El Sistema Nervioso
El Sistema Nervioso
El Sistema Nervioso
Los conocimientos sobre la fisiología del dolor han progresado de forma notable en las
últimas décadas y, en particular, en los campos de la biología molecular y de la
neuroimagen funcional (electroencefalografía y resonancia magnética). Se tratará de
sintetizar estas nuevas adquisiciones, aunque sin dejar de lado los fundamentos de la
fisiología y así tomar sus datos más sólidos. Cabe señalar que la traducción en medios
terapéuticos de estos nuevos conocimientos, a menudo adquiridos con modelos animales,
sigue siendo decepcionante. En la primera parte se analizarán los medios de exploración del
sistema del dolor en el ser humano y en el animal. En la segunda se presentarán los
mecanismos periféricos del sistema nociceptivo y sus profundas transformaciones con la
inflamación. En la tercera parte se considerarán los mecanismos espinales en condición
fisiológica e inflamatoria. Las recientes contribuciones de la neuroimagen exigen el
desarrollo de un parágrafo adicional para describir los mecanismos cerebrales implicados
en el dolor. Se evaluará la especificidad de una red de estructuras cerebrales implicada en la
percepción del dolor. Un quinto y último parágrafo está dedicado a los mecanismos de
control de la actividad espinal nociceptiva, con especial atención al paradigma de
modulación que condiciona el dolor. Este artículo se completa con anexos centrados en
temas específicos como la analgesia por estimulación somatosensorial, las técnicas de
neuroimagen funcional, el concepto de «matriz del dolor» y la clasificación mecanicista de
los síndromes dolorosos.
El dolor solía definirse por comparación con el placer, dado que estos dos estados
corresponden a emociones opuestas. Este enfoque del dolor ha evolucionado en el
siglo xix a partir de la idea de que se trataba de una sensación que podía estudiarse como tal
con los métodos de la fisiología sensorial [1]. Fue Sherrington [2] quien, a comienzos del
siglo siguiente, introdujo el término y desarrolló el concepto de «nocicepción» (del
latín nocere: dañar). Los estímulos «nociceptivos» tienen en
Aspectos psicofisiológicos
En el ser humano se describen cinco sentidos (vista, oído, tacto, gusto y olfato), pero
también pueden definirse otras modalidades sensoriales. Así, la sensibilidad corporal o
somestesia se divide en grandes funciones, cada una de ellas constituidas, a su vez, por
varias sensibilidades elementales
la función exteroceptiva (cutánea, musculoesquelética, visceral), que comprende las
sensibilidades al tacto, la presión y las vibraciones (mecanocepción), la sensibilidad térmica
(termorrecepción) y
Mecanismos periféricos de la nocicepción
Las fibras periféricas se clasifican en tres categorías. Las fibras Aβ poseen una gruesa vaina
de mielina (diámetro: 6-20 μm), conducen rápidamente el impulso nervioso (30-120 m/s),
codifican y transmiten las informaciones táctiles y propioceptivas. Los otros dos grupos
codifican y transmiten las informaciones nociceptivas y térmicas. Se trata de las fibras Aδ,
poco mielinizadas (diámetro: 1-5 μm), que conducen el impulso nervioso a una velocidad
media (4-30 m/s), y de las fibras C, no
Proyecciones espinales de las fibras periféricas
La gran mayoría de las fibras aferentes primarias alcanza el sistema nervioso central por las
raíces raquídeas posteriores o sus equivalentes de los nervios craneales.
Las fibras Aβ envían sus axones en parte hacia la sustancia gris medular del asta posterior
(capas III-V pero con el centro en IV) cuyas terminaciones se extienden por varios
segmentos, y en parte por los cordones posteriores hacia los núcleos correspondientes
situados en la parte caudal del bulbo (núcleos grácil y
Mecanismos cerebrales involucrados en la nocicepción
Se ha destacado la multiplicidad de vías ascendentes aptas para conducir los mensajes
nociceptivos hacia el cerebro. El nivel mejor estudiado es, sin lugar a dudas, el tálamo,
donde se encuentran los relevos principales de todas las informaciones sensoriales que
viajan hacia la corteza cerebral. Así pues, los mensajes que generan las sensaciones táctiles
y propioceptivas se relevan en el tálamo lateral (núcleos ventrales posterolateral [VPL] y
posteromedial [VPM] para el cuerpo y el área
Mecanismos de control de la actividad de las neuronas espinales implicadas en la
nocicepción
La transmisión espinal de los mensajes nociceptivos depende de influencias excitadoras,
pero también de influencias inhibidoras. Estos fenómenos de modulación se clasifican
según el origen de los mecanismos de inhibición que los provocan: son controles
segmentarios y controles de origen supra espinal.
SÍNTESIS DE LA PROSTAGLANDINA
La liberación de ácido araquidónico o de otros ácidos grasos insaturados de 20
átomos de carbono, el icosatrienoico y el ecosapentanoico, de las reservas hísticas, es la
primera fase de la síntesis de las prostaglandinas, tromboxanos y leucotrienos. Una vez
liberado el ácido araquidónico de las reservas hísticas, se inicia su transformación en
prostaciclina, prostaglandinas y tromboxano mediante la ciclación e incorporación de
oxígeno molecular, catalizada por la ciclooxigenasa que está presente en la mayoría de las
células. Las lipooxigenasas metabolizan también el ácido araquidónico hasta dar diversos
productos con el grupo hidroxi-peroxi en posiciones distintas e incrementar así la síntesis
de leucotrienos. Los metabolitos del ácido araquidónico, tanto de la vía de la
ciclooxigenasa como de la lipooxigenasa, tienen una definida e importante participación en
las diversas etapas del proceso inflamatorio. Diversos fármacos contribuyen a mejorar el
proceso inflamatorio al inhibir enzimas específicas.
ACIDO ARAQUIDONICO/biosíntesis; INFLAMACION/metabolismo.
Han sido llamadas eicosanoides a las familias de prostaglandinas, leucotrienos y
compuestos similares porque derivan de ácidos grasos esenciales de 20 carbonos que
contienen 3, 4 ó 5 dobles ligaduras: ácido 8, 11, 14 eicosatrienoico (ácido dihomo-
linolénico); ácido 5, 8 11, 14 eicosatetranoico (ácido araquidónico) y ácido 5, 8, 11,14, 17
eicosapentaenoico. En seres humanos el ácido araquidónico es el precursor más abundante
y proviene del ácido linoleico de los alimentos (ácido 9, 12 octadecadienoico) o se ingiere
como parte de la dieta.
Los subíndices 1,2 y 3 señalan el ácido graso precursor en casi todos los casos. El
ácido dihomo-linolénico es el precursor de la serie primera; el ácido araquidónico de la
serie segunda y el ácido eicosapentaenoico de la tercera. Las prostaglandinas derivadas del
ácido araquidónico llevan el subíndice 2 y son las más importantes de los mamíferos. Hay
pocas evidencias de que las prostaglandinas de la primera o la tercera serie se elaboren en
cantidades adecuadas para tener importancia en circunstancias normales; como ocurre con
las prostagladinas se utiliza un subíndice numérico para indicar el número de dobles
ligaduras en los leucotrienos.
Se ha observado la presencia de ácido eicosapentanoico en grandes cantidades en
aceite de pescado. Las dietas ricas en aceite de pescado contienen ácidos grasos esenciales
de la variedad W-3. Por ejemplo: el ácido linolénico en vez de ácido linoleico -2, como
ocurre en la mayor parte de las grasas animales y vegetales.
El ácido araquidónico no existe en forma libre en el interior de las células, pero
normalmente está esterificado en los fosfolípidos de membrana especialmente en la
posición del C2de la fosfatidilcolina y del fosfotidilinositol. Su liberación desde los
depósitos celulares de lípidos depende de la acción de acilhidrolasas y, en particular
fosfolipasa A2 y en plaquetas del ser humano por la diacilglicerol lipasa.1 Es nuestro
propósito analizar cómo la biosíntesis de los eicosanoides es regulada en forma precisa ante
muy diversos estímulos y cómo sus productos participan modificando el proceso
inflamatorio
El ácido araquidónico se libera de los fosfolípidos por la activación de las
fosfolipasas celulares (C, A2 o ambas) o el incremento de las concentraciones citosólicas de
calcio que también activan las enzimas anteriormente enunciadas.2
Todo parece indicar que los estímulos físicos propenden a que penetre el ión-calcio
a la célula al alterar su membrana y así activar la fosfolipasa A2, la cual hidroliza los
fosfolípidos de membrana (fosfatidilcolina y fosfatidiletanolamina) con liberación de ácido
araquidónico. Por otro lado, la fosfolipasa C desdobla el enlace fosfodiester, con lo cual se
forma 1,2 diglicérido. Después de lo anterior, intervenciones sucesivas de la lipasa de
diglicérido liberan ácido araquidónico a partir del diglicérido3
Una vez liberado, parte del ácido araquidónico es metabolizado en forma rápida
hasta obtener productos oxigenados por acción de diferentes sistemas enzimáticos como la
ciclooxigenasa o varias lipooxigenasas o familias de citocromo P-450.
Vía de la ciclooxigenasa
La síntesis de prostaglandinas ocurre en forma gradual por un complejo de enzimas
microsómicas de distribución muy amplia. En esta vía de síntesis, la primera enzima es la
endoperóxido de prostaglandina, llamada también ciclooxigenasa. Existen 2 isoformas de la
enzima que son reconocidas por sus iniciales COX-1, COX2.2 La primera se expresa en
forma constitutiva prácticamente en todas las células y presenta gran ubicuidad, sin
embargo, la COX2 no aparece en forma constitutiva en las células, pero puede ser inducida
por citocinas, factores de crecimiento y endotoxinas, efecto que es bloqueado por la
administración de corticosteroides.
Las ciclooxigenasas actúan sobre el ácido araquidónico y provocan 2 acciones
diferentes: una que oxigena y produce una estructura en anillo y forma el endoperóxido
cíclico PGG2 y una actividad de peroxidasa que transforma PGG2 en PGH2.
Los endoperóxidos G y H son químicamente inestables, pero por acción enzimática
se transforman en diversos productos que incluyen prostaglandinas (PGE2, PGD2 y PGF2 a
o prostaciclina (PGI2) y tromboxano (TXA2).4,5
Casi todos los tejidos pueden sintetizar los productos intermedios e inestables
denominados endoperóxidos cíclicos a partir del ácido araquidónico una vez libre, sin
embargo, su biotransformación varía en cada tejido y depende de la batería enzimática que
exista en él; por ejemplo, pulmón y bazo pueden sintetizar toda la diversidad de sustancias
señaladas anteriormente, pero a diferencia de estos 2 órganos, las plaquetas sólo cuentan
con la tromboxano sintetasa y carecen de enzimas para sintetizar prostaglandinas, por lo
que las plaquetas son elementos formes de la sangre con capacidad exclusivamente
agregantes.
Los metabolitos derivados del ácido araquidónico siguen teniendo una repercusión
principal en diversos procesos, fundamentalmente en la inflamación.
Nos hemos acercado rápidamente a una notable posición terapéutica que se creía
fuera de nuestro alcance hace pocos años, y cabe esperar importantes beneficios
terapéuticos del uso racional de fármacos que afecten el metabolismo del ácido
araquidónico.
Las variaciones en el metabolismo del ácido araquidónico pueden explicar algunos
aspectos beneficiosos del aceite de pescado. Los ácidos grasos W3 son malos sustratos para
la conversión en metabolitos activos de las enzimas ciclooxigenasas y lipooxigenasas, pues
impiden ciertos procesos inflamatorios al inhibir la agregación plaquetaria y la trombosis.
En el proceso inflamatorio las prostaglandinas vasodilatan y potencian el edema al
incrementar la permeabilidad vascular. El tromboxano y los leucotrienos C4, D4 y E4
favorecen la vasoconstricción. Los leucotrienos C4, D4 y E4 incrementan la permeabilidad
vascular.