Libro Completo Relatos en Tiempos de Pandemia
Libro Completo Relatos en Tiempos de Pandemia
Libro Completo Relatos en Tiempos de Pandemia
PANDEMIA
TRABAJO COLABORATIVO
ESTUDIANTES DE LA MODALIDAD
JÓVENES Y ADULTOS
NEUQUÉN 2022
Consejo Provincial de Educación del Neuquén. Dirección General Modalidad Jóvenes
y Adultos
Relatos en tiempo de pandemia : trabajo colaborativo estudiantes de la modalidad
jóvenes y adultos / 1a ed. - Neuquén : Centro Editor, 2022.
74 p. ; 21 x 15 cm.
ISBN 978-987-48611-5-3
Diseño y maquetación
Iván Moyano
cedie.neuquen.edu.ar/CENTRO EDITOR
Gobernador
Cr. Omar Gutiérrez
Vicegobernador
Cr. Marcos Koopmann
Presidenta
Prof. Ruth Flutsch
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Prólogo
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Prólogo
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te entre todos nos cuidamos muy bien y de esta sale,
eso sí, tené en cuenta lo que te estoy diciendo, no salir
a ningún lado y cuando alguno salga, lavarse bien las
manos, andar con barbijo y todo va a funcionar.
Por estos momentos seguro ya se te cruzaron pregun-
tas como ¿si te contagias que va a pasar? ¿me voy a mo-
rir? ¿qué va a pasar con la familia? ¿la vacuna cómo va
a afectar a nuestro cuerpo? ¿realmente la vacuna nos va
a ayudar?
Tranquilo; desde ya te digo que todos en la familia
nos vacunamos y por suerte más que el pinchazo no
va a ser, eso sí la vacuna ayuda a que los síntomas sean
leves, no evita que te contagies, así que una vez que te
la pongas seguí cuidándote. Por suerte esta pandemia a
la casa no entró.
Desde acá te digo que, con cuidarse mucho y seguir
las reglas alcanza, nos espera un futuro brillante, así
que por favor seguí al pie de la letra todo lo que te conté
y vamos a estar muy bien.
Emanuel F.
Nucleamiento N° 6 - Piedra del Águila
Formación por Proyecto
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El valor de la libertad
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Todo el universo estaba bajo la maldición de este ser
siniestro, por lo tanto, no había escapatoria ni sitio se-
guro.
El manto verde de la esperanza moría poco a poco,
como una seca planta marchita.
Sin embargo, los magos, hadas y hechiceros del pla-
neta, seguían buscando una fórmula destructiva y letal.
Es así que un buen día, hallaron una luz esperanzado-
ra, de la mano de una mágica preparación, que parecía
ser la solución efectiva, que tanto buscaban.
Una parte del pueblo estaba descreída de este brebaje
propuesto por los hechiceros, mientras que otros gru-
pos deseaban tenerlo cuanto antes.
Se generaron aglomeraciones de todos los que con
desesperación buscaban la salvación, el aire puro, la ali-
mentación saludable, el movimiento del cuerpo, la paz
de la mente y del corazón.
El tiempo pasó y el temido monstruo perdió fuerza.
En su recorrido fue sanando y cerrando etapas, aclaran-
do la visión, y ordenando los sentimientos de la gente.
También regaló tranquilidad, paz, equilibrio y muchas
certezas.
Hoy, se sabe que, para estar bien, para ser fuerte y
para enfrentar a este y a otros monstruos, es necesario
unir fuerzas.
Entendimos que es vital cuidarnos y cuidar a quienes
nos rodean, porque sólo acompañados y queridos, so-
mos invencibles.
Silvia C., Joaquin C., Mauricio G., Lucas R., Adelia B.,
Rita V. Laura S., Abril M., Isabel T.
Relato de tercer ciclo - E.P.A. N° 6 - Neuquén
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“Vivencias en tiempos de pandemia”
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transportador de males o malas noticias…
Así sucedió aquella tarde gris y ventosa. Llegaron a
casa mi hermano, mi hijo y mis nietos. Separados por la
cerca, en la vereda, yo sólo pregunté: -¿Cómo está Susy?
Ninguno de ellos pudo responder, pero vi la respuesta
en sus ojos tristes, en las miradas ausentes y perdidas…
y comprendí lo que había sucedido.
Así, en la sombría tarde, en la frialdad de estar separa-
dos por una reja, tratamos de consolarnos.
Fue uno de los momentos más dolorosos de mi vida,
no poder abrazar a mi sobrino ante la irreparable y te-
rrible pérdida de su madre, no poder ir al cementerio a
darle el último adiós… parecía un sueño… una escalo-
friante pesadilla de la cual no podía despertar.
Creo que la humanidad entera jamás imaginó que este
virus iba a paralizar nuestras vidas y lo peor que venía
acompañado de dolor, sufrimiento, desorientación, an-
siedad, estrés y quebranto.
Tal vez fue un mensaje de nuestro Dios, tal vez quiso
decirnos que lo mundano es sólo un envase y que es
tiempo que realmente los seres humanos HONREMOS
Y VALOREMOS LA VIDA… pero ojalá nunca más vol-
vamos a pasar por esto…
Etelvina V.
Tercer ciclo - C.E.P.A. N° 121 - Picún Leufú
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Nuestras vivencias en pandemia
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presión, angustia y soledad.
Sin embargo, durante esta difícil época en donde mu-
chas personas no tenían trabajo y no podían alimentar
a sus familias, surgieron propuestas solidarias tales: co-
medores barriales, cajas o bolsas de alimentos, y activi-
dades comunitarias de ayuda.
Se amplió la forma de comunicarnos y también nues-
tro vocabulario, aprendimos palabras como videolla-
madas, zoom, meet y hubo urgencias por aprender a
instalar y usar aplicaciones en nuestros celulares, como
así también modernizarlos, ya que muchos eran obso-
letos.
Esperábamos con ansiedad y alegría el horario para
comunicarnos con nuestros compañeros y docentes.
Tratamos de elegir un lugarcito en nuestra casa para
socializar y aprender y que no molestaran mientras es-
tábamos en clase, aunque hubo algunas interrupciones.
Hubo dificultades relacionadas a la conexión de in-
ternet, y se acentuaron diferencias relacionadas a la fal-
ta de dispositivos acordes.
Particularmente nuestro grupo sufrió las consecuen-
cias de lo antes mencionado, y varias personas mayores
no pudieron comunicarse virtualmente, y debieron vol-
ver a su lugar de origen por razones económicas. Tam-
bién sufrimos la pérdida de un compañero, que nos cos-
tó mucho salir adelante.
Esta pandemia nos dejó grandes enseñanzas, valorar
nuestras familias y amigos/as, tener la libertad de mo-
vernos, de asistir de manera presencial a clase, de tomar
mate con amigos/as, de abrazarnos y saludarnos con
un beso, a viajar, etc, A LAS COSAS SENCILLAS Y CO-
TIDIANAS QUE NOS ALEGRAN LA VIDA.
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Texto Colaborativo:
Mara M., María V.,
Pablo D. M., y Víctor V.
Estudiantes con CUD. de 1er ciclo y 3er ciclo.
E.P.A. N° 10 - Sede Nro. 89 Turno Vespertino
San Martín de los Andes
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Mi vida en pandemia
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“Yo por miedo también me fui de mi pueblo en busca
de refugio y compañía mutua con mi hija, la soledad e
incertidumbre pesaba mucho, pero fue ahí donde a pe-
sar de todos los recaudos tomados me enfrente al ene-
migo, realmente ataco con fuerza y me hizo retroceder,
sentí que me aplastaba con su fuerza y me costó bas-
tante afirmarme y empezar a salir adelante, costó, pero
paso a paso lo vencí.”
“Yo viví toda la cuarentena en Las Coloradas, donde
con el pasar de los días la desazón, la angustia y pánico
empezaba a hacer mella en todo el pueblo, el encierro,
y más aún sentirte un delincuente si tenías que salir por
algún motivo, hacía que la tristeza después de las 18hs
se haga desesperante. Sin embargo el alcohol en gel los
barbijos no fueron suficiente para detener al enemigo,
que entro en mi hogar atacando sin piedad ni compo-
sición, a mi hijo y a mí, y siendo solo nosotros dos co-
menzamos a sentir la soledad aunque la comunidad se
solidarizó con nosotros, nos traían comida, leña para
calefaccionarnos y remedios y si necesitábamos algo
mas también; mi hijo salió pronto adelante, pero yo
pase momentos duros, la falta de aire fue lo principal ,
y como un ladrón salía a escondidas al patio de casa a
poder tomar aire y respirar un poco mejor tratando de
dominar el miedo y pánico que me invadía, por mi es-
tado de salud y por el hecho que si un vecino me veía y
denunciaba te hacían multas porque estaba totalmente
prohibido salir de la casa si estabas contagiado, pero no
me deje doblegar y salí adelante derrotando a un ene-
migo que en un momento me hizo llorar por impoten-
cia de no contar con los medios para enfrentarlo.”
Hoy estamos aquí como un grupo recordando lo vivi-
do, desde el campo a la ciudad, desde los remedios ca-
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seros hasta los de farmacia, todos sirvieron para enfren-
tar al Covid 19 y mitigar el dolor que otros sufrieron
por ver morir a sus seres queridos. Nosotros perdimos
a una compañera; a pesar de esto hoy nos sentimos más
fuertes, aunque no bajamos la guardia.
David G.
E.P.A. N°10 - Casa 86 - San Martín de los Andes
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Anécdotas en pandemia
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eso nos dio confianza o nos relajó como familia.
Pasamos por una montaña rusa de emociones, senti-
mientos y sensaciones en donde día a día íbamos in-
corporando desde hábitos hasta vocabulario nuevo, pa-
sando unas cuantas páginas ya de este capítulo de mi
vida, recuerdo una anécdota, algo que me paso. Fue en
mi trabajo, éramos cuatro compañeros que estábamos
en un campamento y uno de nosotros se contagió, no
supimos cómo, porque como dije éramos cuatro perso-
nas que estábamos aisladas de todo, no veíamos a na-
die. Para que no nos bajaran y lo aislaran en Neuquén
en un hotel (porque era lo que se hacía en ese momen-
to, además de descontar los días, te señalaban como “el
contaminado con algo terminal”) decidimos no avisar
nada. Como teníamos un diagrama re largo de 28 días
de trabajo por 14 de franco, no avisamos nada; fueron
cuatro o cinco que anduvimos muy engripados sin sen-
tir el gusto a la comida, perdimos el olfato, pero nada
más que eso. Entonces para cuando ya teníamos que
salir de franco ya estábamos bien, sólo que no teníamos
olfato casi ninguno de los cuatro, no sé ni cómo pasa-
mos los test de control de salida, pero salimos y regre-
samos, todo bien fue. Creo que leve dentro de todo lo
que habíamos visto o escuchado.
Qué más decir... esta bestia que un día apareció nos
marcó de una u otra manera, y al final cada momento
vivido deja un aprendizaje que nos ayuda a crecer. Po-
der sacar fuerzas para continuar se convirtió en cosa de
todos los días, y así fue pasando el tiempo y hoy por
suerte estamos todos bien.
Germán C.
Nucleamiento N° 6 - Piedra del Águila
Formación por Proyecto
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¡¡¡Cómo lo viví yo!!!
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enorme, pero a su vez nos llenaba de tranquilidad que
no fue el Covid que se lo llevó, fue su vejez: su corazón
ya no quería más y decidió partir.
Yo fui a acompañar a mis hijos, en ese momento ya no
era tan estricto, se podía circular un poco más. Como
era una persona muy importante para la Comunidad
Mapuche Curruhuinca, comenzó a sumarse más gente,
cuando nos dimos cuenta era un mundo de gente que
venían a despedirlo al abuelo. Si bien hubo prevencio-
nes algunos lo entendieron y otros no, no se usó barbijo,
ni hubo distanciamiento ni nada.
Y una de las consecuencias fue que comencé a sentir-
me mal, como a los cuatro días después, esto fue el día
viernes, el lunes fui al hospital y el hisopado dio positi-
vo directo. Tenía el virus instalado en mi cuerpo, sentía
mucho dolor, fiebre, tos interminable, cansancio, sólo
quería dormir y no tenía apetito. Antes de enfermar pe-
saba 80 kilos y cuando mejoré llegué a los 67 kg.
Mi nene me cocinaba, me atendía, pobrecito. Fue el
único que quedó aislado conmigo, no tuvo casi sínto-
mas, me cuidó los 15 días, me hablaba, me hacía levan-
tar, me pedía que no me rindiera. Fue muy triste para él
verme en ese estado. Él se ocupaba de llamar a los otros
hermanos para pedirles remedios, ellos nos traían cosas
para comer; remedios caseros para mejorar porque es-
taba muy mal y creo que mi chiquito me dio la fuerza
para salir adelante.
Mientras iba mejorando, me enteraba que Anita se
estaba muriendo; ella era una de las chicas que se había
contagiado conmigo... y al mes falleció Clementina. Las
tres nos contagiamos en el mismo momento y sólo yo
sobreviví, que tristeza más grande por ellas, por su fa-
milia y a la vez agradecida a Dios de poder disfrutar de
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mi familia de nuevo. Tal vez no era mi hora y Dios me
dio la oportunidad de estar acá con mis hijos.
Pasaron varios meses y las secuelas quedan, siento
ahogamientos, esa tos que nunca se fue. Tuve pérdida
del olfato y del gusto, agarraba la sal y le echaba a la
comida, mi nene la tiraba a la basura porque estaba in-
comible de tanta sal que tenía, pero yo no sentía nada.
Cuando empezaron a salir las vacunas fue un alivio,
todo el mundo esperanzado que este virus se fuera de
este mundo. Yo me coloqué tres dosis. Y aunque el vi-
rus sigue estando, las vacunas han logrado aplacar y
combatir la mortalidad que éste provocaba.
¡Qué más decir, sólo agradecer a Dios que me haya
dado la oportunidad de estar aquí y aunque mi expe-
riencia fue dolorosa y la tristeza que me provocó la pér-
dida de mis amigas, soy una agradecida de poder estar
aquí, la vida es linda… sólo hay que saber vivirla!
Bristela B.
3er ciclo. E.P.A. N° 10 – SEDE- San Martín de los Andes
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“Un poblador muy conocido”
Leontina C.
Tercer ciclo. Nucleamiento N° 9 - anexo El Huecú
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Experiencia escolar en pandemia
Mirtha Yanet V.
3° C T.M. Nucleamiento N° 3- Neuquén
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Mirtha Yanet V.
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Cuento
Liliana C.
Nucleamiento N° 9 - Loncopué
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Tiempos de pandemia
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do. Para mí fue una tortura, no podía salir, me asfixiaba
el tapa boca.
Un día me enteré de que mi hija tenía ese virus, pare-
cía que se me terminaba el mundo, fue muy fuerte esa
noticia para mí, decía: “mi hija no, Dios mío”. Siempre
creí en Dios, pero en ese momento parecía que no tenía
fuerzas, no podía hacer nada para ayudarla. Sólo le pe-
día a dios que no llegara al hospital, que sea leve. Me
aferré más a Dios con toda mi fe, pidiendo por todos.
Después se contagió mi otra hija, yo sin poder ir a su
casa para ayudarla, tenía que hacerlo desde afuera, gra-
cias a Dios fue leve.
Preocupada por todos, tratando de ayudar a los que
podía con lo que tenía, lo hacía con toda la fe y desde
lo más profundo de mi corazón. Me sentía útil en poder
dar una mano al que podía.
Estuve más de un año sin poder ver a mi otra hija,
porque ella se refugió en su casa con su familia; yo su-
fría como mamá y me olvidé de mí. Cuando me di cuen-
ta de que ya no tenía fuerzas recurrí a la doctora, quien
me hizo unos análisis. Cuando vió los resultados se dio
cuenta de que tenía pocas defensas, que me faltaban
vitaminas, había bajado mucho de peso. Me mandó a
resguardarme con tratamientos de vitaminas para subir
mis defensas, me recomendó que estuviera tranquila.
Yo creo en la medicina natural, empecé a hacerme ja-
rabes, jugos, té. Gracias a Dios pude salir adelante con
todo, pero todavía me está controlando la doctora. Sigo
con algunos altos y bajos, empecé a tejer y a limpiar mu-
cho.
Un día me puse a buscar fotos de mis hijas y nietas,
las fui seleccionando desde bebés hasta los quince años;
con cada foto que encontraba lloraba. Con lágrimas y
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pensamientos logré hacerles un video con música, ex-
plicándoles cada paso de sus vidas, desde que Dios me
dió la posibilidad de ser mamá de tres bellas hijas, me
costó, pero pude hacerlo. Me lloré la vida con esos vi-
deos, pero quería que sepan lo mucho que las amo y las
amaré hasta que mi Dios me dé vida.
Cuando pasó un poco la pandemia mi marido vino a
casa, le mostré los videos y los vi llorar. Me decía: “te
felicito, muy lindo”, y se le caían las lágrimas.
En ese tiempo me di cuenta de que era yo la que lla-
maba a todos y preguntaba cómo estaban, recibí uno
que otro mensaje de personas que conocía, pero de mi
familia nada, lo que me ponía muy triste. Yo decía: “no
valgo un mensaje de mi familia, de mis hermanos, y de
los que dicen ser amigos”. Un solo amigo del corazón
estuvo siempre con sus mensajitos y con la palabra fra-
ternal.
Debido a esto me aferré más a Dios; gracias a la forta-
leza que encontré en él, hoy sigo de pie. Estoy viviendo
algo muy lindo, Dios hizo que se abriera la escuela para
adultos que tanto esperaba, y puso una profesional en
mi camino, por eso le pongo toda la voluntad. Encon-
trarme con estos compañeros para mí es lo más lindo,
y les doy las gracias por mis compañeros, compañeras
y mi seño.
Hilda J.
Anexo E.P.A. Nº 8 - Añelo
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Hilda J.
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La pandemia en los parajes
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desde la perspectiva material que incluiría desarrollar
una infraestructura suficiente en salud, sino que tam-
bién en el campo ético ha dejado temas reflexivos como
valorar la vida, la solidaridad, compasión, reciprocidad
y honestidad. Aunque muchos manifestaron actitudes
de egoísmo, incredulidad, injusticia y mentira; lo que
evidencia que las crisis sacan a la luz lo mejor y lo peor
de la libertad humana.
Lo que más nos caracterizó en estos tiempos de miedo
fue la vulnerabilidad y sentirnos indefensos ante una
enfermedad invisible pero tan letal como las armas que
se utilizan en una guerra.
Mónica Elizabeth S.
Tercer ciclo C.E.P.A. N° 121 Picún Leufú
Durante la pandemia…
Mirta C.
E.P.A. N° 10 - Sede C.I.C. - Cordones del Chapelco
San Martín de los Andes
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2020 Un año inolvidable
Soledad A.
E.P.A. Nº 10 - San Martín de los Andes
3er. ciclo. Turno vespertino. Sede casa 4.
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Nuestros momentos en pandemia
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barrio: de repente una ambulancia para al lado de nues-
tra casa, bajaron personas todas vestidas de blanco, no
se les veía ni la cara, apenas un recuadro trasparente,
nos impresionó bastante y nos preguntamos qué estaría
pasando; horas después nos enteramos que mi vecina,
María, quien vivía con sus dos hijos, Carlos y Juan de 5
y 12 años, se contagiaron, por lo cual los habían venido
a hisopar: tuvieron que ser aislados y debieron cum-
plir cuarentena obligatoria. Por medio de mensajes de
WhatsApp, mi vecina me escribió y nos pidieron ayu-
da para que les hiciéramos los mandados; por supuesto
que no lo dudamos ni por un instante, en esos momen-
tos de pandemia la solidaridad era fundamental para
poder salir adelante y cuidarnos entre todos.
Luego de llevar un largo tiempo de permanecer sólo
en casa y pudiendo hacer salidas, decidimos con mis
hijos ir a renovar energías, a que nuestras paredes se
ampliaran un poco y nos fuimos al campo; ellos ya no
aguantaban el encierro. Mientras estuvimos allá disfru-
tamos de la libertad de poder salir a caminar, de poder
salir sin tener que usar barbijo, de andar otra vez libre-
mente sin distanciamiento, lavado de manos ni pen-
sando cuando regresábamos a la casa si nos habíamos
contagiado, la mente estaba mucho más relajada. Nos
manteníamos informados a través de la radio, cuando
escuché que ya había salido varias vacunas para curar,
frenar a ese monstruo, entre ellas estaba la Sputnik, Mo-
derna, Astrazeneca, Sinopharm y que era una obliga-
ción de ponerse hasta la tercera dosis, así que en ese
momento decidimos regresar.
Recuerdo que a mi hija le pusieron la Astrazeneca y
le afectó muy mal, estuvo con dolor de cuerpo, decai-
miento, dolor de cabeza, sueño, mucha temperatura, y
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le agarró una depresión que le costó un tiempo recu-
perarse. Nosotros, como familia, nos encontrábamos
muy preocupados, no sabíamos muy bien como poder
ayudarla, ir al hospital no era nada fácil ya que todo el
tiempo se corría riesgo de poder contagiarse. La acom-
pañamos estando a su lado, yo le charlaba mucho, le
dábamos confianza de que todo iba a pasar y se iba a
recuperar. Pasaron los días y por suerte todo salió más
que bien, ella se recuperó, volvió a ser la misma de
siempre y eso quedó y quedará como una anécdota más
de lo que fue vivir en pandemia.
Ahora de vez en cuando miro las noticias, pero algo
en mi rutina cambió: ya nada es igual, disfruto los días
al máximo conversando con mis amigos, familiares, pa-
seando, aprovechando cada momento de la vida.
Elsa C.
Nucleamiento N° 6 – Piedra del Águila
Formación por Proyecto
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Nuestras vivencias
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Covid 19
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nos llevó familiares, amigos, conocidos de muchos
años. A muchas familias les afectó en su economía ya
que no podían concurrir al trabajo. Más que nada esas
familias que viven del trabajo diario.
A mí personalmente me tocó desde mi trabajo acom-
pañar a los bomberos voluntarios. Éramos unas de las
cinco instituciones que estábamos más cerca de la gente
junto al hospital, policía, desarrollo social, municipali-
dad, defensa civil, etc.
La colaboración que se prestaba desde la institución
era acercarles a las familias con casos confirmados ali-
mentos, remedios, agua, elementos de limpieza para
desinfectar sus hogares. Usando todos los elementos
de protección como por ejemplo guantes, barbijos, tra-
jes impermeables para la protección personal de cada
bombero, y respetando todos los protocolos sanitarios.
Dando lugar y prioridad a las instrucciones médicas.
Como por ejemplo pedirle a la población el uso de bar-
bijo y mascarillas para prevenir que se propagara más
el virus. Diariamente, como lo solicitaba el comité de
emergencia con un móvil de la institución a través de
un parlante por toda la localidad, se le pedía a la socie-
dad quedarse en casa y cumplir con lo que solicitaban
los médicos, ayudarnos y cuidarnos entre todos. Nues-
tra colaboración era con los móviles, equipos adecuados
con los que desinfectábamos espacios públicos. Muchos
lugares donde transitaba gente.
Hay muchas cosas sobre las que nos hizo reflexionar
la epidemia como, por ejemplo, nos hizo ver que cuan-
do llegan situaciones como ésta somos todos iguales: no
hay diferencias de edad ni de clase social, chico, gran-
des, pobres, ricos.
A mí me marcó, me dejo una sensación de tristeza el
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ver que familias enteras hoy ya no están, personas que
queriendo ayudar al prójimo se contagiaban sin poder
salir de la situación como también lo de no poder darles
el último adiós a familiares y amigos que nos llevó este
Covid 19. Gracias a Dios seguimos dándole batalla y
esperamos que todo se termine pronto.
Mirta I.
Ciclo: 3° anexo E.P.A. N° 8 - Añelo
Mirta I.
45
Pandemia
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mi cuñada y en un equipo de terapia, estuve enferma y
ellos me dieron fuerza y esperanza. Utilicé un remedio
casero hecho con paramela. Me sostuvieron mi familia,
amigos y vecinos que demostraron su amor, su com-
pasión, siendo solidarios, atentos, realizando las com-
pras, compartiendo mercadería, cada uno de la manera
posible; desde un llamado, utilizando videollamadas y
además los mensajes radiales me ayudaron a recuperar
la fe y el ánimo.
De a poco me fui recuperando, tomando confianza y
aprendiendo a tomar medidas de cuidado.
47
El recuerdo que golpea
48
Continuar…
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dos, ya no nos podíamos dar un abrazo ni un beso con
los conocidos. Estábamos muy encerrados.
Las compras se realizaban cerca de nuestros hogares.
Cuando usábamos el colectivo para viajar, subíamos
por atrás porque estaba resguardado el chofer con un
nylon, ya no había diálogo con él. No se llenaba el co-
lectivo, siempre había lugar para sentarse y no compar-
timos el asiento… siempre solos, distanciados.
Cuando llegamos a casa, pisábamos en un trapo mo-
jado con alcohol o con lavandina o se tiraba un aerosol
para desinfectar, nos lavamos las manos y los produc-
tos que traíamos se limpiaban con un poquito de lavan-
dina, o se dejaba un tiempo afuera.
En muchos lugares se pedía turno por internet para
poder acceder, por ejemplo, el banco, era re difícil ir a
cobrar, sobre todo la gente mayor la padecía porque no
tenían celulares o no sabían usarlo y era todo de manera
virtual.
Las noticias siempre eran sobre la Pandemia, los infec-
tados en el mundo y cuántos casos había en Argentina;
en San Martín de los Andes se informaba en el facebook
y por la radio los casos que aparecían, los que estaban
internados, fallecían y los que mejoraron.
En nuestras familias no hubo casos de Covid 19, pero
nos cuidamos mucho. Esperábamos con ansias las va-
cunas, que tardaron un montón en traerlas, luego hu-
bieron personas que no querían vacunarse.
Nosotros fuimos los primeros en vacunarse, nos ente-
ramos en el facebook que nos tocaba ir junto a las perso-
nas mayores. En ese momento pensábamos que era una
solución para que frenara esa enfermedad, ya que había
mucha gente que lo estaba pasando muy mal.
Las cosas que aprendimos con la pandemia fueron
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cuidarnos, protegernos, usar barbijo, taparse la boca
para toser, lavarse las manos muy seguido, usar alco-
hol. En cuanto a los sentimientos lo pasamos muy mal
porque no sabíamos si nos íbamos a enfermar o no… y
si nos tocaba cómo lo pasaríamos. Extrañamos la visita
de la familia y amigos, salir a pasear, estábamos todo el
tiempo encerrados y muy solos.
Hay que tener en cuenta que todavía tenemos que cui-
darnos, esto no terminó, hay casos de Covid 19 y no
se dicen, en los colectivos hay personas mayores que
se cuidan usando tapabocas. Debemos llegar a nuestras
casas e higienizarnos, lavándonos las manos con agua y
jabón cuando volvemos de la escuela, del supermerca-
do, etc. El miedo paraliza, es lo peor. Debemos actuar,
buscar una solución para cuidarnos y continuar con
nuestras vidas.
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Enseñanzas
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Como en el año 2015 me operaron de un cáncer de
mama tuve controles médicos; y siempre me acompañó
mi sobrina. Teníamos que usar barbijos. Por ser pacien-
te de riesgo no podía juntarme con nadie.
Las cosas que aprendí a valorar en la pandemia fueron
poder salir al mercado, ir a natación, ir a la peluquería.
La enseñanza que me dejó todo esto que vivimos fue
valorar mi familia y la salud.
Ida C.
E.P.A. N° 10 - Sede 89 - TM - San Martín de los Andes
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E.P.A. N° 10 - San Martín de los Andes
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Emociones
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Por las tardes nos juntábamos, tomábamos mate y
veíamos la novela.
Algunos días, al mediodía, salía para esperar a la seño
que me traía las tareas; usaba barbijo y respetaba la dis-
tancia. En la calle casi no había movimiento.
Cuando nos permitieron hacer más cosas como poder
salir, empecé a sentirme mejor. Pude ir a la playa, a la
plaza, empezamos a jugar al basquet.
Después conocí a Edelio, que iba a ser mi vecino, nos
pusimos de novios, salimos casi ocho meses.
Con la pandemia aprendí a valorarme a mí misma y
me queda un recuerdo feo de ese momento.
Jorgelina V. R.
E.P.A. N° 10 - Sede 89 - San Martin de los Andes
En pandemia…
Gladys L.
E.P.A N° 10 - Sede C.I.C - Cordones del Chapelco
San Martín de los Andes
56
¡La vida me ama!
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aflicción porque no pudieron vencerlo.
Fue un proceso duro para todas las personas. Creo
que hoy valoramos mucho más la familia y la vida.
Estoy agradecida porque nunca me sentí sola y nunca
dejé que el miedo y la duda me atormenten. Soy feliz
porque tengo a mi familia sana, mi marido, mis hijas y
mis nietos que los amo profundamente. Y feliz también
por poder seguir aprendiendo cada día, lo que me hace
sentir muy útil y me ayuda a estar bien.
Un nuevo paradigma se nos abrió y ¿qué podemos
aprender de todo esto?
“Espero y deseo que como humanidad seamos capa-
ces de dar prioridad a los vínculos, al cuidado ambien-
tal, a la dignidad y a la empatía que no tiene fronteras,
razas o género.”
Teresa B.
Tercer ciclo C.E.P.A. N° 121- Picún Leufú
58
Memorias
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cooperativas barriales para la venta de alimentos como
pizzas, etc.
De a poco nos fuimos acostumbrando a esta nueva
forma de vida, no nos quedó otra. Por momentos fui-
mos observadores y testigos obligados de las particula-
ridades familiares en algún encuentro virtual convoca-
dos por la escuela.
A pesar de entrar en pánico por la situación de expo-
nernos a través de la tecnología, nos conectábamos en
la medida que se podía, ya que muchas veces no tenía-
mos datos móviles, y era bueno ver a los compañeros y
maestros en la pantalla del teléfono. Más tarde, cuan-
do habilitaron salidas con todos los recaudos, cuidados
especiales, alcohol, siempre en las manos y barbijos, la
maestra nos acercaba al portón las tareas; después, con
llamada o videollamada, nos las explicaba. La mirába-
mos de lejos y agradecíamos ver en persona, aunque
haya sido de lejitos se cruzaban las miradas de alegría y
las manos sacudiendo al aire nuestros saludos.
60
Familia
Elsa V.
E.P.A. N° 10 Anexo Casa 89 T.T. Rural Trompul y
Quila Quina - San Martín de los Andes
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E.P.A. N° 10 - San Martín de los Andes
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En pandemia sentía:
Andrea C.
E.P.A. N° 10 - Sede C.I.C - Cordones del Chapelco
San Martín de los Andes
Relatos de pandemia
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Relato de pandemia
Mabel C.
E.P.A. N° 10 - Sede C.I.C - Cordones del Chapelco
San Martín de los Andes
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NADA
NADA
NADA
NADA
NADA
NADA
NADA
José Luis V.
E.P.A. N° 10 - Sede C.I.C - Cordones del Chapelco
San Martín de los Andes
Alicia L.
E.P.A. N° 10 - Sede C.I.C - Cordones del Chapelco
San Martín de los Andes
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Como viví la pandemia
Erica P.
E.P.A. N° 10 - Sede C.I.C - Cordones del Chapelco
San Martín de los Andes
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Volver a empezar
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sienten toser a alguien a su alrededor y están en estado
de alerta. En la actualidad hay muchas personas a las
que les cuesta salir de sus hogares y retomar la vida que
tenían antes del Coronavirus.
A todos nos cuesta, pero debemos cada día tener la
esperanza de “Volver a Empezar”.
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Compartir
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amor “debe permanecer, porque si algo nos enseñó esta
pandemia es a compartir, compartir y compartir…
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Índice
Prólogo Lic. Ruth Flutsch, Presidenta del Conse-
jo Provincial de Educación del Neuquén 3
Prólogo de Claudia Alday, Directora General de
la Modalidad Jóvenes y Adultos-Neuquén 5
Creciendo en pandemia 7
El valor de la libertad 9
“Vivencias en tiempos de pandemia” 12
Nuestras vivencias en pandemia 14
Mi vida en pandemia 17
Anécdotas en pandemia 20
¡¡¡Como lo viví yo!!! 22
“Un poblador muy conocido” 25
Experiencia escolar en pandemia 26
Cuento 28
“Tiempos de pandemia” 29
“La pandemia en los parajes” 33
Durante la pandemia… 34
2020 Un año inolvidable 35
Nuestros momentos en pandemia 36
“Nuestras vivencias” 39
COVID 19 41
Pandemia 44
Continuar… 47
El recuerdo que golpea 48
Enseñanzas 50
¿Qué sentimos? 52
Emociones 53
En pandemia… 54
¡La vida me ama! 55
Memorias 57
Familia 59
71
Metáforas en pandemia 60
En pandemia sentía: 61
Relatos de pandemia 61
Relato de pandemia 62
Como viví la pandemia 64
Volver a empezar 65
Compartir 67
72
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en Neuquén en 2022