La Resolución de Conflictos Territoriales. El Caso Del Proceso de Conciliación Belice-Guatemala (2000-2020)
La Resolución de Conflictos Territoriales. El Caso Del Proceso de Conciliación Belice-Guatemala (2000-2020)
La Resolución de Conflictos Territoriales. El Caso Del Proceso de Conciliación Belice-Guatemala (2000-2020)
ISSN: 0377-7316
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Universidad de Costa Rica
Costa Rica
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Introducción
Belice fue colonia británica hasta 1981, aunque sus esfuerzos por lograr
la independencia desde los años 60 se vieron obstaculizados por el reclamo
“La Clarinada”
tratados del fin del siglo 18 (del río Hondo al río Sibun), y el área del
río Sibun al río Sarstún, “territorio que fue ocupado paulatinamente ya
en el periodo post-independiente de Centro América y Guatemala”. Así,
en el área correspondiente al río Sibun hasta el río Sarstoon, Guatemala
reclamaba derechos de soberanía, y el derecho de anexarse las islas
adyacentes.
Stein insistió en que la controversia tiene un carácter “eminentemente
jurídico”, y que “a nada conducirá negociar sobre bases exclusivamente
políticas; negociaciones sobre las cuales Guatemala tiene una dolorosa
experiencia”. Por lo tanto, “el Gobierno de Guatemala propone
formalmente al Gobierno de Belice que este asunto sea sometido, ya sea a
un arbitraje internacional o a la Corte Internacional de Justicia”.
La gran importancia que tiene este documento (que posteriormente
los oficiales guatemaltecos han llamado “la clarinada”) deviene del hecho
que todos los subsecuentes gobiernos guatemaltecos han adoptado como
suyo esta posición; es decir, que “la clarinada” se convirtió en la política
de estado guatemalteco en lo referente al asunto con Belice.
El gobierno de Belice no estaba preparado para someter el diferendo
a una instancia jurídica internacional, y la respuesta del Primer Ministro
Musa a “la clarinada” fue dada días antes de que el gobierno saliente
demitiera el poder. En ella se cuestiona la versión guatemalteca de la
historia y su interpretación de varios instrumentos, y se propone una
reunión de jefes de gobierno/Estado.
Las elecciones presidenciales guatemaltecas del 26 de diciembre de
1999 resultaron en la victoria de Alfonso Portillo. 2 Así, el 14 de enero
del 2000, el primer Ministro Beliceño Said Musa, respondiendo a la
invitación hecha por Portillo, asistió en Guatemala a la toma de posesión
de su homólogo. El nuevo presidente guatemalteco se comprometió en
buscar un acuerdo rápido y definitivo al diferendo territorial con Belice,
conforme a la ley internacional. No obstante, en los días siguientes
los incidentes fronterizos se intensificaron. Invasiones de guatemaltecos
cerca de la frontera fueron detectadas por las FDB quienes los desalojaron.
A menudo, estos pobladores eran desalojados de un área durante un año,
y luego regresaban el próximo, conformando un patrón de asentamientos
y desalojos. 3
Las autoridades locales guatemaltecas del Petén animaban a los
pobladores, asegurándoles que estaban en territorio guatemalteco. En
1997, una comunidad de un centenar de guatemaltecos construyó una
iglesia, y a principios del 2000 una escuela, con maestros del sistema
educativa guatemalteca.
El 24 de enero del 2000 ocurrió un incidente insólito en la historia de
Belice. Una patrulla rutina de tres miembros de las FDB y un policía, en un
sendero cerca de la frontera que regularmente patrullaban, fue secuestrada
por elementos de las Fuerzas Armadas Guatemaltecas (FAG) y llevada
forzosamente a territorio guatemalteco, donde pretendieron someterlos
a juicio por entrada ilegal con armas y municiones. Guatemala rechazó la
nota de protesta de Belice, pero después de presiones internacionales los
cuatro beliceños fueron liberados bajo fianza y luego sacados del país por
La inclusión de Honduras
era una especie de “suicidio político” llegar a un acuerdo sin territorio, por
nominal que fuera. Entonces tras varios meses, los Conciliadores fueron
buscando fórmulas para cumplir con el requerimiento de Guatemala.
Una idea fue utilizar el hecho de que el Tratado de 1859, el cual fijaba
una parte de la frontera, dice “y desde los Raudales de Garbutt, Norte
derecho, hasta donde toca con la frontera mexicana”. La línea trazada en la
actualidad entre estos dos puntos no era exactamente “norte derecho”, y si
se enderezaba para hacerla corresponde estrictamente con las palabras del
tratado, entonces Guatemala podría obtener unos 3.3 millas cuadradas.
No obstante, Guatemala dijo que esto no era suficiente, y los
Conciliadores sugirieron un intercambio de tierras: que la frontera se
trace como una “culebra”, dando a Guatemala tierra al este de la Línea
donde estaban los pobladores guatemaltecos. Al mismo tiempo, el país
cedería a Belice una porción de territorio de igual tamaño al oeste de la
Línea. Se pasó mucho tiempo discutiendo sobre esta idea, sin saber de
cuantos asentamientos se hablaba y la extensión del territorio negociable.
El asentamiento de Santa Rosa era el único reconocido por Belice dentro
de la extensión de la zona de disputa, mientas que Guatemala insistía en
que eran varios. De manera que Belice solicitó una misión especial de la
OEA para definir la situación.
La misión de la OEA se realizó del 18 a 21 de junio de 2002 por cuatro
oficiales de la OEA cuyo informe concluyó que Santa Rosa era la única
aldea en la Zona y que estaba compuesto por 134 guatemaltecos. Con
tan poca gente y terreno, era más fácil abandonar la idea de un canje de
terrenos, lo cual estaba causando tanta controversia.
Los Conciliadores siguieron consultando, discutiendo, ponderan,
advirtiendo y tratando de convencer a sus respectivas Partes. Las Partes
no se enfrentaban directamente, más bien, a partir de una diplomacia
itinerante de sus Conciliadores, finalmente el PC logró un documento
que satisfacía a ambas partes.
El Petén
las posiciones de los dos partidos dominantes: el PUP (Partido Unido del
Pueblo), ganador de todas las elecciones desde el sufragio universal (1954)
hasta lograr la independencia en 1981, y el UDP (Partido Democrático
Unido antes NIP), que se resistía a la independencia, alegando que el PUP
estaba “vendiendo” el país a Guatemala. Fue durante la administración
del PUP (en el período 1998-2008), que se avanzó en el Proceso de
Conciliación y se hicieron todos los esfuerzos, apoyados por el UDP de la
oposición, para promover el sometimiento del caso a la CIJ.
Con el cambio de administración y el UDP en el poder las cosas
dieron un giro inesperado. Desde que el Acuerdo Especial que se firmó
en 2008, hubo voces en Belice que se pronunciaron en contra de ir
a la CIJ. Argumentaban que Belice ya tenía la posesión del territorio
de forma fáctica y, por lo tanto, no había razones para arriesgar esta
situación acudiendo a la corte. Paulatinamente, el número de adeptos a
esta posición se fue incrementando. Así, desde 2013, el gobierno había
creado una “Unidad del Referéndum,” liderado primero por Stuart Leslie,
asesor del líder de la Oposición John Briceño, y luego del Embajador
Alexis Rosado, acreditado en Guatemala. Esta unidad trabajó a nivel
nacional, visitando escuelas y sosteniendo reuniones en ciudades, pueblos
y aldeas, distribuyendo múltiples publicaciones, explicando los hechos
alrededor de la CIJ y como Belice trataría el caso. No obstante, ni esta
unidad ni el propio gobierno, ni el UDP, ni el PUP estaban promoviendo
la campaña por el Sí.
Cuando se anunció que el referéndum se llevaría a llevar a cabo en
abril de 2019, el grupo de personas en contra se intensificó y esta posición
comenzó a ganar más espacios en los medios de comunicación principales
del país: radio y televisión. A pocos meses de la fecha, a finales de 2018,
se pronosticaba que el No ganaría el referéndum ampliamente, al menos
por 70 a 80 por ciento.
Aparte del hecho de que varios grupos abogaban por el NO y la Unidad
de Referéndum carecía de la autoridad para abogar por el Sí, dos hechos
habían contribuido a que la opción del Sí pareciera casi imposible de
lograrse.
Primero, el canciller Wilfred Elrington, quien abierta y reiteradamente
promulgaba la idea de que Belice debería someter el caso a la CIJ, se había
vuelto progresivamente más impopular y había afectado la opción Sí casi
sin remedio. Con el paso de los años se había mostrado inflexible a los
abusos y maniobras de la Cancillería y fuerzas armadas de Guatemala,
lo que contribuyó a su descrédito. Desde el año 2007, y especialmente a
partir del 2015, Guatemala comenzó a insistir que el río Sarstoon, en su
totalidad, pertenecía a su territorio, no obstante que el tratado de límites
indicaba que la frontera entre los dos países comenzaba en la boca del
Río Sarstún, en el sur, siguiendo su cauce hasta los Raudales de “Gracias
a Dios”.
En realidad, Guatemala siempre había respetado esa frontera, hasta
que en años recientes de manera arbitraria comenzó a reclamar el rio
completo y trató de impedir, con la presencia constante de efectivos de
las fuerzas armadas, el paso por el rio no solo a los ciudadanos de Belice
sino incluso a sus fuerzas armadas, las cuales siempre habían transitado el
río para dar servicio a su unidad destacada río arriba. El caso es que las
medidas de confianza acordadas desde el 2000 no abarcaban la frontera
sur, solo la del oeste. Belice llevó a cabo interminables negociaciones,
incluso con el apoyo de la OEA y de los Estados Unidos, para lograr
que Guatemala pactara medidas de confianza sobre el rio Sarstoon,
pero no fueron sido exitosas. Esta situación está asociada directamente
con el comportamiento del canciller beliceño y su absoluta falta de
conocimiento y astucia en la realización de negociaciones, lo cual resultó
con en que Guatemala no aceptara nuevas medidas de confianza; siguió
causando incidentes, poniendo en peligro incluso la vida de civiles. El
pueblo beliceño, por su parte, perdió toda confianza en el canciller y, por
ende, en el gobierno, se percibía como incapaz en la misión de proteger a
Belice de los abusos de las fuerzas armadas guatemaltecas. Por lo tanto, la
posición a favor del No fue ganando gran popularidad.
Un segundo elemento a considerar es que el mismo partido que había
diseñado la campaña para lograr que Guatemala aceptara presentar su
reclamo a la CIJ, o sea el PUP, ahora se inclinaba a la posición por el No
para acudir a la CIJ. Después de tres mandatos del UDP en el cargo, sin
precedentes desde la independencia, el PUP tenía amplias perspectivas de
ganar cualquier elección, y algunos dentro del partido decidieron actuar
de forma oportunista, sumándose a quienes proponían el No.
Los que llevaron la campaña del No, que incluía pequeños partidos
políticos, medios de prensa, distinguidos académicos y personas conocidas
de la comunidad, y por supuesto el PUP, fueron descuidados en
apegarse a la verdad, y asumían expresiones sensacionalistas para alarmar
a la población e intentar convencerlos de que, si el caso fuera a la
CIJ, sin dudas Belice iba a perder mucho territorio. Proclamaban que
Guatemala había sobornado a varios de los jueces de la corte, y que
no había ninguna posibilidad de Belice para ganar el juicio. Tomaban
el caso de la corte, que de hecho favorecía a Belice, y le otorgaban
una interpretación completamente inversa, supuestamente apoyados por
personas que conocían la verdad. Decían que después de la independencia,
el gobierno de Belice firmó varios acuerdos con Guatemala que tiraron
el tratado de límites a la basura, y que el Acuerdo Especial había dado
el poder a la Corte para trazar una frontera distinta a la que existía.
Afirmaron que la Opinión de los juristas del 2002, aunque confiable en
aquel entonces, ya no tenía valor porque las leyes habían cambiado y el
gobierno había hecho tratos que perjudicaban la posición legal de Belice.
Por último, señalaban el comportamiento y las declaraciones del canciller
para inflamar más a la población y convencerlos de votar No.
Para confrontar esta situación y darle la vuelta a la tortilla, dos hechos
fueron claves: la formación y trabajo de una ONG y la decisión del
gobierno de hacer campana abiertamente a favor del Sí.
La ONG “Ciudadanos para la Defensa de la Soberanía” (CDS) se
formó legalmente el 4 de enero del 2019 con el propósito de lograr el Sí
en el referéndum de abril. Tuvo apenas tres meses para lograr un cambio
en la opinión pública.
para fijar los límites marítimos y la esencia de las opiniones legales sobre
el tema.
CDS contrató a dos jóvenes diseñadores cubanos galardonados para
crear decenas de videos de alta calidad (en concepción, contenido
y técnica) totalmente inusuales para Belice. Varias de ellas fueron
entrevistas puntuales con personas de gran prestigio de diferentes culturas
y áreas de Belice. Otros desarrollaron temas sobre el referéndum con la
ayuda de un grupo de danza moderna. Produjeron en video canciones
compuestas para el evento, con caras sonrientes que decían Sí por Belice.
Un dibujante experto y un artista de diseño gráfico se unieron al equipo y
proporcionaron imágenes que eran a la vez atractivas e instructivas. Una
estrategia fundamental fue compartir la cobertura de las apariciones en
varios lugares en los medios y en las plataformas de las redes sociales de
CDS para impulsar la atención a CDS y sus actividades. El elemento de
redes sociales de la campaña CDS fue fundamental para la difusión de
información y la persuasión. La campaña de redes sociales de CDS se
lanzó el 15 de enero de 2019 con el inicio de su página de Facebook,
seguida poco después con las páginas de “Ciudadanos por la defensa de
la soberanía” en Instagram y YouTube. Para proyectar información y
contenido a la mayor cantidad posible de usuarios de redes sociales de
Belice, la estrategia más importante utilizada en Facebook y, en menor
medida, en Instagram, fue la publicidad pagada.
CDS también colocó anuncios pagados, especialmente videos creados
por el dúo cubano, en estaciones de televisión. CDS a menudo se
asoció con la Unidad de Referéndum (que continuó su ininterrumpido
programa de visitas a las comunidades), manteniendo el principio de
presentar “Solo los hechos”. Por supuesto, los hechos, expresados de
manera clara y sin rodeos, convencerían a la mayoría de la gente de ver el
lado positivo de presentar el caso a la CIJ.
Mientras tanto, cuando faltaba pocas semanas para el día del
referéndum, el gabinete del gobierno revisó su política y declaró que el
gobierno apoyaba la opción de ir a la Corte, e instaba a todos votar el Sí. El
partido UDP hizo lo mismo, y toda la maquinaria del partido se puso en
plan de logar el Sí en el referéndum. A partir de esa fecha, también el CDS
coordinaba reuniones con algunos líderes del partido para dar charlas a
sus seguidores.
Desde principios de 2019, y a medida que se acercaba la fecha de abril
para el referéndum, se dedicó una gran cantidad de tiempo de los medios
de comunicación y conversaciones por todo el país al debate sobre la
CIJ. Las expectativas eran altas entre ambos bandos, aunque las encuestas
informales mostraban que la brecha se había estado cerrando rápidamente
y que a fines de marzo el Sí parecía tener más posibilidades de ganar. El
3 de abril, una semana antes del día de la consulta popular, el presidente
del Tribunal Supremo otorgó una acusación (solicitada por el PUP) de
suspender el referéndum por motivos técnicos, y el 8 de abril, dos días
antes del día del referéndum, el presidente del tribunal de apelación
confirmó el fallo. Esto obligó al gobierno a tomar una medida decisiva para
dar la oportunidad al pueblo de expresarse sobre el asunto.
Bibliografía
Notas
Notas de autor