Revelacion Hector Favio Ortega

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LIBRO DE REVELACIÓN Y

ENSEÑANZAS PARA ESTOS


TIEMPOS HISTÓRICOS Y
PROFÉTICOS

TOMO 1

PASTOR: HÉCTOR FAVIO ORTEGA

1
CUATRO ASPECTOS DE LA FE
HEBREOS 11:6
Introducción:
El elemento determinante entre lo que Dios
puede y quiere darnos, y el cúmulo de nuestras
necesidades es la fe. La fe no es otra cosa que
creerle a Dios. Diga en alta voz: “Yo le creo a
Dios”
Cuando tenemos esto bien definido, entonces
podemos considerar los aspectos que encierra la
fe:
1. La fe nos lleva a tomar decisiones de alto
riesgo (Génesis 12:1-5)
Al salir de Ur de los caldeos, Abraham estaba
arriesgando sus posesiones, sus cosas, su familia
y todo lo que había alcanzado a tener hasta ese
momento por seguir una orden del Señor. Tomar
decisiones no es nada fácil, sobre todo si en ello
se nos pide dejar lo que hemos obtenido, como
Dios lo hizo con Abraham. Se requiere ser un
cristiano consagrado a Dios para estar dispuesto
a arriesgarlo todo e ir tras lo que Dios le haya
dicho a pesar de lo complicado y riesgoso que
pueda ser dicha decisión.
Si Dios le ha hablado sobre algo en particular,
hágalo.
2. La fe nos lleva a emprender largas jornadas en
busca de un mejor destino (Génesis 12:4-5)

2
El viaje de Abraham cubrió una ruta de más de
2.400 Km de distancia y los recorrió alimentado
por la fe. El soñó ampliando sus horizontes. Tal
vez antes nunca había recorrido tantos
kilometrajes, pero en esta ocasión se movió
debido a que creía que encontraría “la ciudad
cuyo arquitecto y constructor es Dios” (Hebreos
11:10).
El profeta Isaías nos exhorta a ampliar el sitio de
nuestra tienda, a correr las cortinas y a ahondar
las estacas (Isaías 54:2).
3. La fe nos lleva a esperar a que suceda lo
imposible (Génesis 17: 1-27).
Tanto para Abraham como para Sara, tener un
hijo era no solo un imposible, sino también un
absurdo dada la edad que ambos tenían, y por la
esterilidad de Sara. Pero la persona de fe no cree
solamente en hechos, sino que mediante su
plena confianza en Dios espera que suceda lo
humanamente imposible. La fe no se detiene en
los hechos, va más allá.
4. La fe nos lleva a entregarlo todo (Génesis
22:1-19).
Abraham sabía que al sacrificar a su hijo, toda
esperanza de ser padre de multitudes quedaría
arruinada, y que las promesas que lo señalaban
como un futuro padre de muchas naciones ya no
se cumplirían. Pero no obstante, decidió confiar

3
en el Señor y rendirle a él lo más preciado que
tenía en ese momento: su hijo Isaac. Un cristiano
convencido de a quien le está creyendo estará
dispuesto a sacrificar todo lo que Dios le pida y lo
más precioso para él en procura de agradar a su
Dios y Señor.
Conclusión:
Fe no es tanto lo que uno cree, sino lo que uno
hace con lo que cree. Y si lo que creemos no nos
lleva a hacer algo, ¿para qué lo creemos?
(Santiago 2:17)

4
CUATRO ASPECTOS RELACIONADOS CON LA
FIDELIDAD
SALMOS 37:27-29
Introducción:
Hay una palabra antigua que casi no es usada en
el lenguaje moderno, porque aun cuando sigue
existiendo, pocos conocen su verdadero
significado y su semántica. Es más, si esta palabra
pudiera ser erradicada de los diccionarios,
muchos se alegrarían. Esa palabra es Fidelidad.
Fidelidad significa ser recto, fiel, de una sola
línea, vertical, sin doblez, leal. Lo mínimo que
Dios espera de nosotros, es que seamos fieles en
todo lo que nos concierne, tanto en lo secular
como en lo espiritual. La más alta exigencia a la
que se ve sometido un cristiano es que sea fiel a
Dios, a los suyos y a lo suyo.
La Biblia nos muestra que por lo menos hay
cuatro aspectos en donde tenemos ser fieles si
queremos gozar del favor y la bendición del
Señor:

1. Fidelidad en nuestra conducta


Lucas 6:43-45
Dios— y las personas en general— esperan que
nosotros seamos consecuentes entre lo que
decimos creer y lo que hacemos. El mundo no
tolera a uno que diga creer ciertas cosas, y que

5
viva de otra manera. Cuando no hay coherencia
entre lo que decimos y lo que hacemos, somos
tildados de hipócritas. La hipocresía consiste en
querer mostrar lo que ni somos, ni hacemos con
respecto a lo que creemos. El Señor Jesús afirmó
que cada árbol se reproduce conforme a su
propia naturaleza, que por eso el árbol malo daba
fruto malo, y el árbol bueno daba fruto bueno.
Note usted cuanto nos cuesta dar un testimonio
creíble debido a la falta de fidelidad. Lo triste es
que muchos que se llaman cristianos se portan
igual o peor que los no cristianos. Mienten,
fomentan el chisme, las críticas acerbas, se
malgenian con facilidad, son irascibles, no
guardan las proporciones en su comportamiento,
y cuando están bajo presión, reaccionan como si
nunca hubieran conocido la gracia, el poder y la
misericordia del Señor. Otros aún tienen cosas
evidentes de su antigua vida cuando le servían al
diablo y a sus interese egoístas y carnales, y les
cuesta dar ejemplo por su conducta intolerante.
Del joven Daniel se dice que “ningún vicio ni falta
fue hallado en él, porque había en él un espíritu
superior” (Daniel 6:3-4).
Es inconcebible un cristiano cuya conducta esté
distante de lo que la Palabra de Dios señala.
Nuestras acciones deben ser el reflejo de lo que
Dios nos dice en su Palabra. Alguien afirmó con

6
acertada precisión que “la Biblia de los
mundanos, era la vida de los cristianos”. El
mundo está leyendo en nuestro comportamiento
lo que supuestamente usted y yo leemos de las
Escrituras. ¿Qué estará leyendo el mundo de
nosotros? La biblia que el mundo lee es la clase
de vida que viven los cristianos.
El Señor Jesucristo manifestó que la conducta
que los suyos lleváramos delante del mundo,
debía de ser de un orden superior a lo normal
puesto que éramos la luz para ellos y la sal de la
tierra (Mateo 5:13-16). Pero la mezcolanza de
ciertas cosas—propias de cuando uno era
mundano—y ciertas verdades bíblicas que no
vivimos en plenitud, están dando como resultado
un cristianismo irrelevante, caricaturesco y sin
atractivo alguno para quienes nos ven
comportándonos de forma inapropiada e
incongruente. Falta fidelidad a la palabra de Dios
en lo que a nuestra ejemplo se refiere. Falta
testimonio y pulcritud vivencial. Falta
compromiso y responsabilidad de conducta. Esto
nos reporta credibilidad y buen nombre entre
quienes nos ven y nos conocen. Por causa de
nuestra manera responsable de vivir sabrán que
tal vez no somos perfectos, pero que sí somos
fieles.
2. Fidelidad conyugal

7
1 Pedro 3:1-7.
El Señor establece que nos debemos a nuestra
pareja. Y por el bien de los dos, debemos ser
fieles el uno al otro. Note usted que el apóstol
Pedro no está en desacuerdo en que una mujer
se arregle o que no luzca atractiva o que no use
maquillaje y que no se vista de forma elegante y
esplendorosa. Lo que Pedro critica es que algunas
están tan ocupadas en su apariencia externa, que
terminan descuidando sus cualidades y virtudes
internas. Podríamos decir que están tan
ocupadas en el salón de belleza y en las casas de
modas y diseños que terminan descuidando al
esposo, a los hijos y al hogar en general. Hay
otras que en lo único por lo que se interesan es
estar al día con su apariencia física y externa, que
no cultivan el área espiritual y las virtudes como
la afabilidad, el amor, la sujeción y el respeto.
Contra esta clase de comportamiento es que el
apóstol discrepa. La mujer debe aprender a
manejar su hogar son sensatez, sabiduría y orden
espiritual. No puede descuidar su relación de
pareja y su responsabilidad familiar por estar tan
ocupada en lo que se pone y en como se ve. Sara,
la esposa de Abraham el patriarca judío, es
mostrada como ejemplo de una mujer fiel,
respetuosa y sujeta a su esposo, sin que dejara
de cuidar su apariencia externa, pues leemos que

8
ella “era hermosa en gran manera” (Génesis
12:14b).
Lo uno no le hizo descuidar lo otro. Hermosa y
elegante, pero sumisa y respetuosa de su marido.
Asimismo nos compete a los varones. No
podemos estar coqueteando y flirteando con
mujeres, e irrespetando a nuestras parejas. No
podemos estar dándonosla de “hombres bien
machos” sosteniendo cierta coquetería con
algunas chicas y faltándole así al señor y a
nuestras esposas. Es imperdonable que algunos
hombres tengan palabras de elogio para otras
mujeres y no para la suya. A muchos les gusta
admirar, elogiar, sonreírle y hasta apretarle la
mano a otra mujer, pero como maltratan e
irrespetan a la suya. Eso es un descaro y una
sinvergüencería de altas proporciones.
La Biblia afirma que este tipo de conducta crea
una barrera entre Dios y nosotros, al punto que
nuestras oraciones no son escuchadas. Así como
Dios demanda una alta fidelidad en nuestra
conducta, la exige también para nuestra pareja.
Tanto el hombre como la mujer deben serse fiel
el uno al otro. Esta fidelidad conyugal nos reporta
bienestar familiar, unidad al interior de la familia,
seriedad y liderazgo entre los hijos que notan
como somos consecuentes entre lo que
profesamos y lo que hacemos, al tiempo que

9
crecemos como parejas y como familia. Los
cristianos nos guardamos para Dios y para
nuestra pareja. No somos de los que adulteran, ni
de los que fisuramos nuestra unidad familiar por
estar detrás de ciertos “affaires”. Nos debemos a
Dios y a nuestra pareja.

3. Fidelidad laboral
Proverbios 22:29
Este es el tercer aspecto hacia donde apunta
nuestra fidelidad. Fidelidad laboral. Con esto
quiero señalar que mucha gente no ha aprendido
a serle fiel a su empresa, a su negocio, a su
trabajo, a su profesión y denigran, murmuran en
contra de quienes están en autoridad sobre ellos,
y lo que realizan, lo hacen de mala gana, de
forma irresponsable, mascullando indignación y
balbuceando maldiciones. Otros no tienen
sentido de pertenencia con la empresa que los
contrató y laboran de forma perezosa, son
impuntuales, nunca cumplen sus citas a tiempo,
son desordenados, desperdician potencial y
gastan mucho tiempo en lo que no deberían
hacerlo sin consideración alguna con sus
empleadores. Olvidan que allí se les contrató
para que rindieran, no para que malgastaran
innecesariamente el tiempo como ellos lo hacen.

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El texto de Proverbios afirma que los que son
solícitos en sus trabajos, estarán con los más
renombrados. Esta palabra “solícitos” implica
responsabilidad, ganas, honestidad y talante
laboral. Pero muchos laboran de forma mediocre
e irresponsable y por ello, terminan perdiendo
sus empleos o quebrando en sus negocios.
En el evangelio de Lucas Cristo Jesús nos dice que
cuando alguien es fiel y responsable en lo poco
(en su trabajo por ejemplo), está candidatizado a
ser promovido a lo mucho (como ser dueño de su
propia empresa). Leamos:
“El que es fiel en lo poco, también en lo más es
fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también
en lo más es injusto. Pues si en las riquezas
injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo
verdadero? Y si en lo ajeno no fuisteis fieles,
¿quién os dará lo que es vuestro?” (Lucas 16:10-
12).
Lo que el Señor está afirmando es que si en lo
que no es nuestro no somos fieles, menos lo
seremos cuando tengamos lo propio. Si
manejando un carro ajeno no fuimos fieles y
responsables, ¿Cómo será cuando manejemos el
nuestro? Si como empleados no fuimos honestos,
puntuales y responsables, ¿cómo será cuando la
empresa o el negocio sea nuestro? Si no somos
capaces de usar de forma honesta lo que nos fue

11
conferido en calidad de administradores, ¿Cómo
sería si fuera nuestro? De la manera como
usemos lo de otros, se determina el uso que le
demos a lo nuestro. Se llama fidelidad laboral.
Cuando a la mujer se le perdió su moneda, le
puso ganas, empeño y solicitud en procura de
recuperarla:
“¿O que mujer que tiene diez dracmas, si pierde
una dracma no enciende la lámpara, y barre la
casa, y busca con diligencia hasta encontrarla?”
(Lucas 15:8)
Tres cosas se notan que ella hizo para mostrar su
interés en hallar la moneda perdida:
A. Encendió la lámpara (Usó los medios que
estaban a su alcance para realizar su empresa).
B. Barrió la casa (hizo a un lado lo que le impedía
que su moneda fuera encontrada)
C. Buscó con diligencia hasta encontrarla (Fue
solícita, responsable y cuidadosa de lo que tenía).
Si aplicamos estos mismos principios en el
ejercicio de nuestra responsabilidad laboral, de
seguro que nos evitaremos muchos
inconvenientes y nos forjaremos un mejor
destino financiero. En tenor con este
pensamiento, Dios nos pide a los pastores y
líderes que nuestro desempeño ministerial
también lo hagamos con criterios de
responsabilidad:

12
“Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas, y
mira con cuidado por tus rebaños…los corderos
son para tus vestidos…y la abundancia de leche
de las cabras para tu mantenimiento…”
(Proverbios 27:23-27).
Pastor, líder y ministro del Señor que no sea
responsable en lo que realiza para Dios pudiera
verse limitado y decepcionado por los pocos
resultados que obtiene de su ministerio ya que
no lo está realizando de forma cómo debería
hacer

4. Fidelidad financiera
2 Corintios 8:20-21
Note como el apóstol Pablo busca “curarse en
salud”—como se dice— al estar dispuesto que el
manejo de la ofrenda que él administraba
estuviera libre de cualquier censura o sospecha
de mal uso. Los cristianos estamos llamados a ser
pulcros hasta en el manejo que le demos a
nuestras finanzas. Para este ínclito siervo de Dios,
una buena administración del dinero es el
resultado de hacer las cosas con honestidad y
rectitud delante de Dios y de los hombres.
Cuando nosotros aprendamos a hacer lo mismo,
experimentaremos una gran libertad financiera
con la que no solo honremos al Señor, sino

13
también evitemos toda censura por su uso y
manejo.
Un cristiano es fiel en lo financiero cuando sabe
administrar lo que Dios pone en sus manos
(Salmo 112:5-6), cuando Diezma y ofrenda
(Proverbios 3:9-10), cuando invierte en lo que es
productivo y rentable y procura una estabilidad
económica para los suyos (Isaías 55:2-3).
Un cristiano que no le es fiel al Señor en lo
financiero, experimentará ataduras económicas,
limitaciones para adquirir lo básico y esencial, así
como desempleo y endeudamiento.
Como quiera que Dios conoce nuestra inclinación
a la mezquindad, nos exhorta desde su Palabra a
ser generosos para que prosperemos:
“El alma generosa será prosperada; y el que
saciare, él también será saciado” (Proverbios
11:25).
Sabemos que nuestra economía no está
simplemente regulada por la economía del
mundo, sino que Dios ha implementado su
propio sistema financiero para sustento de los
suyos. Este sistema financiero de Dios se
compone básicamente de:
A. Diezmos (es la décima parte que damos al
Señor y que nos hace comprender que todo lo
que tenemos o recibimos proviene de Dios quien

14
es dueño de todo cuanto existe. La dación del
diezmo muestra nuestra obediencia y sujeción).
B. Ofrendas (Son las que damos al Señor de
acuerdo con el nivel de gratitud que pueda haber
en nuestro corazón, y están supeditadas a la
generosidad que nos pueda caracterizar).
C. Primicias (Son los primeros frutos de las
cosechas, las crías y los productos derivados de
estos, y que se dan al Señor como evidencia de lo
bien que nos irá por honrarle).
4. Pactos (Es la ofrenda con la establecemos una
alianza financiera con Dios en donde nuestro
nivel de fe se pone de manifiesto cuando la
damos. La ofrenda de pacto busca acelerar el
tiempo de la bendición y garantizar el
cumplimiento de una promesa que el Señor nos
haya dado. Esta ofrenda no busca comprar el
favor de Dios, ni sus bendiciones, si no que
revelan que tanto le creemos al Señor. La ofrenda
de pacto es la ofrenda que más mide nuestro
nivel de fe).
Someternos a este orden revelado por el Señor,
es una garantía de ganancia y rentabilidad
porque cuando le damos a Dios, él nos bendice
en proporciones mayores puesto que Dios no es
deudor de nadie. La fidelidad financiera nos
reporta enormes satisfacciones y libra de ruina,
miseria y escasez.

15
Conclusión:
Retomar el principio de la fidelidad es una
urgencia en lo personal y en lo colectivo si
queremos ver las manifestaciones de la bondad,
el amor y la misericordia del Señor. Un cristiano
fiel a Dios y a los suyos, es un arma poderosa en
las manos del Señor. De nuestra fidelidad
dependerá que tanto nos pueda bendecir y usar
el Señor para su honra y gloria.

SIETE RAZONES POR LAS QUE ABRAHAM LE DIO


EL DIEZMO A MELQUISEDEC
16
Génesis 14:17-20.
Introducción:
Melquisedec era rey en Salem y vino a ser un tipo
de Jesucristo. Véase Hebreos 7:1-7. Para lo de la
bendición léase Génesis 27:27-29.

¿Qué llevó a Abraham a darle sus diezmos a


Melquisedec?

1. Porque Melquisedec era sacerdote (v.18).


Según la misma Biblia un sacerdote tenía el
derecho de ser bendecido con los diezmos por
causa de su ministerio y de su labor en bien de
las personas (Números 18:9; Hebreos 7:6-7). Los
sacerdotes fueron constituidos para representar
al pueblo delante de Dios y para representar a
Dios delante del pueblo. Ellos eran los
encargados de interceder ante Dios por el
pueblo. Cristo Jesús cumple esta misma labor
como sacerdote de Dios a favor nuestro (Hebreos
7:14-26).
Si los sacerdotes de la antigüedad eran honrados
de esta manera, ¡Cuánto más lo debe ser nuestro
Señor Jesucristo!

2. Porque la lucha que él libró la hizo en


territorio que estaba bajo la jurisdicción de
Melquisedec (Génesis 14:14-18).

17
Salem fue el nombre simbólico que se le dio a
Jerusalén (Salmo 76:2). Abraham peleó bajo la
cobertura de Melquisedec. ¿Bajo qué cobertura
estamos librando nosotros esta batalla de fe?
¡Bajo la cobertura de nuestro Señor Jesucristo!
(Hebreos 7:25). El diezmo honra la cobertura que
tengamos. Quienes no dan diezmos están sin la
cobertura debida para librar sus batallas y
obtener la victoria. Cada cristiano debe dar su
diezmo para laborar bajo cobertura, como cada
pastor debe hacer lo mismo con alguien de
autoridad para hacer lo suyo con mayor
eficiencia. Creo que el pastor no debe dar su
diezmo a la iglesia sino a alguien de autoridad
para guardar este principio (Hebreos 7:6-7).

3. Porque con su presencia Melquisedec honró a


Abraham (v.17; Hebreos 7:1).
Note que Melquisedec salió a recibir a Abraham.
Esto significaba honrarlo como persona y como
guerrero. Lo reconoció como un hombre valiente,
osado y proyectado para logros grandes. ¿Con
qué honraría usted al presidente de su país si
éste fuera a la casa suya? ¡Con lo mejor de lo que
usted contara!
A “Juanes”—el cantante paisa— le dieron un
trofeo por sus triunfos musicales y cuando el
presidente de Colombia lo recibió en palacio,

18
“Juanes” le otorgó la guitarra con la que tocó
durante su concierto que lo llevó a recibir su
premio (Léase 1°Samuel 2:30; Proverbios 3:9).
Repita conmigo: Lo que yo honre, eso me
bendecirá.
Al sentirse honrado por la visita de Melquisedec,
Abraham no hizo otra cosa que honrarlo con sus
diezmos. ¿Quién más sino el Señor es quien nos
honra con su presencia, reconoce nuestra
valentía y nos impulsa para lograr grandes
triunfos? Honrémosle entonces con nuestros
diezmos como Abraham lo hizo con Melquisedec.

4. Porque Melquisedec le trajo pan y vino (v.18).


Estos dos elementos son los mismos de la Gracia
(Mateo 26:26-28). Para cuando esto sucedió la
ley como tal no existía. Abraham—por decirlo de
algún modo—vivía bajo la gracia, y cuando
alguien vive bajo la gracia, honra al dador de ella
con lo mejor de sí mismo. Los diezmos no
pertenecen a la ley, son de la gracia. Todo lo que
la ley hizo fue darle normatividad. Si usted vive
bajo la Gracia de Dios, hónrelo con sus diezmos.

5. Porque Melquisedec profirió una bendición


sobre Abraham (v.19-20).
Las bendiciones que una autoridad profieren
sobre uno le marcan destino (Génesis 27:37),

19
libran de maldiciones (Génesis 9:24-25). Noé no
maldijo a Cam sino a su descendencia porque a
Cam Dios lo había bendecido (v.1). Las
bendiciones revocan las maldiciones (Génesis
8:20-21).
Esta bendición que Melquisedec profirió sobre
Abraham le despertó las ansias de honrarlo con
sus diezmos. ¿Acaso no es lo mismo que Cristo ha
hecho con nosotros? ¿Quién es el que a diario
nos imparte sus bendiciones? ¡El Dios
todopoderoso! Honrémosle entonces con
nuestros diezmos.

6. Porque Abraham reconoció que Melquisedec


tenía un grado mayor de autoridad (Hebreos
7:4-7).
Observe bien este principio. La autoridad que
alguno pueda tener se notará con lo que alguien
ponga en sus manos. Si reconocemos que Cristo
es mayor que nosotros, lo otro que haremos será
honrarle con nuestros diezmos.

7. Porque al dar esos diezmos Abraham le


aseguró el futuro a su descendencia (Hebreos
7:9-10).
Dese cuenta de que aún Leví no había nacido y
con su diezmo Abraham les aseguró el futuro a
los suyos. En Eclesiastés se nos dice que la

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ofrenda que hoy podamos estar dándole al Señor
nos puede librar de una calamidad en el mañana
(Eclesiastés 11:2).
El destino de nuestra descendencia lo nitidizamos
cuando honramos a Dios con lo que él espera que
le demos. El diezmo opera como un elemento
despejador del futuro de los nuestros. Nuestros
hijos nunca sufrirán penurias económicas, ni
aguantarán hambre, ni andarán descalzos porque
el que siembra hoy, recogerá mañana.

Conclusión:
Si Abraham honró a Melquisedec con su diezmo,
¿Qué nos impide para hagamos lo mismo con
nuestro Melquisedec celestial que es el Señor
Jesucristo?
Rev. HECTOR FAVIO ORTEGA
“DESAFÍO DE FE Y PODER”

CARACTERISTICAS DE UNA IGLESIA SANA


Mateo 16:18; 1Timoteo 3:15

Todos sabemos que la iglesia no es lugar donde


nos congregamos para adorar y exaltar al Señor.
Ese es el templo. La iglesia somos cada uno de los
que hemos sido alcanzados por la gracia y el
21
amor de nuestro Dios. La iglesia somos las
personas. Como pueblo, somos la transformación
del mundo, somos la agencia de salvación que el
Dios soberano usa para llevar su amor y
propósito a cada persona en particular, y a las
familias en general. La iglesia es un ente vivo y
dinámico que tiene las siguientes características:

1. Centrada en Jesucristo y su gracia salvífica:


“Porque nosotros también éramos en otro tiempo
insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de
concupiscencias y deleites diversos, viviendo en
malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos
unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad
de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los
hombres, nos salvó, no por obras de justicia que
nosotros hubiéramos hecho, sino por su
misericordia, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el Espíritu
Santo, el cual derramó en nosotros
abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador,
para que justificados por su gracia, viniésemos a
ser herederos conforme a la esperanza de la vida
eterna” (Tito 3:3-7)
La labor de la iglesia es resaltar lo que Jesús hizo
por toda la humanidad en la cruz del calvario.
Nuestro mensaje debe estar centrado en su amor
y en su gracia para salvar al hombre de su pecado

22
y rebelión. Nuestro objetivo esencial es buscar
que todos se enfoquen en él.

2. Debe moverse en la Unción del Espíritu Santo


“Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador,
para que esté con vosotros para siempre: el
Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero
vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y
estará en vosotros” (Juan 14:16-17).
Cuando el Señor Jesús ascendió a los cielos quien
vino para estar con la iglesia fue el Espíritu Santo.
Él la cuida, la guía, la orienta y la fortalece. La
iglesia debe vivir en una atmósfera de unción y
poder que da el Espíritu Santo. Todo el poder que
la iglesia requiere está en la persona del Espíritu
Santo (Hechos 1:8).

3. Debe tener un fluir poderoso en la alabanza y


la exaltación al Señor: “Y vendrán con gritos de
gozo en lo alto de Sion, y correrán al bien de
Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al ganado de
las ovejas y de las vacas; y su alma será como
huerto de riego, y nunca más tendrán dolor.
Entonces la virgen se alegrará en la danza, los
jóvenes y los viejos juntamente; y cambiaré su
lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de su
dolor. Y el alma del sacerdote satisfaré con

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abundancia, y mi pueblo será saciado de mi bien,
dice Jehová” (Jeremías 31:10-13).
Una iglesia dinamizada por la presencia del Señor
Jesús será una iglesia adoradora, y que le da
libertad al Espíritu Santo para que él se mueva
con poder. Cuando el Espíritu Santo está activo
entre su pueblo, hay danza, adoración y
exaltación al Padre Celestial (2Corintios 3:17).

4. Es agresiva en la oración: “Así que Pedro


estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia
hacía sin cesar oración a Dios por él” (Hechos
12:5)
Todo logro que como iglesia pretendamos tener
está supeditado a la oración. Si la iglesia no es
agresiva e intensiva en su comunión con el Señor,
se verá opacada en sus esfuerzos por ingentes
que estos sean. La fuerza motriz de la iglesia es la
oración esforzada y continua de cada miembro
que la forma. Los cristianos debemos ser
“gozosos en la esperanza; sufridos en la
tribulación; constantes en la oración” (Romanos
12:12).
5. Su mayor prioridad es establecer el reino de
Dios en el corazón de los individuos: “Y esta es la
vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios
verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”
(Juan 17:3)

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Una iglesia sana no enfatiza sobre su doctrina, ni
su posición, ni se cree dueña absoluta de la
verdad. Su más grande prioridad es que cada
persona conozca a Jesús como salvador y Señor.
Una iglesia sana no es legalista, pero tampoco
libertina. Una iglesia sana mantiene su pureza
doctrinal, testimonial, confesional y vivencial por
encima de los antivalores que su entorno viva.

6. Forma el carácter de Cristo en los suyos:


“Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores
de parto, hasta que Cristo sea formado en
vosotros” (Gálatas 4:19)
La iglesia como ente transformador por el poder
del Dios viviente se esfuerza más en el ser de los
que la conforman, que en el hacer de ellos.
Cristo debe verse en cada acción nuestra. Su
carácter debe ser impreso en cada área de
nuestra vida para que el mundo le glorifique a él
por lo que es, y por lo que hace en cada uno de
nosotros.
“CASA DE DIOS Y PUERTA DEL CIELO”
GÉNESIS 28:10-22

Introducción:
Jacob nunca se imaginó que mientras huía de su
hermano Esaú, Dios le revelaría aspectos de su

25
gloria y lo que de alguna manera él esperaba de
Jacob. Cuando despertó del sueño que tuvo dijo:
“¡Cuan terrible es este lugar! No es otra cosa que
Casa de Dios y Puerta del Cielo” (v.17)
¿Que hace que un lugar llegue a ser “Casa de
Dios y puerta del cielo”?

1. Que en ese lugar haya visión (v.12)


“Y soñó”.
Usualmente nuestras grandes victorias
comienzan con un sueño. Un sueño es el anhelo,
el deseo que Dios pone en nuestro espíritu de
llegar o de alcanzar algo que se torna en una
meta para uno. Un sueño es un destino, una
meta, un propósito que nos inspira a proseguir,
que nos motiva a continuar. Es aquello que nos
da “chispa” y ánimos para no desmayar. Los
sueños se tornan en una pasión y la pasión es la
que nos empuja a avanzar sin desistir de lo que
anhelamos alcanzar. Quien no tiene un sueño, no
tendrá forma alguna para despertar en él la
pasión. Generalmente nuestros logros más
significativos comienzan con un sueño, un
anhelo, un deseo. No en vano la Palabra de Dios
nos anima a tener deseos en el corazón que Dios
pueda cumplir:

26
“Deléitate así mismo en Jehová, y él te concederá
las peticiones (deseos, sueños, anhelos) de tu
corazón” (Salmos 37:4).
Que triste resulta ver que a pesar de que “soñar
no cuesta nada”, muchos no tienen un sueño que
alcanzar. Y lo cierto es que cuando no se tiene un
destino, tampoco se encuentra el camino.
Cuando se pierde la visión, también se pierde la
pasión. Muchos no han alcanzado mejores logros
porque ya no tienen una visión de lo que quieren
ser o alcanzar. Note usted que a lo mejor Jacob ni
siquiera conocía el camino por donde iba, pero
una vez que tiene ese encuentro con Dios, sabe a
dónde debe llegar y lo logra porque Dios lo guio
(Génesis 29:1-14). Lo otro es que nunca olvidó ni
ese lugar ni esa experiencia (Génesis 31:11-13).
Nuestro destino está determinado por el sueño
que tengamos por alcanzar. Los que sueñan,
triunfan en la vida.

2. Que en ese lugar esté la presencia de Dios y la


acción del Espíritu Santo (v. 13-18)
Jacob vio a Dios en lo alto de la escalera y tuvo
conciencia de su presencia. Luego unge la piedra
y la levanta como señal de un hecho y una
declaración profética.
El aceite que él vertió sobre la piedra simboliza
dos cosas:

27
A. Que ese lugar era propiedad de Dios, que Dios
era el dueño (en el antiguo pacto, el ungir con
aceite simbolizaba que el lugar, la persona o el
objeto era propiedad de Dios). Jacob declara de
forma profética que en ese sitio había una oficina
del cielo en donde se revelaban detalles
importantísimos sobre la majestad del Señor.
B. Que habría un continuo fluir de poder del
Espíritu Santo.
El derramamiento de aceite simboliza el continuo
fluir del Espíritu de Dios que nos unge y nos
capacita para que hagamos lo que Dios espera
que hagamos. El aceite señala que necesitamos
“viscosidad espiritual” y “lubricación” en lo
ministerial
Pudiéramos contar con los mejores implementos
para adorar a Dios, pero eso no sería suficiente:
necesitaríamos el mover del Espíritu Santo y la
poderosa presencia activa de Dios para que el
Señor sea honrado con lo que hacemos.

3. Que se implementen cambios necesarios


cuando la ocasión lo amerite (v.19)
Jacob le cambió el nombre de “Luz” por “Bethel”.
Los cambios son necesarios y a veces, urgentes.
Aquel que quiera ver que en su iglesia y en su
ministerio suceden cosas distintas, tendrá que
hacer las cosas de forma distinta. A veces

28
tenemos 5, 10 o más años de estar haciendo las
cosas de la misma manera. Un año de
experiencia y 9 de estar repitiendo lo mismo.
Cultos rutinarios, actividades monótonas,
enseñanzas sin atractivo e interés alguno es lo
que más se ve en algunas congregaciones de
nuestro continente. Es ahí donde urgen los
cambios.
Jacob le cambió el nombre al lugar. Tal vez “Luz”
no le decía nada a él, pero “Bethel”, era ya otra
cosa, otra historia. ¿Qué cambios tendrá que
hacer usted en su vida, en la iglesia o en su
ministerio en procura de que se conviertan en
casa de Dios y puerta del cielo? No le dé temor
implementar los cambios que sean necesarios
para que el Señor sea glorificado y su ministerio
se haga y se vea más productivo. Mire que
cuando no se implementan cambios, los
resultados podrían ser infructuosos, a pesar de
todos los esfuerzos que podamos estar haciendo.
Los cambios que se pudieran implementar
obedecerían a los pocos resultados de los
métodos actuales. Se pueden implementar
cambios sin que se tenga que modificar la esencia
y la identidad de lo que somos y de la visón que
Dios nos haya dado.

29
4. Que haya personas fieles en lo financiero
(v.20-22)
¿De dónde había aprendido Jacob lo del diezmo?
¡De su abuelo Abraham y de su padre Isaac! Esto
no solo lo convirtió en un hombre próspero, sino
que además le aseguró el futuro a su
descendencia (Hebreos 7:4-9).
A una gran cantidad de cristianos les cuesta
admitir que en el orden de Dios el dinero juega
un papel determinante. Muchos de los anhelos
que una congregación pudiera tener, están
supeditados a la fidelidad financiera de sus
miembros. Cuando las personas fieles en lo
económico escasean, la iglesia se ve afectada en
los logros que desea. Pero la fidelidad financiera
a Dios prospera y permite el logro de las
expectativas más inminentes. La dación del
diezmo y las ofrendas hacen parte del culto y la
adoración que le ofrecemos al Señor (Proverbios
3:9-10).
Conclusión:
No tengo ninguna duda en creer que un lugar
destinado para adorar a Dios como aquel en el
que durmió Jacob se convierta en “casa de Dios y
puerta del Cielo” cuando se den las
características que aquí hemos señalado.
¿Cuántos lo creen? AMEN.

30
COMO ATRAER LAS BENDICIONES A NUESTRA
VIDA
“La bendición del que se iba a perder venía
sobre mí…” (Job 29:13)
Introducción:

31
Es innegable que en el mundo existen personas
que atraen la mala suerte sobre ellos, que se
levantan con el pie izquierdo como suele decirse,
que les va mal en casi todo, que atraen
desgracias. Así mismo hay también mucha gente
que atrae bendición tras bendición. ¿Qué hace
que uno atraiga sobre sí las bendiciones que no
llegaran a otros?
El texto de Job dice que las bendiciones que se
iban a perder pueden venir sobre nosotros. Diga
“amen”. Pero. ¿Qué debe hacer uno para que
esto suceda?

1. La gente que atrae la bendición son personas


libres: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os
hará libres” (Juan 8:32)
¿Cuántos de lo que me escuchan ahora son gente
libre? Todo lo que Dios hace es para libertarnos.
“conocerás la verdad y la verdad te hará libre”.
¿Qué es lo que te hace libre? La respuesta
correcta es la verdad que yo conozco, la verdad
que yo manejo, esa es la verdad que me hace
libre. Y digo esto porque he preguntado varias
veces al citar este texto qué te hace libre y la
mayoría responde: la verdad. Esa es la mitad de
la respuesta, porque la respuesta correcta es: el
conocimiento de la verdad; la verdad que yo

32
conozca, la que yo maneje; esto guarda relación
con lo dicho por el profeta antiguo:
“Mi pueblo pereció por falta de conocimiento”
(Oseas 4:6).
También dice la Palabra de Dios:
“Donde está el Espíritu de Dios, allí hay libertad”
(2ªCorintios 3:17).
Declare ahora con su boca: “libre, soy libre”. Dios
no solo nos llama a ser libres del pecado y las
cosas malas que podamos estar haciendo, sino
que también él nos invita a ser libres del orgullo,
de la soberbia, de la jactancia, de la amargura, el
odio, el rencor, el resentimiento, el negativismo y
de cualquier mala influencia que nos dañe:
“Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira,
gritería y maledicencia, y toda malicia” (Efesios
4:31)
Esos sentimientos de malestar que podamos
retener con nosotros no nos aportan nada
bueno. A ellos hay que despedirlos de nosotros
para siempre.
Mire que por retener esas malas “energías” como
algunos los llaman, perdemos amigos,
oportunidades, una mejor nota, un buen negocio,
una conexión de alto nivel y hasta una buena
relación de pareja se puede llegar a perder por
no ser libres de esas ataduras temperamentales.

33
Dios tendrá que lidiar con tu orgullo para que
seas libre. Una persona herida no está libre; una
persona resentida no está libre; una persona
vengativa no está libre. Una persona orgullosa,
vanidosa y prepotente no está libre. Por eso es
que no puedes atraer cosas buenas sobre ti, casi
todo te sale mal, y te sientes “salado”. Una
persona cautiva y atada en su corazón, va a
buscar trabajo y se pone el vestido de “pobrecito
de mí”, porque piensa que de esa manera se
conectará a su fuente. Pero escúcheme bien:
Nadie fuera de Dios es tu fuente; Tu fuente no es
la autocompasión ni la lástima que quieres
inspirar. Tu fuente de bendición es el Dios de los
cielos, y por eso es necesario que seas libre de
toda dependencia humana, libre de toda actitud
lastimera, libre de toda autoconmiseración y de
toda autoestima alicaída, porque si tu bendición
no viene de ahí, vendrá de acá; y si no viene de
acá, vendrá de allá, pero vendrá, porque tu
fuente no es la gente: la fuente tuya es Dios. Y él
dijo: “no te dejaré y no te desamparé”. Esa es la
gente que no le anda suplicando migajas a nadie,
es la gente que sabe porque sabe, que sabe que
“Jehová es su pastor ¡y nada, nada, nada le
faltara!”
Sepa que si alguien te va a dar algo, si alguien te
va a obsequiar alguna cosa o si te van a dar una

34
oportunidad laboral es porque inspiras bendición
y porque saben que cuentas con el potencial para
lograrlo y mereces lo que se te está dando, no
por lástima ni porque estén diciendo: “Ay
pobrecito vamos a ubicarlo por aquí” o “vamos a
darle esto que ya yo ni lo uso y antes de echarlo a
la basura, mejor démoselo a él o a ella”. Tenemos
el derecho a ser bendecidos porque somos libres
y la gente libre atrae bendición.
Diga conmigo: “Yo inspiro bendición, no lástima
porque soy libre”

2. La gente que atrae la bendición es gente


energizada: “No descuides el don que hay en ti,
que te fue dado mediante profecía con la
imposición de las manos del presbiterio”
(1Timoteo 4:14).
¿Cuántos quieren atraer las bendiciones? Si eso
quiere, usted tiene que estar energizado. La
Biblia cuenta la historia de un hombre llamado
Moisés que un día cualquiera Iba caminando,
guiando el rebaño de su suegro. Este Moisés
había sido criado en el palacio Egipcio, y después
de oler a reino, a gobierno, a palacio, ahora olía a
becerros, a ovejas, a desierto, y de repente vio
una zarza encendida en fuego que no se apagaba:
“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su
suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a

35
través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de
Dios. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una
llama de fuego en medio de una zarza; y él miró,
y vio que la zarza ardía en fuego, y la zarza no se
consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y
veré esta grande visión, por qué causa la zarza no
se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo
llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo:
¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y
dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies,
porque el lugar en que tú estás, tierra santa es”
(Éxodo 3:1-5)
Moisés se acercó, y el relato dice que desde la
zarza Dios le habló; y cuando Dios le habló,
Moisés se encendió, Moisés se energizó, y a
partir de allí comenzó una nueva etapa para él en
donde Dios nunca más dejaría de hablarle porque
Dios habla, Dios bendice a la gente energizada, a
la gente que está encendida, a la gente que tiene
fuego dentro de sí para hacer las cosas con
entusiasmo, con energía, con ganas. Gente que le
pone vida el atender a un cliente, al ofrecer un
producto, al estudiar para sacar una buena nota,
al cerrar un buen negocio, al dirigirse a sus
subalternos, al emprender una nueva jornada,
gente energizada. Muchos parecieran que
anduvieran todo el tiempo enfermos, pues se les
ve apagados, alicaídos, cabizbajos y ni que decir

36
de cómo hacen las cosas en esas condiciones. Su
negocio, su carrera profesional, su trabajo, sus
clientes, su empresa y todo cuanto dependa de
usted, necesita que ese Moisés que lleva por
dentro se despierte, se encienda y se energizen.
Efesios 1:11 que dice:
“En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido
predestinados conforme al propósito del que hace
todas las cosas según el designio de su voluntad”.
Fuimos elegidos según el propósito—el plan de
él, del que hace todas las cosas”; fuimos elegidos
por el plan de Dios que hace. La Palabra “que
hace”, en el original es “que energiza”. ¿Sabes
qué hace Dios cuando te llama? Te energiza. Te
electriza. Te llena de energía. Y dice Efesios 1:19:
“y cuál la supereminente grandeza de su poder
para con nosotros los que creemos, según la
operación del poder de su fuerza”.
En otras palabras está diciendo que su poder es
una fuerza grandiosa”, y la Palabra “fuerza” me
gusta porque significa “energía”. ¿Sabes que es el
poder de Dios? Es energía, y al primero que va a
energizar es a ti, para que puedas estudiar, servir,
atender a los clientes, sacar adelante tu empresa,
terminar ese posgrado, acabar ese proyecto,
montar ese almacén, abarcar nuevas zonas de
ventas, otras sucursales, etc. La gente con
energía de Dios atrae las bendiciones.

37
3. La gente que atrae la bendición es gente que
sabe dar: “Vino entonces un hombre de Baal-
salisa, el cual trajo al varón de Dios panes de
primicias, veinte panes de cebada, y trigo nuevo
en su espiga. Y él dijo: Da a la gente para que
coma. Y respondió su sirviente: ¿Cómo pondré
esto delante de cien hombres? Pero él volvió a
decir: Da a la gente para que coma, porque así ha
dicho Jehová: Comerán, y sobrará. Entonces lo
puso delante de ellos, y comieron, y les sobró,
conforme a la palabra de Jehová” (2 Reyes 4:42-
44).
Cuando este profeta llamado Eliseo llegó a Jericó
había hambre, había escasez de alimento y había
cien personas afectadas por la hambruna y solo
veinte panes que alguien había puesto en sus
manos. Este hombre anónimo de quien no
sabemos absolutamente nada en medio de tan
grande calamidad trajo 20 panes que pudo
habérselos guardado para sí. Pero en lugar de
quedárselos, se los entregó al profeta de Dios y lo
que él dio, el Señor lo usó para bendecir a sus
profetas.
Yo me imagino la enorme recompensa que vino
sobre este hombre. Debió ser muy grande pues
todo lo que el hombre siembra, eso mismo
recoge en proporciones singulares.

38
Hace mucho tiempo leí acerca de una tal Henry
Green. Ella fue una tacaña, la mujer más tacaña
del mundo. Nació en 1916. Llegó a acumular cien
millones de dólares… en esa época era
muchísimo, pero muchísimo dinero, y comía
avena fría para ahorrar el gasto de leña para
calentar el agua; su hijo se fracturó la pierna y se
demoró tanto buscando un hospital gratuito, que
la infección avanzó y le tuvieron que amputar la
pierna; ella se murió en una acalorada discusión
donde sostenía que la leche descremada—como
era más barata que la leche entera—era mejor;
se murió y dejó cien millones de dólares. Esa
gente miserable no atrae la bendición, porque la
gente que atrae es la gente que da.
En 1963 Edwards Lorenz descubrió lo que se
conoce como “el efecto mariposa”. Él se
preguntó, si las grandes causas se debían a
grandes efectos, y si las pequeñas causas se
debían a pequeños efectos. Y se preguntó si el
aleteo de una mariposa podría provocar un
huracán, y descubrió la ley de Lorenz, que dice:
“Todo es impredecible: un gran efecto puede
venir de un acto pequeño”. ¿Cuál es la
enseñanza? Una sonrisa, un abrazo, una llamada,
un “puedo colaborarle en algo”, un “Con mucho
gusto” un “que se le ofrece” “encantado de
servirle” “Cuente con eso”, un “Enseguida jefe”

39
puede ser el comienzo de un aleteo que traiga
una tormenta de bendición.
Pero la gente mezquina, egoísta, dura, tacaña
hasta para reír, la gente amarrada y mala onda,
casi nunca atraen bendiciones porque con su
mezquindad y tacañez las repelen.
Sean generosos y serán ampliamente
bendecidos.
Acuérdense de sembrar para que puedan
recoger.
Amigo empresario, jefe de personal, gerente
administrativo y cualquiera que ocupe un cargo
de mando, no se le olvide ser generoso con sus
subalternos. Por ahí de vez en cuando,
estimúlelos con un bono, un premio de
vacaciones, una ancheta familiar surtida u otro
estímulo, y tendrá gente mucho más dispuesta y
abierta a hacer lo que se les pida que cuando por
medio de la intimidación y el temor se les quiere
hacer rendir y maximizar en sus logros.

4. la gente que atrae las bendiciones sobre su


vida son personas de fe: “(como está escrito: Te
he puesto por padre de muchas gentes) delante
de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los
muertos, y llama las cosas que no son, como si
fuesen” (Romanos 4:17)

40
“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme
a lo que está escrito: Creí, por lo cual hablé,
nosotros también creemos, por lo cual también
hablamos” (2ªCorintios 4:13)

COMO ENFRENTAR EL DESÁNIMO

Introducción:
Hay muchas causas que hacen que nos
desanimemos y así nos apartamos del camino de
Dios.

41
Hubo muchos hombres de fe que se desanimaron
pero que recuperaron fuerza para hacer la
voluntad de Dios y triunfar sobre el mal.
En este estudio veremos algunas causas que nos
desaniman y veremos algunos personajes que se
desanimaron pero que no retrocedieron sino que
siguieron adelante, así nosotros debemos de
seguir adelante hasta el fin y no desmayar.
Dios no es el autor del desánimo sino Satanás, el
desea que nosotros nos desanimemos para
apartarnos de Dios, y cuando nosotros nos
apartamos Satanás nos gana la batalla.

ALGUNAS CAUSAS QUE NOS DESANIMAN


Algunas cosas que nos desaniman son:
1. Llevar cargas (Números.11:10-15).
Moisés tuvo que cargar con un pueblo muy
rebelde, y eso hizo que Moisés se desanimara.
Nosotros tenemos que llevar la carga los unos de
los otros. Gál.6:2. Y muchas veces eso nos
desanima porque no queremos ayudar a los
hermanos en sus problemas, no queremos llevar
la carga unos de los otros.
2. Una derrota (Josué.7:7-9).
El pueblo fue derrotado y por eso se
desanimaron por causa de esta derrota, al igual
nosotros cuando las cosas no nos salen como
nosotros pensamos, creemos que hemos sido
derrotados y nos desanimamos.
42
3. Cuando otros se oponen injustamente (1
Samuel 30:6)
Nos desaniman cuando la gente se opone
injustamente y comienza a hacernos daño.
4. El miedo (1 Reyes.19.4).
Muchas veces cuando nuestra vida está en
peligro por causa de Cristo esto nos desanima y
abandonamos el camino de Dios.
5. Cuando otros nos decepcionan
(1Reyes.19:10).
Otra de las causas que nos desaniman es cuando
otros no andan como Dios lo desea y eso hace
que nos desanimemos en esta lucha. Pero
nosotros tenemos que ver por nuestra salvación,
por nuestra alma. Porque cada uno dará cuenta
de sí (2 Corintios 5:10).
6. Cuando estamos enfermos (Isaías 38:9-20).
Cuando estamos enfermos y pedimos a Dios que
nos ayude y nuestra enfermedad no es curada
rápidamente eso nos desanima, pero debemos
de ser como Pablo que oraba al Señor para que le
quitara su aguijón. II Cor.12:8-9. Eso no nos debe
desanimar más bien nos debe de dar más fuerza
para confiar en Dios.

EJEMPLOS DE PERSONAJES QUE SE DESANIMARON


Veremos algunos personajes que se
desanimaron por algunas causas:

43
1. Moisés. Fue uno de los personajes que se
desanimó por causa de llevar al pueblo.
(Números 11:10-15).
Cuando el pueblo comenzó a pedir carne Moisés
se desanimó diciendo de dónde voy a sacar carne
para este pueblo. V.13.
2. El pueblo (Num.32:7-9). Cuando el pueblo
recibió el informe de los espías ellos se
desanimaron por la noticia de que allí había
hombres grandes de mucha fuerza y que no
podían conquistar estas tierras.
3. Josué (Josué.7:7-9). Josué se desanimó por
causa de la derrota que habían tenido.
4. David (1 Samuel.30:6). Cuando el pueblo lo iba
a apedrear se sintió muy angustiado.
5. Job (Job.3:1-26). Job es otro personaje que se
desanimó, aunque tuvo mucha paciencia, tuvo
desanimo pero ese desanimo no lo llevo a dejar a
Dios recupero fuerza y siguió adelante.
6. El Salmista. Salmos.42:5-11. El salmista está
muy angustiado deprimido, pero el confiaba en
Dios en su misericordia en su bondad.
7. Jeremías. Jeremías.20:7-18. Otro de los
profetas que también se desanimo fue Jeremías,
pero también él ponía su confianza en Dios.V.11.
8. Habacuc (Habacuc 4:1-4). También el profeta
menor Habacuc se desanimó, pero Dios le dio
fuerza para seguir adelante.

44
9. Pedro (Lucas 22:61-62). Después de haber
negado al Señor, Pedro se desanimó y lloro
amargamente. Pablo fue otro que se desanimó. II
Cor.7:5-7. Pero Pablo siguió su trabajo eso no le
impidió seguir al Señor a pesar de tantas
dificultades que él tuvo por causa de Cristo.
10. El Profeta Elías (1Reyes 19:3-4)
Hermanos estos son algunos ejemplos de
personajes de la Biblia que se desanimaron pero
que no retrocedieron sino que recobraron fuerza
para seguir en el camino del Señor, a si nosotros
debemos de recobrar fuerzas para seguir al Señor
fielmente hasta el final.

EL REMEDIÓ PARA EL DESANIMO.


El remedio para el desánimo es:
1. Volver nuestro corazón a Dios (Sal.42:1-11).
Debemos volver nuestro corazón a Dios ya que es
el único que nos puede ayudar a salir victorioso
sobre Satanás, debemos de estar siempre
confiando en él.
2. Echar las cargas sobre el Señor (Salmo 55:22; 1
Pedro.5:6-7). Debemos de dejarle nuestros
problemas a Dios que el haga lo que tiene que
hacer con nuestras dificultades, dejémosle todo a
Dios.

45
3. Debemos de confiar en el Señor (Proverbios
3:5-8). No seamos sabio en nuestros propios ojos.
V.7. Debemos de reconocer al Señor en todo.
4. Orar por toda preocupación (Filipenses 46-7).
Debemos de estar pidiendo a Dios siempre su
ayuda para que no estemos afanado por nada,
solo confiando en el vamos a salir victorioso
sobre Satanás.
5. Debemos de poner la mira en Cristo
(Hebreos.12:2-3). Debemos de poner nuestros
ojos en Cristo, considerar su ejemplo todo lo que
el sufrió por mí y así cobrar animo al verlo a él y
seguir su ejemplo, poniendo la mira solamente
en él.
Hermanos confiemos en Dios oremos a él
siempre ya que él tiene cuidado de nosotros y no
nos va a dejar solo en esta lucha. El dará la salida
a cualquier problema (1Corintios 10:13,
2Pedro.2:9). Así que si estamos desanimados
cobremos fuerzas para seguir adelante y triunfar
para obtener la vida eterna que nos ha sido
preparada allá en los cielos.

Conclusión:
El desánimo es uno de los males que ataca a los
miembros y que eso hace que muchos se retiren
de la iglesia.
Debemos de confiar en Dios para que él nos de la
fuerza y así salir triunfante en esta lucha contra
46
Satanás. No nos dejemos vencer por el
desánimo muchos hombres de fe se desanimaron
pero tomaron fuerza para continuar y no
desmayar en este camino imitemos su ejemplo.
Pongamos los ojos en Cristo para no
desanimarnos, seamos fieles a él.

COMO MINISTRAR EN EL DON DE SANIDAD


MARCOS 16:14-18
Introducción:
Jamás pensé que algún día tendría la oportunidad
de compartir sobre este tema. Hablar de sanidad
es un poco escabroso por lo mucho que se ha
especulado y abusado de este don. Gente
inescrupulosa e insensible ha abusado tanto de la
buena fe de muchos que creyeron en lo que

47
supuestamente venía de Dios, como también del
dolor de los enfermos y afligidos del cuerpo. No
tengo todas las respuestas del por qué no todos
se sanan, pero de una cosa si estoy seguro: DIOS
SIGUE SANANDO TODAVÍA. A pesar del abuso y
de la negativa de muchos en aceptar que el don
de sanidad divina aún está vigente, yo creo en la
sanidad no solo porque he visto a muchos ser
sanos, sino porque yo mismo he experimentado
el poder sanador de Dios tanto en mí como en mi
familia. Pero aún si nadie se sanara, yo seguiría
creyendo en la sanidad llana y sencillamente
porque la biblia dice que Dios es nuestro sanador.
Creo en la sanidad porque el sanar hace parte de
la naturaleza de Dios y porque la gente se sigue
enfermando, y mientras haya gente enferma,
habrá un Dios que sana. Amén.
El aumento de la ciencia y de la medicina
moderna no ha logrado erradicar las
enfermedades. Parece ser que mientras el
mundo exista habrá enfermos y mientras haya
enfermos, necesitaremos el don de la sanidad
para ministrar a estas personas.
¿Cómo ministrar sanidad?
1. entendiendo que las enfermedades no son
obra de Dios.
Las enfermedades tienen básicamente dos
orígenes:

48
A. Una causa directa: Satanás, el pecado, la
desobediencia
B. Una causa indirecta: mala alimentación,
poco ejercicio físico, mucha “comida chatarra”,
descuido en el uso de ciertos medicamentos, etc.

2. entendiendo que la sanidad está incluida en


la salvación.
Así como Jesús pagó por nuestro pecado,
también llevó sobre su cuerpo nuestras
enfermedades (Isaías 53:4-5; Mateo 8:17; 1Pedro
2:24).
Dios no está interesado en nuestro bienestar
espiritual solamente, sino en el físico también.

3. active su fe para que pueda creer que la


sanidad física es obra de Dios.
Si su fe no lo lleva a mirar a Dios como su
sanador, difícilmente podrá ejercitar este don. Si
su fe le alcanza para creer en la salvación, debe
alcanzarle para creer en la sanidad. Recuerde que
en la vida cristiana todo está supeditado a la fe

4. interprete el mover sanador de Dios.


En la medida que medita en la Palabra de Dios se
dará cuenta que en ella hay un registro
abrumador de los cientos de casos en los que
Dios obró en sanidad física. El Espíritu Santo

49
tiende a crear tiempos de sanidad dado a su
continuo mover en beneficio de los que creen.
Cuando la atmósfera para obrar en milagros está
lista, tenemos que ser sensibles a lo que Dios
quiere hacer. Muchas veces no vemos más
milagros y sanidades porque se ha perdido la
expectativa por lo sobrenatural. Si tienes la
costumbre de obrar en sanidades, el Señor te
indicará el momento en el que comiences a
declarar lo que él está haciendo. Nunca olvides
que sólo somos intérpretes de lo que Dios hace.

5. considere siempre las siguientes verdades:


A. Ninguno de nosotros sana
B. En ocasiones, no todos los enfermos se
sanarán
C. No confundamos emocionalismo con fe.
D. No busque impresionar o llamar la atención
sobre usted. No se trata de cuanto nos usa Dios,
sino de tener compasión por quienes sufren.
E. No hagamos del don de Sanidad algo esotérico,
misterioso, al punto que la gente pudiera creer
que si ahora Dios nos usa es porque hemos
atravesado la dimensión desconocida. Haga que
la gente mire a Dios como el sanador, no a usted
como alguien súper espiritual.

50
F. No tenemos nada que ver en los milagros y en
las sanidades que Dios haga. Tan solo somos
intérpretes de lo que él hace.
G. Seamos sensibles al dolor de quienes sufren y
por compasión, deseemos que ellos sean sanos
para su bien, no para tu engrandecimiento y
reconocimiento.
H. Tenga siempre presente que quien sana es el
Señor y no nuestra oración. La oración no es para
sanar, es para interactuar con Dios.

¿CÓMO PROCEDER PARA MINISTRAR SANIDAD?


1. Ate a los espíritus que enferman
2. Hábleles a las enfermedades con autoridad y
trátelas como espíritus o entes que tienen vida.
3. Permítale al Señor ministrar. Deje que él
comience a hacer lo suyo. Espere el momento en
el que el poder de Dios se haga presente y esté
obrando en sanidad.
4. Vaya declarando las sanidades que el Espíritu
Santo le indique a su espíritu que él está
haciendo. El pondrá un sentir fuerte sobre lo que
usted debe decir. No le dé temor y declárelo.
5. Espere ver milagros y sanidades y rete a la
gente a testificar de lo que Dios esté haciendo.

51
COMO TENER GRANDES RESULTADOS EN LO
QUE EMPRENDAMOS
Filipenses 2:12-18.
Introducción:
Son muchos los que creen que los buenos
resultados que podamos tener en lo que
emprendemos están relacionados con la buena
suerte que tengamos. Suerte es lo que cree
necesitar el que no sabe lo que tiene ni hacia a
dónde quiere llegar. Éxito es lo que obtiene el

52
que sabe lo que quiere y para donde va. ¿De que
dependen nuestros logros?

1. Todo cuanto emprenda, hágalo bien y con


amor (1Corintios 16:14)
Muchos no alcanzan a destacarse en lo que
realizan porque lo hacen de forma mediocre y
regular. Cada uno debe procurar desarrollar lo
suyo apuntando hacia lo excelente. El más grande
enemigo que tiene lo excelente es lo regular.
Repita conmigo: “El enemigo de lo excelente es lo
regular”. Una gran mayoría de personas no
obtienen lo que desean por hacer las cosas de
forma regular. No superan el promedio y no se
esfuerzan por ir tras lo excelente. Se contentan
con ser buenos padres, buenos hijos, estudiantes
regulares, pastores más o menos buenos, cuando
Dios nos ha llamado a lograr lo nuestro con
excelencia. Pastores excelentes, padres
excelentes, esposos excelentes, hijos excelentes,
empleados excelentes, empresarios excelentes,
comerciantes excelentes, profesionales
excelentes, etc. Quienes realizan sus cosas con
excelencia lo hacen en un contexto de mucha
entrega, sacrificio, ganas y amor. Pero muchos
son los que al momento de estar haciendo algo
aún en bien suyo, lo hacen a regañadientes,
malgeniados, murmurando y creando un mal

53
ambiente en su entorno. Dígale al que tiene a su
lado: “Deja tanta murmuradera y haz las cosas de
forma excelente”

2. Establezca la ley de la prioridad en su vida y


en sus acciones (Mateo 6:33; Colosenses 3:23)
Esta ley señala que cuando es Dios quien
gobierna nuestra vida, nuestras acciones se
enfocaran hacia aquello que realce su reino. A
esto se le llama tener “mentalidad de reino”. Es
cuando emprendemos grandes proyectos
esperando grandes resultados; es cuando
tenemos grandes ideas y buscamos crear
soluciones en donde aparentemente no las hay.
Tener mentalidad de reino es sobreponernos a
las circunstancias y no hundirnos en ellas. Esto
nos librará de tener una mentalidad chichipata,
reducida y conflictiva.

3. Dele valor a las cosas pequeñas porque ellas


lo catapultaran hacia las más significativas
(Mateo 18:10-14)
Note usted en el texto leído que lo estaba
perdido en si no era lo oveja. Era el valor por las
cosas pequeñas. Cuando perdemos el valor por lo
pequeño, perderemos lo más significativo.
Alguien dijo: no menosprecies una vela porque

54
ella hará lo que el sol no puede hacer en las
noches: alumbrar.
Nadie pierde algo grande si primero no perdió el
valor por lo pequeño. Ejemplo: el trabajo, el
hogar, la empresa, las riquezas, los amigos, etc.

¡COMO Y PARA QUE BENDICE EL SEÑOR?

Introducción:
1. Dios siempre bendice por causa de su favor
que él despliega hacia quien le agrada.
Si hay algo que necesitamos de forma pronta y
urgente, es el favor de Dios. Su favor no es otra
cosa que su gracia, su amor, su beneplácito y su
complacencia en quienes le agradan. El favor de
Dios no nos es dado por lo que somos, sino a
pesar de lo que somos. Note usted como Jacob le

55
dio a su hijo José una túnica de colores con la que
le estaba mostrando su favoritismo. Y no se la dio
por lo que era, sino a pesar de lo que era, pues
José era como el soplón, “el sapo” de la familia
que contaba las impertinencias de sus hermanos
(Génesis 37:2)
2. Dios siempre bendice como respuesta a un
acto de fe (Santiago 2:17; Hebreos 11:6)
Todo acto de fe provoca la bendición del Señor.

3. Dios siempre bendice cuando alguien sella la


palabra que el haya dado (Jueces 6:11-18;
Génesis 15:8-9)

¿PARA QUE BENDICE EL SEÑOR?


1. Para que mostremos que servirle al Señor es
muy ventajoso (Malaquías 3:17-18).

2. Para que disfrutemos de forma personal lo


que él nos provee (1Timoteo 6:17).

3. Para que los nuestros den todo crédito al


Señor y se hagan partícipes de lo que él nos da
(1Timoteo 5:8).

4. Para que seamos generosos y compasivos con


quienes lo necesiten (Proverbios 11:24-25)

56
5. Para que invirtamos en su obra (Lucas 8:1-3)

EL CAMINO HACIA LA BENDICIÓN


(Salmo 37:5,7a)
Introducción:
Sé lo que es experimentar esa angustia que nos
da cuando muchas veces no sabemos por qué no
recibimos las bendiciones o las respuestas a
nuestras oraciones de parte de Dios; nos
esforzamos por agradarle y aun así no hay
respuesta. Algunos han llegado a negar a Dios por
la falta de una respuesta oportuna a sus
problemas; otros ya ni quieren saber nada de él.

57
Si prestamos atención a los versículos del Salmo
en mención, hallaremos la respuesta. El rey David
nos señala cinco pasos a tener en cuenta para
recibir el favor de Dios. Estos pasos son:
"Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y
él hará. Guarda silencio ante Jehová, y espera en
él"
1. “Encomienda a Jehová tu camino” … Lo
primero que debemos hacer es poner nuestra
vida, nuestros proyectos, nuestros anhelos y
todas nuestras expectativas en las manos del
Señor para que él sea el alfarero y moldee
nuestra existencia y nuestros logros según sus
propósitos divinos. Poner nuestra vida a
disposición del Señor, implica poner en sus
manos todo lo que concerniente a nuestro
futuro, nuestros problemas, nuestras angustias,
nuestros dolores y aún nuestra economía. No
podemos ser mezquinos y poner únicamente lo
que nos sobra de nuestra existencia, de nuestros
dones y de nuestra economía en sus manos. Si
queremos recibir bendición o algún favor de
parte de Dios, debemos darle toda nuestra vida.
En ocasiones solo queremos recibir bendiciones
pero no estamos dispuestos a poner de nuestra
parte. El Señor Jesús dijo que separados de él no
llegaríamos a ningún lado, ni nada haríamos.
(Juan 15:5)

58
2. “Y confía en él” … Este segundo paso es muy
importante tenerlo en cuenta, porque confiar en
él es depender de forma absoluta de nuestro
Dios. Si hemos puesto toda nuestra vida en sus
manos, debemos confiar que él obrará según su
voluntad. Él tiene planes para nosotros y estos
son de paz, de bienestar y no de mal (Jeremías
29:11). Nuestra fe debe ser firme, sabiendo que
Dios es bueno y que está siempre atento a
nuestras súplicas y necesidades; nos perdona y
nos da una nueva oportunidad para servirle. No
debemos dudar de su amor y de su poder.
Confiar en él es mantener la calma ante la crisis
que nos quiere desesperar, es saber que él va a
proveer el dinero que necesitamos, que sanará la
dolencia o la enfermedad que tengamos y que
esa situación de pareja o de familia que se nos
salió de las manos, él la solucionará. Repita
conmigo: “Yo le creo a Dios”. Diga conmigo: “El
primer interesado en que a mí me vaya bien en
todo es Dios”. Diga: “Por lo tanto, Yo le creo a
Dios y me irá bien” Amén. Muchos confiaron en
el Señor y nunca fueron defraudados, supieron
esperar en él. Esos son los miles de testigos de
ayer y de hoy. Lamentablemente hay otras
personas que ponen su confianza en cosas,
personas o ídolos, creyendo que así lograrán
realizar sus deseos. Pero sabemos que muchos

59
han fracasado en ese intento y luego de haber
ido de un lugar a otro, han vuelto a los pies del
Señor. Gastaron su dinero y su tiempo buscando
la felicidad y solo lograron más sufrimiento. En la
Biblia hay muchos pasajes que nos invitan a
confiar en Dios y solo en él. No olvidemos nunca
de poner nuestra confianza en nuestro Dios, a
pesar de la duda o las dificultades. Si hemos
puesto nuestra vida en Dios, confiemos en él.

3. “Y él hará…” Este tercer paso es consecuencia


del anterior. Siempre la respuesta de Dios es real
y oportuna. Él actúa con poder sobre toda
adversidad o dolor. Venció a Satanás y a la
muerte; todo su poder es infinito y no hay nada
que se oponga a su voluntad. Para Dios no hay
nada imposible (Lucas 1:37), así podemos
comprobarlo a través de la historia salvífica en
diversos personajes y hechos históricos (Noé,
Abraham, Moisés, Ana, el Éxodo, la resurrección
de Cristo, etc.). La palabra de Dios tiene poder
desde la Creación hasta nuestros días y hasta el
fin del mundo. Muchos son los que pueden dar
testimonio del poder de Dios en sus vidas.
Enfermos sanados, marginados sociales
restituidos, drogadictos y alcohólicos liberados
del vicio, prostitutas y homosexuales
regenerados, delincuentes rehabilitados,
pecadores perdonados, etc. Todos ellos y ellas
60
dan testimonio de la gracia redentora de nuestro
Dios. Confiaron en las promesas del Señor:
"Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y
se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe;
y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá"
(Mateo 7:7-8).

4. “Guarda silencio ante Jehová…” El cuarto paso


no siempre solemos practicarlo; vivimos tan
apresurados que no hay tiempo para nada, ni
siquiera para nosotros mismos, y como resultado
tampoco hay tiempo para las cosas de Dios. El
silencio ha sido siempre una actitud para
escuchar la voz de Dios (Deuteronomio 27:9;
Lamentaciones 3:26; Apocalipsis 8:1). En el
silencio después de hablar con Dios podemos oír
la voz redentora de nuestro Dios y conocer su
voluntad para nuestras vidas. Callar es tener un
tiempo de reflexión personal, tiempo para revisar
nuestras fallas y pedir perdón. Tiempo para que
miremos hacia adentro de nuestro corazón y
darnos cuenta que nos está diciendo el Señor.
Callar es sosegar el alma de los agites y
amarguras que a veces vivimos. Sin embargo,
muchos de nosotros no tomamos en cuenta este
aspecto en nuestra vida, solemos hablar y hablar;
y si nos piden un minuto de silencio no sabemos
que hacer, nos desesperamos ante el vacío, ante
el silencio. El mundo corre tan rápido y en forma
61
tan ruidosa, que ya nos hemos acostumbrados,
ya no hay tiempo para orar, para una vigilia, para
cantar alabanzas, para leer la Palabra y
reflexionar, pues todo está convulsionado. Nos
quejamos de todo, reclamamos a Dios resultados,
pero no somos capaces de guardar silencio y
esperar.

5. “Y espera en él…” Saber esperar no es parte de


nuestra disciplina, pues si algo no se recibe de
inmediato, nos ponemos nerviosos o nos
desesperamos. El quinto paso que nos sugiere el
rey David en este salmo es la capacidad de saber
esperar la respuesta de Dios. A lo largo de la
Biblia vemos este consejo como práctica (1 Cr.
5:20; Job 13:15; 14:14; Sal. 5:3; 22:4; 37:40; Is.
8:17; 30:18; 1 Ts. 1:9-10). Hoy el mundo nos
induce que todo debe tener resultados
inmediatos, todo se mide por los resultados
obtenidos, hasta los asuntos de la fe también
pasa por esta premisa secular. A Dios se le pone a
prueba, si responde de inmediato a nuestros
ruegos, es un Dios verdadero, pero si no
responde en el acto, entonces es un Dios que no
nos escucha. Algunos han llegado al extremo de
llegar a confiar en cosas, personas, filosofías,
santeros o cualquier charlatán para lograr ser
felices. No saben aguardar un momento, no
saben esperar, quieren ya, ahora, no mañana.
62
Olvidan que los tiempos de Dios no son nuestros
tiempos y él responde según su voluntad, y esta
respuesta puede ser hoy o mañana. Por la fe es
que el creyente sabe esperar y no desespera.

Conclusión:
Si queremos ser felices de verdad, debemos
tener en cuenta estos cinco pasos; si sentimos
que Dios no nos escucha o no recibimos
bendición, debemos preguntarnos en cuál de los
pasos estoy fallando. La Iglesia también debe
tener en cuenta estos cincos pasos en el
cumplimiento de su misión. Muchos se
preguntan, ¿por qué no crecemos, por qué no
desarrollamos? La respuesta está ahí, a la mano.
Pon en práctica estos cincos pasos y verás los
resultados asombrosos que Dios nos tiene
preparado. Cúmplelos y serás feliz. ¡Que Dios te
bendiga! Amén.

63
EL MINISTERIO DE ORACIÓN DE JESÚS
Marcos 1:35
Introducción:
A muchos cristianos les cuesta orar. En lugar de
ser un deleite, la oración se les ha tornado en una
carga pesada que no les trae la libertad que la
Biblia dice que experimentamos cuando
intimamos con el Señor. Esto se debe a que aún
no hemos comprendido la esencia y el propósito
de la oración. Para entenderla un poco, debemos
analizar el lugar que el Señor Jesús le asignó en
su vida y en su ministerio
La oración (esa íntima relación que establecemos
con Dios) se torna mucho más interesante
cuando miramos que Jesús la practicaba sin

64
cesar. Para él era fundamental porque buscaba
restaurarle al género humano los derechos
perdidos por su desobediencia en el jardín del
Edén.
1. Antes de comenzar su ministerio como tal,
pasó 40 días orando y ayunando:
“Y después de haber ayunado cuarenta días y
cuarenta noches, tuvo hambre” (Mateo 4:2).
2. Al iniciar su ministerio, Cristo Jesús lo hizo
dependiendo de su comunión con el Padre:
Leamos Marcos 1:35:
"Levantándose muy de mañana, siendo aún muy
oscuro, salió y se fue a un lugar muy desierto, y
allí oraba".
3. En la escogencia de sus discípulos, pasó toda
una noche orando:
“En aquellos días él fue al monte a orar; y pasó la
noche orando a Dios. Y cuando era de día llamó a
sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los
cuales también llamó apóstoles” (Lucas 6:12-13)
4. A la mitad de su ministerio, después de
alimentar milagrosamente a los cinco mil, leemos
en Mateo 14:23:
"Despedida la multitud, subió al monte a orar
aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo".
5. Solía pasar largos tiempos de oración en
lugares solitarios:

65
“Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba”
(Lucas 5:16)
6. Al final de su ministerio terrenal, Lucas nos
dice lo siguiente:
"y saliendo, se fue como solía, al Monte de Los
Olivos... Cuando llegó a aquel lugar, les dijo (a sus
discípulos): "Orad que no entréis en tentación"
(Lucas 22:39-40).
7. Aún en la cruz vemos a Jesús orando (Lucas
23:34, 46). Mientras moría dijo:
"Consumado es" (Juan 19:30), y sin embargo, su
muerte no marcó el fin de su ministerio de
oración, pues Hebreos 7:25 nos dice que el
ministerio de Jesús en el cielo hoy es de
intercesión:
"Por lo cual también puede salvar
perpetuamente a los que por El se acercan a
Dios, viviendo siempre para interceder por ellos".
El ministerio continuo de Cristo Jesús en el cielo
es de oración. Mientras estuvo aquí en la tierra
nos mostró que para él la oración era:
1. Prioritaria: “Levantándose muy de mañana,
siendo aún muy oscuro…oraba” (Marcos 1:35).
Si usted lee los versículos anteriores, notará que
Jesús estuvo ministrando hasta altas horas de la
madrugada en el pueblo de Capernaum (Marcos
1:32-34; Lucas 4:40-41). Sin embargo, madrugó a
orar por lo prioritario que le era la oración. ¿Será

66
que la oración y el deseo de intimar con Dios
ocupan el primer lugar en el corazón nuestro? ¿Si
somos de los que madrugan a orar? Pueda que
muchos madruguen a hacer tantas cosas, pero
casi nunca a orar. Isaías declaró:
“Con mi alma te he deseado en la noche, y en
tanto que me dure el espíritu dentro de mí,
madrugaré a buscarte…” (Isaías 26:9). Somos
nosotros quienes determinamos cuanto nos
interesa el Señor. Creo que uno desea estar
donde está su enamorado, y cuando de verdad
amamos a Dios, desearemos estar con él. El
grado de prioridad determinará la intimidad.
2. Insustituible: “…se fue a un lugar desierto, y allí
oraba” (Marcos 1:35b).
La oración no es una opción. Es una impuesta
necesidad. Jesús pudo amanecer descansando y
durmiendo hasta tarde en la mañana ya que en la
noche anterior había ministrado a todo un
pueblo y de seguro que en lo físico debió haber
quedado extenuado. No obstante, madrugó a
orar porque nada podía reemplazar su intimidad
con el Padre. Josué fue engañado por los de
Gabaón cuando tomó decisiones sin haber
consultado con Dios. (Josué 9:14-16). El profeta
Elías salió huyendo de Jezabel cuando no oró y
permitió que las amenazas de esta impía mujer lo
amedrentaran. (1° Reyes19-1-3) Todo lo que nos

67
lleva a dejar la oración de lado, nos acorralará y
nos conducirá al fracaso. Nada por lo tanto puede
reemplazar nuestra intimidad con el Señor.
Debemos orar cada mañana como si nada
hubiera pasado hoy. La oración no tiene
sustitutos.
3. Una disciplina: “Levantándose muy de mañana,
siendo aún muy oscuro…” (Marcos 1:35ª) “Y
saliendo se fue, como solía, al Monte de los
Olivos…y puesto de rodillas, oró” (Lucas 22: 39-
41).
Cuando la oración deja de ser una carga y se
convierte en una disciplina, entonces se torna
poderosa y efectiva. Lo que hace que algo se
torne en una disciplina es la práctica diaria y
constante de lo mismo. Jesús no oraba
ocasionalmente. Lo suyo era una costumbre. Y
toda costumbre bien aplicada se convierte en ley.
Muchos no alcanzan más por lo inconstantes que
son en la oración. Nada nos cuesta tanto como
convertir la oración en una disciplina. En
ocasiones, solo oramos cuando sentimos orar
como si la vida cristiana dependiera tanto de lo
que uno sienta o deje de sentir. La voz dominante
de nuestro peregrinar en Cristo la lleva la
obediencia que nace por la oración. Sin obedecer
no podemos orar, y sin orar no podemos
tampoco obedecer. La oración y la obediencia

68
viajan juntas por la misma vía y hacia el mismo
propósito. Jesús nunca hubiera podido madrugar
ese día después de semejante ministración en la
noche si la oración no hubiera sido una disciplina
para él.
4. El eje y motor de su visión: “Y hallándole, le
dijeron: Todos te buscan. El les dijo: Vamos a los
lugares vecinos, para que predique también allí,
porque para esto he venido” (Marcos 1:37-38).
Asombra el equilibrio y las proporciones que el
Señor mantenía en su ministerio. ¿No le hubiera
sido más fácil quedarse con aquellos que ya le
conocían y le habían visto hacer maravillas la
noche anterior que irse a otros lugares vecinos a
predicar y ministrar a la gente? Aun cuando a él
le hubiera gustado quedarse allí, parece ser que
mientras oraba recibió la orden del Padre de ir a
otros lugares. La oración hará que Dios nos
encause y encamine hacia dónde y hacia lo que él
nos quiere guiar. Cuando permanecemos en su
presencia, él nos dirá a donde desea que nos
movamos y qué espera que hagamos. El apóstol
Pablo vivió una experiencia parecida (Hechos
16:6-10) y fue guiado por Dios a Macedonia aun
cuando él tenía planeado ir a Bitinia. Mediante la
oración recibimos dirección.
5. Lo que le hacía comprender que no todo lo
bueno era bueno: “El les dijo: Vamos a los lugares

69
vecinos para que predique también allí…”
(Marcos 1:38ª).
En esos otros lugares tenía mucho por hacer y
percibió que irse era muchísimo mejor que
quedarse con los que le buscaban. Estar con ellos
era bueno, pero irse a otros lugares a predicar,
era mucho mejor. Toda vez que nos
mantengamos en línea con Dios por la oración, el
Señor nos mostrará que no todo lo bueno es
bueno, y que él siempre nos guiará a hacer lo que
es mejor para el reino y para el desarrollo de lo
que espera que hagamos.
El Espíritu Santo y la oración
Cristo Jesús nos ha dado el Espíritu Santo para
capacitarnos cuando oramos (Romanos 8:26-27).
El primer interesado en que oremos es el Espíritu
santo a quien el Señor Jesucristo envió para que
nos ayudara en ello y nos condujera por el
sendero de la victoria espiritual y ministerial. El
Espíritu Santo cumple a cabalidad su misión
guiándonos a una profusa intimidad con el Padre
por medio de una vida disciplinada en la oración.
¿Cómo lo hace?
Primero, el Espíritu Santo hace nacer dentro de
nosotros el deseo de orar.
Segundo, mientras obedecemos, el deseo
madura dentro de nosotros y se mueve a un nivel

70
de santa disciplina. La oración ya no será una
rutina, sino una disciplina.
Después de que nos disciplinamos a nosotros
mismos para aprender a orar, la oración se
mueve a un tercer nivel y es el deleite: ¡Nos
deleitamos en hacer su voluntad! En el nivel del
deleite no hay fastidio, ni sueño, ni cansancio, ni
pesadez, ni anomalía alguna que nos incomode.
Por el contrario, entre más oremos, mejor nos
sentiremos y mejor nos irá en todo cuanto
emprendamos. El Espíritu Santo es quien produce
la sensibilidad para que oremos y la tenacidad
para que persistamos en ello con mucho regocijo.
Pero no todos alcanzan a llegar a este nivel por
falta de disciplina. Casi no tenemos en cuenta
que así como la disciplina es necesaria en el
ámbito de los ejercicios físicos, también es
necesaria en la oración cuando se quiere
incrementar nuestra comunión con el Señor. En
este contexto de intimidad, deleite y disciplina, el
Espíritu Santo se manifiesta con poder sobre
nuestra vida y ministerio y nos revela su carácter
y naturaleza, pues él es Espíritu de verdad (Juan
14:17).
La Biblia y la oración
A través de su Palabra Dios nos insta a orar:
1. Sin cesar (1ª Tesalonicenses 5: 17).
2. Sin desmayar (Lucas 18:1-8)

71
3. En todo tiempo (Efesios 6:18)
4. En todo lugar (1ª Timoteo 2:8).
5. Sin tregua alguna (Romanos 12:12).
Entre más meditamos en la Palabra de Dios más
nos damos cuenta que es imposible conocer su
contenido sin que nos sintamos impulsados a
orar. La oración nos prepara para conocer la
revelación de Dios manifiesta en su ley, y la
lectura, la asimilación y comprensión de esta
revelación nos lleva a la oración. Oramos con
base en su Palabra y por su Palabra, somos
llevados a la oración.
Grandes hombres de Dios: Profunda vida de
oración
La oración hace grande a los hombres que la
practican. La oración es el lenguaje de la fe que
nos comunica con el cielo y hace que el cielo se
mueva. Todo cuanto Dios pueda hacer, lo hará en
respuesta a la oración. Cuando no se ora, se le
impide a Dios hacer lo suyo.
Todos los grandes hombres de Dios fueron y han
sido grandes hombres de oración. ¿Lo será
usted? ¿Estaremos por debajo de este
requerimiento que nos hace el Señor? Los anales
de la historia contienen registros de hombres
poderosos en la oración con los que Dios mostró
al mundo que vivir para él y servirle, es lo mejor
que nos pueda pasar. Espacio faltaría para

72
mencionar a Abraham, Moisés, Josué, Samuel,
David, Elías, Daniel, Jeremías, Pablo, Martín
Lutero, Juan Wesley, Edward Bounds, Eduardo
Payson, David Brainerd, Carlos Simeón
Cambridge, George Muller, Carlos Spurgeón, D.
Moody, Carlos Finney, George Fox, F.B. Meyer,
Richard Baxter, Matthew Henry, George
Whitefield, Robert Murray McCheyne, Gordón
Watt y cientos de miles que han probado que la
oración surte efecto.
Algunos me han llegado a decir: Pero, ¿Y por qué
orar tanto, si al fin y al cabo, Dios lo sabe todo
mucho antes de que uno se lo pida?
Y es ahí precisamente donde radica el gran
problema para muchos: en que usan la oración
sólo para pedir; ¡Y orar es mucho más profundo
que una simple petición! ¡Orar es tener
comunión e intimidad con el Señor! Orar es
reconocer nuestra total dependencia de Dios. ¡En
la cotidianidad de la oración comprendemos
cuanto dependemos y cuánto necesitamos a
Dios! Orar es interactuar con Dios. Es el ejercicio
más elevado de autoridad que podamos
desarrollar mientras nos mantengamos cercanos
al Señor. La necesidad de orar nace de la
comprensión del propósito que Dios se ha
trazado con la humanidad. Cuando descubrimos
lo que Dios busca hacer mediante la práctica de

73
la oración, entonces reconocemos la necesidad
de orar en todo tiempo.
Es muy triste mirar que algunos sólo se acuerdan
de "buscar al Señor" en oración cuando tienen
una necesidad apremiante, o cuando desean que
el Señor les provea un nuevo trabajo; que les dé
para comprar un carro nuevo, que los sane si han
venido padeciendo de alguna enfermedad, etc.
Pero del resto, poco es el tiempo y las veces que
usan para estar en la presencia del Señor y, ¡Sin
una profunda comunión con Dios no hay
bendición! Si no somos personas de oración, todo
cuanto hagamos podría ser calificado como obras
de hipocresía y todas nuestras buenas
intenciones no tendrían la rectitud requerida.
La oración y la unción
Dios no quiso que los suyos estuvieran
desprovistos de un arma con la que se
enfrentaran a Satanás y su reino, y estableció la
unción—que es el investimento de poder que
Dios hace sobre los hombres de oración— para
que lo lograran. La unción—ese roce intimo con
el poder y la gloria de Dios— es lo que nos
capacita y habilita para ejercer nuestro llamado
con autoridad y poder sobre el reino de las
tinieblas. La unción es lo que hace posible que
todo yugo de maldad y cautiverio se rompa
cuando ministramos bajo su cobertura (Isaías

74
10:27; Lucas 4:18-19). Este investimento de
poder viene cuando intimamos con Dios. No le
buscamos para que simplemente nos unja, pero
él nos unge cuando le buscamos. La unción es ese
fuego, esa fuerza de convicción, ese “donaire” de
fortaleza y vitalidad que se manifiesta cuando
permanecemos en su presencia. La unción hace
al predicador. Y la oración es el medio para que la
unción descienda. Pero la unción no es una
paloma que bate sus alas contra los cristales para
entrar en el alma del predicador, sino que tiene
que ser perseguida y alcanzada.
Un ministro del evangelio sin unción es como un
candelabro sin luz y sin resplandor alguno. Como
la oración, la unción es insustituible en la vida de
todo siervo del Señor. La teología nos da
herramientas para que le sirvamos mejor al
señor, pero la unción es el poder que nos es dado
para que los corazones de los oyentes sean
cautivados para Dios. Si un ministro del evangelio
no tiene una fuerte unción aún hasta para dar un
anuncio en la congregación, le sería mejor que se
dedicará hacer otra cosa en la que no se le
exigiera tanto. Un ministro sin unción produce
cadáveres vivientes. La unción es el poder de
Dios que da vida y se manifiesta cuando hay
hombres y mujeres que no solo la ansían, sino
que la buscan con pasión y ahínco hasta tenerla

75
en su vida. La unción es la medalla divina
concedida al predicador que como soldado ha
luchado en oración y ha obtenido la victoria. La
victoria no se obtiene en el pulpito disparando
descargas intelectuales, sino en el retiro de la
oración.
¿Por qué orar?
Es la Biblia la que nos da la respuesta:
1. Oramos porque Él ha prometido respondernos.
Jeremías 33:3 dice "Clama a mí y yo te
responderé y te enseñaré cosas grandes y ocultas
que tú conoces".
2. Oramos porque en la oración se da un mutuo
acercamiento entre Dios y el hombre. Dice el
Salmo 145: 18 "Cercano está Jehová a todos los
que le invocan de veras".
3. Oramos porque en la oración nos despojamos
de todas nuestras cargas. El Salmo 55:22 dice:
"Echa sobre Jehová tu carga y El te sustentará; no
dejará para siempre caído al justo". (Léase
también Filipenses 4:6-7).
4. Oramos porque Dios nos invita a acercamos a
él con plena confianza. En el Libro de los Hebreos
4:16 se lee: "Acerquémonos, pues,
confiadamente al trono de la Gracia, para
alcanzar misericordia, y hallar Gracia para el
oportuno socorro".

76
5. Oramos porque El nos oye. Dice 1ª de Juan
5:14: "y ésta es la confianza que tenemos en El,
que si pedimos alguna cosa conforme a su
voluntad, él nos oye".
6. Oramos porque Dios quiere que lo hagamos.
En el primer libro de crónicas se lee: “Buscad a
Jehová y su poder; buscad su rostro
continuamente” (véase también 1ª Timoteo 2:8).
7. Oramos para que nuestra debilidad se
convierta en fortaleza y para que Cristo habite en
nosotros. Efesios 3:16-17 dice: “Para que os dé,
conforme a las riquezas de su gloria, el ser
fortalecidos con poder en el hombre interior por
su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en
vuestros corazones…”
8. Oramos porque mediante la oración
facultamos el ejercicio del poder de Dios no solo
para bien nuestro, si no también para cuantos
lleguen a necesitarlo. El profeta Ezequiel declaró:
“Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado
y que se pusiese en la brecha delante de mí, a
favor de la tierra, para que yo no la destruyese; y
no lo hallé” (Ezequiel 22:30).
9. Oramos porque mediante la oración
desarrollamos un gran nivel de intimidad con
Dios en razón de lo que él es y no tan sólo por lo
que nos pueda dar. El salmista nos dice: “…mi
alma tiene sed de mi, mi carne te anhela…para

77
ver tu poder y tu gloria…” (Salmos 63:1b,-2ª). El
mayor anhelo de un cristiano es ahondar en su
comunión con Dios para conocerle mejor como
persona y no sólo esperando recibir lo que Dios le
pueda dar.
10. Oramos porque la oración produce
resultados. Santiago 5:16 nos dice: “…la oración
eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16b).
La palabra “eficaz” significa que funciona, que es
relevante, que produce resultados y que es
confiable. La oración no funciona para quien la
subestima y para el que no ora.
Conclusión:
Podríamos seguir citando muchas más razones
por las cuales orar, pero creo que todo verdadero
cristiano, no necesita tantos argumentos cuando
de veras se ha acercado al Señor y ha sido testigo
de su poder y gloria y ansía ver a Dios haciendo lo
que sólo él puede y quiere hacer.

78
EL PODER DE LA BENDICIÓN
Génesis 27:34-41

En el idioma hebreo el verbo que se usa para


bendecir es BARUCH. Uno de los significados
básicos para esa palabra es: facultar para
prosperar. Así, bendecir a alguien es dar
autorización para que él o ella prosperen. Cuando
un padre bendice a su hijo, literalmente lo está
autorizando que “tenga un viaje placentero y
satisfactorio por la vida”.
Así que cuando se usa la palabra bendecir, se
está hablando de prosperar, desarrollarse y ser
bien exitoso. Por otro lado maldecir, sería
incapacitar o inhabilitar para que alguien no
tenga éxito ni tampoco un viaje placentero por el
camino de la vida.

La bendición familiar
Los padres tienen en la mano una llave poderosa
para el futuro de sus hijos. Desafortunadamente

79
muchos de ellos han fallado al no tener
conocimiento de la descripción de su trabajo.
Dios ha colocado a los padres como agentes
especiales de Dios para llevar la bendición a sus
hijos por medio de Jesucristo (Génesis 12:3).
El propósito de Dios en la venida de Jesucristo
era redimirnos de la maldición de la ley y
bendecir a todas las familias de la tierra (Gálatas
3:8-14).
La bendición familiar incluye palabras de
afirmación que atribuyen un alto valor; calidad de
tiempo que hace a la persona sentirse amado(a);
cuidado y servicio como señal de afecto, cariño y
protección; regalos que independientemente del
costo muestran que nos importa la relación; y el
toque indispensable para quien pretende
visualizar un futuro especial, y también como
señal de compromiso activo para que la
bendición se lleve a cabo.
Lamentablemente muchos de los padres han
ignorado la importancia de sus funciones y del
poder de la bendición (Oseas 4:6).
Bendecir significa impartir la imagen de Dios de
identidad y destino sobre los hijos.
Dios tiene un mensaje para aquellos que son sus
hijos por medio de Jesucristo:
Identidad: “Tú eres muy valioso para mí y vales la
vida de Jesucristo. Tú eres alguien especial.

80
Tienes tu lugar en la vida. Desde antes de la
fundación del mundo Yo había planeado tu
existencia. No fuiste un error”.
Destino: “Tienes un gran propósito en la vida.
Serás exitoso como persona y estás totalmente
equipado y adaptado para llevar a cabo mi
propósito. Pon tu vida en mis manos y
permíteme llevar a cabo grandes cosas para tu
vida”.
La bendición de los padres es la mayor riqueza
para los hijos porque el mensaje de Dios de
identidad y destino les faculta para prosperar.
“La bendición de Jehová es la que enriquece, y no
añade tristeza con ella” (Proverbios 10:22).

Consecuencias de la ausencia de bendición


Los hijos deben ser bendecidos aun cuando están
en el vientre de la madre (Salmos 127:3), durante
la infancia y en especial en la pubertad. Caso
contrario nacen y se desarrollan “castrados”
psíquica y emocionalmente (Mateo 19:12).
La Biblia menciona que por la desobediencia de
los padres los hijos nacen con maldición
(Deuteronomio 5:9; Deuteronomio 28:1-4, 15-
18).
Otros niños son maldecidos a través del rechazo,
no son bien recibidos y cuidados por sus padres
en el momento de nacer, o por haber nacido con

81
el “sexo errado”. Las consecuencias serán
terribles: miedo, inseguridad, rebeldía, lucha por
volverse aquello que sus padres deseaban
(homosexualismo y lesbianismo).
Otros son maldecidos en la infancia a través del
abandono de los padres (o uno de ellos). Otros
sufren traumas en esa edad o están heridos en su
identidad por los insultos o apodos que le han
puesto.
Otros son maldecidos en la pubertad porque los
padres los han golpeado o han sido disciplinados
injustamente. (En el intento de corregir el
comportamiento del muchacho muchos padres
maldicen su identidad).
Por la ausencia de bendición muchas parejas
comenzaron mal su matrimonio, y otros no
pueden unirse a su cónyuge porque continúan
atados a los padres (Génesis 2:24).
Los padres que han rechazado a sus hijos y han
maldecido su identidad pueden provocar dos
reacciones en ellos:
1. Aislarse del padre y la madre y separarlos de su
vida personal.
2. Continuar luchando por la bendición del padre
y la madre

Libres para bendecir

82
La bendición es una fuerza poderosa que el
mismo Jesucristo necesitó de su padre antes de
iniciar su vida de poder y milagros (Lucas 3:21-
22).
La bendición es un valor eterno, “una senda
antigua” que se ha perdido en muchos hogares, y
Dios está pidiendo que volvamos a retomar esa
senda (Jeremías 6:16).
Por medio de Jesucristo somos capacitados para
poner en práctica este valor tan poderoso en
reuniones informales con nuestra familia y
también en fiestas de bodas (bodas de plata),
cuando se cumplen años de casados, y en la
transición de la fase de la adolescencia a la fase
adulta (13 - 15 años),
Busquemos como Jacob la bendición de la
primogenitura (Génesis 27:31-34), porque por
medio de Jesús, el Primogénito, todos somos
bendecidos.
(Colosenses 1:15-20).

83
EL PODER DE UNA OFRENDA DE PACTO
2Crónicas 29:10

Introducción:
Para que podamos entender mucho mejor esta
enseñanza, definamos que es un Pacto:
“convenio, acuerdo, alianza entre quienes
procuran garantizar un bien mutuo, en este caso,
entre Dios y el hombre y viceversa”.
La Biblia nos habla de cuatro clases de ofrendas:
1. La voluntaria: La que se da de forma corriente
y usualmente sin mucha exigencia. Es la ofrenda
de casi siempre y en cantidades menores
(2ªCorintios 9:7)
2. La sacrificial: Es la ofrenda que como su
nombre lo indica, exige un poco de sacrificio al
momento de entregarse (1ºCrónicas 21:16-27)
3. La Memorial: Es la ofrenda que por su tamaño
queda grabada por siempre en la memoria del
Señor (Mateo 26:6-13).

84
4. La de Pacto: sobre esta quiero hablar en este
día.

1. ¿QUE ES UNA OFRENDA DE PACTO?


Es la ofrenda que se le da al Señor frente a una
situación específica que urge, que demanda una
respuesta concreta sobre lo que uno pide. La
ofrenda de pacto es aquella que se le da al Señor
“Por todo lo que uno desea” (Deuteronomio
14:26).
Ejemplos de ofrendas de pactos:
La del rey Ezequías (2ºCrónicas 29:3-10)
¿En qué consistió dicha ofrenda?
28 animales entregados en sacrificio (v.20-21)
¿Qué resultados produjo? (v.22-35)
A. Judá fue librado de Senaquerib (32:1-19)
B. Ezequías fue sanado de una enfermedad
(32:24-26)
C. Fue restaurado en su comunión con el Señor
luego que se enalteció (v.25-26)
D. Provocó que el pueblo lo bendijera
económicamente (v.22-23)
Este todavía es un principio para tener en cuenta
(Lucas 6:38).
Pero no fue la única ofrenda que él diera. Véase
2ºCrónicas 31:2-7)
La de Gedeón (Jueces 6:1-26)
A. dio a conocer a Gedeón (v.12)

85
B. Lo sacó de la ruina y la miseria (v.15-18)
C. Le dio revelación del carácter de Dios (v.24)
D. Fue promocionado a ser juez en Israel
E. Lo libró de la esclavitud de los Madianitas.

2. ¿CUÁNDO DEBEMOS DAR UNA OFRENDA DE


PACTO?
A. Cuando nuestras finanzas estén por el suelo
(Jueces 6:6)
B. Cuando cunde la pobreza y la escasez (v.15-18)
C. Cuando las necesidades son mayores que los
recursos (1º Reyes 17:8-16)
D. Cuando no veamos progreso en lo que
hacemos (2ºCrónicas 24:4-11)
E. Cuando se desea tener algo y no haya forma de
tenerlo (Deuteronomio 14:26)
F. Cuando haya una enfermedad de por medio
(2ºCrónicas 30:18-20,24)
G. Cuando se quiera estabilidad laboral y
económica (Job 22:27-28)
H. Para asegurar el futuro de los hijos (Hebreos
7:1-10).
I. Para que fluya la abundancia (1ºReyes 17: 13-
16)
J. Cuando queramos conocer la voluntad de Dios
sobre un aspecto particular (1ºSamuel 9:1-10).

86
k. Para reforzar aquello por lo que ya se haya
pactado (Esdras 4:4-7; 6:14-18;

3. ¿QUE PUEDE SER DADO COMO UNA


OFRENDA DE PACTO?
A. Dinero (Deuteronomio 14:26; Lucas 8:1-3)
B. Casa, aptos, lotes, etc. (Levítico 27:14-19;
2ºReyes 4:10)
C. Vehículos, carros, motos, y medios de
transporte (Números 7:1-8; Nehemías 7:68-70a)
D. Animales (Números 7: 87-88; 2ºCrónicas
29:32)
E. Joyas, prendas, alhajas (Éxodo 35:22)
F. Enseres, muebles, electrodomésticos (Éxodo
38:8; Números 7:12-14; Nehemías 7: 70-72)
G. Ropa, calzado, vestido (Éxodo 35:23; Esdras
2:68-70)
H. Perfumes, colonias (Éxodo 35:28; Juan 12:3)

4. ¿A QUIEN DARLE LA OFRENDA DE PACTO? ¿A


DONDE LA PODEMOS LLEVAR?

Quiero señalar tres clases de terrenos:


A. Los Ministros del evangelio (1ªCorintios 9:1-
14; Gálatas 6:6)
B. Los Ministerios establecidos y reconocidos
(2ªCorintios 11:7-10)
C. Para la obra de Dios (2ªCorintios 8:20-9:8).

87
EL PODER DEL DIEZMO
Deuteronomio 14:22

El tema del diezmo siempre ha levantado muchas


“ampollas”. Es un tema bastante controversial.
Pocos son los que les gusta oír sobre esto por lo
que implica. No hay doctrina más distorsionada,
criticada e impedida que el tema de los diezmos.
Para quien no está acostumbrado a entregarlos,
es tema que le provoca dolores de cabeza y para
quien los da a medias es un tema que no le
inspira mucha confianza. Y para nosotros los
pastores es uno de esos temas no muy favoritos
que poco abordamos para no incomodar a
nuestra gente. El argumento que más se esgrime
en su contra es la errónea afirmación de que su
práctica apareció con la ley dada por Moisés
cuando en realidad todo lo que Moisés hizo fue
normatizarlo debido a su asidua práctica en el
contexto Judío. Era tan relevante su entrega que

88
cuando el pueblo suspendió la dación del diezmo,
Dios mismo tomó cartas en el asunto y no solo lo
llamó un robo que se le hacía él, sino que
también se atrevió a comprometer su carácter de
proveedor al hacer las siguientes declaraciones:
“…Probadme ahora en esto, dice Jehová de los
ejércitos, si no os abriré las ventanas de los
cielos, y derramaré sobre vosotros bendición
hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10b)

¿DONDE COMENZÓ EL DIEZMO?


A juicio mío el diezmo comenzó en el mismo
huerto del Edén donde estuvieron Adán y Eva.
Con la prohibición que el Señor les hiciera de no
comer el fruto del árbol del bien y del mal, Dios le
estaba enseñando a nuestros primeros
ascendentes y por ende a nosotros, que hay una
parte de todo lo que él nos ha dado que no nos
pertenece y que nos corresponde no hacer
ningún uso de ello (Léase Génesis 2:15-17). Así
como el comer del fruto arrojó a Adán y Eva del
paraíso, los que no dan su diezmo también son
afectados en sus bendiciones. “La serpiente te
dirá que puedes comerte, que puedes usar lo que
no te pertenece”. Dígale al que tiene a su lado:
“cuidado con la serpiente”.
Otro ejemplo que me llama la atención es cuando
Caín y Abel quisieron cada uno honrar al Señor

89
con sus respectivas ofrendas. Leamos el texto:
Génesis 4:3-7.
Note usted que Dios no rechazó la ofrenda de
Caín. Él primero rechazó a Caín y a su ofrenda.
Cuando Dios rechaza a alguien como persona—
por decirlo de alguna manera— todo lo que esa
persona haga, quedara descartado para el Señor.
La pregunta es: ¿Por qué rechazó Dios a Caín?
¿Qué de malo había en la ofrenda que Caín trajo
si la biblia misma dice que él trajo lo mejor del
fruto de la tierra? Para que lo entendamos
tenemos que leer el versículo 21 del capítulo 3:
“Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer
túnicas de pieles, y los vistió”.
Lo que implica entonces que hubo un sacrificio
de animales para que Dios cubriera la desnudez
de ambos. ¿Qué necesidad había de este
sacrificio? La misma biblia responde:
“Y sin derramamiento de sangre no se hace
perdón de pecados” (hebreos 9:22).
Queda claro entonces que lo que hizo que Dios
rechazara a Caín fue el hecho de que él no trajera
lo correspondiente a su condición. ¿Con qué
tenía que presentarse él y su hermano Abel?
¡Con una ofrenda de sangre!
¿Con qué tiene que honrar un cristiano al Señor
para probar que sus finanzas le pertenecen a
Dios? ¡Con sus diezmos! Así lo enseña la Biblia.

90
Léase Proverbios 3:9. Repita conmigo: “Todo lo
que yo honre, eso me bendice”.
Por eso fue que Abraham honró a Melquisedec
con su diezmo, y ¿qué hizo Melquisedec?
¡Bendijo a Abraham! Leamos Génesis 14:17-20.
Cada vez que usted honra a Dios con su diezmo,
el sacerdote, el siervo de Dios tiene que proferir
una palabra de bendición sobre usted. Y si no lo
hace, reclámesela que usted está en todo su
derecho de ser bendecido. Aleluya.

LO QUE JESUS ENSEÑÓ SOBRE EL DIEZMO


A todas estas, ¿qué enseñó Jesús sobre el
diezmo? ¿Será que Jesús diezmó alguna vez?
Veamos algunos textos bíblicos para que
saquemos nuestras propias conclusiones.
Mateo 5:17-20; Juan 8:46; Mateo 23:23.
EL Señor Jesús no solo enseñó del diezmo sino
que lo practicó al afirmar que nadie lo podía
juzgar de alguna cosa indebida.
¿Es el diezmo un asunto de la ley? Sinceramente
yo no lo creo. No sé si notó que cuando
Melquisedec vino a Abraham le ofreció dos cosas.
¿Cuáles fueron? ¡Pan y vino! Y ¿Cuáles son los
dos elementos del nuevo pacto? ¡Pan y vino!
(Mateo 26:26-29).
Por lo tanto el diezmo es un asunto más de la
gracia que de la ley. Ahora fíjese en esto. Si

91
estando bajo la ley la gente diezmaba, ¿Cómo no
hacerlo ahora que ya no estamos en la ley de la
obligación, sino en la ley donde impera el amor?
¿Quiere que le diga algo asombroso? YO NO DOY
DIEZMO. ..Pero no me mal entienda, pues
tampoco me los robo. ¿Cómo así? Mire, como
quiera que ya no estamos bajo la ley, note usted
lo que yo hago. Si yo me gané 300 dólares esta
semana, la ley dice que me corresponde entregar
30 dólares. Pero como yo no estoy bajo la ley
porque ya la obligación fue abolida por el amor,
entonces doy los 30 que la ley me dice que debo
dar y le agrego 5 0 10 dólares más mostrar que la
gracia está por encima de la ley. ¡Aleluya! ¿Lo
entendió? Por eso es que cuando alguien se roba
los diezmos, ni siquiera está bajo el régimen de la
ley, y ¿Cómo espera que Dios le bendiga
económicamente cuando ni siquiera está dando
el diezmo que es lo que la ley exige?
¿Alguna vez se ha cepillado los dientes con
Colgate? La historia dice que Colgate le daba a
Dios el 90% de sus ganancias y él vivía con el 10%
restante. Mire cuantas otras cremas dentífricas
han salido al mercado y Colgate nunca ha
desaparecido ni desaparecerá porque esa es la
muestra clara de que Dios Honra a los que le
honran. Amén.

92
¿QUIENES DEBEN DIEZMAR?
Según las sagradas escrituras, toda persona que
devenga un sueldo o recibe una ganancia o
administra un dinero en calidad de propiedad,
está llamado a diezmar, incluyéndonos a
nosotros los pastores. Leamos los siguientes
textos bíblicos: 1a Corintios 16:2; Números 18:25-
29.
¿Qué pasa cuando prestamos un dinero y lo
invertimos en algo concreto? ¿Debo diezmar ese
dinero siendo que no es mío sino que me lo
prestaron? Algunos lo diezman, pero lo legal es
diezmar las ganancias que se obtengan a partir
de la inversión que se haya hecho.

¿A DONDE SE DEBE LLEVAR EL DIEZMO?


Según la norma bíblica, las personas aptas para
recibir los diezmos son los pastores y ministros
del evangelio que por causa de su llamado y por
la unción de Dios sobre ellos, tienen este derecho
(Números 18:8,21), para que “coman hasta
saciarse y vistan espléndidamente” (Isaías
23:18b) Me fascina la forma en que los judíos
entregan sus diezmos. Es toda una ceremonia
con declaraciones proféticas de alto nivel. Véalo
en Deuteronomio 26:12-15.
Observe lo que ellos diezmaban y lo que la misma
Biblia muestra sobre la dación de los diezmos:

93
Levítico 27:30-34; Mateo 23:23. Vea por usted
mismo que el único diezmo que Dios no recibe es
el de las prostitutas porque eso las llevaría a
prostituirse más (Deuteronomio 23:17-18).

¿QUE BENEFICIOS CONCRETOS RECIBIMOS POR


EL HECHO DE DIEZMAR?
1. Somos librados de maldiciones financieras y de
otras índoles (Malaquías 3:9-10).
2. Prueba nuestra obediencia y fidelidad
financiera (Malaquías 3:10b, Proverbios 3:9-10;
Hebreos 7:89).
3. abre las ventanas de los cielos (Malaquías
3:10c).
4. Trae sobreabundancia (Malaquías 3:10d)
5. Provoca que Dios se vea obligado a tomar
como suyo el conflicto que libramos contra el
devorador (Malaquías 3:11a)
El devorador pudiera ser las deudas, las
enfermedades, la quiebra del negocio, la escasez,
las bendiciones retenidas y el acoso de Satanás
en vernos angustiados y desesperados por la
situación financiera que podamos estar pasando.
El diezmo es un poder liberador a nuestra
disposición.
6. Hace que nuestros campos y nuestros negocios
sean rentables y productivos (Malaquías 3:11b;
Job 1:10a; Deuteronomio 26:12-15)

94
7. nos hace ser tierra deseable en la que todos
querrán invertir (Malaquías 3:12).
Somos tan buena tierra que observe lo siguiente:
Si yo me gano 300 dólares y doy 30 de diezmo,
¿Cuánto me quedan a mí? Sé que usted
respondió que 270 dólares. Pero no, en realidad
me quedan los 30 dólares que le di al Señor pues
los otros 270 me los gasto en varias cosas y lo
único que Dios me multiplicará serán los 30 que
le entregué a él. En cuestiones de fidelidad, lo
poco se vuelve mucho en tanto que lo mucho es
poco cuando se vive en desobediencia. ¿Me hice
entender? Las cosas valen dependiendo en
manos de quienes estén. Ejemplo el niño que le
trajo los panes a Jesús.

Conclusión:
¿Necesitará un buen cristiano más argumentos
que los que la Palabra de Dios presenta para
gozar de una buenísima libertad financiera
cuando tales oportunidades están a nuestro
alcance?
Rev. HECTOR FAVIO ORTEGA

95
¿EN QUE HAS CONVERTIDO TU VIDA
CRISTIANA?
Mateo 15:8-9
1. En una falsedad religiosa
Hoy día muchos profesan se cristianos pero no
reflejan a Cristo en sus vidas. Llevan la Biblia bajo
el brazo, son puntuales para llegar a las
celebraciones de culto, danzan y alaban al Señor.
Incluso exteriorizan a la perfección la jerga
evangélica: “Dios le bendiga”, “Hermana ¿Cómo
van las cosas? ¿Bendecido? ” “¡Gloria a Dios!”, y
cuantas frases y palabras identifican a los
creyentes. Sin embargo, dentro no dejan que
Jesucristo obre la verdadera transformación de
sus vidas. Son cristianos de fachada. Muestran
una imagen, pero sus acciones distan mucho de
testimoniar el amor de Dios. Esa actitud hipócrita
es la que ha causado un enorme daño al pueblo
cristiano. Bien se anticipó nuestro amado Señor
Jesucristo al decir: “Así que por sus frutos los
conoceréis. No todo el que me dice: “Señor,
Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino sólo
el que hace la voluntad de mi padre que está en

96
el cielo” (Mateo 7:20, 21 Nueva Versión
Internacional).
Le ofrezco dos alternativas: la primera, si se
ofendió, puede cerrar este artículo e ir en busca
de otro que le diga cosas bonitas; la segunda,
déjese confrontar por la palabra de Dios y
¡Comience el cambio hoy!

CRISTIANOS ÍNTEGROS
Una sociedad descompuesta, donde presidentes,
políticos, industriales, líderes religiosos,
financista y profesionales evidencian decadencia
moral, corrupción y carencia de principios y
valores, demanda cristianos íntegros. Jesús lo
sintetizó así: “Asegúrate de que la luz que crees
tener no sea oscuridad” (Lucas 11:35). “Ustedes
son la luz del mundo...Hagan brillar su luz delante
de todos, para que ellos puedan ver las buenas
obras de ustedes y alaben al padre que está en el
cielo” (Lucas 11:35 y Mateo 5:14a, 16 NVI).
¿Recuerda a Daniel, el joven hebreo llevado a la
corte real de Babilonia? Quizá deba leer de nuevo
la historia. La encontrará en el capítulo 6 del libro
de Daniel. A partir de allí, le compartiré unos
sencillos principios que deben caracterizar a un
cristiano íntegro en medio de una sociedad
corrupta.

BUSCAR LA EXCELENCIA
97
Un cristiano que se limita a cumplir
exclusivamente con lo que le corresponde y
generalmente no colabora cuando le piden ayuda
en algo extra, está lejos de un principio que
hallamos en la historia de Daniel.: “Y tanto se
distinguió Daniel por sus extraordinarias
cualidades administrativas, que el rey pensó
ponerlo al frente de todo el reino” (versículo 3).
Hay personas que se ufanan de ser cristianas,
pero son quienes menos colaboran en su puesto
de trabajo, llegan tarde a laborar y son los
primeros en irse, como si salieran huyendo. No
demuestran solidaridad con sus compañeros. Ni
siquiera desarrollan sentido de pertenencia por la
empresa en la que están laborando. Trabajan por
que les pagan su salario, pero no con una
auténtica vocación de servicio.
Para tales creyentes el apóstol pablo escribió:”
“Hagan lo que hagan, trabajen de buena gana,
como para el Señor y no como para nadie de este
mundo”(Colosenses 3:23). En resumen, en su
desempeño secular el cristiano camina hacia la
excelencia.

CRISTIANOS INTACHABLES
Quienes rodeaban a Daniel, hombres impíos, sin
Dios y sin ley, se sentían molestos por la actitud
sincera y transparente de este joven. Era un

98
verdadero ejemplo en todo, ya que aunque
buscaban algo de qué acusarlo, se veían
frustrados: “más no podían hallar alguna ocasión
ni falta, porque él era fiel, y ningún vicio ni falta
fue en él hallado”(versículo 4b. Versión Reina –
Valera, 1909).
¿Sabe lo que esto significa? Que este joven era
hasta tal punto transparente, que nadie,
absolutamente nadie, podía encontrar motivo
para recriminarle. Jamás olvide que usted es
cristiano no sólo en la intimidad de su habitación,
sino en lugares en los que piensa que nadie lo
conoce o identifica.
Con demasiada frecuencia personas a quienes no
creo conocer o definitivamente no recuerdo, me
saludan efusivamente: “Hola pastor ¿Se acuerda
de mi? Lo conocí en tal o cual lugar donde usted
dio algunas conferencias”. Ellos quedaron con mi
rostro grabado en su mente. ¿Se imagina qué
ocurriría si en el aparente anonimato no cuidara
mi testimonio de fe? Nunca sabemos quién nos
conoce. No lo olvide.

CRISTIANOS A PESAR DE LA ADVERSIDAD


La pregunta le cayó por sorpresa. Se encontraba
con varios amigos. “¿Eres cristiano evangélico?”
Se sonrojó. No sabía qué decir. Bebió con rapidez
parte del refresco, en tanto pensaba. Por fin

99
respondió. Lo hizo con decisión, sin asomo de
temor o incomodidad: “¡Si, soy cristiano
evangélico hace tiempo ya! Tuve una experiencia
personal con Jesucristo antes de ingresar a la
universidad”.
Algunos callaron, otros por el contrario llovieron
con preguntas. Allí en la cafetería, testimonió a
sus amigos del poder de Jesucristo.
Muchos por temor a las críticas, las burlas o a
perder popularidad, temen decir que son
creyentes. Llevan la Biblia escondida en una
maleta. Son cristianos en “lo secreto”. Sin
embargo Daniel, aunque había un decreto que
buscaba cerrarle el paso y encontrar motivo para
acusarle, siguió testimoniando de su fe, sin
reparar en el qué dirán.
Dice la Escritura que: “Cuando Daniel se enteró
de la publicación del decreto, se fue a su casa y
subió a su dormitorio, cuyas ventanas se abrían
en dirección a Jerusalén. Allí se arrodilló y se
puso a orar y alabar a Dios, pues tenía por
costumbre orar tres veces al día”(versículo 10
Nueva Versión
Internacional). Sin temor, firme en sus
convicciones. Esa es justamente una de las
demandas del cristiano: ser firme en Cristo así las
circunstancias sean adversas.

100
¿CÓMO ES TU DIOS?
Si realizáramos una encuesta entre muchos
cristianos con la pregunta: “¿Cómo es tu Dios?”,
nos llevaríamos sorpresas ingratas. Querámoslo o
no, cada uno tiene su propia imagen de Dios. ¿Y
cómo encaja esto en el tema de Daniel? Los
enemigos de Daniel (siempre habrá personas que
quieren poner tropiezo) lograron que en
consonancia con un decreto de los persas, de
carácter transitorio y concebido sólo para hacerle
tropezar, fuera condenado al foso de leones, muy
a pesar del rey. Un día después el monarca va
hasta el foso y formula una pregunta de suma
importancia:” Daniel, siervo del Dios viviente,
¿Pudo tu Dios, a quien siempre sirves, salvarte de
los leones?” (Versículo 10).
Observe de nuevo la pregunta. Permítame hacer
énfasis en el término:”¿Pudo?”. Ahora le
pregunto:”¿Qué puede hacer su Dios?”. De su
respuesta depende qué puede o no ocurrir en su
existencia. Si cree que Dios puede transformar
vidas y obrar milagros, de seguro los verá.
¿Qué puede hacer su Dios? Puede hacer que
desde hoy, usted sea un auténtico cristiano,
dejando a un lado la actitud de ser medio

101
mundano y medio evangélico, sin hipocresía, con
transparencia.
Sólo basta que reconozca que el Señor puede
hacer esa obra en su existencia. Jamás olvide que
hacen falta cristianos íntegros en medio de una
sociedad corrupta.
2. una rutina frustrante
3. Una distracción de momento
4. Un tranquilizante de tu conciencia
5. Una experiencia de templo

LO QUE NUESTRA VIDA CRISTIANA DEBERÍA SER


1. un continuo derroche de libertad (Gálatas 5:1)
2. un continuo derroche de júbilo (Jeremías 31:
12-14)
3. Una expectación de vida (propósito, proyecto,
plan, motivo, razón) Salmo 138:8; Filipenses 1:6
4. una exhibición de poder para lo sobrenatural
(Hechos 1:8; 2Timoteo 1:6-7)

102
COMO DERROTAR A GOLIAT
Pastor Héctor Favio Ortega
Lectura Principal: 1 Samuel 17: 45 – 47

CARACTERISTICAS DE GOLIAT
Cualquiera que sea el “Goliat” que estemos
enfrentando (escasez, enfermedad, infelicidad
matrimonial, etc) siempre tendrá las mismas
características. No se olvide que a lo largo de
nuestro andar cristianos nos tendremos que
enfrentar con diversos “goliats”. Por eso
necesitamos saber cuáles eran sus características:
1. APARECIÓ EN LA ESCENA PARA MOSTRAR SU
DIMENSIÓN GRANDE (17:4)
“Salió entonces del campamento de los filisteos
un paladín, el cual se llamaba Goliat…”
Goliat vino solo sin que nadie lo llamase. Así
sucede en nuestras vidas: Los gigantes aparecen
de repente y se presentan como superiores a
nuestras posibilidades y a nuestro Dios.
2. SE PARÓ FRENTE A TODO ISRAEL (17:8)
“Y se paró frente…a los escuadrones de Israel”

103
Es decir, se paró o plantó firme como para
estacionarse allí y quedarse a vivir para siempre.
Así sucede en nuestras vidas: Ellos pretenden
hacernos creer que nunca se retirarán.
3. DIJO PALABRAS DESAFIANTES (17:8-10)
“… y dio voces… diciéndoles…Hoy yo he
desafiado al campamento de Israel…”
Así como sucedió en ese tiempo, hoy hacen lo
mismo: Nos dicen: - Esta escasez nunca se va a ir
de tu vida -, - Vas a morir de esta enfermedad -, -
tu familia ya no tiene solución, etc – Son palabras
que, si las escuchamos y las aceptamos, apagan la
fe y nos hacen caer en incredulidad.
Estas 3 características intimidantes de Goliat
originaron dos cosas en el pueblo (17:11):
“Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del
filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.”
• Turbación, es decir, confusión; alteración,
desorden;
• Gran miedo, es decir, pánico incontrolable.
El Espíritu Santo le está hablando a usted, en este
momento, para que conozca de antemano cuales
son las características del Goliat que viene a
desafiar su vida, para que usted no se deje
amedrentar ni asustar. Si caemos en turbación y
gran miedo, hemos perdido la batalla.

104
OBSTACULOS QUE DEBEMOS SUPERAR ANTES DE
VENCER A GOLIAT

1. EL HERMANO MAYOR (17:28)


“Y oyéndole hablar Eliab su hermano mayor…”
David fue a llevarle alimentos a sus hermanos y
ello se enojaron con él, lo menospreciaron y…
¡hasta le dijeron que era orgulloso y malo! El
hermano mayor era un familiar directo. Aquí
aprendemos que el primer obstáculo que
tendremos que superar es la familia. Sean o no
sean ellos creyentes, muchas veces la
incomprensión familiar nos puede impedir ganar
la batalla. Existen batallas que tenemos que
ganarlas sin la ayuda de nadie.

2. EL RESTO DEL PUEBLO (17:30)


“… y le dio el pueblo la misma respuesta”
Esto representa la mayoría. Lamentablemente
debemos decir que existen muchos que a pesar
de llamarse cristianos, viven una vida miserable y
derrotada. Su pasividad y adormecimiento en las
cosas espirituales les impide ser más que
vencedores en Cristo. Usted tendrá que vencer
este obstáculo si quiere ser el ganador de la
batalla.
3. EL REY SAÚL (17:33)
“Y dijo Saúl a David…”

105
Cuando David fue a verlo, este le dijo: - No
podrás, eres un muchacho y él un guerrero. En
otras palabras, lo que estaba haciendo era apagar
su fe con palabras negativas. ¿Cómo pudo ser
que estas palabras vinieran de un rey del pueblo
de Dios? La respuesta es sencilla: Saúl seguía con
la función de Rey pero había perdido la Unción de
Rey por su desobediencia. Era un rey sin
autoridad espiritual, lleno de cobardía. Siempre
las autoridades de Dios llenas de la Unción del
Espíritu Santo motivarán al pueblo con palabras
de fe y autoridad. Nunca se ponga bajo la
cobertura de una autoridad sin unción, pues sus
palabras carentes de poder, le infundirán
desanimo, cobardía y temor.
4. LA ARMADURA Y LAS ARMAS DE GUERRA
(17:38-39)
El Rey Saúl le recomendó a David que se vistiera
como todos los demás lo hacían. Le dio la
armadura y armas de guerra que
tradicionalmente utilizaban para guerrear. Si
usted quiere ganar la batalla a su Goliat, tendrá
que dejar lo tradicional, lo que se hace por
costumbre para dejarse guiar por el Espíritu
Santo.

COMO ENFRENTAR Y VENCER A NUESTRO "GOLIAT"

106
En el relato bíblico hay una secuencia de hechos
que nos darán luz a nosotros para poder vencer a
nuestro Goliat, así como David lo hizo con el
suyo:
1. DAVID SE EQUIPO (17:40)
“Y tomo su cayado en su mano, y escogió cinco
piedras lisas del arroyo, y las uso en el saco
pastoril, en el zurrón que traía,”
El equipamiento del creyente es espiritual y es
necesario ser enseñado a colocarse
correctamente la vestimenta del Espíritu. Salir
desnudo espiritualmente a batallar significa
perder de antemano.

2. DAVID ALISTO SU ARMA (17:40)


“… y tomo su honda en su mano,…”
No sólo es cuestión de vestirse sino de tomar
también las armas espirituales, las cuales son
poderosas en Dios para la destrucción de
fortalezas de diablo.

3. DAVID SALIO DECIDIDO A ENFRENTAR A


GOLIAT (17:40)
“… y se fue hacia el filisteo.”
Para poder vencer no podemos retroceder ni por
un solo instante. Las batallas espirituales en Dios
siempre se ganan yendo hacia delante creyendo
que Dios hará lo imposible.

107
Goliat hizo varias cosas, en respuesta a todo lo
que hizo David, para intimidarlo (17:41-43)
• Se acercó a David
• Miró y vio a David
• Menospreció a David
• Maldijo a David y a su Dios
• Amenazó a David

4. DAVID NO ENTRO EN DETALLES NI SE ASUSTO


(17:45-47)
“Entonces dijo David al filisteo: Tu vienes a mí
con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti
en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios
de los escuadrones de Israel, a quien tú has
provocado…”
David tenía puesta la mirada en el Señor y
ninguna palabra destructora le afectó, sino que
se levantó en el Nombre del Señor.

. DAVID PERMANECIO CREYENDO


“Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te
venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los
cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las
bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay
Dios en Israel.”
Este es un momento especial en la batalla, que
usted necesita saber. Note que Goliat ni se movió
de su posición desafiante. Aquí aprendemos algo

108
importante: El enemigo nunca cede en primera
instancia, sino que intenta desafiarnos sin
moverse. Si nosotros permanecemos en nuestra
posición de fe, creyendo, el en un instante
comenzara a retroceder. ¡El que más permanezca
en su posición, vencerá!
6. DAVID CORRIO SIN DEMORAS A
ENFRENTARLO (17:48)
“David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla
contra el filisteo.”
No se dejó intimidad por nada, solo una cosa
David tenía en mente: Vencer de una vez por
todas a Goliat.

7. DAVID LANZO SU ATAQUE MORTAL (17:49)


“Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de
allí una piedra, y la tiro con la honda, e hirió al
filisteo en la frente; y la piedra quedo clavada en
la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.”
David lanzó con su honda una piedra que dio en
el lugar preciso. No fue el tamaño de la piedra
sino la Unción que llevaba la piedra. Cristo es la
Roca firme para el creyente fiel y en el Nombre
de Jesucristo, la Roca, lanzamos el ataque para
destruir al enemigo. ¡No es nuestro nombre sino
Aquél (Cristo) que tiene un Nombre por sobre
todo Nombre!

109
8. DAVID LE CORTO LA CABEZA (17:51)
“Entonces corrió David, y se puso sobre el filisteo;
y tomando la espada de él, y sacándola de su
vaina, lo acabo de matar, y le cortó con ella la
cabeza•”
David sabía que a este problema había que
cortarlo de raíz, para que no volviera a crecer por
eso cortó la cabeza de Goliat. Nosotros también
debemos levantarnos en el Nombre del Señor y
con la Espada del Espíritu, la Palabra de Dios,
debemos hacer una confesión de fe diciendo: -
Goliat de escasez, infelicidad familiar,
enfermedad, esterilidad, temor, etc, nunca más
te levantaras para volver a desafiarme. ¡Queda
sepultado para siempre en el Nombre del Señor
Jesucristo!

9. DAVID Y EL RESTO DEL PUEBLO


PERSIGUIERON A LOS SEGUIDORES DE GOLIAT
(17:52)
“Levantándose luego los de Israel y los de Juda,
gritaron, y siguieron a los filisteos hasta llegar al
valle, y hasta las puertas de Ecron. Y cayeron los
heridos de los filisteos por el camino de Saaraim
hasta Gat y Ecron.”
Tenemos que saber que junto con Goliat vienen
los compañeros de Goliat. Ellos también deben
ser destruidos en el Nombre del Señor. Quizás

110
con su Goliat de problemas financieros vinieron
los amigos de Goliat, llamados endeudamiento,
quiebra, etc. ¡Eliminémoslos a todos de una
buena vez en el Nombre del Señor!

10. DAVID Y EL RESTO DEL PUEBLO SAQUEARON


EL CAMPAMENTO ENEMIGO (17:53)
“Y volvieron los hijos de Israel de seguir tras los
filisteos, y saquearon su campamento.”
¿Qué había en ese campamento escondido?
Todo lo que se habían robado. Cuando Goliat fue
destruido todo fue restituido al pueblo de Dios.
Esto se llama en la Biblia restitución, es decir que
el enemigo tendrá que devolver todo lo que nos
robó por años.
¿Puede creer que todo esto también sucederá en
su vida cuando usted se levante con la autoridad
de Cristo y elimine a “su” Goliat definitivamente?
¡Hoy es el tiempo de la victoria! ¡No se quede
pasivo! ¡En el Nombre del Señor comience a
moverse con fe!

111
LA BENDICIÓN DE LA DISCIPLINA
“..Por tanto, nosotros también, teniendo en
derredor nuestro tan grande nube de testigos,
despojémonos de todo peso y del pecado que
nos asedia, y corramos con paciencia la carrera
que tenemos por delante, puestos los ojos en
Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por
el gozo puesto delante de él sufrió la cruz,
menospreciando el oprobio, y se sentó a la
diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que
sufrió tal contradicción de pecadores contra sí
mismo para que vuestro ánimo no se canse hasta
desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta
la sangre, combatiendo contra el pecado; y
habéis ya olvidado la exhortación que como a
hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío, no
menosprecies la disciplina del Señor, Ni
desmayes cuando eres reprendido por él, Porque
el Señor al que ama, disciplina, Y azota a todo
aquel que recibe por hijo. Si soportáis la
disciplina, Dios os trata como a hijos; porque
¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?,
pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos
han sido participantes, entonces sois bastardos, y
no hijos. Por otra parte, tuvimos a nuestros
padres terrenales que nos disciplinaban, y los
venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho
mejor al Padre de los espíritus, y viviremos? Y
112
aquellos ciertamente por pocos días no
disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste
para lo que nos es provechoso, para que
participemos de su santidad. Es verdad que
ninguna disciplina al presente parece ser causa
de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto
apacible de justicia a los que en ella han sido
ejercitados.” (1).

LA BENDICIÓN DE LA DISCIPLINA
Hoy mucho se habla de las bendiciones de la
prosperidad. Se habla de las bendiciones de la
siembra y de todas estas bendiciones. Sabemos
que Dios es un Dios que bendice. Él dice bien
clarito: “..Buscad primeramente el reino de los
cielos y todas la demás cosas os serán añadidas..”
(2).
Dios es un Dios de bendición, y se enseña mucho
que tenemos un Dios que prospera, pero poco se
enseña que la disciplina que viene de parte de
Dios también es una bendición, porque la
escritura nos dice:
“..Es verdad que ninguna disciplina al presente
parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero
después da fruto apacible de justicia a los que en
ella han sido ejercitados..”
Muchos, cuando viene el tiempo de la prueba se
apartan. El tiempo de disciplina es como la

113
semilla que cayó entre las piedras, de los cuales
Jesús dice:
“..Reciben la palabra con gozo; pero éstos no
tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el
tiempo de la prueba se apartan..” (3),
Pero los que retienen la palabra son aquellos
que: “..dan fruto con perseverancia..” (4).
Creo hermanos, que a todos los que estamos
aquí Dios nos está llevando por el camino de dar
“fruto con perseverancia”. Por eso, el título de
este mensaje es: “La bendición de la disciplina”.
Pablo le escribe a los Hebreos (paisanos de
Pablo), quienes fueron los más perseguidos de
todos. Los gentiles que se convertían al
cristianismo fueron perseguidos en Roma, pero
los Hebreos eran más perseguidos por ser
aparentemente judíos “renegados”. Sufrían,
sufrían y sufrían persecuciones sin límite, pero
Pablo les escribe: “..nosotros también, teniendo
en derredor nuestro tan grande nube de
testigos..”
¿Cuál era esa gran nube de testigos?, Hebreos 11
nos habla de Abraham, de Abel, de Moisés y de
todos esos héroes de fe. Yo no le puedo decir de
qué manera son testigos de lo que nosotros
hacemos con nuestra fe, pero puedo decirle lo
que nos dice la Biblia a continuación:

114
“..Despojémonos de todo peso y del pecado que
nos asedia y corramos con paciencia la carrera
que tenemos por delante..”

La disciplina de la paciencia
La primer gran disciplina que el cristiano debe
enfrentar es la paciencia. La paz de saber que
Dios no me ha abandonado. La ciencia de la paz.
El salmo 40:1 nos brinda un panorama de lo que
es tener paciencia:
“..Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a
mi, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de
la desesperación, del lodo cenagoso;..” Algunos
dicen que el autor de este Salmo el es profeta
Jeremías, y que lo escribió luego de la terrible
experiencia de estar dentro de una cisterna
hundido en el barro hasta la cintura a causa de
sus enemigos. Si no lo hubiera sacado de allí
aquel etíope no hubiera sobrevivido, hubiera
muerto. Esto una figura también de nuestra
salvación. Estábamos en el “pozo de la
desesperación”, en la amargura del pecado, pero
nuestro gran amigo Cristo extendió su mano y
nos sacó “..del pozo de la desesperación, del lodo
cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó
mis pasos..”
La disciplina de la paciencia es la “ciencia de
saber esperar en medio de las luchas” ¿Quiere

115
saber un poco más sobre paciencia? Mire su
Biblia en Hebreos 6:11. “..Pero deseamos que
cada uno de vosotros demuestre la misma
solicitud hasta el fin, para plena certeza de la
esperanza, a fin de que no os hagáis perezosos,
sino imitadores de aquellos que por la fe y la
paciencia heredan las promesas..” (5)
Fe y paciencia es lo que el cristiano necesita. Fe
es certeza de lo que se espera, pero paciencia es
el ejercicio de esa fe en las luchas y batallas de la
vida. Paciencia significa “Paz inteligente”, y es el
fruto espiritual de una persona que está segura
que Dios a su tiempo vendrá y le ayudará.
La paciencia que Hebreos nos impone es una
disciplina que al presente no es causa de alegría,
pero luego va a dar fruto apacible de justicia. Y el
escritor de este libro nos habla del ejemplo de
Abraham. Abraham sí que tuvo paciencia,
¿Cuánto tiempo tuvo que esperar? ¿Sabe cuánto
tiempo esperó? Veinticinco años esperó el
cumplimiento de la promesa. Dios le dijo que iba
a ser “Padre de naciones”, no solo de los judíos
sino de todos los que estamos aquí. Por la fe
somos descendientes de Abraham. Pero fueron
veinticinco años largos de espera. Setenta y cinco
años tenía cuando Dios lo sacó de Ur de los
caldeos, y casi cumplía los cien años cuando
nació Isaac.

116
Usted dirá: “..¿Voy a tener que esperar tanto?..”
Dios sabe cuánta paciencia usted y yo podemos
tener, pero esta es una disciplina. Por eso le digo:
El ejercicio de la paciencia es una disciplina de
parte de Dios, y si usted la ejercita con la ayuda
del Espíritu Santo, va a dar frutos para Dios que
de ninguna otra manera habría en su vida.
La disciplina de la Cruz de Cristo
Seguimos en el capítulo12, verso 12: “..puestos
los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe,
el cual por el gozo puesto delante de El sufrió la
cruz, menospreciando el oprobio y se sentó a la
diestra de Dios..” Aquí tenemos claramente la
obra de Jesús, su paciencia, su sufrimiento, su
renunciamiento, Jesús tuvo como herencia el
trono de Dios, pero sufrió la disciplina de la cruz.
¡Señor ayúdanos! La Biblia dice en Lucas 14:27
“..Y el que no lleva su cruz y viene en pos de mí,
no puede ser mi discípulo..” A veces queremos
tener un cristianismo “light”, muy livianito, “..si
quiero voy a la iglesia, sino no voy..” No se
ofenda por esto, pero el verdadero evangelio no
es un evangelio “light”, es un evangelio de
compromiso.
Entonces dice: “..el cual por el gozo puesto
delante de él..” (La recompensa, el galardón),
“..sufrió la cruz..” Jesús es el ejemplo del
galardón de Dios. La disciplina de la cruz lo llevó a

117
sentarse a la diestra del trono de Dios. Por eso
nos dice la Biblia: “..Considerad a aquel que
sufrió tal contradicción de pecadores para que
vuestro ánimo no se canse hasta desmayar..”
La segunda disciplina de parte de Dios son las
luchas y persecuciones que todos sufrimos. ¿Sabe
que significa “contradicción”? Contradicción es
similar a “todo en contra”, o “vientos contrarios”.
Cuando predicábamos de la nave en la que viajó
el apóstol Pablo y que fue víctima de esa
tempestad llamada “Euroclidon”, vimos como en
medio de la tempestad el apóstol pudo decir:
“..ha estado conmigo el ángel del Dios de quien
soy y a quien sirvo, diciendo: Pablo, no temas..”
(6) La tormenta arreciaba pero Cristo mismo
estuvo con él y le dijo “no temas”. ¡Habrá
contrariedades! ¡Habrá luchas y persecuciones!
Quizá hoy no vivimos persecución de parte de los
gobiernos, pero hay persecución espiritual,
mucha provocación del diablo, mucha
contradicción para seguir al Señor. Hermanos,
“sufrir contradicciones” es una disciplina que
Dios va a recompensar. Cuando se encuentre en
luchas dígale: “Creo Señor, sufro contradicciones
y persecuciones, pero creo que va a dar frutos
apacibles de justicia.”
La primera bendición de la disciplina es la
paciencia. La segunda es enfrentar todas las

118
luchas y batallas haciendo lo que dijo Pablo:
“..Puestos los ojos en Jesús..” Ni usted ni yo
vamos a resistir la adversidad si no consideramos
a Jesús. Ni usted ni yo podremos seguir adelante
si no creemos que El nos dará la victoria, para
que seamos uno de “..aquellos que por la fe y la
paciencia heredan las promesas..” (7). Alguien
dijo que estas cosas son como dos pies que
necesitamos para caminar en forma armoniosa.
Dios quiere que usted y yo tengamos una vida
espiritual armoniosa.
La disciplina de la santidad
La tercera cosa es: “..Porque aún no habéis
resistido hasta la sangre, combatiendo contra el
pecado..” Combatir contra el pecado es un
asunto personal. Usted y yo somos llamados a ser
un pueblo para Dios, y lógicamente, el pecado
asedia, y debemos combatir contra el pecado.
Esto es lo que yo llamo: La disciplina de la
santidad. Así que, todo esto nos va llevando por
un camino en el que toda disciplina de parte de
Dios dará “..fruto apacible de justicia..”.
La disciplina de la paciencia da fruto apacible de
justicia. Las contrariedades, las luchas y batallas
permitidas por el Señor, darán fruto apacible de
justicia. La disciplina de la santidad y la
consagración, también dan fruto apacible de
justicia. La santidad es una disciplina, y vaya si es

119
disciplina. Es lo que al cuerpo y a la mente le
molesta más, pero también da “..fruto apacible
de justicia a los que en ella han sido ejercitados..”
La juventud está asediada por el pecado y las
tentaciones, los adultos también. Pero el
evangelio nos enseña que al pecado hay que
combatirlo en cuerpo, mente y alma. ¡Hay que
resistirlo! La santidad es una disciplina y hay que
practicarla. Por eso dice Corintios: “..Así que, el
que piensa estar firme, mire que no caiga. No os
ha sobrevenido ninguna tentación que no sea
humana, pero fiel es Dios, que no dejará ser
tentados más de lo que podéis resistir, sino que
dará también juntamente con la tentación la
salida, para que podáis soportar..” (8).
¡Gracias Señor por la disciplina de la paciencia!
¡Por la disciplina de las contrariedades! ¡Por la
disciplina de la santidad! ¿Las vamos a
menospreciar? ¿Es ud un hijo de Dios? El le dice:
“..Hijo mío, no menosprecies la disciplina del
Señor..” Estas cosas están permitidas por el
Señor. Nos guste o no. Y es verdad que algunas
disciplinas de Dios son muy fuertes, pero no las
vamos a menospreciar.
La disciplina es provechosa
Que bueno es saber que todo lo que nos pasa es
para bien. Romanos 8:28 lo recuerda: “..Y
sabemos que a los que aman a Dios, todas las

120
cosas les ayudan a bien, esto es, aquellos que
conforme a su propósito son llamados..”
¿Cuántos son llamados por Dios? Todo te
ayudará para bien. Yo no te puedo explicar cuál
será el provecho de tus luchas y batallas pero
Dios lo promete, y no sólo eso, sino que Dios dice
que habrá da fruto apacible de justicia.
¡No menosprecies la disciplina del Señor! ¡No
desmayes cuando eres reprendido por el! Quizás
pensaste que el camino del Señor era sólo
bendición material. Quizás pensaste que Dios
solamente te iba a multiplicar el dinero, el
sueldo, la salud, y todas las cosas como tanto se
predica hoy. Pero la Biblia dice: “..Ni desmayes
cuando eres reprendido por el..”. Es un texto
fuerte, que golpea, pero que realmente muestra
el propósito de Dios. “..Porque el Señor al que
ama disciplina y azota a todo el que recibe por
hijo..” (9) ¿Cómo entender esto? Sólo viviéndolo.
La disciplina es para los hijos
Y luego dice: “..Si soportáis la disciplina Dios os
trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a
quien el padre no disciplina?..” ¿Cuántos
queremos ser tratados como hijos de Dios? Juan
1:12 dice de esta manera: “..Mas a todos los que
le recibieron, a los que creen en su nombre, les
dio potestad de ser hechos hijos de Dios..” ¿No se
goza por ser hijo Dios? ¡Dios nos trata como a

121
hijos! Pero como buen Padre que es, no nos deja
sin disciplina. “..Pero si se os deja sin disciplina,
de la cual todos han sido participantes, entonces
sois bastardos, y no hijos..” (10) ¡Que palabra!
¡Bastardos! Yo quiero tener a Dios como Padre, y
a Jesucristo como mi hermano mayor. ¿Sabe que
Jesucristo es su hermano mayor? El es el
primogénito entre muchos hermanos y es el
heredero. ¡Y esta es una buena noticia! Porque
siendo hermanos de Jesús vamos a participar de
su reino.
Después habla del ejemplo humano, del padre
natural: “..Por otra parte tuvimos a nuestros
padres terrenales que nos disciplinaban, y los
venerábamos. (Profundo respeto: veneración)
¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al
Padre de los espíritus, y viviremos? Y aquéllos,
ciertamente por pocos días nos disciplinaban
como a ellos les parecía..” (11) Hay padres y
madres que saben disciplinar bien a sus hijos,
pero hay otros que no saben hacerlo. Hay padres
y esposos violentos. Por eso el apóstol dice:
“..como a ellos les parecía..” Pero el parecer de
Dios es diferente, El nos disciplina para lo que nos
es provechoso.

¿Estará usted dispuesto a recibir la bendición


soportando las pruebas? ¿La disciplina de la

122
paciencia? ¿La disciplina de enfrentar luchas y
batallas? ¿La disciplina de la santidad? Señor,
danos la gracia para que así lo podamos hacer,
porque Dios nos disciplina “..para lo que nos es
provechoso, para que participemos de su
santidad..” (12) es decir, de su naturaleza. Dios es
tres veces Santo, y la santidad es una disciplina
muy fuerte, pero su Espíritu Santo quiere
ayudarnos a participar de su Santidad. Cantamos
ese coro: “..dame fe, oh Señor, dame fe..” pero
debemos poner nuestros ojos en Jesús, sabiendo
que El nos va a llevar a la victoria, y creyendo que
toda disciplina de parte de Dios tiene un
propósito provechoso.
La necesidad de la disciplina
Y luego dice “..Es verdad que ninguna disciplina al
presente parece ser causa de gozo, sino de
tristeza; pero después da fruto apacible de
justicia a los que en ella han sido ejercitados..”
(13) Toda disciplina es un ejercicio en la vida, y no
de un día, sino diario y constante. Hay que
dedicarle horas, hay que dedicarle días; usted y
yo debemos aceptar ese “ejercicio” que viene de
parte de Dios porque va a dar “..fruto apacible de
justicia..” en nuestra vida.
Para respaldar este pasaje que hemos leído,
vamos a leer otros dos. Uno esta en 2ª Timoteo
2:1 y 2 “..Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la

123
gracia que es Cristo Jesús..” (la gracia salvadora),
“..Lo que has oído de mi ante muchos testigos,
esto encarga a hombres fieles que sean idóneos
para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre
penalidades como buen soldado de Jesucristo.
Ninguno que milita se enreda en los negocios de
la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por
soldado..” Aquí habla de la disciplina del soldado,
o sea, disciplina militar.
Aquellos que han hecho el servicio militar, saben
que ser soldado requiere de una estricta
disciplina. Requiere subordinarse a las
autoridades que están sobre él. Y las autoridades
que están sobre él imponen disciplina, puede ser
que al soldado no le guste ese “entrenamiento”,
pero se le impone y lo tiene que hacer para que
haya un resultado positivo en su físico, en su
formación militar y en su carácter. La Biblia nos
compara con el soldado que “sufre penalidades”.
La disciplina de un soldado de Jesucristo es la
disciplina que “se sufre”. Estamos militando en el
ejército de Dios. ¿Está sujeto a esa disciplina?
¿Está dispuesto a recibir órdenes? ¿O queremos
hacer como se nos “da la gana”?
La disciplina nos hace legítimos
Muchos están en la iglesia pero hacen como ellos
quieren. No están en sujeción a la palabra ni al
ministerio. Se olvidan que son soldados de

124
Jesucristo. Mucho menos aceptan la “militancia”
que supone la disciplina de un buen cristiano.
Sabía de esto Pablo. Convivió mucho tiempo con
soldados del imperio romano. Y él nos enseña:
“..Ninguno que milita se enreda en los negocios
de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó
por soldado..” (14) Debemos ser buenos soldados
y sufrir la disciplina y penalidades que vienen de
parte de Dios. ¡No nos gusta esto!
Por otra parte, hay otro ejemplo de disciplina. El
verso 5 dice: “..Y también el que lucha como
atleta no es coronado sino lucha legítimamente..”
y 1ª Corintios 9:24 dice: “..¿No sabéis que los que
corren en el estadio todos a la verdad corren,
pero uno solo se lleva el premio?, Corred de tal
manera que lo obtengáis..” Correr legítimamente
es correr esa carrera como Dios quiere. “..Todo
aquel que lucha, de todo se abstiene; ellos, a la
verdad, para recibir una corona corruptible, pero
nosotros una incorruptible..” (15) Piense en
cualquier atleta: (Futbolista, básquet, natación).
Sí o si tiene que imponer una disciplina a su físico,
se abstiene de muchas cosas. Un buen atleta no
debe ser fumador, ni alcohólico, y menos un
drogadicto. Por otra parte, el pecado y la
corrupción trae daño físico al que practica una
disciplina deportiva. Un buen deportista de todo
se abstiene.

125
Ahora bien, Dios te da a ti una conciencia
renovada por el Espíritu, y sabemos lo que es
malo y lo bueno. Así que, el verdadero atleta “de
todo se abstiene”. Los atletas de este mundo
para recibir una corona corruptible, y nosotros
una incorruptible. El apóstol Pablo se disciplinó a
si mismo, para alcanzar lo mejor de Dios para su
vida y ministerio: “..Así que, yo de esta manera
corro, no como a la ventura; de esta manera
peleo, no como quien golpea al aire, sino que
golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no
sea que habiendo sido heraldo para otros, yo
mismo venga a ser eliminado..” (16). Y en
Filipenses dice: “..olvidando ciertamente lo que
queda atrás, y extendiéndome a lo que está
delante, prosigo a la meta, al premio del supremo
llamamiento de Dios en Cristo Jesús..” (17). Y ese
llamamiento es saber que somos llamados a
recibir nuestra herencia que gano Cristo en la
cruz.
El fruto de la disciplina
La palabra meta significa “mas allá”, siempre
tenemos un “mas allá” para progresar en nuestra
vida, para progresar en la paciencia, para
progresar en el combate contra el pecado. Todo
es una disciplina. Pero la clave de una vida
disciplinada en Dios es el fruto apacible y
provechoso para el que es ejercitado en ella.

126
¿Estás pasando una prueba? ¿Te cuesta recibir
órdenes? Nuestra naturaleza no es buena. Somos
ariscos y rebeldes, por eso, nos es necesaria la
disciplina del soldado, la disciplina del atleta, y
aún la disciplina del labrador. ¿Que disciplina?
Tenemos que trabajar la tierra. Para recibir frutos
es necesario trabajar primero. Usted y yo
tenemos una vida espiritual, y si no servimos al
Señor, ¿Que fruto va a tener? ¿Que va a
cosechar?
Hermano querido dice: “..El labrador, para
participar de los frutos debe trabajar primero..”
(18) y dice en Santiago 5:7 “..Mirad como el
labrador espera el precioso fruto de la tierra,
aguardando con paciencia hasta que reciba la
lluvia temprana y tardía..”, porque tenemos un
Dios que es justo.
Viendo estos ejemplos, ¿Todavía cree que la
disciplina es una bendición? o solo es bendición
que le aumenten el sueldo, tener una casa nueva,
tener un coche nuevo, o tener salud. Todo es una
gran bendición. Pero la esencia principal del
caminar del cristiano es saber que “puestos los
ojos en Jesús” podremos pasar todo valle de
lágrimas y de sombra de muerte, y como dice el
salmo, lo cambiaremos “..en fuente, cuando la
lluvia llenan los estanques..” Para ud es la
promesa: “..Irán de poder en poder; Verán a Dios

127
en Sion..” (19) Es una escala ascendente la vida
del cristiano.
Nunca lo olvide. La disciplina en Dios termina
siendo una bendición. La disciplina de la
paciencia será una bendición. La disciplina de las
luchas será una bendición, y la disciplina de la
consagración y la santidad será una bendición. La
disciplina nos enseña a ser como un soldado que
está sujeto a las órdenes de Dios y del ministerio.
Algunos cristianos dicen: “..Yo con Cristo y nadie
más..”. Para ellos, el cuerpo de Cristo es una
especie de “monstruo”. No hay cuerpo, no hay
brazo, no hay cuello, no hay nada. Están
directamente conectados a la cabeza. Si usted y
yo estamos bajo la disciplina de la autoridad,
entonces estamos creciendo.
¿Podremos soportar la disciplina que viene de
parte de Dios?, ¿La disciplina de la paciencia?,
¿La disciplina de las luchas?, ¿La disciplina de la
santidad?, ¿La disciplina de un soldado?, ¿La
disciplina de un atleta?, ¿La disciplina del
labrador? Puestos los ojos en Jesús vamos a
llegar al fin de la carrera y esto es un ejercicio de
hoy, de mañana a la mañana, del año que viene y
hasta que Cristo venga. Es un ejercicio que nos
llevará de victoria en victoria y de triunfo en
triunfo, pero no olvidemos lo que dijo el salmista:
“..Pacientemente espere a Jehová, Y se inclinó a

128
mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de
la desesperación del lodo cenagoso; Puso mis
pies sobre peña, y enderezó mis pasos, Puso
luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a
nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y
confiarán en Jehová..” (20).
En tus luchas y batallas Dios está pensando en ti.
Se paciente en medio de las disciplinas de Dios. Si
soportas la disciplina, Dios te trata como a hijo.
No desmayes cuando eres reprendido por él,
porque esa disciplina traerá un fruto eterno en tu
vida. Amén.
Referencias Bíblicas: (1) Hebreos 12: 1 al 11. (2)
(3) Lucas 8:13. (4) Lucas 8:15. (5) Hebreos 6:11 y
12. (6) Hechos 27:24. (7) Hebreos 6:12. (8) 1º
Corintios 10:12 y 13. (9) Hebreos 12: 5 y 6. (10)
Hebreos 12:8. (11) Hebreos 12: 9 y 10. (12)
Hebreos 12:10. (13) Hebreos 12:11. (14) 2da
Timoteo 2:4. (15) 1ra Corintios 9:25. (16) 1ra
Corintios 9:26 y 27. (17) Filipenses 3: 13 y 14.
(18) 2da Timoteo 2:6. (19) Salmo 84:7. (20) Salmo
40: 1

129
LA BUENA SEMILLA QUE DA FRUTO
“Después dijo Dios: produzca la tierra hierba
verde, hierba que dé semilla; árbol de fruto que
dé fruto según su género, que su semilla esté en
él, sobre la tierra. Y fue así́” (Génesis 1:11).

ALGO EN QUE PENSAR


Existen árboles de todo tipo: los hay muy
frondosos y fornidos, árboles que dan excelentes
frutos en el momento del año adecuado. Estos
frutos son un manjar para el paladar, y proveen
nutrientes y vitaminas a todos los que los
consuman.
Hay otros árboles que crecen bastante, pero no
son tan frondosos ni fornidos como los de la
categoría anterior. Los árboles de este grupo dan
bastantes frutos, pero la fruta no es todo lo
jugosa y dulce que podría haber sido.
Hay otro grupo de árboles que no se desarrolla
mucho, quedando más bien pequeños y dando
muy pocos frutos. Los escasos frutos que da no
pueden comerse debido a su acidez. Son ese tipo
de frutos que la gente escupe cuando los prueba.
Hay un último grupo de árboles que no se
desarrolla en absoluto y casi no da frutos. Su
existencia es casi completamente vana ya que no
da ni ofrece aquello para lo cual vino al mundo.

130
Si nuestra vida humana pudiera compararse con
los grupos de árboles, en función de la calidad y
cantidad de frutos que damos al mundo, ¿En qué
categoría podríamos estar?
Como vemos en el versículo inicial, el mismo Dios
tuvo que dar un decreto para que quedara lo
sólido aparte del agua y a eso sólido, el mismo
Señor lo llamó tierra. ¿Esto qué significa? Que
nosotros debemos concretar los sueños que Dios
nos ha dado y debemos declarar lo que
queremos ver específicamente.
ÁRBOL DE SEMILLA ABUNDANTE
¿Por qué́ a la iglesia llegan personas que son
árboles pero que no tienen nada de semilla? Dios
quiere que seas una persona que lleve mucho
fruto en todas las áreas de tu vida.
En algunos casos hay un faltante de ideas y
creatividad, que nos limita a ser esas personas
productivas; esto no solo lo vemos en la iglesia,
sino también en la familia, trabajo o estudio.
Cuando somos conscientes de esto, debemos
entrar determinantes con una oración y súplica
para que el Señor traiga ese cambio de
mentalidad y nos permita ser árboles de buena
semilla.
También es una bendición cuando podemos
trabajar con personas que no se intimidan ante
nada, y que con agrado se enfrentan a cualquier

131
desafío. Dios te quiere usar para llevar un
mensaje de salvación y de esperanza a otros, y
que puedas ser de ejemplo para muchos. Que tu
vida sea un punto de referencia para los demás
debido a que eres como ese árbol que da frutos
buenos.

ÁRBOL DE BUENAS RAÍCES


Lo que nosotros logramos ver de un árbol es su
tronco y sus ramas y hojas, pero lo que nunca
vemos son las raíces, que son las que se arraigan
a la tierra y no dejan caer el árbol. También a
través de las raíces del árbol, sus frutos reciben el
alimento necesario para crecer.

Muchas veces nosotros trabajamos en nuestro


fruto externo, en que los demás me vean bien, en
que pueda dar una buena impresión a los demás,
pero no nos preocupamos por el fruto interno,
que es nuestro carácter.

Es importante comprender los principios de fe


para luego ver como nuestra vida será́ como ese
árbol que da fruto y fruto en abundancia; por
esto es necesario trabajar en nuestro carácter.

Hay algunos que están enredados en problemas y


no tienen la oportunidad de visualizar su fruto:

132
en este caso es importante llevar todo a la Cruz y
dejar delante de Jesús tus cargas.

ÁRBOL FRONDOSO
Muchas veces pasamos tiempos de prueba y en
estos momentos es cuando debemos pensar en
qué enseñanza el Señor nos quiere dar o a donde
Dios nos quiere llevar, posiblemente a un tiempo
de quebrantamiento para tener una victoria
increíble.
Muchas veces tenemos que renunciar a lo que
nosotros pensamos, sentimos o queremos, para
dejar que la voluntad de Dios se cumpla en
nuestra vida. Cuando puedes soltar aquello a lo
cual más te has aferrado, ya sea un sentimiento,
un recuerdo, un trabajo, un hábito, podrás vivir
una vida abundante, de propósito.

La calidad de los frutos depende de tu


pensamiento y acción
La calidad de nuestro pensamiento condiciona
nuestra capacidad para alcanzar las metas más
altas que podamos proponernos. Debemos tratar
de potenciar los pensamientos inspiradores y
positivos, y poner barreras para evitar cualquier
pensamiento negativo que debilite nuestra
acción. Para comprender mejor este concepto,
vamos a comentar la historia de Antonio.

133
Antonio es un agricultor que se dedica al cultivo
de la naranja en la huerta de Valencia. Cuando
llega el momento del cultivo, selecciona las
mejores semillas, y las planta para obtener
naranjas de la variedad y calidad que él pretende.
Cada una de las semillas que Antonio entierra
contiene un naranjo en potencia. Todas y cada
una de ellas podrán convertirse en un naranjo, y
ofrecer excelentes frutos si obtienen el mimo y la
atención necesarios por parte de Antonio.
Esas semillas, si caen en una buena tierra de
cultivo, y reciben los tratamientos adecuados
generarán grandes árboles con buenos frutos. Las
mismas semillas, si caen en un terreno yermo,
rodeadas de maleza y sin cuidado alguno,
acabarán siendo improductivas.
Antonio, que es un enamorado de su huerto y
profesión, cuida sus árboles con extremado
esmero. Realiza los riegos que requieren, rodea
los árboles con cañas para guiar su crecimiento, y
sobre todo, elimina toda la maleza que aparece
de forma espontánea en su huerto, alrededor de
los árboles que él ha seleccionado.
No lo puede evitar, pero de forma constante, el
viento se encarga de llenar su huerto de semillas
“indeseables” que reducen la calidad de su obra.
No obstante, él realiza una constante labor para
evitar que crezca cualquier especie que no sean

134
los naranjos que él se ha propuesto plantar. Está
firmemente comprometido con la belleza de su
huerto, y no está dispuesto a permitir que
cualquier semilla germine en el mismo.

Pues bien, la situación que hemos descrito del


huerto de Antonio es muy similar a lo que ocurre
en nuestra mente de forma constante. Nosotros,
como responsables de nuestras vidas y
protagonistas de nuestra acción, somos quienes
debemos elegir la calidad de los pensamientos
que existen en nuestra mente. Si nos enfocamos
en pensamientos positivos, dirigidos hacia
nuestras metas y sueños, acabaremos generando
un huerto extraordinario, consiguiendo así una
cosecha de unos frutos de excelente calidad.
Precisamente en cada uno de nuestros
pensamientos existe una gran obra en potencia.
Vemos así que, igual que el naranjo ya estaba
contenido en la semilla, nuestras metas ya están
contenidas en nuestros pensamientos.
De forma frecuente nos aparecerán
pensamientos negativos, poco inspiradores que
tratarán de mermar nuestra ilusión, fuerza y
acción. Pues bien, igual que hacía Antonio con la
maleza, nosotros debemos ser capaces de revisar
constantemente la calidad de los pensamientos

135
que existen en nuestra mente, y debemos evitar
que se apoderen de nosotros.
Así, siguiendo el proceso de selección de
pensamiento estaremos trabajando para
desarrollar una motivación excelente que será la
clave para la consecución de nuestros sueños.
No dudemos que acabaremos convirtiéndonos en
aquello que pensamos.
LA GLORIA POSTRERA SERÁ MAS GRANDE QUE LA
PRIMERA
HAGEO 2:1-9
¿Qué cosas harán que la gloria postrera sea
mayor que la primera?

1. Un nivel mucho más grande de la presencia del


Señor
v.4
b

2. una manifestación mucho más grande del


Espíritu Santo

v.5

3. una manifestación mucho más grande de su


gloria
V.6-
7

136
4. una mayor provisión financiera
v.8

¿Qué nos corresponde hacer para que esto


suceda?

1. un mayor esfuerzo de nuestra parte en lo


que nos corresponda
2. un mayor ánimo que nos motive al
esfuerzo
3. un mayor ahínco en el trabajo a realizar

LA IMPORTANCIA DE DAR
“Dad, y se os dará; medida buena, apretada,
remecida y rebosando darán en vuestro regazo;
porque con la misma medida con que medís, os
volverán a medir” (Lucas 6:38)

Introducción:
Muchos cristianos confunden y menoscaban el
valor de lo que realmente significa el acto de dar.
Debemos analizar primeramente lo que nos
quiere enseñar el Señor con este acto.
El dar encierra dos aspectos importantes:
En primer lugar, dar implica devolver a Dios
voluntariamente cualquier cosa material o

137
espiritual que recibirá Justa y abundante
retribución:
“Porque ¿quién soy yo y quien es mi pueblo para
que pudiéramos ofrecer voluntariamente cosas
semejantes? Pues todo es tuyo y de lo recibido
de tu mano te damos" (1ºCrónicas 29:14).
Digo que dar es devolverle a Dios lo suyo porque
nada de lo que tenemos es nuestro o lo hemos
adquirido por voluntad humana, ya sea dinero,
trabajo, talentos, virtudes, sentimientos,
emociones Etc. Todo viene de la mano del Señor
ya que “Toda buena dádiva y todo don perfecto
desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el
cual no hay mudanza, ni sombra de variación.”
(Santiago 1:17).
Aun nuestra propia vida le pertenece al Señor y él
en su misericordia nos permite disfrutar y hacer
uso de lo que nos da.
En segundo lugar hay que darle a nuestro
prójimo ya que el Señor Jesús menciona que al
hacerlo a uno de sus pequeños también lo
hacemos para él:
“Y respondiendo el rey les dirá: De cierto os digo
que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis
hermanos pequeñitos, también a mí lo hicisteis"
(Mateo 25: 40).

Maneras de Dar

138
Existen dos maneras de dar y dos maneras de no
dar o dar a medias que es lo mismo
1. Darlo todo Cuando no se tiene Nada
La Palabra de Dios nos ilustra varios casos de esta
manera de dar pero quiero enfatizar en uno de
esos casos 1 Rey 17: 10-16:
“Entonces él se levantó y se fue a Sarepta,
cuando llego a la puerta de la ciudad, había allí
una mujer viuda que estaba recogiendo leña.
Elías la llamo y le dijo: te ruego que me traigas un
poco de agua en un vaso para que beba. Cuando
ella iba a traérsela, él la volvió a llamar y le dijo:
te ruego que me traigas también un bocado de
pan en tus manos. Ella respondió: vive Jehová, tu
Dios que no tengo pan cocido solamente un
puñado de harina en la tinaja y un poco de aceite
en una vasija. Ahora recogía dos leños para
entrar y prepararlo para mí y para mi hijo. Lo
comeremos y luego moriremos. Elías le dijo: No
tengas temor ve y has como has dicho pero
hazme con ello primero una pequeña torta
cocida debajo de la ceniza y tráemela, después la
harás para ti y para tu hijo porque Jehová Dios de
Israel ha dicho así la harina de la tinaja no
escaseara ni el aceite de la vasija disminuirá hasta
el día en que Jehová haga llover sobre la faz de la
tierra. La viuda fue e hizo como le había dicho

139
Elías. Y comieron él, ella y su casa durante
muchos días"
Lo que vemos en este pasaje es la historia de una
mujer que no tenía nada que dar solo un puñado
de harina, y si pensamos ¿para qué podría
alcanzarles a ella y a su hijo ese puñado de
harina? nos damos cuenta que prácticamente no
era gran cosa y que su hambre no sería
satisfecha, y encima de todo viene un tipo
extraño que nunca en su vida había visto y le pide
que comparta con él. Para ella debió haber sido
duro al principio ya que debía desprenderse de lo
único que tenía para vivir, pero después tuvo que
reaccionar y saber que el hombre que le hablaba
lo hacía en el nombre del Señor. Así también
nosotros debemos aprender a escuchar la voz de
Dios cuando de dar se trata ya que a veces
creemos que no tenemos mucho que ofrecer y se
nos vuelve un conflicto el dar, pero al reaccionar
y saber que es para el Señor que lo hacemos nos
sentiremos tranquilos de saber –como esta mujer
—que la bendición está muy cerca y que solo es
cuestión de creer y confiar en el Señor y
entregarlo todo. Por eso, cuando no tengas nada,
dalo todo; cuando no sientas ganas de ir a la
Iglesia, por cualquier motivo, entonces levántate
y da tu mejor esfuerzo en ir, o cuando creas que
no sirves para el ministerio al que has sido

140
llamado esfuérzate y da lo mejor de ti. Si crees
que no tienes grandes talentos o cualidades,
entonces dale lo mejor de ti al señor que podría
ser incluso hasta tu propia vida, pero entrega
todo y veras como el Señor te multiplica lo que le
hayas dado a pesar de la escasez que pueda
haber o de la pesadez que estés pasando. Esta
viuda en cuestión dio todo lo que tenía y nunca
más tuvo necesidad, y no solo eso: también
recibió la bendición de volver a tener a su hijo
que había muerto. Mira que por un puñado de
harina dado con fe y creyendo en la palabra del
profeta obtuvo grande galardón. (Véase
2°Crónicas 20:20)
Otro ejemplo sería el de Rut que después de
haber muerto su esposo, entregó su vida para
cuidar a su suegra y vemos como Dios usa a Booz
para redimirla y sacarla de sus penurias
económicas y familiares (Rut Capítulos 1 al 4).
También podemos mencionar a la viuda pobre
que dio todo lo que tenía y que era para su
sustento.
Yo he llamado esa decisión de darlo todo, la
decisión y la ofrenda más inteligente que alguien
haya dado.
Tal vez ella pensó: “Si me quedo con estas
monedas me compró el almuerzo de hoy, pero ¿Y
el de mañana, y el de pasado mañana? En

141
cambio, sí se las doy a Dios, él tendrá que
proveerme el de hoy, el de mañana y el de todos
los días”. Así que dio todo lo que tenía (Lucas 21:
1-4).

2. Darlo todo Cuando se tiene todo:


Uno de los casos más palpables es del Job como
lo vemos en Job 1: 1- 4:
“Había en el país de Uz un hombre llamado Job.
Era un hombre perfecto y recto, temeroso de
Dios y apartado del mal. Y le habían nacido siete
hijos y tres hijas. Su hacienda era de siete mil
ovejas, tres mil camellos quinientas yuntas de
bueyes quinientas asnas y machismos criados.
Era el hombre más importante de todos los
orientales. Y sucedía que una vez pasados los días
de turno, Job los hacia venir y los santificaba. Se
levantaba de mañana y ofrecía holocaustos
conforme al número de todos ellos. Porque decía
Job: Quizá habrán pecado mis hijos, y habrán
blasfemado contra Dios en sus corazones. De
esta manera hacía todos los días”.
si nos detenemos a pensar que cada diez días
este hombre ofrecía por lo menos diez de sus
ovejas u otros animales estaríamos hablando de
365 animales por año, sin tener en cuenta ( ya
que la palabra no lo menciona) los holocaustos
espontáneos o por otros motivos que este

142
hombre realizaba, dado que él era un adorador y
un siervo del Dios de Israel entonces nos vamos a
dar cuenta que a Job no le importaba dar lo que
tenía a su Señor. Aun después de haberlo perdido
todo, él sabía que el mal que estaba padeciendo
Dios lo había permitido y no le importó perderlo
todo porque en su corazón había propuesto que
lo suyo era también del Señor (lea los versos 9-
22)
Job era un hombre desprendido de lo material, y
eso es una característica esencial en aquellos que
no están aferrados a lo que tienen y por amor a
su Señor están dispuestos a darlo todo. Este tipo
de creyentes están prestos para dar, para prestar
sus servicios a quienes los necesite; son los que
sin tantos reparos se involucran en la
evangelización, en los eventos y actividades de la
iglesia, predican, dirigen, interceden, dan sus
diezmos, ofrendan y están al lado de su pastor
para lo que sean requeridos. Nunca tienen una
excusa como muchos que a diario viven alegando
que “yo no puedo por los niños”, que “mi abuela
queda sola”, que “mi suegra es mala gente”, que
“eso es oficio del pastor o de los lideres”,
etcétera, etcétera, etcétera. ¿Me estoy haciendo
entender?
Otro caso bíblico lo encontramos en la historia de
Ester que aun siendo reina y que poseía todo lo

143
que una persona puede desear, arriesgó y
prácticamente entregó su propia vida para la
salvación de su pueblo. (Ester capítulos 2 al 8).
También podemos mencionar a Zaqueo que
cuando recibió la visita de Jesús en su casa, dio la
mitad de sus bienes y devolvió cuatro veces lo
que había robado. (Lucas 19: 1-10).
Otro caso es de los nuevos creyentes de la iglesia
primitiva que vendían sus posesiones y traían el
producto de lo vendido a los pies de los apóstoles
(Hechos 4: 32-34).

MANERAS DE NO DAR
1. No dar nada cuando no se tiene nada
"Y hallándolo al otro lado del mar, le
preguntaron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?
Respondiendo Jesús y les dijo: De cierto os digo
que no me buscáis porque viste las señales sino
porque comisteis pan y os saciasteis." (Juan 6:25-
26).
Parece una frase rara y una excusa perfecta para
la persona que no tiene un corazón dadivoso y de
hecho lo es. Muchas veces hemos escuchado
frases de algunos creyentes tales como “no voy
porque no tengo tiempo o dinero”, “no lo hago
porque eso no me corresponde” etcétera.
Sin embargo vemos que son los que más piden al
Señor y exigen de sus líderes y los demás

144
hermanos. Esto es la característica principal de
este tipo de personas, que por lo general tienen
grandes necesidades espirituales y materiales y
por eso buscan la solución en el Señor, pero no
desean comprometerse, no se involucran, no
dan, no se prestan para servir, sino que buscan
ser satisfechos y que sí se les dé a ellos, pero ellos
solo le buscan un beneficio egocéntrico y
mezquino.
2. No dar nada cuando se tiene todo.
“Un hombre principal le preguntó, diciendo:
Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida
eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno?
Ninguno hay bueno, sino sólo Dios. Los
mandamientos sabes: No adulterarás; no
matarás; no hurtarás; no dirás falso testimonio;
honra a tu padre y a tu madre. Él dijo: Todo esto
lo he guardado desde mi juventud. Jesús, oyendo
esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo
que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro
en el cielo; y ven, sígueme. Entonces él, oyendo
esto, se puso muy triste, porque era muy rico”.
(Lucas 18:18-23)

Este es el caso más frecuente que encontramos


en la palabra de Dios, y aun en la iglesia, debido a
nuestra naturaleza pecaminosa. El egoísmo es
parte de nosotros, especialmente de la persona

145
que no ha nacida de nuevo y que no ha creído
realmente en Cristo como su salvador y
proveedor ya que la primera señal de conversión
real es la generosidad como lo vemos en el caso
de la iglesia primitiva que tenían todas las cosas
en común y vendían sus posesiones. Pero hoy hay
muchos hermanos que tienen mucho para dar,
pero para el Señor siempre ofrecen lo peor,
nunca quieren comprometerse. Es más: casi
siempre pasan desapercibidos porque no
evangelizan, no discipulan, no diezman, no
ofrendan, si se les pide algo no cumplen y
siempre le sacan el cuerpo a las
responsabilidades. Muchos de ellos después de
tanto tiempo ni siquiera se han bautizado,
tampoco dan un buen testimonio y son muy
materialistas. Tienen un buen trabajo, tiempo,
salud, dinero, talento, y no usan nada de esto
para beneficio del reino de los cielos, ni aun para
su propio crecimiento, y el fin de estas personas
dolorosamente si no hay arrepentimiento en su
corazón, es de perdición eterna ya que “quien
sabe hacer lo bueno y no lo hace le es contado
por pecado como lo dice Santiago 4:17 y como
vemos reflejado en la parábola de los talentos
(Mateo 25: 30).

Conclusión:

146
Es importante examinar nuestra vida y pensar si
realmente le estamos dando a Dios lo que él
desea recibir de nosotros ya que muchos nos
hemos convertido en pedigüeños y no dadivosos.
Dios no se agrada en migajas de nosotros. Él
quiere que le demos lo mejor de lo mejor, y él
sabrá recompensarnos rica y abundantemente.

LOS 6 ENEMIGOS DE UNA SEMILLA


Proverbios 11:24-25; Mateo 13:1-9,18-23.

147
“La semilla y las raíces crean el fruto. Si quieres cambiar
el fruto, cambia la semilla y modifica las raíces. Lo
interno crea lo externo” (T. Harv Eker, escritor y
motivador empresarial Canadiense)

Dentro de ese orden que Dios ha establecido


para que su pueblo sea bendecido, hay que
mencionar la generosidad. Ser generosos trae
prosperidad (Proverbios 11:25). Dios ve la
generosidad como cuando plantamos una
semilla: De lo que sembremos, cosecharemos.
Esta es una Ley inquebrantable que rige el
universo. Toda gran cosecha que aspiremos a
tener en la vida en cualquier aspecto de ella será
siempre el resultado de las semillas que hayamos
sembrado. Esto se aplica a toda relación, a lo
financiero y productivo. La ley de la siembra y la
cosecha nos regula en todo. Nadie puede aspirar
a recoger uvas cuando ha sembrado abrojos.
Nadie puede aspirar recolectar de lo que jamás
sembró. Esto también se aplica en la vivencia del
Reino en nuestra vida. Sembramos para cosechar
y cosechamos para seguir sembrando. El que
quiera recoger una gran cosecha en lo que le
falta, que siembre una semilla de su propia índole
para que se le convierta en lo que está
necesitando, pues cada cosa se reproduce según
su propia naturaleza. La manzana produce
manzanas. La piña da piña. Y si su carencia es
148
financiera lo correcto sería sembrar una semilla
financiera para que venga una cosecha igual.
Aunque suene incomodo decirlo y parezca algo
netamente mundano y carnal, no podemos negar
que la plata da plata. Así de sencillo. Si usted lo
vive, lo experimentará como cientos lo estamos
viviendo. Dentro de este orden, uno de los
propósitos que Dios ha revelado en su Palabra es
que él mismo levantará columnas financieras que
puedan invertir su dinero no solo en aspectos
personales, en su familia, en los necesitados sino
que también tengan presente el reino de los
cielos. Dios quiere contar con gente generosa
que invierta en su obra para que ésta sea
conocida en las naciones y Jesucristo sea
proclamado como Señor en todo el mundo. Pero
a muchos les cuesta dar. Cuando se trata de
invertir en la obra de Dios, fruncen el cejo, se
incomodan y hasta pueda que se retiren de
donde se congregan. Esto obedece en parte a la
falta de liberalidad en algunos y en otros, por el
abuso que se ha cometido al respecto. No puedo
negar que centenas de líderes cristianos han
hecho del principio del dar la caja de la panacea y
han incurrido en un descarado abuso contra el
pueblo disfrazando su avaricia con “pseudas
verdades” bíblicas. He sido testigo de las
barrabasadas a las que han arribado estos

149
“mercaderes de la fe” en aras de sacarles dinero
a los que acuden a sus iglesias y actividades.
Pareciera que las indulgencias de los siglos
pasados retornaron con mayor fuerza al seno de
las iglesias cristianas. El descaro ha sido tal que
algunos afirman que mientras alguien esté dando
su dinero al Señor, no importa la clase de vida
que lleve ni la forma en la que viva, pues por lo
que da, el Señor le aparejará en lo otro. ¡Qué
barbaridad y que descaro tan flagrante! ¡Eso no
es cierto! El principio del dar no anula ni descarta
el principio de la santidad, la pureza, la rectitud
moral y la tremenda responsabilidad que nos
asiste de vivir para Jesucristo y ser de testimonio
al mundo en todos los aspectos de nuestra vida.
Lo que le demos al Señor no nos da licencia para
vivir como se nos antoje y hacer lo que nos
parezca como algunos nos lo han hecho creer. En
esto no nos podemos equivocar. Todavía el Señor
demanda que nos esforcemos en la vivencia de
su Palabra puesto que “sin santidad nadie verá al
Señor” (Hebreos 11:6)
No obstante a estos abusos, la ley del dar existe y
es de enorme consideración cuando se práctica
en la búsqueda de experimentar la solvencia
económica.
Fue el mismo Dios quien estableció la Ley del dar
como base para recibir. Su Palabra declara:

150
“Mientras la tierra permanezca, no cesaran la
sementera (siembra) y la siega (cosecha), el frio y
el calor, el verano y el invierno, el día y la noche”
(Génesis 8:22, paréntesis mío).
El Señor Jesús también afirmó:
“Dad, y se os dará; medida buena, apretada,
remecida y rebosando darán en vuestro regazo;
porque con la misma medida con que medís, os
volverán a medir” (Lucas 6:38).
Para el Señor dar es como cuando sembramos
una semilla. Él no ve dinero, él no ve plata, él no
ve oro, él ve semillas que producirán buenas
cosechas.
El apóstol Pablo comparte este mismo
pensamiento. Hablando de la ofrenda que habían
promocionado para los hermanos de Jerusalén, él
escribe:
“Pero esto digo: El que siembra escasamente,
también segará escasamente; y el que siembra
generosamente, generosamente también segará”
(2ªCorintios 9:6).
Así que dar es absolutamente bíblico. Pero este
acto de dar como una semilla que se planta se
enfrenta a 6 enemigos bien marcados:

1. La mano retenedora: “Hay quienes reparten, y


les es añadido más, y hay quienes retienen más

151
de lo que es justo, pero vienen a pobreza. El alma
generosa será prosperada; y el que saciare, él
también será saciado” (Proverbios 11:24)
Hay una creencia bien diseminada a lo largo de
toda Latinoamérica y es que “quien da lo que
tiene, a pedir se queda”. Esta particular forma de
pensar ha provocado que el corazón de
muchísima gente se hermetice a cualquier acto
bondadoso de dar en lo concerniente a la obra
del Señor. El texto de Proverbios nos lleva a
pensar de forma contraria. No es por dar que nos
quedamos sin nada: nos quedamos sin nada por
no dar. La mano que no quiere plantar una
semilla se torna en enemiga de esa semilla. Una
semilla solo puede cumplir su ciclo de
germinación, reproducción y fruto cuando es
sembrada. Podríamos retenerla con nosotros,
almacenarla en un lugar bien bonito, ponerla
junto a otros adornos, pero eso solo lograría
inhabilitarla en su proceso normal, porque una
semilla jamás logrará desarrollar todo su
potencial hasta que no sea plantada. Lo mismo
ocurre cuando no damos. Al retener con nosotros
cualquier semilla financiera estamos impidiendo
que ésta se reproduzca y nos de la cosecha para
lo que fue condicionada. Dar en lo financiero
cumple la misma labor de una semilla natural
(2ªCorintios 9:6). Así como toda semilla

152
sembrada produce el fruto propio de su
naturaleza, una semilla financiera produce lo de
su misma esencia. En otras palabras, como la
piña da piña, el tomate da tomate, la plata da
plata, porque cada cosa se reproduce según su
propia naturaleza (Génesis 1:11). ¿Urge de un
milagro financiero? Siembre una semilla
financiera y verá respuestas asombrosas, pues
Dios moverá personas y circunstancias para que
su cosecha llegue.
No permita que su mano se torne en enemiga de
su semilla financiera porque usted mismo se
vería afectado en lo que pudiera ser bendecido
por ella. La mano retenedora empobrece, más la
dadivosa, enriquece. Extienda su mano cada vez
que pueda para sembrar una buena semilla y
verá que dar produce resultados. Y ¿Qué puede
uno hacer cuando ha dado una y otra vez y los
resultados han sido infructuosos? La Biblia nos
responde de la siguiente manera.
“Hay que sembrar en la mañana, y volver a
sembrar en la tarde, pues nunca se sabe cuál de
esas siembras será mejor o si todas comienzan a
ser abundantes” (Eclesiastés 11:6, Biblia lenguaje
actual).
La recomendación bíblica es que continuemos
sembrando porque no sabemos cuál de todas las
semillas sembrada nos dará la cosecha deseada.

153
Compruébelo usted mismo y cuénteles a otros lo
que sucedió con usted.

2. La mano de los que fraccionan la semilla:


“Pero esto digo: El que siembra escasamente,
también segará escasamente; y el que siembra
generosamente, generosamente también segará”
(2Corintios 9:6)
Sería ridículo que alguien tratara de sembrar
media semilla de cualquier fruto, o una parte de
ella, y que quiera retener el resto de lo que
quedó para sí. Las semillas partidas o
fraccionadas, no pueden cumplir su ciclo de
reproducción porque al ser trozadas, mucha de la
fuerza del potencial que las caracteriza se queda
en la otra parte y eso hará que se vea impedida
en desarrollar toda su capacidad de germinación.
Y si aun así pudieran producir, lo que se recoja no
sería igual que si se hubiera sembrado la semilla
entera. Y lo que en lo físico no haríamos, no
obstante, hay muchísima gente que si lo hace con
las semillas financieras. Al momento de sembrar,
de dar para el reino de los cielos, dan semillas
partidas, desmembradas, fraccionadas e
incompletas. Esto hace que la escases económica
abunde, pues semillas partidas—si llegaren a
reproducirse, darán cosechas incompletas. Al
respecto la biblia nos dice:

154
“…El que siembra escasamente (semilla partida,
incompleta), también segará escasamente
(cosecha incompleta)” (2ªCorintios 9:6,
paréntesis mío).
El Señor Jesús nos advirtió de forma indirecta
sobre esto al declarar:
“Dad, (semilla entera) y se os dará; medida
buena, apretada, remecida y rebosando darán en
vuestro regazo (cosecha completa), porque con la
misma medida con que medís, os volverán a
medir” (Lucas 6:38, paréntesis mío).
No es pequeño el número de los que cosechan
pequeñas porciones de lo que pudo haber sido
una gran siega por fraccionar sus semillas.
Recuerde que como damos, recibimos.

3. La tierra no fértil: “Parte cayó en pedregales,


donde no había mucha tierra; y brotó pronto,
porque no tenía profundidad de tierra” (Mateo
13:5)
Este es otro de esos enemigos que impiden que
una semilla cumpla su ciclo de vida. Sembrar en
terrenos no aptos para una cosecha de calidad ha
hecho que muchos pierdan lo invertido, pues la
calidad del terreno determina la cantidad de lo
que esperamos recoger. Sembrar en tierra mala
acarrea pérdidas cuantiosas. ¿Qué hace que un
terreno sea tierra mala para una semilla? Cuando
dicho terreno no ha sido mecanizado, ni abonado
155
ni fertilizado para optimizar su rendimiento. Hay
terrenos muy dados a ser hábitat de bichos y
plagas que destruyen vorazmente las semillas
sembradas en ellos. Otros son “buena tierra”
para malezas, espinos y cardos que ahogan el
crecimiento y el desarrollo de las plantas. Y en lo
aplicativo, ¿Cuándo alguien es tierra mala para
una semilla financiera? Cuando tiene consigo
demasiados prejuicios hacia lo financiero porque
cree que ser pobre lo hace mejor cristiano, si
tiene ataduras morales y espirituales que lo
enajenan de una vida dinámica en lo que a Dios
concierne, si no trabaja, y no invierte en el reino
de los cielos, si es duro para dar, mezquino, no
practica la reciprocidad de hacer de cada cosecha
una nueva semilla para que ésta cumpla su ciclo
de reproducción, si es egoísta, vive en esclavitud
financiera, si se amarga fácilmente y es un avaro
desmedido cuyo único interés es él mismo y lo
suyo.
Una persona que no diezma, ni ofrenda con
libertad, es mala tierra porque el diezmo es como
la mecanización de la tierra, en tanto que la
ofrenda es la semilla de la que vendrá la cosecha.
La Biblia nos llama a diezmar y a ofrendar
(Malaquías 3:8) para que seamos libres de
maldiciones económicas (Malaquías 3:9-11). Si
ofrendamos y no diezmamos, es como si

156
sembráramos la semilla pero sin mecanizar el
terreno, sin prepararlo, y si solo diezmamos y no
ofrendamos, es como si mecanizáramos la tierra
pero no le sembráramos ninguna semilla. Se
necesitan las dos cosas para que los resultados
sean óptimos.
La tierra apta para ser sembrada no quiere
escuchar nuestras quejas ni nuestros lamentos
sobre lo que nos pueda estar pasando. Ella solo
podría decir:” No me cuentes tus problemas. Solo
siémbrame una semilla y yo te la devuelvo
convertida en una gran cosecha”

4. Las aves del cielo: “Y mientras sembraba,


parte de la semilla cayó junto al camino; y
vinieron las aves y la comieron” (Mateo 13:4)
El Señor Jesús contó una parábola sobre un
sembrador que salió a sembrar y mientras lo
hacía, su semilla fue atacada por tres enemigos
que la inhabilitaron para que produjera una
cosecha propia de su capacidad. El primer
enemigo que hizo estrago con parte de la semilla
sembrada fueron las aves del cielo. Leamos
Mateo 13:4:
“Y mientras sembraba, parte de la semilla cayó
junto al camino; y vinieron las aves y la
comieron”.

157
El mismo Señor Jesucristo dio la interpretación
sobre esto:
“Cuando alguno oye la Palabra del reino y no la
entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue
sembrado en su corazón. Este es el que fue
sembrado junto al camino” (Mateo 13:19).
Así que las aves representan a aquellos que no
entienden la Palabra, no tienen revelación de
Dios en sus vidas y son sin entendimiento a este
respecto. Aquí hay un factor para tener en
cuenta: la semilla cayó junto al camino, tal vez
por donde transitaban algunos y merodeaban
estas aves que terminaron haciendo su banquete
con esa parte de la semilla que al ser sembrada
cayó allí. Esto es una alusión directa a los
indiferentes, a los que están “junto al camino” los
que merodean en lo que hacemos pero que
nunca se involucran en hacerlo ellos. Este tipo de
personas son enemigos de la semilla porque no
entienden nada de lo que el dar provoca porque
no lo viven, no lo hacen. Ellos son indiferentes,
sin revelación de la Palabra, y por no tener
claridad sobre esto, terminan criticando a quien
sí lo hace y se “comen” la semilla. Las aves
representan a los que no tienen revelación de
Dios sobre este tema y acaban siendo egoístas,
criticones y viviendo en esclavitud financiera. A
estos les puede pasar lo que le aconteció al

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profeta que al morir dejó su familia endeudada
por carecer de revelación financiera en su
ministerio (véase 2ºReyes 4:1-7).

5. Los Pedregales: “Parte cayó en pedregales,


donde no había mucha tierra; y brotó pronto
porque no tenía profundidad de tierra, pero
salido el sol, se quemó; y porque no tenía raíz se
secó” (Mateo 13:5-6).
Oigamos su interpretación:
“Y el que fue sembrado en pedregales, este es el
que oye la Palabra, y al momento la recibe con
gozo, pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta
duración, pues al venir la aflicción o la
persecución por causa de la Palabra, luego
tropieza” (Mateo 13:20-21).
Este fue el segundo enemigo al que Cristo señaló
como culpable de que la semilla no se
reprodujera. Los pedregales representan a los
que son duros, tacaños, sin raíz ni fundamento
para practicar la generosidad. Ellos son los que en
un principio puedan que den, pero luego se
desaniman porque no sienten la misma emoción
que sintieron al principio. Cuando afrontan
tribulación y aflicción o se sienten perseguidos
por lo que hacen, dejan de hacerlo y se vuelven
duros para volver a dar porque creen que lo que
dieron no les sirvió para librarlos de lo que ahora

159
viven. Ellos no se han dado cuenta de que uno no
siembra por emoción, sino por convicción, así no
sintamos nada al hacerlo, pues la semilla no se
reproduce por lo que sentimos sino por su
capacidad de reproducción una vez haya sido
sembrada. Lo otro a tener en cuenta es que en
medio de una aflicción o persecución, hay que
seguir sembrando porque siempre necesitaremos
de una buena cosecha así estemos siendo
perseguidos. Nuestros problemas no anulan el
potencial con el que la semilla cuenta para
reproducirse. Ella sólo espera que la sembremos
así nosotros nos estemos muriendo. Hacernos
duros para no dar por causa de nuestros
problemas es hacernos enemigos de la semilla
que solo espera que la sembremos para ella
reproducirse en cosecha. Los pedregales
representan a los tacaños, los duros, los
amarrados y egoístas que no tienen raíz ni
fundamento sólido, sino que están en la
superficie y al menor problema, dejan de
sembrar, se secan. Ejemplo de esto es Nabal el
del carmel que no quiso compartir lo suyo con el
rey David y terminó muriendo antes de tiempo
por su mezquindad y dureza para dar (1ºSamuel
24:1-38) y su mujer terminó siendo una de las
esposas del rey David (1ºSamuel 24:39-44).

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La gente dura y egoísta para dar verá como lo
suyo pasa a estar en manos de quienes si son
generosos para bendecir. Por no dar, lo que hoy
tenemos podría ir a parar a manos de otros. La
dureza para no dar, seca y reseca. Tenga cuidado
y no sea duro para sembrar. La dureza para dar
es otro enemigo de la semilla que se quiera
sembrar.

6. Los espinos: “Y parte cayó entre espinos; y los


espinos crecieron, y la ahogaron” (Mateo 13:7).
Escuchemos su aplicación de labios del Señor
Jesús:
“El que fue sembrado entre espinos, éste es el
que oye la Palabra, pero el afán de este siglo y el
engaño de las riquezas ahogan la Palabra, y se
hace infructuosa” (Mateo 13:22)
Este es el tercer enemigo señalado por Jesús en
esta parábola. Los espinos representan a los
amargados, los decepcionados, los que están
como resentidos porque tal vez nunca nadie los
ha bendecido con algo bueno. El amargado
siempre tiene afán en todo, pero no porque
realmente le preocupe ser responsable en lo que
hace, sino que usa su afán como una manera de
incomodar la vida de otros. Su amargura lo hace
ser ponzoñoso, hiriente, sarcástico e incrédulo.

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Personas así, son enemigos de una buena semilla.
Lo que se siembre en ellos, se pierde.
Hay dos factores negativos en los que son tipo
espinos: “el afán de este siglo” y “el engaño de
las riquezas”. ¿A qué se refiere esto?
“El afán de este siglo” se refiere a lo que se
quiere acaparar, lo que se quiere tener pero sin
que le cueste nada. A los tipo- espinos les
gustaría disfrutar de todo lo que el mundo
brinda, pero que sea gratis, sin valor monetario
alguno, y si les toca gastar, que sea en cantidades
moderadas. Están tan afanados por lo que no
tienen que no disfrutan lo que sí tienen.
“El engaño de las riquezas” se refiere a eso que le
hace creer que con lo que tiene, ¿Para qué Dios?
¿Para qué dar? ¿Para qué más? El amargado cree
que con lo que tiene— mientras no se lo quiten y
él no lo derroche, no hay razón ni para dar ni
para buscar lo que no se le ha perdido. Esta clase
de gente son enemigos de la semilla por cuanto
prefieren retenerla que soltarla. No vaya a
invertir en ellos porque termina perdiendo lo
sembrado.
Siempre tendremos una semilla que sembrar. El
Dios que nos da el pan para alimentarnos, nos
proveerá la semilla para que la sembremos. La
semilla que no se siembra, no cumple su ciclo de
vida, y su potencial de reproducción se aborta.

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Hasta una simple semilla se ve amenazada por la
existencia de enemigos reales que procuran
neutralizar el enorme potencial con el que ha
sido dotada para multiplicarse. Pero no obstante
a estos enemigos a los que se enfrentan, hay
personas, ministerios e iglesias que son buena
tierra y todo lo que se siembre en ellos producirá
resultados en porcentajes grandiosos (Mateo
13:8-9,23; Deuteronomio 1:11). Dios nunca
conocerá que tantas ganas tenga usted de
recoger en porcentajes grandes hasta tanto no lo
vea sembrando una semilla. Nunca deje de
sembrar, y siempre tendrá de donde recoger. El
que siembra hoy, recogerá mañana.
En el próximo capítulo miraremos como conocer
los tiempos que vivimos para saber mejor que
nos espera en los años venideros.
Principio Relevante: Cada vez que intentes
posicionarte, habrá enemigos que querrán
desestimar el potencial con el que cuenta tu
semilla. Las semillas nacen para morir y cumplir
así su ciclo de vida. La “muerte” de una semilla
genera una cosecha asombrosa. Lo interno crea
lo externo. Si quieres cambiar el fruto, cambia la
semilla. A la tierra no le interesan tus problemas.
Sólo siémbrale una semilla y ella te dará una
cosecha.

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