ARISTOTELES en El Derecho Filosofico

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UNVERSIDAD DE PANAMA

CENTRO REGIONAL UNIVERISTARIO DE COCLE

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

AUTOR

Danielle Gamarra 8-989-1541

PROFESOR
Rolando Campos

ASIGNATURA

Filosofía del Derecho

Las ideas políticas y Jurídicas de Aristoteles

GRUPO
G07-2 (6070)

2022
INDICE
INTRODUCCION ........................................................................................................ 3
Pensamiento Filosófico de Aristóteles ................................................................... 4
El proceso en el mundo aristotélico ....................................................................... 6
Aporte a la retórica y el derecho ............................................................................. 6
Distinción entre el derecho y la moral .................................................................... 8
Las leyes para Aristóteles........................................................................................ 9
Principio de Igualdad por Aristóteles ...................................................................... 9
BREVE SEMBLANZA DE ARISTÓTELES COMO FILÓSOFO DEL DERECHO .......... 10
CONSLUSION .......................................................................................................... 11
Bibliografía .............................................................................................................. 12
INTRODUCCION
La misión de la filosofía respecto al derecho es de permanente enjuiciamiento,
de puesta en cuestión de su naturaleza y legitimidad; a fin de indagar, de
provocar aquello que mejor conviene para la convivencia social. constituye la
experiencia jurídica: el derecho como experiencia. Para eso es importante
conocer de donde provienen aquellos ordenamientos que utilizamos día a día y
que hemos adoptado habida cuentas de todos aquellos pensamientos que
diferentes filósofos que pudieron discernir entre la relación de la convivencia
social con el propio estado que tiene soberanía y que actúa en base de las
necesidades de aquellos que en función de obligaciones pues le acreditan tal
ejercicio. Mas allá de eso la influencia política y el poder que representa ser
miembro de la jurisdicción del estado. No es un secreto que este tiene
autonomía, pero sin alguien a quien suplir seria un organismo sin vida, sin
aspiraciones y sin un motivo por el cual legislar. En base a esto, Aristóteles ha
desarrollado su vida tratando de descifrar aquellos que lo hace importante y que
lo une ciertamente a un conjunto de funciones que hacen que su propio
ordenamiento sea reciproco.
Mas allá de considerar estas relaciones e interacciones, analizo la sociedad
desde diferente punto de vistas que dieron con la explicación de la conjunta
voluntad de los seres humanos de organizarse. Tomo en consideración los
sentidos, las emociones y demás características necesarias al momento de
poner en práctica la armonía del estado.
Aristóteles ha sido llamado "el gran sistematizador". Descendiente de médicos.
Dicen que -después de despilfarrar su dinero- ingresó en el ejército, empujado
por el hambre. Era de Macedonia y concebía al hombre como un "animal político.
Pensaba que siendo el hombre un ser social por naturaleza era la educación el
molde para su socialización. En esta socialización lo importante consistía en
formar al hombre virtuoso y buscar la manera de crear en él buenos hábitos que
lo hicieran diferenciar el bien y el mal, estos eran concebidos en forma exclusiva.

En este trabajo desarrollare aquello que fue relevante desde el pensamiento


filosófico de Aristóteles.
Pensamiento Filosófico de Aristóteles
De Aristóteles se dice que “supo todo lo que su tiempo sabía”, era
vastísimo su conocimiento, además creador de las disciplinas filosóficas;
Aristóteles es el verdadero creador de la lógica, el Órganon, quiere decir
instrumento, es decir creador de una serie de tratados lógicos que aún
siguen vigentes. La física, naturalmente, es una física filosófica, muy distinta de
lo que se llama física en la Edad Moderna, pero en definitiva la Física ha sido la
de Aristóteles substancialmente, hasta Copérnico y Galileo, con el grado
increíble de vigencia, mucho más que milenaria que ha tenido. La ética, las
varias éticas que escribe Aristóteles, la más importante la llamada
“Nicomaquea”, la “Ética a Nicómaco”, el nombre de su hijo. Y la política. En la
política, después de los escritos políticos de Platón -“Político”, la
“República”, Las Leyes”-, la gran construcción sobre todo intelectual de la
política ha sido la aristotélica, cuya vigencia también se ha mantenido con esas
épocas de abandono y de oscuridad que son características del
aristotelismo.
Con certeza se puede afirmar, que si se tomase como base del sistema jurídico
de cualquier país latinoamericano, el pensamiento aristotélico, adecuándolo
desde luego a la época y cultura mesoamericana, pero respetando su
esencia, se estaría en condiciones de diseñar y elaborar una nueva
sociedad, asentada sobre valores de trascendencia universal, justicia social,
equitativa, persiguiendo el valor de lo bueno, lo virtuoso, y es seguro que con
bases filosóficas de tal naturaleza, tal ordenamiento jurídico permitiría vivir en
armonía, en paz, seguros y en libertad, dentro de un verdadero estado de
derecho y no se estaría confrontando conflictos sociales como los que aquejan
a la sociedad, producto del nepotismo, la impunidad, la desigualdad, la
prepotencia, el abuso de poder, el fraude en todos sus niveles, la represión, el
tráfico de influencias que son fenómenos tan comunes actualmente que ya ni
siquiera asustan a la población.
En palabras del propio Aristóteles, la justicia distributiva: “...se ocupa de
la distribución de honores, riquezas y otros bienes semejantes, que pueden
ser compartidos por los miembros de la comunidad”. Puede deducirse, que
se refiere a la distribución de la propiedad y de otras posesiones igualmente
susceptibles de evaluación, de acuerdo con los méritos inherentes a cada
ciudadano. Una distribución justa a un hombre sería aquella hecha de acuerdo
con su virtud y su valor para la comunidad. Habiendo discurrido sobre la
concepción general del Derecho, según Aristóteles, en las siguientes líneas,
se hará un análisis comparativo de éstas con categorías particulares del
Derecho en algunas legislaciones latinoamericanas; así, por ejemplo, según
el autor, la justicia correctiva se preocupa de enmendar errores. Si se deja
de cumplir un contrato o se comete un agravio; la justicia correctiva trata de
proporcionar una compensación adecuada a la parte agraviada; si se ha
cometido un crimen, se ocupa de que el culpable reciba el justo castigo. En
ambas clases de justicia, la justicia es considerada un medio entre dos extremos
injustos. La división de Aristóteles hace de la justicia correctiva en voluntaria e
involuntaria, corresponde a la clasificación de contrato y agravio. En uno y otro
caso, lo que ocurrió cuando se cometió la injusticia fue que se perturbó la
igualdad establecida. Y la tarea de la justicia correctiva es el
restablecimiento de dicha igualdad, o para usar un concepto más
actualizado, del equilibrio. Aristóteles da mucha importancia a esta distinción
entra Derecho Natural y otros derechos, así como también a la distinción entre
derecho público y el derecho privado, entre derecho constitucional y otros
tipos de derecho. La constitución recibe en tal capitulo una posición
preeminente. Los otros dos tipos de derecho deberán tener como base la
constitución, distinción ésta que más tarde tomaron en cuenta otros autores. El
estagirita no se satisfizo con una sola respuesta a la pregunta de qué es la
naturaleza de la ley y qué o cuáles son las variadas tareas que debe cumplir
ésta. Además de la función educativa, la función de mantener la paz y el
arbitrar las controversias. Y es en relación con tan distintas funciones
como contempla las obligaciones del Abogado (jueces y magistrados).
El proceso en el mundo aristotélico
La actividad forense y oratoria es fundamental en la vida de la poli griega. El
estudio de la justicia en la Retórica se ha de entender desde el telón político de
fondo: "Si para el maestro del Liceo la justicia es una virtud, si
consecuentemente su estudio incumbe a la Ética, concebida como rama de la
política (no es posible que el hombre intervenga en los asuntos de Estado si no
es moralmente bueno, escribirá en la Magna Moralia), la exposición de la
doctrina sobre dicha virtud no puede limitarse al análisis de textos de ética, debe
extenderse a los textos políticos". Para entender el papel del proceso y de sus
intervinientes hay que tener en cuenta que el arte argumentativo no es el
encargado de dirimir el conflicto: no se pide del órgano juzgador una solución
simplemente razonable, se pide que sea justa, lo que lleva ínsito el valor de la
razonabilidad. Por ello la justicia se expresa en un aparato intelectual racional
que supera, por insuficiente, la lógica formal; es la retórica, como arte
persuasivo. Pero la justicia se acerca más al esquema dialéctico -donde el
legislador o el juez son los encargados del cierre del debate- que a la retórica
entendida como técnica de persuasión.
Cierto es que el Derecho no puede ser reducido a un conjunto de reglas
conflictuales. Para que exista Ciencia del Derecho, debe darse una tarea de
conocimiento, que el genio romano extendió a todas las cosas humanas y
divinas: "Iurisprudentia est divinarum atque humanarum rerum notitia, iusti
atque iniusti scientia" (Digesto, I, 1, 10, 2). Fue precisamente en Roma donde
se empezaron a acuñar verdaderos conceptos y proposiciones jurídicas, donde
surge la figura profesional del jurisconsulto, cuya función había desempeñado
en Grecia el sabio o filósofo34. Aristóteles sentará las bases del conocimiento
conceptual y científico del Derecho al exigir, en la fase de conclusiones del
diálogo o proceso dialéctico, definiciones (oroi) de la cosa en discusión: una vez
más, el Derecho en la cuna de la dialéctica.

Aporte a la retórica y el derecho


La retórica es una disciplina propia de la cultura occidental, preocupada por
sistematizar la actividad comunicativa realizada en los discursos con fines
persuasivos. La oralidad propia de la Antigüedad grecolatina puso de relieve el
valor de la palabra para influir en los estados de ánimo, en las creencias y en la
toma de decisiones públicas y privadas, siendo un arte especialmente valioso
en las formas democráticas de organización social. Los tratadistas entienden
que la retórica surge en el siglo V a.C., en la polis siciliana de Siracusa, gracias
a Córax, quien llevó a cabo una cierta sistematización de los discursos
persuasivos que se usaban en los Tribunales y en la Asamblea; será un discípulo
de Córax, Tisias, quien traslada este incipiente método a Grecia, el cual se
implanta definitivamente en el siglo IV a.C. con la obra aristotélica, en la que se
define y establece su función, alejándola de usos sofísticos alejados de la
verdad y en confrontación con la Filosofía; igualmente se señalan determinadas
categorías necesarias para la construcción del sistema retórico (el concepto de
discurso, la clasificación de géneros, etc.) y aun reconociendo que la retórica se
sirve fundamentalmente de la lógica y de la dialéctica, Aristóteles admite un
cierto carácter ético en el orador, quien puede conferir credibilidad al discurso
por su ethos, siendo por tanto la retórica el arte de decir bien la verdad con
sentido práctico y pragmático, es decir, teniendo en cuenta el auditorio, sus
pasiones y la finalidad del discurso que se articula.
Las normas que constituyen el Derecho son susceptibles de ser analizadas
desde la lógica -ciencia también fundada por Aristóteles. Esta lógica deóntica es
un estudio del lenguaje del Derecho que se muestra insuficiente para estudiar
el lenguaje de los juristas: el razonamiento jurídico del operador del Derecho no
sólo se explica desde los presupuestos de la lógica deóntica, que nace de la
lógica formal deductiva, sino que es preciso ampliar esta noción (como
modernamente hace Viehweg en su Tópica o Perelman con la "nueva retórica")
para analizar los razonamientos y las distintas argumentaciones de los juristas
en "el proceso de establecimiento, interpretación, aplicación y explicación del
Derecho". Y esto porque en un caso jurídico lo decisivo, creo, no es el proceso
deductivo formal sino la elección de las premisas, es decir, la interpretación de
los hechos y las normas que les son de aplicación. Las particularidades del
razonamiento en Derecho han llevado a sostener la necesidad de contar con
una disciplina específica en este sentido que, naciendo de la lógica, sea
verdaderamente útil para el jurista práctico, ya sea este legislador, abogado o
juzgador; dicha disciplina puede constituirla la retórica, la tópica o la dialéctica.
Distinción entre el derecho y la moral
No queda duda de que Aristóteles trata del Derecho, del “dikaion”, en su estudio
sobre la justicia; la ciencia del Derecho es una parte de la ciencia de la justicia,
pero que se distingue de ella. También en este tema va a proceder Aristóteles
con su habitual respeto por la experiencia, comenzando por la observación del
lenguaje: es evidente que existe una diferencia entre ser y cumplir con lo justo;
entre “dikaios” y “dikaion”. Se puede cumplir con el “dikaion”, es decir con los
actos justos, sin ser yo mismo “dikaios”, es decir, íntimamente justo. Por
ejemplo: se puede devolver el depósito, no por espíritu de justicia, sino sólo por
temor al gendarme. Como es posible –por otra parte– ejecutar actos injustos
por error o bajo los efectos de una constricción cualquiera, sin que exista
injusticia subjetiva. La ciencia del Derecho, del “dikaion”, concierne solamente
a los actos exteriores; a esa igualdad en las cosas, en las relaciones entre los
ciudadanos, a ese “mediumrei” que hemos definido ya como el objeto de la
justicia. Al moralista dejamos la investigación de las intenciones, lo que no
significa que el jurista no sea un auxiliar de la moral, ya que indica al moralista
aquello que la intención debe procurar en su ámbito. Pero, el jurista no se ocupa
sino del objeto sin importarle el modo en que se lo persiga. Santo Tomás dirá
que el “jus” es el “objetum justitiae.
Para Aristóteles la justicia es una virtud, por lo que su estudio lo realiza en los
tratados éticos, singularmente en la Ética a Nicómaco, junto con las demás
virtudes, éstas son de dos clases: intelectuales o dianoéticas y morales o éticas;
las primeras se dan en la esfera de la razón y son susceptibles, por tanto, de
adquirirse por el aprendizaje, mientras que las otras pertenecen al área de la
voluntad y se adquieren por la práctica. Toda virtud la configura Aristóteles como
el término medio entre dos excesos contrapuestos, como el valor es intermedio
entre la cobardía y la temeridad. Esta concepción de la virtud es, precisamente,
la que lleva al Estagirita a considerar la justicia como la virtud por excelencia.
En Aristóteles hay también una justicia particular que tiene un claro sentido de
alteridad; el objetivo último de la justicia es la igualdad; pero perseguir un
tratamiento idéntico en todos los casos podría conducir, en algunas situaciones,
a resultados injustos, pues la auténtica justicia aconseja tratar desigualmente
los casos desiguales. Ello da pie a Aristóteles para distinguir dos clases de
justicia: la distributiva y la correctiva o sinalagmática.
Las leyes para Aristóteles
Para Aristóteles las leyes serán, cuando sean justas, las que guiarán las
acciones de gobierno. Todos, y también el gobernante, están sometidos al
imperio de la ley. Esta soberanía de la ley, por la que opta Aristóteles, la
proclama en todos los supuestos, lo que le lleva a la siguiente afirmación:
«donde las leyes no gobiernan no hay Estado...». La afirmación de la soberanía
de la ley es, en realidad, la proclamación de lo que hoy llamamos «Estado de
Derecho», esto es, un Estado en el que los ciudadanos están a cubierto de
acciones incontroladas del poder por la vítodos.
También ofrece Aristóteles una nueva división de la justicia, distinguiendo entre
lo justo natural y lo justo legal o convencional. Es justo natural aquello que en
todas partes es reputado por tal con independencia de la voluntad humana, en
tanto que es justo legal lo que resulta de justicia porque así lo establece la ley
humana.

Principio de Igualdad por Aristóteles


“La igualdad numérica hace de cada hombre una unidad igual a todos y cada
uno de los demás hombres. Es lo que ahora solemos entender por igualdad y lo
que queremos decir cuando afirmamos que todos los ciudadanos son iguales
ante la ley. La igualdad proporcional da a cada hombre aquello a que tiene
derecho de acuerdo con sus capacidades, sus conocimientos, etc. De esta
distinción deduce Aristóteles numerosos motivos de controversia y discusión”
BREVE SEMBLANZA DE ARISTÓTELES COMO
FILÓSOFO DEL DERECHO

La colosal figura del Estagirita brilló en muy variados campos del saber, desde
la metafísica hasta la zoología, pasando por la lógica, la astronomía, la botánica
y la teoría política. Dice Jonathan Barnes: “escojan un campo de investigación,
y Aristóteles trabajó en él; tomen un área del empeño humano, y Aristóteles
discurrió sobre ella. Su alcance es asombroso”.
En la Academia se enseñaba todo el saber de la época, al cual no podrían
sustraerse las consideraciones sobre la política, las formas de gobierno, la
justicia, las relaciones entre los ciudadanos y la defensa de los intereses. Aun
siendo más relevante el pensamiento político de Aristóteles -establecido
fundamentalmente en sus Éticas y en la Políticano parece discutible el interés
de este autor para el filósofo del Derecho. La idea aristotélica de justicia, desde
su contexto ético (filosofía moral), se circunscribe en el pensamiento filosófico
acerca del Derecho. Dice Recaséns que Aristóteles "elaboró muy
concienzudamente la teoría de la justicia en sentido estricto como pauta para
el Derecho". Así, no sólo la justicia es medida general de virtud, sino también
medida axiológica para el Estado y su Derecho, medida que comprende todas
las virtudes particulares de los ciudadanos como integrantes de la comunidad
jurídica. Fernández-Galiano incluye a Aristóteles entre los iusnaturalistas
paganos de la Edad Antigua y Michel Villey afirma rotundamente que "ningún
filósofo debe desconocer la doctrina del Derecho de Aristóteles" e incluso que
"fue probablemente el fundador de la Filosofía del Derecho, si tomamos esta
palabra en sentido estricto. Se interesó por todo, supo observar todo, incluso el
Derecho, es decir, las actividades del mundo judicial (...) Verdad es que varias
de sus obras sobre el Derecho se han perdido, pero tenemos su Retórica (que
comprende un sólido estudio sobre la misión del abogado), su Política (modelo
de estudio de Derecho natural) y sus Éticas. En el libro V de la Ética a Nicómaco,
escribe Aristóteles una decena de páginas que han tenido en la historia del
Derecho un papel verdaderamente fundamental". Villey trata de revitalizar la
doctrina aristotélica, no sólo por tratarse de una de las claves de comprensión
de nuestro acervo cultural occidental y haber constituido un pilar de estudio
hasta el siglo XVIII, sino por la importante influencia que tuvo sobre el Derecho
Romano, cuyo espíritu constituye la base de nuestra actual Ciencia del Derecho.
CONSLUSION
Aristóteles subraya una idea que se encuentra en Platón, que es la del
Derecho Natural. Insiste en la necesidad de distinguir entre los juicios,
según deriven lo justo de la naturaleza del caso y se funden en la general
y ubicua naturaleza humana o aquellos otros que provienen de
determinado punto de vista de una comunidad legal determinada.
El trabajo aristotélico, sujeto a estudio, desarrolla ideas propias de la
Filosofía del Derecho, profundizando en la misma a través de los temas
precitados, asociando la práctica de la virtud a la práctica del Derecho –
de lo legal- afirmando que la ley extiende su imperio sobre todas las demás
virtudes, sobre todos los vicios, prescribiendo unas acciones y prohibiendo
otras.
Por su parte Aristóteles fue un hombre meticuloso que quiso poner orden en los
conceptos de los seres humanos. Creía en los sentidos y pensaba que sólo a
través de ellos el hombre puede formarse ideas y conceptos de la realidad. La
concepción del "buen vivir" de Aristóteles descansaba en el fundamento de que
el hombre debe adoptar el "justo medio", dejando de lado todo tipo de excesos.
Había que buscar el equilibrio, la armonía, el justo medio. ¿cómo adquirirlos?
Nos propone hacerlo mediante la educación y adquisición de "buenos hábitos",
y practicándolas, Aristóteles entiende que “somos nuestros hábitos, la
acumulación de nuestras acciones.
Considero que la ley, por su parte, cumple una función ordenadora, tomando
en cuenta la variedad de los hechos, pero al encontrarse, debido a esta
multiplicidad de hechos, es imperfecta, esto se podrá resolver a través de la
equidad que tratará de ser el justo equilibrio: “la ley es una norma general, pero
los hechos que debe ordenar surgen de la variedad de la vida práctica.
Bibliografía
Aqueche, H. (2016). Héctor Aqueche. Guatemala.
FAJARDO, I. A. (2017). PENSAMIENTOS Y APORTES AL DERECHO DEL FILOSOFO
ARISTOTELES.
Genicio, J. C. (2002). LA NOCIÓN DE JUSTICIA EN LA RETÓRICA DE ARISTÓTELES
. Revista Telemática de Filosofía del Derecho, nº 6.
HOBUSS, J. (2009). DERECHO NATURAL Y DERECHO LEGAL EN ARISTOTELES.
Brasil: Departamento de Filosofía, Universidad federal de Pelotas.

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