1 °año Textos 2024

1°Año. Prácticas del lenguaje . Profesora: López Elizabeth.
Secundaria N° 2 2024
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1°Año. Prácticas del lenguaje . Profesora: López Elizabeth. Secundaria N° 2 2024
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Leer el siguiente cuento -¿Y cómo lo hace sin fuego?-interrogó al caballero. Pedro, levantando
Pedro urdemales y el caballero avaro la tapa de la olla, repuso con acento firme y con mucha seguridad.
-Ya ve, su Merced,, cómo hierve la comidita. Para que hierva no hay
Pedro Urdemales nunca podía quedarse en un mismo lugar por mucho más que tamborilear en la tapadera y decirle:
tiempo. Su carácter aventurero lo llevaba a viajar constantemente por diversos -Hierve,hierve, ollita hervidora, que no es para mañana,sino para
pueblos .Le encantaba subir montañas y recorrer praderas y atravesar ríos y ahora.
mares. Muchas veces debía dormir a cielo abierto coma mirando las estrellas,
y comer lo que encontraba o lo que le dieran. En un primer momento, el caballero se mostró algo desconfiado; sin
embargo, era innegable que la comida se estaba haciendo,sin fuego, pero
En una de esas ocasiones ,estaba en lo alto de una montaña cerca de como si lo hubiera: se agitaba, burbujeaba y despedía un olor sabroso. Por
un camino a la sombra de un tupido árbol, cocinando su comida en una olla a unos segundos, pensó:"¡Esto es imposible!". Como era muy avaro,de
fuego vivo.La comida hervia que era un primor y Pedro se relamía pensando inmediato, quiso comprar la ollita que podía hacerle economizar tanto
en que la comería en poco tiempo. De pronto, divisó que por un sendero venía combustible. Riendo para sus adentros, Pedro Urdemales se hizo rogar un
un caballero montado en una mula. Y como Pedro vivía haciendo bromas buen rato: ningún precio le venía bien. Hasta que, harto, el hombre le ofreció
pesadas a los demás,sobre todo si se trataba de desconocidos y si de ellos mil pesos por ello y Pedro aceptó. Le entregó la ollita, recibió el dinero y,
sacaba algún provecho,se le ocurrió, como de costumbre, jugarle una treta al creyendo que había hecho un gran negocio, vio como el comprador se iba por
viajero, que por su ropa y los adornos de su cabalgadura parecía ser un el camino, muy contento.
hombre de dinero.
Pero esa noche, en cuanto el caballero quiso poner a prueba la olla,
Urdemales sacó rápidamente la olla de encima del fuego y, vio castigada su avaricia: pese al tamborilero y las palabras mágicas, la ollita
alejándose del lugar donde lo había encendido, la llevó a otro sitio distante, siguió, si tal caso.
cerca de la senda por donde pasaría el caballero. Tomó dos ramitas del suelo
y se puso a golpear rítmicamente con ella, como si fueran palitos de tambor, El viejo avaro no perdonó a Pedro y en su interior prometió vengarse.
sobre la tapa, repitiendo al compás: ¡Tenía que haber una oportunidad para demostrarle a ese pillo quién era él!
-Hierve, hierve, ollita hervidora, que no es para mañana, sino para
ahora. Poca semana después, un día Pedro y uno de sus compañeros de
correrías robaron un cordero de una chacra vecina porque tenían mucho
El caballero, cuando vio lo que estaba sucediendo, se quedó con la hambre. Mientras lo estaban condimentando, divisaron que por el camino
boca abierta y los ojos enormes como platos. Con una voz llena de intriga, le venía, a lo lejos, el referido caballero. Y dado que Pedro sabía, de solo
preguntó qué hacía.Y Pedro Urdemales le contestó que estaba haciendo su escuchar rumores, que este señor era hombre vengativo, pensó que
comidita. seguramente venía a castigarlo. ¡Y qué mejor castigo que denunciarlo como
ladrón de corderos! Antes de que el caballero llegara, Pedro ya había
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-¿No ve, señor? ¿Qué le dije?

tramado un nuevo plan. Primero, se aseguró de que el cordero quedara fuera
de la vista de quienes pasaban por el camino y luego le pidió a su camarada -Pedro, véndeme la flauta; te doy quinientos pesos por ella.
que se tendiera sobre el pastito y se fingiera muerto . Su amigo aceptó:
conocía bien a Pedro, que siempre estaba burlándose de alguien para salirse Que si, que no, Pedro no se la entregó hasta que el otro no le dio a
con la suya. Después, con la sangre del cordero que terminaban de matar, el cambio dos mil pesos.
mentiroso le unto la camisa al supuesto muerto, y hasta la cubrió con una
sábana que llevaba en la mochila. Por último, guardó en los bolsillos de su Olvidado de la venganza y muy contento, el hombre se fue para su
pantalón una flauta de caña que había estado modelando esa misma mañana casa. Al entrar, le dijeron que su joven esposa, la que adoraba, dormía la
y espero al caballero al lado del cuerpo inerte, blandiendo el cuchillo siesta en su habitación,recostada en un diván tapizado en finísimo raso. Las
ensangrentado con el que acababa de matar al animal. Su rostro aparentaba cortinas de seda y brocato de la ventana apenas dejaban hilitos de luz que
seriedad y tranquilidad. Unos segundos más tarde, apareció el avaro, que se formaban dibujos en el piso.
detuvo y dijo, espantado por el espectáculo:
-¿Qué has hecho,desgraciado? ¡Has asesinado este pobre hombre! -¡Qué buena ocasión!-se dijo, y muy convencido de la magia de la
¡Por eso voy a denunciarte a la justicia! ¡Ya te van a dar el castigo que flauta ,invitó a todas las servidumbres para que lo acompañara y presenciará
mereces! -y agregó en voz más baja.- así purgarás tu crimen y me vengaré. el prodigio; entró de puntillas al dormitorio y acuchilló a su esposa.
Pedro,soltando una carcajada,le contestó: Los criados se quedaron horrorizados; pero él, con la mayor
-¿No sabe señor que yo no soy un criminal? Lo que he hecho ha sido tranquilidad, les explicó sonriéndose:
para probar esta flauta de virtud, que hace poco me han regalado y que, con -¡No hay de qué asustarse! Ya verán como mi amada mujercita se
su musiquita, resucita a los muertos. Fíjese y verá como mi amigo, a medida levanta en cuanto me oiga tocar . -Y se puso a tocarla. Pero por más que hizo
que la toqué,poco a poco se levantará sano y salvo. e hizo,la señora no movió un pelo…
Y así fue como en efecto, al poco rato de que Pedro se puso a hacer Pronto llegó la nueva a oídos de la justicia. De nada le valieron al
sonar la flauta, el otro bellaco comenzó a mover primero una pierna, después desesperado caballero las explicaciones que dió ni su relato de cómo lo había
la otra, enseguida un brazo, más tarde el otro, la cabeza con el tronco, y por engañado Pedro Urdemales: lo condenaron a prisión perpetua.
fin se levantó restregándose los ojos y estirando los brazos, desperezándose,
como quien despierta del sueño. ANÓNIMO TRADICIONAl
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-¿No ve, señor? ¿Qué le dije?

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