Hora Santa Cuaresmal

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Hora Santa Cuaresmal

Jueves 14 de marzo del 2024

Introducción (En pie y alguien lee)


El camino cuaresmal nos ha llevado a través del desierto con las tentaciones y al monte con la
transfiguración. Luego nos condujo hasta el templo en medio de mercaderes.
En este último domingo, la cuarta semana, nos ofreció de palabra del propio Señor el eje central de toda
nuestra vida cristiana: “tanto amó Dios al mundo…”
Hoy estamos invitados, en esta hora santa, a compartir como hermanos un momento del caminar
cuaresmal, cada uno desde realidades de vida tan distintas pero todas acogidas por el amor del mismo
Dios en la misma fe.

Oración y adoración inicial (puestos de rodillas)


Para siempre sea alabado mi Jesús Sacramentado… En el cielo… (3)
Canto de adoración: Entraré Jésed
Entraré - Jésed (youtube.com)

Entraré, entraré, entraré a su presencia


En libertad por su amor, el Espíritu me lleva
Al trono de la gracia para adorar cara a cara
Sí, al Dios vivo adorar, libre soy, libre soy para entrar
Oración:
Señor Jesús, el camino cuaresmal tiene sentido cuando vamos junto a ti. Nos has dado grandes
enseñanzas, y el llegar hoy acá, a tus pies, es muestra de tu gracia y misericordia. Eres la clave en
nuestra vida para afrontar las dificultades y tentaciones. Eres la luz que deseo ilumine los rincones aún
oscuros que tanto necesitan de ti. Eres la clave del amor fuera de todo entendimiento terrenal. Eres el
que sabiamente “da y quita” como exclamaba Job.
Hoy quiero adorarte, darte gracias y pedirte por el mundo entero, por esta parroquia y esta comunidad.
Hoy, quiero amarte comprendiendo que más allá de lo que tengo, lo que realmente tú necesitas es lo
que soy.
Quiero en este momento de silencio entregarme a ti. Darte lo que soy. Escuchar tu voz en mi interior que
me motiva a perseverar y vislumbrar una pascua interior en ti, por ti y para ti.
Breve silencio

Acto de contrición
Jesús, mi Señor y Redentor, yo me arrepiento de todos los pecados que he cometido hasta hoy, y me
pesa de todo corazón, porque con ellos he ofendido a un Dios tan bueno. Propongo firmemente no volver
a pecar y confío que por tu infinita misericordia me has de conceder el perdón de mis culpas y me has de
llevar a la vida eterna. Amén.
“Jesús, manso y humilde de corazón,
haz nuestro corazón semejante al tuyo”

Lectura evangélica (en pie)


Del santo Evangelio según san Juan: 5, 31-47

En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: "Si yo diera testimonio de mí, mi testimonio no tendría valor; otro
es el que da testimonio de mí y yo bien sé que ese testimonio que da de mí, es válido. Ustedes enviaron
mensajeros a Juan el Bautista y él dio testimonio de la verdad. No es que yo quiera apoyarme en el
testimonio de un hombre. Si digo esto, es para que ustedes se salven. Juan era la lámpara que ardía y
brillaba, y ustedes quisieron alegrarse un instante con su luz. Pero yo tengo un testimonio mejor que el
de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar y que son las que yo hago, dan testimonio de mí
y me acreditan como enviado del Padre.

El Padre, que me envió, ha dado testimonio de mí. Ustedes nunca han escuchado su voz ni han visto su
rostro, y su palabra no habita en ustedes, porque no le creen al que Él ha enviado.

Ustedes estudian las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues bien, ellas son las que
dan testimonio de mí. ¡Y ustedes no quieren venir a mí para tener vida! Yo no busco la gloria que viene de
los hombres; es que los conozco y sé que el amor de Dios no está en ellos. Yo he venido en nombre de mi
Padre y ustedes no me han recibido. Si otro viniera en nombre propio, a ése sí lo recibirían. ¿Cómo va a
ser posible que crean ustedes, que aspiran a recibir gloria los unos de los otros y no buscan la gloria que
sólo viene de Dios?

No piensen que yo los voy a acusar ante el Padre; ya hay alguien que los acusa: Moisés, en quien ustedes
tienen su esperanza. Si creyeran en Moisés, me creerían a mí, porque él escribió acerca de mí. Pero, si no
dan fe a sus escritos, ¿cómo darán fe a mis palabras?".

Palabra del Señor.


Gloria a ti, Señor Jesús.

Breve silencio

Reflexión comunitaria del evangelio (sentados)


¿Qué somos? (Permitir repuestas)
Decía San Francisco en 1620 en su sermón:
Cuando se os pregunte «¿Quién sois?», no os contentéis con responder como los niños en el catecismo:
«Soy cristiano»; sino que debéis vivir de tal manera que pueda añadirse: he visto a un hombre que ama a
Dios con todo su corazón, que guarda los mandamientos de la Ley, que frecuenta los sacramentos y
demás cosas de un verdadero cristiano...
Quiero decir que no basta con llamarse cristiano si no se hacen las obras de un cristiano. Porque, en
resumidas cuentas, ¿qué somos? un poco de polvo y ceniza. Digamos francamente que no somos nada,
que no podemos nada ni sabemos nada.

Es una gran desgracia que, siendo lo que somos, queramos, sin embargo, aparecer y nos alzamos de
puntillas para que todo el mundo nos vea. Pero ¿qué verán los que nos vean? Un poco de polvo y un
cuerpo que muy pronto será reducido a la corrupción.
Es muy cierto que nuestro querido Salvador y Maestro vino para enseñar a grandes y pequeños, doctos e
ignorantes, pero, sin embargo, siempre se le encontraba entre los pobres y sencillos.
¡Qué diferente es el Espíritu de Dios del mundo, para el cual no cuenta sino el brillo y las apariencias!
(San Francisco de Sales – 1620)

Lo que somos hoy, es lo que Dios más nos pide entregar.


Dios nos llama a una conversión constante que nos va transformando en imitadores de Cristo, en un
crecimiento y perseverancia. Y eso que somos, cada vez más “Cristos”, se transforma en testimonio ante
el mundo que tanto necesita la luz de la verdad.

Observa la realidad de tu comunidad, de tus vecinos, entre tu familia… ¿acaso esas experiencias de vida
no son una cuaresma continua de luchas y entregas que deben encaminar hacia una pascua fraterna?
¿Qué nos está impidiendo testimoniar a Cristo? ¿Qué necesitamos hoy pedir al Señor que ablande de
nuestro corazón?

Démonos un momento para reflexionar ante Nuestro Señor y profundizar su enseñanza.

Breve silencio

Canto: Todo lo espero de ti – Pablo Martínez


Todo lo espero de ti - Pablo Martinez feat. Athenas &Tobias - YouTube

Como barro en tus manos me dejo moldear. Como un niño en los brazos de su mamá,
Tus caricias me dan libertad. Tú me llenas de seguridad.
Con ternura me formas a tu voluntad. Nada temo a tu lado, me cubres con paz.
Soy el sueño que plasmarás. Yo confío en tu bondad.
Por eso yo todo lo espero de ti Por eso yo todo lo espero de ti

Abandonado en tu amor, perdido en tu mirar, Tu presencia desborda mi alma Señor.


Confiado en tus promesas quiero cantar. La superas con inmensidad.
Abandonado en tu amor, perdido en tu mirar, Contemplando tu rostro en intimidad,
Confiado en tus promesas quiero cantar, Más te amo más te quiero amar.
Que si Tú estás no necesito nada más. Por eso yo todo lo espero de ti.
Súplicas (en pie)
Gracias, Señor, por el don inefable de tu amor

- Señor, que en el desierto hiciste del agus instrumento de tu misericordia, concede a quienes
hemos sido engendrados en las aguas del bautismo morir cotidianamente al pecado y vivir para
Dios. R/
- Señor, que, por medio de los profetas, has pre anunciado la nueva alianza, impúlsanos hoy a
ofrecerte una respuesta de amor. R/
- Señor que has abierto para tu iglesias las fuentes de la vida, haz que este día permanezcamos
fieles al Espíritu de adopción filial. R/
- Señor, que mediante los sacramentos realizas obras admirables de poder invisible,
transfórmanos interiormente hasta convertirnos en imágenes de Cristo. R/
- Señor, que concedes al hombre alzar su mirada al cielo, concédenos trabajar con alegría,
respondiendo con animosa entrega la confianza que has depositado en nosotros. R/

Padre nuestro.

Comunión espiritual
Creo Jesús mío que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del altar, te
amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte en mi alma.
No pudiendo hacerlo en este momento en forma sacramental, entonces ven espiritualmente a mi
corazón
… (breve pausa)…
Y como si hubieses venido te abrazo y me uno enteramente a ti.
No permitas que jamás me aparte de ti
AMÉN.

Oración y canto final


Nos has permitido esta mañana estar contigo, y entregarte aquello que tanto anhelas: nuestro corazón y
lo que somos.
Hoy hemos aprendido la importancia de testimoniarte, de imitarte y seguir tus pasos aún cuando hay
que pasar por la Cruz, porque más allá de toda cruz en el calvario se alza la esperanza de la Pascua en la
Resurrección.
Y mientras tu permaneces escondido de amor en el sagrario, queda resguardado también en nuestro
corazón e inflámanos de amor.

Canto:
Gracias - YouTube

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