La leyenda cuenta que los indígenas encontraron un antiguo sable de oro con una cruz cerca de un río y decidieron arrojarlo al agua para que no se convirtiera en un símbolo de codicia, lo que hizo que cada fragmento que tocaba una piedra dejara incrustada una cruz.
La leyenda cuenta que los indígenas encontraron un antiguo sable de oro con una cruz cerca de un río y decidieron arrojarlo al agua para que no se convirtiera en un símbolo de codicia, lo que hizo que cada fragmento que tocaba una piedra dejara incrustada una cruz.
La leyenda cuenta que los indígenas encontraron un antiguo sable de oro con una cruz cerca de un río y decidieron arrojarlo al agua para que no se convirtiera en un símbolo de codicia, lo que hizo que cada fragmento que tocaba una piedra dejara incrustada una cruz.
La leyenda cuenta que los indígenas encontraron un antiguo sable de oro con una cruz cerca de un río y decidieron arrojarlo al agua para que no se convirtiera en un símbolo de codicia, lo que hizo que cada fragmento que tocaba una piedra dejara incrustada una cruz.
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La Leyenda de la Piedra Cruz
Un día estaba la abuelita tostando avellanas en el brasero, cuando
como una flecha, entro la pequeña Blanca a mostrar unas extrañas piedras con una Cruz, que traía en su delantal. Se acercó y le dijo: -¡Abuelita mira que lindas! ¿Por qué tienen esas rayas? -¡Ah! ¿Tú aún no lo sabes? Ven para acá, siéntate en mis rodillas y escuchá : Cuando tú y yo no habíamos nacido, los indios de nuestro pueblo hacían expediciones a los montes más altos de la cordillera de Nahuelbuta. Traían los mejores frutos de maqui y los piñones mas sabrosos . En una ocasión, la vuelta de un viaje, todos llegaron con piernas iguales a las tuyas. Contaron que justo donde nace el río, vieron un objeto brillante y se dieron cuenta que era antiguo sable de oro con una gran cruz. -¡oh!- exclamaron muy sorprendidos por el hallazgo. Se acercaron y uno de ellos , adelantándose tomo el sable y les dijo: ¿para que queremos algo tan valioso? Nosotros no necesitamos oro. Tenemos amistad, amor, salud y una tierra linda y generosa. Entonces levanto el sable, lo tiro al agua y este se rompió en mil pedazos. Fue así como, cade vez que un trocito del arma de oro tocaba una piedra , incrustaba una cruz al centro . Desde ese día, nos encanta ir al río piedra cruz y recoger piedras como las tuyas. Aunque el río se llama Laraquete , nosotros le decimos: “piedra cruz”. La abuelita miró a su nieta con ojos amorosos y la nieta amablemente le regaló las piedras, le dio un fuerte abrazo y volvió a jugar.