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Introducción
Los humedales han sido de gran importancia para la humanidad en todos los continentes y, en la actualidad, su conservación ha adquirido una relevancia considerable. Para ilustrar su relevancia histórica, se pueden citar ejemplos como los valles fértiles del Nilo, Éufrates y Tigris, que dieron origen a las civilizaciones egipcia y sumeria (Hammerton, 1972; Boulé, 1994). En las regiones americanas, los humedales también desempeñaron un papel preponderante; por ejemplo, en los extensos humedales del Amazonas, donde la densidad de población fue entre 10 y 20 veces mayor que en las tierras altas circundantes (Denevan, 1976).
En México, diversas culturas mantuvieron una relación estrecha con los humedales. Los olmecas surgieron en las planicies costeras inundables del sur de Veracruz y Tabasco, en el centro del Golfo de México, una zona intensamente irrigada por los numerosos afluentes de los ríos Papaloapan, Coatzacoalcos y Tonalá (Coe y Diehl, 1980).
Existen informes sobre la presencia de campos elevados y canales en varios
humedales de las tierras bajas de Mesoamérica, construidos para cultivar una variedad de productos (Beach et al., 2009; Heimo et al., 2004; Siemens y Puleston, 1972). Los campos elevados se ubicaban en las orillas de los humedales, donde se producían inundaciones someras pero frecuentes, mientras que los canales permitían la navegación, el riego, la obtención de fango para fertilizar, además de la pesca. Durante la estación seca, las zonas bajas y húmedas se utilizaban para la siembra, mientras que en la temporada de lluvias, los campos más elevados que no se inundaban servían para el cultivo (Siemens, 1998).
Los aztecas se establecieron sobre un lago y gran parte de su agricultura estuvo
vinculada al uso de humedales, mediante el cultivo en chinampas (Rojas, 1990), un sistema más sofisticado que los campos elevados y que se sigue utilizando en la actualidad.
Los humedales son tierras de transición entre sistemas terrestres y acuáticos, donde el manto freático se encuentra generalmente en o cerca de la superficie, o bien, la tierra está cubierta por aguas poco profundas (Cowardin et al., 1992). De manera general, estos sistemas son comparables, diferenciándose principalmente en su grado de humedad o inundación (Wheeler et al., 2002). Para que se forme un humedal, deben confluir varias condiciones, cada una de las cuales propicia la siguiente. En primer lugar, debe haber suficiente precipitación para que el agua escurra o se infiltre, superando la cantidad que se evapora, permitiendo así su acumulación en una determinada topografía (segundo factor). Una vez que el agua se acumula en una depresión, en un canal o corre muy lentamente sobre una superficie, se establece el componente hidrológico, es decir, la cantidad, calidad y estacionalidad de la inundación, que es el principal factor que produce un suelo hidromórfico y determina el tipo de humedal. Cuando el agua ocupa los poros entre las partículas de suelo y desplaza el aire, se forma un suelo hidromórfico en el cual el oxígeno es escaso. Esto determina el tipo de plantas que pueden establecerse para formar el humedal. Cuando los humedales están cerca de la costa, la salinidad es otro factor que produce heterogeneidad ambiental. Todo lo anterior resulta en humedales herbáceos y arbóreos, temporales y permanentes, de agua dulce, salinos e hipersalinos. En México, los humedales conocidos como ciénagas y pantanos ocupan el 6.5% del territorio nacional (INEGI, 2005). Incluyen desde lagunas costeras someras con sus pastizales marinos, marismas y oasis en los desiertos, hasta manglares y petenes, humedales herbáceos de agua dulce (popales, tulares), palmares y selvas inundables. Esta gran variabilidad alberga una enorme cantidad de especies de flora y fauna, y por ende, una alta biodiversidad, a pesar de que algunos de ellos, como los manglares, sean poco diversos por sí mismos.
La hidrología es el principal factor que determina y afecta a los humedales (Mitsch
y Gosselink, 2000; Junk, 2002). Muchas de las diferencias entre los distintos humedales se basan en características del hidroperiodo. Este es el patrón estacional del nivel del agua en un humedal y se define por su duración (tiempo que permanece la inundación),frecuencia (el número de veces que se inunda en un tiempo dado), profundidad y época de inundación. El hidroperiodo afecta de manera significativa la composición de especies, la estructura del suelo, los procesos metabólicos y frecuentemente abre el ecosistema a entradas y salidas laterales de materiales. Los humedales varían en su hidroperiodo y en la salinidad. Las marismas y los manglares se inundan periódicamente con las mareas, siendo las primeras las más salinas. Las selvas y los popales se inundan con el agua dulce del desborde de ríos, permaneciendo los segundos inundados casi todo el año. HUMEDALES:
Los humedales son ecosistemas esenciales que proporcionan numerosos
beneficios ambientales y económicos. En México, existen 6,331 complejos de humedales, de los cuales 142 tienen reconocimiento internacional. Sin embargo, desde 1900, el país ha perdido el 62% de sus humedales. Esta pérdida afecta gravemente la biodiversidad y la capacidad de estos ecosistemas para purificar el agua y prevenir inundaciones.
Roberto Lindig Cisneros, del Instituto de Investigaciones en Ecosistemas y
Sustentabilidad (IIES), destaca que la investigación sobre humedales en México es insuficiente y que las tendencias son desalentadoras. Los humedales incluyen una variedad de ecosistemas como lagos, ríos, acuíferos subterráneos, pantanos, marismas, pastizales húmedos, oasis, estuarios, deltas, manglares, arrecifes coralinos y sitios artificiales como estanques piscícolas, arrozales y salinas.
Según el Inventario Nacional de Humedales 2012 de la Comisión Nacional para el
Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO), los estados con mayor superficie de humedales son Campeche (26%), Tabasco (16%), y Chiapas y Veracruz (9% cada uno). Sin embargo, los humedales del norte de México, como los de Cuatro Ciénegas en Coahuila, están en mayor riesgo debido a su rareza y ubicación en zonas áridas o semiáridas.
La Evaluación cuantitativa de la pérdida de humedales en México, realizada por
Patricia Moreno Casasola del Instituto de Ecología del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), revela que más de la mitad de los estados con humedales han experimentado pérdidas significativas. Los estados más afectados incluyen Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Baja California, Sonora y Tabasco.
El deterioro de los humedales también impacta la calidad del agua. Al urbanizar o
deforestar las cuencas que recargan los acuíferos que alimentan los humedales, se reduce la cantidad de agua disponible. Un ejemplo es el humedal de Mintzita en Morelia, que suministra el 40% del agua de la ciudad pero sigue enfrentando destrucción.
Roberto Lindig resalta la necesidad de formar más profesionales en el área y de
implementar políticas efectivas para la conservación y restauración de humedales. La protección de estos ecosistemas no solo preserva la biodiversidad, sino que también asegura recursos hídricos y servicios ambientales cruciales para la población. El Día Mundial de los Humedales, celebrado el 2 de febrero, busca concienciar sobre la importancia de estos ecosistemas y promover su conservación. En México, es urgente incrementar la investigación, el monitoreo y la protección de los humedales para revertir su pérdida y asegurar su funcionalidad para futuras generaciones.
Importancia para la agricultura sostenible
Los humedales proporcionan servicios ecosistémicos fundamentales para la
agricultura y la ganadería, permitiendo un uso eficiente del agua y promoviendo prácticas agrícolas sostenibles como:
Tecnologías de riego más eficientes y cultivos que requieren menos agua.
Reducción del uso de agroquímicos que afectan la biodiversidad.
Promoción de la captación de agua y manejo de flujos de retorno.
Evitar la desecación de humedales para actividades agrícolas o pecuarias.
Compromiso de la SADER
La SADER se compromete a fomentar una agricultura sostenible y proteger el medio
ambiente, evitando incentivos en terrenos catalogados como sitios RAMSAR o humedales, salvo actividades que no impliquen un cambio de uso de suelo. Humedales más importantes y grandes en el mundo:
Río Negro (Brasil) : 120.000 km², designado sitio Ramsar en 2018, abarca más de 20 unidades de conservación y territorios de pueblos nativos. Tiene una rica biodiversidad, incluyendo especies globalmente amenazadas y ecosistemas como bosques de Igapó, sabanas edáficas y archipiélagos fluviales.
Ngiri-Tumba-Maindombe (República Democrática del Congo) : 60.000 km², uno de
los humedales más importantes de África y uno de los cuerpos de agua dulce más extensos del mundo, ubicado alrededor del lago Tumba.
Golfo de la Reina Maud (Canadá) : Más de 60.000 km², incluye mar abierto, bahías costeras, zonas intermareales, estuarios, deltas, ríos de tierras bajas y lagos de agua dulce. Es un santuario de aves migratorias.
Grands Affluents (Congo) : 59.000 km², hogar de una gran variedad de flora y fauna, incluyendo mamíferos amenazados como el elefante de bosque, el gorila y el hipopótamo. Refugio para aves y peces migratorios. Sudd (Sudán del Sur) : 57.000 km², el quinto humedal más grande del mundo Distribución de humedales:
Resultado de los esfuerzos de DUMAC de 1991 a 2020, se han identificado a nivel
nacional 11.4 millones de hectáreas de humedales en México; de éstos, el 44% son costeros y el 56% continentales (agua dulce), los cuales incluyen lagos y lagunas naturales, así como represas y vasos reguladores. ÁREAS PROTEGIDAS:
Pantanos de Centla, en Tabasco:
Ubicada en el noreste del estado de Tabasco, abarca 302,706 ha en los municipios
de Centla, Jonuta, Macuspana y Campeche, y alberga uno de los sistemas hidrológicos más grandes de México (Ríos Grijalva y Usumacinta).
Cuatro Ciénagas, en Coahuila:
Se localiza en el centro del estado de Coahuila, donde se encuentran la Sierra La
Madera y la Sierra La Fragua.el nombre de su cabecera municipal que es Cuatro Ciénegas de Carranza, debido a los abundantes manantiales que existían en los cuatro puntos cardinales formaban ciénegas. México cuenta con la Reserva de la Biósfera Marismas Nacionales Nayarit, humedal de importancia internacional. Marismas Nacionales Tláhuac en la ciudad de México:
El humedal lacustre de Xochimilco es un ecosistema degradado
Diferencias de los humadales:
Humedales lacustres: aquellas áreas cubiertas con agua de forma permanente y
con poca circulación. Aquí se incluyen lagos y lagunas.
Humedales palustres: en este caso, la acumulación de agua proviene de fuentes
subterráneas, de precipitaciones o de aportes de ríos. Ejemplos: turberas, acuíferos, oasis, pantanos y más.
Humedales ribereños: se trata de las tierras cercanas a los ríos que se inundan con frecuencia debido a los desbordes del río. Como ejemplo mencionamos, llanuras de inundación, meandros, bosques anegados, etc. Humedales estuáricos: son las zonas costeras donde el agua de ríos se encuentra con el agua marina. El agua de estos presenta una salinidad media. Los fiordos, deltas, marismas, entre otros, son ejemplo en este tipo de humedal.
Humedales marinos: aquí se incluyen las aguas marinas abiertas con poca profundidad y la zona costera afectada por el oleaje. Flora de los humedales:
Plantas sumergidas: como su nombre indica, están completamente sumergidas.
Como ejemplo mencionamos a la hierba de tortuga (Thalassia testudinum) presente en humedales marinos.
Plantas flotantes: presentan las raíces libres sumergidas en el agua. La salvinia
gigante (Salvinia molesta) es un ejemplo de este tipo de plantas que se encuentran en humedales palustres.
Plantas con hojas flotantes: en este caso, las raíces de las plantas están arraigadas al lecho y las hojas flotan en superficie. Podemos verlo en el irupé (Victoria cruziana) que se halla en algunos humedales lacustres de América del Sur.
Plantas emergentes: aquellas plantas que están arraigadas al suelo inundado pero que presentan el resto de su anatomía fuera del agua. El carrizo (Phragmites australis) es una planta emergente que habita humedales estuáricos y ribereños. Invertebrados: araña (Araneus granadensis), escarabajos (Ochthebius spp.), odonatos (Ischnura spp.), insectos acuáticos (Sigara spp.)
Anfibios: rana de zarzal (Boana pulchella), escuerzo (Ceratoprhys cranwelli), sapo
Reptiles: tortuga cuello de serpiente (Phrinops hilarii), yacaré (Caiman yacare),
culebra sabanera (Atractus crassicaudatus), anaconda del sur (Eunecetes notaeus). Aves: flamencos (Phoenicopterus spp.), avión zapador (Riparia riparia), martín pescador (Alcedo spp.), patos (familia Anatidae), gaviotas (familia Laridae). La Convención de Ramsar: ¿de qué trata?. Convención sobre los Humedales, ficha informativa número 6. Recuperado de: https://www.ramsar.org/sites/default/files/fs_6_ramsar_convention_sp_0.pdf
López Portillo, J. A., Vásquez Reyes, V. M., Gómez Aguilar, L., & Priego Santander, A. G. (2010). Humedales.
Los humedales de México, belleza y riqueza de enorme importancia | Secretaría de
Agricultura y Desarrollo Rural | Gobierno | gob.mx
https://www.gob.mx/agricultura/articulos/los-humedales-de-mexico-belleza-y- riqueza-de-enorme-importancia-145780 Perdido, el 62% de humedales en México – Gaceta UNAM
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