Pick Up Dodge D Revista Parabrisas Nro 56. Julio de 1965
Pick Up Dodge D Revista Parabrisas Nro 56. Julio de 1965
Pick Up Dodge D Revista Parabrisas Nro 56. Julio de 1965
Fuerte y grande
Revista Parabrisas Nro 56. Julio de 1965
Notamos, como primera impresión, el diseño del asiento, que encontramos más
cómodo que el anterior, a pesar de contar en el momento de iniciar la prueba de
PARABRISAS, con veintiséis mil kilómetros bien cumplidos. Tanto el asiento como
el respaldo conservan sus características de elasticidad y comodidad luego del
uso de los kilómetros que figuran en su tablero. Lo mismo puede decirse del
sistema de regulación de distancia del asiento, aunque el sistema de apretar en
vez de tirar de la palanca desconcierta al principio. Lógicamente, entre el respaldo
y el fin de la cabina no cabe prácticamente nada. Los equipajes deben ser
llevados en la caja.
Estas, tanto como las puertas son de una amplitud considerable, lo mismo que
todos los elementos accesorios como levas levantavidrios, cerraduras y demás. El
accionamiento de estos aparatos es algo duro, respondiendo a la idea de rudeza
que respira el vehículo.
Una gaveta de dimensiones algo reducidas -en comparación con el vehículo, ya
que puede servir de garaje para un Isard 400- completa lo que llamaríamos el
confort del interior.
La unidad testeada contaba con radio transitorizada que funcionó muy bien hasta
que algún resentido social se llevó graciosamente la antena, dejando una parte en
la pick-up.
Terminación
Dentro de lo que resulta un vehículo utilitario al máximo, la terminación y los
detalles de armado es buena. No se notan puntos de soldadura, las colizas están
correctamente colocadas y los controles funcionaron de manera eficaz. La
tapicería del asiento, de mejor vista que en el modelo anterior se conserva como
nueva, después de los kilómetros recorridos.
El Slant Six ahora presta sus servicios en la D-100, con una mejora en los consumos y en las
aceleraciones
Controles
Todo grande y .poderoso. Pedales dignos de una locomotora y palanca de
cambios de marcha extraída del diseño original del Queen Mary. Volante que
impone respeto y da sensación de navegación de altura. Según nuestro punto de
vista, el gran tamaño de los controles es necesario y hace a la comodidad de
manejo. La dirección mecánica en un aparato pesado necesita un volante grande
y a pesar del tal vez excesivo número de vueltas, resulta de fácil manejo en el
tránsito.
Visibilidad
Con el asiento más alto que en el modelo anterior probada por Parabrisas, la
visibilidad hacia adelante ha ganado prácticamente dos metros, cosa muy
conveniente, sobre todo en caminos en mal estado. Hacia los costados y atrás, la
gran proporción de vidrios autoriza una buena visión. Como complemento al
espejo interior, algo pequeño, existe otro exterior bastante grande, bien ubicado y
muy práctico pero con una molesta tendencia a salirse de norma bajo la presión
de vientos fuertes. El ancho del capot hace que cerca del vehículo, queden
escondidos los automóviles chicos, con los que hay que tener mucho cuidado,
porque pueden ser pasados por encima sin notar nada. El guardabarros delantero
derecho queda fuera de control visual y es necesario entonces navegar a cálculo.
Manejo en ciudad
El respeto que inspira la D-100 es algo más que el de un automóvil cualquiera. En
una palabra, se puede circular mucho más tranquilo que en un auto, por más
grande que este sea. Existe casi la seguridad absoluta que nadie pretende
imponerse por medio de kilos y una vez en movimiento, la dirección se hace muy
liviana y fácil, a pesar de! número de vueltas del volante.
Manejo en ruta
Las características de maniobrabilidad que se notan en la ciudad se repiten en la
ruta en circunstancias similares. Desde el punto central de la dirección hacia
ambos lados, sobre todo en los primeros grados de giro de las ruedas, la dirección
es suficientemente rápida.
Con carga, los vientos y los saltos influyen menos, siempre hablando de viajar
rápido. La altura del suelo a que está ubicado el conductor hace que los faros en
contra molesten muy poco, característica esta común a los vehículos de este tipo.
Saltos y pozos pueden ser tomados sin mayores dificultades, siempre que el que
maneja no le dé importancia al ruido resultante de la suma de los pequeños ruidos
de carrocería, que por momentos adquieren proporciones notables. Ejemplo:
andar con la D-100 vacía en un camino empedrado.
Performance
Con respecto al modelo anterior, la performance general del vehículo ha
aumentado favorablemente. Se registran en aceleración ej. 0-100 km/h,
disminuciones de casi el 25 %. En casi todos los tiempos medidos se han
registrado mejoras fundamentales. Lo mismo puede decirse de los consumos.
Disminuciones notables del mismo, en casi todas las mediciones.
Esto no tiene otra razón que el motor nuevo, más chico pero más potente y con un
diseño más moderno.
Motor y accesibilidad
El grupo motopropulsor es el mismo que impulsa al Valiant III, denominado "Slant
Six" que someramente traducido querría decir algo así como "Seis inclinado". El
block motor está recostado hacia la derecha, en un intento de disminuir la altura
general del mismo, que técnicamente tiene su verdadera aplicación cuando está
colocado en el automóvil de la marca.
De todos modos, siendo un motor en línea y ubicado dentro del gran espacio bajo
el capot, la accesibilidad del mismo es notable. Todo está a mano muy cómodo,
bueno para los mecánicos o malo, según como se lo mire.
Accesorios e instrumentos
Radio sí, calefacción no. De la primera ya hablamos y de la segunda no, porque
no hemos podido probarla. Lo haremos en alguna otra oportunidad. Los
instrumentos, del tipo de aguja, menos el indicador de presión de aceite que es la
consabida luz de idiota. Dentro del diseño general del vehículo encontramos los
diales algo pequeños pero en posición correcta desde el punto de vista visual.
Conclusiones
Buena capacidad de carga, fuerte y grande. Ofrece evidentes ventajas con
respecto al modelo de motor vertical, sobre todo de índole mecánica.