El Espíritu de La Navidad
El Espíritu de La Navidad
El Espíritu de La Navidad
(Reflexión de un adolescente)
Como todos los niños, yo esperaba con ansias el día de Navidad para abrir los
regalos que el legendario Santa Claus había traído.
Recuerdo como, aquella especial noche, juntos jugábamos alrededor del árbol
de Navidad mientras mi mamá y mi tía preparaban la tradicional cena de
Nochebuena. Sólo éramos nosotros, pero disfrutamos como si hubiésemos sido
una numerosa familia.
Al día siguiente, vi con tristeza que tan solo tenía un regalo, era una figura de
un muñequito de televisión. Esperaba algo más, mucho más y no entendía por
qué, a pesar de haber tenido un buen comportamiento no había sido
beneficiado por Santa Claus. mis primos también recibieron un regalo, pero a
ellos no parecía afectarle. Mi prima, que era la mayor, ya sabía la verdadera
procedencia de los regalos.
Me puse muy triste y le pregunté a mi prima si sabía por qué no tenía más
regalos y ella me contó la verdadera historia: que los regalos de Navidad eran
comprados por nuestros padres, que santa Claus era un personaje ficticio y que
si los padres no tenían dinero no había regalos.
Ahora lo entiendo, a los 6 años me pareció una crueldad. Pero a partir de ese
momento empecé a cuidar mis juguetes, a sabiendas de que con el poco dinero
que teníamos mi mamá me compraba un regalo.