Signos Vitales
Signos Vitales
Signos Vitales
Introducción
El ejercicio de la medicina de hoy demanda del médico una excelente preparación y poseer habilidades que le
permitan reconocer y diagnosticar a tiempo la severidad de compromiso de un enfermo; así que en la valoración
de los pacientes y, como paso inicial de la exploración física, deben evaluarse correctamente los signos vitales
(SV). Esta cotidiana y permanente labor obliga a reinducir los conocimientos al respecto, para ligar lo práctico de
una técnica depurada con una excelente propedéutica, encaminadas a la toma de decisiones pertinentes y
coherentes con los hallazgos.
Los signos vitales (SV) son valores que permiten estimar la efectividad de la circulación, de la respiración y de
las funciones neurológicas basales y su réplica a diferentes estímulos fisiológicos y patológicos. Por lo que es
imperativo, que los médicos revisen acuciosamente estas medidas. Apoyados en las nuevas tecnologías, se
detectan fácilmente las alteraciones en los SV que demandan del médico intervenciones propias y oportunas.
Los SV son la cuantificación de acciones fisiológicas, como la frecuencia y ritmo cardíaco (FC), la frecuencia
respiratoria (FR), la temperatura corporal (TC), la presión arterial (PA o TA) y la oximetría (OXM), que indican
que un individuo está vivo y la calidad del funcionamiento orgánico. Los SV normales cambian de un individuo a
otro y en el mismo ser en diferentes momentos del día; pero también por las variables a referenciar más
adelante. Cualquier alteración de los valores normales, orienta hacia un mal funcionamiento orgánico y por ende
se debe sospechar de un estado mórbido
1. Edad: El pulso y la frecuencia cardiaca (FC) sufren variaciones normales desde recién nacido hasta la
senectud, La FC es mayor en los niños y más baja en el adulto; a estos le toma más tiempo para que la
FC se acelere durante el ejercicio y para que se desacelere al iniciar el reposo. Al envejecer los vasos
sanguíneos se hacen menos elásticos por lo que la presión sanguínea (PA) promedio aumenta
proporcional a la edad. Los vasos sanguíneos también se vuelven más lentos para responder a los
cambios de posición del cuerpo y a la hipotensión postural.
Los niños son más susceptibles a las variaciones climáticas y en los ancianos la hipotermia se da por la
pérdida de grasa subcutánea, dieta inadecuada, cese de la actividad física y alteración en los controles
termorreguladores. A medida que se desarrolla la persona, la FR tiende a disminuir. La regulación de la
temperatura corporal (TC) es más difícil en edades extremas. La pérdida de la grasa subcutánea, la
menor transpiración y piel atrófica y seca crean mayores riesgos de sobrecalentarse (hipertermia o
insolación) al igual que experimentar peligrosos descensos en la TC (hipotermia). La fiebre es un signo
importante de enfermedad en la edad avanzada y muchas veces es el único síntoma de enfermedad
durante varios días. Cualquier fiebre que no tenga explicación en una enfermedad conocida, debe ser
investigada por el médico. A menudo, los ancianos son incapaces de reaccionar con temperatura más
elevada en presencia de una infección, así que las temperaturas muy bajas y la verificación de otros SV,
juegan un papel importante en la vigilancia de signos de infección en estas personas. Es posible que se
presente una disminución en la tolerancia del ejercicio por cambios inadecuados en la respuesta
respiratoria. Las personas de edad avanzada presentan una disminución en la respuesta a la reducción
de los niveles de oxígeno o al incremento de los niveles de CO2, por que la frecuencia y profundidad de
la respiración no se incrementan como es debido. Aunque la función pulmonar disminuye un poco,
generalmente los cambios se presentan sólo en la función de reserva.
2. Género: La mujer mayor de 12 años, suele tener el pulso y la respiración más rápidos que los hombres
con edades similares. La PA tiende a ser más altas en personas mayores; en los varones jóvenes más
que en mujeres; sin embargo, luego de los 50 años, la tendencia se invierte.
3. Ejercicio físico: La velocidad del pulso aumenta con la actividad física. Los atletas mantienen
normalmente un estado de bradicardia debido a la mayor fuerza de contracción del corazón (por
hipertrofia miocárdica). El ejercicio, aumenta la producción de calor, por la actividad muscular y aumenta
temporalmente la FR por aumento del metabolismo.
4. El embarazo acelera el pulso a medida que avanza la edad gestacional; también apura y superficializa
la respiración, en especial al final del mismo y el patrón respiratorio torácico es el predominante,
acompañado de una sutil disnea fisiológica. El embarazo, es una condición funcional que afecta mucho
la PA, por tal razón se le debe brindar especial atención, ya que son muy cercanas y complejas las
condiciones que delimitan lo normal de lo patológico.
5. Estado emocional: El miedo, la ansiedad y el dolor entre otros, pueden estimular el sistema nervioso
simpático (adrenalina y noradrenalina) aumentando la actividad cardiaca y la FR, el metabolismo y la
producción de calor. El estrés es un factor importante de la hipertensión arterial (HTA).
6. Hormonas: En las mujeres, la progesterona secretada durante la ovulación aumenta la Temperatura
Corporal (TC). La ovulación aumenta 0.3 a 0.6 º C por encima de la temperatura basal.
7. Medicamentos: Algunos medicamentos pueden afectar el pulso; unos lo aumentan (terbutalina,
adrenalina) y otros lo disminuyen (propanolol, digital). Otros medicamentos disminuyen la FR (sedantes y
relajantes). Siempre se debe indagar por los medicamentos empleados.
8. Fiebre: Aumenta el pulso compensando la vasodilatación periférica secundaria al ascenso de la
temperatura. Cuando hay aumento de la temperatura ambiental y corporal, se acelera la FR.
9. Hemorragias: La pérdida de sangre mayor de 500 ml (masiva por volumen y/o velocidad de
instauración) aumenta el pulso y la FR.
Pulso arterial
Es la onda pulsátil de la sangre, originada en la contracción del ventrículo izquierdo del corazón y que resulta en
la expansión y contracción regular del calibre de las arterias; representa el rendimiento del latido cardiaco y la
adaptación de las arterias. Así mismo, proporciona información sobre el funcionamiento de la válvula aórtica. El
pulso periférico se palpa con facilidad en las muñecas, cuello, cara y pies. Realmente puede palparse en
cualquier zona donde una arteria, pueda ser fácilmente comprimida contra una superficie ósea. La velocidad del
pulso (latidos por minuto) por lo general corresponde a la frecuencia cardiaca (FC).
1. Frecuencia: Es el número de ondas percibidas en un minuto. Los valores normales de la frecuencia cardiaca
(FC) varían de acuerdo con la edad.
2. Ritmo: El ritmo normal es regular. La irregularidad está asociada con trastornos del ritmo como en la fibrilación
auricular. El pulso regular con pausas (latidos omitidos) o los latidos adicionales reflejan contracciones
ventriculares o auriculares prematuras.
3. Volumen o amplitud: Es la fuerza de la sangre en cada latido y obedece a la presión diferencial o presión de
pulso. Se habla de amplitud normal cuando el pulso es fácilmente palpable, desaparece de manera intermitente y
todos los pulsos son simétricos, con elevaciones plenas, fuertes y rápidas. El pulso disminuido, débil, filiforme o
hipoquinésico se asocia con disfunción ventricular izquierda, hipovolemia o estenosis aórtica. Por el contrario, el
pulso fuerte, rápido ó hiperquinésico (pulso saltón) refleja la eyección rápida del ventrículo izquierdo, como en el
caso de la insuficiencia aórtica crónica. La disminución de la amplitud del pulso, incluso hasta desaparecer, se
denomina pulso paradójico como en el derrame pericárdico. Cuando hay irregularidad en el pulso y a
pulsaciones fuertes siguen otras débiles, se trata de un pulso alternante; este tipo de pulso se encuentra en
casos de acentuada degeneración de la fibra miocárdica y es de mal pronóstico.
4. Elasticidad: Es la capacidad de expansión o de deformación de la pared arterial bajo la onda pulsátil. Una
arteria normal, por lo general, es lisa, suave y recta. La elasticidad refleja el estado de los vasos sanguíneos.
Arterias arterioscleróticas son duras propias de la senectud.
1. El paciente debe estar cómodo con la extremidad apoyada o sostenida con la palma hacia arriba.
2. Aplique suavemente las yemas de su dedo índice, medio y anular en el punto en que la arteria pasa por
encima de hueso (parte externa de la muñeca).
3. Cuente los latidos durante 15, 20 ó 30 segundos y multiplique ese valor por 4, 3 ó 2 respectivamente si el
pulso es regular. Si el pulso refleja alguna irregularidad, se debe llevar el conteo durante un minuto completo o
incluso más.
1. Taquicardia sinusal: FC elevada, que no sobrepasa los 160 latidos por minuto. Se debe a mayor excitación del
simpático; se observa en la fiebre, Hipertiroidismo, Falla cardiaca y shock. Taquicardia paroxística: se inicia en
forma súbita y la FC es mayor de 160 latidos/min. Se manifiesta con dolor precordial, angustia y palpitaciones.
2. Bradicardia sinusal: Las pulsaciones oscilan entre 40 y 60 latidos/minuto. Se observa en pacientes con
hipertensión endocraneana o con impregnación digitálica. Bradicardia por bloqueo aurículo-ventricular completo:
Se presenta con FC entre 30 y 35 latidos/ minuto. Es producida por fenómenos asociados con el retraso o
impedimento de la transmisión de la despolarización sinusal y se manifiesta por síncope.
Pulso temporal (arteria temporal), pulso carotideo (arteria carótida), pulso braquial (arteria humeral), pulso radial
(arteria radial), pulso femoral (arteria femoral), pulso poplíteo (arteria poplítea), pulso pedio (arteria pedia), pulso
tibial (arteria tibial posterior) y pulso apical (en el ápex cardiaco), como los más comúnmente empleados.
La temperatura corporal (TC) se define como el grado de calor conservado por el equilibrio entre el calor
generado (termogénesis) y el calor perdido (termólisis) por el organismo. Factores que afectan la termogénesis:
1. Tasa metabólica basal 2. Actividad muscular 3. Adrenalina, noradrenalina y estimulación simpática 4.
Producción de tiroxina.
La temperatura del cuerpo puede ser anormal debido a la fiebre (temperatura alta) o a la hipotermia (temperatura
baja). De acuerdo con la Asociación Médica Americana, se considera que hay fiebre cuando la TC es mayor de
37° C en la boca o de 37.7° C en el recto. La hipotermia se define como una disminución de la TC por debajo de
los 35º C.
1. Pirexia ó hipertermia: TC por encima del límite superior normal (38º C). Se acompaña de aumento de la
FC, escalofríos, piel rubicunda y malestar general. Suele indicar que existe algún proceso anormal en el
cuerpo. La gravedad de una condición no se refleja necesariamente en el grado de fiebre. Es así como
una gripa puede causar fiebre de 40° C, mientras que una persona con neumonía puede tener una fiebre
baja ó incluso no tenerla.
2. Hipotermia: TC por debajo del límite inferior normal (35.5º C). Favorecida por la inadecuada producción
de calor.
Clasificación de la fiebre
1. Según la intensidad de la temperatura. Febrícula: temperatura hasta 38º C. Fiebre moderada: temperatura
entre 38º C y 39º C. Fiebre alta: temperatura superior a 39º C.
2. Según la forma de la curva térmica (tipos de fiebre).
Fiebre continua ó constante: TC sostenidamente alta, con oscilación diaria inferior a un grado
Fiebre remitente: En ellas se dan una gran variedad de fluctuaciones en la temperatura, desde la hipotermia
hasta temperatura por encima de la normalidad a lo largo de las 24 horas.
Fiebre intermitente: La TC alterna eutermia o hipotermia con hipertermia, en periodos más prologados.
Fiebre reincidente: Se dan cortos periodos febriles de pocos días intercalados con periodos de 1 a 2 días de
temperatura normal.
Sitios para la toma de la temperatura corporal La TC se puede controlar en varias zonas: bucal, axilar, ótica,
inguinal y rectal. También en la piel de la frente, cuando se emplean termómetros de contacto.
La presión arterial resulta de la fuerza ejercida por la columna de sangre impulsada por el corazón hacia los
vasos sanguíneos. La fuerza de la sangre contra la pared arterial es la presión sanguínea y la resistencia
opuesta por las paredes de las mismas es la tensión arterial. Estas dos fuerzas son contrarias y equivalentes. La
presión sistólica es la presión de la sangre debida a la contracción de los ventrículos y la presión diastólica es la
presión que queda cuando los ventrículos se relajan.
Para clasificar un individuo en una categoría, se debe promediar al menos dos mediciones de PA tomadas en
dos o más controles sucesivos, distintos al control inicial. Cuando el nivel de presión arterial sistólica (PAS) y
presión arterial diastólica (PAD) corresponde a categorías distintas, se debe clasificar en la categoría más alta.
Ejemplos: 160/85 mmHg y 130/105 mmHg, corresponden a un estadío II.
Hipertensión arterial (HTA): Elevación de la presión vascular sanguínea. Es la PA anormalmente por Hipotensión
arterial: Tensión o presión baja en la sangre. Es una PA anormal baja, por debajo de 100 mmHg de la PAS y 50
mmHg de la PAD. Esta condición puede no ser tan molesta como la hipertensión, a pesar de producir mareos,
debilidad, lipotimia, somnolencia y malestar inespecífico asociado a disminución del gasto cardiaco. La
hipotensión postural: disminución de la PAS >15 mmHg y caída de la PAD y se caracteriza por mareo y síncope,
que afecta más al anciano. Se diagnostica midiendo primero la PA sanguínea en decúbito supino y repitiendo la
medición con el paciente de pie. 5encima de 140 mmHg para la PAS o de 100 mmHg para la PAD en varias
tomas.
Arteria braquial o humeral, arteria femoral, arteria poplítea y arteria tibial como las más asequibles.