Schiavoni en GUBER Antro ARGENTINA - VOLUMEN - 2 - FINAL - WEB

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Porto-Capivara: los ocupantes agrícolas de la

frontera argentino-brasileña (Misiones, Argentina)1


Gabriela Schiavoni2

E l poblamiento agrícola más reciente de Misiones se desarrolla en la fracción


nordeste del territorio, en el límite con Brasil, en un contexto definido por
la presencia simultánea de dos tipos de fronteras; la frontera política entre

1 Publicación original: Schiavoni, Gabriela. 1998-1999. Porto-Capivara: los ocupantes


agrícolas de la frontera argentino-brasileña (Misiones, Argentina). Estudios migratorios
latinoamericanos 13-14 (40-41): 449-470. Agradecemos a Estudios migratorios
latinoamericanos su autorización de republicar este artículo.
Graduada de la segunda promoción de la Licenciatura en Antropología Social de la
Universidad Nacional de Misiones, Gabriela Schiavoni siguió distintas líneas de investigación
que comenzaron con el poblamiento no planificado de la frontera agraria de Misiones
–colonos y ocupantes, 1998– y, gracias a la Beca ‘Esther Hermitte’ (en su 1ª edición), con
los pobladores sin tierra del Nordeste brasilero que se desplazan hacia la zona amazónica
del estado de Pará. Ambos, asentamientos humanos establecidos al margen del Estado, en
los intersticios de las políticas de expansión capitalista. También analizó el mundo de los
colonos, explorando comparativamente cuestiones relativas a la tenencia de la tierra, el
parentesco y la producción. Este artículo es parte de su interés en los estudios de frontera,
enfatizando el aspecto de continuidad que también ejercen los límites nacionales, y
reconociendo, como práctica etnográfica, una categoría nativa para dar cuenta del margen
de maniobra de los actores para cruzar líneas. La expresión Porto Capivara manifiesta el
tránsito de la frontera por los animales, y en particular por los carpinchos (Hydrochoerus
hydrochaeris; capivara en portugués), grandes roedores que combinan la vida en el medio
terrestre y el acuático, habitando las márgenes fluviales (p.ej., Río Uruguay, limitando con
el Brasil) y los pantanos (como los Esteros del Iberá, en Corrientes). La expresión ”entrar
por porto capivara” significa entrar como los carpinchos y es utilizada por los agricultores
brasileros para relatar su ingreso ilegal a la Argentina. La versatilidad del carpincho,
combinando tierra y agua, también es perceptible en la negociación de identidades
que ocurren en el espacio fronterizo, pues su uso se extiende al proceso general
de formación de las nuevas colonias de Misiones, constituidas sobre las tierras fiscales
vacantes del nordeste provincial, en las últimas décadas del siglo XX. Complementar con
secciones 2 (Wilde, Nacuzzi y Lucaioli), 3 (Bilbao, Ratier), 4 (Gandulfo), 5 (Cebolla Badie,
Medrano y Tola), 6 (Abínzano), 8 (Gorosito Kramer), 10 (Renoldi) y 12 (Bugallo y Tomasi).
2 Investigadora del CONICET, Universidad Nacional de Misiones, Posadas, Misiones,
Argentina.

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Porto-Capivara: los ocupantes agrícolas de la frontera argentino-brasileña...

dos estados nacionales, y la frontera que nace de la disponibilidad de tierras, la


frontera agraria.

Entre 1897 y 1940 la provincia se pobló mediante colonización planificada (estatal


y privada), con inmigrantes provenientes de países del centro y Este de Europa,
que se asentaron en las tierras del Alto Paraná y en el centro y Sur del territorio.
El proceso que nos interesa aquí es posterior a la colonización oficial; las ‘nuevas
colonias’ se originan a partir de 1960 mediante la ocupación espontánea de las
tierras fiscales vacantes por parte de pequeños agricultores del Sur de Brasil y de
colonias del Sur y centro de Misiones.

El proceso general de formación de las colonias agrícolas en Misiones se llevó a


cabo sin constitución de enclaves étnicos. Excepto el caso de la colonia germana de
Eldorado (Micolis 1973), los estudios referidos a la estructuración de las relaciones
sociales en colonias agrícolas de la provincia (Bartolomé 1977; Ackerman 1977)
destacan que, durante el período formativo, la organización de las localidades
no se basó en el encapsulamiento de las colectividades étnicas o nacionales. La
heterogeneidad étnica y nacional de los extranjeros, su inclusión temprana en
actividades económicas extralocales, tales como el cultivo de la yerba mate, y el
hecho de que la sociedad regional no constituyera un ordenamiento estabilizado
y de larga data, contribuyeron a crear un “estilo cultural capaz de manejar la
diversidad” (Bartolomé 1977).3 Las nociones de articulación social (Bartolomé
1977) y aculturación recíproca (Ackerman 1977) aluden a esta distribución
balanceada del poder entre nativos e inmigrantes.4

El presente trabajo analiza la colonización agrícola informal en el espacio


fronterizo argentino brasilero, coincidente con la zona de tierras fiscales vacantes
de la provincia de Misiones, describiendo los modos de gestión de las identidades
sociales en un contexto en el que la instalación agrícola resulta de iniciativas
individuales, desplegadas en torno a la disponibilidad de recursos públicos (tierra
y madera). Nos interesa comprender el manejo de la discontinuidad nacional por
parte de los ocupantes agrícolas y las representaciones estatales de este proceso.

3 De acuerdo al autor: “el desarrollo yerbatero en la provincia de Misiones está fuertemente


asociado con el surgimiento y consolidación de un ‘estilo cultural’ que, a pesar de la
diversidad étnica y cultural de sus portadores, es llamativamente uniforme y que define la
peculiar cultura pública de Misiones” (Bartolomé 1977: 261).
4 Elias (1994) define las condiciones sociológicas de surgimiento del prejuicio en términos del
vínculo entre “establecidos” y “recién llegados”. La mayor cohesión o carisma grupal, de los
establecidos está en la raíz del poder que les permite estigmatizar a los recién llegados. En
Misiones, y especialmente en la frontera agraria, los extranjeros no encuentran un grupo nativo
establecido, dotado de carisma, que pueda estigmatizados en tanto recién llegados.

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Gabriela Schiavoni

La visión oficial vincula la ocupación agrícola espontánea con la nacionalidad


brasileña, acentuando la diversidad cultural de las sociedades nacionales. Desde
fines del siglo pasado, los viajeros y funcionarios que recorren el territorio de
Misiones generan descripciones referidas al agricultor brasileño, retomadas en
ocasión de la creación del ‘área de frontera’, en la década del setenta. Una etnografía
de las relaciones sociales, a su vez, permite reconstruir las estrategias de los
actores (en este caso, ocupantes agrícolas), poniendo en evidencia un manejo del
espacio fronterizo como región uniforme, en la que los vínculos interpersonales y
familiares conforman una red que elude el límite nacional.

El enfoque de F. Barth centrado en, los límites sociales de las distinciones


culturales constituye un punto de partida para analizar estos diversos modos de
gestión de la nacionalidad. Hannerz refiere que en ocasión de una conferencia
en homenaje a los 25 años de Los grupos étnicos y sus fronteras, Barth insinuó
que a él y sus colaboradores:

Correspondía haber presentado lo que tal vez era una de las primeras
aplicaciones en antropología de una perspectiva posmoderna y
constructivista de la cultura. Como algo poco habitual para la época, no
habían dado por sentado las fronteras o totalidades culturales, habían
abogado por lo situacional en lugar de lo primordial, y habían centrado
su trabajo en la retórica contemporánea y en las luchas que giraban en
torno a la apropiación del pasado (Hannerz 1997).

Actualmente, existe una orientación general a concebir las variaciones culturales


en términos de algo continuo y no como entidades integradas y separadas. La
diversidad no está tan firmemente atada y “las fronteras son regiones donde las
culturas pueden llegar a desatarse visiblemente” (Hannerz 1997). En la situación
que analizamos esta perspectiva permite comprender la existencia de niveles
distintos de construcción del espacio limítrofe argentino-brasileño. Por un lado,
el discurso oficial, que enfatiza la discontinuidad y la diferencia, y por el otro, las
estrategias de los ocupantes agrícolas, orientadas al manejo homogéneo del límite
entre naciones.

Frontera agraria y frontera nacional: las representaciones oficiales

Desde fines del siglo pasado, la instalación espontánea de pequeños productores


originarios de Brasil constituye una característica de la estructura agraria de la
provincia de Misiones. La práctica de la agricultura itinerante de roza y quema
(slash-and-burn cultivator) permitió el avance sostenido de la frontera agrícola.

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La instalación del colono, agricultor familiar de origen europeo, fue paralela a la


agricultura del caboclo.5

La caracterización oficial describe al agricultor brasileño como un productor


extractivista, un campesino de supervivencia que se contrapone al productor de
origen europeo, cuyo asentamiento es impulsado por el Estado. Los documentos y
los observadores oficiales tratan estas particularidades sociales adscribiéndolas a la
comunidad nacional, construyendo una diferenciación tajante argentino/brasileño.
Así, en 1897, el agrimensor Queirel, recorriendo el sur de Misiones señalaba: “los
pobladores brasileros… tienen ‘la fiebre del desmonte’… Nada como los terrenos
de monte excita la codicia del agricultor brasileño, que cree perder el tiempo si
no planta en laderas abonadas por los detritus de bosques más o menos seculares,
aunque tenga que arrojar las semillas entre los gruesos troncos chamuscados del
rozado” (Queirel 1897: 389-390).

También en 1916, el texto de un álbum escolar de Misiones describe a los


agricultores brasileños en los siguientes términos:

desde San Javier al kilómetro 28 de la Picada a Bonpland predomina casi


en absoluto el elemento brasileño de origen negro, como si al entrar
al territorio hubiera quedado recelosamente rezagado en la primera
jornada del camino, para constituir una excepción y un contraste con
el resto de los pobladores de raza blanca... El jefe de la familia roza
uno o dos arqueres, quema la selva tumbada en la época oportuna y
los entrega a los brazos de la familia para la labor agrícola del tabaco
que fuma y vende, de los porotos y mandioca que consume y caña de
azúcar que transforma en rapadura. Diariamente sale en persecución de
animales silvestres armado de escopeta, pistola, revólver y machete…
para proveerse de carne que cuelga del techo de sus ranchos y dura unos
cuantos días que él pasa durmiendo o contemplándola desde su lecho
cuando no sale en compañía del ‘divino’ en una procesión multicolor…
(Gobierno de Misiones 1916).

En 1940, el agrimensor Gigena Centeno ofrece la siguiente caracterización de la


colonia Caá-Guazú, al sudeste de Misiones:

5 Oberg (1965) caracteriza este tipo de agricultor, en Brasil, en los siguientes términos:
“Las únicas herramientas utilizadas son el hacha, el machete y la azada. No se ponen
fertilizantes ni se practica rotación de cultivos. Se hace un claro en el monte o en la
capuera, cuando los árboles se secan se los quema y se esparcen las semillas entre los
troncos; a los tres años se reanuda el ciclo. Este agricultor participa de lo que el autor
denomina tipo cultural caboclo” (Oberg 1965: 1418). La práctica de este tipo de agricultura
requeriría, para mantener a una familia, parcelas de más de 60 hectáreas.

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Gabriela Schiavoni

Sumado a la mala calidad de las tierras, [está] la negligencia y la falta de


capacidad como colono que tiene el morador del lugar; en su mayor parte
oriundos del Brasil, casados con brasileñas y con hijos brasileños, han
trasladado al suelo en que viven todos sus hábitos y prácticas diversas
[...] Un porcentaje elevado de estos pobladores tiene ciertas prácticas
religiosas en las que, según sus propias manifestaciones, hay algunos
impedimentos como el de toda práctica que lleva a la posesión de bienes
terrenos o a la difusión de vicios; por el primero trabajan lo indispensable
para subsistir y por el segundo no plantan tabaco; en esta forma el
progreso de la colonia se ve obstruido por tales elementos (Diligencia de
Mensura 1940. Agr. Oscar Gigena Centeno, Archivo Dirección de Catastro
de la Provincia de Misiones).

Las representaciones oficiales que acompañan el poblamiento moderno del


territorio provincial privilegian la implantación de una agricultura familiar farmer,
asociada al colono descendiente de europeos, desestimulando la reproducción
de un campesinado de subsistencia, identificado con la comunidad nacional
limítrofe (Brasil). Concluida la colonización oficial (1940), las extensiones fiscales
vacantes del nordeste de Misiones un área marginal con respecto a la política de
colonización y carente de infraestructura se convierten en zonas de refugio de la
población rural excedente de los estados del sur de Brasil y de las colonias más
antiguas del sur y centro de la provincia.

La dinámica poblacional del área es la resultante de un campo de fuerzas en el


que actúan distintos frentes de expansión (Reboratti 1979). Alrededor de 1940, el
noroeste del estado de Río Grande do Sul representa una ‘frontera en extinción’, el
oeste del estado de Santa Catarina es una ‘frontera estable’, y el sudoeste del estado
de Paraná, una ‘frontera explosiva’. En ese contexto, la provincia de Misiones
aparece como una ‘frontera indecisa’, sin desarrollo dinámico, “la frontera avanza
mediante la instalación de pequeños colonos, posiblemente ilegales, mientras que
en el otro extremo se mantiene la presencia de grandes latifundios forestales”
(Reboratti 1979: 205).Como señalan P. y G. Pinchemel, las fronteras nacionales
son instrumentos geográficos de diferenciación y hacen que una misma entidad
regional adquiera características diferentes por su pertenencia a dos territorios
nacionales. La paradoja de la frontera, agregan los autores, es la de separar
regiones próximas cuya cercanía estimula la relación (Pinchemel 1988: 419).

Para el Estado, la frontera política representa una instancia de construcción de la


nacionalidad y de refuerzo de la discontinuidad.6 Es por ello que:

6 Abdelmalek Sayad (1996) señala que la problemática de los extranjeros. de la inmigración,


conduce a la cuestión de la génesis social del Estado, poniendo en evidencia “los
mecanismos de producción de lo arbitrario y la fragilidad en la que se basan todos los
actos de naturalización que lo constituyen […]. Para que haya inmigración es necesario

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Porto-Capivara: los ocupantes agrícolas de la frontera argentino-brasileña...

Justamente cuando existe coincidencia entre una frontera político-


administrativa internacional y una 'situación de frontera' (área de
expansión de la sociedad nacional) la contribución antropológica se
vuelve fundamental. Estamos tratando allí con factores múltiples, grupos
y situaciones diferenciados que interactúan con la mediación de agentes y
aparatos de poder de orígenes diversos y con competencias de actuación
específicas (Sprandel 1994).

El discurso geopolítico de la ‘frontera oficial’ identifica la ocupación agrícola


espontánea con la nacionalidad brasileña, si bien las ‘nuevas colonias’ surgen tanto
del desplazamiento de agricultores provenientes de Brasil como de Misiones. Así,
la ocupación espontánea del territorio de Misiones está asociada a un problema de
“soberanía nacional”. En la segunda mitad de este siglo, los gobiernos latinoamericanos
–especialmente los regímenes militares– convierten las fronteras políticas, en las
periferias escasamente pobladas de los territorios nacionales, en ‘frentes’ de potenciales
guerras, y las fronteras pasan a desempeñar un papel importante en la producción
de discursos nacionalistas, reflejando prácticas de manejo del espacio por parte del
Estado antes que conflictos reales (Foucher 1991).

En Misiones, las tierras fiscales despobladas de los departamentos de 25 de Mayo,


Guaraní, San Pedro y General Belgrano (nordeste del territorio) se definieron en
la década del setenta como Área de Frontera Bernardo de Yrigoyen. En ese año
se promulga la Ley Nacional Nº 18.575, que contiene normas para el desarrollo e
integración de las zonas y áreas de frontera de la Nación. Por un decreto nacional
de 1972 se establece como área de frontera una zona que comprende a los
departamentos provinciales San Pedro y General Belgrano; en 1980 son anexados
25 de Mayo, Guaraní y parte de Iguazú. Definida oficialmente por la ‘falta de
desarrollo’, ‘carencia de infraestructura de obras y servicios’, ‘vacío poblacional’,
‘falta de integración física y espiritual con el resto de nación’, y por la ‘irradiación
e infiltración de los países limítrofes’, frontera comienza a vislumbrarse como un
‘espacio con destino forestal’.

El poblamiento y la ocupación agrícola se asocian a la penetración brasileña.


Un informe oficial de 1975 afirma: “el área fronteriza continúa siendo un sector
con un gran vacío poblacional […] y puede decirse que sigue constituyendo un
despoblado argentino con tendencia a convertirse en un poblado brasileño”, y más
adelante: “[…] el riesgo que significa un poblamiento extranjero limítrofe lindante
a su país de origen es el de que genera la extensión de una ecología humana –
reflejada en el idioma, costumbres, tradiciones, etc.– que difiere de lo que podría

que existan fronteras y territorios nacionales, y es necesario que haya ‘extranjeros’. La


propia figura del extranjero obliga a hablar de Estado nacional. En términos jurídicos...el
extranjero es definido siempre negativamente, como no siendo del lugar, como siendo no
nacional” (Sayad 1996: 167-168).

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Gabriela Schiavoni

denominarse idiosincrasia argentina” (Misiones 1975). La población extranjera,


de brasileños y paraguayos, se localiza predominantemente en áreas rurales,
siendo que “mientras el grupo paraguayo se dedica en su gran mayoría a
las actividades en el obraje, el brasileño prefiere la agricultura” (Misiones
1975). La actividad forestal (el obraje) no supone arraigo y ocupación del
suelo; en cambio la inmigración agrícola brasileña implica un grado mayor
de apropiación de la tierra, y se convierte así en el blanco de esta política de
defensa de la soberanía nacional.7

En 1977 se preparan los “Lineamientos para la Formulación de un Plan de


Desarrollo del Área Bernardo de Irigoyen”. La frontera con Brasil se define
como ‘área dura’, con problemas de seguridad, proponiendo una estrategia de
“esterilización de amplios sectores de la frontera mediante la definición de una
política de uso del suelo con poca absorción de mano de obra […] unida a una
efectiva política policial de cuidado de la frontera” (Misiones 1977). A diferencia
de otros operativos de frontera, por ejemplo, el caso amazónico (Schiavoni 1998),
en Misiones, el Estado no acompañó el discurso nacionalista con una política
activa de colonización y extensión de infraestructura en los nuevos territorios.

El peligro brasileño

Sobre el problema de los ‘intrusos brasileños’, Arjol y Reboratti (1978), analizando


el Censo Ganadero de 1977 para el departamento General Belgrano, concluyen
que sólo el 18 por ciento de las explotaciones está a cargo de extranjeros sin
radicación y que “el problema no parece tan grave como se ha pensado” (Arjol y
Reboratti 1978: 59).

La preocupación estatal por reglamentar el poblamiento fronterizo coincide


con los movimientos más intensos de ocupación agrícola del área (a partir de
1970). Como señaláramos anteriormente, además de la inmigración brasileña,
estos movimientos involucran a productores provenientes de colonias rurales
más antiguas de la provincia, inmersos en una crisis agrícola desencadenada por
el deterioro de los precios de sus principales productos. Así, el ‘ocupante’ es
en muchos casos un colono empobrecido o un productor joven de Misiones
que migra a los nuevos territorios con el fin de reproducirse socialmente como
agricultor autónomo.8

7 En 1976, un diagnóstico socioeconómico del área concluye recomendando “el desarrollo de las
actividades forestales del área, por su ventaja comparativa con el resto del país, explotando e
industrializando el bosque nativo […] y reforestando para abastecer de material de fibra larga
a las industrias existentes y a instalarse en la Provincia” (Misiones 1976).
8 Las unidades agrícolas explotadas bajo régimen de ocupación (sin discriminar la ocupación
fiscal) representan casi el 30% del total de explotaciones agropecuarias provinciales (Censo

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Porto-Capivara: los ocupantes agrícolas de la frontera argentino-brasileña...

El traslado a la frontera constituyó, en parte, una respuesta a la crisis agrícola


provincial. Los índices de crecimiento demográfico de los departamentos de
frontera evidencian valores elevados para la década 1960-1970 (25 de Mayo:
49 por ciento; Guaraní: 98%; San Pedro: 56%, y General Belgrano: 34%).9 Los
informes oficiales referidos a la frontera provincial dan cuenta de este crecimiento
poblacional explosivo enfatizando la ocupación proveniente de Brasil, y restándole
importancia al poblamiento originario de Misiones.

Los datos del Censo del Área de Frontera de 1978, tomando como indicador el
idioma, muestran que sólo un 10,4% de la población del área habla exclusivamente
portugués, mientras que el 47,7% es bilingüe (castellano y portugués) y un
39,6% habla sólo castellano. A partir de 1970, las medidas oficiales referidas a
las tierras fiscales de Misiones tienden a desestimular el uso agrícola, resaltando
la conveniencia de las actividades forestales, o de una agricultura tipo farmer
(explotaciones familiares capitalizadas). Las acciones del Estado se orientan a
desplazar a los ocupantes ‘campesinos brasileños’, estableciendo ‘colonos’.10

El Plan de Colonización Andresito (1979) prohíbe al acceso a la tierra “a personas


físicas originarias de país limítrofe”.11 Durante las décadas del setenta y ochenta
la colonización informal se desarrolla en los terrenos fiscales; los latifundios
improductivos ubicados sobre el río Uruguay permanecen despoblados.12 A partir

Nacional Agropecuario 1988). A su vez, el 90 por ciento de las unidades de los ocupantes
se ubica en el estrato de superficie de menos de 50 hectáreas.
9 Los Censos Nacionales Agropecuarios de 1960 y 1969 acusan un aumento considerable
en el número de pequeñas explotaciones en los departamentos situados sobre el río
Uruguay; esta expansión se hace ocupando las tierras fiscales (en 1969, el 47% de las
explotaciones del área 1884 unidades revista en la categoría de ‘ocupante fiscal’). Los datos
del Censo Nacional Agropecuario de 1969 y del Empadronamiento Nacional Agropecuario
de 1974 muestran el predominio de explotaciones pequeñas (el 9% se ubica en el estrato
de 0-50 hectáreas de superficie total) y de formas de tenencia precaria para los cuatro
departamentos del área. Entre 1969-1974 la superficie ocupada aumenta en más de 58.000
hectáreas; a su vez, el número de explotaciones crece de 3.977, en 1969, a 8.365 en 1974.
10 En 1982 se lanza un programa de colonización de tierras en el departamento de San Pedro
(reformulación de un plan de 1973 conocido como ‘Plan 38’ cuyo objetivo es “dar solución
al problema de numerosos colonos, especialmente de la zona centro de la provincia, que
tienen chacras de superficies reducidas y su hijos, hoy adultos y con gran experiencia en
la explotación agropecuaria de la provincia […] los anteriores ocupantes que no posean
vocación, conocimientos, ni medios suficientes para hacer prosperar la empresa agraria,
serán reubicados trasladándolos a quintas cercanas o a la zona de servicios” (Plan de
Colonización San Pedro, sección II; Decreto Nº 2.218/1982).
11 “Sistema de puntaje y adjudicación de lotes fiscales en Andresito”, art. Nº 16 de la Ley
Provincial Nº 1.071.
12 En 1978 se realiza un estudio para la “Incentivación de la explotación de tierras privadas
en el área de frontera” (Misiones 1979). Las áreas despobladas corresponden a zonas de
concentración de la propiedad territorial. En los departamentos Guaraní y 25 de Mayo

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Gabriela Schiavoni

de 1984, la administración provincial logra flexibilizar la reglamentación sobre


zonas de seguridad que re- gula el uso de las tierras fiscales en las áreas de frontera
(Ley Nº 21.900), pro- moviendo la legalización de la instalación espontánea,
mediante un sistema que toma en cuenta la ocupación no-oficial (Schiavoni 1993).

En los departamentos Guaraní y San Pedro, el conjunto de productores integrantes


de los Consorcios de Mensura comprende una proporción variable (según
consorcio) de agricultores de origen brasileño, que oscila entre el 5% y el 15%; los
demás integrantes provienen de las colonias fiscales de la costa del río Uruguay
y de la zona centro de Misiones. A fines de 1980, agotada la reserva de tierras
fiscales, los ocupantes comienzan a presionar sobre las extensiones privadas,
instituyendo ‘el problema de la tierra’ entre las demandas de las organizaciones
agrarias.13

En la frontera agraria de Misiones, la superposición de una situación de


disponibilidad de tierras y un límite nacional define un campo social, que el
Estado intenta controlar y en el que los actores despliegan sus estrategias. En
1990 el desarrollo de la ‘frontera nororiental’ de Misiones se transforma en uno de
los ejes de acción de la administración provincial. La frontera es incorporada a la
sociedad regional y aumenta el control estatal. La creación de un área de reserva
ecológica (Reserva de Biosfera)14 en plena frontera agraria completa la orientación
oficial hacia el cierre de la frontera. La ocupación agrícola espontánea con baja
inversión de capital se asocia a la degradación ambiental.15

los latifundios privados permanecen vacíos junto a tierras fiscales intensamente pobladas.
Asimismo, los departamentos Guaraní, San Pedro y General Belgrano, dentro del área de
frontera constituyen la fracción del territorio provincial con mayor proporción de población
indígena en relación a la población no indígena (Censo Indígena Provincial 1979).
13 A mediados de 1994 se realiza una concentración en El Soberbio (departamento Guaraní)
en la que participan las principales organizaciones agrarias provinciales, nucleadas en
la Coordinadora de Gremios Agrarios (Mam, Apasur, Aplem, Udam), la Pastoral Social
(Diócesis de Iguazú) y el Movimiento de los Sin Tierra de Río Grande do Sul (Brasil). Los
ocupantes solicitan “la puesta en marcha de la reforma agraria que impulsó el justicialismo
en 1987” (El Territorio 3/7/1994). Frente al problema de la ocupación de tierras privadas,
el gobierno inicia un Plan de Regularización de Tierras Privadas (MAA 1994) que supone
la adquisición de la tierra a particulares para su posterior fraccionamiento y venta a los
ocupantes.
14 El Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables elaboró un anteproyecto de
ley para declarar de utilidad pública y sujeta a prohibiciones sobre leyes de reserva la
superficie de aproximadamente 31.500 has, actual propiedad de la firma Obraje Esmeralda,
en el departamento de San Pedro (El Territorio 14/4/1992).
15 Un funcionario que recorre la zona nordeste de Misiones, en el límite con Brasil, refiere
lo siguiente: “llegamos hasta unas chacras... propiedad de Valdemar Ortega, ciudadano
brasileño (¿naturalizado argentino?). En ese lugar tres peones desgranaban maíz. Siguiendo
por la picada una vivienda precaria a escasos metros del arroyo Saracura, en la que viven
una pareja con dos hijos, allí nomás un chiquero… Luego en otro lote encontramos a

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Porto-Capivara: los ocupantes agrícolas de la frontera argentino-brasileña...

Como señala O. Velho (1979), así como una frontera puede ser abierta a partir
de eventos sociales, una frontera física puede ser cerrada por medios sociales.
Sin embargo, el cierre actual de la frontera agraria de Misiones está acompañado
de un discurso oficial que relativiza la frontera política. En 1990 concluye la
geopolítica negativa de la doctrina de la seguridad nacional en los países del cono
sur (Kelly citado por Sprandel 1994: 20), y el tratado del Mercosur (1991) supone
reconsiderar las representaciones en términos de ‘peligro brasileño’.

La ocupación ilegal de tierras es un aspecto del proceso de institucionalización de


la dinámica fronteriza. Así, ‘el avance’ del movimiento brasileño de los ‘Sin Tierra’
sobre la frontera agraria de Misiones (La Nación 10/8/98)16 es contestado mediante
un discurso oficial que relativiza la cuestión nacional. El jefe del escuadrón de
gendarmería del área afirma que “debe haber más brasileños ilegales en las villas
del Gran Buenos Aires y de Capital Federal que en esta zona” y “el 60% de
los padres de los agricultores asentados irregularmente en los departamentos de
General Belgrano y San Pedro son argentinos y el 40% restante en su mayoría
brasileños naturalizados o con permiso de residencia. Casi la totalidad tiene hijos
argentinos y por lo tanto derecho a vivir en el territorio” (El Territorio 30/08/1998).17

Colonización informal y gestión de identidades sociales

La frontera es un espacio social relativamente indiferenciado, en proceso de


incorporación a la formación de clases nacional (Suárez de Soares 1981). En el
caso de la frontera agraria de Misiones, a pesar de la existencia de un discurso
nacionalista en relación con Brasil, el Estado desempeñó un papel reducido en
la gestión del poblamiento, y la instalación se llevó a cabo de manera no-oficial.

un empleado… con una escopeta calibre 20, más adelante otra humildísima vivienda…
habitada por una pareja y seis hijos. En estos parajes la degradación es en todos los
órdenes, social y ambiental. Social, por la forma en que viven los chacreros, y ambiental,
porque la cantidad de capueras que vimos fue alarmante. Sigo pensando que cuando se
hace entrega de un permiso de ocupación se comete un acto justo para el colono que
realmente quiere trabajar la tierra y sacar de ella recursos para su subsistencia y progreso”
(El Territorio 31/7/1994).
16 “La frontera que separa la Argentina del Brasil en las provincias de Misiones y de Corrientes
parece sitiada: alrededor de 600 familias integrantes del Movimiento de los Sin Tierra han
acampado a 50 kilómetros de allí y piensan quedarse” (La Nación 10/8/1998)
17 Con respecto a los departamentos del área de frontera de Misiones, Gendarmería Nacional
estima que los porcentajes más elevados de extranjeros nacidos en Brasil alcanzan el 15
por ciento de la población y se loca1izan en los departamentos General Belgrano (16%)
y San Pedro (12%). En Guaraní y 25 de Mayo, los nacidos en Brasil constituyen el 5 y 6
por ciento de la población total. En la amnistía 1992-1994 se obtuvieron alrededor de 500
radicaciones de brasileños para los departamentos del área de frontera. En esa amnistía
se otorgaron 5.600 radicaciones en la provincia, de las cuales aproximadamente un 30 por
ciento correspondió o brasileños.

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Gabriela Schiavoni

Los migrantes brasileños refieren el ingreso ilegal a Misiones vía puertos no


habilitados utilizando la expresión ‘porto capivara’.18 El sentido de la expresión
puede extenderse para describir el proceso general de poblamiento de las tierras
fiscales del nordeste provincial, incluyendo también la migración de los agricultores
originarios de Misiones, definida igualmente en términos de ocupación informal.

Arjol y Reboratti estudiando la frontera de Misiones en 1978 perciben el carácter


no-oficial de este poblamiento y señalan que “actualmente, y en el habla popular,
se designa como colonia prácticamente a todo paraje ocupado, y así en la
terminología local surgen una serie de “colonias que no poseen existencia oficial”
(Arjol y Reboratti 1978: 31). La forma desinstitucionalizada del poblamiento de
la frontera agraria de Misiones contribuyó a que la gestión de las identidades
sociales no se rigiera por un conjunto orgánico de principios y valores referibles
a totalidades diferenciadas y bien integradas, sean estas comunidades nacionales,
étnicas o estratos sociales.

Sociológicamente, los ocupantes agrícolas constituyen una categoría homogénea


(productores sin capital) a ambos lados del límite nacional, aunque los provenientes
de Brasil registran una mayor experiencia en procesos de concentración fundiaria.
La colonización informal se llevó a cabo mediante relaciones interpersonales,
presentando la forma de una red;19 la continuidad se estableció mediante relaciones
familiares y de amistad. Los relatos de los ocupantes describen la porosidad de la
frontera nacional en la región oriental de la provincia de Misiones; las sucesivas
entradas y salidas del país expresan esta relativización del límite:

Mi familia es de Brasil. Pero yo nací aquí en la Argentina. La mano


viene así: cuando papá casó con la madre se fueron para Campo Ramón
(Oberá). Allá tenía familiares de parte de la madre y ahí se foi y yo
nací allá y depois con 4 anno papá y mamá no podían arreglar los
documentos (1966) y ahí se fueron a Brasil (Porto Xavier) y yo me fui
junto pero quedé anotado. Agora yo vine, hace 7 anno y me fui allá y
saqué libreta de enrolamiento (Departamento San Javier, Misiones).

18 Ingreso ilegal a la Argentina vía puertos no habilitados; literalmente “puerto de los


carpinchos”.
19 La antropología social ha utilizado la noción de red (Bott 1971, Mitchell 1969, Frankenberg
1980, Mayer 1980) para caracterizar las re1aciones sociales en colectividades que no
forman grupos. La red valoriza “el orden de la interacción”, describiendo conexiones no
estructurales (aspecto opcional de la estructura de acuerdo a la formulación de Mitchell),
basadas en múltiples criterios.

387
Porto-Capivara: los ocupantes agrícolas de la frontera argentino-brasileña...

Vinimos a Argentina en el 70 [1970], primero estábamos en 25 de Mayo,


compramos una mejorita pero mi señora no se hallaba […]. Un día
vinimos para acá (departamento San Pedro), estaba el hermano de ella.
Llegamos, ya le gustó y se quedó. Me fui a vender la mejora y traer la
mudanza. Eso era en 1973. Acampamos en lo de mi cuñado y después
compramos la chacra. En esa época se plantaba maíz, soja poroto.
Andaba bien. Después se puso feo, por el 80 [1980] no valía nada y ahí
nos fuimos de nuevo a Brasil (Porto Xavier) teníamos una chacra chica
de 9 hectáreas […] Después volvimos a Argentina en 1983 y empezamos
con burley (tabaco Burley). En Brasil ya no nos hallábamos… la patrona
también tenía que trabajar en la chacra porque allá hay que hacer bastante
superficie para que ande: por 1 hectárea de tabaco que se hace acá, allá
hay que hacer 4 o 6 de soja. (Departamento San Pedro, Misiones).
[En 1970] Llegamos acá [departamento San Pedro, Misiones] en la casa
del finado Acosta y en esa época estaba Juvenal da Rosa, fue el primero
que vino porque Senaira, la hija del viejo Fleitas era argentina y fue y se
casó en Brasil con tal de Juvenal da Rosa. De Campos Novos vinieron
los tres Pedros [vecinos y compadres]. Y ahí papá conocía Pedro Bo;
el primer viaje que ellos hicieron no vinieron por El Soberbio [puerto
habilitado, departamento Guaraní], vinieron por el monte, como Pedro
Bo, ese venía siempre a caballo, después sí entramos por El Soberbio
(departamento San Pedro, Misiones).

A diferencia de lo que ocurre en la frontera agraria paraguaya –departamentos


del Este, fronterizos con Brasil; (Sprandel 1994)–, los productores brasileños
que migran a Misiones no son grandes y medianos propietarios que adquieren
tierras e instalan arrendatarios, sino pequeños colonos y ‘chacreros’20, excedentes
estructurales del capitalismo agrario de las colonias del sur de Brasil, que se
trasladan a Misiones para poner en práctica explotaciones familiares:

No me quejo de Argentina, es el melhor país del mundo. En Brasil no se


puede estar […] Tierra hay, pero tienen agarrado los grandes: se puede
ser peón o irse a las ciudades […] Y vinieron gente que yo conocía y
dijeron para mí que acá (departamento San Pedro, Misiones) estaba bon.
Yo le dije a mi mujer: vamos para Argentina o vamos a lustrar zapato en
la ciudad. Y ahí vinimos […] Nos ya vinimos para quedar, con nuestra
mudanza (departamento San Pedro, Misiones, agricultor proveniente de
Santo Angelo, Brasil).

20 En Misiones y –también en algunas zonas de Brasil–, el chacrero es un trabajador sin tierra


propia, encargado de cuidar una chacra ajena. Los modos de remuneración son variables:
permiso para cultivar plantas de autoconsumo, pago de un salario, percepción de un
porcentaje sobre cosechas comerciales, etc.

388
Gabriela Schiavoni

Vinieron de Brasil en 1970, porque ‘estaba Bo, conocido de papá y para un


brasilero, cuando viene acá, lo que encuentra mejor es la tierra’. En Campos
Novos tenían una chacrita (10 hectáreas), cuando migraron a Argentina él
tenía 8 años; en el departamento San Pedro, la colonia (ocupación agrícola)
recién empezaba: ‘había gente… se compraba chacra a cambio de un radio,
era baratísimo’ (departamento San Pedro, Misiones).

El carácter doméstico de la colonización informal en la frontera de Misiones


estuvo favorecido por el escaso margen de acción de los pequeños comerciantes
e intermediarios en la estructuración del poblamiento. En los pocos casos en
los que el financiamiento de la instalación agrícola incluyó obligaciones con un
comerciante, el vínculo no excluía la existencia de relaciones familiares y de
amistad y la dependencia no significó lazos clientelares:

Vinimos sólo con 2 valijas porque papá vino ahí, finado Rodolfo
[comerciante] le dio chacra todo, de colchón para arriba, le dio para
pagar en la cosecha. Bueno ahí hicimos 2 cosechas en lo del señor
Rodolfo. Y ahí ya tenía fondo, el primer año ya compramos una chacra
(departamento San Pedro, Misiones).

En el proceso de ocupación de la frontera agraria de Misiones las dinámicas


domésticas interpenetran las fronteras políticas y las biografías familiares expresan
la permeabilidad de los límites. Algunos agricultores del sur de Brasil que se
instalan en las ‘nuevas colonias’ de la provincia integran grupos domésticos que
funcionan ‘transnacionalmente’; son familias ‘deslocalizadas’, con núcleos en otras
fronteras agrarias de Brasil o Paraguay.21

Gabriel (63 años), originario de Río Grande do Sul, tiene parte de su familia en
Mato Grosso (Brasil) y en Naranjal (Paraguay). Actualmente reside en Misiones
pero antes estuvo en Paraná para plantar café; el padre fue primero, la madre
no quería ir, ‘es muy duro, hace mucho calor’. El cuñado le dijo: ‘no es para vos,
es para indio’. Hay monte: los tigres venían a comer los huesos de los pajaritos
que nosotros habíamos comido. El sol es tan fuerte que destiñe la ropa. El padre
arregló con el cuñado y se volvieron a Río Grande do Sul. En ese momento
(1972) Gabriel decidió migrar a Argentina, fue a Gendarmería para presentar la
documentación: ‘me dijeron que vaya a Uruguayana, pero no adelantó nada, pasé
algunas cosas por porto capivara: máquina de coser, máquina de plantar, el resto
dejé’ (departamento San Pedro, Misiones; productor originario de Brasil).

21 Hannerz (1997) señala que la etnografía de las fronteras del Estado no limita a las
loca1idades concretas donde los estados son adyacentes unos a otros, comprende también
a los individuos, grupos u organizaciones que funcionan transnacionalmente: refugiados,
trabajadores migrantes, turistas, comercio y empleos transnacionales, familias en la
diáspora y muchos otros.

389
Porto-Capivara: los ocupantes agrícolas de la frontera argentino-brasileña...

Hugo (66 años) nació en Río Grande do Sul; cuando tenía 20 años (1950) migró a
Misiones, recién casado. Primero estuvo en Dos de Mayo (departamento Cainguás)
y después en San Pedro. En 1978 se trasladó, con toda su familia a la frontera
agraria amazónica (Pará, región de Santarém) porque un cuñado y sus sobrinos
(de Portela, Río Grande do Sul) se habían instalado en Rurópolis (Pará) y
‘llamaron’ a sus parientes. Permanecieron allí sólo 3 años: “cuando llegamos
era todo lo contrario, en vez de progreso éramos cativos de nossos parentes:
[los parientes] plantaron pimienta y cacao y no consiguía gente para limpieza
y para cortejeá, entonces a idéia delhes foi llevar nosotros allá. Tein que
trabalhá casi como escravo, mi cuñado daba sólo una provistita para nosotros”.
Regresaron a Misiones y consiguieron una nueva chacra fiscal que cedieron
a dos de sus hijos y actualmente ocupan un lote en un latifundio privado,
con perspectivas de legalizar la tenencia (departamento San Pedro, Misiones;
productor originario de Brasil).

A su vez, los ocupantes agrícolas originarios de Misiones que se instalan en la


frontera agraria recorren un itinerario migratorio escalonado, desde las colonias
fiscales del sur de la provincia, manteniendo vínculos de apoyo con la colonia
inmediata anterior (zona centro, Aristóbulo del Valle).22 A medida que se agotan
las posibilidades de acceso a la tierra fiscal ‘van hacia arriba’, buscando desarrollar
una explotación familiar independiente:

‘Rico’ nació en Caaguazú (sureste de Misiones), a los 19 años se instaló en la


región de Aristóbulo del Valle (departamento Cainguás). Con 23 años (1983) llegó
a la frontera agraria:

Tenía un amigo, que ahora ya no está y me habló que acá se podía


conseguir tierra. El que me vendió era un tal Solís que compraba y
revendía. Mi chacra saqué con un brique23: una yunta de buey, una vaca
y una pasacassette. Trabajé solo 2 años, me casé (en Aristóbulo) y ya me
quedé acá. En esta chacra no había nada cuando llegué… (departamento
San Pedro, productor originario de Misiones).

Don Juan P. (de origen polaco, él y su mujer hablan polaco pero no les enseñaron
a sus hijos). El es de O. V. Andrade y ella de Arroyo del Medio (departamento L. N.
Alem, sur de Misiones), se conocieron en Aristóbulo, zona centro de la provincia,

22 Así, los ocupantes retornan a esa colonia para buscar esposa, para enterrar a los muertos,
para resolver problemas de salud (partos, operaciones).
23 Brique es una palabra brasileña que viene de briquebraque (del francés bric-à-brac).
Denota un conjunto de objetos diversos y viejos (arte, artesanía, mobiliario, joyería) y
el establecimiento comercial que compra y vende tales mercaderías (Novo Diccionario
Aurelio 1994). Los ocupantes fiscales de Misiones utilizan esta expresión para referirse al
intercambio de objetos sin intervención de dinero, realizado entre personas de igual rango.

390
Gabriela Schiavoni

a fines de 1950, y se casaron. Allí vivieron 12 años (1960-1972). Vinieron a las


‘nuevas colonias’ en 1972 “el lugar recién empezaba, estaban Al., B. y Juv. Salimos
de Aristóbulo porque vino la mensura y ahí la mensura no se hacía como acá.
También era tierra fiscal pero se trazaba la línea y caía donde caía era el límite. La
chacra de nosotros quedó un cafundón y vendimos a los vecinos que quedaban
con las mejores partes”. Salieron de allí y “se largaron para acá”, no conocían a
nadie. Compraron mejoras, “mejoras que no eran nada porque el dueño anterior
era un obrero de Paraíso, tenía un rozadito y una choza de láminas”. Eligieron una
chacra próxima a la ruta y cerca de la escuela porque tenían una hija de 11 años
(departamento San Pedro, productor originario de Misiones).

Don S. se instaló en las nuevas colonias en 1980. Tiene 58 años, vino de Aristóbulo
del Valle (departamento Cainguás) donde tenía una chacra pequeña y de mala
calidad: “no servía, 1,5 hectárea era tierra, el resto un pierão, un bajadón feísimo,
no daba para plantar nada”. La instalación en la frontera se llevó a cabo con
apoyo del yerno: “Como nosotro estaba mal allá, no servía la tierrita donde vivía,
entonces mi genro regaló para nosotros acá. El compró otra chacra donde vivir
y quedó ésta, allí, ello fue para allá y nosotro quedamos acá” (departamento San
Pedro, productor originario de Misiones).

Llegué acá en 1984, recién casado, con 20 años y sin hijos. En Aristóbulo
no daba para comprar [tierra] y vinimos para arriba. Mi chacra es fisco,
compré del padre de Mil. Un briquero que vendió casi todo los de esta
picada (departamento San Pedro, productor originario de Misiones).

La constitución de las sociedades locales en la frontera agraria provincial involucró


el establecimiento de redes de intercambio y formas de sociabilidad basadas en
la indistinción del origen nacional de los ocupantes agrícolas. El proceso de
instalación informal, sin apoyo del Estado, supone la colaboración estrecha entre
vecinos y parientes a fin de amortizar los costos de la puesta en producción de
los predios (Albaladejo 1987, Baranger 1991, Schiavoni 1995). El carácter abierto y
la relativa indiferenciación de las ‘nuevas colonias’ de Misiones son referidos por
los ocupantes en términos de:

El que vive en San Pedro no se halla más, otro lado mejor no hay… de
San Vicente para acá ya cambia: ahí el que tiene, tiene, y el que no tiene
pelarse. Allá nadie le va dar un pedazo de tierra para que plante, acá
sí, hay chacras al rolete y la zona ya es de gente más… de ayudá los
vecinos. Y cuánto capital más hay, ya entre la envidia, el pessoal é
mais eguísta. Acá se reparte, se presta (agricultor, departamento San
Pedro, Misiones).

391
Porto-Capivara: los ocupantes agrícolas de la frontera argentino-brasileña...

A medida que los productores estabilizan la instalación agrícola (mensura de


los predios, implantación de perennes, participación en proyectos de desarrollo
ganadero y forestal), los modos de gestión de las identidades sociales se toman
dependientes de los procesos de diferenciación agraria y la carrera ocupante-
colono constituye el clivaje fundamental.24

La distinción ocupante-colono es ilustrativa de los distintos momentos de la


instalación, sin correspondencia estricta con pertenencias étnicas y nacionales.25
De esta manera, la categoría ‘ocupante’ se define fundamentalmente por el
componente de clandestinidad, asociado a condiciones precarias de tenencia de
la tierra, al cultivo de anuales, y en general, a situaciones de inestabilidad y
pobreza. La categoría ‘colono’, por su lado, describe la situación de legalidad
alcanzada a partir de condiciones seguras de tenencia de la tierra, ocupación
estable, arraigo y permanencia, vinculados también a la implantación de perennes
‘plantas de raíz’) y a la posibilidad de acumular excedentes. En Misiones, además,
la figura del colono está asociada a la inmigración originaria del centro y norte de
Europa que constituyó el poblamiento moderno de la provincia ‘gente de origen’).

Conclusiones

Analizamos el proceso de constitución del espacio fronterizo argentino-brasileño


en la provincia de Misiones a partir de las representaciones oficiales y las estrategias
de los actores. La superposición de una frontera agraria y una frontera política
otorgan a este límite características especiales. Las tierras fiscales vacantes del
nordeste provincial definen un espacio social en formación cuyo ordenamiento
está marcado por la escasa intervención del Estado y la puesta en práctica de
una sociedad de ocupantes agrícolas, excedentes estructurales del capitalismo
agrario del sur de Brasil y agricultores familiares de Misiones con condiciones
deterioradas de reproducción social en las colonias fiscales más antiguas.

Las estrategias de los ocupantes agrícolas ponen de manifiesto una fuerte


integración fronteriza (Mercosur avant la lettre); se trata de actores sociales
marginales con respecto a sus propias sociedades nacionales que migran a las
tierras fiscales de Misiones, desarrollando modos de gestión de las identidades

24 En este punto es posible que se recuperen adscripciones étnicas o de nacionalidad asociadas


a la posición de colono (productor familiar con perspectivas de acumulación; (Bartolomé
1975). Así, la esposa de un productor brasileño se refiere a sus vecinos (ocupantes más
pobres) como “indocumentados. que se cambiaron los apellidos al entrar al país y en la
misma familia tienen apellidos diferentes”. Asimismo, la pertenencia étnica, referida al
origen europeo, puede ser exhibida como marca de distinción.
25 Otros análisis consideran las posiciones ocupante y colono en términos de clases sociales
distintas, identificándolas con las categorías étnicas gringo/criollo (Abinzano 1985).

392
Gabriela Schiavoni

que no se centran en la confrontación de las diferencias nacionales. Esta ‘agilidad


cultural’ de los ocupantes se deriva también del hecho de que la colonización
informal se llevó a cabo sobre bases individualistas (contactos personales, redes
de interacción), no sujeta al accionar de colectivos (movimientos sociales, grupos
étnicos, organizaciones, etc.).

De acuerdo con Hannerz (1997), las situaciones de diversidad cultural que hacen
que las personas se sitúen en la intersección de grupos diferentes conllevan un
aumento de la individualidad y de la capacidad de producir combinaciones
culturales múltiples.26 Las ciencias sociales, que en el pasado se compadecían
de las figuras marginales, actualmente consideran que los pasos fronterizos o
las situaciones de hibridez tienen que ver con la creatividad. La situación de
diversidad nacional que analizamos en este trabajo se juega en un espacio
social en formación, una frontera agraria en la que no existe una sociedad
nativa estabilizada.

Como advierte Elias (1994), la aparición del prejuicio y la estigmatización del


forastero resultan de una configuración social compuesta por los vínculos entre
‘establecidos’ y ‘recién llegados’; el carisma grupal de los primeros enfatiza la
distancia cultural con respecto a los ‘recién llegados’, generando el estigma. En el
proceso que estudiamos aquí, la totalidad de los ocupantes agrícolas de la frontera
agraria provincial –tanto los provenientes de Misiones como los originarios de
Brasil– está en posición de ‘recién llegados’, con un status no-oficial. De esta
forma, no están dadas las condiciones sociológicas para el establecimiento de
relaciones de exacerbación de las diferencias. Las estrategias de los actores se
desplegaron contorneando las pertenencias nacionales diversas y anudando
vínculos que permitan la apropiación de la tierra fiscal y la reproducción de
explotaciones familiares.

Las representaciones oficiales de este poblamiento, a su vez, difieren de las


estrategias de los actores y asimilan la ocupación agrícola espontánea a la
nacionalidad brasileña, presentando la colonización informal como un ‘avance’
extranjero sobre el territorio nacional. Como señala Abdelmalek Sayad (1996) el
proceso de génesis social del Estado reclama la existencia de fronteras y extranjeros
porque son la contrapartida de la existencia de lo nacional. El problema de los
intrusos, del peligro brasileño, responde a actos de constitución del Estado más
que a situaciones sociales concretas.

En trabajos anteriores (Schiavoni 1995, 1998), señalamos la paradoja del fenómeno


frontera en Misiones, donde el Estado si bien produjo un corpus simbólico

26 La interacción individualista, marcada por los intercambios de reserva (Grafmeyer y Joseph


1979) sigue la forma de una red, con capacidad para unir lo diferente.

393
Porto-Capivara: los ocupantes agrícolas de la frontera argentino-brasileña...

nacionalista relativo al poblamiento de los nuevos territorios, no desempeñó un rol


activo en la dirección de la colonización. Durante el régimen militar las iniciativas
estatales en la frontera agraria (plan de Colonización Andresito, Reformulación
del Plan 38) están orientadas a la instalación de farmers. La identificación de los
productores sin capital con la figura del intruso brasileño condena a una existencia
no-oficial a las fracciones menos farmer de la pequeña agricultura. En 1984, la
organización de los Consorcios de Mensura representa un primer reconocimiento
de la colonización informal.

El agotamiento de la reserva de tierras fiscales del nordeste de Misiones, el


cierre de la frontera agraria, ocurre durante la fase de institucionalización de
la integración regional (Mercosur), lo que supone una apertura de la frontera
política. La superposición de una frontera agraria y una frontera política hace que
la limitación de la ocupación agrícola coincida con un discurso oficial de apertura
hacia los extranjeros originarios de países limítrofes.

A partir de un enfoque centrado en el análisis de la organización social de las


diferencias culturales, y mediante una estrategia de investigación descriptiva,
nuestro trabajo aspira a plantear la complejidad de las relaciones que intervienen
en la estructuración del espacio limítrofe argentino-brasileño, señalando los modos
cambiantes de gestión de las pertenencias nacionales, tanto desde las estrategias
de los ocupantes agrícolas como desde las agencias del Estado.

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