Conflictos Tipo

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 11

1.

La Guerra Fría:
conceptualización y características

La Guerra Fría se ha definido de manera general como un estado de tensión


permanente; primero entre las dos superpotencias —Estados Unidos y la Unión
Soviética— y luego entre los dos bloques de países encabezados por ellas. Pero, ante el
peligro de la destrucción mutua (y del resto del mundo) con la utilización de armas
nuclea- res, esa tensa y constante situación no llegó a provocar un conflicto armado
entre las dos superpotencias, aunque sí llevó a enfrentamientos locales que en ocasiones
estuvieron muy cerca de provocar el colapso final.
Características
De manera específica, la Guerra Fría presentó las siguientes características:
• La sovietización de Europa oriental como consecuencia de la expansión inter-
nacional del comunismo.
• Una vez que cierta zona de influencia era ocupada, controlada y delimitada por
alguna de las superpotencias, debía ser respetada por el bloque contra- rio. Ésta
era una regla básica que en caso de no cumplirse, y muy especial- mente cuando
éste afectaba territorios incluidos en el perímetro de seguridad de las dos
superpotencias, surgía el peligro de enfrentamiento directo y la tensión se
agravaba.
• Nueva relación de poder entre las dos superpotencias, la cual dio lugar a un
sistema mundial bipolar en el que la ONU, como organismo supranacional, trató de
atenuar la tensión internacional.
• Estado de tensión permanente entre los dos bloques; tensión que llegó a esta- llar
en sucesivos conflictos-tipo localizados en alguna región de las áreas de
influencia de ambos bloques y que ocurrieron en momentos de máximo peligro,
cuando se estaba al borde del enfrentamiento militar directo entre las dos
superpotencias, lo cual sólo se evitó ante el riesgo de iniciar una Tercera Guerra
Mundial.
• Ambas superpotencias tratan de distinguir entre aliados y enemigos, delimitan
sus zonas de influencia y buscan ampliarlas a costa del bloque contrario,
impidiendo cualquier desviación política e ideológica en sus respectivas zonas.
• Puesta en marcha de una carrera armamentista, acompañada de campañas
propagandísticas destinadas a convencer a las respectivas poblaciones de la
necesidad de un rearme acelerado, ante la posibilidad de un enfrentamiento
internacional.
• La oposición entre los dos bloques se fue extendiendo paulatinamente al ám- bito
mundial, a partir de los primeros choques en Europa. El antagonismo ideológico
se amplió y en él se integraron factores políticos, psicológicos, so- ciales,
culturales, militares y económicos, lo que resultó en una disputa de carácter
global.

La Guerra Fría se ha definido de manera general como un estado de tensión permanente durante 40 años,
primero entre las dos superpotencias y
luego entre los dos bloques liderados por ellas.

Ejercicio 1
1. Explica por qué la Guerra Fría implica una nueva relación de fuerzas entre Estados Unidos
y la Unión Soviética.
2. ¿A qué se le llama conflicto tipo en el contexto de la Guerra Fría?

3. ¿Por qué la carrera armamen tista entre las superpotencias impactaba en las relaciones internacionales en el ámbito mundial?
La Guerra de Corea, primer conflicto-tipo
En 1950 surgió en Asia un nuevo conflicto que se convirtió en la primera acción bélica
donde se enfrentaban fuerzas armadas de los dos bloques, bajo una situación de crisis
con suficiente potencial como para provocar una nueva conflagración mundial aún
más peligrosa que nunca a causa de la amenaza de la bomba atómica, arma que estaba
en los arsenales de ambas superpotencias.
La Guerra de Corea tuvo su origen en el avance soviético sobre los territorios del Lejano
Oriente a fines de la Segunda Guerra Mundial; avance que se había visto favorecido con
el triunfo de los comunistas en la Revolución China, y con la posterior alianza que el
nuevo gobierno de China Popular —dirigido por Mao Tse-tung— estableció con los
rusos al unir sus fuerzas para extender el comunismo en territorio asiático a partir del
vecino territorio de Corea. Como se recordará, al terminar la Segunda Guerra Mundial,
Corea había sido dividida en dos zonas: la del Norte, reconocida por la Unión Soviética, y
la del Sur, apoyada por Estados Unidos. El 25 de junio de 1950, el ejército norcoreano
invadió a Corea del Sur en una clara provocación contra el dominio estadounidense
establecido en esa región.

El gobierno de Estados Unidos tuvo una reacción inmediata ante la agresión, por la
amenaza que ésta representaba para las posesiones de este país en el Lejano Oriente, y el
mismo día 25 el presidente Truman ordenó al general Douglas MacArthur que
proporcionara a Corea del Sur la ayuda necesaria y la debida protección militar. La ONU

intervino también de inmediato, a través del Consejo de Seguridad, para protestar en


contra de la agresión comunista y, aprovechando que el delegado soviético no asistió a la
convocatoria del Consejo, dio su respaldo a los estadounidenses, quienes actuando bajo
la bandera de la ONU dirigieron y costearon económicamente las operaciones en defensa
de Corea del Sur, en tanto que el gobierno de China Popular intervenía a favor del
ejército norcoreano, apoyado a su vez por la Unión Soviética. El problema era
demasiado grave; en un principio dominaron los ejércitos norcoreanos, pero en noviembre
de 1950 las fuerzas estadounidenses lograron avanzar hacia la frontera de Manchuria,
desde donde fueron obligadas a retroceder varios kilómetros hacia el sur del paralelo
38. Sin embargo, durante los primeros meses de 1951 las tropas de la ONU se abrieron
paso hasta la ciudad de Seúl, mientras que en el flanco oriental varias unida- des de
marines estadounidenses lograban expulsar hacia el Norte a las fuerzas chinas. Fue
entonces cuando el general MacArthur expresó al gobierno de su país la opinión de
que la lucha debía extenderse más allá de la frontera con China, aun con el riesgo de
verse implicados en una guerra con la Unión Soviética. MacArthur consideraba que era
la ocasión propicia para derrotar definitivamente al comunismo, y hasta llegó a
plantear el recurso de un ataque atómico si la situación así lo requería. Pero el
gobierno estadounidense desaprobó esos proyectos, temeroso de enfrentar la
responsabilidad de desencadenar un nuevo conflicto mundial, y relevó de su puesto al
general MacArthur.
La Guerra de Corea habría de continuar dos años más, durante los cuales el con- flicto
parecía no tener solución a pesar de la insistencia de los países aliados al blo- que
occidental para dar fin a una guerra que ponía en grave peligro la paz mundial, e
incluso a la vida en la Tierra. Durante ese tiempo se dieron cambios de gobierno en
ambas superpotencias. En enero de 1953 el general republicano Dwight Eisenhower
tomó posesión de la presidencia de Estados Unidos, y en marzo siguiente moriría
Stalin, quien habría de ser sustituido por Gheorghi Malenkov como jefe de Estado de la
Unión Soviética, con lo que se inició un cambio evidente en la política rusa orientado a
actuar con mayor prudencia en asuntos internacionales. Por fin, tras una serie de
difíciles negociaciones, el 27 de julio de 1953 se firmó el armisticio en la llamada
Pagoda de la Paz, en la localidad de Panmunjeom; el paralelo 38 quedó como línea de
separación entre las dos Coreas, es decir, la misma situación territorial que existía
antes de la guerra.

Segundo conflicto-tipo: la Crisis de los Misiles en Cuba

En Cuba, después del triunfo revolucionario de Fidel Castro sobre el régimen


dictatorial de Fulgencio Batista (patrocinado por Estados Unidos) en 1959, se implantó
una dictadura militar encabezada por Castro quien, una vez asegurado en el poder,
nacionalizó en 1960 todas las compañías estadounidenses de la isla, medida a la que el
gobierno en Washington respondió con la imposición de un embargo comercial y, en
enero de 1961, se rompieron totalmente las relaciones diplomáticas entre ambos países.

El presidente estadounidense John F. Kennedy del Partido Demócrata, no obstante


haber anunciado la Alianza para el Progreso,
una nueva política hacia América Latina,
aprobó un plan contra Castro elaborado por
la CIA (Central Intelligence Agency; Agencia
Central de Inteligencia) durante la
administración republicana de Eisenhower.
Ese proyecto consistió en una invasión a la
isla efectuada por una fuerza de exiliados

Kruschev y Kennedy cubanos, acción conocida como el “desembarco en Bahía


de Cochinos” —por la localidad de Cuba donde tuvo
lugar—, que se llevó a cabo el 17 de abril de 1961. Las tropas anticastristas contaban
con armamento proporcionado por Estados Unidos, pero fracasaron al ser vencidas
rápidamente por las fuerzas del gobierno cubano. Ese mismo mes, Castro declaraba
formalmente que su régimen sería marxista-leninista.

En enero de 1962, bajo presión del gobierno de Estados Unidos, la Organización de


Estados Americanos (OEA) expulsó a Cuba de ese organismo y Castro respondió con la
proclamación de su total enfrentamiento contra el imperialismo estadounidense.
Kruschev aprovechó la situación para fortalecer la posición del bloque soviético en
América Latina, región considerada por Estados Unidos como su área de seguridad
prioritaria, sobre todo en el caso del territorio isleño de Cuba, situado a 240 kilómetros
del estado de Florida.

Durante julio y agosto de 1962, el número de barcos soviéticos con destino a Cuba (que
oficialmente transportaban alimentos, maquinaria y armas convencionales, pero que de
manera encubierta contenían armamento nuclear) se incrementó de manera
considerable, y esto inquietó al gobierno estadounidense que ejercía vigilancia aérea
sobre territorio cubano. La gravedad de la situación llegó a su punto más álgido en
octubre de 1962, cuando se des- cubrió la existencia de misiles atómicos soviéticos en la
isla. El día 22, Kennedy anunció al país que tenía pruebas de la presencia en Cuba de
misiles que amenazaban directamente a Estados Unidos, por lo que ordenaba un
bloqueo total al territorio cubano para impedir el acceso de equipo militar de carácter
defensivo. Además, Kennedy amenazaba con responder a cualquier amenaza
directa a partir de ese momento.

El conflicto fue turnado a la ONU en busca de solución, pero la tensión había llegado a
un punto en extremo peligroso. El lenguaje utilizado por los máximos dirigentes, la
movilización de los ejércitos, así como la reiterada amenaza de Kennedy de utilizar las
armas, incluidas las nucleares, provocaron que durante varios días el mundo se
encontrara realmente “al borde del abismo”. Mas el temor presente en ambos
dirigentes de hacer estallar una guerra nuclear los indujo a llegar a un acuerdo, y el 28
de octubre Kruschev dio la orden para que 24 buques soviéticos que se dirigían a Cuba
cambiaran de rumbo. En un mensaje personal dirigido al presidente Kennedy, el líder
soviético planteó el acuerdo de retirar de Cuba los misiles con la condición de que
Estados Unidos prometiera no atacar la isla; ambas superpotencias cumplieron el
acuerdo y, una vez desmanteladas las bases y los cohetes rusos, Kennedy ordenó se
levantara el bloqueo. De esta manera terminó la Crisis de los Misiles, un conflicto que
quizá fuera el más grave de los ocurridos desde el inicio de la Guerra Fría, y el
primero que había enfrentado directamente a los dos colosos poseedores de
armamento nuclear.

Distensión y crisis

Las respuestas al peligro de guerra nuclear

De manera semejante a lo ocurrido en la fase anterior, la tensión creada tras la grave


crisis de los misiles en Cuba abrió el camino a la negociación entre las dos superpo-
tencias. A partir de entonces se llevaron a cabo planes, conferencias y tratados por
iniciativa de uno y otro bloque, lo cual muestra su honda preocupación por evitar un
desastre nuclear del que nadie resultaría vencedor. Entre esos tratados y conferencias
destacan los siguientes, celebrados entre los años 1963 y 1976:
• Tratado para la Prohibición de Pruebas Nucleares en la Atmósfera, el Espacio Ex-
terior y Submarinas, fue firmado y puesto en vigor en 1963. Este mismo año se
estableció un nuevo acuerdo sobre la comunicación directa entre las dos
superpotencias a través del teléfono rojo que enlazaba a la Casa Blanca y el
Kremlin; también tuvieron lugar varias reuniones entre ambos dirigentes.

• Tratado de Tlatelolco, fue firmado en México en febrero de 1967 por 14 países


latinoamericanos que se comprometieron a no fabricar, recibir, almacenar ni
hacer pruebas con armas nucleares; se aceptaba el uso de la energía atómica
solamente para fines pacíficos. A fin de vigilar el cumplimiento de este
compromiso, se creó el Organismo para la Proscripción de las Armas Nucleares en
América Latina (OPANAL). Con este tratado se cumplía un objetivo específico
dentro de las propuestas generales establecidas para la desnuclearización
regional.

• Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares, uno de los acuerdos más


importantes, fue firmado el 1 de julio de 1968 y entró en vigor en 1970.

• Pláticas sobre la limitación de armamentos estratégicos. En noviembre de 1969 die-


ron comienzo las conversaciones preliminares sobre desarme, entre Estados
Unidos y la Unión Soviética, que culminarían con la serie de tres conferencias
sobre limitación de armamentos estratégicos denominada Strategic Arms
Limitation Talks (SALT), cuyos acuerdos se firmaron entre 1972 y 1976; se
establecía el tipo y cantidad de armas estratégicas que debería tener cada una
de las dos potencias; se limitaban los misiles defensivos intercontinentales y
se prohibían las pruebas nucleares subterráneas. SALT III se celebró en Ginebra en
1976 con objeto de ampliar los acuerdos por diez años más.

Sin embargo, el proceso de limitación de armas nucleares no significó de manera


alguna que se detuviera la carrera armamentista y tampoco que cada superpotencia
aceptara quedarse rezagada con respecto a la otra. Tanto Estados Unidos como la
Unión Soviética continuaron impulsando la investigación científica para lograr la
conquista del espacio (que llevó a los estadounidenses a pisar el suelo lunar en julio de
1969) y el perfeccionamiento de sus armas defensivas, manteniendo bases con misiles
nucleares en distintos puntos de la Tierra. Las negociaciones tampoco impidieron la
existencia de nuevos conflictos en el enfrentamiento Oriente-Occidente.

El proceso de descolonización en África y Asia influyó para que el enfrentamiento


bipolar se extendiera. Además, la República Popular China, que se había convertido en
un factor de tensión internacional a partir de la Guerra de Corea, aumentó su presencia
en el ámbito mundial sobre todo a partir de 1964 cuando pudo disponer de armas
nucleares, para enfrentarse a las dos superpotencias. Desde 1956, este país comunista
había dado comienzo a una fuerte disputa con la URSS que culminó en ruptura cuatro
años después; en el caso de la relación de China con Estados Unidos, tradicional
enemigo ideológico, la situación se mantuvo tirante hasta 1971, cuando dio comienzo
una política de aproximación mediante la llamada diplomacia del ping-pong que culminó
con la visita del presidente estadounidense Richard Nixon a territorio chino en 1972.

La Guerra de Vietnam, último conflicto-tipo de la Guerra Fría

Antecedentes: revolución e independencia. Antes de la Segunda Guerra Mundial,


Indochina era una unión de países bajo dominio colonial francés, formada por
Cochinchina, Camboya, Annam, Tonkín y Laos. Aunque la ocupación francesa supuso
mejoras en el transporte y las comunicaciones y contribuyó al desarrollo comercial e
industrial, el colonialismo conllevó escasas mejoras en el nivel de vida de la mayoría de
la población y generó el descontento y el deseo de liberarse del dominio francés. A
comienzos del siglo xx se crearon partidos nacionalistas que comenzaron a pedir la
independencia; entre ellos destacan el Partido Nacional de Vietnam y el Partido
Comunista Indochino creado por el revolucionario Ho Chi Minh.

Cuando en 1940 Japón ocupó militarmente Vietnam, restringió la autoridad de los


gobernantes franceses y dio a los movimientos independentistas de Vietnam,
Camboya y Laos una buena oportunidad para organizarse y prepararse para la lucha
independentista al finalizar la guerra mundial. Con la rendición de los japoneses en
agosto de 1945, el ejército vietminh se levantó en todo Vietnam y declaró la
independencia de la república en Hanoi.

Al mes siguiente fue derrocado Bao-Dai, quien desde 1926 había gobernado Vietnam
como emperador, bajo control de Francia, y se proclamó la independencia de la
República Democrática de Vietnam (del Norte) por la Liga Vietminh de partidos
nacionalistas que, bajo predominio del Partido Comunista, encabezaba Ho Chi Minh.
Éste fue elegido presidente del nuevo país (integrado por Cochinchina, Annam y
Tonkín) y estableció su gobierno en la ciudad de Hanoi. También se independizaron
Camboya y Laos, cada una por separado, y proclamaron las repúblicas respectivas.
Pero al regresar los franceses en octubre de 1945, estos tres pueblos iniciaron una larga
lucha libertaria.

Partición de Vietnam. En principio, Francia dio su reconocimiento al nuevo Estado de


Vietnam presidido por Ho Chi Minh, pero la imposibilidad de lograr acuerdos
políticos y económicos satisfactorios entre ambos países condujo al enfrentamiento
armado, iniciado en diciembre de 1946. Con respaldo de Francia, Bao-Dai instauró el
reino de Vietnam (Vietnam del Sur) en julio de 1949 y fijó la nueva capital en Saigón
(actual Ciudad de Ho Chi Minh). De esta manera el país quedaba dividido en dos
partes, una contra la otra.

Estados Unidos reconoció oficialmente al régimen de Saigón en 1950, y el presidente


Truman envió un grupo de “asesores” militares para adiestrar sudvietnamitas en el
manejo de armamento estadounidense. La guerra entre Francia y el Vietminh llegó a su
fin cuando las fuerzas de Ho Chi Minh ocuparon la base francesa de Dien Bien Phu, el
8 de mayo de 1954.
Ese mismo día, en busca de una solución diplomática al conflicto, se celebró la
Conferencia de Ginebra, en la que se reunieron los delegados de Vietnam del Norte y
Vietnam del Sur con los de Francia, Gran Bretaña, la URSS, Estados Unidos, China,
Laos y Camboya a fin de discutir el futuro de toda Indochina. Los acuerdos más
importantes fueron: la retirada de los franceses de Vietnam y en general de Indo-
china; el armisticio para Vietnam; la división temporal de Vietnam en dos países
separados por el paralelo 17, uno al norte bajo régimen comunista y otro al sur en
manos del gobierno de Saigón; el reconocimiento de la independencia de Vietnam del
Norte; se estableció además que en 1956 habrían de celebrarse elecciones para
reunificar el país. Pero además de que estos acuerdos no fueron cumplidos en su
totalidad, la región pronto empezó a verse involucrada en el conflicto Oriente-
Occidente debido a la expansión del comunismo, al apoyo de China en territorio
vietnamita y a la intervención de Estados Unidos para contrarrestarlo. Este país brindó
ayuda militar al régimen de Saigón y llevó a cabo actividades encubiertas contra el
gobierno de Hanoi. En octubre de 1955 Bao-Dai fue depuesto como resultado de un
referéndum, y se proclamó la República de Vietnam del Sur con Ngô Dinh Diêm como
presiden- te, apoyado por la oligarquía latifundista local. Al ocupar el poder, Diêm
anunció que su gobierno se negaba a realizar elecciones para la reunificación, bajo el
argumento de que habría fraude electoral pues la población del Norte no sería libre de
expresar su deseo.

No obstante, el gobierno comunista de Hanoi proclamó su firme propósito de


reunificar el país bajo su hegemonía. La paz acordada en Ginebra comenzó a
deteriorarse y, hacia enero de 1957, la Comisión Internacional creada para la aplicación
de los acuerdos de Ginebra denunció las violaciones del armisticio, cometidas tanto
por Vietnam del Norte como por Vietnam del Sur. A lo largo de ese año los
simpatizantes comunistas que habían emigrado al Norte tras la división del país
comenzaron a regresar al Sur. Estos activistas constituyeron el Vietcong (abreviación
del vietnamita Vietnam Congsan; Vietnam Rojo) y empezaron a realizar sabotajes
contra instalaciones militares estadounidenses, y en 1959 iniciaron ataques guerrilleros
contra el gobierno de Diêm. Al año siguiente, para demostrar que el movimiento
guerrillero era independiente, el Vietcong creó su propio brazo político llamado Frente
Nacional de Liberación (FNL), con sede en Hanoi.

El gobierno de Vietnam del Sur obtuvo ayuda de Estados Unidos, con cuyo gobierno
firmó en abril de 1961 un tratado de amistad y cooperación. En diciembre del mismo
año, el presidente Kennedy se comprometió a colaborar para mantener su
independencia. Así, empezaron a llegar a Saigón las primeras tropas estadounidenses,
aunque se hizo saber que no eran unidades de combate.

Diêm intentó sin éxito destruir la influencia comunista en su territorio, pero su


gobierno no pudo sostenerse mucho tiempo debido a varias razones: su intolerancia
con la oposición, su favoritismo hacia los católicos con el descontento de los budistas, y
el fracaso de sus programas económicos. Estos factores llevaron a una sublevación que,
con apoyo de los comunistas del Norte, culminó en un golpe de estado militar en 1963
que puso fin al gobierno de Diêm.

En la confusión política que siguió al golpe de estado, la situación en Vietnam del Sur
continuó deteriorándose y en los siguientes dieciocho meses el país tuvo diez
gobiernos diferentes. Por fin, en 1965 se formó un Consejo Director Nacional, presidido
por el militar anticomunista Nguyên Van Thieu, que restauró el orden político; dos
años más tarde se celebraron elecciones y Thieu fue electo presidente. Pero aquella
inestabilidad había propiciado el avance de los comunistas del Vietcong en Vietnam
del Sur y esto preparó el camino a la intervención directa de Estados Unidos.

Guerra de Vietnam. A comienzos de 1964, el presidente de Estados Unidos, Lyndon B.


Johnson, aprobó el bombardeo sistemático de Vietnam del Norte y el envío de tropas
de combate a Vietnam del Sur, con lo que se inició la implicación de Estados Unidos
en la Guerra de Vietnam, que tan nefastas consecuencias trajo en la historia política de
este país.

En agosto de 1964, fuerzas vietnamitas atacaron naves estadounidenses en el golfo de


Tonkín. En respuesta, Johnson ordenó el bombardeo de bases navales y oleoductos de
Vietnam del Norte para protegerse contra cualquier ataque y prevenir futuras
agresiones. De esta manera, sin que nunca llegara a declararse oficialmente la guerra,
Estados Unidos comenzó a extender su potencial militar sobre un área cada vez más
amplia de la península Indochina. Mientras tanto, el FNL empezó a recibir apoyo
diplomático y militar de Vietnam del Norte.

Hacia 1965, las fuerzas estadounidenses generalizaron los bombardeos sobre Vietnam
del Norte, aumentando el número de tropas de Estados Unidos en Vietnam del Sur,
confiados en que impondrían su superioridad militar. Pero los bombardeos (que
produjeron enormes daños en las cosechas, en las vías de comunicación y en los
centros industriales de los dos países, además de causar la muerte a un millón de
civiles) no lograron someter a los rebeldes en Vietnam del Sur, ni consiguieron que los
del Norte dejaran de prestar ayuda al FNL. Durante la campaña de 1967-1968, los
norvietnamitas desencadenaron la Ofensiva del Têt (llamada así en referencia al año
nuevo lunar vietnamita), una serie de ataques contra más de cien objetivos urbanos.
Esta campaña fracasó y las tropas del Vietcong fueron desalojadas de la mayor parte de
las posiciones que habían ocupado.

El efecto de las acciones bélicas de Estados Unidos resultó más bien contraproducente
al estimular la resistencia nacionalista de los vietnamitas. También originó en la propia
sociedad estadounidense un fuerte movimiento de rechazo hacia la intervención de su
gobierno en Indochina, actitud que se relacionó en gran medida con los disturbios
sociales ocurridos en la década de 1960 en la Unión Americana. En los primeros meses
de 1968 el gobierno estadounidense, presionado por la opinión pública de su país,
había llegado a la conclusión de que la Guerra de Vietnam no se podría ganar. El 31 de
marzo el presidente Johnson anunció la paralización de los bombardeos sobre Vietnam
del Norte, gesto que encontró una respuesta positiva de Hanoi, y en mayo siguiente
comenzaron en París las conversaciones de paz entre Estados Unidos, Vietnam del
Norte, Vietnam del Sur y el Frente Nacional de Liberación del Vietcong. Los primeros
resultados de las negociaciones fueron negativos a pesar de que las incursiones aéreas
estadounidenses habían cesado por completo en noviembre de ese mismo año.

Al llegar a la presidencia de Estados Unidos en 1968, Richard M. Nixon mostró una


posición más realista que la de su antecesor al tratar de resolver el grave conflicto
internacional en que se había enfrascado su país, y buscó una “retirada honrosa”
poniendo en práctica un plan que consistía en “vietnamizar” la guerra, es decir, re-
tirar las tropas estadounidenses y dejar que los propios sudvietnamitas lucharan en
contra del comunismo. Para tal efecto, Nixon ordenó la retirada de 25 mil soldados
para agosto de 1969, y a finales de ese año salieron otros 65 mil.1

Sin embargo, ni la reducción de tropas estadounidenses ni la muerte de Ho Chi Minh


en 1969 sirvieron para que avanzaran las negociaciones de paz. En 1970, Nixon volvió a
enviar fuerzas militares a Indochina, invadiendo parcialmente Camboya y Laos. Nixon
ordenó esas operaciones por dos motivos principales 1) atacar las bases, refugios y vías
de comunicación de que disponía el Vietcong en esos países; y 2) ayudar a los
regímenes pro estadounidenses que gobernaban Laos y Camboya en la lucha que
sostenían, respectivamente, con los comunistas que integraban los movimientos del
Pathet Lao (en Laos) y el Partido Revolucionario del Pueblo Camboyano.

Esta nueva intervención del gobierno de Washington tampoco tuvo éxito y, en cambio,
dio lugar a que aumentara el rechazo de la población estadounidense hacia la presencia
militar de su país en Vietnam. Las negociaciones se mantenían estancadas ya que las
partes en conflicto no consideraban satisfactorias las propuestas de paz. Mientras tanto,
las acciones bélicas continuaban e incluso se recrudecían y Estados Unidos recurría al
uso intenso de bombardeos sobre Vietnam del Norte, sin lograr derrotarlo.

Por fin, el 27 de enero de 1973, las delegaciones de Estados Unidos, Vietnam del Sur,
Vietnam del Norte y del Gobierno Revolucionario Provisional (instaurado en una
porción de Vietnam del Sur por el FNL) concluían las negociaciones de la Conferencia
de París, firmándose acuerdos por los que se establecía el cese del fuego y la retirada
estadounidense de Vietnam del Sur. En marzo siguiente, los acuerdos se
complementaron con otro que preveía la unificación de los dos territorios. Tras la
retirada de las tropas estadounidenses, la guerra continuó por dos años más hasta que,
en abril de 1975, se consumó la victoria total del FNL y el fracaso definitivo de Estados
Unidos con la toma de Saigón y la unión entre el Norte y el Sur; la República Socialista
de Vietnam se proclamó en abril de 1976.

Consecuencias. La Guerra de Vietnam marcó un hito en la historia militar con-


vencional, tanto por la amplitud del combate guerrillero como por el creciente uso de

1 Antes de iniciar la retirada en 1969, el ejército estadounidense llegó a tener en Vietnam del Sur alre- dedor de 541 mil
soldados.
helicópteros, que proporcionaron una gran movilidad en terrenos difíciles. Además,
fue esencialmente una guerra del pueblo porque la mayor parte de la población civil
fue movilizada para algún tipo de participación activa y padeció la situación bélica más
o menos en las mismas circunstancias que las fuerzas militares. El amplio uso que hizo
Esta- dos Unidos de armas químicas, como el napalm, mutiló y mató a miles de civiles;
en tanto que el empleo de defoliantes, principalmente del llamado “agente naranja”
utilizado para eliminar la cobertura vegetal, no sólo devastó el medio ambiente de un
país esencialmente agrícola, sino que dejó perjudiciales secuelas en la salud física de
los seres humanos —vietnamitas y estadounidenses— que estuvieron en contacto con
ese agente químico.

Como resultado de ocho años de utilización de estas tácticas bélicas, se estima que
murieron más de dos millones de vietnamitas, tres millones fueron heridos, y cientos
de miles de niños quedaron huérfanos. La población refugiada se ha calculado en 12
millones de personas; entre abril de 1975 y julio de 1982, aproximadamente un millón
218 mil refugiados fueron reubicados en más de 16 países; otros 500 mil intentaron huir
de Vietnam por mar, pero de ellos se estima murió entre un 10 y 15%, y los que
sobrevivieron se enfrenta- ron más tarde a trabas y cuotas de inmigración incluso en
países que habían acep- tado acogerlos.

Las pérdidas humanas estadounidenses alcanzaron la cifra de 57,685, además de


153,303 heridos. En el momento del acuerdo de alto al fuego había 587 prisioneros de
guerra entre militares y civiles, los cuales fueron liberados posteriormente en su
totalidad; sin embargo, una estimación actualizada no oficial calcula que todavía
quedan unos 2,500 desaparecidos.5

La Guerra de Vietnam también se considera un hito en la historia de Estados Unidos.


La derrota constituyó un golpe profundo al orgullo estadounidense y a la creencia de
que su nación era invencible; afectó la confianza de los ciudadanos en su sistema de
gobierno y se sintieron engañados por los líderes políticos que su voto había llevado al
poder, pues les habían dado informes falsos acerca de la guerra. Este sentimiento se
hizo extensivo a los soldados que regresaban de Vietnam quienes, heridos física y
moralmente, no fueron bienvenidos en su patria ni recibieron tratamiento de héroes.
Muchos de esos soldados pasaron por grandes dificultades para conseguir trabajo y
readaptarse a la vida familiar; de acuerdo con datos del Departamento de Veteranos,
medio millón de ellos sufrían problemas psicológicos relacionados con sus experiencias
de la guerra.6 El síndrome de Vietnam dejó huellas imborrables en toda una
generación de jóvenes y sus familias, tanto por los daños físicos producidos por las
heridas de combate y la exposición a los agentes químicos, como por el efecto
psicológico provocado por el terrible recuerdo de la muerte y los sufrimientos de
numerosos civiles vietnamitas indefensos.

En el ámbito político internacional, la Guerra de Vietnam trajo consigo el desprestigio


para Estados Unidos en un mundo conmocionado por las imágenes que recibía, a
través de la televisión y la prensa escrita, acerca de una guerra que la presencia de este
país prolongaba inútilmente. En cambio, el bloque comunista salió fortalecido con el
hecho de que un país otrora violentamente disputado por los dos bloques en pugna
durante la Guerra Fría, se integra plenamente al bando comunista.

También podría gustarte