TD 4145
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MONOGRAFIA
“FUNDAMENTOS JURÍDICOS Y GARANTÍAS
CONSTITUCIONALES PARA APLICAR EL PRINCIPIO
INTERVENCIONISTA Y PROTECTOR DEL ESTADO INSERTO EN
EL D.S. 28699 PARA REGULAR LA ORALIDAD EN LOS PROCESOS
LABORALES”
(PARA OPTAR AL TITULO ACADÉMICO DE LICENCIATURA EN DERECHO)
La Paz – BOLIVIA
2013
DEDICATORIA
A mis padres, quienes siempre me apoyaron, en el
transcurso de toda mi vida, por su abnegación,
paciencia y sobre todo por estar siempre a mi lado.
1
AGRADECIMIENTO
- En primer lugar a Dios, sostén a cada segundo de mi vida, por
estar siempre cuidando a toda mi familia, en los buenos y malos
momentos.
2
INDICE GENERAL
DEDICATORIA .............................................................................................................................................. 1
AGRADECIMIENTO ...................................................................................................................................... 2
CAPITULO I
1. NOCIONES PRELIMINARES:...................................................................................................................... 7
6.- PRINCIPALES PRINCIPIOS DEL DERECHO DEL TRABAJO Y PROCESAL DEL TRABAJO QUE PROTEGEN AL
TRABAJADOR. ............................................................................................................................................15
CAPITULO II
3
TRAS LA CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO TODA ESTA CULTURA LABORAL TAN DENIGRANTE PARA EL SER HUMANO PASA A SER
OCULTADA Y ESCONDIDA SIN ACCESO AL PUEBLO. LAS NUEVAS GENERACIONES CRECEN EN UN AMBIENTE DONDE EL TRABAJO,
APARTE DE NECESARIO, COMIENZA A CONSIDERARSE COMO UN BIEN SOCIAL, UNA FORMA DE SUSTENTA CASI ÚNICA Y
OBLIGATORIA... VAMOS, LO QUE TODOS CONOCEMOS HOY EN DÍA. ............................................................................. 22
5.- ANTECEDENTES HISTÓRICOS DEL DERECHO DEL TRABAJO, DESDE OTRA PRESPECTIVA. .......................23
CAPITULO III
1.1.- LEGISLACIÓN COMPARADA DE VENEZUELA: (LEY DE PROCEDIMIENTO DEL TRABAJO O LEY ORGÁNICA PROCESAL DEL
TRABAJO) ........................................................................................................................................................ 33
CAPITULO IV
CAPITULO V ..............................................................................................................................................45
4
4.1.- Juez Espectador. .............................................................................................................................. 51
4.2.- Principio De Recurribilidad. ............................................................................................................. 51
4.3.- Sistema De Prueba Legal. ................................................................................................................ 51
4.4.- Falta De Concentración. .................................................................................................................. 52
CAPITULO VI
PROPUESTA D EL DESARROLLO DEL PROCESO ORAL EN BASE A UN CODIGO PROCESAL DEL TRABAJO ORAL
...................................................................................................................................................................71
ANEXOS .....................................................................................................................................................83
5
CAPITULO I
6
1. Nociones Preliminares:
La Nueva Constitución Política del Estado Plurinacional concibe a nuestra nación como un
Estado Unitario Social de Derecho, concepción fundamental que debe aplicarse con
prioridad a cualquier norma de menor jerarquía y sobre todo cuando se trata de respetar los
derechos de cada uno de los ciudadanos en materia laboral, bajo este parámetro nuestra
Constitución en sus Arts. 46 y ss. Garantiza para todos el Derecho al trabajo digno, sin
discriminación, con un salario justo, equitativo y satisfactorio, asegurando sobre todo la
continuidad de sus medios de subsistencia para mejorar las condiciones de vida de las
familias, determinando textualmente que “Las normas laborales se interpretaran y
aplicaran bajo los principios de protección de las trabajadoras y los trabajadores como
principal fuerza productiva de la sociedad” cierra
De esta forma y bajo la necesidad de reglamentar la L.G.T. se promulga el D.S. 28699 que
establecen los principios del Derecho Laboral, entre estos el Principio Protector donde el
Estado tiene la obligación de proteger al trabajador asalariado, el Principio
Intervencionista, en la que el Estado, a través de los Órganos, Tribunales especiales y
competentes ejerce tuición en el cumplimiento de los derechos sociales de los trabajadores
y empleadores, pero de ninguna forma dan una solución concreta en la sumariedad de los
procesos laborales para que estos se desarrollen con celeridad, como la misma Constitución
lo establece en su Art. 115. II “El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la
defensa y a una justicia plural, pronta, oportuna, gratuita, transparente y sin dilaciones.”
Pero si bien el Estado garantiza una ajusticia pronta, transparente y sin dilaciones, en la
realidad estos extremos no se cumplen.
7
los Procesos Laborales y de esta forma cumplir con una justicia pronta, oportuna y sin
dilaciones en los procesos laborales.
En ese entendido y con la Vigencia de la Nueva Constitución Política del Estado, permite
que con base a una serie de Principios y Garantías de carácter Constitucional, el derecho,
en forma articulada, regule las relaciones jurídicas que surgen permanentemente dentro del
territorio nacional, estableciendo nuevos mecanismos de acción del derecho, pero también
nuevas formas de proyección de ese derecho, ya que obliga a todo el ordenamiento
jurídico vigente a acoplarse a una serie de principios y garantís constitucionales, y fines
generales encaminados, precisamente, a recuperar el poder soberano del pueblo con nuevos
principios y garantís de carácter Constitucional, es de esta manera que el ordenamiento
jurídico laboral vigente así como todas las demás normas deben adecuarse a la Nueva
Constitución Política del Estado Plurinacional.
Bajo este preámbulo y la realidad en la que estamos inmersos se puede ver que es
tremendamente angustiante la carga procesal, toda vez que si vamos a los estrados
judiciales observamos la gran penuria que las personas tienen que sufrir en interminables
procesos judiciales, existiendo una gravitante retardación de justicia el los procesos
laborales, donde muchos trabajadores optan por renunciar a sus beneficios sociales que les
corresponde por ley, otros reciben miserias de los empleadores para no ingresar a un juicio
y otros muchos acuden al Ministerio de Trabajo los mismos que les dan soluciones al cual
el empleador hace caso omiso, y tienen que ingresar a un proceso judicial que tarda muchos
años en su mayoría, contradiciendo los principios laborales protectores al trabajador, y
Garantías Constitucionales de una justicia pronta, oportuna y sin dilaciones. Si bien los
principios laborales se encuentran a favor del trabajador, entre estos también debería
incorporarse el principio de Oralidad, para una mejor justicia rápida y sin dilaciones, para
que de esta manera el Código Procesal del Trabajo se encamine a nuevas visiones orales el
los procesos laborales.
El proceso siempre persigue un fin (satisfacción de las pretensiones deducidas y/o tutela
efectiva del derecho lesionado), y está constituido por un conjunto de actos mediante los
8
cuales se realiza la función jurisdiccional, y por consiguiente, persigue el fin de ésta. En
cierta época se la confundió con la simple sucesión de actos de procedimiento (etapa
procedimentalista), pero luego se penetro más a fondo en su estructura y naturaleza,
comprendiendo que atrás de esos actos estaba ese fin fundamental. El procedimiento es
solo el medio extrínseco por el cual se instaura y se desenvuelve hasta su finalización el
proceso. El proceso es, entonces, el medio adecuado que tiene el Estado para resolver el
conflicto reglado por el Derecho procesal, que establece el orden de los actos
(procedimiento), para una correcta (legal) prestación de la actividad jurisdiccional.1
Para los juristas, proceso es la serie de las actividades que se deben llevar a cabo para llegar
a obtener la providencia jurisdiccional: con significado muy afín, ya que no es sinónimo, al
de “procedura” y al de “procedimiento”. “Proceso”, y “Procedimiento”, aun empleándose
en el lenguaje común como sinónimos, tienen significado técnico diverso, en cuanto el
“Procedimiento” indica más propiamente el aspecto exterior del fenómeno procesal (en el
curso del mismo proceso puede, en diversas fases, cambiar el procedimiento.2 De manera
parecida también explica el profesor Carnelutti; que a los fines científicos, se ha
contemplado desde hace tiempo la oportunidad de establecer una diferencia entre los dos
conceptos de proceso y procedimiento, los cuales, en el lenguaje común, tienen el mismo
significado; por tanto, con la voz proceso se quiere significar el conjunto de los actos
necesarios para conseguir el resultado, considerados en su simultaneidad, esto es, fuera del
tiempo se diría, en una fotografía, que los comprende todos juntos); y con la voz
procedimiento, en cambio, el conjunto de tales actos considerados en su sucesión, y por eso
en el tiempo se diría en un fluir y, así en un film, que representa su desarrollo.3
Las doctrinas que pretenden explicar el fin del proceso oscilan entre cuestiones diferentes:
saber si se trata de resolver un conflicto material (sociológico) o de actuar el Derecho
(jurídico); si se persigue un fin individual, solucionar un conflicto subjetivo, o un fin
1
VESCOVI, Enrique, Manual de Derecho Procesal Civil, Ediciones Idea-Montevideo, 1994, Pág. 113-114
2
CALAMANDREI, Piero. Instituciones de Derecho Procesal Civil Vol. I, Ediciones Jurídicas Europa-
América, Buenos Aires, 1986, Pág. 318.
3
CARNELUTTI, Francesco, Derecho y Proceso Vol. II Derecho procesal penal, Ediciones Jurídicas Europa-
América Buenos Aires 1971, Pág. 54.
9
público, la actuación de la ley, del Derecho, y en ultimo termino, los fines de éste: Paz,
Justicia. J. Guasp hace una clasificación entre doctrinas sociológicas y jurídicas, según
consideren el proceso como la resolución del conflicto social o entiendan que su función es
la aplicación (actuación) del Derecho objetivo o de la protección de los intereses subjetivos
(o ambas).4 Una de las doctrinas mas recibidas universalmente es la de Carnelutti. Es el
autor de la teoría del litigio (lite) señalando que el proceso se origina en un conflicto
(material) de intereses, calificado por una pretensión cuyo fin es la justa composición del
litigio. En la base se encuentra el interés que tiene un contenido netamente individual
(psicológico). La limitación de los bienes de la vida, dice el maestro, produce los
conflictos. El conflicto de intereses así nacido se denomina litigio, del que surge la
pretensión. Ésta es “la subordinación del interés ajeno al interés propio”. 5 Frente a ésta se
levanta la resistencia, que “es la no adaptación a la subordinación de un interés propio al
interés ajeno”. La pretensión resistida (aún la insatisfecha) origina el proceso. También,
frente a esta doctrina se levanto en Italia la de otro gran maestro, Chiovenda, que señala,
como función del proceso, “la actuación de la ley”, colocando el punto de la observación en
la aplicación del Derecho objetivo, y destacando la finalidad publica del proceso frente a la
otra privada (de resolver conflictos intersubjetivos).
En realidad la mayoría de las doctrinas, frente a éste problema, se inclinan por la posición
mixta: es decir, que no consideran al proceso, ni como la solución de un conflicto
solamente social, ni tampoco solo jurídico. O sea que admiten, como es lo lógico, que lo
que en su origen aparece como un conflicto social, cuando es abarcado por el Derecho se
convierte en jurídico y se resuelve como tal mediante la “actuación de la ley”. El propio
Carnelutti ha admitido que el interés de las partes aparece como “un medio para la
realización de la finalidad publica del proceso cuyo fin es, en definitiva, obtener la
formación de mandatos (mandamientos) jurídicos. Esto es la concreción del mandato
general de la ley para el caso concreto sometido al juez”. Es que la misma inseparabilidad
que sabemos existe entre el Derecho objetivo y el subjetivo, aparece entre estos dos fines.
Es Guasp -cuya doctrina es la más admitida-, quien pretende, también, superar esa dualidad
y coloca el centro de la función del proceso en la “satisfacción de pretensiones”. La
pretensión se origina en una base sociológica; es la “queja” del individuo en sus relaciones
4
GUASP, Jaime, Problemas fundamentales del Derecho Procesal, Rev. Fac. de Der. Cs. Soc.-Buenos Aires
1954, Págs. 1325 y sgts.
5
CARNELUTTI, Francesco, Sistema de Derecho Procesal civil, tomo 1, Ediciones Jurídicas Europa-
América, Buenos Aires 1971, Jurídicas Europa-América Buenos Aires 1971, Pág. 70
10
con los demás hombres, que por problemas de convivencia plantea tal reclamación. Pero -
subraya el autor español contemporáneo-, mientras el conflicto no se somete al juez, a
través de la pretensión, nos mantenemos en el campo social (sociológico), sin poderse
hablar aun del proceso. Ni siquiera de un conflicto jurídico. (crítica a Carnelutti). El
proceso es –reitera-, instrumento de satisfacción de pretensiones. El Derecho dedica esta
institución y la función jurisdiccional para atender específicamente las quejas sociales
convertidas en pretensiones jurídicas, tratando de dar satisfacción al reclamante.6
La objeción principal a estas teorías es que hay procesos sin conflicto. Es decir hay
procesos sin contradicción (en rebeldía) o sin que el reclamo tenga un apoyo jurídico
(pretensión totalmente infundada, que debe dar igual al desarrollo del proceso, sin perjuicio
que la sentencia final la rechace). Y procesos en que la pretensión no aparece, al menos en
el inicio, como en el penal (o en sistemas de actuación de oficio).7
6
GUASP, Jaime, Problemas fundamentales del Derecho Procesal, Rev. Fac. de Der. Cs. Soc.-Buenos Aires
1954, Págs. 1326 y sgts.
7
VESCOVI, Enrique, Manual de Derecho Procesal Civil, Ediciones Idea-Montevideo 1994, Pág. 116.
8
BARRIOS DE ANGELIS, Dante, Teoria General del Proceso, Ediciones Jurídicas Europa-América, Buenos
Aires 1970.
11
Arlas le replica que, la noción de insatisfacción también supone un conflicto de intereses y,
por otro lado, que la idea también conduce a la noción de “actuación de la ley” como fin
del proceso.
9
VESCOVI, Enrique, Manual de Derecho Procesal Civil, Ediciones Idea-Montevideo, 1994, Pág. 115-117
12
resultado, es decir, una tal regulación del conflicto de intereses que consiga realmente la
paz y, por tanto, sea justa y cierta: la justicia debe ser su cualidad interior o sustancial; la
certeza, su cualidad exterior o formal; si el derecho no es cierto, los interesados no saben, y
si no es justo, no sienten lo que es necesario para obedecer. Así como para al objeto de
obtener la reglamentación justa y cierta es necesaria una experiencia para conocer los
términos del conflicto, una sabiduría para encontrar su punto de equilibrio, una técnica para
aquilatar la fórmula idónea que represente este equilibrio, la colaboración de las personas
interesadas con personas desinteresadas está demostrada para tal fin como un método
particularmente eficaz. Por otra parte, tal colaboración, sobre todo en razón de la
heterogeneidad de las personas que a ellas concurren, determina necesariamente una
secuela de actos que deben ser estrictamente regulados y evocan la idea de proceso, como
mutación de la realidad que se lleva a cabo por una sucesión de hechos causalmente
vinculados.
En cuanto el proceso es un método para la formación o para la actuación del derecho, sirve
al derecho; por otra parte, en cuanto esa formación o actuación, en razón de los conflictos
de intereses que tiende a regular y también de los otros en que se resuelve el proceso
mismo, está regulada por el derecho, el proceso es servido por el derecho, por lo cual la
relación entre derecho y proceso es doble y reciproca. La parte del derecho que regula el
proceso, toma el nombre de derecho procesal, o también de derecho judicial.10
10
CARNELUTTI, Francesco, Instituciones del proceso civil, Ed. Jur. Europa America, Buenos Aires
Argentina, 1960, pag. 22-23.
13
dando amplios poderes al juzgador para la dirección del proceso, pues los intereses que se
juegan son los mas importantes: “la supervivencia del trabajador y su familia”
De esta manera, el proceso laboral, “tiene la finalidad exclusiva de defender los derechos e
intereses de los trabajadores, frente a los abusos cometidos por los patrones” 11
Un proceso Laboral, tiene las mismas partes que un ordinario. Así, “las partes
principales… son cinco: demanda, citación, contestación prueba y sentencia” Al respecto,
el Art. 71 del Código Procesal del Trabajo, dispone la aplicabilidad en los procesos sociales
lo previsto por los Arts. 82 y 155 del Código de Procedimiento Civil, salvando las
excepciones expresas del Código Procesal del Trabajo.12
Se llama Derecho Social por que sufre transformaciones, antes era un derecho de clase y
hoy en un derecho común, además nace de la sociedad de acuerdo a sus necesidades, para
proteger al mas débil económicamente, frente al capitalista (obrero – patrón)
Art. 46 y ss., nos habla del Derecho al Trabajo y al empleo, protegiendo al trabajador
como principal fuerza productiva de la sociedad, imperando la primacía de la relación
laboral, continuidad y estabilidad laboral, no discriminación e inversión de la prueba,
siendo los beneficios sociales imprescriptibles a partir de la publicación de la Nueva
Constitución Política del Estado Plurinacional.
11
CAMARGO Marín Victor, Procedimientos Especiales, II edición, La Paz 2005, Editorial Grupo Impresor Pag.
178.
12
AZURDUY Rossel Raul, Curso de Derecho Laboral Sustantivo y Adjetivo Actualizado, Ed. Latinas
Editores Ltda., Segunda Edición 2009, pag. 258.
14
6.- Principales Principios del Derecho Del Trabajo y Procesal del
Trabajo que protegen al Trabajador.
6.1.- Principios del Derecho del Trabajo.
6.1.1.- Principio Protector del Estado.- Por este principio el Estado, frente al
desequilibrio real existentes en las relaciones obrero patronales, donde el
primero casi siempre es el mas débil, el Estado interviene y protege al
trabajador, restringiendo la libertad contractual de las partes. Donde este
principio responde a la necesidad de mantener la igualdad entre las partes
que intervienen en el contrato de trabajo, compensando la desigualdad
económica y la debilidad del trabajador frente al empleador; Este principio
contiene tres reglas.
13
AZURDUY Rossel Raul, Curso de Derecho Laboral Sustantivo y Adjetivo Actualizado, Ed. Latinas
Editores Ltda., Segunda Edición 2009, pag. 55-56.
15
6.1.2.- Imperatividad.- Este principio comprende a la:
a) Vigilancia de oficio por los organos del Estado.- La vigilancia y control del
cumplimiento de la normativa laboral, deberá efectuarse empezando desde los
funcionarios subalternos, como son los inspectores de trabajo, hasta los altos
funcionarios estatales de la estructura del Ministerio de Trabajo.
6.2.1.- Gratuidad.- Donde todas las actuaciones en los juicios y tramites del
trabajo deben ser absolutamente gratuitas.
16
protección y tutela de los derechos laborales de los trabajadores, donde la
superación de la lucha de clases a través de las leyes laborales, se hace patente con
este principio que demuestra la desproporción entre la fortaleza económica del
patrono y la debilidad del trabajador, como lo señala la Constitución Política del
Estado Plurinacional en su Art. 48. I. “…Las normas laborales se interpretará y
aplicarán bajo los principios de protección de los trabajadoras y de los
trabajadores como principal fuerza productiva de la Sociedad…” 14 bajo este
parámetro el estado tiene la obligación de proteger al trabajador, (ver si
corresponde aquí.)
La institución del debido proceso fue una conquista de la Revolución francesa, en contra de
los jueces venales y corruptos que aplicaban la voluntad del rey y no la justicia. En ese
sentido, dentro del moderno estado de derecho, se entiende que todas las personas tienen
igual derecho al acceso a la justicia.
14
GACETA OFICIAL DE BOLIVIA. Constitución Política del Estado. Edición Oficial. 7 de febrero de 2009.
15
GASETA OFICIAL DE BOLIVIA, Constitución Política del Estado, Edición Oficial 2009, Pag. 44
17
Sin embargo, ello no siempre se condice con las condiciones del mundo actual. Es que, en
alguna situaciones los jueces se ven influenciados por la promoción, publicidad y
consecuencias que pudieren tener sus actos. Además, no siempre las partes están en
equivalencia de condiciones, debido a que el litigante con mayores recursos tendrá la
oportunidad de contratar mejores abogados, mientras que los litigantes de menores recursos
dependerán muchas veces de defensores de oficio ofrecidos por el Estado, que se encargan
de una gran cantidad de casos y cuentan con reducidos recursos.
Por otra parte, el acceso del ciudadano común y corriente a la justicia se ve dificultado por
el hecho de que el quehacer jurídico genera su propia jerga o argot, lleno de términos
dificiles de comprender para el profano y que, por tanto, no siempre entiende con claridad
qué es lo que sucede dentro del proceso.
18
7.3.- Una Justicia Plural Pronta, Oportuna, Gratuita, Transparente y sin
Dilaciones.
El Art. 115 de esta norma constitucional señala “I. Toda persona será protegida oportuna y
efectivamente por los jueces y tribunales en el ejercicio de sus derechos e intereses
legítimos. II. El Estado garantiza el derecho al debido proceso, a la defensa y a una justicia
plural, pronta oportuna gratuita, transparente y sin dilaciones. ” 16
16
GASETA OFICIAL DE BOLIVIA, Constitución Política del Estado, Edición Oficial 2009, Pag. 44
17
GASETA OFICIAL DE BOLIVIA, Constitución Política del Estado, Edición Oficial 2009, Pag. 24
19
CAPITULO II
20
1.- Antecedentes Históricos del Derecho Laboral
Con relación a los antecedentes del Derecho Laboral vamos a ver cómo ha evolucionado a
lo largo de la historia de la humanidad, donde podemos decir que el trabajo es tan antiguo
como el hombre, es tan antiguo como el comer, pero lo que ya no viene siendo tan antiguo
es el Derecho laboral.
Ya lo pone escrito en la Biblia: Vivirás con el sudor de tu frente, no con el sudor del de en
frente, donde el hombre desde el albor de lo tiempos ha trabajado y mucho, todo el
sustento, la alimentación, el fuego, las herramientas.... Todo debía conseguirse mediante el
esfuerzo del trabajo. Pero el ser humano se caracteriza por utilizar su intelecto más que la
fuerza física, y es entonces cuando surge la posibilidad de vivir sin trabajar, o de intentar
vivir con el sudor de los demás y los excedentes de comida o excedentes de ropa o
herramientas se comenzaban a intercambiar por otros bienes.
Con este tipo de conceptos sobre el trabajo, no es de extrañar que en roma no existiera el
derecho Laboral y mucho menos que hubiesen leyes al respecto. Era mucho más
importante legislar el sector humano en cuestiones civiles, y por tanto fue el Derecho Civil
el que caracterizó el mundo jurídico de la antigua Roma.
21
3.- Antecedentes Del Derecho Laboral Durante La Edad Media
Tras la caída del Imperio Romano toda esta cultura laboral tan denigrante para el ser
humano pasa a ser ocultada y escondida sin acceso al pueblo. Las nuevas generaciones
crecen en un ambiente donde el trabajo, aparte de necesario, comienza a considerarse como
un bien social, una forma de sustenta casi única y obligatoria... Vamos, lo que todos
conocemos hoy en día.
Existe una expresión que procede de los monasterios portugueses que dice "el ocio es
enemigo del alma"...
Durante la edad media surgió el famoso Feudalismo, que viene a ser algo así como que
trabajen todos y que cobre uno. Se basaba en grandes extensiones de tierra cuya propiedad
pertenecía al estado a la nobleza y que debían por tanto pagar altos intereses para poder
sobrevivir.
Entre los señores feudales y la Iglesia católica se repartían todo el trabajo, y no me estoy
refriendo al sudor de su frente, como he dicho antes, sino con el sudor del de enfrente.
De forma intermedia entre los que cobran y los que trabajan aparecían tímidamente las
actividades artesanales. Estos autónomos medievales se movían en la frágil frontera entre
ambos bandos, siempre con el miedo a parecer demasiado rico o demasiado pobre y
desencajarse del puzzle. En esta situación, es de todo impensable la formación de posibles
sindicatos o de algún tipo de Derecho laboral.
Fue al final de la Edad media cuando surge, gracias a la revolución industrial, una nueva
ideología que viene a decir que la riqueza no se centra exclusivamente en tener o no
propiedades de Tierra. La revolución industrial nos enseñó que la riqueza no solo se
obtiene por nacer en una familia noble, que en cualquier parte hay oportunidades de crecer,
que las necesidades humanas pueden ser satisfechas y gracias a ello uno puede
enriquecerse. Nace el concepto del "consumo".
Todo esto ya nos empieza a sonar, nos resulta demasiado familiar como para no darnos
cuenta de que la humanidad comenzaba a entrar en lo que posteriormente se denominó
Edad Moderna.
22
4.- Antecedentes Del Derecho Laboral Durante La Edad Moderna
Para efecto de nuestro estudio, la actual legislación del Derecho del Trabajo tiene su
antecedente o fuente histórica en ese movimiento armado llamado Revolución Mexicana;
surge en base a la necesidad que se dio por la carencia o inexistencia de una relación
laboral que en países como Europa ya existía.
Al principio del siglo XX existían dos clases sociales, la primera era gente del poder
público y la segunda de aquellos de la que únicamente contaba con su fuerza de trabajo,
éstos segundos servía como trabajadores domésticos, en donde se les ocupaba desde
quehaceres del lugar hasta labores agrícolas.
La tienda de Raya que en apariencia era entonces para salvaguardar los intereses
económicos de la clase pobre no era mas que una simulación en donde cada vez se les tenía
mas comprometidos, de ahí que esa presión de esa clase baja por sentirse marginadas,
según la historia maltratadas y abusadas por quien en ese momento resultaba ser su amo,
23
despertó la necesidad de levantarse en armas, entonces sin saber ¿cuánto tiempo duraría?,
ni cuales iban a hacer los logros que se obtendrían en la Revolución Mexicana.
El Poder judicial de Bolivia, en 1994 inicia su proceso de modernización con la ley 1585 de
Reforma Constitucional, tanto en su estructura orgánica con la creación de nuevos órganos
como ser: El Consejo de la Judicatura y Tribunal Constitucional, como en la adaptación a
las nuevas disposiciones legales que se fueron sancionando en las distintas materias del
Derecho. Asimismo, se inicia en nuestro país el proceso de modernización del Poder
Judicial orientado a la transformación estructural del sistema de justicia boliviano
conformado por dos líneas rectoras: la Orgánico legislativa y el desarrollo de Recursos
Humanos, esto con el fin de que la administración de justicia responda a su función social y
recupere la credibilidad de la ciudadanía en general. La ley 1970 de 31 de mayo de 1999,
Nuevo Código de Procedimiento Penal, se constituye en un instrumento legal que
representa un enorme cambio en la historia jurídica boliviana, porque para superar el
sistema de justicia penal colapsado que se tenía hasta entonces, dio paso a un sistema
acusatorio oral, público, continuo y contradictorio, en el que aparte de democratizar la
justicia con los jueces ciudadanos, tiene como bastión principal para superar la retardación
de justicia, el implementar el sistema oral en los procesos, así mismo se han dado diversos
intentos de implementar el procedimiento oral en los procesos civiles y laborales.
24
La OIT fue creada en 1919, como parte del Tratado de Versalles que terminó con la
Primera Guerra Mundial, y reflejó la convicción de que la justicia social es esencial para
alcanzar una paz universal y permanente.
Su Constitución fue elaborada entre enero y abril de 1919 por una Comisión del Trabajo
establecida por la Conferencia de Paz, que se reunió por primera vez en París y luego en
Versalles. La Comisión, presidida por Samuel Gompers, presidente de la Federación
Estadounidense del Trabajo (AFL), estaba compuesta por representantes de nueve países:
Bélgica, Cuba, Checoslovaquia, Francia, Italia, Japón, Polonia, Reino Unido y Estados
Unidos. El resultado fue una organización tripartita, la única en su género con
representantes de gobiernos, empleadores y trabajadores en sus órganos ejecutivos.
La fuerza que impulsó la creación de la OIT fue provocada por consideraciones sobre
seguridad, humanitarias, políticas y económicas. Al sintetizarlas, el Preámbulo de la
Constitución de la OIT dice que las Altas Partes Contratantes estaban “movidas por
sentimientos de justicia y humanidad así como por el deseo de asegurar la paz permanente
en el mundo...”
25
descontento causado constituye una amenaza para la paz y armonía universales; y
considerando que es urgente mejorar dichas condiciones;
3. Considerando que si cualquier nación no adoptare un régimen de trabajo realmente
humano, esta omisión constituiría un obstáculo a los esfuerzos de otras naciones
que deseen mejorar la suerte de los trabajadores en sus propios países.
Las áreas que podrían ser mejoradas enumeradas en el Preámbulo continúan vigentes, por
ejemplo:
7.1.- El inicio
La OIT ha realizado aportes importantes al mundo del trabajo desde sus primeros días. La
primera Conferencia Internacional del Trabajo en Washington en octubre de 1919 adoptó
seis Convenios Internacionales del Trabajo, que se referían a las horas de trabajo en la
industria, desempleo, protección de la maternidad, trabajo nocturno de las mujeres, edad
mínima y trabajo nocturno de los menores en la industria.
La OIT estableció su sede en Ginebra en el verano de 1920 con el francés Albert Thomas
como primer Presidente de la Oficina Internacional del Trabajo, que es la secretaría
26
permanente de la Organización. Con gran ímpetu impulsó la adopción de 16 Convenios
Internacionales del Trabajo y 18 Recomendaciones en menos de dos años.
Este primer fervor pronto fue moderado, porque algunos gobiernos pensaban que había
demasiados Convenios, el presupuesto era excesivo y los informes muy críticos. Sin
embargo, la Corte Internacional de Justicia, bajo presión del Gobierno de Francia, declaró
que el ámbito de acción de la OIT se extendía también a la reglamentación de las
condiciones de trabajo del sector agrícola.
El británico Harold Butler, sucesor de Albert Thomas desde 1932, tuvo que enfrentar la
Gran Depresión y su consecuencia de desempleo masivo. Al darse cuenta de que para
abordar temas laborales necesitaba también de la cooperación internacional, Estados
Unidos se convirtió en Miembro de la OIT en 1934, aunque continuaba fuera de la
Sociedad de las Naciones.
27
Unidas. En 1948, todavía bajo la dirección de Phelan, la Conferencia Internacional del
Trabajo adoptó el Convenio No. 87 sobre la libertad sindical y la protección del derecho de
sindicación.
El estadounidense David Morse fue Director General entre 1948 y 1970, período durante el
cual se duplicó el número de países miembros. La Organización asumió su carácter
universal, los países industrializados pasaron a ser una minoría ante los países en
desarrollo, el presupuesto creció cinco veces y el número de funcionarios se cuadruplicó.
La OIT creó el Instituto Internacional de Estudios Laborales con sede en Ginebra en 1960 y
el Centro Internacional de Formación en Turín en 1965. La Organización ganó el Premio
Nobel de la Paz en su 50 aniversario en 1969.
Entre 1970 y 1973, con el británico Wilfred Jenks como Director General, la OIT avanzó
en el desarrollo de normas y de mecanismos para la supervisión de su aplicación, en
particular en la promoción de la libertad sindical y la protección del derecho de sindicación.
Michel Hansenne de Bélgica asumió el cargo en 1989 y condujo la OIT después del fin de
la Guerra Fría. Puso énfasis en la importancia de colocar la justicia social al centro de las
políticas económicas y sociales internacionales. También orientó a la OIT hacia una
descentralización, con mayores actividades y recursos fuera de la sede de Ginebra.
El 4 de marzo 1999 el chileno Juan Somavia asumió el cargo de Director General. Somavia
ha planteado la importancia de convertir el Trabajo Decente un objetivo estratégico
internacional y de promover una globalización justa. También ha destacado el trabajo como
un instrumento para la superación de la pobreza y el papel de la OIT en el logro de los
28
Objetivos de Desarrollo del Milenio, que incluyen la reducción de la pobreza a la mitad
para 2015.
El camino a seguir parece trazado al legislador por la historia de las mas notables reformas
procesales llevadas a cabo en Europa durante el siglo XIX; historia que resume en un
progresivo predominio del proceso oral sobre el escrito. Las primeras batallas por la
oralidad tuvieron carácter predominantemente político y se agitaron en el campo del
proceso penal. En este campo la oralidad fue adoptada por la casi generalidad de los
Estados civilizados; el debate penal tiene por supremo principio la oralidad y se desarrolla
como una aplicación lógica de él. Sólo con un esfuerzo de pensamiento, se puede
actualmente figurar un proceso penal no inspirado en este principio, aun cuando tal tipo de
juicio aparezca muy próximo a penas se mira al pasado.
Ahora bien, se buscaría en vano una razón cualquiera apta para demostrar que la
investigación de la verdad deba proceder de un modo diverso según que la materia que se
trata sea materia penal, civil o laboral. Que el principio de la oralidad haya tardado en
conquistar el campo contiguo del proceso laboral, depende del hecho de que en éste el
mismo se presento mas como un simple principio técnico-jurídico que como un principio
político. No tuvo pues, para sí, el caluroso interés de las masas, sino solamente la fría y
meditada adhesión de los estudiosos, de los prácticos, de los hombres de gobierno.
Indudablemente podría decirse que en la materia laboral es mucho mayor que en la penal el
número de las causas fundadas exclusivamente sobre documentos, tanto más bajo el
imperio de una ley que, limita notablemente la prueba testimonial de las convenciones.
Pero, en primer lugar, los principios de la oralidad y la concentración son aplicables con
ventaja también en las litis en las que el material de cognición es todo documental, puesto
que también es éstas el tratar oralmente la causa, entendido ello no como declamación
académica, sino como examen e ilustración de los documentos que ha de hacerse en
contradictorio en la audiencia, asegura una decisión mejor o mas rápida, en cuanto previene
las confusiones, los errores, las lagunas, los olvidos, excita la atención y la reflexión del
magistrado, y si éste es colegiado informa eficaz y directamente a cada uno de los jueces
29
presentes. En segundo lugar, sería extraño que, por consideración a los casos en los que la
utilidad de la exposición oral es, por decir así, menos intensa se privarse de los beneficios
de la oralidad también a aquellas causas civiles en las que, debiéndose apreciar las
declaraciones hechas por las partes, por los testigos, por los peritos, o debiéndose examinar
la condición de los lugares u objetos controvertidos, es necesario que estas actividades sean
concentradas en un breve periodo de tiempo y tengan lugar ante el juez o por otra parte del
juez mismo que debe pronunciar; siendo intuitivo que no se puede juzgar a conciencia de la
situación de un fundo, ni de la verdad de un testigo sino por quien lo ha visto y oído. Es
tan cierto para el proceso laboral como para el penal lo que MARIO PAGANO
(Consideraciones sobre el proceso criminal) escribía hace más de un siglo: “…la escritura,
como dice muy bien Sócrates según Platón, es muerta y no nos habla más que por una parte
sola, esto es, por medio de aquellas ideas que con los signos nos despierta en el espíritu. No
satisface plenamente nuestra curiosidad, no responde a nuestras dudas, no nos presenta los
infinitos posibles aspectos de la cosa misma. En la viva voz hablan también el rostro, los
ojos, el color, el movimiento, el tono de la voz, el modo de decir y tantas otras diversas
circunstancias pequeñas, las cuales modifican y desarrollan el sentido de las palabras
generales, y sumistran tantos indicios de ellas a favor o en contra de la afirmación de las
palabras.
La muda lengua, la elocuencia del cuerpo, para valerme de la frase de Tulio, de la misma
manera que es más interesante, así también es más verídica que las palabras, y puede
ocultar menos la verdad. Todos los signos contemplados se pierden en la muda escritura, y
faltan al juez los mas claros y ciertos argumentos”. 18
30
el desarrollo de Recursos Humanos, esto con el fin de que la administración de justicia
responda a su función social y recupere la credibilidad de la ciudadanía en general. La ley
1970 de 31 de mayo de 1999, Nuevo Código de Procedimiento Penal, se constituye en un
instrumento legal que representa un enorme cambio en la historia jurídica boliviana, porque
para superar el sistema de justicia penal colapsado que se tenía hasta entonces, dio paso a
un sistema acusatorio oral, público, continuo y contradictorio, en el que aparte de
democratizar la justicia con los jueces ciudadanos, tiene como bastión principal para
superar la retardación de justicia, el implementar el sistema oral en los procesos, así mismo
se han dado diversos intentos de implementar el procedimiento oral en los procesos civiles,
lo cual debe suceder también en los procesos laborales, para una justicia pronta, oportuna y
sin dilaciones, como lo señala nuestra Constitución Política del Estado, máxime, cuando se
trata de un derecho social, lo cual no debería tener la tramitación de un proceso ordinario.
31
CAPITULO III
32
1.- Legislación Comparada.
Para actualizar y modernizar nuestra actual legislación adjetiva laboral, debemos abrir
nuestra ventana jurídica y observar como los países vecinos resuelven sus conflictos
jurídicos en materia laboral, donde la importancia que tiene el estudio y análisis de otras
legislaciones en materia laboral, es de primordial importancia para nuestra Investigación de
Grado, puesto que desde siempre y de forma constante la doctrina y las formas de legislar
el derecho en otros países, han tenido influencia en las diferentes ramas del derecho
Boliviano, entonces para poder en un futuro próximo llegar a un proceso laboral oral,
debemos primero observar la legislación comparada y los antecedentes que formaran al
proceso oral laboral.
El Dr. Mario Cordero Miranda, señala que el proceso por audiencias comienza a abrirse
campo en Ibero América en forma muy trabajosa, siendo justo destacar en este sentido
como antecedente, que en España recién se incorpora, este procedimiento a raíz de la ley de
reformas de 1984, desarrollada solo para el proceso de menor cuantía, con el nombre de
”Comparecencia personal” y en Mexico en 1985 en el “Código de Procedimiento del
Distrito Federal”, El proceso por audiencia, con estos primeros antecedentes, fue el
desarrollo en la Provincia de Córdoba – Republica de Argentina, para la materia penal,
habiendose extendido posteriormente a otras provincias argentinas como salta y Ushuaia,
principalmente. 19
Venezuela es uno de los países que más tardíamente incorporo la oralidad en su norma
adjetiva laboral, sin embargo con la promulgación de la nueva Ley de Procedimiento del
Trabajo o Ley Orgánica Procesal del Trabajo que entro en vigencia recién el año 2003, año
en el cual se incorporo la oralidad en los procesos laborales, como un principio
fundamental para la celeridad de la justicia social.
19
CORDERO Mianda Mario “El Proceso por Audiencia” (Poder Judicial de Bolivia) Primera Edición, Editorial
Judicial, Sucre-Bolivia 2000, Pag 12 y 13.
33
Al respecto el tratadista Henriquez La Roche, destacado academico venezolano, enfatiza,
que el proceso oral es retomado por la legislación latinoamericana, siguiendo los pasos de
la doctrina procesal moderna, pero Venezuela siendo una de los destacados en el desarrollo
jurídico de las instituciones públicas, tardíamente ha hecho recepción de esta modalidad tan
antigua como el Derecho Romano, pero con una solución de continuidad.
Con relación a la forma de sustanciar sus diferentes procesos sociales, debemos puntualizar
algunos aspectos que me parecen importantes de destacar;
- Su norma laboral señala que los tribunales de trabajo, solamente resolverán los
asuntos contenciosos del trabajo, si estos no corresponden primero a la
conciliación o arbitraje
- Sus tribunales de trabajo pueden estar compuestos tanto por un tribunal
unipersonal (1 juez) o por un tribunal colegiado (3 jueces).
- Se establece claramente que ningún funcionario podrá realizar cobros o
emolumentos de ninguna clase a los interesados o partes, bajo sanción
(respetando el beneficio de la gratuidad).
- Se tiene claro que solo el tribunal que conoció y sustancio el asunto, podrá
resolver el proceso, es decir es el único que dictara sentencia en el caso
(respetando el principio del juez natural).
- Busca que el trabajador tenga una justicia pronta y eficaz, ya que la demanda
puede ser presentada de forma escrita u oral, ante el juzgador, con o sin
patrocinio del profesional abogado.
- Un aspecto contradictorio e ilógico a la celeridad, es que en su Art. 69 de la
legislación laboral Venezolana, habla de 8 audiencias, y en sus demás preceptos
se habla de otras mas audiencias, lo cual significaría mas dilación en el proceso.
- Garantiza el derecho o beneficio de la segunda instancia, es decir el reconoce el
recurso de apelación, en segunda instancia.
- Finalmente establece los limites para acceder al recurso de casación siempre y
cuando supere una determinada cuantía.
34
Su Ley Procesal del Trabajo fue promulgada mediante Ley de la Republica N° 26636 de 21
de junio de 1996, a decir de los tratadistas peruanos esta nueva norma tiene una
observación con referencia a su contenido, y es el hecho que tiene demasiada injerencia de
los preceptos contenidos en el Código Procesal Civil, perdiendo por lo tanto parte de la
esencia que le brinda el derecho del Trabajo.
Se destaca el contacto directo entre le juez y las partes, cuando estos presentan en audiencia
sus medios probatorios, en síntesis se puede establecer que este tipo de juicios tiene una
duración aproximada de 3 a 4 meses, incluso con el recurso de casación.
De lo referido los aspectos más importantes del procedimiento laboral Peruano son:
- Las audiencias y la presentación de los medios probatorios solo se los realizan
ente el juez que conoce la causa, bajo sanción de nulidad.
- El juez tiene la obligación de dirigir e impulsar de oficio el proceso desde su
inicio hasta su culminación.
- Además que la presentación de las pruebas iniciales, son presentadas en un
anexo aparte, por el demandante, considerada como prueba preconstituida.
- La contestación a la demanda, también debe estar acompañada de este anexo,
osea las pruebas preconstituidas de descargo.
- En su Art. 45 de su ley procesal del trabajo, obliga al juzgador a proponer la
conciliación como prioridad antes considerar el juicio, y si las partes conciliaran
esta tendrá el mismo valor de una sentencia, adquiriendo la calidad de cosa
juzgada.
- También en la legislación peruana se admite el recurso de apelación y casación.
35
1.3.- Legislación Comparada de México. (Ley Procesal del Trabajo)
- La ley Procesal del Trabajo Mexicano, en su primer Art. señala que en única
instancia y en forma oral se resolverán los conflictos derivados de la relación
laboral, es decir en este proceso no se admite el recurso de alzada, ni de
casación, al igual que la legislación Brasileña,
- Una vez presentada la demanda, el procedimiento puede ser impulsada no solo
por las partes o el Tribunal, sino también por el Ministerio Público.
- Con referencia a la conciliación no solo se refiere a simplificar las cuestiones
litigiosas, sino también a rectificar errores en los que se haya incurrido en el
proceso y también incluso a aumentar los hechos solicitados y ya admitidos.
- En su Art. 89 señala que la audiencia no terminara hasta que se hayan ventilado
las cuestiones propuestas y dictado el fallo. Sin embargo en caso de extrema
necesidad el Tribunal podrá suspender la audiencia, pero este indefectiblemente
deberá continuar al día siguiente.
Tal y como se podrá apreciar del análisis comparativo de las legislaciones laborales de
Venezuela, Perú y México, existen algunas similitudes con la norma adjetiva laboral de
Bolivia, en lo que se refiere a la forma de sustanciar los procesos laborales, también existen
36
grandes similitudes en los principios protectores del derecho laboral, sin embargo la gran
diferencia que nos separan de estas normas laborales es la incorporación de la oralidad,
durante la sustanciacion de los proceso laborales, y por lo tanto es indudablemente el
proceso oral el mejor instrumento para proteger al trabajador y restituirle sus derechos
restringidos, y modernizando de esta forma, las anacrónicas normas del sistema escrito
laboral.
El proceso por audiencia responde a una moderna orientación que se viene generalizando
en Latinoamérica, siendo justo destacar los trabajos sobre la materia realizados por el
Instituto Uruguayo del Derecho Procesal, y particularmente por el Instituto
Latinoamericano de Derecho Procesal que funciona en la ciudad de Uruguay, dirigida por
los discípulos del gran maestro Eduardo Couture. 20
Siendo una verdad Universal que le Derecho es dinámico ya que tiene ha estar en constante
evolución y cambio, a la par de la sociedad, pero en nuestro país poco o nada se hizo por
adecuar la legislación laboral existente en los tiempos y necesidades actuales, a fin de
satisfacer plenamente las demandas de carácter social, que cada vez son mas exigentes y
complejas
Al respecto el Dr. Ivan Campero Villaba refiere “Este avance del Derecho del Trabajo,
PERMITE TUTELAR LAS NUEVAS RELACIONES DE TRABAJO QUE APARECEN
COMO CONSECUENCIA DE LA MUNDIALIZACION DE LA ECONOMIA Y EL
AVANCE DE LA CIENCIA Y LA TEGNOLOGIA, empero en nuestro país el legislador
no ha innovado la legislación positiva laboral sustantiva desde hace varios lustros, por lo
que existe una INCOMPATIBILIDAD entre la realidad y la NORMA POSITIVA
VIGENTE, acomodada esta a un modelo de capitalización estadista y no de libre mercado,
DESPROTEGIENDO AL TRABAJADOR en las nuevas formas de trabajo”21 en este
entendido, como lo señala el jurista y especialista en materia social, en nuestro país no se
ha innovado la legislación del trabajo, por bastante tiempo y esto ocasiona la retardación de
justicia por la falta de modernización en el área del derecho del trabajo, así como en las
20
CORDERO Miranda Mario, “El Proceso por Audiencia” Poder Judicial de Bolivia, Edicion Primera, Editorial
Judicial, Sucre-Bolivia 2000, Pg. 13.
21
CAMPERO Villalba Ramiro Ivan, Anteproyecto del Código Procesal de Trabajo y de Seguridad Social.
37
demás áreas del derecho, empero lo que nos atañe en este trabajo es la modernización oral
del derecho del trabajo, para de esta manera agilizar los proceso y cumplir con la
inmediatez, de los procesos, erradicando la retardación de justicia en materia social.
38
CAPITULO IV
LA ERRADICACIÓN DE LA
RETARDACIÓN DE JUSTICIA
IMPUESTA POR EL SISTEMA
ESCRITO, BUSCANDO LA
EFICIENCIA DE UN SISTEMA ORAL.
39
1.- El Proceso Oral y Escrito y su dilación
22
MORALES Guillén, Carlos, Código de Procedimiento Civil Concordado y Anotado, Edit. Gisbert y
Cia. S.A., La Paz – Bolivia, 1982, Pág. 19
23
BRAMONT ARIAS, Luis, Enciclopedia Jurídica OMEBA, Tomo XXIII, Edit. Driskill S.A.,
Buenos Aires – Argentina, 1991, Págs. 266 – 267).
40
procesales que según el derecho comparado se dividen en sistemas procesales escritos o
sistemas procesales orales respectivamente. Si bien la doctrina no se refiere de manera
concreta y específica en la división que realiza de los sistemas procesales, puede añadirse
a esta clasificación, el sistema procesal mixto que engloba a los dos anteriores, por que
combina los elementos del sistema escriturado y del sistema oral, por ello es que en los
hechos, realmente se pueden encontrar sistemas procesales que sean predominantemente
escriturados con la ayuda de la palabra para ciertos actos procesales, o en su caso el otro
sistema puede darse en un proceso predominantemente oral con presencia de algunos actos
escritos que generalmente se circunscriben a la demanda y la contestación.
Para este punto es conveniente aclarar que el proyecto de Código Procesal del Trabajo,
adopta el sistema mixto con predominio del sistema oral, reduciendo la cantidad de
actuaciones escritas al mínimo posible, como lo debe señalar el mismo proyecto en su
artículo primero: “La audiencia es la actividad central del proceso en la que se realizan en
forma pública los actos pretendidos por las partes, observando la inmediación y la
concentración como caracteres fundamentales. Las actuaciones procesales, a partir de
la demanda y contestación escritas, se cumplen en audiencias en las que, por principio, las
cuestiones se plantean y resuelven en forma oral”24
Los procesos más rápidos que se han sentenciado en materia laboral sin considerar
considerar que han sido recurridos en apelación, sino que la sentencia de primera instancia
ha sido ejecutoriada, el mayoría de los casos tarda entre 5 a 8 meses, es decir que este es un
tiempo récord para poner fin a una controversia judicial, existen otros procesos que han
tardado mas de ocho años, puesto que han sido recurridas en apelación y casación,
retornando al juzgando de origen después de 5 o mas años de haberse recurrido en
apelación.
24
MINISTERIO DE JUSTICIA, REPÚBLICA DE BOLIVIA, Anteproyecto de Código del Proceso Civil,
Edit. Artes Gráficas Latina, La Paz – Bolivia, 1996, Pág.27
41
con un procedimiento moderno y ágil y menos con tribunales orales, que permitan la
celeridad procesal”25
Otro aspecto que retarda los procesos es la corrupción del sistema judicial, donde los
funcionarios de apoyo jurisdiccional esperan que las partes comparezcan al juzgado, para
de alguna manera recibir algo de dinero y de esta manera agilizar el proceso.
De todo ello se ha podido demostrar que la retardación de justicia recae por diferentes
factores, pero el principal argumento que nos interesa en la presente monografía , se refiere
a la Retardación de Justicia, por el sistema escrito, puesto que un memorial es presentado
digamos un día Lunes, y recién es cargado al libro diario con fecha del día siguiente es
decir el día martes, y con mucha suerte sale el día miércoles, lo que casi nunca sucede
puesto que hasta que el memorial sea decretado, firmado por el juzgador y el secretario, se
pase al Auxiliar del juzgado para que proceda al descargo en el libro diario, y luego este
sea pasado al Oficial de Diligencias para que se encargue de la costura del memorial y su
decreto al respectivo expediente, han pasado ya dos o más días, saliendo un memorial que
ingreso un lunes un día jueves o viernes y cuando se trata de algunos Autos Motivados,
tarda mucho mas.
Así también la retardación de justicia no solo es por parte de los encargados de administrar
justicia, sino que también es culpa de las constantes acefalitas que existen en los juzgados,
puesto que en la mayoría de los casos a mediandos del mes de diciembre de 2012, los casi
la mitad de los oficiales de diligencias se encontraba en suplencia legal, así también sucede
algunos secretarios y jueces, que a sugerencia del redactor, el Consejo de la Magistratura,
25
Boletín JURIDICO DE MEXICO, No. 26 México 1995.
26
HEMOGRAFIA. Consejero Acusa a la Suprema de Encubrir Jueces Corruptos, La Razón 28-05-98, La Paz
Bolivia.
42
debiera prever estas situaciones con anterioridad, y designar personal el mismo día, para
que los juzgados no se encuentren sin funcionarios titulares, o cuando menos con un retrazo
solo de una semana, y no así como sucede en la actualidad donde un juzgador, secretario,
auxiliar u oficial se encuentran en suplencia en otro juzgado por meses.
Así también la retardación de justicia se debe a la excesiva recarga laboral para tan solo 7
juzgados laborales en la ciudad de La Paz y solo 2 juzgados laborales en la ciudad de El
Alto, juzgados que no abarcan la recarga procesal que demandan los ciudadanos, puesto
que con esta carga procesal el mismo juzgador no puede hacer cumplir el principio de
Impulsión de oficio que rige en materia laboral, puesto que con loa abundantes proceso que
atiende no puede encargarse de efectuar tramites de oficio, esto en relación de que son mas
los proceso que llegan por semana, con relación a las sentencias que dicta por la misma
semana. Debiéndose crear mas juzgados laborales con jueces de la materia y especialistas
en el área, con mucha mas razón cuando con el presente trabajo se pretende dar luces para
un proceso laboral oral.
Sin duda la retardación de justicia es un problema que no solo afecta la proceso laboral,
sino que afecta a todos los procesos del área civil, laboral, familiar, e incluso al penal, pero
en el tema que nos importa es el área laboral, donde a mi parecer con la creación de mas
juzgados laborales y un sistema novedoso (oral) se podría alcanzar la erradicación
numerosa de la retardación de justicia, bajo un sistema reglado (Nuevo Código Procesal del
Trabajo) donde tanto las partes, el administrador de justicia y el personal de apoyo
jurisdiccional, tengan una clara visión del papel que les toca desenvolver en el nuevo
sistema oral.
No debe creerse, pues, que el proceso oral sea de una estructura inmóvil y fija, debiéndose
aplicar hasta las extremas consecuencias lógicas en todo caso y para toda controversia.
Si la oralidad en algunas aplicaciones debiese producir daños mayores que las ventajas, el
principio teórico deberá ser sacrificado a la utilidad práctica. Si un acto procesal, como el
interrogatorio de una parte o el examen de los testigos no puede tener lugar ante el juez o
colegio sino con grave perturbación o gasto, será posible delegar a un juez, teniendo
solamente cuidado de que éste al menos participe en la decisión de la causa. Si las pruebas
43
deben realizarse fuera la jurisdicción del magistrado investido de la causa, la delegación se
impone, y la oralidad y los principios a ella consiguientes recibirán una necesaria
limitación.
Y todavía puede haber causas que aconsejen una instructoria separada (rendiciones de
cuenta, divisiones, liquidaciones), o en las que la cuestión de hecho sea tan amplia que
deba ser examinada previamente en un procedimiento preparatorio ante un juez delegado,
para llegar después simplificada al debate ante el colegio.
Ahora bien, examinando atentamente la figura del proceso oral, con la ayuda de las normas
propuestas, se verá fácilmente:
1. Que el proceso oral reduce en dos tercios a lo menos el número de los actos judiciales
necesarios en un proceso escrito;
2. Que ya sea por la simplificación de los actos, ya sea por la concentración de los medios
instructorios en una audiencia, viene a faltar la materia de un número enorme de cuestiones
alimentadas por el formalismo del proceso escrito, con la consiguiente disminución de
incidentes, de impugnaciones y de sentencias;
3. Que la prohibición de impugnar las interlocutorias notoriamente dilatorios y
separadamente del mérito reduce también notablemente las ; causas de apelación;
44
CAPITULO V
45
1.- Los Sistemas Oral y Escrito En El Proceso Laboral:
1.1.- Sistema oral
Ante los defectos del sistema escrito, sobre todo en el hecho de generar tardanza en la
justicia, la idea de la oralidad ha presentado, verdaderamente, el símbolo del movimiento
de crítica real a ese procedimiento. Varios autores y tratadistas del Derecho Procesal han
estudiado al sistema oral principalmente en materia penal, pero este análisis también se
trabajo sobre el proceso civil y laboral. Debemos señalar en principio que para hacer una
caracterización del sistema oral con el debido rigor científico, no es suficiente atender a los
elementos exteriores de las palabras, por que la audiencia y discusión en la que participan
el juez y las partes actualmente no significa que el procedimiento sea oral, así como
también el uso de la escritura no implica que necesariamente sea escrito, vale decir que un
procedimiento se dice oral o escrito, según el modo como se actúe en él ya sea con la
palabra hablada o mediante la escritura. El procedimiento oral se caracteriza
fundamentalmente por que las discusiones entabladas y las conclusiones son deducidas de
viva voz en la audiencia, la sentencia es pronunciada por el mismo juez que asistió a la
prueba y tratamiento de la causa, en una sola audiencia o en audiencias continuadas.
Significa que en los actos procesales se impone la palabra ante la escritura, como medio de
expresión y comunicación entre los sujetos que intervienen en el proceso, pero esto no
quiere decir que se excluye a la palabra escrita. Actualmente es muy difícil concebir un
procedimiento totalmente oral, por que en la demanda y la contestación no se puede evitar
la escritura, pero los demás actos procesales pueden desarrollarse en audiencias, de ahí el
nombre de proceso oral o por audiencias. La escritura es siempre necesaria aún en el
proceso oral ya que desempeña un doble papel en el procedimiento oral, en principio para
la preparación de la causa, mediante el registro del contenido de la demanda, los
fundamentos contradictorios de las partes, los medios probatorios, las pruebas
preconstituidas y las deducciones antagónicas de las partes. Y luego en documentar todo lo
importante que pasó en la audiencia, como por ejemplo los apuntes que toman los jueces
46
durante la sustanciación del proceso en las actas y algunas otras actuaciones escritas que se
puedan presentar.
El sistema escrito nace del derecho romano – canónico y común, que se formó en Italia y se
difundió por Europa desde el siglo XII, debe su desarrollo sobre todo al surgimiento y
desarrollo de la escritura.
Cada una de las actuaciones del proceso laboral se encuentra concebida desde y para la
forma escrita. Las escasas actuaciones orales que se contemplan están desvirtuadas por una
práctica plagada de delegación. El juez debe pronunciar sentencia basándose
exclusivamente en los actos realizados por escrito o en la documentación de los actos que
se hayan llevado a efecto oralmente. El sistema opera bajo la creencia de la superioridad
absoluta de la escritura
El desmesurado arraigo de esta regla de la escritura en nuestro modelo procesal del Trabajo
ha afectado también, como ha ocurrido en otros sistemas escriturados, a aquellos
procedimientos en que el legislador, atendida la naturaleza de la acción deducida que
requiere rapidez en su tramitación para ser eficaz, apostó por introducir mayores grados de
oralidad. En efecto, las marcas de la escrituración se han expandido incluso a aquellos
47
procedimientos en donde la ley contempló expresamente la oralidad, por ejemplo, en el
procedimiento sumario que, no obstante las intenciones, resultó ser igualmente escrito en la
práctica, muy fundamentalmente por la actitud de la judicatura y de los mismos abogados
sumidos en una verdadera “cultura de la escritura” .
Aparece claro que el diálogo forense se realiza en nuestro proceso civil con una clara
característica, particularmente inadecuada y dañina (en su exceso) para determinadas
actuaciones del proceso, especialmente en lo referido a la práctica de las pruebas. El diseño
formal del proceso discurre y se desarrolla a través de escritos recogidos en soporte papel,
material que se acumula en los tribunales. A su turno, cabe tener a la vista que cada papel
que se presenta al tribunal genera nuevos papeles y nuevos actos, contribuyendo de este
modo a que la respuesta jurisdiccional se dilate más.
48
Pero la falta de inmediación y concentración no solo afecta los tiempos de la respuesta
jurisdiccional, sino que también contribuye decisivamente en lo que dice relación con la
ausencia de calidad del modelo en punto a que, como bien se ha destacado, cuando la
prueba no se concentra, el expediente escrito pasa a ser la única fuente disponible para
quien debe juzgar los hechos, con lo cual se consolida una separación entre el juez y estos,
postergándose de este modo el juicio de hecho y con ello el fondo y la calidad de la
decisión (en definitiva, un factor que termina atentando contra la calidad de la Justicia).
Se posterga así la actividad más trascendente del proceso, el alma del proceso se le ha
denominado, entregándola a sujetos intermediarios. Los evidentes límites de la
transcripción escrita contenida en las actas levantadas por estos intermediarios termina
afectando la calidad de la decisión. Por ejemplo, el sistema formal escrito actual no brinda
entrada a las posibilidades del denominado lenguaje no verbal , que queda fuera de la
transcripción escrita. Los silencios, el grado de firmeza en las respuestas, el grado de
convicción demostrado por el tono de la voz o por la actitud de quien contesta, no pueden
tener prácticamente ninguna cabida. En este esquema de trabajo, el juez chileno
acostumbra fallar solo leyendo el expediente que se pone a su disposición, de allí que
hablemos del paradigma o modelo de juez lector.
Por eso es que una reforma que por estar bien diseñada e implementada permita dejar atrás
este esquema de trabajo debe considerarse –indudablemente– un salto cualitativo en la
Justicia y es justamente a esta mejora en la calidad a la cual deben dirigirse los mayores
esfuerzos.
Podemos decir entonces que tenemos un modelo que posee una estructura formal que,
junto con constituirse en un factor importante en los retrasos, tampoco cautela la calidad
de la decisión . Existe una evidente insatisfacción por los tiempos y por la calidad de la
prestación jurisdiccional prestada por los tribunales.
49
Para caracterizar los elementos primordiales de este sistema procesal, nos remitimos a la
obra del célebre procesalista Mauro Cappelletti, quién en su obra “La oralidad y las
pruebas en el Proceso Civil”, nos expone estas ocho características del sistema escrito, las
cuales son:
50
4.- Los Escritos Producen Contra Escritos.
El proceso escrito es una secuencia larguísima de plazos que deben observarse para su
desarrollo, en el que cada escrito obliga a la réplica de la otra parte y así sucesivamente,
además de tener que ponerse en conocimiento de la otra parte lo que se dice en el escrito,
ello produce gran cantidad de citaciones y notificaciones, muchas de ellas difíciles de
realizar, y peor aún las mismas generan una demora excesiva, lo que consiguientemente
genera un perjuicio a la celeridad que debiera tener el proceso, luego se establecen fases
preclusivas y también se fragmenta el proceso en múltiples etapas en las que el juez se
convierte en un lector de escritos y redactor de decretos y resoluciones.
51
4.4.- Falta De Concentración.
La prueba se recibe en señalamientos dispersos uno del otro, lo que supone tener varias
audiencias para ese fin, tiempo en el cual el juez no controla su recepción, a todo esto debe
añadirse que los actos procesales dependen uno del otro, lo que equivale una cadena
interminable de etapas en el proceso. La carencia de concentración en el proceso es uno de
los elementos más desfavorables del sistema escrito, quizá no podría entenderse esa cadena
interminable y excesivamente larga además de tediosa, por la que deben atravesar las partes
en un proceso como una característica peculiar de este sistema, sino como la suma de todas
las anteriores características anotadas. El costo excesivo y la duración prolongada de un
proceso, son los dos elementos centrales para que los ciudadanos asuman una posición
reacia ante la administración de justicia, he ahí por que se encuentra tan debilitado el
sistema escrito y por que el sistema oral se presenta como una esperanza para poder
cambiar la cara de la justicia.
52
que el proceso austríaco sea escrito. Es difícil hoy concebir un proceso escrito que no
admita en algún grado la oralidad, y un proceso oral que no admita en algún grado la
escritura. Equívoca, por tanto, como ya se ha observado, es también la expresión “proceso
mixto”. Todo proceso moderno es mixto. Pero un proceso mixto se dirá oral o escrito según
el puesto que el mismo conceda a la oralidad y a la escritura, y, sobre todo, según el modo
en que el mismo actúe la oralidad.
53
hablada opera naturalmente en las razones y argumentaciones, haciendo sentir la eficacia
de las buenas y la vacuidad de las malas, la pureza de la impresión de quien escucha,
explica la importancia que el debate oral tiene en las relaciones públicas y privadas de la
vida moderna.
54
proveen, ya sea los apuntes que el juez toma en la audiencia en la que se trata la causa, ya
sea más especialmente las actas; en éstas se reproducen las respuestas de las personas
interrogadas como partes o como testigos o como peritos, las declaraciones no contenidas
en los escritos preparatorios, las providencias tomadas por el juez, diversas de la sentencia.
Las actas sirven no tanto de ayuda a la memoria del juez que debe decidir, cuanto de
documento de las actividades procesales en las instancias posteriores.
2º. Inmediación de la relación entre el juzgador y las personas cuyas declaraciones él debe
valorar. Lo razonable de este principio es tan intuitivo que no se puede enunciarlo sin
asombrarse al mismo tiempo de que sea todavía prácticamente desconocido en la ley. Esta
proclama, es cierto, que no pueden concurrir a la declaración de la sentencia sino aquellos
jueces que han asistido a las discusiones de la causa. Pero este reconocimiento teórico
pierde toda importancia si se piensa que en el proceso escrito, como se ha demostrado ya,
nada se hace y nada es posible hacer en la audiencia, donde la discusión oral es inútil y casi
ha caído en desuso. El principio de la inmediación quiere que el juez que debe pronunciar
la sentencia haya asistido al desarrollo de las pruebas de las cuales debe derivar su
convencimiento, esto es, que haya entrado en relación directa con las partes, con los
testigos, con los peritos y con los objetos del juicio, de modo que pueda apreciar las
declaraciones de tales personas y la condición de los lugares, etc., a base de la inmediata
impresión recibida en ellos, y no a base de la relación ajena. El principio de la inmediación
se halla estrictamente vinculado con el de la oralidad, en cuanto sólo en el proceso oral
puede ser plena y eficazmente aplicada.
3º. Identidad de las personas físicas que constituyen el juez durante el desarrollo de la
causa. Este principio deriva de los dos precedentes. Es claro, en efecto, que tanto la
oralidad como la inmediación no son posibles si los actos procesales singulares se
desarrollan ante personas físicas que varían de tanto en tanto; puesto que la impresión
recibida por el juez que asiste a uno o más actos no puede trasfundirse al otro que debe
juzgar, sino que solamente podría serle representada con la escritura, caso en el cual el
proceso si fue oral respecto al juez que instruye, resulta escrito respecto al juez que decide.
Si el juez es colegiado, pues, todas las actividades procesales, las declaraciones, las
pruebas, deben desarrollarse ante el colegio y no ante un juez delegado. La obra aislada del
presidente o juez delegado puede ser útil en las actividades meramente preparatorias, pero
no en la formación del material de cognición. Si una causa no puede agotarse en una
55
audiencia, el colegio en la nueva audiencia debe componerse de las mismas personas ante
las cuales comenzó a tratarse. Todo esto es, en cambio, indiferente en el proceso escrito,
donde, juzgándose sobre los escritos, poco importa que una actividad se haya realizado ante
un juez, otra ante otro juez, y que un tercer juez juzgue. Casi como si el proceso fuese un
cuadro, una estatua, un edificio que puede esbozarse por un artista y terminarse por otro, en
lugar de ser el desarrollo de una cadena de razonamientos, que exige en cuanto es posible la
unidad de la persona que los lleva a cabo.
4º. Concentración del examen de la causa en un período único (debate) a desarrollarse en
pocas audiencias próximas. A su vez este principio es necesario para la actuación de los
precedentes. Puesto que cuanto mas próximas están las actividades procesales a la decisión
del juez, tanto menor es el peligro de que la impresión obtenida por éste se borre y de que
la memoria lo engañe; y tanto más fácil es mantener la identidad física del juez, el cual en
un largo período puede, por el contrario, fácilmente cambiar por muerte, enfermedad,
traslado, ascenso, jubilación. Este principio de la concentración es la principal
característica del proceso oral, y la que más influye sobre la abreviación de las litis. Decir
oralidad es tanto como decir concentración. Y aquí se manifiesta mejor la diferencia entre
el proceso oral y el escrito; porque mientras el oral tiende necesariamente a restringirse en
una o pocas audiencias próximas en las que todas las actividades procesales tengan su
desarrollo, el proceso escrito se extiende, por el contrario, en una serie indefinida de fases,
importando poco que una actividad se desarrolle a distancia, aunque sea grande, de otra
cuando es sobre los escritos sobre los que deberá un día el lejano juez juzgar. En el proceso
oral campea, pues, la audiencia o debate: a la clausura del cual debe seguir inmediatamente
la sentencia, pudiendo sólo concederse en los casos más graves que sea deliberada y
publicada en un brevísimo término sucesivo.
56
actividades, sino el peligro de puntos de vista divergentes sobre cuestiones comunes al
incidente y, al mérito. Si se trata, pues, de cuestiones surgidas durante las pruebas, su
decisión ocurrirá necesariamente en la audiencia, dado que en el proceso oral las pruebas se
desarrollan precisamente durante la audiencia.
No debe creerse, pues, que el proceso oral sea de una estructura inmóvil y fija, debiéndose
aplicar hasta las extremas consecuencias lógicas en todo caso y para toda controversia.
Si la oralidad en algunas aplicaciones debiese producir daños mayores que las ventajas, el
principio teórico deberá ser sacrificado a la utilidad práctica. Si un acto procesal, como el
interrogatorio de una parte o el examen de los testigos no puede tener lugar ante el juez o
colegio sino con grave perturbación o gasto, será posible delegar a un juez, teniendo
solamente cuidado de que éste al menos participe en la decisión de la causa. Si las pruebas
deben realizarse fuera la jurisdicción del magistrado investido de la causa, la delegación se
impone, y la oralidad y los principios a ella consiguientes recibirán una necesaria
limitación.
Y todavía puede haber causas que aconsejen una estructura separada (rendiciones de
cuenta, divisiones, liquidaciones), o en las que la cuestión de hecho sea tan amplia que
deba ser examinada previamente en un procedimiento preparatorio ante un juez delegado,
para llegar después simplificada al debate ante el colegio.
27
CHIOVENDA Giusseppe, Ensayos de derecho procesal civil Vol. II, Ed. Jur. Europa-América,
Buenos Aires-Argentina, 1949, pag. 250-257
57
5.3.- Objeciones Y Refutaciones
Aclarado así lo que debe entenderse por proceso oral, es fácil demostrar infundadas las
objeciones que se han promovido a la oralidad en cada uno de los países en que se trató de
introducirla en el proceso laborales.
Se ha temido ante todo, que la cognición en el proceso oral sea más superficial y la
decisión fácilmente precipitada. Se ha alabado la abundancia de garantías que presentan los
escritos desde el punto de vista de la mayor precisión de quien los escribe, de la mayor
ponderación con que pueden ser examinados. En realidad, bajo estos temores se oculta
sobre todo la aversión por lo nuevo, la inclinación a las costumbres inveteradas. La
oralidad, atenuada por los escritos que preparen debate, garantiza, por el contrario, una
justicia intrínsecamente mejor; la misma hace al juez partícipe de la causa y permite
dominarla mejor, evitando los equívocos tan frecuentes en el proceso escrito, en que el juez
conoce por lo general la existencia de un proceso en el momento en que es llamado a
decidirlo; la misma excita el espíritu del magistrado y del abogado y lo hace más sagaz,
más rápido, más penetrante; ella asegura mejor la veridicidad y sinceridad de los resultados
de la instructoria, como aparece de la simple confrontación entre el examen testimonial del
proceso escrito que se desarrolla en el gabinete del juez delegado, es fijado como se puede
en un acta y es examinado después a su tiempo por un juez relator, que no ha visto nunca a
los testigos, y el examen testimonial del proceso oral, que se hace en la audiencia ante
aquellos magistrados que deberán juzgar de la atendibilidad e importancia de las cosas
oídas, a base de la propia impresión. Ciertamente las garantías que parecen suficiente, en el
proceso penal para proteger la vida, la libertad y el honor de los ciudadanos no deben
parecer inadecuadas en el proceso civil y también el proceso laboral, para la tutela de sus
haberes. Es necesario no olvidar que contra los eventuales errores queda la garantía de la
apelación, que en el proceso oral asume un valor particular, que no tiene en el proceso
escrito, donde por muchos es considerada como una inútil duplicación. Si la introducción
del proceso oral debiese señalar un aumento del porcentaje de sentencias reformadas, sería
éste un leve daño respecto a la ventaja de una justicia rápida, inmediata y económica, de un
proceso liberado del fastidioso formalismo del proceso histórico, más próxima a la vida,
más accesible al pueblo.
58
Igualmente infundado es el temor de que en el proceso oral las partes se encuentren más
fácilmente expuestas a sorpresas, omisiones, errores. Prescindiendo del remedio de la
apelación y de la restitución in integrum, abierta esta última a quien fue impedido por un
acontecimiento inevitable de llevar a cabo un acto de procedimiento en un cierto término o
de comparecer a la audiencia, las leyes alemana y austriaca proveen eficazmente a la tutela
del derecho de defensa. En primer lugar, la previa obligatoria comunicación de los
documentos y de los escritos preparatorios tiene precisamente por fin poner en situación a
cada una de las partes de preparar su defensa y aunque los escritos preparatorios no sean
como se ha observado más que el anuncio de las futuras declaraciones y estas en la
audiencia puedan ser modificadas, cambiadas, abandonadas, sin embargo, si la parte hace
en la audiencia nuevas declaraciones y ofrecimientos de prueba con la manifiesta intensión
de retardar el proceso, el juez a instancia de parte (y en Austria también de oficio) puede
declararlas inadmisibles. Si el demandado no produce en el término a él fijado su escrito
de contestación, el mismo es, en Austria, tratado como contumaz. En segundo lugar, el
juez puede en todo prolongar términos y prorrogar audiencias a favor de la parte que
justifique estar impedida, sin culpa suya, de cumplir un acto o de prepararse
suficientemente para el desarrollo oral.
En cuanto al peligro, que frecuentemente se pone por delante para combatir la oralidad, de
que esta favorezca a los charlatanes, se trata de un temor derivado en gran parte de una
inexacta noción de la oralidad. La oralidad, bien considerada, no extiende en absoluto sino
que más bien restringe el momento de la discusión oral propiamente dicha; en lugar de
favorecer la declamación académica, la misma tiende a hacer el debate más familiar y más
simple. Por lo demás , si el peligro de decisiones falsedades por la fascinación de la
elocución puesta al servicio de una causa injusta no impide que la oralidad triunfe
tratándose de los jueces del trabajo los cuales por la particular educación mental están
colocados en situaciones de resistir mejor a las meras seducciones del arte oratorio.
59
constreñir a todos los componentes del colegio a asistir en audiencia a todas las actividades
procesales exija un consumo de tiempo mayor para cada juez. Y esto es verdad si se
considera el momento de la audiencia; pero es éste un problema que no se puede considerar
tan unilateralmente. Es necesario no mirar solamente a lo que cada juez deberá hacer de
más, sino también a lo que en el conjunto deberá hacerse de menos.
Ahora bien, examinando atentamente la figura del proceso oral, con la ayuda de las normas
propuestas, se verá fácilmente:
4. Que el proceso oral reduce en dos tercios a lo menos el número de los actos judiciales
necesarios en un proceso escrito;
5. Que ya sea por la simplificación de los actos, ya sea por la concentración de los medios
instructorios en una audiencia, viene a faltar la materia de un número enorme de cuestiones
alimentadas por el formalismo del proceso escrito, con la consiguiente disminución de
incidentes, de impugnaciones y de sentencias;
6. Que la prohibición de impugnar las interlocutorias separadamente del mérito reduce
también notablemente las ; causas de apelación;
7. Que la obligación de resolver los incidentes en la audiencia procediendo en la misma
sesión a tratar del merito, suprime la ingente cantidad de causas incidentales a las que el
proceso escrito da la figura de causas autónomas, mientras no son más que singulares
controversias perteneciente a una causa única; y de este modo se obtiene otro notable
ahorro en la actividad de los magistrados, ya que es claro que si el mismo juez pronuncia
en la misma audiencia sobre los incidentes y sobre el mérito, gasta una suma de energía
considerablemente menor que la necesaria para que un número n de jueces diversos, en
causas autónomas, a gran distancia de tiempo, pronuncien, por ejemplo, el uno sobre la
competencia, el otro sobre la capacidad, el tercero sobre la admisibilidad de un examen, el
cuarto sobre el incidente surgido durante el examen y así sucesivamente, hasta llegar al
enésimo juez que pronunciará sobre el mérito.
Todo esto significa tal economía de actividad judicial, que compensa ampliamente la
mayor actividad necesaria para poderla juzgar.
Más seria puede parecer la sospecha de que el proceso oral venga a disminuir los ingresos
de los abogados, procuradores (y tal vez otros); ya que esto ocurriría realmente si se
debiese conservar el sistema de medir los honorarios de los procuradores por el número de
los actos que llevan a cabo. En el proceso oral otra debe ser, por el contrario, la base de la
60
remuneración; esto es la adaptación de la compensación a la entidad de la causa, calculada
de modo que en el conjunto la suma de las compensaciones quede sin modificar y
posiblemente mejorada.28
Debido a la nueva situación económica platica y social del país con la implementación de
la Constitución Política del Estado Plurinacional, se debe implementar nuevos principios
para la tramitación de los proceso sociales para llegar a una ley procesal del trabajo que
logre superar los graves problemas del volumen de los procesos laborales y hacer efectivo
los derechos sustantivos de los trabajadores. El proceso laboral hoy en día sigue siendo
lento, burocrático, formalista y no expeditivo. Los procesos judiciales laborales son
escritos, complejos, lentos y se encuentran diseñados para que duren entre cuatro a seis
años como mínimo.
En ese sentido, trataremos el tema de los principios en la nueva ley procesal laboral, como
sabemos, los Principios del Proceso de Trabajo son aquellos que actúan como líneas
directrices, como soporte para el ejercicio justo y correcto de las leyes, de tal manera que
sirvan para inspirar las soluciones en las controversias y orientar la interpretación de las
normas ya existentes.
En efecto, la importancia de los principios en los que se funda el derecho del trabajo,
estriba en la función fundamental en que juegan; pues, son aquellas líneas directrices o
postulados que inspiran el sentido de las normas laborales y configuran la regulación de las
relaciones de trabajo con arreglo a criterios distintos de los que pueden darse en otras ramas
del Derecho.
Es decir, los principios a que hacemos mención, asumen características que es necesario
resaltar. Una primera características, consiste en señalar que son enunciados básicos, que
pretenden abarcar una serie indefinida de situaciones y no una en particular, de tal manera
28
CHIOVENDA Giusseppe, Ensayos de derecho procesal civil Vol. II, Ed. Jur. Europa-
America, Buenos Aires-Argentina, 1949, pag. 257-261.
61
que pueden ser utilizados en una diversidad de situaciones, lugares, tiempos, etc., y tienen
un sentido lógico desde el Principio Protector hasta el Principio de no Discriminación.
La razón de ser de los principios del derecho del trabajo, adquieren así un carácter ajeno,
particular, diverso, independiente de otra rama del derecho, justifican su autonomía y su
peculiaridad, son especiales al margen de que pudieran existir variables similares parecidas
y que cumplen la función de informar, normar e interpretar, dotándose de fundamentos
orientadores. Es menester además, tener en cuenta que estos principios en que se funda el
derecho del trabajo, son el apoyo, el soporte que permite suplir la estructura conceptual
asentada en siglos de vigencia y experiencia que tienen otras ramas jurídicas
Intentar cuales son los alcances de los principios en la nueva ley procesal del trabajo es
importante y básico. Por ello, se trata de buscar la razón de ser de los principios y encontrar
su fundamento, inquirir en sus antecedentes, de tal manera que se pueda encontrar su
espíritu bajo la égida del sentido de justicia como categoría moral y supremo objetivo.
El principio de inmediación tiene por finalidad que el juez, quien en definitiva va a resolver
el conflicto de intereses o la incertidumbre con relevancia jurídica, tenga el mayor contacto
posible con todos los elementos subjetivos (intervinientes) y objetivos (documentos,
lugares, etc.) que conforman el proceso, más exactamente que configuran el contexto real
del conflicto de intereses o incertidumbre subyacente en el proceso judicial.
El principio de inmediación es, en virtud del cual se procura asegurar que el juez o tribunal
se halle en permanente e intima vinculación personal con los sujetos y elementos que
intervienen en el proceso, recibiendo directamente las alegaciones de las partes y las
aportaciones probatorias, a fin de que pueda conocer en toda su significación el material de
la causa, desde el principio de ella, quien a su término, ha de pronunciar la sentencia que la
defina.
Este principio se plasma cuando el juez laboral dirige las audiencias sean de conciliación,
juzgamiento de la causa, interroga a las partes, tercero, a los abogados, con el material
probatorio entre otros.
62
Cuando el juez esta en relación directa, personal, inmediata, con los justiciable, escucha sus
alegaciones, recibe y pide sus explicaciones, aclara sus dudas, oye a los testigos y ausculta
sus reacciones y semblantes, sus oscilaciones y reticencias, pide aclaraciones a los peritos,
ve los lugares y las cosas sobre las que versa el litigio, recibe entonces una fuente de
convencimiento y evidencia muy superior a la que le brinda cualquier otro medio de
conocimiento.
Se ha señalado que este principio está íntimamente conectado con el de oralidad, lo que se
refiere no a la forma en que se exteriorizan las actuaciones procesales, sino al hecho de que
estas han de realizarse ante el juez.
6.1.1.- Las Manifestaciones Del Principio De Inmediación En La Nueva Ley Procesal Del
Trabajo
El juez laboral tiene una participación activa con las partes, terceros, medios probatorios
entre otros.
El juez debe presidir las audiencias la cual debe ser sustancialmente un debate oral de
posiciones presididas por el juez, quien puede interrogar a las partes, sus abogados y
terceros participantes en cualquier momento; señalando además en acta únicamente de lo
siguiente: identificación de todas las personas que participan en la audiencia, de los medios
probatorios que se hubiesen admitido y actuado, la resolución que suspende la audiencia,
los incidentes extraordinarios y el fallo de la sentencia o la decisión de diferir su
expedición.
63
6.1.3.- La Inmediación Del Juez Laboral En El Tema Probatorio
El juez debe enunciar los hechos que no necesitan de actuación probatoria por tratarse de
hechos admitidos por ambas partes, presumidos por ley, recogidos en resolución judicial
con calidad de cosa juzgada o notorios; así como los medios probatorios dejados de lado
por estar dirigidos a la acreditación de hechos impertinentes o irrelevantes para la causa.
El juez debe enunciar las pruebas admitidas respecto de los hechos necesitados de
actuación probatoria.
Inmediatamente después, las partes pueden proponer cuestiones probatorias solo respecto
de las pruebas admitidas. El juez dispone la admisión de las cuestiones probatorias
únicamente si las pruebas que las sustentan pueden ser actuadas en esta etapa.
Se actúan todos los medios probatorios admitidos, incluidos los vinculados a las cuestiones
probatorias, empezando por los ofrecidos por el demandante, en el orden siguiente:
declaración de parte, testigos, reconocimiento y exhibición de documentos y confesión
provocada. Si agotada la actuación de estos medios probatorios y si fuese imprescindible la
inspección judicial, el juez suspende la audiencia y señala día, hora y lugar para su
realización citando, en el acto a las partes, testigos o peritos que corresponda. La
inspección judicial puede ser grabada en audio y vídeo o recogida en acta con anotación de
las observaciones constatadas; al concluirse, señala día y hora, dentro de los cinco (5) días
hábiles siguientes para los alegatos y sentencia.
Concluido los alegatos, el juez en forma inmediata debe pronunciar la sentencia y hacer
conocer a las partes el fallo de su sentencia.
64
realicen en forma oral, con lo cual se reducirá drásticamente el tiempo de espera de la
sentencia judicial.
La oralidad e inmediación conforman el binomio clave que permite al juez conocer las
interioridades del proceso en forma directa, sin dilaciones y sin intermediarios, lo cual
resulta vital para la apreciación, valoración e interpretación de la prueba. ya que La
característica esencial de un proceso oral es la inmediación, en virtud de la cual el Juez que
recibe la prueba es el mismo que falla el caso, puesto que él ha podido percibir, de viva
voz, las declaraciones de los testigos y ha verificado, por percepción propia, todo el
material probatorio que de una manera sucinta se consigne en el acto de la audiencia
practicada.
En un proceso escrito, el juez carece de contacto con las partes y con los hechos; a él le
llega solamente el eco atenuado o impersonal de los escritos redactados en el momento del
examen de los testigos, así como el de la inspección de lugares, etc. En los sistemas orales,
en cambio, normalmente existe una relación directa entre el Juez y el material probatorio,
ya que las pruebas se presentan, fundamentalmente, en la audiencia y el Juez presencia la
declaración de los testigos y la exposición que las propias partes hacen respecto de los
65
hechos en litigio. En esta forma el Juez se encuentra en mejores condiciones para valorar la
cuestión controvertida, el objetivo fundamental de que se actúe ante el Magistrado de
palabra y por medio del debate oral es el facilitar su contacto directo con las partes y las
pruebas, lo que le permitirá la mejor averiguación del supuesto fáctico, así como la más
clara fijación de las pretensiones de las partes desenvolviéndose sobre la base de
determinadas premisas u objetivos.
El primero es que las actividades centrales del proceso deben ejecutarse en audiencia
presencial continua, con asistencia forzosa de las partes y bajo la presidencia inexcusable
del juez. Por consiguiente, cuando una sesión se cierra sin concluir por razones del tiempo,
no debe citarse para su continuación en una fecha distante, sino inmediata, al día siguiente,
o lo mas próximo posible y así de modo sucesivo hasta agotarla. Sólo así puede darse el
continuum requerido para que el Juez pueda apreciar la litis en su integridad, no
fraccionada o mutilada.
El segundo es que en esa audiencia todas las actuaciones se ejecuten en forma oral: los
interrogatorios, los testimonios, los peritajes, todo, en fin, debe ser desahogado de viva voz.
Incluso, todo ello debe ser registrado, no sólo en actas escritas, sino con el uso de los
medios técnicos de que hoy con tanta facilidad se dispone: cinta magnetofónica, vídeos,
etc., con el objeto de que, en su momento y de ser necesario, sean apreciados por el
juzgador con la máxima proximidad objetiva al modo como fueron actuadas. Así lo prevén,
entre otros, el art. 73º del Código Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social de
Colombia, y el art. 584º del Código del Trabajo de Ecuador, de esta manera el actuado en
las audiencias se deja constancia en las respectivas actas sumarias y se respaldarán con
grabaciones magnetofónicas y sus respectivas transcripciones, así como de otros medios
magnéticos, las mismas que serán agregadas al proceso.
La tercera exigencia es que la sentencia sea dictada en la propia audiencia final, en forma
casi instantánea, cuando el Juez está todavía bajo el impacto intransferible de lo que acaba
de vivir. Así lo establece, sin más, la Ley Orgánica Procesal del Trabajo venezolana en sus
artículos 158º y 159º: la sentencia se emite en dos etapas: al concluir el debate probatorio y
sin otra formalidad, el juez se retira de la sala de audiencia, por un lapso no muy
prolongado (60 minutos como máximo), a los fines de o la decisión que deberá pronunciar
en ese mismo acto de manera oral y con expresión de que la sustenta, todo lo cual quedará
66
reducido de manera inmediata por escrito en acta que suscribirán además del juez y de la
secretaria, los expertos si los hubiere y las partes con sus apoderados o abogados existentes.
Solo en el caso de que el proceso sea muy conflictivo o muy difícil de pronunciar una
resolución en el mismo acto, el juzgador podrá suspender la audiencia, señalando en el
mismo acto fecha y hora para una audiencia extraordinaria, para que en esta de a conocer el
fallo final.
El proceso oral supone la participación y dirección del juez que decida la causa, mediante
la aplicación de tres funciones: la investigación de la verdad; búsqueda de la norma y la
interpretación de su sentido; y, la aplicación del derecho de los hechos.
67
desarrollarse en un reducido lapso, sin mayores distancias entre un acto y el otro; pues los
procedimientos de trabajo tiene la particularidad de traer consigo procedimientos puntuales,
muchas de ellas fundamentales y de un hondo contenido social, con la salvedad que
hallándose de por medio reclamos de trabajadores, nos es posible que para ellos las
dilaciones procesales sean constante para procurar restituir un derecho. Así pues el
principio mencionado conduce necesariamente a que, en cuanto a la actividad
procedimental se aspire a la "unidad de acto", a que "todos" los actos procesales se realicen
en una sola audiencia preliminar.
La celeridad es uno de los principios básicos del Derecho Procesal del Trabajo porque
constituye el objetivo principal que se persigue en el proceso laboral para buscar la rapidez
a través de la simplificación de los trámites, limitación de los recursos impugnatorios,
brevedad de los plazos, limitación de las instancias, la perentoriedad de los términos, etc.
Esta celeridad se vincula directamente con la publicidad del proceso laboral, pues
constituye, en cierta forma, un instrumento de control sobre el poder ejercido de los jueces.
También es una garantía para el trabajador, puesto que impide la demora y arbitrariedad de
la justicia. La restricción a este principio operacional tan importante solo sería
constitucionalmente aceptable si se funda en motivos o razones específicas que lo
justifiquen.
Plá Rodríguez, señala, "La rapidez constituye evidentemente un ideal para la justicia en
cualquier tema disciplina jurídica. Pero en el caso del proceso laboral es algo más que un
ideal, es una necesidad: la falta de recursos extralaborales, el carácter alimentario de los
beneficios que se pretenden, las dificultades económicas que por lo regular tiene que
afrontar el trabajador, le impiden sobrellevar todas las dilaciones y demoras en un proceso
prolongado y claudican de cualquier oferta de pago por desproporcionado que sea.
68
10.- Principio De Economía Procesal
La economía procesal como principio operacional tiene relación directa con el principio de
celeridad en dos sentidos: primero, respecto a la disminución del gasto económico;
segundo, a la reducción del tiempo y esfuerzo en los actos procesales que se tratan en las
actuaciones procesales.
En el primer caso, la gratuidad procesal debe significar una acción tuitiva por parte del
Estado a favor del más débil de la relación laboral, cuando surge un conflicto en el cual la
facultad o poder del empleador haría que el trabajador sea siempre el perdedor, para
conseguir así la igualdad real y efectiva de trabajadores y empleadores. Esto explica la raíz
profunda del derecho a la gratuidad procesal de quienes no tienen los medios económicos
suficientes para afrontar los gastos que genera un litigio laboral.
En realidad, los que tienen costos no son los actos procesales en sí mismos, sino el
cumplimiento de las garantías básicas, el tratar de llevar a la práctica también la idea de que
el proceso laboral debe buscar la verdad real y atenuar o solucionar el conflicto, utilizando
para ello todos los recursos necesarios que faciliten la idea de la justicia del caso concreto.
Finalmente se persigue con este principio evitar suspicacias sobre las proposiciones de las
partes. Es por esto que "debe suponerse lógicamente que nadie habrá de tener más interés
que el adversario en ponerse y contradecir las proposiciones inexactas de su contraparte; y,
por consiguiente, cabe admitir que las proposiciones no contradichas deben suponerse
exactas", como lo afirma Eduardo J. Couture.
69
verdad real, esa búsqueda de la verdad constituye un punto de referencia objetivo que exige
y asegura la imparcialidad del juez.
En los procesos de trabajo, al igual que ocurre en otros procesos de naturaleza contenciosa,
cada una de las partes en conflicto presenta al juez su versión de los hechos, la misma que
muchas veces no es real, sea porque existe un error de apreciación por parte de quien litiga
de buena fe pero equivocado respecto a los hechos o al derecho; sea porque una de las
partes actúa deslealmente tratando de inducir en error al juez. Es dentro de este confuso
escenario que el juez de trabajo, aplicando el principio de veracidad, debe buscar la verdad
real, dando primada de la realidad sobre las formas. El juez laboral no puede conformarse
con la verdad aparente, contenida muchas veces en los documentos suscritos por las partes,
sino que debe buscar el conocimiento de lo que realmente ocurrió, teniendo en cuenta que
los hechos priman las apariencias
70
CAPITULO VI
PROPUESTA D EL DESARROLLO
DEL PROCESO ORAL EN BASE A UN
CODIGO PROCESAL DEL TRABAJO
ORAL
71
1.- Introducción al Proyecto del Código del Proceso Laboral
Esta cuestión elemental, no es otra que entender que los procesos son realidades
artificiales, que por lo tanto no preexisten a su regulación por el legislador, sino que nacen
con ella. De este modo, todo proceso es una creación del legislador , quien tiene a su cargo
la misión de disponer de las piezas a su alcance de modo que el producto final de su trabajo
sea un instrumento que se acerque lo máximo posible a la justicia y a la eficacia en la
solución jurisdiccional de los conflictos jurídicos.
Pues bien, en esta labor de creación el legislador no es absolutamente libre, dado que se
encuentra limitado por el deber de respeto de varios principios sin los cuales no puede
siquiera hablarse verdaderamente de proceso. Nos referimos a lo que entre nosotros se
denominan los principios del debido proceso , o garantías procesales: principio de
audiencia (audiatur et altera pars), de igualdad y de contradicción . El proceso se deberá
configurar por el legislador de modo que siempre sean efectivos y respetados determinados
postulados elementales de justicia, de allí su carácter necesario
En segundo término, el legislador también está limitado por otra clase de principios, cuyo
objetivo es ajustar el instrumento procesal a la finalidad de tutelar eficazmente . Velando
por esta necesidad, bien se ha dicho que los procesos se deben construir según criterios
diferentes, los que se consideran más adecuados a la realidad jurídica en función de la cual
aquéllos tienen sentido; se trata, en definitiva, de principios procesales que no configuran
siempre los procesos, sino que inspiran ciertos procesos unos y otros. Surgen en esta
materia de carácter social el principio inquisitivo, de investigación de oficio,
72
Intervencionista del Estado, Protector del Estado, para con el mas débil, quien es el
empleado, descritos y detallados en el D.S. 28699.
Correctamente el texto que se propone no desecha las ventajas de la forma escrita para
ciertos actos del proceso. No se cae en el maniqueísmo de ensalzar la oralidad como el Bien
y demonizar la escritura como el Mal, de modo tal que se logra un diseño en el cual la
forma escrita se reserva para aquéllas actuaciones donde es necesaria y razonable.
73
configuran la pretensión, una eventual liquidación de los beneficios sociales que le
adeudaría el empleador, además de tener que señalar el derecho en que se funda. La forma
escrita aparece como la más razonable, conveniente y segura de acuerdo al importante rol
asignado primero a la demanda (como acto procesal iniciador del proceso laboral, como en
la determinación y delimitación del contenido del mismo) y luego a la contestación
conjuntamente con las excepciones planteadas. Idéntica precisión narrativa se impone al
demandado respecto de los hechos que configuran las defensas y excepciones. Debe
valorarse positivamente que se haya esquivado fórmulas más simplistas que quisieren que
ya la contestación fuere oral: el predominio de la oralidad en el proceso social no impide ni
puede impedir razonablemente recurrir a la forma escrita, al menos cada vez que sea
necesario para el mejor desempeño de los objetivos de cada fase y acto procesal.
En definitiva, la opción que se toma en el Proyecto parece adecuada toda vez que asume la
mejor herramienta formal para que las partes puedan aportar al proceso, con pleno respeto a
sus garantías procesales, los elementos necesarios para formar y delimitar con precisión el
objeto del proceso, con todas las consecuencias que ello acarrea. A su vez, la escrituración
en la respuesta del demandado permitirá avanzar con mayores grados de seguridad y
legitimidad en la asimilación de los cambios procesales en que consiste la apuesta por
mayores grados de oralidad en otras fases del proceso laboral, cuestión nada de sencilla tras
más de un siglo de monopolio de la escritura. En nada se está afectando el predominio de la
oralidad en el proceso laboral; la solución prevista implica solo entender las ventajas de
una u otra forma dependiendo de la fase y acto procesal de que se trate. Todo esto, por
cierto, no impide ni desaconseja que se prescinda de los escritos de réplica y dúplica para
simplificar el procedimiento, lo que hace el Proyecto.
74
entender, para lograr que las garantías constitucionales de “una justicia plural, pronta,
oportuna, gratuita transparente y sin dilaciones”29
Se ha estimado que la reforma debe pasar por la apuesta hacia el predominio de la oralidad
como guía formal de aquellas fases del proceso que siguen al planteamiento inicial del caso
que, como recién se dijo, es razonable y conveniente que siga siendo por escrito. En
consecuencia, se apuesta por un proceso laboral que tras los actos de alegación de las partes
se basa en las reglas de oralidad y concentración procesal, esto es, se diseña un proceso que
se construye desde el modelo por audiencias.
29
GACETA Oficial de Bolivia, Constitución Política del Estado, Edición Oficial, 2009, Art. 115, Pag. 44.
75
Es conveniente que ambas actuaciones se desarrollen oralmente. Tratándose de la audiencia
preliminar, la oralidad, debe permitir obtener los mejores provechos de los contenidos y
finalidades asignados a la misma que, anotamos, son variados y superan la labor de
saneamiento procesal. El diálogo previo oral –en unidad de acto– junto con ser más natural
que el mero intercambio de escritos, debe evitar la utilización puramente formalista de esta
fase del proceso (como dice el conocido dicho popular: “el papel aguanta todo”) y debe
facilitar la interrogación por parte del juez y la respuesta inmediata por parte de los
abogados, permitiendo una acabada ilustración temprana del asunto. Pero no conviene caer
en excesos. Debe mantenerse la vista en las posibilidades que manifiesta la realidad. Debe
diseñarse un modelo de audiencia formalmente dominado por la oralidad y sus formas
conexas, pero adecuadamente equilibrado por la escritura en aquellos casos en donde esta
regla resulte necesaria para la mejor resolución de los asuntos. Así, determinadas
cuestiones suscitadas en la audiencia deberían poder resolverse por escrito y una vez ya
terminada la audiencia (la concentración, al igual que la oralidad, no debe ser entendida
como dogma absoluto).
Los importantes contenidos que se contemplan para esta audiencia así lo exigen. Juez,
partes y abogados deben asistir y participar de manera muy activa y para ello deben estar
preparados. El modelo exige conductas distintas de parte de los jueces y de los abogados,
exige abandonar esa pasividad tan característica del proceso vigente. Implica, entre otras
cosas, un aumento de los poderes de dirección formal del juez que el CPC.
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4.- El Proceso por Audiencia Complementaria.
Tratándose del acto del juicio y su contenido fundamental, las ventajas y beneficios que
aporta la oralidad son evidentes. Oralidad, concentración e inmediación judicial son reglas
que potencian la actividad probatoria, la revalorizan, ganando en seriedad y calidad desde
el momento en que se fortalece el juicio de hecho con un juez que va a estar efectivamente
presente en la práctica de las pruebas. Esta combinación de reglas debe estar al servicio de
una práctica probatoria mucho más flexible y espontánea que la actual. La nueva
regulación que se propone de la prueba testimonial y de declaración de parte son claros
ejemplos de lo que decimos, se favorece la espontaneidad de las preguntas y las respuestas
y se evitan los rigorismos formales no justificados que constituyen limitaciones
probatorias.
La nueva normativa debe afrontar también esta cuestión. En efecto, de la mano con el
modelo que recoge, consagra un listado de medios de pruebas que las partes pueden utilizar
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para lograr acreditar, a los efectos del proceso, las afirmaciones fácticas realizadas. El
Código de Procesal del Trabajo consagra una lista que, con pequeñas variaciones, señala
los medios de prueba admisibles, remitiéndonos al Codigo de Procedimiento Civil, para los
aspectos no fijado en este Código (Art. 252 CPT) Como sea, en el modelo que se propone
es el Nuevo Código Procesal del Trabajo el que determina –taxativamente– los medios de
prueba. Conforme a este esquema, más allá de los esfuerzos de interpretación que se han
realizado por la doctrina y los tribunales, los modernos mecanismos de reproducción de la
imagen o el sonido han experimentado una serie de problemas para ser admitidos. Es
necesario, a fin de evitar las dificultades que hasta ahora han experimentado los esfuerzos
de la práctica forense, que la nueva normativa zanje con libertad, flexibilidad y apertura
este tema. La taxatividad en comento es claramente incompatible con una sociedad
tecnologizada que experimenta avances tecnológicos a una velocidad siempre superior a
aquella que puede poseer el legislador para encuadrarla dentro de una norma rígida.
El texto propuesto opta con claridad, por la libertad de prueba por lo que todos los hechos y
circunstancias pertinentes para la adecuada solución del conflicto sometido al
conocimiento del juez podrán ser probados por cualquier medio obtenido, ofrecido e
incorporado al proceso en conformidad a los principios de la libre apreciación de la
prueba que tiene el juez laboral, y de las libertades que le confiere el principio inquisitivo.
Por lo que las partes tendrán libertad para presentar cualquier medio de prueba con tal de
que sea pertinente, y admitido por el juzgador, además que el juez puede solicitar de oficio
todas las pruebas que creyere conveniente, para formar libremente su convicción en una
eventual sentencia.
Los jueces, según el Proyecto, apreciarán la prueba de acuerdo a las reglas de la sana
crítica. destacándose la estrecha comunión entre esta forma de valoración de las pruebas
con la imposición (reforzada) del deber de hacerse cargo en la fundamentación de la
sentencia de toda la prueba rendida, incluso la desestimada indicando las razones que tuvo
para ello. Por tanto, la valoración libre según las reglas de la sana crítica no puede
vincularse a la valoración según la íntima convicción. La valoración según las reglas de la
sana crítica conduce a una valoración razonada, motivada y responsable, debiendo el juez
precisar las máximas de la experiencia utilizadas y desde las que ha llegado a su conclusión
probatoria.
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6.- La Sentencia en el Proceso Oral
En lo que se refiere a la sentencia, la misma debe ser dictada en la propia audiencia final,
en forma casi instantánea, cuando el Juez está todavía bajo el impacto intransferible de lo
que acaba de vivir. Así lo establece, sin más, la Ley Orgánica Procesal del Trabajo
venezolana en sus artículos 158º y 159º: la sentencia se emite en dos etapas: al concluir el
debate probatorio y sin otra formalidad, el juez se retira de la sala de audiencia, por un
lapso no muy prolongado (60 minutos como máximo), a los fines de o la decisión que
deberá pronunciar en ese mismo acto de manera oral y con expresión de que la sustenta,
todo lo cual quedará reducido de manera inmediata por escrito en acta que suscribirán
además del juez y de la secretaria, los expertos si los hubiere y las partes con sus
apoderados o abogados existentes. Solo en el caso de que el proceso sea muy conflictivo o
muy difícil de pronunciar una resolución en el mismo acto, el juzgador podrá suspender la
audiencia, señalando en el mismo acto fecha y hora para una audiencia extraordinaria, para
que en esta de a conocer el fallo final.
7.- Conclusiones.
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(complementaria) que es la audiencia central del proceso. En esa audiencia, el juez actuará
en presencia de las partes las pruebas que ellas mismas ofrecieron, interactuando de manera
permanente con ellas. Posteriormente, pero en la misma audiencia, el juez sentenciará.
Toda la audiencia será registrada en video u otro medio auditivo y se dejará constancia de
su realización en un acta.
Si la parte afectada con la sentencia está en desacuerdo con ella podrá apelarla y ésta será
revisada por el Tribunal Departamental de Justicia, la que resolverá la apelación teniendo
en cuenta lo argumentado por las partes y lo registrado en la audiencia por medio del video.
El Auto de Vista que se emita en segunda instancia, dependiendo de la cuantía,
puede ser cuestionada ante el Tribunal Supremo de Justina de la Nación.
Además que se podría llegar a plantear las exposiciones de forma oral y en audiencia
preliminar.
Las propuestas muestran un proceso laboral muy rápido, concreto, con una sola
notificación (la de la demanda), con poco espacio para la inacabable presentación de
escritos, característica del proceso actual.
Con poco espacio, además, para las deslealtades procesales y con solo dos oportunidad
para que el juez se haga una idea de los hechos y sentencie. Se trata, claramente, de un
proceso simple y fulminante.
Las características señaladas son propias de un proceso cuyo propósito es que la ley se
cumpla, que es su verdadero propósito, y evitar que el proceso laboral se convierta, por un
lado, en un instrumento de elusión y demora del cumplimiento de la ley.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
81
• CALAMANDREI, Piero. Instituciones de Derecho Procesal Civil Vol. I, Ediciones
Jurídicas Europa-América, Buenos Aires.
• CARNELUTTI, Francesco, Sistema de Derecho Procesal civil, tomo 1, Ediciones
Jurídicas Europa-América, Buenos Aires 1971, Jurídicas Europa-América Buenos
Aires 1971.
• CHIOVENDA Giuseppe, Instituciones de Derecho Procesal Civil I, Cardenas Editor
y Distribuidor, Mexico 1989.
• MORALES, Guillén Carlos. Código de Procedimiento Civil y Ley de Organización
Judicial Anot. Y concordados, Editorial Gisbert & CIA S.A., La Paz – Bolivia, 1982.
• PALACIO, Lino Enrique, Derecho Procesal Civil, Tomo I, Editorial Abeledo –
Perrot, Buenos Aires – Argentina.
• PARAJELES Vindas, Gerardo, La oralidad y el moderno proceso civil boliviano,
Edit. Judicial, Sucre – Bolivia.
• VESCOVI Enrique Manuel, Manual de Derecho Procesal Civil, Ediciones Idea
• GUASP Jaime, Problemas Fundamentales del Derecho Procesal.
• CAMARGO Marin Victor, Procedimientos Especiales.
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ANEXOS
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Encuestas realizadas a los Jueces de la ciudad de La Paz
Gráficos y comentarios
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1.- La redacción del citado texto legal, referente al sistema oral ha despertado gran
expectativa desde hace años atrás, los protagonistas de la actividad jurisdiccional
esperaban que a la par del sistema oral en materia penal también se haga realidad en
materia Civil y por que no también en materia Laboral, a la fecha, después de diversos
cursos dictados en distintas instituciones, en su mayoría en materia civil por los Dr. José
Cesar Villarroel Bustios, Enrique Diez Romero y Mario Cordero Miranda se ha conocido
de su existencia así como de sus alcances, por su lado, el Colegio de Abogados, la
Universidad Mayor de San Andrés y la Universidad Publica de El Alto han realizado dicha
tarea mediante su difusión la explicación de su contenido en comparación con el sistema
escrito, actualmente se conoce que el proyecto del Código del Proceso Civil Oral viene
esperando su tratamiento legislativo en el Congreso Nacional, pero no sucede lo miso con
el Código Procesal Laboral Oral donde muy pocos juristas como el Dr. Ivan Campero
Villalba, pretende hacer hincapié en un nuevo Proceso Laboral Oral. l
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3.- La característica del nuevo sistema oral a diferencia del escrito se basa en la
implementación de la celeridad en las causas que se someten a su tramite, asimismo, la
concentración de los diversos actos procesales, la audiencia define sus alcances, en las
distintos clases de procesos que existen en materia laboral rige el verificativo de las
audiencias que no deben sobrepasar de dos, en su caso, se definirán en una sola
audiencia; es obvió que tal despliegue de actividad procesal concreta la celeridad y
concentración, entonces, la reducción del tiempo en la sustanciación de las causas
judiciales es producto de la reunión de distintos actos procesales, tal es el reconocimiento
de esas ventajas que el porcentaje que reúnen las respuestas a la pregunta, así lo
señalan; en el ejemplo propuesto el proceso de asistencia familiar tiene a la audiencia
preliminar que reúne distintas actividades procesales esto es la conciliación, resolución de
incidentes y excepciones, fijación del objeto del proceso, diligencia de la prueba hasta
llegar a la sentencia, caso contrario se prorroga la ultima parte para su realización en la
audiencia complementaria que no puede, sin embargo suspenderse por ningún motivo ni
dejar de recepcionarse su prueba por ausencia de una de las partes hasta dictarse la
sentencia.
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Activa1 Pasiva
6.- La propia fisonomía del sistema escrito impone el lugar del juez quien no hace
mas que esperar que lleguen los escritos en distintos momentos y de cualquier clase a
veces fuera o en contra, inclusive, del propio procedimiento, los cuales aunque sean
rechazados posteriormente ya fueron recepcionados y ameritan su tratamiento y a veces
hasta su notificación, por lo demás debido a la falta de inmediación el juez no tiene la
facultad de intervenir dando a conocer a las partes lo que correspondiente a la causa,
advirtiendo y/o sugiriendo lo mas conveniente para el desarrollo del procedimiento, en
todo caso la intervención del juez solo es posible en la audiencia que se verificara dentro
del proceso siendo el porcentaje de dicho acto procesal muy reducido en el sistema
escrito cuya consecuencia es la labor pasiva del juez circunstancia diversa al sistema oral
donde el juez es el verdadero director del proceso.
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7.- El sistema oral resulta aplicable y ventajoso por proceso de eliminación del
sistema escrito, la dinámica de la vida moderna como el empeoramiento de los principios
morales que forman parte del proceso hacen que se vea urgente, y preciso cambiar la
forma de tramitar los procesos, ahora bien, no deja de ser claro que la audiencia refleja
mayor veracidad, certeza, transparencia y celeridad en su despliegue, en todo caso,
siempre existe la plena posibilidad de que los sujetos participen activamente como lo hace
el procesado en materia penal mediante la defensa material, y por el contrario al sistema
no se brinda sino en escaso porcentaje la posibilidad de dilatar la causa, mediante
mecanismos que actualmente existen, entre otros, como ya se dijo la excepción.
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8.- Las respuestas a la presente pregunta como en el anterior caso, salta a la vista
que no hay comparación entre el anterior sistema escrito con el actual sistema oral que se
tiene implementando en los juicios de asistencia familiar, pese a ello existen actos
procesales que distorsionan su naturaleza, paradójicamente estos son escritos, es el
caso de las liquidaciones de pensiones devengadas que se presentan hasta su
aprobación y cobro, seria ideal, también regular esta parte mediante otra audiencia
donde se pueda delimitar dicha circunstancia que permita apreciar la utilidad del principio
de la concentración y de la inmediación que dan lugar a la celeridad del proceso.
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9.- Las respuestas han reflejado como era fácil prevenir, que el sistema escrito es
demasiado dilatorio, tal como se dijo, resulta de la amplia posibilidad concedida a las
partes de presentar cualquier escrito sea de solicitud de fotocopias, certificados, desglose
de documentos, incidentes de nulidad, en diversas cantidades y momentos que dificultan
abocarse al objeto el proceso, las múltiples formalidades que deben observarse en el
sistema escrito y los errores que se cometen en el verificativo de los actos procesales
dilatan la causa, mas cuando existen instituciones jurídicas que así lo permiten como las
excepciones previas llamadas por ello en la doctrina alongaderas o dilatorias, tan solo la
elaboración continua de dichos escritos por los abogados se registra en el libro que cursa
en los juzgados la providencia que puede o no desestimarlas ya toma cierto tiempo que
puede fácilmente reducirse en la audiencia, como ocurre actualmente en los procesos de
asistencia familiar.
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• HEMOGRAFÍA
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