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Y
FACULTAD DE DERECHO Y CRIMINOLOGÍA.
DERECHO INTERNACIONAL.
INFORME DE CASOS PRÁCTICOS.
⮚ Introducción.
⮚ Elementos.
⮚ Conclusión.
Introducción…
En este tema veremos lo que son: los medios de solución pacífica de controversias y el
arbitraje internacional.
Contradicciones generales Una controversia ha sido definida de acuerdo con la Corte
Permanente de Justicia Internacional, como “un desacuerdo sobre un punto de derecho o,
de hecho, una contradicción, una oposición de tesis jurídicas o de intereses entre dos
personas”.
El término controversia es sinónimo de diferendo, litigio, disputa y conflicto, cuando son
internacionales oponen entre sí a dos Estados o dos sujetos de derecho internacional.
Para probar la existencia de una controversia no sólo hay que demostrar que hay una
divergencia de puntos de vistas entre dos Partes respecto de un punto de hecho o de
derecho. Sino también es necesario probar que la pretensión de una de las partes enfrenta
una oposición manifiesta de la otra parte.
El derecho internacional y la Carta de las Naciones Unidas imponen a los Estados la
obligación de solucionar sus controversias internacionales por medios pacíficos, sin recurrir
a la amenaza o al uso de la fuerza, pero no les imponen determinados medios de solución.
La elección de un medio determinado depende del acuerdo de los Estados en litigio.
La práctica internacional ha establecido que los medios de solución pacífica de las
controversias internacionales son de dos clases:
Los “Políticos o Diplomáticos” que tienden a facilitar el acuerdo entre las partes en litigio,
siendo estos: la negociación directa, los buenos oficios, la mediación, la investigación y la
conciliación.
Y los “Jurídicos” que consisten en someter el litigio a un Tribunal Internacional o Arbitral
para que lo resuelva a través de una sentencia o de un laudo, siendo estos: el arbitraje y la
jurisdicción internacional (arreglo judicial).
A. Los Medios Políticos o Diplomáticos
Las negociaciones directas, son el medio normal para resolver las controversias
internacionales, se desarrollan normalmente por vía diplomática y por regla general
entre plenipotenciarios nombrados por los Estados en litigio, incluso pueden llegar a
ser los ministros de Relaciones Exteriores e incluso los jefes de Estado.
Esto es normal en los tratados de solución pacífica de controversias que contemplan
expresamente el recurso de las negociaciones directas, algunos de ellos incluso
llegan a establecer que las Partes deben tratar de solucionar un diferendo entre ellas
mediante la negociación directa antes de invocar otros medios de solución pacífica
de controversias.
Los buenos oficios, consiste cuando un Estado, una personalidad destacada o una
organización internacional prestan sus buenos oficios para aproximar a las partes en
conflicto e impulsarlas a negociar.
Por regla general está conformada por miembros designados por cada Parte y por
uno o más miembros extranjeros designados de común acuerdo por ambas Partes.
Puede ser establecida a título permanente o puede ser constituida “ad hoc” para
entender de un litigio determinado.
Las partes pueden convenir el procedimiento al que debe sujetarse la substanciación del
juicio y el fallo arbitral o dejar, simplemente, que el mismo árbitro haga esta determinación;
el procedimiento consta, por lo general, de memorias, contra memoria, diligencias
periciales, alegatos, etc. Las partes, desde luego, podrán estar representadas por agentes y
respaldadas por abogados, asesores, técnicos, etc.16
Derecho Aplicable: Tanto el árbitro como el Tribunal, en su caso, pueden arribar a
decisiones de conformidad con el Derecho Internacional y el consuetudinario, aplicando,
también, el derecho convencional vigente entre las partes, los principios generales del
derecho, las convenciones internacionales, la costumbre internacional, las decisiones
judiciales y la doctrina de los publicistas.
Sin perjuicio de lo anterior, las partes pueden autorizar al árbitro para que decida ex aequo
et bono (se dice de un arreglo de acuerdo con la equidad), de conformidad con lo
contemplado en el artículo 38 (1 y 2) del Estatuto de la Corte Internacional de Justicia.
La sentencia: El procedimiento arbitral finaliza con el pronunciamiento respectivo
conocido como “laudo arbitral”, el cual es obligatorio desde el momento de la notificación
(traslado) a las partes; también es definitivo porque pone fin a la controversia, de manera
irrevocable, siendo susceptible de nulidad, de conformidad con el Derecho Internacional,
solamente en casos graves, como por ejemplo, si ha existido exceso de poder de parte del
árbitro o del Tribunal; por corrupción de un miembro del Tribunal; y, la violación
manifiesta de una regla fundamental de procedimiento.
Quien alegare la nulidad debe hacerlo de manera correcta: someter tal pronunciamiento a
consideración de un nuevo Tribunal, el cual deberá analizar si amerita anularlo por
existencia de un vicio; las partes, también, pueden solicitar se revise el fondo del asunto y
se emita nuevo fallo.
Ecuador y el arbitraje
El arbitraje ante el rey de España
De acuerdo con la autorización dada por el Decreto Legislativo de 15 de abril de 1884, se
firmó en Quito, el 10 de agosto de 1887, el Acuerdo de Arbitraje, cuyos firmantes fueron el
entonces ministro de Relaciones Exteriores del Ecuador, doctor José Modesto Espinosa y el
plenipotenciario peruano Emilio Bonifaz, instrumento bilateral conocido como Tratado
Espinosa-Bonifaz.
Lamentablemente, en este documento y en el de presentación del litigio ante el monarca
español, no se precisó la materia del arbitraje, porque únicamente se sometió al rey de
España “las cuestiones de límites pendientes entre ambas naciones… para que las decida,
como Arbitro de Derecho, de una manera definitiva e inapelable”.
Tampoco se definió la norma a la cual debía ceñirse el árbitro; estos dos errores
fundamentales impidieron que este procedimiento llegue a feliz término, porque sembró
dudas y recelos entre las partes lo cual, a la postre, determinó que el monarca español se
inhibiese de pronunciar su laudo.
El Arbitraje de Días de Aguiar
Los acontecimientos previos a la suscripción del “Protocolo de Paz, Amistad y Límites”,
Río de Janeiro, 1942, son plenamente conocidos, pero los puntos de vista y conclusiones
dependen de la óptica de quien las analice.
Sin perjuicio de ello, conviene manifestar que la intervención del Capitán de Mar y Guerra
del Brasil, Braz Días de Aguiar, se llevó a cabo a raíz de las imprecisiones del documento
impuesto, al Ecuador, en Río de Janeiro. Para solucionar tales in- convenientes, los “países
garantes” del Protocolo delegaron al Brasil para que se encargue de proponer una línea
equitativa para Ecuador y Perú.
Para tal efecto, Días de Aguiar procedió a examinar la documentación, dando como
resultado lo que se conoce como “Fórmula Aranha”, tomada del apellido del Canciller
brasileño de esa época; tal propuesta fue puesta en conocimiento de las partes el 17 de
mayo de 1944 y aceptada por ambas el 22 del mismo mes y año.