Como Inicio Mi Estudio de La Sagrada Escritura.
Como Inicio Mi Estudio de La Sagrada Escritura.
Como Inicio Mi Estudio de La Sagrada Escritura.
No importa cuándo o dónde elijas estudiar, siempre será una buena idea comenzar tu
estudio ante todo con la ayuda de Dios. Empieza con una oración sincera. y pídele que te
dé sabiduría y entendimiento al leer. Pide ayuda específica para tu vida. Cuando termines,
concluye tu oración “en el nombre de Jesucristo, Amen". El fin de la oracion es, Cuando
oramos antes de estudiar, le mostramos a Dios que somos humildes y deseamos Su ayuda
y guía.
Tres
Escoge un tema que sea de interés para ti
¿Hay algún tema que te interesa en particular? ¿La gracia, el arrepentimiento, el perdón, o
la fortaleza durante las pruebas? Busca versículos específicos sobre el tema que escojas y
estúdialos.
Cuarto
Conoce un personaje
Escoge un personaje o grupo de personas en la Biblia y lee cada versículo que habla sobre
ellos. Trata de entender el contexto de cada versículo. El contexto del texto, puede estar un
antes o después del versículo Haz preguntas que te ayuden a conocerles mejor, por
📚
ejemplo:
En 2 Timoteo 3:16 dice “toda la escritura es inspirada por Dios" ¿Es decir todos los libros
que existe o algún libro en específicos? Ver el contexto que está antes verso 15 que desde
la niñez as sabido las sagradas escrituras
Aquí vemos con la claridad que no son cualquier libro. Son sagradas escrituras. Es decir
solo el antiguo testamento que existía en ese tiempo. Las nuevas aún no avía escrito. En
ese momento.
Una más apocalipsis 12:17 “los que tienen el testimonio de Jesucristo." ¿Y que es el
testimonio de Jesucristo? La Respuesta no está en un verso antes o después. Sino que
está ves esta varios capítulos después 19:10 “el testimonio de Jesucristo es el espíritu de
profecía." Es más claro entender así. Apocalipsis 22:9,10 las palabras de la profecía de este
libro. Cuáles para palabras? 2 Pedro 1:19 la palabra profética... Cómo antorcha que
alumbra en lo oscuro. Salmos 119:105 lámpara es a mis pies es la palabra profética de
Dios.
1 E testimonio de Jesucristo.
2 El testimonio de Jesucristo es el espíritu de profecía.
3 Y el espíritu de profecía es la palabra profética más seguro. Cómo antorcha que alumbra
en la oscuridad.
4 la palabra es lámpara que alumbra.
5 resumen: Testimonio de Jesucristo, es el espíritu de profecía. Que es la palabra de Dios.
Que hablo a los profetas. Hebreos 1:1. Que hablaron bajo la dirección de Dios 2 Pedro 1:21
Que es la sagradas escrituras 2 Timoteo 3:16,15...
Si que siempre lees uno a tres o hasta cinco versículo haste y después para que puedas
Entender el versículo que estás leyendo... Quizás a veces otra capítulos. O a veces en otro
libro.
Como el Creador, Dios originó la vida humana. Decir que el hombre existe
independientemente de Dios, es como decir que un reloj puede existir sin un relojero que lo
fabricara, o que un escrito pueda existir sin un escritor. Debemos nuestra existencia al Dios
a cuya imagen fuimos hechos. (Génesis 1:27). Nuestra existencia depende de Dios, ya sea
que reconozcamos Su existencia o no.
Como el Salvador, Dios da vida eterna a aquellos que creen. No solo a los que creen sino
también a los que están prestos a la obediencia. En Cristo hay vida, quien es la luz de los
hombres (Juan 1:4). Jesús vino para que pudiéramos tener vida “en abundancia” (Juan
10:10). A todos los que ponen su confianza en Él, se les ha prometido vivir una eternidad
con Él (Juan 3:15-16). Para que el hombre viva – realmente viva – debe conocer a Cristo
(Juan 17:3).
Sin Dios, el hombre sólo tiene una vida física. Dios les advirtió a Adán y Eva, que el día que
ellos lo rechazaran, “ciertamente” morirían (Génesis 2:17). Como sabemos, ellos sí
desobedecieron, pero no murieron físicamente ese día; sino que murieron espiritualmente.
Algo dentro de ellos murió -la vida espiritual que habían conocido, la comunión con Dios, la
libertad de gozar de Su presencia, la inocencia y pureza de sus almas—todo se acabó.
Adán, quien había sido creado para vivir en compañerismo con Dios, fue maldito con una
existencia completamente carnal. Lo que Dios había planeado que fuera del polvo a la
gloria, ahora debía ir del polvo al polvo. Al igual que Adán, en la actualidad, el hombre sin
Dios, aún funciona en una existencia terrenal. Como tal, aún puede parecer feliz; después
de todo, hay goce y placer en esta vida.
Hay algunos que rechazan a Dios cuyas vidas están llenas de alegría y diversión. Su
búsqueda carnal parece haber producido una existencia gratificante. La Biblia dice que hay
cierta medida de deleite que se obtiene del pecado (Hebreos 11:26). El problema es, que
éste es temporal; la vida en este mundo es corta (Salmo 90:3-12). Tarde o temprano, el
hedonista, como en la parábola del hijo pródigo, encuentra que el placer mundano es
insostenible (Lucas 15:13-15).
Sin embargo, no todo el que rechaza a Dios es un libertino. Hay mucha gente no salva, que
aún así viven vidas sobrias y disciplinadas—vidas plenas y felices. La Biblia presenta ciertos
principios morales, que benefician a todos en este mundo –fidelidad, honestidad,
autocontrol, etc. Proverbios 22:3 es un ejemplo de tal verdad general. Pero, de nuevo, el
problema es que, sin Dios, el hombre sólo tiene este mundo. Pasar por esta vida
tranquilamente no es garantía de que estemos listos para la vida después de ésta. Ver la
parábola del agricultor rico en Lucas 12:16-21, y el encuentro de Jesús con el joven rico
en Mateo 19:16-23.
Sin Dios, el hombre está incompleto, aún en su vida mortal. Thomas Merton remarcó que el
hombre no está en paz con sus semejantes, porque no está en paz consigo mismo, y que él
está inquieto consigo mismo, porque no tiene paz con Dios.
La búsqueda del placer por el placer mismo, es señal de confusión interior; sin embargo,
ésta es la fachada epicúrea de felicidad. Los buscadores de placeres a través de la historia,
han encontrado una y otra vez que las diversiones temporales de la vida dan paso a una
desesperación más profunda. Es difícil sacudirse la fastidiosa sensación de que “algo está
mal.” El rey Salomón se entregó a la búsqueda de todo lo que este mundo tiene que ofrecer,
y escribió sus resultados en el libro de Eclesiastés.
Salomón concluyó que la vida es regalo de Dios (3:12-13) y que la única manera sabia de
vivir es temiendo a Dios: “El fin de todo el discurso oído es este: Teme a Dios, y guarda Sus
mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio,
juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.” (12:13-14)
En otras palabras, hay más por qué vivir que la dimensión física. Jesús enfatizó este punto
cuando dijo: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de
Dios.” (Mateo 4:4). No es el pan (material) sino la Palabra (el espiritual) lo que nos mantiene
vivos. Blaise Pascal lo puso de esta manera: “Es en vano, oh hombres, que busquen dentro
de ustedes mismos la cura para todas sus miserias.” El hombre sólo puede encontrar vida y
plenitud cuando reconoce a Dios.
Sin Dios, el destino del hombre es la muerte. El hombre sin Dios está espiritualmente
muerto; cuando su vida física se acabe, él enfrentará una muerte continua—la eterna
separación de Dios. En la narración de Jesús sobre el hombre rico y Lázaro (Lucas
16:19-31), el hombre rico vive una vida suntuosa de comodidades sin pensar en Dios,
mientras que Lázaro sufre a través de toda su vida, pero conoce a Dios. Es después de la
muerte, que ambos hombres comprenden la gravedad de las decisiones que tomaron en
vida. El hombre rico “alzó sus ojos, estando en tormentos” (16:23) en el infierno. Él se dio
cuenta, demasiado tarde, de que hay más en la vida que la satisfacción de los ojos.
Mientras tanto, Lázaro era confortado en el paraíso. Para ambos hombres, la corta duración
de su existencia terrenal palideció en comparación con el estado eterno de sus almas.