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    CUENTO El Diablo

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    Luis Peltroche Peña
    El documento cuenta la historia de un hombre que recibe una gran cantidad de dinero del diablo a cambio de su alma en 30 años, pero luego descubre que el plazo es en realidad de 30 meses. Su esposa lo ayuda a engañar al diablo disfrazándose de animal para que el diablo no pueda adivinar qué animal es y así el hombre quede libre del trato.

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    CUENTO El Diablo

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    Luis Peltroche Peña
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    El documento cuenta la historia de un hombre que recibe una gran cantidad de dinero del diablo a cambio de su alma en 30 años, pero luego descubre que el plazo es en realidad de 30 meses. Su esposa lo ayuda a engañar al diablo disfrazándose de animal para que el diablo no pueda adivinar qué animal es y así el hombre quede libre del trato.

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    CUENTO El diablo

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    El documento cuenta la historia de un hombre que recibe una gran cantidad de dinero del diablo a cambio de su alma en 30 años, pero luego descubre que el plazo es en realidad de 30 meses. Su esposa lo ayuda a engañar al diablo disfrazándose de animal para que el diablo no pueda adivinar qué animal es y así el hombre quede libre del trato.

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    El documento cuenta la historia de un hombre que recibe una gran cantidad de dinero del diablo a cambio de su alma en 30 años, pero luego descubre que el plazo es en realidad de 30 meses. Su esposa lo ayuda a engañar al diablo disfrazándose de animal para que el diablo no pueda adivinar qué animal es y así el hombre quede libre del trato.

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    El diablo

    Le dijo a su mujer que iba a cazar aves silvestres para la comida de los hijos.

    Se fue a la montaña, buscó y buscó y nada. Entonces se le apareció un hombre en un


    caballo, con un sombrero grande, y le dijo:
    ‘Oye, buen hombre, ¿y qué estás haciendo tú?’.
    El hombre le cuenta, y el otro le dice:
    ‘Si quieres yo te doy un saco de plata?
    ‘¿Y yo después cómo lo pago?’
    ‘No. Te la llevas nomás. pero eso sí, después de 30 años tú vienes conmigo’.
    El hombre que tenía necesidad, dijo ‘bueno’.
    ¡Imagínese un saco de billetes! Comenzó el hombre a mantener a su familia, pero a medida
    que pasaba el tiempo se iba poniendo triste. De tarde ya no quería comer, estaba como
    enfermo y la mujer le decía: ‘¿Qué te pasa, por qué no comes?’
    ‘Nada’, le decía él.
    Y entre más días, más y más decaído. Entonces un día la mujer le dijo: ‘Me vas a decir qué te
    pasa porque a tú te pasa algo’. El hombre le dijo: ‘Chuta, no sabes. ¿Tú sabes por qué yo
    tengo plata?’
    Entonces el hombre le cuenta. ‘Pero qué pasa, que a mí me dicen ahora que el diablo a los
    años les llama meses ¡o sea que no son 30 años sino 30 meses!’
    Y la mujer le dice, ‘¿Y tú por eso te pones triste? No te aflijas por eso’
    ‘¿Y no va a ser si ya está cerca?’, le dijo él.
    Pero ella le respondió: ‘No tengas miedo. Ándate a la montaña y coge toda clase de
    pajaritos que encuentres. Les vas sacando las plumas y en un saco las vas metiendo’.
    Y va el hombre. Él ni sabía lo que la mujer iba a hacer, pero ella dijo que con eso lo salvaba.
    Cuando el hombre llegaba con ese saco de plumas, ella le dijo: ‘Anda, consígueme dos tarros
    de miel de abeja real’.
    El hombre las llevó a la casa. ‘Bueno’, le dijo la mujer. ‘Me avisas el día exacto que te va a
    venir a ver, el día y la hora’.
    Llegó el día y la hora. Venían vientos y estruendosos, ruidos. Cuando la mujer se saca la ropa
    y dice: ‘Me voy a disfrazar de un pájaro’.
    Primero se bañó con la miel, se tiró el pelo plante y se revolcó en las plumas. ‘Cuando venga
    el diablo tú le dices que te adivine qué pájaro es éste, si te adivina tú te vas y si no, no’.
    Entonces el diablo llegó a la casa le dijo: ‘Aquí te vengo a ver’.
    El hombre le contestó: ‘Ya pues, me voy contigo, pero si tú adivinas que animal es este que
    está aquí’.
    El diablo le dijo: ‘Ya, cómo no te voy adivinar si yo soy del monte, yo conozco todos los
    animales’.
    La mujer estaba en cuatro patas y el marido la había amarrado con un cabito. Y el diablo le
    daba vueltas y la miraba y decía: ‘¿Qué animal es este?, yo nunca he visto este animal’.
    El hombre le dice: ‘Bueno, no es culpa. Si usted no me adivina el nombre de este animal,
    pues yo no me voy con usted porque ese fue el trato que hicimos’.
    El diablo se hostigó de darle vueltas al animal y le dijo: ‘¡Quédate con tu animal que yo no sé
    qué animal será este!’. Y el diablo se montó en su caballo y se fue. Y había un viejito más
    adelante que rio: ‘¡ja ja! lo que el diablo no sabe es que cuando él iba a nacer, la mujer ya
    era bachiller’.

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