La Guerra Del Chaco

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La Guerra del Chaco

Los antecedentes

En 1930 fenecía el mandato constitucional de Hernando Siles, pero como éste manifestó su
intención de ser elegido, fue derrocado por un golpe militar. Entonces asumió el gobierno
una Junta Militar que convocó a elecciones. En estas fue elegido Daniel Salamanca.

Salamanca debió enfrentar una fuerte crisis económica, reflejada en el aumento del
desempleo, tanto en las ciudades como en los centros mineros. Como consecuencia, las
tensiones sociales crecieron. El presidente culpó de esta situación al comunismo, por lo que
decidió reprimir los movimientos sindicales y de protesta popular.

Con el propósito de desviar la atención de la opinión pública hacia problemas externos,


Salamanca inició un vasto plan de ocupación de la región del Chaco. Hasta entonces,
está extensa región permanecía casi despoblada, contando solo con algunos fortines
militares que demarcaban una frontera de límites inexactos entre Bolivia y Paraguay que ya
había provocado fricciones y enfrentamientos en 1928, durante la presidencia de Hernando
Siles. Habiéndose propuesto o no, la política adoptada por Salamanca condujo a la guerra
con el país vecino.

Al momento de iniciarse el conflicto, las condiciones para ingresar en él eran negativas


para Bolivia:
● La crisis económica y social impedía el sostenimiento de un enfrentamiento
prolongado.
● El ejército no estaba preparado para un conflicto de gran magnitud.
● No había vertebración caminera hacia la región del Chaco y se desconocían sus
características geográficas.
● No había una política exterior coherente que alentaste el apoyo de otras naciones a
Bolivia; de hecho, Argentina actuó como aliada de Paraguay.
A pesar de estas condiciones, Salamanca convocó al fervor patriótico del pueblo para
enfrentarse a Paraguay.

Presidente Daniel Salamanca

El desarrollo del conflicto

En 1932, tropas bolivianas atacaron la guarnición paraguaya establecida en Laguna


Chuquisaca; en represalia, un mes después, Paraguay reocupó ese lugar. Entonces
Salamanca ordenó la movilización de tropas al Chaco, tomó tres fortines paraguayos y
declaró la guerra.
El conflicto bélico tuvo cuatro etapas:
● Primera: Entre julio y diciembre de 1932, las tropas de ambos países fijaron
posiciones en el amplio frente de combate. Los paraguayos atacaron el fortín
Boquerón, defendido por 448 efectivos. luego de un mes de combates lograron
ocuparlo.
● Segunda: Durante 1933 se dió un avance paraguayo que hizo retroceder al ejército
boliviano, dirigido por el general alemán Hans Kundt. Las principales batallas en esta
etapa fueron Nanawa, Campo Grande, Alihuatá y Campo Vía. Como consecuencia,
Kundt fue reemplazado por el general boliviano Enrique Peñaranda.
● Tercera: En el año 1934 se reorganizó el ejército boliviano, que llegó a alcanzar
algunas victorias, como la de Cañada Strongest. Sin embargo, el avance paraguayo
pronto se hizo imparable, venciendo a Bolivia en Picuiba y El Carmen. La desastrosa
conducción de la participación boliviana en la guerra provocó una rebelión militar que
destituyó al presidente Salamanca. (Corralito de Villamontes)
● Cuarta: Entre enero y junio de 1935, las fuerzas bolivianas lograron detener a los
paraguayos. Tras el triunfo de Villamontes, se recuperaron territorios ocupados en
Santa Cruz y Tarija.
El final de la guerra

A mediados de 1935, tras cuatro años de enfrentamiento, ambos países estaban agotados
económica y moralmente. Bolivia enfrentaba un verdadero desastre en sus finanzas
públicas:
● Los gastos militares consumían el presupuesto nacional. Si en 1930 este gasto
representaba 23,6% del presupuesto estatal, en 1933 llegó a 78,5%, y en 1934 a
80,4%.
● La deuda externa e interna del país creció astronómicamente. Durante los años que
duró el conflicto, la deuda total creció 15 veces, subiendo de 214 a 3473 millones de
bolivianos.

Paraguay por su parte había contraído una enorme deuda externa, principalmente con
Argentina, que le proveía de víveres, combustible y municiones. El monto adeudado
superaba los 124 millones de dólares, suma excesiva si se consideraba su capacidad de
pago, inferior incluso a la de Bolivia.

A nivel diplomático, la posición de Paraguay estaba debilitada. En 1933, la Sociedad de


Naciones había enviado una comisión a La Paz y a Asunción con el propósito de concertar
un alto al fuego. Mientras que en Bolivia esta comisión encontró una actitud favorable,
Paraguay se negó a negociar. Por tal razón, la comisión acusó a los líderes paraguayos de
ser los culpables de que el conflicto continúe y amenazó a este país con imponerle un
embargo de armas, además de sanciones económicas. Argentina, que no deseaba
comprometerse por su apoyo a Paraguay, intimó al gobierno de ese país a aceptar un
armisticio. El 13 de junio de 1935, en Buenos Aires, se llegó a un acuerdo, y al día
siguiente se produjo el alto al fuego.

Las consecuencias de la Guerra del Chaco

La derrota y su impacto en la sociedad

Al concluir la Guerra del Chaco Bolivia se sumió en un profundo sentimiento de frustración.


La ausencia de una conducción responsable de la nación y del ejército se había hecho
evidente.
Para los combatientes, la derrota se había debido a dos causas fundamentales:

● La sensación de que se había combatido por intereses ajenos a la nación. Un sector


importante de la opinión pública pensaba que el conflicto, en el fondo, enfrentaba los
intereses de dos compañías petroleras extranjeras, la Standard Oil Company, que
operaba en Bolivia, y la Royal Dutch Shell, con intereses en Paraguay y Argentina.
Ambas compañías, se pensaba, habían lidiado detrás de los ejércitos por apropiarse
de las zonas petroleras.
● El reconocimiento de que el viejo sistema de castas y razas con el que se había
organizado la sociedad boliviana no permitía la articulación de una nación moderna.
Las distinciones entre los oficiales blancos, los suboficiales mestizos y la tropa
indígena provocaban desigualdades que impedían la cohesión patriótica exaltada en
los discursos bélicos.
Esta situación dió lugar a dos fenómenos. Por una parte, se conformaron nuevos partidos
políticos, de tendencia marxista y nacionalista, lo que significó el ocaso de liberales y
repúblicanos. Por otra parte, dentro del ejército se dió una ruptura de carácter generacional;
muchos oficiales jóvenes consideraron necesario intervenir en la política para imponer
reformas sociales y económicas de carácter patriótico, así como para juzgar a los causantes
de la derrota. Estos jóvenes oficiales tomaron contacto con intelectuales de diferentes
corrientes políticas, cuyas ideas influyeron decisivamente en los gobiernos de los siguientes
años.
La fractura del órden oligárquico

El conflicto de la Guerra del Chaco tuvo consecuencias económicas, sociales y políticas


muy graves para Bolivia. La resolución de estos problemas tomó varios años, durante los
cuales la oligarquía -conformada básicamente por los Barones del estaño y los
terratenientes- perdió el poder que detentaba desde la segunda mitad del siglo XIX.

Una visión panorámica de la situación de Bolivia en ese momento histórico presentaba los
siguientes problemas:
● En lo económico: la producción minera, que se había visto duramente afectada por
la crisis de 1929, tuvo que enfrentar la disminución de suministros a raíz de la
guerra y la movilización de gran parte de sus trabajadores. La agricultura se resintió
por la falta de dinero en los mercados locales y por la movilización de los
campesinos.
● En lo social: el gobierno libró una auténtica guerra interna contra las comunidades
campesinas que se resistieron al reclutamiento forzoso de sus jóvenes. Las tropas
militares reprimieron severamente a los rebeldes, cometiendo muchos atropellos.
● En lo político: poco antes del derrocamiento de Salamanca, se realizaron
elecciones en el país. En estas había salido victorioso el candidato oficialista, Franz
Tamayo, pero este no pudo asumir la presidencia debido a que un grupo de jóvenes
militares dió un golpe de Estado, derrocando a Salamanca. Con este golpe se inició
un periodo de gobiernos militares que quebraron el monopolio político de los
partidos relacionados con la oligarquía.

El corralito de Villamontes y los gobiernos militares

En noviembre de 1934, Salamanca viajó a la localidad de Villamontes, en el frente de


combate, con el propósito de acordar un cambio en la comandancia general del ejército. Sin
embargo, se encontró con una rebelión de oficiales que lo obligaron a renunciar, dejando el
gobierno en manos de su vicepresidente, Luis Tejada Sorzano. Este hecho fue llamado
Corralito de Villamontes.
Tejada Sorzano tuvo una gestión muy efectiva, ya que logró concertar un acuerdo de
gobierno con los principales sectores y refinanciar la campaña bélica. Sin embargo, su
régimen no logró el apoyo político suficiente y al concluir la guerra, una huelga general,
impulsada por la Federación Obrera del Trabajo, logró su derrocamiento.

El coronel David Toro, apoyado por un grupo de oficiales, se hizo cargo de la presidencia,
inaugurando un periodo de gobiernos conocido como “socialismo militar”.

El gobierno de Toro delineó la nueva realidad política del país. No solo actuó al margen de
los intereses de la oligarquía, sino que buscó la participación activa de los sectores
populares. Durante el gobierno de Toro se estatizó la Standard Oil, se creó el Ministerio de
Trabajo y Previsión Social, y se decretó la sindicalización obligatoria.

David Toro Ruiloba - Presidente boliviano de 1936 a 1937

En julio de 1937, Toro fue depuesto debido a desacuerdos con el sector de oficiales que lo
apoyaba. German Busch asumió la presidencia después de Toro y mantuvo la orientación
reformista de su antecesor.

La Convención Nacional de 1938

El presidente Busch se rodeó de políticos que pertenecían a grupos socialistas y


nacionalistas, evidenciando la poca claridad ideológica que tenía el “socialismo militar”. En
1938, convocó una Convención Nacional que se encargara de hacer reformas a la
Constitución Política del Estado.

En esta convención se plantearon reformas importantes para el Estado, que asumió una
tarea de control de la economía favoreciendo el bienestar social por encima del interés
privado, que había sido protegido por la Constitución vigente hasta entonces. Otro asunto
importante cuya resolución aprobó esta convención fué el de los términos del Tratado de
Paz, Amistad y Límites entre Bolivia y Paraguay, país con el cual se había concertado el
alto al fuego tres años atrás.
A nivel social, es importante destacar que en dicha asamblea se dió, por vez primera, la
participación de obreros y dirigentes sindicales, nombrados por sus organizaciones.

German Bush Becerra - Presidente de Bolivia 1937 a 1939

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