Tema 6
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1. QUÉ ES LA METAFÍSICA
Definir qué es la metafísica es una tarea muy compleja, no solo por lo profundidad que implica
hablar de ella, también porque nos enfrentamos a diversos autores y épocas que hablan de ella en
términos muy diversos. De hecho, aunque tradicionalmente hablamos de la metafísica de Aristóteles, en
realidad él no llegó a usar dicho termino, pero por una cuestión práctica nosotros si lo usamos. Y es que
fue Andrónico de Rodas quien le dio tal denominación, este dirigió la escuela peripatética en el siglo I a C,
es decir, mucho después de la muerte de su fundador, y se encargó de organizar la obra aristotélica,
dándole el orden actual. Encontró una serie de escritos en los que Aristóteles trataba sobre la naturaleza, y
dichos escritos formaron la “física aristotélica”, detrás fueron colocados otros escritos, y justamente por ir
detrás se les llamó “metafísica” (meta: más allá).
Pero ¿Qué es la metafísica? Entendemos que es algo que está más allá de lo físico, y, por tanto,
entendemos que puede tratarse de algo inaprehensible por los sentidos. Pero sobre esto hay que dar
algunas explicaciones. Aunque hay muchas formas de intentar aproximarse a la metafísica, y esta trata
diversas temáticas que pueden variar según las épocas, podemos entender que la pregunta fundamental
de la metafísica es la pregunta sobre el ser. Esto viene a significar que se encarga de estudiar todo aquello
que tienen en común todas las cosas que existen; y es que esto que tienen en común es el ser, el hecho de
que son.
Pongamos un ejemplo: podemos decir que el gato es negro, que la silla es blanca, que el niño es
rubio y que el amor es muy bonito. En los cuatro ejemplos estamos hablando de cualidades o propiedades
de cosas que tienen categorías muy distintas: un animal, una cosa material, un ser humano y un
sentimiento. A pesar de que hemos usado el verbo ser, lo hemos hecho en el sentido de especificar una
propiedad que en modo alguno condiciona a cada uno de los tipos de ser . El niño podría ser moreno y
seguiría siendo un niño, y el gato también podría ser blanco y seguir siendo un gato. Es decir, hemos usado
el verbo ser para especificar una propiedad de algo, pero dicha propiedad podría haber sido otra y el niño
seguiría siendo un niño.
Probemos ahora a usar el verbo ser sin especificar ninguna propiedad, por ejemplo: el gato es; el
niño es; la mesa es; el amor es. En definitiva, podemos decir que el amor es, que tiene ser. Podemos decir
que el gato es, que tiene ser. Pero en ninguno de los cuatro ejemplos estamos diciendo qué sea ese ser o
que propiedades tenga. En este caso ese ser es lo que comparten un animal, un objeto, una persona y un
sentimiento. Todos tienen ser. Precisamente al tratar de entender en qué consiste ese ser que tienen en
común todas las cosas existentes, de eso trata la metafísica.
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2. LA METAFÍSICA COMO FILOSOFÍA PRIMERA: ARISTÓTELES
Aristóteles (S. IV a C) insistió en que más allá de los problemas que planteaba el estudio de los
fenómenos naturales, de todo lo que podemos entender como física y como naturaleza, se requería
analizar también todos los aspectos comunes que abarcan todo lo real. Este análisis era el objetivo de su
llamada filosofía primera, que fue el nombre que le dio a lo que hoy llamamos metafísica. Su objeto es el
estudio de los principios fundamentales de la realidad y de todo lo que existe. Su propósito fue analizar los
rasgos del ser en cuanto ser e identificar sus primeros principios y sus causas. Para ello debía tener en
cuenta las realidades concretas, pero no se quedaba en ellas, sino que quería ir más allá.
La metafísica, para Aristóteles es filosofía primera en oposición a la física que sería la filosofía segunda.
Podemos decir que la filosofía primera constituye la ciencia que se ocupa de las realidades que están por
encima de las realidades físicas, indaga sobre causas y principios primeros, sobre el ser en cuanto ser,
sobre dios y sobre la substancia.
Se trata de la ciencia más elevada porque no está vinculada a las necesidades materiales, no se
propone satisfacer objetivos prácticos, sino justo lo contrario. Y es por ello que la considera la ciencia libre
por excelencia, porque es la necesidad que surge después de tener cubiertas las necesidades físicas. Es
cierto que el resto de ciencias son necesarias para los hombres, pero no habrá ninguna por encima de la
metafísica, no habrá ninguna que surja por el puro deseo de conocer.
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La metafísica clásica se caracterizaba por un elevado nivel de abstracción, pretendía describir el
denominador común de la realidad. Por otra parte, el discurso metafísico es un discurso argumentativo: es
un saber racional, con argumentos que deben estar fundamentados y que está residido por ciertos
principios. Destacan los siguiente principios:
.Principio de identidad, una cosa es siempre igual a esa misma cosa y no puede no serlo. Es lo que
podríamos ejemplificar diciendo que “A es igual a A” (A=A).
.El principio de no contradicción, que afirma que es imposible que al mismo tiempo, un ser determinado
tenga una propiedad y no la tenga. O que una misma cosa sea y no sea al mismo tiempo.
.El principio del tercero excluido, que afirma que cuando un objeto posee una propiedad determinada,
posee esa y no otra. Es preciso reconocer que una alternativa es falsa y otra verdadera y que no cabría una
tercera posibilidad. Por ejemplo o llueve o no llueve, no cabe una tercera posibilidad.
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1) Platón: la realidad de las ideas.(S. V- IV a C) Platón propone uno de los más
importantes sistemas metafísicos. Su concepción es dualista, piensa que existen dos tipos de realidad, una
realidad material que nos muestran los sentidos y que está sometida al cambio. Y por otro lado la realidad
del mundo de las ideas, realidad que está más allá de los sentidos y que constituye la verdadera realidad.
El universo que podemos experimentar a través de los sentidos, es el mundo sensible, y está
compuesto por todas las cosas materiales y cambiantes. Pero existe un segundo ámbito de realidad en el
universo, el mundo inteligible, que está más allá de los sentidos y está constituido por ideas, que son
realidades inmateriales e inmutables, solo cognoscibles a través de la razón y que son posibilitadoras del
saber universal y permanente.
Para explicar esta dualidad del universo recurre Platón al mito de la caverna, en el que explica la
existencia de unos prisioneros que llevan toda la vida encadenados en el interior de una caverna, de tal
manera que solo pueden mirar hacia el fondo y observar unas sombras que se proyectan en la pared. Un
prisionero es liberado y sale de la caverna. Después de cierto tiempo sus ojos se acostumbran a ver la luz y
descubre que los objetos que se le presentan ahora son más perfectos que lo que veía en la cueva, que
eran solo sombras. Si intentara contar al resto de prisioneros lo que había visto, lo tomarían por loco. El
mito sugiere que el mundo en el que vivimos no es verdaderamente real y que es insuficiente con lo que
nos muestran los sentidos. Nuestra realidad no es más que una copia de la verdadera realidad.
Y si queremos acceder al mundo de las ideas necesitamos ayuda y aparece ahí la misión del filósofo:
cuando consigue ver la luz debe regresar a la caverna y ayudar a los demás a hacer el recorrido por sí
mismos y ver la verdadera realidad.
Estos dos mundos de los que habla Platón: en el que nos encontramos y el mundo de las ideas, se
han usado en ocasiones en el cine, un ejemplo claro es la película Matrix.
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2) Aristóteles ( S. IV a C) . Coincidió con Platón en que hay dos ámbitos de realidad: uno que corresponde
al mundo físico que se puede ver y tocar y otro que va más allá de lo material y solo se hace patente a
través de la inteligencia; pero a diferencia de Platón, pensó que ambos aspectos de lo real no existen en
mundos separados, sino que están juntos en el mundo corpóreo y cambiante en el que vivimos.
Solo hay una única realidad, la de los cuerpos, que contienen en su interior unas esencias que les
dan consistencia y unidad. Ve el movimiento como algo real, pero existen unos principios inmutables, a los
que denominó potencia y acto y que intervienen en los cambios.
Por acto entendió la perfección que adquiere el sujeto que cambia, así es el término y fin del
movimiento, es decir, este cesa una vez que se adquiere el acto.
La potencia es un no ser todavía, que hace posible el movimiento. La potencia no es solo carencia,
sino capacidad real de llegar a uno o a varios actos. Estar o no en potencia de algo depende de la
naturaleza de cada cosa; por ejemplo, una semilla de almendro está en potencia de engendrar a un
almendro pero no un olivo. La semilla es en el acto semilla y en potencia es un almendro. Ahora bien, que
sea en potencia un almendro no significa que necesariamente se vaya a convertir en almendro, sino que
tiene la posibilidad de serlo. Dicha posibilidad puede malograrse, por ejemplo si la semilla no logra
desarrollarse porque ha habido mucha sequia.
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4) Tomás de Aquino: Dios y las criaturas. Es el filósofo más importante de la Edad Media cristiana
occidental. En su obra combina los principios de la filosofía de Aristóteles junto con la fe cristiana. Destaca
un hecho fundamental, la diferencia que existe entre Dios y sus criaturas, Dios es el único ser que tiene que
existir necesariamente y la existencia de las cosas particulares proviene de la acción creadora de Dios.
Es dios quien crea a todas las criaturas, pero las crea en un acto de libertad, y aunque crea cosas en
“acto” también crea cosas en “potencia”. Toda la realidad la componen pues, dios y las criaturas.
4. LA METAFÍSICA EN LA MODERNIDAD
Durante la edad moderna se dan preguntas metafísicas que tratan la realidad, pero al mismo tiempo
aparecen planteamientos sobre que sea la metafísica, gran ejemplo de ello lo tenemos en Kant.
Kant: estudió los límites de la razón humana y se preocupó por el avance de la metafísica, dado que
pensaba que no progresaba de la misma manera que el resto de ciencias, el motivo principal es que la
metafísica no versa sobre cuestiones que tienen que ver con la experiencia como el resto de ciencias, en
definitiva, la metafísica no es una ciencia, según Kant, pero es algo a lo que tendemos por el hecho de ser
seres humanos, es decir, a pesar de conocer nuestras limitaciones sobre ciertos temas, aún así, nuestra
condición de humanos nos hace preguntarnos sobre cosas de las que probablemente no obtendremos una
respuesta. Kant destronó las ambiciones de la metafísica pero constató que el destino del ser humano era
plantearse preguntas sin respuesta e intentar sobrepasar los límites de la propia razón.
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5. CRÍTICAS A LOS GRANDES SISTEMAS METAFÍSICOS: LA EDAD CONTEMPORÁNEA
1) Marx. (Siglo XIX). Advirtió la necesidad de pensar la nueva sociedad surgida a raíz de la Revolución
Industrial, realizando para ello una crítica a la sociedad capitalista. Para él la realidad fundamental no es la
razón, sino la materia y esta materia se transforma a través del trabajo humano. En todas las etapas
históricas se mantiene una diferencia esencial: la que existe entre trabajadores y propietarios, lo cual tiene
su origen en la propiedad privada. El proletariado es cada vez más pobre y el capitalista cada vez más rico.
Se entiende que el marxismo ha adoptado una actitud antimetafísica, que se debe a que quiere
reemplazar a la metafísica por el llamado materialismo dialéctico y porque entiende que la metafísica es un
pensamiento ideológico que ha de ser criticado y eliminado.
Según el materialismo dialéctico, solo lo material es real y se entiende como dialéctica, porque
todos los procesos ocurren por contradicción y síntesis. Es decir, se suceden cosas que van cambiando en
un sentido y se va transformando la realidad por un choque continuo.
En segundo lugar, la metafísica forma parte del pensamiento ideológico que hay que erradicar, dice
Marx que se trata de transformar el mundo, de actuar. Y su intento es el de cambiar las condiciones
materiales de producción de la vida humana, sobre todo las condiciones económicas que son las que
verdaderamente mueven el mundo. De ahí que su filosofía sea en el fondo un intento de revolución por
parte de la clase de los trabajadores, los cuales están oprimidos por las clases altas y viven una vida
alienada a causa del trabajo que realizan, el cual ocupa casi todo su tiempo.
Texto:
“Represéntate hombres en una morada subterránea en forma de caverna, que tiene la entrada abierta,
en toda su extensión, a la luz. En ella están desde niños con las piernas y el cuello encadenados, de modo
que deben permanecer allí y mirar sólo delante de ellos, porque las cadenas les impiden girar en derredor la
cabeza. Más arriba y más lejos se halla la luz de un fuego que brilla detrás de ellos; y entre el fuego y los
prisioneros hay un camino más alto, junto al cual imagínate un tabique construido de lado a lado, como el
biombo que los titiriteros levantan delante del público para mostrar, por encima del biombo, los muñecos.
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– Me lo imagino.
– Imagínate ahora que, del otro lado del tabique, pasan hombres que llevan toda clase de utensilios y
figurillas de hombres y otros animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y entre los que pasan
unos hablan y otros callan.
– Extraña comparación haces, y extraños son esos prisioneros.
– Pero son como nosotros. Pues en primer lugar, ¿crees que han visto de sí mismos, o unos de los otros, otra
cosa que las sombras proyectadas por el fuego en la parte de la caverna que tienen frente a sí?
– Claro que no, si toda su vida están forzados a no mover las cabezas.” (La República de Platón, Libro VII)