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Civilizaciones andinas
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De izquierda a derecha: vista de la ciudad sagrada de Caral (la más antigua de América), cabeza
clava (símbolo característico de la cultura chavín), momia de la cultura paracas, orejera
mochica de oro con incrustaciones de piedras preciosas, cerámica de la cultura recuay, huaco
huari, Puerta del Sol (perteneciente a la ciudad de Tiahuanaco), figura de colibrí en las líneas
de Nazca, máscara de oro de la cultura sicán, la ciudadela chimú de Chan Chan (la más grande
de adobe en América), sarcófagos de los chachapoyas y la vista de la ciudadela incaica de
Machu Picchu (una de las siete maravillas del mundo moderno).
Las civilizaciones andinas, llamadas históricamente en conjunto como Perú antiguo o antiguo
Perú, fueron antiguas sociedades complejas conformadas por diversos pueblos indígenas de
Sudamérica que se desarrollaron en la zona occidental del continente, en los valles costeros e
interandinos entre el océano Pacífico y la Amazonia. Esta región fue una cuna de la civilización,
es decir, un espacio donde la sociedad compleja se originó de forma autónoma a otras, como
Mesopotamia y Mesoamérica.1 Este complejo cultural se extendió por regiones costeras y
montañosas de los actuales países de Perú, Bolivia y el norte de Chile, y ejerció influencia en la
Sierra ecuatoriana, el noroeste argentino, y el suroeste de Colombia. La reconstrucción del
pasado de estos pueblos se da principalmente mediante la arqueología debido a la carencia de
relatos escritos previos a la época de la conquista española. Por ello, los constantes
descubrimientos provocaron sucesivas remodelaciones de esta reconstrucción histórica.2
Las primeras sociedades complejas conocidas de esta parte del mundo, sechín y caral,
surgieron hacia el IV milenio a. C. en la costa central del actual Perú. Durante el siglo xii a. C., la
cultura de chavín o cupisnique se propagó por toda la costa y los Andes centrales, dando paso
tras su declive a diversos estilos regionales como los de la culturas paracas, vicús, cajamarca,
moche, recuay, lima, pucará, nazca, huarpa y tiahuanaco.
Hacia el siglo vii, la influencia de las culturas nazca y tiahuanaco sobre la huarpa, sumada a
desarrollos locales en la agricultura y riego, propiciaron el surgimiento de la cultura huari como
un gran Estado urbano y militarizado que expandió su dominio por gran parte de la región
anteriormente influenciada por Chavín, salvo el sur tiahuanacota. A la caída de Huari y
Tiahuanaco en el siglo X, el poder político se fragmenta en diversos señoríos con estilos
culturales diversos. En esta época se desarrollaron los lambayeques, chimúes, chancay, ichma,
maranga y chincha en la costa, a la par de chachapoyas, huamachucos, huancas, chancas,
collas, lupacas, chiribayas e incas en las tierras altas. Alrededor de 1438, el inca Pachacuti
lidera la expansión del Imperio incaico hasta el sur de la actual Colombia y noroeste argentino.
La larga sucesión cultural tiene un abrupto cambio con la Conquista española en el siglo xvi.
Entorno geográfico
Los marcados contrastes geográficos de los Andes centrales son a menudo extremos. Ello
permitía que las diferentes sociedades andinas pudieran tener acceso a una gran variedad de
productos agrícolas en espacios relativamente cercanos donde imperaban condiciones
ecológicas distintas. Ello fomentó el intercambio permanente entre las regiones. Los Andes
centrales albergan una región ecológica, conocida como puna, de altiplanicies muy secas. Los
antiguos andinos utilizaban estas regiones para construir almacenes de comida conocidos
como colcas, aprovechando el frío y la sequedad naturales. Los Andes septentrionales en
cambio, cuentan con altiplanicies lluviosas conocidas como páramos.
Antecedentes
Al respecto existen tres teorías: de Max Uhle (Teoría inmigracionista: difusionista), de Julio C.
Tello y de Rafael Larco Hoyle (Teoría autoctonista: evolucionista), y de Federico Kauffmann
Doig (Teoría aloctonista: difusionista).
Note que estas teorías fueron postuladas antes del descubrimiento de la civilización caral,
ubicada en la costa norcentral del Perú; la cual evidentemente es mucho más antigua que la
cultura chavín.
La teoría inmigracionista (difusionista) de Max Uhle (1856–1944) sostuvo que fue en la costa.
Proto-Chimú y proto-Nazca habrían sido los primeros centros de alta cultura, «derivados de la
cultura Maya». De la costa, la civilización se habría expandido a la sierra para formar otras
culturas. La influencia cultural centroamericana habría llegado al Perú por mar y tierra, de
manera directa o indirecta. Según Uhle, antes de este hecho, en la costa «existían primitivos
pescadores».
La teoría aloctonista (difusionista) de Federico Kauffmann Doig (1928) sostiene que la primera
cultura andina fue la de Valdivia (costa de Ecuador), con una antigüedad de 5000 años.
Accesorios de oro.
Mortero valdivia.
Dado el comercio que existió entre las culturas de América del Sur y las de Mesoamérica o
América Central, es posible que algunos elementos culturales de una de ellas hayan podido ser
tomadas como propias, dándoles las características propias de la cultura que asumió dicho
elemento.
Los mitos orales peruanos y bolivianos referidos a estas épocas, hablan de intercambios
comerciales a través de ríos que atravesaban la selva desde el actual Puno (frontera Perú-
Bolivia) donde los proto-Tiahanaco una cultura avanzada que luego influenció mucho en la
cultura incaica comprobando su existencia a través de sus restos arqueológicos que se
desplazan en la Puerta del Sol, situados en el lago Titicaca, etc.
Características andinas
Fue Wendell Bennett quien en 1948 definió la «contradicción peruana» como rasgos culturales
comunes a todos los pueblos que habitaron esta región en el área que va desde Lambayeque
hasta Mollendo en la costa, y desde Cajamarca hasta Tiahuanaco en la sierra. Algunos de estos
rasgos comunes son:
Todos los grupos humanos basan su subsistencia en la agricultura (de prácticamente las
mismas plantas) y el pastoreo de camélidos.
Diferentes tipos de vestimentas basadas en túnicas (uncus) amarrados con faja a la cintura,
turbantes y una bolsa como parte del vestir tradicional.
Uso en el arte de un «vocabulario común» (1) que conjuga diseños de peces, águilas, felinos y
cóndores; que representa siempre cabezas-trofeo; técnicas de elaboración similares en
cerámica, metalurgia, tejido y arte plumario.
Cronología
Estatuilla huari.
Cuchimilco chancay.
Horizontes e Intermedios
La más influyente de estas propuestas cronológicas ha sido sin duda la cronología de Dorothy
Menzel y John Rowe) que no es sino una "afinación" de la Cronología de Lanning que plantea
una división en Horizontes e Intermedios. Según Lanning los Horizontes son períodos de
integración regional donde existe una cultura dominante en un territorio muy amplio que se
superpone a las culturas locales. Ese sería el caso de Huari y del Imperio inca y en menor
medida de Chavín. Los Intermedios serían momentos de florecimiento regional, donde existen
marcadas diferencias entre una sociedad y otra. A todo ello antecede un "Período Inicial"
caracterizado por la aparición de la cerámica y la edificación de templos.
PeríodoPrincipales culturas
Vigencia
Aunque no hay mayores cuestionamientos a los períodos que van desde el Intermedio
Temprano hasta el Horizonte Tardío, los términos Horizonte Temprano y período inicial no
gozan ya del favor de los arqueólogos. Estos, de manera creciente, prefieren usar «Formativo»
y «Arcaico Tardío» respectivamente (Cronología de Lumbreras), aunque el primero ha sido
muy cuestionado por sus connotaciones evolucionistas. Los términos lítico y arcaico de
lumbreras han encontrado su espacio en la cronología de Rowe.
Pero zanjar la cuestión es un objetivo lejano para la arqueología peruana. Ello porque estas
etapas de la historia andina se encuentran en permanente revaluación. En los últimos años el
descubrimiento de ciudades de mediados del Arcaico (como Caral) en la costa norcentral (en
un momento de la historia andina en el que se suponía no había ciudades ni Estado, que son
precisamente las cosas que se han encontrado) han vuelto a poner en duda la vigencia de las
clasificaciones precerámicas y obligado a retroceder el inicio del Formativo al 2800 a. C. (por el
momento).
Desarrollo histórico
Luego de ello, sobreviene una etapa (desde 200 a. C. hasta 600 aproximadamente) donde se
hacen muy diferentes unas sociedades de otras, al menos en su arte. Son sociedades con una
gran especialización y con una tecnología de riego avanzada. A esta etapa se le llama de
muchas maneras, siendo Intermedio Temprano (Rowe), o «período de las culturas regionales»
(Lumbreras) las más usadas. Luego de esta regionalización sigue un nuevo período de
integración cultural (600 - 1100). Esta vez, aparentemente, promovido por dos estados: el
Imperio huari en el centro y norte del Perú, y Tiahuanaco, en Bolivia, el sur peruano y el norte
chileno. Esta etapa se caracteriza por la aparición de grandes ciudades, sistemas
administrativos complejos, de caminos y de terrazas de cultivo en las montañas. El nombre
más usado para esta etapa es Horizonte Medio u Horizonte Huari.
Pirámide de la huaca del Sol, en el complejo de las huacas del Sol y de la Luna
Arcaico
Monolito que representa un guerrero sechín. Se encontraban en Cerro Sechín, yacimiento que
prolongó su ocupación hasta inicios del Formativo
Según Cohen, el maíz sería mesoamericano pues en América Andina no existe la especie
ancestral denominada teosinte; existen muestras en Rosasmachay (Ayacucho) que datan del
3000 a. C. y según Flannery están relacionados con el teosinte, por lo cual no se descarta la
domesticación independiente en Mesoamérica y los Andes. Algunas otras muestras de maíz en
los Andes centrales alcanzan los 2140 a. C. como el cazo de la cueva de los Gavilanes en
Huarmey (cabe indicar que otras muestras en la misma cueva han sido fechadas en 1750 a. C.,
1595 a. C. y 1250 a. C.). En el caso mesoamericano la muestra más antigua data del 7400 a. C.3
En las cuevas de Allqowin (Perú) ―hacia el 12 000 a. C. el arqueólogo Cavalcanti encontró
muestras de maíz. Posteriormente también se encontraron semillas de maíz del 6000 a. C. en
Jayhuamachay (Perú).[cita requerida]
Este alimento es originario de las selvas amazónicas, pero su domesticación parece estar
asociada a los llanos del Orinoco entre las actuales Colombia y Venezuela. Las muestras en el
Perú datan del 1000 a. C. mientras que en Venezuela y Colombia retroceden al 2000 a. C.3
Existen discrepancias sobre su domesticación, pero los botánicos se inclinan por los Andes
orientales y la floresta amazónica sobre su posible domesticación. Los vestigios más antiguos
de este cultivo proceden de la costa desértica del Perú.3
Su posible origen estaría en los Andes orientales entre Bolivia y el noroeste de Argentina por
debajo de los 1800 ms.n.m. En Perú la muestra más antigua data del 1800 a. C.3
Su origen estaría en los Andes orientales entre Perú, Bolivia y noroeste de Argentina. En el
Perú la muestra más antigua data del 2300 a. C.3
En todos estos casos las historias son difusas, pero las muestras más antiguas proceden del
sitio arqueológico de Monte Verde (Chile) y dataría del 11 000 a. C., la papa de Monte Verde
fue denominada S. Maglia y alcanza entre 3 y 4 cm de diámetro, su hábitat se ubica entre los
700 y 2000 m s. n. m no es de sabor amargo y se consume actualmente en los Andes centrales
de Chile y Argentina.3 En Ayacucho (Perú) existen datos de papas plenamente domesticadas
que tienen aproximadamente 5000 años de antigüedad (3000 a. C.), se cree que las muestras
obtenidas en la Cueva de Tres Ventanas (alto Chilca) son más antiguas que las de Ayacucho, en
tanto que las muestras de papas domesticadas en Chiripa - Bolivia tendrían 2400 años de
antigüedad (400 a. C.).3
En todos estos casos las historias son difusas, pero las muestras más antiguas proceden del
sitio arqueológico de Monte Verde (Chile) y dataría del 11 000 a. C., la papa de Monte Verde
fue denominada S. Maglia y alcanza entre 3 y 4 cm de diámetro, su hábitat se ubica entre los
700 y 2000 m s. n. m no es de sabor amargo y se consume actualmente en los Andes centrales
de Chile y Argentina.3 En Ayacucho (Perú) existen datos de papas plenamente domesticadas
que tienen aproximadamente 5000 años de antigüedad (3000 a. C.), se cree que las muestras
obtenidas en la Cueva de Tres Ventanas (alto Chilca) son más antiguas que las de Ayacucho, en
tanto que las muestras de papas domesticadas en Chiripa, Bolivia, tendrían 2400 años de
antigüedad (400 a. C.).3
En su forma silvestre se halla en varias zonas de América del Sur. Existe un descubrimiento en
Ayacucho de 6500 años de antigüedad (4500 a. C.), pero este hallazgo es dudoso. Las más
antiguas y fiables pertenecen al noroeste de Argentina con 2000 años de antigüedad.3
Las evidencias indican su domesticación temprana en los Andes orientales del Perú. Existen
muestras de 7600 años de antigüedad (5600 a. C.) en la cueva del Guitarrero (Perú). Mientras
que la especie C. plagioesperma tiene 4800 años de antigüedad (2800 a. C.) en muestras
halladas en Ayacucho (Perú).3
Los estudios indican que este vegetal tiene tres puntos de domesticación: Mesoamérica, la
Amazonía y el Chaco. Todas con ancestros diferentes por lo que se deduce que fueron
domesticadas por separado e independientemente.3
Se encuentra en estado silvestre al noreste del Brasil. Pichersgill sostiene que su domesticación
se dio por separado en dos regiones: el actual Ecuador y la cuenca del Amazonas. Existen
muestras arqueológicas de esta misma especie encontradas domesticada en Ancón, Perú.3
Formativo
Corona chavinoide.
En el periodo formativo de la zona centro andina se consolida la vida aldeana y las actividades
organizadas de supervivencia colectiva (agricultura y ganadería), las jerarquías sociales van
avanzando en complejidad, los centros ceremoniales aumentan en número, al igual que la
población que experimenta un gran avance demográfico.3
La cultura americana con alfarería más antigua de América la constituye la cultura Valdivia
(3900–3200 a. C.) y cultura Mayo-Chinchipe-Marañón (5300 a. C. y el 2500 a. C.), a las que
luego sigue cronológicamente la cultura machalilla (2259–1320 a. C.) y la cultura chorrera
(1330-550 a. C.) todas en el actual Ecuador.3 Hacia el 1700 a. C. la alfarería ingresa a lo que
hoy es Perú, evoluciona, y se expande por los Andes centrales y sureños.
Manto paracas
Águila felinoide.
Para que a un grupo humano se le asigne al periodo formativo tiene que cumplir con cuatro
aspectos:3
Tener un liderazgo formalizado y élites que la sustenten, en otras palabras deben tener el
poder de la autoridad centralizado.
Integración social.
Territorialidad.
Trompeta paracas.
Intermedio Temprano
Pero fue J. Rowe quien acuña el término «Intermedio Temprano», etapa que posteriormente
Bennett y Bird propusieron que se dividiera en: experimentadores y maestros artesanos.3
En 1959, Steward y Faron propusieron que esta etapa debería denominarse «etapa de los
estados regionales», luego en 1962 Collier lo denomina «periodo clásico» y en 1969, Luis
Lumbreras lo denomina «desarrollos regionales».3
Las evidencias arqueológicas que caracterizan a esta etapa son el desarrollo artístico avanzado,
una marcada diferenciación social, jerarquización de las deidades, desarrollo arquitectónico
público-monumental, comercio de artículos exóticos y materias primas a larga distancia,
crecimiento demográfico sostenido; por todo esto G. Willey y P. Phillips sostienen que esta
etapa es el inicio del urbanismo en América (tanto en el área mesoaméricana como en los
Andes centrales); sobre el incremento demográfico en este período, Lanning sostiene que la
población en la costa moche superó los 2 millones de habitantes.3
Paccha recuay.
Pero no todos los desarrollos culturales alcanzaron estos niveles de complejidad, y claramente
destacan dos civilizaciones durante este período por su consolidación como estado: cultura
mochica y tiahuanaco; ambos con desarrollos estilísticos y políticos distintos, en condiciones
geográficas distintas.3
Durante este período coexistieron los vicús, gallinazos y cajamarcas; cercanos a los mochicas.
En el caso de los mochicas existen evidencias de su arquitectura monumental de forma
piramidal y entierros que dan a entender la existencia de patrones fúnebres estatales y
religiosos, aunque todavía se desconoce cuál habría sido su capital.3
Más al sur, los tiahuanaco mostraron un desarrollo sociopolítico sin precedentes, superando
las dificultades que representaba su entorno ecológico (el altiplano sobre los 3800 m s. n. m.).
Según estudios hechos por Kolata, los tiahuanaco desarrollaron una agricultura con excedentes
que permitieron la subsistencia de la élite. A diferencia de los mochicas, los tiahuanaco
tuvieron un control vertical de los ecosistemas con enclaves en las yungas del pacífico y de la
vertiente amazónica, además de controlar el pastoreo de altura en la meseta del Collao.3
Otras civilizaciones que llegaron a un nivel de complejidad cultural considerable durante este
período fueron los limas, nazcas, huarpas y recuayes, todas en el actual Perú.3
Horizonte Medio
Durante este período surge el fenómeno político huari y se consolida la expansión tiahuanaco.
La religión de Tiahuanaco y sus estilos alfareros se expanden fuera de su territorio alcanzando
en sus inicios al Estado huari, poco después Huari consolida sus propios estilos artísticos y los
irradia reafirmando su presencia política en gran parte de los Andes.
Este período se caracteriza por la institucionalización del ejercicio del poder y la profundización
de la religión, esto durante el 550 y 900 d. C. (aunque un existen discrepancias sobre los
posibles ocasos de los huaris y los tiahuanaco).
Si bien es cierto, la institucionalización del poder en las civilizaciones andinas ya se había dado
en épocas anteriores, es durante este período en el que alcanza un alto grado de complejidad
que hasta la llegada de los españoles solo sería superado por los incas. Por esto, las etapas
anteriores son tomadas como de experimentación política, y el horizonte medio como la etapa
final; a partir de aquí en adelante las civilizaciones del área central andina reinterpretaron los
patrones sociales y religiosos alcanzados por los huaris y los tiahuanaco.
Existen teorías que sostienen que el colapso de los huari y tiahuanaco sobreviene luego de un
periodo prolongado de sequías en los Andes centrales.
Una sequía afectó gran parte de la zona central andina correspondiente a los actuales Perú,
Bolivia y norte de Chile; la disminución de la pluviometría inicia hacia el año 950 d. C. y
acentuándose en el 1100 d. C., los niveles altos de pluviosidad se restablecen en el 1300. Los
datos sobre esta sequía los proporcionó un estudio hecho en el nevado Qelqaya por
Thompson, y sus resultados fueron utilizados por Kolata, Moseley y Shimada para explicar los
cambios sociopolíticos que propiciaron el colapso de las civilizaciones y el proceso de
reestructuración cultural que afrontaron luego las sociedades del área central andina.
Intermedio Tardío
Guantelete sicán
Luego del colapso de las culturas huari (900 d. C.) y tiahuanaco (1100 d. C.), las sociedades del
área central andina entraron en crisis; algunos autores consideran que hubo un proceso de
involución cultural. El área inició un proceso de reorganiazación de sus patrones culturales, los
pueblos se reúnen en pequeñas aldeas y se observan restos arqueológicos que afirman que
durante los inicios de este período las aldeas procuraron la seguridad.
En las zonas altas de los Andes, se procuró construir en laderas de los cerros o en las cimas de
estos; teniendo preferencia por las zonas húmedas. Es notable que durante este período, salvo
algunas excepciones, las culturas sobre los 1000 m s. n. m. no alcanzaron grandes sistemas de
complejidad política al nivel de Huari o Tiahuanaco. Aunque los restos arqueológicos de este
período nos proporcionan algunos fenómenos urbanísticos notables como Choquepuquio
(cultura killke), Hatun Colla (cultura colla) o Iskanwaya (cultura mollo).
En la costa se vivió una realidad completamente distinta a la de las zonas altas, y por lo menos
dos civilizaciones alcanzaron estabilidad política y complejidad cultural, estos son los casos de
Chimú y Chincha.
Horizonte Tardío
El Tahuantinsuyo representó el imperio más grande de América del Sur, agrupando a las
diversas culturas andinas en un estado centralizado que dejó su legado cultural y arqueológico
desde el sur de la actual Colombia hasta el norte de Chile y Argentina. Desde las urbes como
Cuzco y Machu Picchu hasta la inmensa red de caminos y tambos recorriendo todo el imperio,
este período se destacó por sus construcciones monumentales y la centralización del poder en
el monarca del Tahuantinsuyu, el inca.
Además de los incas, podemos destacar varias otras culturas de este período, como los
muiscas en la actual Colombia.
Después de la Conquista
Los acontecimientos de la guerra civil incaica y el periodo transicional dieron fin al periodo
autónomo de desarrollo andino. Sin embargo, su legado cultural trascendió el período
prehispánico. El quechua, el idioma oficial del Imperio incaico, se convirtió en una lengua
franca en Sudamérica. Muchos de los nobles en el virreinato del Perú fueron de origen incaico,
así como parte de la administración de la nueva colonia, al no haber suficientes españoles para
administrar tal vasto territorio. Las costumbres de los pueblos andinos sobrevivieron a la
conquista; las diversas tradiciones religiosas y culturales de los pueblos andinos fueron
sincretizadas con aquellas introducidas por los españoles, creando un «catolicismo andino»
que posee una impronta particular.4
En sus proclamas en sus boletines, en sus bandos, en sus manifiestos, en los artículos de su
prensa periódica, en sus cánticos guerreros, los patriotas de aquella época invocaban con
entusiasmo los manes de Manco Cápac, de Moctezuma, de Guatimozín, de Atahualpa, de
Siripo, de Lautaro, de Caupolicán y de Rengo, como a los padres y protectores de la raza
americana. Los incas, especialmente, constituían entonces la mitología de la revolución. Su
Olimpo había reemplazado al de la Grecia antigua: su sol simbólico, era el sagrado de
Prometeo, generador de patriotismo. Manco Cápac, el Júpiter americano que fulminaba los
rayos de la revolución y Mama Ocllo, la Minerva indígena que brotaba de la cabeza del padre
del nuevo Mundo fulgurante de majestad y gloria. -Mitre, Bartolomé. Historia de Belgrano y de
la independencia Argentina5
Esto es visible en la adopción del Sol de Mayo, inspirado en el dios Inti incaico, en las banderas
de Argentina, Uruguay, y la primera bandera de Perú.
Galería
Mausoleo en Huilcahuaín
Mausoleo en Huilcahuaín
Torreón en Honcopampa
Torreón en Honcopampa
Fortaleza de Chankillo
Fortaleza de Chankillo
Pirámide en Bandurria
Pirámide en Bandurria
Chullpas de Sillustani
Chullpas de Sillustani
Ruinas de Cruzpampa
Ruinas de Cruzpampa
Recinto en el Coricancha
Recinto en el Coricancha
Estructuras en Choquequirao
Estructuras en Choquequirao
Nichos en Incallajta
Nichos en Incallajta
Calle en Piquillacta
Calle en Piquillacta
Un torreón en Rúpac
Un torreón en Rúpac
Acllahuasi de Pachacámac
Terrazas en Písac
Terrazas en Písac
Murallas de Kuélap
Murallas de Kuélap
Huaca del Sol, dentro del complejo de huacas del Sol y de la Luna
Huaca del Sol, dentro del complejo de huacas del Sol y de la Luna
Torres de Susupillo
Torres de Susupillo
Bajorrelieves en Garagay
Bajorrelieves en Garagay
Huaca Toledo, en Chan Chan
Murallas de Sacsayhuamán
Murallas de Sacsayhuamán
Torreones en Písac
Torreones en Písac
Portadas de Rumicolca
Portadas de Rumicolca
Vista de Runkurakay
Vista de Runkurakay
Vista de Patallacta
Vista de Patallacta
Terrazas en Moray
Terrazas en Moray
Templo de la Luna
Templo de la Luna
Geoglifos paracas
Geoglifos paracas
Torreón en Mazur
Torreón en Mazur
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asociados.
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Las civilizaciones andinas, llamadas históricamente en conjunto como Perú antiguo o antiguo
Perú, fueron antiguas sociedades complejas conformadas por diversos pueblos indígenas de
Sudamérica que se desarrollaron en la zona occidental del continente, en los valles costeros e
interandinos entre el océano Pacífico y la Amazonia. Esta región fue una cuna de la civilización,
es decir, un espacio donde la sociedad compleja se originó de forma autónoma a otras, como
Mesopotamia y Mesoamérica.1 Este complejo cultural se extendió por regiones costeras y
montañosas de los actuales países de Perú, Bolivia y el norte de Chile, y ejerció influencia en la
Sierra ecuatoriana, el noroeste argentino, y el suroeste de Colombia. La reconstrucción del
pasado de estos pueblos se da principalmente mediante la arqueología debido a la carencia de
relatos escritos previos a la época de la conquista española. Por ello, los constantes
descubrimientos provocaron sucesivas remodelaciones de esta reconstrucción histórica.2
Las primeras sociedades complejas conocidas de esta parte del mundo, sechín y caral,
surgieron hacia el IV milenio a. C. en la costa central del actual Perú. Durante el siglo xii a. C., la
cultura de chavín o cupisnique se propagó por toda la costa y los Andes centrales, dando paso
tras su declive a diversos estilos regionales como los de la culturas paracas, vicús, cajamarca,
moche, recuay, lima, pucará, nazca, huarpa y tiahuanaco.
Hacia el siglo vii, la influencia de las culturas nazca y tiahuanaco sobre la huarpa, sumada a
desarrollos locales en la agricultura y riego, propiciaron el surgimiento de la cultura huari como
un gran Estado urbano y militarizado que expandió su dominio por gran parte de la región
anteriormente influenciada por Chavín, salvo el sur tiahuanacota. A la caída de Huari y
Tiahuanaco en el siglo X, el poder político se fragmenta en diversos señoríos con estilos
culturales diversos. En esta época se desarrollaron los lambayeques, chimúes, chancay, ichma,
maranga y chincha en la costa, a la par de chachapoyas, huamachucos, huancas, chancas,
collas, lupacas, chiribayas e incas en las tierras altas. Alrededor de 1438, el inca Pachacuti
lidera la expansión del Imperio incaico hasta el sur de la actual Colombia y noroeste argentino.
La larga sucesión cultural tiene un abrupto cambio con la Conquista española en el siglo xvi.
Entorno geográfico
Los marcados contrastes geográficos de los Andes centrales son a menudo extremos. Ello
permitía que las diferentes sociedades andinas pudieran tener acceso a una gran variedad de
productos agrícolas en espacios relativamente cercanos donde imperaban condiciones
ecológicas distintas. Ello fomentó el intercambio permanente entre las regiones. Los Andes
centrales albergan una región ecológica, conocida como puna, de altiplanicies muy secas. Los
antiguos andinos utilizaban estas regiones para construir almacenes de comida conocidos
como colcas, aprovechando el frío y la sequedad naturales. Los Andes septentrionales en
cambio, cuentan con altiplanicies lluviosas conocidas como páramos.
Antecedentes
Al respecto existen tres teorías: de Max Uhle (Teoría inmigracionista: difusionista), de Julio C.
Tello y de Rafael Larco Hoyle (Teoría autoctonista: evolucionista), y de Federico Kauffmann
Doig (Teoría aloctonista: difusionista).
Note que estas teorías fueron postuladas antes del descubrimiento de la civilización caral,
ubicada en la costa norcentral del Perú; la cual evidentemente es mucho más antigua que la
cultura chavín.
La teoría inmigracionista (difusionista) de Max Uhle (1856–1944) sostuvo que fue en la costa.
Proto-Chimú y proto-Nazca habrían sido los primeros centros de alta cultura, «derivados de la
cultura Maya». De la costa, la civilización se habría expandido a la sierra para formar otras
culturas. La influencia cultural centroamericana habría llegado al Perú por mar y tierra, de
manera directa o indirecta. Según Uhle, antes de este hecho, en la costa «existían primitivos
pescadores».
La teoría autoctonista (evolucionista) de Julio C. Tello (1880–1947) sostenía que Chavín de
Huántar fue la alta cultura andina más antigua, con iniciadores que provenían de la selva
amazónica peruana. Después de un desarrollo local, dicha cultura se dispersó hacia otros
lugares como Sechín, Moxeke, Cupisnique, Paracas, etc. Rafael Larco Hoyle (1901–1966), fue
otro autoctonista. Creía que la alta cultura andina se originó en la costa, en Cupisnique o valle
de Nepeña. Desde allí se habría difundido a la sierra «portando el culto felínico».
La teoría aloctonista (difusionista) de Federico Kauffmann Doig (1928) sostiene que la primera
cultura andina fue la de Valdivia (costa de Ecuador), con una antigüedad de 5000 años.
Accesorios de oro.
Mortero valdivia.
Dado el comercio que existió entre las culturas de América del Sur y las de Mesoamérica o
América Central, es posible que algunos elementos culturales de una de ellas hayan podido ser
tomadas como propias, dándoles las características propias de la cultura que asumió dicho
elemento.
Los mitos orales peruanos y bolivianos referidos a estas épocas, hablan de intercambios
comerciales a través de ríos que atravesaban la selva desde el actual Puno (frontera Perú-
Bolivia) donde los proto-Tiahanaco una cultura avanzada que luego influenció mucho en la
cultura incaica comprobando su existencia a través de sus restos arqueológicos que se
desplazan en la Puerta del Sol, situados en el lago Titicaca, etc.
Características andinas
Fue Wendell Bennett quien en 1948 definió la «contradicción peruana» como rasgos culturales
comunes a todos los pueblos que habitaron esta región en el área que va desde Lambayeque
hasta Mollendo en la costa, y desde Cajamarca hasta Tiahuanaco en la sierra. Algunos de estos
rasgos comunes son:
Todos los grupos humanos basan su subsistencia en la agricultura (de prácticamente las
mismas plantas) y el pastoreo de camélidos.
Diferentes tipos de vestimentas basadas en túnicas (uncus) amarrados con faja a la cintura,
turbantes y una bolsa como parte del vestir tradicional.
Uso en el arte de un «vocabulario común» (1) que conjuga diseños de peces, águilas, felinos y
cóndores; que representa siempre cabezas-trofeo; técnicas de elaboración similares en
cerámica, metalurgia, tejido y arte plumario.
Cronología
Estatuilla huari.
Cuchimilco chancay.
Horizontes e Intermedios
Huaco retrato moche
La más influyente de estas propuestas cronológicas ha sido sin duda la cronología de Dorothy
Menzel y John Rowe) que no es sino una "afinación" de la Cronología de Lanning que plantea
una división en Horizontes e Intermedios. Según Lanning los Horizontes son períodos de
integración regional donde existe una cultura dominante en un territorio muy amplio que se
superpone a las culturas locales. Ese sería el caso de Huari y del Imperio inca y en menor
medida de Chavín. Los Intermedios serían momentos de florecimiento regional, donde existen
marcadas diferencias entre una sociedad y otra. A todo ello antecede un "Período Inicial"
caracterizado por la aparición de la cerámica y la edificación de templos.
PeríodoPrincipales culturas
Vigencia
Aunque no hay mayores cuestionamientos a los períodos que van desde el Intermedio
Temprano hasta el Horizonte Tardío, los términos Horizonte Temprano y período inicial no
gozan ya del favor de los arqueólogos. Estos, de manera creciente, prefieren usar «Formativo»
y «Arcaico Tardío» respectivamente (Cronología de Lumbreras), aunque el primero ha sido
muy cuestionado por sus connotaciones evolucionistas. Los términos lítico y arcaico de
lumbreras han encontrado su espacio en la cronología de Rowe.
Pero zanjar la cuestión es un objetivo lejano para la arqueología peruana. Ello porque estas
etapas de la historia andina se encuentran en permanente revaluación. En los últimos años el
descubrimiento de ciudades de mediados del Arcaico (como Caral) en la costa norcentral (en
un momento de la historia andina en el que se suponía no había ciudades ni Estado, que son
precisamente las cosas que se han encontrado) han vuelto a poner en duda la vigencia de las
clasificaciones precerámicas y obligado a retroceder el inicio del Formativo al 2800 a. C. (por el
momento).
Desarrollo histórico
Luego de ello, sobreviene una etapa (desde 200 a. C. hasta 600 aproximadamente) donde se
hacen muy diferentes unas sociedades de otras, al menos en su arte. Son sociedades con una
gran especialización y con una tecnología de riego avanzada. A esta etapa se le llama de
muchas maneras, siendo Intermedio Temprano (Rowe), o «período de las culturas regionales»
(Lumbreras) las más usadas. Luego de esta regionalización sigue un nuevo período de
integración cultural (600 - 1100). Esta vez, aparentemente, promovido por dos estados: el
Imperio huari en el centro y norte del Perú, y Tiahuanaco, en Bolivia, el sur peruano y el norte
chileno. Esta etapa se caracteriza por la aparición de grandes ciudades, sistemas
administrativos complejos, de caminos y de terrazas de cultivo en las montañas. El nombre
más usado para esta etapa es Horizonte Medio u Horizonte Huari.
Pirámide de la huaca del Sol, en el complejo de las huacas del Sol y de la Luna
Arcaico
Monolito que representa un guerrero sechín. Se encontraban en Cerro Sechín, yacimiento que
prolongó su ocupación hasta inicios del Formativo
Momias chinchorro.
Según Cohen, el maíz sería mesoamericano pues en América Andina no existe la especie
ancestral denominada teosinte; existen muestras en Rosasmachay (Ayacucho) que datan del
3000 a. C. y según Flannery están relacionados con el teosinte, por lo cual no se descarta la
domesticación independiente en Mesoamérica y los Andes. Algunas otras muestras de maíz en
los Andes centrales alcanzan los 2140 a. C. como el cazo de la cueva de los Gavilanes en
Huarmey (cabe indicar que otras muestras en la misma cueva han sido fechadas en 1750 a. C.,
1595 a. C. y 1250 a. C.). En el caso mesoamericano la muestra más antigua data del 7400 a. C.3
En las cuevas de Allqowin (Perú) ―hacia el 12 000 a. C. el arqueólogo Cavalcanti encontró
muestras de maíz. Posteriormente también se encontraron semillas de maíz del 6000 a. C. en
Jayhuamachay (Perú).[cita requerida]
Plazoleta circular hundida en Pampa de los Perros
Este alimento es originario de las selvas amazónicas, pero su domesticación parece estar
asociada a los llanos del Orinoco entre las actuales Colombia y Venezuela. Las muestras en el
Perú datan del 1000 a. C. mientras que en Venezuela y Colombia retroceden al 2000 a. C.3
Existen discrepancias sobre su domesticación, pero los botánicos se inclinan por los Andes
orientales y la floresta amazónica sobre su posible domesticación. Los vestigios más antiguos
de este cultivo proceden de la costa desértica del Perú.3
Su posible origen estaría en los Andes orientales entre Bolivia y el noroeste de Argentina por
debajo de los 1800 ms.n.m. En Perú la muestra más antigua data del 1800 a. C.3
Su origen estaría en los Andes orientales entre Perú, Bolivia y noroeste de Argentina. En el
Perú la muestra más antigua data del 2300 a. C.3
Este producto fue exclusivo de los Andes hasta la conquista española. En el año 2000 se
contabilizaron 150 variedades de papas (Solanum tuberosum) en los Andes, las cuales fueron
divididas en cinco grandes grupos:3
En todos estos casos las historias son difusas, pero las muestras más antiguas proceden del
sitio arqueológico de Monte Verde (Chile) y dataría del 11 000 a. C., la papa de Monte Verde
fue denominada S. Maglia y alcanza entre 3 y 4 cm de diámetro, su hábitat se ubica entre los
700 y 2000 m s. n. m no es de sabor amargo y se consume actualmente en los Andes centrales
de Chile y Argentina.3 En Ayacucho (Perú) existen datos de papas plenamente domesticadas
que tienen aproximadamente 5000 años de antigüedad (3000 a. C.), se cree que las muestras
obtenidas en la Cueva de Tres Ventanas (alto Chilca) son más antiguas que las de Ayacucho, en
tanto que las muestras de papas domesticadas en Chiripa - Bolivia tendrían 2400 años de
antigüedad (400 a. C.).3
En todos estos casos las historias son difusas, pero las muestras más antiguas proceden del
sitio arqueológico de Monte Verde (Chile) y dataría del 11 000 a. C., la papa de Monte Verde
fue denominada S. Maglia y alcanza entre 3 y 4 cm de diámetro, su hábitat se ubica entre los
700 y 2000 m s. n. m no es de sabor amargo y se consume actualmente en los Andes centrales
de Chile y Argentina.3 En Ayacucho (Perú) existen datos de papas plenamente domesticadas
que tienen aproximadamente 5000 años de antigüedad (3000 a. C.), se cree que las muestras
obtenidas en la Cueva de Tres Ventanas (alto Chilca) son más antiguas que las de Ayacucho, en
tanto que las muestras de papas domesticadas en Chiripa, Bolivia, tendrían 2400 años de
antigüedad (400 a. C.).3
En su forma silvestre se halla en varias zonas de América del Sur. Existe un descubrimiento en
Ayacucho de 6500 años de antigüedad (4500 a. C.), pero este hallazgo es dudoso. Las más
antiguas y fiables pertenecen al noroeste de Argentina con 2000 años de antigüedad.3
Las evidencias indican su domesticación temprana en los Andes orientales del Perú. Existen
muestras de 7600 años de antigüedad (5600 a. C.) en la cueva del Guitarrero (Perú). Mientras
que la especie C. plagioesperma tiene 4800 años de antigüedad (2800 a. C.) en muestras
halladas en Ayacucho (Perú).3
Los estudios indican que este vegetal tiene tres puntos de domesticación: Mesoamérica, la
Amazonía y el Chaco. Todas con ancestros diferentes por lo que se deduce que fueron
domesticadas por separado e independientemente.3
Se encuentra en estado silvestre al noreste del Brasil. Pichersgill sostiene que su domesticación
se dio por separado en dos regiones: el actual Ecuador y la cuenca del Amazonas. Existen
muestras arqueológicas de esta misma especie encontradas domesticada en Ancón, Perú.3
Formativo
Corona chavinoide.
En el periodo formativo de la zona centro andina se consolida la vida aldeana y las actividades
organizadas de supervivencia colectiva (agricultura y ganadería), las jerarquías sociales van
avanzando en complejidad, los centros ceremoniales aumentan en número, al igual que la
población que experimenta un gran avance demográfico.3
La cultura americana con alfarería más antigua de América la constituye la cultura Valdivia
(3900–3200 a. C.) y cultura Mayo-Chinchipe-Marañón (5300 a. C. y el 2500 a. C.), a las que
luego sigue cronológicamente la cultura machalilla (2259–1320 a. C.) y la cultura chorrera
(1330-550 a. C.) todas en el actual Ecuador.3 Hacia el 1700 a. C. la alfarería ingresa a lo que
hoy es Perú, evoluciona, y se expande por los Andes centrales y sureños.
Manto paracas
Águila felinoide.
Para que a un grupo humano se le asigne al periodo formativo tiene que cumplir con cuatro
aspectos:3
Tener un liderazgo formalizado y élites que la sustenten, en otras palabras deben tener el
poder de la autoridad centralizado.
Integración social.
Territorialidad.
Trompeta paracas.
Intermedio Temprano
Pero fue J. Rowe quien acuña el término «Intermedio Temprano», etapa que posteriormente
Bennett y Bird propusieron que se dividiera en: experimentadores y maestros artesanos.3
En 1959, Steward y Faron propusieron que esta etapa debería denominarse «etapa de los
estados regionales», luego en 1962 Collier lo denomina «periodo clásico» y en 1969, Luis
Lumbreras lo denomina «desarrollos regionales».3
Las evidencias arqueológicas que caracterizan a esta etapa son el desarrollo artístico avanzado,
una marcada diferenciación social, jerarquización de las deidades, desarrollo arquitectónico
público-monumental, comercio de artículos exóticos y materias primas a larga distancia,
crecimiento demográfico sostenido; por todo esto G. Willey y P. Phillips sostienen que esta
etapa es el inicio del urbanismo en América (tanto en el área mesoaméricana como en los
Andes centrales); sobre el incremento demográfico en este período, Lanning sostiene que la
población en la costa moche superó los 2 millones de habitantes.3
Paccha recuay.
Pero no todos los desarrollos culturales alcanzaron estos niveles de complejidad, y claramente
destacan dos civilizaciones durante este período por su consolidación como estado: cultura
mochica y tiahuanaco; ambos con desarrollos estilísticos y políticos distintos, en condiciones
geográficas distintas.3
Durante este período coexistieron los vicús, gallinazos y cajamarcas; cercanos a los mochicas.
En el caso de los mochicas existen evidencias de su arquitectura monumental de forma
piramidal y entierros que dan a entender la existencia de patrones fúnebres estatales y
religiosos, aunque todavía se desconoce cuál habría sido su capital.3
Más al sur, los tiahuanaco mostraron un desarrollo sociopolítico sin precedentes, superando
las dificultades que representaba su entorno ecológico (el altiplano sobre los 3800 m s. n. m.).
Según estudios hechos por Kolata, los tiahuanaco desarrollaron una agricultura con excedentes
que permitieron la subsistencia de la élite. A diferencia de los mochicas, los tiahuanaco
tuvieron un control vertical de los ecosistemas con enclaves en las yungas del pacífico y de la
vertiente amazónica, además de controlar el pastoreo de altura en la meseta del Collao.3
Otras civilizaciones que llegaron a un nivel de complejidad cultural considerable durante este
período fueron los limas, nazcas, huarpas y recuayes, todas en el actual Perú.3
Horizonte Medio
Durante este período surge el fenómeno político huari y se consolida la expansión tiahuanaco.
La religión de Tiahuanaco y sus estilos alfareros se expanden fuera de su territorio alcanzando
en sus inicios al Estado huari, poco después Huari consolida sus propios estilos artísticos y los
irradia reafirmando su presencia política en gran parte de los Andes.
Este período se caracteriza por la institucionalización del ejercicio del poder y la profundización
de la religión, esto durante el 550 y 900 d. C. (aunque un existen discrepancias sobre los
posibles ocasos de los huaris y los tiahuanaco).
Camisón huari con influencia nazca.
Si bien es cierto, la institucionalización del poder en las civilizaciones andinas ya se había dado
en épocas anteriores, es durante este período en el que alcanza un alto grado de complejidad
que hasta la llegada de los españoles solo sería superado por los incas. Por esto, las etapas
anteriores son tomadas como de experimentación política, y el horizonte medio como la etapa
final; a partir de aquí en adelante las civilizaciones del área central andina reinterpretaron los
patrones sociales y religiosos alcanzados por los huaris y los tiahuanaco.
Existen teorías que sostienen que el colapso de los huari y tiahuanaco sobreviene luego de un
periodo prolongado de sequías en los Andes centrales.
Una sequía afectó gran parte de la zona central andina correspondiente a los actuales Perú,
Bolivia y norte de Chile; la disminución de la pluviometría inicia hacia el año 950 d. C. y
acentuándose en el 1100 d. C., los niveles altos de pluviosidad se restablecen en el 1300. Los
datos sobre esta sequía los proporcionó un estudio hecho en el nevado Qelqaya por
Thompson, y sus resultados fueron utilizados por Kolata, Moseley y Shimada para explicar los
cambios sociopolíticos que propiciaron el colapso de las civilizaciones y el proceso de
reestructuración cultural que afrontaron luego las sociedades del área central andina.
Intermedio Tardío
Guantelete sicán
Luego del colapso de las culturas huari (900 d. C.) y tiahuanaco (1100 d. C.), las sociedades del
área central andina entraron en crisis; algunos autores consideran que hubo un proceso de
involución cultural. El área inició un proceso de reorganiazación de sus patrones culturales, los
pueblos se reúnen en pequeñas aldeas y se observan restos arqueológicos que afirman que
durante los inicios de este período las aldeas procuraron la seguridad.
En las zonas altas de los Andes, se procuró construir en laderas de los cerros o en las cimas de
estos; teniendo preferencia por las zonas húmedas. Es notable que durante este período, salvo
algunas excepciones, las culturas sobre los 1000 m s. n. m. no alcanzaron grandes sistemas de
complejidad política al nivel de Huari o Tiahuanaco. Aunque los restos arqueológicos de este
período nos proporcionan algunos fenómenos urbanísticos notables como Choquepuquio
(cultura killke), Hatun Colla (cultura colla) o Iskanwaya (cultura mollo).
En la costa se vivió una realidad completamente distinta a la de las zonas altas, y por lo menos
dos civilizaciones alcanzaron estabilidad política y complejidad cultural, estos son los casos de
Chimú y Chincha.
Horizonte Tardío
El Horizonte Tardío está comprendido desde la victoria de los incas, dirigido por el auqui
(príncipe incaico) Cusi Yupanqui (Pachacuti), sobre los chancas ocurrida en la batalla de
Yahuarpampa hasta el inicio de la conquista española del Imperio incaico con la captura del
inca Atahualpa ocurrida en Cajamarca. Coincide con la expansión y el desarrollo del
Tahuantinsuyo.
El Tahuantinsuyo representó el imperio más grande de América del Sur, agrupando a las
diversas culturas andinas en un estado centralizado que dejó su legado cultural y arqueológico
desde el sur de la actual Colombia hasta el norte de Chile y Argentina. Desde las urbes como
Cuzco y Machu Picchu hasta la inmensa red de caminos y tambos recorriendo todo el imperio,
este período se destacó por sus construcciones monumentales y la centralización del poder en
el monarca del Tahuantinsuyu, el inca.
Además de los incas, podemos destacar varias otras culturas de este período, como los
muiscas en la actual Colombia.
Después de la Conquista
Los acontecimientos de la guerra civil incaica y el periodo transicional dieron fin al periodo
autónomo de desarrollo andino. Sin embargo, su legado cultural trascendió el período
prehispánico. El quechua, el idioma oficial del Imperio incaico, se convirtió en una lengua
franca en Sudamérica. Muchos de los nobles en el virreinato del Perú fueron de origen incaico,
así como parte de la administración de la nueva colonia, al no haber suficientes españoles para
administrar tal vasto territorio. Las costumbres de los pueblos andinos sobrevivieron a la
conquista; las diversas tradiciones religiosas y culturales de los pueblos andinos fueron
sincretizadas con aquellas introducidas por los españoles, creando un «catolicismo andino»
que posee una impronta particular.4
En sus proclamas en sus boletines, en sus bandos, en sus manifiestos, en los artículos de su
prensa periódica, en sus cánticos guerreros, los patriotas de aquella época invocaban con
entusiasmo los manes de Manco Cápac, de Moctezuma, de Guatimozín, de Atahualpa, de
Siripo, de Lautaro, de Caupolicán y de Rengo, como a los padres y protectores de la raza
americana. Los incas, especialmente, constituían entonces la mitología de la revolución. Su
Olimpo había reemplazado al de la Grecia antigua: su sol simbólico, era el sagrado de
Prometeo, generador de patriotismo. Manco Cápac, el Júpiter americano que fulminaba los
rayos de la revolución y Mama Ocllo, la Minerva indígena que brotaba de la cabeza del padre
del nuevo Mundo fulgurante de majestad y gloria. -Mitre, Bartolomé. Historia de Belgrano y de
la independencia Argentina5
Esto es visible en la adopción del Sol de Mayo, inspirado en el dios Inti incaico, en las banderas
de Argentina, Uruguay, y la primera bandera de Perú.
Galería
Mausoleo en Huilcahuaín
Mausoleo en Huilcahuaín
Torreón en Honcopampa
Torreón en Honcopampa
Fortaleza de Chankillo
Fortaleza de Chankillo
Pirámide en Bandurria
Chullpas de Sillustani
Chullpas de Sillustani
Ruinas de Cruzpampa
Ruinas de Cruzpampa
Recinto en el Coricancha
Recinto en el Coricancha
Estructuras en Choquequirao
Estructuras en Choquequirao
Nichos en Incallajta
Nichos en Incallajta
Calle en Piquillacta
Calle en Piquillacta
Un torreón en Rúpac
Un torreón en Rúpac
Acllahuasi de Pachacámac
Acllahuasi de Pachacámac
Terrazas en Písac
Terrazas en Písac
Templo del Sol en Ingapirca
Murallas de Kuélap
Murallas de Kuélap
Huaca del Sol, dentro del complejo de huacas del Sol y de la Luna
Huaca del Sol, dentro del complejo de huacas del Sol y de la Luna
Torres de Susupillo
Torres de Susupillo
Bajorrelieves en Garagay
Bajorrelieves en Garagay
Murallas de Sacsayhuamán
Murallas de Sacsayhuamán
Torreones en Písac
Torreones en Písac
Portadas de Rumicolca
Portadas de Rumicolca
Vista de Runkurakay
Vista de Runkurakay
Vista de la huaca Huallamarca
Vista de Patallacta
Vista de Patallacta
Terrazas en Moray
Terrazas en Moray
Templo de la Luna
Templo de la Luna
Geoglifos paracas
Geoglifos paracas
Torreón en Mazur
Torreón en Mazur
Monolito de Saywite
Monolito de Saywite
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Civilizaciones andinas
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De izquierda a derecha: vista de la ciudad sagrada de Caral (la más antigua de América), cabeza
clava (símbolo característico de la cultura chavín), momia de la cultura paracas, orejera
mochica de oro con incrustaciones de piedras preciosas, cerámica de la cultura recuay, huaco
huari, Puerta del Sol (perteneciente a la ciudad de Tiahuanaco), figura de colibrí en las líneas
de Nazca, máscara de oro de la cultura sicán, la ciudadela chimú de Chan Chan (la más grande
de adobe en América), sarcófagos de los chachapoyas y la vista de la ciudadela incaica de
Machu Picchu (una de las siete maravillas del mundo moderno).
Las civilizaciones andinas, llamadas históricamente en conjunto como Perú antiguo o antiguo
Perú, fueron antiguas sociedades complejas conformadas por diversos pueblos indígenas de
Sudamérica que se desarrollaron en la zona occidental del continente, en los valles costeros e
interandinos entre el océano Pacífico y la Amazonia. Esta región fue una cuna de la civilización,
es decir, un espacio donde la sociedad compleja se originó de forma autónoma a otras, como
Mesopotamia y Mesoamérica.1 Este complejo cultural se extendió por regiones costeras y
montañosas de los actuales países de Perú, Bolivia y el norte de Chile, y ejerció influencia en la
Sierra ecuatoriana, el noroeste argentino, y el suroeste de Colombia. La reconstrucción del
pasado de estos pueblos se da principalmente mediante la arqueología debido a la carencia de
relatos escritos previos a la época de la conquista española. Por ello, los constantes
descubrimientos provocaron sucesivas remodelaciones de esta reconstrucción histórica.2
Las primeras sociedades complejas conocidas de esta parte del mundo, sechín y caral,
surgieron hacia el IV milenio a. C. en la costa central del actual Perú. Durante el siglo xii a. C., la
cultura de chavín o cupisnique se propagó por toda la costa y los Andes centrales, dando paso
tras su declive a diversos estilos regionales como los de la culturas paracas, vicús, cajamarca,
moche, recuay, lima, pucará, nazca, huarpa y tiahuanaco.
Hacia el siglo vii, la influencia de las culturas nazca y tiahuanaco sobre la huarpa, sumada a
desarrollos locales en la agricultura y riego, propiciaron el surgimiento de la cultura huari como
un gran Estado urbano y militarizado que expandió su dominio por gran parte de la región
anteriormente influenciada por Chavín, salvo el sur tiahuanacota. A la caída de Huari y
Tiahuanaco en el siglo X, el poder político se fragmenta en diversos señoríos con estilos
culturales diversos. En esta época se desarrollaron los lambayeques, chimúes, chancay, ichma,
maranga y chincha en la costa, a la par de chachapoyas, huamachucos, huancas, chancas,
collas, lupacas, chiribayas e incas en las tierras altas. Alrededor de 1438, el inca Pachacuti
lidera la expansión del Imperio incaico hasta el sur de la actual Colombia y noroeste argentino.
La larga sucesión cultural tiene un abrupto cambio con la Conquista española en el siglo xvi.
Entorno geográfico
Los marcados contrastes geográficos de los Andes centrales son a menudo extremos. Ello
permitía que las diferentes sociedades andinas pudieran tener acceso a una gran variedad de
productos agrícolas en espacios relativamente cercanos donde imperaban condiciones
ecológicas distintas. Ello fomentó el intercambio permanente entre las regiones. Los Andes
centrales albergan una región ecológica, conocida como puna, de altiplanicies muy secas. Los
antiguos andinos utilizaban estas regiones para construir almacenes de comida conocidos
como colcas, aprovechando el frío y la sequedad naturales. Los Andes septentrionales en
cambio, cuentan con altiplanicies lluviosas conocidas como páramos.
Antecedentes
Al respecto existen tres teorías: de Max Uhle (Teoría inmigracionista: difusionista), de Julio C.
Tello y de Rafael Larco Hoyle (Teoría autoctonista: evolucionista), y de Federico Kauffmann
Doig (Teoría aloctonista: difusionista).
Note que estas teorías fueron postuladas antes del descubrimiento de la civilización caral,
ubicada en la costa norcentral del Perú; la cual evidentemente es mucho más antigua que la
cultura chavín.
La teoría inmigracionista (difusionista) de Max Uhle (1856–1944) sostuvo que fue en la costa.
Proto-Chimú y proto-Nazca habrían sido los primeros centros de alta cultura, «derivados de la
cultura Maya». De la costa, la civilización se habría expandido a la sierra para formar otras
culturas. La influencia cultural centroamericana habría llegado al Perú por mar y tierra, de
manera directa o indirecta. Según Uhle, antes de este hecho, en la costa «existían primitivos
pescadores».
La teoría aloctonista (difusionista) de Federico Kauffmann Doig (1928) sostiene que la primera
cultura andina fue la de Valdivia (costa de Ecuador), con una antigüedad de 5000 años.
Accesorios de oro.
Mortero valdivia.
Dado el comercio que existió entre las culturas de América del Sur y las de Mesoamérica o
América Central, es posible que algunos elementos culturales de una de ellas hayan podido ser
tomadas como propias, dándoles las características propias de la cultura que asumió dicho
elemento.
Los mitos orales peruanos y bolivianos referidos a estas épocas, hablan de intercambios
comerciales a través de ríos que atravesaban la selva desde el actual Puno (frontera Perú-
Bolivia) donde los proto-Tiahanaco una cultura avanzada que luego influenció mucho en la
cultura incaica comprobando su existencia a través de sus restos arqueológicos que se
desplazan en la Puerta del Sol, situados en el lago Titicaca, etc.
Características andinas
Fue Wendell Bennett quien en 1948 definió la «contradicción peruana» como rasgos culturales
comunes a todos los pueblos que habitaron esta región en el área que va desde Lambayeque
hasta Mollendo en la costa, y desde Cajamarca hasta Tiahuanaco en la sierra. Algunos de estos
rasgos comunes son:
Todos los grupos humanos basan su subsistencia en la agricultura (de prácticamente las
mismas plantas) y el pastoreo de camélidos.
Diferentes tipos de vestimentas basadas en túnicas (uncus) amarrados con faja a la cintura,
turbantes y una bolsa como parte del vestir tradicional.
Uso en el arte de un «vocabulario común» (1) que conjuga diseños de peces, águilas, felinos y
cóndores; que representa siempre cabezas-trofeo; técnicas de elaboración similares en
cerámica, metalurgia, tejido y arte plumario.
Cronología
Estatuilla huari.
Cuchimilco chancay.
Horizontes e Intermedios
La más influyente de estas propuestas cronológicas ha sido sin duda la cronología de Dorothy
Menzel y John Rowe) que no es sino una "afinación" de la Cronología de Lanning que plantea
una división en Horizontes e Intermedios. Según Lanning los Horizontes son períodos de
integración regional donde existe una cultura dominante en un territorio muy amplio que se
superpone a las culturas locales. Ese sería el caso de Huari y del Imperio inca y en menor
medida de Chavín. Los Intermedios serían momentos de florecimiento regional, donde existen
marcadas diferencias entre una sociedad y otra. A todo ello antecede un "Período Inicial"
caracterizado por la aparición de la cerámica y la edificación de templos.
PeríodoPrincipales culturas
Vigencia
Aunque no hay mayores cuestionamientos a los períodos que van desde el Intermedio
Temprano hasta el Horizonte Tardío, los términos Horizonte Temprano y período inicial no
gozan ya del favor de los arqueólogos. Estos, de manera creciente, prefieren usar «Formativo»
y «Arcaico Tardío» respectivamente (Cronología de Lumbreras), aunque el primero ha sido
muy cuestionado por sus connotaciones evolucionistas. Los términos lítico y arcaico de
lumbreras han encontrado su espacio en la cronología de Rowe.
Pero zanjar la cuestión es un objetivo lejano para la arqueología peruana. Ello porque estas
etapas de la historia andina se encuentran en permanente revaluación. En los últimos años el
descubrimiento de ciudades de mediados del Arcaico (como Caral) en la costa norcentral (en
un momento de la historia andina en el que se suponía no había ciudades ni Estado, que son
precisamente las cosas que se han encontrado) han vuelto a poner en duda la vigencia de las
clasificaciones precerámicas y obligado a retroceder el inicio del Formativo al 2800 a. C. (por el
momento).
Desarrollo histórico
Luego de ello, sobreviene una etapa (desde 200 a. C. hasta 600 aproximadamente) donde se
hacen muy diferentes unas sociedades de otras, al menos en su arte. Son sociedades con una
gran especialización y con una tecnología de riego avanzada. A esta etapa se le llama de
muchas maneras, siendo Intermedio Temprano (Rowe), o «período de las culturas regionales»
(Lumbreras) las más usadas. Luego de esta regionalización sigue un nuevo período de
integración cultural (600 - 1100). Esta vez, aparentemente, promovido por dos estados: el
Imperio huari en el centro y norte del Perú, y Tiahuanaco, en Bolivia, el sur peruano y el norte
chileno. Esta etapa se caracteriza por la aparición de grandes ciudades, sistemas
administrativos complejos, de caminos y de terrazas de cultivo en las montañas. El nombre
más usado para esta etapa es Horizonte Medio u Horizonte Huari.
Pirámide de la huaca del Sol, en el complejo de las huacas del Sol y de la Luna
Arcaico
Monolito que representa un guerrero sechín. Se encontraban en Cerro Sechín, yacimiento que
prolongó su ocupación hasta inicios del Formativo
Según Cohen, el maíz sería mesoamericano pues en América Andina no existe la especie
ancestral denominada teosinte; existen muestras en Rosasmachay (Ayacucho) que datan del
3000 a. C. y según Flannery están relacionados con el teosinte, por lo cual no se descarta la
domesticación independiente en Mesoamérica y los Andes. Algunas otras muestras de maíz en
los Andes centrales alcanzan los 2140 a. C. como el cazo de la cueva de los Gavilanes en
Huarmey (cabe indicar que otras muestras en la misma cueva han sido fechadas en 1750 a. C.,
1595 a. C. y 1250 a. C.). En el caso mesoamericano la muestra más antigua data del 7400 a. C.3
En las cuevas de Allqowin (Perú) ―hacia el 12 000 a. C. el arqueólogo Cavalcanti encontró
muestras de maíz. Posteriormente también se encontraron semillas de maíz del 6000 a. C. en
Jayhuamachay (Perú).[cita requerida]
Este alimento es originario de las selvas amazónicas, pero su domesticación parece estar
asociada a los llanos del Orinoco entre las actuales Colombia y Venezuela. Las muestras en el
Perú datan del 1000 a. C. mientras que en Venezuela y Colombia retroceden al 2000 a. C.3
Existen discrepancias sobre su domesticación, pero los botánicos se inclinan por los Andes
orientales y la floresta amazónica sobre su posible domesticación. Los vestigios más antiguos
de este cultivo proceden de la costa desértica del Perú.3
Su posible origen estaría en los Andes orientales entre Bolivia y el noroeste de Argentina por
debajo de los 1800 ms.n.m. En Perú la muestra más antigua data del 1800 a. C.3
Su origen estaría en los Andes orientales entre Perú, Bolivia y noroeste de Argentina. En el
Perú la muestra más antigua data del 2300 a. C.3
En todos estos casos las historias son difusas, pero las muestras más antiguas proceden del
sitio arqueológico de Monte Verde (Chile) y dataría del 11 000 a. C., la papa de Monte Verde
fue denominada S. Maglia y alcanza entre 3 y 4 cm de diámetro, su hábitat se ubica entre los
700 y 2000 m s. n. m no es de sabor amargo y se consume actualmente en los Andes centrales
de Chile y Argentina.3 En Ayacucho (Perú) existen datos de papas plenamente domesticadas
que tienen aproximadamente 5000 años de antigüedad (3000 a. C.), se cree que las muestras
obtenidas en la Cueva de Tres Ventanas (alto Chilca) son más antiguas que las de Ayacucho, en
tanto que las muestras de papas domesticadas en Chiripa - Bolivia tendrían 2400 años de
antigüedad (400 a. C.).3
En todos estos casos las historias son difusas, pero las muestras más antiguas proceden del
sitio arqueológico de Monte Verde (Chile) y dataría del 11 000 a. C., la papa de Monte Verde
fue denominada S. Maglia y alcanza entre 3 y 4 cm de diámetro, su hábitat se ubica entre los
700 y 2000 m s. n. m no es de sabor amargo y se consume actualmente en los Andes centrales
de Chile y Argentina.3 En Ayacucho (Perú) existen datos de papas plenamente domesticadas
que tienen aproximadamente 5000 años de antigüedad (3000 a. C.), se cree que las muestras
obtenidas en la Cueva de Tres Ventanas (alto Chilca) son más antiguas que las de Ayacucho, en
tanto que las muestras de papas domesticadas en Chiripa, Bolivia, tendrían 2400 años de
antigüedad (400 a. C.).3
En su forma silvestre se halla en varias zonas de América del Sur. Existe un descubrimiento en
Ayacucho de 6500 años de antigüedad (4500 a. C.), pero este hallazgo es dudoso. Las más
antiguas y fiables pertenecen al noroeste de Argentina con 2000 años de antigüedad.3
Las evidencias indican su domesticación temprana en los Andes orientales del Perú. Existen
muestras de 7600 años de antigüedad (5600 a. C.) en la cueva del Guitarrero (Perú). Mientras
que la especie C. plagioesperma tiene 4800 años de antigüedad (2800 a. C.) en muestras
halladas en Ayacucho (Perú).3
Los estudios indican que este vegetal tiene tres puntos de domesticación: Mesoamérica, la
Amazonía y el Chaco. Todas con ancestros diferentes por lo que se deduce que fueron
domesticadas por separado e independientemente.3
Se encuentra en estado silvestre al noreste del Brasil. Pichersgill sostiene que su domesticación
se dio por separado en dos regiones: el actual Ecuador y la cuenca del Amazonas. Existen
muestras arqueológicas de esta misma especie encontradas domesticada en Ancón, Perú.3
Formativo
Corona chavinoide.
En el periodo formativo de la zona centro andina se consolida la vida aldeana y las actividades
organizadas de supervivencia colectiva (agricultura y ganadería), las jerarquías sociales van
avanzando en complejidad, los centros ceremoniales aumentan en número, al igual que la
población que experimenta un gran avance demográfico.3
La cultura americana con alfarería más antigua de América la constituye la cultura Valdivia
(3900–3200 a. C.) y cultura Mayo-Chinchipe-Marañón (5300 a. C. y el 2500 a. C.), a las que
luego sigue cronológicamente la cultura machalilla (2259–1320 a. C.) y la cultura chorrera
(1330-550 a. C.) todas en el actual Ecuador.3 Hacia el 1700 a. C. la alfarería ingresa a lo que
hoy es Perú, evoluciona, y se expande por los Andes centrales y sureños.
Manto paracas
Águila felinoide.
Para que a un grupo humano se le asigne al periodo formativo tiene que cumplir con cuatro
aspectos:3
Tener un liderazgo formalizado y élites que la sustenten, en otras palabras deben tener el
poder de la autoridad centralizado.
Integración social.
Territorialidad.
Trompeta paracas.
Intermedio Temprano
Pero fue J. Rowe quien acuña el término «Intermedio Temprano», etapa que posteriormente
Bennett y Bird propusieron que se dividiera en: experimentadores y maestros artesanos.3
En 1959, Steward y Faron propusieron que esta etapa debería denominarse «etapa de los
estados regionales», luego en 1962 Collier lo denomina «periodo clásico» y en 1969, Luis
Lumbreras lo denomina «desarrollos regionales».3
Las evidencias arqueológicas que caracterizan a esta etapa son el desarrollo artístico avanzado,
una marcada diferenciación social, jerarquización de las deidades, desarrollo arquitectónico
público-monumental, comercio de artículos exóticos y materias primas a larga distancia,
crecimiento demográfico sostenido; por todo esto G. Willey y P. Phillips sostienen que esta
etapa es el inicio del urbanismo en América (tanto en el área mesoaméricana como en los
Andes centrales); sobre el incremento demográfico en este período, Lanning sostiene que la
población en la costa moche superó los 2 millones de habitantes.3
Paccha recuay.
Pero no todos los desarrollos culturales alcanzaron estos niveles de complejidad, y claramente
destacan dos civilizaciones durante este período por su consolidación como estado: cultura
mochica y tiahuanaco; ambos con desarrollos estilísticos y políticos distintos, en condiciones
geográficas distintas.3
Durante este período coexistieron los vicús, gallinazos y cajamarcas; cercanos a los mochicas.
En el caso de los mochicas existen evidencias de su arquitectura monumental de forma
piramidal y entierros que dan a entender la existencia de patrones fúnebres estatales y
religiosos, aunque todavía se desconoce cuál habría sido su capital.3
Más al sur, los tiahuanaco mostraron un desarrollo sociopolítico sin precedentes, superando
las dificultades que representaba su entorno ecológico (el altiplano sobre los 3800 m s. n. m.).
Según estudios hechos por Kolata, los tiahuanaco desarrollaron una agricultura con excedentes
que permitieron la subsistencia de la élite. A diferencia de los mochicas, los tiahuanaco
tuvieron un control vertical de los ecosistemas con enclaves en las yungas del pacífico y de la
vertiente amazónica, además de controlar el pastoreo de altura en la meseta del Collao.3
Otras civilizaciones que llegaron a un nivel de complejidad cultural considerable durante este
período fueron los limas, nazcas, huarpas y recuayes, todas en el actual Perú.3
Horizonte Medio
Durante este período surge el fenómeno político huari y se consolida la expansión tiahuanaco.
La religión de Tiahuanaco y sus estilos alfareros se expanden fuera de su territorio alcanzando
en sus inicios al Estado huari, poco después Huari consolida sus propios estilos artísticos y los
irradia reafirmando su presencia política en gran parte de los Andes.
Este período se caracteriza por la institucionalización del ejercicio del poder y la profundización
de la religión, esto durante el 550 y 900 d. C. (aunque un existen discrepancias sobre los
posibles ocasos de los huaris y los tiahuanaco).
Si bien es cierto, la institucionalización del poder en las civilizaciones andinas ya se había dado
en épocas anteriores, es durante este período en el que alcanza un alto grado de complejidad
que hasta la llegada de los españoles solo sería superado por los incas. Por esto, las etapas
anteriores son tomadas como de experimentación política, y el horizonte medio como la etapa
final; a partir de aquí en adelante las civilizaciones del área central andina reinterpretaron los
patrones sociales y religiosos alcanzados por los huaris y los tiahuanaco.
Existen teorías que sostienen que el colapso de los huari y tiahuanaco sobreviene luego de un
periodo prolongado de sequías en los Andes centrales.
Una sequía afectó gran parte de la zona central andina correspondiente a los actuales Perú,
Bolivia y norte de Chile; la disminución de la pluviometría inicia hacia el año 950 d. C. y
acentuándose en el 1100 d. C., los niveles altos de pluviosidad se restablecen en el 1300. Los
datos sobre esta sequía los proporcionó un estudio hecho en el nevado Qelqaya por
Thompson, y sus resultados fueron utilizados por Kolata, Moseley y Shimada para explicar los
cambios sociopolíticos que propiciaron el colapso de las civilizaciones y el proceso de
reestructuración cultural que afrontaron luego las sociedades del área central andina.
Intermedio Tardío
Guantelete sicán
Luego del colapso de las culturas huari (900 d. C.) y tiahuanaco (1100 d. C.), las sociedades del
área central andina entraron en crisis; algunos autores consideran que hubo un proceso de
involución cultural. El área inició un proceso de reorganiazación de sus patrones culturales, los
pueblos se reúnen en pequeñas aldeas y se observan restos arqueológicos que afirman que
durante los inicios de este período las aldeas procuraron la seguridad.
En las zonas altas de los Andes, se procuró construir en laderas de los cerros o en las cimas de
estos; teniendo preferencia por las zonas húmedas. Es notable que durante este período, salvo
algunas excepciones, las culturas sobre los 1000 m s. n. m. no alcanzaron grandes sistemas de
complejidad política al nivel de Huari o Tiahuanaco. Aunque los restos arqueológicos de este
período nos proporcionan algunos fenómenos urbanísticos notables como Choquepuquio
(cultura killke), Hatun Colla (cultura colla) o Iskanwaya (cultura mollo).
En la costa se vivió una realidad completamente distinta a la de las zonas altas, y por lo menos
dos civilizaciones alcanzaron estabilidad política y complejidad cultural, estos son los casos de
Chimú y Chincha.
Horizonte Tardío
El Tahuantinsuyo representó el imperio más grande de América del Sur, agrupando a las
diversas culturas andinas en un estado centralizado que dejó su legado cultural y arqueológico
desde el sur de la actual Colombia hasta el norte de Chile y Argentina. Desde las urbes como
Cuzco y Machu Picchu hasta la inmensa red de caminos y tambos recorriendo todo el imperio,
este período se destacó por sus construcciones monumentales y la centralización del poder en
el monarca del Tahuantinsuyu, el inca.
Además de los incas, podemos destacar varias otras culturas de este período, como los
muiscas en la actual Colombia.
Después de la Conquista
Los acontecimientos de la guerra civil incaica y el periodo transicional dieron fin al periodo
autónomo de desarrollo andino. Sin embargo, su legado cultural trascendió el período
prehispánico. El quechua, el idioma oficial del Imperio incaico, se convirtió en una lengua
franca en Sudamérica. Muchos de los nobles en el virreinato del Perú fueron de origen incaico,
así como parte de la administración de la nueva colonia, al no haber suficientes españoles para
administrar tal vasto territorio. Las costumbres de los pueblos andinos sobrevivieron a la
conquista; las diversas tradiciones religiosas y culturales de los pueblos andinos fueron
sincretizadas con aquellas introducidas por los españoles, creando un «catolicismo andino»
que posee una impronta particular.4
En sus proclamas en sus boletines, en sus bandos, en sus manifiestos, en los artículos de su
prensa periódica, en sus cánticos guerreros, los patriotas de aquella época invocaban con
entusiasmo los manes de Manco Cápac, de Moctezuma, de Guatimozín, de Atahualpa, de
Siripo, de Lautaro, de Caupolicán y de Rengo, como a los padres y protectores de la raza
americana. Los incas, especialmente, constituían entonces la mitología de la revolución. Su
Olimpo había reemplazado al de la Grecia antigua: su sol simbólico, era el sagrado de
Prometeo, generador de patriotismo. Manco Cápac, el Júpiter americano que fulminaba los
rayos de la revolución y Mama Ocllo, la Minerva indígena que brotaba de la cabeza del padre
del nuevo Mundo fulgurante de majestad y gloria. -Mitre, Bartolomé. Historia de Belgrano y de
la independencia Argentina5
Esto es visible en la adopción del Sol de Mayo, inspirado en el dios Inti incaico, en las banderas
de Argentina, Uruguay, y la primera bandera de Perú.
Galería
Mausoleo en Huilcahuaín
Mausoleo en Huilcahuaín
Torreón en Honcopampa
Torreón en Honcopampa
Fortaleza de Chankillo
Fortaleza de Chankillo
Pirámide en Bandurria
Pirámide en Bandurria
Chullpas de Sillustani
Chullpas de Sillustani
Ruinas de Cruzpampa
Ruinas de Cruzpampa
Recinto en el Coricancha
Recinto en el Coricancha
Estructuras en Choquequirao
Estructuras en Choquequirao
Nichos en Incallajta
Nichos en Incallajta
Calle en Piquillacta
Calle en Piquillacta
Un torreón en Rúpac
Un torreón en Rúpac
Acllahuasi de Pachacámac
Terrazas en Písac
Terrazas en Písac
Murallas de Kuélap
Murallas de Kuélap
Huaca del Sol, dentro del complejo de huacas del Sol y de la Luna
Huaca del Sol, dentro del complejo de huacas del Sol y de la Luna
Torres de Susupillo
Torres de Susupillo
Bajorrelieves en Garagay
Bajorrelieves en Garagay
Huaca Toledo, en Chan Chan
Murallas de Sacsayhuamán
Murallas de Sacsayhuamán
Torreones en Písac
Torreones en Písac
Portadas de Rumicolca
Portadas de Rumicolca
Vista de Runkurakay
Vista de Runkurakay
Vista de Patallacta
Vista de Patallacta
Terrazas en Moray
Terrazas en Moray
Templo de la Luna
Templo de la Luna
Geoglifos paracas
Geoglifos paracas
Torreón en Mazur
Torreón en Mazur
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Civilizaciones andinas
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Las civilizaciones andinas, llamadas históricamente en conjunto como Perú antiguo o antiguo
Perú, fueron antiguas sociedades complejas conformadas por diversos pueblos indígenas de
Sudamérica que se desarrollaron en la zona occidental del continente, en los valles costeros e
interandinos entre el océano Pacífico y la Amazonia. Esta región fue una cuna de la civilización,
es decir, un espacio donde la sociedad compleja se originó de forma autónoma a otras, como
Mesopotamia y Mesoamérica.1 Este complejo cultural se extendió por regiones costeras y
montañosas de los actuales países de Perú, Bolivia y el norte de Chile, y ejerció influencia en la
Sierra ecuatoriana, el noroeste argentino, y el suroeste de Colombia. La reconstrucción del
pasado de estos pueblos se da principalmente mediante la arqueología debido a la carencia de
relatos escritos previos a la época de la conquista española. Por ello, los constantes
descubrimientos provocaron sucesivas remodelaciones de esta reconstrucción histórica.2
Las primeras sociedades complejas conocidas de esta parte del mundo, sechín y caral,
surgieron hacia el IV milenio a. C. en la costa central del actual Perú. Durante el siglo xii a. C., la
cultura de chavín o cupisnique se propagó por toda la costa y los Andes centrales, dando paso
tras su declive a diversos estilos regionales como los de la culturas paracas, vicús, cajamarca,
moche, recuay, lima, pucará, nazca, huarpa y tiahuanaco.
Hacia el siglo vii, la influencia de las culturas nazca y tiahuanaco sobre la huarpa, sumada a
desarrollos locales en la agricultura y riego, propiciaron el surgimiento de la cultura huari como
un gran Estado urbano y militarizado que expandió su dominio por gran parte de la región
anteriormente influenciada por Chavín, salvo el sur tiahuanacota. A la caída de Huari y
Tiahuanaco en el siglo X, el poder político se fragmenta en diversos señoríos con estilos
culturales diversos. En esta época se desarrollaron los lambayeques, chimúes, chancay, ichma,
maranga y chincha en la costa, a la par de chachapoyas, huamachucos, huancas, chancas,
collas, lupacas, chiribayas e incas en las tierras altas. Alrededor de 1438, el inca Pachacuti
lidera la expansión del Imperio incaico hasta el sur de la actual Colombia y noroeste argentino.
La larga sucesión cultural tiene un abrupto cambio con la Conquista española en el siglo xvi.
Entorno geográfico
Los marcados contrastes geográficos de los Andes centrales son a menudo extremos. Ello
permitía que las diferentes sociedades andinas pudieran tener acceso a una gran variedad de
productos agrícolas en espacios relativamente cercanos donde imperaban condiciones
ecológicas distintas. Ello fomentó el intercambio permanente entre las regiones. Los Andes
centrales albergan una región ecológica, conocida como puna, de altiplanicies muy secas. Los
antiguos andinos utilizaban estas regiones para construir almacenes de comida conocidos
como colcas, aprovechando el frío y la sequedad naturales. Los Andes septentrionales en
cambio, cuentan con altiplanicies lluviosas conocidas como páramos.
Antecedentes
Al respecto existen tres teorías: de Max Uhle (Teoría inmigracionista: difusionista), de Julio C.
Tello y de Rafael Larco Hoyle (Teoría autoctonista: evolucionista), y de Federico Kauffmann
Doig (Teoría aloctonista: difusionista).
Note que estas teorías fueron postuladas antes del descubrimiento de la civilización caral,
ubicada en la costa norcentral del Perú; la cual evidentemente es mucho más antigua que la
cultura chavín.
La teoría inmigracionista (difusionista) de Max Uhle (1856–1944) sostuvo que fue en la costa.
Proto-Chimú y proto-Nazca habrían sido los primeros centros de alta cultura, «derivados de la
cultura Maya». De la costa, la civilización se habría expandido a la sierra para formar otras
culturas. La influencia cultural centroamericana habría llegado al Perú por mar y tierra, de
manera directa o indirecta. Según Uhle, antes de este hecho, en la costa «existían primitivos
pescadores».
La teoría autoctonista (evolucionista) de Julio C. Tello (1880–1947) sostenía que Chavín de
Huántar fue la alta cultura andina más antigua, con iniciadores que provenían de la selva
amazónica peruana. Después de un desarrollo local, dicha cultura se dispersó hacia otros
lugares como Sechín, Moxeke, Cupisnique, Paracas, etc. Rafael Larco Hoyle (1901–1966), fue
otro autoctonista. Creía que la alta cultura andina se originó en la costa, en Cupisnique o valle
de Nepeña. Desde allí se habría difundido a la sierra «portando el culto felínico».
La teoría aloctonista (difusionista) de Federico Kauffmann Doig (1928) sostiene que la primera
cultura andina fue la de Valdivia (costa de Ecuador), con una antigüedad de 5000 años.
Accesorios de oro.
Mortero valdivia.
Dado el comercio que existió entre las culturas de América del Sur y las de Mesoamérica o
América Central, es posible que algunos elementos culturales de una de ellas hayan podido ser
tomadas como propias, dándoles las características propias de la cultura que asumió dicho
elemento.
Los mitos orales peruanos y bolivianos referidos a estas épocas, hablan de intercambios
comerciales a través de ríos que atravesaban la selva desde el actual Puno (frontera Perú-
Bolivia) donde los proto-Tiahanaco una cultura avanzada que luego influenció mucho en la
cultura incaica comprobando su existencia a través de sus restos arqueológicos que se
desplazan en la Puerta del Sol, situados en el lago Titicaca, etc.
Características andinas
Fue Wendell Bennett quien en 1948 definió la «contradicción peruana» como rasgos culturales
comunes a todos los pueblos que habitaron esta región en el área que va desde Lambayeque
hasta Mollendo en la costa, y desde Cajamarca hasta Tiahuanaco en la sierra. Algunos de estos
rasgos comunes son:
Todos los grupos humanos basan su subsistencia en la agricultura (de prácticamente las
mismas plantas) y el pastoreo de camélidos.
Diferentes tipos de vestimentas basadas en túnicas (uncus) amarrados con faja a la cintura,
turbantes y una bolsa como parte del vestir tradicional.
Uso en el arte de un «vocabulario común» (1) que conjuga diseños de peces, águilas, felinos y
cóndores; que representa siempre cabezas-trofeo; técnicas de elaboración similares en
cerámica, metalurgia, tejido y arte plumario.
Cronología
Estatuilla huari.
Cuchimilco chancay.
Horizontes e Intermedios
Huaco retrato moche
La más influyente de estas propuestas cronológicas ha sido sin duda la cronología de Dorothy
Menzel y John Rowe) que no es sino una "afinación" de la Cronología de Lanning que plantea
una división en Horizontes e Intermedios. Según Lanning los Horizontes son períodos de
integración regional donde existe una cultura dominante en un territorio muy amplio que se
superpone a las culturas locales. Ese sería el caso de Huari y del Imperio inca y en menor
medida de Chavín. Los Intermedios serían momentos de florecimiento regional, donde existen
marcadas diferencias entre una sociedad y otra. A todo ello antecede un "Período Inicial"
caracterizado por la aparición de la cerámica y la edificación de templos.
PeríodoPrincipales culturas
Vigencia
Aunque no hay mayores cuestionamientos a los períodos que van desde el Intermedio
Temprano hasta el Horizonte Tardío, los términos Horizonte Temprano y período inicial no
gozan ya del favor de los arqueólogos. Estos, de manera creciente, prefieren usar «Formativo»
y «Arcaico Tardío» respectivamente (Cronología de Lumbreras), aunque el primero ha sido
muy cuestionado por sus connotaciones evolucionistas. Los términos lítico y arcaico de
lumbreras han encontrado su espacio en la cronología de Rowe.
Pero zanjar la cuestión es un objetivo lejano para la arqueología peruana. Ello porque estas
etapas de la historia andina se encuentran en permanente revaluación. En los últimos años el
descubrimiento de ciudades de mediados del Arcaico (como Caral) en la costa norcentral (en
un momento de la historia andina en el que se suponía no había ciudades ni Estado, que son
precisamente las cosas que se han encontrado) han vuelto a poner en duda la vigencia de las
clasificaciones precerámicas y obligado a retroceder el inicio del Formativo al 2800 a. C. (por el
momento).
Desarrollo histórico
Luego de ello, sobreviene una etapa (desde 200 a. C. hasta 600 aproximadamente) donde se
hacen muy diferentes unas sociedades de otras, al menos en su arte. Son sociedades con una
gran especialización y con una tecnología de riego avanzada. A esta etapa se le llama de
muchas maneras, siendo Intermedio Temprano (Rowe), o «período de las culturas regionales»
(Lumbreras) las más usadas. Luego de esta regionalización sigue un nuevo período de
integración cultural (600 - 1100). Esta vez, aparentemente, promovido por dos estados: el
Imperio huari en el centro y norte del Perú, y Tiahuanaco, en Bolivia, el sur peruano y el norte
chileno. Esta etapa se caracteriza por la aparición de grandes ciudades, sistemas
administrativos complejos, de caminos y de terrazas de cultivo en las montañas. El nombre
más usado para esta etapa es Horizonte Medio u Horizonte Huari.
Pirámide de la huaca del Sol, en el complejo de las huacas del Sol y de la Luna
Arcaico
Monolito que representa un guerrero sechín. Se encontraban en Cerro Sechín, yacimiento que
prolongó su ocupación hasta inicios del Formativo
Momias chinchorro.
Según Cohen, el maíz sería mesoamericano pues en América Andina no existe la especie
ancestral denominada teosinte; existen muestras en Rosasmachay (Ayacucho) que datan del
3000 a. C. y según Flannery están relacionados con el teosinte, por lo cual no se descarta la
domesticación independiente en Mesoamérica y los Andes. Algunas otras muestras de maíz en
los Andes centrales alcanzan los 2140 a. C. como el cazo de la cueva de los Gavilanes en
Huarmey (cabe indicar que otras muestras en la misma cueva han sido fechadas en 1750 a. C.,
1595 a. C. y 1250 a. C.). En el caso mesoamericano la muestra más antigua data del 7400 a. C.3
En las cuevas de Allqowin (Perú) ―hacia el 12 000 a. C. el arqueólogo Cavalcanti encontró
muestras de maíz. Posteriormente también se encontraron semillas de maíz del 6000 a. C. en
Jayhuamachay (Perú).[cita requerida]
Plazoleta circular hundida en Pampa de los Perros
Este alimento es originario de las selvas amazónicas, pero su domesticación parece estar
asociada a los llanos del Orinoco entre las actuales Colombia y Venezuela. Las muestras en el
Perú datan del 1000 a. C. mientras que en Venezuela y Colombia retroceden al 2000 a. C.3
Existen discrepancias sobre su domesticación, pero los botánicos se inclinan por los Andes
orientales y la floresta amazónica sobre su posible domesticación. Los vestigios más antiguos
de este cultivo proceden de la costa desértica del Perú.3
Su posible origen estaría en los Andes orientales entre Bolivia y el noroeste de Argentina por
debajo de los 1800 ms.n.m. En Perú la muestra más antigua data del 1800 a. C.3
Su origen estaría en los Andes orientales entre Perú, Bolivia y noroeste de Argentina. En el
Perú la muestra más antigua data del 2300 a. C.3
Este producto fue exclusivo de los Andes hasta la conquista española. En el año 2000 se
contabilizaron 150 variedades de papas (Solanum tuberosum) en los Andes, las cuales fueron
divididas en cinco grandes grupos:3
En todos estos casos las historias son difusas, pero las muestras más antiguas proceden del
sitio arqueológico de Monte Verde (Chile) y dataría del 11 000 a. C., la papa de Monte Verde
fue denominada S. Maglia y alcanza entre 3 y 4 cm de diámetro, su hábitat se ubica entre los
700 y 2000 m s. n. m no es de sabor amargo y se consume actualmente en los Andes centrales
de Chile y Argentina.3 En Ayacucho (Perú) existen datos de papas plenamente domesticadas
que tienen aproximadamente 5000 años de antigüedad (3000 a. C.), se cree que las muestras
obtenidas en la Cueva de Tres Ventanas (alto Chilca) son más antiguas que las de Ayacucho, en
tanto que las muestras de papas domesticadas en Chiripa - Bolivia tendrían 2400 años de
antigüedad (400 a. C.).3
En todos estos casos las historias son difusas, pero las muestras más antiguas proceden del
sitio arqueológico de Monte Verde (Chile) y dataría del 11 000 a. C., la papa de Monte Verde
fue denominada S. Maglia y alcanza entre 3 y 4 cm de diámetro, su hábitat se ubica entre los
700 y 2000 m s. n. m no es de sabor amargo y se consume actualmente en los Andes centrales
de Chile y Argentina.3 En Ayacucho (Perú) existen datos de papas plenamente domesticadas
que tienen aproximadamente 5000 años de antigüedad (3000 a. C.), se cree que las muestras
obtenidas en la Cueva de Tres Ventanas (alto Chilca) son más antiguas que las de Ayacucho, en
tanto que las muestras de papas domesticadas en Chiripa, Bolivia, tendrían 2400 años de
antigüedad (400 a. C.).3
En su forma silvestre se halla en varias zonas de América del Sur. Existe un descubrimiento en
Ayacucho de 6500 años de antigüedad (4500 a. C.), pero este hallazgo es dudoso. Las más
antiguas y fiables pertenecen al noroeste de Argentina con 2000 años de antigüedad.3
Las evidencias indican su domesticación temprana en los Andes orientales del Perú. Existen
muestras de 7600 años de antigüedad (5600 a. C.) en la cueva del Guitarrero (Perú). Mientras
que la especie C. plagioesperma tiene 4800 años de antigüedad (2800 a. C.) en muestras
halladas en Ayacucho (Perú).3
Los estudios indican que este vegetal tiene tres puntos de domesticación: Mesoamérica, la
Amazonía y el Chaco. Todas con ancestros diferentes por lo que se deduce que fueron
domesticadas por separado e independientemente.3
Se encuentra en estado silvestre al noreste del Brasil. Pichersgill sostiene que su domesticación
se dio por separado en dos regiones: el actual Ecuador y la cuenca del Amazonas. Existen
muestras arqueológicas de esta misma especie encontradas domesticada en Ancón, Perú.3
Formativo
Corona chavinoide.
En el periodo formativo de la zona centro andina se consolida la vida aldeana y las actividades
organizadas de supervivencia colectiva (agricultura y ganadería), las jerarquías sociales van
avanzando en complejidad, los centros ceremoniales aumentan en número, al igual que la
población que experimenta un gran avance demográfico.3
La cultura americana con alfarería más antigua de América la constituye la cultura Valdivia
(3900–3200 a. C.) y cultura Mayo-Chinchipe-Marañón (5300 a. C. y el 2500 a. C.), a las que
luego sigue cronológicamente la cultura machalilla (2259–1320 a. C.) y la cultura chorrera
(1330-550 a. C.) todas en el actual Ecuador.3 Hacia el 1700 a. C. la alfarería ingresa a lo que
hoy es Perú, evoluciona, y se expande por los Andes centrales y sureños.
Manto paracas
Águila felinoide.
Para que a un grupo humano se le asigne al periodo formativo tiene que cumplir con cuatro
aspectos:3
Tener un liderazgo formalizado y élites que la sustenten, en otras palabras deben tener el
poder de la autoridad centralizado.
Integración social.
Territorialidad.
Trompeta paracas.
Intermedio Temprano
Pero fue J. Rowe quien acuña el término «Intermedio Temprano», etapa que posteriormente
Bennett y Bird propusieron que se dividiera en: experimentadores y maestros artesanos.3
En 1959, Steward y Faron propusieron que esta etapa debería denominarse «etapa de los
estados regionales», luego en 1962 Collier lo denomina «periodo clásico» y en 1969, Luis
Lumbreras lo denomina «desarrollos regionales».3
Las evidencias arqueológicas que caracterizan a esta etapa son el desarrollo artístico avanzado,
una marcada diferenciación social, jerarquización de las deidades, desarrollo arquitectónico
público-monumental, comercio de artículos exóticos y materias primas a larga distancia,
crecimiento demográfico sostenido; por todo esto G. Willey y P. Phillips sostienen que esta
etapa es el inicio del urbanismo en América (tanto en el área mesoaméricana como en los
Andes centrales); sobre el incremento demográfico en este período, Lanning sostiene que la
población en la costa moche superó los 2 millones de habitantes.3
Paccha recuay.
Pero no todos los desarrollos culturales alcanzaron estos niveles de complejidad, y claramente
destacan dos civilizaciones durante este período por su consolidación como estado: cultura
mochica y tiahuanaco; ambos con desarrollos estilísticos y políticos distintos, en condiciones
geográficas distintas.3
Durante este período coexistieron los vicús, gallinazos y cajamarcas; cercanos a los mochicas.
En el caso de los mochicas existen evidencias de su arquitectura monumental de forma
piramidal y entierros que dan a entender la existencia de patrones fúnebres estatales y
religiosos, aunque todavía se desconoce cuál habría sido su capital.3
Más al sur, los tiahuanaco mostraron un desarrollo sociopolítico sin precedentes, superando
las dificultades que representaba su entorno ecológico (el altiplano sobre los 3800 m s. n. m.).
Según estudios hechos por Kolata, los tiahuanaco desarrollaron una agricultura con excedentes
que permitieron la subsistencia de la élite. A diferencia de los mochicas, los tiahuanaco
tuvieron un control vertical de los ecosistemas con enclaves en las yungas del pacífico y de la
vertiente amazónica, además de controlar el pastoreo de altura en la meseta del Collao.3
Otras civilizaciones que llegaron a un nivel de complejidad cultural considerable durante este
período fueron los limas, nazcas, huarpas y recuayes, todas en el actual Perú.3
Horizonte Medio
Durante este período surge el fenómeno político huari y se consolida la expansión tiahuanaco.
La religión de Tiahuanaco y sus estilos alfareros se expanden fuera de su territorio alcanzando
en sus inicios al Estado huari, poco después Huari consolida sus propios estilos artísticos y los
irradia reafirmando su presencia política en gran parte de los Andes.
Este período se caracteriza por la institucionalización del ejercicio del poder y la profundización
de la religión, esto durante el 550 y 900 d. C. (aunque un existen discrepancias sobre los
posibles ocasos de los huaris y los tiahuanaco).
Camisón huari con influencia nazca.
Si bien es cierto, la institucionalización del poder en las civilizaciones andinas ya se había dado
en épocas anteriores, es durante este período en el que alcanza un alto grado de complejidad
que hasta la llegada de los españoles solo sería superado por los incas. Por esto, las etapas
anteriores son tomadas como de experimentación política, y el horizonte medio como la etapa
final; a partir de aquí en adelante las civilizaciones del área central andina reinterpretaron los
patrones sociales y religiosos alcanzados por los huaris y los tiahuanaco.
Existen teorías que sostienen que el colapso de los huari y tiahuanaco sobreviene luego de un
periodo prolongado de sequías en los Andes centrales.
Una sequía afectó gran parte de la zona central andina correspondiente a los actuales Perú,
Bolivia y norte de Chile; la disminución de la pluviometría inicia hacia el año 950 d. C. y
acentuándose en el 1100 d. C., los niveles altos de pluviosidad se restablecen en el 1300. Los
datos sobre esta sequía los proporcionó un estudio hecho en el nevado Qelqaya por
Thompson, y sus resultados fueron utilizados por Kolata, Moseley y Shimada para explicar los
cambios sociopolíticos que propiciaron el colapso de las civilizaciones y el proceso de
reestructuración cultural que afrontaron luego las sociedades del área central andina.
Intermedio Tardío
Guantelete sicán
Luego del colapso de las culturas huari (900 d. C.) y tiahuanaco (1100 d. C.), las sociedades del
área central andina entraron en crisis; algunos autores consideran que hubo un proceso de
involución cultural. El área inició un proceso de reorganiazación de sus patrones culturales, los
pueblos se reúnen en pequeñas aldeas y se observan restos arqueológicos que afirman que
durante los inicios de este período las aldeas procuraron la seguridad.
En las zonas altas de los Andes, se procuró construir en laderas de los cerros o en las cimas de
estos; teniendo preferencia por las zonas húmedas. Es notable que durante este período, salvo
algunas excepciones, las culturas sobre los 1000 m s. n. m. no alcanzaron grandes sistemas de
complejidad política al nivel de Huari o Tiahuanaco. Aunque los restos arqueológicos de este
período nos proporcionan algunos fenómenos urbanísticos notables como Choquepuquio
(cultura killke), Hatun Colla (cultura colla) o Iskanwaya (cultura mollo).
En la costa se vivió una realidad completamente distinta a la de las zonas altas, y por lo menos
dos civilizaciones alcanzaron estabilidad política y complejidad cultural, estos son los casos de
Chimú y Chincha.
Horizonte Tardío
El Horizonte Tardío está comprendido desde la victoria de los incas, dirigido por el auqui
(príncipe incaico) Cusi Yupanqui (Pachacuti), sobre los chancas ocurrida en la batalla de
Yahuarpampa hasta el inicio de la conquista española del Imperio incaico con la captura del
inca Atahualpa ocurrida en Cajamarca. Coincide con la expansión y el desarrollo del
Tahuantinsuyo.
El Tahuantinsuyo representó el imperio más grande de América del Sur, agrupando a las
diversas culturas andinas en un estado centralizado que dejó su legado cultural y arqueológico
desde el sur de la actual Colombia hasta el norte de Chile y Argentina. Desde las urbes como
Cuzco y Machu Picchu hasta la inmensa red de caminos y tambos recorriendo todo el imperio,
este período se destacó por sus construcciones monumentales y la centralización del poder en
el monarca del Tahuantinsuyu, el inca.
Además de los incas, podemos destacar varias otras culturas de este período, como los
muiscas en la actual Colombia.
Después de la Conquista
Los acontecimientos de la guerra civil incaica y el periodo transicional dieron fin al periodo
autónomo de desarrollo andino. Sin embargo, su legado cultural trascendió el período
prehispánico. El quechua, el idioma oficial del Imperio incaico, se convirtió en una lengua
franca en Sudamérica. Muchos de los nobles en el virreinato del Perú fueron de origen incaico,
así como parte de la administración de la nueva colonia, al no haber suficientes españoles para
administrar tal vasto territorio. Las costumbres de los pueblos andinos sobrevivieron a la
conquista; las diversas tradiciones religiosas y culturales de los pueblos andinos fueron
sincretizadas con aquellas introducidas por los españoles, creando un «catolicismo andino»
que posee una impronta particular.4
En sus proclamas en sus boletines, en sus bandos, en sus manifiestos, en los artículos de su
prensa periódica, en sus cánticos guerreros, los patriotas de aquella época invocaban con
entusiasmo los manes de Manco Cápac, de Moctezuma, de Guatimozín, de Atahualpa, de
Siripo, de Lautaro, de Caupolicán y de Rengo, como a los padres y protectores de la raza
americana. Los incas, especialmente, constituían entonces la mitología de la revolución. Su
Olimpo había reemplazado al de la Grecia antigua: su sol simbólico, era el sagrado de
Prometeo, generador de patriotismo. Manco Cápac, el Júpiter americano que fulminaba los
rayos de la revolución y Mama Ocllo, la Minerva indígena que brotaba de la cabeza del padre
del nuevo Mundo fulgurante de majestad y gloria. -Mitre, Bartolomé. Historia de Belgrano y de
la independencia Argentina5
Esto es visible en la adopción del Sol de Mayo, inspirado en el dios Inti incaico, en las banderas
de Argentina, Uruguay, y la primera bandera de Perú.
Galería
Mausoleo en Huilcahuaín
Mausoleo en Huilcahuaín
Torreón en Honcopampa
Torreón en Honcopampa
Fortaleza de Chankillo
Fortaleza de Chankillo
Pirámide en Bandurria
Chullpas de Sillustani
Chullpas de Sillustani
Ruinas de Cruzpampa
Ruinas de Cruzpampa
Recinto en el Coricancha
Recinto en el Coricancha
Estructuras en Choquequirao
Estructuras en Choquequirao
Nichos en Incallajta
Nichos en Incallajta
Calle en Piquillacta
Calle en Piquillacta
Un torreón en Rúpac
Un torreón en Rúpac
Acllahuasi de Pachacámac
Acllahuasi de Pachacámac
Terrazas en Písac
Terrazas en Písac
Templo del Sol en Ingapirca
Murallas de Kuélap
Murallas de Kuélap
Huaca del Sol, dentro del complejo de huacas del Sol y de la Luna
Huaca del Sol, dentro del complejo de huacas del Sol y de la Luna
Torres de Susupillo
Torres de Susupillo
Bajorrelieves en Garagay
Bajorrelieves en Garagay
Murallas de Sacsayhuamán
Murallas de Sacsayhuamán
Torreones en Písac
Torreones en Písac
Portadas de Rumicolca
Portadas de Rumicolca
Vista de Runkurakay
Vista de Runkurakay
Vista de la huaca Huallamarca
Vista de Patallacta
Vista de Patallacta
Terrazas en Moray
Terrazas en Moray
Templo de la Luna
Templo de la Luna
Geoglifos paracas
Geoglifos paracas
Torreón en Mazur
Torreón en Mazur
Monolito de Saywite
Monolito de Saywite
Torreón en Choquerecuay
Monolito de Saywite
Torreón en Choquerecuay
Torreón en Choquerecuay
Torreón en Choquerecuay
Torreón en Choquerecuay
Monolito de Saywite
Monolito de Saywite
Torreón en Choquerecuay