CSJN - 1999 - Fayt, Carlos S.
CSJN - 1999 - Fayt, Carlos S.
CSJN - 1999 - Fayt, Carlos S.
-1-
Básicas", contemplaron como materia de revisión lo relativo a
la "designación de los jueces federales"; d) la sentencia está
viciada por incongruencia, por no aplicar una norma
constitucional sin pronunciarse sobre su validez; e) también
incurre en arbitrariedad, por no rebatir los fundados
argumentos de su parte, contrarios a la admisibilidad de la
acción declarativa en el sub lite.
3°) Que en lo concerniente a la procedencia formal de
la demanda en los términos del art. 322 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación, los agravios de la demandada
son inadmisibles por los fundamentos expuestos por el señor
Procurador General de la Nación en el dictamen que antecede, a
cuyos argumentos corresponde remitirse por razones de
brevedad.
4°) Que el Tribunal comparte, asimismo, la opinión
vertida por el señor Procurador General en el capítulo VII de
su dictamen, en cuanto al fundamento y alcance de la admisi-
bilidad formal del recurso federal, pues se halla en tela de
juicio la validez e interpretación de cláusulas de la Consti-
tución Nacional y de otras normas federales relativas al cum-
plimiento del procedimiento previsto en el art. 30 de la Ley
Fundamental, y la decisión definitiva del superior tribunal de
la causa es contraria al derecho que en ellas fundó el
apelante.
Cabe recordar que en la tarea de establecer la in-
teligencia de las normas federales a las que se refiere el
art. 14 de la ley 48, la Corte no se encuentra limitada por
las posiciones del tribunal inferior y del recurrente, sino
-//-
-//- que le incumbe realizar una declaratoria sobre el punto
disputado, según la interpretación que rectamente le otorga
(doctrina de Fallos: 308:647; 317:1773; 320:2647, entre
muchos otros).
5°) Que la conclusión precedente importa afirmar el
carácter justiciable de la cuestión sub examine, pues son
-2-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-3-
Si la esencia de nuestro sistema de gobierno radica
en la limitación de los poderes de los distintos órganos y en
la supremacía de la Constitución, ningún departamento puede
ejercer lícitamente otras facultades que las que le han sido
acordadas (Fallos: 137:47) y es del resorte de esta Corte
juzgar "la existencia y límites de las facultades privativas
de los otros poderes" (Fallos: 210:1095) y "la excedencia de
las atribuciones" en la que éstos puedan incurrir (Fallos:
254:43).
En suma, incluso en los casos en que la interpreta-
ción constitucional lleve a encontrar que determinadas deci-
siones han sido atribuidas con carácter final a otras ramas
del gobierno, el Tribunal siempre estará habilitado para de-
terminar si el ejercicio de una potestad de dicha naturaleza
ha sido llevado a cabo dentro de los límites de ésta y de
acuerdo con los recaudos que le son anejos. El quebrantamiento
de algunos de los mentados requisitos o el desborde de los
límites de la atribución, harían que la potestad ejercida no
fuese, entonces, la de la Constitución y allí es donde la
cuestión deja de ser inmune a la revisión judicial por parte
del Tribunal encargado -por mandato de aquélla- de preservar
-//-
-//- la supremacía de la Ley Fundamental.
6°) Que, además, la doctrina del control judicial
sobre el proceso de reforma de la Constitución fue elaborada
por el Tribunal hace más de treinta años, pues surge de la
recta interpretación de la sentencia dictada in re: "Soria de
Guerrero, Juana Ana c/ Bodegas y Viñedos Pulenta Hnos. S.A.".
En ese precedente, se aplicó a la actividad de una
convención reformadora el principio jurisprudencial que limi-
taba las facultades jurisdiccionales respecto del procedi-
miento de "formación y sanción" de las leyes. Sin embargo, se
afirmó que esa regla general sólo cedería si se demostrase la
falta de concurrencia de los "requisitos mínimos e indispen-
sables" que condicionan la sanción de la norma constitucional
reformada (conf. considerandos 3° y 4° de Fallos: 256:556).
-4-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-5-
Manuel Gorostiaga, "Facultades de las Convenciones Constitu-
cionales", Rosario, 1898, págs. 52 y 53). Restricción que
también resulta del texto del art. 30 de la Constitución Na-
cional que, tras declarar la posibilidad de que aquélla sea
reformada "en el todo o en cualquiera de sus partes" y confe-
rir al Congreso de la Nación la función de declarar la nece-
sidad de la reforma, atribuye su realización a "una Convención
convocada al efecto" (el énfasis es agregado); precisamente,
la expresión que se subraya, situada al final del artículo
citado, pone de manifiesto que la convención se reúne con la
finalidad de modificar aquellas cláusulas constitucionales que
el Congreso declaró que podían ser reformadas y sobre las que
el pueblo de la Nación tuvo oportunidad de pronunciarse al
elegir a los convencionales y no otras, sobre
-//-
-//- las que no concurren dichos requisitos.
8°) Que tanto es esencial esta característica de la
convención reformadora de contar con poderes limitados que por
ello, metodológicamente, la declaración de necesidad de
reforma de la Constitución Nacional no se incluye entre las
atribuciones del Congreso que reglamenta la parte segunda de
la Ley Fundamental, sino en la primera parte que contempla las
"Declaraciones, derechos y garantías", pues es una afirmación
sobre la naturaleza de la propia Constitución que se sitúa
como ley suprema del país.
El constituyente originario quiso que el procedi-
miento del art. 30 reflejase verdaderamente la voluntad sobe-
rana del pueblo en cada una de sus etapas y que toda reforma
fuese fruto de una reflexión madura. Por ello, al órgano donde
naturalmente está representado ese poder soberano le compete
declarar la necesidad de reforma e incluir las partes o puntos
cuya revisión justifica la convocatoria y a otro cuerpo
legislativo distinto, también representativo de la soberanía,
le corresponde llevar a cabo la actividad reformadora dentro
de ese marco. En un régimen republicano, fundado sobre el
principio de la soberanía del pueblo, debe ser la misma
-6-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-7-
car un desconocimiento de que el principio que sostiene el
diseño institucional de la república es que ningún poder
puede arrogarse mayores facultades que las que le hayan sido
expresamente conferidas, pues si de un poder expreso pudiera
implicarse otro de análoga consistencia se destruyen los lí-
mites de la concesión y no tardaría en echarse por tierra
-//-
-//-todo el aludido equilibrio de la Constitución (Fallos:
318:1967).
Esos poderes implícitos, en el caso, son los que
resultan de la finalidad, el sentido y el alcance de la re-
forma, que se definieron en los acuerdos de fuerzas políticas
que precedieron la declaración del Congreso y que, en la his-
toria constitucional argentina, han contribuido a formar el
consenso necesario para el cumplimiento del procedimiento
establecido en el art. 30 de la Constitución Nacional (conf.
debate de la ley 24.309, Diario de Sesiones Cámara de Diputa-
dos de la Nación, sesión del 20/21 de diciembre de 1993, pág.
4092). Esta finalidad, sentido y alcance, se expresaron en las
llamadas "coincidencias básicas" y se hicieron constar en el
art. 2° de la ley 24.309.
10) Que la sanción explícita de nulidad contenida en
el art. 6° de la ley 24.309, para todo aquello que comportase
una modificación, derogación o agregado a la competencia
establecida en los arts. 2° y 3° de ese cuerpo normativo,
revela el carácter de restricción explícita que el Congreso
atribuyó a aquello que alterase o excediese el marco de la
habilitación, sin perjuicio de la prohibición contenida en el
art. 7° de la ley bajo examen. Sin duda, la sanción representa
un énfasis innecesario -que revela la indudable intención de
los representantes del pueblo, según resulta del debate en el
seno del Congreso-, dirigido a aventar los "fantasmas" que
pudiesen obstruir la convocatoria a una reforma sobre la base
de infundados argumentos relativos a los peligros de una con-
vención de poderes ilimitados (conf. debate de la ley 24.309,
-8-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-9-
-//-citado "Núcleo..."), en tanto, con relación a los miembros
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la reforma debía
mantener la remoción "únicamente por juicio político, por mal
desempeño o por delito en el ejercicio de sus funciones, o por
crímenes comunes" (punto J, ap. 1).
13) Que si bien el art. 2, inciso a, de la ley
24.309 habilitó a modificar el art. 99 -numeración anterior a
la reforma- del capítulo I, sección tercera, título primero,
de la segunda parte de la Constitución Nacional, y que el art.
2, inciso c, de la ley que se examina, autorizó la in-
corporación de un nuevo artículo en este capítulo -que, como
se ha dicho, está dedicado a tratar la naturaleza del Poder
Judicial de la Nación-, ello sólo se correlaciona con el
apartado H del "Núcleo de Coincidencias Básicas" y responde a
la voluntad de crear el Consejo de la Magistratura, cuyo rol
institucional y atribuciones conciernen al Poder Judicial de
la Nación.
14) Que no puede razonablemente admitirse que, con
motivo de la reforma de una cláusula relativa a las atribu-
ciones del Poder Ejecutivo Nacional, a saber, la intervención
del señor presidente de la Nación en la designación de los
magistrados federales -art. 99, inciso 4, de la Constitución
reformada- materia que estaba explícitamente habilitada puesto
que el art. 86, inc. 5, del texto anterior, había sido
incluido en el art. 2, inciso a, de la ley 24.309-, la con-
vención reformadora incorpore una cláusula nítidamente extraña
a las atribuciones del Poder Ejecutivo de la Nación, puesto
que todo lo concerniente a la inamovilidad de los jueces es
inherente a la naturaleza del Poder Judicial de la Nación y
configura uno de los principios estructurales del sistema
político establecido por los constituyentes de 1853, al punto
-//-
-//- que es uno de los dos contenidos sobre los que se asienta
la independencia de este departamento y que ha sido calificada
por el Tribunal, antes que de un privilegio en favor de
quienes ejercen la magistratura, como una garantía en favor de
-10-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-11-
En un pronunciamiento reciente (causa G.405 XXXIII
"Gómez Diez, Ricardo y otros c/ P.E.N. - Congreso de la Na-
ción", sentencia del 31 de marzo de 1999) este Tribunal ha
puntualizado la necesidad de preservar al Poder Judicial de
"la sobrejudicialización de los procesos de gobierno" (consi-
derando 9°), mas con parejo énfasis ha destacado en dicho
precedente que esa autorrestricción en modo alguno supone que
este poder abdique del control de constitucionalidad de las
normas o actos emanados de los otros poderes del Estado -como
es una convención reformadora-, cuando se observen -como en el
caso- los recaudos constitucionales que habiliten su ju-
risdicción (considerando 18).
De ahí, pues, que la transgresión verificada en el
sub lite determina que esta Corte deba restablecer la vigencia
de la Constitución Nacional, en cumplimiento de la primera y
más elevada misión que constitucionalmente le corresponde. Con
igual celo por esta función propia, los jueces de la Nación
incluidos los actuales magistrados de esta Corte Suprema, tras
la reforma de 1994, hemos jurado "cumplir y hacer cumplir la
Constitución Nacional conforme al texto sancionado en 1853,
con las reformas de 1860, 1866, 1898, 1957 y las
modificaciones realizadas por la reciente Convención Consti-
tuyente, en los términos de las normas que habilitaron su
-//-
-//-funcionamiento" (acordada de la Corte Suprema 58, Fallos:
317:570; Libro de Actas de la Corte Suprema, folios 339, 343,
347, donde constan nuestros juramentos). Este compromiso re-
publicano impone el deber de decidir este asunto con arreglo a
las consideraciones precedentes.
Por ello, oído el señor Procurador General, se declara
procedente el recurso extraordinario en los términos señala-
dos, se revoca la sentencia apelada y, en los términos del
art. 322 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación,
se hace lugar a la demanda y se declara la nulidad de la re-
forma introducida por la convención reformadora de 1994 en el
art. 99, inc 4, párrafo tercero -y en la disposición transi-
-12-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-13-
2°) Que los argumentos por los cuales el Estado
Nacional pretende la apertura del recurso extraordinario son
los siguientes: a) es errónea la línea divisoria entre magis-
trados federales designados bajo el régimen previsto por la
Constitución, en su texto anterior a la reforma de 1994, y los
magistrados nombrados por el nuevo régimen; no existen
derechos adquiridos frente a la modificación de la norma que
otorgaba el ejercicio vitalicio del cargo; b) el nuevo texto
constitucional no modificó la garantía de inamovilidad de los
jueces, pues el art. 99, inc. 4°, de la Ley Fundamental con-
tiene, tal como fue la intención de los señores convenciona-
les, una exigencia de carácter objetivo e impersonal; c) la
reforma constitucional en el punto que se halla en discusión
es válida y responde a los términos de la norma que la convocó
y que le atribuyó competencia; ello es así, pues tanto el
-//-
-//-art. 2 de la ley 24.309, como el "Núcleo de Coincidencias
Básicas", contemplaron como materia de revisión lo relativo a
la "designación de los jueces federales"; d) la sentencia está
viciada por incongruencia, por no aplicar una norma
constitucional sin pronunciarse sobre su validez; e) también
incurre en arbitrariedad por no rebatir los fundados argumen-
tos de su parte, contrarios a la admisibilidad de la acción
declarativa en el sub lite.
3°) Que en lo concerniente a la procedencia formal de
la demanda en los términos del art. 322 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación, los agravios de la demandada
son inadmisibles por los fundamentos expuestos por el señor
Procurador General de la Nación en el dictamen que antecede, a
cuyos argumentos corresponde remitirse por razones de
brevedad.
4°) Que el Tribunal comparte, asimismo, la opinión
vertida por el señor Procurador General en el capítulo VII de
su dictamen, en cuanto al fundamento y alcance de la admisi-
bilidad formal del recurso extraordinario, pues se halla en
-14-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-15-
preconstituyentes, sancionó la ley 24.309 declarativa de la
necesidad de la reforma parcial de la Constitución Nacional de
1853 con las modificaciones de 1860, 1866, 1898 y 1957 (art.
1°).
Que en los arts. 2° y 3° de esa ley se fijaron los
puntos y artículos que quedaban habilitados para su trata-
miento, debate y resolución por la convención reformadora
convocada para sancionar la reforma.
8°) Que una detenida lectura de tales preceptos
-//-
-16-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-17-
atribuciones del Poder Ejecutivo Nacional. En ese orden de
ideas, en el punto A del "Núcleo de Coincidencias Básicas"
-//-
-18-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-19-
buidas a las convenciones constituyentes están condicionadas
"...al examen y crítica de los puntos sometidos a su resolu-
ción, dentro de los principios cardinales sobre que descansa
la constitución..." (Manuel Gorostiaga, "Facultades de las
Convenciones Constitucionales", págs. 52 y 53, Rosario, 1898;
Fallos: 316:2743).
15) Que lo dicho precedentemente no se ve alterado
por la invocación que se ha hecho en autos acerca del necesa-
rio reconocimiento que debe hacerse sobre la existencia de
facultades implícitas en cabeza de la convención reformadora.
Sin duda, quien tiene poderes para realizar un co-
metido, debe contar con facultades implícitas necesarias para
llevar a un buen término la misión deferida. Mas predicar la
presencia de facultades de esa naturaleza es únicamente reco-
nocer ciertas atribuciones imprescindibles para el ejercicio
de los poderes expresamente concedidos, pero que no son
substantivas ni independientes de estos últimos, sino auxi-
liares y subordinadas. De ahí que no quepa inferir que una
modificación de significativa trascendencia, como es la que
atañe a establecer una limitación por razón de edad a la ga-
rantía de la inamovilidad de los magistrados judiciales fede-
rales, hubiera quedado habilitada suficientemente en las
facultades implícitas que se derivan de la expresa atribución
de reformar -en los términos del apartado I del ANúcleo de
Coincidencias Básicas@ incorporado a la ley 24.309- el régimen
de designación, ni jamás puede entenderse como implicado ese
tema en el de la adecuación o actualización de las facultades
del Poder Ejecutivo.
-//-
-//- 16) Que toda vez que la ley 24.309 que declaró la
necesidad de la reforma constitucional, dispuso expresamente
en su artículo sexto que "...serán nulas de nulidad absoluta
todas las modificaciones, derogaciones y agregados que realice
la Convención Constituyente apartándose de la competencia
establecida en los arts. 2° y 3° de la presente ley de decla-
ración..." (art. 6°), resulta incuestionable que esta Corte en
-20-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-21-
Paraná, en el año 1994, no importó enervar el irrenunciable
deber que le compete de ejercer el control pertinente en los
casos que requieran del examen de la validez de las dis-
posiciones sancionadas por la convención en ejercicio de su
poder constituyente derivado (ley 24.309), ni menos aún, el
desempeño en modo alguno de la función legitimante que le
confiere el propio ordenamiento que se manda jurar.
Por ello, oído el señor Procurador General, se declara
procedente el recurso extraordinario; se revoca la sentencia
apelada y, en los términos del art. 322 del Código Procesal
Civil y Comercial de la Nación, se hace lugar a la demanda,
por lo que se declara nula de nulidad absoluta la cláusula
contenida en el art. 99, inc. 4°, apartado tercero de la
Constitución Nacional (art. 6° de la ley 24.309), así como, por
lógica implicancia, su disposición transitoria undécima.
Costas al vencido (art. 68 del código citado). Notifíquese y
devuélvanse los autos. ADOLFO ROBERTO VAZQUEZ.
ES COPIA
DISI-//-
-22-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-23-
4°) Que el Tribunal comparte, asimismo, la opinión
vertida por el señor Procurador General en el capítulo VII de
su dictamen, en cuanto al fundamento y alcance de la admisi-
bilidad formal del recurso federal, pues se halla en tela de
juicio la validez e interpretación de cláusulas de la Consti-
tución Nacional y de otras normas federales relativas al cum-
plimiento del procedimiento previsto en el art. 30 de la Ley
Fundamental, y la decisión definitiva del superior tribunal de
la causa es contraria al derecho que en ellas fundó el
apelante.
5°) Que en la tarea de establecer la inteligencia de
las normas federales a las que se refiere el art. 14 de la ley
48, la Corte no se encuentra limitada por las posiciones del
tribunal inferior y del recurrente, sino que le incumbe
realizar una declaratoria sobre el punto disputado, según la
-//-
-//- interpretación que rectamente le otorga (doctrina de
Fallos: 308:647; 317:1773; 320:2647, entre muchos otros).
6°) Que la independencia de los jueces hace a la
esencia del régimen republicano y su preservación no sólo debe
ser proclamada sino respetada por los otros poderes y sentida
como una vivencia insustituible por el cuerpo social todo. Al
respecto, ha dicho la Suprema Corte de Estados Unidos de
Norteamérica que una justicia libre del control del Ejecutivo
y del Legislativo es esencial, si existe el derecho de que los
procesos sean resueltos por jueces exentos de la potencial
dominación de otras ramas del gobierno ("United States v.
Will", 449 U.S. 200, 217-218; 1980, citado en el fallo de esta
Corte I.90 XXIV "Iribarren, Casiano Rafael c/ Santa Fe,
Provincia de s/ acción declarativa", sentencia del 22 de junio
de 1999, considerando 11).
7°) Que el principio general de la inamovilidad de
los jueces establecido en el art. 110 de la Constitución Na-
cional, esencial para la preservación de su independencia de
criterio, ha sido limitado por el citado art. 99, inc. 4°, de
-24-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-25-
La limitación del art. 99, inc. 4°, alcanza tanto a
los jueces designados con posterioridad a la reforma consti-
tucional como a quienes hemos sido designados con anterioridad
a dicha reforma, pero impone como condición un hecho incierto
y futuro limitando su aplicación a quienes con posterioridad
a la reforma cumplan 75 años; el uso del tiempo futuro en la
norma no deja dudas sobre su alcance. Sostener lo contrario,
darle a la condición de un hecho futuro impuesta por la norma
un significado propio de otra expresión capaz de
-//-
-//-abarcar el pasado, significaría el absurdo hermenéutico de
convertir la limitación excepcional en regla general.
10) Que la limitación al principio básico de la
inamovilidad de los jueces, por su naturaleza, como toda ex-
cepción o límite a principios generales, debe ser interpretada
estrictamente y no extendiendo lo que surge del texto de la
norma (doctrina de Fallos: 316:2940, considerando 18).
Un principio general admite casi siempre excepciones
y lo restrictivo de la excepción es también ya establecido y
expresado en el derecho romano bajo la expresión exceptionis
strictissimae interpretationis (Rafael Bielsa, Metodología
Jurídica, Santa Fe, Librería y Editorial Castellví S.A., 1961,
pág. 146).
11) Que "la citada interpretación no admite discu-
sión en tanto se observe que el principio de inamovilidad de
los jueces es requisito esencial para la debida preservación
de las instituciones republicanas, razón por la cual resulta
necesario interpretar en forma restrictiva...las disposiciones
constitucionales que permiten la separación del cargo de
aquellos magistrados nombrados de conformidad con las leyes
(Fallos: 312:1686, disidencia del juez Belluscio). Este razo-
namiento se impone toda vez que el sistema constitucional de
designación y remoción de los jueces y las leyes que regla-
mentan la integración de los tribunales, ha sido inspirado en
móviles superiores de elevada política institucional con el
objeto de impedir el predominio de intereses subalternos sobre
-26-
F. 100. XXXV.
Fayt, Carlos Santiago c/ Estado Nacional
s/ proceso de conocimiento.
-27-