Los Termómetros

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Los termómetros

Los termómetros son instrumentos que se utilizan para medir la temperatura. Muchos
termómetros están formados internamente por un tubo de vidrio, finito como un
cabello, llamado capilar, y un bulbo que contiene un líquido (puede ser mercurio o
alcohol). También hay termómetros digitales, metálicos y de gas.
En cada caso se aprovecha el hecho de que los materiales presentan cambios en sus
propiedades cuando se modifica su temperatura. Por ejemplo, en los termómetros de
mercurio o alcohol: cuando aumenta la temperatura los líquidos se dilatan y aumentan
su volumen, así vemos cómo el líquido sube por el capilar. Cuando la temperatura es
baja, los líquidos se contraen y el líquido baja por el capilar.
Hay termómetros que se utilizan para medir la temperatura de las personas, por
ejemplo, para saber si tienen fiebre o no. Son los termómetros clínicos. La
temperatura normal de una persona es entre 36 y 37 grados; y esto se escribe así:
36°C y 37°C. Si es mayor a ese número decimos que la persona tiene fiebre.
Los principales tipos de termómetro clínico son los de mercurio y el termómetro
digital. Actualmente ya no se fabrican los termómetros de mercurio, ya que esta
sustancia es tóxica y no debemos tocarla si se rompe el termómetro. Pero aun en
nuestras casas podemos tener alguno de estos termómetros y usarlo con cuidado.
Actualmente se utiliza con mayor frecuencia los termómetros digitales.
Para medir temperaturas muy bajas, por ejemplo debajo de los 0°C o muy altas, por
ejemplo por arriba de los 100°C se usan otro tipo de instrumentos: los termómetros
de laboratorio.

Veamos algunas diferencias entre el termómetro de laboratorio y el termómetro clínico


de mercurio:
1) La escala: en el termómetro de laboratorio su escala va desde -10°C (es decir 10
grados bajo cero) hasta más de 100°C. En general, miden hasta 150°C. O sea que se
pueden medir temperaturas en ese rango. En
cambio, el termómetro clínico va de 35°C a 42°C; y al tener una escala más chica nos
permite registrar con más detalles la temperatura de las personas para ver si su
temperatura corporal es normal o bien, si es más alta que 37°C indica que tenemos
fiebre, y si es más baja que 35°C, indica que nuestro cuerpo tiene hipotermia; es decir
una temperatura más baja que la normal. Esto último en general puede suceder si nos
exponemos a temperaturas muy bajas, sin suficiente abrigo y por un tiempo
prolongado.

El estrangulamiento: Sólo lo tienen los termómetros clínicos. Este estrangulamiento


cerca del bulbo impide que el mercurio retroceda. Aunque la temperatura que se esté
midiendo sea baja, la columna del mercurio no puede bajar por el capilar; esto permite
que, si uno se saca el termómetro de la axila, la temperatura que marca el termómetro
queda fija para poder leerla. Es por esto que, para poder volver a usarlo en otra
medición, hay que sacudir previamente el termómetro clínico para que el mercurio
baje. En cambio, no es necesario sacudir el termómetro de laboratorio debido a que
no tiene tal estrangulamiento, el líquido contenido en el capilar se desliza fácilmente
por él adecuándose al aumento o disminución de temperatura que presenten los
materiales que estemos midiendo. Esta es la razón por la cual cuando se mide con
este termómetro, la medición debe ser tomada en el momento en que se equilibra la
columna del instrumento al contacto con el material correspondiente: sólidos, líquidos
o gaseosos como el aire, por ejemplo.

Usarlos de manera segura:

Todos los termómetros hay que usarlos de manera segura para evitar que se rompan
(aunque sea de vidrio o digital) y evitar lastimarnos:
-no golpearlos
-no tocar el mercurio en caso de que se rompe un termómetro
-no usar un termómetro fuera de su rango de temperaturas (por ej.: con el termómetro
clínico no puedo medir temperaturas muy frías o muy calientes ya que se rompen)
-no colocar termómetros clínicos en agua, ya que están diseñados para medir la
temperatura del cuerpo de las personas.

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