Tema 1. La Novela Hasta El 39
Tema 1. La Novela Hasta El 39
Tema 1. La Novela Hasta El 39
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2. La preocupación existencial. Los protagonistas de estas novelas suelen reflejar
un trasfondo ideológico de raíz existencial, aunque tratado de forma distinta
en cada autor. El sentido de la vida humana, el tema del tiempo o las relaciones
del hombre con Dios son temas recurrentes. Los autores del 98 se sienten
invadidos por una angustia que los lleva a plantearse problemas religiosos. (Así,
Azorín y Maeztu evolucionan desde el agnosticismo de su juventud hasta el
catolicismo de madurez. Unamuno vive una tragedia íntima: la lucha entre la
razón y la necesidad de creer en Dios, que se reflejará en su obra).
En cuanto a la técnica estilística y literaria, los autores del 98 defienden la
sencillez y claridad (antirretoricismo), pero sin perder la fuerza expresiva. Tienden a la
sencillez sintáctica y a la precisión léxica, pero con palabras cargadas de valoraciones
subjetivas.
MIGUEL DE UNAMUNO
La obra de Unamuno representa una referencia fundamental de toda nuestra
literatura. Cultivó con acierto todos los géneros: ensayo, novela, lírica y teatro.
En sus novelas trata temas como la tradición, la” intrahistoria”, el concepto de
España, la conciencia trágica de la existencia y la sed de eternidad.
Sus novelas carecían, en gran medida, de planteamiento y desenlace ya que lo
que al autor le interesa es el conflicto interno de sus personajes. Por eso las novelas
de Unamuno se parecen muy poco a las de su época. La crítica del momento negó el
carácter novelesco de alguna de sus obras. Por ello, Unamuno las llamó “nivolas”.
Algunas de las obras de este autor son Paz en la guerra (1897), su primera
novela en la que desarrolla en concepto de “intrahistoria” o Amor y pedagogía (1902).
Sus principales novelas son Niebla, en la que el protagonista, “ente de ficción” se
enfrenta con el autor, Unamuno que había previsto su muerte; La tía Tula, sobre el
sentimiento de maternidad y San Manuel Bueno, mártir, la historia de un cura que ha
perdido la fe pero que aparenta mantenerla por el bien de sus feligreses.
PÍO BAROJA
Este autor concibe la novela como un “saco donde cabe todo”, como un género
abierto en el que admitía gran cantidad de técnicas diferentes. Una característica
común a todas sus obras es que son novelas de personaje. En ellas, todo queda
condicionado a un protagonista en torno a cuya biografía y evolución hacia un fracaso
anunciado se construye todo lo demás. Sus obras nos presentan, pues, el proceso de
aprendizaje de la vida de sus protagonistas a través de la experiencia y el diálogo.
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Su estilo es preciso, sencillo y sobrio. Incluso se ha tachado el estilo de Baroja
de vulgar, incorrecto o con poca intencionalidad artística. Pero esta sencillez aparente
responde al antirretoricismo propio de su generación y encierra una medida
elaboración. Predominan los párrafos breves y la frase corta, el léxico es claro y
sencillo, con coloquialismos. Un rasgo típico de su prosa es la descripción en la que
pinta una realidad con pocas palabras (descripción impresionista). También es un
virtuoso en el uso del diálogo y de un humor especialmente amargo.
Este autor dedicó toda su vida al periodismo. Desde 1904 utilizó el seudónimo
de Azorín, protagonista de sus primeras novelas. Su estilo es lento y lírico. Entre sus
cualidades se observa la técnica miniaturista, llena de detalles, junto con la descripción
sensorial en pocos trazos, impresionista.
Entre sus obras, destacan sus tres novelas autobiográficas La voluntad (1902),
en la que manifiesta su intención de sustituir el modelo narrativo del Realismo del siglo
XIX por un tipo de novela más cercana a las impresiones personales y cuya acción
transcurre en Yecla, un pueblo estancado, que representa la visión que el autor tiene
de España; Antonio Azorín (1903) y Las confesiones de un pequeño filósofo. Otras
obras significativas son Los pueblos (1905) o Castilla (1912).
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minorías, obsesionado por la “obra bien hecha”, un “arte puro”, no contaminado del
sentimentalismo y realismo propios de un arte de masas, que rechazan. Procuraron
renovar las técnicas novelísticas de su tiempo a través del lirismo, la ironía o el humor,
la deshumanización y el intelectualismo.
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