Pag 32 A 36

Descargar como pdf
Descargar como pdf
Está en la página 1de 5
que la fabricacion en grande escala del azicar ha hecho indispensable; tomando como valor medio de cada maquinaria... en cada ingenio, un capital de $40,000; considerando invertido en cada uno de elios otro capital de $10,000 en Jos medios de transporte y acarreo; computando en $5,500 diarios los salarios de todos los obreros, en sus varias categorias; calculando en $25,000 anuales la renta de la propiedad territorial de esos centros de produccién; en $30,000 el interés del capital aplicado a la maquinaria; en $2,400,000 Ja produccién anual de azacares; en $183,750 los derechos fiscales de exportacion, Ja Repitblica debja al fomento de ingenios de azicar: 1o, El aumento de su capital social, en $21,088,750. 2o. La valoracién econdémica de terrenos que sélo tenian un valor natural y la regulacién de la propiedad territorial, que era completamente indefinida. 30, EE mejoramiento directo de sus medios de trabajo y el mejorainiento accesorio de! trabajador. 4o. La adquisicion de los procedimientos modernos de produccién, $0. El sibito cambio de la pequefia a la grande industria. 60. El subsidiario del comercio casi exclusivamente nacional al casi exclusivamente internacional. ..Como secuela necesaria del rapido aumento de produccién y de consumo aumenté el comercio de exportacién y prosper6 artificialmente e) de especulacién. De Jo primero ha sido resultado favorable e} progresivo crecimiento de las rents de] Estado, que casi han triplicado; y de lo segundo es sintoma desfavorable el malsano desarrollo del lujo pueril y jactancioso” (60). Después de observar asi los efectos inmediatos del auge de la industria azucarera, Hostos dirige su atencién a lo que podrian ilamarse efectos estructurales. Sefiala el decaimiento de la ganaderia en el este y de la produccion tradicionat del azicar en el sur: “Los hatos se han casi extinguido en demasiado avarientas exportaciones en masa; 60 Esta y las siguientes citas de: Hostos, E. M. de, Fatsa Alarma, Crisis Agricola, en: Et Eco de la Ovinién, Santo Domingo, nov, de 1884, incluido en: £, Rodriguez Demorizi, Santo Domingo, Vol I, Imp. J.R._ Garcta Sucs, Ciudad Truj Reptiblica Dominicana, 1939, 159-176. 32. Jos trapiches que hormigueaban en los campos del Sud, han ido desapaseciendo répidamente y el trabajador de todas estas comarcas ha ido abandonando su produccién en cofta escala por convertirse en agente de la produccién de grande escala. Ese es un mal.” Antes “se vivia pobremente, pero de propio fondo: el pais vivia casi en absoluto de Jo que producia el pais. Poco trabajo le bastaba para el cultivo de Jos frutos menores y la crianza de sus ganados, y los mercados nacionales ofrecian copiosa filente de consumos a la demanda piblica. Contente de su pobreza, el pais consumia lo que producta y nada més. Pero vinieron los ingenios, vino con ellos la oferta de trabajo y demanda de braceros, se hizo bracero el antiguo cultivador de breves predios, se abandoné el comuco, se descuidé la crianza de aves de corral, las pequefias industrias agricolas, a economia rural, cuanto por wadicién o por instinto hab{@ servido para alimentar el consumo gencyal, tanto hizo plaza al afan de ganar en pocos dias el salario- que sdlo en semanas..., y atin meses de trabajo se ganaba antes, y por paradégico que parezca, el pais era mas pobre cuando mas rico se hacia el Estado. Tades hemos palpado aqui las consecuentcia diarias de esa anomalia: todos hemos estado: muriéndonos de hambre... de aquellos frutos espontaneos de las tierras tropicales, que a cada pase se han ido haciendo mis raros y por lo mismo mas ostosos, y de aquellos articulos de primera necesidad que “se han ido haciendo menos: accesibles a medida que Parecia mas facil la adquisicion del riumerario”. Después de sefialar que Ja crisis de la industria azucarera en el afio en que escribe Hostos es atribuible en parte a “lo que.. definen los franceses saison morte” empeorada por la dependencia de Jos hacendados de los comerciantes y banqueros de Nueva York, tanto con respecto a tas ventas como al suministro de capital, el sociélogo puertorriquefio pasa a un ataque frontal contra la industria azucarera: “Esa industria que, por eso, desde e! punto de vista histérico, es abominable, se cimenté en la esclavitud. Esclavo el trabajador —el africano—, era esclavo el trabajo...; esclava también !a propiedad que, en vasta proporcion sola al privilegiado era accesible, era también barata la base principal de producci6n, la tierra. Baratos los dos agentes 33 fundamentales de la industria, tocaba al tercer agente, el capital, la facil tarea de monopolizar los beneficios.” Sin embargo, la abolicién de la esclavitud y de la trata de esclayos hizo imposible “seguir monopolizando la distribucion de la riqueza que la fabricacién de azicar producia”, y asf surgieron “los mal Ilamados Centrales”, donde, por lo menos en teorfa, se Ilenaban los requisitos dela divisién de: trabajo y donde se limitaba e) derecho del capital (como factor de produccion ) a las ganancias, en favor de los factores trabajo y tierra: pues los propietarios de las centrales deben ocuparse solamente de la elaburacion delacafia, deben ser industriales y no més: el cultivo de la cafia debe estar en otras manos, E! origen de la crisis estructural esta, dice Hostos, en que los mdustriales azucareros siguieron, como en la época de la esclavitud, afirmando el monopolio no s6lo sobre el capital, sino también sobre tierras y trabajo; el margen de ganancias que reciben gracias a este monopolio ¢s exorbitante: aun con los bajos precios de! mercado de 1884, Hostos estima este margen en un 16 por 100. La cri se origina, pues, “en el pedir capital a un interés mayor que el a que tiene derecho, y se busca antieconémicamente una ganancia superior a la que es licito esperar". Y mas adelante afirma nuevamente: “Nada importa al pais que el capital aumente, porque no aumenta el bien de todos.” Hostos ve como remedio, por una parte, el establecimiento de un Banco Agricola para los azucareros, por otra parte, la fundacién de colonias agricolas que, ocupadas preferiblemente por inmigrantes, se ocupen del cultivo de varios productos y, entre ellos, de cafia; el productor de azucar debe dejar al cultivador de cafia Ja libertad de diversificar su agricultura. Es interesante la opinién de Hostos de que et cultivo de cafia es inferior al de remolachas; pues ta remolacha es producida en tierras “de una potencia mecanica que no conocen las Antillas’? también este hecho demuestra la necesidad de diversificar la agricultura, por lo mengs, sino se quiere ver con resignacién la ruina de muchos ingenios, como habia ocurrido en Puerto Rico y Cuba. Hostos termina su filfpica contra e! monopolio y la monocultura diciendo: “‘...mientras no encontremos ef modo de que 34 coexistan grandes y pequefias propiedddes, grandes y pequefios capitales, grandes y pequefiag industrias, estaremos cn crisis permanente”. y Las sabias amonestaciones de Hostos no surtieron efecto, Asi continuaron en los afios posteriores las quejas sobre la escasez de frutos menores. Después de indicar en st resefia anual de 1898 la necesidad de mejorar la calidad ‘del azucar, el café y el cacao por medio del establecimiento de fincas modelo o de una inspeccion agricola provincial cuyo inspector deberfa “aconsejar, hasta ejerciendo coaccién, las mejoras que aconseja la ciencia”, el Gobernador de la provincia de Santo Domingo sefiala que es necesario fomentar el cultivo de “frutos menores i de diario consumo cuya falta se nota tan sensiblemente en perjuicio de todas las clases, no permitiendose que ningdn estanciero o agricultor de frutos menores i con familia salga a trabajar fuera sin dejar sus conucos en buenas condiciones i de un tamafio proporcionado a su familia”(61). En ese mismo aito e] Gobernador de Santiago aboga por la rebaja de las tarifas de transporte de frutos menores, algunos de los cuales se encontraban en abundancia en su provincia, mientras habia escasez de ellos a poca distancia. Sin embargo, fa produccién de ciertos articulos de consumo local, como arroz, papas y cebollas era insuficiente también en Santiago(62). La escasez de trabajadores y, por consiguiente, los jormeles relativamente altos que pagaban las grandes empresas agricolas (durante Ja zafra de 1893 se pagaban dos a les pesos por tarea en San Pedro de Macoris), ocasionaron una migracion interna de cardcter en parte 61 Memoria uet Gobernador Civil y Militar de ta provincia de Santo Domingo al Ministro de lo Interior y Policia, & de fed. de 1898, AGN No. 115. 62 Por otra parte, ¢t Gobernador se muestra satisfecho de ios efectos del Ferrocarrit Central Dominicano entre Santiago y Puerto tata, que habia sido inaugurado el 16 de agosto de 1897, esta “gigantesca y atrevida obra del general Heureaux", que durmenta el interés en ta agricuitura. La casecha de tabaco es mayor que ta det afio anterior y también se exporta café en mayores cantidades, “si se Hiene en cucinta gue hace uni decada tal yes, qué no se exportaba ninguno"'; también avanza ta técnica de seteccion: “ya se introducen mdquinas separadoras’ ; también las ‘maderas de estimacion' pueden ser transportadas fdcitmente ahora a ta costa. (Memoria del Gobernador Civil y Militar de ta provincia de Santiago at Ministro de 10 Interior y Pelicta, enero 1898, AGN). 35 permanente y en parte temporero, que explica la escasez de los frutos yegetales tradicionales, algunos abandonaban definitivamente sus conucos, otros ganaban {o suficiente durante la zafta para no tener que trabajar mucho después en su propio terreno. Esta movilidad geografica causaba intranquitidad. El Gobernador de Saman se quejaba en 1898 de que la Fuerza policial de la “gran finca de guineos de fa ‘Samand Bay Fruit Company’, en Sabana de la Mar”, era insuficiente “para contener las desgracias que a diario se suceden alli, donde vienen a refiigiarse, so pretexto de obtener trabajo, los malhechores de todos los puntos de fa Repiiblica”(63). Pero no todo el mundo estaba convencido del atractivo de esta Compafiia como patrono: un tal Marius escribia el 11 de junio de 1893 un remitido en ¢l Listin, donde decia: “Los peones, hijos del pais, son tratados como animales que no se estiman en nada. En vez de pagarseles semanal o quincenalmente, se les retiene arbitrariamente el fruto de su trabajo un mes y mas, y como cstos infelices automatas necesitan obligatoriamente algunos avances para su alimentaciGn, la Compafita les da a cuenta una especie de papel moneda que no garantiza al piiblico, para que se vean obligados a gastar en la bodega que dicha Compafiia tiene establecida y donde son sacrifigados de la manera mas incalificable y més cruel”. Por primera vez se menciona aqui el notorio sistema de vales que iba a extenderse también a la regién azucarera y que iba a ser descrito mas tarde, en todos sus aspectos negativos, en la novela Over, de Ramén Marrero Aristy(64). En el ultimo decenio del siglo XLX se oian cada vez con mayor fuerza Jas protestas contra la vagancia y corrupcion; esto se debia a la antes mencionada mayor participacion de ja poblacién rural en la economia monetaria, en que sumas de dinero subjetivamente grandes eran entregadas periédicamente a personas que antes habfan podido cubrir su gama de necesidades casi totalmente con los productos oria del Gobernador Civil y Militar de Samand at Minkizo' Geto Interior y Poltera, 7.de enero de 1898, AGN. 64 Coleccién Pensamienta Dominicano, Librerta Dominicana, Santo Domingo, 1963. 36

También podría gustarte