La Guerra Del Chaco
La Guerra Del Chaco
La Guerra Del Chaco
Los antecedentes
En 1930 fenecía el mandato constitucional de Hernando Siles, pero como éste manifestó su
intención de ser elegido, fue derrocado por un golpe militar. Entonces asumió el gobierno
una Junta Militar que convocó a elecciones. En estas fue elegido Daniel Salamanca.
Salamanca debió enfrentar una fuerte crisis económica, reflejada en el aumento del
desempleo, tanto en las ciudades como en los centros mineros. Como consecuencia, las
tensiones sociales crecieron. El presidente culpó de esta situación al comunismo, por lo que
decidió reprimir los movimientos sindicales y de protesta popular.
A mediados de 1935, tras cuatro años de enfrentamiento, ambos países estaban agotados
económica y moralmente. Bolivia enfrentaba un verdadero desastre en sus finanzas
públicas:
● Los gastos militares consumían el presupuesto nacional. Si en 1930 este gasto
representaba 23,6% del presupuesto estatal, en 1933 llegó a 78,5%, y en 1934 a
80,4%.
● La deuda externa e interna del país creció astronómicamente. Durante los años que
duró el conflicto, la deuda total creció 15 veces, subiendo de 214 a 3473 millones de
bolivianos.
Paraguay por su parte había contraído una enorme deuda externa, principalmente con
Argentina, que le proveía de víveres, combustible y municiones. El monto adeudado
superaba los 124 millones de dólares, suma excesiva si se consideraba su capacidad de
pago, inferior incluso a la de Bolivia.
Una visión panorámica de la situación de Bolivia en ese momento histórico presentaba los
siguientes problemas:
● En lo económico: la producción minera, que se había visto duramente afectada por
la crisis de 1929, tuvo que enfrentar la disminución de suministros a raíz de la
guerra y la movilización de gran parte de sus trabajadores. La agricultura se resintió
por la falta de dinero en los mercados locales y por la movilización de los
campesinos.
● En lo social: el gobierno libró una auténtica guerra interna contra las comunidades
campesinas que se resistieron al reclutamiento forzoso de sus jóvenes. Las tropas
militares reprimieron severamente a los rebeldes, cometiendo muchos atropellos.
● En lo político: poco antes del derrocamiento de Salamanca, se realizaron
elecciones en el país. En estas había salido victorioso el candidato oficialista, Franz
Tamayo, pero este no pudo asumir la presidencia debido a que un grupo de jóvenes
militares dió un golpe de Estado, derrocando a Salamanca. Con este golpe se inició
un periodo de gobiernos militares que quebraron el monopolio político de los
partidos relacionados con la oligarquía.
El coronel David Toro, apoyado por un grupo de oficiales, se hizo cargo de la presidencia,
inaugurando un periodo de gobiernos conocido como “socialismo militar”.
El gobierno de Toro delineó la nueva realidad política del país. No solo actuó al margen de
los intereses de la oligarquía, sino que buscó la participación activa de los sectores
populares. Durante el gobierno de Toro se estatizó la Standard Oil, se creó el Ministerio de
Trabajo y Previsión Social, y se decretó la sindicalización obligatoria.
En julio de 1937, Toro fue depuesto debido a desacuerdos con el sector de oficiales que lo
apoyaba. German Busch asumió la presidencia después de Toro y mantuvo la orientación
reformista de su antecesor.
En esta convención se plantearon reformas importantes para el Estado, que asumió una
tarea de control de la economía favoreciendo el bienestar social por encima del interés
privado, que había sido protegido por la Constitución vigente hasta entonces. Otro asunto
importante cuya resolución aprobó esta convención fué el de los términos del Tratado de
Paz, Amistad y Límites entre Bolivia y Paraguay, país con el cual se había concertado el
alto al fuego tres años atrás.
A nivel social, es importante destacar que en dicha asamblea se dió, por vez primera, la
participación de obreros y dirigentes sindicales, nombrados por sus organizaciones.