El Espíritu de La Navidad

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 2

El espíritu de la Navidad"

(Reflexión de un adolescente)

Como todos los niños, yo esperaba con ansias el día de Navidad para abrir los
regalos que el legendario Santa Claus había traído.

Si la memoria no me traiciona, en aquel entonces tenía más o menos 5 años.


Mis padres ya se habían divorciado y mi mamá y yo vivíamos en el apartamento
de mi tía, junto a sus dos hijos.

Recuerdo como, aquella especial noche, juntos jugábamos alrededor del árbol
de Navidad mientras mi mamá y mi tía preparaban la tradicional cena de
Nochebuena. Sólo éramos nosotros, pero disfrutamos como si hubiésemos sido
una numerosa familia.

Después de cenar y corretear un poco nos fuimos a dormir a la espera de que


llegara el amanecer y ver los esperados regalos.

Al día siguiente, vi con tristeza que tan solo tenía un regalo, era una figura de
un muñequito de televisión. Esperaba algo más, mucho más y no entendía por
qué, a pesar de haber tenido un buen comportamiento no había sido
beneficiado por Santa Claus. mis primos también recibieron un regalo, pero a
ellos no parecía afectarle. Mi prima, que era la mayor, ya sabía la verdadera
procedencia de los regalos.

Me puse muy triste y le pregunté a mi prima si sabía por qué no tenía más
regalos y ella me contó la verdadera historia: que los regalos de Navidad eran
comprados por nuestros padres, que santa Claus era un personaje ficticio y que
si los padres no tenían dinero no había regalos.

Me negaba a creer esa explicación y le pregunté a mi mamá. Para mi sorpresa


me dijo que era la verdad, que Santa Claus era el espíritu de la Navidad que
vivía en cada uno de nosotros y que finalmente la cantidad de regalos no
importaba, sino el hecho de dar un presente en Navidad a la persona que
amamos, y que ese muñeco era lo único que ella había podido comprar.

Ahora lo entiendo, a los 6 años me pareció una crueldad. Pero a partir de ese
momento empecé a cuidar mis juguetes, a sabiendas de que con el poco dinero
que teníamos mi mamá me compraba un regalo.

Con el tiempo he aprendido el verdadero sentido de regalar que está muy


lejano del valor económico de los regalos. No sé si será correcto engañar a los
niños inventando toda una historia de fantasía sobre Santa Claus, los duendes y
la fábrica de juguetes, ya que al final no aprenden apreciar y cuidar los juguetes
pensando que al “fulano Santa” no le cuesta nada regalar.

Lo cierto es, que ahora que estamos en la época navideña, cuando mi


hermanito habla emocionado de Santa Claus y los juguetes que espera,
tratamos de que entienda que Santa no es más que un personaje y que el
verdadero espíritu de la navidad es el amor y la reunión de la familia, que los
regalos son solo una muestra de ese amor y que Santa solo vive en nuestro
corazón.

Memorias de un adolescente (anónimo)


"

También podría gustarte