El Clima
El Clima
El Clima
Este artículo trata sobre climas terrestres y Climatología en general. Para el cambio del
clima terrestre, véase calentamiento global.
Climas terrestres
Clasificación de Köppen
Parámetros climáticos[editar]
Para el estudio del clima hay que analizar los elementos del tiempo meteorológico:
la temperatura, la humedad, la presión, los vientos,
la precipitación, nubosidad, brillo y visibilidad.5 De ellos, las temperaturas medias
mensuales y los montos pluviométricos mensuales a lo largo de una serie bastante larga
de años son los datos más importantes que normalmente aparecen en los gráficos
climáticos.
Hay una serie de factores que pueden influir sobre estos elementos: la latitud geográfica,
la altitud del lugar, la orientación del relieve con respecto a la incidencia de los rayos
solares (vertientes o laderas de solana y umbría) o a la de los vientos predominantes
(Sotavento y barlovento), las corrientes oceánicas y la continentalidad (que es la mayor o
menor lejanía de una región respecto del océano o del mar).
Hay muchas clases de tiempo: cálido o frío, húmedo o seco, despejado o tormentoso, las
cuales resultan de diferentes combinaciones de las variables atmosféricas de temperatura,
presión, viento, humedad y precipitación. El tiempo siempre ejerció poderosa influencia
sobre las actividades humanas, y durante siglos el hombre ha estudiado la atmósfera,
tratando de comprender su comportamiento. La meteorología es la rama de la ciencia que
estudia esta envoltura de aire en torno de nuestro planeta.
Las variaciones a corto plazo de la atmósfera (que llamamos tiempo meteorológico), se
relacionan con nuestra vida cotidiana. La lluvia que riega nuestras cosechas y llena
nuestros embalses es parte del tiempo, lo mismo que los huracanes y tornados que dañan
nuestras ciudades y el rayo que puede fulminarnos en un segundo.
En un principio, los hombres simplemente observaban el tiempo; luego trataron de emplear
sus observaciones como base para la predicción y anticipación de las condiciones
meteorológicas; finalmente aprendieron que no podían pronosticarlas con mucho éxito sin
comprender su funcionamiento. Y cuando finalmente se consiguió cierto conocimiento de
los procesos atmosféricos, se comenzó a pensar en el intento de alterarlos. Estos son los
tópicos que consideramos aquí: los esfuerzos humanos para observar, predecir, entender
y aminorar los efectos negativos del tiempo atmosférico.
Elementos del clima[editar]
Una nube cumulonimbus bastante desarrollada vista
hacia el este en el sureste de Caracas, Venezuela. Un buen ejemplo del flujo de energía
(térmica, eléctrica, físico-química, etc.) en el seno de la atmósfera.
Los elementos constituyentes del clima son: temperatura, presión, viento, humedad y
precipitación. Tener un registro durante muchos años de los valores correspondientes a
dichos elementos en un lugar determinado, nos sirve para poder definir cómo es el clima
de ese lugar. De estos cinco elementos, los más importantes son la temperatura y la
precipitación, porque en gran parte, los otros tres elementos o rasgos del clima están
estrechamente relacionados con los dos que se han citado. Ello significa que una mayor o
menor temperatura da origen a una menor o mayor presión atmosférica, respectivamente,
ya que el aire caliente tiene menor densidad y por ello se eleva (ciclón o zona de baja
presión), mientras que el aire frío tiene mayor densidad y tiene tendencia a descender
(zona de alta presión o anticiclón). A su vez, estas diferencias de presión dan origen a los
vientos (de los anticiclones a los ciclones), los cuales transportan la humedad y
las nubes y, por lo tanto, dan origen a la repartición de las lluvias sobre la superficie
terrestre.
Temperatura atmosférica[editar]
Artículo principal: Temperatura atmosférica
Latitud
Altitud
Distancia al mar
Corrientes oceánicas
Orientación del relieve
Dirección de los vientos planetarios y estacionales
Latitud geográfica[editar]
Artículo principal: Zonas térmicas
1. Macrotérmico (menos de 1 km de altura), con una temperatura que varía entre los
27 °C al nivel del mar y los 20°.
2. Mesotérmico (1 a 3 km): presenta una temperatura entre los 10 y 20 °C, su clima
es templado de montaña.
3. Microtérmico (3 a 4,7 km): su temperatura varía entre los 0 y 10 °C. Presenta un
tipo de clima de páramo o frío.
4. Gélido (más de 4,7 km): su temperatura es menor de 0 °C y le corresponde un
clima de nieves perpetuas.
Algunos autores subdividen el piso mesotérmico en dos para lograr una mayor precisión
debido a que la diferencia de altitud y temperatura entre 1 y 3 km es demasiado grande
como para incluir un solo piso climático. Quedaría así un piso intermedio entre 1000 y
1500 m que se le ha denominado piso subtropical, aunque se trata de un nombre poco
apropiado ya que este término se refiere a una latitud determinada y no a un piso térmico
determinado por la temperatura. Y el piso ubicado entre los 1500 y 3000 m constituiría el
piso templado, al que le seguiría el piso de páramo hasta los 4700 m s. n. m.
El cálculo aproximado que se realiza, es que al elevarse 160 m, la temperatura baja 1 °C.
Como se puede ver en el artículo principal sobre los pisos térmicos, la disminución de la
temperatura con la altitud varía según las zonas geoastronómica en la que nos
encontremos. Si es en la zona intertropical, en la que el espesor de la atmósfera es
bastante mayor, la temperatura desciende 1 °C, no a los 160 m de ascenso, sino a los 180
m aproximadamente.
Orientación del relieve[editar]
La disposición de las cordilleras con respecto a la incidencia de los rayos solares
determina dos tipos de vertientes o laderas montañosas: de solana y de umbría.
Al norte del trópico de Cáncer, las vertientes de solana son las que se encuentran
orientadas hacia el sur, mientras que al sur del trópico de Capricornio las vertientes de
solana son, obviamente, las que están orientadas hacia el norte. En la zona intertropical,
las consecuencias de la orientación del relieve con respecto a la incidencia de los rayos
solares no resultan tan marcadas, ya que una parte del año el sol se encuentra incidiendo
de norte a sur y el resto del año en sentido inverso.
La orientación del relieve con respecto a la incidencia de los vientos dominantes (los
vientos planetarios) también determina la existencia de dos tipos de vertientes:
de barlovento y de sotavento. Llueve mucho más en las vertientes de barlovento porque el
relieve da origen a las lluvias orográficas, al forzar el ascenso de las masas de aire
húmedo.
Continentalidad[editar]
Artículo principal: Continentalidad
La proximidad del mar modera las temperaturas extremas y suele proporcionar más
humedad en los casos en que los vientos procedan del mar hacia el continente.
Las brisas marinas atenúan el calor durante el día y las terrestres limitan la irradiación
nocturna. En la zona intertropical, este mecanismo de las brisas atempera el calor en las
zonas costeras ya que son más fuertes y refrescantes, precisamente, cuanto más calor
hace (en las primeras horas de la tarde).
Una alta continentalidad, en cambio, acentúa la amplitud térmica. Provocará inviernos fríos
y veranos calurosos. El ejemplo más notable de la continentalidad climática lo tenemos en
Rusia, especialmente, en la parte central y oriental de Siberia: Verjoyansk y Oimyakon
rivalizan entre sí como los polos del frío durante los largos inviernos boreales (menos de
70 °C bajo cero). Ambas poblaciones se encuentran relativamente cerca del océano
Glacial Ártico y del océano Pacífico en su parte más septentrional (al norte del círculo polar
ártico), pero muy lejos de las zonas occidentales del ecuador térmico tanto
del Atlántico como del océano Pacífico, que es de donde proceden los vientos dominantes
cargados de humedad (vientos del Oeste).
La continentalidad es el resultado del alto calor específico del agua, que le permite
mantenerse a temperaturas más frías en verano y más cálidas en invierno. Es lo mismo
que decir que el agua no es diatérmana ya que se calienta directamente con los rayos
solares aunque posee una gran inercia térmica: tarda mucho en calentarse, pero también
tarda más en enfriarse por irradiación, en comparación con las áreas terrestres o
continentales. Las masas de agua son, pues, el más importante agente moderador del
clima.
Corrientes oceánicas[editar]
Artículo principal: Corriente marina
Las corrientes marinas o, con mayor propiedad, las corrientes oceánicas, se encargan de
trasladar una enorme cantidad de agua y, por consiguiente, de energía térmica (calor). La
influencia muy poderosa de la corriente del Golfo, que trae aguas cálidas desde las
latitudes intertropicales hace más templada la costa atlántica de Europa que lo que le
correspondería según su latitud. En cambio, otras zonas de la costa este de América del
Norte, situadas a la misma latitud que las de Europa presentan unas temperaturas mucho
más bajas, especialmente en invierno. El caso de Washington D. C., por ejemplo, puede
compararse con Sevilla, que está a la misma latitud, pero que tiene unos inviernos mucho
más cálidos. Y esta diferencia se acentúa más hacia el norte, porque al alejamiento de la
corriente del Golfo hay que sumar la influencia de las aguas frías de la corriente del
Labrador: Oslo, Estocolmo, Helsinki y San Petersburgo, capitales de países europeos, se
encuentran a la misma latitud que la península del Labrador y la bahía de Hudson,
territorios prácticamente deshabitados por el clima extremadamente frío. Otro interesante
ejemplo de que las temperaturas no guardan una correspondencia estricta con la latitud,
cuando se tratan de corrientes oceánicas frías o cálidas se encuentra en el hecho de que
las aguas oceánicas en España y Portugal son más cálidas que en las costas de Canarias
y Mauritania, a pesar de la menor latitud de las costas africanas, por el hecho de que en
ambos casos están incidiendo los efectos de dos corrientes distintas: la corriente del
Golfo en las costas europeas y la de las Canarias en las costas africanas.
Las corrientes frías también ejercen una poderosa influencia sobre el clima. En la zona
intertropical producen un clima muy árido en las costas occidentales de África y de
América, tanto del norte como del sur. Estas corrientes frías no se deben a un origen polar
de las aguas (algo que se señala en algunos textos desde hace mucho tiempo), que no se
explicaría en el caso de las corrientes frías de California y de Canarias ya que ambas
están ubicadas entre corrientes cálidas a mayor y a menor latitud. La frialdad de las
corrientes se debe al ascenso de aguas profundas en dichas costas occidentales de la
Zona Intertropical. Ese ascenso de las aguas, lento pero constante, es muy evidente en el
caso de la Corriente de Humboldt o del Perú, una zona muy rica en plancton y en pesca,
precisamente, por el ascenso de aguas profundas, que traen a la superficie una gran
cantidad de materia orgánica. Como las aguas frías producen alta presión atmosférica,
como se explica en los artículos sobre la Guayana Venezolana y sobre la diatermancia, la
humedad relativa en las áreas de aguas frías es muy baja y las lluvias son muy escasas o
nulas: el desierto de Atacama es el más árido del mundo.
Los motivos de la surgencia de las aguas frías se deben a dos razones relacionadas con el
movimiento de rotación de la Tierra:
Clasificaciones climáticas[editar]
Artículo principal: Clasificación climática de Köppen
1. f – Lluvias todo el año sin estación seca definida, p. ej., en la zona intertropical Af =
Clima de selva.
2. w – Lluvias en verano, también en la zona intertropical, p. ej., Aw = Clima de
sabana.
3. m – Lluvias de monzón. Similar al Aw, pero con lluvias más intensas originadas por
la diferencia acentuada de las presiones atmosféricas entre el océano y los
continentes. Solo se presenta en el sur y sureste del continente asiático. Las
lluvias suelen ser muy intensas y prolongadas durante la época de calor, cuando
las bajas presiones continentales atraen a los vientos procedentes del océano
Índico cargados de humedad, que se descargan en las vertientes meridionales del
Himalaya y otras cordilleras provocando desbordamientos de los grandes ríos de
la zona, como el Indo, el Ganges, el Bhramaputra, el Irawaddy, el Saluen y el
Mekong, así como otros ríos del sur de China.
4. s – Lluvias en invierno. Corresponde al clima subtropical seco o clima mediterráneo
(Csa según Köppen), localizado en las latitudes subtropicales de las costas
occidentales de los continentes.
La clasificación por tipo de vegetación utiliza letras mayúsculas y son:13
En la Zona Intertropical existen 4 pisos térmicos (también llamados pisos climáticos o pisos
bióticos) ya que los cinco elementos o parámetros del clima que se han indicado varían
con la altitud. Algunos autores añaden un piso intermedio (también llamado subtropical)
entre el macrotérmico y el mesotérmico, ya que este último abarca una diferencia
considerable de altura. Como se ha indicado, estos 4 pisos son:
Macrotérmico, con las temperaturas siempre elevadas y constantes, ubicado entre el
nivel del mar y los 800 a 1000 m s. n. m. (metros sobre el nivel del mar), según los
criterios de distintos autores.
Mesotérmico o piso templado, entre los 800 a 1000 m, hasta los 2500 a 3000 m de
altitud.
Microtérmico o piso frío (llamado en algunos países hispanoamericanos como «piso
de páramo»), desde los 2500 o 3000 m s. n. m. hasta el nivel de las nieves perpetuas
(aproximadamente, a los 4700 m s. n. m.)
Gélido, helado o de nieves perpetuas, a partir de los 4700 m de altitud, cota donde se
ubica, aproximadamente, la isoterma de los 0 °C.
Y a medida que avanzamos en latitud, el número de pisos climáticos va disminuyendo
porque la influencia de la altitud va siendo sustituida por la de la misma latitud. Esto
significa que el primer piso que desaparece (ya en las zonas templadas) es el piso
macrotérmico. Y la diferencia esencial entre los pisos térmicos o climáticos en la zona
intertropical y en otras zonas geoastronómicas es que en aquella solo encontramos
climas isotermos, es decir, con las temperaturas semejantes a lo largo de todo el año
mientras que en las zonas templadas, las temperaturas varían considerablemente durante
las estaciones debido a la distinta inclinación de los rayos solares durante el año y, por
ende, a las distintas cantidades de energía solar que recibe la superficie terrestre a lo largo
del año.
En función de la precipitación[editar]
Árido
Semiárido
Subhúmedo
Húmedo
Muy húmedo
Con relación a los umbrales que separan unos climas de otros según las precipitaciones
respectivas, existen diversas interpretaciones (según distintos autores), que deberían estar
basadas, además de los montos pluviométricos de las estaciones ubicadas en un clima
dado, en las temperaturas medias mensuales de esas mismas estaciones, tal como se
indica en el artículo sobre el índice xerotérmico de Gaussen ya que no es lo mismo una
pluviosidad de 40 mm para un mes determinado en una estación meteorológica de un
clima cálido que si se trata de un clima frío. De hecho, una escasa precipitación en un mes
de apenas un litro de agua por m² (es decir, 1 mm) no tendría ningún efecto cuando se
trata de un clima cálido, ya que ese valor de la precipitación quedaría anulado rápidamente
por la evaporación: pero si hablamos de un clima de tundra durante el invierno, en el que
las temperaturas medias fueran inferiores a los 0 °C, ese litro de agua permanecería en el
suelo en forma líquida o sólida, por la casi ausencia de evaporación que se presenta con
esas temperaturas.
En el caso de España, por ejemplo, la pluviosidad disminuye de noroeste a sureste, desde
unos 1500 mm anuales en una gran parte de Galicia hasta los 300 mm o menos en las
costas de Almería, con una aridez extrema en los valles internos de la provincia por el
efecto de sotavento de las alineaciones montañosas, como sucede, por ejemplo, en el
valle de Tabernas. Y el ejemplo de las laderas occidentales de la Sierra de Grazalema,
en Cádiz, con una pluviosidad aún mayor que la de Galicia servirían para aclarar un poco
la idea ya indicada de la influencia de la temperatura con respecto a la efectividad de las
lluvias. Si no se toma en cuenta la Sierra de Grazalema en lugar de Galicia para definir la
gradación progresiva de los climas según su mayor o menor aridez es porque esta Sierra,
que fue declarada en 1977 Reserva de la biosfera por la UNESCO, representa un caso
especial y muy localizado, e inverso al de Tabernas, en el sentido de que se trata de un
área expuesta a los vientos del oeste, es decir, a barlovento, lo que incide en la ocurrencia
de lluvias orográficas. En cambio, en el valle de Tabernas, con un clima desértico y
ubicado en el extremo oriental de Andalucía, en Almería, se trata de una zona a sotavento
de los vientos del oeste, por lo que la humedad es muy escasa.
Clasificación genética[editar]
Clasifica en función de las masas de aire que le dan origen: