indicadores de bienestar humano
para los pueblos indígenas de la Amazonia colombiana, el cual se enriquece con base
en el concepto de abundancia, que se cimienta en una cosmovisión y ética de los
pueblos indígenas Uitoto, Okaina, Bora y Muinane, Gente de Centro de La Chorrera,
Amazonas. Se quiere referir a un concepto referente para la Amazonia colombiana, al
considerar que las cosmovisiones indígenas sobre el bienestar son categorías en
permanente construcción, que fundamentan el buen vivir de los pueblos indígenas, que,
al mismo tiempo, se sustenta en otros valores como el conocimiento tradicional, el
reconocimiento social y cultural, los códigos de conducta éticos y espirituales en
relación con la sociedad y la naturaleza. Lo anterior, alienta y aporta a la discusión
generada por las cosmovisiones de los pueblos indígenas en América latina, que avanza
en fortalecer los fundamentos de vida propios en contraposición a los conceptos de
desarrollo y la modernidad.
23
útil en la consecución del bienestar de las personas. Desde esta concepción, se acentúan
las relaciones que se dan entre los distintos agentes, individuales y sociales, en la
definición de sus objetivos y en la forma de alcanzarlos. Sin la consideración de las
capacidades colectivas y su inclusión en el proceso de consecución del bienestar, el
desarrollo humano quedaría limitado a una propuesta parcial de bienestar individual sin
alcanzar a constituir una alternativa operativa del desarrollo.
De los autores de la Antigüedad clásica, quizá Aristóteles ha sido el que mayor impacto
intelectual tuvo en la Edad Media. Sus repercusiones se han sentido incluso hasta el
siglo XX, con sus aportes a la discusión sobre el concepto de bienestar. Son
teorizaciones hoy tenidas en cuenta, dado que muchos de los elementos de esos análisis
siguen siendo objeto de estudio en el marco de las actuales discusiones sobre el
bienestar. Para este autor, el sujeto económico valora el bienestar en términos de
felicidad, siendo esta el bien último al que se llega por medio de la adquisición de otros
bienes, que aseguran la satisfacción de las necesidades básicas. Para Aristóteles el
objetivo de la producción es el consumo no el intercambio, aunque éste pueda ser
necesario. La independencia u holgura económica es la que permite al ciudadano
propietario tener tiempo libre para dedicarse al ejercicio de la virtud ―la participación
en los asuntos de la polis― y a la vida contemplativa ―la felicidad perfecta―, que
para Aristóteles son la esencia de la buena vida, del bienestar.
• Un nivel inferior, donde ubica a los bienes externos y los corporales, por
considerarse que son medios para la obtención de otros fines. Estos bienes no son
deseados por sí mismos, sino por el bienestar que producen.
• Un nivel superior, donde se inscriben los bienes del alma, que incluye una
categorización interior en la que es posible considerar como el más alto estado de
bienestar al de la razón, dejando a otros estados como el placer, en un segundo
26
Aristóteles afirma que el individuo se forma dentro de un sistema social que persigue
un mismo objetivo, en este caso el del bienestar. Si el individuo pudiera ser feliz sin
necesidad de contar con la comunidad, no sería un ser humano, puesto que las reglas de
juego que establece la sociedad son unos parámetros necesarios para la convivencia y
que le van a permitir su bienestar. El Estado asume su responsabilidad, en este caso, de
mejorar la calidad de vida, al propiciar las condiciones necesarias en las que sea
posible que el individuo pueda ejercer actuaciones racionales. Defiende la propiedad
privada para todas las clases ―con excepción de los esclavos, que no son sujetos sino
objetos económicos como parte de la propiedad―, en razón de que la propiedad, que él
consideraba como natural, promueve la eficiencia económica. La moral natural le
sirvió también para legitimar la esclavitud y una división sexual del trabajo dentro de la
familia basada en la noción de patriarcado “los esclavos, igual que las mujeres y los
niños, habían nacido para obedecer al patriarca de la casa, cuyo poder es de carácter
perpetuo” (Marcelo, 2000: 5).
1) el bienestar de una persona depende de qué hace y de cómo lo hace, cómo actúa
y como funciona, donde la felicidad se sustenta en un modo de vida activa,
racionalmente virtuosa; 2) la felicidad no consiste en la obtención de placeres, ni
en la posesión de bienes externos y corporales; se alcanza cuando una persona
actúa racionalmente asumiendo la realización de acciones virtuosas; 3) la
ejecución de acciones virtuosas son en sí mismas satisfactorias, cuyos hábitos
27
Así, fue surgiendo un conjunto de ideas sostenidas por una idea de progreso lineal
justificado por los desarrollos tecnológicos. De la misma manera, establece al
individuo como ser autosuficiente que rige su comportamiento y sus intereses solo
dentro de un sistema de mercado. Un conjunto de ideas que a la vez establecen una
idea de sociedad que obedece solamente a las lógicas de las instituciones económicas
que la componen.
El sistema clásico planteó las bases de la economía como ciencia, expuso los principios
sobre el individualismo y el liberalismo económico, intrínsecos en el funcionamiento
del sistema capitalista, y su devenir como doctrina dominante. Sentó las bases del
concepto de bienestar a través del pensamiento de Smith, según el cual la conducta
humana es movida por principios esenciales como: el amor de sí mismo, la simpatía, el
deseo de ser libre, el sentido de la propiedad, el hábito del trabajo y la tendencia a
cambiar una cosa por otra; al tiempo, fundamentó la importancia de ejercer la libertad
para satisfacer los interés de los individuos, y el mercado como instancia para impulsar
el bien común.
social. Las comparaciones permiten conocer los criterios sobre los cuales cada persona
construye su idea de bienestar. El hecho de que se tenga en cuenta la situación personal
―propia― frente a la de las demás personas, permite establecer parámetros sobre los
cuales es posible determinar si se tiene o no bienestar.
Los utilitaristas mencionan una tercera noción: la utilidad como satisfacción del deseo.
A pesar de lo anterior, esta noción no es lo suficientemente clara dado que no se
precisa si el deseo es medido a partir de un estado mental como tal o si por el contrario
se refiere a los objetos que se desean. En conclusión, la utilidad como deseo no permite
elaborar un concepto de bienestar. Si bien el deseo arroja una idea de lo que cada
individuo valora, esta valoración no incluye otros elementos que el individuo tiene en
cuenta para construir su idea de bienestar. Al ver los vacíos y dificultades del
utilitarismo, puede verse la dificultad para aceptarlo como medida para abordar el
bienestar.
La autonomía sobre la que se basa esta teoría no solo no permite hacer comparaciones
interpersonales, sino que elimina la posibilidad de que los individuos tengan la
voluntad de construir un orden social. Según Gamboa y Cortés (1999: 11), dadas esas
premisas la cohesión social no puede surgir de las peculiaridades de los individuos que
compiten entre sí y que únicamente se “relacionan” a través del mercado. El contacto
con los demás se reduce a las relaciones mediadas por los precios. El nuevo orden
social ya no estaría determinado por los individuos, sino por las nuevas fuerzas de
mercado que coordinan las diferentes acciones de los individuos y llevan a la economía
34
Lo anterior se conoce como la Teoría de Equilibrio General. Esta teoría trata de dar
respuesta a las preguntas sobre qué bienes producirá una economía, cómo y quién los
obtendrá en términos de consumidores y productores. Esta teoría analiza los
movimientos de la economía tomando en cuenta explícitamente la diversidad de bienes
de consumo y capital, las diferencias de riqueza, ingreso de los consumidores, los
gustos y las distintas posibilidades tecnológicas a las que tiene acceso un productor. Al
igual que las teorías de mercado anteriores, esta teoría no precisa un cálculo para los
gustos individuales y las posibilidades tecnológicas, por lo cual se dirá que es
concebida bajo condiciones muy generales (Quirk y Soposnik, 1972: 11).
Desde la perspectiva del óptimo de Pareto, todos los individuos obedecen a la lógica de
la maximización. No son tenidos en cuenta como individuos concretos, sino como
partes iguales de una sociedad (Marcelo, 2000: 12). La sociedad se construye a partir
de las preferencias dadas, es decir aquellas que tiene cada individuo. De acuerdo con
lo anterior, se establece un criterio de ordenación donde cada individuo asigna un valor
a su utilidad que le permite contribuir a la construcción del bienestar social. En el
marco de esta teoría, la construcción del bienestar social supone la pérdida de libertad
de elección del individuo. Si una comunidad prefiere algún estado por encima de otro,
entonces ese estado es socialmente preferido, en razón a que deja de lado otros
intereses y necesidades que tienen las personas (Marcelo, 2000: 13).
En referencia a la economía del bienestar, Pareto afirma que ésta se sostiene sobre dos
teoremas que, desde su perspectiva, son fundamentales. Estos dos teoremas descansan
sobre los criterios de eficiencia y bienestar social. Los mismos buscan explicar cómo la
relación de los individuos en un mercado puede llevar a un resultado socialmente
eficiente, sin necesidad de que cada agente piense más que en satisfacer su propio
interés. El primer teorema de la economía del bienestar dice que bajo ciertas
condiciones, todo equilibrio competitivo de mercado es eficiente en el sentido de
Pareto. Es decir, que la perfecta coordinación de las acciones de los agentes
―productores y consumidores― puede llevar a un resultado socialmente eficiente en
el que sea posible que una gran mayoría consiga mejorar su bienestar, sin afectar el
bienestar del resto de la población.
De otra parte, el segundo teorema establece que, en condiciones más restrictivas, todo
estado ―de bienestar― que sea eficiente en el sentido de Pareto, es un equilibrio
competitivo. Esta situación es reciproca al primer teorema. Parte de elegir la situación
final que se quiere de un óptimo social. El mismo se refiere a la forma cómo se
distribuyen recursos y riquezas en una economía de mercado para alcanzar un
equilibrio social (González, 1999: 27). En este sentido, la situación final que se quiere
36
El asunto ahora era cómo traducir los buenos resultados económicos en mejoras de la
calidad de vida y el bienestar personal. Las conexiones entre crecimiento y desarrollo
social son claras y evidentes; pero el problema está en la eficiencia con que los frutos
de la prosperidad económica son realmente distribuidos (Morris, 2002: 25). Es decir,
surge el cuestionamiento sobre la manera en que se van a ver reflejados en el orden de
la equidad social, el esfuerzo que realiza un conjunto social cuando se persiguen las
metas del crecimiento. En esa dirección, se hace referencia a la aparición del método
para identificar las carencias críticas en una población como son las necesidades
básicas insatisfechas (NBI) de los años 70, la preocupación por la pobreza y la
desigualdad que resulta como consecuencia de la participación y posición
socioeconómica en una sociedad específica.
Esta nueva connotación del crecimiento puso de manifiesto la dificultad del PIB para
medir el bienestar social. Su análisis constituye una descripción aislada de la situación
real que tiene una comunidad, de tal forma que una modificación en su tasa de
crecimiento no tiene por qué suponer una modificación en el mismo sentido del nivel
de vida; incluso en los casos en que el nivel de bienestar aumente con el crecimiento,
no tiene por qué hacerlo en la misma cuantía (Zarzosa, 1996: 31). A fin de hacer frente
a las críticas presentadas en un interés por retomar las medidas de bienestar, se
consolidó una propuesta que se denominó el Sistema Contable Ampliado. Este sistema
debería incluir no solo la visión de la realidad económica; sino también de la social. Es
decir, debía permitir analizar las condiciones de vida de la colectividad en todos sus
aspectos (Zarzosa, 1996: 32).
39
por la cantidad de bienes materiales y servicios que disponen los individuos para
satisfacer sus principales necesidades.
Así mismo, este autor afirma que desear no es lo mismo que valorar; el deseo no es una
buena razón para valorar algo, ya que todo lo que se desea no necesariamente se valora.
Establecida esta conexión entre valor y deseo, dice Sen (1997) que el utilitarismo no es
satisfactorio al no poderse establecer una relación unívoca entre valor y bienestar, pues,
como ya quedo dicho antes, la faceta de ser agente de una persona y el poder de
conformar y tratar de realizar una concepción del bien, puede que hagan que los deseos
de una persona vayan en una dirección diferente de la de su bienestar personal.
La concepción utilitarista según argumenta Sen (1997: 22), resulta ser una limitada
descripción del comportamiento de los individuos, en tanto que no es posible
41
cuantificar o medir la satisfacción que produce el ayudar a los demás o describir ciertos
comportamientos y costumbres inmersos dentro de la cultura a la que pertenece el
individuo. Tal posición se basa en la maximización de la utilidad social la cual no
puede ser vista simplemente como la suma de las utilidades individuales. La idea de
utilidad en términos de los placeres, los deseos y las preferencias de cada individuo,
lleva a considerar la posibilidad de dar una preferencia igual a todas las utilidades de
todas las personas. Esta afirmación es relativa, en razón a que los bienes susceptibles
de generar una utilidad para el ser humano, se relativizan enormemente en relación a
cada sujeto. Lo anterior, impide la construcción de un concepto de bienestar sólido que
describa las características básicas del mismo; al no tener en cuenta las circunstancias
que caracterizan la vida que una persona lleva, resulta incompleto al momento de
esquematizar las preferencias.
En ese sentido, Sen (1997: 17) llama la atención sobre la necesidad de comprender que
el patrón a partir del cual se mide la utilidad, no es necesariamente único ni tampoco
genera satisfacciones iguales para todos los individuos. Al respecto, al referirse al tema
de las libertades, considera que el acceso a un bien no es igual para todos, lo cual
deriva entre otras razones, de la posibilidad de acceder al mismo nivel de utilidad
respecto del mismo bien. El acceso a los elementos que otorgan bienestar a los
individuos pueden estar relativamente restringidos para ciertos individuos, dada su
condición social, su casta, su raza, su género, entre otros. Por otro lado, el acceso a un
bien en específico no determina el grado de utilidad que un individuo puede lograr con
este tipo elementos. Algunas restricciones de orden moral, social, cultural, entre otros,
pueden impedir el acceso a un nivel de utilidad a cada individuo.
deseo pues no reflejan el modo de estar real de las personas. Igualmente se diría que el
tipo de información que selecciona el utilitarismo, así como la manera de manejar esta
información a la hora de precisar las consecuencias, excluye ideas que son esenciales a
una noción completa de justicia. En particular, el utilitarismo, no tiene en cuenta las
ideas de libertad e igualdad que son consustanciales a nuestro modo de juzgar los
asuntos sociales (Sen, 1997).
2.5. El enfoque del desarrollo humano y la teoría del bienestar de Amartya Sen
El enfoque del desarrollo humano fue propuesto por el Programa de las Naciones
Unidas para el Desarrollo (PNUD) a inicios de la década de los años 90, difundiéndose
a través de las publicaciones de los Informes sobre Desarrollo Humano, que
anualmente realiza ese organismo internacional, y donde las ideas del economista
Amartya Sen, han tenido una destacada influencia en la construcción de dicho
concepto. El desarrollo humano supone una crítica moral frente al concepto dominante
de progreso social y de bienestar social fundado en el crecimiento económico, donde el
concepto de bienestar estaría explicado por la cantidad de bienes materiales y servicios
que disponen los individuos para satisfacer sus principales necesidades.
43
En esa perspectiva, Sen (1997 y 2000) explica el concepto de bienestar a partir de dos
nociones esenciales: los funcionamientos y las capacidades. Concibe a la persona
humana como un ser activo, ―consideración que se asemeja a la posición aristotélica
que centraba su análisis en la actuación virtuosa de los individuos―; que posee un
conjunto de seres y haceres cuyos elementos constitutivos son los que denomina como
funcionamientos, los cuales hacen referencia a los logros de una persona; algo que
consigue ser o hacer. Éstos pueden abarcar desde cosas tan elementales como estar
suficientemente alimentado, tener buena salud, evitar posibles enfermedades y
mortalidad prematura, hasta ser feliz, tener dignidad, participar en la vida de la
comunidad, entre otros.
Si bien los funcionamientos evalúan lo que una persona hace o es, este criterio no es
suficiente para determinar el bienestar que tiene una persona. Conocer el tipo de vida
que lleva una persona ofrece una precisión sobre la situación en la que se encuentra,
pero no permite hacer juicios sociales respecto a la bondad de su situación. Para Sen
44
(1997 y 2000), los estados sociales no deben evaluarse por los objetivos alcanzados
―funcionamientos―, sino por la libertad que tienen las personas para alcanzarlos.
Esta libertad por la cual elegimos entre diferentes funcionamientos es lo que este autor
denomina como capacidades. Las capacidades representan la libertad que tiene una
persona para escoger entre diferentes maneras de vivir y reflejan lo que una persona
hace y puede hacer (Valdés, 2009; Cejudo, 2007). De este modo, a partir de los
funcionamientos y capacidades, Sen construye el concepto de bienestar, que lo define
como la libertad que tienen los individuos para elegir los funcionamientos que más
valoran, y que consideran contribuyen con el ideal de vida deseada. Tal consideración
se asemeja a la posición aristotélica enunciada anteriormente, donde el bienestar se
define a partir de la actitud virtuosa por la que el individuo actúa racionalmente y por la
que a partir de ciertos bienes externos es posible alcanzar el bienestar.
personas son capaces de elegir las mejores opciones para alcanzar el tipo de vida que
escojan. Así, el concepto de capacidades permitiría entonces evaluar el bienestar del
individuo, el diseño y efectividad de las políticas en la sociedad y la libertad de las
personas para elegir su mejor opción de vida.
La definición de libertad sobre la que se apoya Sen (1992), se relaciona con la totalidad
de realizaciones que cada individuo puede escoger y sean realmente accesibles. Sin
embargo, el acceso a un conjunto de realizaciones depende de los recursos con que
cuenta el individuo, como ingresos y posibilidades de acceder a determinados bienes;
estos son medios para lograr un tipo de libertad pero no son las libertades como tales.
En este caso, el ingreso sobre el que se basaban los indicadores de desarrollo
convencionales, implicaba tomar como referencia los medios para acceder a las
libertades pero no las libertades mismas. De esta manera, distingue de manera precisa
lo que debe entenderse como libertad, realización, y lo que se debe entender por
medios para lograr el bienestar. Por ejemplo, personas con los mismos ingresos pueden
tener posibilidades diferentes ―personales o sociales― para convertir los recursos en
realizaciones y los mismos en libertades.
Sin embargo, y en referencia a la teoría de Sen, Valdés (2009: 85) menciona que
existen algunas dificultades que enfrenta este autor para la construcción del concepto
de bienestar. Se relacionan con los criterios para asignar diferentes valores a los
funcionamientos y capacidades que permitan establecer un criterio de ordenación, y la
distinción que tendría que hacerse entre funcionamientos y capacidades de un mismo
tipo. En los estudios del indicador de desarrollo humano IDH, Sen (1997) definen
algunas funciones y capacidades básicas que considera son condiciones necesarias para
el bienestar humano. Sin embargo, la selección misma de lo que haya de ser tenido en
cuenta como funcionamiento y capacidades básicas representan en sí mismo un
problema.
Otro tema considerado por Sen (1997), en la exposición del concepto de bienestar,
corresponde al papel del Estado y la acción pública en la construcción del bienestar
social, en tanto que provee ciertas condiciones para que los ciudadanos puedan ejercer
su libertad. En ese sentido, se entiende la obligación del Estado de incrementar las
capacidades de los ciudadanos para funcionar en los distintos ámbitos de la vida y
sobre todo, la obligación de asegurar que todos tengan efectivamente las capacidades
básicas. Por lo anterior, las capacidades están ligadas a un elemento denominado
libertad de agencia o autonomía de agencia, que es la libertad de realización por la cual
una persona puede escoger su proyecto de vida dentro de las alternativas que la
sociedad le ofrece.
Lo anterior, se enmarca sobre lo que Sen (1997) considera debe ser el individuo para la
economía, en un intento por ampliar y superar el concepto de bienestar que ha guiado
la postura de las corrientes economicistas. Empieza, planteando la discusión sobre las
diferentes motivaciones que orientan el comportamiento humano, considerando al ser
humano desde dos facetas: de un lado, tiene en cuenta la faceta de bienestar adoptada
por la economía de libre mercado, en donde el individuo persigue únicamente su propio
bienestar; y de otro lado, considera la faceta del agente, en la que es posible identificar
49
otras motivaciones que el individuo tiene y sobre las cuales desarrolla su vida. La
primera faceta es limitada, si se tiene en cuenta que únicamente considera la
información que está relacionada con la utilidad; mientras que la faceta de agente, es
más amplia pues considera la vida de la persona. Por lo anterior, afirma que en la
persona coexiste tanto la faceta de bienestar y como la de agente; sin embargo, así
exista una relación entre ellas, no necesariamente son complementarias.
Por su parte el PNUD, en el Informe de Desarrollo Humano del año 2004, aborda el
tema de la libertad cultural en un mundo globalizado. En primer lugar, afirma que la
libertad cultural es una dimensión significativa de la libertad humana, condición
necesaria para que la gente viva de acuerdo con sus preferencias y tenga la oportunidad
de escoger entre las opciones a su disposición. En segundo lugar, exige trascender las
oportunidades sociales, políticas y económicas ya que éstas, por sí solas, no garantizan
la libertad cultural. Por lo tanto, el aspecto medular no es la importancia de una cultura
tradicional, sino la relevancia trascendental de las libertades y opciones culturales que
requiere. En tercer lugar, hace referencia la importancia de la libertad cultural, la cual
no está circunscrita solo al ámbito cultural, sino que afecta también a los logros y
fracasos en los aspectos sociales, políticos y económicos.
En ese sentido, el PUND (2004) define la libertad cultural como el ejercicio autónomo
de las personas de escoger sus identidades y de llevar la vida que valoran, sin ser
excluidos de otras alternativas socioeconómicas como la educación, la salud, a las
oportunidades de empleo. Sin embargo, enfatiza que en la práctica existen formas de
exclusión cultural, entre las cuales se destacan: 1) ciertos modos de vida de la gente,
donde se niega el reconocimiento y la calidad del estilo de vida escogido, donde se les
exige vivir exactamente como los demás miembros de una sociedad dominante; 2) la
participación en las oportunidades sociales, políticas y económicas debido a su
51
2.5.3. La dimensión social del bienestar humano y las categorías colectivas base
para su evaluación
El enfoque de las capacidades (EC), como ha quedado entendido, es el fundamento
teórico del desarrollo humano aportado por el PNUD, que se expone en los distintos
Informes del Desarrollo Humano desde 1990. Las aportaciones de Sen (2000) son y
continúan siendo un marco conceptual abierto a efectuar mejoras y adelantar nuevas
contribuciones, que le imprimen su carácter dinámico (Dubois, 2008: 41). Es el caso de
las más recientes aportaciones de Nussbaum (2002, 2003), Gasper y van Staveren
(2003) y los trabajos de Nelson (2004), Robeyns (2005) y Deneulin (2006), entre otros,
que han alimentado una discusión en pro de una configuración de la dimensión social
del bienestar humano. Por último, como se detalla adelante, el propio Informe sobre el
Desarrollo Humano, a partir de 2010, integra la dimensión colectiva en su definición
del desarrollo humano.
52
Una de las críticas más frecuentes efectuadas al EC, es que se trata de una propuesta
que guarda una concepción individualista del bienestar. Así, Gasper (2002), citado por
Dubois (2008: 39), argumenta que si predomina una percepción individualista del
bienestar, la dimensión social del bienestar humano, se tendrá en cuenta únicamente
como una plataforma necesaria o de apoyo para que las personas alcancen el bienestar.
Es decir, se la considera meramente con un carácter instrumental. En cambio, si se
incluyen dentro del propio concepto de bienestar otras categorías analíticas, como es el
caso de considerar aquellas de carácter colectivo, se tendría la posibilidad de contar con
un concepto del bienestar más extensivo. Eso implica que los resultados sociales
formarán parte del mismo y que éste podría ser evaluado tanto en términos de logros
individuales como colectivos. Se trata de una concepción del bienestar que pone de
relieve la especial relevancia de las características del entorno social, sin las cuales
resulta imposible entender el proceso de consecución del bienestar; esa condición le
deja a la dimensión colectiva jugar un papel más intrínseco en la consecución del
bienestar.
Incluso, entre quienes asumen el enfoque de las capacidades de Sen como punto de
partida y base teórica, se ha producido un interesante debate sobre cómo entender el
alcance de las capacidades. Esta discusión se origina desde los primeros años de la
aparición de los Informes del PNUD, donde la definición del desarrollo humano
parecía reducirse a los resultados en las personas, siendo las instituciones meros
instrumentos para alcanzar éstos. Igualmente, ha sido objeto de debate la formulación
del enfoque de las capacidades de Sen, por considerar que no concedía suficiente
fuerza a la dimensión social. A lo largo de las dos últimas décadas, el número de
cientistas sociales que usan el enfoque de las capacidades, ha crecido enormemente, lo
que ha llevado a que el enfoque haya sido objeto de diferentes interpretaciones.
Para Robeyns (2011), existen dos visiones del enfoque del desarrollo humano, en
cuanto el enfoque de las capacidades puede entenderse desde una visión estrecha u otra
amplia. En la visión estrecha, el enfoque de capacidad nos indica la información que
debemos analizar para evaluar ―juzgar― la vida de alguien; este tipo de información
53
En la visión amplia, el enfoque no solo evalúa las vidas de las personas, sino que
también incluye otras consideraciones en sus evaluaciones. Puede ser desarrollado
como instrumento de evaluación alternativo que remplace el tradicional análisis de
costo-beneficio social. O puede utilizarse como un marco normativo para evaluar y
diseñar las políticas y las instituciones sociales, que van desde el diseño del estado de
bienestar en sociedades relativamente prósperas, las políticas de desarrollo
gubernamentales y no gubernamentales en los países pobres, a las políticas que los
países ricos y las instituciones internacionales emplean ―o aconsejan emplear― en
sus esfuerzos para ayudar a países pobres. Así, desde esta segunda visión, el enfoque
de las capacidades es un marco conceptual válido para una variedad de ejercicios
normativos de evaluación: del bienestar individual; de los acuerdos sociales; y, del
diseño de las políticas y propuestas de cambio social en la sociedad.
En ese marco, Dubois (2008: 43) ofrece una serie de categorías analíticas a ser
consideradas como categorías colectivas del bienestar. Una primera categoría es la
capacidad de afiliación aportada por Nelson (2004), que la considera complementaria a
la concepción de la libertad de Sen (2000); la define como la conciencia que tiene una
persona como ser humano de su relación con otras personas en un espacio social más
amplio y que le da sentido a su existencia. Así la capacidad de afiliación forma parte
intrínseca del bienestar confiriéndole una dimensión social porque va más allá de lo
personal e individual, y, al mismo tiempo, es un medio porque permite emprender
compromisos de alcance colectivo o de interés general. En ese sentido, lo que se
plantea es la necesidad de propender por un desarrollo que tenga en cuenta las
54
motivaciones que hacen que las personas funcionen en grupos como la familia, o
asociaciones de diversa índole que marcan su relación con la sociedad y establezcan su
inserción con el medio ambiente.
De otro lado, los aportes de Nussbaum (2002, 2003) se han dirigido a armar una
propuesta que concibe la justicia social como un objetivo del bienestar humano, donde
se superan un conjunto de necesidades básicas inherentes a todas las personas (Dubois,
2008: 46). Introduce el tema a partir de su crítica frente a la inexistencia de los
conceptos de justicia social y de género en el EC. Señala que esas limitaciones suponen
carencias del enfoque para poder considerarlo como un proceso evaluativo de la
dimensión social del bienestar humano, y propone establecer una referencia normativa
más objetiva, de manera que los funcionamientos puedan evaluarse por su contribución
a alcanzar la buena vida humana. Nussbaum (2002, 2003) enmarca este último
concepto en una concepción de la dignidad del ser y de la vida merecedora de esa
dignidad, expresada en funcionamientos verdaderamente humanos. Recalca la idea de
un ser humano libre y dignificado que plasma su propia vida en cooperación y
reciprocidad con otros y autónomamente.
bienestar humano. En ese sentido, con base en una discusión adelantada sobre algunas
aportaciones teóricas, se propone un conjunto de categorías idóneas para contribuir a
efectuar una evaluación colectiva de la dimensión social del bienestar humano (Dubois,
2008: 50). Serían las siguientes:
• Bien Público (BP). Es una categoría colectiva que bien podría aportar en la
construcción teórica que fundamente las categorías colectivas posibles de
considerar para evaluar la dimensión social del bienestar humano. Los BP
adquieren su carácter no por sus características inherentes, sino que éstos se
definen socialmente y se construyen de acuerdo con lo que cada sociedad juzga
como imprescindibles y necesarios por su carácter valioso, para que las personas
alcancen el bienestar deseable.
mercado y del Estado para la consecución del bienestar por parte de la sociedad;
se considera inadecuado el CS para crear los valores sociales y las relaciones de
intercambio y redistribución necesarios; por lo anterior, el CS, obra más como un
instrumento funcional del desarrollo.
• Bienes Sociales Irreductibles (BSI). Los BSI son objetos de valor que no
pueden reducirse a un conjunto de actos, elecciones o predicados de las personas.
Es decir, no pueden explicarse en términos de características individuales, ni
pueden descomponerse en una serie de acontecimientos protagonizados por
personas de manera individual. Los BSI existen más allá de las personas, pero no
pueden existir sin que sean adoptados o asumidos por las personas. Son objetos
de valor para las personas, para la calidad de sus vidas individuales, pero que son
propiedad de la sociedad, que no se encuentran, ni pueden encontrarse, en el
ámbito de cada persona y que, sin embargo, deben incluirse en la valoración de la
justicia y del bienestar individual. A modo de ejemplo, son los sistemas de
normas morales que imperan en una sociedad, los modos de gobierno, los
esquemas interpretativos y discursos a través de los que se entiende y discute el
significado de las acciones y se imaginan formas posibles y deseables de ser con
otros.
Los conceptos expuestos aportan a la discusión sobre las categorías colectivas posibles
de considerar en una evaluación sobre la dimensión social o colectiva del bienestar
humano. Las propuestas sobre BP, CS, BSI y BC, cuentan con un profundo sustento y
contribuyen a la conformación de un conjunto de categorías colectivas más adecuadas,
que se enmarcan dentro de la preocupación de contar con categorías que permitan la
evaluación de la dimensión social del bienestar humano. Es un tema todavía inacabado
y requiere de una agenda para continuar con las reflexiones conceptuales, que lleven a
58
Es cierto que otros documentos del PNUD habían introducido categorías que tomaban
en consideración las dimensiones colectivas, especialmente en el proceso de desarrollo
59
Desde esa nueva definición, el núcleo constitutivo del desarrollo humano es que cada
sociedad tenga la capacidad de definir y llevar adelante su futuro, lo que comporta un
proceso colectivo de funcionamiento, y que éste responda a objetivos comunes propios
del desarrollo humano. Esta definición enfatiza la importancia que la dimensión
colectiva tiene en la propuesta del desarrollo humano, en dos sentidos: 1) el primero,
que el bienestar colectivo tiene un valor por sí mismo, no solamente como instrumento
para conseguir el bienestar de las personas; 2) el segundo, que la dimensión colectiva
supone prestar atención a las relaciones que se dan entre los distintos agentes,
individuales y sociales, en la definición de sus objetivos y en la forma de alcanzarlos.
El desarrollo consiste en el funcionamiento adecuado de todos los agentes involucrados
en el proceso común de decisión sobre su futuro.
todas sus potencialidades y oportunidades para poder llevar una vida productiva y
creativa, conforme al sentido de vida que espera sostener; a partir de los logros de la
persona que le permiten ser o hacer y la libertad que tiene una persona para escoger
entre diferentes maneras de vivir. Este enfoque, según los primeros Informes de
Desarrollo Humano, consideró al ser humano en sentido genérico, lo que puede
añadirse a las críticas que se han venido exponiendo al EC, en razón a la ausencia de
una perspectiva de género en el desarrollo humano, dadas las disparidades y
desigualdades que se mantienen entre mujeres y hombres a nivel planetario.
Lo que reportan los Informes sobre Desarrollo Humano citados, es que se mantienen
todavía desigualdades de género que muestran como las mujeres asumen ciertas
discriminaciones en la atención en salud, educación y el mercado laboral, viviendo en
contextos de violencia doméstica y maltrato, entre otros, con fuertes repercusiones
negativas en el ejercicio de sus libertades. Esas diferencias de género muestran como
en países cuya distribución del desarrollo humano es desigual, corresponde a una alta
desigualdad entre hombres y mujeres, pese a los avances y logros del desarrollo
humano consignados en los primeros informes del PNUD.
El Informe sobre el Desarrollo Humano del año 1995 La revolución hacia la igualdad
en la condición de los sexos (PNUD. 1995: 41), aborda el tema de la equidad de género
en el desarrollo humano y el empoderamiento de la mujer; se adentra en señalar la
persistencia de la privación y la desigualdad social existente en el mundo. Sostiene este
informe que aún se mantiene un déficit en el desarrollo humano de la mujer, con
grandes limitaciones institucionales, jurídicas y socioeconómicas, que impiden el
acceso de la mujer a las oportunidades económicas y sociales. Se mantienen las
disparidades entre hombres y mujeres en cuanto a la obtención de ingresos y beneficios
sociales. Se estima que de los 1.300 millones de personas en condiciones de pobreza,
más del 70% son mujeres; consecuencia precisamente de las desiguales históricas entre
hombres y mujeres (PNUD. 1995: 43); esas desigualdades señaladas con énfasis en los
países en vías de desarrollo, se pueden sintetizar en los siguientes términos:
61
De otro lado, López (2005: 14 - 16), Shiva (2006: 159), coinciden que el concepto de
género incorpora relaciones de poder y oportunidades desiguales; excluyente en el
acceso al poder y en el ejercicio en todos los ámbitos de la vida entre hombre y
mujeres. En correspondencia con esas ideas de exclusión y poder, el concepto de
empoderamiento es asumido como un proceso mediante el cual las mujeres, individual
y colectivamente, toman conciencia sobre cómo las relaciones de poder operan en sus
vidas y ganan la autoconfianza y la fuerza necesarias para cambiar las desigualdades de
género en el hogar, la comunidad y a nivel local, nacional, regional e internacional
(López, 2005: 29).
Esas discusiones han estado en el marco de las preocupaciones del PUND, al sostener
que el desarrollo humano debe abarcar temas críticos para entender las condiciones
entre hombres y mujeres, así como un desarrollo que continua siendo débil e
inequitativo, y procurar la inclusión de las mujeres en los proceso de desarrollo.
Complementariamente con lo anterior, se encuentran los esfuerzos por innovar la
medición del IDH, de manera que incluyan la dimensión del género en el desarrollo
humano. El Informe sobre el Desarrollo Humano del año 1995 introdujo dos
indicadores para medir las desigualdades de género: 1) el Índice de Desarrollo de
Género (IDG), que mide la distancia entre hombres y mujeres, ajusta el IDH en función
de la igualdad entre los sexos en materia de esperanza de vida, nivel educacional e
ingreso; 2) Índice de Potenciación de Género (IPG), que mide la posición de las
mujeres en relación a la participación política y económica. Los resultados en la
aplicación de los dos indicadores señalados, si bien muestran logros importantes en los
63
alcances del desarrollo humano, hace énfasis en señalar que en la mayoría de los países
en desarrollo aún es restringido el acceso y la participación de las mujeres a los
espacios del poder económico y político, y que en todos los países del mundo, las
mujeres constituyen una verdadera minoría en relación con el ejercicio de un poder real
o de participación en la toma y adopción de decisiones (PNUD, 1995: 82 - 96).
Los esfuerzos del PNUD en los últimos 20 años, son significativos para mantener el
enfoque de desarrollo humano vigente y como referencia en la conformación de las
políticas públicas a nivel nacional. Los esfuerzos han sido notables al introducir, no
solo las conceptualizaciones y las mediciones, respecto a monitorear precisamente esas
desigualdades e inequidades que el desarrollo genera en la sociedad, y en particular
entre mujeres y hombres. Sus conceptos, mediciones y propuestas ofrecen importantes
luces sobre patrones de progreso y han señalado el rumbo para un desarrollo centrado
en las personas con equidad de género.
2.6. Crítica sobre los aportes al concepto de bienestar a la luz del desarrollo
humano
Lo reseñado en los numerales anteriores ha permitido entender cómo ha ido
cambiando, a partir de cada una de las teorías expuestas, la idea del bienestar. La tabla
3 aproxima lo que podría ser la historia sobre el concepto de bienestar, sin pretender
marcar un orden cronológico ni la evolución del mismo. Es un insumo de ayuda para
extraer unas conclusiones preliminares sobre este concepto, que permitan exponer el
marco teórico a utilizar para entender el concepto de bienestar para los pueblos
indígenas de la Amazonia colombiana.
64
Muy especialmente, desde las últimas tres décadas del siglo XX, han existido otros
planteamientos críticos que en la búsqueda de construir un concepto del bienestar. El
trabajo de Sen (1997) constituye el aporte más relevante de las críticas ―junto con la
de otros autores―, que se han venido exponiendo frente a los trabajos que se adelantan
en la definición e instrumentalización de las nociones del bienestar.
Lo visto hasta aquí y, a través de las diferentes críticas a las corrientes de pensamiento
que han abordado el concepto de bienestar, permiten concluir que el bienestar no puede
enmarcarse solamente a partir de la medición de condiciones objetivas referentes a la
disponibilidad de recursos materiales. Se considera que el paradigma del desarrollo
humano es un enfoque pertinente para contextualizar el bienestar humano para los
pueblos indígenas que se intenta plantear; sus lineamientos y fundamentos se
constituyen en un referente conceptual que permitirán enmarcar esa perspectiva
temática. El desarrollo humano considera que son relevantes, la protección de todos los
derechos humanos, las habilidades y las opciones de los individuos de ser capaces de
satisfacer sus propias necesidades, la igualdad de oportunidades; la construcción de una
equidad universal, la cual conlleve al mejoramiento de las oportunidades vitales para
las generaciones actuales y futuras; sobre la base de una gobernabilidad, donde exista
una sociedad civil fortalecida y participativa y unos gobiernos responsables.
Este capítulo ha tenido como propósito mostrar las principales discusiones en torno al
concepto de bienestar. Después de lo cual, es pertinente adentrarse ahora en el tema de
los enfoques de medición que se han adoptado para medir el bienestar. A continuación,
se reseñarán las principales propuestas sobre indicadores de bienestar, en tres
direcciones: 1) los indicadores convencionales producidos por la OCDE, la ONU
(Sistema de Estadísticas Sociales y Demográficas), y el enfoque de necesidades básicas
insatisfechas de la CEPAL; 2) los indicadores de desarrollo humano propuestos por el
PNUD a través de sus informes de desarrollo humano; 3) los indicadores para pueblos
indígenas, a partir de las propuestas del BID, del Convenio de Diversidad Biológica.
Igualmente, lo desarrollado a partir de las iniciativas de la ONU, y los planteamientos
surgidos por el denominado pacto de Pedregal, que corresponde a los avances por la
CEPAL y el Fondo Indígena.
71
3. INDICADORES DE BIENESTAR
A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, el énfasis para medir el bienestar de una
sociedad había estado restringido a la teoría económica y al empleo del PIB como
indicador de bienestar. Sin embargo, como consecuencia de las deficiencias de esos
instrumentos de medición y de la necesidad de ampliar el contenido del concepto de
bienestar al ámbito social, a comienzos de los años setenta aparecen otros enfoques
indicadores con énfasis en lo social, que intentan medir el bienestar a través de
variables no monetarias, frente a la preocupación por mejorar la situación de la relación
entre el ser humano y sus necesidades, y las cuestiones relativas a la calidad de vida.
Entre esas propuestas, se anotan: el método para identificar las carencias críticas en una
población como son las necesidades básicas insatisfechas (NBI), en el marco de la
preocupación por la pobreza y la desigualdad resultante de la participación y posición
socioeconómica en una sociedad específica; los avances sobre el Desarrollo Humano, a
partir de los años 90. Se logra introducir nuevos conceptos que permitirán desarrollar
otros instrumentos de medición de la pobreza y la calidad de vida, como es el índice de
desarrollo humano (IDH).
La OCDE bajo el lema “el crecimiento no es un fin en sí mismo, sino un medio para
crear condiciones de vida mejores”, creó un Grupo de Trabajo en el año 1971, para el
estudio e implantación del Programa de Indicadores Sociales (OCDE, 1976). Esta
organización desarrolló un concepto de bienestar social, que en su sentido básico no es
sinónimo del bienestar de la sociedad, sino de los seres humanos considerados
individualmente, y la forma en que está influenciado por sus relaciones con otros seres
humanos y el entorno físico (Zarzosa, 1996). Desde el año 1973, la OCDE consideró
que, dentro de un programa de indicadores sociales, era pertinente incluir los
indicadores de percepción, los cuales miden los aspectos subjetivos del bienestar. Sin
embargo, esta iniciativa solo duró hasta 1976, cuando se reconoce que no fue posible
encontrar una medida adecuada que diera tratamiento a los aspectos subjetivos del
bienestar. El grupo de trabajo finalizó su labor en 1982, dejando conformada La lista
OCDE de los indicadores sociales. El enfoque de los indicadores sociales como
instrumento de la medición del bienestar social, parte de la idea de que éste es un
concepto multidimensional; considera que los indicadores no deben ser simples
estadísticas sociales, sino que tiene que satisfacer diversas exigencias ligadas en
general a las funciones a que se destinan (OCDE, 1985). Al respecto afirman Chasco y
Hernández (2003), que esta primera lista de indicadores sociales, adoptada en el ámbito
internacional, ofreció un marco que facilitó a los países miembros establecer la medida
de bienestar social sobre bases comparables entre ellos.
En ese sentido, la OCDE logró realizar una primera experiencia, recopilando una
información aportada por los países miembros para los años 1950 a 1980. Los
resultados de este proceso estuvieron restringidos inicialmente a las preocupaciones
comunes de la mayoría de los países miembros, donde se resaltan los siguientes: 1)
deben estar basados en los productos finales que describan un resultado final, dejando a
otras estadísticas la cuantificación de productos intermedios; 2) deben formar parte de
una plataforma que cubra el conjunto de todas las preocupaciones sociales; 3) deben
74
Lo anterior implicó el desarrollo de una metodología, la cual partía por definir las áreas
o campos objetivos10 del bienestar; a su vez dentro de cada campo, se determinó una
lista de preocupaciones sociales básicas, las cuales se dividieron a su vez en otro tipo
de preocupaciones. Con estos insumos se elaboró una lista de indicadores como medida
de los niveles de las preocupaciones sociales. A cada uno de los indicadores, se le
estableció una especificación, directrices, estadísticas y clasificaciones. En este sentido,
para la OCDE era posible lograr una representación de la estructura del bienestar
individual bajos sus aspectos fundamentales, en la medida en que ellos aparecían como
cuantificables y significativos para informar a la acción gubernamental (Zarzosa,
1996). En el informe de 1982 no se incluyen los indicadores sociales, ni los indicadores
de percepción, ni las preocupaciones subjetivas. Lo anterior lo justifica la OCDE
argumentando según Zarzosa (1996), que un pequeño número de preocupaciones
sociales no se presta a la cuantificación actualmente, y considera que tal situación es
posible no se va a modificar en un futuro próximo.
10
La OCDE, distingue ocho campos objetivos a saber: 1) Salud, 2) Educación y adquisición de
Conocimiento, 3) Empleo y Calidad de Vida Laboral, 4) Tiempo Libre, 5) Capacidad Adquisitiva de
Bienes y Servicios, 6) Medio Ambiente Físico, 7) Entorno Social y 8) Seguridad de las Personas.
75
Sobre la base de suponer unas condiciones particulares de vida a través de las cuales se
define un estado de bienestar.
Los indicadores sociales propuestos y aplicados por la ONU, través del SESD, cubren
una amplia gama de temas11. La División de Estadística del Departamento de Asuntos
Económicos y Sociales de la Secretaría de las Naciones Unidas se encarga de su
compilación, con base a diversas fuentes de información, nacionales e internacionales.
La ONU los ha utilizado en diferentes conferencias, que han abordado temáticas en
relación con la mujer, población y desarrollo, desarrollo social y la infancia.
El SESD considera como indicador social, las series resumidas y relativas al estado y a
las tendencias de las condiciones de vida, a la disponibilidad y desempeño de los
servicios sociales conexos. Así mismo, considera como indicador a las construcciones
basadas en observaciones y normalmente cuantitativas, que dicen algo acerca del
aspecto de la vida social en el que existe interés o acerca de los cambios que están
teniendo lugar en él (Zarzosa, 1996). Este autor afirma que la finalidad del SESD es
mostrar qué datos conviene reunir sobre los seres humanos, tanto individualmente
como en grupos, y sobre las instituciones con que están relacionados y cómo deben
organizarse estos datos para obtener un sistema de información que sea útil para
describir, analizar y adoptar políticas en las diferentes esferas de la vida social. El
SESD analiza la información de la situación y cambios de la colectividad en los
aspectos demográficos y sociales, aplicando una metodología que comprende: dividir
el bienestar en materias; dentro de cada materia, se determina una lista objetivos, éstas,
a su vez, están divididas en objetivos específicos; al final se elabora una lista de
indicadores como medida de los niveles de los objetivos.
De acuerdo con Zarzosa (1996), los indicadores sociales de la ONU son descriptivos a
diferencia de los de la OCDE, que son normativos o valorativos. Argumenta esta
diferencia al considerar que los indicadores sociales presentados por el SESD intentan
11
La lista de temáticas abordadas por las Naciones Unidas son las siguientes: 1) población, 2)
formación de la familia, familias y hogares, 3) aprendizaje y servicios de enseñanza, 4) actividades
Remuneradas y Personas Inactivas, 5) Distribución del Ingreso, el consumo y la acumulación,
6)Seguridad social y servicios de bienestar social, 7) Salud, servicios de salud y nutrición, 8) La vivienda
y su medio ambiente, 9) Seguridad y orden público, 10) Uso del tiempo, 11) Tiempo libre y cultura 12)
Estratificación y movilidad sociales.
76
ser útiles al momento de analizar los diferentes aspectos del bienestar social, mientras
que la OCDE pretende que los indicadores midan el grado en que son alcanzados los
objetivos aceptados como tales en cuanto al bienestar de las personas. Otra
consideración hace referencia a los diferentes aspectos que se incluyen al momento de
analizar el bienestar. Mientras la OCDE pretende medir los estados finales del
bienestar, la metodología de la ONU precisa ser más completa, al analizar no sólo los
resultados finales, sino los medios o instrumentos para alcanzar dichos resultados. En
cuanto a los criterios utilizados para construir el concepto de bienestar, existen ciertas
diferencias entre los dos organismos internacionales. Por ejemplo, en el SESD no se
incluye el medio ambiente, ni temas de participación social y política, que sí se
consideran en la OCDE, y se abarcan aspectos relativos a la familia y al crecimiento y
distribución de la población, que no se incluyen en la OCDE.
En referencia a las metodologías usadas, tanto por la OCDE como por el SESD,
Collado (1992) afirma que estos nuevos enfoques dieron excesiva importancia a los
indicadores sociales de carácter objetivo, colocando con ello el concepto de bienestar
social en un nivel de neutralidad valorativa, que lo hacía aplicables a todo grupo social
o cultural sin distinción de las necesidades y de la jerarquía de valores específicas de
cada grupo. De este modo, la construcción del concepto de bienestar presenta
limitaciones al dejar de lado los indicadores subjetivos, útiles al momento de conocer
las apreciaciones que tiene los individuos sobre su propio bienestar. De otra parte, el
carácter desagregado de los indicadores resulta ser otro limitante en la construcción de
un concepto de bienestar social. Los indicadores permiten conocer una medida de los
componentes que participan en el bienestar. En ese sentido, Zarzosa (1996) sostiene
que no se trata solo de medir de forma aislada, el estado de los componentes del
bienestar, sino el resultado que los estados de tales componentes conjuntamente
proporcionan.
El Banco Mundial (BM), hacia el año 1974, encomendó a Hollis Chenery la realización
del estudio Redistribución con crecimiento, que aborda los aspectos teóricos y
prácticos de los problemas de la pobreza y muestra las experiencias de desarrollo y los
fundamentos de las políticas en términos de su impacto sobre la pobreza. Este estudio
plasmó una realidad: que el crecimiento experimentado por los países subdesarrollados
no había generado ningún beneficio a la población, y que el mismo se distribuía de
manera desigual entre países, regiones, dentro de países y entre grupos
socioeconómicos. Mostró como el patrón de crecimiento desigual no sufría ninguna
modificación dado el limitado acceso a la tierra, al crédito, la educación y el empleo.
Así mismo, a mediados de los años setenta, el BM y la OIT, en un esfuerzo asociado,
concuerdan en la necesidad de cambiar las estrategias del desarrollo a favor de la
creación de empleo y la satisfacción de necesidades humanas básicas, y en beneficio de
los sectores poblacionales más vulnerables de los países subdesarrollados. Desde ese
entonces el BM adoptó, y viene aplicando, los mapas de pobreza, con el ánimo de
establecer las estrategias que permitan proporcionar a los pobres los bienes y servicios
necesarios para satisfacer sus necesidades básicas.
La CEPAL (1989) conformó una serie de indicadores para evaluar las necesidades
básicas: acceso a una vivienda que asegure un estándar mínimo de habitabilidad para el
hogar; acceso a servicios básicos que aseguren un nivel sanitario adecuado; acceso a la
educación básica; y capacidad económica para alcanzar niveles mínimos de consumo; a
los cuales se les identificaron las variables censales y su correspondiente medición
(Tabla 4) (Feres, Mancero, 2001). Para estos autores, la mayor fortaleza del enfoque de
NBI consiste en la efectiva utilización de información de los censos nacionales, lo que
le permite identificar situaciones de pobreza con un alto grado de desagregación
geográfica y con un bajo costo para la recolección de la información.
Sin embargo, a lo largo de las últimas tres décadas se han producido una serie de
críticas ―tanto desde el punto de vista conceptual como metodológico―, respecto de
la aplicación del método de NBI para evaluar la pobreza. En referencia a los
79
Las críticas en relación con las NBI enfatizan que: 1) es un enfoque que no identifica el
número de pobres, así como tampoco situaciones de pobreza y procesos de
pauperización recientes, imposibilitando efectuar comparaciones temporales que
impliquen la evaluación de las políticas destinadas a mejorar carencias específicas; 2)
son indicadores especialmente adecuados para las áreas urbanas; 3) no da cuenta de la
intensidad de la pobreza como tampoco es posible clasificar a los hogares de acuerdo a
distintos niveles de satisfacción de necesidades; 4) se le subraya un problema de
mensurabilidad por no contar con la capacidad de diferenciar que el fenómeno de la
pobreza no es igual para todos los hogares, que implique distinguir entre carencias
universales posibles de ser medidas en todos los hogares y carencias específicas a
medir en ciertos hogares (Gómez, 1997; Feres y Mancero, 2001).
Las anteriores limitaciones de método de NBI han generado una serie de esfuerzos a
nivel nacional, dirigidos a superar las restricciones señaladas anteriormente. Como
muestras de los mismos, se presentan dos ejemplos. En primer lugar, en Bolivia se
elaboró un Mapa de Pobreza con la información del Censo de 1992 con el que fue
posible calcular los siguientes indicadores: acceso de la población a servicios de salud;
condición de analfabetismo de la población; años de educación de cada miembro del
hogar; provisión de servicios de energía eléctrica y combustible (INE, 2001). En
segundo lugar, la iniciativa del Instituto Nacional de Estadística y Censos de Argentina
(INDEC), que abordó el estudio de la pobreza innovando el indicador capacidad
económica utilizado por el método de NBI, con el propósito de: ser aplicable a todos
80
los hogares; proveer una gradación en la condición de la carencia; evidenciar una alta
correlación con el nivel de ingresos corrientes (Gómez, 1997). Sin embargo, su validez
depende del acceso a los supuestos utilizados, como por ejemplo, que a menor
educación y mayor número de miembros dependientes en los hogares, menor será el
ingreso familiar (Feres y Mancero, 2001).
Desde 1990 el PNUD publica un informe anual sobre desarrollo humano, donde se
incluye la clasificación mundial de los países resultante de la medición del desarrollo
aplicando el IDH. Se constituye en un índice de referencia para evaluar los alcances del
desarrollo a nivel nacional. El IDH mide la distancia que separa cada país de los
valores máximos observados en el mundo ―respecto de los países desarrollados― en
cada uno de esos parámetros (Montalieu. 2001). Éste se obtiene luego de determinar la
media simple que luego de ser normalizada puede variar entre 0 y 1, donde 1 se
considera el valor más elevado de desarrollo humano en los países, donde existen los
mayores niveles de educación, esperanza de vida e ingresos. Pese a los avances
logrados, el indicador aún no parece ser idóneo, dada la fragilidad de los datos de los
que se vale. Estos datos han sufrido modificaciones que hacen que los resultados
cambien de manera considerable. Es un indicador que no permite reflejar las posibles
desigualdades en materia de necesidades fundamentales. Al comparar dos países con el
mismo IDH no siempre se encuentra que los mismos cuentan con una realidad
homogénea similar dado que, por ejemplo, las desigualdades obedecen a elementos de
orden geográfico ―urbano ‒ rural― o de género ―hombre ‒ mujer―, entre otras
razones.
82
El PNUD en su Informe sobre Desarrollo Humano del año 2010, reafirma que después
de dos décadas del cálculo del IDH, éste continúa siendo una alternativa conceptual
viable para evaluar los alcances del desarrollo. Así, sostiene que la importancia del
paradigma original del desarrollo humano sigue siendo indiscutible. Sin embargo, el
PNUD (2010) es consecuente en expresar que si bien se tiene un camino recorrido por
el cálculo de los IDH, es necesario contar con otros índices que den buena cuenta de
los nuevos retos temáticos aún más complejos, en referencia al ámbito cada vez más
crítico de la sostenibilidad, las desigualdades sociales, económicas y de género,
existentes. Así, por un lado realiza ciertas modificaciones en la forma de calcular el
IDH, si bien no alteran sustancialmente el indicador. Por otro, hay una reforma de
mayor calado al presentar adicionalmente tres nuevos índices: Desarrollo Humano
ajustado por la Desigualdad, Desigualdad de Género y Pobreza Multidimensional.
Constatan cómo la desigualdad y la pobreza continúan siendo temas centrales a superar
en la perspectiva del desarrollo humano.
La incorporación de estos tres nuevos indicadores, que integran avances sobre los
aspectos teóricos y técnicos de la medición del desarrollo, muestran la ampliación de la
discusión y el análisis en torno a las desigualdades e inequidades, en temas centrales a
superar por el desarrollo humano. De acuerdo con el PNUD (2010: 97 – 109), los
nuevos indicadores son los siguientes:
Igualmente el PNUD (2010), afirma que los últimos 40 años muestran la existencia de
múltiples caminos para conseguir logros en desarrollo humano y que no existe una
receta única ni un modelo uniforme para tener éxito. El paradigma que fundamentaba
al ingreso como medio para medir el éxito de un país o el bienestar de un individuo o
de una sociedad, superado por el desarrollo humano, enfrenta nuevos retos
conceptuales y perspectivas desde lo local. Hoy se considera que el bienestar de la
gente de llevar una vida saludable y prolongada y oportunidad de recibir educación e
ingresos se logra no solo al considerar sus conocimientos y talentos para configurar su
propio destino, sino el empoderamiento y gobernanza sobre los recursos y la autonomía
territorial, entre otros.
este documento, resulta ilógico por ejemplo, pretender obtener un alto resultado de este
indicador en un entorno en el cual si se quiere hacer parte del sistema educativo para
mejorar sus niveles de formación, los indígenas deben adaptarse a una lengua, que para
muchos resulta ajena a su cultura. Esto se explica porque muchos gobiernos han
asumido pasar por alto las especificidades culturales para alentar modelos de desarrollo
uniforme mucho más cercanos a los de los países occidentales o a los de la sociedad
global. Todo proceso educativo, por consiguiente, está encaminado a promover un
desarrollo nacional uniforme que obvia las particularidades y las aspiraciones de los
pueblos indígenas en aras del beneficio de la mayoría de la población.
En ese sentido, en el año 2004, el BID adelantó un estudio con el objetivo de evaluar
los indicadores existentes que se aplican para medir la pobreza entre los pueblos
indígenas y desarrollar nuevos indicadores, que mejor reflejen la realidad y la
percepción de los indígenas del bienestar y la pobreza (Renshaw y Wray, 2004). Se
propusieron evaluar las metodologías existentes para medir la pobreza en referencia a:
1) Necesidades Básicas Insatisfechas ―acceso a servicios básicos―; 2) Línea de
Pobreza ―capacidad de acceso a servicios básicos―. Efectuaron una descripción
detallada de los indicadores que se han venido utilizando para evaluar las condiciones
de vida de los pueblos indígenas.
sesgos culturales, por el uso de categorías como actividad, sector, ocupación, ingresos,
entre otras.
En ese sentido, dichos autores propusieron contemplar otras categorías que permitieran
superar la evaluación de la pobreza a partir de las carencias ―típico de los indicadores
convencionales―, por aspectos como la vulnerabilidad y la capacidad de gestión. La
primera, entendida como la dificultad que tienen los pobres de mantenerse o defenderse
de los cambios naturales, sociales o económicos; y, la segunda, como la capacidad de
influir o modificar decisiones que los afectan. El cruce de los ejes sugeridos con los
campos temáticos considerados como prioritarios, según las Declaraciones de
Kimberley (2002) y del Consejo Indígena de Centro América, permitió al BID
presentar una propuesta más detallada de campos temáticos, dimensiones y variables,
para el diseño de indicadores que permitieran evaluar y de manera holística la situación
de los pueblos indígenas. Para cada campo temático, se generó una conceptualización,
que se muestra a continuación:
varios los factores que la conforman: idioma, historia común, orden moral y
espiritual, territorio, fiestas y ceremonias, formas de socialización y educación,
comida, música, trajes, capital simbólico, lugar de origen; su importancia varía de
acuerdo a cada pueblo. De otro lado, se alude a lo que significan los cambios
culturales, que no necesariamente implican pérdidas en la misma. Las culturas
son dinámicas y suponen transformaciones en lo que se considera como
tradicional. Sugieren la importancia de desarrollar temas asociados con la
interculturalidad y no solo la convivencia interna.
• Autonomía, acceso a la justicia y participación política. La primera se
relaciona con las formas de autogobierno, la segunda con el reconocimiento del
derecho indígena y la tercera se entiende en dos dimensiones: la libre
participación en espacios políticos y la participación como colectividad en las
decisiones que los afectan.
desarrollo; el diseño de las directrices de la ayuda oficial al desarrollo de los países que
lo componen; el suministro de información, documentación; asesoramiento de los
gobiernos. Junto con el Banco Mundial y el PNUD, constituyen el núcleo donde se
elabora la política internacional de cooperación para el desarrollo.
En ese marco, el CAD (2002) presenta una propuesta de orden conceptual que parte de
afirmar que, para conseguir la reducción de la pobreza, es necesario identificar los
nexos causales y valorar la eficacia probable de los diferentes instrumentos de las
políticas. Esa pretensión implica abarcar también los nexos causales entre las
dimensiones esenciales de la pobreza ―económica, humana, política, sociopolítica,
protectora― y de un desarrollo medioambientalmente sostenible, con centro en la
equidad y el género. La propuesta del CAD (2002), sin ser una proposición específica
para los pueblos indígenas, se considera que abre un camino conceptual importante al
introducir un enfoque de capacidades esenciales que permitan la reducción de la
90
Si bien, los pueblos indígenas no están de acuerdo con la definición de desarrollo que
da prioridad al crecimiento económico, ni con las exclusiones en sus valoraciones al
momento de concebir el desarrollo por parte de los Estados, se argumenta que tampoco
es clara la definición que permite conocer la concepción en la que los pueblos
indígenas pretenden verse reflejados. Es esta la razón por la cual los estudios derivados
de herramientas como las encuestas, empiezan a ser complementados con
investigaciones de orden etnográfico.
Sen ya había llamado la atención sobre la relación entre desarrollo y cultura, por lo que
esta estrategia no hace otra cosa que complementar los amplios estudios que, alrededor
de las teorías de este autor, se vienen desarrollando. La cultura desempeña un papel
fundamental, dice Sen, porque es un fin deseable en sí mismo, pero también, porque da
un sentido a nuestra existencia (ONU, 2008). Sin embargo, cuando se trata de la
cuestión esencial de saber por qué concentrarse en estos objetivos particulares ―entre
los cuales se encuentra el crecimiento económico, la reducción de las desigualdades, la
conservación del medio ambiente, entre otros―, la cultura debe entenderse de otra
manera. Ésta debe ser vista como eje estratégico a través del cual se da sentido a los
objetivos que se plantea una sociedad. A su vez, justifica y limita los medios a los que
tal sociedad puede acceder, pues determina la voluntad misma de los individuos para
escoger una o varias alternativas a la hora de resolver un problema o satisfacer una
necesidad. De la misma manera, la cultura da sentido a los fines que se persiguen,
sugiriendo no solo un orden de prioridades sino también una idea concreta de lo que se
considera bienestar.
En este orden de ideas, la relación entre el desarrollo y la cultura deberá ser asumida a
partir del rol constitutivo, constructivo y creativo que juega la misma en el marco de
los esquemas y estrategias del desarrollo, de modo que pueda incluirse la reproducción,
la retroalimentación y el crecimiento cultural, dentro de la construcción de este nuevo
tipo de indicadores y estrategias de desarrollo. Gracias a lo anterior, es posible destacar
algunos elementos que deben incidir al momento de construir los indicadores, dentro
de las cuales se precisa: la visión de bienestar de los pueblos; el respeto a los derechos
colectivos; el reconocimiento de los derechos fundamentales y su grado de ejercicio; la
reafirmación de la libre determinación de los pueblos; la diferencia entre indicadores
93
En el 2006, según el CDB (2006), los representantes del Foro de Pueblos Indígenas por
la Biodiversidad (FIIB) conformaron el Grupo de Trabajo en Indicadores, con el
propósito de convocar un consulta de expertos internacionales y discutir sobre los
indicadores más relevantes a los pueblos indígenas, con los cuales se pudiera medir la
eficacia de las políticas públicas y las acciones de protección del conocimiento
tradicional y la vitalidad cultural de los pueblos indígenas. Esta iniciativa contó con el
apoyo de la Oficina Regional para América del Sur de la Unión Mundial para la
Naturaleza‒Sur (UICN‒Sur) y la Agencia Española de Cooperación Internacional
(AECI). Ese grupo de trabajo especial sobre el Artículo 8(j), propuso una serie de
indicadores que facilitaran adelantar una evaluación sobre la situación de los
conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales, de las sociedades tradicionales
indígenas y no indígenas, asociadas a la biodiversidad.
El aporte del CDB (2006) abre un proceso de discusión que permite involucrar en el
diseño de los indicadores las características multidimensionales de los espacios de vida
de las sociedades tradicionales como: pluriculturalidad, multietnicidad, economía
subsistencia, conocimiento tradicional, salud física y espiritual, diversidad alimentaría,
cosmovisión, en contextos biodiversos. En las tablas 6, 7, 8, 9 y 10 se recogen la
propuesta del CDB (2006). A partir de una serie de temáticas, se identifican unos
indicadores, donde se precisa su pertinencia y alcances para evaluar la situación de los
conocimientos, innovaciones y prácticas tradicionales de las sociedades indígenas y no
indígenas; igualmente para cada uno de los indicadores identificados, se precisan las
fuentes de información existentes.
Las tierras y aguas tradicionales Puede que haya alguna información disponible sobre
gestionadas o cogestionadas por las la base de país por país y/o banco de datos mundial
comunidades indígenas y locales. Se sobre áreas protegidas.
hace referencia, a las áreas protegidas
donde las comunidades indígenas y
locales, podrían ser capaces de ejercer
sus conocimientos ecológicos
tradicionales en la gestión de sus
territorios.
La propuesta del Grupo de Trabajo en indicadores del CDB constituye un avance, que
incorpora de manera significativa el tema de los derechos fundamentales en la
sostenibilidad de los modos de vida y territorios ancestrales de los pueblos indígenas.
Se resaltan los aportes más significativos logrados: un conjunto de principios como
marco general de referencia de los indicadores, esenciales para evaluar el bienestar de
97
En ese orden de ideas, lo expuesto muestra cómo han existido iniciativas de orden
global que, a partir de reconocer los derechos de los pueblos indígenas, han permitido
su participación en diferentes espacios donde se ha discutido el tema de medio
ambiente y el desarrollo. Se señala la preocupación desde los organismos multilaterales
por la medición de los impactos del desarrollo a través del índice de desarrollo humano
y los indicadores sociales; las Cumbres de la Tierra de Río de Janeiro (1992) y
Johannesburgo (2002), y la apertura de espacios para la participación en las discusiones
sobre el desarrollo sostenible. Así como también, la preocupación desde los pueblos
indígenas y sus organizaciones, por la defensa de sus derechos, territorios y recursos
naturales; las propuestas que se vienen discutiendo en relación a su preocupación por
medir el impacto del desarrollo sobre sus condiciones de vida.
12
Integrado por Consejos Nacionales Indígenas: Coordinadora Nacional de Pueblos Indígenas de
Panamá – COONAPIP; Mesa Nacional Indígena de Costa Rica – MNICR; Movimiento Indígena de
Nicaragua – MIN; Confederación Nacional de Pueblos Autóctonos de Honduras – CONPAH; Consejo
Coordinador Nacional Indígena Salvadoreño – CCNIS; Espacio de Coordinación Maya de Guatemala –
AJPU; Consejo Nacional Indígena de Belice – BENIC.
99
enfoque integral que reconozca las clasificaciones y las visiones locales sobre el
mundo; sus cuerpos jurídicos y de administración de los recursos; junto a ellos sus
derechos a la conservación de sus modelos de salud y educación; entre otras cosas.
Los IBH, desde la perspectiva de este conjunto de expertos, deben ser útiles para
precisar su diversidad, las distinciones por género ―hombres y mujeres―, por edad o
edades ―niños, jóvenes, adultos―, así como los espacios de reproducción de su vida
social, ambientes rural, urbano, de inmigración, entre otros. Se conciben como
instrumentos para denunciar, negociar, transformar, planificar, proteger, fiscalizar las
alternativas de etnodesarrollo así como los procesos de reconocimiento y ejercicio de
derechos humanos individuales y colectivos de los pueblos indígenas. En particular
sobre este tema ,mencionan que los IBH son útiles para: vigilar el cumplimiento de
compromisos; identificar buenas prácticas y lecciones aprendidas; favorecer el
establecimiento de prioridades; coadyuvar el pleno ejercicio de los derechos; corregir
errores y asegurar la calidad de vida y bienestar de los pueblos indígenas, respetando
las formas tradicionales, acceso a nuevos conocimientos.
Los IBH se plantean como una estrategia para la elaboración, seguimiento y evaluación
de los Planes de Vida, así como para la elaboración de planes de orden regional y
nacional. Se espera que este tipo de indicadores permita la gestión y conservación del
conocimiento de los pueblos indígenas, así como la reorientación de los proyectos de
investigación de modo que estos últimos permitan llenar vacíos de conocimiento y la
definición de agendas de trabajo. Los IBH son desarrollados para que puedan ser
usados inicialmente por los propios pueblos indígenas, pero también para coordinar y
vigilar el trabajo de las agencias de las Naciones Unidas, programas públicos,
gubernamentales, instituciones financieras ―BM, BID, entre otros―. Junto a ello se
espera sean útiles a organizaciones comunales, universidades, centro de investigación.
Fundaciones, ONG y en general para los sistemas nacionales de estadísticas.
de Evaluación del Primer Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo
1995-2004, presentado en el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas (2007).
Igualmente, la Fundación Rigoberta Menchú, el PUMC - UNAM y los líderes
indígenas suscribieron el Pacto del Pedregal, que contiene dos temas fundamentales y
compromisos: 1) la elaboración de un informe de evaluación del primer Decenio 1995-
2004; y, 2) el desarrollo de un modelo de seguimiento y evaluación del Segundo
Decenio (2005-2014), con indicadores culturalmente adecuados.
Tales demandas venían sido expuestas en las discusiones presentadas en las sesiones
realizadas por el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas, desde el año 2002. La
orientación de la demanda indígena constituye un esfuerzo por mitigar la invisibilidad a
la que han sido sometidos los pueblos indígenas producto de la marginación y la
exclusión estadística. Se esperaba que la misma permitiera cambios en los enfoques, la
amplitud de estrategias de análisis y el diseño de futuras políticas. Lo anterior se
entendió como el reconocimiento y formalización de los pueblos indígenas en las
estadísticas oficiales, en dos sentidos: de un lado, la inclusión estadística de los pueblos
indígenas, al igual que la mejora de los sistemas de información e indicadores útiles al
13
Consignado en el documento “Pueblos Indígenas y los Indicadores de Bienestar y Desarrollo” (ONU,
2008) producto de la VII Sesión del foro permanente para las cuestiones indígenas de la ONU del año
2007.
103
Tabla 11. Temáticas priorizadas por el Foro permanente para las cuestiones
indígenas de la ONU
Temáticas prioritarias ONU Temáticas prioritarias de los pueblos indígenas
• Salud • Tierras y territorios
• Derechos humanos • Patrimonio cultural colectivo (Conocimientos
• Desarrollo económico y tradicionales)
social • Formas de organización social
• Medio ambiente • Identidad (colectiva y de género)
• Educación • Modelos de autonomía o autogobierno
• Cultura • Relaciones interculturales
• Grado o nivel de bienestar
Fuente: UNAM, 2007. Informe de Evaluación del Primer Decenio Internacional de los Pueblos
Indígenas del Mundo. 1995-2004
En suma a lo anterior, cabe resaltar que los conceptos emitidos por organismos
internacionales y gobiernos se han convertido en elementos de uso obligatorios. Sin
estas categorías de análisis, los proyectos presentados ante estas organizaciones no
proceden por lo que se han convertido en imposiciones intelectuales. Éstas resultan
inaceptables a ojos de los representantes de las comunidades indígenas, quienes
reconocen la existencia de diferencias en las prioridades, las estrategias y las maneras
de clasificar las problemáticas reconocidas por los pueblos mismos. Tales
imposiciones, dicen los líderes indígenas, distorsionan e impiden que las
consideraciones y enfoques de desarrollo y bienestar difieran entre un representante y
otro. A partir de estas discusiones, surge una demanda de indicadores no solo referidos
a la tarea de construir instrumentos sino también al conjunto de factores que resulta
importante identificar y distinguir. En el Pacto de Pedregal se señalan, entre otros, los
siguientes derroteros:
Las discusiones llevaron a reconocer lo esencial que resulta que los países y los
organismos competentes desarrollen sistemas de información sobre los pueblos
indígenas, con datos obtenidos de censos, conteos, encuestas, estadísticas vitales u
otros instrumentos convencionales, y produzcan también informes especiales sobre
asuntos que resulten del mayor interés de pueblos y comunidades indígenas. Estas
discusiones los acercan a la conclusión de que los gobiernos, agencias de Naciones
Unidas, universidades y organismos de la cooperación deben desarrollar programas de
formación y capacitación de indígenas para el manejo de sistemas de información, con
especial atención al conocimiento y aplicación de indicadores convencionales o
específicos. Se reconoce el papel protagónico de los pueblos en estos temas y la
importancia de otorgar las herramientas técnicas suficientes que permitan la
107
Es importante indicar que, luego de la evaluación del Primer Decenio de los pueblos
indígenas (1995 - 2004), los resultados fueron considerados por debajo de las
expectativas establecidas para tal década. Por tal razón, la Asamblea General de las
Naciones Unidas en el sexagésimo periodo de sesiones (febrero de 2006), resuelve
aprobar el Programa de Acción para el Segundo Decenio Internacional de los Pueblos
Indígenas del Mundo (2005 – 2014). Esta declaración busca continuar fortaleciendo la
cooperación internacional para la solución de los problemas a que se enfrentan los
pueblos indígenas en esferas tales como la cultura, la educación, la salud, los derechos
humanos, el medio ambiente y el desarrollo social y económico, por medio de
programas orientados a la acción y proyectos específicos, una mayor asistencia técnica
y las actividades normativas pertinentes.
En ese sentido, se puede afirmar que los acuerdos a los cuales llegaron los Pueblos
Indígenas, el Estado y la sociedad, y recogidos en el Pacto de Pedregal (2004), se
destacan cuatro propuestas consideradas como temas centrales de la agenda básica
sobre la demanda de indicadores para pueblos indígenas, los cuales podrían ser
aplicados a la realidad de estos pueblos, estos son:
14
El Fondo para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas de América Latina y El Caribe - Fondo Indígena
(Fondo Indígena, 2011), fue creado en 1992 en la II Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de
Gobierno, celebrada en Madrid, España. Es organismo multilateral de cooperación internacional
especializado en la promoción del autodesarrollo y el reconocimiento de los derechos de los Pueblos
Indígenas. Está integrado por países miembros de América Latina y Europa: Argentina, Belice, Bolivia,
Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México,
Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela; y otros asociados Bélgica, España y
Portugal. Entre unos de los objetivos, el Fondo Indígena contribuye a mejorar el acceso y la calidad de
los recursos de información para los Pueblos Indígenas, a fin de viabilizar y fortalecer el diálogo
intercultural entre los principales actores del desarrollo indígena, visibilizar la situación de los mismos;
posibilitar y garantizar su participación efectiva en el diseño de políticas y estrategias de desarrollo y en
los procesos de toma de decisiones.
109
Inmigrantes recientes de la Total de personas que llegaron a residir en una DAM en los
División Administrativa Mayor últimos 5 años, provenientes de cualquier otra DAM del país.
(DAM)
Total de la población migrante interna que dejó de residir en la
Emigrantes recientes de la DAM DAM de referencia, dentro de los 5 años previos a la fecha
censal.
Total de personas que llegan a vivir a una DAM respecto a las
Tasa de inmigración reciente personas que residen en la misma, en los 5 años previos al
censo.
Total de personas que emigran de una DAM respecto a las
Tasa de emigración reciente personas que residen en la misma, en los 5 años previos al
censo.
Efecto neto de la inmigración y la emigración de la población
Tasa neta de migración reciente de una determinada DAM, ―ganancia o pérdida de
población―, en los cinco años previos al censo.
Fuente: CELADE/CEPAL, 2007
En general, se puede afirmar que el logro más importante del último proceso reseñado,
lo constituye el hecho de que ha permitido definir indicadores mucho más precisos,
multidimensionales, producto de los contextos locales, y relativos a sus diferencias
culturales y territoriales, que tiene en la propuesta de CELADE/CEPAL – FONDO
INDIGENA, (2007) un claro avance sobre esas posibilidades. Los resultados muestran
una convergencia temática por superar los enfoques de medición oficial del desarrollo
centrados en evaluar el número de personas en pobreza absoluta y relativa. Los avances
conceptuales de la última década, dirigidos a evaluar los logros del desarrollo en
términos de las desigualdades y disparidades que genera, así como la vulnerabilidad de
la sociedad frente a procesos de empobrecimiento, son una base que permitirá ampliar
la conceptualización para el diseño y aplicación de un modelo de indicadores de
bienestar social, que conjuguen, por una parte, un carácter multidimensional, y, por
otra, la seguridad humana, para ser aplicados a las particularidades de las sociedades
tradicionales.
Los diferentes aportes, reconocen las dificultades existentes con respecto al tratamiento
de lo indígena: cómo definir estos grupos de población, cómo construir las ideas como
el desarrollo, la pobreza, la riqueza ―activos―, el bienestar, en el marco de sus
propias visiones. Por otro lado, la referencia a indicadores de desarrollo es muy
tangencial. Generalmente, se presenta la relación que existe entre pobreza y origen
étnico. A la conocida vinculación de la pobreza con la ausencia de desarrollo, se le
116
agrega el tema del origen étnico como una de las causas que explicaría la actual
situación de pueblos indígenas. También, aportan elementos para exigir un
reconocimiento a la importancia de la tierra y, más allá de eso, del territorio como una
construcción social que exige entenderlo como parte integral de la vida de los pueblos
indígenas; de donde se desprende que el uso de la tierra dista de ser meramente
instrumental para convertirse en vital.
Lo anterior ha tenido como propósito dar a conocer las principales corrientes que han
tratado el concepto de bienestar y su medición. También, precisar cuál ha sido su
aporte al diseño de indicadores para las sociedades tradicionales indígenas. En síntesis,
el proceso de construcción de un marco conceptual adecuado para plasmar un modelo
de indicadores de bienestar humano para los pueblos indígenas localizados en la
Amazonia colombiana. A través de los capítulos anteriores, se muestra que
necesariamente se debe de considerar una perspectiva multidimensional que conjugue:
1) una dimensión étnica con énfasis en las respectivas particularidades
socioeconómicas, socioculturales, sociopolíticas y biofísicas; 2) una dimensión sobre la
sostenibilidad de sus activos, ambientales, sociales, culturales, económicos, políticos,
que son la sustentabilidad de su modelo económico tradicional; 3) una dimensión de las
particularidades de su actual vinculación a la sociedad occidental y a la economía del
117
En ese sentido, conocer el contexto territorial que los resguardos indígenas poseen en la
conservación del medio ambiente, al igual que las particularidades de las sociedades
étnicas que intervienen el ecosistema en la Amazonia colombiana; son piezas
fundamentales de un marco conceptual, con la fuerza de explicar, la relación entre
ecosistemas y sociedad indígena, que sustenta el concepto de bienestar de los pueblos
indígenas. Lo anterior, involucra observar en primer lugar, los rasgos de orden
biofísico, socioeconómico, sociocultural y sociopolíticos, de los resguardos indígenas;
especialmente su carácter colectivo y pluricultural, así como las tensiones actuales
15
Se conoce que tanto en Bolivia como en Ecuador existe una población importante alejada total y
radicalmente del consumidor, de los mercados libres y competitivos. Son sociedades que mantienen y
conservan formas de vida diferentes a la lógica del consumidor y de la mercancía, que se establecen
desde otros marcos normativos y éticos. Se distinguen por contar con una memoria ancestral, que no
coincide con la individualidad moderna, ni con la razón neoliberal dominante como es el caso de la
existencia del ingreso y el bienestar individual, para el sostenimiento de la vida. Tanto Bolivia (2009)
como Ecuador (2008), a través de sus constituciones políticas, han adoptado los conceptos: Sumak
Kawsay y Suma Qamaña como una forma de reconocer: los derechos de los pueblos indígenas a la vida;
a ser sociedades distintas con fundamentos en cosmovisiones y códigos éticos propios; a contar con
formas y organizaciones propias; que las distingue de la sociedad occidental.
121
4.1. El papel de los resguardos indígenas como salvaguardas del medio ambiente
en la Amazonia Colombiana
Los resguardos, como propiedades colectivas, afianzan la conservación y promoción de
las prácticas y costumbres de los pueblos indígenas. En estos territorios, los pueblos
indígenas han establecido unas relaciones con el medio ambiente, construidas bajo una
racionalidad que posibilita la conservación de los recursos y la reproducción de la
biodiversidad de estos ecosistemas. La conservación de estas prácticas depende de las
posibilidades que ofrecen el medio social y la gobernabilidad para reproducir y
mantener las costumbres y creencias en dichos territorios.
Sin embargo, como propiedades colectivas, los resguardos indígenas no son una
garantía suficiente para la reproducción de las prácticas tradicionales de los pueblos
indígenas. La vinculación con la sociedad nacional, el Estado y las economías locales,
al igual que la presencia de ciertos fenómenos sociales y sociopolíticos, tienen una
fuerte incidencia en los aspectos internos de estas sociedades en cuanto limitan las
posibilidades de reproducción de sus prácticas culturales, incluso aquellas sobre las que
se sustenta la conservación del medio ambiente. La capacidad de conservación de los
122
recursos naturales de estos pueblos puede verse confinada a las posibilidades que le
ofrecen las condiciones sociales en las que se inscriben los territorios de los resguardos
indígenas.
A nivel nacional existen 710 resguardos indígenas, que se localizan al interior de 228
municipios y/o corregimientos departamentales y representan el 30% del territorio
nacional, totalizando una extensión de 34 millones de hectáreas (DANE, 2005). La
región amazónica colombiana comprende los territorios de los departamentos de
Amazonas, Caquetá, Guainía, Guaviare, Putumayo y Vaupés, además de una parte de
los territorios de Vichada, Meta, Cauca y Nariño. En total supone un área de 477.374
Km2, aproximadamente el 6% de la Gran Amazonia y el 42% del territorio continental
de Colombia (Gutiérrez et al., 2004). En esta región los resguardos indígenas
representan un área de cerca de 25 millones de hectáreas. La distribución de las zonas
de los resguardos y las áreas de bosques primarios, que albergan una compleja
biodiversidad, son aspectos sensiblemente importantes para Colombia.
Por otro lado, los departamentos de Amazonas, Guainía, Vaupés y Vichada, albergan el
restante 44% del número total de resguardos en la región, pero su área constituye el
89% del total de la misma. Allí se ubica el 56% de la población indígena (Tabla 19).
124
En esta zona, las áreas en resguardos indígenas constituyen entre el 48% y el 98% de
las áreas totales en esos departamentos. Así mismo, en esos territorios de propiedad
colectiva las coberturas predominantes (99%) son las naturales y de alta biodiversidad
conservadas. Estas coberturas naturales son producto del poblamiento del ser humano
en la zona y la humanización de la selva es el resultado del proceso de mutua
adaptación (Clement, 2006; Morgote et al., 2006).
Departamentales
Transformados
Resguardos
Naturales
% (*)
(%)
(%)
N°
N°
%
Amazonas 24 12,1 20.496 15,7 10.966.500 9.199.688 83,9 10.859.995 99,0 9.662 0,1
Vaupés 3 1,5 21.504 16,4 5.413.500 4.120.897 76,1 5.309.051 98,1 2.941 0,1
Guainía 26 13,1 14.331 11,0 7.223.800 7.083.742 98,1 7.058.576 97,7 3.652 0,1
Vichada 34 17,1 17.127 13,1 6.653.900 1.769.796 26,6 3.561.005 53,5 85.028 1,3
Nariño 7 3,5 18.538 14,2 300.400 27.987 9,3 264.245 88,0 33.489 11,1
Cauca 4 2,0 694 0,5 481.300 1.534 0,3 432.268 89,8 48.231 10,0
Caquetá 41 20,6 6.835 5,2 9.009.700 638.303 7,1 7.644.327 84,8 1.365.348 15,2
Putumayo 32 16,1 24.391 18,6 2.610.300 143.299 5,5 2.127.792 81,5 468.874 18,0
Meta 8 4,0 1.143 0,9 3.202.400 48.405 1,5 2.414.128 75,4 292.467 9,1
Guaviare 20 10,1 5.796 4,4 5.545.500 1.854.243 33,4 5.356.574 96,6 187.766 3,4
Total 199 100,0 130.855 100,0 47.482.000 24.887.894 52,4 45.027.961 94,8 2.497.458 5,3
(*) Representa la relación: área resguardos indígenas respecto al área total departamental.
Fuente: Arango, R; Sánchez, E. 2004. Instituto Sinchi. Sistema de Información Ambiental Territorial
de la Amazonia colombiana SIAT-AC. 2007. Elaboración propia
Flujos de relaciones desde el interior del resguardo hacia el exterior: demandas sobre
nuevas tierras por crecimiento demográfico; demandas por conflictos producto de
traslapes entre los territorios indígenas y otros espacios que limitan el uso del
2 territorio tales como los parques nacionales; demandas para la recuperación de
territorios tradicionales excluidos del territorio reconocido legalmente como
resguardo.
Flujos de relaciones que tienen lugar dentro del territorio del resguardo: tamaño del
resguardo; densidad poblacional; diversidad étnica del resguardo; usos del territorio
3 en actividades productivas o extractivas; usos del territorio en actividades
tradicionales; modelos de poblamiento.
Dado el contacto histórico de los pueblos indígenas con la sociedad nacional y las
economías locales, sus particularidades tanto en la Amazonia Noroccidental como en la
Suroriental permiten establecer diferentes tipos de resguardos indígenas de acuerdo con
su localización en dichas subregiones (Tabla 21). Estos tipos de resguardos presentan
problemáticas diferenciadas que implican una capacidad igualmente diferencial para la
sostenibilidad de los recursos naturales. En general, los modos de vida indígena se han
visto impactados por diferentes procesos socioeconómicos y sociopolíticos de carácter
regional: el avance de la frontera agrícola por apertura de áreas con pastos mejorados y
126
una ganadería extensiva; las bonanzas de los cultivos de uso ilícito y el conflicto
armado interno; y, la presencia de economías extractivas de los recursos naturales,
entre otros. Estos fenómenos han generado la presencia de una población fluctuante,
que con dificultad, establece raíces en la región; tal circunstancia produce cambios en
los patrones ancestrales de asentamiento.
3 Resguardos indígenas localizados en las zonas de frontera con Brasil y Perú (río
Amazonas).
En general, de acuerdo con las dinámicas señaladas y con las cuales se relacionan los
resguardos, dada su localización en las dos subregiones, García y Acosta (2009: 178 -
179) proponen la siguiente tipología de resguardos, con sus características más
destacadas:
Los resguardos ubicados en la cuenca del río Putumayo, límite entre Colombia y
Perú, se caracterizan por tener territorios inmersos en procesos de economía
extractiva ―madera―. Aun cuando la tala y transporte de estos materiales se
desarrolla ocasionalmente por los indígenas mismos, los empresarios son colonos
o empresarios de otras regiones del país. Por otro lado, estas reservas presentan
indicios de la ocupación de actores armados que limitan el tránsito por la zona.
Los cultivos ilícitos. Sus coberturas se extienden en buena parte del territorio nacional,
habiéndose incrementado de manera significativa en las tres últimas décadas. La región
amazónica alberga importantes áreas de estos cultivos, siendo los departamentos de
Guaviare y Putumayo los que registraban en el año 2006, los más altos porcentajes de
número de hectáreas intervenidas. En el mismo lapso de tiempo, su comportamiento en
la región mostró una tendencia a su disminución en términos cuantitativos. En el
conjunto de departamentos de la Amazonia, hoy las áreas en cultivos ilícitos
representan apenas una cuarta parte de la superficie cocalera del país (Arcila y Salazar,
2007: 43 - 45).
comunidades reproduce la lógica de las malocas. Los actuales cabildos están sujetos
fuertemente a la influencia de los clanes que constituían y constituyen aún hoy tales
malocas. Las relaciones sociales establecen así las reglas de la territorialidad.
Actividades como la pesca, la caza, la recolección y la horticultura en su conjunto, son
las que determinan la demanda de tierra o de recursos. El caso de la chagra es
particularmente diciente, pues en su desarrollo, pueden intervenir varias generaciones,
estableciendo vínculos más claros con el territorio. La chagra se compone de tres
espacios de producción; uno en desuso ―rastrojos―, otro en plena producción y uno
más dispuesto para la transición hacia las futuras chagras. Estos tres espacios propios
de tal sistema de producción, establecen la necesidad de tierra de parte de cada unidad
familiar y de la comunidad.
Límites internos dentro de los resguardos. El control sobre los territorios de los
resguardos se halla en cabeza de cada etnia, de acuerdo a lo que dicta la tradición de
cada una de ellas. Esto permite que cada familia disponga de territorios para
abastecerse ―chagra, caza, pesca y recolección― en el espacio de su clan, tanto como
en los de la familia a la que se halla aliada. Una acción que está ligada no sólo a la
disponibilidad de tierra sino a la influencia de las autoridades que dirigen cada espacio
cultural. Muchos de los resguardos tienden a subdividirse por pueblos o grupos étnicos.
Estas divisiones demandan la existencia de acuerdos mínimos y alianzas interétnicas en
las que se establecen condiciones de mutuo respeto. En algunos casos, los derechos
territoriales de cada pueblo se mantienen gracias a la fortaleza de su tradición oral, en
otros son las recientes alianzas y acuerdos los que determinan el uso mismo de los
terrenos dentro del resguardo. Esta diversidad se reproduce en medio de constantes
tensiones que se catalizan a través de alianzas matrimoniales y rituales.
134
En un sentido más amplio, se puede decir que sin ese principio de relación íntima con
los ecosistemas sería imposible pensar, tanto la existencia humana de estas sociedades,
como las condiciones que caracterizan el paisaje de las selvas húmedas. Los pueblos
indígenas se han valido de los ecosistemas amazónicos para producir y reproducirse de
manera autónoma y, a su vez, a través de diversas formas de recreación simbólica, han
mantenido sus características garantizando así mismo su producción y reproducción.
Sin embargo, dichas sociedades indígenas, de acuerdo con el contacto histórico con la
sociedad nacional y la economía, presentan diversos niveles de integración que
determinan en gran medida la configuración actual de sus modos de vida.
por el fluir de cierta energía vital que es común a todos los seres de la naturaleza.
Denota la coexistencia de una cierta corresponsabilidad entre todos los seres del
ecosistema, donde los mismos tienen la obligación no sólo utilizar tal energía, sino
reintegrarla permanentemente para garantizar el fluir continuo de esta energía vital.
Estos tres procesos son orientados a través de un conjunto de pautas de orden moral,
que permiten participar de este fluir de energía vital sin afectarla, pero también sin
verse afectado. Lo anterior revela para los Tukano la posibilidad de que existan
inadecuados procesos de utilización de la energía vital, donde no se han considerado
los impactos sobre los otros seres que comparten la misma energía, lo que conduce a
repercusiones negativas que se manifiestan en el cuerpo y que afloran en la
enfermedad. Los conceptos aportados por el pueblo Tukano son una guía importante
para determinar el tipo de bienestar que los pueblos indígenas en la Amazonia
colombiana poseen.
una autoridad - chamán o curador del mundo - que cumple funciones específicas en el
modelamiento del mismo (Van der Hammen, 1992) y que se inserta en la cosmología y
lo simbólico (Correa, 2000). En otro caso se trata de un equilibrio transformado y
enmarcado en el territorio que, según Franky y Mahecha (2000), se manifiesta a nivel
macro en el espacio chamanístico y a nivel micro en los cuerpos de los individuos; y,
por último, hay quien lo considera inclusive un sistema filosófico (Ǻrhem, 1993).
17
Los grupos indígenas amazónicos identifican varios niveles del mundo en los cuales habitan los
diferentes seres: los humanos que vivirían en un nivel, los “dueños” de los animales y de las plantas.
Para ampliar, ver Franky y Mahecha, 2000, Van der Hammen, 1992, entre otros.
140
(Fundación Gaia Amazonas, 2000). El territorio para los pueblos indígenas es mucho
más grande que varios kilómetros de tierra inscritos en un título de propiedad: el
territorio es el mundo, su manejo es un asunto de fuero individual, pero también se
trata de un sentir colectivo que pasa por encima de lo étnico e inclusive del ecosistema
amazónico, para trascender en relaciones que humanizan la naturaleza concibiéndola
como un igual y no subordinada al ser humano.
El concepto de territorio tal y como lo define Vasco (1992), citado por Franky y
Mahecha (2000), se trata del conjunto de relaciones que una sociedad ha establecido en
un espacio a través de la historia y como resultado de su acción. En él se conjugan el
actuar particular o la cultura de cada grupo humano / étnico con la red de relaciones
que establece en y con el ecosistema de selva amazónica. Como producto de esas
relaciones el territorio se reconoce y se apropia material y simbólicamente (Palacios,
2002), ejerciendo lo que suele denominarse como territorialidad: proceso en el cual los
sujetos convergen en una historia común a la que hacen referencia cuando se relatan los
mitos, se nombran los lugares y se cuentan las historias ocurridas allí y de la gente que
los ha habitado, entre otros (Vasco, 1992).
Así mismo, además del sentido material y el sentido cósmico o espiritual, el territorio
involucra un sentido corporal. Todo lo que en él sucede se refleja en el cuerpo de los
individuos en estados como la salud y la enfermedad, la vida y la muerte. Con la
territorialización del cuerpo, cada miembro de un grupo étnico se inscribe en los
referentes territoriales que forman la geografía chamanística de este cosmos y del
territorio de su grupo étnico, así no nazca ni resida allí. Sin embargo, con la
territorialización del cuerpo, éste también comienza a ser vulnerable a los peligros y
males de este cosmos (Franky, 2004). En ese orden de ideas, se tiene un concepto de
territorio en sentido material ―tierra, espacio geográfico, diversidad― y también se le
reconoce como producto de una historia ―ancestral y reciente― y de las acciones de
todas las generaciones de individuos que se han relacionado con él. En el territorio
convergen acuerdos y discordias, diversas formas de concebirlo, ocuparlo y manejarlo,
apropiaciones y pérdidas, entre muchas otras relaciones.
141
Para explorar las anteriores dimensiones sobre una noción de bienestar de los modos de
vida indígena, resultan pertinentes los planteamientos de Gasche y Vela (2004). Estos
autores consideran que la calidad de vida se alcanza no solamente cuando se pretende
satisfacer las necesidades biológicas del ser humano, sino cuando se satisfacen también
los gustos de las personas. La noción de bienestar subjetivo que proponen, la plantean
en el marco de las actividades que el bosquesino realiza cotidianamente, donde su
ejecución, además de satisfacer necesidades básicas de subsistencia, satisface los
gustos. Dichas actividades se deben entender como la forma en la que el sujeto se
vincula al universo socio-cultural y lingüístico al que pertenece y da cuenta de su
vivencia individual y social en el entorno natural.
sujetos como tal; 3) una reproducción material y cultural entendida como las formas
individuales y colectivas, a partir de las cuales se garantiza la reproducción de la vida
colectiva y de cada uno de los miembros que hacen parte de ella (Figura 4)18.
18
El ejercicio de análisis de la práctica tiene como antecedentes los trabajos de Van der Hammen (1992),
Descola (1996), Bergman (1990), Gasché (2004), entre otros.
144
La definición de bienestar acotada conjuga las relaciones sociales y las relaciones con
la naturaleza y se aproxima, de una mejor forma, a las ideas con las que las
cosmologías indígenas de la Amazonia colombiana definen la relación sociedad -
naturaleza. En los párrafos anteriores, se mostró cómo los modos de vida de las
sociedades indígenas se sostienen en armonía con la naturaleza en sus territorios. Se
postula que esa relación de equilibrio denota una relación de bienestar humano, que
para algunos pueblos indígenas de la Amazonia colombiana se expresa con el concepto
de abundancia, como ocurre con los pueblos indígenas Uitoto, Bora, Okaina y
Muinane que se autodenominan Gente de Centro. En ese sentido, es posible aplicar ese
importante concepto Uitoto a otros grupos poblacionales indígenas. Lo anterior cobra
validez dado que los Andoque, Uitoto, Muinane, además de los Yukuna, comparten
una mitología y un conjunto ritual común (Karadimas, 2005).
Se trata de una noción que encierra elementos diversos, que, a la vez, exige el apoyo de
prácticas concretas de la vida ritual y de prácticas cotidianas de la sociedad indígena.
Profundizar sobre las particularidades sociales y culturales de la noción de bienestar en
términos de la abundancia, requiere necesariamente introducir una contextualización
encaminada a mostrar las características de sus asentamientos de acuerdo con su
145
Fue así como se fundaron los barrancones los cuales contaban con un equipo de
hombres armados con funciones múltiples: amedrentar a los indígenas, aplastar
cualquier oposición o insurrección, perseguir a los fugitivos o incorporar a la fuerza
nuevos trabajadores. También servían como sitios de aprovisionamiento y venta del
caucho que se efectuaba por vía fluvial, a ser acopiada y comercializada en las
localidades de Manaos e Iquitos. En 1910, la Casa Arana, como compañía
internacional bajo el nombre de Peruvian Amazon Rubber Company, registró una
expansión vertiginosa, contando con dos grandes distritos cuyas sedes principales se
localizaban en El Encanto y La Chorrera. La Casa Arana acudió a toda clase de
métodos violentos para elevar la producción de la goma y para presionar a los indigena
a trabajar permanentemente. Aquellos que no traían la cuota previamente establecida
eran torturados, flagelados o asesinados (Casement, 1985). Al respecto, un relato
indígena de la época describe su aparición en la zona:
británico en el Brasil, Roger Casement, realiza una exhaustiva investigación sobre los
escándalos del Putumayo, publicando en la ciudad de Londres el llamado Libro Azul.
Dos años después la compañía de Julio Cesar Arana, con sede en Londres y capital
británico, es disuelta y se iniciaron investigaciones judiciales en el Perú, sin que al final
fuera judicializado ningún responsable directo.
Sin embargo, hacia el año 1921, el Ministerio de Fomento del Perú otorgó una
concesión a la familia Arana sobre una gran extensión territorial del Putumayo. En
1922, se firmó el tratado Lozano-Salomón, mediante el cual, el Perú le reconoció a
Colombia la soberanía sobre los territorios amazónicos al norte del río Putumayo.
Dicho Tratado fue ratificado posteriormente en Colombia, estableciendo los límites, la
libre navegación y todos los derechos adquiridos por nacionales y extranjeros conforme
a las legislaciones respectivas, por medio de la Ley 55 de 1925 (Domínguez y Gómez,
1990; Gómez et al., 1995; Acosta y Salazar, 2002).
La Casa Arana inició la deportación masiva de la población indígena que aún subsistía,
obligándola a llevar el caucho acopiado en La Chorrera hacia la banda peruana en el río
Putumayo. Esto implicó que muchos grupos indígenas tomaran la decisión de huir
hacia la banda norte del río Caquetá. Entre los años 1928 y 1930, la Casa Arana
mantenía el traslado masivo forzado de grupos indígenas, ocasionando que muchos
murieran a causa de fiebre. El panorama demográfico de la región comprendida por el
interfluvio entre los ríos Caquetá y el Putumayo era el de una región deshabitada. La
población había sido ultimada, deportada o se había visto obligada a huir hacia la parte
norte del territorio. Esta época significó para las comunidades indígenas el exterminio
de tribus enteras y la dispersión de otras. Se calcula que antes de la llegada de los
caucheros habitaban en la región más de cincuenta mil indígenas, de los cuales
sobrevivieron tan solo entre tres a cinco mil personas aproximadamente (Acosta y
Salazar, 2002).
Los pueblos indígenas del complejo cultural de La Chorrera, envueltos en ese contexto
histórico de la economía extractiva del caucho entre finales del siglo XIX y mediados
del siglo XX, fueron objeto de procesos de esclavitud, genocidio y desplazamiento
forzado, que constituyeron las formas de sometimiento ejercidas por la Casa Arana,
para la obtención y acopio del caucho natural. La extracción de este recurso natural
implicó profundos impactos en la construcción histórica de sus territorios ancestrales
(Figura 5), generando cambios y descomposición social que causaron el
despoblamiento masivo, extinción de linajes, clanes y tribus enteras (Echeverri, 2000;
Farekatde, 2004). Con posterioridad al conflicto colombo–peruano, de acuerdo con
Farekatde (2004), los pueblos indígenas del complejo cultural de La Chorrera inician
un proceso de reconstrucción social, cultural y territorial, que alcanza su mayor
esfuerzo con la declaratoria del Resguardo Predio Putumayo en 1988, por parte del
Estado colombiano. A este resguardo se le asignó un área de 58.187 km2, que conforma
la más extensa unidad territorial de propiedad colectiva en Colombia (Figura 6).
Fuente: Plan de Vida y Ordenamiento de los hijos de tabaco, coca y yuca dulce. Asociación
Zonal Indígena de Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Chorrera – AZICATCH.
2005.
En términos generales, comer bien – vivir bien, conjuga todo un esfuerzo humano para
recrear un sistema productivo integral: siembra, cosecha, recolección, pesca y caza. De
este sistema y su riqueza alimentaria dependen la abundancia, la suficiencia, la
disponibilidad y el libre acceso a los recursos alimentarios propios. La Tabla 23
contiene la lista de los productos utilizados por las familias indígenas del complejo
cultural de La Chorrera, en su cotidianidad alimentaria.
Los mismos se obtienen por medio de las labores propias del sistema productivo
tradicional y se caracterizan por tener un uso plural. Se puede afirmar que para el 100%
de las familias indígenas el esfuerzo de su trabajo se dirige a proveer los insumos
necesarios para el comer bien. Un 66% de las mismas tienden a monetizar una parte de
su producción tradicional para poder acceder a productos de consumo final que se
demandan en busca de la satisfacción de necesidades introducidas. No obstante, la
tendencia a la comercialización de los productos propios, un importante porcentaje de
las familias, el 59%, destina su producción a: sostener las redes de solidaridad entre
familias a través del intercambio y donación de productos; y, contribuir en la
preparación de bailes tradicionales y mingas. Finalmente, algunas familias, un 8%,
destinan una parte de su producción al levantamiento de animales domésticos. Esta
información pone de manifiesto la vigencia de las prácticas y modos de vida indígenas
tradicionales en medio de los cambios que se suscitan por la estrecha relación con la
sociedad nacional.
Acosta et al. (2011), afirman que, en La Chorrera, una familia indígena para poder
garantizar su sostenibilidad alimentaria, la provisión de ingresos y su aporte a los
bailes, debe contar anualmente con dos chagras de monte bravo y dos chagras de
rastrojo19. Lo anterior es posible, no sólo por la práctica de los conocimientos
tradicionales que se tienen sobre el medio natural, sino de los procesos productivos
para un aprovechamiento óptimo de los recursos naturales. Este saber se ve reflejado en
la estrategia y las prácticas propias del sistema de producción tradicional, que permiten
que una familia indígena pueda contar con abundancia de alimentos.
La existencia de un conocimiento tradicional, que se asocia a entender el mundo,
implica una corresponsabilidad por parte de las familias indígenas frente a sus espacios
cultivados, en el sentido de contar con unos principios fundamentales que garantizan la
práctica del sistema de producción tradicional y por ende la sostenibilidad de su
sistema de autosuficiencia alimentaria. La existencia de los principios es la base de
conocimiento tradicional para hacer una buena chagra y obtener una buena producción
que sustente el comer y vivir bien. La Tabla 24 relaciona esos principios con los
fundamentos centrales para su práctica.
Mantener el diálogo con la naturaleza Con los tres reinos que mantienen la unidad y la
relación con el medio natural: la flora, la fauna y
los cuerpos de agua.
19
Las chagras de monte bravo son aquellas que se abren por la derriba del bosque primario; por ende las
que tienen mayor dedicación en las prácticas culturales de uso y manejo, al permitir obtener
producciones de subsistencia a lo largo de seis años antes de abandonarse. Las chagras de rastrojo, por el
contrario, se abren de regeneraciones secundarias naturales que pueden llegar a poseer entre 10 y 15 años
de haber sido tumbado el bosque primario; se denominan también chagras de emergencia, porque su
producción se puede lograr en el curso de un año desde su establecimiento.
156
Elección del terreno para abrir la chagra Revisión espiritual y física del terreno donde se
abrirá la chagra.
Controlar el trabajo por medio de las En las prácticas culturales de apertura de las
dietas ―dietar― chagras ―socala, tumba, picada, quema,
siembra―, en el cuidado de la misma y en el
aprovechamiento de los productos.
Las familias indígenas, para poder dar cumplimiento al convenio establecido con la
Madre de la abundancia Monifue R+gõ, deben poseer un amplio conocimiento de las
variaciones de los aspectos climáticos que repercuten en las labores de apertura,
siembra, cuidado y aprovechamiento de la chagra. Según la tradición, las familias
indígenas deben estar en capacidad de reconocer los indicadores que le muestra el
20
El término Friage Rozi (Royiz+mui) es una norma general e indicador del ecosistema, que los
indígenas de La Chorrera poseen para referirse al tiempo en que termina y comienza el año productivo,
el cual se considera determinante para la proyección del manejo y administración de las chagras.
157
ecosistema para hacer una buena chagra. Cuando se habla de los indicadores del
ecosistema, se hace referencia a la capacidad de reconocer, saber e interpretar las
variaciones climáticas que se presentan en un año y la relación de éstas con el
comportamiento y ciclos reproductivos y productivos de la fauna y la flora. Por ende,
no se trata de una actitud pasiva, sino que supone una capacidad de conocer en detalle
esa relación. Ello permite a las familias indígenas contar con una programación de
actividades que se puedan realizar de acuerdo a cada periodo climático. En relación con
la chagra, por ejemplo, este saber determina la época adecuada para la apertura, la
siembra, cuidado y aprovechamiento de los productos cultivados.
través de la palabra espiritual, para hablar con Monifue R+gõ21, creador o madre de la
abundancia.
21
El término Monifue R+gõ se refiere a la práctica de pedir permiso a través de la palabra espiritual al
creador o madre de la abundancia, para seleccionar el terreno donde se abrirá la chagra.
159
Los conocimientos tradicionales sobre el uso y manejo del medio natural y físico y los
de orden espiritual constituyen la forma mediante la cual se regula toda intervención
del ser humano en la naturaleza, que se pueden evidenciar a través del ciclo agrícola y,
dentro de éste, en las labores asociadas a la organización y planeación del trabajo de la
chagra. En la práctica de los conocimientos tradicionales sobre el uso y manejo de los
espacios cultivado (Tabla 25), se antepone la exigencia de sostener y cumplir el
convenio con la naturaleza, sin el cual, no es posible garantizar una producción óptima
de autosuficiencia alimentaria que garantiza la abundancia.
En términos generales, los suelos sobre los que se asientan los pueblos indígenas de La
Chorrera, son suelos de tierra firme ―o en tierra no inundables―, que corresponden a
la categoría de los oxisoles de textura arcillosa, pH ácido, alta concentración de
aluminio y bajos niveles de nitrógeno y fósforo. En estos suelos, el fósforo con
frecuencia es el elemento limitante de la fertilidad, el cual proviene casi
exclusivamente de la descomposición de la materia orgánica. Esto permite a las
comunidades indígenas, asentadas en tierra firme, poder mantener los cultivos todo el
año, pero en suelos menos fértiles. La fertilidad del suelo de la chagra ―en términos
de textura del suelo, drenaje, cantidad de materia orgánica, diversidad microbiana
asociada a los ciclos de mineralización y minerales disponibles―, incide directamente
con la diversidad de especies que es posible cultivar. Una de las claves del uso y
manejo de los espacios cultivados y la sostenibilidad de una producción de
subsistencia, son las estrategias de siembra y la de contar con una importante
variabilidad genética de especies tradicionales para atenuar la baja fertilidad de los
suelo, que limitan la posibilidad de cultivar especies con requerimientos nutricionales
altos (Peña-Venegas et al., 2009: 17).
En La Chorrera se creó un Cabildo Mayor y dos cabildos menores: uno del sector que
aglutinaba a los asentamientos ubicados aguas arriba y otro del sector aguas abajo del
río Igará Paraná. El Cabildo Mayor se denominó COZICH ―Consejo Zonal Indígena
de La Chorrera― y cumplió con el papel de direccionar los procesos de recomposición
cultural, social y las estrategias sobre el manejo de sus territorios ancestrales, junto con
los procesos de las otras zonales que integraron el resguardo Predio Putumayo: Consejo
Indígena Zona Arica, COINZA, Consejo Indígena de Puerto Alegría (AZIPA),
Organización Zonal Indígena del Encanto (OZINDE) (Farekatde, 2004).
Fuente: Van del Hammen (1992); Correa (1993, 2000); Arango y Sánchez (2004); Farekatde (2004);
Farekatde y Henao (2011); Acosta et al. (2011).
Haciendo uso de los decretos y normas nacionales (Decreto 1088 de 1993), que
potencian procesos para buscar mayor autonomía de los pueblos indígenas; en el año
2003 la organización COZICH se transformó en la Asociación Zonal Indígena de
Cabildos y Autoridades Tradicionales de la Chorrera, AZICATCH, como una
organización que articula y legitima la autoridad de los ancianos ―caciques― como
representes del gobierno propio.
oportunidad de constituir una ETI, con base en las estructuras de gobiernos locales
indígenas, que en este territorio se viene consolidando.
El pasado histórico del contacto de los pueblos indígenas con diferentes actores,
muestra una serie de episodios que han dejado su huella en los modos de vida indígena.
Son ejemplo de ello: la presencia de las misiones evangelizadoras, los procesos de
economía extractiva como las caucherías, el tráfico de pieles, la bonanza cocalera, la
pesca, las maderas, la minería, la imposición de planes y proyectos de vida a las
sociedades indígenas por parte de entidades estatales y de las ONG; así como la
presencia de grupos armados al margen de la ley. Como producto de esos contactos y
procesos socioeconómicos y políticos, existe una tendencia a propiciar cambios en la
familia tradicional indígena y en sus modos de vida (Figura 9).
extractiva del caucho con profundos impactos sobre su población y modos de vida.
Fueron objeto de procesos de esclavitud, genocidio y desplazamiento forzado, como
formas de sometimiento ejercidas por la Casa Arana, para la obtención y acopio del
caucho natural. La extracción de este recurso natural, trajo consigo profundos impactos
en sus territorios ancestrales, propiciando profundos cambios y una descomposición
social que causaron el despoblamiento masivo, extinción de linajes, clanes y tribus
enteras. Con posterioridad al conflicto colombo–peruano del año 1933, los pueblos
indígenas del complejo cultural de La Chorrera, comienzan un proceso de
recomposición social, cultural y territorial, que, junto con la declaratoria del Resguardo
Predio Putumayo, en 1988, por parte del Estado colombiano, permite entrar en una
etapa de consolidación de ese proceso.
Con la conformación del Plan de Vida vigente en cada uno de los pueblos indígenas
que se autodenominan hijos del tabaco, la coca y la yuca dulce, el proceso de
recomposición social adquiere una fundamentación de acuerdo con los principios de la
ley de origen de esos pueblos. Dicho plan incluye dos componentes: el Ordenamiento
Territorial y el Plan de Desarrollo o Abundancia. Este último componente señala los
derroteros a seguir para asegurar el bienestar de los pueblos indígenas, en el marco de
su vinculación con el Estado, la sociedad nacional y la economía.
El proceso de recomposición social y cultural adelantado por los pueblos indígenas del
complejo cultural de La Chorrera, ha contado con la fundamentación y sinergia de una
estructura de gobierno propio que ejerce el control social y político en los territorios
ancestrales y base de la organización administrativa y defensa de los derechos
indígenas. La evolución histórica y vigencia actual de esas formas de organización,
control social y político, de los pueblos indígenas de La Chorrera, cuentan con fuerza
en las discusiones y acuerdos que serán necesarios llevar adelante en los procesos de
reglamentación de las futuras ETI. Estas formas de gobierno propio que se erigen sobre
el libre ejercicio del control social y la autonomía política, permitirán la sostenibilidad
de los modos de vida de los pueblos indígenas en sus territorios ancestrales hacia el
futuro. Son fundamentales para la conformación de los que se podría denominar la
“capacidad de funcionamiento colectivo de los territorios indígenas”, que se sustenta
precisamente sobre aquellas jerarquías de autoridad tradicional existentes en los
173
Por lo anterior, las comunidades indígenas de La Chorrera han logrado demostrar que
usan y manejan unos extensos conocimientos tradicionales no solo del medio natural,
sino de los procesos productivos tradicionales que se despliegan para un
aprovechamiento óptimo de los recursos naturales. En general y tal como se pudo
observar anteriormente, las familias indígenas en La Chorrera, desde su conocimiento
tradicional, contemplan una serie de principios y normas esenciales para el uso y
manejo de los espacios cultivados. Este saber se ve reflejado en la estrategia y las
prácticas propias del sistema de producción tradicional, que permiten que una familia
indígena pueda contar con abundancia de alimentos, así como también, contar con la
posibilidad de generar excedentes de producción que se obtienen con cierta regularidad
y que permiten, entre otros, la adquisición de productos, cuyo consumo ha sido
adquirido por la vinculación con la sociedad nacional y la economía.
Son principios que garantizan la abundancia de alimentos y bienestar para las familias,
así como también el cuidado y sostenimiento del medio natural, la reproducción de los
conocimientos y prácticas tradicionales básicas para el manejo de los espacios
cultivados. La existencia de esos principios corresponde a las normas tradicionales, que
son necesarias de asumir y practicar a nivel familiar para hacer una buena chagra y
obtener una buena producción que sustente el comer y vivir bien. Conocer y practicar
dichos principios facilita a las familias indígenas saber el estado del ecosistema para la
realización de las prácticas de uso y manejo en las chagras.
proyectos a adelantar con entidades públicas y ONG se armonicen con el Plan de Vida,
de manera que previamente las entidades estatales y las ONG coordinen con las
Autoridades Tradicionales la cooperación y el apoyo a través de proyectos de
desarrollo.
177
La tesis doctoral tiene como propósito diseñar unos indicadores de bienestar humano
para pueblos indígenas, que conjuguen esas dimensiones y que puedan utilizarse como
herramientas para lograr el reconocimiento de sus modos de vida y sus territorios
ancestrales. Sus resultados son un insumo para la formulación de políticas públicas,
programas y acciones de gobierno, u otras instancias asociadas al desarrollo y al
bienestar indígenas, que permitan que las familias indígenas no pierdan su autonomía e
178
La medición del bienestar de estos pueblos debe soportarse sobre variables sincrónicas
y diacrónicas, es decir, que debe dar cuenta de fenómenos que se estudian en un
momento dado, así como reconocer las sucesiones de un sistema social que llevan a
que el mismo se reproduzca y se mantenga. En este sentido, el modelo conceptual a
conformar para el diseño de los indicadores de desarrollo humano, debe expresar de
manera reiterada dichas variables en momentos distintos a lo largo del tiempo. Y ello
debe ser así dado el carácter de las sociedades amazónicas que cambian de manera
constante, y, por otro lado debido, al carácter estacional del ambiente y de los espacios
en los que se inscriben los modos de vida indígena. Las variables que describen los
fenómenos en estudio tienen como condición que deben ser examinadas a nivel social
−comunitario−. El concepto de bienestar humano, como se expuso, responde a las
potencialidades derivadas de las relaciones que se dan en la sociedad, que incluye el
fuero de las familias indígenas, de modo que el modelo debe evidenciar de tales
condiciones.
En ese sentido, el modelo debe basarse en los modos de vida indígena que se dan en los
espacios territoriales ancestrales, entendiendo como tales aquellos que se encuentran
bajo la forma y las características de los resguardos indígenas. Si bien es claro que los
resguardos no son homogéneos, sí cuentan con elementos en común como el ejercicio
de los derechos sobre la tierra, la existencia de autoridades tradicionales y los sistemas
de gobernanza. En estas circunstancias, se presenta un conjunto de relaciones con la
sociedad nacional más o menos tipificadas. Por lo anterior, el conjunto de indicadores
propuestos se ocupará fundamentalmente de las relaciones al interior de los resguardos
indígenas, donde existen ciertos elementos garantizados, como es el caso del acceso a
los recursos.
179
22
La noción de restringir ha de leerse, en este contexto, no en el de constreñir sino el de circunscribir
a los individuos dentro de una lógica de orden mayor. Esto no implica que se niegan las libertades
individuales ni que se supone como teleología la alienación de los individuos. Fuera del contexto de las
culturas locales se corre el riesgo de que algunas tradiciones de los pueblos de la región, sean descritas
como un mecanismo de privación de las libertades. En estas condiciones es preciso matizar las mismas
de manera que no se establezca a priori desde el exterior tales categorías y que podamos entender su
importancia dentro de la lógica local de bienestar.
181
Los efectos provocados por esos nuevos contactos en la consecución de los logros de
bienestar son fundamentales. En ese sentido, avanzar en la construcción de un modelo
conceptual sobre el bienestar humano de los pueblos indígenas en la Amazonia
colombiana, implica identificar y determinar las capacidades asociadas a la noción de
sostenibilidad de los modos de vida indígena, que como se viene sosteniendo se deben
contextualizar en referencia del concepto de abundancia base de los modos de vida de
la Gente de Centro.
Se ha señalado que buena parte de los mecanismos sobre los cuales se sustenta la
abundancia, como concepto de bienestar de los pueblos indígenas del Amazonas,
recaen sobre un conjunto de prácticas culturales propias. Tales prácticas pueden ser de
carácter individual o colectivo. Las mismas pueden estar sujetas a conceptos de orden
económico, político, religioso, entre otros, los cuales determinan la forma de tales
prácticas así como su función y significado. Este tipo de prácticas exige una
caracterización particular en cada contexto cultural, dado que en las mismas radica la
particularidad de cada indicador de bienestar para cada pueblo o contexto cultural
amazónico. La presencia de cada práctica puede determinar uno u otro grado de
bienestar. No obstante, los funcionamientos que definen las capacidades asociadas a
estas prácticas deben tomar distancia de los medios mismos para alcanzar determinado
estado de bienestar.
En ese sentido, las capacidades colectivas, identificadas más adelante, guardan una
correspondencia con el control y gestión de los territorios ancestrales en la figura del
resguardo, que presentan un estado legal como propiedades privadas colectivas. Estas
capacidades comprenden: 1) la capacidad de funcionamiento colectivo; 2) la capacidad
de agencia cultural autónoma; 3) la capacidad para garantizar la autonomía alimentaria;
4) la capacidad para lograr un ambiente tranquilo; y, 5) la capacidad para garantizar el
auto-cuidado y reproducción. Cada una de estas capacidades exige una descripción y
conceptualización, al igual que los respectivos funcionamientos que definen cada una,
a partir de los cuales se definen y diseñan los indicadores de bienestar humano. El
conjunto de los indicadores que expresan estas capacidades permite fundamentar el
182
modelo de evaluación del bienestar humano de los pueblos indígenas Gente de Centro
de La Chorrera.
De acuerdo con el Plan de Vida y Ordenamiento de los Hijos de Tabaco, Coca y Yuca
dulce (Azicatch, 2005: 85-95), en este territorio existen unas instituciones tradicionales
que ejercen el control social y político, que cuentan con diferentes orígenes y que se
atribuyen una autoridad y poder, según el nivel jerárquico donde se insertan: 1) las de
orden tradicional, en cuya cabeza se encuentran los ancianos sabedores en su calidad de
Caciques, que ejercen, desde sus malocas como sedes rituales y ceremoniales, el
Gobierno propio o autónomo en cada uno de los territorios ancestrales de los pueblos
indígenas, y los cabildos indígenas existentes −Ver tabla 1−; 2) aquellas surgidas de
las relaciones con el Estado, como es el caso de los gobernadores y las Asociaciones de
Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI), que soportan el Sistema de gobierno
intercultural o articulado.
183
autoridad civil, encargado de las relaciones con las entidades del Estado y una Junta
Directiva. El art. 2 del decreto 2164 de 1995 los define como una entidad pública
especial, cuyos integrantes son miembros de las comunidades indígenas, elegidos y
reconocidos por éstas y cuya función es representar legalmente a la comunidad, ejercer
la autoridad y realizar las actividades que le atribuyen las leyes, los usos, costumbres y
el reglamento interno de cada comunidad (Arango y Sánchez, 2004: 201).
con la Azicatch (2005: 93), obra como Máxima Autoridad de los pueblos indígenas
Uitoto, Okaina, Bora y Muinane, de La Chorrera, Amazonas. El Plan de Vida y
Ordenamiento de los Hijos de Tabaco, Coca y Yuca dulce, de La Chorrera, confiere al
Consejo Indio las siguientes funciones:
(…) Velar por la aplicación de las normas legales sobre uso del suelo y
poblamiento de sus territorios; diseñar las políticas, planes y programas de
desarrollo económico y social dentro de su territorio en armonía con el plan de
desarrollo o abundancia; promover la inversión pública en su territorio y velar por
su debida ejecución; coordinar los programas y proyectos promovidos por los
diferentes consejos de base de cada uno de los pueblos dentro del territorio de la
ETI; colaborar con el mantenimiento del orden público dentro de su territorio de
acuerdo a las instrucciones del gobierno nacional siempre y cuando no atentan
contra los intereses colectivos de los pueblos hijos de tabaco, coca yuca dulce;
representar a los consejos indios de base, al consejo indio ante el gobierno
nacional, entidades, instituciones y ONG que se integren; las que señale la
constitución y la ley siempre y cuando no vayan en detrimento de la cultura de
los hijos del tabaco y la cocan (...) (Azicatch, 2005: 95).
entablar relaciones con los pueblos indígenas, como es el caso de las entidades del
Estado, ONG y organizaciones multilaterales. Igualmente reconoce otro tipo de actores
como los medios masivos de comunicación, iglesias, e incluso a actores armados y
colonos.
La figura jurídica del resguardo parece garantizar el acceso a la tierra, sin embargo, no
siempre es así en términos de ciertos recursos o ciertos espacios simbólicos de
importancia para los pueblos indígenas. En todo caso, el resguardo permite ciertas
condiciones de seguridad por el hecho de ser una propiedad colectiva con un régimen
especial que establece: la imposibilidad de ejercer un control individual exclusivo para
el uso y explotación de los recursos; la imposibilidad de su enajenación; y, guardar
siempre el carácter de ser imprescriptibles e inembargables. Sin embargo, la
sostenibilidad de su integralidad territorial puede verse comprometida por ciertas
vulnerabilidades derivadas de las propias lógicas sobre el acceso a la tierra; así como
por las ocasionadas por las relaciones con actores externos al resguardo, con intereses
en efectuar aprovechamientos de recursos naturales, deforestación de los bosques para
la implementación de la ganadería extensiva y/o cultivos de tipo comercial −lícitos e
ilícitos−, entre otros.
Este enfoque centra su atención en la toma de decisiones reales que son efectuadas y
asumidas por los sujetos en los resguardos. Se parte por considerar las causas que
conforman las decisiones de la población indígena a migrar. Estas son situaciones de
orden extremo, que incluyen decisiones autónomas y/o influenciadas por decisiones de
otros. La decisión autónoma corresponde a opciones voluntarias de las personas, que se
explican por condiciones muy particulares, entre las que cabe mencionar:
Otros aspectos demográficos en los territorios ancestrales que tienen que ver con las
dinámicas poblacionales que delinean la identidad indígena, que se derivan del hecho
de ser parte de un grupo tradicional autónomo. En primer lugar, la información que se
vierte en el censo de población se reafirma la pertenencia a una etnia en particular, con
una historia, una cosmogonía y una tradición, en sus territorios ancestrales; en segundo
lugar, la existencia en los mismos, no solo de la familia tradicional indígena extensa,
sino de otros tipos de organización familiar, como producto del contacto con diferentes
procesos de intervención por parte de actores sociales no indígenas. En ese sentido, se
reconoce la existencia de cambios en la familia tradicional indígena, ampliando la
tipología de familias en los territorios ancestrales, entre los cuales se resalta: familias
nucleares con vivienda y producción de subsistencia independiente; familias extensas
conformadas por varios núcleos familiares bajo un mismo techo, cada uno de los cuales
es autónomo y no se reconoce necesariamente una autoridad común. Se destacan
aquellas familias monoparentales y unipersonales con vivienda y producción de
subsistencia independiente, con dificultades para asumir los fundamentos culturales del
bienestar indígena como son las prácticas culturales que garantizan la abundancia.
entre grupos étnicos y sociales. Los funcionamientos permiten legar a las nuevas
generaciones los conocimientos asociados a la tradición. Entre ellos pueden
contemplarse los sistemas tradicionales así como las prácticas de instituciones nuevas
−derivadas de instituciones como la iglesia o la escuela−. Agencia
Caimo 1
Chontaduro 5
Umari 1
Uva 1
Guamo 2
Cascostillo 1
Plantas para la pesca Barbasco 3
Ortiga 2
Ají 3
Plantas medicinales
Achiote 2
Albahaca 1
Coca 2
Plantas culturales y Tabaco 1
rituales Maní 4
Yarumo 1
Pepino 1
Tomate 1
Plantas introducidas
Pimentón 1
Cebolla 1
Fuente: Acosta et al., (2011). Instituto Sinchi. Azicatch.
Esta capacidad se puede expresar bajo la noción acuñada por los pueblos indígenas del
Amazonas como es el “vivir bien”. En el contexto de estos pueblos, “vivir bien” se
tiende a asumir por parte del individuo: el respeto, el consejo, procurar una vida sin
vanidad, sin orgullo y, finalmente, la inteligencia. Estas cuatro categorías están
asociadas a normas morales acatadas por los pueblos indígenas que, de manera
detallada, se pueden definir:
La capacidad de “vivir tranquilo” busca dar cuenta de las prácticas efectuadas por los
pueblos indígenas que permiten lograr un equilibrio con la naturaleza. Se considera los
siguientes funcionamientos:
198
Esta capacidad refleja las posibilidades con las que cuentan los individuos en una
sociedad indígena, de mantenerse física y mentalmente bien. El auto-cuidado incluye el
199
derecho a escoger un estado de bienestar, en términos de las prácticas a las que se tiene
acceso para el mantenimiento de la salud. No obstante, el auto-cuidado implica la
sostenibilidad de los espacios naturales de los que se hace parte o con los que se
establecen relaciones de uso y manejo. La libertad de escoger un nivel adecuado de
uso, manejo y aprovechamiento de los recursos ofrecidos por la naturaleza, acatando
las prácticas y principios que sostienen la abundancia, expresa de mejor manera la
idea de bienestar de los modos de vida indígena.
Para que los indicadores a identificar y diseñar, cumplan con dichos propósitos −como
se argumenta anteriormente−, deben reunir una serie de condiciones que los haga
viables en el marco de las particularidades del contexto social, cultural y político donde
se desenvuelven los modos de vida de los pueblos indígena en el Amazonas. Por eso,
deben contar con un potencial y una objetividad que permita: conocer el estado de su
situación de una manera sistemática y regular; ser una herramienta para evaluar y
proteger los conocimientos tradicionales asociados a la agrobiodiversidad y los
recursos naturales en sus territoriales ancestrales; ser un insumo que contribuya a la
formulación de políticas públicas, programas y acciones de gobierno, diseño de
proyectos con la cooperación internacional u otras instancias asociadas al desarrollo y
bienestar indígena; dar cuenta de las realidades y temas que tienen especial importancia
desde el punto de vista de los pueblos indígenas, como la identidad, la espiritualidad,
las formas propias de organización social, los derechos colectivos, entre otros.
La capacidad para establecer control cultural sobre los territorios indígenas, se dirige al
conocimiento que se tiene por parte de las autoridades indígenas, sobre los flujos
sociales que se generan desde el interior de los resguardos indígenas y hacia afuera de
éstos; así como aquellos que vienen de afuera hacia el interior de los mismos. La
información, busca describir las relaciones que generan posibles conflictos territoriales;
se contemplan los siguientes flujos sociales: 1) los aspectos de orden demográfico, que
dimensionan las potencialidades poblacionales, con que cuentan los pueblos indígenas
para ser estables en el territorio; 2) situaciones de orden social, cultural, económico,
204
que generan flujos migratorios, tanto aquellos que se dan hacia fuera del resguardo,
como aquellos que entran al mismo.
La capacidad para establecer control cultural sobre los territorios indígenas, se dirige al
conocimiento que se tiene por parte de las autoridades indígenas, sobre los flujos
sociales que se generan desde el interior de los resguardos indígenas y hacia afuera de
éstos; así como aquellos que vienen de afuera hacia el interior de los mismos. Los
indicadores (Tabla 32), buscan describir las relaciones que generan posibles conflictos
territoriales; se contempla los siguientes flujos sociales: 1) los aspectos de orden
demográfico, que dimensionan las potencialidades poblacionales, con que cuentan los
pueblos indígenas para ser estables en el territorio; 2) situaciones de orden social,
cultural, económico, que generan flujos migratorios, tanto aquellos que se dan hacia
fuera del resguardo, como aquellos que entran al mismo.
La capacidad que tienen los miembros de un pueblo indígena para ser parte de un
grupo tradicional autónomo, constituyen otros de los aspectos que reafirman la
identidad. Como hecho demográfico, tiene que ver con las dinámicas poblacionales que
delinean la identidad indígena, en dos direcciones: 1) la reafirmación sobre la
pertenencia a una etnia en particular, que cuenta con una historia, una cosmogonía y
una tradición, en los territorios ancestrales; 2) ser parte de una tipología de familias
indígenas. Se parte por reconocer, que en los territorios ancestrales es posible encontrar
206
otros tipos de organización familiar, como producto del contacto con la sociedad
nacional. En ese sentido, se asume la existencia de cambios al interior de la familia
tradicional indígena, constituyendo una tipología de familias en los territorios
ancestrales: familias nucleares; familias extensas; familias monoparentales y
unipersonales. Se pretende con los indicadores identificados (Tabla 33) profundizar
sobre las dificultades que pueden existir por la tipología, para asumir los fundamentos
culturales del bienestar indígena como son las prácticas culturales que garantizan la
abundancia.
2011). Por lo anterior, los indicadores (Tabla 35) de esta capacidad se enmarcan en las
ideas de abundancia y equilibrio energético; se analiza la capacidad de producción y
transformación de los alimentos de parte de los pueblos y sus representaciones locales.
En referencia de la primera temática, se considera abordar el tipo de dieta local, la cual
depende del ciclo agrícola ―disponibilidad de semillas tradicionales―, la recolección
de especies del bosque, la cacería y la pesca; también se busca relacionar los productos
de subsistencia con los productos que se adquieren en el mercado, para establecer una
relación entre la producción y el consumo. La transformación de alimentos se trata en
consideración de elementos como el tipo de dieta local a partir del cual se logra un
determinado nivel de nutrición, de la misma manera, las posibilidades de acceder a
cada nivel de nutrición teniendo en cuenta las prácticas de transformación de alimento
―cocción, almacenamiento, entre otros― y finalmente las motivaciones relacionadas
con los componentes de cada dieta estacional ―representaciones locales e importancia
nutricional―.
Estar bien nutrido parece ser un el elemento fundamental para determinar la capacidad
de abastecimiento. Dar cuenta de los elementos que son posibles de apropiar es de gran
importancia, dado que es un indicador que se halla ligado no solo con la salud sino con
variables de orden económico. No obstante este elemento no puede ser tomado de
manera única o independiente, pues podría llevarnos a caer en cierto determinismo
biológico. La definición de equilibrio energético acotada anteriormente, exige ir más
allá; la misma reclama indagar, no solo por el proceso de alimentación, sino por el
ciclo completo de transformación restitución en el que se inscribe. Junto a ellos se hace
necesario analizar y dar cuenta de los tipos de representaciones que tales procesos
implican en la vida cotidiana de los individuos.
Las versiones locales de salud y enfermedad derivada de las relaciones con el medio
ambiente, en las que un desequilibrio con estas sociedades generan desordenes que se
reflejan en enfermedades dentro de las comunidades. En esta se incluyen los
funcionamientos que describen previsiones y cuidados del cuerpo, de la naturaleza y de
la sociedad. Junto a ello aquellos funcionamientos que permiten corregir desordenes y
curar enfermedades.
Los indicadores identificados (Tabla 37) que permitan dimensionar tener un buen
estado de salud, se refieren a un conjunto de fundamentos esenciales, que dan cuenta de
las características de los modelos de salud local existentes en los resguardos indígenas:
la atención formal del Estado a través de centros y puestos de salud y medicina
tradicional), se consideran elementos asociados a métodos curativos y terapéuticos;
medios de prevención de enfermedades ―físicas, psicológicas y espirituales―,
asociados a modos de prevención de enfermedades de origen tradicional son sugeridos
en otros indicadores. No obstante la conjunción de algunos funcionamientos asociados
214
se posea.
Unidad de Porcentaje (%) población atendida por un servicio de salud disponible (i),
medida en un resguardo (j), en un año (k).
Finalmente la Tabla 38, sintetiza las dimensiones del modelo conceptual sobre las
capacidades y funcionamientos a través de las cuales se pretende efectuar la evaluación
del bienestar de los pueblos indígenas Gente de Centro del departamento del
Amazonas; el modelo sobre las capacidades fundamentan fenómenos de orden
colectivo, las cuales guardan una correspondencia con el control y gestión en los
resguardos por parte de las autoridades tradicionales.
216
Tabla 38. Síntesis de las capacidades para evaluar el bienestar humano en los
pueblos indígenas y ámbito de medición
Capacidad Dimensión
Se basa en la existencia de un gobierno propio e intercultural
―caciques y su espacio ritual en las malocas, los gobernadores
de cabildos, las Asociaciones de Autoridades Tradicionales
Indígenas (AATI), y las Asambleas de Autoridades
Tradicionales. Componente fundamental del desarrollo humano
Control colectivo en los autónomo en los territorios de los pueblos indígenas. La
territorios ancestrales y jerarquía de Autoridades Tradicionales e Interculturales Propias,
resguardos indígenas conforman un modelo de gobierno y gobernabilidad que
garantizan el control social, político y ambiental, en los
territorios indígenas.
6. CONCLUSIONES
Los pueblos indígenas, a nivel mundial, no sólo suponen una población significativa y
de una alta diversidad étnica, pluricultural y lingüística que representan como culturas
vivas; sino que sus conocimientos ancestrales contribuyen de manera especial a la
preservación y mantenimiento de los ecosistemas. Últimamente, gracias a su creciente
participación e influencia política y por el reconocimiento de sus derechos en distintos
contextos del orden nacional, regional e internacional, les han permitido encontrar un
camino para consolidar las reivindicaciones de sus territorios y su autonomía.
1. La necesidad de contar con un marco teórico del bienestar, así como de un sistema
de indicadores que permita recoger la riqueza y peculiaridad de las concepciones
indígenas, ha llevado a realizar una revisión de las principales propuestas existentes
para determinar su adecuación con ese objetivo e identificar las tareas pendientes que
justifican la investigación que se plantea esta tesis. Como resultado de esa revisión
crítica cabe extraer las siguientes conclusiones:
c) De las dos conclusiones anteriores, se deduce una tercera que plantea la necesidad
de abordar el análisis del bienestar de los pueblos indígenas desde una perspectiva
multidimensional. Es necesario explicitar el concepto de bienestar que se
encuentra en las cosmovisiones y modos de vida de los pueblos indígenas, que
222
integra dimensiones que van más allá de lo planteado por la visión convencional
para la que el crecimiento económico es la base del progreso y el bienestar social,
donde el PIB se convierte en la medida del bienestar material de una sociedad. Esa
perspectiva multidimensional implica las siguientes: 1) la dimensión étnica,
destacando sus particularidades socioeconómicas, socioculturales, sociopolíticas y
biofísicas; 2) la dimensión de la sostenibilidad de sus activos, ambientales,
sociales, culturales, económicos y políticos, que son la sustentabilidad de su
modelo económico tradicional; 3) la dimensión de las particularidades de su actual
vinculación a la sociedad occidental y a la economía del mercado; 4) la dimensión
de los impactos generados en dichas sociedades y sus consecuencias.
Esta proposición encierra una doble condición en su práctica: por un lado, depende
de una praxis de orden moral y, por otro, de la existencia de un control social y
político en los territorios indígenas.
4. El modelo que se propone para identificar y diseñar los IBHI que evalúen el
bienestar de los pueblos indígenas Gente de Centro del departamento del Amazonas se
basa en dos referencias:
b. En las particularidades de los modos de vida indígena que se dan en los espacios
territoriales ancestrales y que se encuentran bajo la forma y las características de
los resguardos indígenas; en las normas tradicionales y legales, que regulan los
mismos y que permiten contar con elementos en común; en el ejercicio de los
derechos sobre la tierra, la existencia de autoridades tradicionales y los sistemas de
gobierno propio e intercultural, que representan un conjunto de relaciones con la
sociedad nacional más o menos tipificadas.
El modelo lo integran cinco capacidades que dan sentido e integridad a la relación que
existe entre el bienestar humano y la sustentabilidad ecosistémica existente en los
resguardos indígenas. Conjugan los aspectos de orden social y cultural que son
fundamentados por los conocimientos tradicionales; la reproducción material y cultural
de sus formas individuales, y colectivas de control social; con los activos ecosistémicos
a partir de los cuales se construye la vida indígena. No guardan una jerarquización
preconcebida. Al contrario, se contextualizan como un todo si se comprende el carácter
230
holístico del conocimiento tradicional y las relaciones con la naturaleza, de las cuales la
sociedad indígena deriva su existencia en los territorios indígenas. A cada una de las
capacidades y funcionamientos definidos y conceptualizados, se le asocian los
correspondientes IBHI.
• Tener control del territorio y de los inventarios ecosistémicos. Los IBHI asociados:
- Potencial de áreas con oferta de recursos naturales disponibles en resguardos
indígenas.
- Áreas que se traslapan con territorios de resguardos indígenas.
- Potencial de tierras cultivables demandadas por unidades familiares indígenas.
• Ser estables en el territorio. El IBHI asociado:
231
5.- El modelo de capacidades e IBHI que se proponen pretende ser una herramienta útil
para las autoridades tradicionales propias e interculturales indígenas, que les permita
contar con la información necesaria para efectuar evaluaciones periódicas sobre sus
modos de vida y bienestar humano en sus territorios y su relación con la sostenibilidad
de la naturaleza. Además ofrece la posibilidad de garantizar la visibilidad de las
particularidades del contexto social, económico, cultural y político donde se
desenvuelven los modos de vida de los pueblos indígena.
233
Por otro lado, coadyuvará a dar especial importancia al Estado sobre temas relevantes
de los pueblos indígenas, como la identidad, la espiritualidad, las formas propias de
organización social, gobiernos propios e interculturales, y fundamentalmente sobre el
estado de sus derechos colectivos. Asimismo, es un instrumento que dará cuenta de la
intensidad de los impactos que se generan en razón a la vinculación de los pueblos
indígenas con la sociedad nacional y el Estado.
A las entidades del Estado les provee de un marco conceptual y metodológico, cuya
información obtenida por su aplicabilidad periódica, contará con un potencial que
contribuya a retroalimentar la formulación de políticas públicas, programas y ejecución
de proyectos, que promuevan el desarrollo y el bienestar humano en los territorios
indígenas. Particularmente, los IBHI identificados, definidos y conceptualizados
consignados en hojas metodológicas, contribuirán y ampliarán la base de indicadores
socioambientales sobre los cuales se sustenta el Sistema de Información Ambiental
Territorial de la Amazonia colombiana (SIAT-AC).
235
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- Relámpago - Presencia de animales con crías - Continúa cosecha de - Continúa crecimiento de los
- Lluvias de limpieza: lava la ―puercos, cerrillos, boruga, canangucho sembríos de la chagra de
suciedad que deja el verano, guara― - Continuación del desarrollo y rastrojo
ayuda a la descomposición y crecimiento de algunas especies - Crecimiento de malezas
absorción del suelo de los frutos frutales
Lluvia
que cayeron y que son
Nok+e
aprovechados como abono por
las plantas
- Vientos
- Crecimiento de las aguas de los
ríos a un nivel medio
- Viento - Aparición del cucarrón - Finalización de cosecha de - Revisión de la palabra de
Verano - Radiación solar más extensa chagrero canangucho abundancia con la naturaleza
Jizáikotoma - Los niveles del agua bajan a un - La chicharra anuncia el verano - Inicio floración de canangucho para la apertura de la chagra de
― nivel medio - Cosecha de guamo, milpesos y monte bravo
Guamo― caimo - Deshierbe y hogueriada de la
chagra de rastrojo
- Relámpagos - Crecimiento y desarrollo de - Floración de frutales ― ucuy, - Continuación proceso de
- Lluvias de limpieza: lava la crías ―puerco, cerrillo, boruga, umari― cuidado de la chagra de rastrojo
suciedad que deja el verano, guara― - Continuación cosecha de
ayuda a la descomposición y - Aparición de peces con huevos guamo, mil pesos
absorción del suelo de los frutos - Inicio cosecha de piña
Lluvia
que cayeron y que son
Nok+e
aprovechados como abono por
las plantas
- Vientos
- Crecimiento de las aguas de los
ríos a un nivel medio
- Viento - Presencia de animales dañinos - Cosecha de piña y caimo. - Quema y siembra de algunas
Verano - Radiación solar más extensa ―chucha, polluelo, mochilero, - Inicia la floración del chagras de rastrojo
Rozíkotoma - Los niveles del agua bajan a un zorra― chontaduro - Continúa el crecimiento y
―Piña― nivel medio - Desarrollo de frutos proceso de cuidado de la
chagra de rastrojo
- Inicio apertura de la chagra de
253
monte bravo
- Truenos - Canto y colocación de huevos - Terminación de la cosecha de - Siembra de chagras de rastrojo
- Cielo nublado de la panguana piña - Continuación apertura chagra
- Lluvias de limpieza: lava la - Continuación desarrollo de de monte bravo
suciedad que deja el verano, otras frutas, especialmente
Lluvia
ayuda a la descomposición y canangucho
Nok+e
absorción del suelo de los frutos
que cayeron y que son
aprovechados como abono por
las plantas
- Radiación solar más intensa - Ovación de algunas aves - Floración de chontaduro, - Secada y apertura de la chagra
- Los niveles del agua bajan a un - Los peces buscan su alimento juansoco de monte bravo
nivel medio - Auge de presencia del zorro, - Desarrollo de frutos de umari - Continuación desarrollo y
Verano
chuca, mochilero amarillo cuidado de chagra de monte
Yámaoo
- Peces y aves están iniciando el - Floración de umari verde bravo
periodo de gestación - Floración de guamilla o
churima
- Truenos - Peces buscan sitios de desove - Comienzo del desarrollo de - Chagra de monte bravo está en
- Cielo nublado ― dormilón, mojarra, iyoma― todos los frutales: chontaduro, periodo de secamiento
- Lluvias de limpieza: lava la - Algunos anfibios ―sapos― se umari, juansoco, ucuy+, coco - Inicio cosecha de chagra de
suciedad que deja el verano, agrupan buscando sitios para silvestre, platanillo rastrojo y aprovechamiento de
Lluvia
ayuda a la descomposición y desovar - Continuación desarrollo de semillas
Nok+e
absorción del suelo de los frutos - Las aves ponen huevos canangucho
que cayeron y que son - Otros animales inician periodo
aprovechados como abono por de apareamiento y gestación
las plantas ―boruga, guara, cerrillo―
- Viento fuerte - Celo de animales como: boruga, - Continuación del desarrollo del - Finalización de socala y tumba
Verano - Sol constante, intenso guara, tintin, ratón chontaduro, juansoco, umarí de chagra de monte bravo
Yóiromona - Cielo estrellado ―roedores― amarillo, verde, ocuy+, - Secada de la chagra tumbada
- Agua nivel medio - Peces: lisas, sabaleta, pintadillo canagucho, caída frutos biches
- Truenos - Canto y colocación de huevos - Terminación de la cosecha de - Siembra de la chagra de
Lluvia - Cielo nublado de la panguana piña rastrojo
Nok+e - Lluvias de limpieza: lava la - Continuación desarrollo de - Continuación apertura chagra
suciedad que deja el verano, otras frutas, especialmente de monte bravo
254
presentar a la madre de la
siembra
- Alistamiento de materiales de
siembra ―canastos, palos,
machetes―
- Limpieza del camino, para
evitar peligros y que no suceda
nada; no nazca mucha yerba
- Se conjuran los materiales que
se van a utilizar: canasto para
cargar semillas: ―plátano,
mafafa, piña, umari―; palo que
se utiliza para la siembra de
piña, maíz, arroz, mafafa, yuca,
barbasco
- Se alistan los machetes para la
siembra, palas y barretones
―modernos y tradicionales ―;
canoa
- Lluvias no intensas - Las ranas desovan parcialmente - Se revitalizan algunas plantas y - Finalización de la siembra de
Lluvia +goi - Cielo nublado - Trueno de Chiruy otras se secan productos primarios y
- Ríos, quebradas, caños, secos secundarios
- Radiación solar fuerte, pero no - Se secan los huevos de los - Finalización de la cosecha de - Resiembra de tabaco, coca y
se alcanza a secar la tierra sapos y son aprovechados por chontaduro. Inicia cosecha frutales en la chagra de monte
- Viento fuerte, nubes repentinas las abejas negras umari verde, ucuye, obeño, bravo
Verano - Baja el nivel de las aguas - Continúan desovando los peces goño - Quemada de chagras de monte
Jírada y las ranas - Continua el desarrollo de bravo atrasadas
especies como el laurel,
almendra, canangucho y
algarroba
- Es un verano corto pero intenso. - Canto del pato Kug+ anuncia la - El casco del racimo de - Quema de las ultimas chagras
Verano Vientos fuertes. Noches llegada de las lluvias chontaduro se seca y suena por que no se quemaron en
Tareko calientes, madrugadas frías, - Sapo Kura+g+, cuando escucha acción del viento Eg+rimona
altas temperaturas el canto del pato en el cielo, - Finalización cosecha de
256
- Hay rocío en la mañana anuncia la llegada de las lluvias chontaduro, umari amarillo
- Noches estrelladas en la tierra - Están jechando los frutos de
- Tres estrellas en línea, que umari verde, obeño, goño,
según el punto por el cual se ucuye
ocultan, van indicado la - Inicio cosecha de marañón
terminación del verano pequeño
- Vientos fuertes - Florecimiento del marañón
- Se resquebraja la tierra grande
- Descenso máximo del nivel de
las aguas de los ríos. Se secan
caños, quebradas y lagos
- Truenos y tempestad - Canto del pájaro Uai+ma que - Inicio de recuperación de las - Germinación de sembríos
- Tormentas repentinas conoce todos los dialectos de plantas, fortalecimiento primarios y secundarios, en la
- No hay radiación solar las aves - Germinación de algunas chagra de monte bravo
- Lluvias especiales para - Las ranas y peces ponen huevos semillas silvestres - Siembra total de la chagra de
reproducción de todas las ―no es un desove total― - Retoño de las semillas silvestres monte bravo. Resiembra
especies, de los reinos vegetal y - Las hormigas comienzan a salir - Cosecha del ucuy+, laurel, - Producción de chagra de
animal; lava la suciedad que - Reproducción animales, canangucho, guamilla rastrojo
deja el verano, ayuda a la insectos, peces, anfibios, aves - Derriba de árboles por acción - Concentración del chagrero
Lluvia descomposición y absorción del - El hombre hace un del viento para el cuidado, mantenimiento
Uaik+ suelo de los frutos que cayeron aprovechamiento alimentario de y manejo de la cosecha
y que son aprovechados como todas estas especies, - Florecimiento y cosecha de
abono por las plantas especialmente, peces, anfibios, algunos cultivos primarios
- Crecimiento de los ríos. Ríos hormigas arrieras ―pepino, ají, tomate―
torrentosos - Primer aprovechamiento de
- Desbarranca orillas de los ríos tabaco
- Ablandamiento de tierra
- Se tienen en cuenta las fases de
la Luna
Verano - Radiación solar media - Presencia de crías de animales, - Desarrollo y cosecha de frutos - Primera limpieza de la chagra
Ukutoma y - Vientos lentos insectos, peces, anfibios, aves; de guamilla, ucuy+, umari de monte bravo
Nekatoma - Nubosidad boruga, guara, armadillo, picón, verde, canangucho, obeño, goño - Concentración para el manejo,
―ucuy+ y - Nivel medio de las aguas del río loro, guacamayo cuidado y control de plaga
umari - Salida de hormiga arriera
verde―
257
- Truenos y tempestad - Finalización del desove de - Aprovechamiento del ucuy+, - Continuación cuidado de la
- Radiación solar muy baja peses como el pintadillo y la laurel, canangucho, guamilla chagra de monte bravo
- Lluvia de limpieza: lava la lisa - Finalización cosecha de umari - Aprovechamiento de sembríos
suciedad que deja el verano, - Finalización desove de ranas verde primerio
Lluvia ayuda a la descomposición y - Ultimo vuelo de hormigas - Segundo aprovechamiento de
Nékaji absorción del suelo de los frutos - Aves emprenden vuelo tabaco
que cayeron y que son - Los animales se desplazan de
aprovechados como abono por las orillas de los ríos hacia
las plantas zonas montañosas
- Inundación
- Relámpagos - Aparición de zancudos - Aprovechamiento de frutos - Tercer aprovechamiento de
- Vientos fuertes - Aprovechamiento de sambicos silvestres: canangucho, tabaco
- Baja radiación solar que quedan en lagos milpesos, asai, milpesillos, - Mantenimiento y control de
- Verano de aprovechamiento de makurie plagas
crías de ranas y peces - Concentración para la apertura
Verano
―sambicos―, en lagos y de chagra de rastrojo
Ja+reimona
chorros
- Bajada leve de los niveles de
los ríos
- No es un verano propicio para
la quema
- Lluvias continuas e intensas - Los animales se desplazan de - Aprovechamiento de - Iniciación apertura de algunas
- No hay radiación solar las orillas de los ríos hacia canangucho en zonas altas, chagras de rastrojo
Creciente
- Caída de la pepa de canangucho zonas montañosas y restingas cerca a los ríos es aprovechado - Concentración general, revisión
grande
- Nivel de las aguas de los ríos - Aprovechamiento de animales por los peces y evaluación de todo el ciclo de
K+neji
suben al punto máximo que quedan en la restinga - Caída de pepas silvestres abundancia
- Inundaciones - Aparición de culebras
Fuente: Acosta et al., 2011. Instituto Sinchi. Asociación AZICATCH.
258
• Definición
Son las jerarquías básicas de Gobierno propio e intercultural que existen para el control
social y político en los resguardos indígenas y corresponden a las categorías especiales
de autoridad, sustentadas en cabeza de los caciques y su espacio ritual en las malocas;
los gobernadores de cabildos y las Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas
(AATI), aglutinadas en las Asambleas de Autoridades Tradicionales.
• Pertinencia
Las jerarquías básicas de Gobierno propio e intercultural en los resguardos indígenas,
son un componente fundamental del desarrollo humano autónomo en los territorios de
los pueblos indígenas; conforman un modelo de gobierno y gobernabilidad que
garantizan el control social, político y ambiental en los territorios indígenas. La
información que se pretende obtener permitirá adelantar una evaluación sobre el estado
de dicho modelo en los resguardos indígenas de la Amazonia colombiana.
• Unidad de medida
Número (N°)
• Fórmula matemática
i = 1, 2,…, A (autoridades)
J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)
Donde:
• Descripción Metodológica
• Cobertura
Resguardos indígenas.
• Posibles responsables
Instituto Sinchi. Asociación Zonal de Cabildos Indígenas Autoridades Tradicionales de
La Chorrera – AZICATCH.
• Documentación relacionada
Asociación Zonal Indígena de Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Chorrera –
AZICATCH. (2005). Plan de Vida y Ordenamiento de los Hijos de Tabaco,
Coca y Yuca dulce. Corpoamazonia. Fundación TROPENBOS. p. 137.
Arango, R. y Sánchez, E. (2004). Los pueblos indígenas de Colombia. En el umbral del
nuevo milenio. Departamento Nacional de Planeación (DNP). p. 445.
• Observaciones
La información para este indicador se calcula a nivel de resguardos indígenas. El
cálculo de este indicador requiere el suministro de la información por parte de las
AATI. Previamente es necesario revisar la metodología empleada para la toma de datos
y el rigor en su obtención. Igualmente es necesario adelantar un proceso de
capacitación, en dos direcciones: la óptima aplicación del instrumento de captura de
datos; métodos para poder depurar la información censal.
268
• Definición
Corresponde a la base natural biodiversa con que cuentan los resguardos indígenas;
incumbe todos los activos que conforman la oferta de recursos naturales disponibles, a
partir de los cuales se sostienen los modos de vida indígena.
• Pertinencia
La existencia de una base natural biodiversa en los resguardos indígenas fundamenta la
oferta de recursos naturales disponibles, a partir de los cuales se sostiene el sistema de
autosuficiencia alimentaria de las familias indígenas. Sobre estos inventarios de vida,
las autoridades indígenas ejercen una gobernanza para garantizar el acceso y la
sustentabilidad de los mismos.
• Unidad de medida
Porcentaje (%)
• Fórmula matemática
Donde:
• Descripción metodológica
permite obtener los datos de cada una de las coberturas presentes en el resguardo; con
esos datos se calculan las variables y el indicador.
• Cobertura
Resguardos indígenas.
• Posibles responsables
Instituto Sinchi.
• Documentación relacionada
Murcia, U., Marín, C., Alonso, J., Arguelles, J., Salazar, C., Gutiérrez, F., Domínguez,
C., Trujillo, F., Rendón, M., Ocampo, R. y Castro, W. (2007). Sistema de
Información Ambiental Territorial de la Amazonia colombiana SIAT-AC:
Diseño de la línea base de información ambiental sobre los recursos naturales y
el medio ambiente en la Amazonia colombiana: Bases Conceptuales y
Metodológicas. Uriel Gonzalo Murcía García, Editor Bogotá: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi. p. 213.
Murcia, U., Castellanos, H., Fonseca, D., Ceontescu, N., Rodríguez, J. y Huertas, C.
(2009). Monitoreo de los bosques y otras coberturas de la Amazonia
colombiana. Uriel Gonzalo Murcía García, Editor. Bogotá: Instituto Amazónico
de Investigaciones Científicas – Sinchi. p. 202.
• Observaciones
La información para este indicador se calcula a nivel de resguardos indígenas. En ese
sentido, será necesario adelantar un recálculo para la definición de cada una de las áreas
de cobertura de la tierra existentes al interior de los resguardos indígenas.
• Definición
Son aquellas áreas de protección, reserva forestal y/o político administrativas que
cuentan con un estado legal del territorio, las cuales se traslapan con las áreas de los
resguardos indígenas.
• Pertinencia
El ordenamiento territorial existente en Colombia contempla diferentes formas del
estado legal del territorio; en particular, en la región amazónica colombiana, esas formas
del estado legal del territorio conforman diferentes mosaicos de traslapes territoriales.
Se resaltan aquellas superposiciones territoriales de áreas en Parques Naturales
Nacionales, departamentos, municipios, reserva forestal de la Amazonia colombiana
(Ley 2/1959), con las áreas de los resguardos indígenas; lo anterior, genera diferentes
conflictos territoriales no resueltos que afectan la gobernanza de los recursos naturales,
que afectan los mismos en los territorios indígenas y deslegitiman la autoridad
tradicional.
271
• Unidad de medida
Porcentaje (%)
• Fórmula matemática
Donde:
• Descripción metodológica
Variable 1: EATijk = Extensión de una área traslapada (i), en cada resguardo (j), en el
año (k).
Variable 2: ATRjk = Área total de un resguardo (j) en el año (k), en referencia a las áreas
traslapadas.
Las limitantes que se pueden presentar para este indicador tienen que ver con el ajuste
en el cálculo y disponibilidad de la información para cruzar las áreas sobre categorías
especiales que se traslapan con las áreas de los resguardos indígenas. La información
sobre las áreas de categorías espaciales de ordenamiento ambiental y territorial y sus
áreas traslapadas, son susceptibles de ser actualizadas periódicamente; sin embargo, esa
actualización de la información igualmente conllevaría una comprobación en campo,
sobre la superación de posibles conflictos existentes.
• Cobertura
Resguardos indígenas.
• Posibles responsables
Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi; Asociación de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI); Sistema de Parques Nacionales Naturales de
Colombia.
273
• Documentación relacionada
• Observaciones
La información para este indicador se calcula a nivel de resguardos indígenas y puede
ser presentada por municipios y departamentos, para lograr una información a nivel de
región. En ese sentido, será necesario adelantar un cálculo para la definición de cada
una de las áreas protegidas y/o con régimen especial, que se traslapa con los resguardos
indígenas.
• Definición
Se trata del área total en chagras que las unidades familiares indígenas demanda en el
contexto de su sistema de producción y bajo las exigencias de la sostenibilidad de sus
modos de vida, en los resguardos indígenas.
• Pertinencia
La información permitirá constatar el acceso a las tierras del resguardo indígena, por
parte de las unidades familiares para garantizar la autosuficiencia alimentaria. Permitirá
ampliar los estudios asociados a las unidades de producción familiar hechos de manera
general, pero que ameritan una especificación de acuerdo al sistema productivo de cada
pueblo.
• Unidad de medida
% porcentaje.
274
• Fórmula matemática
Donde:
• Descripción metodológica
Variable 1: EACijk = Extensión total áreas en chagras (i), en un resguardo (j), en el año
(k).
Variable 2: ATRIjk = Área total de un resguardo (j) en el año (k) en referencia a las
áreas en chagras.
Las limitantes que se pueden presentar para este indicador tienen que ver con el ajuste
en el cálculo y disponibilidad de la información, para lograr obtener el total del área
demandada en el ciclo de chagras por el total de unidades familiares. Es necesario,
efectuar una ponderación de un área por unidad familiar, para posibilitar el cálculo.
• Cobertura
Resguardos indígenas.
Se dispone solamente de
información sobre áreas
agrícolas relativas a algunos
pueblos indígenas del
departamento del Amazonas.
276
• Posibles responsables
Instituto Sinchi, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).
• Documentación relacionada
• Observaciones
277
El área existente del ciclo de chagras que usan y manejan las unidades familiares debe
ser confirmada para cada modelo productivo, así como para cada tipo de asentamiento
―extendido o concentrado―. El tiempo de sucesión de las chagras puede ser tomado
como un indicador del estado del recurso suelo, no obstante depende también de las
prácticas asociadas a las mismas, por lo que es necesario verificar que un tiempo de
sucesión corto implica un suelo con menores posibilidades de producción.
• Definición
Se refiere al estado de la población neta en un momento dado, como producto de su
dinamismo y en referencia a: nacimientos, defunciones y el saldo migratorio, con
respecto al total de población indígena.
• Pertinencia
La información pretende ofrecer un panorama sobre las dinámicas sociales que más
impactan el crecimiento y composición ―edad y sexo― de la población indígena. Un
primer aspecto del inventario poblacional en un momento dado, lo constituyen el saldo
entre fecundidad y la mortalidad, que muestra el estado de salud y las condiciones
socioeconómicas de la población. En segundo lugar, se tiene el saldo migratorio en los
territorios indígenas, que permite obtener un conocimiento sobre la movilidad de la
población indígena en el espacio y a través del tiempo. Los desplazamientos desde el
territorio indígena hacia otros lugares, permitirá comprender las razones por las cuales
la población indígena migra. De otro lado, los desplazamientos hacia el territorio
indígena permiten comprender las razones e impactos de orden social, sobre la
demografía de la población, así como las tendencias y las expectativas de los lugareños.
• Unidad de medida
Número (N°)
• Fórmula matemática
Donde:
TCNPijk = Total crecimiento natural población indígena con dinámica (i), en cada
resguardo (j), en el año (k).
TPIijk = Total población indígena con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TNPijk = Total nacimientos con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TDPijk = Total defunciones con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año (k).
278
TIMijk = Total población inmigrante con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año (k).
TEMijk = Total población emigrante con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año (k).
• Descripción metodológica
Variable 1: TPIijk = Total población indígena con dinámica (i), en un resguardo (j), en el
año (k).
Variable 2: TNPijk = Total nacimientos con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año
(k).
Variable 3: TDPijk = Total defunciones con dinámica (i), en un resguardo (j), en el año
(k).
Variable 4: TIMijk = Total población inmigrante con dinámica (i), en un resguardo (j),
en el año (k).
Variable 5: TEMijk = Total población emigrante con dinámica (i), en un resguardo (j),
en el año (k).
• Cobertura
Resguardos indígenas.
• Posibles responsables
Instituto Sinchi, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI),
Secretarias de Planeación, Salud y Educación a nivel departamental.
• Documentación relacionada
• Observaciones
El cálculo de este indicador requiere el suministro de la información por parte de las
AATI. Previamente es necesario revisar la metodología empleada para la toma de datos
y el rigor en su obtención. Previamente es necesario adelantar un proceso de
capacitación, en dos direcciones: la óptima aplicación del instrumento de captura de
datos; métodos para poder depurar la información censal. Se enfatiza la información que
permitirá un conocimiento sobre las causas que generan los movimientos migratorios y
los efectos sobre la gobernabilidad en los territorios indígenas.
281
• Definición
Expresa el tipo de identificación étnica que los individuos manifiestan pertenecer en los
territorios indígenas; es decir el auto-reconocimiento dentro de un grupo étnico
particular.
• Pertinencia
La información aportada por el indicador, ofrece un conocimiento sobre los grupos
étnicos existentes, a los cuales están adscritos los habitantes indígenas en los territorios.
El auto reconocimiento permite mostrar la cohesión respecto a los grupos en los que se
ejerce una u otra actividad cultural; igualmente, el estado sobre la conciencia étnica
vinculada directamente al ejercicio de sus derechos colectivos como pueblos
―autodeterminación―.
• Unidad de medida
Porcentaje (%)
• Fórmula matemática
i = 1, 2,…, E (etnias)
J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)
Donde:
PPIEijk = Porcentaje población que se identifica con una etnia (i), en un resguardo (j), en
un año (k).
PIEijk = Número de habitantes que se identifican con una etnia (i), en un resguardo (j),
en un año (k).
TPIjk = Total población del resguardo (j) en el año (k), en referencia con la etnia a la que
pertenece = ΣEi=1 PIEijk.
• Descripción metodológica
Variable 1: PIEijk = Número de habitantes que se identifican c (k) una etnia (i), en un
resguardo (j), en un año (k).
Variable 2: TPIjk = Total población del resguardo (j) en el año (k), en referencia con la
etnia a la que pertenece.
• Cobertura
Resguardos Indígenas.
• Posibles responsables
Instituto Sinchi, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).
• Documentación relacionada
• Observaciones
El reconocimiento étnico se constituye en uno de los aspectos fundamentales que
dimensionan la entidad indígena. El cálculo de este indicador requiere el suministro de
la información por parte de las AATI. En ese sentido, es necesario adelantar un proceso
de capacitación, en dos direcciones: la óptima aplicación del instrumento de captura de
datos; métodos para poder depurar la información censal. Se enfatiza la información que
permitirá un conocimiento sobre las causas que generan los movimientos migratorios y
los efectos sobre la gobernabilidad en los territorios indígenas.
• Definición
Se trata de establecer la vigencia de las prácticas culturales en el contexto del siglo XXI
a través de la medición de la participación en los eventos en que tienen lugar.
• Pertinencia
284
• Unidad de medida
Porcentaje (%)
• Fórmula matemática
Donde:
• Descripción metodológica
Variable 1: NPCijk = Número de habitantes que participan en una práctica cultural (i), en
un resguardo (j), en un año (k).
285
• Cobertura
Resguardo indígena.
• Posibles responsables
Instituto Sinchi, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).
• Documentación relacionada
• Observaciones
La aplicación del indicador tiene como prerrequisito la de definir las prácticas culturales
que determinan de mayor forma la reproducción de los saberes locales. Estas pueden
estar asociadas a actividades cotidianas, actividades productivas, terapéuticas, de
formación de la persona ―consejo― o de entendimiento y regulación de las relaciones
con la naturaleza ―equilibrio energético―. La regularidad de las mismas es
notablemente disímil, en el sentido que algunas corresponden con ciclos anuales otras
con ciclos vitales y otras no son cíclicas sino excepcionales o únicas.
• Definición
Se ocupa de medir el número de personas que son competentes lingüísticamente en la
práctica de la lengua indígena y el español.
• Pertinencia
El bilingüismo en idioma indígena y español, debe considerarse como un indicador de
pluralismo y riqueza cultural y no como barrera cultural o subdesarrollo. Asimismo, es
necesario tomar en cuenta la posible presencia de un bilingüismo asimétrico, es decir,
las personas hablan un español instrumental para el contacto, conservando en mayor
medida su lengua indígena. Así, existe una enorme variabilidad de situaciones de
bilingüismo, con diferentes grados de asimetría y de intervención de las lenguas
dominantes. La pertinencia cultural de las políticas públicas para personas indígenas
bilingües, estará dada por la articulación de las especificidades culturales y la identidad
local propia, rechazando la homogeneización y la imposición de modelos occidentales
globalizados.
• Unidad de medida
Porcentaje (%)
• Fórmula matemática
287
Donde:
• Descripción metodológica
Variable 1: NPBijk = Número de habitantes que son bilingües (i), en un resguardo (j), en
un año (k).
Variable 2: TPIjk = Total población en el resguardo (j) en el año (k), en referencia a la
población bilingüe.
• Cobertura
Resguardos indígenas.
Este indicador carece de series históricas en la temática de las lenguas vivas existentes
en los territorios indígenas; se tienen registros levantados por las Asociaciones de
Autoridades Indígenas (AATI), para estructurar sus planes de manejo. La disponibilidad
de la información demográfica se encuentra en las Asociaciones de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI), las Secretarias de Planeación, Salud y Educación a
nivel departamental.
• Posibles responsables
Instituto Sinchi, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI)
• Documentación relacionada
• Observaciones
La demanda sobre el idioma debe tener en cuenta la presencia de una lengua indígena
dominante y de otras lenguas. El conjunto de estas lenguas debe permitir la evaluación
de las prácticas a partir de este conjunto de lenguas locales y del idioma español.
• Definición
Determina el porcentaje de personas que cuentan con años cursados y aprobados en
educación primaria, secundaria, superior, tecnológica, en el sistema formal de
educación.
• Pertinencia
El nivel alcanzado en el contexto de la educación no-indígena permite establecer las
posibilidades para interactuar con el sistema de valores no-indígenas, así como la
influencia sobre el propio sistema de valores.
• Unidad de medida
Porcentaje (%)
• Fórmula matemática
Donde:
PNGEijk = Porcentaje de personas que han cursado un grado escolar (i), en un resguardo
(j), en un año (k).
NGEijk = Número de habitantes que han cursado un grado escolar (i), en un resguardo
(j), en un año (k).
TPIjk = Total población con grados escolares cursados en un resguardo (j) en el año (k)
= ΣGEi=1 NGEijk.
290
• Descripción metodológica
Variable 1: NGEijk = Número de habitantes que han cursado un grado escolar (i), en un
resguardo (j), en un año (k).
Variable 2: TPIjk = Total población con grados escolares cursados en un resguardo (j) en
el año (k).
• Cobertura
Resguardo indígenas.
• Posibles responsables
Instituto Sinchi, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI),
Secretaria de Educación departamental.
• Documentación relacionada
• Observaciones
Mide el grado de avance de los sistemas de educación no indígenas, en los territorios y
con respecto a la población.
• Definición
Número de especies con sus variedades sembradas en las chagras, recolectadas, pesca y
cacería, por las unidades familiares de producción.
Pertinencia
La posibilidad de diversificación de los alimentos o de abastecerse con ciertos productos
particulares, otorga a las unidades de producción familiares, un grado de bienestar
mejor, pues les permite establecer un tipo particular de relaciones con los miembros de
tales sociedades; no parece suficiente medir solamente la cantidad de vitaminas y
proteínas que cada individuo puede apropiar.
• Unidad de medida
Número (N°).
• Fórmula matemática
Donde:
• Descripción metodológica
• Cobertura
Resguardo indígenas.
• Posibles responsables
Instituto Sinchi y Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).
• Documentación relacionada
Peña- Vanegas, C., Mazorra, A., Acosta, L. y Pérez, M. (2009). Seguridad alimentaria
en comunidades indígenas del Amazonas: ayer y hoy. Bogotá, D.C.: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi. p. 146
Acosta, L., Pérez, M., Juragaro, L., Nonokudo, H., Sánchez, G., Zafiama, Á., Tejada, J.,
Cobete, O., Efaiteke, M., Farekade, J., Giagrekudo, H. y Neikase, S. (2011). La
chagra en La Chorrera: más que una producción de subsistencia, es una fuente
de comunicación y alimento físico y espiritual, de los Hijos del Tabaco, la Coca
y la Yuca dulce. Los retos de las nuevas generaciones para las prácticas
culturales y los saberes tradicionales asociados a la biodiversidad. Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas, Sinchi. Asociación Zonal Indígena de
Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Chorrera – AZICATCH. p. 136.
• Observaciones
A la hora de ponderar la diversidad respecto a la disponibilidad, es preciso revisar las
representaciones de los alimentos vinculados y las prácticas culturales a las cuales se
encuentran ligados.
• Definición
Importancia relativa de los alimentos en contextos locales a partir de criterios culturales
tales como: tabúes, motivaciones sociales colaterales, representaciones sobre
propiedades adicionales de tales productos, representaciones asociadas a la identidad
étnica, entre otros.
• Pertinencia
Los medios a través de los cuales se logra la capacidad de alimentarse son también
fundamentales a la hora de abastecerse, pues les permite una vinculación concreta a esta
sociedad. Por lo anterior, será necesario dar cuenta de las categorías de alimentos desde
la perspectiva local, no solo en términos del prestigio sino también de los tabúes y
prohibiciones que existen y que les permiten conservar un cierto estado de salud bajo el
respeto de las normas y prohibiciones derivadas de la tradición local y de la noción de
equilibrio energético.
• Unidad de medida
Porcentaje (%)
• Fórmula matemática
J = 1, 2,…, R (resguardo)
k = 1, 2,…, A (años, quinquenio)
Donde:
• Descripción metodológica
• Cobertura
Resguardo indígenas.
• Posibles responsables
Instituto Sinchi y Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).
• Documentación relacionada
• Observaciones
A la hora de ponderar el grado de importancia cultural de los alimentos, es preciso
revisar las representaciones de los alimentos vinculados y las prácticas culturales a las
cuales se encuentran ligados.
• Definición
Existencia de formas y medios para la conservación y el almacenamiento de ciertos
productos de autosuficiencia alimentaria, para su aprovechamiento en el largo plazo.
• Pertinencia
La posibilidad de conservar y/o almacenar productos y semillas, son formas de
seguridad alimentaria. Algunos estudios adelantados con pueblos indígenas en el
departamento del Amazonas, han demostrado que la conservación de biomasas de yuca,
de semillas almacenadas en las chagras, cocinas o en las orillas de los ríos, garantiza un
abastecimiento continuo, aún si existen situaciones climáticas extremas e inundaciones
de las tierras cultivables. Se pretende obtener información, que permite dar cuenta de la
capacidad de abastecimiento presente y futura, en los territorios indígenas.
• Unidad de medida
Número (N°)
• Fórmula matemática
Donde:
• Descripción metodológica
• Cobertura
Resguardos indígenas.
• Posibles responsables
Instituto Sinchi y las Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas.
• Documentación relacionada
• Observaciones
Las tecnologías a través de los cuales se logra conservar productos y/o semillas, es un
aspecto de la seguridad alimentaria, fundamental en el abastecimiento en ciertos
301
periodos de tiempo. Por lo anterior, será necesario dar cuenta de las tecnologías
tradicionales vigentes con que cuentan los pueblos indígenas y les permiten conservar y
almacenar productos y semillas esenciales en la alimentación.
• Definición
Inventarios de las semillas fundamentales para garantizar la siembra de las chagras,
cuya producción permite un abastecimiento continuo para garantizar, no solo la
abundancia de alimentos, sino la reproducción cultural.
• Pertinencia
La producción permanente de las chagras establecidas por las familias indígenas es
fundamental para garantizar la autosuficiencia alimentaria; las familias indígenas deben
contar la capacidad de un inventario de semillas que permitan sostener el ciclo agrícola
sustentado en la apertura, siembra, mantenimiento y aprovechamiento de chagras de
monte bravo rastrojo.
• Unidad de medida
Número (N°).
• Fórmula matemática
i = 1, 2, …, S (semillas)
J = 1, 2, …, R (resguardo)
k = 1, 2, …, A (años, quinquenio)
Donde:
• Descripción metodológica
Los cálculos para este indicador se realizarán en el Instituto Sinchi, a partir de los
inventarios que se deben levantar sobre las semillas necesarias según uso, para la
siembra en las chagras indígenas.
• Cobertura
Resguardos indígenas.
• Posibles responsables
Instituto Sinchi y Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas.
• Documentación relacionada
Peña- Vanegas, C., Mazorra, A., Acosta, L. y Pérez, M. (2009). Seguridad alimentaria
en comunidades indígenas del Amazonas: ayer y hoy. Bogotá, D.C.: Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas – Sinchi. p. 146
Acosta, L., Pérez, M., Juragaro, L., Nonokudo, H., Sánchez, G., Zafiama, Á., Tejada, J.,
Cobete, O., Efaiteke, M., Farekade, J., Giagrekudo, H. y Neikase, S. (2011). La
chagra en La Chorrera: más que una producción de subsistencia, es una fuente
de comunicación y alimento físico y espiritual, de los Hijos del Tabaco, la Coca
y la Yuca dulce. Los retos de las nuevas generaciones para las prácticas
culturales y los saberes tradicionales asociados a la biodiversidad. Instituto
Amazónico de Investigaciones Científicas, Sinchi. Asociación Zonal Indígena de
Cabildos y Autoridades Tradicionales de La Chorrera – AZICATCH. p. 136.
• Observaciones
La cantidad de especies a sembrar, depende no solo del tamaño de la chagra, sino
también de las necesidades alimentarias de los miembros familiares.
304
• Definición
Determina el porcentaje de personas que registran problemas de desnutrición por
deficiencias en la ingesta de calorías y proteínas, ocasionadas por el limitado acceso a
los alimentos; genera repercusiones no solo en el estado de la salud de la población sino
los diferentes efectos sociales.
• Pertinencia
La nutrición de los individuos permite dar cuenta de las posibilidades reales de consumo
de alimentos. La valoración del estado nutricional es un parámetro que permite evaluar
el estado de la salud de la población y sus diferentes incidencias sociales, con los
niveles de seguridad alimentaria de la población, la cual a su vez, está determinada por
múltiples factores que inciden en el acceso a los alimentos.
• Unidad de medida
Porcentaje (%)
• Fórmula matemática
Donde:
• Descripción metodológica
• Cobertura
Resguardos indígenas
• Posibles responsables
El ICBF y sus agencias departamentales; Secretarias de salud y Asociaciones de
Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).
• Documentación relacionada
• Observaciones
La desnutrición se puede manifestar por una alta incidencia crónica producto de años
con bajo acceso a consumo de nutrientes y una tendencia al aumento de la desnutrición
aguda ―especialmente en menores de 7 años―, resultante entre otras: inadecuada
promoción de prácticas alimentarias saludables; acciones que fomenten la seguridad
alimentaria en términos de acceso, adquisición y consumo de alimentos.
307
• Definición
Son las relaciones que se construyen en el territorio, entendidas como un entramado de
relaciones sociales que supera ampliamente la visión puramente espacial del mismo, a
un concepto sobre la territorialidad, como un sistema de conductas que controlan y
mantienen un uso y manejo específicos sobre un espacio. La capacidad de vivir
tranquilo reconoce además el conjunto de relaciones desde el interior de los resguardos
hacia afuera.
• Pertinencia
La capacidad de ser autónomo respecto a agentes y problemáticas sociales externas para
el ejercicio de la territorialidad, implica dar cuenta de elementos externos que generan
tensiones a los pueblos indígenas alojados en los mismos. De la misma manera se da
cuenta de la influencia de problemáticas de alto impacto sobre los resguardos mismos.
El conocimiento sobre los resguardos y el tipo de relaciones tanto internas, como hacia
el exterior, exige el análisis de este tipo de relaciones de manera que puedan ser
tipificadas e instrumentalizadas en el marco de este funcionamiento. El indicador
pretende aportar información, que permita entender el estado de las relaciones que se
dan sobre el territorio. O sea, el sistema de conductas que controlan y mantienen un uso
y manejo específicos sobre un territorio.
• Unidad de medida
Número (N°)
• Fórmula matemática
Donde:
• Descripción metodológica
Variable 1: TPSijk = Total problemáticas sociales (i), en un resguardo (j), en el año (k).
Variable 2: TPEijk = Total problemáticas económicas (i), en un resguardo (j), en el año
(k).
Variable 3: TPTijk = Total problemáticas territoriales (i), en un resguardo (j), en el año
(k).
Variable 4: TPAijk = Total problemáticas ambientales (i), en un resguardo (j), en el año
(k).
• Cobertura
Resguardos indígenas.
datos
• Posibles responsables
Instituto Sinchi, ICBF, Asociaciones de Autoridades Tradicionales Indígenas (AATI).
• Documentación Relacionada
• Observaciones
Es necesario tener en cuenta elementos como: influencia sobre los cuerpos de agua; los
cambios de patrones en la utilización de las tierras; demografía y estadísticas sobre la
urbanización de las comunidades indígenas y locales fuera de sus territorios
tradicionales; los sitios de importancia cultural para estos pueblos (sitios sagrados);
áreas de tierras reconocidos legalmente; factores que limitan o vulneran el derecho de
acceso a la tierra; niveles y actores en conflicto.
• Definición
310
Establece la proporción de las personas que cuentan con un servicio de agua potable en
sus viviendas.
• Pertinencia
El acceso al agua es una variable de gran importancia; sin embargo, no todas las fuentes
disponibles en los territorios de los pueblos indígenas, son consideradas como aptas
para el consumo. Por esta razón, el agua lluvia es una fuente prioritaria. No obstante, en
ocasiones es necesario recurrir a otros medios, por lo que no sólo la disponibilidad del
recurso, sino la dificultad para lograr su potabilización para el consumo, son de gran
importancia a la hora de dar cuenta de este tipo de indicadores.
• Unidad de medida
Porcentaje (%).
• Fórmula matemática
Donde:
PPSPijk = Porcentaje de población con cobertura de agua potable (i), en un resguardo (j),
en un año (k).
NAPijk = Número de habitantes con cobertura de agua potable (i), en un resguardo (j),
en un año (k).
TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k), en referencia a la cobertura de
agua potable = ΣAPi=1 NAPijk.
• Descripción metodológica
• Cobertura
Resguardos indígenas.
• Posibles responsables
312
• Documentación relacionada
• Observaciones
Los indicadores en relación con el agua y el ambiente son fundamentales; se requiere
contar con diagnósticos precisos y exhaustivos que permitan orientar las políticas
públicas para ampliar cuantitativa y cualitativamente las coberturas del saneamiento
básico ambiental. Es importante conocer la cobertura, calidad y continuidad del servicio
de agua potable. El problema no es sólo contar con acceso al recurso agua, sino también
que la población cuente con acceso a una cantidad mínima de agua potable al día. El
313
consumo de agua de baja calidad, trae consigo la presencia de altas tasas de morbilidad
y mortalidad, con mayores impactos en la población menor a los 12 años.
• Definición
Porcentaje de hogares que tienen acceso a los servicios básicos públicos.
• Pertinencia
La identificación de los servicios públicos existentes como: disposición final de basuras,
alcantarillado, energía eléctrica; servicios básicos que permiten mejores condiciones de
salubridad y bienestar de las familias en las comunidades indígenas.
• Unidad de medida
Porcentaje (%)
• Fórmula matemática
Donde:
• Descripción metodológica
• Cobertura
Resguardos indígenas.
• Posibles responsables
Secretarias de Planeación, Salud, a nivel departamental.
• Documentación relacionada
• Observaciones
Los indicadores en relación con las coberturas de los servicios públicos básicos son
fundamentales; se requiere contar con diagnósticos integrales que permitan orientar las
políticas públicas, para afianzar cuantitativa y cualitativamente las coberturas del
saneamiento básico ambiental. Es importante conocer la cobertura, calidad y
continuidad de cada uno de los servicios básicos públicos. El no contar con un
316
• Definición
Métodos terapéuticos existentes para la prevención de la salud física y mental,
desarrollados tanto por los servicios formales prestados por el Estado, como a través de
la medicina tradicional, con base en el respeto de normas y valores dados culturalmente.
• Pertinencia
En los pueblos indígenas se considera que poseer un buen estado de salud se refiere a un
conjunto de fundamentos esenciales, que describen previsiones y cuidados del cuerpo,
de la naturaleza y de la sociedad relacionados con el medio ambiente. Sin embargo, la
vinculación de los pueblos indígenas a las economías locales pueden inducir ciertos
desequilibrios por inadecuados usos y manejos dados a los recursos naturales ofrecidos
por el ecosistema; generan desórdenes sociales que se manifiestan en la existencia de
enfermedades en las personas, conflictos en los asentamientos, entre otros. También, de
resaltar la existencia de prácticas culturales que permiten superar y corregir los
desórdenes sociales y curar las enfermedades.
• Unidad de medida
Porcentaje (%)
• Fórmula
Donde:
• Descripción metodológica
En general existen casos evitados tanto por los servicios médicos tradicionales, como
por la atención del sistema de salud pública. Los cálculos para este indicador se
realizarán en las Secretarias de Planeación y Salud a nivel departamental. Se quiere
conocer el peso relativo de los casos evitados por un tipo de atención de salud existente,
con respecto al total de la población.
• Cobertura
Resguardos indígenas.
• Posibles responsables
Secretaria de salud a nivel departamental y las Asociaciones de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI).
• Documentación relacionada
Ministerio de Salud. (2000). Norma técnica00412 de 2000 para la atención del parto.
Dirección General de Promoción y Prevención. Bogotá. p. 17. Acceso: 10 de
mayo de 2012. Disponible en:
http://www.nacer.udea.edu.co/pdf/capacitaciones/hc/03-atencion.pdf
• Observaciones
• Definición
Acceso a servicios de salud proveídos por: el Estado ―atención primaria, medicina
farmacéutica, intervención hospitalaria, sistemas de inmunización―; servicios de
medicina tradicional.
• Pertinencia
La existencia de servicios de salud curativos ―programas, campañas, entre otros―
ofrecidos por el sistema de salud del Estado y la medicina tradicional, aportan un
conjunto de elementos asociados a métodos terapéuticos disponibles en los
asentamientos indígenas. Los elementos asociados a modos de prevención de
enfermedades de origen tradicional son sugeridos en otros indicadores; no obstante la
conjunción de algunos funcionamientos asociados a la vida en comunidad, la
producción y la vida cotidiana, deben ser analizados de manera profunda para
comprender el entramado de relaciones que los unen, así como también los conflictos
surgidos por las interacciones de los dos sistemas de salud.
• Unidad de medida
Porcentaje (%)
• Fórmula
Donde:
• Descripción metodológica
• Cobertura
Resguardos indígenas.
• Posibles responsables
Secretaria de salud a nivel departamental y las Asociaciones de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI).
• Documentación relacionada
• Observaciones
• Definición
Son las posibilidades que existen de lograr un parto asistido de manera eficiente, sea por
médicos tradicionales o por el sistema de atención de salud pública.
• Pertinencia
El número de partos atendidos de manera efectiva es un indicador importante de salud,
ya que su atención oportuna atenúa de manera significativa la morbilidad y la
mortalidad materna y perinatal. Busca, además, dar cuenta de las debilidades de la
atención de la salud en los territorios indígenas.
• Unidad de medida
Porcentaje (%)
• Fórmula
Donde:
323
• Descripción metodológica
PSMijk = Número de partos asistidos por servicios médicos tradicionales y/o formales
(i), en un resguardo (j), en un año (k).
TPIjk = Total población en resguardo (j) en el año (k), en referencia a los partos asistidos
por servicios médicos tradicionales y/o formales.
• Cobertura
Resguardos indígenas.
Variable 1 Variable 2
Existencia de series No existen series históricas. La No existen series históricas. La
históricas información para poblar el información para poblar el
indicador, la podría proveer la indicador, se podría obtener a
Secretaria de salud a nivel partir de dos fuentes: Secretarias
departamental y las de Planeación departamentales
Asociaciones de Autoridades para acceder al censo de población
Tradicionales Indígenas (AATI). de resguardos indígenas;
Asociación de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI),
para acceder a la información
sobre el censo de población.
Nivel de La información se podría La información se podría
actualización de los actualizar anualmente. actualizar anualmente.
datos
Estado actual de los No se disponen de datos. Actualmente, se dispone de
datos información procesada para los
años 1979 a 2011.
Forma de Digital y papel. Digital y papel.
presentación de los
datos
• Posibles responsables
Secretaria de salud a nivel departamental y las Asociaciones de Autoridades
Tradicionales Indígenas (AATI).
• Documentación relacionada
http://www.unfpa.org.co/uploadUNFPA/file/Memorias%20encuentro%20interna
cional%20de%20salud%20intercultural%20Colombia%202010%20.pdf
Comisión Económica para America Latina y el Caribe - Cepal. (2010). Población y
salud en América Latina y del Caribe: retos pendientes y nuevos desafíos.
Comité especial de la CEPAL sobre población y desarrollo. Fondo de Población
de las Naciones Unidas (UNFPA). Santiago de Chile. p. 212. Acceso: 10 de
mayo de 2012.
http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/8/39438/LCL3216_CEP2010.pdf
López, M. (2009). Dinámicas espaciales y temporales del componente demográfico de
la región amazónica colombiana. Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas – Sinchi. Bogotá, Colombia. p. 121.
Riaño, E. y Salazar, C. (2009). Sistema urbano en la región amazónica colombiana:
análisis de la organización e integración funcional. Instituto Amazónico de
Investigaciones Científicas- Sinchi Bogotá, Colombia. p. 306.
Ministerio de Salud. (2000). Norma técnica00412 de 2000 para la atención del parto.
Dirección General de Promoción y Prevención. Bogotá. p. 17. Acceso: 10 de
mayo de 2012. Disponible en:
http://www.nacer.udea.edu.co/pdf/capacitaciones/hc/03-atencion.pdf
• Observaciones
Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas – UNFPAL (2010), cerca del 98%
de las muertes de mujeres embarazadas ocurridas en Colombia, eran evitables; la
mortalidad de mujeres gestantes continúa siendo un preocupante problema de salud
pública en Colombia y, a la vez, una situación de vulneración de los derechos a la salud
y a la vida de las mujeres. La atención institucional del parto es una medida de primer
orden para disminuir de manera significativa la morbilidad y mortalidad materna y
perinatal (MinSalud, 2000). Se tienen establecidos los parámetros mínimos que
garantizan la atención de calidad, para el desarrollo de las actividades, procedimientos e
intervenciones durante la atención del parto, con el propósito de dar respuesta a los
derechos en salud de las mujeres y sus hijos.