Lectura El Habitad Humano
Lectura El Habitad Humano
Lectura El Habitad Humano
Historia del Arte y los Estilos I Prof. Martha López Montesinos de Arauco
Evolutivamente, tras el paso del nomadismo al sedentarismo, los primeros habitantes de grutas naturales
no disponían de los enseres ni las técnicas pertinentes para modificar de una manera sustancial la
configuración del territorio en el que habían decidido vivir. Debido a esto, la selección del lugar se basaba
en condicionantes variables como la buena visibilidad perimetral, la ubicación junto a rutas significativas,
una orientación favorable o la posibilidad de ampliación de determinadas actividades. Dependiendo de las
condiciones exteriores del entorno o las internas del terreno, las cuevas iniciales excavadas de un modo
sencillo fueron convirtiéndose en sistemas más complejos que distinguían estancias y usos.
Esta variedad de espacios permitía un habitar diferente según distintas condiciones climáticas exteriores
o periodos de ocupación. Al respecto, Shoemaker (1984: 27) afirma que «La característica principal de la
casa, en una sociedad más avanzada de cazadores y pescadores, es su adaptación a unas condiciones
climáticas adversas», y para ello es necesario un control climático más sofisticado, existiendo en muchos
casos agrupaciones excavadas con dos tipologías distinguibles, una para invierno y otra para verano. Por
tanto, la relación entre hábitat y habitante se muestra como un vínculo de impresionante riqueza
trasladable también a la dependencia entre el propio territorio y las distintas construcciones troglodíticas
que en él se implantan, permitiendo una respuesta específica ante situaciones y necesidades diversas. El
hombre por naturaleza siempre busca mejorar su forma de vivir, y es en la vivienda -donde el hombre
pasa gran parte de su tiempo- en donde la habitabilidad se hace más evidente. La calidad del
espacio arquitectónico, apariencia y acondicionamiento dentro de la vivienda es probablemente lo
que más valora el común denominador de las personas.
Es evidente el impacto que el entorno construido tiene sobre el comportamiento y estar del humano,
y la vivienda, al ser el lugar más íntimo, constituye la plataforma básica de habitabilidad. Sin
embargo, al hablar de habitabilidad y arquitectura no se puede dejar a un lado la arquitectura a nivel
urbana y global, pues de igual manera la arquitectura de espacios de la ciudad también tiene
repercusiones sobre la calidad de vida de sus habitantes. Se habita en la ciudad en medida que el
entorno construido lo permita. Factores como la infraestructura, servicios, empleos y educación,
hacen de un centro urbano más habitable o no. Una ciudad, al igual que la arquitectura, es ciudad en
todo el esplendor de su significado si esta es habitada.
A lo largo de la historia el arquitecto erróneamente ha intentado enseñar a los habitantes cómo vivir
los espacios. Al entender a la arquitectura como la herramienta para lograr la habitabilidad del
espacio, entendemos que el trabajo del arquitecto está en la correcta interpretación del habitar.
Existen varios aspectos básicos para el correcto funcionamiento de una obra arquitectónica, tales
como los biológicos y psicológicos que hacen que el habitante establezca una relación de confort y
habite el espacio.
https://www.arquine.com/habitabilidad-y-arquitectura/