Filosofía de Le Economía-Salida
Filosofía de Le Economía-Salida
Filosofía de Le Economía-Salida
Filosofía de la Economía:
Una introducción a problemas metodológicos,
de racionalidad y político-morales de
la economía moderna
Hecho en México.
ISBN: 978-607-30-8850-3
ÍNDICE
Introducción general.................................................................. 7
Josafat I. Hernández Cervantes y Luis Enrique Segoviano Contreras
3. Agradecimientos
Bibliografía
Rodrik, D., 2015, Economics Rules: The Rights and Wrongs of the
Dismal Science, WW Norton & Company, Nueva York.
Ross, D., 2014, Philosophy of Economics, Palgrave Macmillan,
Londres.
Thaler, R.H., 2016, “Behavioral Economics: Past, Present, and
Future”, American Economic Review, vol. 106, no. 7, pp. 1577–
1600.
PARTE I
TEORÍA, METODOLOGÍA Y
MODELACIÓN EN ECONOMÍA
1
1. Introducción
1
Terminé de escribir este capítulo de libro durante el año 2020, con el apoyo del
Programa de Becas Posdoctorales en la unam, siendo becario en el Centro de Cien-
cias de la Complejidad y asesorado por el doctor Enrique Cáceres Nieto. El capítulo
también fue realizado en el marco del proyecto papiit in 402018 “Cognición, arte-
factualidad y representación en la ciencia”. Agradezco las observaciones que hicieron
Ana Laura Fonseca y Arturo Lara a una versión previa de este capítulo. Agradezco
también a los asistentes del taller semestral del Seminario de Filosofía de la Eco-
nomía de la unam, realizado en junio de 2017, por las observaciones que hicieron
a este texto.
22 Josafat I. Hernández Cervantes
2
La traducción de los textos es mía a menos que se indique lo contrario.
26 Josafat I. Hernández Cervantes
3
Véase el capítulo 4 de este libro, donde Camila Orozco Espinel aborda el papel
que desempeñó esta comisión en la matematización de la economía estándar.
30 Josafat I. Hernández Cervantes
4
Si bien Simon no cita explícitamente a Hempel, sí cita a Carnap y a Ayer en su
trabajo The Administrative Behavior (Simon, 1997) para justificar la necesidad de que
los enunciados usados en la investigación en ciencias sociales estén empíricamente
verificados. Véase al respecto Kerr (2007). Hay que notar que la llamada concepción
heredada está en continuidad con el empirismo lógico; en ella, las obras de Carnap y
Ayer fueron retomadas y desarrolladas por Hempel. Por esta razón, no debe resultar
extraño encontrar paralelismos entre las maneras de entender la explicación cientí-
fica de Simon y la de Hempel.
32 Josafat I. Hernández Cervantes
5
Sobre este tema no hablaremos en el presente capítulo, pero al respecto puede
verse Martínez (2018).
UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA SOBRE EL DEBATE... 33
6
Hay otras maneras de entender el instrumentalismo, aunque son posiciones
menos estándar. Una de ellas es la planteada por Fritz Machlup (1964), quien defen-
dió a Friedman de las críticas de Samuelson. Machlup reivindicó el uso de supuestos
falsos para facilitar la manipulación matemática, criticó a Samuelson por hacer lo
mismo que critica (usar supuestos falsos), y reivindicó la importancia de los tipos
ideales weberianos, poniendo énfasis en que éstos son interpretativos: nos ayudan a
generar entendimiento (verstehen) sobre hechos particulares que hay en el mundo.
Hay que decir que Machlup era un economista simpatizante de la escuela austriaca y
no un economista neoclásico como Friedman. Machlup no puso énfasis en el predic-
tivismo que sí defendió Friedman.
34 Josafat I. Hernández Cervantes
7
El mismo Friedman (2009) reconoció, casi cincuenta años después, que tuvo
una política de no contestar a las críticas de su ensayo sobre metodología económica,
lo cual fue generando, como él mismo lo dice, mayor confusión sobre cómo entender
su ensayo.
36 Josafat I. Hernández Cervantes
6. Comentarios finales
Bibliografía
Blaug, M., 2009, “The Debate over F53 after Fifty Years”, en
U. Mäki (comp.), The Methodology of Positive Economics. Re-
flections on the Milton Friedman Legacy, Cambridge University
Press, Cambridge, pp. 349–354.
UNA PERSPECTIVA HISTÓRICA SOBRE EL DEBATE... 45
Jorge E. Flagel
1. Introducción
1
Es necesario aclarar que Nowak sigue pensando más en términos de teorías
que de modelos, sin diferenciar claramente entre ambos; sin embargo, es un antece-
dente fundamental en la discusión posterior acerca de las prácticas de modelización.
LAS CONCEPCIONES AISLACIONISTAS DE LOS MODELOS... 51
2
El esencialismo es una característica de la cual se alejarán autores posteriores,
como Nancy Cartwright y Uskali Mäki, introduciendo, en cambio, consideraciones
pragmáticas.
LAS CONCEPCIONES AISLACIONISTAS DE LOS MODELOS... 53
3
Cartwright prefiere hablar de abstracción en lugar de idealización, porque le
interesa resaltar que los mecanismos presentes en una situación ideal están activos
también en otras situaciones no ideales.
4
La noción de idealización galileana es recuperada del artículo de McMullin
(1985).
5
Es importante destacar que, para Cartwright, el concepto de “causa” tiene mu-
chos significados, ninguno de ellos primordial, abarcando sentidos tan variados
como los de “atracción”, “repulsión”, “resistencia”, “presión”, sólo para citar unos po-
cos. Para evitar confusiones, Cartwright aboga por el uso del término “capacidades”
para agrupar dichos conceptos, pues el término “causa” tiene interpretaciones muy
particulares dentro de la filosofía (Cartwright 1999b, pp. 64 y ss.).
6
Cartwright define una máquina nomológica de la siguiente manera: “un aco-
modo fijo (suficiente) de componentes, o factores, con un entorno estable (suficien-
te) dará lugar, con un funcionamiento repetido, al tipo de comportamiento regular
que representamos en nuestras leyes científicas” (Cartwright 1999b, p. 50). La tra-
ducción de los textos citados es de los compiladores del libro, a menos que se indique
lo contrario, y cuentan con la aprobación del autor del capítulo.
58 Jorge E. Flagel
ser entendida como una técnica más, junto con otras como la
abstracción y la omisión.7
Los aislamientos de mecanismos causales son posibles, tan-
to en los experimentos como en los modelos, por medio de la
manipulación. En el caso de los experimentos de laboratorio,
que Mäki denomina “aislamiento material” (aunque también
incluye en este grupo a los aislamientos que se producen de
manera espontánea en el mundo; por ejemplo, si podemos
encontrar un país que no tenga ningún tipo de comercio exte-
rior, podremos estudiar sólo sus relaciones internas), la mani-
pulación resulta difícil, pues es necesario actuar causalmente
sobre el objeto de estudio y su contexto para poder eliminar
o neutralizar el efecto de las variables que no son de nuestro
interés. Esto implica que la capacidad de manipulación está li-
mitada por nuestras capacidades técnicas de ejercer influencia
sobre el fenómeno que se estudia. En economía, en particu-
lar, esto resulta complicado por la complejidad del fenómeno,
pero también por cuestiones éticas. Por eso es necesario re-
currir a otro tipo de intervenciones, lo que Mäki denominará
“aislamiento teórico” o “experimentos mentales”, donde utili-
zaremos modelos. En estos experimentos mentales no estamos
restringidos por limitaciones técnicas ni éticas, lo que nos per-
mite tener un mejor control de la situación.
La manera en que podemos lograr el aislamiento de meca-
nismos causales en los modelos es por medio de dos técnicas: la
omisión o la idealización (Mäki 1992). En el caso de la omisión,
simplemente no consideramos algún factor relevante dentro
del modelo. En el caso de la idealización, el factor es conside-
rado explícitamente, pero se le brinda un valor límite especial,
que por lo general es cero o infinito.
Tomemos como ejemplo el modelo económico de un país.
Si queremos analizar cómo influyen diferentes factores en los
agregados macroeconómicos, podemos generar un modelo
que aísle al sistema económico de las influencias del comer-
cio internacional. Realizar un experimento en un país resulta
7
Mäki se separa de Nowak y Cartwright al considerar la idealización y la abs-
tracción como técnicas que se utilizan en el método general de aislamiento de meca-
nismos causales, siendo ambas, por lo tanto, subsidiarias de dicho método.
60 Jorge E. Flagel
8
“El proceso social puede caracterizarse, pues, por dos ‘parámetros’: por un lado,
por las acciones emprendidas por sus participantes; por otro, por el efecto global
objetivo al que conducen conjuntamente todas estas acciones. Las primeras son el
resultado de un objetivo consciente de estados de cosas definidos, el segundo no
es pretendido por los participantes del proceso. Así, para explicar un proceso so-
cial hay que hacer lo siguiente. En primer lugar, se tienen que explicar las acciones
particulares refiriéndose a los objetivos que tienen los agentes y a su conocimiento
sobre los medios para lograr estos objetivos. En segundo lugar, tiene que revelar las
regularidades que hacen que todos los participantes contribuyan conjuntamente al
efecto global que normalmente no se entiende (o que incluso a veces no se desea)”
(Nowak 1980, p. 109).
Y más adelante agrega:
“Por lo tanto, es necesaria una teoría de la práctica cognitiva para explicar y
desarrollar la idea en cuestión. El punto de partida de esta teoría es, sin embargo,
la teoría metodológica de la actividad científica. Sólo asumiendo las características
de un investigador particular que nos da esta teoría, podemos establecer algunos
principios que rigen el desarrollo del cuerpo de la ciencia concebido como resultado
conjunto de una comunidad científica. Y sólo asumiendo tales principios que nos
dicen, en concreto, cuál es el progreso de la ciencia, podemos mostrar las conexiones
entre la ciencia y la práctica social. En este sentido, la idea de la ciencia como reflejo
de la realidad tiene prioridad frente a la idea del proceso cognitivo como un tipo de
proceso social: para explicar el segundo hay que presuponer el primero, pero no
ocurre lo contrario” (Nowak 1980, pp. 197–198).
LAS CONCEPCIONES AISLACIONISTAS DE LOS MODELOS... 67
9
La idea de los modelos como mediadores surge de la compilación de artículos
Models as Mediators: Perspectives on Natural and Social Science (Morgan y Morrison
1999), que ha sido fundamental en la discusión sobre modelos.
LAS CONCEPCIONES AISLACIONISTAS DE LOS MODELOS... 73
6. Consideraciones finales
Bibliografía
DIFERENCIACIÓN Y DEMARCACIÓN:
EL INSTITUCIONALISMO, LA SOCIEDAD
ECONOMÉTRICA Y LA COMISIÓN COWLES (1930–1960)1
1. Introducción
1
Una versión preliminar de este texto fue presentada durante el viii Congreso de
la Asociación de Historia de la Estadística y de la Probabilidad de España y publicada
en sus actas. Esta es una versión retrabajada y ampliada.
2
La xvii Meditación fue publicada en 1624 en Devotions upon Emergent Occa-
sions. El canto original en inglés es: “No man is an island, entire of itself; every man
is a piece of the continent, a part of the main. If a clod be washed away by the sea,
Europe is the less, as well as if a promontory were, as well as if a manor of thy friend's
or of thine own were: any man's death diminishes me, because I am involved in
mankind, and therefore never send to know for whom the bell tolls; it tolls for thee”.
80 Camila Orozco Espinel
véanse Fourcade (2009, pp. 8–9, 77–78, 90–93); Mata (2009), y Mirowski (1999, pp.
690–691).
DIFERENCIACIÓN Y DEMARCACIÓN... 81
5
Diversos académicos de la historia de la economía del siglo xx han mostrado
que el ímpetu original de la economía ortodoxa en Estados Unidos se encuentra
durante los años que precedieron y siguieron inmediatamente a la Segunda Guerra
Mundial. Los años comprendidos entre 1930 y 1960 constituyeron una coyuntura
crítica. Sobre este tema, véanse, por ejemplo, Düppe y Weintraub (2014); Mirowski y
Hands (1998); Mirowski (2002b), y Morgan y Rutherford (1998b).
6
La característica distintiva de las disciplinas modernas es organizar la enseñan-
za, la investigación y la actividad profesional dentro de unidades institucionales del
mismo tipo. Hay una coherencia multifuncional entre estas tres dimensiones (Heil-
bron 2004). Este artículo se enfoca en la dimensión de la investigación; sin embargo,
todavía hace falta un análisis integrado para entender por completo el proceso de
renovación de la economía durante los años que aquí se analizan.
7
Hand y Mirowski (1998; 2006) han argumentado que el panorama intelectual
de la posguerra en la economía estadounidense se centró en tres poderosos polos: el
mit, la Comisión Cowles y la Universidad de Chicago.
82 Camila Orozco Espinel
8
Este artículo forma parte de un proyecto más amplio que intenta articular el
análisis de diferentes procesos de delimitación entre 1930 y 1960. El objetivo es en-
tender la monopolización de la definición de ciencia ejercida por la corriente do-
minante a través del estudio de los límites que tuvieron que ser establecidos para
alcanzar la hegemonía en la disciplina. La delimitación se usa aquí como herramien-
ta analítica y también como una forma de vincular los límites específicos que se estu-
dian en este artículo. El proyecto se enfoca en tres instituciones: la Comisión Cowles,
la Universidad de Chicago y el mit.
DIFERENCIACIÓN Y DEMARCACIÓN... 83
9
Para seguir con la anotación de Arrow y resaltar la importancia del proceso de
demarcación en el campo académico, decidimos usar aquí “corriente dominante”.
Esta elección consciente, sin embargo, se usa principalmente para recalcar la hetero-
geneidad de la ortodoxia.
10
El uso de estas categorías por los historiadores del pensamiento económico es
también un objeto de análisis interesante.
11
Un número importante de personas se encontraron en una posición de com-
promiso intelectual entre las dos aproximaciones durante el periodo de entreguerras
(por ejemplo, Allyn Young); algunas fueron más allá y se convirtieron completamen-
te (como John Bates Clark). Las herramientas desarrolladas por la economía institu-
cionalista también se convirtieron en parte del equipo estándar utilizado durante la
segunda mitad del siglo xx (por ejemplo, el trabajo de J.M. Mitchel y Simon Kuznets
sobre la contabilidad del ingreso nacional, y el flujo de fondos de Copeland (Morgan
y Rutherford 1998, pp. 2–3; Fourcade 2009, p. 81)
84 Camila Orozco Espinel
12
Por ejemplo, Thomas Stapleford (2011) muestra la superposición del trabajo
de Milton Friedman y las aproximaciones institucionalistas de la economía.
13
Las raíces del institucionalismo en Estados Unidos se extienden hasta 1880.
Sin embargo, no se identificó a sí mismo como movimiento hasta 1918 (Ruther-
ford 1997). Éste incluía los métodos cuantitativos de Wesley C. Mitchell, las historias
documentales y entrevistas de John R. Walton, los casos de estudio de empresas e
industrias de Hamilton y la teorización aplicada de John M. Clark.
DIFERENCIACIÓN Y DEMARCACIÓN... 85
14
Desde una perspectiva comparativa, los institucionalistas estadounidenses en
su mayoría estuvieron menos enfocados en la historia que sus contrapartes alemanes
e ingleses (Fourcade 2009, p. 81).
86 Camila Orozco Espinel
15
La fundación de la Comisión Cowles es un episodio bien conocido de la his-
toria de la economía americana. Sobre los inicios de la historia de Cowles, véanse,
por ejemplo: Bjerkholt (2014c); Cowles Commission (1952); Hildreth (1986), y Mi-
rowski (2002a).
16
Para una historia detallada de la fundación de la Sociedad Econométrica,
véanse Bjerkholt (2014a), Louça (2007), Morgan (1992). Esta sección se basa en el
material de archivo presentado por Bjerkholt (2014a).
17
El carácter desarticulado del grupo es evidente en la respuesta de Schumpe-
ter: “Doy una cálida bienvenida al proyecto de una Asociación Internacional para el
Avance de la Teoría Económica. Creo que una organización así podría hacer mucho
para coordinar los esfuerzos de muchos trabajadores, de los cuales, la mitad de los
frutos se ha perdido debido a su aislamiento. De hecho, cumpliría con un deseo que
todos nosotros algunas veces sentimos fuertemente” (en Bjerkholt 2014a, p. 14).
DIFERENCIACIÓN Y DEMARCACIÓN... 87
18
Entre las veintiocho personas que recibieron la carta, se encontraban ocho
estadounidenses (T.N. Carver, John B. Clark, John M. Clark, Griffith C. Evans,
Mordecai Ezekiel, Henry L. Moore, Warren M. Persons y Henry Schultz), cuatro
franceses (Clément Colson, François Divisia, Jacques Moret y Jacques Rueff), tres
ingleses (Arthur L. Bowley, A.C. Pigou y John M. Keynes), dos suecos (Gustav Cassel
y Bertil Ohlin), un alemán (Ladislaus von Bortkiewicz), un ruso (Eugen Slutsky),
dos austriacos (Hans Mayer y Joseph Schumpeter), un danés (Harald Westergaard),
un polaco (Wladislaw Zawadski) y cinco italianos (Luigi Amoroso, Umberto Ricci,
Pietri-Tonelli, Gustavo del Vecchio y Corrado Gini).
19
Con la excepción de Cassel, Pigou, Slutsky y Moore, que no aceptaron la invi-
tación por razones de salud.
20
Aquellos que respondieron positivamente a la primera carta, además de las
adiciones a la lista inicial de participantes hechas a petición de Fisher, Frisch y Roos.
21
Los invitados fueron: Ragnar Frisch, Harold Hotelling, William F. Ogburn, J.
Harvey Rogers, C.F. Roos, Josef Schumpeter, Henry Schultz, W.A. Shewhart, Ingvar
Wedervang y Edwin B. Wilson. Los que no fueron invitados, pero que participaron
en la reunión, eran: Karl Menger, Frederick C. Mills, Oystein Ore, M.C. Rorty, Carl
Snyder y Norbert Wiener.
88 Camila Orozco Espinel
22
Como Bjerkholt (2014a, p. 16) subraya, los primeros años de la Sociedad Eco-
nométrica fueron más bien modestos. Luego de enviar la carta seminal en junio y
recibir algunas respuestas, los organizadores rápidamente avanzaron sin financia-
miento y sin mucho más que una lista embrionaria de miembros. Sólo dieciséis de
ellos asistieron a la “reunión de organización”, cuya invitación había sido enviada con
apenas un mes de anticipación.
23
Vale la pena anotar que a pesar de que la familiaridad con la teoría económica
y el conocimiento de matemáticas aplicadas a la economía y a la estadística estaba en
primer lugar en la lista de requerimientos para la elegibilidad, el uso de información
estadística era el segundo criterio.
90 Camila Orozco Espinel
24
Vale la pena mencionar que el grupo europeo también era heterogéneo.
92 Camila Orozco Espinel
25
Mitchell también estuvo en el primer consejo de asesoría que dirigió la Comi-
sión Cowles en sus primeros años y fue el primer presidente norteamericano de la
Sociedad Econométrica, después de Fisher.
26
Schumpeter es el responsable del discurso que esclareció la confusión. En él
puso el énfasis en el alcance teorético de la sociedad como una combinación de mé-
todos abstracto-racionales y concreto-empíricos.
27
Las cursivas son mías.
DIFERENCIACIÓN Y DEMARCACIÓN... 93
28
En la carta seminal, el proyecto estaba diseñado como una asociación interna-
cional. Sólo después de la segunda carta el proyecto se plantea como sociedad.
94 Camila Orozco Espinel
5. Conclusión
Bibliografía
Arrow, K. J., 1983, “Cowles in the History of Economic Thou-
ght”, en A.K. Klevorick (comp.), The Cowles Foundation An-
niversary Volume, The Cowles Foundation, New, Heaven, pp.
1–17.
Backhouse, R.E. y S.G. Medema, 2009a, “Defining Economics:
The Long Road to Acceptance of the Robbins Definition”,
Economica, vol. 76, pp. 805–820.
100 Camila Orozco Espinel
RACIONALIDAD, AGENCIA Y
MODELOS DE TOMA DE DECISIONES
4
1. Introducción
1
Una primera versión de este trabajo se publicó en la revista Interdisciplina, sep-
tiembre de 2021.
106 Luis Enrique Segoviano Contreras
2
Desde mi punto de vista, la importancia de ampliar y enriquecer los supuestos
conductuales, a partir de los cuales se caracteriza el comportamiento humano, no
reside en el carácter realista de los modelos de agencia —ya que en ocasiones fun-
cionan muy bien con supuestos altamente idealizados—, sino en el plano del diseño
económico e institucional, en el cual hay repercusiones importantes sobre la forma
EL PRINCIPIO DEL INTERÉS PROPIO... 109
3
Tal es la advertencia —y predicción— que hizo Hardin (1968) sobre la tragedia
de los comunes y que ha establecido una larga tradición en la representación de pro-
blemas de bienes públicos y de acción colectiva.
EL PRINCIPIO DEL INTERÉS PROPIO... 111
4
Cada jugador i debe elegir qi = {0,1} para maximizar πi = [ b(qi + q - i) + 1 – qi],
que es un parámetro escalar (suponiendo que los jugadores enfrentan una elección
binaria de cooperar o desertar); (b – 1) es el beneficio neto para i de cooperar, y
q-i = ∑ j, j ≠ i qj denota, desde la perspectiva de i, el número de otros jugadores que
cooperan. Se presupone que bN > 1 > b > 0 (Barrett 2016).
112 Luis Enrique Segoviano Contreras
5
Para entender el uso de los modelos formales aplicados a investigaciones expe-
rimentales en el estudio de problemas de cooperación, véase Ostrom (2005; 2010).
Acerca de trabajos clásicos sobre el estudio de la cooperación en juegos de bienes pú-
blicos en laboratorio y de campo, se pueden revisar Fehr y Gätcher (2000), Henrich
et al. (2004); y Ensminger y Henrich (2014).
EL PRINCIPIO DEL INTERÉS PROPIO... 113
6
La prosocialidad se define como una serie de rasgos de la motivación y la con-
ducta en la que el individuo asume un costo —sea monetario, sea en tiempo, esfuer-
zo o en algún otro recurso— para beneficiar a otros (Schroeder y Graziano 2015;
Henrich y Henrich, 2007). A partir de los resultados experimentales en el estudio del
comportamiento humano, se ha comprendido el carácter prosocial como un conjun-
to de rasgos de la motivación y la conducta de las personas orientados al bienestar
de los demás, a pesar de que ello no conlleve un beneficio material y que el hacerlo
represente un costo neto (Van Dijk 2015).
EL PRINCIPIO DEL INTERÉS PROPIO... 115
7
Mucho del debate académico sobre el contraste entre la formulación axiomáti-
ca de la agencia racional y la visión emergente de las ciencias del comportamiento se
ha centrado en una discusión teórica sobre el alcance de los modelos, su idealización
y su generalización. Lo que he señalado hasta este punto es que tal discusión está mal
encaminada. Me parece que el terreno en el cual es viable buscar esta síntesis y com-
plementariedad radica en el diseño institucional y en la parte de la intervención; no
es un problema teórico sobre modelos y cuáles tienen supuestos más realistas, sino el
de cómo todo ello impacta en el momento de influir en la conducta de las personas
para lograr determinados objetivos sociales y organizacionales.
8
Aquí hay que hacer una clarificación importante. Hemos definido el comporta-
miento prosocial, en un sentido muy amplio, como el conjunto de comportamientos
EL PRINCIPIO DEL INTERÉS PROPIO... 117
en los cuales un individuo asume un costo neto para beneficiar a otros. No obstante,
a partir de la evidencia experimental, resulta complicado distinguir aquellos casos en
que dicho costo sólo conlleva beneficios a miembros de un grupo (progrupal) pero
no necesariamente genera un impacto en el bienestar social. Esta diferencia, aunque
de suma importancia, será omitida en lo que resta de este trabajo.
118 Luis Enrique Segoviano Contreras
5. Conclusiones
Bibliografía
1. Introducción
1
Este capítulo fue realizado en el marco del proyecto papiit in 402018 “Cogni-
ción, artefactualidad y representación en la ciencia”.
134 Ana Laura Fonseca Patrón
2
En particular, con el programa de investigación conocido en economía como
“determinismo situacional”. Para la argumentación que aquí presento basta con refe-
rirse en términos generales a la noción de economía neoclásica.
136 Ana Laura Fonseca Patrón
3
De hecho, el modelo de decisión desarrollado por Simon para dar cuenta de
este tipo de racionalidad procedimental es conocido como “satisficing” o “modelo de
decisión satisfactoria”, que podemos caracterizar de la siguiente forma: cuando se en-
frenta una situación que requiere un alto costo en el cálculo de posibilidades, llevar a
cabo una búsqueda de la mejor alternativa parece inapropiado; en esos casos, la per-
sona puede recurrir al modelo de decisión satisfactoria. Este método de decisión está
RACIONALIDAD ECOLÓGICA... 137
4
Ésta es una manera más o menos común de abordar las limitaciones de razo-
namiento en los años ochenta y principios de los noventa del siglo pasado, derivadas
de los resultados de los experimentos de la psicología cognitiva del razonamiento.
Véase, por ejemplo, el artículo clásico de L. Jonathan Cohen (1981): “Can Human
Irrationality Be Experimentally Demonstrated?”.
5
Simon (1990), p. 7: “human rational behavior (and the rational behavior of all
physical symbol systems) is shaped by a scissors whose two blades are the structure
of task environments and the computational capabilities of the actor”.
RACIONALIDAD ECOLÓGICA... 139
6
Simon (1983), p. 16: “a highly simplified representation of a tiny fragment of
the real-world situation”.
7
Simon (1983), pp. 6–7: “none of the rules of inference that have gained accep-
tance are capable of generating normative outputs purely from descriptive inputs”
RACIONALIDAD ECOLÓGICA... 141
8
Simon (1997), p. 293: “in trying to capture the actual process of decision as well
as the substance of the final decision itself ”.
142 Ana Laura Fonseca Patrón
9
Gigerenzer y Sturm (2012), p. 255: “an alternative to views of rationality that
focus too exclusively on internal consistency, coherence, or logic as opposed to the
relationship between mind and environment”.
10
Para una argumentación respecto de hasta qué punto la propuesta de la ra-
cionalidad ecológica es realmente una alternativa a la teoría de la elección racional
empleada en economía, véase Hands (2014).
11
Gigerenzer y Sturm (2012), p. 263: “the application of every strategy, optimiza-
tion or heuristic, can be justified only relative to the structure of the environment. In
our view, optimization and heuristic strategies should therefore be treated equally”.
146 Ana Laura Fonseca Patrón
12
Por visión estándar de la racionalidad se entiende típicamente el conjunto de
los criterios de buen razonamiento que provienen de las reglas de la lógica deductiva,
el cálculo de probabilidades y las teorías formales de decisión (Stein 1996). Y puede
considerarse un tipo de racionalidad sustantiva en tanto que toma en cuenta los re-
sultados y no el proceso de deliberación.
RACIONALIDAD ECOLÓGICA... 147
13
Esto se puede ver en la comparación que se hace entre la heurística rápida y
sobria “toma lo mejor” antes utilizada como ejemplo y las estrategias optimizadoras
como la regresión lineal múltiple en Gigerenzer et al. (1999), pp. 75–95.
14
Gigerenzer y Selten 2001, p. 6: “Bounded rationality is not an inferior form
of rationality; it is not a deviation from norms that do not reflect the structure and
representation of information in environments”.
148 Ana Laura Fonseca Patrón
15
Es interesante notar que esta manera de formular la situación de la heurística
de la fianza es consistente con la interpretación que da Kahneman de las heurísticas
con su idea de “sustitución de atributos”, es decir, la idea de que una de las cosas que
nos hace desviarnos de las respuestas adecuadas es que olvidamos que, dada la com-
plejidad del problema original, decidimos solucionar un problema distinto que es de
menor grado de dificultad que el primero (Kahenman y Frederick 2005). Pero desde
la perspectiva de Kahneman, como desde la de Simon, decir que nos desviamos de
las respuestas adecuadas implica tener un criterio de racionalidad sustantiva al cual
apelar. Sin embargo, en la perspectiva de Gigerenzer, se pretende que el realizar el
cambio de un problema complejo a uno más simple no tiene la connotación negativa
que sí tiene en la perspectiva de Kahneman, porque lo que importa normativamente
no es la aplicación de una regla de inferencia que lleve a la solución óptima del pro-
RACIONALIDAD ECOLÓGICA... 151
blema original, sino la aplicación de una heurística que lleve al agente a lograr su
propósito, aunque esto lo desvíe de su problema original.
152 Ana Laura Fonseca Patrón
5. Conclusión
Bibliografía
Alejandro Hortal
1. Introducción
8. Conclusión
Bibliografía
J. Francisco Álvarez
1. Introducción
3. Óptimos y maximales
1
En la relación de divisibilidad, por ejemplo, el 9 y el 25 no están relacionados.
Ninguno de ellos es divisible por el otro. ¿Cuál es el cuadro más bello del Museo del
Prado? No todos los cuadros están relacionados por la relación de orden “más bello
que”. En esos casos no puede hablarse de óptimo, pero sí puede darse el caso de tener
elementos maximales.
198 J. Francisco Álvarez
2
En octubre de 1998, a los dos días de haber sido concedido a Amartya Sen el
Premio Nobel de Economía, tuve ocasión de ofrecer una charla sobre su obra en la
Facultad de Ciencias Económicas de Buenos Aires. Los aspectos centrales de aquella
intervención, “Método y ética en economía. La contribución de A.K. Sen”, aparecie-
ron en las Actas de las V Jornadas de Epistemología de las ciencias económicas (Fa-
cultad de Ciencias Económicas, Buenos Aires, 1999). Hago esta referencia personal
porque allí sugería una posible influencia que se reflejaba en el trabajo de Sen, y que
me parecía que había tenido muy fructíferos resultados. Me refería a algunos traba-
jos de Amiya Dasgupta, quien fuese profesor suyo en Calcuta y director de su tesis
doctoral. La investigación posterior me ha confirmado esa influencia y merecería la
pena ser estudiada con mayor detalle.
204 J. Francisco Álvarez
3
Véase Álvarez 2001.
FILOSOFÍA Y ECONOMÍA EN AMARTYA SEN... 207
4
Un texto importante y muy útil para estudiar con detalle esta cuestión es el artí-
culo de Rescher (1968). Dicho sea de paso, el artículo ya aparece citado en la tercera
edición del diccionario de Ferrater.
FILOSOFÍA Y ECONOMÍA EN AMARTYA SEN... 213
Bibliografía
Sandra Maceri
Ruth Pustilnik
1. Introducción
1
Adam Smith ocupó la cátedra de Filosofía Moral en la Universidad de Glas-
gow, 1771. La asignatura se dividía en cuatro partes: la primera correspondía a la
teología natural, la segunda correspondía a la ética, la tercera a la parte de la moral
correspondiente a la justicia y la cuarta a reglamentaciones políticas cuyo objetivo
era incrementar la riqueza (Stewart 1998, p. 233).
224 Sandra Maceri y Ruth Pustilnik
2. La virtud
2
A finales del siglo xix se planteó en Alemania lo que se denominó “Das Adam
Smith problema”. Se discutía si se debía considerar a Adam Smith como dos autores,
uno de moral en La teoría de los sentimientos morales y otro de economía en La
riqueza de las naciones, o si existía coherencia entre ambos. Actualmente hay con-
senso respecto de que dicha disputa se debió a una mala interpretación de la noción
de simpatía y que, en efecto, ambas obras forman un único sistema coherente de
pensamiento. Sin embargo, la relación específica entre ambas obras es actualmente
materia de estudio y discusión. Existe una extensa y variada bibliografía al respecto;
una excelente síntesis se puede encontrar en L. Dickey (1998).
EL VÍNCULO ENTRE LA JUSTICIA Y EL MERCADO... 225
3
El espectador imparcial no es tratado de forma específica en toda la obra de
Smith, sino que aparece transversalmente. Un panorama interesante sobre este con-
cepto se encuentra en M. Carrasco (2014). Allí la autora compara esa noción en
Francis Hutchinson, David Hume y Adam Smith.
226 Sandra Maceri y Ruth Pustilnik
4
Reconstrucción de la sección ii, parte iii: “De la causa final de esa irregularidad
de los sentimientos” de Smith (2013, pp. 212–217), Con variaciones en los ejemplos
a fin de facilitar la comprensión del lector.
228 Sandra Maceri y Ruth Pustilnik
3. La justicia5
5
Un tratamiento muy similar del tema lo podemos encontrar en Hume. Sin
embargo, mientras que para Adam Smith el origen de la justicia es un sentimiento
natural, para Hume el origen de la justicia es artificial (una convención) que sólo
posteriormente deviene natural: “tenemos que considerar que esta distinción entre
justicia e injusticia tiene dos fundamentos distintos, a saber: el del interés, cuando
los hombres advierten que es imposible vivir en sociedad sin restringirse a sí mis-
mos por medio de ciertas reglas, y el de la moralidad, cuando este interés ha sido ya
atendido y los hombres encuentran placer al contemplar que tales acciones tienden
a establecer la paz en la sociedad, desagrado al ver las que son contrarias a ello. Es la
voluntaria convención y artificio de los hombres la que hace que se represente el pri-
mer interés, y, por lo tanto, esas leyes de justicia tendrán que ser consideradas, hasta
ese momento, como artificiales. Una vez que ese sentimiento ha sido ya establecido y
reconocido, se sigue naturalmente y de suyo un sentimiento de moralidad en la ob-
servancia de estas reglas” (Hume 1998, p. 713). Esto nos permite mostrar hasta qué
punto Adam Smith considera que la sociedad se regula con leyes de origen natural.
6
“Aunque la violación de la justicia expone al castigo, la observancia de las reglas
de dicha virtud no parece ser digna de recompensa” (Smith 2013, p. 175).
230 Sandra Maceri y Ruth Pustilnik
7
Aristóteles (1989, libro V) sostiene que existen dos tipos de justicia: la conmu-
tativa, que consiste en reparar o evitar el daño, y la distributiva, que consiste en que
cada cual reciba lo que le corresponde de acuerdo a su virtud. La justicia smithiana,
sin duda, se restringe sólo a una de ellas.
8
Adam Smith sostiene que el hombre solamente puede subsistir en sociedad,
sin embargo no explicita el motivo en tsm. Cuando se refiere a ello en rn, aduce que
vivir en sociedad es ventajoso, pues la división del trabajo aumenta la productividad,
pero no es taxativo respecto de que ello sea estrictamente necesario para sobrevivir.
Hume, por su parte, lo explica de esta forma: sólo en el hombre es posible encontrar
la conjunción antinatural de debilidad y necesidad. Los otros animales o bien son
fuertes como el león, que con sus garras obtiene su alimento, o bien sus necesidades
son moderadas, como en la oveja o el buey. El hombre no está provisto de garras y
no tiene fuerza ni ninguna capacidad que pueda corresponderse con sus múltiples
necesidades: ropa, vivienda, etc.; sólo reuniéndose en sociedad y con la división del
EL VÍNCULO ENTRE LA JUSTICIA Y EL MERCADO... 231
trabajo aumenta su fuerza y sus capacidades productivas, y de esa forma puede res-
ponder a sus múltiples necesidades (Hume1998, p. 653).
9
Veremos más adelante cómo en rn este acuerdo se reemplazará por una ley
natural: la ley que regula los precios naturales.
10
Reconstrucción de la parte ii, sección ii: “Del sentido de la justicia, del remor-
dimiento y de la conciencia del mérito”, de Smith (2013, pp. 177–181).
232 Sandra Maceri y Ruth Pustilnik
11
Sigue a grandes rasgos la idea humeana de que las leyes surgen de la experien-
cia pasada o costumbre.
EL VÍNCULO ENTRE LA JUSTICIA Y EL MERCADO... 233
4. El mercado y la justicia
12
Un excelente artículo que aborda la discusión, que aún persiste, sobre distintas
y controversiales interpretaciones referidas a los precios naturales en Smith es el de
J. Hurtado Prieto (2003).
EL VÍNCULO ENTRE LA JUSTICIA Y EL MERCADO... 237
13
La economía contemporánea utiliza el término técnico “equilibrio” para refe-
rirse a ello.
14
Es interesante señalar que, para Smith, el comerciante es un capitalista, al igual
que quien fabrica objetos con maquinarias o herramientas, pues el comerciante ade-
lanta el dinero cuando compra mercaderías que luego vende.
238 Sandra Maceri y Ruth Pustilnik
15
Dados los supuestos de crecimiento poblacional que adopta Smith, es de espe-
rar que en algún momento todas las naciones estén completamente pobladas.
EL VÍNCULO ENTRE LA JUSTICIA Y EL MERCADO... 239
16
El precio de mercado se regula por la cantidad de una mercancía que real-
mente se lleva al mercado y la demanda de quienes realmente están dispuestos a
pagar por ella. Un pobre en cierto modo desea un coche y desearía poseerlo, pero su
demanda no es una demanda efectiva (Smith 2012, p. 55).
242 Sandra Maceri y Ruth Pustilnik
17
A tal punto que la teoría ha sido matematizada por algunos de los sucesores
de Smith.
18
Mucho se ha discutido respecto del método newtoniano en Smith. Por ejem-
plo, una obra importante que trata este tema es Adam Smith’s Science of Moral de
Tom Campbell. Sin embargo, no discutiremos en este trabajo si en efecto Smith
adopta el método newtoniano o algún método científico. Lo que sostenemos es que
Smith considera que adopta el método newtoniano y por ende considera que su teo-
ría es científica.
EL VÍNCULO ENTRE LA JUSTICIA Y EL MERCADO... 243
19
Si bien al principio de rn pareciera que la posesión se origina en el trabajo,
el autor no estudia ese periodo, que denomina rudo y primitivo, sino que estudia el
periodo donde ya hay propiedad de la tierra y acumulación de capital.
244 Sandra Maceri y Ruth Pustilnik
20
Esa cuestión natural puede ser un sentimiento o virtud, alguna cuestión de
tipo evolutivo, o bien, la interacción entre ambos.
21
En Lecciones de jurisprudencia, Adam Smith alude a las eras de la humanidad.
Esta aclaración nos parece importante, pues allí sí hay un largo encadenamiento ha-
cia el pasado. Ese encadenamiento conlleva un fuerte determinismo natural de tipo
evolucionista. Sin embargo, no desarrollaremos este tema, pues, por tratarse de un
determinismo natural, no modifica de forma sustancial ninguna de las críticas que
hemos efectuado.
22
El hambre y el frío son impresiones de sensación y la simpatía es una impre-
sión de reflexión, pero ambas son impresiones.
EL VÍNCULO ENTRE LA JUSTICIA Y EL MERCADO... 245
23
Según Hume (1998), la simpatía es una impresión de sensación, al principio el
sentimiento del otro es una impresión que proviene del exterior, y por la semejanza
que hay entre todos los seres humanos, la mente, mediante la ley de asociación de
ideas, liga la idea de esa impresión del otro a la idea de la impresión de nosotros
mismos, que está siempre presente de manera vivaz.
24
En la cita que sigue podremos advertir cuán inmediata es la noción de causa
en la operación mental de la simpatía: “Las mentes de los hombres son similares en
sentimientos y operaciones y no hay ninguna que sea movida por alguna afección
de la que, en algún grado, estén libres las demás. Del mismo modo que cuando se
pulsan por igual las cuerdas de un instrumento el movimiento de una se comunica
a las restantes, así pasan fácilmente de una persona a otra las afecciones, originan-
do los movimientos correspondientes en toda criatura humana. Cuando percibo los
efectos de la pasión en la voz y el gesto de la persona, mi mente pasa de inmediato de
esos efectos a sus causas, y se hace una idea tan vivaz de la pasión que al instante la
convierte en esa misma pasión. De igual modo, cuando me doy cuenta de las causas
de la emoción, mi mente pasa los efectos que esas causas producen, con lo que se ve
movida por una emoción similar” (Hume 1998, p. 765, las cursivas son nuestras). R.
Hanley (2016, pp. 710–712) muestra interesantes diferencias entre Hume y Smith. La
simpatía es, para Hume, literalmente la trasmisión de un sentimiento por un proceso
similar a un “contagio”; en cambio, en Smith opera un proceso de proyección (po-
nerse en lugar del otro). Según Smith, sólo podemos simpatizar con el sentimiento
de otro si antes somos informados de las causas de ese sentimiento. Sin embargo, esta
interesante distinción, entendemos, no modifica la cuestión de la inmediatez que nos
ocupa. Esas causas a las que alude Smith se relacionan con el sentimiento de manera
inmediata a partir de asociaciones empíricas que realiza la imaginación.
246 Sandra Maceri y Ruth Pustilnik
7. Comentarios finales
Bibliografía citada
Bibliografía consultada
JUSTICIA DISTRIBUTIVA
Fernando Morett
2. La igualdad libertaria
1
Crítica al Programa de Gotha (Marx 1875). Esta norma distributiva era usada
en el movimiento socialista antes de 1875; sus orígenes pueden rastrearse hasta el
utopista francés Étienne-Gabriel Morelly, en su obra Código de la naturaleza de 1755;
véase Jacques Droz (1976), pp. 138 y ss.
JUSTICIA DISTRIBUTIVA 255
Los Ordóñez, los Fusco, los José María Gutiérrez F., todos
esos individuos que han asumido la jefatura de los obreros
¿qué han hecho sino adular a los gobernantes para ganarse
canonjías e influencias? […] Se necesita una gran organi-
zación obrera; que cada gremio, unido firmemente por los
lazos de la solidaridad, se haga el propósito de conquistar
sucesivas ventajas del capital; que las sociedades mutualistas
se transformen en sociedades cooperativas […]. Trabajar
menos horas y alimentarse mejor, debe ser la conquista in-
mediata del pueblo obrero […]. Uníos proletarios; formad
un solo cuerpo con todos los que luchan por la libertad y
258 Fernando Morett
América
42,765 44,179,104 7.81% 816,122 0.14% 14,913 83,886,544,610 18,360,221,538 0.33%
Latina
Medio Oriente
y África del 162,779 4,537,084 1.57% 37,714 0.01% 1,095 31,681,636,000 3,619,358,000 0.27%
Norte
América del
31,078 134,725,891 38.63% 1,675,778 0.48% 41,750 3,825,837,112,751 744,228,134,380 4.12%
Norte
Oceanía 1,988 14,142,814 37.80% 460,278 1.23% 1,460 113,746,762,037 59,543,292,416 3.46%
Mundo 2,614,598 1,071,790,167 16.31% 12,610,748 0.19% 771,988 19,607,428,096,426 2,962,896,113,938 4.30%
Fuente: Tomado y traducido de United Nation’s Secretariat (2014), p. 6.
260
JUSTICIA DISTRIBUTIVA 261
2
Véase también M.A. Taslim (1984) para una crítica socialista al modelo yu-
goslavo.
264 Fernando Morett
3. El socialismo
3
Véase también G. Schedler (1978).
266 Fernando Morett
Fuente: Angus Maddison (2006) The World Economy, Volumen 2: Estadística Histórica
268
JUSTICIA DISTRIBUTIVA 269
4. La igualdad básica
5. El criterio utilitarista
6. Conclusiones
Biliografía
1. Introducción
1
Desde 2004 mantiene el mismo acrónico pero se convirtió en Basic Income
Earth Network.
UNA IDEA PARA EL SIGLO XXI... 285
2
Tal como lo relatan van der Veen y van Pairjs en una “Nota histórica” (2006b),
un primer borrador de este texto se escribió en mayo de 1983 con el título “The Ca-
pitalist Transition to Communism: A Radical Alternative”, que fue discutido en los
entornos del September Group. Ahí se empezaba a poner en relación la propuesta de
ingreso básico de van Parijs y el colectivo Charles Fourier con el modelo de transi-
ción del socialismo al comunismo sobre el que trabajaba van der Veen (1984).
3
Las principales críticas y réplicas pueden leerse en van der Veen y van Parijs
(2006a)
286 Alberto Tena Camporesi
4
Para una descripción de este primer congreso del bien, véase van Parijs (1987).
UNA IDEA PARA EL SIGLO XXI... 287
5
J. Gordon recupera la expresión de un famoso economista keynesiano de los
años 30, Alvin Hansen, expresión que ha hecho fortuna para describir la situación
económica actual.
288 Alberto Tena Camporesi
6
En estos momentos, el shock económico que ha generado el coronavirus ha
hecho todavía más alarmante esta situación.
UNA IDEA PARA EL SIGLO XXI... 289
4. La filosofía normativa
Feminismos
Aunque el tema ha sido tratado por multitud de autoras,
hay una que lo ha trabajado especialmente, Carole Pateman
(2017). Para ella, ha existido un claro sesgo de género a la
hora de defender el ibu como un instrumento para la liber-
tad desde el punto de vista del hombre “breadwinner” (que
se gana el pan) en el mercado de trabajo. Para incluir una
perspectiva feminista, Pateman introduce la discusión de los
efectos del ibu en el interior de la familia. Lo primero es que
hay que tener en cuenta que una “ama de casa”, por ejemplo,
desde la perspectiva de la teoría de la justicia sería considerada
una free-rider (se beneficia de los servicios públicos sin pagar
por ellos), mientras que para Pateman se trata claramente de
un trabajo no remunerado. Además, atendiendo a la “división
sexual del trabajo”, esta mayor cantidad de trabajo social no re-
munerado se refleja, desde el punto de vista del mercado labo-
ral, en que las mujeres siguen teniendo muchos más trabajos a
tiempo parcial y suelen tener ocupaciones con peores salarios
relacionados con tareas “feminizadas”. El ibu es una propues-
ta que apenas ha tenido en cuenta la cantidad de trabajo do-
méstico y de cuidados que deberían de ocupar a los hombres
para equilibrar la balanza y romper con la “división sexual del
trabajo”. Todo esto se debe fundamentalmente a que en las
discusiones sobre el ibu no se ha preguntado tampoco sobre
el matrimonio, las relaciones de poder dentro del hogar y el
mundo de la economía reproductiva. Aunque en este punto de
la discusión parece claro que el ibu no tendría ningún impacto
en términos de cambios en la división sexual del trabajo por sí
mismo, esto no quiere decir que desde el feminismo no haya
puntos clave de defensa de la propuesta. Un ibu, desde esta
perspectiva, podría en cambio ser la realización histórica de
la propuesta de Virginia Woolf de alcanzar la independencia
económica de la mujer con respecto a su marido. Éste es uno
de los puntos neurálgicos de debate dentro del feminismo so-
298 Alberto Tena Camporesi
Ecologismo
La relación entre el ibu y las políticas verdes es muy estrecha
en muchos sentidos, pero no es siempre tan evidente. Como
mencionábamos antes, es en el entorno de los partidos verdes
de Holanda y Bélgica que en los años 1980 se recuperó y dio
forma a la actual propuesta que todos conocemos como ibu.
Algunos pioneros de esta idea, como Lionel Stoleru (1974) y
Steven Cook (1980), antes incluso de que existieran los par-
tidos verdes, teorizaban sobre el ibu como una forma de mo-
derar el crecimiento económico insostenible y las formas de
consumo materiales. El partido ecologista británico fue el pri-
mer partido en introducirlo en su programa político, y hoy si-
gue muy presente en esos partidos, como el de Estados Unidos
y el de Canadá. (van Parijs y Vanderberborght 2017, p. 255).
Pero, al mismo tiempo, no siempre es clara la conexión en-
tre el proyecto ecologista y el ibu. Jorge Pinto (2020) plantea
que hay que distinguir, en la línea de André Gorz, al menos
dos proyectos distintos dentro del horizonte verde: el ambien-
talismo y el ecologismo. El primero sería compatible con la
necesidad de “crecimiento” económico, mientras que el se-
gundo sería plenamente “decrecentista”. Dos visiones distin-
tas del ibu encajarían en cada uno de ellos. Para el primero,
“tecno-optimista”, el ibu podría aceptarse esencialmente como
un motor de la demanda agregada en una visión keynesiana
del crecimiento con un horizonte más igualitarista. Pero, para
la segunda, la cuestión del aumento del consumo se encon-
traría en oposición frontal a la posibilidad de una sociedad
ecológicamente sostenible. En esta visión, el ibu sería, en
cambio, muy interesante en todo lo que tiene que ver con su
300 Alberto Tena Camporesi
7
Para un mapa más amplio de estos debates, puede verse el capítulo 7 de van
Parijs y Vanderborght (2017).
UNA IDEA PARA EL SIGLO XXI... 301
Impacto
Sobre el primer grupo de problemas, que busca investigar el
posible impacto del ibu en la economía, podemos dividirlo, a
su vez, en dos tipos de investigaciones: las que usan diferen-
tes tipos de modelizaciones matemáticas y las que, en cambio,
buscan evidencia empírica en la “experimentación”. Aunque
las modelizaciones, como veremos, pueden darnos cierta
302 Alberto Tena Camporesi
8
Otros experimentos sin mediación institucional han sido varios proyectos “pri-
vados” de experimentación con ibu. El más conocido es el del emprendedor alemán
Michael Bohmeyer que en 2014 puso en marcha una plataforma donde se podía
financiar de forma colectiva una renta mensual de 1000 euros a voluntarios que
304 Alberto Tena Camporesi
9
Para una completa revisión de los experimentos en marcha, se puede consultar
la página web del Basic Income Lab de Stanford: https://basicincome.stanford.edu/
research/basic-income-experiments/. Un análisis periodístico del informe prelimi-
nar de Finlandia se encuentra en Tena (2019).
306 Alberto Tena Camporesi
10
Conceptualmente, un experimento existe únicamente con el objetivo de apren-
der algo sobre una relativa política. En este sentido, las políticas implementadas no se
pueden considerar experimentos (Widerquist 2018).
UNA IDEA PARA EL SIGLO XXI... 307
11
Se puede encontrar una revisión de los argumentos económicos sobre el im-
pacto en el mercado de trabajo del ibu en Widerquist et al. (2018, p. 190).
12
Para un análisis interesante sobre las consecuencias de considerarla una renta
primaria o secundaria, puede leerse el capítulo vi de Juan Torres López (2019).
UNA IDEA PARA EL SIGLO XXI... 309
La implementación
En principio, un ibu financiado a través de la redistribución
de la renta e implementado a través de este impuesto podría
ponerse en marcha de forma sencilla a través del sistema im-
positivo de los estados. Esto sería, cuando menos, para todas
las personas que ya elaborasen su declaración de la renta; por
lo tanto, como mínimo requeriría una campaña de inscripción
y declaración, especialmente en países con mucha informali-
dad. Pero habría un incentivo claro para las personas: el hacer
esta declaración de bienes e ingresos las haría directamente
susceptibles de tener un ingreso mensual no condicionado.
Además, podría implementarse de una sola vez con una re-
forma de los tipos impositivos, subordinando el resto de las
310 Alberto Tena Camporesi
7. Conclusiones
Bibliografía
Melisa J. Luc
1. Introducción
1 Convención de Seneca Falls , Nueva York, en el año 1848, donde 300 activistas
y espectadores se reunieron en la primera convención por los derechos de la mujer
en Estados Unidos, cuya declaración final fue firmada por unas 100 mujeres.
2
lgbt es la sigla compuesta por las iniciales de las palabras “lesbianas”, “gais”,
“bisexuales” y “transgénero”. En sentido estricto agrupa a las personas con las orien-
taciones sexuales e identidades de género relativas a esas cuatro palabras, así como a
las comunidades formadas por ellas. En los últimos años han surgido nuevas am-
pliaciones de la sigla con el fin de incluir a otras comunidades, como las personas
intersexuales (lgbti), queer (lgbtq) y asexuales (lgbta), dando origen a la sigla
lgbtqia, entre otras. También las comunidades de personas transexuales y trans-
género han sostenido que no corresponde fusionarlas en una sola letra y escriben la
sigla con doble T (lgbtt). Esta tendencia a agregar letras para incluir nuevas comu-
nidades ha dado lugar también a que se añada el signo más al fina de la sigla (lgbt+).
322 Melisa J. Luc
3
Comenzó a principios de la década de 1990 en Estados Unidos y continuó hasta
la cuarta ola feminista, que comenzó en 2013, según algunas autoras.
INTRODUCCIÓN A LA ECONOMÍA FEMINISTA 325
4
Peor es la situación de quienes no se identifican con su propio sexo de naci-
miento.
5
Dentro de la economía feminista existen innumerables discusiones y diferen-
cias entre las perspectivas de las autoras y en sus críticas al sistema, no es el fin de
este capítulo describir estas diferencias, sino hablar en términos más generales. Para
ver más sobre las diferencias entre las economistas feministas, véase el capítulo 1 del
libro Subversión feminista de la economía de Pérez Orozco (2014).
326 Melisa J. Luc
6
Prólogo de la versión en línea.
336 Melisa J. Luc
7
En 1815 publicó el Ensayo sobre los beneficios, y en 1817, Principios de economía
política y tributación.
8
A David Ricardo no lo cita directamente, pero es sabido que se conocían y que
de hecho Ricardo fue uno de los tantos invitados a la casa de Marcet y su marido
(Gallego Abaroa y Reeder 2007, p. 24).
INTRODUCCIÓN A LA ECONOMÍA FEMINISTA 337
9
Hay algunas contradicciones con respecto a la fecha en que se conocieron; en
algunos artículos aparece que fue en 1831, pero el propio Mill dice en su Autobiogra-
fía que se conocieron en 1830 (Mill 1939, p. 122).
338 Melisa J. Luc
Bibliografía
Alejandro Hortal
Doctor en Filosofía de la Ciencia. Actualmente es Profesor en
la Universidad Estatal de Carolina del Norte en Greensboro y
coordina el programa de Economía del Comportamiento Evo-
lucionista dentro de los cursos de verano del Center for Be-
havioral Experiments (cebex) en Praga, República Checa. Su
investigación se centra en el análisis de políticas públicas ba-
sadas en la psicología del comportamiento. Ha escrito y publi-
cado sobre historia de la economía, teoría de la racionalidad
y toma de decisiones y ha presentado sus investigaciones en
conferencias y seminarios por todo el mundo. También realiza
trabajos de consultoría en materia de vacunas y salud pública.
Correo electrónico: [email protected]
Melisa J. Luc
Doctoranda de Historia Económica de la Universidad de Bar-
celona, Universidad de Zaragoza y Carlos iii. Es Profesora de
Historia del Pensamiento Económico, de Historia Económica
y Social y de Historia Económica Mundial de la Facultad de
Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Córdoba,
Argentina. Sus áreas de interés son historia económica, historia
del pensamiento económico e historia de la política económi-
ca sobre todo en el estudio de América Latina, considerando
períodos de referencia que abarcan desde las colonias hasta
la actualidad. En los últimos años ha incorporado una nueva
área de interés a sus estudios y a sus producciones académicas:
la economía feminista y las mujeres en la historia económica y
en la historia del pensamiento económico. Correo electrónico:
[email protected]
Sandra Maceri
Doctora en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires, 1999.
Posdoctorado en Economía por la Universidad de Buenos
Aires, 2019. Investigadora del Instituto Interdisciplinario de
Economía Política de Buenos Aires (iiep) de la Universidad
de Buenos Aires y del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas (conicet). Miembro de la Carrera del Investiga-
dor Científico del conicet. Especialista en epistemología de
348 FILOSOFÍA DE LA ECONOMÍA
Fernando Morett
Doctor en Filosofía de la Ciencia por la London School of
Economics and Political Science. Ha impartido clases en esa
misma institución. Realizó una estancia de investigación pos-
doctoral de la Universidad Autónoma Metropolitana (uam),
Unidad Iztapalapa. Sus áreas de investigación son filosofía de
las ciencias sociales, filosofía del diseño de instituciones y ra-
cionalidad. Correo electrónico: [email protected]