Aparato Locomotor Clase

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APARATO LOCOMOTOR

¿Qué es el aparato locomotor?

El aparato locomotor o sistema musculoesquelético es el conjunto de estructuras corporales


formado por el esqueleto, los músculos esqueléticos y las estructuras accesorias que permiten
que nuestro cuerpo se mueva. Este aparato es el que nos permite realizar movimientos y
desplazarnos de un lugar a otro y está compuesto por dos sistemas independientes, pero
sumamente relacionados entre sí: el sistema óseo (el de los huesos) y el sistema muscular (el
de los músculos que se asocian con los huesos).

El aparato locomotor está formado por huesos, músculos y otras estructuras

Mientras que el sistema óseo tiene un papel muy importante en el soporte y la estructura de
nuestro cuerpo, el sistema muscular es más activo y está controlado por nuestro sistema
nervioso, es decir que solo se mueve cuando nosotros queremos que lo haga.

Ambos sistemas están formados por tejidos vivos constituidos por células, que se mueren y se
reponen constantemente a lo largo de nuestra vida y que necesitan oxígeno y nutrientes para
realizar sus funciones. El sistema óseo se compone de más de 200 huesos, entretanto el
sistema muscular está formado por más de 600 músculos.

FUNCIONES DEL APARATO LOCOMOTOR


El movimiento es una de las principales funciones que provee el aparato
locomotor al cuerpo humano, y es crucial para favorecer nuestra interacción
con el medio que nos rodea.

Poder desplazarnos de un lugar a otro ha sido fundamental tanto para los seres
humanos como para el resto de los animales, vertebrados o invertebrados, ya
que a lo largo de la historia esto nos ha permitido salir en busca de agua, de
alimentos, de refugio, de nido y de pareja.

Nos ha favorecido también durante la huida de algún depredador, la cacería de


alguna presa y la recolección de frutas y vegetales, entre muchas otras cosas.
Hoy en día debemos agradecer a nuestro sistema locomotor por permitirnos,
además, ejercitarnos, bailar, sonreír, cantar, masticar, saltar, ir al colegio o al
trabajo, esquiar, patinar, andar en bicicleta, correr, caminar, tocar un
instrumento, cocinar, coser, tejer, etc.

Las funciones del sistema son más que solo la suma de


sus partes

Es importante mencionar que las funciones del aparato


locomotor resultan de la suma de las funciones de las partes
que lo componen, esto es, de las funciones conjuntas del
sistema esquelético y del sistema muscular.

 El sistema óseo o esquelético, es decir los huesos,


se encarga de proporcionar el soporte para las
demás estructuras corporales y de proveer la base
para la inserción de los músculos, para los que
sirven como “palancas” para conseguir los distintos
movimientos.
 Los músculos, por su parte, son los que se encargan
de producir el movimiento, pero no podrían hacerlo
si no estuvieran conectados a los huesos para
permitir el movimiento de uno respecto a otro, o del
cuerpo completo durante la locomoción.

SISTEMA MUSCULAR
Sin los huesos, los músculos no tendrían dónde anclarse y sin
los músculos, los huesos no tendrían cómo moverse en contra
de la gravedad; sin el cerebro, además, ningún movimiento sería
posible.

Otras funciones

Los huesos y los músculos ejercen otras funciones además de


las que acabamos de mencionar:

 Los músculos ayudan a proteger los órganos vitales.


 Los huesos, además de ser soporte estructural son
el principal sitio de almacenamiento de minerales
del cuerpo.
 La médula ósea (la región interna de los huesos)
participa activamente en la formación de las células
que circulan en la sangre: los glóbulos rojos y los
glóbulos blancos.

PARTES DEL APARATO LOCOMOTOR

El aparato locomotor está compuesto por elementos


pertenecientes a dos sistemas que, aunque se definen por
separado, están muy relacionados entre sí: el sistema óseo y el
sistema muscular, específicamente la porción correspondiente
a los músculos esqueléticos (asociados con los huesos).

SISTEMA ÓSEO O ESQUELÉTICO

El sistema óseo el sistema del cuerpo formado por todos los


huesos, las articulaciones, los cartílagos y fibras de tejido
conectivo.
 Los huesos son estructuras muy duras y rígidas, capaces
de soportar el cuerpo y de proteger los órganos más
importantes. Sin los huesos, nuestro cuerpo tendría más
bien una consistencia y un aspecto gelatinoso.
 Las articulaciones son los sitios en donde entran en
contacto dos o más huesos entre sí (se unen) y son las que
permiten que el esqueleto se mueva y se mantenga todo
unido.
 Los cartílagos son más blandos y flexibles que los huesos
y forman parte de algunas articulaciones, de la nariz y de
las orejas.
 Los ligamentos son las fibras de tejido conectivo muy
resistentes compuestas por colágeno que sujetan las
articulaciones a los huesos e impiden que estos se
desplacen sobre estas.
 Aunque es uno solo, el sistema óseo se clasifica como el
conjunto formado por dos esqueletos: el esqueleto axial y
el esqueleto apendicular.

ESQUELETO AXIAL
Es la parte del sistema óseo que está comprendida por los
huesos de la cabeza, del pecho y de la columna vertebral, donde
ejercen funciones esencialmente de protección para los
órganos allí contenidos (la columna también ejerce un
importante papel en el mantenimiento de la postura).

Aunque esta parte del esqueleto provee una superficie de


sujeción para la que explicaremos enseguida, no es
precisamente la que participa del sistema locomotor cuando
hablamos estrictamente del movimiento y el desplazamiento.

Esqueleto apendicular
Esta porción del sistema óseo es, en realidad, la que conforma las estructuras
que nos ayudan a movernos todo el día, bien estemos sentados frente al
computador o caminando hacia el parque.
El esqueleto apendicular comprende los huesos que forman nuestros
apéndices, es decir, los brazos, las manos, las piernas y los pies. La mayor
parte de los huesos del cuerpo se concentran en esta porción del sistema óseo
y, además, también contiene los huesos más largos y fuertes de nuestro
cuerpo.

Esta porción del sistema óseo es, en realidad, la que conforma las estructuras
que nos ayudan a movernos todo el día, bien estemos sentados frente al
computador o caminando hacia el parque.
El esqueleto apendicular comprende los huesos que forman nuestros
apéndices, es decir, los brazos, las manos, las piernas y los pies. La mayor
parte de los huesos del cuerpo se concentran en esta porción del sistema óseo
y, además, también contiene los huesos más largos y fuertes de nuestro
cuerpo.
SISTEMA MUSCULAR ESQUELÉTICO

Los músculos son los componentes activos del aparato locomotor.


Están compuestos por miles de células alargadas y fibrosas que forman una
masa, a la cual podemos ubicar entre la piel y los huesos.
Las células musculares están equipadas con gran número de fibras proteicas
contráctiles o “elásticas”, las cuales hacen posible el acortamiento y el
estiramiento de los músculos, necesario para que podamos realizar
movimientos, desplazarnos y mantener la postura erguida.
Los músculos se dividen en 2 categorías: los músculos lisos y los
músculos estriados; estos últimos, a su vez, se clasifican como músculos
cardíacos y músculos esqueléticos, dependiendo de su función y de su
ubicación anatómica.
Mientras que los músculos cardíacos y los lisos forman parte de las paredes
del corazón y de las vísceras y órganos huecos, respectivamente, los músculos
esqueléticos, como su nombre indica, son aquellos que se asocian con los
huesos del esqueleto y son los que competen al aparato locomotor.
Por otra parte, tanto los músculos lisos como el músculo cardíaco son
músculos involuntarios, lo que quiere decir que no se contraen por órdenes
conscientes de nuestro cerebro, pero los músculos esqueléticos son
voluntarios, esto quiere decir que se mueven únicamente cuando queremos
que así ocurra.

Nuestro cuerpo tiene más de 600 músculos de este tipo, los cuales varían
considerablemente en forma, tamaño y ubicación corporal. Generalmente estos
músculos mueven el esqueleto en pares opuestos, es decir, que cuando uno se
contrae otro se relaja, permitiendo así el movimiento de los miembros.
Unión entre el sistema muscular y el esquelético
Los huesos se unen entre sí gracias a las articulaciones, las cuales se sujetan
a cada hueso por medio de unas fibras de tejido conectivo llamadas
ligamentos. Por su parte, los músculos son tejidos elásticos y resistentes
formados por células musculares equipadas con fibras contráctiles, pero

¿cómo se asocian ambos sistemas?


Los músculos pueden unirse al sistema esquelético a través de unas
estructuras conocidas como tendones. Un tendón es una estructura
formada por fibras de tejido conectivo (principalmente colágeno) que
se encuentra en los extremos de los músculos y cumplen la función de sujetarlo
o unirlo al

TEJIDO ÓSEO.

Además de permitir esta conexión física, los


tendones también participan en la transmisión
de la fuerza contráctil desde el músculo hacia
el hueso con el que lo conectan.

¿Cómo funciona el aparato locomotor?

El aparato locomotor está controlado activamente por


nuestro sistema nervioso central, específicamente por la división voluntaria del
mismo.

Nuestro cerebro emplea información de algunos de


nuestros sentidos como los ojos, los oídos y el tacto para
“entender” que queremos o debemos mover alguna parte
de nuestro cuerpo o que debemos desplazarnos de un
lugar a otro dependiendo de las señales que recibimos del
entorno.

Las órdenes cerebrales viajan desde el cerebro hacia los


músculos a través de las neuronas en forma de impulsos
eléctricos (impulsos nerviosos).

Las neuronas motoras controlan el movimiento muscular


proyectando sus axones hacia los músculos
Estos impulsos eléctricos se transmiten a las células musculares en forma de
mensajeros químicos que les indican a los filamentos contráctiles que deben
desplazarse unos sobre otros para acortar el músculo o para relajarlo.
Cuando un músculo se contrae permite el desplazamiento de un hueso sobre
otro y, por lo tanto, el movimiento de un brazo o una pierna, por ejemplo, o de
la mandíbula.
Enfermedades del aparato locomotor
Los problemas más comunes relacionados con el aparato locomotor son:
Artritis, que resulta de inflamación de las articulaciones, por ejemplo.

Osteoporosis, debida a la pérdida de calcio de los huesos y, por lo tanto, a su


debilitamiento y a la poca capacidad del cuerpo para regenerar el tejido óseo.
Las personas que sufren de esta condición suelen tener huesos muy débiles y
más propensos a fracturas.
Dolores musculares, debidos a compresiones, malas posturas y malos
movimientos; son muy comunes el dolor de espalda y el dolor de cuello,
especialmente para las personas que descansan poco y que están
constantemente estresadas.
Defectos y condiciones relacionadas con el uso excesivo, común para
muchos deportistas que no dejan descansar sus músculos lo suficiente o para
aquellas personas que diariamente trabajan realizando fuerza física y que no
se alimentan correctamente, que no beben suficiente agua y que no descansan
propiamente.
Enfermedades inflamatorias, infecciosas, parasitarias, virales, cánceres,
entre otras.
Fracturas y golpes.
Tendinitis, esguinces, torceduras, etc.

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