005 - El Perdón de Pecados
005 - El Perdón de Pecados
005 - El Perdón de Pecados
I. INTRODUCCIÓN
En uno de los estudios básicos que hicimos anteriormente, “Equipados para la batalla” vimos algunas
cosas acerca del perdón de pecados, que fue indispensable que Dios nos otorgara para hacer
posible la Salvación, el Nuevo Nacimiento, la Comunión con Dios y muchas otras cosas más.
En este estudio vamos a ampliar un poco más el asunto del perdón de pecados, y comenzaremos
repasando brevemente lo que ya fue enseñado:
La primera referencia que tenemos acerca del pecado la encontramos en el libro de Génesis cap. 3 donde
se narra cómo el hombre desconfió de Dios y comió del árbol prohibido. Nos cuenta la Escritura:
Génesis 3:1
“Pero la serpiente era astuta, más que todos los animales del campo que Jehová Dios había hecho; la cual
dijo a la mujer: ¿Conque Dios os ha dicho: No comáis de todo árbol del huerto?”
Este hecho que trajo tan malas consecuencias comenzó cuando Satanás intervino y a través de una
pregunta colocó duda acerca de la orden que había sido dada por Dios. Ante esto la mujer contestó:
Génesis 3:2-3
“2 Y la mujer respondió a la serpiente: Del fruto de los árboles del huerto podemos comer; 3 pero del fruto
del árbol que está en medio del huerto dijo Dios: No comeréis de él, ni le tocaréis, para que no muráis.”
Sin embargo al revisar la respuesta y compararla con la prohibición, no consta que Dios les haya prohibido
tocar el árbol, es decir, parece que la mujer añadió algo que Dios no había dicho. ¿Con qué intención?
Es posible que la pregunta de Satanás haya colocado duda en el corazón de Eva respecto de lo bueno
de la prohibición hecha por Dios, y por eso cuando contesta, añade descuidadamente algo que Dios
no había dicho, como queriendo magnificar el error de Dios al hacer la prohibición. Al oír esta respuesta
Satanás dando un golpe mortal a la confianza que el hombre debía tener en Dios; Aseguró:
Génesis 3:4-5
“4 Entonces la serpiente dijo a la mujer: No moriréis; 5 sino que sabe Dios que el día que comáis de él,
serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.”
Satanás, contradice radicalmente lo dicho por el Señor diciendo “no moriréis” y además da a entender
“que Dios sabe” que comer del árbol “es algo bueno”, pero que Dios no lo revela para que el hombre
no pueda disfrutar de ese privilegio.
Es decir, Satanás hace creer que él, si revela la verdad acerca de que comer del árbol lejos de
producir muerte va a producir algo muy bueno. Ser como Dios, teniendo el conocimiento de lo
bueno y lo malo para dirigir la vida del hombre.
Esto que Satanás logró en ese lugar y en ese tiempo sigue siendo la razón por la cual los hombres en
lugar de buscar la dirección de Dios para vivir la vida, son dirigidos por su propio conocimiento del
bien y del mal. Es como si el hombre siguiera comiendo del “árbol de la ciencia del bien y del mal”
aunque este ya no exista de forma física en la tierra, todo esto se muestra por la rebeldía del hombre
al no aceptar el gobierno de Dios en su vida.
Aunque el pasaje no lo menciona, si enseña de una forma clara, que en realidad lo que sucedió fue que
el hombre dejo de confiar en Dios, en lo bueno de la orden dada por Dios, para confiar en Satanás y
en lo que le dijo que era una verdad de Dios, que Dios no quería revelar. Satanás siempre atacará al
hombre colocando duda en lo que Dios ha dicho para que el hombre no confíe en Dios sino en él.
En la actualidad hay muchos declarando en nombre de Dios “verdades” que no son de Dios, y a
través de ellas están guiando a los hombres a vivir en continua desobediencia a Dios. (Dios quiere
que seas rico, próspero, de éxito, etc.)
Cuando el hombre confía en lo dicho por Satanás, automáticamente está desconfiado de Dios, y de
lo bueno de los mandatos de Dios. El siguiente paso después de esto es una vida de contínua
desobediencia a Dios, con la convicción, (allí esta lo grabe), de estar haciendo lo correcto. Por eso
nos cuenta la Escritura:
Sin embargo aunque la evaluación que Dios hace del pecado está basada en la confianza o desconfianza
que el hombre tenga hacia él, también es cierto que toda desobediencia consciente a los
mandamientos de Dios es una evidencia de la falta de fe. Por lo tanto es pecado.
Santiago 2:17-18
“17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. 18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo
tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.”
También es pecado la falta de confianza que sentimos en medio de ciertas circunstancias a través
de las cuales Dios está probando nuestra fe. La dificultad para dar gracias es una evidencia de ello.
1 Tesalonicenses 5:18
“Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”
Si no podemos dar gracias sintiéndonos agradecidos, debemos más bien pedir perdón por nuestra
falta de confianza.
V. LA IMPORTANCIA DE LA CONFESIÓN
Aunque hemos sido perdonados por Dios, la verdad es que no tenemos ni idea de cuánto nos ha
perdonado, porque no somos conscientes de cuán pecadores somos, lo cual nos impide en primer lugar,
apreciar la grandeza de su amor.
Lucas 7:47
“Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; mas aquel a
quien se le perdona poco, poco ama.”
Por otro lado esta falta de conciencia de cuán pecadores somos, también nos impide ser trasformados,
ya que el primer paso indispensable para poder mejorar, es el de reconocer nuestros errores. (Pecados)
Proverbios 28:13
“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia.”
Por eso es indispensable que cada vez que Dios nos muestre que hemos pecado (a través de su
palabra, los cristianos, o el Espíritu Santo) debemos pedirle perdón a Dios y a quien hayamos ofendido.
En ese orden.
1 Juan 1:9
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos
de toda maldad.”
¿Por qué es fiel y justo Dios? Es fiel porque cumple con su promesa de perdonar y es también justo
porque El ya pagó por eso.
Además promete limpiar de toda maldad. Por eso la confesión se convierte en el requisito
indispensable para trasformar nuestras vidas, proceso que se detiene cuando dejamos de confesar
nuestros pecados.
EL PERDÓN DE PECADOS Página 5 de 17
VI. LAS DISCULPAS MÁS COMUNES
Génesis 3:7
“Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron
hojas de higuera, y se hicieron delantales.”
Al descubrir su pecado el hombre se inventa la religión, que está basada en lo que el hombre puede
hacer para cubrir o solucionar su pecado. Pero eso no es aceptado por Dios que en su misericordia
vemos que:
Génesis 3:21
“Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.”
Lo que el hombre hace por remediar su pecado es religión, lo que Cristo hace por solucionar el
pecado es el cristianismo.
Sin embargo el hombre es absolutamente consciente de su pecado.
Génesis 3:8-10
“8 Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se
escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto. 9 Mas Jehová Dios llamó al
hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú? 10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque
estaba desnudo; y me escondí.”
Dios confronta al hombre con su pecado y aparecen las disculpas.
Génesis 3:11-13
“11 Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé
no comieses? 12 Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo
comí. 13 Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente
me engañó, y comí.”
Por todo lo anterior el problema más grave que podemos tener con el pecado es el de no reconocerlo.
1 Juan 1:10
“Si decimos que no hemos pecado, le hacemos a él mentiroso, y su palabra no está en nosotros.”
Aunque toda infracción a los principios de Dios contemplados en su palabra son pecado. La verdad
realmente es que, NO HACER LA VOLUNTAD DE DIOS ES PECADO. Lo cual va mucho más allá de
simplemente cumplir sus principios.
Es una necedad no confesar los pecados a Dios cuando EL ya los conoce. Sin embargo los hombres
no sólo no los confesamos, nos disculpamos de diferente manera y hasta llegamos a creer que en
realidad esos pecados no son pecados.
Algunas de las disculpas más comunes son:
ignorando la justicia de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se han sujetado a la justicia
de Dios;”
Tienen buenas intenciones pero no están usando el método correcto para salvarse; por lo cual se
van a condenar.
D. SE ME OLVIDÓ.
Génesis 40:23
“Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.”
El copero se olvidó y José siguió en la cárcel, el pueblo se olvidó de Dios y buscó otros dioses.
¿Qué pasa cuando usted se olvida de pagar las cuentas de los servicios? ¿Qué pasa si no paga los
créditos con los bancos? ¿Qué pasa cuando olvida sus compromisos? ¿Qué pasa cuando se le
olvida amar a los demás?
Cuando aún por olvido no hacemos lo que debemos hacer hay daño, y si hay daño hay culpa.
Salmos 137:5-6
“5 Si me olvido de ti, oh Jerusalén, que mi mano derecha se olvide de cómo tocar el arpa. 6 Que la
lengua se me pegue al paladar si dejo de recordarte, si no hago de Jerusalén mi mayor alegría.”
En otras palabras, si me olvido debo ser castigado. Y los israelitas no se olvidaron de Jerusalén, y
allí están, y nunca más serán sacados de allí. Porque consideran a Jerusalén tan importante para
ellos que es su mayor alegría.
La verdad es que normalmente olvidamos lo que no consideramos importante. ¿Es nuestra relación
con Dios importante?
Salmos 50:22-23
“22 Entended ahora esto, los que os olvidáis de Dios, No sea que os despedace, y no haya quien os
libre. 23 El que sacrifica alabanza me honrará; Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación
de Dios.”
Y como todo en nuestra vida debe ser hecho en el Señor, todo es importante y no hay disculpa para
olvidar nada.
Colosenses 3:23-24
“23 Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; 24 sabiendo
que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”
F. ES QUE ME MOLESTÓ.
Santiago 1:19-20
“19 Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para
airarse; 20 porque la ira del hombre no obra la justicia de Dios.”
Caín se molestó tanto que mató a su hermano porque su ofrenda no fue aceptada como la de Abel. Sin
embargo su molestia no justificó su pecado y por ello recibió la consecuencia. Lea Génesis 4:3-12
H. ES LA ÚLTIMA VEZ.
Pero entre más se comete un pecado, más adicción habrá al pecado, lo cual hará más difícil dejarlo, a
no ser que la disciplina de Dios nos ayude.
Salmos 119:67
“Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora guardo tu palabra.”
J. OTRAS
Seguramente habrá más de estas malas estrategias, escusas, porque no confesar nuestros pecados
es algo que daña grandemente nuestra vida espiritual. En cambio, el confesar los pecados y
apartarnos de ellos, va a traer grandes bendiciones a nuestra vida espiritual, pues éste es el proceso
normal.
Proverbios 28:13
“El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará
misericordia.”
1 Juan 1:9
“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos
de toda maldad.”
A. Acepte el perdón de Dios por todos sus pecados, pasados, presentes, y futuros. (No porque esté
pensando cometerlos)
Si es necesario, si tiene dudas de que Dios no le haya perdonado algún pecado, confiésalos y acepte
el perdón de Dios, recuerde que la misma palabra de Dios que le muestra a usted que ha pecado, esa
misma palabra es la que le dice que Dios ya le ha perdonado.
B. Cada vez que cometa pecados, confiésalos a Dios. No haga listas largas.
C. Haga una lista de las personas que no ha perdonado y perdónelas.
Aunque la Escritura dice que debemos perdonar si nos piden perdón, delante de Dios hágalo así no
lo hagan. Esto mantendrá bien su corazón ante Dios y el día que le pidan perdón, si lo hacen,
será más fácil restaurar la relación.
D. Haga una lista de las personas que le gustaría que también tuvieran a Cristo en su vida, para
recibir su perdón y una nueva oportunidad para la vida. Ore por ellos y cuando tenga la
oportunidad invítelos, o compártales de Cristo.
B. PECADO DE MUERTE.
1 Juan 5:16-17
“16 Si alguno viere a su hermano cometer pecado que no sea de muerte, pedirá, y Dios le dará vida; esto
es para los que cometen pecado que no sea de muerte. Hay pecado de muerte, por el cual yo no digo
que se pida. 17 Toda injusticia es pecado; pero hay pecado no de muerte.”
El pecado de muerte es aquel pecado por el cual Dios disciplina con la muerte física. En estos casos
el creyente no pierde su salvación (esta no se puede perder) sin embargo la decisión de Dios de
disciplinar con la muerte física puede tener varias posibles razones.
1. Es la forma en que Dios muestra a su iglesia lo grave del pecado.
2. Es la forma en que Dios protege a su iglesia de la contaminación del pecado.
3. La forma en que Dios limpia su nombre en medio de la iglesia.
Ejemplos bíblicos:
1 Corintios 5:1-5
“1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los
gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. 2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais
más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal
acción? 3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he
juzgado al que tal cosa ha hecho. 4 En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi
espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, 5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de
la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.”
Hechos 5:1-5, 11
“1 Pero cierto hombre llamado Ananías, con Safira su mujer, vendió una heredad, 2 y sustrajo del precio,
sabiéndolo también su mujer; y trayendo sólo una parte, la puso a los pies de los apóstoles. 3 Y dijo Pedro:
Ananías, ¿por qué llenó Satanás tu corazón para que mintieses al Espíritu Santo, y sustrajeses del
precio de la heredad? 4 Reteniéndola, ¿no se te quedaba a ti? y vendida, ¿no estaba en tu poder? ¿Por
qué pusiste esto en tu corazón? No has mentido a los hombres, sino a Dios. 5 Al oír Ananías estas
palabras, cayó y expiró. Y vino un gran temor sobre todos los que lo oyeron.
11 Y vino gran temor sobre toda la iglesia, y sobre todos los que oyeron estas cosas.”
¿Puede un inconverso blasfemar contra el Espíritu Santo y después convertirse a Dios y ser salvo?
Si el inconverso nunca fue expuesto al evangelio de salvación, no sabe quién es realmente Jesús y mucho
menos el Espíritu Santo, es difícilmente probable que blasfeme contra el Espíritu Santo y lo más seguro es
que cometa una ignorancia y no una blasfemia.
Ahora si el inconverso fue expuesto al Evangelio de Cristo y habiendo escuchado el mensaje de salvación
blasfemare contra el Espíritu Santo, este pecado no tiene perdón de Dios, por lo tanto se condenará.
Hebreos 10:26-29
“26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad,
ya no queda más sacrificio por los pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor
de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos
o de tres testigos muere irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que
pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e
hiciere afrenta al Espíritu de gracia?”
Hay personas que pueden recabar muchísima información sobre el cristianismo, pero como no creen,
nunca nacen de nuevo, y estas son generalmente las personas que pueden tener por inmunda la
sangre de Cristo, pisotear al Hijo de Dios y blasfemar contra el Espíritu Santo en cualquier momento
de sus vidas.