Francisco Pizarro González
Francisco Pizarro González
Francisco Pizarro González
Pizarro integró la expedición que descubrió el Mar del Sur (Océano Pacífico), empresa liderada por
Vasco Núñez de Balboa en 1516. En 1535, tras capturar y ajusticiar al inca Atahualpa, pudo
imponerse sobre el Imperio incaico con ayuda de diversos rebeldes locales, conquistando el
mencionado estado imperial cuyo centro de gobierno se ubicaba en el actual Cuzco, Perú, además
de establecer una dependencia española sobre él. Obtuvo el título de marqués y sus
descendientes tuvieron el título de marqueses de la Conquista, siendo este el título utilizado por el
cronista don Francisco López de Gómara en su Historia General de las Indias, capítulo CXXXII.
También fue referido como marqués por Pedro Cieza de León en su libro Chrónica del Perú. Para
sus huestes indígenas era conocido como Apu (‘jefe’, ‘señor’, ‘general’) o Machu Capitán (‘viejo
capitán’).
El virreinato del Perú (oficialmente el Reino del Perú) fue una entidad territorial del Imperio
español creada por la Corona española en el año 1542, con capital en la Ciudad de Lima, durante
su dominio en el Nuevo Mundo. Las fronteras del virreinato del Perú se establecieron por primera
vez el 13 de septiembre de 1543. En un principio, su territorio comprendía casi toda América del
Sur, incluyendo Panamá y algunas islas de Oceanía. Aunque no incluía Venezuela que dependía del
virreinato de Nueva España, ni los territorios al este de la línea del Tratado de Tordesillas que
pertenecían al Imperio portugués.7 Dos siglos después, tras las Reformas Borbónicas, su inmenso
territorio sufrió tres importantes mermas. En 1717, se creó el virreinato de Nueva Granada al
norte. En 1776, se creó el virreinato del Río de la Plata al sur. Al mismo tiempo, el virreinato del
Brasil extendía sus fronteras tomando territorios de la Amazonia. En 1798, se separó del virreinato
la Capitanía General de Chile.
Al final del periodo virreinal, el ochenta por ciento del total de los caudales americanos provenían
del virreinato de Nueva España.8 Sin embargo, a pesar de las pérdidas territoriales, a principios del
siglo xix el virreinato del Perú era todavía la principal posesión de la Monarquía Hispánica en
América del Sur al tratarse de una de sus principales fuentes de riqueza.9
Las guerras de independencia hispanoamericanas pusieron fin al virreinato del Perú. Al principio
de la contienda el virreinato mantuvo su compromiso con la integridad de la Monarquía Hispánica
mandando expediciones a sofocar las juntas de gobierno insurgentes que se formaron en los
diferentes territorios de sus fronteras. En la primera parte de la guerra, que comienza en 1810, se
produjeron conspiraciones y levantamientos autónomos peruanos que fueron sofocados por el
Ejército Real del Perú. En 1820, la sublevación de las tropas que conformaban la Grande
Expedición que se preparaba en España, hizo desaparecer las esperanzas realistas de recibir
refuerzos significativos desde Europa.
El apoyo de las ya independizadas Provincias Unidas del Río de la Plata liderado por el general José
de San Martín, permitió sucesivamente independizar la Capitanía General de Chile, y
posteriormente, dirigir una expedición militar que atacaría Perú desde el Sur para lograr su
independencia (declarada el 28 de julio de 1821). Tras el estancamiento de la guerra, San Martín
se retiró, dejando la iniciativa al general venezolano Simón Bolívar quien, a su vez, dirigía una
campaña militar contra el virreinato desde el norte, una vez consolidada la independencia de
Nueva Granada.
La capitulación de Ayacucho del 9 de diciembre de 1824, por la que las autoridades virreinales
reconocían su derrota y la independencia del Perú,101112 señaló el fin del esfuerzo militar
realista, aunque quedaban focos leales a la Corona en los Andes y la costa del Bajo y Alto Perú. Sin
embargo, aislados y sin apoyo, los últimos reductos realistas (la Fortaleza del Real Felipe en Callao
y el archipiélago de Chiloé) caerían en 1826.
José Francisco de San Martín y Matorras3 (Yapeyú, Virreinato del Río de la Plata, Imperio Español;
25 de febrero de 1778-Boulogne-sur-Mer, Francia; 17 de agosto de 1850)4 fue un militar y político
argentino, y uno de los libertadores de Argentina, Chile y Perú. Es una de las dos figuras más
trascendentes de las guerras de independencia hispanoamericanas junto a Simón Bolívar.
En abril de 1784, cuando tenía seis años, llegó con su familia a la ciudad española de Cádiz
―previa estadía en Buenos Aires― y se radicó luego en la ciudad de Málaga.56Comenzó sus
estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga
en 1786. Ingresó posteriormente al ejército español e hizo su carrera militar en el Regimiento de
Murcia.7Combatió en el norte de África, luego contra la dominación napoleónica de España y
participó en las batallas de Bailén y La Albuera.8
Con 34 años, en 1812, tras haber alcanzado el grado de teniente coronel, y luego de una escala en
Londres, retornó a Buenos Aires, donde se puso al servicio de la independencia de las Provincias
Unidas del Río de la Plata.9Se le encomendó la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo
(que hoy lleva su nombre), que tuvo su bautismo de fuego en el combate de San Lorenzo.10Más
tarde se le encargó la jefatura del Ejército del Norte, en reemplazo del general Manuel
Belgrano.11 Allí concibió su plan continental, comprendiendo que el triunfo patriota en la guerra
de la independencia hispanoamericana solo se lograría con la eliminación de todos los núcleos
realistas que eran los centros de poder leales a mantener el sistema colonial en América.12