Satelites Artificiales

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SATELITES ARTIFICIALES

Te explicamos qué son los satélites artificiales y los tipos de satélites que
existen. Además, cuáles son sus características generales y funciones.

Los satélites artificiales son naves enviadas al espacio para obtener información.

¿Qué son los satélites artificiales?


Los satélites artificiales son objetos que fabrica el ser humano y lanza al
espacio exterior con el objetivo de que orbiten un cuerpo celeste (un planeta)
o un satélite natural (por ejemplo, la luna). Se diferencian de los satélites
naturales, que son los cuerpos celestes que orbitan alrededor de un planeta.

La finalidad de estos satélites es que obtengan cierta información de utilidad


sobre el cuerpo celeste o satélite natural que observan. Los satélites que
orbitan el planeta Tierra se utilizan para mejorar las telecomunicaciones,
ya que emiten señales y permiten el funcionamiento de teléfonos, internet y
la televisión digital. También son usados para generar informes del clima y
obtener información de la superficie terrestre.

Los satélites son lanzados al espacio y deben atravesar la atmósfera


terrestre y lograr orbitar alrededor de un cuerpo celeste, que suele ser la
Tierra. Una vez allí, deben seguir una ruta determinada en función del objetivo
que tengan. Los satélites cuentan con una recarga de energía que les permite
extender su vida útil. Sin embargo, luego del agotamiento de la energía, el
satélite queda descartado en el espacio exterior como basura espacial.
El primer satélite artificial y la carrera espacial

El primer satélite fue fabricado por la Unión Soviética.


El primer satélite espacial fue enviado en octubre de 1957 por la Unión
Soviética y se llamó Sputnik I. Su objetivo era recopilar información acerca de
las capas más altas de la atmósfera.

Esto se dio en el marco de la carrera espacial iniciada a mediados de la década


del 50, entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que tenía como objetivo la
exploración espacial con el desarrollo de satélites y el envío de seres
humanos hacia el espacio. Estados Unidos consiguió enviar su primer satélite
artificial, denominado Explorer I, en 1958 y tuvo como uno de sus mayores
éxitos el descubrimiento de los cinturones de Van Allen.

Posteriormente otros países lograron colocar satélites artificiales en la órbita de


la Tierra. Se cree que en la actualidad existen casi 5000 satélites orbitando la
Tierra y más de la mitad ya se encuentran inactivos y constituyen la llamada
chatarra espacial.

Debido al desarrollo científico y al respaldo financiero necesario, pocos países


del mundo enviaron satélites al espacio. Los que lideran la lista de envíos son:
Rusia, Estados Unidos, Francia, Japón y China.
Características de los satélites artificiales

Los satélites no tienen luces intermitentes ni hacen ruido.


Las principales características de los satélites artificiales son:

 Son creados por el ser humano. Los satélites son lanzados con un
fin determinado que varía según cada caso.
 Suelen orbitar al planeta Tierra. La mayoría de los satélites que se
construyen se utilizan para obtener información acerca del planeta
Tierra o cumplir ciertos fines que contribuyen al desarrollo humano y
social.
 Pueden ser esféricos, cilíndricos o cónicos. En su interior cuentan
con materiales de alta delicadeza y sensibilidad.
 Pueden ser observados desde la Tierra. Los horarios más
adecuados son dos horas antes del amanecer y dos horas después
de la puesta del sol.
 Pueden ser científicos o aplicados. Los satélites científicos tienen
como función el estudio del espacio, de la radiación o de los
planetas, y los satélites aplicados tienen una función concreta en la
Tierra, como la observación meteorológica, el espionaje militar o las
telecomunicaciones.
 Están formados por ciertas partes fundamentales. Los satélites
están formados por: paneles solares, que absorben la energía solar y
la convierten en energía eléctrica (en algunos casos pueden estar
formados por baterías); antenas, que son las encargadas de
transmitir y recibir información; un centro de control, que procesa la
información almacenada, y una cámara o mecanismo que recopila
información.
 Deben tener una ruta o trayectoria a seguir. Cuando un satélite
tiene una trayectoria alrededor de un planeta, se denomina órbita. Si
esta órbita es elíptica, tendrá un punto más lejano al que se
denomina “apogeo” y un punto más cercano que se llama “perigeo”.
 Pueden estar activos o inactivos. Los satélites tienen una vida útil
determinada, por lo que al cabo de un tiempo, o debido a ciertos
factores, entran en desuso. En algunos casos se mantienen en la
órbita terrestre como basura espacial, pero en otros pueden volver a
ingresar en la atmósfera, donde se desintegran y regresan a la
Tierra.
 Son lanzados en un cohete. Para poder colocar un satélite que
orbite la Tierra es preciso un mecanismo impulsor poderoso, ya que
el satélite deberá alcanzar una velocidad de 8 km por segundo. Para
esto es necesaria la construcción de un cohete que tenga en su
interior al satélite, al que dejará caer una vez que se alcance la
ubicación deseada.

Tipos de satélites

Los satélites de energía solar redireccionan su energía hacia los hogares.


Los satélites se pueden clasificar de acuerdo a dos criterios principales:

Según su finalidad:

 Satélites de comunicación. Son satélites que ayudan a transmitir


las señales necesarias para las telecomunicaciones. Suelen emitir
señales de televisión y radio desde un punto hacia otro. El primer
satélite de este tipo fue el Telstar 1.
 Satélites meteorológicos. Son satélites empleados para evaluar,
medir y predecir condiciones climáticas de la Tierra. El primer satélite
de este tipo fue el Tiros-1, lanzado en 1960.
 Satélites de navegación. Son satélites que se usan para conocer la
posición precisa y exacta de algo o de alguien en la Tierra. Son, por
ejemplo, los utilizados por el sistema GPS, Galileo y GLONASS.
 Satélites de reconocimiento. Son más conocidos como satélites
espías y se utilizan en el ámbito militar o en servicios de inteligencia.
 Satélites astronómicos. Son satélites que se fabrican para
observar galaxias, planetas, asteroides u otros objetos astronómicos.
 Satélites de energía solar. Son satélites que sirven como fuente de
alimentación. Reciben energía del sol y la redireccionan hasta las
antenas de los hogares en la Tierra.

Según el tipo de orbita:

 Órbita baja terrestre. Son satélites que se ubican a corta distancia


de la superficie terrestre, entre 700 y 1400 km, y su período orbital es
de entre 80 y 150 minutos.
 Órbita media terrestre u órbita circular intermedia. Son satélites
que se ubican entre los 9.000 y los 20.000 km y su período orbital
puede ser entre 10 y 14 horas.
 Órbita geoestacionaria. Son satélites que se encuentran a 35.786
km de distancia sobre el ecuador. Estos satélites permanecen
siempre sobre el mismo lugar de la Tierra, es decir, no giran.

Basura espacial

Un satélite puede desintegrarse e ingresar a la atmósfera.


Luego de su vida útil o de la recolección de datos necesarios, un satélite
artificial puede quedar orbitando un cuerpo celeste sin ninguna utilidad.
Por tanto, se dice que se convierte en basura espacial.

La basura espacial suele ser un riesgo para las naves espaciales que son
lanzadas desde la Tierra al espacio, porque estos restos de satélites sueltos
pueden dañarlas o destruirlas.

En caso de que el satélite esté a poca altura, se puede desintegrar e ingresar a


la atmósfera de la Tierra en porciones.

Importancia de los satélites artificiales


Los satélites artificiales que logran posicionarse en la órbita terrestre
son fundamentales para el desarrollo de la especie humana y de la vida
en sociedad. Se usan tanto en el ámbito de la investigación y el desarrollo
científico, como en las telecomunicaciones y en la meteorología.

Por un lado, los satélites se utilizan para la investigación científica ya que


muchos de ellos son enviados al espacio con el objetivo de explorar otros
planetas o cuerpos y detectar meteoritos. Además, permiten observar la
vida en la Tierra y estudiar fenómenos como la deforestación, los diferentes
tipos de relieves, el nivel de los mares, la contaminación y explorar regiones
inhóspitas o de difícil acceso para el ser humano.

Los satélites son fundamentales para obtener información útil, como los datos
del clima en algún punto específico del planeta o la necesaria para la
elaboración de mapas. También son los encargados del desarrollo de la
tecnología de tipo GPS que permite conocer la posición casi exacta de
cualquier objeto sobre la superficie terrestre.

Los satélites artificiales son de gran importancia en el ámbito de las


telecomunicaciones porque transmiten mensajes e información desde un
punto del planeta hacia otro. Los satélites de comunicación envían y reciben
señales que permiten el desarrollo de tecnologías y medios
de comunicación como la televisión, la radio, el teléfono celular e internet.

Los satélites naturales


A diferencia de los satélites artificiales, que son creados por el ser humano, los
satélites naturales son aquellos que existen de forma natural en el espacio.

Los satélites naturales son cuerpos celestes (objetos ubicados en el espacio)


que orbitan alrededor de un planeta (aunque también se suele llamar satélite a
los cuerpos que orbitan alrededor de otros cuerpos celestes). El caso más
reconocido de un satélite natural es la Luna, que es el único satélite natural
que orbita alrededor del planeta Tierra. En muchos casos se suele usar el
término luna como sinónimo de satélite natural.

Otros satélites naturales son: los cuatro principales satélites de Júpiter: Ío,
Europa, Ganímedes y Calisto; el satélite más grande de Saturno: Titán; los dos
satélites de Marte: Deimos y Fobos; y los satélites principales de Urano:
Titania, Miranda, Ariel, Umbriel y Oberón.

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