Trabajo de Histologia 27-04-22

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Histología de la mucosa oral.

La mucosa oral se compone de un epitelio plano escamoso estratificado no


queratinizado y una capa de tejido fibrocolagenoso llamada lámina propia. A veces
la mucosa se adhiere a las estructuras profundas por medio de tejido
fibrocolagenoso adicional y forma la submucosa, una capa que también presenta
modificaciones.

La mucosa oral se compone de un epitelio plano escamoso estratificado no


queratinizado y una capa de tejido fibrocolagenoso llamada lámina propia. A veces
la mucosa se adhiere a las estructuras profundas por medio de tejido
fibrocolagenoso adicional y forma la submucosa, una capa que también presenta
modificaciones. La mucosa oral se clasifica en tres áreas generales, denominadas
limitante, masticatoria y especializada.

Mucosa limitante
Es delgada, con epitelio no queratinizado, y se adhiere a las estructuras profundas
en forma firme a laxa. Se encuentra en los labios, carrillos, piso de la boca,
superficie inferior de la lengua y paladar blando.

Mucosa masticatoria
El epitelio puede presentar gránulos de queratina o estar completamente
queratinizado; la mucosa se adhiere con firmeza a los planos profundos. Se
encuentra en la encía y en el paladar duro.

Mucosa especializada
Está presente en el dorso de la lengua y muestra las papilas linguales y los
corpúsculos gustatorios.

Dentro de la cavidad oral se localiza la lengua, un órgano muscular revestido de


mucosa, y los dientes, formados principalmente por tejidos duros.
Úlceras bucales
Hay diferentes tipos de úlceras bucales y pueden aparecer en cualquier parte dentro de la boca
incluso el fondo de la boca, la parte interna de las mejillas, las encías, los labios y la lengua.

Causas
Las úlceras bucales pueden ser causadas por irritación a raíz de:

 Un diente quebrado o afilado o prótesis dentales mal ajustadas

 Morderse la mejilla, la lengua o los labios

 Quemarse la boca con alimentos o bebidas calientes

 Usar frenillos

 Masticar tabaco

El herpes labial es causado por el virus del herpes simple y es muy contagioso. Usted por lo
regular experimentará sensibilidad, hormigueo o ardor antes de que realmente aparezca la
úlcera. El herpes labial con frecuencia comienza como ampollas y luego forma costra. El
virus del herpes puede vivir en el cuerpo por años y sólo aparece como una úlcera bucal
cuando algo lo activa, como:
 Otra enfermedad, especialmente si hay fiebre

 Cambios hormonales (como la menstruación)

 Estrés

 Exposición al sol

Las aftas orales no son contagiosas y pueden aparecer como una úlcera pálida o amarillenta
con un anillo externo rojizo. Usted puede tener una o grupos de estas lesiones. Las mujeres
parecen contraerlas más que los hombres. La causa de las aftas orales no está clara. Pueden
deberse a:

 Una debilidad del sistema inmunitario (por ejemplo, por gripe o resfriado)

 Cambios hormonales

 Estrés

 Falta de ciertas vitaminas y minerales en la alimentación, como vitamina B12 o folato

Con menos frecuencia, las úlceras bucales pueden ser un signo de una enfermedad, un tumor
o una reacción a alguna medicina. Esto puede incluir:
 Trastornos autoinmunitarios (incluso el lupus eritematoso sistémico)
 Trastornos hemorrágicos
 Cáncer de la boca

 Infecciones como el exantema vírico de manos, pies y boca


 Sistema inmunitario debilitado: por ejemplo, si usted tiene SIDA o está tomando medicinas
después de un trasplante
Los medicamentos que pueden causar úlceras bucales incluyen ácido acetilsalicílico (aspirin),
betabloqueadores, medicinas para quimioterapia, penicilamina, sulfamidas y fenitoína.

Aftas bucales

Las aftas no son contagiosas. Pueden salir por una infección viral. También pueden
desencadenarse por estrés, alergias a los alimentos, falta de vitaminas y minerales, cambios
hormonales o períodos menstruales. A veces la causa es desconocida.

En la mayoría de los casos, las llagas desaparecen solas. Algunos ungüentos, cremas o
enjuagues pueden aliviar el dolor. Si tiene aftas, evite la comida picante y condimentada, eso
también puede ayudar.

¿Por qué se producen?

Su causa es desconocida aunque se considera que pueda estar relacionado con una
reacción inmunológica frente a las bacterias comunes de la flora bucal, falta de
vitaminas, stress, cambios hormonales y alergias alimentarias.

También existe cierta predisposición genética.

En el caso de las aftas de origen traumático, suelen derivarse de una herida en la


mucosa bucal causada por el cepillo de dientes, prótesis dentales, mordeduras en la
pared de la boca o la lengua, la ingestión de alimentos o bebidas muy calientes...

¿Son graves?

La mayor parte de las aftas bucales son de carácter limitado. Si estas lesiones no
curan en el término de dos semanas (7 a 10 días en el caso de un fumador), se
repiten con demasiada frecuencia o no tienen un origen traumático, deberá acudir a
su médico para que estudie si existe una enfermedad subyacente. El diagnóstico se
hará mediante un análisis de sangre y, en caso de ser necesario, le realizará una
biopsia de la lesión.

¿Cuál es el tratamiento?

Normalmente no requieren ningún tratamiento. El único posible consiste en aliviar


el dolor y reducir la inflamación.

 Es recomendable evitar las comidas muy condimentadas y los alimentos de


fuerte sabor ácido, como los cítricos, hasta que las úlceras se hayan curado.
 Anéstesicos locales: para reducir la sensibilidad al dolor.
 Suele utilizarse la lidocaína al 2%, en enjuagues orales cada 3 horas o antes de
las comidas.
 Antiinflamatorios tópicos: para reducir el componente inflamatorio.
 Se suelen emplear los corticosteroides, como la hidrocortisona y análogos de
la carbenoxolona. Se utilizan en forma de tabletas de disolución oral, geles,
soluciones para hacer enjuagues...
 Suelen contener además un antiinfecciosos y antiséptico local que actúa contra
las bacterias presentes en la cavidad bucal, previniendo las sobreinfecciones.

Candidosis oral
En la candidosis oral, el hongo Candida albicans se acumula en el
revestimiento de la boca. Candida es un microorganismo normal de
la boca, pero a veces puede proliferar en exceso y ocasionar
síntomas.

La candidosis oral se manifiesta, por lo general, con placas blancas


en la lengua o en el interior de las mejillas. En ocasiones, la
candidosis oral puede afectar la parte superior de la boca y alcanzar
las encías, las amígdalas o la parte posterior de la garganta.

Si bien cualquier persona puede tener candidosis oral, es más


frecuente que se presente en los bebés y en los adultos mayores,
dado que tienen la inmunidad reducida, en personas que tienen el
sistema inmunitario inhibido o ciertas enfermedades, o en quienes
toman determinados medicamentos. La candidosis oral es un
problema menor si eres una persona sana, pero, si tienes el sistema
inmunitario debilitado, los síntomas pueden ser más graves y más
difíciles de controlar.

Síntomas
Niños y adultos

Al principio, es posible que no observes síntomas de candidosis oral.


Algunos de los signos y síntomas son:

 Lesiones blancas cremosas en la lengua, mejillas internas y, a


veces, en el techo de la boca, encías y amígdalas

 Lesiones ligeramente elevadas con aspecto similar al requesón

 Enrojecimiento, ardor o inflamación que pueden ser lo


suficientemente graves como para provocar dificultad para
comer o tragar

 Sangrado leve si las lesiones se frotan o rascan

 Agrietamiento y enrojecimiento en las comisuras de la boca

 Sensación algodonosa en la boca

 Pérdida del gusto

 Enrojecimiento, irritación y dolor debajo de las dentaduras


(estomatitis protésica)

En casos graves, por lo general, vinculados con el cáncer o un


sistema inmunitario debilitado a raíz del VIH o sida, las lesiones
pueden propagarse hacia el esófago, el tubo largo y muscular que se
extiende desde la parte posterior de la boca hacia el estómago
(esofagitis por cándida). Si esto ocurre, puedes presentar dificultad
para tragar y dolor o tener la sensación de que los alimentos se
quedan atascados en la garganta.

Lactantes y madres en período de lactancia


Además de las lesiones blancas distintivas en la boca, los lactantes
pueden tener problemas para alimentarse o estar molestos e
irritables. Pueden transmitir la infección a la madre durante el
amamantamiento. La infección puede ir y venir entre el pecho de la
madre y la boca del bebé.

Las mujeres cuyos senos están infectados con cándida podrían


padecer estos signos y síntomas:

 Pezones rojos, sensibles, agrietados o con picazón de forma


inusual

 Piel brillante o escamosa en el área más oscura y circular


alrededor del pezón (areola)

 Dolor inusual durante el amamantamiento o pezones dolorosos


entre las tomas

 Dolores punzantes dentro de la mama

Cuándo consultar al médico

Consulta con el médico o el dentista si tú o tu hijo presentan


lesiones blancas en la boca.

La candidosis es poco frecuente en los niños mayores, los


adolescentes y los adultos sanos; por lo tanto, si presentas
candidosis, consulta con tu médico para determinar si se requiere
una evaluación adicional para verificar la existencia de una afección
no diagnosticada u otra causa.

Causas
En condiciones normales, el sistema inmunitario trabaja para
expulsar los organismos invasores dañinos, como los virus, las
bacterias y los hongos, a fin de conservar el equilibrio entre los
microbios «buenos» y «malos» que, por lo general, habitan en tu
cuerpo. Sin embargo, en ocasiones, este mecanismo de protección
falla, lo que hace proliferar el hongo cándida y producir candidosis
oral.

El tipo de hongo cándida más frecuente es el Candida albicans. Hay


varios factores, como el hecho de tener el sistema inmunitario
debilitado, que pueden aumentar el riesgo de presentar candidosis
oral.

Factores de riesgo
Es posible que tengas un mayor riesgo de padecer una infección por
candidosis oral si presentas una de las siguientes condiciones:

 Sistemas inmunitarios debilitados. Es más probable que los


bebés o los adultos mayores presenten candidosis oral debido a
la reducción de la inmunidad. Algunas enfermedades y
tratamientos pueden inhibir el sistema inmunitario, como el
cáncer y sus tratamientos, los trasplantes de órganos, los
medicamentos que inhiben el sistema y el VIH o sida.

 Diabetes. Si tienes diabetes sin tratar, o si la enfermedad no se


controla adecuadamente, es posible que la saliva contenga
altas cantidades de azúcar, lo cual favorece el crecimiento de la
cándida.

 Candidosis vaginal. La candidosis vaginal es originada por el


mismo hongo que provoca la candidosis oral. Es posible que le
transmitas la infección a tu bebé.

 Medicamentos. Los medicamentos como la prednisona, los


corticoesteroides inhalables o los antibióticos que alteran el
equilibrio natural de los microorganismos del cuerpo pueden
aumentar el riesgo de padecer candidosis oral.

 Otras afecciones orales. Usar dentadura postiza, en especial, la


dentadura superior, o padecer enfermedades que provocan
sequedad de boca pueden aumentar el riesgo de tener
candidosis oral.

Complicaciones
La candidosis oral raramente es un problema en niños y adultos
sanos.

Sin embargo, puede ser más grave para personas que tienen el
sistema inmunitario debilitado, por ejemplo, como resultado de
tratamientos oncológicos o del VIH/sida. La candidosis oral sin
tratar puede llevar a infecciones sistémicas por cándida más
graves. Si tienes el sistema inmunitario debilitado, la candidosis oral
puede diseminarse al esófago o a otras partes del cuerpo.

Prevención
Estas medidas pueden ayudar a reducir el riesgo de contraer
infecciones por cándida:

 Enjuágate la boca. Si tienes que usar un inhalador


corticoesteroide, asegúrate de enjuagarte la boca con agua o
cepillarte los dientes después de tomar el medicamento.

 Cepíllate los dientes al menos dos veces por día y usa hilo
dental a diario o con la frecuencia que recomiende tu dentista.

 Controla tu dentadura postiza. Quítate la dentadura postiza a la


noche. Asegúrate de que las dentaduras postizas se ajusten
adecuadamente y de que no provoquen irritación. Limpia tu
dentadura postiza a diario. Pregúntale a tu dentista la mejor
manera de limpiar el tipo de dentadura postiza que usas.

 Consulta con tu dentista regularmente, especialmente si tienes


diabetes o usas dentadura postiza. Pregúntale a tu dentista con
qué frecuencia necesitas visitarlo.
 Presta atención a lo que comes. Prueba limitar tu consumo de
alimentos que contienen azúcar. Estos pueden estimular el
crecimiento de cándida.

 Mantén un buen control de azúcar en sangre si tienes


diabetes. Un buen control de azúcar en sangre puede reducir la
cantidad de azúcar en la saliva y desalentar el crecimiento de
cándida.

 Trata la candidosis vaginal lo antes posible.

 Trata la sequedad de boca. Habla con el médico acerca de


cómo evitar o tratar la sequedad de boca.

El VPH puede infectar la boca y la garganta y causar cánceres de orofaringe (parte


de atrás de la garganta, incluidas la base de la lengua y las amígdalas). Esto se
llama cáncer orofaríngeo. Se cree que el VPH causa el 70 % de los cánceres
orofaríngeos en los Estados Unidos.

La infección por el virus del papiloma humano es la infección de transmisión sexual más común.
Esta es causada por el virus del papiloma humano (VPH).

El VPH puede causar verrugas genitales y llevar a cáncer de cuello uterino. Ciertos tipos de VPH
pueden ocasionar una infección en la boca y la garganta. En algunas personas, esto puede
provocar cáncer bucal.

Este artículo trata acerca de la infección por el VPH.

Causas
Se piensa que el VPH bucal se disemina principalmente a través del sexo oral y los besos
profundos con lengua. El virus se pasa de una persona a otra durante la actividad sexual.

Su riesgo de contraer la infección aumenta si usted:

 Tiene más parejas sexuales

 Consume tabaco o alcohol

 Tiene un sistema inmunitario débil

Es más probable que los hombres tengan una infección bucal por VPH que las mujeres.
Se sabe que ciertos tipos de VPH causan cáncer de la garganta o laringe. Esto se denomina
cáncer orofaríngeo. El VPH-16 se asocia comúnmente con casi todos los cánceres bucales.

Los mucoceles son lesiones que acontecen en la mucosa oral a expensas de


una alteración en las glándulas salivales menores, y que en esencia consiste
en una acumulación de material mucoide. Esta sustancia mucoide se
retiene y acumula dando lugar a una tumefacción evidente y bien
circunscrita . Presentan dos factores etiológicos: traumatismos y la
1

obstrucción ductal . La incidencia se estima en 2,5 lesiones por cada 1.000


2

pacientes con mayor frecuencia en la segunda década de la vida ; con 3–5

menor frecuencia, en pacientes menores de un año de vida . Según Gatti et


6

al , solo hay descritos 5 casos de mucoceles congénitos en la literatura


7

inglesa.

Se realizó un estudio retrospectivo en pacientes con diagnóstico clínico de


mucocele oral congénito tratados en el servicio de cirugía oral y
maxilofacial del Hospital Infantil La Fe de Valencia entre los años 1998 y
2008. Los casos que se trataron quirúrgicamente fueron revisados una
semana antes de la cirugía para determinar si se habían resuelto
espontáneamente. Se realizaron con anestesia general debido a la edad de
los pacientes. Las lesiones fueron eliminadas quirúrgicamente mediante
una escisión elíptica con bisturí frío alcanzando la capa muscular. Las
lesiones fueron analizadas por el servicio de anatomía patológica del
hospital. Todos los pacientes fueron revisados un mes después de la cirugía
y 6 meses después. En ningún caso se produjo la recidiva de la lesión.

En el presente trabajo describimos 4 mucoceles congénitos, detallando a


continuación sus características clínicas y su tratamiento:

Caso 1

Niña de 6 meses de edad que presentaba desde el nacimiento una


tumoración exofítica de aspecto benigno, ligeramente de color azulada en
la cara ventral de la lengua (fig. 1). Tras la extirpación quirúrgica se obtuvo
el diagnóstico histopatológico de mucocele de extravasación.

Caso 2

Niño de 7 meses de edad que presentaba desde el nacimiento, en la úvula,


una tumoración exofítica, de base sésil, blanda a la palpación; el
diagnóstico clínico fue de mucocele. Tras 7 meses de seguimiento se
obtuvo resolución espontánea sin recidiva posterior.

Caso 3

Niño de 5 meses de edad, que presentaba desde el nacimiento en el labio


inferior, una lesión bien delimitada, la mucosa que recubre la tumoración
estaba integra. Era indoloro y no presentaba alteraciones funcionales. El
diagnóstico clínico fue de mucocele. A los 3 meses de seguimiento, se
produjo la resolución espontánea sin recidiva.

Caso 4
Niño de 4 meses de edad que presentaba desde el nacimiento, en mucosa
del labio inferior una lesión exofítica bien delimitada, no ulcerada y de
aspecto blanquecino (fig. 2). Se realizó la extirpación quirúrgica porque los
padres referían que interfería con la deglución. El diagnóstico
histopatológico fue de mucocele de extravasación.

Los mucoceles tienen una incidencia menor en pacientes menores de un


año de vida; así de una serie de 594 mucoceles en la población general,
Cataldo y Mosadami observaron un 2,7%. Según Gatti et al hay descritos
6 7

5 casos de mucoceles congénitos en la literatura inglesa. En nuestro


estudio, de los 4 mucoceles congénitos: 2 se trataron quirúrgicamente y los
otros 2 se resolvieron completamente tras un periodo de seguimiento de 7
meses.
En la práctica, los mucoceles casi nunca son considerados un problema
clínico. A pesar de todo, su aparición en los bebés recién nacidos puede
interferir en la lactancia materna, y su desarrollo se caracteriza por
episodios intermitentes de incrementos y descensos de volumen; en dos de
las lesiones que presentamos desaparecieron espontáneamente. Hay que
considerar el diagnóstico diferencial con las perlas de Epstein, nódulos de
Bohn y quistes dermoides y epidermoides. Los mucoceles tienen una
incidencia menor en pacientes menores de un año de vida; así de una serie
de 594 mucoceles en la población general, Cataldo y
Mosadami observaron un 2,7%. Según Gatti et al hay descritos 5 casos de
6 7

mucoceles congénitos en la literatura inglesa. En nuestro estudio, de los 4


mucoceles congénitos: 2 se trataron quirúrgicamente y los otros 2 se
resolvieron completamente tras un periodo de seguimiento de 7 meses.

En la práctica, los mucoceles casi nunca son considerados un problema


clínico. A pesar de todo, su aparición en los bebés recién nacidos puede
interferir en la lactancia materna, y su desarrollo se caracteriza por
episodios intermitentes de incrementos y descensos de volumen; en dos de
las lesiones que presentamos desaparecieron espontáneamente. Hay que
considerar el diagnóstico diferencial con las perlas de Epstein, nódulos de
Bohn y quistes dermoides y epidermoides

La estomatitis es el término general para describir una boca inflamada, dolorida y con
presencia de úlceras bucales. Puede alterar la capacidad de una persona para comer y hablar.
La estomatitis puede ocurrir en cualquier parte de la boca, incluyendo el interior de las
mejillas, la encía, la lengua, los labios y el paladar.
Sus causas son muy variables, desde una infección local, a una enfermedad sistémica, a un
irritante físico o químico, a una reacción alérgica o incluso estrés. En muchos casos las causas
son idiopáticas (irrupción espontánea de causa desconocida).
Infecciones como la candidiasis o la mononucleosis pueden ser causas de estomatitis, que se
muestran por ejemplo, con la aparición de manchas rojas en el paladar.

Tipos de estomatitis
Existen diferentes tipos de estomatitis en función de cómo se presentan sus síntomas:

 Estomatitis aftosa: Se caracteriza por la presencia de úlceras blancas o amarillentas


con un anillo externo rojo. Generalmente aparecen en las mejillas, la lengua o el
interior del labio.
 Estomatitis herpética: Se caracteriza por la presencia de llagas llenas de líquido que se
producen en o alrededor de los labios. Rara vez se forman en las encías o en el
paladar. Se suelen asociar con síntomas de hormigueo, sensibilidad o ardor antes de
que aparezcan las úlceras.
 Estomatitis angular: También conocida como queilitis angular es una condición que
causa manchas rojas e inflamadas en las comisuras de la boca donde los labios se
juntan y forman un ángulo. Puede aparecer en un lado de la boca o en ambos lados al
mismo tiempo.

Tratamientos para la estomatitis


El tratamiento de la estomatitis depende en gran medida de la causa que la provoca, por lo que
como medida principal habría que tratar dicha causa mediante medicamentos específicos si la
causa es por infección viral, bacteriana o por hongos.
Si la causa se desconoce, el tratamiento debe ir encaminado a aliviar los síntomas.
Los tratamientos destinados a aliviar los síntomas de la estomatitis pueden incluir un aumento
en el consumo de líquidos, toma de analgésicos como el paracetamol para la fiebre y el dolor,
medicamentos tópicos para disminuir el dolor y sobre todo mantener una buena higiene
oral para evitar una sobreinfección secundaria y usar agentes tópicos o enjuagues como
anestésicos, coberturas protectoras o incluso antiinflamatorios

Con la leucoplasia, se forman parches blancos y espesos en las


encías, en la parte interna de los pómulos, en la parte inferior de la
boca y, a veces, en la lengua. Se pueden eliminar los parches
raspándolos.

Los médicos no saben qué causa la leucoplasia, pero consideran


que la irritación crónica por tabaco, ya sea fumado, humedecido o
masticado, es la causa principal de su desarrollo.

Si bien la mayoría de los parches de la leucoplasia no son


cancerosos (son benignos), algunos presentan signos iniciales de
cáncer. Algunos tipos de cáncer de la parte inferior de la boca
pueden ocurrir cerca de los focos de leucoplasia. Y los focos
blancos mezclados con focos rojos (leucoplasia moteada) pueden
indicar el potencial de que aparezca el cáncer. Por lo tanto, es mejor
que consultes con tu dentista o profesional de atención primaria si
tienes cambios inusuales y persistentes en la boca.

Síntomas
Por lo general, la leucoplasia se presenta en las encías, el interior
de las mejillas, la parte inferior de la boca (debajo de la lengua) y, a
veces, en la lengua. No suele ser dolorosa y puede pasar
desapercibida durante un tiempo.

La leucoplasia puede presentarse:

 Como parches blancos o grisáceos que no desaparecen al


limpiar la zona

 Con textura plana o irregular

 Como zonas engrosadas o endurecidas

 Junto con lesiones rojas y abultadas (leucoplasia moteada o


eritroplasia), las cuales tienen más probabilidades de mostrar
cambios precancerígenos

Leucoplasia pilosa

La leucoplasia pilosa causa parches borrosos y blancos que se


asemejan a pliegues o rugosidades, generalmente a los lados de la
lengua. A menudo, se la confunde con la candidosis oral, infección
que se caracteriza por presentar parches blancos cremosos que
pueden limpiarse y que también es frecuente en personas con un
sistema inmunitario debilitado.

Cuándo consultar al médico

Aunque la leucoplasia no suele provocar molestias, a veces, puede


indicar una afección más grave.

Consulta con tu dentista o profesional de atención primaria si tienes


alguno de los siguientes síntomas:

 Placas blancas o llagas en la boca que no sanan por sí mismas


en un período de dos semanas

 Bultos o parches blancos, rojos u oscuros en la boca


 Cambios persistentes en los tejidos de la boca

 Dolor de oído al tragar

 Reducción progresiva de la capacidad para abrir la boca

Causas
Aunque se desconoce la causa de la leucoplasia, se cree que la
irritación crónica, como la que provoca el consumo de tabaco, ya
sea en cigarrillos o tabaco para mascar, es el factor responsable en
la mayoría de los casos. A menudo, los usuarios habituales de
productos de tabaco sin humo tarde o temprano presentan
leucoplasia en el lugar en el que sostienen el tabaco contra las
mejillas.

Otras causas de la irritación crónica son:

 Dientes irregulares, partidos o filosos que se frotan contra la


superficie de la lengua

 Dentaduras postizas rotas o que no calzan correctamente

 Consumo de alcohol a largo plazo

El dentista puede conversar contigo sobre la posible causa de la


leucoplasia en tu caso.

Leucoplasia pilosa

La leucoplasia pilosa se produce a causa de una infección que


ocasiona el virus de Epstein-Barr (VEB). Si has contraído la infección
por el VEB, el virus permanece en el cuerpo de por vida.
Normalmente, el virus se encuentra inactivo, pero si tu sistema
inmunitario está debilitado, especialmente debido al VIH o al sida, el
virus puede volver a activarse, lo que provoca enfermedades como
la leucoplasia pilosa.
Factores de riesgo
El consumo de tabaco, en especial, el que no tiene humo, supone un
riesgo elevado de contraer leucoplasia y cáncer bucal. El consumo
prolongado de alcohol aumenta el riesgo, y la combinación de
bebidas alcohólicas y tabaquismo lo incrementan aún más.

Leucoplasia pilosa

Las personas que tienen VIH/sida son particularmente propensas a


contraer leucoplasia pilosa. A pesar de que el uso de medicamentos
antirretrovíricos ha reducido la cantidad de casos, la leucoplasia
pilosa aún afecta a algunas personas con VIH positivo y podría ser
uno de los primeros signos de infección por VIH.

Complicaciones
Generalmente, la leucoplasia no causa daños permanentes en los
tejidos de la boca. Sin embargo, la leucoplasia aumenta el riesgo de
sufrir cáncer bucal. Los distintos tipos de cáncer bucal a menudo se
forman cerca de los parches de la leucoplasia y los mismos parches
pueden presentar cambios cancerosos. Incluso después de que se
extraigan los parches de la leucoplasia, el riesgo de contraer cáncer
bucal continúa.

Leucoplasia pilosa

Hay pocas probabilidades de que la leucoplasia pilosa provoque


cáncer, pero puede ser un indicio de infección por VIH o sida.

Prevención
Es posible que puedas prevenir la leucoplasia si evitas todos los
productos a base de tabaco o el consumo de alcohol. Habla con el
médico acerca de los métodos para ayudarte a dejar de fumar. Si
continúas fumando o mascando tabaco, o bebiendo alcohol, hazte
controles dentales frecuentes. Por lo general, los tipos de cáncer
bucal son indoloros hasta que están bastante avanzados, así que
dejar de fumar y de consumir alcohol es una de las mejores
estrategias de prevención.

Leucoplasia pilosa

Si tienes un sistema inmunitario debilitado, tal vez, no puedas


prevenir la leucoplasia pilosa, pero identificarla en una etapa
temprana puede ayudarte a recibir el tratamiento adecuado.

La gingivitis es una forma frecuente y leve de enfermedad de las


encías (enfermedad periodontal), que causa irritación,
enrojecimiento e hinchazón (inflamación) de la parte de las encías
que rodea la base de los dientes. Es importante tomar la gingivitis
en serio y tratarla rápidamente. La gingivitis puede llevar a una
enfermedad de las encías mucho más grave, llamada
«periodontitis», y a la pérdida de dientes.

La causa más frecuente de la gingivitis es una mala higiene bucal.


Los buenos hábitos de higiene bucal, como cepillarse los dientes al
menos dos veces al día, usar hilo dental a diario y realizarse
controles dentales periódicos, pueden ayudar a evitar o revertir la
gingivitis.

Síntomas
GingivitisOpen
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Las encías sanas son firmes y de color rosa pálido, y están bien
sujetadas alrededor de los dientes. Los signos y síntomas de la
gingivitis comprenden:

 Encías inflamadas o hinchadas

 Encías de color rojo oscuro o violáceo

 Encías que sangran fácilmente cuando te cepillas los dientes o


usas hilo dental

 Mal aliento

 Encías retraídas

 Encías sensibles

Cuándo consultar con el dentista

Pide una consulta con tu dentista si observas algún signo o síntoma


de gingivitis. Cuanto antes busques atención médica, más
probabilidades tendrás de revertir el daño causado por la gingivitis y
de evitar su evolución a una periodontitis.
Causas
La causa más frecuente de la gingivitis es una higiene bucal
deficiente que favorece la formación de placa en los dientes, lo que
causa inflamación del tejido de las encías que los rodean. Así es
cómo la placa puede causar gingivitis:

 La placa se forma en los dientes. La placa es una película


pegajosa invisible que está compuesta mayormente por
bacterias y que se forma en los dientes cuando los almidones y
los azúcares de la comida interactúan con las bacterias que
normalmente se encuentran en la boca. La placa requiere una
eliminación diaria porque se vuelve a formar rápidamente.

 La placa se convierte en sarro. La placa que queda en los


dientes puede endurecerse debajo de la línea de la encía y
transformarse en sarro, el cual acumula bacterias. El sarro
dificulta la eliminación de la placa, crea una protección para las
bacterias y causa irritación a lo largo de la línea de la encía.
Para eliminar el sarro, necesitas realizarte una limpieza dental
con un profesional.

 Las encías se inflaman (gingivitis). Cuanto más tiempo


permanezcan la placa y el sarro en los dientes, mayor será la
irritación de la parte de la encía que rodea la base de los
dientes, lo que causa inflamación. Con el tiempo, las encías se
hinchan y sangran con facilidad. También se pueden producir
caries dentales. Si no se trata, la gingivitis puede transformarse
en periodontitis y, con el tiempo, puede causar la pérdida de
dientes.

Factores de riesgo
La gingivitis es común: cualquiera puede padecerla. Algunos de los
factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir gingivitis son:

 Malos hábitos de cuidado bucal


 Fumar o mascar tabaco

 Edad avanzada

 Boca seca

 Mala alimentación, lo que incluye falta de vitamina C

 Restauraciones dentales que no están bien ajustadas o dientes


torcidos que son difíciles de limpiar

 Enfermedades que disminuyen la inmunidad, como la leucemia,


el VIH/sida o el tratamiento oncológico

 Determinados medicamentos, como la fenitoína (Dilantin,


Phenytek) utilizada para las convulsiones epilépticas, y algunos
bloqueantes de los canales de calcio utilizados para la angina
de pecho, la presión arterial alta y otras enfermedades

 Cambios hormonales; por ejemplo, aquellos relacionados con el


embarazo, el ciclo menstrual o el uso de píldoras
anticonceptivas

 Genética

 Enfermedades tales como ciertas infecciones virales o por


hongos

Complicaciones
La gingivitis sin tratar puede transformarse en enfermedad de las
encías y extenderse al tejido y el hueso subyacentes (periodontitis),
una enfermedad mucho más grave que puede llevar a la pérdida de
dientes.

Se ha considerado que la inflamación crónica de las encías está


asociada a algunas enfermedades sistémicas, como la enfermedad
respiratoria, la diabetes, la enfermedad de las arterias coronarias,
los accidentes cerebrovasculares y la artritis reumatoide. Algunos
estudios sugieren que las bacterias responsables de la periodontitis
pueden ingresar en el torrente sanguíneo a través del tejido de las
encías y pueden afectar el corazón, los pulmones y otras partes del
cuerpo. No obstante, se necesitan más estudios para confirmar esta
asociación.

La boca de trinchera, también conocida como «gingivitis ulcerativa


necrotizante», es una forma grave de gingivitis que causa úlceras y
sangrado en las encías, con infecciones y dolor. Si bien la boca de
trinchera hoy en día es poco común en los países desarrollados, sí
es frecuente en los países en desarrollo que tienen mala
alimentación y malas condiciones de vida.

Prevención
 Buena higiene bucal. Eso significa cepillarte los dientes
durante dos minutos al menos dos veces al día (por la mañana y
antes de ir a dormir) y usar hilo dental al menos una vez al día.
Mejor aún, cepíllate los dientes después de cada comida o
tentempié, o según te recomiende el dentista. Usar hilo dental
antes de cepillarte los dientes te permite eliminar las partículas
sueltas de alimentos y las bacterias.

 Consultas dentales periódicas. Debes visitar al dentista o


higienista dental periódicamente para hacerte una limpieza, por
lo general cada 6 a 12 meses. Si tienes factores de riesgo que
aumentan tus posibilidades de contraer periodontitis, como la
boca seca, el consumo de determinados medicamentos o el
tabaquismo, es posible que necesites una limpieza profesional
con más frecuencia. Realizarte una radiografía dental una vez al
año puede ayudar a identificar enfermedades que no se
detectan con un examen visual de los dientes y a supervisar los
cambios en tu salud dental.

 Buenas prácticas de salud. Prácticas tales como una


alimentación saludable y, si tienes diabetes, el control del
azúcar en sangre también son importantes para mantener una
buena salud de las encías.

Hemangioma
Los hemangiomas son proliferaciones benignas de vasos sanguíneos. Son los tumores más
frecuentes de la infancia y de la adolescencia. Clínicamente se muestran como una lesión de
tamaño variable y coloración rojo intenso y vinoso. El tratamiento es variable en función del
caso, desde una actitud conservadora hasta tratamientos más radicales (extirpación quirúrgica).

Los hemangiomas son proliferaciones benignas de vasos sanguíneos. Son los tumores más
frecuentes de la infancia y de la adolescencia, aunque en algunos casos se desarrollan en los
adultos. En muchos casos, la lesión representa un hamartoma o una malformación más que
una verdadera neoplasia.

Las localizaciones más frecuentes del hemangioma dental en el área bucofacial son los labios,
lengua, mucosa bucal, paladar y las encías. Produce problemas estéticos cuando se localiza en
la cara o en los labios. Cuando su localización es intraoral puede conllevar problemas
funcionales, relacionados con sus dimensiones, tales como dificultad en la respiración,
masticación, deglución, fonación.

Su presentación clínica muestra una lesión de tamaño variable y coloración rojo intenso y
vinoso. Al palpar la lesión transmite un tacto blando, y cuando se presiona sobre ella pierde la
coloración (isquemia) para recuperarla al cesar la presión. Dado su contenido en vasos
sanguíneos, los traumatismos por la estrecha proximidad con los dientes o prótesis dentarias
puede dar lugar a hemorragias. Su aspecto clínico es bastante variable, pueden presentarse
como pequeñas lesiones superficiales ó extensas, provocando deformaciones en las
estructuras involucradas.

Cuando son superficiales tienen un color rojo purpúreo o rojo violáceo. Cuando están situados
profundamente pueden verse de un color más tenue que varía del rosado al rojizo, este cambio
en la coloración va a depender del tamaño de los espacios vasculares y de la situación de la
lesión con respecto a la superficie. Así cuando los espacios vasculares son grandes,
numerosos y situados cerca de la superficie el color es rojo; pero sí los espacios vasculares
son pequeños, profundos y formados por una mezcla de conductos arteriales y venosos el
color es de violeta o azul. Estas lesiones palidecen cuando se ejerce presión sobre ellas, pues
la sangre es forzada a fluir de los espacios vasculares, volviendo a llenarse al eliminar la
presión.

Histopatológicamente se distinguen en tres variantes: Capilar, Cavernoso y Esclerosante; la


mayoría de las lesiones son de tipo capilar, las extendidas suelen ser del tipo cavernoso y las
profundas a menudo son de la variedad esclerosante
El hemangioma capilar es el más frecuente. Está formado por vasos sanguíneos del tamaño de
los capilares con apariencia normal y separados por tejido conectivo. El microscopio muestra
que las lesiones tienen límites definidos, pero no poseen cápsulas. Histológicamente se
caracterizan por un acumulo apretado de capilares de pared delgada separados por estroma
escaso de tejido conjuntivo. Estos capilares revestidos por células endoteliales normales,
contienen sangre, algunas veces la luz de los vasos presentan fenómenos de trombocitosis y
de organización parcial o completa.

Pueden observarse también proliferación aislada de células endoteliales sin canalización y


grados moderados de infiltración inflamatoria linfoplasmocitaria. Son más frecuentes en
mujeres que en hombre (3-5:1). La lesión se inicia en la piel como un área plana de color roja,
que se manifiesta durante el nacimiento o durante las primeras semanas de vida. La lesión
prolifera rápidamente durante los siguientes 6-12 meses, produciendo una lesión elevada, con
frecuencia lobulada, de color rojo o púrpura. Su tamaño se estabiliza para posteriormente
sufrir una regresión con el paso de los años. Se ubican principalmente en aquellas
localizaciones que están más expuestas a los traumas.

El hemangioma juvenil es un hemangioma capilar inmaduro y altamente celular. Estas


lesiones son frecuentes en la región parotídea. Son los tumores más frecuentes de la glándula
parótida en niños. Conforme pasa el tiempo, el tumor se hace menos celular y no se distingue
de un hemangioma capilar típico.

tamaño con apariencia irregular. En lesiones pequeñas puede haber uno o dos conductos
vasculares formando la totalidad del proceso. Macroscópicamente consiste en una masa
esponjosa de color rojo azulado. Histológicamente no es encapsulado y está formado por
canales vasculares y regulares grandes, llenos parcial o completamente de sangre. Estos
canales están separados por tejido conjuntivo más o menos abundante Suelen aparecer en la
infancia y son más frecuentes en mujeres que en hombres. La cabeza y el cuello son las
regiones afectadas con mayor frecuencia. Este tumor benigno suele ser de mayor tamaño y
con frecuencia afecta a estructuras profundas. No suele sufrir regresión espontánea.

El Hemangioma esclerosante se localiza en partes profundas de la mucosa bucal. Son


hemangiomas capilares que se transforman en un tumor sólido en base a la proliferación del
tejido conjuntivo. Microscópicamente son formaciones de contornos imprecisos y de
consistencia firme. Microscópicamente el tumor no es encapsulado y está formado por canales
vasculares separados por tejido conjuntivo fibroso, este último se dispone en remolinos y
fascículos concéntricos en cuyo caso suelen encontrarse conductos vasculares comprimidos y
obliterados casi totalmente .Otras veces la conformación es mixta (hemangioma mixto).

Lengua peluda
La lengua vellosa negra es una enfermedad bucal, inofensiva y
temporal que le da a la lengua un aspecto oscuro y peludo. En
general, el aspecto distintivo se debe a una acumulación de células
cutáneas muertas en las numerosas proyecciones diminutas
(papilas) de la superficie de la lengua que contienen botones
gustativos. Estas papilas, que son más largas de lo normal, pueden
atrapar bacterias, hongos, tabaco, alimentos u otras sustancias, y
mancharse con estos fácilmente.

Aunque la lengua vellosa negra puede tener un aspecto alarmante,


normalmente no causa problemas de salud y, por lo general, no
provoca dolor. La lengua vellosa negra se suele solucionar al
eliminar las posibles causas o los factores que contribuyen a la
afección y practicar buenos hábitos de higiene bucal.

Síntomas
Los signos y síntomas de la lengua vellosa negra son los siguientes:

 El cambio de color de la lengua a un tono negro, aunque puede


ser marrón, tostado, verde, amarillo o blanco

 Una apariencia vellosa o peluda de la lengua

 Alteración del gusto o sabor metálico en la boca

 Mal aliento (halitosis)

 Arcadas o sensación de cosquilleo si el crecimiento de las


papilas es excesivo

Cuándo consultar al médico

Aunque poco atractiva, la lengua vellosa negra es generalmente una


afección temporal e inofensiva.

Consulta con el médico en estos casos:


 Te preocupa el aspecto de tu lengua

 La lengua vellosa negra persiste a pesar de cepillarte los


dientes y la lengua dos veces al día

Enfermedad periodental

La periodontitis, también llamada enfermedad de las encías, es una grave


infección de las encías que daña el tejido blando y que, sin tratamiento, puede
destruir el hueso que sostiene los dientes. La periodontitis puede hacer que los
dientes se aflojen o que se pierdan.

La periodontitis es frecuente, pero puede prevenirse en gran


medida. Suele ser el resultado de una mala higiene bucal. Cepillarse
los dientes por lo menos dos veces al día, usar hilo dental
diariamente y hacerse revisiones dentales con regularidad puede
mejorar enormemente las posibilidades de un tratamiento exitoso de
la periodontitis y también puede reducir las posibilidades de
desarrollar enfermedades.

Síntomas
Las encías sanas son firmes y de color rosa pálido, y encajan
perfectamente alrededor de los dientes. Los signos y síntomas de la
periodontitis pueden comprender los siguientes:

 Encías inflamadas o hinchadas

 Encías de color rojo brillante, rojo oscuro o morado

 Encías sensibles al tacto

 Encías que sangran fácilmente

 Cepillo de dientes teñido de rosa después del cepillado

 Escupir sangre al cepillarse los dientes o al usar el hilo dental

 Mal aliento
 Pus entre los dientes y las encías

 Dientes flojos o pérdida de dientes

 Dolor al masticar

 Se crean nuevos espacios entre los dientes

 Encías que se retraen de los dientes (se reabsorben), lo que


hace que los dientes se vean más largos de lo normal

 Cambio en la manera en que se unen los dientes al morder

Cuándo consultar al dentista

Sigue las recomendaciones de tu dentista para los controles


periódicos. Pide una cita con tu dentista lo antes posible si observas
algún síntoma de periodontitis. Cuanto antes busques atención
médica, mejores serán tus posibilidades de revertir el daño de la
periodontitis.

Causas
En la mayoría de los casos, el desarrollo de la periodontitis
comienza con la placa, una película pegajosa compuesta
principalmente por bacterias. Si no se trata, la placa puede
eventualmente puede provocar periodontitis:

 La placa se forma en los dientes cuando los almidones y los


azúcares de la comida interactúan con las bacterias que se
encuentran normalmente en la boca. Cepillarse los dientes dos
veces al día y usar hilo dental una vez al día remueve la placa,
pero se vuelve a formar rápidamente.

 La placa puede endurecerse bajo la línea de la encía y


convertirse en sarro dental (tártaro) si queda en los dientes. El
sarro dental es más difícil de eliminar y está lleno de bacterias.
Cuanto más tiempo permanezcan la placa y el sarro dental en
los dientes, más daño pueden hacer. No puedes deshacerte del
sarro dental cepillándote los dientes y usando hilo dental,
necesitas que un profesional te realice una limpieza dental para
quitarlo.

 La placa puede causar gingivitis, el tipo más leve de


enfermedad de las encías. La gingivitis es la irritación e
inflamación de la parte del tejido de la encía que rodea la base
de los dientes (tejido gingival). La gingivitis puede revertirse con
un tratamiento profesional y un buen cuidado bucal en casa.

 La inflamación continua de las encías puede causar


periodontitis, que hace que eventualmente se formen bolsas
entre las encías y los dientes que se llenan con placa, sarro
dental y bacterias. Con el tiempo, estas bolsas se hacen más
profundas, y acumulan más bacterias. Si no se tratan, estas
infecciones profundas causan pérdida de tejido y hueso, y
finalmente, puedes perder uno o más dientes. Además, la
inflamación crónica continua puede sobrecargar tu sistema
inmunitario.

Factores de riesgo
Estos son algunos de los factores que aumentan el riesgo de
periodontitis:

 Gingivitis

 Hábitos de salud oral deficientes

 Fumar o mascar tabaco

 Cambios hormonales, como aquellos relacionados con el


embarazo o la menopausia

 El uso de drogas recreativas, como fumar marihuana o vapear.

 Obesidad

 Nutrición inadecuada, incluida la deficiencia de vitamina C

 Genética
 Ciertos medicamentos que provocan sequedad de la boca o
cambios en las encías

 Afecciones que causan una disminución de la inmunidad, como


la leucemia, el VIH/SIDA y el tratamiento del cáncer

 Ciertas enfermedades, como la diabetes, la artritis reumatoide y


la enfermedad de Crohn

Complicaciones
La periodontitis puede causar la pérdida de dientes. La bacteria
responsable de la periodontitis puede entrar en el torrente
sanguíneo a través del tejido de las encías, afectando posiblemente
a otras partes del cuerpo. Por ejemplo, la periodontitis está
relacionada con las enfermedades respiratorias, la artritis
reumatoide, la enfermedad de las arterias coronarias y los
problemas de control de la glucosa sanguínea en la diabetes.

Prevención
El mejor modo de prevenir la periodontitis es seguir un programa de
buena higiene bucal, que comience en los primeros años y se
practique consistentemente durante toda la vida.

 Buena higiene bucal. Eso significa cepillarte los dientes


durante dos minutos al menos dos veces al día, por la mañana y
antes de ir a dormir, y usar hilo dental al menos una vez al día.
Usar hilo dental antes de cepillarte los dientes te permite
eliminar las partículas sueltas de alimentos y las bacterias. Una
buena higiene bucal evita el desarrollo de un ambiente
alrededor de los dientes que sea favorable para las bacterias
específicas que causan la enfermedad periodontal.

 Visitas dentales regulares. Visita al dentista o higienista dental


periódicamente para hacerte una limpieza, por lo general cada
seis a 12 meses. Si tienes factores de riesgo que aumentan tus
posibilidades de contraer periodontitis, como la boca seca, el
consumo de determinados medicamentos o el tabaquismo, es
posible que necesites una limpieza profesional con mayor
frecuencia.

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