Tema 4 (Resumido)

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TEMA 4: SUJETOS DE LA INSTRUCCIÓN

1.- Órgano instructor


Es el Juez encargado de practicar las diligencias de la fase de instrucción. Los Juzgados de
violencia sobre la mujer también son Juzgados de Instrucción, pero especializados en esa clase de
asuntos. También, deberán prestar servicios de guardia dichos Juzgados de Instrucción,
llamándoles Juzgados de guardia.
El órgano instructor tiene que ser un Juez perteneciente al Poder judicial, independiente,
inamovible, responsable y sometido al imperio de la Ley.
Las funciones del Juez instructor las encontramos en el artículo 14 LECrim., según el cual
corresponde al Juez de instrucción:
a) El conocimiento y fallo de los procedimientos por delitos leves.
b) La instrucción del resto de procedimientos por delito.
c) La instrucción de los delitos competencia de la Audiencia Nacional corresponderá a los
Juzgados Centrales de Instrucción, con sede en Madrid.
d) La instrucción de causas contra aforados corresponderá a un Magistrado de la Sala de lo
Penal del TS o del Tribunal Superior de Justicia correspondiente.
Cuando el delito esté relacionado con violencia de género será competente para la Instrucción el
Juzgado de violencia sobre la mujer cuando el delito se haya cometido contra quien sea o haya
sido la esposa, o mujer que esté o haya estado ligada al autor por análoga relación de afectividad,
aun sin convivencia, así como de los cometidos sobre los descendientes, propios o de la esposa o
conviviente, o sobre los menores o incapaces que con él convivan o que se hallen sujetos a la
potestad, tutela, curatela, acogimiento o guarda de hecho de la esposa o conviviente.
Para determinar qué Juzgado de Instrucción es el competente para investigar un delito, rige el
principio del forum delicti commissi, según el cual, resulta competente el Juez de Instrucción del
lugar donde se cometió el delito → Remisión T2 último punto.
La regla general que rige en el proceso penal es que cada delito será objeto de un único
procedimiento. No obstante, los delitos conexos serán investigados y enjuiciados en la misma
causa cuando la investigación y la prueba en conjunto de los hechos resulten convenientes para
su esclarecimiento y para la determinación de las responsabilidades salvo que suponga excesiva
complejidad o dilación para el proceso.
Para determinar la competencia territorial en los supuestos de delitos conexos (téngase en cuenta
que se han cometido varios delitos, y pudo ser en diferentes sitiios), nos señala el art. 18 de la
LECrm, que son jueces competentes para instruir los delitos conexos:
1) El del territorio en que se haya cometido el delito a que esté señalada pena mayor.
2) El que primero comenzare la causa en el caso de que a los delitos esté señalada igual
pena.
3) El que la Audiencia Provincial o el Tribunal Supremo en sus casos respectivos designen,
cuando las causas hubieren empezado al mismo tiempo, o no conste cual comenzó
primero.
El incumplimiento de las normas que regulan la atribución de competencias dará lugar a la nulidad
de lo actuado, ya que se trata de normas improrrogables y que viene establecido en el art. 18
LECrim., sin que sea posible la sumisión expresa o tácita de las partes. De esta regla cabe extraer
dos consecuencias:
1) La falta de competencia provoca la nulidad del proceso (arts. 238 y 240 LOPJ), por afectar
al derecho constitucional al juez ordinario predeterminado por la Ley; y
2) El juez, de oficio, puede apreciar su propia competencia, y el Fiscal y las partes pueden
denunciar su falta (art. 26).
2.- Estatuto jurídico del investigado o encausado
El investigado o encausado es la persona de la que se sospecha que ha podido cometer el delito
que se investiga. Contra él se dirigen las actuaciones procesales, lo que lo sitúa en posición de
tenerse que defender. Durante toda la tramitación del procedimiento y hasta tanto se dicta
sentencia, deberá gozar de la presunción de inocencia.
El investigado será llamado así a lo largo de todas la fase de instrucción. Si al terminar éstas, el
Fiscal o algún acusador presenta escrito de acusación (art. 780), pasará a llamarse acusado.
El artículo 24 CE reconoce al investigado su derecho a la defensa y a la asistencia de letrado, a
ser informado de la acusación formulada contra él, a utilizar los medios de prueba pertinentes
para su defensa, a no declarar contra sí mismos, a no confesarse culpables y a la presunción de
inocencia.
El art. 118 LECrim. establece que toda persona a quien se atribuya un hecho punible podrá
ejercitar el derecho de defensa, interviniendo en las actuaciones, desde que se le comunique su
existencia, haya sido objeto de detención o de cualquier otra medida cautelar o se haya acordado
su procesamiento, a cuyo efecto se le instruirá, sin demora injustificada, de los siguientes
derechos:
a. Derecho a ser informado de los hechos que se le atribuyan, así como de
cualquier cambio relevante en el objeto de la investigación y de los hechos
imputados. Esta información será facilitada con el grado de detalle suficiente para
permitir el ejercicio efectivo del derecho de defensa.
b. Derecho a examinar las actuaciones con la debida antelación para salvaguardar
el derecho de defensa y en todo caso, con anterioridad a que se le tome
declaración. Este derecho incluye, además la posibilidad de conocer los actos de
investigación practicados en el seno del procedimiento de diligencias de
investigación, el acceso al atestado policial.
c. Derecho a actuar en el proceso penal para ejercer su derecho de defensa de
acuerdo con lo dispuesto en la ley.
d. Derecho a designar libremente abogado
e. Derecho a solicitar asistencia jurídica gratuita, procedimiento para hacerlo y
condiciones para obtenerla.
f. Derecho a la traducción e interpretación gratuitas.
g. Derecho a guardar silencio y a no prestar declaración si no desea hacerlo, y a no
contestar a alguna o algunas de las preguntas que se le formulen.
h. Derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable.
El investigado, deberá tener capacidad para ser parte y capacidad procesal. Si se trata de una
persona física, y de conformidad con lo dispuesto en el Código penal, dispone de plena capacidad
para ser parte el mayor de 18 años (art. 19 CP). Si el investigado tiene entre 14 y 18 años, podrá
ser enjuiciado a través del proceso penal para menores (LO 5/2000).
La intervención en el proceso penal se verificará mediante Abogado y Procurador; sin embargo,
el abogado designado para la defensa tendrá también habilitación legal para la representación de
su defendido durante la Instrucción, no siendo necesaria la intervención de procurador hasta el
trámite de apertura del juicio oral. Hasta entonces cumplirá el abogado el deber de señalamiento
de domicilio a efectos de notificaciones y traslados de documentos.
Si el investigado es una persona jurídico-privada, (las jurídico-públicas están exentas de
responsabilidad penal) por delito de corrupción en el sector privado y en las transacciones
comerciales internacionales (arts. 129.2 CP y 31 bis 2 y 3), pornografía y prostitución infantil,
trata de seres humanos, blanqueo de capitales, inmigración ilegal, ataque a sistemas informáticos
y delitos similares, deberá estar representada, para un mejor ejercicio del derecho de defensa, por
la persona que especialmente designe, debiendo ocupar en la Sala el lugar reservado a los
acusados. Dicha persona podrá declarar en nombre de la persona jurídica si se hubiera propuesto
y admitido esa prueba, sin perjuicio del derecho a guardar silencio, a no declarar contra sí mismo
y a no confesarse culpable, así como ejercer el derecho a la última palabra al finalizar el acto del
juicio. No se podrá designar a estos efectos a quien haya de declarar en el juicio como testigo (art.
786.bis).
El Juez, de oficio o a instancia del Ministerio fiscal o del querellante particular, hará que los
procesados presten cuantas declaraciones considere convenientes para la averiguación de los
hechos.
En la primera comparecencia,(art. 775) el Letrado de la Administración le informará de sus
derechos, que son los recogidos en el art. 118.1 LECrim. Se le requerirá para que designe un
domicilio en España en el que se harán las notificaciones, o una persona que las reciba en su
nombre con la misma validez que si las recibiera el. A continuación, pasará a disposición del Juez
Instructor para prestar declaración (llamada declaración indagatoria), en presencia de un abogado.
En este momento, el Juez le informará de los hechos por los cuales se le está investigando. Y tanto
antes como después de prestar declaración se le permitirá entrevistarse reservadamente con su
Abogado, salvo que estuviera incomunicado en cuyo caso el Abogado será de oficio (527.c).
Si el procesado estuviere detenido, se le recibirá la primera declaración dentro del término de 24h.
Las preguntas que se le hagan estarán dirigidas a la averiguación de los hechos y a la participación
que haya tenido en los mismo. Las preguntas serán directas, sin que por ningún concepto puedan
hacérsele de un modo capcioso o sugestivo. Tampoco se podrá emplear con el procesado género
alguno de coacción o amenaza (art. 389).
Se pondrán de manifiesto al procesado todos los objetos que constituyen el cuerpo del delito o los
que el Juez considere conveniente, a fin de que los reconozca. Se le interrogará sobre la
procedencia de dichos objetos, su destino y la razón de haberlos encontrado en su poder y, en
general, será siempre interrogado sobre cualquier otra circunstancia que conduzca al
esclarecimiento de la verdad (art. 391).
El interrogatorio se alargará el tiempo que el Juez estime conveniente y necesario; cuando el
examen se prolongue mucho tiempo o el número de preguntas que se le hayan hecho sea tan
considerable que hubiese perdido la serenidad de juicio necesaria para contestar, se suspenderá el
examen, concediendo al investigado el tiempo necesario para descansar y recuperar la calma.
Siempre se hará constar en la declaración misma el tiempo que se haya invertido en el
interrogatorio.
Cuando el Juez considere conveniente el examen del procesado en el lugar de los hechos acerca
de los cuales deba ser examinado o ante las personas o cosas con ellos relacionadas, podrá acudir
con la comisión judicial al lugar de los hechos y examinarle allí. Esta diligencia también se podrá
desarrollar con testigos en la causa (art. 438).
El procesado podrá declarar cuantas veces quisiere, y el Juez le recibirá inmediatamente la
declaración si tuviese relación con la causa. Si en las declaraciones posteriores se pusiere el
procesado en contradicción con sus declaraciones primeras o retractare sus confesiones anteriores,
deberá ser interrogado sobre el móvil de sus contradicciones y sobre las causas de su retractación
(art. 405).
El investigado tiene derecho a no contestar a alguna o a todas las preguntas que se le formulen.
Si opta por confesar los hechos, esta circunstancia no impedirá que el Juez continúe adelante
con las diligencias necesarias a fin de adquirir el convencimiento de la verdad de la confesión y
de la existencia del delito.
Si el investigado estuviere detenido o en prisión provisional, y el Juez hubiera acordado su
incomunicación, la cual no podrá extenderse más allá de 5 días y, en ningún caso podrán ser objeto
los menores de 16 años (art. 509) podrá asistir con las precauciones debidas a las diligencias en
que deba intervenir siempre que su presencia no pueda desvirtuar el objeto de la incomunicación.
En el supuesto de que el investigado que está en libertad fuera llamado por el Juez y no
compareciera, será declarado rebelde y se dictará contra él orden de búsqueda y captura (lo que
se conoce como requisitoria -arts. 292 y 513-, en esta se expresaran el nombre, apellidos,
profesión, si constaren, y señas para que pueda ser identificado, el delito por el que se le procesa,
territorio donde se presume que esta y la cárcel a la que va).
Si el investigado no está localizado durante la fase de Instrucción, ésta seguirá adelante hasta su
terminación, quedando archivada pendiente de juicio hasta que sea encontrado. Pero si la pena
por la que se le acusa no supera 2 años de prisión (o de 6 años si es otra pena), oído el abogado
del investigado, se podrá celebrar el juicio en su ausencia (arts. 786.1 y 793.2). La sentencia que
se dicta haya sido o no apelada, puede ser recurrida en anulación por el condenado con el mismo
plazo y requisitos y efectos que en apelación.
3.- La acusación pública:
La acusación pública en el proceso penal corre a cargo del Ministerio Fiscal. El Ministerio Fiscal
es un órgano colaborador de la Jurisdicción que, regido por principios de legalidad, imparcialidad,
unidad y dependencia jerárquica, tiene la función de promover la acción de la justicia en defensa
de la legalidad (art. 124 CE). Ello se traduce en la obligación de ejercitar la acción penal ante la
sospecha de comisión de un delito público, con la sola excepción de los dependientes de la
instancia privada (arts. 105 LECrim y 3.4 del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal -EOMF-).
El Ministerio Fiscal ejercerá la acción penal mediante querella (art. 271).
Los cometidos del Ministerio Fiscal en el proceso penal se concretan en los artículos 773 LECrim.
Se hace preciso indicar que, en un proceso penal, si el Ministerio Fiscal considera que los hechos
no revisten los caracteres de delito, o que la persona enjuiciada no es responsable de los mismos,
no formulará acusación, debiendo solicitar el archivo, sobreseimiento o absolución.
Finalmente, recordar que el Ministerio Fiscal está organizado internamente bajo los principios de
unidad de actuación y dependencia jerárquica, y es único para todo el Estado (art. 124 CE). El
Fiscal General del Estado ostenta la jefatura superior del Ministerio Fiscal y su representación en
todo el territorio, correspondiéndole la dirección e inspección del MF.
4.- La acusación particular y la acusación popular
La víctima del delito que decide personarse en el procedimiento para solicitar la práctica de
diligencias de investigación, solicitar la adopción de medidas cautelares y, llegado el momento,
presentar escrito de acusación contra el investigado recibe el nombre de acusador particular.
Para intervenir en el procedimiento como parte es necesario interponer querella o aceptar el
ofrecimiento de acciones establecido en los arts. 771, de la LECrim.
1.ª Cumplirá con los deberes de información a las víctimas. En particular, informará al ofendido
y al perjudicado por el delito de forma escrita de los derechos que les asisten.
Se instruirá al ofendido de su derecho a mostrarse parte en la causa sin necesidad de formular
querella y, tanto al ofendido como al perjudicado, de su derecho a nombrar Abogado o instar el
nombramiento de Abogado de oficio en caso de ser titulares del derecho a la asistencia jurídica
gratuita, de su derecho a, una vez personados en la causa, tomar conocimiento de lo actuado, sin
perjuicio de lo dispuesto en los artículos 301 y 302, e instar lo que a su derecho convenga.
Asimismo, se les informará de que, de no personarse en la causa y no hacer renuncia ni reserva
de acciones civiles, el Ministerio Fiscal las ejercitará si correspondiere.
La información de derechos al ofendido o perjudicado regulada en este artículo, cuando se refiera
a los delitos contra la propiedad intelectual o industrial, y, en su caso, su citación o emplazamiento
en los distintos trámites del proceso, se realizará a aquellas personas, entidades u organizaciones
que ostenten la representación legal de los titulares de dichos derechos.
Por su parte el art. 773 de la LECrim, establece “El Fiscal se constituirá en las actuaciones para
el ejercicio de las acciones penal y civil conforme a la Ley. Velará por el respeto de las garantías
procesales del investigado o encausado y por la protección de los derechos de la víctima y de los
perjudicados por el delito”.
También hay que tener en cuenta lo establecido en el artículo 776 de la LECrim que establece
que: “El secretario judicial informará al ofendido y al perjudicado de sus derechos, en los términos
previstos en los artículos 109 y 110, cuando previamente no lo hubiera hecho la Policía Judicial.
En particular, se instruirá de las medidas de asistencia a las víctimas que prevé la legislación
vigente y de los derechos mencionados en la regla 1.ª del artículo 771”.
Para poder interponer querella y mostrarse parte acusadora es necesario, además, estar en pleno
goce de los derechos civiles (art. 102.1º).
El acusador particular no está obligado a prestar fianza (art. 281) y deberá comparecer mediante
Abogado y Procurador con poder especial para querellas (art. 277).
La víctima u ofendido del delito podrá personarse en el procedimiento penal como parte en
cualquier momento de la instrucción (arts 109 y 110).
La acción penal es pública (art. 101) y cuando no se trata de la víctima u ofendido (por ejemplo,
una Asociación de defensa de animales), se canaliza a través de la acción popular (art. 125 CE y
19.1 LOPJ).
Ejercer la acción popular supone que cualquier ciudadano (persona física o jurídica) que, sin ser
ofendidos por el delito, pueda interponer querella (arts. 101 y 270 LECrim.) y constituirse en parte
del proceso. Debido a que el ejercicio de la acción popular entraña el de un derecho constitucional,
cívico y activo, su ejercicio se reserva a los españoles. También deberá comparecer en la causa
mediante Procurador con poder especial y Letrado.
Tanto el TC como el TS coinciden al reconocer capacidad a las personas jurídicas para el ejercicio
de la acción popular. En caso, de no tener esa capacidad y la autorización expresa por la propia
víctima se exigirá que se preste fianza de la clase y cuantía que fije el Juez o Tribunal para
responder de las resultas del juicio (arts. 280 y 281 de la LECrim).
5.- La pretensión civil
De todo delito nace una acción civil para la restitución de la cosa, la reparación del daño o la
indemnización de los perjuicios causados (art. 100 LECrim. y 109 CP).
La víctima o perjudicado por el delito es el legitimado para recibir las cuantías que correspondan
como responsabilidad civil del delito, salvo que renuncien (art. 110). La víctima o perjudicado
podrá ejercitar solo la acción penal (y reservándose la acción civil para un juicio posterior o
renunciando a ella), sólo la acción civil (en el mismo proceso penal o en otro posterior) o ambas
acciones conjuntamente (en el proceso penal) -art. 112-
En aquellos supuestos en que la víctima o perjudicado no ejercite la pretensión civil, ésta correrá
a cuenta del Ministerio Fiscal.
La acción civil del delito se dirige contra el responsable civil que, en la mayoría de las ocasiones
será el propio autor del delito (responsable civil directo). La extinción de la responsabilidad penal
no conlleva la de la responsabilidad civil, que continúa incluso tras la muerte del delincuente,
sobre sus herederos.
Articulo 115 Lecrim: La acción penal se extingue por la muerte del culpable; pero en este caso
subsiste la civil contra sus herederos y causahabientes, que sólo podrá ejercitarse ante la
jurisdicción y por la vía de lo civil.
Artículo 116: La extinción de la acción penal no lleva consigo la de la civil, a no ser que la
extinción proceda de haberse declarado por sentencia firme que no existió el hecho de que la civil
hubiese podido nacer. En los demás casos, la persona a quien corresponda la acción civil podrá
ejercitarla, ante la jurisdicción y por la vía de lo civil que proceda, contra quien estuviere obligado
a la restitución de la cosa, reparación del daño o indemnización del perjuicio sufrido.
Artículo 117: La extinción de la acción civil tampoco lleva consigo la de la penal que nazca del
mismo delito. La sentencia firme absolutoria dictada en el pleito promovido por el ejercicio de la
acción civil, no será obstáculo para el ejercicio de la acción penal correspondiente.
En aquellos supuestos en que exista una cobertura de seguro será responsable civil la compañía
aseguradora. Si se trata de una actividad que requiere la contratación de seguro obligatorio, la
aseguradora NO podrá ser parte en el proceso
Por último, se debe tener en cuenta la figura jurídica de la “Excusa Absolutoria” recogida en el
artículo 268 del CP, que establece:
“1. Están exentos de responsabilidad criminal y sujetos únicamente a la civil los cónyuges que no
estuvieren separados legalmente o de hecho o en proceso judicial de separación, divorcio o
nulidad de su matrimonio y los ascendientes, descendientes y hermanos por naturaleza o por
adopción, así como los afines en primer grado si viviesen juntos, por los delitos patrimoniales que
se causaren entre sí, siempre que no concurra violencia o intimidación, o abuso de la
vulnerabilidad de la víctima, ya sea por razón de edad, o por tratarse de una persona con
discapacidad.
2. Esta disposición no es aplicable a los extraños que participaren en el delito”.
Y el Artículo 103 de la LECrim que recoge: “Tampoco podrán ejercitar acciones penales entre sí:
1. Los cónyuges, a no ser por delito o falta cometidos por el uno contra la persona del otro
o la de sus hijos, y por el delito de bigamia.
2. Los ascendientes, descendientes y hermanos por naturaleza, por la adopción o por
afinidad, a no ser por delito o falta cometidos por los unos contra las personas de los
otros”
6.- Estatuto jurídico de la víctima
Se considera víctima, y por lo tanto se le reconoce su derecho a participar en el proceso penal
como acusación particular (o actor civil), a quien el hecho criminal le supone un perjuicio sobre
su persona, su patrimonio o personas que de él dependan.
No obstante, recordar que para participar en el proceso penal como acusación no es preciso ser
víctima ya que existe la figura de la acusación popular a la que puede acogerse cualquier
ciudadano español. Toda víctima tiene derecho a ejercer la acción penal y la acción civil, esta
disposición se concreta en las siguientes actuaciones:
➢ La Policía Judicial deberá informar a la víctima de su derecho a personarse en el proceso
penal y ser parte en el mismo (art. 771).
➢ El Ministerio Fiscal deberá atender a las necesidades de la víctima (art. 773.2).
➢ El Secretario judicial (Letrado de Justicia) informará a la víctima de sus derechos a ser
parte cuando no lo hubiera hecho la Policía Judicial (art. 776).
➢ Si el Juez de Instrucción acuerda el sobreseimiento, deberá comunicárselo a la víctima
que no estuviera personada, para que pueda ejercitar la acción penal (art. 636 y 782.2), e
incluso para poder recurrir ese sobreseimiento aún sin necesidad de ser parte (art. 12 Ley
4/2015). También se reconoce el derecho de la víctima a que le devuelvan los bienes que,
con ocasión del delito, hubieran sido incautados.
En el momento de tomarle declaración, el Juez de Instrucción deberá tener en cuenta que la
víctima tiene derecho:
a) Que se les reciba declaración en dependencias especialmente concebidas o adaptadas a tal fin.
b) Que se les reciba declaración por profesionales que hayan recibido una formación especial para
reducir o limitar perjuicios a la víctima, o con su ayuda.
c) Que todas las tomas de declaración a una misma víctima le sean realizadas por la misma
persona, salvo que ello pueda perjudicar de forma relevante el desarrollo del proceso o deba
tomarse la declaración directamente por un Juez o un Fiscal.
En los supuestos de violencia de género y de delitos contra la libertad sexual, la víctima tiene
derecho a que le tome de declaración una persona del mismo sexo, salvo que sea el Juez o Fiscal
quienes le tomen declaración directamente. Además, el Juez de Instrucción dictará orden de
protección para las víctimas de violencia doméstica en los casos de delito o delito leve contra la
vida, integridad física o moral, libertad sexual, libertad o seguridad del cónyuge o sobre persona
que esté o haya estado ligada a él por una análoga relación de afectividad aun sin convivencia, o
sobre los descendientes, ascendientes o hermanos, o incluso o sobre persona menor o
discapacitada que se encuentre integrada en el núcleo de su convivencia familiar.
La orden de protección será acordada de oficio por el Juez, o a petición del Ministerio Fiscal, de
la propia víctima o por denuncia de los organismos asistenciales.
El contenido de la orden de protección variará en función de las circunstancias del caso, pudiendo
el juez acordar medidas de índole penal tales como la orden de alejamiento de la víctima, la
prohibición de residencia en un perímetro, la prisión provisional, o cualquier otra medida prevista
en la legislación procesal.
En cuanto a medidas de índole civil, podrán consistir en la atribución del uso y disfrute de la
vivienda familiar, determinar el régimen de guarda y custodia, visitas, comunicación y estancia
con los menores o personas con la capacidad judicialmente modificada, el régimen de prestación
de alimentos, así como cualquier disposición que se considere oportuna a fin de apartarles de un
peligro o de evitarles perjuicios

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