Santo Rosario para Los Domingos PT I

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El rezo del Santo Rosario por los difuntos para los días

Miércoles y Domingo (Misterios Gloriosos).


San Gregorio Magno afirma: «Si Jesucristo dijo que hay faltas que no serán
perdonadas ni en este mundo ni en el otro, es señal de que hay faltas que sí son
perdonadas en el otro mundo. Para que Dios perdone a los difuntos las faltas
veniales que tenían sin perdonar en el momento de su muerte, para eso ofrecemos
misas, oraciones y limosnas por su eterno descanso».

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

V: Ave María Purísima


R: Sin pecado concebida

V:Abre Señor mis labios


R: Y mi boca proclamara tu alabanza

V: Dios mio ven en mi auxilio


R: Señor apresúrate en socorrerme.

Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío;
por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me
pesa de todo corazón haberos ofendido; también me pesa porque podéis
castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia,
propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que
me fuere impuesta.
Amén. Dales Señor el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua.

Ofrecimiento del Rosario


Dios Padre Todopoderoso, apoyados en nuestra fe que proclama la vida, muerte,
pasión y resurrección de tu Hijo Jesucristo, te ofrecemos este Santo Rosario por
nuestro(a) hermano(a) _____ y te pedimos, que así como ha participado ya de la
muerte de Jesucristo que también llegue a participar de la alegría de la gloriosa
resurrección.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
¡Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, Reina del Santo Rosario!
Fiados en vuestra bondad nos acercamos a Vos, para honrar vuestro nombre y
consolar nuestras almas.
María con solo nombrarte mi alma recibe alegría, con la esperanza que tengo de
verte en mi compañía, del arca testamento y de la paz alegría, con el nombre de
María empezamos el Padre Nuestro.

Padre Nuestro:
Rezar el Credo:
Rezar 3 Avemarías:
Rezar el Gloria:

Primer Misterio: La resurrección de Jesús


Jesús murió y resucitó. Para Él los sufrimientos y la muerte fueron el camino
para llegar a la resurrección y la gloria. Lo mismo pasará con nosotros: si
aceptamos las pruebas de esta vida con paciencia, lograremos un día el gran
progreso que todos deseamos: Morir y resucitar con Cristo.
¡Oh, María, alegría de los justos y consuelo de los pecadores!, este Misterio te lo
ofrecemos en memoria de la alegría que tuviste al ver resucitado y glorioso a tu
Santísimo Hijo: suplicándote, que así como, con la resurrección de Jesús, se
alegraron todos los seres creados, así merezca nuestro(a) hermano(a) _____ y
todos los que se encuentran en el purgatorio, la resurrección eterna.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


Amén.

Padre Nuestro:
Avemarías:
Rezar el Gloria:

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al
cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Por tu limpia Concepción ¡oh! Soberana Princesa, de una muy grande pureza te
pido de corazón, que las almas no se pierdan ni mueran sin confesión.
Señor Jesucristo, que nos dejaste las señales de tu Pasión en la sábana santa, en la
cual fue envuelto tu cuerpo santísimo cuando por José fuiste bajado de la cruz:
Concédenos, piadosísimo Señor, que por tu muerte y sepultura santa, y por los
dolores y angustias de tu Santísima Madre María, Señora nuestra, sea llevada a
descansar el alma de tu siervo(a) ______ y todos los que están en el purgatorio, a
la gloria de tu resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad del
Espíritu Santo, por todos los siglos.
Amén.

Si por tu preciosa sangre Señor lo(a) habéis redimido. Que lo(a) perdones te pido
por tu pasión dolorosa.

Segundo Misterio: La ascensión de Jesús


Subiendo al cielo, Jesús nos enseña que allá tenemos nuestra patria verdadera.
Por lo tanto, nuestra única preocupación tiene que ser la de superarnos y
progresar, según las enseñanzas y los ejemplos de Cristo para alcanzar la gloria
del cielo.
¡Oh, María, madre de Dios, llena de gozo en la subida a los cielos de tu
Santísimo Hijo, en compañía de todos los que Él redimió con su gloriosa
resurrección!, este Misterio te lo ofrecemos, suplicándote que nuestro(a)
hermano(a) _____ y aquellos que están en el purgatorio, progresen, por tus
ruegos ante Jesucristo, a la pascua Eterna.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


Amén.

Padre Nuestro:
Avemarías:
Rezar el Gloria:

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al
cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Por tu limpia Concepción ¡oh! Soberana Princesa, de una muy grande pureza te
pido de corazón, que las almas no se pierdan ni mueran sin confesión.

Señor Jesucristo, que nos dejaste las señales de tu Pasión en la sábana santa, en la
cual fue envuelto tu cuerpo santísimo cuando por José fuiste bajado de la cruz:
Concédenos, piadosísimo Señor, que por tu muerte y sepultura santa, y por los
dolores y angustias de tu Santísima Madre María, Señora nuestra, sea llevada a
descansar el alma de tu siervo(a) ______ y todos los que están en el purgatorio, a
la gloria de tu resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad del
Espíritu Santo, por todos los siglos.
Amén.

Si por tu preciosa sangre Señor lo(a) habéis redimido. Que lo(a) perdones te pido
por tu pasión dolorosa.

Tercer Misterio: La venida del Espíritu Santo


Diez días después de subir al cielo, Jesús envió a los apóstoles el regalo del
Espíritu Santo, que transformó toda su vida. Por fin lograron entender su mensaje
y tuvieron la fuerza para vivirlo y anunciarlo con valentía. También nosotros, si
queremos ser verdaderos cristianos, necesitamos la fuerza del Espíritu Santo.
Pidamos a la Virgen que interceda por nosotros y nos consiga este gran regalo.
¡Oh, María, dulce esposa del Espíritu Santo!, este Misterio te lo ofrecemos por el
gozo que tuviste cuando bajó el Divino Espíritu sobre ti y sobre todos los
apóstoles, para que al ausentarse Jesús no quedáramos huérfanos, suplicamos tu
intercesión para que el Espíritu de Cristo resucite a nuestro (a) hermano (a) N…
y a todos los que están purificando su pecado en el purgatorio.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


Amén.

Padre Nuestro:
Avemarías:
Rezar el Gloria:

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al
cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Por tu limpia Concepción ¡oh! Soberana Princesa, de una muy grande pureza te
pido de corazón, que las almas no se pierdan ni mueran sin confesión.

Señor Jesucristo, que nos dejaste las señales de tu Pasión en la sábana santa, en la
cual fue envuelto tu cuerpo santísimo cuando por José fuiste bajado de la cruz:
Concédenos, piadosísimo Señor, que por tu muerte y sepultura santa, y por los
dolores y angustias de tu Santísima Madre María, Señora nuestra, sea llevada a
descansar el alma de tu siervo(a) ______ y todos los que están en el purgatorio, a
la gloria de tu resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad del
Espíritu Santo, por todos los siglos.
Amén.

Si por tu preciosa sangre Señor lo(a) habéis redimido. Que lo(a) perdones te pido
por tu pasión dolorosa.

Cuarto Misterio: La Asunción de la Virgen María


Después de haber terminado su periodo de vida en este mundo, María fue llevada
al cielo en cuerpo y alma. Se trató de un regalo especial que Jesús hizo a María,
su Madre. En lugar de esperar el día de la resurrección final, Jesús quiso que
pronto fuera a gozar con Él en cuerpo y alma. Así como ella se encuentra ya en la
gloria en cuerpo y alma, así también nosotros esperamos estar después de la
muerte. Para esto tenemos que imitar sus ejemplos.
¡Oh dichosa María!, que entregaste tu espíritu en la hora de la muerte, en manos
de tu Hijo Jesucristo, y después unido al cuerpo, resucitaste gloriosa!, este
Misterio te lo ofrecemos, a fin de que intercedas ante tu Hijo Jesucristo, para que
nuestro(a) hermano(a) _____ y los que están en el purgatorio, resuciten y lleguen
a la vida verdadera.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


Amén.

Padre Nuestro:
Avemarías:
Rezar el Gloria:

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al
cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Por tu limpia Concepción ¡oh! Soberana Princesa, de una muy grande pureza te
pido de corazón, que las almas no se pierdan ni mueran sin confesión.

Señor Jesucristo, que nos dejaste las señales de tu Pasión en la sábana santa, en la
cual fue envuelto tu cuerpo santísimo cuando por José fuiste bajado de la cruz:
Concédenos, piadosísimo Señor, que por tu muerte y sepultura santa, y por los
dolores y angustias de tu Santísima Madre María, Señora nuestra, sea llevada a
descansar el alma de tu siervo(a) ______ y todos los que están en el purgatorio, a
la gloria de tu resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad del
Espíritu Santo, por todos los siglos.
Amén.

Si por tu preciosa sangre Señor lo(a) habéis redimido. Que lo(a) perdones te pido
por tu pasión dolorosa.

Quinto Misterio: La coronación de María como Reina y


Señora de todo lo creado
En este mundo nadie tuvo el privilegio de estar tan cerca de Jesús como María, su
Madre, también ahora en el cielo, nadie está tan cerca de Jesús como ella. Siendo
la Madre de Jesús, goza de un gran poder de intercesión: todo lo que pide a Jesús
en nuestro favor, siempre se lo concede. Esto es lo que estamos haciendo al rezar
este santo rosario. Por eso, acudimos a María con toda confianza, sabiendo que es
nuestra Reina y es también nuestra Madre.
¡Oh soberana Virgen María, Madre de Dios, que resucitada en cuerpo y alma,
fuiste sublimada a la gloria y coronada como Emperatriz de los ángeles y de los
hombres!, este Misterio te lo ofrecemos, suplicándote que el alma de nuestro(a)
hermano(a) _____ y las demás del purgatorio merezcan por tus ruegos ser libres
de las penas que padecen, para que sean coronadas de gloria, y que en compañía
de tu Santísimo Hijo te amen por todos los siglos. Amén.

Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor.


Amén.

Padre Nuestro:
Avemarías:
Rezar el Gloria:

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al
cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

Por tu limpia Concepción ¡oh! Soberana Princesa, de una muy grande pureza te
pido de corazón, que las almas no se pierdan ni mueran sin confesión.
Señor Jesucristo, que nos dejaste las señales de tu Pasión en la sábana santa, en la
cual fue envuelto tu cuerpo santísimo cuando por José fuiste bajado de la cruz:
Concédenos, piadosísimo Señor, que por tu muerte y sepultura santa, y por los
dolores y angustias de tu Santísima Madre María, Señora nuestra, sea llevada a
descansar el alma de tu siervo(a) ______ y todos los que están en el purgatorio, a
la gloria de tu resurrección, donde vives y reinas con Dios Padre en la unidad del
Espíritu Santo, por todos los siglos.
Amén.

Si por tu preciosa sangre Señor lo(a) habéis redimido. Que lo(a) perdones te pido
por tu pasión dolorosa.

Oh Soberano Santuario,
Sagrario del Verbo Eterno,
Libra Virgen del infierno,
a los que rezamos tu Santo Rosario.

Emperatriz poderosa,
consuelo de los mortales,
Ábrenos, Virgen, el cielo,
con una muerte dichosa,
y danos pureza de alma,
Tú que eres tan poderosa.

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