La Comunicación en Familia. Más Allá de Las Palabras
La Comunicación en Familia. Más Allá de Las Palabras
La Comunicación en Familia. Más Allá de Las Palabras
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La comunicación en familia
Más allá de las palabras
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La comunicación en familia
Más allá de las palabras
Vanesa Lara L. Agrelo
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electroóptico, por fotocopia o por cualquier otro, sin la autorización previa por escrito de Editorial
Síntesis, S. A.
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ISBN: 978-84-995837-4-7
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Índice
PRÓLOGO INTRODUCCIÓN
1 De la pareja a la familia
Introducción ¿Cómo se constituye una pareja? ¿Qué se espera al formar una
pareja? Si la pareja es como un pastel ¿cuáles son los ingredientes del
amor? Cuando se deja de ser dos: el nacimiento de los hijos Preguntas y
respuestas
2 El niño de 0 a 12 meses
Introducción ¿Cómo se comunica el recién nacido con las personas que lo
rodean? ¿Cuándo reconoce a sus padres? ¿Qué condiciones debe reunir el
momento de alimentarle? ¿Cómo se pueden comunicar los padres con el
niño mientras satisfacen sus necesidades? Las primeras separaciones del
niño: ¿Cómo se afrontan? Preguntas y respuestas
3 El niño de 12 a 36 meses
Introducción El niño comienza a andar: ¿Cómo ayudarle y fomentar sus
primeros pasos? Un gran paso en el desarrollo de la comunicación: el niño es
capaz de hablar ¿Por qué el niño dice siempre no?
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¿Cómo se puede enseñar al niño comportamientos positivos y reducir los
negativos? Preguntas y respuestas
4 El niño de 3 a 5 años
Introducción ¡Déjame hacerlo a mí! ¡Yo puedo solo! ¿Cómo afronta el sistema
familiar el reto de empezar el colegio? ¿Cuándo y cómo se desarrolla en el
niño la autoestima? ¿Cuándo son necesarios los límites y cómo imponerlos?
Preguntas y respuestas
5 El niño de 6 a 8 años
Introducción El niño asume nuevas responsabilidades: deberes y exámenes
Cómprame la mochila de Barbie todas mis amigas la tienen ¿Cómo ayudar al
niño a identificar sus sentimientos y saber controlarlos? El niño tiene sus
propias opiniones, es necesario negociar con él Preguntas y respuestas
6 El niño de 9 a 13 años
Introducción Cómo solucionar los problemas fuera del sistema familiar ¿Qué
le ocurre a mi cuerpo? ¿De dónde vienen los niños? Televisión y
ordenadores: ¿saludables o perjudiciales? Sólo me entienden mis amigos
Preguntas y respuestas
7 Cuando la comunicación se convierte en patológica
Introducción ¿Qué hace diferente a una familia eficiente? Proceso de
enfermar en la familia. ¿Cumplen alguna función los síntomas en la dinámica
familiar? Diferentes familias dependiendo de sus valores y de su
comunicación
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Aportaciones de la terapia familiar
8 Cómo percibe el niño a su familia a través del dibujo
Introducción Según la distancia física entre los personajes Según el tipo de
interacción mantenida entre los miembros de la familia La diferenciación entre
los subsistemas familiares (parental-filial) y si se respeta o no el orden
jerárquico de aparición Cuando se incorpora a personas que no forman parte
de la familia (por ejemplo, a la niñera) o fallecidos Cuando se suprime a algún
miembro de la familia que existe realmente
Bibliografía recomendada
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Prólogo
Me gustaría acercar al lector a este texto, y cuando pensé cómo hacerlo, la
primera idea fue dar una visión panorámica subrayando lo más valioso de
este trabajo, pero después, y aun a riesgo de que estas páginas iniciales
fueran el peor favor que se puede hacer a un texto sobre comunicación con
una visión clara y evolutiva, opté por otra manera de introducir o acercar el
texto y su lectura. Estoy convencido de que la comunicación humana se
singulariza como humana en la medida en que se acerca al sentimiento, y
desde ese sentimiento presento esta obra.
El libro se inicia en la constitución de la pareja y finaliza cuando el niño llega a
la pubertad. Yo no sabría cómo decirles lo que se puede escuchar, transmitir,
confundir, malentender y distorsionar en ese período de tiempo.
Ustedes no sé en qué fase de su ciclo vital están, pero si han constituido una
pareja o han establecido un compromiso reciente o pasado, seguro que
recuerdan haber oído frases como "eres la/el mujer/ hombre de mi vida", "no
puedo vivir sin ti"... Y recuerdan la gratitud que se experimentaba, el grito "de
toda nuestra biología" danzando dentro de nosotros... Si ya pasó algún
tiempo desde ese momento, seguramente habrán comprobado que esas
frases han ido dejando lugar a otras como "otra vez te han puesto una multa
por dejar el coche tirado", "a ver si nos duchamos con más cuidado que mira
como lo pones todo"... Con esto no quiero decir que los primeros mensajes
fueran un error, producto de la enajenación transitoria que suponía el
enamoramiento, no, quizá es que los primeros mensajes carecían de algunos
matices. Claro que puede usted seguir
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siendo la mujer o el hombre que el otro ha soñado, pero lo que
probablemente también sabe es en qué se convertiría si cambiará entre el 80
y el 95% de su conducta habitual. Entonces el amor renacería como un
verdadero torbellino y las extravagancias de los psicoterapeutas que dicen
que el amor cambia, se transforma, que la pasión disminuye hacia su pareja y
se incrementa (al menos en fantasía) por cualquier otro miembro de la
especie humana, serían hipótesis absolutamente desubicadas. Un cambio,
que tampoco es tanto, en su modo de hacer, llegar, salir, entrar, saludar,
vestirse, ducharse, cantar, sonreír... y seguiremos siendo la mujer/hombre
ideal que el otro ha soñado.
Pero como ustedes también saben, el inicial desbordamiento amoroso que da
lugar a la constitución de la pareja es iniciar un camino, donde uno no conoce
correctamente cual será la geografía del terreno, la climatología, si ha tenido
la preparación suficiente para iniciarlo, ni siquiera cuántos van a terminar
haciendo el viaje. Es cierto que inicialmente somos dos, y que ponemos de
nuestra parte para tener otros compañeros en el viaje, pero claro, el hecho de
que vengan a acompañarnos es algo más que una invitación, es un recorrido
que nos transforma, nos hace ver que somos algo distinto, nos preocupamos
por cosas que jamás nos habían llamado la atención, como el desarrollo de la
genética, la embriología y, en última instancia, si hay algo que se pueda
hacer para que el niño tenga el peso adecuado, el tamaño adecuado, los
dedos (los justos ni uno más por favor).Recuerdan, si alguno pasó esta fase,
Introducción
"La familia es entendida como un grupo humano integrado por miembros
relacionados por vínculos de afecto, sangre o adopción y en que se hace
posible la maduración de la persona a través de encuentros perfectivos,
contactos continuos e interacciones comunicativas que hacen posible la
adquisión de una estabilidad personal, una cohesión interna y unas
posibilidades de progreso evolutivo según las necesidades profundas de cada
uno de sus miembros en función del ciclo evolutivo en que se encuentren y
acordes con el ciclo vital del propio sistema familiar que las acoge"
(José Antonio Ríos)
Sobre la familia: el punto de partida
La familia es, para cada persona, el punto de salida ante la carrera que
supone la vida siendo la meta alcanzar la madurez de manera independiente
y autónoma. Dentro de ella se nace, crece, enferma, ríe, llora, educa,
madura, y un sin fin de experiencias que van a constituir el marco de
referencia en la manera de comunicarnos con el resto del mundo.
No obstante, el inicio de la familia se encuentra en la pareja. En este sentido,
cuando dos personas adquieren un compromiso firme pueden elegir tener o
no descendencia, puntualizándose que un hijo ni une a la pareja ni soluciona
los problemas entre ellos. Ésta sigue siendo una creencia generalizada y la
conclusión rotunda es que hace falta una gran
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estabilidad y amor para sobrevivir victoriosos a esas malas noches,
preocupaciones sobre los cuidados del bebe o falta de tiempo personal. Es
cierto que es una experiencia maravillosa, pero se tiene que dar en las
condiciones optimas y "no empezar la casa por el tejado".
"Nosotros" como familia. Comienza el entrenamiento
Desde el primer día en que nace el niño, la vida cambia. Ha llegado un nuevo
miembro a la familia por lo que las relaciones experimentan una
transformación. La ecuación "tú y yo" se convierte en "nosotros". A partir de
este momento, los padres serán como entrenadores personales de su hijo,
los cuales tienen que identificar y cubrir sus necesidades básicas y proveerle
de estrategias y habilidades que le permitan desarrollarse, preservando su
salud física y emocional.
Dentro del sistema familiar, estructuralmente se establecen diferentes
subsistemas que deben estar delimitados por unos límites claros. Por un lado,
el subsistema conyugal está formado por la pareja y se convierte
automáticamente en el parental cuando tienen un hijo. No obstante, cada uno
de ellos es diferente, es decir, el uno no elimina ni sustituye al otro, debiendo
cuidar las funciones que corresponden a cada una de las parcelas. Con el
nacimiento de un hijo aparece un nuevo subsistema, el filial (hijos) y en el
caso de tener más descendencia surgiría el fraternal (hermanos).
En este sentido, no sólo se trata de delimitar la estructura, sino la
funcionalidad que se va a desarrollar en la dinámica familiar destacando las
pautas de comunicación que se establezcan. A grandes rasgos, la
comunicación tiene que ser profunda y emotiva, no superficial, manteniendo
una interacción clara y precisa verbalmente y congruente con los canales no
verbales (por ejemplo, la posición del cuerpo o el tono de voz).
Educar es un arte de precisión. Obviamente este tipo de arte no permite
como, por ejemplo, en la pintura la elaboración de borradores previos ni la
repetición de lienzos que no terminan de gustar. En la interacción
padres-hijos todo supone una enseñanza. Probablemente surjan
equivocaciones pero es el modo para que se encaucen las rectificaciones
donde el niño podrá aprender de los errores.
La familia atraviesa su propio ciclo vital. Este ciclo anticipa de manera global
los cambios que se van a dar y los movimientos adaptativos eficientes ante
tales cambios. Su ciclo normativo viene marcado desde el nacimiento de los
hijos, atravesando posteriormente la etapa escolar, preadolescencia,
adolescencia y, por último, la independencia y emancipación del hogar.
Establecer una comunicación sana desde los primeros años de vida del niño
resulta decisivo en la formación de su personalidad y en su manera de
relacionarse, posteriormente, con el mundo. Se puede comparar con el
proceso que siguen los actores
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teatrales. Es decir, primero toman contacto con el personaje, se aprenden el
guión con el objetivo final de interiorizar el papel, consiguiéndolo mediante la
repetición en los ensayos. Durante estas representaciones, el director corrige
las imperfecciones y refuerza lo positivo, ayudando a los actores a que "se
metan en la piel del personaje". Una vez conseguido realizan un ensayo
general para poder evaluar cómo encajan todos los factores (escenarios,
vestuario) antes del día del estreno. Cuando la obra consigue ser
representada, el director sale de la escena y se transforma en apuntador,
interviniendo únicamente cuando el actor lo necesite.
El desarrollo del niño sigue una evolución parecida. En este caso, los padres
son los directores de escena, que a través de su apoyo y enseñanzas
transmiten al niño lo que está bien y lo que no, lo que se valora de él, cómo
afrontar los problemas, comunicarse abierta y claramente con los demás o la
expresión de los sentimientos. El niño interioriza gradualmente una manera
de ser y de comunicarse, es decir, se aprende el guión de su vida. Cuando
comienza a poner en práctica lo aprendido, sus padres le corregirán cuando
se equivoque y le felicitarán cuando tenga éxito, aprendiendo implícitamente
los valores importantes en y para su familia. Finalmente, el niño representará
su papel sin la dirección de los padres, pero pudiendo recurrir a ellos cuando
los necesite.
De la misma manera que el niño experimenta cambios evolutivos, la
comunicación establecida con él también se modifica, enriqueciéndose
gradualmente con la adquisición y dominio de las capacidades físicas,
cognitivas, sociales y emocionales. Por tanto, las principales limitaciones se
encuentran en la capacidad de descifrar las señales o mensajes que emiten
los niños y no en su capacidad comunicativa. Es decir, el llanto, la sonrisa o
las rabietas, hablan por sí mismos, pero hay que entenderlos para responder
a sus demandas.
¡Preparados, listos, ya!
La escuela es equiparable al momento en el que un corredor escucha el
disparo de salida, es decir, al igual que el deportista ha estado entrenando
previamente para poder enfrentarse a la carrera, el niño hasta este momento
ha ido adquiriendo determinadas destrezas y habilidades que podrá
desarrollar en grupo y demostrar sus capacidades.
A partir de este momento, comienza su proceso de socialización y de
aprendizaje escolar, lo cual supone un duro entrenamiento y esfuerzo por
parte de todo el sistema familiar para adaptarse a las necesidades del
momento (apoyo escolar y relaciones con los iguales).
Existen otros corredores
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Las primeras relaciones interpersonales a las que se expone el niño suponen
un entrenamiento de las habilidades sociales que ha adquirido y desarrollado.
La calidad de dichas relaciones va a depender de la propia autoestima del
niño, del control y manejo de sus sentimientos y de las estrategias de
negociación que haya ejercitado (y visto ejercitar) en y con su familia.
En este sentido, si el niño recibe mensajes positivos o negativos centrados en
sus comportamientos y que no atenten contra su valor personal desarrollará
una alta autoestima porque percibirá que el amor de sus padres es
incondicional. A su vez, dentro del seno familiar puede expresar cómo se
siente, sin vergüenza ni miedo, porque sus sentimientos son aceptados y
reconocidos por los demás miembros de la familia en un ambiente seguro y
de confianza. Además, si ante los problemas familiares, son capaces de
resolverlos ofreciéndole alternativas de solución e implicándole, será capaz
de trasladar todo lo aprendido a su manera de relacionarse con los demás.
¿Hay que saltar los obstáculos o esquivarlos?
La vida implica conflictos que son inevitables, siendo la manera de abordarlos
en familia donde el niño interiorizará las herramientas de cómo se hace.
Cuando se está corriendo en la carrera de la vida se puede seguir por el
camino recto y marcado o, por el contrario, tomar "atajos". Dependiendo de lo
que se aprenda dentro del seno familiar, un adulto será fiel a sus valores y
principios o decidirá tomar el camino, aparentemente, más fácil.
Por tanto, se trata de que padres e hijos puedan establecer entre ellos un
vínculo, más allá de lo biológico. Dedicar los esfuerzos que conllevan las
discusiones para reforzar la dinámica familiar y no debilitarla en un enredo sin
salida buscando ser el ganador o controlador. Requiere una dedicación
constante poder alcanzar una comunicación efectiva y afectiva, a través de la
cual se transmitan los aprendizajes necesarios para enfrentarse a las
dificultades, permitiendo la propia autonomía y diferenciación de sus
miembros.
Como padres hay que tener paciencia en el arte de educar e ir subiendo los
escalones de la evolución paso a paso, ofreciendo una mano de ayuda
cuando se caiga o cuando retroceda, pero sin subir el peldaño por el niño o
quitarle los obstáculos del camino. Metafóricamente, se puede pensar en las
pautas de crianza que presentan las leonas con sus cachorros, que durante
el primer año de vida son capaces de dar la vida por su prole y dedicar
grandes esfuerzos a enseñarles el arte de cazar. Pero una vez que los
cachorros se convierten en adultos los lazos de dependencia desaparecen,
teniendo que ser ellos mismos los responsables de cazar, demostrando lo
aprendido de su madre. Si se educan personas eficientes podrán
desenvolverse de manera sana con ellos mismos y con los demás.
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He llegado a la meta: quiero y necesito correr solo sabiendo que
puedo hacerlo
Independizarse forma parte de un desarrollo evolutivo sano y supone subir el
último escalón de la escalera. Pero el hecho de hacerlo no implica que se
esté preparado, es decir, la persona tiene que necesitar y querer comenzar
su andadura por la vida de manera autónoma e independiente confiando en
sus capacidades. Naturalmente se trata de un momento decisivo en la vida
de todo ser humano pero cuando se cuentan con habilidades y el respaldo de
los familiares, resulta una experiencia cargada de gratificaciones.
Los niños de hoy serán los adultos del mañana. A su vez, estos adultos serán
padres y responsables de la educación de la generación siguiente y así
sucesivamente. A nadie se le enseña cómo ser un buen padre o madre pero,
si se toma conciencia de la responsabilidad que supone decidir tener un hijo y
educarlo, se deben emplear todos los medios, de los que hoy SÍ se dispone,
para educarse y conocerse uno mismo y, no intentar hacer lo mejor posible,
sino hacerlo.
Un niño es como un trozo de arcilla que se moldea con increíble facilidad,
siendo sus padres los encargados de dotar a esa base, endeble y frágil de
todas las herramientas necesarias para que, una vez se endurezca, no
presente a lo largo de su vida ninguna grieta indicativa de que algo falló o
simplemente faltó.
De la necesidad del psicólogo
Cuando un deportista no rinde al máximo en las competiciones pueden darse
dos alternativas como solución. Si presenta un problema o lesión física
acudirá al fisioterapeuta, pero ¿qué ocurre si el conflicto se localiza en su
relación con el entrenador?
Dentro de la familia, es probable que cuando uno de los miembros presente
una "enfermedad" física la primera opción sea recurrir a un médico, pero
¿qué ocurre si se mantiene en el tiempo y los tratamientos no son efectivos?
Obviamente, no se está haciendo referencia a las enfermedades típicas de la
infancia, sino a determinadas molestias que pueden estar comunicando otro
1
De la Pareja a la Familia
Introducción
La familia debe entenderse como un sistema en el que cada uno de los
miembros que lo compone influye en el resto, y viceversa. El origen de la
familia se encuentra en la pareja, y una vez que se ha consolidado como tal,
comienza una nueva aventura con la decisión de tener descendencia. A partir
de este momento, el ciclo vital del sistema familiar se va a definir en función
del nacimiento, desarrollo y crecimiento de los hijos.
Pero, ¿qué es una pareja? A modo general, se podría definir como el
conjunto formado por dos personas (diada), más o menos distintas, que
deciden luchar por un proyecto en común. Cada una de estas personas tiene
un pasado, un presente y una expectativa de futuro, que van a forman parte
de la vida en común.
De esta manera, el origen, gestación y mantenimiento o distanciamiento de
una pareja va a estar influenciado por cada uno de los miembros que la
componen y las respectivas expectativas y necesidades que tienen y que
pretenden cubrir dentro y fuera de la relación.
Metafóricamente, puede ilustrarse como si dos personas llevaran consigo
todas sus pertenencias en una maleta, las cuales, hasta ese momento,
habían estado en un armario. La nueva situación requiere que el contenido de
las dos maletas encaje dentro de un solo armario, lo cual implica la
negociación entre los propietarios. De este modo, las cosas obtendrán su
lugar en función de la prioridad e importancia que ambos les otorguen,
pudiendo alcanzar un orden establecido. Es decir, los armarios están
divididos en estantes y, en función del lugar en el que se coloquen las cosas,
la accesibilidad a ellas será diferente. En aquellos estantes de fácil acceso,
se colocarán las cosas importantes y que se necesitan "tener a mano",
dejando las partes superiores del armario libres para todo aquello que, como
pareja, puedan incorporar a sus vidas.
¿Cómo se constituye una pareja?
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Así como la formación del sistema familiar conlleva una serie de etapas, la
formación de la pareja también, la cual va a seguir su propio ciclo evolutivo
hasta llegar a consolidarse. Las fases que va a atravesar son las siguientes:
enamoramiento, formalización y compromiso.
Cuando dos personas se conocen y comienzan a intimar, inician su proceso
en la denominada etapa romántica (enamoramiento) q ue puede ser calificada
como "maravillosa", "excitante" o "una locura". Para una relación es un
momento muy importante debido a que es el punto de partida en el que van a
empezar a crear un futuro juntos. No obstante, es necesario puntualizar que
el amor romántico, prácticamente, no puede explicarse con palabras sino que
sólo se puede experimentar. Además, las dos personas que se encuentran
inmersas en esta etapa, nada pueden predecir y ningún obstáculo les resulta
demasiado grande, contemplando siempre posibilidades. De esta manera,
cada uno de ellos piensa que su experiencia con el otro es única.
Cuando las personas se enamoran, tienen la sensación de que por fin han
encontrado a alguien que se ha dado cuenta de que existen, que se preocupa
por ellos y que está interesado en todo lo que les puede afectar, simplemente
porque son ellos mismos. Este tipo de amor puede estar fomentado por la
atracción física, inquietudes intelectuales similares, aficiones, e incluso por
crisis personales.
Con el paso del tiempo, se desemboca en el campo de la sexualidad,
experimentando la unión sexual como una expresión definitiva de unión. No
obstante, puesto que cada pareja es única, el momento en el que decidan
mantener relaciones sexuales forma parte de su propio ciclo. De este modo,
el sexo puede significar el origen, un paso intermedio o la culminación en una
relación.
Para que el amor pueda evolucionar hacia etapas posteriores, uno mismo
debe correr el riesgo de abrirse a la otra persona, y estar dispuesto a perder
parte de la propia independencia para aportar más de uno mismo al nuevo
vínculo que se establece. A su vez, la sensación que predispone para
atravesar las siguiente etapas es el deseo de permanecer juntos y que su
proyecto en común se dilate en el tiempo para siempre. Si durante el
enamoramiento, las dos personas establecen entre ellas una fuerte
vinculación, tendrán más posibilidades de poder superar las pruebas y
obstáculos que forman parte de cualquier relación duradera.
Cuando los miembros de la pareja se preguntan "¿por qué estamos juntos?"
y son capaces de responder, están dando el primer paso hacia el
compromiso (etapa de formalización). Es el momento en el que se muestran
socialmente como pareja, presentándose mutuamente a las respectivas
familias y grupos de amistades.
Tradicionalmente, la etapa de compromiso e ra sinónimo de matrimonio pero,
obviamente, a día de hoy, no puede ni debe equipararse exclusivamente al
matrimonio, puesto que existen diferentes formas de establecer un
compromiso con otra persona. Son
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muchas las parejas que están comprometidas con su relación sin estar
casadas.
¿Qué se espera al formar una pareja?
Para poder llegar a la fase de compromiso y consolidar la relación, es
necesario que los miembros que la constituyen hayan trabajado sobre las
expectativas que pretenden alcanzar juntos. Las expectativas abarcan tres
puntos fundamentales: el vínculo amoroso, el lugar que va a ocupar cada uno
de ellos en la toma de decisiones (jerarquía) y los proyectos básicos.
¿Qué une a una pareja? El vínculo amoroso
El vínculo amoroso t iene su origen en la fase del enamoramiento, pero es
preciso puntualizar los aspectos que determinan su creación, es decir, ¿qué
necesita cada miembro de la pareja para sentirse querido? Esta es el área
básica en la que tienen que llegar a acuerdos, ocupando un lugar muy
importante la influencia que pueden tener en su relación, por un lado, las
familias de origen de cada uno de ellos y, por otro lado, las "secuelas"
provocadas por parejas anteriores.
Cuadro 1.1. Expectativas de pareja
23
En las familias de origen r espectivas, cada persona aprende a dar y recibir
amor, e incorpora el modo de vincularse de manera afectiva y sentimental
con los demás. Es decir, las experiencias vividas en la familia les han servido
de modelo, pero tienen que reflexionar en qué sentido han interiorizado este
aprendizaje para su vida futura y, en concreto, en su manera de relacionarse.
Se pueden situar en dos extremos: por un lado, aceptar y adaptar este
modelado o, por el contrario, rechazarlo tajantemente. Obviamente, ésta es
una elección personal pero es una decisión de la cual se debe ser consciente.
En relación a la influencia de las parejas anteriores, por todos es conocido
que determinadas relaciones sentimentales pueden dejar heridas tan fuertes
que nunca lleguen a cicatrizar, proyectándose todos esos sentimientos
(miedo, frustración o desconfianza) al
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nuevo vínculo amoroso. No hay que olvidar que cada una de las personas
tiene un pasado repleto de relaciones personales y que, como seres
humanos, se tiende a repetir ciertos patrones. Es decir, las personas actúan
de manera parecida (incluso igual) en cada nueva relación que inician,
observándose una constante en la forma de actuar, constante que, en
muchas ocasiones, supone errar de manera continuada.
Además de estas influencias, el vínculo amoroso va más allá, cubriendo otros
dos aspectos fundamentales de la vida en común: las necesidades de cada
uno y la vinculación, propiamente dicha.
En relación a las necesidades s e diferencian dos polos: desde la fusión
(necesidad de compartir todo con el otro) hasta la diferenciación (necesidad
de respetar cierta independencia). En este sentido, el tipo de necesidades
que requieren ser satisfechas sigue un ciclo evolutivo parecido al de un niño,
el cual al principio de su vida necesita compartir, que le valoren y le
reconozcan pero, poco a poco, va necesitando diferenciarse y separarse de
los padres. En el caso de la pareja, su inicio vendría caracterizado por la
fusión (compartir, reconocer, valorar) demandando, en un momento
determinado, cierta diferenciación (respeto ante la independencia). No
obstante, el modo de relacionarse tiende a ir moviéndose entre los dos
extremos, según sus necesidades, pero es vital que cada uno de ellos valore
si dichas necesidades son las mismas o diferentes a las del otro.
La vinculación o la unión entre ambos miembros abarcaría dos áreas: por un
ue se van a manejar en la relación de pareja y con el mundo
lado, los límites q
que les rodea y, por otro, si la vinculación va a ser total o parcial.
Los límites o fronteras están constituidos por las reglas que definen quiénes
participan en una determinada relación, y de qué manera. Su función es la de
proteger la diferenciación del sistema marcando el grado de cercanía o
distanciamiento entre los propios miembros de la pareja y con el resto del
mundo. Por tanto, es necesario que se negocie de manera clara el tipo de
límites que van a establecer tanto dentro como fuera de la relación: ¿rígidos o
flexibles? Por ejemplo, cuando los límites de una pareja respecto a sus
familias de origen no están claramente delimitados, es decir, son difusos,
tiene como resultado una falta de autonomía, debido a que no está claro
dónde empieza y termina la pareja en relación a sus familias.
Del mismo modo, la vinculación que se establezca puede oscilar entre la
parcialidad (los dos miembros de la pareja prefieren que, en ciertas parcelas
de su vida, no esté involucrado el otro) o totalidad (cada uno de los miembros
de la pareja estará involucrado, al cien por cien, en todo lo referente al otro).
En el caso de Sandra y Luis, que habían alcanzado un gran éxito
profesional siendo ambos muy reservados en esta área de su vida,
cuando tenían
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compromisos laborales, preferían abordarlos en solitario, pudiendo
desenvolverse de una manera más satisfactoria. Esta pareja tiene una
vinculación parcial, quedando el espacio profesional como una zona
independiente. Sin embargo, Carla y Andrés prefieren compartir todos
sus gustos juntos debido a esta decisión, cada uno de ellos le está
enseñando al otro sus mayores aficiones, por lo que Carla ha
comenzado a aprender a montar a caballo y Andrés a patinar sobre
hielo.
Es lógico pensar que no se puede clasificar la elección de pareja como buena
o mala, sino que dependerá de la negociación que los miembros que la van a
constituir hayan establecido y decidido. A veces resulta inevitable emitir
juicios de valor sobre las parejas que uno conoce, por ejemplo: "no entiendo
cómo están juntos si cada uno hace su vida", "en lugar de novios parecen
siameses, lo tienen que hacer todo juntos", pero no importa lo que uno opine
como observador, sino que la propia pareja, como un frente común, haya
elegido esa forma de relacionarse y permanecer unida.
No obstante, no se actúa de la misma manera en todos los momentos de la
vida y ante diferentes asuntos, puesto que una pareja puede presentar unos
límites flexibles en la relación con sus familias de origen y, sin embargo, unos
límites rígidos para relacionarse con el sexo opuesto.
¿Quién toma las decisiones?
El segundo aspecto que compone las expectativas de la pareja hace
referencia a la jerarquía. Implícitamente, la jerarquía implica una graduación
de categorías, por lo que este aspecto indica quién de los dos miembros se
sitúa en una posición inferior o superior respecto al otro.
En la elección de pareja, el hecho de que una persona busque a otra
parecida (simétrica) o diferente (complementaria) a ella misma, gira en torno
a las necesidades que se quieran cubrir dentro de la relación. Sin embargo,
una vez que se ha establecido un determinado orden (jerarquía), el manejo
de poder y la toma de decisiones son las dos cuestiones fundamentales.
¿Qué significa ser simétrico o complementario? La manera en la que un
individuo se relaciona con los demás es el resultado de un conjunto de
influencias y de experiencias a lo largo de su vida. Por tanto, cuando se inicia
una nueva relación sentimental, cada persona se sitúa respecto al otro en un
sentido igualitario o complementario.
A modo de ejemplo, se pueden diferenciar parejas en las que cada uno de
ellos se caracteriza por un atributo y que, a su vez, le diferencia del otro:
introvertido-
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extrovertido, dependiente-independiente, sumiso-dominante, definiéndose los
protagonistas de este tipo de relación como el día y la noche (parejas
complementarias). Sin embargo, las personas que inician una relación
pueden establecer semejanzas respecto a una cualidad o una forma de ser,
llegando a parecer dos gotas de agua (parejas simétricas).
No obstante, dentro de la relación de pareja, pueden oscilar las posiciones
simétricas o complementarias, dependiendo del aspecto que se esté
negociando. El manejo de poder y la toma de decisiones son las dos áreas
que provocan mayor conflictividad en función de las posiciones que cada uno
de ellos adopte y cómo sean aceptadas: ¿quién decide el lugar de
vacaciones?, ¿quién decidió, el ultimo año, con qué familia se cenaba en
Nochebuena?, ¿quién tomó la decisión de cambiar de coche?
Víctor y Raquel formaban una pareja complementaria en sus
ocupaciones diarias: mientras que Raquel se encargaba de todo lo
relacionado con el hogar, Víctor ganaba el dinero con su trabajo fuera
de casa. Sin embargo, se mostraban iguales (simétricos) cuando
tomaban alguna decisión en la educación de sus hijos como, por
ejemplo, la hora de llegada a casa o la paga semanal asignada.
Cuando "tú y yo" se convierte en "nosotros": ¿Qué proyectos de
futuro se plantean?
Los proyectos básicos surgen tras la confirmación del vínculo amoroso y el
compromiso. Consisten en establecer acuerdos claros y compartidos acerca
de la finalidad y el contenido de los planes en común, los cuales pueden
abarcar desde el lugar de residencia hasta la decisión de tener hijos.
Este es un aspecto al que, aparentemente, no se le da importancia, pero
cuando una pareja se enfrenta a un conflicto, en ocasiones, se preguntan
¿cómo no se había hablado antes sobre este tema?
Andrea y Nacho se casaron a los seis meses de conocerse. Nacho
estaba convencido de que su mujer no seguiría trabajando, puesto que
con su salario podían hacer frente a todos los gastos e incluso
permitirse "caprichos". Cuando regresaron de la luna de miel, ambos se
quedaron asombrados de la disparidad de ideas que se habían creado,
en torno al desarrollo profesional de Andrea. Ella nunca se había
planteado abandonar su trabajo.
27
Si la pareja es como un pastel... ¿cuáles son los ingredientes del
amor?
Pensando que el amor es algo tan delicado como un jardín, quizás resulte
más sencillo comprender todos los cuidados que necesita. Para que un jardín
sea hermoso en su totalidad tiene que recibir atenciones constantes. Es cierto
que puede haber zonas de ese jardín más bonitas (aspectos en los que se
alcanza un mayor acuerdo y compromiso) y otras más estropeadas (puntos
de desacuerdo). Si uno se detiene en estas últimas zonas, debe pararse a
observarlas e invertir sus esfuerzos para recuperarlas porque probablemente
sean las más delicadas y las que necesiten cambios. A su vez, hay que tener
en cuenta que el jardín se encuentra al aire libre, por lo que le pueden afectar
heladas, calor o cualquier tipo de plagas, por lo que si se quiere disfrutar de
un nuevo jardín sano, se debe abonar prestando especial atención a todos
los rincones.
Una vez definidas las etapas que atraviesa la formación y estabilización de
una relación de pareja y sus consecuentes expectativas, es más fácil
identificar en cada momento la intensidad que tienen los ingredientes del
amor: intimidad, pasión y compromiso.
Al hablar de intimidad s e hace referencia a aquellos sentimientos que
promueven el acercamiento, la conexión y el vínculo. La intimidad tiende a
crecer con el paso del tiempo y con la convivencia, debido a la cantidad de
experiencias que se comparten y al intercambio de sentimientos y opiniones.
Una relación íntima implica una comunicación sincera (no superficial), lo cual
requiere confiar en el otro, mostrando tanto las virtudes, aspiraciones o
proyectos como los defectos, debilidades o miedos. La pareja que mantiene
una relación íntima se caracteriza por el sentimiento de felicidad que les une
y por el deseo de potenciar el bienestar del otro. A su vez, se sienten
apoyados, valorados, entendidos y respetados.
De otra parte, la pasión incluye toda la expresión y satisfacción de deseos y
necesidades, las cuales van a variar según las personas, las situaciones y los
tipos de relaciones amorosas. La pasión tiende a interactuar con la intimidad,
retroalimentándose entre sí: por ejemplo, en un primer momento, la pasión
puede ser el elemento que ha acercado a dos personas, siendo la intimidad la
que ayuda a mantener la proximidad dentro de la relación o, por el contrario,
en otros casos, la pasión se desarrolla una vez que se ha alcanzado la
intimidad.
Cuadro 1.2. Factores que componen la intimidad con la pareja
• Desearse bienestar y felicidad el uno al otro.
• Mostrarse respeto mutuo.
28
• Sentirse apoyado incondicionalmente en los momentos de necesidad.
• Que exista un entendimiento mutuo.
• Entrega personal y material.
• Darse y recibir apoyo emocional.
• Establecer una comunicación íntima.
• Valorar y sentirse valorado por la pareja.
Los dos componentes de la pasión (erótica y romántica) presentan una
evolución temporal diferente: la romántica tiende a mostrar un crecimiento
más prolongado que la erótica, la cual alcanza pronto su nivel máximo y
comienza a descender, mientras que la disminución de la primera es más
lenta que la segunda.
En lo que se refiere al compromiso, el primer nivel sería la decisión de amar a
la otra persona y, posteriormente, mantener ese amor. Es probable que toda
relación amorosa atraviese momentos difíciles que incluso hagan peligrar el
mantenimiento de su relación, pues bien, lo que mantiene una relación es
este ingrediente del amor, el compromiso. Este componente es una clave
fundamental para atravesar esos períodos difíciles y poder avanzar a otros
mejores.
Cuadro 1.3. Componentes de la pasión
Dependiendo de la etapa en la que se encuentre una relación, estos tres
componentes del amor van a ir cambiando. Así como la intimidad y el
compromiso tienden a ser relativamente estables, la pasión tiende a ser
inestable y fluctuar de manera
29
imprevisible. Al principio, la pasión y la intimidad son los auténticos
protagonistas de la relación pero, con el paso del tiempo, la pasión adquiere
un papel secundario ganando el compromiso una mayor intensidad.
Cuadro 1.4. Clasificación de los tipos de amor en función de los ingredientes mezclados
Generalmente, este curso o evolución de los ingredientes del amor sería el
prototipo de una relación amorosa pero, dependiendo de la presencia o
ausencia de estos componentes, se puede establecer una clasificación de los
tipos de amor. Si se compara la pareja con un gran pastel, en función de la
cantidad y tipo de ingredientes que se empleen en su elaboración se
obtendrán diferentes resultados. Los ingredientes son tres: intimidad, pasión y
compromiso, pero la mezcla que se haga dependerá del apetito y
preferencias culinarias de los comensales.
Cuando se deja de ser dos: el nacimiento de los hijos
30
Pedro y Fátima son un joven matrimonio que acaban de tener su primer
hijo. Ambos lo han recibido con mucha ilusión considerando este
nacimiento como la culminación de su amor. De un tiempo a esta parte,
Fátima siente que Pedro se está distanciando y que cada vez hacen
menos cosas juntos. Por su parte, Pedro siente que para Fátima sólo
existe el bebé y nota que se está alejando. A su vez, ambos están
físicamente agotados con los cuidados del recién nacido por lo que es
muy frecuente que ambas familias extensas acudan a su casa para
ayudarles, lo que les resta mucha intimidad.
Puesto que la familia se entiende como un sistema, en el cual todos los
miembros influyen y son influidos por los demás, se distinguen diferentes
subsistemas, según las funciones y roles que cada uno de ellos cumple
dentro de la familia.
Hasta este momento, el sistema estaba formado por dos personas, la pareja,
denominada subsistema conyugal. Con el nacimiento de un hijo, este sistema
alcanza una nueva identidad, la de padres, denominado subsistema parental.
Se puntualiza que se trata de una nueva identidad debido a que ésta no
sustituye ni elimina la anterior. Es decir, se está hablando de dos subsistemas
diferentes: el de pareja (conyugal) y el de padres (parental).
Este es uno de los cambios más importantes que se experimentan y al que es
necesario adaptarse de manera efectiva. Es necesario resaltar que por ser
padres no se deja de ser pareja y, por desgracia, en muchas ocasiones esto
se olvida o se confunde.
El nacimiento de un hijo, independientemente de si es el primero, es vivido
por los padres con grandes expectativas mutuas pero también puede
convertirse en un período de tiempo estresante. Esto va a depender del tipo
de relación que se haya establecido, en el sentido de que, hasta ahora, la
pareja ha aprendido a cuidarse y a resolver conflictos pero con la llegada de
un hijo, la díada se convierte automáticamente en una tríada o triángulo,
produciéndose cambios en su manera de relacionarse a los que se tienen
que adaptar.
Así como de la pareja se contabiliza que 1+1=3, del sistema familiar se
estima que la suma de las partes es superior al todo. A partir de este
momento, el ciclo evolutivo del sistema familiar (ya han dejado de ser una
diada) va a girar en torno a los hijos: desde su nacimiento, primeros años de
vida hasta llegar a la adolescencia y, posteriormente, su marcha del hogar
(etapa que cada vez se retrasa más en alcanzar debido a la tardanza de los
hijos en abandonar la vivienda familiar).
Cuadro 1.5. Subsistemas conyugal y parental dentro del sistema familiar
31
Este es el ciclo vital normalizado del sistema familiar pero, no hay que olvidar
que, cuando una familia se enfrenta a algún acontecimiento estresante, el
ciclo se ve alterado como sucede ante separaciones o divorcios, muerte de
algún miembro o enfermedades crónicas dentro del seno familiar. No
obstante, tampoco es necesario sufrir uno de estos acontecimientos
dramáticos para que el sistema familiar se vea alterado, debido a que, por
ejemplo, la marcha anticipada de un hijo a estudiar al extranjero, la jubilación
de los padres, e incluso, la llegada de los nietos, son circunstancias que
implican una nueva adaptación por parte del sistema familiar.
Preguntas y respuestas
Ángel y Patricia han recibido estilos educativos muy diferentes. Ángel
estudió la carrera universitaria en el extranjero y a su vuelta comenzó a
trabajar y se independizó. Patricia define a su familia como muy
conservadora y tradicional. Llevan casados dos años y su principal foco
de conflicto son las actividades que cada uno de ellos realiza sin el otro,
siendo Patricia la que demanda mayor igualdad en todo lo que hacen.
En esta pareja hay dos factores que están influyendo en su dinámica
interaccional: por un lado, la influencia de sus respectivas familias de origen,
las cuales les han transmitido una
32
forma de relacionarse diferente y, por otro, el tipo de vinculación que cada
uno de ellos ha buscado satisfacer dentro y fuera de la relación.
Debido a que Ángel abandonó su hogar muy joven está acostumbrado a
establecer un tipo de relaciones más liberales e independientes que Patricia,
la cual ha visto en el modelo de sus padres un matrimonio aparentemente
unido y comprometido el uno con el otro. En la historia de aprendizaje de
Patricia, la estabilidad de pareja está muy relacionada con todo lo que
realizan juntos, por lo que verse apartada de ciertas áreas de la vida de Ángel
le provoca inseguridad en su matrimonio. Sin embargo, para Ángel esto es
algo normal y no entiende el grado de dependencia de su mujer.
La manera de vincularse de cada uno es diferente a la del otro. Mientras
Patricia busca satisfacer una vinculación total, Ángel ha escogido una
vinculación parcial.
Sería sensato analizar su vínculo amoroso deteniéndose en el tipo de
vinculación que desea cada uno de ellos y poder alcanzar un acuerdo
conjunto para superar este tipo de conflicto. La esencia es llegar a establecer
un pacto que les permita, a los dos, desarrollarse y satisfacer sus
necesidades dentro y fuera de la pareja.
•••••
Gustavo y Clara llevan cuatro años casados y ambos consideran que
están atravesando una crisis matrimonial. Gustavo quiere tener por
encima de todo un hijo y Clara cree que aún no es el momento porque
se está desarrollando profesionalmente. Cada uno de ellos piensa que el
otro es un egoísta y se han dado cuenta de que en ningún momento de
su relación de pareja hablaron de este tema. Ambos se quejan de la falta
de intimidad que tienen.
Aunque a primera vista pueda resultar muy extraño que dos personas que
han iniciado un proyecto de vida en común no se hayan detenido a negociar
un tema tan importante como es la decisión de tener hijos, realmente ocurre
en muchas ocasiones. Este tipo de conflicto se encuadraría en los proyectos
básicos que se plantea (o se debería plantear) toda pareja cuando tratan de
establecer las expectativas que tienen cada uno de ellos en su proyecto de
vida.
Puesto que las personas establecen sus proyectos comunes una vez que el
compromiso se ha consolidado, es necesario dar marcha atrás e identificar el
origen del desacuerdo. En este sentido, ambos tienen que ser capaces de
detener el conflicto e intentar posicionarse en el lugar del otro, siendo el
objetivo el llegar a un acuerdo sobre un tema que ya se debía haber
negociado. Cuando puedan hablar de sus sentimientos y de los de su pareja
profundamente podrán alcanzar un acuerdo.
33
La intimidad se refiere a aquellos sentimientos dentro de una relación que
promueven el acercamiento, el vínculo y la conexión entre dos personas, por
lo que un aspecto fundamental para promoverla es que sean capaces de
mantener una comunicación íntima, lo cual implica ir más allá de "¿qué tal te
ha ido el día?". Es decir, se trata de profundizar en los sentimientos de la otra
persona, expresando a la vez los de uno mismo. Lógicamente, si uno quiere
saber cómo es el otro debe mostrarle cómo es él mismo.
Clara pidió tiempo a Gustavo para tener su primer hijo, expresándole que
para ella también era un paso fundamental y que lo deseaba con la misma
intensidad que él. Una vez que Gustavo fue consciente de que para su mujer
tener un hijo era muy importante pero que pensaba que era más oportuno
decidirlo cuando tuvieran una situación económica más estable, se tranquilizó
y dejo de ser un problema entre ellos. Gustavo reconoció que no se había
detenido nunca a escuchar las verdaderas razones que tenía su mujer,
porque creía que realmente no quería tener hijos con él. Este desacuerdo les
ayudó a conocer profundamente al otro en muchos más aspectos personales,
potenciando su intimidad.
•••••
Carolina y Javier han tenido, cada uno de ellos, una vida sentimental
anterior distinta. Mientras que para Carolina Javier es su segundo novio,
Javier tiene un largo historial de fracasos amorosos. El motivo de tantas
relaciones frustradas es lo mucho que sufrió tras la separación de su
primera novia, que le dejó por otro hombre. Debido a esto, Javier que
siempre ha reconocido en Carolina todo lo que buscaba en una mujer ha
adoptado una posición sobreprotectora con ella, situación que Carolina
ya no aguanta más.
Cuando se inicia una relación de pareja, cada uno de sus miembros ha vivido
unas experiencias sentimentales diferentes que van a influir en el nuevo
vínculo que se establece. En este sentido, es normal que aquello que produjo
dolor o que, simplemente, no funcionó con otras personas, se refleje en la
nueva relación.
Es necesario que ambos analicen la posición que cada uno de ellos ha
asumido en sus relaciones pasadas y en la actual. Por un lado, Javier tiene
que aprender a relacionarse con Carolina sin trasladar sus miedos vividos al
presente. Se trata de un nuevo aprendizaje y, puesto que cada persona es
diferente, las relaciones también lo son. A su vez, Carolina tiene que invertir
en su relación comprensión hacia su pareja. Solamente podrán alcanzar
acuerdos si los dos trabajan juntos.
Javier tiene que identificar sus miedos y delimitar qué comportamientos de
Carolina
34
le producen inseguridad. Una vez que hayan establecido esta delimitación,
tendrán que llegar a un acuerdo sobre lo que cada uno está dispuesto a
modificar.
•••••
Alberto y Beatriz se han dado cuenta de que cada día sus peleas son
peores. Los dos coinciden en señalar que, poco a poco, se van
poniendo nerviosos y que sacan todos los temas pasados que se
supone ya habían solucionado. Ambos lo definen como si fuera una
guerra en la que sólo puede haber un vencedor y acuden a terapia
porque no saben si continuar juntos o divorciarse.
Este sería un clásico ejemplo de una pareja simétrica: si tú gritas, yo grito
más o si tú me ofendes, mi ofensa hacia ti será peor.
Ante todo hay que establecer que la decisión de permanecer juntos o
separarse la tienen que tomar ellos, siendo la función del terapeuta la de
ayudarles en esto. Una vez que este aspecto queda aclarado, el objetivo se
centraría en que ambos sean capaces de establecer un nuevo contrato sobre
las normas de convivencia, alcanzando acuerdos.
Cuando una pareja se encuentre ante este tipo de interrogante (separarse o
continuar juntos), puede desarrollar los siguientes pasos para tomar una
decisión: señalar qué cosas pide cada uno al otro de una manera clara y
precisa, concretando, qué tienen que cambiar para continuar; determinar
cada uno de ellos qué aspectos no son negociables para un posible cambio,
aunque el otro los solicite; y valorar si lo que están haciendo, en la actualidad,
les está uniendo o separando.
Una vez analizadas tanto las demandas de cambio, por parte de cada uno,
como la disponibilidad que tengan para hacerlo, comenzarían con la
modificación de aquellos puntos en los que se hubiera obtenido acuerdo entre
ambos. Se les advertiría que si dichas taras no se cumplen, podría estar
indicando que las dudas sobre su separación son más fuertes que el deseo
de permanecer juntos.
35
2
El niño de O a 12 meses
"Los niños necesitan una infancia feliz, no realista" (Deborah Calvo)
Introducción
Cuando el niño nace está preparado para comunicarse con las personas que
le rodean pero de una manera peculiar porque una de sus limitaciones radica
en no poder establecer una interacción verbal. No obstante, posee otras
muchas estrategias para atraer la atención de los demás y expresar sus
necesidades, las cuales requieren ser no sólo atendidas sino comprendidas
para poder identificarlas y cubrirlas.
Durante el primer año de vida, los cambios evolutivos que experimenta el
niño van a ir determinando el tipo de comunicación que se puede establecer
con él. Por tanto, conocer y entender esta información ayuda a respetar su
propio ritmo, sin anticipar ni retrasar el proceso.
Durante el primer mes, el bebé percibe el sonido con claridad pero sólo
puede enfocar a una escasa distancia de sus ojos, siendo necesario un
contacto cercano y proximidad física para que pueda ver a las personas. El
gusto y el olfato son dos sentidos que están muy relacionados entre sí y bien
desarrollados al nacer. La piel es el órgano de los sentidos más grande de
todo el cuerpo por lo que a través de las caricias y la manera de cogerle se le
transmite amor y seguridad.
A los dos meses le atraen los colores vivos y los objetos que se mueven.
Comienza a responder con ruidos a las palabras, canciones o juegos. Al
tercer mes, no se conforma sólo con mirar sino que quiere alcanzar y tocar
los objetos porque descubre que puede producir un efecto en las cosas: las
mueve, las hace sonar, las tira o las cambia de lugar. A los cuatro meses, el
desarrollo de sus sentidos y el mayor control sobre sus movimientos permiten
al niño una mayor acción en sus posibilidades de relacionarse. Necesita
atención todo el tiempo porque su capacidad de investigar se ha comenzado
a desarrollar.
36
Posturalmente, a partir de los cinco meses comienza a aprender a sentarse
aunque pasarán unos cuantos meses hasta que logre sostenerse solo. Sus
manos se vuelven más útiles pudiendo soltar los objetos y, por tanto, puede
cambiárselos de mano. Además de tocar, le gusta meterse las cosas en la
boca porque es otra manera de conocer los objetos.
A partir del séptimo mes, comienzan a gustarle los juegos de imitación: repetir
acciones, gestos y sonidos. Aprende que un objeto no deja de existir por
estar escondido o porque no lo pueda ver en ese momento. Su memoria se
está ejercitando.
A los ocho meses, se sienta con más seguridad y empieza a gatear y
levantarse levemente. Separa los dedos pulgar e índice, usándolos como una
pinza para coger los objetos (signo de madurez). Utiliza los dedos para
investigar.
Al noveno mes, prefiere permanecer en el suelo para poder empezar a
levantarse sujetándose a cualquier soporte, estar de pie es lo que más le
interesa, empezando a caminar a los doce meses aproximadamente. Se
convierte en un explorador y su curiosidad le lleva a tocar todo lo que
encuentra, a investigarlo y probarlo.
Conocer de una manera exhaustiva estos cambios evolutivos permitirá
entender los mecanismos con los que el niño cuenta para comunicarse y
cómo pueden vincularse los padres con él en la realización de las actividades
cotidianas, entre otras, la alimentación, la hora del baño o la hora de
acostarle. Sin olvidar lo importante que es saber manejar las primeras
separaciones entre los padres y los niños, para que se vivan con seguridad y
confianza, y no con miedo o intranquilidad.
La comunicación que los padres establezcan con el niño será la base
para el desarrollo de sus habilidades o destrezas (conjuntivas,
emocionales y físicas). A su vez, la seguridad con la que el niño afronte
las experiencias de su vida, a corto y largo plazo, va a depender del tipo
de apego que hayan establecido con él.
¿Cómo se comunica el recién nacido con las personas que lo
rodean?
Marcos tiene 5 meses y en su familia le llaman cariñosamente "el llorón"
debido a la frecuencia con la que llora. Sus padres no saben cómo
reaccionar porque cuando lo comentan con otras personas reciben
mensajes distintos: unos les aconsejan que le dejen llorar para que se
acostumbre pero, otras personas, les dicen que tengan paciencia y que
le atiendan porque si llora es que algo le ocurre.
37
Voz de los padres
En esta etapa del desarrollo, es muy frecuente que los padres se sientan
desconcertados ante el comportamiento del recién nacido y sobre su manera
de atenderle. Además, señalan el cambio tan importante que se ha dado en
sus vidas y los altos niveles de preocupación, unido todo ello al cansancio
físico y las malas noches. Los padres, ante todo, buscan el bienestar de su
hijo en todas las áreas pero temen no hacerlo correctamente.
Para los miembros del sistema familiar todo es nuevo y es necesario un
proceso de adaptación a los cambios que van a experimentar como familia.
Como todo proceso, implica tiempo y un aprendizaje gradual entre padres e
hijos. No obstante, el desconcierto de los padres es un aspecto normativo y
general. Realmente, educar es un camino que se va haciendo al andar.
Voz de los niños
Si se tienen en cuenta las limitaciones de comunicación que, aparentemente,
tienen los bebés, las alternativas que tienen para hacerse entender son
escasas. De ahí que el llanto sea para ellos uno de los mejores instrumentos
de comunicación porque se sienten atendidos cuando lo hacen. Para ellos
todo lo que les rodea es una novedad y necesitan ir adaptándose
paulatinamente, incluidas las personas.
Pautas de actuación
Al nacer, el bebé ya tiene un temperamento y unas capacidades personales
que se manifiestan de acuerdo a las experiencias a las que se va
enfrentando. Todos los niños van a atravesar las mismas etapas en el
aprendizaje, pero cada uno de ellos requiere un tiempo distinto, siguiendo su
propio ritmo en el proceso evolutivo.
Los padres no pueden hacer avanzar al recién nacido en su proceso de
aprendizaje si todavía no está preparado, pero sí pueden ayudarle a
aprovechar cada momento, sensación, actividad o experiencia de su
desarrollo.
Es importante que los padres comprendan y respeten las cualidades propias
del niño, las cuales son únicas y diferentes a todas las de los demás. En este
sentido, comparar al recién nacido con otros bebés o preocuparse porque es
diferente a los demás no es una actividad útil, ni para los padres ni para los
niños. Sin embargo, el hecho de que los
38
adultos conozcan a qué edad los niños logran cierto control de su cuerpo y
cuándo son capaces de dominar un aprendizaje, sí es una tarea importante
madre. Las cuatro fases del establecimiento del apego son:• Fase preapego
3
El niño de 12 a 36 meses
Introducción
En esta etapa evolutiva el niño va a experimentar dos grandes cambios que
van a significar un gran avance en su desarrollo y, por tanto, en su manera de
comunicarse con los demás. Por un lado, el desarrollo motor y, por otro, el
desarrollo del lenguaje verbal. Ambos avances evolutivos van a contribuir de
manera positiva en las destrezas comunicacionales del sistema familiar.
A lo largo del proceso madurativo va a ir ganando independencia corporal. No
es necesario interactuar cara a cara con él, porque su sistema visual también
se ha desarrollado y está preparado para poder ver a mayor distancia, lo cual
va a propiciar otro tipo de relaciones y de juegos. Además, con el desarrollo
del lenguaje se abre un nuevo mundo de posibilidades.
Otro aspecto a tener en cuenta son sus cambios de humor, debido a que
existe una estrecha relación entre el control de los movimientos y sus
emociones, siendo característico de estas edades las conductas de oposición
o de rebeldía, tradicionalmente conocidas con el nombre de rabietas. Por
tanto, si los padres comprenden este tipo de conexión podrán entenderle
mejor y disfrutar este período unidos.
No obstante, para modificar determinados comportamientos del niño, se
pueden manejar diferentes técnicas, las cuales tienen un doble objetivo: por
un lado, potenciar comportamientos positivos y, por otro, reducir o eliminar
comportamientos negativos o inadecuados.
El niño comienza a andar: ¿Cómo ayudarle y fomentar sus
primeros pasos?
Clara tiene 16 meses y ha conseguido sostenerse de pie y, sin ningún
apoyo, es
61
capaz de caminar. Esta independencia de movimientos ha supuesto
grandes cambios en la vida familiar porque sus padres explican "que les
hacen falta mil ojos".
Voz de los padres
"¿Por qué nuestro hijo no puede estar quieto ni un sólo minuto?, tenemos que
estar pendientes de él todo el rato, parece que no le da miedo nada".
Realmente, los padres se deben armar de paciencia desde el momento en
que el niño comienza a gatear y dejar que explore su alrededor, restringiendo
aquellas conductas peligrosas (como, por ejemplo, acercarse a los enchufes)
pero siempre con el objetivo de educar y no de limitar su desarrollo. Para la
familia, supone un momento de tensión cuando el niño comienza a desarrollar
su independencia corporal puesto que hasta ahora permanecía en la cuna o
en un recinto cerrado, pero esta situación ya ha finalizado.
Voz de los niños
Ha llegado el momento en que puede moverse y llegar a los objetos sin la
ayuda de otra persona. Se enfrenta a un mundo desconocido en el que la
mayoría de las cosas son nuevas y su curiosidad por descubrirlas no tiene
límite. Ahora necesita más cantidad y variedad de experiencias. Todo lo que
pueda ver, tocar, oler, escuchar, es atractivo y excitante. A medida que
madura, quiere saber más de los objetos y pone más atención a lo que le
rodea.
Pautas de actuación
Cuando el niño es capaz de desplazarse por su propio pie, ha ganado una de
las batallas del desarrollo evolutivo. A partir de este momento, su curiosidad
se satisface tocándolo todo, investigando e incluso probándolo. Está
comenzando a aprender cómo es el mundo y poniendo a funcionar su
inteligencia. Por tanto, si los padres conocen los cambios específicos que se
dan en el desarrollo evolutivo de su motricidad, podrán adaptarse de una
manera adecuada a ellos.
Cuadro 3.1. Desarrollo evolutivo de la motricidad
12-24 MESES 24-36 MESES
• Capacidad de andar: a los 12 meses
cogido de la mano y a los
• Emancipación motora: corre, gira y
para.
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14 sin ayuda de nadie. • Coordina ojo-pie.
• Experimentan acción sobre los
objetos. A los 24 meses puede
• Sube y baja escaleras con los dos
pies. recoger objetos del suelo sin • Buena rotación de la muñeca. caerse. •
Capacidad de guardar el
• Comienza a usar perfectamente equilibrio sobre diferentes
superficies. una mano.
• Enorme actividad y autonomía motriz
concreta.
Es un momento de cambio debido a que, como buen explorador, necesita
enfrentarse a toda la estimulación que recibe. Por ello, los objetos delicados o
peligrosos deben ocupar otro lugar, para evitarle un daño o que,
simplemente, los rompa. Además de este tipo de cambios, los padres tienen
que decidir la capacidad de exploración que le van a permitir desarrollar. En
este sentido, pueden limitarle con expresiones como "no toques eso" o "no
corras" o, por el contrario, participar y fomentar su curiosidad y, por tanto, su
desarrollo. Este tipo de decisión se debe valorar en el momento en que
comienza a gatear, ya que es el primer paso que da en su independencia
corporal.
No hay que olvidar que aunque el niño disfruta de la independencia que el
caminar le permite, también tiene miedo. Es muy normal observar cómo, por
un lado, se quiere alejar de sus padres pero, por otro, le da miedo perderles
de vista, de ahí la importancia de la comunicación no verbal a la hora de
enfrentarse a situaciones nuevas. Es decir, si cuando inicia una conducta de
exploración y comienza, por ejemplo, a investigar las distintas habitaciones
de su casa, los padres le acompañan de una manera tranquila y le hablan
con un tono de voz confiado y seguro, contribuyen a que estos primeros
contactos con el mundo exterior que realiza adquieran coherencia,
aumentando la probabilidad de que se enfrente a lo desconocido desde una
posición segura. Si por el contrario, los padres se muestran temerosos ante
estas primeras experiencias lo que trasmiten es inseguridad y miedo,
limitando su capacidad exploratoria.
En el desarrollo evolutivo de la motricidad, un factor que lo facilita es la
retirada de los pañales. Hasta los dos años, no es capaz de controlar los
esfínteres, por lo que hasta esta edad son necesarios los pañales. Este
cambio en la vida del niño también supone un reto en el cual los padres le
ayudarán siguiendo unas pautas esenciales.
Dejar de usar los pañales y acudir al cuarto de baño requiere aprendizaje.
Una vez que aprenda a ir al baño, el objetivo será que se convierta en un
hábito para él. Como ya se ha señalado, los hábitos se forman con la
repetición de las acciones.
La mejor época del año para retirar los pañales es el verano, debido a que
puede andar libremente sin ropa y le resulta más fácil y rápido acudir al baño.
No obstante,
63
puede realizarse cuando los padres lo consideren oportuno, a partir de los
dos años de edad. Los pasos a seguir son:
• Enseñarle el inodoro y explicarle que en ese lugar es donde hacen pis y
caca los niños mayores. A su vez, se habrá dado cuenta de que el resto de
los miembros de la familia acuden al servicio y que no llevan pañales, por lo
que los padres le pueden reforzar la conducta de ir al baño señalándole este
aspecto. A su vez, pueden aprovechar su habilidad de imitación y
representarle cómo se sientan en la taza ellos mismos, para que les vea.
• Los padres pueden utilizar un orinal como paso intermedio, debido a que
uno de los temores más frecuentes que tienen es caerse dentro del inodoro.
No obstante, siempre se situará el orinal en el cuarto de baño al lado de la
taza, explicándole que, finalmente, el lugar adecuado será hacer sus
necesidades sentado en ella.
• Otra estrategia útil que ayuda a no tener miedo a la taza, es sentarle vestido
para que se vaya acostumbrando a la postura. Progresivamente, se le sienta
desnudo durante un rato para que se vaya familiarizando.
• Hasta que no haga su primer pis o caca en la taza, no es recomendable tirar
de la cadena, ya que es otro de los estímulos que le asusta porque cree que
si se cae dentro también podrá desaparecer.
• Una vez que haya sido capaz de acudir al baño, los padres le felicitarán y le
transmitirán lo bien que lo ha hecho. Este es un buen momento para
explicarle que al haberlo hecho en el baño, en lugar de en los pañales, si tiran
de la cadena sus necesidades desaparecerán, en lugar de ser tiradas a la
basura.
• Normalmente, acudirá al baño de manera intermitente. Es decir, en
ocasiones, manchará los pañales y, en otras, se acordará de ir al baño. Una
manera de ayudarle es preguntarle, en intervalos de tiempo cortos, si
necesita ir al servicio. En aquellas ocasiones en las que no ha acudido al
baño, se le apoyará diciéndole: "ya verás como la próxima vez te da tiempo a
llegar, lo estás haciendo muy bien".
Si en alguna de las fases, los padres perciben en el niño ansiedad o
negativas ante la conducta a realizar, es preferible no obligarle y dejar cierto
tiempo de margen para retomar de nuevo la retirada de los pañales, en la
fase en la que se quedaron.
Para prevenir, cuando se vaya a salir de casa con el niño durante un tiempo
prolongado es conveniente que lleven pañales, porque hasta que el
aprendizaje no esté asentado, no es capaz de generalizar dicha conducta en
otros baños distintos al de su casa, con el cual ya se ha familiarizado.
En el mismo sentido, durante las noches van a seguir siendo necesarios los
pañales,
64
puesto que hasta los tres años aproximadamente no es capaz d e controlar
sus esfínteres mientras duerme. De nada sirve que se le lleve al baño antes
de acostarle si, evolutivamente, su vejiga no es lo suficientemente madura
para retener la orina.
Cuadro 3.2. Pautas a seguir para retirar los pañales
• Acercamientos graduales a la taza del baño.
• Representar la escena para que el niño la observe e imite.
• Utilizar el orinal como paso intermedio pero siempre explicándole que, finalmente, hará sus
necesidades
en la taza.
• Sentarle vestido sobre la taza para que se acostumbre a la posición y, posteriormente, sin ropa
para que
se familiarice sensitivamente.
• En un principio, no tirar de la cadena en su presencia.
• Cuando sea capaz de ir al baño, felicitarle y reforzar su conducta.
• Necesita tiempo porque es un cambio gradual e intermitente: seguirá necesitando los pañales pero
disminuirá progresivamente. Si mancha los pañales no reprender al niño.
Un gran paso en el desarrollo de la comunicación: el niño es
capaz de hablar
Nunca se me olvidará y me emociono siempre que lo recuerdo. Arancha
tenía 14 meses y estaba sentada en su silla esperando a que le diera el
desayuno. Me senté enfrente de ella y me miró fijamente, parecía que me
quería decir algo, pero todavía no hablaba. Yo estaba atenta a todos sus
movimientos y me quedé callada delante de ella cuando de repente
pronunció su primera palabra: ma-má. Me sentí la mujer más feliz del
mundo. A partir de este momento, comenzamos una nueva etapa porque
hacía preguntas sobre todo.
Voz de los padres
Cuando el niño comienza a hablar, los padres se sienten desbordados ante la
infinidad de preguntas que puede formular. En ocasiones exclaman: "nuestro
hijo parece un loro", "no se cansa nunca, tiene que preguntarlo todo", "ante
cualquier situación, siempre pregunta por qué". A pesar del torbellino de
preguntas a las que los padres tienen que contestar, son conscientes del gran
paso evolutivo por el que están atravesando: pueden comunicarse con el niño
de una manera más eficaz, rápida y directa, gracias al desarrollo del lenguaje.
65
Voz de los niños
¿Qué es esto?, ¿y por qué?, ¿lo hago bien?, ¿dónde vas? Este tipo de
preguntas se va a repetir en muchas ocasiones porque, por primera vez,
puede demandar verbalmente una explicación ante su curiosidad. A su vez,
también va a poder comunicar sus estados emocionales y necesidades:
"tengo hambre", "cuándo nos vamos a casa", "cómprame un caramelo", "me
duele la tripa".
Pautas de actuación
La vida del niño da un cambio radical cuando es capaz de hablar. Al conocer
el nombre de las cosas, adquiere un nuevo poder como, por ejemplo, puede
pedir lo que quiere, llamar la atención de una manera más específica y
detallada y puede comunicar sus necesidades, no sólo a las personas más
cercanas, sino a todo el mundo. Gracias al lenguaje entra en el mundo de los
adultos. Obviamente, mediante el desarrollo progresivo del lenguaje adquiere
una habilidad fundamental para comunicarse con los demás.
Cuando descubren la magia de las palabras, los padres deben facilitarles una
adecuada utilización del lenguaje y potenciarlo. Por tanto, es necesario que
adapten su lenguaje al de los pequeños. En este sentido, se trata de adaptar
las palabras y la extensión de las frases a su vocabulario.
Existe una gran diferencia entre hablar "con" un niño y hablar "a" un niño.
Cuando los padres hablan "con" el niño, intercambian ideas, proyectos,
planes o sentimientos. Sin embargo, cuando los padres hablan "al" niño, este
tipo de comunicación se suele restringir a dar consejos, advertencias o
recomendaciones.
Cuadro 3.3. Desarrollo evolutivo del lenguaje
12-24 MESES 24-36 MESES
• De 18 a 24 meses surgen las pri-
meras combinaciones de dos palabras.
• Percepción exacta de los sonidos del
lenguaje.
• Puede comenzar a comprender
órdenes sencillas: mira, dame, ven, come. Y algunos adjetivos: bonito, feo,
sucio, limpio, junto con nociones de pertenencia: mío.
• Frases completas, aunque no sean
gramaticalmente correctas con estilo telegráfico y yuxtaposición de frases.
• Parece comprender mucho más de lo
que es capaz de expresar.
• A los 30 meses maneja el artículo
"un" y "una", concordándolo con el género correctamente; y el
66
lándolas. pronombre "yo" y "tú" combinado
con "mío" y "tuyo".
• Entre los 30 y 36 meses, aparecen los
• Inicio de la gramática o sintaxis.
adverbios de lugar.
• Rápido incremento del léxico. • A los 30 meses, su vocabulario está
formado por 500 palabras; a los 36 meses maneja el doble de palabras.
Se ha señalado que, debido a los cambios evolutivos que experimenta el
niño, la comunicación y el juego también se modifican. De la misma manera
en que los padres pueden hablar con él, también pueden introducir nuevos
juegos en la interacción. A través del juego, además de fomentar la
vinculación, favorecen su desarrollo y afianzan las habilidades adquiridas.
En este sentido, el juego se enriquece debido a las capacidades motoras y
lingüísticas. A estas edades es capaz, entre otras, de: mantener el equilibrio,
andar, coordinar los brazos y las piernas, hablar e imitar. Por tanto, las
posibilidades de juego aumentan enormemente.
Cuadro 3.4. Tipos de juego desde los 12 a los 36 meses
12-24 MESES 24-36 MESES
• Lanzar y tirar una pelota. • Juegos de imitación de conductas
concretas: comprar, lavar, planchar.
• Montar en triciclo, primero con ayuda
• Cantar y enseñarle canciones.
y posteriormente solo.
• Imitar el sonido que emiten los
animales.
• Bailar al ritmo de la música.
¿Por qué el niño dice siempre no?
Marina tiene dos años de edad. Sus padres no entienden porqué
últimamente la palabra preferida de su hija es "no". Señalan que han
intentado todo tipo de estrategias para que el comportamiento de su hija
no termine siempre con un berrinche o una rabieta pero se han dado por
vencidos porque ni el castigo les ha resultado efectivo.
67
Voz de los padres
"De un tiempo a esta parte, hemos visto un gran cambio de comportamientos
en nuestra hija de dos años y medio. Parece que lo único que sabe decir es
que no, dándonos la sensación de que nos está desafiando en todo lo que le
decimos. La batalla comenzó en las horas de la comida pero ahora todo es
una verdadera guerra, desde la hora en la que se la tiene que acostar o
bañar, en fin, cualquier situación se convierte en un conflicto."
La mayoría de los padres se sienten desconcertados e incluso atemorizados
por el comportamiento que, en ocasiones, pueden exhibir los niños a estas
edades. Suelen tener la sensación de que algo no marcha bien, que se están
equivocando porque el niño presenta unos comportamientos de auténtica
rebeldía y no saben cómo actuar. Además, cuando aparecen este tipo de
conductas de oposición o de rebeldía sienten que se sobrecargan y parece
que no encuentran nunca la alternativa adecuada para que cesen.
Voz de los niños
En este momento evolutivo, los niños cuentan con otras herramientas,
además del llanto, para comunicarse y poder expresar sus estados
emocionales. Ahora son capaces de transmitir con nuevas habilidades
cuando están enfadados, irritados o frustrados e, incluso, rebelarse ante las
normas o límites que se les impone. Evolutivamente, han interiorizado que
con sus comportamientos pueden conseguir cosas agradables y evitar
aquello que les resulte desagradable.
Si se equipara el desarrollo de la comunicación del niño con una escalera, se
puede apreciar que en el primer escalón se encuentran el llanto y la sonrisa,
en el segundo se encontrarían este tipo de conductas que se consideran más
sofisticadas que las primeras pero no por ello, las más adecuadas. Sin perder
de vista esta escalera, se puede entender que este tipo de comportamientos
es un paso intermedio, siendo la labor de los padres enseñarles formas
alternativas (y más adecuadas) de expresar sus emociones o necesidades.
Pautas de actuación
Las rabietas, berrinches, conductas de oposición o, simplemente, la
desobediencia se pueden considerar como comportamientos normales si se
atiende a dos criterios: por un lado, son conductas que ocurren en la mayoría
de los niños y, por otro, una de las funciones que tienen en el desarrollo del
comportamiento es lograr su adaptación al medio en el que vive.
Las rabietas se definen como aquellas manifestaciones comportamentales
desproporcionadas, intensas y de corta duración entre las que se podrían
incluir llantos,
68
gritos, pataletas, agredir a otros, a sí mismo o a objetos y muebles, quejarse,
encerrarse o enfadarse, y que se ajustan a una función claramente
determinada.
Evolutivamente, este tipo de comportamientos abarcaría en la vida del niño
desde el primer año de vida hasta los tres años de edad. A partir de los tres
años tienden a disminuir e incluso a desaparecer, siendo bastante
infrecuentes a partir de los cuatro años. No obstante, esta clasificación es
flexible, debido a que pueden empezar a aparecer al año de vida pero es en
el período comprendido entre los dos y los tres años de edad cuando se
suele registrar el mayor número de rabietas y las más intensas. De la misma
manera, a los cuatro años ya no se consideraría un comportamiento "normal"
pero es necesario evaluar si el comportamiento se ha instaurado en la vida
del niño como un hábito y puede resultar más difícil eliminarlo.
Cuadro 3.5. ¿Qué quiere comunicar el niño con este tipo de comportamientos negativos?
El niño es consciente de que tiene poder
Dentro de la familia se establece una interacción en la cual los
comportamientos, opiniones o mensajes que se transmiten afectan a todos
los miembros que componen la familia y, a su vez, al que lo emite. Es decir,
el comportamiento del niño es capaz de afectar y modificar el de los padres,
adaptándose éstos de una forma gradual y progresiva
69
a su desarrollo. De la misma manera, el comportamiento de los padres influye
en las conductas que manifiesta el niño, pudiendo reforzarlas o extinguirlas
según el tipo de conducta exhibida y sus posteriores consecuencias.
Llegados a este punto es fácil pensar que cuando el niño está callado,
jugando tranquilamente o dibujando, en su contexto inmediato no pasa
absolutamente nada. Sin embargo, si comienza a gritar o a llorar, su
alrededor se moviliza y acuden a él para cogerle, abrazarle, entretenerle o
jugar con él. Pues bien, estas consecuencias tan diferentes de los dos tipos
de comportamiento no pasan desapercibidas para él, por lo que va
aprendiendo a usar su propia conducta como un instrumento para conseguir
determinadas cosas y evitar otras.
¿Qué se puede hacer?
Las rabietas son un tipo de comportamiento del niño, en una determinada
edad, que pueden ir siendo sustituidas por otro repertorio de conductas más
sofisticadas en relación a su desarrollo evolutivo. Así como a los tres años su
capacidad de expresión es la de llorar, gritar o patalear, según vaya
creciendo y desarrollándose podrá insultar o amenazar. Por ello, es necesario
puntualizar cómo pueden hacer frente los padres a estas conductas, desde el
inicio, atendiendo a los principios que rigen el aprendizaje (reforzamiento y
castigo), dependiendo de si se busca potenciar o eliminar la aparición de un
determinado tipo de comportamiento.
Para poder entender mejor cómo influyen dichos principios de aprendizaje en
la conducta del niño (o de cualquier persona) se van a ilustrar ejemplos
concretos en el caso de las rabietas:
• Reforzamiento positivo:
Mario está de compras con su madre, actividad que le suele aburrir además
de agotar. Cuando comienza a estar intranquilo observa encima del
mostrador una gran espiral de caramelos y exclama "mamá cómprame un
caramelo", ante lo cual su madre le dice que "no" porque van a comer
enseguida y le puede quitar el hambre. Ante esta situación, Mario comienza a
llorar, gritar, patalear para probar si de esta manera lo conseguirá. Ante la
atenta mirada de todo el mundo que se encuentra en la cola del
supermercado, la madre comienza a sentir una gran vergüenza por el
escándalo que está montando el niño y opta por comprarle el caramelo.
La rabieta se refuerza positivamente porque a través de ella Mario ha
conseguido algo agradable, el caramelo.
Cuadro 3.6. Principios del aprendizaje humano
70
• Reforzamiento negativo:
Alicia es una niña muy especial a la hora de la comida debido a que son muy
pocas cosas las que le gustan. Ese día hay para cenar calamares rebozados,
alimento que Alicia aborrece.
Nada más sentarse a la mesa la madre le indica que tiene que comérselos
porque ya es hora de que siga una dieta equilibrada. Alicia en silencio, se
mantiene inmóvil ante el plato de calamares mientras los minutos siguen
pasando hasta que rompe a llorar desconsoladamente. Finalmente, la madre
comienza a dárselos, uno por uno, hasta que la niña parece que va a vomitar,
ante lo cual inmediatamente se le retira el plato (incluso en ocasiones se le
prepara otra cosa).
La rabieta se refuerza negativamente porque mediante ésta, Alicia ha podido
evitar algo desagradable, comerse los calamares rebozados.
• Castigo positivo:
Carlos estaba jugando con sus primos tranquilamente hasta que uno de ellos
al moverse bruscamente destroza la torre de figuras que con tanto empeño
estaba
71
construyendo. Debido a esto, comienzan a pelearse y Carlos con furia
empuja a su primo hasta hacerle caer al suelo gritando y pataleando. En este
momento, los padres intervienen separando a los niños y le castigan a
permanecer en su cuarto él solo el resto de la tarde.
La conducta de Carlos ha sido castigada, de manera positiva, porque se le ha
impuesto una situación desagradable para él, pasar el resto de la tarde solo
en su cuarto, sin poder jugar más con sus primos.
• Castigo negativo:
María ha decidido que es un día ideal para estrenar unos zapatos nuevos que
acaban de comprar, sin tener en cuenta que son unos zapatos para la
comunión de su prima. La madre lo intenta razonar con ella pero María
continua empeñada en ponerse los zapatos nuevos y ante la negativa tira los
zapatos contra la pared y comienza a gritar y a llorar. La madre le comunica
que debido a su comportamiento esa tarde no irán al cine como estaba
planeado.
En este caso, María ha recibido un castigo, de manera negativa. En lugar de
recibir algo desagradable por el comportamiento que ha tenido, se le ha
retirado un beneficio que ya había conseguido con anterioridad, de ahí, que
se lo denomine negativo.
¿Cómo se puede enseñar al niño comportamientos positivos y
reducir los negativos?
Los padres de Elena se encuentran perdidos porque ya no saben cómo
actuar ante el mal comportamiento que presenta su hija. Señalan que
todo es muy diferente a lo que vivieron en la educación de su hija mayor
y que nunca habían experimentado la sensación de impotencia que
viven ahora con el comportamiento de Elena.
Voz de los padres
"Creemos que no lo estamos haciendo bien porque en lugar de mejorar la
situación, cada vez es peor, teniendo en cuenta que los castigos que
aplicamos son peores y ya no sabemos qué hacer."
En ocasiones, los padres sienten que han llegado al límite en aquellas
situaciones en las que el niño mantiene, una y otra vez, un comportamiento
inadecuado. Es cierto que, con el paso del tiempo, los castigos se van
endureciendo en la medida en que no se
72
consigue modificar sus comportamientos negativos, pero no por ser más
duros se obtienen mejores resultados. Una vez más, se debe resaltar que
cada niño es único y, por tanto, su evolución requiere una adaptación nueva a
sus propias características individuales y, en general, a las circunstancias del
momento.
Voz de los niños
El niño ha comenzado a realizar sus propias acciones sobre su entorno y las
demás personas que le rodean. En estas interacciones va a aprender a
diferenciar qué está bien y qué está mal, porque hasta ahora lo desconoce.
Es un proceso de aprendizaje, en el que a través de la educación que reciba,
va a ir interiorizando qué tipo de comportamientos son reforzados y cuáles
son castigados.
Pautas de actuación
Una vez que se han entendido los principios que rigen el aprendizaje
(reforzamiento o castigo), se plantea un doble objetivo: minimizar los
comportamientos inadecuados y, por otro, maximizar otros comportamientos
más adaptativos. En este sentido, las técnicas se orientarán a aumentar la
aparición de conductas positivas y a debilitar la ocurrencia de las negativas.
Los niños deben conocer y entender lo que tienen que hacer y lo que
no, y las consecuencias directas de sus comportamientos.
Técnicas que incrementan la aparición de conductas positivas
Si las consecuencias que siguen a una determinada conducta son positivas,
dicha conducta tenderá a ocurrir con mayor frecuencia. El objetivo de estas
técnicas se fundamenta en que los padres transmitan al niño que, a través de
sus buenas conductas, también puede conseguir cosas buenas
(reforzamiento positivo) o evitar las malas (reforzamiento negativo). Se
proponen las siguientes estrategias:
• Sorprenderle cuando se porta adecuadamente y trasmitirle lo contentos que
se
sienten:
Una vez que el círculo vicioso de las rabietas o comportamientos negativos
se ha instaurado en la interacción de padres e hijos, resulta muy difícil
detectar algún comportamiento positivo en ellos. Por otro lado, el niño es
consciente de que, sobre todo, recibe atención cuando lleva a cabo alguno de
sus
73
comportamientos de oposición o rebeldía. Es necesario cortar esta
secuencia, ¿pero cómo? En ocasiones, antes de la rabieta el niño puede
exhibir alguna conducta adecuada. Esta es una ocasión ideal para reforzarle
positivamente este tipo de conducta y darle lo que demande (mientras que si
comienza directamente con la rabieta no conseguirá lo que quiere). Una
manera de reforzarlo positivamente puede consistir en algo tan sencillo como
decirle: "papá y mamá están muy contentos de que pidas las cosas tan bien".
También es muy productivo que en aquellas ocasiones en las que esté
jugando tranquilamente, los padres se acerquen a él y le comuniquen lo bien
que se está portando.
• Enseñarle el camino adecuado para conseguir las cosas:
Por ejemplo, si cada vez que el niño quiera jugar con la plastilina, los padres
le ponen la condición de que se tiene que sentar en su pupitre tranquilamente
y pedirla, se le está enseñando y, por tanto, aprende un tipo de
comportamiento que no puede realizar al mismo tiempo que la rabieta. Es
decir, de esta manera se favorece el aprendizaje de comportamientos
incompatibles con las rabietas, potenciando conductas alternativas
adecuadas.
• Identificar aquellos estímulos y situaciones que favorecen la aparición de un
comportamiento inadecuado:
Los padres también pueden predecir en qué contextos y ante qué tipo de
estimulación la probabilidad de las rabietas o comportamientos inadecuados
aumenta. Por tanto, se trata de identificarlas y evitarlas, en la medida de lo
posible. Cuando Marta está de compras con sus padres suele portarse bien
hasta que se van acercando al pasillo de los juguetes. Una vez que lo
atraviesan, siempre quiere que le compren algo y, ante la negativa de sus
padres, tiene una rabieta. Pues bien, una medida que los padres pueden
llevar a cabo para disminuir la probabilidad de las rabietas es evitar pasar por
el pasillo de los juguetes o distraerla mientras lo rodean.
Cuadro 3.7. Técnicas que incrementan la aparición de conductas positivas
• Reforzar los comportamientos adecuados.
• Potenciar conductas adecuadas alternativas e incompatibles con las que lleva a práctica las
rabietas o
comportamientos negativos.
• Reconocer los estímulos y situaciones en que se dan con más frecuencia las rabietas o
comportamientos negativos para controlarlas.
Técnicas que reducen o eliminan la aparición de conductas negativas
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Estas técnicas se pueden clasificar en función de un doble objetivo: que el
niño obtenga consecuencias negativas tras haber llevado a cabo un
comportamiento inadecuado (castigo positivo) o que el niño no obtenga
consecuencias positivas después del comportamiento problemático (castigo
negativo), ambas tenderán a disminuir la frecuencia de dicho
comportamiento.
La efectividad de las técnicas dirigidas a reducir o eliminar
determinados comportamientos, se potencia si se combinan con las
técnicas que incrementan la aparición de comportamientos adecuados.
De esta manera, los padres no sólo transmiten a los niños lo que no hay
que hacer, sino lo que es adecuado hacer.
El inconveniente de las técnicas que reducen o eliminan comportamientos
inadecuados es que no ofrecen alternativas adecuadas, de ahí, la necesidad
de reforzarlas con la estimulación de comportamientos positivos.
• "Como vuelvas a escupir a tu hermana te voy a dar una bofetada que te vas
a enterar. Te quedas sin televisión toda la semana porque parece que eres
tonto": Este método debe ser el último recurso utilizado por los padres para
producir un cambio en el comportamiento infantil, puesto que siempre pueden
existir alternativas más eficaces y menos perjudiciales.
El castigo consiste en la aplicación de consecuencias negativas o
desagradables para el niño, una vez que ha realizado un comportamiento no
deseable. El objetivo es el de evitar la repetición de dichos comportamientos,
disminuyendo su aparición. Es decir, si un determinado comportamiento va
seguido de una consecuencia negativa, su probabilidad de ocurrir bajo las
mismas circunstancias se reduce.
La intensidad de tales manifestaciones dependerá del estilo educativo de los
padres, remarcando que el empleo de la agresividad, tanto física como
verbal, produce una gran cantidad de efectos negativos que pueden
desencadenar en el niño y en el sistema familiar.
• ¿Por qué el castigo debe ser el último recurso empleado para modificar
comportamientos en el niño?
El castigo es llevado a cabo por una persona que sanciona un determinado
comportamiento en unas circunstancias y características especiales. Debido
a esto, la eliminación de ese comportamiento será efectiva en presencia de
dicha persona y en las mismas circunstancias y características en las que se
dió. Es decir, la probabilidad de que ocurra el comportamiento inadecuado en
otras
75
circunstancias y en ausencia del castigador continuará siendo elevada porque
la conducta castigada no se olvida, por lo que el motivo de que el niño no la
realice será evitar el castigo.
Con esta técnica, los padres no ofrecen alternativas de comportamientos
adecuados, puesto que se les indica lo que está mal (pero no lo que está
bien). A su vez, aprenden que los problemas se pueden solucionar a través
de la agresividad implícita en el castigo.
Siguiendo esta línea las repercusiones sobre el castigado pueden ser: que el
propio niño se muestre agresivo y aprenda que la agresividad es una forma
adecuada de relacionarse, efectos emocionales secundarios (ansiedad,
miedo, aislamiento, pesadillas, tristeza) y elaborar conclusiones negativas
sobre sí mismo o sobre los demás.
En el sistema familiar, castigar tiene un coste muy elevado. Si el clima familiar
se define por los altos niveles de agresividad, es común que el niño no sólo
evite el castigo, sino a la persona que lo castiga, teniendo sentimientos de
miedo hacia sus propios familiares.
No obstante, cuando los padres deciden emplearlo es necesario considerar
los aspectos que lo hacen un procedimiento lo menos negativo posible y que,
a su vez, tenga efectividad.
Cuadro 3.8. Requisitos para que el castigo sea efectivo
• Aclarar al niño qué conducta se castiga y por qué.
• Se administra inmediatamente después de la conducta castigada y siempre que se realice.
• Tiene que ser intenso pero corto.
• Tiene que ir precedido de advertencias.
• Su efectividad es nula si se consigue algún tipo de recompensa ("se sale con la suya") o logra
escapar
de la situación de castigo.
• Siempre se deben ofrecer comportamientos alternativos adecuados.
• Prevenir la aparición de ios comportamientos inadecuados, identificando las causas para
modificarla.
• "Como hoy no has comido prácticamente nada, no podremos ver los dibujos
que te gustan": Es un tipo peculiar de castigo, en el sentido de que el objetivo
es reducir o eliminar el comportamiento inadecuado, pero no por la obtención
de consecuencias negativas sino que la consecuencia consiste en que va a
perder algo que le gustaba y había conseguido con anterioridad o algo
positivo que podría haber conseguido en el futuro.
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Es necesario seguir unas pautas en la utilización de esta técnica, debido a
que, según su puesta en práctica, se perjudicará o favorecerá su efectividad.
Es fundamental que el niño conozca las consecuencias que derivan de sus
comportamientos, por dos razones: por un lado, podrá asociar su conducta
negativa con las consecuencias que reciba (asociación básica para que se dé
aprendizaje) y, por otro, podrá prevenir las repercusiones de sus actos.
Una vez que las normas o reglas están claras, los padres le dan la posibilidad
de decidir el tipo de comportamiento que va a exhibir, puesto que conoce las
consecuencias.
Cuando los padres, ante un mal comportamiento del niño, deciden retirarle
algo positivo, deben valorar el grado de la pérdida. Es decir, se puede
suponer que cuanto mayor sea la pérdida de aspectos positivos, mayor será
también la efectividad del procedimiento. Sin embargo, esta relación no es
directamente proporcional ni en la cantidad de la pérdida ni en el tiempo: no
es más eficaz una retirada extrema y permanente que una pérdida parcial y
temporal.
En relación a la cantidad de la pérdida: después de una de las rabietas de
Juan, sus padres decidieron que esa tarde no irían al parque de atracciones
como habían acordado. Una opción extrema, hubiera sido no salir de casa en
toda la tarde, pero en su lugar, salieron a dar un paseo los tres juntos.
En relación al tiempo que dura la pérdida: Elsa había pegado a su hermana
pequeña para quitarle uno de sus juguetes. Sus padres decidieron retirarle
una de sus muñecas preferidas durante esa tarde, dándole la posibilidad de
recuperarla después de que se comportara de una manera adecuada. Este
tipo de procedimiento resulta más efectivo porque los padres están motivando
comportamientos positivos.
Otra alternativa que se puede barajar en la retirada de los objetos que le
gustan al niño es que los padres negocien con él niño cómo y cuándo puede
ir consiguiendo las partes de lo que se le ha retirado. Por ejemplo, la mayor
diversión de Lucas consistía en crear auténticos campos de batalla con unos
muñequitos y una infinidad de accesorios que completaban el juego: caballos,
pistolas, coches, camiones, tanques o aviones. Las rabietas de Lucas solían
ser frecuentes a la hora de la comida, por lo que sus padres decidieron
quitarle absolutamente todo el juego y establecieron un trato con él: los días
en los que comiera de manera adecuada, le devolverían dos soldados,
mientras que los días en que exhibiera una de sus rabietas no ganaría nada.
Además, los accesorios del juego los iría ganando siempre y cuando
transcurrieran dos días seguidos sin rabietas.
Puesto que el niño conoce las consecuencias de sus comportamientos, éstas
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deben ser siempre las mismas e inmediatas. Es decir, cuando pega a su
hermano para arrebatarle un juguete y la consecuencia es retirarle uno de
sus coches preferidos durante el resto del día, siempre que ocurra esta
situación recibirá la misma recompensa inmediatamente. De esta manera,
podrá predecir las consecuencias de su comportamiento y establecer una
asociación. Cuanto más tiempo pase entre el comportamiento inadecuado y
la retirada de algo positivo, más difícil será el establecimiento de la asociación
entre los dos hechos.
• Será mejor que te quedes solo, tú y tu rabieta: Este tipo de procedimiento es
uno de los más eficaces para reducir los problemas asociados a las rabietas
o comportamientos negativos. Básicamente, consiste en que el niño salga del
contexto, ambiente o situación donde está teniendo lugar la rabieta y llevarlo
a un lugar diferente, donde no se encuentre con aquellos estímulos que han
desencadenado este tipo de comportamiento.
El tipo de aislamiento que se lleva a cabo no significa "el cuarto oscuro", en el
sentido de que, el lugar al que se le lleva no tiene porqué ser aversivo o
desagradable, al igual que el tiempo de permanencia tampoco debe ser
excesivo. La finalidad es que en el lugar donde tiene que permanecer el niño,
no se encuentre lo que quería conseguir o aquello que quería evitar. Por
ejemplo, el niño puede estar en una situación de aislamiento acompañado por
sus padres, los cuales no le prestan ningún tipo de atención. Una vez más, la
inmediatez en la aplicación del aislamiento después del comportamiento que
los padres quieren sancionar es fundamental. No es útil: "Cuando llegue tu
padre te va a mandar a tu cuarto por no haberte comido las lentejas".
Los factores que pueden debilitar la efectividad de esta técnica son: que el
niño encuentre en el lugar de aislamiento algo agradable, que a través del
asilamiento evite una situación desagradable o que consiga escapar de la
situación.
Cuando encuentra algo agradable en el lugar de aislamiento: los padres de
Joaquín comenzaron a meterle en el cuarto de su abuela, cada vez que tenía
una rabieta. No entendían porqué no disminuían si eran muy rigurosos en
llevarle nada más terminar la rabieta y le explicaban las consecuencias de su
comportamiento. En este caso, no se dieron cuenta que desde esa habitación
se veía un parque con columpios, y que a Joaquín le encantaba mirar por la
ventana cómo jugaban los niños.
Cuando evita una situación desagradable con el aislamiento: Laura odia el
cocido y siempre tiene una rabieta cuando se lo tiene que comer. Como su
madre siempre la lleva al cuarto de su hermana, consigue evitar comérselo.
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Si consigue escapar de la situación de aislamiento: es cierto que, en
ocasiones, cuando se lo aísla, puede comenzar a llorar desconsoladamente o
enfadarse y mostrarse agresivo. En este caso, no hay que sacarlo del lugar
porque se le reforzaría esa conducta, pero sí permanecer a su lado sin
hablarle hasta que se tranquilice. Se trata de educar a los niños
enseñándoles de la mejor manera posible.
El tiempo mínimo de aislamiento recomendado oscila entre dos y cinco
minutos, contando a partir desde que abandona el comportamiento negativo.
Según va creciendo se puede aplicar un minuto por año de edad, hasta un
máximo de veinte minutos.
Este tipo de técnica no esta restringida a las cuatro paredes de una casa, es
decir, ¿qué ocurre si el niño tiene un comportamiento negativo en una tienda?
Siguiendo el objetivo del aislamiento, en estos casos, debe abandonar la
situación en la que se ha desarrollado dicho comportamiento, ya sea
sacándolo a la calle o al coche. Simplemente se le explica por qué se lo saca
de la tienda y no se responde a su enfado.
• Darle la oportunidad de arreglar lo estropeado: Esta técnica está orientada a
que el niño sea el encargado de reparar las cosas o simplemente el desorden
que haya causado con el comportamiento negativo o rabieta. Generalmente,
estos comportamientos suelen ir acompañados de patadas, lanzamiento de
objetos o un sinfín de conductas que pueden ocasionar daños materiales. El
objetivo es que ordene lo que ha desordenado, incluso dejándolo mejor de lo
que estaba.
Cuando llegaba la hora de irse a dormir, Arturo solía reaccionar con una
de sus rabietas para evitar dejar de ver la televisión. Una de las noches,
comenzó a llorar y a patalear tirando al suelo una de las plantas
preferidas de su madre. Sus padres decidieron que fuera el propio
Arturo el que recogiera la tierra y la planta del suelo. A raíz de este
accidente, Arturo se encargaría de regar la planta y cuidarla.
A medida que crece, será mas consciente de los daños que causan sus
conductas, por lo que esta técnica resulta más eficaz en niños mayores
porque se les puede obligar a realizar los comportamientos necesarios para
la reparación de lo dañado y que además entiendan las órdenes que reciben.
No obstante, se puede adaptar a niños pequeños, en función del daño
causado y de los comportamientos que requiera la reparación. Por ejemplo, si
el material dañado es un vaso de cristal no sería oportuno encargar a un niño
de tres años que lo recogiera, por la posibilidad de que se cortara.
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