Uriel Canche - Los Cuatro Acuerdos
Uriel Canche - Los Cuatro Acuerdos
Uriel Canche - Los Cuatro Acuerdos
Las palabras son la herramienta más poderosa que tienes como ser humano, el instrumento de
la magia. Pero son como una espada de doble filo: pueden crear el sueño más bello o destruir
todo lo que te rodea. Uno de los filos es el uso erróneo de las palabras, que crea un infierno en
vida. El otro es la impecabilidad de las palabras, que sólo engendrará belleza, amor y el cielo en
la tierra. Según cómo las utilices, las palabras te liberarán o te esclavizarán aún más de lo que
imaginas.
Es verdad que igual he dicho palabras a otras personas que tal vez para ellos sonó mal, sin
embargo, he tratado de ayudarlos, pero la forma en decirlo es una de las claves para que no se
entienda de una manera desalmada.
¿Cómo lograré ser impecable con mis palabras? ¿Para quién? ¿Para qué?
Ser impecable con tus palabras significa utilizar tu energía correctamente, en la dirección de la
verdad y del amor por ti mismo.
Ser impecable significa no usar las palabras en contra nuestra, como cuando nos juzgamos,
lastimamos y culpamos. No dañar nuestra persona, darnos ánimos con palabras correctas.
SEGUNDO ACUERDO – NO TE TOMES NADA PERSONALMENTE
No te tomes nada personalmente porque, si lo haces, te expones a sufrir por nada. Los seres
humanos somos adictos al sufrimiento en diferentes niveles y distintos grados; nos apoyamos
los unos a los otros para mantener esta adicción. Hemos acordado ayudarnos mutuamente a
sufrir.
Así como he recibido ese tipo de comentarios, he escuchado palabras que reafirman mi decisión
y que igual fortalecen mi motivación, porque sí, las personas te motivan, pero la motivación
para mí empieza en uno mismo, esa confianza de decirte palabras reconfortantes es lo mejor
que podemos hacer por nosotros.
¿Qué verdades te has tomado de los demás? ¿Por qué decidiste creerlas?
No esperes que los demás te digan la verdad, porque ellos también se mienten a sí mismos.
En esta vida habrá personas que te hablarán con la verdad y quienes te dirán mentira. Tengo la
decisión en quien creer para saber si lo que me dice es verdad o mentira, ya que también esa
persona podría engañarse a si mismo.
TERCER ACUERDO – NO HAGAS SUPOSICIONES
Tendemos a hacer suposiciones sobre todo. El problema es que, al hacerlo, creemos que lo que
suponemos es cierto. Juraríamos que es real. Hacemos suposiciones sobre lo que los demás
hacen o piensan -nos lo tomamos personalmente-, y después, los culpamos y reaccionamos
enviando veneno emocional con nuestras palabras. Este es el motivo por el cual siempre que
hacemos suposiciones, nos buscamos problemas. Hacemos una suposición, comprendemos las
cosas mal, nos lo tomamos personalmente y acabamos haciendo un gran drama de nada.
En tu vida diaria ¿Qué tan proclive eres a suponer o a dar por entendido algo?
Como tenemos miedo de pedir una aclaración, hacemos suposiciones y creemos que son
ciertas; después, las defendemos e intentamos que sea otro el que no tenga razón.
Mi error en ocasiones ha sido el suponer y no llegar a la verdad para una aclaración de lo que
tenía en mente.
¿Consideras que eres una persona que rectifica la información o las dudas que te surgen? ¿Es
común que te quedes con la duda? ¿Pides explicaciones?
Como no entendemos algo, hacemos una suposición sobre su significado, y cuando la verdad
aparece, la burbuja de nuestro sueño estalla y descubrimos que no era en absoluto lo que
nosotros creíamos.
En ocasiones las dudas que tengo lo consulto con otra persona, no la misma, pero, aunque lo
haya platicado, mi duda existirá, solo cuando en verdad la información que escucho se queda en
mi mente y no estoy tranquilo.
En tus relaciones de diversa índole (de pareja, como hijo/a, como padre/madre, como
compañero/a de trabajo, como maestro/a) ¿tiendes a suponer o a esperar que el otro/a
“sepa” que esperas o quieres? ¿Crees que sabes lo que el otro/a quiere, desea, espera o
necesita? ¿Has preguntado sobre las necesidades, deseos, expectativas del otro/a?
En cualquier tipo de relación, podemos suponer que los demás saben lo que pensamos y que no
es necesario que digamos lo que queremos. Harán lo que queremos porque nos conocen
muy bien. Si no lo hacen, si no hacen lo que creemos que deberían hacer, nos sentimos heridos
y pensamos: Cómo ha podido hacer eso, Debería haberlo sabido,'.
No soy adivino, por lo que los demás tampoco lo son, entonces no espero que los demás hagan
algo por mi de lo que quisiera, porque ellos no saben lo que quiero, por ende, no me siento mal
si esa persona (ya sea pareja, amigos, familiares) no lo hizo.
Si quiero algo de los demás, lo digo, aquí aplica el refrán “el que no llora, no mama”, si no
pedimos algo, no lo conseguiremos.
CUARTO ACUERDO – HAZ SIEMPRE LO MÁXIMO QUE PUEDAS
Si haces lo máximo que puedas, vivirás con gran intensidad. Serás productivo, y serás bueno
contigo mismo porque te entregarás a tu familia, a tu comunidad, a todo. Pero la acción
es lo que te hará sentir inmensamente feliz. Siempre que haces lo máximo que puedes, actúas.
Hacer lo máximo que puedas significa actuar porque amas hacerlo, no porque esperas una
recompensa.
Un momento que me llena de orgullo como docente, es el ver que una de mis alumnas haya
quedado entre los mejores 20 alumnos del estado de Quintana Roo en la prueba OCI
(olimpiadas del conocimiento infantil), ver su sonrisa de haber ido a Cancún y estar con los 100
mejores y sobre todo alcanzar la posición ya mencionada fue de lo mejor.