Dilema Etico Hbil - Langu
Dilema Etico Hbil - Langu
Dilema Etico Hbil - Langu
Resumen
El objetivo central de este trabajo de habilitación es trabajar sobre dos dilemas éticos, abordando la
teoría del utilitarismo y la teoría ética kantiana, para comprender qué decisiones o soluciones,
tomarían aquellos que siguen estás teorías nombradas.
Abstract
The central objective of this recovery work is to work on two ethical dilemmas, addressing the theory
of utilitarianism and the Kantian ethical theory, to understand what decisions or solutions would be
taken by those who follow these named theories.
Un dilema ético es una situación en la que se presenta un conflicto entre dos o más valores morales y
se debe elegir alguna opción, aunque esta provoque una falta moral, y tenga consecuencias negativas
y positivas a la vez.
Estos dilemas, ocasionalmente están relacionados con la aceptación de un medio cuestionable desde el
punto de vista ético con un fin altruista o benévolo. Es por ello, que es común que un dilema ético se
presente en el momento en que surja un medio criticable desde la ética, pero que, da la posibilidad de
conseguir un objetivo benévolo. Existen diferentes tipos de dilemas éticos, algunos de ellos son:
Dilema real, dilema hipotético, dilema cerrado, dilema abierto, dilema completo e incompleto.
Se denomina dilema real, cuando la situación o suceso de la que se habla es cercana, real y puede
suceder. Además, puede estar unido a la angustia. Por otro lado, los dilemas hipotéticos, son
situaciones que podrían ocurrir, pero que aún no lo han hecho. Se consideran ejercicios mentales que
sirven para estimular el pensamiento crítico y la reflexión ética.
Los dilemas completos se dan en situaciones en donde es posible conocer con detalle todas las
consecuencias, de todas las opciones posibles. Contrarios a los dilemas incompletos, que se dan en
situaciones en las que no se puede saber de forma certera que consecuencias traerán las opciones.
Los dilemas abiertos son situaciones en las que se presenta el problema y las circunstancias, pero no
se ha tomado ninguna acción o decisión. Por último, el dilema cerrado, que es cuando la decisión
sobre alguna circunstancia ya se tomó. Cuando este dilema es planteado, se hace solo para que otra
persona opine y juzgue la decisión y postura que la otra persona tuvo que adoptar ante lo que ocurrió.
(Pérez Porto, 2017)
Desarrollo:
El primer ejemplo que se utilizará se encuentra en el libro Introducción a la filosofía moral (2006) del
autor Rachels. A continuación, lo cito textualmente:
1. Matthew Donnelly fue un físico que trabajó con rayos X durante 30 años. Quizá como
resultado de la excesiva exposición, contrajo cáncer y perdió parte de la mandíbula, el labio superior,
la nariz y la mano izquierda, así como dos dedos de la mano derecha. También se quedó ciego. Sus
médicos le dijeron que le quedaba cerca de un año de vida, pero él decidió que no quería seguir
viviendo en tal estado. Sufría un dolor constante. Un escritor dijo que “en sus peores momentos, se le
podía ver tirado en la cama, apretando los dientes y con la frente bañada en sudor”. Sabiendo que de
todas maneras iba a morir, y queriendo escapar de tal estado, Donnelly rogó a sus tres hermanos que
lo mataran. Dos de ellos se negaron, pero uno no. El menor de todos, Harold Donnelly, de 36 años,
llevó una pistola calibre 0.30 al hospital y lo mató. (pág. 151)
Para el desarrollo de este dilema moral se utilizarán dos teorías éticas, el utilitarismo y la teoría ética
kantiana. Estas dos teorías expresan el estándar ético de una acción, pero ambas corrientes adoptan
diferentes puntos de vista sobre la ética. Primero se argumentará de qué forma la teoría utilitarista
abordaría este dilema ético, pero ¿Qué es el utilitarismo?
Inicialmente, David Hume propuso la teoría del utilitarismo, pero está se consolidó más adelante por
los autores Jeremy Bentham y John Stuart Mil. Bentham estableció que hay un principio moral
llamado “el principio de utilidad”. Por principio de utilidad, se comprende que son las propiedades
que generan placer o felicidad, colocando como enfoque principal la felicidad, ya sea en comunidad o
personal, además, de evitar a toda costa el dolor. Cuando se menciona a la felicidad de la comunidad,
se habla desde los intereses en común de todos los individuos o de la suma de estos, pues de lo
contrario, es normal, que pierdan el sentido. Los intereses de los individuos se incrementan cuando
sus impulsos conllevan a aumentar el placer o disminuye el dolor. Puede considerarse como ley o
mandato de utilidad, aquello que lleve a la felicidad de la comunidad, por lo cual, es válido también
considerar que estas acciones que disminuyen dolor, no son malas acciones y se pueden fomentar. En
otras palabras, el utilitarismo se basa en el resultado o consecuencia de una acción. Una acción sería
correcta si consigue un mayor beneficio para el mayor número de personas.
Ahora bien, volvamos al dilema moral número 01. El matar a alguien es de las cosas más polémicas
en la sociedad, en especial para aquellas sociedades que aún se rigen por los mandamientos del
cristianismo o de cualquier otra religión, en donde matar a alguien es el pecado más grave e
imperdonable. Por sentido común, también se comprende que matar está mal y que no se debe hacer,
y desde luego, es un acto que está penalizado y lleva a la cárcel. ¿Existen circunstancias bajo las
cuales sea aceptable matar? ¿Bajo todas las circunstancias la pena ante la ley debe ser la misma?
Desde el utilitarismo se debe considerar, primero que nada, si matar a alguien trae un mayor beneficio
para un gran número de personas o si, por el contrario, les traería infelicidad, sí es así, para quiénes.
En este caso, Matthew Donnelly, se está muriendo de a poco y viviendo en carne propia el dolor de
esperar la muerte, ¿estaría mal ayudarlo a terminar con tanto dolor?, para los utilitaristas la eutanasia,
en un caso así, es moralmente correcto (Rachels, 2006, pág. 154).
Actualmente, la eutanasia solo es legal en 7 países en todo el mundo, entre ellos Colombia, no solo
para las personas con enfermedades en estado terminal, sino también para aquellos que tiene
enfermedades “incurables avanzadas” y que viven en condiciones latentes de extremo dolor y
sufrimiento. Poco a poco ha tomado mucha fuerza el discurso por una muerte digna y es que no es
satisfactorio para nadie, tener que agonizar básicamente hasta el último día de sus vidas. Estás
personas en condiciones de salud tan delicadas, ya sea por enfermedades terminales como el cáncer,
etc., lo único que quieren al solicitar una muerte asistida, es por fin descansar del dolor que los ha
acompañado durante un largo tiempo y a su vez, terminar con el dolor de su familia, porque no se
puede negar que la enfermedad de un familiar la sufren todos en su casa.
Teniendo esto en cuenta, no se puede negar, que la muerte digna es un bien mayor para quien la desea
y para todos a su alrededor, pues, aunque sea muy triste dejar ir amigos, familiares y parejas, es
innegable que se hace aún más difícil convivir con una persona que físicamente ya no tienes los
recursos para vivir y mentalmente ya no los quiere tener o en su defecto ya tampoco los tiene.
Por otro lado, en estados unidos, según argumenta Rachels en su libro, la eutanasia es ilegal (cosa que
se sostiene, solo es legal en algunos estados), es por ello que lo que hizo Harold Donnelly, es
considerado como un asesinato y aunque Rachels en su libro no da mucha información sobre lo que
ocurre con Harold y su sentencia, estos argumentos lo llevan a considerar que, si la desde la
perspectiva utilitarista, es moral la eutanasia, entonces está debería ser legar. Y es que en un principio
Bentham pensó el principio de utilidad como una guía para legisladores (Rachels, 2006, pág. 155)
pero de igual forma, lo pensó para la gente de la sociedad que está constantemente tomando
decisiones individuales. El fin de la ley y el de la moral son el mismo, ambos deben procurar el
bienestar general de los ciudadanos (Rachels, 2006, pág. 155)
En conclusión, para los utilitaristas, las leyes que prohíben la eutanasia, están yendo en contra del
bienestar general, además, son un límite sin justificación al derecho de las personas de decidir sobre
sus propias vidas. Y esto fue lo que hizo Harold con su hermano, ayudarlo a llevar a cabo una
decisión que ya había tomado, sin dañar o afectar a nadie más.
Por otra parte, la corriente Kantiana se basa en el deber y la intención moral. Según esta corriente,
una acción es correcta si cumple con el imperativo categórico, el cual es un principio universal y
racional que se fundamenta en “Obra solo según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo
que se torne ley universal” (Rachels, 2006, pág. 192). Esta teoría kantiana hace énfasis en la dignidad
humana y el valor intrínseco de la vida, y no considera las consecuencias a la hora de tomar las
decisiones. Kant planteó una serie de reglas absolutas que se deben aplicar sin excepción a todas las
circunstancias. Una de esas reglas es la de no mentir, de la cual se hablará más adelante (Rachels,
2006, pág. 192).
Según la tesis de Kant, matar a alguien que está en constante dolor y no quiere vivir más, sería algo
inmoral, porque esto nadie podría querer que esa acción fuese una ley universal. Según este filósofo,
se estaría violando el valor de la vida humana y el respeto a la dignidad de las personas, si se matase a
todos los que sufren y no quieren vivir más. Kant y los que sigan la ética kantiana, argumentaron que,
se estaría tratando a las personas como medio y no como fines en sí mismo, lo que iría en contra del
imperativo categórico. Desde luego, desde esta perspectiva se podría argumentar que, el sufrir y la
voluntad de morir no son razones suficientes para dar fin a la vida de alguien, sino que se deberían
buscar soluciones alternativas que respeten la autonomía de la persona y la racionalidad de la misma.
Con esto quiere decir, que se le deberían ofrecer una serie de cuidados especiales, apoyo espiritual y
psicológico y por último comprender y respetar sí, su decisión es rechazar los tratamientos que no
alcanzarán las metas terapéuticas.
En conclusión, si el caso de Matthew Donnelly, se abordará desde un punto de vista Kantiano, aquello
que hizo su hermano al terminar con su vida fue un atropello de los de los derechos humanos, sería
visto como un asesinato a un inocente y podría ser fuertemente criticado, pues nadie tiene el derecho
de poner fin a la vida de nadie, además, que esto tampoco podría ser una máxima, ¿por qué a quién le
gustaría?, Sin embargo, considero que está teoría de la ética tiene puntos muy segados y autoritarios,
los cuales ignoran por completo la complejidad de la verdadera situación. En este caso, Matthew no
tenía ninguna esperanza de vida, con o sin tratamientos. Estaba muerto, pero su corazón aún no dejaba
de latir. Así que dichas soluciones alternativas que respetan la autonomía del paciente, lo único que
generarían es que su dolor y sufrimiento se alargue mucho más y al final tengan una muerte indigna,
muriendo irreconocibles, desfigurados, sin que quede nada de lo que algunas fueron.
2. El niño y la manzana:
Estás junto a tu familia comprando alimentos y ves a un niño tomar una manzana
en una frutería y salir sin pagar. Al niño lo observa por una cámara y llega
seguridad. Él se ve pobre y con hambre. Te preguntan si sabes dónde se fue el
niño que tomó la manzana. ¿Qué responderías? Obtenido de Lifeder:
https://www.lifeder.com/dilemas-eticos/
Consiguientemente, se resolverá este dilema desde el punto de vista Kantiano. Mentir bajo cualquier
circunstancia está mal, para Kant establece que mentir bajo cualquier circunstancia es "la destrucción
de la propia dignidad como ser humano" (Rachels, 2006, pág. 194). Mentir no puede ser una ley
universal, pues esto sería contraproducente. La gente aprendería a confiar en lo que dicen otros y
entonces nadie creería nada (Rachels, 2006, pág. 194). Por ejemplo, la ley universal en este caso sería
"Si veo a un niño pobre robar algo, mentiré" y desde luego que nadie querría esto como máxima
universal, porque se saldría entonces de control que los niños o cuidados que no tengan que comer
roben.
En este caso, lo que la teoría Kantiana sugiere es que se diga la verdad al vendedor y a la seguridad, y
que sean ellos quienes elijan si perseguir al niño, regañarlo por la manzana o acceder a regalársela,
mientras se le aconseja que la mejor opción es que pida regalado y no que defraude la confianza de los
demás robando. En todo caso, se debe decir la verdad ante cualquier situación, pues el mentir puede
traer consecuencias contraproducentes. Cómo lo menciona Rachels en su libro cuando cita la teoría
Kantiana. Las personas consideran que se pueden hacer excepciones a la regla cuando las
consecuencias de decir la verdad son malas y las consecuencias de no decir la verdad buena, pero no
es así. De hecho, nunca se podrá estar seguro de que consecuencias traen las acciones, mucho menos
si estás consecuencias son buenas. Algunos resultados de las acciones pueden salir mal. (Rachels,
2006, pág. 197)
Lo mejor es dejar que las consecuencias se den, incluso si estás son malas, igualmente la culpa no está
relacionada directamente con uno, pues el deber se habrá cumplido. Para un Kantiano, mentir
significa quitarle a alguien su autonomía, y las decisiones que desempeñe este alguien, a partir de allí
(de la mentira), no serán autónomas. Al mentir, básicamente se trata a las personas como medio y no
como fines en sí mismo, y esto va en contra al imperativo categórico. (Rachels, 2006, pág. 197)
La teoría Kantiana, como ya se dijo, no admite casos particulares, se aplica su principio moral de
forma universal, así que, aunque la persona que vio al otro robarse la manzana tenga una buena causa,
lo correcto sería decir en qué dirección se fue el niño, aunque esto traiga como consecuencia que
reprendan al niño, pues es lo correcto y así mismo, da la oportunidad a las personas de decidir qué
hacer en dicho caso.
Por último, el utilitarismo no considera a la mentira ni mala ni buena, en este caso, sí depende de las
consecuencias que tenga. Si mentir causa más felicidad que sufrimiento, entonces es moralmente
aceptable y viceversa, si mentir genera más sufrimiento que felicidad, entonces es moralmente
rechazable.
En ciertos casos el utilitarismo condena la mentira, casos como: mentir para engañar o manipular a los
demás, mentir para violar un derecho o una ley, mentir para causar daño a una persona, etc., Sin
embargo, comprende la mentira cuando es para salvar la vida de alguien o evitar un engaño mayor.
Cuando se miente para proteger la intimidad de alguien. Acepta la mentira también cuando se hace
para evitar conflictos o inconvenientes y, por último, cuando se miente para hacer feliz a alguien y
aliviar su dolor. (Joanna Pereira Pérez, 2010)
En este caso, la mentira no sería un daño irreparable, pues se estaría miento para alguien pueda
saborear un poco de comida y no sienta más hambre, esto no daña ni lastima a nadie y aunque la
persona que realizó la acción, se robó la manzana, la manzana no tiene un costo muy elevado como
para considerarlo alarmante o una pérdida gigantesca
Bibliografía
Pérez Porto, J., Merino, M. (18 de mayo de 2017). Dilema ético - Qué es, definición,
ejemplos y tipos. Definicion.de. Última actualización el 24 de noviembre de 2021.
Recuperado el 8 de junio de 2023 de https://definicion.de/dilema-etico/