Autoestima

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Autoestima

Es la idea que tenemos de nosotros mismos. Es la imagen que cada persona tiene de sí
mismo. Y es esa imagen la que proyectamos hacia los demás. Es el conjunto de ideas que
tenemos de nuestras capacidades, nuestras cualidades, fortalezas, nuestros talentos, pero
también la importancia que le damos a nuestras debilidades, nuestras fallas, nuestras
falencias.

La autoestima puede fluctuar entre niveles altos o bajos a lo largo de la vida, y también
variar entre los diferentes espacios sociales de la persona. Lo cierto es que tener autoestima
baja o alta nos condiciona fuertemente en la vida y en la manera en la cual encaramos
nuestros objetivos. Es así como una persona con autoestima alta se animará a emprender
nuevos desafíos, creerá en sus potencialidades, se propondrá objetivos más desafiantes, etc.
En cambio, una persona con autoestima baja posiblemente evite ciertas situaciones sociales
por miedo a que sus debilidades queden al descubierto. Es por esto que verse de forma
positiva o negativa condiciona mucho cómo te relacionas con los demás y la manera en la
cual elijes vivir tu vida. Esta es la razón por la cual es importante fortalecer una autoestima
baja, para mejorar nuestro bienestar emocional.

¿Cómo se construye?

La autoestima es una construcción; no naciste con autoestima baja o alta. Se fue


construyendo en base a las relaciones sociales de tu vida. La manera en la cual te perciben
los demás y los mensajes que recibiste desde pequeño, han influenciado en la manera en la
cual te percibes. ¿Sabías que gran parte de la forma en la cual te percibes y te relacionas
con los demás, tiene que ver con cómo se relacionaron contigo desde tu infancia? Tu
autoestima es movimiento constante; no es algo estático. Se forma desde la manera en la
cual tus padres, maestros, amigos te hablaron, cuánto te motivaron, que frases utilizaron
para hablar de ti, cuanto te apoyaron, que palabras usaron para definirte. Si en la infancia,
nuestros padres, amigos o familiares nos hicieron sentir poco valiosos o que éramos
personas ineptas o inútiles, es bastante probable que en edad adulta la persona se juzgue de
esa misma manera, siendo una fuente de conflicto importante en la manera en que se
afrontan los problemas. Por el contrario, si desde niños se nos transmite seguridad y la idea
de que seremos capaces de conseguir ser independientes y alcanzar lo que nos
propongamos, aumentará la posibilidad de tener una autoestima alta. Por lo cual, es
importante trabajar en esas percepciones propias y ajenas.

Los 4 pilares de la autoestima (Walter Riso)

1) Autoconcepto, ¿Qué pienso de mi mism@?


2) Autoimagen, ¿Me gusto o no?
3) Autorrefuerzo, ¿Reconozco lo que hago bien y mis
logros?
4) Autoeficacia, ¿Tengo confianza en mis competencias?

¿Cómo mejorarla?
1) Detén los pensamientos negativos sobre ti mism@: No pienses en tus defectos, mejor
enfócate en tus fortalezas. Escribe, cada día, 3 aspectos que te gustan de ti.
2) Ponte objetivos realistas, no seas perfeccionista y disfruta del proceso: Proponte
objetivos paso a paso y no te bloquees por buscar la perfección (lo bueno es enemigo de lo
perfecto), haz lo que te propones con compromiso y responsabilidad pero disfrutando del
proceso.
3) Los errores son oportunidades de aprendizaje: También tienes derecho a equivocarte
(nadie es perfecto) y de estos errores salen los aprendizajes más significativos y para toda la
vida. ¡Atrévete a equivocarte!
4) Date tiempo para probar nuevas actividades: Si quieres ampliar tu repertorio de
competencias proponte hacer nuevas actividades que llamen tú atención y que siempre has
querido hacer.
5) Fíjate metas realistas: Define metas realistas que te gustaría alcanzar, y luego diseña un
plan para hacerlo para que de esta manera tomes acción. Recuerda ir anotando tus procesos.
6) Expresa con orgullo y respeto tus opiniones e ideas: No te reprimas por temor a no
agradar a los demás, exprésate con confianza y asertividad (respetando las opiniones de
tod@s).
7) Comprométete con una labor social: Ingresa de voluntari@ a una fundación (por
ejemplo: de perritos abandonados), da clases de lo que dominas y comparte tus
conocimientos, ayuda a limpiar tu barrio, etc. Sentir que contribuyes significativamente en
algo hace maravillas para mejorar la autoestima y bienestar.
8) Mueve tu cuerpo y haz ejercicio: Tu estrés va a disminuir y estarás más san@, con
energía y más feliz.
9) Pásalo bien con tus seres queridos: Date espacio y tiempo para compartir actividades que
te agradan con las personas que son relevantes para ti.

El árbol de mi autoestima

Haz una lista de logros (aprender un idioma, vivir en el extranjero…) y otra de tus
cualidades (simpatía, amabilidad, creatividad). Después, dibuja un árbol, incluyendo las
raíces y los frutos.
Pon tus logros en los frutos y las cualidades que los han hecho posible en las raíces. Por
ejemplo: un logro puede ser sacar buena nota en un examen y la fortaleza que lo hizo
posible, el esfuerzo.

Este ejercicio nos permite comprobar el papel que jugamos en las cosas que nos salen bien.
Nos recuerda que son nuestras fortalezas y no sólo la suerte o el azar. Nos hace sentirnos
capaces y motivados para seguir intentando cosas nuevas.
2. El anuncio publicitario

Es una actividad divertida en la que cada uno debe “venderse” destacando sus cualidades y
logros. Pueden acompañarlo de fotos, dibujos, vídeos… La idea es que tengan presentes sus
fortalezas por eso una buena idea es que coloquen su spot publicitario en un espacio visible.
Recordar de vez en cuando nuestras cualidades, es motivador.

1- Juego de las estrellas


A cada niño se le entrega una estrella que debe colorear con su color preferido. En
ella deben escribir su nombre y las tres cosas que más le gusta hacer.

Una vez que todos hayan terminado, se intercambian las estrellas con el
compañero que tiene al lado. Cada uno leerá en voz alta lo que al otro compañero
le gusta hacer pero sin decir el nombre. El maestro preguntará a quien
corresponde esa estrella.

Esta actividad exige que el niño reflexione acerca de lo que más disfruta hacer. El
hecho de leer en voz alta los gustos de otro compañero, favorece la integración de
sus preferencias con la de los demás.

La pregunta del maestro, en cuanto a quien pertenece esa estrella, reforzará el


sentimiento de identidad del niño. “Esa estrella es mía”, es como decir, ese soy yo.

2- Juego de las profesiones


Pedirle a cada niño que seleccione dos trabajos o profesiones que les gustaría
hacer. En la orientación para hacer la selección, pedirles que tomen en cuenta qué
es lo que más les gusta y qué creen que es lo mejor que pueden hacer.

Seguidamente hacer una lista con las profesiones elegidas y organizar un día de
“representación teatral”. Cada uno hará el trabajo que ha seleccionado, por
ejemplo el bombero simulará apagar un incendio, la enfermera curar a un
enfermo, etc. Después de cada representación pedir que todo el grupo aplauda al
compañero.

Esta es una buena oportunidad para que el maestro destaque frente al grupo las
fortalezas y el talento que cada uno ha demostrado en su rol.

3- El juego del sobre


A cada niño, o a cada adolescente se le entrega una hoja y un sobre. En la hoja
debe escribir tres defectos que reconoce en sí mismo. También pueden ser
características que no les gustan de sí y que desearían cambiar. Luego colocan la
lista dentro del sobre y lo cierran.

Ese sobre llevará su nombre. Se lo pasan al compañero de al lado y este deberá


escribir tres cualidades o virtudes que reconoce en la persona del sobre. Esto lo
escribirá en el exterior. Luego dicho sobre se lo pasa al compañero de la derecha
y este hará lo mismo. El juego finalizará cuando el sobre llegue a manos del dueño
de dicho sobre.

La finalidad de este juego es mostrarle a cada uno, que si bien tienen defectos,
también tiene muchas virtudes. De hecho cada compañero reconoce distintas
virtudes, quizás algunas coincidentes. Pero en cualquier caso serán más que los
defectos que él ha identificado.

En este juego los defectos no se comparten, buscando que el participante se


quede con la grata sorpresa de todo lo bueno que los demás reconocen en él.

4- A quién le gusta quién


Esta actividad es ideal para plantearla entre los adolescentes. En ellos la estética y
la imagen suele ser un elemento clave a la hora de hablar de autoestima.

A cada participante se le entrega una hoja con el nombre de un compañero. Cada


uno debe escribir las tres cosas que más le gusta de esa persona. Todos tienen
que elegir tres características físicas o personales que le gusten del compañero
que le ha tocado. Luego el maestro juntará todas las hojas, y leerá en forma
anónima y en voz alta cada uno de los atributos. El hecho de que sea anónimo
alentará a expresar lo que en otro caso no se animarían.

El pedir que mencionen tres aspectos que les gusten, les ayudará a ver que todos
tienen algo positivo y agradable. Además, se darán cuenta que no todo pasa por
lo físico. A su vez, cuando a cada uno le llegue el turno de escuchar sus cualidades,
se sentirá muy contento. Incluso sorprendido de conocer aspectos de sí que otros
valoran como positivos.
Actividades de autoestima

Los padres juegan un rol fundamental en la creación de una sólida y positiva


percepción del niño sobre sí mismo. La familia es el lugar en donde el niño es
querido y valorado tal como es. Desde que es un bebé, incluso dentro del vientre
materno, el niño percibe sensaciones de valor. Naturalmente no puede discernir
esos valores pero los recibe como estímulos, que serán positivos o negativos
dependiendo de sus figuras de autoridad.

5- Asignar tareas concretas


Asígnale a tu hijo cada semana por ejemplo, una tarea específica. “Esta semana
tienes que recoger todos tus juguetes y guardarlos en su lugar”.

Puede ser un ejemplo sencillo, en el que claramente le das una responsabilidad.


El hecho de que le hayas encomendado algo, le transmite el mensaje de que tú
crees que él puede hacerlo. Esa confianza que estás depositando en tu hijo, hará
que el sienta el compromiso de responder frente a ella. Además de tener un
objetivo a lograr, tendrá un deber “moral” que cumplir.

6- Emplea frecuentemente las palabras “por favor” y “gracias”


Muchas veces puedes omitir agradecerle a tu hijo por algo que ha hecho.
Seguramente no lo haces porque piensas que no lo valorará como tal.

Sin embargo, cuando le pides por favor algo a alguien, le transmites respeto. Eso
le hará sentir que tiene valor y por tanto reforzará su autoestima.

7- Pregunta y escucha con atención


Además de las preguntas más “triviales” como ¿tienes hambre o frío?, hazle
preguntas de calidad.

¿Qué significa y que objetivo persigue este ejercicio? Sencillamente darle a tú hijo
el espacio suficiente para que se exprese. Estimularlo mediante preguntas más
exigentes, como por ejemplo “¿qué fue lo que más te gusto de lo que hicieron hoy
en la escuela?”. De esa forma “obligarás” a que tenga que describir sensaciones o
pensamientos. Cuando lo haga escúchalo con mucha atención. Si el televisor está
encendido por ejemplo, entonces baja el volumen para escucharlo. De esa forma
el entenderá que lo que tiene para decir es importante.
Nunca interrumpas su conversación por atender el móvil. Lo que tu hijo tiene para
contarte es más importante, y ese mensaje es el que tienes que transmitirle
exactamente.

8- Destaca lo positivo y mejora lo negativo


Ningún extremo es bueno, y esto es una ley casi universal. Todos los niños,
incluyendo tus hijos, tienen defectos y virtudes. Rasgos de su personalidad o
conductas que te gustan más o menos.

Cuando lo bueno se pone de manifiesto no pierdas la oportunidad de expresarle


claramente tu orgullo. “Te felicito hijo por la buena tarea que has hecho”, puede
ser un buen ejemplo de reconocimiento.

Por el contrario, si ha sumado 2 más 3 y eso no le da 5, entonces hay que decirle


el error. Pero hay que decírselo de una manera positiva. Generarle
inmediatamente una segunda oportunidad, o una tercera si fuera necesaria es
muy importante. Cuando logre el resultado correcto, hazle ver que fue capaz de
superar la dificultad.

La autoestima es conocerse a sí mismo con virtudes y defectos, y tener confianza


en la propia capacidad para superar dificultades.

1. Yo soy

No hay nada como el autoconocimiento para fortalecer la identidad. La capacidad de


conocerse a sí mismo de un adolescente muchas veces se puede ver nublada por la
necesidad de la aprobación externa, por eso es fundamental trabajar actividades de
autoestima que tengan como objetivo tener un conocimiento más profundo de quién es.
Esta dinámica de autoestima tiene dos partes: en primer lugar, el adolescente tomará una
hoja y escribirá 20 veces “yo soy…”. Luego tendrá que completar las frases con
características positivas suyas, tales como:

 Cualidades

 Logros

 Destrezas
 Conocimientos

 Capacidades

2. Externalizar la baja autoestima

Los pensamientos o hábitos que causen un detrimento de la autoestima deben ser


externalizados cuanto antes. De esta forma, mejorar la autoestima será un proceso más fácil
y sano para el adolescente.

Muchas personas se preguntan cómo mejorar la autoestima en adolescentes porque notan


que estos tienden a guardarse las razones por las que creen que no tienen valor. ¡Y no
hay nada más nocivo para la salud mental que no externalizar lo que sentimos!
Con esta actividad se trabaja el autoconocimiento y el autorrespeto. El objetivo es
tomar un pedazo de plastilina y “moldear” la autoestima representada en un muñeco. Este
muñeco debe estar siempre en un lugar visible de la habitación y de ahora en adelante el
adolescente estará atento a los mensajes que su autoestima le envía.

Ante cada mensaje identificado, tiene que pararse ante el muñeco para conversar con él y
pensar argumentos en su contra. Esta es una de las mejores actividades de autoestima para
adolescentes porque pretende atacar con razones de peso los pensamientos negativos
acerca de sí mismos.
Para hacer el ejercicio aún más efectivo, el adolescente puede escribir en una hoja los
mensajes negativos frente a las razones de peso que pensó para afrontarlos. ¡Poco a
poco verás cómo esta dinámica de autoestima tendrá resultados positivos que se
verán reflejados en una mejor autopercepción!
3. La caja de las caricias

Esta es una de las actividades de autoestima para adolescentes más enfocadas en


el fortalecimiento del amor propio. El adolescente que la practica vivirá una semana (o el
tiempo que se desee que dure la actividad) llena de “caricias para el
alma” representadas en auto-regalos y frases positivas que saldrán de él mismo.
¿Cómo se hace la caja de las caricias? Solo se necesita armar una caja decorada
especialmente por el adolescente. Es importante que tenga su estilo y personalidad. Lo que
irá poniendo dentro de la caja será su decisión en pro de mejorar la autoestima.

A continuación, durante una semana (tiempo mínimo para la duración de esta


dinámica de autoestima) escribirá en un post-it una frase positiva que se quiera decir a sí
mismo en ese día o un regalo particular que se quiera dar.
Las frases pueden ser cosas simples como “hoy te irá bien el examen de
matemáticas” o “puedes conquistar a la chica que te gusta”. Mientras que los auto-
regalos pueden ser cosas como comer tu helado favorito, comprar una camisa nueva o ir a
un lugar divertido. ¡Es un gran ejercicio para mejorar la autoestima!
Estas frases de amor propio también son una gran ayuda para mejorar nuestro discurso
interior y hacer frente a las situaciones que puedan deteriorar nuestra autoestima.

Recuerda que es muy importante reconocer cómo tener más amor propio y manifestarlo
en cada una de nuestras acciones o actitudes ante cada situación. Esto mejorará
notablemente nuestra calidad de vida.
4. El árbol

Según El País, la etapa de la adolescencia resulta fascinante en cuanto a los cambios que
implica en los jóvenes, que se encuentran en plena búsqueda de la que será su identidad
adulta. Es por esto que las actividades de autoestima para adolescentes deben enfocarse en
el reconocimiento de su identidad innata.
Este es, precisamente, el objetivo de este ejercicio. La identidad debe ser como un árbol
compuesto por diferentes aspectos como nuestros gustos, pasiones, principios no
negociables, etc. Reconocerlos es el punto inicial para mejorar la autoestima en
adolescentes.

Para este ejercicio se dibujará un árbol con sus raíces, tronco, ramas, hojas y frutos. Este
árbol representará los siguientes aspectos:

 En las raíces se escribirán las personas, cosas o situaciones que sean


una fuente de estabilidad en la vida (ej. padres, hermanos, rutinas,
deportes o aficiones, etc).

 En el tronco, las cualidades positivas que vean en ellos.


 En las ramas, los aspectos que ellos crean que deben mejorar.

 Y por último, en las hojas y frutos escribirán los logros y objetivos


conseguidos en su vida.

Estas actividades de autoestima para adolescentes son siempre más efectivas si los
resultados se comparten con un grupo o con personas de mucha confianza como
padres, hermanos, amigos, profesores o tutores. ¡Compartirlas es una excelente forma
de fortalecer el amor propio!
5. Querido yo, merezco que me trates mejor

Escribir una carta para nosotros mismos siempre será una de las mejores actividades de
autoestima para adolescentes. ¡Un ejercicio que, sin duda, fortalecerá el amor propio!

Esta dinámica se usa con frecuencia cuando se detectan problemas de autoestima en


adolescentes. El objetivo es indagar en la forma como nos comunicamos con nosotros
mismos y cómo esto nos puede afectar profundamente.
Al final, es una buena idea que el adolescente lea la carta en voz alta como si la estuviera
leyendo a alguien más. De esta forma podrá ser consciente del daño que se hace a sí
mismo con su diálogo interior despectivo y destructivo, acerca de su físico, de su forma
de ser, de su posición ante los demás.
Tras la carta, el adolescente se hará la siguiente pregunta: ¿realmente merezco que me
traten así? Esto lo hará consciente de ese diálogo interior, de esa comunicación consigo
mismo, que a partir de cierto momento comenzó a ser negativa. ¿Ves lo positivo que
puede llegar a ser este ejercicio de autoestima?
Con un buen acompañamiento es posible modificar este diálogo interior destructivo y
llevarlo hacia algo positivo. Esta es unoa de las actividades de autoestima para
adolescentes que mayor impacto han tenido en quienes la realizan.

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