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PROTECCIÓN

EJECUTIVA

EDUARDO E. HURTADO, MBA - CPP

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Contenido

HISTORIA DE LA PROTECCIÓN EJECUTIVA................................................................... 2

INVESTIGACIÓN SOBRE LA PROTECCIÓN EJECUTIVA ................................................. 4

FUNDAMENTOS BÁSICOS DE LA PROTECCIÓN EJECUTIVA.......................................... 6

IMPLICANCIAS FINANCIERAS DE LA PROTECCIÓN EJECUTIVA................................... 6

FILOSOFÍA DE PROTECCIÓN.......................................................................................... 8

EVALUACIÓN DE RIESGOS DE EP ................................................................................ 12

EL PODER DE LA INFORMACIÓN ................................................................................. 15

OFICINA Y HOGAR ....................................................................................................... 16

LA AVANZADA ............................................................................................................. 17

TRABAJANDO CON EL PRINCIPAL O DIRECTOR ......................................................... 23

RECURSOS DE PROTECCIÓN........................................................................................ 26

FUTURO DE LA PROTECCIÓN EJECUTIVA ................................................................... 27

REFERENCIAS ............................................................................................................... 29

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“La seguridad no es un trabajo de confrontación, sino una respuesta planificada a una situación inevitable. El
objetivo es disuadir un ataque o evitar una confrontación en lugar de exponer a las personas al peligro
(Eduardo E. Hurtado R. – MBA, CPP).”

La Protección Ejecutiva –la disciplina para proteger la integridad física de una persona
clave - se practica en el mundo privado (para personas adineradas), en los gobiernos civiles (para
unas pocas personas en puestos de alto nivel o en puestos de trabajo que los sitúan en regiones
de alta amenaza), en las fuerzas armadas (para los oficiales de más alto rango) y en el mundo de
las empresas (para altos ejecutivos, empleados, visitantes y miembros de la familia de los
expatriados que trabajan o viajan a lugares peligrosos). Este capítulo se centra en la protección
de ejecutivos (EP de ahora en adelante, por sus siglas en inglés) que se practica en el sector
empresarial para ejecutivos de alto riesgo.

En las siguientes secciones se describen los elementos clave de la EP. La discusión aborda
temas tales como la importancia de la EP, algunos fundamentos filosóficos de la materia, y
métodos específicos de protección en diversos escenarios.

HISTORIA DE LA PROTECCIÓN EJECUTIVA

Los líderes políticos han utilizado guardaespaldas y técnicas y tácticas militares

especiales de protección a lo largo de la historia. Uno de los más antiguos ejemplos bien
documentado es la Cohors Praetoria, o guardia pretoriana, que empezó con cohortes de
guardaespaldas para los generales romanos en el siglo II a.C. y evolucionó hasta convertirse en
una fuerza de protección de los emperadores romanos. Con el tiempo, llegó a ser lo
suficientemente poderosa como para afectar la designación de los emperadores y fue considerada
como una fuerza disruptiva. El emperador romano Constantino I disolvió la guardia pretoriana
en el año 312 d.C. (Praetorian Guard, 2004).

Los caballeros de la Guardia fueron establecidos por el Rey Enrique VII en 1485 para servir
como una organización de protección personal para el gobernante de Inglaterra. En un principio,
los caballeros proporcionaban seguridad en los viajes, atendiendo a la seguridad del Rey en sus
viajes en el Reino Unido o en el extranjero y en batalla. Ellos también vigilaban la entrada del

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palacio y probaban la comida del Rey. El caballero de la Guardia existe hasta hoy, pero tiene una
función principalmente ceremonial (Yeomen of the Guard, 2004).

Entre los grupos de protección personal en la historia se incluyen el samurái en Japón, los
Caballeros medievales de muchos Estados europeos, los huscarles de Escandinavia, y la Guardia
Suiza del Vaticano. Estos precursores de las organizaciones de protección ejecutiva de hoy en
día, fueron esencialmente divisiones militares que estaban asignadas a proteger al soberano.

La historia moderna de la protección ejecutiva empieza con la formación del Servicio

Secreto de Estados Unidos en 1865. Originalmente establecido para investigar la falsificación de
moneda, el Servicio Secreto no realizó el trabajo de EP sino hasta 1894, cuando se inició una
protección informal, de tiempo parcial, para el Presidente Grover Cleveland. En 1901, después
del asesinato del Presidente William McKinley, el Congreso le pidió protección presidencial al
Servicio Secreto, nuevamente de manera informal. Finalmente, en 1902, el Servicio Secreto
asumió la responsabilidad, de tiempo completo, de la protección del Presidente de Estados
Unidos. Para ello se designaron dos agentes con dedicación exclusiva a la Casa Blanca (Secret
Service History – Timeline, 2004).

La Protección Ejecutiva (EP) en su actual sentido corporativo –es decir, practicada sin los
enormes recursos y poderes de las fuerzas encargadas de aplicar la ley del gobierno federal-
parece ser una innovación de mediados del siglo XX. En la medida en que las corporaciones
establecieron los departamentos de seguridad, estos departamentos naturalmente buscaban la
protección de sus más altos ejecutivos. Al principio, los especialistas en EP –el actual personal
de protección- provenían de las filas de los ex agentes del Servicio Secreto, de los oficiales de
protección de dignatarios del departamento de policía y del personal militar. Con el tiempo, se
desarrolló otro camino para la EP: el personal surgiría de las fuerzas de seguridad corporativa y
desarrollaría habilidades de EP en los programas de entrenamiento de EP del sector privado.
Estos programas empezaron a ser considerados a inicios de los 80.

El interés en la protección ejecutiva corporativa empezó a crecer seriamente en la década

de los 90, como resultado de un aumento en todos los tipos de delitos y del advenimiento de la
violencia en el lugar de trabajo. La tendencia fue impulsada por las publicaciones de los

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principales medios de comunicación sobre los secuestros de ejecutivos de alto perfil, lo que llevó
a enormes pagos de rescates e incluso muertes. Las corporaciones comenzaron a reconocer el
valor de proporcionar personal de protección a sus más altos ejecutivos, y los ejecutivos
recibieron con agrado la comodidad de tener un especialista en EP entre el personal.
Organizaciones como ASIS International empezaron a ofrecer cursos de protección de ejecutivos
para capacitar a los profesionales de la seguridad en esta especialidad.

La demanda de servicios de EP aumentó aún más después del ataque terrorista del 11 de
septiembre de 2001. Durante la subsiguiente guerra contra el terrorismo, el interés se mantuvo
alto, ya que la atención de los terroristas se amplió incluso a los “blancos fáciles”, o personas que
no reciben protección de alto nivel del gobierno, pero que juegan un rol en las relaciones
internacionales y en la economía mundial. Muchas corporaciones recurrieron a la EP por primera
vez a instancias de una junta corporativa, que consideró que una potencial volatilidad bursátil
podría dirigirse hacia sus ejecutivos de alto rango.

INVESTIGACIÓN SOBRE LA PROTECCIÓN EJECUTIVA

Como una especialidad relativamente nueva de la seguridad privada, la EP no ha sido

objeto de ningún estudio formal conocido. No es un campo que se presta para ensayos clínicos,
pruebas de ingenieros o experimentos reproducibles. Más aún, todavía no se practica a una escala
suficientemente grande como para proporcionar investigaciones estadísticas significativas. Los
estudios también son inhibidos debido a que las personas que reciben protección ejecutiva por
lo general no quieren publicitar esa parte de sus planes de seguridad. De hecho, el secreto suele
ser, literalmente, una condición de las pólizas de seguros de secuestro y rescate que acompaña
dicha protección.

No obstante, se han realizado investigaciones sobre el sub-tema de EP referido al

asesinato. El estudio Exceptional Case Study Project elaborado por el Servicio Secreto de Estados
Unidos examinó el pensamiento y comportamiento de 83 personas que han atacado o han estado
cerca de atacar a prominentes funcionarios públicos y figuras en Estados Unidos en los últimos
50 años.

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Los siguientes puntos están entre los hallazgos clave del estudio realizado:

• La enfermedad mental sólo rara vez juega un rol clave en el comportamiento asesino.
Los ataques a personas prominentes son acciones de personas que ven el asesinato como
una manera de lograr sus objetivos o resolver sus problemas, lo cual requiere un
pensamiento bastante racional. Aquellos que hicieron un acercamiento casi mortal y la
gran mayoría de los asesinos no eran enfermos mentales. Aunque no eran modelos de
bienestar emocional, relativamente pocos sufrían de enfermedades mentales serias
causantes de su comportamiento de ataque.

• Las personas que representan una amenaza real, a menudo no hacen amenazas, evitan
especialmente las amenazas directas. Aunque algunos que amenazan a otros pueden
representar una real amenaza, generalmente no lo son. La investigación encontró que
ninguno de los asesinos y atacantes hizo una amenaza directa a su blanco antes de su
ataque. Este hallazgo no significa que las personas deban ignorar las comunicaciones
amenazantes. Sin embargo, se debe poner especial atención a fin de identificar, investigar
y evaluar a alguien cuyo comportamiento sugiera que ella o él podría representar una
amenaza de violencia, incluso si el individuo no comunica directamente la amenaza a su
objetivo o a las autoridades.

• Los atacantes y aquellos que hicieron un acercamiento casi mortal, dijeron tener una
combinación de motivos. Se identificaron ocho motivos específicos: alcanzar notoriedad
o fama; atraer la atención hacia un problema personal o público; vengar una injusticia;
terminar con un dolor personal; ser recluido de la sociedad, o ser asesinado; salvar el país
o el mundo; desarrollar una relación especial con su objetivo; ganar dinero; o provocar
un cambio político.

• El interés inadecuado o inusual, junto con la acción, aumentaba la probabilidad de que

la persona pudiera representar una amenaza. Un interés inadecuado o inusual por sí solo
no es causa de alarma. Pero, si el interés también incluye visitas a la casa u oficina del
objetivo, o intenta acercarse al objetivo en un lugar público, el caso cobra seriedad.

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En resumen, numerosos artículos y libros han estudiado la EP examinando y describiendo

la manera en que se practica en diferentes escenarios. Las referencias al final de este capítulo
proporcionan una guía para una lectura adicional.

FUNDAMENTOS BÁSICOS DE LA PROTECCIÓN EJECUTIVA

En el mundo corporativo, la protección ejecutiva es una medida corporativa tomada para

preservar la organización. La EP no es un beneficio diseñado para consentir al personal superior;
por el contrario, cuando se justifica luego de una cuidadosa evaluación del riesgo (ver Evaluación
de Riesgos de EP), se requiere para mantener la capacidad de la compañía de funcionar y
preservar la confianza entre los empleados, clientes e inversionistas. Incluso un ataque que no
cause lesiones graves puede llamar la atención desfavorablemente hacia la organización y
plantear interrogantes acerca de su competencia y preparación.

En épocas en que el nivel general de riesgo es alto, la EP se esfuerza en (Oatman, 2003)

crear un entorno en el cual el negocio pueda prosperar. Los ejecutivos enfrentan peligros
especiales hoy en día, pero esas amenazas son todas igualmente relevantes para la toma de
decisiones de cada empresa. La EP puede ayudar a los ejecutivos a decidir qué peligros son serios
y cuáles no lo son tanto para su propia y única situación. La EP también puede reducir esos
peligros, permitiendo a los ejecutivos concentrarse en el negocio, entregándoles la confianza
necesaria para viajar en busca de oportunidades.

IMPLICANCIAS FINANCIERAS DE LA PROTECCIÓN EJECUTIVA

Las amenazas a un alto ejecutivo constituyen un riesgo para el negocio. Al proteger al

ejecutivo, un valioso activo comercial, la EP cumple una parte válida de la misión de gestión del
riesgo de la organización. Además, la EP maximiza la utilidad de ese activo, permitiendo que el
ejecutivo viva sin peligro y se mueva eficientemente a través de este peligroso mundo. Bajo una
adecuada protección, el ejecutivo no necesita focalizarse en su seguridad personal y puede
concentrarse totalmente en el negocio propiamente tal.

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Un buen programa de EP cuesta menos que los beneficios que produce o el daño que evita.
El fundamento financiero a favor de la EP es, de hecho, abrumador. Por ejemplo, supongamos
que una corporación tiene un modesto programa de EP que consta de cuatro especialistas en EP
y un gerente de EP, el cual cuesta US$ 300.000 por año. Luego, supongamos que el presidente
ejecutivo es secuestrado, asesinado o, de alguna manera, incapacitado para dirigir la compañía.
A raíz de este hecho, la organización puede esperar tres tipos de pérdidas financieras:

(1) el precio de sus acciones podrían descender después de conocerse la mala noticia, lo que
puede costarle fácilmente millones de dólares a la empresa;
(2) los servicios del ejecutivo se perderán ya sea temporal o permanentemente, lo que puede
ser calculado de manera conservadora como la compensación que a ella o él se le habría
pagado, de nuevo posiblemente millones de dólares;
(3) y los empleados pueden estar distraídos de su trabajo, lo cual es difícil de cuantificar, pero
sin duda es significativo. Por lo tanto, mientras el costo del programa de EP era de US$
300.000, las pérdidas evitadas podrían ser millones de dólares.

Además, el costo del programa de EP debe ser compensado por los beneficios que
proporciona, no solamente por la evitación del daño. Si el programa de EP permite que el
ejecutivo trabaje eficazmente una hora extra cada día, porque se le facilita el transporte desde y
hacia su oficina, por ejemplo, la corporación habrá ganado más productividad de su ejecutivo.

Un ejemplo concreto de un caso extremo de pérdidas corporativas después de un ataque

contra los directores de la compañía, se produjo el 01 de julio de 1993, cuando Gian Luigi Ferri
entró a las oficinas de la firma de abogados de San Francisco, Pettit & Martin, llevando una bolsa
de lona negra llena de armas y municiones. Entró en una sala de conferencias y empezó a
disparar, luego caminó a través de dos plantas de las oficinas de la firma, sin dejar de disparar.
Ferri, un cliente descontento, mató a ocho personas, hirió a seis y luego se pegó un tiro. Menos
de dos años después, los socios votaron por disolver la firma, la que en su época de apogeo en la
década de los 80, había empleado a 240 abogados (Chicago Tribune, 1993 a 1995).

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FILOSOFÍA DE PROTECCIÓN

En el ámbito corporativo, la persona que supervisa la protección de ejecutivos puede ser

el oficial jefe de seguridad (CSO de ahora en adelante, por sus siglas en inglés) o un administrador
de seguridad o el gerente de EP ubicado bajo el CSO. El mejor método es establecer un equipo de
gestión de crisis durante la etapa de pre-planificación. La persona que realiza el servicio
presencial, cercano –que camina, viaja y vuela con el ejecutivo– normalmente se conoce como
especialista en EP. El término “guardaespaldas” no es el más aceptado en el campo de la EP,
debido a que el término tiene una connotación arrogante, un enfoque avasallador, más parecido
al de un vigilante de bar, el que por lo general intimida físicamente a las personas problemáticas.
Por el contrario, el enfoque que se utiliza en el ámbito de la protección de ejecutivos es el de
llamar poco la atención, tanto hacia el ejecutivo como hacia el protector.

El especialista en EP (EPS de ahora en adelante, por sus siglas en inglés), debe desarrollar
una mentalidad especial, enfocada en prevenir y evitar problemas más que en combatirlos. Los
siguientes seis principios pueden guiar la manera de pensar respecto a la EP (Oatman, 1997):

• Prevenir y evitar el peligro.

• Darse cuenta que cualquiera puede proteger a cualquiera.
• No detenerse a pensar.
• Mantener al cliente lejos de los problemas.
• Entender el continuum de seguridad versus comodidad.
• Confiar en el cerebro, no en la tecnología.

Prevenir y Evitar el Peligro

El director y el especialista en EP deben adoptar una decisión consciente para tomar el

control de los posibles y reales peligros que amenazan al ejecutivo, ocuparse de ellos seriamente
y dominarlos. Evitar el peligro puede que no haya sido un rasgo de la personalidad del EPS o el
director, hasta que se decidió emplear la protección ejecutiva. Los altos ejecutivos con frecuencia
son arriesgados y las personas que se convierten en especialistas en EP generalmente tienen
antecedentes de haber pertenecido a las fuerzas policiales o militares, donde prevalece la

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mentalidad de enfrentar el problema en lugar de escapar de él. Por lo tanto, el ejecutivo y el EPS
deben hacer un compromiso deliberado y firme de prevenir y evitar los peligros. Los buenos
resultados –y la buena suerte- provienen de pensar mucho y trabajar duro para estar al menos
un paso delante de los problemas.

Para logar este objetivo, el EPS y el ejecutivo no necesitan sentarse pasivamente

y recibir lo que aparece en su camino. En lugar de eso, deben prepararse mentalmente
para anticiparse a las amenazas. Los potenciales problemas, las fortalezas del programa
de protección y los recursos disponibles para el EPS deben ser ordenados para que puedan
ser utilizados cuando sea necesario. De igual manera, se deben identificar las
vulnerabilidades del programa de protección (sin duda alguna, el adversario las
encontrará). Al predecir la probable conducta del adversario, se le puede vencer.

Finalmente, el especialista en EP debiera controlar tranquilamente los principales

riesgos. Por ejemplo, los inspectores de hoteles no mueren si un hotel mal inspeccionado
se quema; los huéspedes sí. Por lo tanto, el EPS puede y debe prevenir y evitar peligros
seleccionando hoteles con probados antecedentes de seguridad e incluso trazando las
rutas de escape de incendio y llevando máscaras de humo.

Darse cuenta que con el entrenamiento apropiado cualquiera puede proteger a cualquiera

Si bien la protección de otro ser humano es una tarea de enormes proporciones,

el especialista en EP puede combinar sus fortalezas personales con las de otras personas
con capacidades diferentes. Por ejemplo, un determinado EPS es valiente, inteligente y
fuerte, pero tiene poca experiencia en conducción defensiva. En ese caso, el EPS puede
ejercer presión para que contraten a un conductor profesional o puede convertirse en uno
a través del entrenamiento y la práctica. Aunque los componentes más visibles del EP
implican perspicacia física –por ejemplo conduciendo vehículos, observando en busca de
atacantes o moviéndose rápido para evitar amenazas- la protección ejecutiva es
principalmente un juego mental. Por lo tanto, cualquiera –es decir, cualquiera que sea
inteligente, entrenado y físicamente apto- puede proteger a cualquiera.

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No detenerse a pensar

Una reacción reflexiva y deliberada ante una situación peligrosa, casi siempre llevará al
fracaso. Cuando surge una amenaza, ataque o peligro, por lo general irrumpe en la escena, no
dando tiempo para una reacción reflexiva y deliberada. Recordando este principio, el especialista
en EP puede estar consciente de la necesidad de practicar constantemente reacciones ante
diversos escenarios. Dichas prácticas debieran ser físicas, ensayando movimientos de protección
y de escape rápido o practicando conducción o tiro. También debe ser mental, preguntándose
constantemente “¿qué pasa si?” y considerando las reacciones. Al mantener una agudeza tanto
física como mental, el EPS tiene una mejor chance de reaccionar ante una emergencia real o
potencial, en forma apropiada e inmediata, sin un largo proceso de reflexión, porque ya lo ha
hecho.

Los intentos de asalto o asesinato comienzan y terminan con una rapidez asombrosa.
Estar mentalmente preparado para responder es mucho más valioso que cualquier otra medida
de precaución.

Mantener al cliente lejos de los problemas

Debido a que los especialistas en EP no son combatientes, guardaespaldas o soldados, su

trabajo principal no es derribar, arrestar o matar a los delincuentes. Su tarea primordial es evitar
personas peligrosas o condiciones como el fuego, la delincuencia callejera o las situaciones
embarazosas. En un encuentro con un supuesto asesino, el EPS debe llevar al director fuera de
peligro, protegerlo y luego sacarlo del área lo más rápido posible. El EPS no debe quedarse y
combatir, a menos que no haya otra alternativa.

Un ejemplo de cómo alejar al cliente de problemas sería si, al detectar en las

inmediaciones un disturbio, potencialmente violento, el EPS empuja al director dentro de un
vehículo y sale rápidamente hacia un lugar seguro. Un ejemplo de cómo mantener a un ejecutivo
lejos de problemas es cuando el especialista en EP y el ejecutivo se comunican sutilmente, con
una frase o seña visual, de que es momento de abandonar el lugar o grupo de personas antes que
ocurra una situación peligrosa o embarazosa.

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Entender el continuum de seguridad versus comodidad

Los especialistas en EP suelen declarar que la seguridad y la comodidad habitan en

extremos opuestos de un continuum. En un extremo del continuum está el grado más alto de
seguridad así como el grado más alto de riesgo. En el otro extremo está el mayor grado de
comodidad junto con la menor cantidad de inhibidores del estilo de vida de la persona. Los
movimientos hacia un extremo resultan en un movimiento igual lejos del otro extremo. En otras
palabras, mientras más seguridad demande un ejecutivo, menor comodidad tendrá, y mientras
más libertad exija, menor seguridad tendrá.

Estos principios ayudan a mantener las medidas de seguridad en perspectiva. Claramente,

ningún extremo –ni la comodidad total o la seguridad total- es práctico. El director y el agente
deben decidir en qué parte del continuum debería estar el director y qué compensaciones hacer.
Cada vez que un especialista en EP desarrolla una nueva estrategia para proteger al ejecutivo,
este principio le puede servir como un recordatorio de que el aumento de la seguridad más allá
de cierto punto, puede entorpecer innecesariamente al ejecutivo, haciéndolo menos eficiente y,
esencialmente, una víctima de la protección en lugar de víctima de un ataque.

Confiar en el cerebro, no en la tecnología

El equipamiento de protección, si bien es necesario, no es suficiente por sí solo para la

seguridad de un ejecutivo. Las armas de fuego, sistemas de alarma, vehículos blindados y radios
bidireccionales son herramientas útiles en el equipamiento de un especialista en EP, pero, por
muchas razones, no se puede confiar en uno de ellos o en todos ellos para la protección de un
ejecutivo.

Primero, la excesiva confianza en la tecnología de seguridad tiende a colocar al sujeto en

una bóveda. Para cumplir sus obligaciones corporativas, los ejecutivos deben moverse. Si son
secuestrados, ya no son más ejecutivos, son prisioneros. Segundo, los adversarios suelen ser lo
suficientemente inteligentes para contrarrestar el equipamiento de seguridad. Un adversario
decidido, puede vencer o burlar alarmas, inutilizar vehículos blindados, o interceptar las radios
bidireccionales.

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Un EPS puede albergar la esperanza de ganar tiempo defensivo con el equipamiento, pero
cuando el adversario ataca, la salvación recae en la respuesta condicionada del EPS para sacar al
director del peligro. Entre los tiroteos que han ocurrido en el campo de la protección ejecutiva,
casi ninguno ha durado más de unos pocos segundos. Asimismo, en todos los intentos de
asesinatos presidenciales, hasta la fecha, en Estados Unidos, el Servicio Secreto ha elegido seguir
su modelo “cubrir y evacuar” y no ha optado por responder al fuego. En otras palabras,
históricamente ha quedado demostrado que en las crisis es más importante que el especialista
en EP use su cabeza, y no sus armas u otros equipos de seguridad.

EVALUACIÓN DE RIESGOS DE EP

Los ejecutivos en Estados Unidos pueden pensar en el secuestro como en algo que ocurre
solamente en otros países. Si bien las tasas de secuestro son mucho más altas fuera de Estados
Unidos, este crimen ocurre dentro de las fronteras de Estados Unidos con más frecuencia de lo
que uno podría imaginar. Las estadísticas anuales de secuestro del FBI, excluyendo los secuestros
parentales, muestran los siguientes números de incidentes en los últimos años: 304 en el 2000;
263 en 2001, 201 en el 2002 y 227 en 2003.

Si bien ninguna lista oficial registra secuestros relacionados con empresas, los informes
de prensa describen muchas víctimas: Charles Geschke, presidente y director ejecutivo de Adobe
Systems Inc.; Kevyn Wynn, hija del magnate de casinos Steve Wynn; y Harvey Weinstein, director
ejecutivo de Lord West Formalwear. Un incidente típico ocurrió en enero de 2003, cuando tres
hombres raptaron al ejecutivo de fondos de inversión de 40 años de edad, Edward Lampert, y lo
retuvieron en un hotel por dos días. Lampert, de un valor estimado de US$ 800 millones, fue
capturado en el estacionamiento de la sede principal de su empresa de inversiones en Greenwich,
Connecticut. Finalmente fue liberado ileso, aunque no se cumplió con la demanda de rescate de
US$ 5 millones. Cuando la policía arrinconó a los autores en la habitación del hotel, también
encontró una máscara, una escopeta y siete rondas de municiones. Dos de los tres secuestradores
estaban recién salidos de prisión tras cumplir una condena por tráfico de drogas (Scarponi, 2004).

No obstante, la ganancia financiera es sólo uno de los muchos motivos de los adversarios
corporativos. Muchas grandes empresas y muchos ejecutivos corporativos están en riesgo de

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ataque de varios tipos de personas y grupos peligrosos. Ellos pueden tener quejas personales
contra la empresa o sus ejecutivos, puede estar motivados por la codicia, o pueden oponerse a
temas de prácticas ambientales o laborales, afiliaciones políticas o experimentos en animales. El
rol de la empresa en el mercado mundial o su participación en temas biomédicos controversiales,
puede causar algunos descontentos para trazar tácticas dañinas contra un ejecutivo de la
empresa que, en las mentes de esas personas, encarna las ofensas corporativas percibidas.

Para enfrentar los potenciales ataques, cada empresa tiene una cantidad finita de recursos
de protección. Esos recursos, que incluyen dinero, personal, influencia, conocimiento y
contactos, deben gastarse sabiamente. Sería insensato e ineficiente dividir los recursos de
manera uniforme entre el universo de amenazas concebibles. Tiene más sentido asignar esos
recursos a la prevención de las amenazas que presentan la mayor posibilidad de daño. La
adecuada asignación de recursos a una situación específica se determina mediante una
evaluación de riesgos.

Al realizar una evaluación de riesgos de EP, el especialista debe tener en cuenta dos
factores. Primero, las amenazas que el ejecutivo enfrenta deben ser analizadas con base en
múltiples consideraciones, tales como la posición del ejecutivo con el empleador, el acceso a y el
nivel de exposición entre los potenciales adversarios, el acceso a la riqueza u otros factores de
estilo de vida, la publicidad, y las prácticas de viaje.

Un análisis de riesgos de EP responde interrogantes como las siguientes:

• ¿Quién querría hacerle daño al ejecutivo?

• ¿Cómo están obteniendo información del ejecutivo sus adversarios?
• ¿Cuál es la probabilidad actual de las distintas amenazas identificadas?
• ¿El ejecutivo desea, requiere, y acepta protección durante toda la jornada laboral? ¿Sólo
cuándo viaja? ¿Veinticuatro horas al día?

Segundo, el especialista debe evaluar la probabilidad de que las amenazas puedan llevarse
a cabo exitosamente. El rango de amenazas a la seguridad y bienestar de una persona es muy
amplio. Quizás lo más preocupante son los acontecimientos que se tiene conocimiento de que

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van a ocurrir, pero son inesperados. La siguiente lista es sólo un ejemplo de las amenazas reales
que enfrentan muchos ejecutivos:

• Asesinato
• Secuestro
• Extorsión
• Violencia callejera
• Ataques por personas dementes o fanáticos
• Violencia laboral
• Situaciones embarazosas (deliberadas o accidentales)
• Lesiones (no intencionales)
• Enfermedad o emergencia médica

El resultado de estas dos revisiones entregará una clasificación del riesgo relativo:
insignificante, bajo, moderado, alto o crítico. En una determinada compañía, no todos los
ejecutivos enfrentan el mismo nivel de riesgo. Algunos ejecutivos representan aspectos
controversiales de la compañía y tienen un alto perfil público, mientras que otros operan en un
segundo plano y son relativamente desconocidos.

Para llegar a un nivel apropiado de amenazas para un ejecutivo en particular, la

evaluación de riesgos del EP debería identificar todos los potenciales elementos de amenaza de
manifestantes, criminales, extremistas y terroristas, de violencia en el trabajo, peligros debido a
los viajes del ejecutivo, u otras actividades. El especialista debe entonces analizar si cada
elemento representa una amenaza para el ejecutivo. La evaluación debe determinar cómo un
evento podría llevarse a cabo. También debe identificar a los individuos que tienen la capacidad
e intención de hacer daño, que tienen una historia de amenazas al ejecutivo u otros, o que
efectivamente han marcado al ejecutivo como un objetivo. Basado en los resultados, se le puede
dar al director una de las clasificaciones de riesgo y proveerle la adecuada protección.

Una característica clave de la evaluación de riesgos es que no dura mucho tiempo. En

otras palabras, el nivel de riesgo cambia frecuentemente, por lo que los riesgos deben ser
evaluados en forma recurrente. Un ejemplo de reevaluación de riesgos a la luz de los cambios de

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los eventos y la consecuente modificación de las medidas de EP, se ilustran en el siguiente

informe (Oatman, 2002):

Poco después de los ataques terroristas del 11 de septiembre, una compañía...desarrolló

inteligencia confiable respecto a que sus aviones y pasajeros enfrentaban un elevado riesgo. Para
hacer frente a este aumento de la amenaza, la compañía decidió enviar a un especialista en
protección ejecutiva en cada vuelo corporativo. El especialista no sólo proporcionó seguridad
durante los vuelos sino que también fue responsable de garantizar la seguridad física y los
procedimientos de la aeronave en tierra.

EL PODER DE LA INFORMACIÓN

La importancia de llevar a cabo continuas investigaciones respecto a las potenciales

amenazas para el ejecutivo nunca será exagerada. Los detalles en los cambios del estatus del
ejecutivo, los nuevos grupos de amenazas, la exposición en los medios de comunicación, y otros
factores, necesitan ser constantemente monitoreados.

Uno de los determinantes clave del nivel de amenazas es cuán bien conocen al ejecutivo
los potenciales adversarios. El acceso a la información sobre un ejecutivo por aquellos que
intentan hacerle daño aumenta y facilita diferentes tipos de amenazas, tales como el robo de
identidad, extorsión, secuestro de miembros de la familia o parientes, y los esfuerzos por hacerle
daño personal al ejecutivo. Además, obtener una parte de la información hace más fácil obtener
otras. Generalmente, los adversarios decididos elaboran un completo perfil de una persona al
conocer los nombres de los colegios a los que asistió el ejecutivo o los miembros de su familia o
mediante la obtención de las fotografías del anuario del colegio, logran datos que pueden ser
validados con otra información.

Internet hace que, prácticamente sin ningún esfuerzo, para los investigadores, tanto
benévolos como malévolos, puedan leer artículos actuales y pasados sobre cualquier asunto o
persona que ellos elijan. Incluso, una búsqueda superficial en la Web de muchos ejecutivos revela
los nombres de sus esposas e hijos y su ciudad de residencia. Es importante recordar que la Web

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realmente está en todo el mundo, por lo tanto, los adversarios en otras partes del globo pueden
investigar a un ejecutivo tan fácilmente como si este fuera su vecino.

Además, los buscadores de datos pueden lograr información muy detallada sobre sus
objetivos pagando una pequeña tarifa por los registros de sus vehículos, sus propiedades, su
registro de votante, fecha de nacimiento y muerte, información genealógica y otros datos. Esa
información puede obtenerse ya sea en línea o mediante visitas a repositorios de registros
locales, como la municipalidad. Otra práctica común es simplemente preguntar a los amigos y
vecinos del objetivo, utilizando diferentes pretextos.

En la evaluación de riesgo de asesinato, es útil conocer qué información está disponible,

que podría despertar la envidia, el odio o la venganza, o ayudar a un adversario a localizar y dañar
al ejecutivo o su familia (Shackley, 2003, p.86):

Si el ejecutivo podría ser catalogado como de “bolsillos profundos”, la posibilidad de

secuestro es real. Se debe tener en cuenta que no estamos hablando aquí en términos absolutos,
sino de cómo los demás perciben a una persona dentro de su entorno. No es su patrimonio neto
lo que cuenta, sino cómo lo percibe el potencial secuestrador. Y, podríamos agregar, si es que lo
percibe. Cualquier medio de publicidad sobre la riqueza de una persona es perjudicial y,
desafortunadamente, la prensa parece tener un excesivo interés en los asuntos financieros
privados de las personas adineradas. Uno de nuestros periódicos metropolitanos recientemente
publicó una lista de los 20 directores ejecutivos mejor pagados, junto con la cantidad de sus
remuneraciones y sus fotografías, entregando de esta manera a los potenciales secuestradores
invaluable inteligencia sobre sus objetivos.

OFICINA Y HOGAR

La mayoría de los ejecutivos pasan gran parte de su tiempo en sus oficinas y hogares.
Mientras están en esos lugares, deben emplearse los métodos tradicionales de seguridad para
protegerlos, la protección ejecutiva eficiente requiere de anillos de protección: un perímetro
exterior, uno o más perímetros interiores, y en algunos casos una habitación segura. Una
habitación segura es un espacio protegido en la parte más interna de la oficina u hogar para que

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el ejecutivo pueda permanecer en forma segura durante un ataque. Esos anillos generalmente
están compuestos de tácticas de seguridad física tales como protección perimetral (usando
cercas, portones u otras barreras), control de acceso (usando puertas de protección, torniquetes,
lectores de tarjetas u otros dispositivos), iluminación (para impedir la ocultación y mejorar el
reconocimiento de los adversarios), circuito cerrado de televisión (para identificar visitantes y
proveer contra-vigilancia sobre el adversario que puede estar vigilando el sitio), y sistemas de
alarma de intrusión (para anunciar los ingresos).

Los ejecutivos que están en riesgo de ataque tienden a ser más conscientes de la seguridad en el
trabajo que en su hogar. Un adversario, sin embargo, puede encontrar más fácil atacar a un
ejecutivo en su residencia. Históricamente, el hogar es un blanco más fácil, simplemente porque
el ejecutivo al final de un día ocupado quiere relajarse en una atmósfera que no se asemeje a un
entorno de seguridad corporativa con iluminación, cámaras y otros equipos. Un famoso ejemplo
del riesgo en y alrededor de la casa de un ejecutivo, es el que se refiere a Sidney Reso, un ejecutivo
de Exxon de New Jersey, que fue secuestrado cuando salía de su domicilio el 29 de abril de 1992.
Recibió un disparo en el brazo cuando fue capturado y murió cinco días después, fue encontrado
atado y amordazado en un sofocante armario de almacenamiento (Chicago Tribune, 1992).

LA AVANZADA

En protección de ejecutivos, la avanzada es el proceso de investigación de un destino

antes que llegue el director ejecutivo –de hecho, un ataque preventivo contra la confusión y la
exposición. El trabajo de avanzada requiere que un miembro del equipo de protección vaya al
destino a preparar el camino. Sin embargo, el trabajo de avanzada no se aplica únicamente a los
viajes de larga distancia. En cualquier lugar al que el ejecutivo pretenda visitar debería usarse la
avanzada –incluso si está justo al otro lado de la calle. Un EPS que ha hecho una avanzada
adecuada tiene mucho mejor chance de mantener al director alejado de los problemas. Más aún,
si realmente ocurriera un evento de amenaza, el EPS sabrá cómo sacar al ejecutivo de esa
situación, a quién pedir ayuda y dónde obtener asistencia médica o cualquier tipo de asistencia.

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Cuando se dispone de dos especialistas en EP, no se requiere que ambos estén asignados
a acompañar al ejecutivo que viaja. Un buen método es tener uno que realice la avanzada
mientras el otro acompaña al ejecutivo. El trabajo de avanzada es importante.

Una buena avanzada reduce la exposición del ejecutivo al disminuir la logística. Si el

registro del hotel, la factura, el equipaje, estacionamiento y otras materias son resueltas por un
especialista en EP, debido al manejo de la avanzada, entonces el ejecutivo puede salir de su
vehículo en la puerta del hotel, caminar en línea recta a través del vestíbulo hacia los ascensores,
y llegar más rápidamente a su habitación. De igual modo, si un agente de avanzada ha explorado
la ruta para un ejecutivo comprometido a hacer un discurso, y ha estudiado cuidadosamente el
lugar de la reunión, el agente que acompaña al ejecutivo puede llevarlo hacia el edificio por una
puerta lateral, si es necesario, o tomar una ruta alternativa para evitar condiciones o
circunstancias desfavorables (Oatman, 1997). Obviamente, estas tácticas pueden ayudar a
mantener al ejecutivo lejos de muchos encuentros y lugares potencialmente indeseables.

Viaje Local

Si un ejecutivo debe viajar localmente, la fórmula ideal es colocar al ejecutivo en un

vehículo conducido por un conductor de seguridad entrenado y acompañado por el especialista
en EP. La ruta seleccionada ha sido cuidadosamente prevista de antemano, y el resto del personal
de seguridad de la empresa debiera estar al tanto del plan.

A pesar que los ejecutivos están más vulnerables cuando deciden conducir ellos mismos,
no necesitan ser conducidos todo el tiempo a todos lugares. La decisión de usar un vehículo y un
conductor debe estar basada en la evaluación del riesgo previamente elaborada. Sin embargo, si
es conducido por alguien, el ejecutivo puede trabajar, descansar o, si ocurre un ataque, tirarse
hacia abajo fuera de la línea de fuego.

El vehículo en el cual es transportado el ejecutivo debe tener un generoso espacio interior

(para el ejecutivo, el especialista en EP y cualquier equipamiento necesario), ser de material
sustancialmente protector (para embestir) y tener un motor poderoso (para escapar de los
atacantes). La evaluación del riesgo debiera determinar si es necesario un vehículo blindado. La

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mayoría de los vehículos pueden ser blindados después de fábrica, y algunas de las principales
empresas de automóviles proporcionan vehículos blindados de fábrica. Una ventaja de los
vehículos blindados de fábrica es que se confunden con otros vehículos y, por lo tanto, no atraen
la atención sobre el director ejecutivo.

Las características de los vehículos blindados incluyen paneles y vidrios de metal a prueba
de balas; neumáticos run-flat; un estanque de combustible anti-explosión; un parachoques
delantero reforzado con acero, diseñado para embestir; cerrojos eléctricos; sistema de doble
batería; un intercomunicador interior/exterior; y un encendido remoto. Muchos vehículos
nuevos, blindados o no, ahora vienen con un dispositivo de apertura del maletero desde el
interior, lo cual es útil si es necesario para escapar. Un vehículo utilizado para EP también debiera
tener un sistema de posicionamiento global (GPS) para reducir la posibilidad de perderse; un
bloqueo para la tapa de la gasolina; un teléfono móvil; un tubo de escape protegido; un sistema
de ayuda electrónica, por ejemplo un On-Star; y un sistema de alarma.

En relación al conductor, es mejor emplear conductores de seguridad entrenados, no un

simple chofer. El conductor de seguridad sabrá el protocolo de un chofer además de tener la
habilidad para tomar acciones evasivas si es necesario (Scotti, 1995). Si el personal del
departamento de seguridad puede arreglarlo, el conductor de seguridad deberá ser una persona
distinta al especialista en EP. Si un EPS además debe conducir, ella o él tiene que ser capaz de
explorar la ruta de viaje por potenciales amenazas, dejar al director ejecutivo en su destino y
después estacionar, dejando al ejecutivo solo durante los momentos cruciales de llegada y salida.

Una práctica clave es que el EPS llame a la oficina principal de seguridad tan pronto como
el viaje del ejecutivo se ponga en marcha. Al notificar detalles del viaje, tales como “estamos
dejando la planta y regresando a la oficina”. “Ahora son las 3:15 p.m., y estamos tomando la I-
67 hacia la US-20”, el EPS hace posible que otros miembros del personal de seguridad o
autoridades de las fuerzas del orden puedan volver a trazar los pasos del ejecutivo si el vehículo
se perdiera. Para prevenir que la comunicación esté siendo escuchada por un adversario que
puede estar espiando, debe utilizarse un lenguaje discreto o códigos para describir quién está
viajando y cuál es la ruta que está tomando. El especialista en EP debe también revisar el vehículo

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minuciosamente en cualquier momento que haya estado fuera de su vista y sin vigilancia. Debido
a que una búsqueda minuciosa consume tiempo, el vehículo debe permanecer cerrado en un
estacionamiento con alarma siempre que sea posible. Una vez que el vehículo ha sido revisado,
sólo se mantiene “estéril” si está cerrado o bajo vigilancia.

Finalmente, respecto de la ruta, el conductor debiera confiar en el trabajo de avanzada

para garantizar que la ruta seleccionada sea rápida, no pasa por áreas peligrosas y que requiere
un mínimo de detenciones. El conductor también necesita conocer varias rutas alternativas,
identificar refugios seguros para parar en el camino y saber la ubicación de hospitales, estaciones
de policía, y otros posibles recursos vitales a lo largo de la ruta. El conductor además debe
investigar factores como el tiempo que demora en llegar a diversos puntos a lo largo de la ruta,
el probable nivel de tráfico, las condiciones de las carreteras, las obras en construcción o desvíos,
apertura de puentes levadizos y otras condiciones de tiempo que podrían afectar el viaje. La
avanzada debe ser realizada a la misma hora del día en que el ejecutivo viajará, de manera que el
especialista en EP puede determinar el flujo del tráfico. Una precaución adicional sería que la
avanzada condujera la ruta en un vehículo diferente de aquél en el que será transportado el
director ejecutivo.

Viaje de Larga Distancia

Los viajes fuera de la ciudad pueden presentar muchos riesgos para un ejecutivo. Algunos
de esos riesgos tienen que ver con la poca familiaridad con el lugar visitado, mientras que otros
tienen que ver con la programación, las apariciones en público ante audiencias potencialmente
hostiles. Los viajes dentro del país de origen del ejecutivo presentan un nivel de riesgo; los viajes
a otros países pueden ser incluso más riesgosos si el destino es desconocido y especialmente
peligroso.

En general, antes de llevar al ejecutivo en viaje a otro país, el EPS debe completar la
investigación del lugar y el viaje. En la investigación previa al viaje, el especialista en EP primero
debe determinar si el viaje es verdaderamente necesario. Si la respuesta es “sí”, el EPS debiera
seguir los siguientes pasos de “conocer antes de ir”:

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• Realizar una investigación en Internet de los hechos actuales acerca del destino.
• Obtener una reunión informativa profesional del país para aprender la historia y
actualidad nacional, incluyendo actitudes que se mantienen allí sobre el país de origen
del ejecutivo. Dicha información está disponible en numerosas fuentes gubernamentales
y comerciales.
• Familiarizarse con el clima, condiciones de salud, usos o zona horaria y tasa de cambio.
• Aprender los puntos clave de las costumbres locales.
• Clarificar por qué el director ejecutivo va a ese viaje, cómo ella o él desea viajar y quién
asistirá a las reuniones programadas.

Además, antes de que el ejecutivo se embarque en el viaje, el EPS debe seguir los siguientes pasos:

• Realizar una misión de avanzada al destino previsto.

• Tomar contacto con la seguridad local o las fuerzas del orden y la embajada local o
consulado del país de origen del ejecutivo.
• Realizar una evaluación de riesgos del destino.
• Hacer las reservaciones estratégicamente, eligiendo los alojamientos y medios de
transporte más seguros, discretamente, para no advertir a los potenciales adversarios que
el ejecutivo estará viajando.
• Preparar los documentos de viaje atingentes, tales como visas, pasaportes e itinerarios.
• Ensayar, mentalmente si no físicamente, las medidas de seguridad para el viaje en todos
los medios que podrían ser usados, incluyendo aviones comerciales y privados,
automóviles, barcos, botes y trenes.
• Revisar las recomendaciones de seguridad junto con el ejecutivo.
• Examinar los aspectos de salud del viaje. Empacar artículos sanitarios apropiados e
información, y desarrollar o actualizar el plan que se seguirá en caso de emergencias.
Organizar toda la asistencia de emergencia necesaria, tales como hospitales, centros de
traumas, transporte médico y médicos adecuados.

Durante el viaje, el EPS debe recordar un concepto clave de seguridad que consta de tres partes:

(1) mantener un bajo perfil,

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(2) mantenerse lejos de las áreas y situaciones problemáticas y

(3) saber qué hacer si surgen problemas.

Tal como se recomendó para viajes locales, el especialista en EP debe también

comunicarse frecuentemente con la base de seguridad de su país.

Evitar lugares de reunión occidentales. Si viaja a una región definida como de alto riesgo
por el Departamento de Estado de Estados Unidos, existen medidas adicionales que deben
tomarse en consideración. A menudo, los terroristas buscarán identificar y atacar un lugar que
ciertamente tendrá una alta concentración de estadounidenses u otros occidentales presentes en
un momento específico. Por ejemplo, una de las peores prácticas, la cual ha sido usada durante
mucho tiempo por los grupos terroristas, es apuntar hacia los servicios religiosos en lugares de
culto frecuentados por occidentales. La razón es obvia. Una iglesia cristiana al servicio de la
comunidad internacional les proporcionará un objetivo que están seguros estará lleno cada
domingo en la mañana a las 9:00 a.m. Esto representa una decisión difícil para una persona para
la cual el servicio religioso representa una parte importante de su vida. Lo mismo es cierto para
los clubes nocturnos y otros lugares de abastecimiento para estadounidenses y europeos
occidentales. Si el Departamento de Estado sugiere evitar dichos lugares en un país al cual el
director ejecutivo va de viaje, es mejor hacer caso a la advertencia.

Cualquiera sea el lugar donde el director ejecutivo viaje, siempre es una buena práctica
identificar inmediatamente todas las salidas de emergencia y asegurarse de que funcionan.
Muchos países extranjeros no tienen reglamentación de incendio que exigen que las salidas de
emergencia estén identificables en todos los establecimientos públicos. Es vital para el
especialista en EP saber cómo salir de cualquier lugar al que él podría llevar al director ejecutivo.

Para algunos ejecutivos, el nivel de riesgo justifica el uso del avión privado siempre que
sea posible. Los viajes aéreos comerciales presentan riesgos tanto en tierra como en el aire. En
tierra, en aeropuertos grandes y con mucho tráfico, la inconveniencia de los retrasos puede
ocurrir durante la llegada y salida; el ejecutivo puede ser reconocido y molestado por otros
viajeros; las salas de espera de los aeropuertos (en el lado no seguro) son objetivos terroristas

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destacados; y los congestionados controles de seguridad crean oportunidades para la pérdida de

bienes personales y vuelos, soportando molestas búsquedas.

Al viajar en un avión privado, el ejecutivo puede evitar las personas molestas y recibir un
servicio de aduana individualizado. Más aún, las pequeñas salas de espera utilizadas por la
aviación general de operadores de base fija (FBO de ahora en adelante, por sus siglas en inglés)
no son los principales objetivos de los terroristas que desean llamar la atención sobre su causa.
Los especialistas en EP pueden ejercer mucho más control sobre las condiciones de seguridad de
la aviación general FBO y de los aviones privados, que lo que pueden ejercer sobre los grandes y
ajetreados aeropuertos, atendiendo a la mayoría de las aerolíneas.

Una opción común para viajes privados es ser propietario de una parte de un avión a través
de una compañía de gestión de aeronaves. El director ejecutivo de la empresa podría, por
ejemplo, comprar la cuarta parte de un determinado tipo y tamaño de avión.

Volar vía aviación general utilizando un avión privado en terminales o aeropuertos que
están separados de aquellos utilizados por la mayoría de las compañías aéreas, reduce la
posibilidad de estar en el lugar equivocado en el momento menos indicado –es decir, de estar en
un gran aeropuerto público durante un ataque importante.

Además, los aeropuertos de aviación general en Estados Unidos deben acatar las
detalladas directrices de seguridad establecidas por la Transportation Security Administration of
the U.S. Department of Homeland Security (Security Guidelines for General Aviations Airports,
2004).

Una vez que el avión comercial despega, el ejecutivo no puede saber si una persona
peligrosa se encuentra a bordo. Por el contrario, en la aviación privada, lo más probable es que
todo pasajero sea conocido por el ejecutivo o alguien más en el avión.

TRABAJANDO CON EL PRINCIPAL O DIRECTOR

La rutina utilizada por el especialista en EP para moverse físicamente con el sujeto se

conoce como “trabajando con el director”. La combinación del nivel de riesgo y las preferencias

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personales del ejecutivo determinarán el grado en el que un especialista en EP debe acompañar

personalmente al director. El CSO, el gerente de EP, o el especialista en EP deben discutir este
tema con el ejecutivo. Puede ser que el nivel de riesgo sea alto y el director esté dispuesto a ser
acompañado por un especialista en EP en todo momento. Por otra parte, a pesar del alto riesgo,
el director podría no estar dispuesto a ser acompañado por un especialista en EP y sólo tolerar el
uso de EPS como conductor. Un nivel de riesgo más bajo podría sugerir que el especialista sólo
tiene que estar con el ejecutivo cuando ella o él esté fuera de su hogar o cuando sale de la oficina.
Hay muchos puntos en este continuum de protección, y el tema sólo puede ser resuelto a través
de discusiones entre el personal de seguridad y el director.

Si el Chief Security Officer (CSO), el gerente de EP o el especialista en EP creen que el

nivel de riesgo justifica una protección personal de cerca, el ejecutivo debiera entender que el
especialista en EP entrenado puede mezclarse en el entorno profesional y no parecer un
“guardaespaldas”. Algunos especialistas en EP ahora usan el título de “asistente del CEO” para
pasar desapercibido y mantenerse a su lado en una reunión o evento social mientras desarrolla
sus tácticas de contra-vigilancia.

La relación entre el especialista en EP y el ejecutivo es un componente extremadamente

importante en protección ejecutiva. En cierto modo, la relación requiere una extraña
yuxtaposición de roles. El ejecutivo es claramente el jefe, sin embargo, el especialista en EP debe
ser capaz de dar órdenes en momentos de peligro y asesorar en forma regular. En protección
ejecutiva, una relación profesional no demasiado personal, permite tanto al protector como al
director desarrollar sus trabajos libremente.

Una interesante regla de oro, desde la perspectiva del ejecutivo, proviene de un antiguo
alto funcionario de gobierno de Estados Unidos, quién actualmente está recibiendo protección
privada. Él le dice a su protector personal, “acérquese lo suficiente para protegerme, pero no tan
cerca que tenga que presentarlo”.

En el trabajo con un director, el EPS podrá encontrar que las condiciones cambian
constantemente. El EPS puede llevar al ejecutivo a su destino en forma segura, por ejemplo a una
conferencia en la cual ella o él es el orador, pero el trabajo no termina allí. Una vez que está

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dentro de la sala de reuniones, el EPS debe comenzar a revisar y calcular –es decir, revisar los
alrededores buscando artículos, gente o arreglos que parezcan una potencial amenaza o de
alguna manera parecen fuera de lugar, y calcular las posibles reacciones en caso de problemas.
Este es el momento para que el EPS observe –especialmente las manos de las personas, los
objetos que portan, o visibles signos de nerviosismo- y constantemente se pregunte: “¿Qué pasa
si?”.

Si el EPS realizó una visita de avanzada al lugar, ella o él debe tratar de discernir lo qué
puede haber cambiado desde esa visita. ¿El diseño es diferente? ¿Hay entradas y salidas
temporalmente bloqueadas?

¿Hay personas diferentes en los lugares clave? ¿Qué pasa con aquél hombre inquieto,
vestido inapropiadamente en la primera fila? ¿Quiénes son esas personas en la parte posterior
con signos de estar abriéndose paso entre la multitud?

Al ocurrir un ataque, todos los instintos del especialista en EP, entrenamiento y

acondicionamiento se juntan. Cuando un atacante saca un cuchillo, dispara un tiro, embiste el
automóvil del ejecutivo con el suyo, se abalanza sobre el ejecutivo o hace algún otro movimiento
agresivo, claramente peligroso, el especialista no puede detenerse y reflexionar en cómo
reaccionar. Toda la secuencia, desde el primer avistamiento de la amenaza por parte del EPS
hasta la evacuación del ejecutivo, podría tomar tan sólo cuatro segundos.

Un buen ejemplo de cuán rápido puede ocurrir un ataque y cuán rápido debe ocurrir la
respuesta correcta, es el del 30 de marzo de 1981, en el atentado contra el Presidente de Estados
Unidos Ronald Reagan, afuera del Hotel Washington Hilton. El atacante, John Hinckley, disparó
seis veces hacia la multitud reunida, en menos de tres segundos. Al oír los disparos, el agente del
Servicio Secreto Jerry Parr reaccionó instintivamente y empujó al Presidente a una limusina que
lo esperaba, la cual corrió hacia el hospital George Washington University.

Muchas respuestas ocurrieron simultáneamente, lo cual hace de este caso un interesante

ejemplo de protección ejecutiva profesional. En cuestión de segundos, algunos miembros de la
unidad de protección escudaron al Presidente con sus propios cuerpos, otros lo empujaron al

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automóvil, y el conductor sabía dónde llevar al Presidente herido. Mientras, otros rodearon al
agresor y se abalanzaron sobre él, quién fue arrestado por la policía en el mismo lugar.

El episodio de Hinckley también ilustra una cadena de acción ampliamente aceptada que
debe ocurrir durante un incidente. La siguiente lista define los cuatro pasos de la cadena:

• Alcance de la mano. Si el atacante está al alcance de la mano del EPS, este debe moverse
para inmovilizarlo. Si el atacante está fuera del alcance de la mano del EPS, este debe
moverse para cubrir al ejecutivo.
• Elevar la voz. El especialista grita el tipo de arma que ve y la dirección, en relación al
director, de la que proviene. Al gritar “¡Arma!” o “¡Arma a la derecha!” el especialista
alerta a los otros especialistas en EP que pueden estar presente para entrar en acción e
intenta involucrar a otras personas en la solución de la situación.
• Cubrir. Este término significa mucho más que simplemente encontrar una cubierta o un
lugar seguro donde el agente y el director puedan huir. El significado principal es hacer
un llamado al EPS para que cubra al ejecutivo con su propio cuerpo.
• Evacuar. La imperiosa necesidad de poner al ejecutivo fuera de peligro deja de relieve la
diferencia entre las misiones de los especialistas en protección ejecutiva y las de la policía
o los militares. Nunca se insistirá lo suficiente en que la misión del EPS es esquivar los
adversarios en lugar de perseguirlos. Detenerse a pelear con un adversario cuando sería
más rápido arrancar a una puerta lateral aumenta, no disminuye, la posibilidad de que el
ejecutivo sea herido. La unidad de protección debe concentrarse en proteger y sacar al
ejecutivo, dejando la aprehensión del atacante a la policía.

RECURSOS DE PROTECCIÓN

Una frase clave para recordar en protección ejecutiva es “use sus recursos”. La EP es una
tarea complicada, y un EPS sabio hace uso de todos los recursos a su disposición. Los siguientes
son algunos de los más importantes:

• Contactos con las fuerzas del orden. Los contactos con los encargados de hacer cumplir
la ley pueden proporcionar inteligencia y ayuda especializada, por ejemplo, personal

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fuera de horas de servicio, si así se permite. Estos contactos funcionan mejor cuando se
desarrollan con tiempo o al menos durante la visita de avanzada.
• Noticias y reuniones informativas. El especialista en EP periódicamente debe realizar
investigaciones en Internet u otros medios para descubrir y rastrear información sobre el
director, así como de personas, organizaciones y condiciones que podrían representar una
amenaza para el director.
• Redes de trabajo. Al desarrollar una red de trabajo de colegas de entrenamiento de EP o
tareas de protección, el especialista en EP tendrá un recurso disponible del cual obtener
respuestas a preguntas cómo qué hoteles, en una ciudad determinada, son seguros y
convenientes, qué aeropuertos se han convertido en poco prácticos de usar, qué empresas
son buenos proveedores de personal de apoyo a la protección, qué tipos de automóviles
son especialmente útiles en las operaciones de protección y qué servicios de conducción
de seguridad son los más confiables.

FUTURO DE LA PROTECCIÓN EJECUTIVA

A pesar que la predicción es un arte inexacto, el nivel de riesgo que enfrentan los
ejecutivos corporativos parece poco probable que decline sustancialmente en algún momento en
un futuro próximo. Algo más predecible es la marcha del progreso tecnológico y el intercambio
de información. Los siguientes desarrollos probablemente son los que más afectarán el futuro de
la protección ejecutiva:

• Miniaturización y combinación tecnológica. Ahora que los teléfonos móviles pueden

tomar fotografías digitales y video, los especialistas en EP pueden capturar imágenes
mientras realizan visitas de avanzada y enviar las fotos o videos a la sede central de
seguridad. De igual manera, como los dispositivos de GPS son miniaturizados hasta el
punto de que pueden ser ocultados en relojes de pulsera y cinturones, ellos se pueden
utilizar para seguir al director si ella o él está desaparecido.
• Información de viaje actualizada. Muchas compañías proporcionan inteligencia las 24
horas del día sobre destinos de viaje. Incluso pueden enviar actualizaciones inmediatas a
través del teléfono móvil para mantener a un EPS al tanto de ese tipo de información

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general como retrasos en los viajes, o problemas de clima, o de detalles específicos sobre
una huelga de los empleados de la compañía, o una manifestación política en la ciudad.
• Intercambio de Información y Centros de Análisis (ISAC de ahora en adelante, por sus
siglas en inglés). Los ISAC en varios sectores industriales (tales como químicos o servicios
financieros) comparten información sobre amenazas y soluciones entre ellos y con el
gobierno de Estados Unidos. Ellos son recursos de información potencialmente poderosos
para los especialistas en EP.
• Mejores equipos de entrenamiento. Los simuladores de entrenamiento de armas de fuego
más modernos permiten al especialista en EP participar en ejercicios prácticos y solución
de problemas.
• Vehículos protegidos. Los automóviles protegidos que están construyendo los
fabricantes, ahora se ven idénticos a los automóviles normales y, por lo tanto, no llaman
tanto la atención sobre sí mismos o sobre sus ocupantes.
• Trajes blindados. Los últimos trajes blindados son más livianos y pueden ser usados
cómodamente y en forma discreta en caso necesario. Sin embargo, por lo general no están
disponibles para personas del sector privado.

En el entorno empresarial actual, la protección de ejecutivos, anteriormente un servicio

exótico, se ha convertido en una de las principales funciones de seguridad. Muchas empresas
han tomado la iniciativa de realizar evaluaciones de riesgos de sus más altos ejecutivos,
especialmente los ejecutivos que son reconocidos representantes de la organización, que
viajan mucho o que están expuestos a otros peligros.

Si el nivel de riesgo justifica la protección, las empresas pueden elegir desde un nivel de
servicio continuo, que va desde medidas de seguridad física mejoradas en el hogar y en el
trabajo, hasta una protección personal a tiempo completo por especialistas en EP. La
empresa, el ejecutivo y el especialista en EP cooperan para lograr el equilibrio correcto entre
la comodidad y la seguridad. Afortunadamente, cuando la EP se proporciona con destreza,
muchos ejecutivos encuentran que esa protección es cómoda y reconfortante. El servicio
añade un valioso tiempo al día del ejecutivo y lo alivia de tener que centrarse en problemas
de seguridad personal.

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Al igual que en otros campos de la seguridad corporativa, la inversión de una compañía

en protección ejecutiva paga dividendos al proteger un activo clave de la empresa: la vida y
bienestar del ejecutivo.

REFERENCIAS
• American Society for Industrial Security (ASIS). CHAPTER 9 – EXECUTIVE PROTECTION.
• International Security Alliance (INSEAL) - www.inseal.us – Strategy Security Consultant.

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