El Teatro El Círculo en Rosario, Argentina se inauguró en 1904 y ha sido escenario de importantes compañías de ópera mundiales. Fue comprado en 1943 por la Sociedad El Círculo y desde entonces alberga conciertos, óperas, ballets y otras actividades culturales. El teatro posee una arquitectura académica con elementos renacentistas y decoración frescos de artistas como Guillermo Carmignani.
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El Teatro El Círculo en Rosario, Argentina se inauguró en 1904 y ha sido escenario de importantes compañías de ópera mundiales. Fue comprado en 1943 por la Sociedad El Círculo y desde entonces alberga conciertos, óperas, ballets y otras actividades culturales. El teatro posee una arquitectura académica con elementos renacentistas y decoración frescos de artistas como Guillermo Carmignani.
El Teatro El Círculo en Rosario, Argentina se inauguró en 1904 y ha sido escenario de importantes compañías de ópera mundiales. Fue comprado en 1943 por la Sociedad El Círculo y desde entonces alberga conciertos, óperas, ballets y otras actividades culturales. El teatro posee una arquitectura académica con elementos renacentistas y decoración frescos de artistas como Guillermo Carmignani.
El Teatro El Círculo en Rosario, Argentina se inauguró en 1904 y ha sido escenario de importantes compañías de ópera mundiales. Fue comprado en 1943 por la Sociedad El Círculo y desde entonces alberga conciertos, óperas, ballets y otras actividades culturales. El teatro posee una arquitectura académica con elementos renacentistas y decoración frescos de artistas como Guillermo Carmignani.
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La Ecole de Beaux Arts en Rosario
Teatro “el círculo”
El Teatro La Ópera, así llamado por entonces (hoy Teatro El Círculo),
ubicado en la esquina de laprida y mendoza, en la ciudad de Rosario-Santa Fe, Argentina;
Se inauguró el 7 de junio de 1904 con la puesta en escena de la ópera
OTELLO, de Giuseppe Verdi, significando un acontecimiento trascendental para la ciudad, tanto social como artístico. Desde su inauguración fue escenario de las más importantes compañías líricas del mundo, llegando a representar una ópera por día. Muchas compañías europeas llegaban por barco directamente a Rosario, antes de presentarse en Buenos Aires y Nueva York. Una vez en el teatro, los salones y camarines de los distintos pisos, hoy ocupados por diversos emprendimientos (Estudio de Comedias Musicales, Academia de Ballet Clásico Ruso, Opera de Rosario) albergaban a los artistas munidos de baúles con vestuarios y enseres personales. Prolongadas estadías obligaban a algunos a venir acompañados por sus familias. Y allí transcurría la vida entre función y función. Se contaba entonces con peluquería, talleres de costura, zapatería, y todos los oficios relativos a las óperas ofrecidas. Para dormir, hoteles y pensiones cercanas, eran los lugares obligados. En los años que precedieron a 1943 las autoridades de El Círculo alentaron la idea de tener un local propio en el que la Institución pudiera desarrollar su actividad cultural en constante expansión. Justamente ese año se anunció la demolición del Teatro de "La Ópera", noticia que causó conmoción en la ciudad. Los dirigentes de El Círculo se movieron diligentemente y el 29 de abril de 1943 su comisión directiva acordó con la Sociedad Inmobiliaria Schaffhausen la compra del teatro, propiedad de Emilio O. Schiffner. Desde entonces no solo se contó con un edificio de valioso patrimonio histórico y arquitectónico, sino con un recinto específico para el mejor desenvolvimiento de las distintas actividades culturales tales como conciertos, óperas, ballet, conferencias, exposiciones de pintura y escultura, entre otras disciplinas artísticas. Se logra así una unidad institucional que en adelante se la reconocería como "Teatro El Círculo", que habría de figurar entre los más importantes coliseos de nuestro país. El Círculo cuenta con capacidad para 1500 personas distribuidas en cinco niveles, además de dos salas para conferencias y teatro, una de exposiciones, un pequeño museo en planta baja y, en el subsuelo, el Museo de Arte Sacro Eduardo Barnes, constituido por originales en yeso y esculturas del artista. Su arquitectura posee los elementos de la tradición clásica, ordenados con la jerarquía correspondiente, tales como el profundo almohadillado, que pierde fuerza en altura o el ritmo de los vanos, rematados por arcos de medio punto, que se reitera arriba con pilastras más finas. Los detalles en ménsulas y cornisas se han trabajado con gran valor volumétrico. En planta alta, en cambio, el proyectista ha destacado la esquina con un balcón saliente y el ingreso por Laprida con otro de columnas corintias apareadas que sostienen el pórtico. El edificio tiene composición academicista y sus fachadas exponen su carácter por medio de elementos provenientes de distintos estilos, aunque especialmente del Renacimiento italiano. Aunque no visible desde una perspectiva peatonal exterior, es muy particular el cilindro perfecto con cubierta cónica que compone el coronamiento de la sala principal, de típica disposición en herradura. importantes artistas de la época tuvieron a su cargo la decoración de los interiores, entre los cuales se destaca el parmesano Guillermo Carmignani, quien realizó los frescos de la cúpula de la sala principal en la que se suceden medallones con figuras alegóricas y retratos de importantes músicos como Mozart, Verdi, Wagner y otros. El mismo Carmignani pintó el recientemente restaurado telón, que es considerado una de las piezas escenográficas originales más valiosas de aquella época. De doce metros de ancho y con accionamiento a la alemana o guillotina, reproduce sobre su fina tela de lino belga imágenes de la mitología grecorromana, propias del gusto academicista. Según la usanza de aquellos tiempos, se reproduce casi literalmente la escena del telón del teatro Regio de Parma en el que los dioses del Olimpo se presentan en un espacio ideal como alegoría de las artes musicales y escénicas. A un siglo de su inauguración, en el año 2004, el teatro dio cabida a las principales actividades del III Congreso Internacional de la Lengua Española. Para esa ocasión se ambientó su emplazamiento con el adoquinado de las calles adyacentes y la instalación de farolas antiguas, lo que dotó de renovado prestigio al edificio, estableciéndose el Área de Protección Histórica Entorno Teatro El Círculo.