TEMA 16 REINADO ALFONSO XIII. Resumen EBAU 23
TEMA 16 REINADO ALFONSO XIII. Resumen EBAU 23
TEMA 16 REINADO ALFONSO XIII. Resumen EBAU 23
INTENTOS DE
MODERNIZACIÓN: EL REGENERACIONISMO Y CRISIS SOCIO-ECONÓMICAS (1902-1923).
INTRODUCCIÓN
En 1902 Alfonso XIII es proclamado mayor de edad poniendo fin a la regencia de su madre Mº Cristina de
Habsburgo. El tema que nos ocupa, la etapa parlamentaria, se caracterizará por la permanente inestabilidad
por la pervivencia de los problemas heredados de la Restauración que los partidos del turno no supieron
afrontar: atraso económico, las tremendas diferencias sociales y entre las distintas regiones del país, la
incultura de la mayor parte de la población, los nacionalismo periféricos, la creciente presión del movimiento
obrero, la crisis marroquí etc.
Conocemos como Regeneracionismo al movimiento intelectual y social que reflexiona sobre la decadencia
española y crítico con el sistema y sus prácticas políticas. Nacido del desastre del 98, permanecerá vigente
durante las primeras décadas del siglo XX. En su vertiente política crítica el caciquismo y defiende la
necesidad de reformas educativas y económicas con intelectuales como Joaquín Costa, Ángel Ganivet, Ortega
y Gasset, Miguel de Unamuno o Antonio Machado. Pero también hablaban de regenerar a España algunos
políticos conscientes de nuestro atraso respecto a Europa Occidental. Entre ellos cabe destacar a dos
presidentes del Gobierno: Antonio Maura (Partido Conservador) y José Canalejas (Partido Liberal). También
el propio rey, Alfonso XIII, desde los amplios poderes que le otorgaba la Constitución. Incluso el general
Primo de Rivera pretendió llevar a cabo un programa de reformas que entroncaba, inicialmente, con los
ideales regeneracionistas.
1.1. ETAPA PARLAMENTARIA 1902-1923, hay que señalar que hasta 1917 se mantuvo el bipartidismo
aunque lentamente fue creciendo el número de diputados republicanos, socialistas y catalanistas, opositores
al sistema.
Los dos partidos se resintieron de la desaparición de sus líderes históricos (Cánovas y Sagasta). Tras Silvela, el
líder del Partido Conservador fue Antonio Maura, también regeneracionista. Con su “revolución desde
arriba”, en su “gobierno largo” (1907-1909) intentó democratizar el sistema y acabar con el caciquismo con la
Ley de Reforma Electoral, descentralizar el poder con el proyecto de Reforma de la Administración para dar
más poder a los ayuntamientos y diputaciones, y fomentar la economía con la Ley de Protección de la
Industria Nacional . Además, llevó a cabo una política exterior expansionista y nacionalista en Marruecos que
olvidara la derrota del 98 y contentara a los militares y al Rey. Atendió a las demandas sociales a través de la
creación del Instituto Nacional de Previsión (antecedente de la Seguridad Social) y de la regulación del
descanso dominical y la jornada laboral de mujeres y niños. Con la ley electoral de 1907 declaró el sufragio
obligatorio, para evitar la abstención. Ni siquiera dentro de su propio partido pudo encontrar apoyo a su
programa reformista. La Semana Trágica y el “Maura no”(1909) provocaron su declive.
El Partido Liberal también se renovó tras la muerte de Sagasta (1903). Canalejas llevó a cabo entre
1910 y 1912 un programa de reformas regeneracionistas con medidas como La ley del Candado que prohibía
el establecimiento de nuevas órdenes religiosas sin autorización del gobierno, el fomento de la educación y la
instauración del servicio militar obligatorio, suprimiendo la figura del “soldado de cuota” y las redenciones.
Además, estableció algunas mejoras laborales la reducción jornada laboral, prohibición del trabajo nocturno
de las mujeres y la regulación del derecho a huelga. Sustituyó el impuesto de consumos por un impuesto
progresivo sobre la renta.. En 1912 se aprobó la creación de la Mancomunidad de Cataluña para contentar al
nacionalismo catalán.
El asesinato del presidente, en un nuevo atentado anarquista frustró esta nueva tentativa de regeneración
nacional.
Fue uno de los más preocupantes de las primeras décadas del siglo XX. Incorporado tras la Conferencia de
Algeciras de 1906, a partir de 1909 empiezan los incidentes con los independentistas marroquíes, liderados
por Abd. el Krim. El momento cumbre de la guerra fue la derrota del ejército español en el conocido como
Desastre de Annual (1921), en el que murieron 14000 soldados españoles. Tuvo enormes repercusiones
políticas: aumentó la impopularidad de la empresa marroquí y desprestigió aún más al Ejército e incluso al
Rey, por ser uno de los más firmes partidarios de la expansión militar en Marruecos.
Durante la Primera Guerra Mundial, España con Dato consiguió mantenerse neutral. Los grandes negocios
derivados de la exportación enriquecieron a muchos empresarios españoles, mientras que la inflación
producida fue muy perjudicial para la clase obrera. Ello generó un gran malestar social que trajo consigo una
radicalización sindical y política.
En plena guerra mundial, puso de relieve los problemas que venía arrastrando España:
- El movimiento obrero: la carestía e inflación provocadas por la Gran Guerra provocaron el aumento
de las protestas sociales y una huelga general revolucionaria convocada por CNT y UGT que afectó
especialmente a Cataluña, Asturias y el País Vaco. Fue duramente reprimida por el ejército que se
mostraba una vez más como el sostén del orden y de la monarquía.
CONCLUSIÓN
La crisis de 1917 expuso el descontento generalizado de la sociedad española ante la incapacidad del
sistema de la Restauración y de la monarquía de Alfonso XIII para adaptarse al siglo XX y hacer frente a los
problemas a los que hemos hecho referencia en el tema. La creación de gobiernos de concentración fue
también insuficiente. En los años siguientes (1918-1923) el malestar generalizado y la violencia
protagonizada por campesinos y obreros fueron en aumento y se respondió con más represión y pistolerismo
por parte de la patronal. El ambiente de extrema tensión se deterioró aún más al llegar desde Marruecos la
noticia de la humillante derrota sufrida en Annual, 1921. Todo esto dio argumentos al general Miguel Primo
de Rivera para dar un golpe de Estado en septiembre de 1923 con el beneplácito del rey Alfonso XIII.