Sentencia Sistemas Probatorios
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N° de Expediente: 19-0766
Nº Sentencia: 0309
Precisado lo anterior, advierte esta Sala que las delaciones aseveradas por la hoy
solicitante, se sintetizan en la afirmación de que el fallo aquí examinado “…efectúo una
indebida aplicación de las normas y principios constitucionales al [c]asar de [o]ficio la
sentencia dictada por el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, Marítimo y Tránsito [de
la Circunscripción Judicial del Estado Anzoátegui], dictada en fecha 11 de junio de 2018,
e igualmente incurrió en vicios de orden público, al dar por demostrado un hecho que era
objeto de prueba y que fue debidamente controvertido, por la mera declaración efectuada
en el documento de cesión, sin que existiera medio de prueba alguno que verificara tal
afirmación, habiendo quedado demostrado que el instrumento cambiario con el cual la
parte acredita haber sido liberada de su obligación, para la fecha de su emisión no
contaba con los fondos suficientes para su cobro…”, por lo que, en su criterio, se incurrió
en “…violación de los principios constitucionales de expectativa plausible, confianza
legítima, seguridad jurídica y estabilidad de criterio…”.
Ello así y con el objeto de emitir pronunciamiento respecto al asunto que aquí ocupa a esta
Sala, dado que el acto de juzgamiento bajo examen devino de una casación de oficio,
es por lo que se estima pertinente acotar que sobre la mencionada facultad oficiosa esta
Sala Constitucional, en su sentencia n.° 362 del 11 de mayo de 2018, aseveró que la
misma “…constituye un verdadero imperativo constitucional (Vid. Sentencia Nº 116/2002,
de 29.01, caso: José Gabriel Sarmiento Núñez y 1353/2008, de 13.08, caso:
CORPORACIÓN ACROS, C.A.), porque asegurar la integridad de las normas y principios
constitucionales es una obligación de todos los jueces y juezas de la República, en el
ámbito de sus competencias (ex artículo 334 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela), la misma ha de entenderse como un deber, por lo que en su
redacción se sustituirá el vocablo ‘podrá’ por ‘deberá’…”.
Al amparo de los razonamientos supra esbozados, denota esta Sala que la solicitante de
revisión adujo que la sentencia sub examine contiene vulneración a la confianza legítima y
expectativa plausible por cuanto se le dio un tratamiento no acorde a la jurisprudencia
asentada por la casación civil al vicio de silencio de prueba, de allí que resulte imperioso
significar que ya esta Sala ha determinado que la expectativa legítima es relevante para el
proceso y que nace de los usos procesales a los cuales las partes se adaptan y tomándolos
en cuenta, ejercitan sus derechos y amoldan a ellos su proceder, cuando se trata de usos
que no son contrarios a derecho; en este sentido, se le dio valor al principio de expectativa
plausible, el cual sienta sus bases sobre la confianza que tienen los particulares en que los
órganos jurisdiccionales actúen de la misma manera como lo ha venido haciendo, frente a
circunstancias similares (vid sentencia de esta Sala, n.° 401 del 19 de marzo de 2004).
Partiendo de lo anterior, debe significarse que las consideraciones para decidir plasmadas
en el fallo objeto de solicitud de control constitucional hecho valer por la solicitante, no
son más que el producto del análisis desplegado por la Sala de Casación Civil sobre el
caso que fue sometido a su conocimiento, siendo que de este examen analítico es de lo que
discrepa la requirente de revisión constitucional al insistir en hacer valer los alegatos
esgrimidos en la instancia jurisdiccional, siendo que estos señalamientos destinados a
atacar cuestiones de juzgamiento apreciativo y valorativo desplegado en el acto de
juzgamiento contenido en el fallo aquí examinado, no pueden de ninguna manera erigirse
como fundamento para una solicitud de revisión, no detectando esta Sala una variación de
algún criterio que pudiera afectar la confianza legítima y expectativa plausible de los allí
litigantes. Así se decide.
Siguiendo avante con el análisis de la solicitud de revisión presentada ante esta Sala, se
aprecia que la sociedad de comercio hoy requirente plasmó la denuncia de una serie de
infracciones de índole constitucional, que en su criterio ocasionaron desequilibrio procesal
e indefensión, al momento en que la Sala de Casación Civil resolvió el mérito del asunto
sometido a su cognición, siendo que estas aseveraciones reflejan una mera disconformidad
respecto la manera en que fue valorado el material probatorio hecho valer en el juicio
principal, por ello se considera propicia la oportunidad para reiterar que la valoración
probatoria forma parte de la autonomía e independencia de la que gozan los jueces al
decidir, quienes, si bien deben ajustarse a la Constitución y a las leyes al resolver una
controversia, disponen de un amplio margen de valoración del derecho aplicable a cada
caso, por lo cual pueden interpretarlo y ajustarlo a su entendimiento, como actividad
propia de su función de juzgar (vid. sentencias núms. 325 del 30 de marzo de 2005, 1.761
del 17 de diciembre de 2012, 36 del 14 de febrero de 2013 y 554 del 21 de mayo de 2013,
entre otras).
Así, al advertirse que lo esbozado por la solicitante representa una mera disconformidad
con la manera en que se analizaron las pruebas en el proceso que arrojó como producto el
fallo examinado que resultó adverso a sus intereses litigiosos postulados en juicio, entiende
esta Sala que la requirente de revisión solo pretende hacer valer su inconformidad con el
acto de juzgamiento contenido en el fallo aquí examinado, por lo que se considera
necesario reiterar que “(…) la revisión no constituye una tercera instancia, ni un
instrumento ordinario que opere como un medio de defensa ante la configuración de
pretendidas violaciones, sino una potestad extraordinaria y excepcional de esta Sala
Constitucional cuya finalidad no es la resolución de un caso concreto o la enmendatura de
‘injusticias’, sino el mantenimiento de la uniformidad de los criterios constitucionales en
resguardo de la garantía de la supremacía y efectividad de las normas y principios
constitucionales, lo cual reafirma la seguridad jurídica (…)” (vid. sentencia n.° 2.943/2004
caso: Construcciones Pentaco JR, C.A.).
Cónsono con lo expuesto, estima esta Sala que la pretensión recursiva esgrimida por la
peticionaria resulta ajena a la finalidad del mecanismo extraordinario de revisión de
sentencias definitivamente firmes consagrado en el artículo 336.10 de la Constitución y
previsto en el artículo 25.11 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, el cual,
no puede ser concebido como un medio de impugnación que se pueda intentar bajo
cualquier fundamentación, sino como una potestad extraordinaria, excepcional y
discrecional que ejerce esta Sala Constitucional con la finalidad de uniformar la doctrina
de interpretación del Texto Fundamental y para garantizar la supremacía y eficacia de las
normas y principios constitucionales, por tanto, debe declararse no ha lugar la solicitud de
revisión sub examine, por lo que resulta inoficioso emitir pronunciamiento sobre el
requerimiento cautelar aquí manifestado. Así se decide.
Siendo esto así, es de observar que en la sentencia objeto de revisión se hizo transcripción
del extracto del análisis probatorio contenido en el fallo recurrido en casación de fecha 11
de junio de 2018, proferido por el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, Marítimo y
Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Anzoátegui, el cual es del tenor
siguiente:
Promovió, con el escrito libelar marcado ‘B’, documento de cesión de derechos, de fecha
21 de marzo de 2013, firmado por las partes intervinientes en la causa. En relación a esta
prueba se constata la aceptación de la parte demandada sobre sui (sic) existencia, por
tanto se le otorga valor probatorio. Así se declara.-
…omissis…
3) Son contestes las partes sobre la existencia del cheque Nº 00883181, correspondiente a
la cuenta Nº 01040079180790011635, por la indicada cantidad, y dicha documental
corresponde al contrato objeto de causa.
Con base a todo lo anterior, se constata que la parte demandante para demostrar que tenía
disponibilidad para cancelar la cantidad de tres millones de bolívares (Bs. 3.000.000),
pactada en el negocio jurídico que involucra a las partes, promovió en el lapso probatorio,
la prueba de informes dirigida al Banco Venezolano de Crédito, donde se extrae de manera
clara que la referida entidad financiera remite detalles de la línea de crédito que mantuvo
la parte actora, la cual resulta acertada citarla:
…omissis…
El referido cuadro fue remitido por el Banco Venezolano de Crédito, y de [é]l podemos
claramente evidenciar si la parte actora ciertamente disponía o no para la fecha que se
celebró el negocio jurídico, del dinero pactado. Teniendo claro lo anterior, esta alzada
constata que la fecha de la negociación fue el 21/03/2013, y para el momento el
demandante conforme al indicado cuadro disponía de la cantidad de doscientos mil
bolívares (Bs.200.000, 00), lo cual de ninguna manera cubría el monto acordado en la
negociación, el cual era tres millones de bolívares (Bs. 3.000.000,00), por lo que el cheque
plasmado en la negociación sería infructuoso su cobro.
Por tanto, es claro que la parte demandante ciudadano HUGO LEONARDO DÁVILA
PONTE (…) no logró generar convicción respecto al presente asunto, existiendo por tanto
un incumplimiento de su parte al contrato objeto de causa, como lo es, el no tener la
disponibilidad del dinero necesario para cancelar lo pactado; en consecuencia le resulta
forzoso a quien suscribe declarar SIN LUGAR tanto la presente apelación como la
demanda por CUMPLIMIENTO DE CONTRATO, incoado por el ciudadano HUGO
LEONARDO DÁVILA PONTE (…) contra la [s]ociedad [m]ercantil Inversiones Sukuni
(SUKUNICA), C.A….
Así las cosas, saltan a la vista dos hechos irrebatibles, debidamente comprobados en autos,
que son: 1) que ambas partes celebraron Contrato de Cesión de Derechos sobre una
parcela de terreno, descrita en el referido contrato (folio 25 y vuelto, cuaderno principal);
y 2) que la demandante no contaba que el dinero necesario para cancelar la cantidad de
tres millones de bolívares (Bs. 3.000.000,00), pactada en el negocio jurídico de autos, toda
vez que tenía una línea de crédito para el momento de la firma por la cantidad de
doscientos mil bolívares (Bs.200.000, 00), lo cual no cubría el monto por le fue cedida el
50% de los derechos sobre una parcela de terreno propiedad del demandado.
Conforme a ello, esta administradora de justicia indica que la resolución del contrato
peticionada resulta procedente, ya que, se evidencia de autos el incumplimiento de la parte
actora de la obligación contraída, como lo fue el precio pactado, y que según su propio
medio probatorio aportado a los autos como lo fue prueba de informe, determinó que no
contaba con los recursos necesarios para dar por cumplido lo estipulado en el contrato
objeto de litis. Así se decide”.
Denótese como del extracto supra transcrito, se desprende con meridiana claridad como
en el acto sentencial que estaba siendo cuestionado en la sede casacional, se emitió el
juicio valorativo que explanó el órgano decisor respecto a los medios probatorios que la
Sala de Casación Civil consideró como silenciados, por lo que puede inferirse que lo
aseverado en el fallo de casación no se trata de una infracción probatoria, sino una
discrepancia con la interpretación o análisis de la prueba judicial emitido por el juzgador
de instancia, de allí que resulte pertinente traer a colación que la prueba judicial transita
en dos momentos principales, a saber: la apreciación y la valoración. El primero de ellos,
la apreciación del medio de prueba que está determinado por el examen de las condiciones
de legalidad y legitimidad del medio de aportación probatoria; se trata pues de un
ejercicio lógico de subsunción de las características individuales del medio a los supuestos
normativos que predisponen el allegamiento de las pruebas al proceso. Mientras que, por
su parte, la valoración es la aprehensión de los elementos de convicción relevantes que
resultan del contenido de la prueba; por lo que, se trata en este momento, de un ejercicio
lógico y axiológico ponderativo del mérito de la prueba.
Así, resulta imperioso reiterar que la valoración probatoria forma parte de la autonomía e
independencia de la que gozan los jueces al decidir, quienes, si bien deben ajustarse a la
Constitución y a las leyes al resolver una controversia, disponen de un amplio margen de
valoración del derecho aplicable a cada caso, por lo cual pueden interpretarlo y ajustarlo
a su entendimiento, como actividad propia de su función de juzgar (vid. sentencias núms.
325 del 30 de marzo de 2005, 1.761 del 17 de diciembre de 2012, 36 del 14 de febrero de
2013 y 554 del 21 de mayo de 2013, entre otras).
Sobre la base de los razonamientos que han sido precedentemente esbozados, entiende esta
Sala Constitucional que la Sala de Casación Civil de este Tribunal Supremo de Justicia en
su sentencia identificada con las siglas RC-000275, proferida el 10 de julio de 2019, al
manifestar una inconformidad con la valoración probatoria claramente expresada por el
juzgador de instancia, invadió esa autonomía e independencia de la que gozan los jueces al
momento decidir y desconoció que estos juzgadores disponen de un amplio margen de
valoración del derecho aplicable a cada caso, por lo cual pueden interpretarlo y ajustarlo
a su entendimiento, como actividad propia de su función de juzgar, inobservando así los
criterios jurisprudenciales de este órgano constitucional que han sido supra invocados y
así se deja establecido.
Ello así, al haberse constatado que, contrario a lo sostenido por la Sala de Casación Civil,
en el fallo de alzada del que se conoció en casación sí se emitió un juicio valorativo que
explanó el órgano decisor respecto a los medios probatorios válidamente allegados al
proceso principal, en modo alguno podría afirmarse la existencia de un vicio de silencio
probatorio, por lo que al tenerse este como tal en el fallo casacional provoca la infección
de este por el vicio de falso supuesto que atenta contra el derecho a la tutela judicial
efectiva que debe privar en todo proceso llevado en sede jurisdiccional.
Vale la pena destacar que el llamado vicio del silencio de pruebas se produce cuando el
juez ignora por completo, no juzga, aprecia o valora algún medio de prueba cursante en
autos y se demuestra que dicho medio podría afectar, en principio, el resultado del
juicio, tal como ha sido establecido por el máximo juzgado del país.
Fuente: http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scon/julio/317889-0309-13722-2022-19-
0766.HTML
JURISPRUDENCIA
Mediante sentencia N° 309 del 13 de julio del 2022, la Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, realizó un análisis sobre los dos aspectos principales de la prueba
judicial: la apreciación, como examen objetivo de legalidad y legitimidad; y la valoración,
como un ejercicio lógico y axiológico ponderativo del mérito de la prueba.
La Sala Constitucional estableció que “la apreciación del medio de prueba que está
determinado por el examen de las condiciones de legalidad y legitimidad del medio de
aportación probatoria; se trata pues de un ejercicio lógico de subsunción de las
características individuales del medio a los supuestos normativos que predisponen el
allegamiento de las pruebas al proceso. Mientras que, por su parte, la valoración es la
aprehensión de los elementos de convicción relevantes que resultan del contenido de la
prueba; por lo que, se trata en este momento, de un ejercicio lógico y axiológico
ponderativo del mérito de la prueba”.